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REPORTAJE
Por Karla Echavarría Barrantes
Centroamérica tiene aroma a café
Qué rico es percibir el olor a café recién hecho, un aroma que nos llega casi de golpe y despierta nuestros sentidos. Aunque las sensaciones olfativas son efímeras, ese característico olor evoca alegría, nos recuerdan el calorcito de hogar y de familia y nos invita a compartir buenos momentos.
Sentir su aroma en las mañanas nos conecta con todo lo bueno que va a tener el día y es que el café es parte del ADN de la cultura de América Central, a tal punto que casi en cualquier casa de esta región siempre hay alguien que ofrece amabilidad y cariño en una taza de café.
Si bien lo encontramos en cualquier parte del mundo, el café se ha convertido en una de las bebidas con más historia en los hogares centroamericanos, desde que éramos niños siempre estuvo presente en la mesa familiar. Era la forma en que las abuelitas demostraran su amor. “Mi hijito, ¿quiere cafecito?”
El café conforta, abre los sentidos y nos hace sentir que todo va a ir bien. Produce una sensación de tranquilidad, de placer, tomar una taza de café es un respiro, y su olor produce un estímulo cercano a la felicidad, el olor del café recién chorreado evoca a tiempo en familia, o con amigos.
Y para aquellos que extrañan a algunos de sus seres más queridos, el café es la estampa que conecta nuestros corazones con los suyos.
Su huella en la región
Datos históricos coinciden en que 1720 es la fecha probable de la introducción del café a América, cuando las primeras semillas de la especie Coffea Arábica, llegaron a la isla Martinica en las Antillas, y que luego en el caso de Centroamérica fueron sembradas en la provincia de Costa Rica a finales del siglo 18.
En esa época, Costa Rica tenía una agricultura de subsistencia y su historia cambió desde 1808: bajo la protección del gobernador Tomás de Acosta empezó a arraigarse el cultivo del café, el cual ha calado muy hondo en el ser y quehacer costarricense.
Varios factores favorecieron el establecimiento del “Grano de Oro”. Los lugares alrededor de los cuales se hicieron las primeras plantaciones, se caracterizaban por suelos de origen volcánico, sumamente fértiles; una temporada lluviosa y otra seca, así como temperaturas relativamente uniformes y favorables a lo largo de todo el año para el desarrollo de la planta.
Luego de la Independencia, en 1821, los gobiernos municipales fueron los primeros en incentivar este cultivo con políticas de entrega de plantas y concesión de tierras a quienes se interesaran en este nuevo cultivo. Es así como Costa Rica se convirtió en el primer país centroamericano que estableció esta floreciente industria.
En Guatemala tiene como punto de partida la ciudad de Antigua, donde los misioneros jesuitas plantaron los primeros cafetos como plantas ornamentales en los conventos de la ciudad colonial. Esta fue la razón por la cual la mayor parte de las plantaciones se cultivaban en los jardines de los conventos de Santiago de los Caballeros de Guatemala.
El café como industria empezó a desarrollarse entre los años 1850 y 1860, ya que las plantaciones se habían extendido hacia otras áreas como el suroeste de Guatemala. Al inicio, el crecimiento fue lento debido a que era un cultivo relativamente nuevo y debido a la escasez de tecnología.
En Honduras ya se cultivaba café en 1835, antes incluso que lo hicieran en El Salvador y Nicaragua, países que posteriormente se vincularon con éxito al cultivo y la exportación.
Parece que los primeros granos de café llegaron a Honduras traídos de Costa Rica por buhoneros de nacionalidad palestina; fueron sembrados en Manto, un pueblecito de Olancho, que en otro tiempo fue cabecera departamental. La topografía del territorio hondureño es compleja y desfavorable, lo que en cierta medida dificultó el establecimiento de una industria pujante, contrario a lo que experimentaron Guatemala o El Salvador.
A Nicaragua llegó posiblemente entre 1840 y 1845. De acuerdo con José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), había nicaragüenses amigos de costarricenses que llevaron semillas de café para degustar a Nicaragua.
Muy probablemente la siembra de café se originó en Carazo con esta semilla que llegó de Costa Rica. En este municipio dio inicio al cultivo de café que se conocía muy poco en Nicaragua.
El café llega por primera vez a Panamá en 1742, tripulando un barco procedente de alguna de las islas del caribe francés (Martinica o, más probablemente Haití, que era ya un productor establecido para este tiempo). Sin embargo, fue hasta 1780 que se registró por primera vez la siembra del café en territorio panameño.
Joya de exportación
El café sigue siendo el producto tropical que más se comercializa en todo el mundo y se produce en más de 50 países en transición y desarrollo; ofrece un medio de vida a 25 millones de agricultores y sus familias y representa hasta el 50% de los ingresos de exportación de algunos países.
De ahí es que los conocedores afirman que a las puertas del bicentenario, Centroamérica sin duda sigue siendo la tierra del café. Si hay una región del mundo que puede alardear de contar con algunos de los mejores productores de café esa es, sin duda Centroamérica, muchos de los mejores cafés del mundo llegan a nuestras cafeteras desde el Istmo gracias a sus procesos de innovación.
“Sí, Centroamérica siempre es distinguido por el café de especialidad y su principal destino es Asia, dado que las empresas, productores y beneficios se han enfocado en un café que es sobresaliente por su aroma y sabor. Costa Rica crece diariamente en la industria de café por la investigación de variedades que aportan al mercado una extraordinaria taza. Esto se logra por las diferentes
prácticas agrícolas, en beneficiado (fermentaciones controladas), secado entre otros y se posiciona como el segundo país más consumidor de café de origen”, explica Víctor Cadenas Reyes, catador y tostador de la Asociación de Café Finos de Costa Rica.
De acuerdo con el experto, en Centroamérica crece el tema de cafeterías de especialidad o coffee shops, que ayudan a diferenciar un café especial de uno comercial y eso ha posicionado a la región como zona de buen café.
“Las personas se van educando en el tema café y buscan un perfil especial. Existen diferentes campeonatos a nivel mundial, uno de los más reconocidos es el campeonato mundial de barista que crea grandes expectativas con respecto al café que utilizan en estas competencias, podríamos decir que este tipo de actividades fortalecen que las personas sean aficionadas del café en Centroamérica”, agrega Cadenas.
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica son, cada uno a su manera, referencias del café en el mundo, sus cultivos y procesos de producción son, en gran medida, naturales y artesanos, algo que fortalece y destaca el valor de los cafés procedentes de Centroamérica en todo el mundo.
CURIOSIDADES
• El gusto por el café debe cultivarse, puesto que su sabor es fuerte y amargo.
• Este producto es uno de los más comercializados del mundo y una de las tres bebidas más consumidas del mundo (junto con el agua y el té).
• El café es la bebida que se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de los frutos de la planta del café (cafeto).
• El árbol del café procede del norte de Etiopía (antes llamada Abisinia), en el oriente de África.
• El cafeto es un arbusto de 4 a 10 metros que crece espontáneamente.
• Fue introducido a Arabia, de donde se expandiría al resto del mundo. Actualmente, la planta se cultiva principalmente en países tropicales y subtropicales.
• Brasil concentra poco más de un tercio de la producción mundial.
• Es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en muchos países.
• Las formas más populares de tomarlo son negro o solo y con leche (con o sin azúcar).
• Se sirve habitualmente caliente, pero también se toma frío o con hielo.
• Está culturalmente ligado a la historia y al progreso de muchos países que lo han producido por más de un siglo.
• Actualmente, más de 25 millones de fincas familiares en unos ochenta países cultivan alrededor de 15 000 millones de cafetos, cuya producción termina en los 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario.
• En 2018 Costa Rica rompió record vendiendo a Japón en US$300.09 una libra de café, el cual equivale a 460 gramos, un excelente precio sin precedentes.
Fuente: expertos consultados