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ESPECIAL REPUTACIÓN CORPORATIVA

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CEO CLUB

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Por Karla Echavarría Barrantes

Consolide el valor de su empresa

La reputación corporativa se ha convertido en un elemento determinante de la estrategia del negocio y en el componente indispensable para consolidar una buena imagen y fortalecer la confianza.

La reputación corporativa es la imagen o percepción que proyecta una empresa ante sus diferentes públicos de interés. Es un activo intangible de posicionamiento y diferenciación de alto valor, que se perfila como una prioridad estratégica.

Jaime García, director del Índice de Progreso Social CLACDS/INCAE Business School afirma que “en esencia, es la imagen construida a través del tiempo, basada en las acciones, comportamientos y comunicaciones de la empresa. Esta percepción influye directamente en la confianza y credibilidad otorgadas a la organización, impactando su capacidad para atraer y retener clientes, talento y capital. Fombrun y van Riel (1997) la definen como “una representación colectiva de las acciones y resultados pasados de una empresa que describe su capacidad para entregar resultados valiosos a múltiples partes interesadas”.

Esa esencia de la empresa se compone de sus valores, su misión y dedicación. Las empresas con buena reputación son congruentes y empáticas, saben escuchar a sus audiencias y siempre están dispuestas a responder sus demandas y necesidades.

Están comprometidas con la transparencia, hacen reportes bajo estándares internacionales, establecen metas claras que refuerzan su posición como empresas líderes, mantienen día con día una comunicación abierta con sus partes interesadas y se enfocan en hacerlo de manera correcta.

Es una prioridad

De acuerdo con algunos datos liberados del más reciente reporte de Corporate Excellence 2024 y su informe Approaching the Future: Tendencias en Reputación y Gestión de Intangible, cuando comparan las tendencias más trabajadas por las organizaciones, descubren que la reputación corporativa o gestión reputacional figura como la máxima prioridad (61.3%), para seis de cada diez profesionales, seguidas por el liderazgo responsable (60,7%), la sostenibilidad (58%) y el propósito corporativo (53,4%.)

Para Latinoamérica, dicho estudio revela que la gestión de la reputación corporativa está en boca de todos y cobra cada día mayor interés, con un aumento de 7,9 puntos, con respecto al año pasado, alcanzando el 59,5%.

En este punto, María Pía Robles, directora de Relaciones Corporativas de FIFCO detalla que, para estar claros de cómo cada compañía logra tener esa percepción positiva del actuar de la empresa, es fundamental operar acordes con la coherencia.

“La coherencia es la consistencia entre lo que la empresa dice que es y que hace y lo que verdaderamente hace, cómo actúan día a día en esas relaciones que mantienen con sus clientes, consumidores, proveedores y otros públicos”, subraya Robles.

Según los expertos consultados, cuando se trabaja una sólida estrategia enfocada en mejorar la reputación corporativa, se genera valor en varias direcciones, se fortalece una buena relación con las comunidades, mejora la lealtad con los clientes, disminuyen los riesgos regulatorios y se genera la atracción de talentos, entre otros.

ASG, elementos determinantes

Para consolidar y construir una sólida reputación corporativa, los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) se convierten en el nuevo norte a seguir y constituyen elementos determinantes para el éxito de las empresas, así como un efectivo mecanismo que respalda la percepción que tienen los demás actores de la compañía.

Accionar bajo esta fórmula les facilita a las empresas que sus públicos de interés y partes interesadas, inversores, clientes, stakeholders, consumidores y colaboradores confíen en ellos y los elijan.

Alejandra Chavarría, directora general de Brújula, detalla que: “la empresa debe trabajar con transparencia y ética, cumpliendo con la legislación nacional, apoyada por los valores corporativos. El manejo de la buena reputación debe ser liderado desde la gerencia de la organización y debe ser gestionada por una adecuada estrategia de comunicación que permita darla a conocer, tanto al público interno, como al externo”.

De acuerdo con Chavarría, en términos de comunicación y marketing, los criterios (ASG) ayudan a construir de manera sólida una marca más saludable. “Una gestión por convicción y nunca por imposición en donde las decisiones corporativas estén enfocadas en el beneficio y bienestar de todos los involucrados (negocio, colaboradores, proveedores, gobierno, comunidad), genera valor a mediano y largo plazo”, detalla la experta.

Es por eso que las empresas tienen claro que para conquistar la confianza y lealtad de sus clientes y consumidores, resulta imperativo construir una sólida reputación corporativa.

DIFERENCIADORES DE UNA BUENA GESTIÓN REPUTACIONAL

• Genera credibilidad.

• Fortalece la confianza.

• Facilita el crecimiento de los ingresos en el corto, mediano y largo plazo.

• Dispone del mejor capital humano.

• Figuran como organizaciones de prestigio.

• Impulsa el crecimiento.

• Facilita una permanencia sostenible.

• Impacta de manera positiva las expectativas de sus grupos de interés.

• Facilita la atracción de inversores y colaboradores más calificados.

• Su guía son sus valores.

• Cuentan con una sólida estrategia corporativa.

• Trabajan apegados a la ética (en lo ambiental, social y gobernanza).

• El centro de su modelo de negocio es la sostenibilidad.

Fuente: expertos consultados.

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