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ndice
Abigael (Caborca de ayer) 3 Dos elefantes y un príncipe francés (Desglosario) 4 Cómo reparar la literatura sonorense (Epistolar) 6 El motivo de los libros (Literal) 9 La biblioteca interminable (La biblioteca interminable) 12 Perspectivas de la ciudad (Disección) 13 Mientras no tenga el lápiz (En la pizarra) 16 Gandalf vs Don Quijote (Versus) 21 Panegírico a Bohórquez (Literal) 23 Devorando Discos (Devorando Discos) 25 Diciéndolo De cierto (Músicos de Sonora) 26 Rojo Desierto (Estampa) 28 Palabras ceniza (Universos) 30
Editorial Al llegar a su sexto número, Abrapalabra y el equipo que durante estos
seis meses la ha producido, cumplen con un ciclo programado y un enorme compromiso adquirido con el Programa de Desarrollo Cultural Municipal. A principios de 2015, al presentar el proyecto que habría de convertirse en esta, tu revista cultural, estábamos llenos de entusiasmo e ideas que el apoyo invaluable del PDCM nos ha permitido convertir en algo concreto. Este ejemplar que hoy tienes en tus manos (o ante tus ojos, si disfrutas de nuestra versión digital), es la realización de un anhelo y una inquietud de amantes de la literatura reunidos alrededor de un objetivo común: preservar para el futuro el momento histórico de un microcosmos del arte y la cultura de esta comunidad del norte sonorense. En ese sentido, nos sentimos satisfechos de haberte entregado seis números redondos, bien logrados, plenos de entrega, esfuerzo, talento y dedicación. Nos han sobrado las dificultades y menudeado los sinsabores, pero no tenemos ninguna duda al decirte que mucho mayor es el orgullo y la plenitud de haber logrado consolidar una revista cultural tal como la deseamos al decidir embarcarnos en esta aventura. Conseguir un equipo que conjugara elementos tan disímiles como el diseño editorial, la redacción, la investigación, la frescura en la propuesta, un toque de humor y la búsqueda constante y extensiva de nuevos talentos musicales, literarios, dancísticos, cinematográficos, teatrales y de las artes visuales, no ha sido poca cosa. Nada se hubiera logrado sin el extraordinario apoyo de cada una de las personas que ha integrado Abrapalabra. A todos ellos, infinitas gracias. Gracias también a ti, caro lector, por buscarnos en tu café o #puntoAbrapalabra favorito mes con mes. En nuestro número seis visitamos el panorama actual de la literatura en Caborca, acercándonos a algunos de los escritores contemporáneos cuya obra puedes conseguir y disfrutar. Te invitamos a hacerlo y conocer lo que la narrativa y la poesía caborquense atraviesan en este siglo XXI. Tocamos el vértice lírico de la región a través de una memoria de su máximo exponente: el vate del desierto, Abigael Bohórquez. Poeta fundamental del noroeste mexicano y orgullo de esta región, la obra Bohorquiana disfruta a últimas fechas de un brío renovado por esfuerzos editoriales en el centro del país y por proyectos culturales aquí en su tierra natal. Te ofrecemos también algo de Saramago, De Saint Exupery, Allen Ginsberg, García Lorca; en Versus encaramos a Tolkien con Cervantes (representados por sus personajes icónicos) y dos platillos muy especiales: artículos de Carlos Sánchez y Carlos Mal, sobre la literatura sonorense. Te invitamos a llenarte de letras con esta Abrapalabra literaria. Sírvete un poco de café y sopéala con cadencia. Buen provecho.
¡Abrapalabra! Y la palabra se hizo. Gerardo H. Jacobo Editor
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Abigael Bohórquez
Por Redacción
Nació en Caborca, Sonora,
México, el 12 de marzo de 1936. En San Luis Río Colorado fue miembro de la Peña Bohemia que editaba la revista Azul. Partió a la ciudad de México, a continuar sus estudios. Publicó con sus propios recursos Ensayos poéticos (1955). Estudió teatro y composición dramática en la Escuela de Arte Teatral del INBA y dirección escénica en el Instituto Cinematográfico de Radio y Televisión de la Asociación Nacional de Actores. Fue becado por la Universidad de Sonora y el Gobierno del Estado como estudiante sonorense distinguido. Fue galardonado en diversos certámenes como el Concurso del Libro Sonorense 1957, Juegos Literarios Nacionales del Primer Centenario
de la Invasión Filibustera Norteamericana de 1857 a Caborca; Juegos Florales Nacionales de Saltillo, Campeche, Ciudad Obregón y Aguascalientes; I Concurso Latinoamericano XEW de Poesía en México, D.F., certámenes nacionales de poesía y cuento de la Feria Regional de Milpa Alta, D.F., y el Premio de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, entre otros. Estrenó algunas de sus obras teatrales en el D.F. y su poema escénico en un acto La madrugada del centauro, fue premiado por la UNAM en el Segundo Concurso de Creación de Obras en un Acto. Fue asiduo colaborador de diarios y revistas estatales y nacionales. Fue incluido con amplia ficha en el tomo II de la Enciclopedia de México; su obra apareció en Poesía sonorense contemporánea
de Alonso Vidal; Antología de la poesía erótica latinoamericana de Enrique Jaramillo-Levi; y Siete poetas mexicanos contemporáneos del Instituto de Cooperación Iberoamericano del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Fue beneficiario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora (FECAS) 1993-1994, en la categoría de Creadores con trayectoria, con el proyecto Las tres terceras partes, teatro documental sonorense, para escribir tres obras en un acto:Nombre de perro, La sagrada familia y Ave fénix, levántate y expira. Desempeñó diversos cargos en la Universidad de Sonora, INBA, IMSS y SRE. Murió en Hermosillo, Sonora, México, el 28 de noviembre de 1995. Fuente: Instituto Sonorense de Cultura
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Dos elefantes y un príncipe francés
uedo suponer que estaremos de acuerdo en que la parte difícil no es obtener la consistencia perfecta de la crema (Créme), sino la cocción a punto para lograr un dorado crujiente en el azúcar quemada (Brûlée). La precisión culinaria no se improvisa, y si es francesa, mucho menos. El afecto a la gastronomía no tolera imaginaciones perezosas, es dar amor a cucharadas soperas o en pequeñas porciones; cambiar una receta con cien años de antigüedad al agregarle un poco más de condimento es a veces necesario: cien años es más que suficiente. Pocas cosas dan tanta satisfacción como llevar a la boca un pequeño suspiro de vainilla y azúcar, todo envuelto en caramelo, como dar mordiscos al cielo sin haber pisado las nubes en un ir y venir de la cuchara al plato. Nada hace convivir juntos a los sentidos como el cocinar, esa práctica que no sólo te alimenta sino que a veces te cura las penas y parcha las almas rasgadas. Si hablamos de repostería, qué decir, en un paseo dulce y sutil que se deshace en la lengua habremos perdido la cuerda de la vida y volveremos a recuperar el aliento en un buen rato, mejores y más completos, no hay dolor que se resista a una buena receta de cocina. Aunque sí, es tan misterioso el país de las lágrimas 1. Bizcochos de chocolate, merengues. Si algún día te enfermas de palabras, como a todos nos pasa, y estás harto(a) de oírlas, de decirlas. Si cualquiera que eliges te parece gastada, sin brillo, minusválida. Si sientes náusea cuando oyes “horrible” o “divino” para cualquier asunto, no te curarás, por supuesto, con una sopa de letras. Al lado derecho del plato hondo colmo de espaguetis, pondrás un libro abierto. Al lado izquierdo, pondrás un libro abierto. Al frente un vaso lleno
Por Citlalli Zúñiga
de vino tinto seco. Cualquier otra compañía no es recomendable. Pasarás al azar, las páginas de uno y otro libro, pero ambos han de ser de poesía. Sólo los buenos poetas nos curan la llenura de palabras 2. A veces no es posible hablar de las exigencias de la vida y de su ritmo y su angostura, le huimos constantemente cuando su camino nos ofrece sólo abrojos. En la encrucijada se aconseja armarse de autores, leer, para volar y viajar cuando tu mundo se aturde. Es curiosa la simplicidad cuando se es niño y la imaginación se basta sola, no hay un espacio tan pequeño en donde no ha de caber un dinosaurio amarillo, un brebaje de hojas frescas con un poco de tierra para combatir a las brujas del bosque desértico y acabamos con los soldados del vecinito de la casa de enfrente. Imaginar es el boleto que debes pagar cuando viajas a la madurez, un lugar al que pocos quieren ir pero a donde eventualmente todos deben llegar. El mundo de los mayores es más complicado. Al menos así lo creía El Principito (1943). Habrá que esperar una vez más la visita de ese habitante del asteroide B-612, porque claro, los mayores no preguntarían si viene de un lugar grande o pequeño, con flores con cuatro espinas o si tiene un volcán o dos a punto de hacer erupción, no, a los mayores les interesan los números, pocas veces preguntan lo que es de verdad importante saber de una persona nueva, cómo es su voz o si colecciona capullos de oruga por ejemplo 3. Antoine de Saint-Exupéry, en su pasión por la aventura nos viaja con éste compañero imaginario a lugares que se olvidan a medida que uno crece, tierras de la memoria que dejamos de explorar porque en el trayecto decidimos que es más divertido ser serio, muy serio cuando se trabaja y aún más serio cuando se
vive, ya no volvemos sobre nuestros pasos para saludar a lo que una vez fuimos y nunca debimos dejar atrás, conservar la audacia infantil y la capacidad de asombro es algo que podría conservarse lineal en la vida de cada uno, experimentar mil veces todo por primera vez. Pero existe el miedo de ser observado por actuar diferente, por ser muy feliz; el miedo de volver la mirada y saberse demasiado perdido porque se sabe que El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas. A veces les salen alacranes o escolopendras, gruesos gusanos blancos o crisálidas a punto, pero no es imposible que, al menos una vez, aparezca un elefante 4 y uno nunca sabe, tal vez sea eso exactamente lo que buscamos y hace falta para estar un poco más complacidos con lo que hasta ahora ha sido la vida. Es casi imposible no extrañar algo o a alguien cuando se está lejos, el punto sería comprender el motivo por el cual duele la ausencia. El Principito, por ejemplo, no sabía cuán importante era su flor de cuatro espinas hasta que se descubrió lejos de ella en un jardín con más de mil flores, sorprendido no por la cantidad (ya que él sólo tenía una) sino por la singularidad de la suya, valora cada uno de sus pétalos sin intentar hacerlos más redondos o más fuertes de lo que realmente son y entiende que algo no tanto por el tamaño se vuelve significativo; curiosamente uno entiende el término domesticar como la acción de ejercer poder y control sobre una bestia, para el principito y su zorro domesticar es cuando creas un lazo con alguien más, cuando se vuelve importante y necesario porque le dedicas
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el número cinco ya ni siquiera lo intenta y la piedra sobre la que hacemos girar nuestro “todo” es el trabajo, no pongo en duda su importancia, es sólo que podría considerarse a ese aspecto como un medio y no como un fin. Esto lleva al planeta número cuatro, habitado por un hombre de negocios que todo lo posee simplemente porque nadie reclamó nada antes que él, las estrellas son suyas junto a los planetas y el aire y el polvo y se excusa diciendo precisamente eso, son suyos porque nadie los reclamó primero. Uno no se cansa de poseer lo que no es propio, sea naturaleza o sea el mundo material, la necesidad no cesa, el poder jamás claudica y el deseo nunca se acaba. Sólo se terminan las buenas ambiciones, las buenas intenciones. Tal vez todo se encuentra un poco perdido cuando llega al planeta con el pobre hombre del terrible oficio y aquí una explicación no hace falta, muchos son los que trabajan lo que deben y no lo que quieren. Largo ha sido el tramo recorrido al llegar al planeta del geógrafo que irónicamente no sabe nada de mucho, lo que escribe lo tome ya de una segunda mano pues dice de sí mismo que no es un explorador, no viaja, no conoce, no cruza fronteras, se limita a escuchar y a imaginar las aventuras de los exploradores que llegan a visitarlo; tal vez sería más divertido ver el mundo con ojos propios. Si eso se considera triste y frustrante habrá que llegar al último planeta que el Principito visitó: la tierra. Podría vislumbrarse un rayo de
esperanza ya que es el único planeta con más de una persona, con miles de flores y animales y paisajes hermosos, uno bien podría imaginarse que las personas corren sin parar de un lado a otro porque hay tanto que ver y conocer que a veces quisieras tomar una bocanada de aire tan grande que pueda durarte meses y no detenerte ni siquiera para respirar. Países, razas y culturas como en ningún otro planeta pueden encontrarse en éste y se opta por la división, se elige el rechazo y la burla para la diversidad, se decide cortar y dar zarpazos a lo bueno, bonito y que además es gratis; la familia, la amistad, el amor, no llenan panzas pero fortalecen espíritus y esa es la parte verdaderamente fundamental, el hambre la calmas con hierbas y pan duro pero el ímpetu desvanecido y un espíritu asolado jamás vuelven. El mundo es un cuarto de juegos. Nadie se imaginaría que en un lugar con tantos millones de personas el hombre todavía se siente solo. El Principito nos recuerda la valía que tienen los recuerdos para que justo en el momento en que la piel comience a perderse lo que la mente aun atestigua sirvan de costura para unir la tela que somos con el pedazo rasgado que todavía cuelga en algún lugar del tiempo. Por mucho que adelgaces como un rejo, por mucho que te tires el pellejo, no podrás esconder que ya estás viejo 5, pero como dicen, la piel es la que se arruga, el corazón es libre para ser joven cuanto quiera y dibujar una boa cerrada con un elefante adentro.
Citas: 1 y 3.- De Saint-Exupéry, Antoine. El principito. Editorial Porrúa. Colección “Sepan cuántos…” (1975) Pág. 37 (1) y 27 (2). 2 y 5.- Abad Faciolince, Héctor. Tratado de culinaria para mujeres tristes. Editorial Alfaguara. (1997)Pág. 9 (2) y 21 (5) 4.- Saramago, José. El viaje del elefante. Editorial Punto de lectura. (2010) Pág. 35
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atención y tiempo pero en igualdad de condiciones y sin amedrentar al objeto de nuestro afecto. Domesticar sería muy parecido al amor, si lo pensamos por un momento. El Principito se decide a emprender éste viaje en busca de un amigo, uno de verdad y para toda la vida. En su curso se encuentra con personajes bastante peculiares pero que bien sirven para dar una ojeada a la condición humana y a lo que consideramos como relevante. En ese primer planeta habita un rey demasiado mandón pero que dentro de todo actuaba tratando de ser consciente, tenía derecho a exigir siempre y cuando sus órdenes fueran algo razonable pero eso no quita la soberbia con la que a menudo se actúa. El segundo lo habita un vanidoso que sólo vive para su beneplácito y egoístamente no es un buen anfitrión para un viajero, menos lo será como un buen amigo. La vanidad es un velo que cuela la verdadera belleza y nos vuelve superficiales, bueno sería ver que alguien salga de sí mismo para tratar de apreciar el mundo así de genial como es. El tercero es ocupado por un bebedor adicto al trabajo y en éste no se sabe si bebe porque trabaja mucho o si trabaja porque bebe mucho pero el punto es que vive sin tiempo de nada, suena familiar. Dicen que la innovación y la evolución ponen a la humanidad como el primer eslabón de cualquier cadena, hay conflicto entre unos y otros si se es el número uno, lo hay más si se es el número dos,
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Cómo reparar la literatura sonorense Por Carlos Mal
Vamos
a empezar por dejar las cosas bien claras: la primera obra literaria producida en el estado de Sonora fue Heroína, una pieza teatral escrita en mil ochocientos noventa y no-me-importa por un Aurelio Pérez Peña. Heroína trata sobre la defensa de Guaymas contra la invasión de los mercenarios extranjeros bajo el mando del conde francés Gaston de Raousset-Boulbon, un personaje olvidado de la historia de México. ¿Adivinen quién es el mayor experto vivo sobre este conde? Adivinaron: Napoléon Bonaparte-Wyse, un viejito muy simpático que vive en Luxemburgo y que es tataranieto paterno de Napoleón I y tataranieto materno del hermano del conde Raousset, el mismísimo filibustero que conquistó Hermosillo por un día en 1852 y que murió fusilado en las playas de Guaymas en 1854. Una vez me tomé un café con él en Le Bouquet de Grenelle, un cafecito en el quinceavo arrondissement de París, que es, a su vez, un barrio medio sucio y ruidoso. A Monsieur Bonaparte-Wyse lo reconocí porque era igualito a la máscara mortuoria de Napoleón Bonaparte que se conserva en el Museo de la Armada. El punto es que después de una conversación larga sobre nuestras investigaciones originales respecto al conde, quedamos más o menos de acuerdo de que él, yo y Margo Glantz éramos probablemente los únicos vivos que nos interesábamos en Gaston de Raousset-Boulbon y en sus aventuras, sus poemas y sus increíbles fracasos. Entonces, lo que estoy tratando de decir con las palabras más claras que se me
vienen a la cabeza, es que soy, hoy, uno de los pocos expertos en un tema que se encuentra en el mero inicio de la historia literaria de Sonora, y que por eso me tienen que respetar como si fuera yo el padre biológico de todos ustedes, montón de lectores ingratos que están acostumbrados a que los que escriben los traten con los mimos y las pincitas de la consideración. Si ya leyeron hasta aquí, quédense y aguanten: les voy a decir cómo reparar la literatura. Ahora que dejamos las cosas claras y cristalinas podemos empezar. La historia del arte en Sonora se ha visto afectada por el entorno, como es común, y esto se ha dicho hasta el cansancio y es un cliché, pero eso no lo hace menos cierto: el desierto de lo real se convierte en un desierto también en el momento de la creatividad y en el momento de hacer cosas lejos del objetivo pragmático: en un sitio en el cual huir de la muerte por deshidratación es una prioridad, ¿A qué horas se puede hacer arte? No sé qué tanta tinta se ha derramado en la arena como el jugo hediondo de Onán tratando de lamentar o exaltar esta característica del arte de nuestra horrenda región. Por eso no quiero seguir escribiendo sobre el problema: quiero escribir sobre la solución. El problema con querer circunscribir y restringir la literatura con una denominación estatal definitoria es casi como magia, como una especie de superstición federalista inexplicable. ¿Cuando uno cruza la frontera entre Sonora y Chihuahua la literatura cambia mágicamente? No lo creo. Por eso deberíamos, si queremos reparar la literatura sonorense, comenzar
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esto pasara a formar parte del repertorio universal de la literatura: “Yo y mi hawaka fuimos a hacer sukku en el tappenpai… mis hokkotao me dijeron: ‘¡doko haru sappai, amigo!’”. Esta letanía de tonterías incomprensibles equivalen a cuando los insensatos poetastros de la peor pacotilla escriben cosas como “qué culeis que el bato me transó el bísnes, que wazón, morro.” WTF. Es decir, hay que ser sensatos, hisdeputa: el idiolecto microrregional es interesante y constituye verdaderos tesoros lexicográficos… pero si los escritores de todo el mundo hicieran esto, estarían escribiendo solo para ser leídos en sus ciudades natales. Hay obras maestras que consisten en un balance entre idiolecto y universalidad, pero hasta ahora no he visto que exista un esfuerzo consciente por controlar esta verborrea regional que tiene más que ver con un orgullo patriotero que con un interés por decorar la redacción creativa. Si quieres escribir sobre machaca, panocha, y coyotas, dedícate a escribir menús para fondas llenas de moscas del horroroso centro comercial de Hermosillo. ¿Lo ven? Este último burn no lo va a entender alguien en Noruega o en Mianmar. No lo hagan, amiguitos. Paso dos: escribamos para el futuro, para los jóvenes y para los extraterrestres. Una cosa es cierta en este mundo lleno de incertidumbres: todo tiempo pasado fue peor. El pasado es tan horroroso que me alegra que se haya extinguido el segundo que acaba de pasar ahorita mismo. Y este otro también. Y este otro. Si vamos a escribir, que sea para cuando un montón de arqueólogos encuentren nuestros
discos duros o nuestras memorias de almacenamiento y digan “hey, este montón de huesos grasosos y llenos de pelusa era escritor, y era del siglo veintiuno, veamos que escribía y pongámoslo en un cibermuseo del presente, o sea, futurista”. Escribamos para ellos, para que se sorprendan, para que crean que lo que escribimos les dará una mejor idea de cómo pensamos y qué pensamos. Pero si lo que piensan ustedes ahorita, malos escritores que me leen, es que tienen ganas de tomarse unas cervezas y qué canciones de mierda van a escuchar en la rocola del bar o qué tonterías sentimentales trilladas van a experimentar con prostitutas y albañiles borrachos… mejor quédense con eso y no lo perpetúen en literatura que van a encontrar los übermensch del futuro. No hagan que me avergüence de ser su contemporáneo. No, olvídenlo, ya lo estoy. Escribamos para los jóvenes porque los jóvenes son la medida de lo que cautiva en arte, entretenimiento y educación. La mente de un joven es como Nueva York: si uno puede mantener el interés de un joven, uno puede mantener el interés de cualquiera. ¿Y extraterrestres por qué, Carlos Mal? En primer lugar, los extraterrestres no existen, pero podemos utilizar una hipotética existencia de estos solo como ejercicio de creación literaria. Un extraterrestre necesita explicaciones detalladas y claras y probablemente también ha visto cosas extraordinarias que un humano no puede imaginar: probemos a ser todavía más sorprendentes que un sistema estelar binario siendo devorado por un agujero negro. Sé que sí es posible porque existen Macbeth y el Quijote.
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por catalogarla perfectamente. Joaquín Murrieta, el antihéroe y asesino serial que los gringos floripondios después decorarían póstumamente en la ficción con el nombre de “El Zorro” creía que México debía estar dividido en dos naciones: la República Náhuatl en el sur y La República de Sonora en el norte. Es evidente que el norte agreste y bronco del país produce un tipo diferente de artefactos de arte, y para efectos de este artículo, para mí la literatura sonorense será lo mismo que “literatura del norte indomable y feo de México”. Pero bueno, no le demos más vueltas: ¿Cómo arreglarla? El problema con la literatura sonorense consiste en que los autores están desperdigados, como un montón de esquirlas salidas de una escopeta muy vieja. Todos los artistas norteños se quejan de lo mismo: ¿Cómo producir arte para una población que no quiere consumirlo? La respuesta está en que el arte es una compulsión, una exigencia expresiva que no responde normalmente a los mandatos de la oferta y la demanda: aunque no haya gente que quiera leer mis poemas, no es como si yo pudiera evitar escribirlos. El arte es tan innecesario como es inevitable. Así que si vamos a seguir haciendo poesía, novelas, ensayos, teatro y cuentos, más vale que los hagamos bien. Paso uno: no nos pongamos nosotros mismos, escritores, límites innecesarios. He visto las mejores mentes de mi generación hipnotizadas por la aparente transgresión que consiste en rociar los escritos con palabras indescifrables del repertorio vernáculo. Imaginemos que un autor japonés joven quisiera que
abrapalabra Y no los quiero dejar solo con consejos vacíos, no con pura prescripción autoritaria para la cual no tengo ningún crédito moral: aquí les voy a enumerar ideas bien concretas sobre obras literarias que tienen que existir en el futuro cercano. Así es: les voy a regalar mis ideas para libros que repararían la literatura sonorense de manera definitiva. Escriban novelas que se llamen igual que novelas clásicas muy famosas, pero que sean diferentes. Madame Bovary, una historia sobre una señora francesa que decide irse a pie por la ruta de Santiago. Cien años de Soledad: una novela sobre la rivalidad de dos familias que abren dos centros comerciales uno contra esquina del otro. Hay muchos diálogos llenos de profanidad, al estilo del cine de Kevin Smith o del teatro de David Mamet. Escriban francos remakes: no me parece lógico que todas las artes hagan refritos, menos la literatura contemporánea.
La literatura del pasado hacía remakes todo el tiempo: las églogas de Garcilaso eran remakes de las de los griegos: Fausto de Goethe era un remake de otros Faustos; algunas pinturas de Caravaggio eran remakes de pinturas de sus amigos; la arquitectura está llena de remakes… mi punto es claro: hay que rehacer, por ejemplo, Pedro Páramo, pero en el presente, con celulares, Internet, narcos y capitalismo salvaje. Pero eso sí: lo firmaría con mi nombre, no con el de Juan Rulfo. Más bien un subtítulo de la portada diría: “basado en la obra de Juan Rulfo”. Un proyecto real que tenía se llamaba “Aura 2000”. Ahora se los regalo a ustedes para que lo escriban. Imaginen Aura, de Carlos Fuentes, pero ahora con tu nombre en la portada, lector. Otras ideas misceláneas: escriban más teatro musical, escriban novelas de detectives con protagonistas mujeres, escriban muchas mentiras y
háganlas pasar por periodismo documentado; escriban poemarios que sean traducciones de poemarios famosos, pero que haya pasado al menos por tres idiomas para que sea algo original y que les cueste un delicioso esfuerzo; también sería bonito que alguien de ustedes escribiera sobre mí. Mucho. Y el último consejo: escriban con las gafas del feminismo. Les ahorro con esto treinta o cincuenta años de lucha para ser cool. Si escriben con un enfoque al menos un poco feminista, van a quedar menos en ridículo en los ojos de la historia del arte. Si siguen los consejos que les doy van a hacer mejor literatura y van a hacer que los críticos abandonen la cantaleta de que Sonora es un desierto de cultura (cosa que es cierta, pero qué fastidio). Hagamos que nuestra horrorosa región llena de desiertos feos y ciudades sucias se convierta en una meca de la creatividad. Sigan mi guía y seremos todos felices. Créanme: soy doctor.
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El motivo de los libros Por Carlos Sรกnchez
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Después de librar acontecimientos
violentos, luego de ver a mis amigos matarse entre ellos, de sentir en la mirada el agravio para con las señoras del barrio sometidas por los maridos. Después de levantarme todos los días para irme a trabajar en un taller donde pintábamos carros, una tarde encontré los libros. Vivíamos en situación precaria, con el aliento alcoholizado de mi padre, durmiendo él, mi hermano y yo, en un solo cuarto, ellos en una cama ancha, yo encima de una colchoneta. Vivíamos con la dieta de frijoles y tortillas, a veces huevos estrellados contra el aceite en una estufa de petróleo. Muchas ocasiones tuve que rescatar a mi padre del humo que ya le sofocaba los pulmones, porque en su embriaguez no daba cuenta que las mechas de la estufa carecían de petróleo y el fuego se extinguía, venía el humo y la tragedia como amenaza. Así para lidiar con la infancia, después la adolescencia, luego hacia la juventud. Un día llegué a casa de un camarada, para ese momento los del barrio jugábamos futbol, asistíamos a las fiestas, mercábamos las ropas de moda, los tenis más famosos, ese día descubrí en la parte baja de un ropero un libro viejo, desgastado, lleno de polvo en su pasta. Miré el título y ya no pude soltarlo. Me llamó la atención porque aparecía una foto del autor: José Revueltas, y el nombre del ejemplar: El apando. A mi padre le decían el Pando, me pareció curioso el parecido del título con el apodo de mi padre. Empecé a leerlo y se sostuvo de manera fácil en mis manos. Mi encuentro con el contenido de ese libro me fue familiar, después de conocer tantas historias de mi barrio,
de la raza que hace al barrio, de la delincuencia como argumento para construir la vida todos los días, venía ahora a refrendarme que la vida es así: las páginas de El apando llenas tan de similitud como las páginas que se escribían en los callejones que nosotros habitamos y donde yo era uno de los protagonistas. Mientras la lectura del libro de Revueltas, me estaba remitiendo a los días de vivir en un taller de carrocería, y pude ver al camarada Colega limpiando la mariguana para armar un cigarro, después de quitar el papel aluminio que cubría el papel que protege a los cigarros. Era diestro, y contaba una historia distinta mientras ejercía su ritual. Llenaba de humo el viento y su olor regocijaba mis narices, tendría yo alrededor de siete años cuando lo veía con sus brazos llenos de tatuajes y una sonrisa eterna, parecía una fotografía, siempre la misma sonrisa. En esos años iniciaron en mi entorno las historias de la violencia, dormíamos dentro de los carros del taller, mi padre nos guisaba en un brasero improvisado sobre un par de ladrillos, nos preparaba limonada en una lata de pintura, y era constante que en las noches escucháramos los gritos de violencia entre la raza quienes se dirimían la vida incluso por una cerveza, alguna prenda, lo más insignificante que para ellos era lo más trascendente. El apando me llevó entonces a estos días, y pude ver al Peludo, hombre dedicado a extraer las carteras de los transeúntes en el centro, o bien dedicado a vender joyería falsa en los camiones urbanos, siempre argumentando que tenía enferma a una de sus hijas, cuando nunca le conocimos esposa, mucho menos hijos, lo miré con su discurso aquél donde
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nos contaba cómo era el interior de la cárcel, durante la lectura también llegó el Simón, un camarada que vivió en las islas Marías. Me remitieron estas páginas a mis primero días de ver los muros de la cárcel de piedra, recinto para el castigo y donde se ejecutó la última pena de muerte en México, y el cual está ubicado dentro de mi barrio, Las pilas, que son también La matanza y la Hacienda de la flor, tres barrios en uno, cercanos todos y por donde mis pies descalzos para encontrar de a poco la vida. A esa penitenciaría asistí para ver a los padres de mis amigos. Pasaron los años y anduvimos de aquí para allá, anduve también buscando dónde dormir sin violencia, sin maltrato familiar, fui para con los abuelos, después para con los tíos, y la mejor opción, entendí, era al lado de mi padre quien con su aliento alcoholizado, su mirada siempre de derrota, era el mejor lugar para pernoctar, mi padre en su silencio tenía actitud de poeta, siempre filosofando a partir de la libertad, dejar ser a los hijos, dejarse ser a sí mismo; así su paso por la vida hasta que la nicotina le impidió el acceso de oxígeno a sus pulmones. Pasaron los años de esa infancia, adolescencia y llegar a la juventud. Volví a ese taller donde vivimos, cuando era niño, empecé a entenderle al oficio de la carrocería, empecé a tomar entre mis manos una pistola de aire y supe luego cambiar de color a los automóviles. Me hice carrocero, y en esos años también me hice lector al encontrarme con El apando. Ingresé, de un día para otro, después de correr como loco detrás de un balón en el llano del barrio, donde alguna vez levantamos el trofeo de campeones, después de amanecer en las banquetas de los callejones escuchando canciones doloridas que paradójicamente nos hacían felices, ingresé a los Talleres Libres Academia de Arte Dramático de la Universidad de Sonora, donde no es requisito ni un papel, ni un grado académico. Hice amistad con un maestro de danza contemporánea, también ya muerto, de lupus, y me abrió las puertas de su casa, a veces me dejaba dormir en su recámara, cuando él dormía en el hospital para lidiar con su enfermedad. Una noche, en esa recámara, miraba cómo el techo se convertía en un remolino, encontraba laberintos, me introducía en ellos, debió ser la mariguana que fumé y estaba tremenda, así los minutos hasta que desvié la mirada hacia el librero, me asaltó el nombre de Juan Rulfo, El llano en llamas, lindo desvelo, amanecí con mis párpados llenos de tierra, de esa textura de las locaciones de los cuentos, amanecí con las voces de los personajes y desde entonces sé que me acompañarán para siempre. Vinieron después los clásicos: Chéjov, Lorca, Shakespeare, Baudelaire, Camus, Moravia, y los de acá: Luis Enrique García, Abigael Bohórquez, Eusebio Ruvalcaba, Fernando Vallejo, Enrique Serna, y por ahí la nómina de escritores que me fueron abriendo a más el apetito por los libros. La lectura convertida en una conversación, un divertimento, la construcción de la tolerancia, la reflexión, pensar antes de hablar, sentir antes de actuar.
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La biblioteca interminable Por Miguel Bejarano
EL NOMBRE DE LA ROSA/Umberto Eco (Italia 1932)
Sin duda alguna, un clásico de la literatura contemporánea. Con esta novela, nos encontramos ante una obra erudita y magistral, que a partir de una rica narrativa gótica, con toques de novela policiaca, crónica medieval y texto filosófico, el autor da clara fe de su amplio conocimiento del entorno histórico y lingual de la época en que se desarrolla la trama. Una serie de muertes misteriosas están ocurriendo en una abadía del siglo XIV, donde los monjes tienen prohibido el acceso a la biblioteca, donde se oculta un temido secreto y la probable causa de los homicidios, ¿o suicidios? Adso de Melk nos narra, ya en el ocaso de su vida, los días cuando aún novicio, arribó a la abadía acompañando a su tutor, Guillermo de Baskerville (un fraile poco ortodoxo) comisionado para tratar los cismas Iglesia-Estado que se arremolinaban en aquellos años. Por petición del abad, Guillermo se encuentra de pronto descifrando el enigma apocalíptico que amenaza a la comunidad abacial; pero en la búsqueda de la causa de la muerte de los monjes, o de su posible asesino, se destapa una caja de Pandora que no dejará muy bien parada a la congregación. Un libro imprescindible, voraz, y de una pluma exquisita que mantendrá al lector al filo de las páginas.
LA MARRANA NEGRA DE LA LITERATURA ROSA / Carlos Velázquez (Torreón, 1978)
Carlos Velázquez, una de las plumas jóvenes de la literatura mexicana, plasma en este, su segundo cuentario (después de su elogiado trabajo anterior, La biblia vaquera), un conjunto de relatos que juegan en una sociedad de idiosincrasias inmarcesibles por la búsqueda de un desenlace triunfal según sus percepciones. Un marido obeso a dieta de cocaína prescrita por su propia esposa es la historia con la que abre el libro en No pierda su pareja por culpa de la grasa. La jota de Bergerac es l@ amante travestida del pitcher estrella del equipo local, un amuleto imprescindible para ganar el campeonato. En el tercer cuento, El alien agropecuario, una mediocre banda de punk busca tecladista, el casting lo gana Pepe, un joven músico con síndrome de Down, a partir de entonces, el éxito y las giras no mermaron, hasta que Pepe decide lanzarse como solista. El club de las vestidas embarazadas, plantea la historia de un matrimonio con problemas para procrear, Damián huye día a día de los reclamos de Carmen, su mujer, refugiándose en diferentes grupos de apoyo, clubs de lectura, manualidades, hasta que Ordoñez, su amigo, lo lleva a El club de las vestidas embarazadas, donde no necesariamente acuden mujeres preñadas. Cerrando el libro, nos encontramos con el cuento que le da nombre a éste, aquí Leonora, una marranita negra, es la mascota de Manolo, un cuarentón sin pareja que en sueños escucha a Leonora recitarle poemas, iniciando así una porcina carrera literaria que llevó a ambos a gozar los laureles del triunfo. Sin duda un cuentario con una narrativa rica y original, de un humor negro que colorea con ingenio, cada línea de estás 5 historias. Disponible en: gandhi.com: $152 educal.com: $145 pendulo.com: $175
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Por Claudia Colosio
La ciudad moderna, concebida
desde el siglo XIX como sinónimo del progreso, o como Whalt Whitman describió la ciudad de Nueva York: “I dream’d that was the new city of Friends (61)”, a su vez ha representado el punto más alto del proceso de deshumanización del hombre, donde éste pierde su individualidad –y pareciera que también su libertad de elección– para volverse, bajo la bandera del progreso, parte de la maquinaria que compone la gran ciudad. Ambas perspectivas de la ciudad se han reflejado en diversas manifestaciones artísticas como en la pintura y la literatura. Han coexistido corrientes artísticas que admiran y exaltan el valor y la fuerza de las máquinas como el Futurismo de principios del siglo XX y el expresionismo, el cual representa la realidad desde la intimidad del artista, quien refleja la miseria de una sociedad consumista y explotadora. Los planteamientos literarios sobre la ciudad vista como un espacio deshumanizado no es exclusiva de principios del siglo XX, se mantienen hoy en día. Pretendo hacer un acercamiento comparatista entre los poemarios Poeta en Nueva York
de Federico García Lorca (1940) y Howl and other poems de Allen Ginsberg (1956), textos influidos por el ambiente de la ciudad de Nueva York, uno de los grandes símbolos de la cultura progresista estadounidense, y que para estos poetas también representó la soledad y el desinterés por lo humano y “puro” como la solidaridad y el amor. En dichas obras, el amor se mezcla con la podredumbre de la ciudad y cómo se manifiesta el resultado. Es decir, el amor se mantiene en este espacio citadino, pero se ve relegado por la automatización de los individuos y “El efecto deshumanizante de la gran ciudad y la ansiedad existencial que ésta provoca” (Ortega López, 1997: 56) por lo que a través del yo poético, García Lorca y Ginsberg visualizan el amor como un lamento, una súplica y una denuncia. Conforme a los nuevos paradigmas de la literatura comparada, las similitudes entre Poeta en Nueva York y Howl están desligadas de los aspectos biográficos. No obstante, cabe resaltar que el contexto histórico y social que vivieron los poetas en su estancia en Nueva York fue determinante para la génesis de los poemarios. Por un lado, el español Federico
García Lorca (1898-1936) vivió en la Gran Manzana entre 1929 y 1930, el inicio de la Gran Depresión estadounidense, la cual contrastaba la grandeza de la construcción de los rascacielos neoyorkinos con la miseria de los estratos sociales reducidos casi a la mendicidad. Por otro lado, Allen Ginsberg (19261997), estadounidense, vivió en Nueva York desde su juventud, donde presenció los grandes cambios a partir de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y las políticas capitalistas. Ambos presenciaron momentos de gran valor histórico y vivieron en su propia cotidianidad los efectos que tales hechos tuvieron en la sociedad, lo que se revela en la conjunción de ambas obras de la exploración íntima del hablante poético tanto como una exploración social. La ciudad es un espacio vivo, y su impacto como lugar físico, social y económico provoca diversas y contradictorias respuestas ideológicas y estéticas (Ortega López, 1997: 56). De estas diversas y contradictorias respuestas se desprende el planteamiento del amor en este contexto. En ambos poemarios, pese a que los sentimientos amorosos son recurrentes, por sí mismos no corresponden la espina dorsal de los conflictos del hombre/poeta en
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Perspectivas de la ciudad: Expresiones del amor en Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Howl and other poems de Allen Ginsberg
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la ciudad, pues, en las obras, los poemas de amor en un sentido tradicional (es decir, un hablante poético en primera persona expresa sus sentimientos a otra, o un hablante poético reflexiona la abstracción del amor). Por ejemplo, el caso “Cielo vivo”, poema correspondiente a Poeta en Nueva York: Yo no podré quejarme si no encontré lo que buscaba, pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas. Vuelo fresco de siempre sobre lechos vacíos. sobre grupos de brisas y barcos encallados. Tropiezo vacilante por la dura eternidad fija Y amor al fin sin alba. Amor. ¡Amor visible! (96)
Este ambiente dista mucho de la ciudad de los rascacielos y alude a un espacio libre, armónico y luminoso al que el hablante poético huirá después de enfrentar su fracaso y desazón. Aunque las imágenes aluden a la tranquilidad y la belleza, la adjetivación con la que el propio hablante se describe es melancólica. El poema está situado en la sección IV del libro que se titula “Poemas del Lago Eden Millis”, que, omitiendo la referencia geográfica, refiere a un ambiente natural y puro. Ginsberg, en Howl and other poems también dedica versos al amor en sentido abstracto, como en “Song”: The weight of the world is love. Under the burden of solitude, under the buden of dissatisfaction the weight, the weight we carry
is love[…] but we carry the weight wearily, and so must rest in the arms of love at least. (82)
Igual que el poema lorquiano, el hablante también expresa el amor como una carga más similar a un castigo que a un estado de goce. Sin embargo, también lo reconoce como un peso que al final lo llevará al descanso. El amor corresponde a un alivio de su propia fatiga, pues ya el propio poema señala “No rest / without love without dreams of love”, posicionándolo no sólo como un elemento permanente en la vida del hombre; también necesario. Con respecto al amor en el lamento de la ciudad, en “Panorama ciego de Nueva York”, que desde su título enuncia la falta de visión a nivel simbólico, el hablante poético expresa su frustración ante el desinterés por el conocimiento y los sentimientos humanos: Nosotros ignoramos que el pensamiento tiene arrabales Donde el filósofo es devorado por los chinos y las orugas y algunos niños idiotas han encontrado por las cocinas pequeñas golondrinas con muletas Que sabían pronunciar la palabra amor. (88)
La imagen es desalentadora y, como afirmó Darío Villanueva sobre el también poema lorquiano “Pájaro de angustia” y cuya percepción también puede aplicarse a este poema: “el poeta atribuye la desesperanza de los habitantes de Nueva York a ese proceso sistemático de negación absoluta de lo positivo (204). En este caso, el desaliento se sostiene por la precaria situación de la reflexión humana, pues, como cita el mismo poema en versos anteriores “Un traje abandona-
do pesa tanto en los hombros que muchas veces el cielo los agrupa en ásperas manadas […] (87)”. La sociedad se encuentra automatizada por el trabajo que los reduce a una nada, como si la falta de conciencia redujera y animalizara a los hombres. “Howl”, poema más famoso del libro del autor estadounidense, comienza con el recordado verso “I saw the best minds of my generation destroyed by madness” (Ginsberg, 10), el cual comienza una serie de enumeraciones que describen a estas mejores mentes. En ellas resalta la marginalidad y precariedad de la gente consumida por la ciudad: Who blew and were blown by those human saphin, the sailors, caresses of Atlantic and Caribbean love Who copulated ecsatic and insatiate with a bottle of beer a sweetheart a package of cigarretes a candle and fell off the bed, and continued along the floor and down the hall and ended fainting on the Wall with a visión of ultimate cunt and come eluding the last gyzym of consciousness, […] (16)
El amor se presenta como una entidad reducida al placer carnal, situación más cercana a un escenario natural salvaje que al estado de agobio y calma que proponía “Song”. La ciudad se muestra como un espacio precario donde al hombre, a estas mentes atrofiadas por la locura, no les queda más que la satisfacción de los instintos, lo que queda cuando se va la esperanza de la conciencia. De igual forma, en el texto de García Lorca, “[…] tanto el grito como el gemido se asocian al ámbito de la denuncia airada o del sufrimiento. […] la segunda etapa de la obra lorquiana tiene como centro germinador el conflicto entre lo decible y lo indecible” (Llera, 152). Lo que relaciona ambas obras en el reconocimiento de la deshumanización que, por
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un lado, hace que los hombres ignoren y destruyan los símbolos del conocimiento así como a ellos mismos ya como una masa amorfa. Tanto Poeta en Nueva York y Howl and other poems, aportan soluciones a nivel espiritual para resolver los problemas del hombre citadino. Lorca en el poema “Grito hacia Roma” exclama “ha de gritar con voz tan desgarrada/ hasta que las ciudades tiemblen como niñas/ y rompan las prisiones del aceite y la música” (135); mientras que Ginsberg en el final de “Howl” bendice: “Holy forgivness! mercy! charity! faith! Holy! Ours! bodies! suffering! magnanimity!”(36). La propuesta de los autores gira en torno a volver a la pureza, a los sentimientos, al conocimiento y al amor. Mientras tanto, la ciudad, independientemente si es Nueva York, Madrid, Londres o la Ciudad de México, continúa representando, como lo refirió Ortega López, un lugar de contradicciones, que conjunta la cultura a la vez que alberga la automatización y la desigualdad, donde los hombres se vuelven alimento de Moloch.
Fuentes citadas: García Lorca, Federico. Poeta en Nueva York. Ed. De Piero Menarini. Madrid: Espasa Calpe, 1990. Ginsberg, Allen. Aullido. Trad. De Rodrigo Olivarría. Madrid: Anagrama, 2013. Original inglés de 1956. Llera, José Antonio. Lorca en Nueva York: una poética del grito. Kassel: Edition Reichenberger, 2013 Ortega López, José. “La ciudad de Nueva York en la Poesía Moderna Norteamericana”. REDEN: revista española de estudios norteamericanos Nº 14, (1997): 55-92 Raskin, Jonah. American Scream: Allen Ginsberg’s Howl and the Making of the Beat Generation. York: University of California Press, 2004. Villanueva, Darío. Imágenes de la ciudad: Poesía y cine, de Whitman a Lorca. Valladolid: Cátedra Miguel Delibes, 2009.
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Mientras no tenga el lápiz Una mirada al paisaje literario actual en Caborca Por Heidi Reyna, Gerardo H. Jacobo, Miguel Bejarano
Mientras no tenga el lápiz curvaturas de hoz para segar el trigo, rumor de cascos para horadar la mina, devoción de machetes para abrir carreteras no me sirve. Abigael Bohórquez, Manifiesto poético
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Literatura significa referirse al conjunto de obras nacionales, o correspondientes a una corriente o a una época histórica, pero también puede querer referirse a la teoría o reflexión literaria, o los conocimientos que se incorporan con el estudio de esas producciones. Si hablamos de la literatura en general, independientemente de un tiempo y lugar, nos referimos a la literatura universal. Como la literatura es una suma de saberes, cada saber tiene un lugar indirecto que hace posible un diálogo con su tiempo. Como en la ciencia, en cuyos intersticios trabaja
la literatura, siempre retrasada o adelantada con respecto a ella: «La ciencia es vasta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos interesa la literatura» (Roland Barthes). Por otra parte el saber que moviliza la literatura no es completo ni final. La literatura sólo dice que sabe de algo, es la gran argamasa del lenguaje, donde se reproduce la diversidad de sociolectos constituyendo un lenguaje límite o grado cero, logrando de la literatura, del ejercicio de escritura, una reflexibilidad infinita, un actuar de signos. Caborca goza, desde Bohórquez, de un punto referencial en la
Literatura del Noroeste. La poética del vate se inscribe entre los acervos más relevantes del siglo XX nacional, inviste a nuestra ciudad de relevancia en el panorama de las letras, que las nuevas plumas están obligadas a refrendar y engrandecer. Con poetas y narradores vivos y en activo, el paisaje literario de Caborca está ahí para la revisión: novelas, libros de cuentos, poemarios, crónica y ensayo, son los géneros más socorridos por los escritores de esta tierra, con una docena de títulos publicados en los años recientes. Aquí te presentamos un acercamiento a algunos de ellos.
Karen Martínez Islas Nació en la ciudad de Caborca en 1989. Es Licenciada en Educación Primaria por la Escuela Normal del Estado de Sonora. Es autora de Era sombría, poemario. Empezó a escribir a partir de unas libretas que su padre tenía, donde estaban sus propios dibujos en acuarela y narraciones poéticas que le gustaba leer. También quiso hacer lo mismo, así que en primaria tomó un pequeño cuaderno que nombró “Con mi mano izquierda”, con la intención de escribir canciones y pedacitos de ideas que en ese momento de infancia surgían. Quiso hacerlo con la zurda por las simples ganas de complicarse la existencia. En su casa siempre hubo libros, sin faltar los Nuevos Tesoros de la juventud, enciclopedias donde estuvieron los primeros cuentos que le fueron narrados con paciencia por su madre, y que a la larga repercutirían en su discurso poético. En la secundaria, ese proceso creativo sufrió una transformación al toparse con los poemas de Manuel Gutiérrez Nájera, en especial este fragmento: Quiero morir cuando decline el día / en alta mar y con la cara al cielo / donde parezca sueño la agonía / y el alma un ave que remonta el vuelo…” Por otra parte, los primeros libros que disfrutó fueron las antologías poéticas de reconocidos autores mexicanos como Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Luis G. Urbina y Amado Nervo.
Abrapalabra: ¿Qué te hace sentir el escribir? Karen: Escribir me hace sentir viva. Casi siempre mi proceso creativo tiene que ver con las dificultades que enfrento y me ponen en una línea sin escape, por no decir que también induzco a esos hechos, así que en esas situaciones de tristeza, miedo, rencor y frustración, es que puedo liberarme a través del poema. A: Además de Era Sombría ¿Qué más has publicado? ¿En qué foros has participado? ¿Qué proyectos tienes en puerta? K: mi trayectoria literaria propiamente dicha, comienza en 2007, cuando gané el Primer lugar en el Concurso Estatal Académico, Cultural y Deportivo que organiza el Colegio de Bachilleres en la rama de poesía. Mi primer libro se llamó Era sombría, y fue publicado en 2009 con apoyo del PDCM. Es un poemario que se basa en los problemas sociales que en ese momento yo asumía como míos: narcotráfico, drogas, prostitución. He publicado en la revista Existir de Tijuana, Baja California en 2008. Así como en la revista y publicación del libro artesanal Abrapalabra en 2014. Mientras que en 2015, el poema “En los juegos de merecernos”, fue seleccionado para su publicación en España en la antología poética Deshojando Sentimientos. En 2014 y 2015 participé en el Encuentro Hispanoamericano de Escritores Horas de Junio. En
2015 recibí apoyo del PDCM, para realizar el proyecto De cierto te lo digo. La poesía de Abigael Bohórquez vuelta canción, donde se musicalizan ocho poemas del poeta caborquense en un disco donde actualmente participo como coordinadora. También me encentro trabajado en otros proyectos de escritura y en un nuevo poemario que estoy segura pronto verá también la luz. A: ¿Consideras que es difícil publicar? y ¿Cómo ves el apoyo que reciben los escritores en Caborca o en el estado en general? K: Creo que las dificultades para publicar tienen que ver con que se nos ha enseñado de forma sistemática que el creador en general, y el escritor en particular, es visto como un producto social que si bien se apoya de forma económica al recibir un estímulo en caso de ganar un proyecto, beca o concurso, este apoyo tiene que ver con su talento y con su propio mérito y esfuerzo, y no con la consideración de la práctica artística como un proceso social que deba impulsarse desde el área educativa y gubernamental, con la intención de ejercer un impacto más profundo en aquellas personas que tienen un talento para la escritura o el arte en general, ya que el arte como fenómeno colectivo, parte de la sociedad civil y es a la sociedad civil que debe regresar. El proceso de publicación no debería ser azaroso. Creo que al escritor talentoso debe de pagársele para que publique y no pagar para ser publicado. 17
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Según Castagnino, hablar de la
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Ricardo Félix Nació en 1975 en la ciudad de Caborca, Sonora. Estudió Psicología en la Universidad del Noroeste en la ciudad de Hermosillo donde ahora vive. Es autor de Las aventuras surrealistas del Dr. Mingus (The surreal adventures of Dr. Mingus), disponible en inglés y en español. Durante la infancia leyó toda clase de comics y después historias de los hermanos Grimm, algo de Christian Andersen. Ese tipo de textos alimentó su imaginación lo suficiente como para buscar crear sus propios personajes. Aquel tiempo no escribía mucho, más bien dibujaba. Comenzó a escribir hasta la preparatoria, influenciado por la música más que por la literatura. Abrapalabra: Cuéntanos sobre tu novela y cómo ha sido el proceso de concebirla y publicarla. Ricardo: Bueno mi más reciente publicación es un libro de cuento corto que se llama “Las aventuras surreales del Dr. Mingus” es un libro bilingüe publicado por una editorial de Estados Unidos. Son cuentos basados en un psicoanalista algo excéntrico, originalmente el personaje aparecía solo en algunas de las historias pero el editor sugirió incluirlo en todas para tratar de darle un tema general, una especie de “hilo conductor”. Los cuentos son muy variados el primero habla sobre el voyeurismo de un grupo de terapeutas trabajando con una familia en problemas, hay uno sobre la muerte de Zapata, un actor que pretende ser Jesucristo, uno más sobre un narco al que se le práctica un exorcismo, Hamlet en el exilio, piezas de ajedrez analizando la organización social, etcétera. El proceso de publicarla fue tardado ya que se trabajó con dos editores, uno para la versión en inglés y otro en español. El libro está disponible para compra en Amazon México (www.amazon.com) A: Danos tu opinión sobre el panorama cultural en Caborca, sus necesidades y su realidad. R: Me sorprende la cantidad de artistas que produce un pueblo como Caborca, donde se espera que surjan leyendas e historias sobre narcos, tal vez beisbolistas y algunos agricultores. Pero es común encontrar pintores, escritores, actores que surgen como accidentes de la naturaleza. Existen esfuerzos aislados por promover y generar a esos artistas
en el pueblo pero no hay una estructura o red, ni un consumo que consolide la producción de arte, Sonora sigue siendo un rancho donde se rinde culto a la carne asada, la tecate y a la figura del narco que nos describen en los corridos. A: ¿Cuál consideras la importancia de la literatura y las artes en el tejido social? R: Bueno, un papel clave para la evolución de las sociedades. Tomemos el ejemplo de la narco cultura: tienes a niños, adolescentes, jóvenes aspirando al poder que proyectan los narcos y sicarios en películas y corridos. Adoptan un estilo de vida buchón que glorifica a los fetiches (desde el Iphone 6 hasta el buchanan’s, la troca…) y están dispuestos a poner en riesgo a su vida con tal de hacerse de esos accesorios. Supongamos que educas a la juventud con otros modelos, para que en vez de aspirar a ser otro Chapo Guzmán, aspiren a ser un nuevo Cortázar o una nueva Frida Kahlo en vez de una reina del sur. Eso lo logras a través de la educación pero muchas veces los padres no están capacitados para transmitir esos valores, están más preocupados por demostrar que pertenecen a una clase social acomodada que por enseñar a sus hijos a leer o apreciar el arte en general, piensan “si eso no deja dinero ¿para qué sirve?”. Y bueno, si echamos una mirada a los Peña Nietos, los Azcárraga, los Salinas por citar ejemplos de nuestra clase dominante no encontramos mucha cultura ahí tampoco. Se aspira a tener yates, mansiones, autos de colección, así que cabe citar a Steinbeck: “Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo”.
Luis F. Álvarez Luis Fernando, mejor conocido como Gringo, es probablemente el escritor vivo más prolífico en Caborca. Promotor incansable de la lectura, fundó el club de lectura Duermevela. Ha publicado Tijuaneados (cuentos, 2002), La Cequia Honda (novela, 2008) y El Tiempo de la uva (novela, 2009), además de tres obras inéditas. Dirigió durante tres años la revista literaria Vereda. En 2014 fue reconocido con el Premio al Fomento a la Lectura México Lee.
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Luis Fernando: Como llegamos todos, a través de los libros. Contar sobre mi particular experiencia lectora es pueril, toda experiencia lectora de alguien que llega a amar los libros es una experiencia entrañable y cada una personal y distinta, no debería yo presumir o sentir que mi experiencia lectora es más especial que ninguna otra. Pero si te refieres en cómo llego a las letras con respecto a escribir, llegar a escribir, pues yo creo que igual que tú y que muchos, ponerse el reto de hacer algo bien hecho, algo bonito, trascendental en la medida de lo posible, subastar mi cerebro ante el público como lo dijeron otros ya. Pero siendo sincero, no me considero un escritor, hace seis años publiqué mi último libro y después de eso no he hecho absolutamente nada. Si la gente o ustedes piensan en mí como un escritor, creo que andan seis años atrasados de noticias. En cuanto a la persona que hay detrás de este escritor que no soy, si es que las personas importan en este mundo literario, yo soy un alcohólico, diabético, divorciado, profesionista desempleado, que por haber golpeado a su exmujer hace ocho meses que no me dejan ver a mis hijas, lo cual no sé si es justo o no pero es algo que me destroza día a día. En pocas palabras, soy una mierda de persona, y ya lo dijo Saramago antes, incluso un imbécil es capaz de escribir un libro. Creo que yo soy uno de esos imbéciles. A: ¿Qué significa para Luis la literatura? LF: De las cosas buenas que puede tener la vida. De las cosas amables, un elemento que puede formar parte de la formación integral de una persona. Ojalá que como país tendiéramos más al fomento a la lectura, pero vivimos en un sistema social tan jodido, que no somos capaces ni siquiera de hallar el hilo negro de nuestra problemática. Los maestros dicen que la reforma educativa es un error porque van a evaluar su trabajo. Mejor que digan que quieren seguir trabajando como se les dé su gana por los siglos de los siglos y que cada año se sigan perdiendo 50 mil millones de pesos tan sólo en corrupción del sindicato. No puedes llegar con un muchacho que no tiene trabajo, que no tiene qué comer, que no tiene acceso a estudios ni a un buen ingreso y decirle, toma un libro, lee, eso mejorará tu vida. En México hay muchísimos problemas más grandes y más importantes que el bajo nivel de lectura, y las autoridades deberían trabajar en serio para resolverlos y no ver en la lectura el paliativo sentimentalista que va a resolver nada. La gente necesita trabajo, servicios, desarrollo social, educación de calidad y no el mercado de plazas que es actualmente.
A: ¿Cómo ves el panorama actual de la literatura en Caborca?
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Abrapalabra: ¿Cómo llegas a las letras?
LF: Ustedes lo están activando o reactivando actualmente. Ustedes con su revista tan meritoria, con su libro artesanal, con el empuje y el talento que brindan de por medio. De entre las plumas de Abrapalabra surgirán las próximas dos o tres figuras de la literatura caborquense y lo lograrán en la medida de su esfuerzo, de su entrega, de su gracia para crear algo genial, algo entrañable. Aquí en Caborca todo es Abigael y nada más que Abigael, es como políticamente correcto adorar a ese cabrón. No sirve de nada ser un experto en Abigael si no has leído a Vallejo, a Girondo, a Gelman, a Alan Ginsberg, a los poetas malditos de Francia que particularmente no me gustan, y creo que la poesía nacional actual es buenísima, así que no hay que crear estatuas de sal de batos que simplemente hacían lo que les gustaba y les importaba un pito la gente y todo lo demás. A: ¿Cómo se puede mejorar y acercar a la literatura a la comunidad? ¿Cómo se puede mejorar la literatura de Caborca? LF: Igual que la de Hermosillo, la de Chiapas y la de Mozambique. Con mejores propuestas y mejores autores. Si la pregunta es cómo se puede mejorar el acercamiento de la literatura a la comunidad. Es utópico. Sólo tienes que desaparecer los videojuegos, los celulares, el facebook y todos los distractores banales y consumidores del tiempo y del cerebro de los niños, adolescentes, jóvenes y muchos adultos de nuestra sociedad. Creo que lentamente podemos formar lectores dentro y fuera de las escuelas y tener la esperanza de que esos lectores tengan un efecto multiplicador en la sociedad y finalmente en la cultura de nuestro país. Hay esfuerzos institucionales que se están haciendo como el Programa Nacional Salas de Lectura y otros, pero como todo, depende de la participación de la ciudadanía para que esto crezca. A veces creo que si tú formas a un lector, en realidad estás formando a tres o a cinco lectores, porque es algo que se contagia. Eso espero. Si me preguntas a mí, creo que es más importante que la gente estudie y se prepare a que lea literatura; es más importante que la gente trabaje a que lea literatura. Es más importante que se erradique la corrupción y la violencia, pero si a eso ayuda que la gente lea, bueno pues, hay que promover la lectura.
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Otros autores caborquenses y los títulos que han publicado:
Alba Brenda Méndez Estrada (1951). Nació en la H. Caborca, Sonora. En dicha ciudad realizó sus estudios de primaria y Secundaria. Es Licenciada en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora. Su creación ha dado preferencia al poema y trabajos suyos conforman, junto con diez autores, el Volumen Voz literaria de hoy – publicado por el Gobierno del Estado, en 1987, en Hermosillo, Sonora. Casa de la Cultura de Hermosillo editó en 1989 su poemario De cierta palabra y en 1999, en la misma ciudad, el Departamento de Humanidades de la Universidad de Sonora, el libro de poemas No quiero ser quien cuente. Su obra se ha difundido en periódicos de la región y en revistas especializadas a nivel local y nacional. Igualmente, en diferentes antologías. Los títulos siguientes son algunos ejemplos: Sonora. Un Siglo de Poesía – Gilda Rocha. CONACULTA., México, D.F.1993. Inventario de Voces - Visión Retrospectiva de la Literatura Sonorense - Gerardo Cornejo. Instituto Sonorense de Cultura, Universidad de Sonora, El Colegio de Sonora. Hermosillo, Sonora, 1992. Antología-Cantos de Minerva. Guadalupe Beatriz Aldaco Encinas. Instituto Sonorense de Cultura - Hermosillo, Sonora, 1994. Anuario de Poesía 1990 (Mes de marzo) - INBA – México, D.F. 1990. Actualmente es presidenta, por segundo ciclo consecutivo, de Escritores de Sonora, A.C. Es autora del poemario Olaí: ser del tiempo y coautora de Voz literaria de hoy.
Margarita Ramírez Celaya, Contadora Pública y Artista Plástica, ha publicado Padre viajero y Kino y la
ruta de las misiones, es co-autora de Cucurpe: donde cantó la paloma.
Julio Gutiérrez, periodista y fotógrafo, es autor de Historias de autobús, pasajes de vida. En 2009 fue becario
del Fondo Estatal para la Cultura y las artes.
Ramón Eduardo Ortiz, periodista, es autor de Historias mías o liberando al león de su jaula y Crónicas
No-Veladas.
(Al momento de redactar este artículo, nuestro querido Guillermo Munro, escritor rocaportense y autor de novelas como Hombres valientes, No me da miedo morir y La ruta de los caídos, se encontraba convaleciente de una grave afección cardiaca. Nos hubiera encantado poder entrevistarlo, pues sin duda tiene un sitio privilegiado entre los autores de nuestra región. Le enviamos un abrazo y deseamos su pronta recuperación)
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Por Gustavo Mazón
J.R.R. Tolkien :Creador: Miguel de Cervantes Saavedra 1937 :Año de publicación: 1605 Mithrandir, Olórin, el gris, el blanco :Otro nombres: Alfonso Quijano, El ingenioso Hidalgo Mago :labor: Caballero Istari (Maiar) :Raza: Española Tierra Media :Hábitat: La Mancha Lady Galadriel :Gran amor: Dulcinea El Hobbit, :Libros: El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha y El ingenioso Caballero Trilogía del Señor de los Don Quijote de la Mancha anillos y el Silmarillion Saurón, Saruman, Balrog :Enemigos: Gigantes, ejércitos y Sansón Carrasco Sombrero puntiagudo, capa y báculo :Indumentaria: Armadura, lanza y espada Sombragrís :Caballo: Rocinante Un mago nunca llega tarde, ni pronto :Frase famosa: Dad crédito a las obras, no a las palabras Llega justo cuando se lo propone
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Gandalf vs Don Quijote
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Se dice que la literatura es el arte que
aboca al uso estético de la palabra escrita, la cual no tiene la función de informar sino de proporcionar satisfacción o placer estético; la lírica, la narrativa y el teatro forman parte de ella. A lo largo de la historia, grandes obras literarias de escritores de diferentes partes del planeta han acompañado a la humanidad. Y de esas obras, se han desprendido un sinnúmero de personajes que se han quedado en el gusto de la gente durante generaciones. En este versus hablaremos de dos personajes de fantasía muy carismáticos, creados por dos eminencias de la literatura. Gandalf, el hechicero de la tierra media, y el predilecto de su creador J.R.R. Tolkien; y de Don Quijote de la Mancha, el grandioso héroe de Miguel de Cervantes Saavedra. Cabe mencionar que en los libros donde aparecen ambos (La trilogía del Señor de los Anillos y El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha), se encuentran en los lugares sexto y tercero respectivamente, en la lista de los libros más leídos de toda la historia. Gandalf es un mago, uno de los espíritus maiar enviados a la Tierra Media para ayudar a sus habitantes a luchar en contra del señor oscuro, Sauron. Él adopta el aspecto de un anciano de barba larga y grisácea. Es considerado, junto a Merlín, como el estereotipo de mago en la cultura occidental. Hay varias fuentes en que el profesor Tolkien supuestamente se basó para crear al hechicero. La más obvia es el mago Merlín. Pero también tiene características del judío errante, figura popular de la mitología alpina; así como del mismo dios nórdico Odín, en su encarnación como viajero; sin olvidar la que parece ser la más clara influencia del personaje: el bardo Väinämöinen, una de las figuras centrales del Kalevala, la epopeya nacional finlandesa. Don Quijote es un idealista, un hombre poco práctico, inclinado a enderezar los
males del mundo. La gente que lo rodea se mofa de su inocencia e idealismo, y siempre intentan curar su locura. Su nombre original es el de Alonso Quijano. Se dice de él que en un tiempo se puso a leer a muy poca luz, muchos cuentos de amor e historias de caballerías, hasta que perdió su cordura. Y ahí se convierte en el caballero: Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes se inspira en este personaje, debido a la situación precaria que vivía. En una España donde se derrochaban las riquezas, la economía fallaba y la monarquía utilizaba a la religión para controlar a la nación. Un ambiente lleno de injusticias, pobreza y gente sin valor ni respeto. Y pensaba que solo un loco podría sobrevivir, y así crea al caballero andante. Pero mas que un loco era un visionario, un soñador que vivía en su propio mundo. Un luchador que nunca se rendía; si caía y se levantaba, sin importar la burla de la gente. Cuando la tierra media es amenazada por el señor oscuro, Gandalf el Gris participa en el Concilio Blanco para luchar contra el Nigromante, que resulta ser Sauron; al que al final expulsan del bosque negro. También organiza la expedición de Bilbo y los trece enanos de Erebor, a la Montaña Solitaria, para que éstos recuperen los tesoros arrebatados por el dragón Smaug. Así mismo, en la trilogía del Señor de los Anillos, es parte fundamental dirigiendo las acciones que logran destruir el Anillo Único. Durante esta empresa se enfrenta en una cruenta batalla al demonio Balrog; al cual vence y vuelve a la tierra media renacido, y convertido en Gandalf el Blanco. En busca de su Dulcinea Don Quijote vive varias aventuras; siempre mostrando su nobleza y altruismo, pero el mundo no alcanzaba a comprenderlo. Cuando Sansón Carrasco reta y derrota al Quijote, éste lo hace con el fin de ganarle y quitarle su locura, y le dice que tiene que olvidar a Dulcinea; pero nuestro héroe prefiere morir gallardamente antes de renunciar a su amada. Pero es obligado a dejar el sueño de ser un caballero, y así recupera la razón. Desilusionado, tiempo después muere Alonso Quijano, más no el espíritu de Don Quijote. La leyenda había nacido. El Quijote dejó el realismo por perseguir un sueño, Gandalf peleó para que sus sueños se hicieran realidad. Ambos querían un mundo mejor, una sociedad mas justa e igualitaria. Ambos tuvieron dos personalidades, Gandalf: el Gris y el Blanco; el hidalgo: Alonso Quijano y Don Quijote. Ambos eran diferentes a los demás y lucharon por sus convicciones. Y aunque sean personajes de ficción, la realidad es que al mundo les hace falta muchos Gandalf y Quijotes. Los últimos informes que recibí fueron que Gandalf está muy contento en Aman, rodeado de Elfos y buenos amigos como Bilbo y Frodo; fumando en su pipa ese exquisito tabaco que tanto le gusta, siempre a la espera, por si lo llaman a combatir. Por su parte, Don Quijote sigue peleando contra gigantes, rescatando doncellas, combatiendo el mal y buscando a su Dulcinea; él se encuentra en un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme.
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Por Miguel Bejarano
La literatura y la música van de la mano como el tequila y el limón,
como el ron y la soda, como el rompope y la monja, como la cerveza y Yo; o, mal parafraseando a Borges: son caminos que se bifurcan, pero que vuelven en sí mismos para volver a ser: literatura y música. Cadencia. Ritmo. He aquí dos puntos de partida para crear un verso o una canción. He aquí que las dos fuentes se reconocen, se entrañan y surgen. Así también, se inventa a sí mismo el monstruo literario, el rebelde, el maestro, el poeta de poetas del desierto, el dramaturgo, el caborquense ciudadano de muchos caborcas que señalan y olvidan; el individuo que se supo salvar en las letras de cuanto dedo índice lo desdibujara. Hablar de literatura en Caborca, es obligadamente hablar de Abigael. De Abigael Bohórquez, el hijo natural de doña Sofía García, nieto de sus abuelos de la llanura pápaga, Ángel y Adela, y sobrino de sus tías. Abigael Bohórquez, punto de referencia imprescindible para las letras en Caborca, en Sonora, en México y en Latinoamérica. Un personaje quizá extemporáneo, pero justamente universal, exacto, mordaz y, atinado en sus versos que abofetean al lector con exquisitez abrumadora. La poesía de Abigael retuerce entrañas, juega a las nostalgias, a la soledad, a la ironía, a la discordancia, a la voz que no se calla por el mero gusto de decir verdades, por el mero gusto de ser él, un poema de nómada naturaleza. El poeta partió, a San Luis, a Hermosillo, al Distrito Federal en Milpa Alta, pero a donde fuese sus letras lo arraigaban a un mundo infinito de consignas poéticas que también lo salvaron de la muerte. Porque Abigael no se muere: se reafirma en esta tierra con cada una de sus obras. Ha de cantarse — esto es lo que se debe, señoritos poetas de intocables perfiles y cafés literarios —… decía Abigael en su Manifiesto poético (de su poemario: Acta de confirmación). En su novela En el mar de tu nombre, el escritor Carlos Sánchez nos narra a manera de ficción un tanto utópica y quizá atendiendo a la voz de Abigael, cómo un grupo norteño (Los Chiltepines) musicaliza poemas del vate, los cuales se hacen tan populares que la gente los canta y los baila, convirtiéndose en un éxito en las estaciones de radio; de nuevo la música, de nuevo Abigael se reinventa. No distante de una realidad literaria, un disco con poemas del vate es parido en Caborca, si bien, no con música norteña, sí con música que, como dijera Don Silvio: No es lo mismo, pero es igual. Ha de cantarse, y se cantó. Ocho poemas musicalizados y cantados por coterráneos bohórquianos-caborquianos, se plasman en el disco intitulado De cierto te lo digo, un homenaje a Abigael Bohórquez y su obra. Entonces la literatura le guiña un ojo a la música, ésta
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Panegírico a Bohórquez
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se deja manosear, se hurgan sus tonalidades y sus versos: vuelven a ser. En la poesía abigaelina se grita un desprendimiento para no atragantarse con dobles caras o morderse la lengua, Abigael dice lo que ama sin prejuicios ni mordazas, sufre las soledades, pero también las reclama, las exige y las protesta, pone el dedo en la llaga de la patria y en sus rancias burocracias bien sabidas y bien calladas a fuerza de amiguismos, baja de sus tronos a jerarcas religiosos y les habla al tú por tú, mientras subordinados de la otra burocracia, la católica, se pelean con lujo de oraciones y protocolos, como lo cita Bohórquez en su Cónclave: Por el oro y la silla del Espíritu Santo, la curul y la gracia del Espíritu Santo. La muerte de su perro, aquel que a fuerza de llantos y caprichos por la escarlatina, le llevaron de muy lejos en una caja de zapatos, se convierte en una oda ejemplar en el acervo de Bohórquez; porque la muerte de su perro, sin argolla en el pescuezo ni listón ni sonaja, humilde ciudadano de ladrido-carrera, le dolió más que la del perro que habla y engaña, y ríe, y asesina (Llanto por la muerte de un perro, de su poemario Fe de bautismo). Para Abigael no hay vuelta atrás, la letra le es suficiente para ser y decirse, en ella se regocija sin exclusiones; es la palabra una nave de vastos timoneles que naufraga a conciencia. Aunque en Abigael no todo es verso, no siéndolo, es. Es lo que él quiere, lo que él desea, lo que amantísimo, amorosísimo de lo que ama, ronda, cosquillea y bulle de su alma en claro, de su Reconcilio con la tierra que lo vio nacer, de la Confirmación, de su Declaración previa, de la Reconstrucción del lecho, de aquel que fue su Cuerpo del deleite; pero sobre todo, de su Oficio de poeta, que zurce jornadas y consignas: pálidas sombras de escritorios y oficinas. Hablar de Abigael Bohórquez, es hablar también de un desierto que no soslaya pasiones, de un pueblo que destierra por costumbres, de un tiempo imperecedero que se incrusta en honores, en casas de la cultura, en museos esporádicos de lo que fuera un hogar lejano, en declamaciones abruptas de generaciones perenes, en un encuentro cultural que lo reclama (Del alma en claro, que suma ya tres ediciones) año con año en marzo, mes de su natalicio, en un escrito efímero como este mismo, que lo nombra para que no deje de ser nombrado, en nombre de la literatura, que también en Caborca, se niega a morir. La literatura y la música van de la mano, como Abigael y su pluma, como el racimo y la uva, como el fuego y el humo que se alza cuneiforme, reclavando a cristos siderales irredentos del lenguaje y la palabra, de la poesía y el poeta. Y a consigna de este panegírico, la literatura tomó la mano a la filarmonía, y, ahí va, la poesía de Abigael Bohórquez vuelta canción, De cierto te lo digo, si algo habrá de perdurar, de esto que fue tomado sin razón, será tu libertad (Tierra prometida III del poemario Podrido fuego) buscando con la música, continuar subrayando el genio, el talento, la libertad, ejercida con agudeza y astucia, del poeta de poetas del desierto: Abigael. Siempre Abigael Bohórquez. 24
Por Miguel Ángel Angulo
Joe Satriani / Shockwave Supernova
Shockwave Supernova es el nuevo álbum del súper guitarrista Joe Satriani, el décimo quinto de su carrera. También son quince los excelentes temas que trae consigo en esta ocasión y donde se pasea -como en otros discosde lo rockero a lo suave y lo melódico pues si hay algo que tiene Satriani es melodía hasta para tirar para arriba. El disco inicia con el tema que da título al álbum, un tema con muy buena intro pues aparte de su guitarra Satriani tiene la compañía de otros virtuosos en esta producción, como el baterista Marco Minnemann, el bajista Bryan Teller, ambos pertenecientes al virtuoso y reconocido trio llamado The Aristocrats; y por otro lado en la guitarra rítmica lo acompaña Mike Keneally quien ha trabajado con Dweezil Zappa y Steve Vai entre otros, así que por si la guitarra de Satriani fuera poco (que no lo es) están estas otras eminencias de la música actual haciéndole segunda y esto hace que los tracks sean todavía más atractivos. Para promocionar este disco decidieron subir a las redes el tema San Francisco Blue, un tema con tintes de boogie y unos arreglos de guitarra muy Hendrix/Stevie Ray con los toques propios de Satriani. En el tema In my pocket suena muy bien una armónica con excelentes arreglos rítmicos por parte de Minneman y Teller. En el tema On peregrine wings hay riffs y arreglos muy rockeros. En fin, hay bastantes cosas que apreciar en estos quince temas nuevos, donde el neoyorquino no ha dejado de sonar como en sus primeros discos, como The Extremist de 1992, mismo que le valió una nominación al Grammy. Joe Satriani vive un gran presente y para demostrarlo ahí esta este disco. Busquen en youtube: Joe Satriani – Shockwave supernova
Levitic / Levitic (EP) Levitic nos presenta su primer trabajo discográfico en este EP de seis temas y con el cual vienen a demostrar la calidad y el talento que hay entre las nuevas agrupaciones Sonorenses. El material inicia con el tema Acordes de guerra, el tema tiene un coro algo pegajoso y buenos pasajes de armonía en la guitarra y el teclado. El tema Sacrificio es un poco más lento, pero tiene un excelente trabajo de composición en cuanto a la música y la voz. Las letras parecen enfocarse en las relaciones de pareja que sufren de alguna manera la separación o pasan por momentos difíciles y como es de suponerse todos pasamos por ahí al menos una vez, si no es que diez o más. El grupo está formado por seis integrantes, cuenta con dos vocalistas y un tecladista aparte de la guitarra, el bajo y la batería, al menos hasta el día que tuve oportunidad de verlos tocando en vivo, pues después supe que harían algunos cambios en su formación y es que tuvieron oportunidad de abrirle el concierto a nada más ni nada menos que a Saratoga, exitosa banda Española que estuvo de gira por nuestro país el pasado mes de Febrero y fue una gran experiencia para Levitic estar en ese escenario y exponerse para los asistentes a ese concierto. La agrupación tiene dos videoclips oficiales en youtube para apreciar bien lo que ellos traen en su maleta y son los temas Cabalgando en la luna y No hay una razón. Levitic se encuentra actualmente trabajando para presentar otra producción de diez temas, mientras tanto busquen en youtube este material y apoyen el Rock/Metal hecho en México.
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Devorando discos
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Músicos de Sonora Por Gerardo H. Jacobo
Miguel Alonso y Alberto Mungarro,
diciéndolo de cierto
Músicos autodidactas,
narradores impetuosos, caborquenses para más señas, Miguel Alonso Bejarano y Alberto Mungarro (para propios y extraños “Chube”), son los dos artífices de una pieza singular en el acervo musical sonorense. De fresca hechura en el mapa melómano, De cierto te lo digo es una recopilación de ocho poemas de Abigael Bohórquez, el juglar mítico de la vasta llanura soleada en la que trascurren nuestros días, el monstruo legendario que cantó sus letras desde acá hasta la Alta Milpa en Aztlán y el que, en tiempos de Huerta y Pellicer puso un puntito al norte de la República Mexicana al que desde entonces, los poetas, llamaron Caborca. La macha poesía ahora es La macha música también. Porque Alberto y Miguel desayunaron, comieron y cenaron Abigael desde marzo de 2014 hasta ver cristalizado, en junio de 2015,
este disco de ocho temas. Y cuando uno se alimenta de semejante potaje, se nutre y se consume al mismo tiempo, se desvive y se sobremuere, porque en la poética de Abigael está todo el humor y todo el amor; el humor y el amor que Alberto y Miguel entienden y alimentan cuando componen, cuando interpretan, cuando narran. La producción de Alfonso Flores, barcelonés ya casi rocaporteño, cierra con maestría el proceso de adaptación que, dicen los músicos, fue natural y fluido. La lista de temas es variopinta y amena: Saudade, Tierra prometida III, Noche noche, Apuntes para la biografía de una mariposa, Cónclave, Merced, Patria. Es decir… y Canciones de soledad para no estar tan solo. 8 tracks que viajan del reggae a la balada, de la trova al pop, y nos llevan de la mano a través de la delicia lírica que es Abigael Bohórquez, su ironía, su humor oscuro, su dulce y poderoso decir lo que ama. Como músicos invitados: Christian López (piano), Alfonso Flores (percusiones), Armando Noriega “Kennedy” (saxofón), Héctor “El Cuervo” Valenzuela, Ezequiel Félix (guitarra) y la hermosa voz de Aydil Mungarro, quien interpreta Apuntes para la biografía de una mariposa. El disco está ya a la venta y es un producto infaltable en la biblioteca de cualquiera que goce del universo Bohorquiano, pero también para quien, en la orilla de conocerlo, se ha frenado por su escaso o nulo hábito lector. Acercar a la poesía desde la música es una de las misiones que Miguel y Alberto asumieron al entregarse a este proyecto, contagiar a otros de su propia admiración y disfrute de todo ese vasto y florido desierto que Abigael plasmó De cierto en cada uno de los poemas que conforman su obra. El disco ya fue presentado en Caborca, a mediados de julio, en el bar del Hotel El Camino. Los músicos han recibido invitación para presentarlo en el próximo Encuentro de Poetas Migrantes en San Luis Río Colorado y a donde sea que les inviten seguirán llevando la poesía de Abigael vuelta canción. Para adquirir el disco, puedes contactar directamente a los músicos en: facebook.com/miguel.a.jimenez.5030 facebook.com/alberttomungarro
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irectorio
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Colaboradores BETH SALMERÓN (Huatabampo, 1990): Cuenta con una
Editor Gerardo H. Jacobo Arte y Diseño Erika Maldonado Relaciones públicas Esthela Pereyra Redacción Citlalli Zúñiga/ Miguel Bejarano/ Gustavo Mazón/ Heidi Reyna/ Claudia Colosio/ Miguel Ángel Angulo. Colaboradores Beth Salmerón, Carlos Mal, Carlos Sánchez, Raúl Urías. Ilustraciones Citlali Haro Dante Bañuelos Raúl Urías Contacto revista.abrapalabra@hotmail.com
/revista.abrapalabra
licenciatura en Derecho por la Universidad de Sonora y se ha desarrollado empíricamente en la pintura, la poesía y la música, presentándose en festivales locales y regionales en el Estado de Sonora.
CARLOS MAL (Hermosillo, 1980): Doctor en Literatura, dibujante de cómics, profesor, periodista gonzo y escritor de literatura crónicamente inédita. Fundador del Cub Chufa, editor del legendario fanzine TheClubChufaZine. Ha publicado la noveleta Un verano con Antonio Alatorre y el libro de cómics Juan Escutia, el cómic. Residió en París de 2010 a 2014, y allí comenzó la novela gráfica La República de Sonora. Su obra inédita incluye cómics, teatro, novela, poesía, ensayo, cuento y crónica.
CARLOS SÁNCHEZ Su obra literaria en crónica es muy amplia, Linderos alucinados (La cábula, 2000; Forca 2008), De efe (La Cábula, 2006), Señales versos (La cábula, 2007), Desierto danza (La Cábula, 2007), Aves de paso (La Cábula, 2010), Puro barrio (UNISON, 2010), Matar (ISC, 2011). En cuento ha publicado Hazlo por mi corazón, y en novela, En el mar de tu nombre, ambas ganadoras del Concurso del Libro Sonorense.
RAÚL URÍAS ZAVALA (Chihuahua 1989), Diseñador e ilustrador mexicano, su trabajo está inspirado principalmente en las emociones, Surrealismo y Cultura POP. Amante de las formas orgánicas, pretende evocar diferentes estados de ánimo en cada trazo. Principalmente se desempeña como ilustrador profesional sin dejar de lado su producción personal.
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abrapalabra No hay nada en mi cuerpo que no hagas vibrar... amárrame.
No tengo alas, pero te puedo llevar a volar un rato.
Entre parpadear lento y palpitar violento nos dijimos la verdad.
a medias que nunca terminé.
Acércame tu luna, provócame un tsunami.
Espero tu regreso, pero volaré pronto.
El asunto contigo era que cabías a la perfección en cada rincón mío.
Hay canciones que al cerrar los ojos se convierten en ti.
Eres mi obra maestra. El boceto
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Por PorLa Redacción redacción
Rojo Desierto es un proyecto nacido en
Sonora, dedicado a expresar lo que no siempre se dice. En este arte colectivo se mezclan la ilustración y la fotografía con textos que complementan el concepto de la imagen, resultando una fusión de disciplinas que logra generar empatía en los lectores. Cada una de las obras de Rojo desierto es única y original, pero se venden reproducciones las cuales puedes encontrar en bazares y/o pedir por redes sociales. Son asistentes habituales en las ventas colectivas en bazares urbanos del D.F. donde su obra ha tenido una excelente recepción por los que gustan del diseño y la ilustración originales. Detrás de este proyecto se encuentran Erika Maldonado y Citlali Haro, artistas Hermosillenses que después de colaborar juntas en diferentes proyectos deciden juntar sus respectivas pasiones para armar estos diseños. “Teníamos la necesidad de expresarnos y Rojo Desierto fue la manera de canalizar nuestras emociones y materializarlas. El proyecto empezó siendo para nosotras, pero con el tiempo las personas empezaron a sentir empatía por las composiciones y el contenido de las mismas”, nos dicen las Rojo Desierto al ser entrevistadas por vía electrónica. Pero, ¿Quiénes son las integrantes de este dúo?
Citlalli Haro es nacida en Michoacán, pero sus raíces son sinaloenses y su vida ha transcurrido en el desierto de Sonora. Como artista visual se ha enfocado en la ilustración. Es Licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad Tec Milenio. Autodidacta en técnicas variadas de ilustración y pintura; le encantan las líneas, más líneas y los colores tenues. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas en México, D.F. y Hermosillo, Son. Erika Maldonado es nacida en Hermosillo y un producto orgulloso de la tradicional 5 de Mayo. Licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad del Valle de México. Ha realizado estudios de Diseño Editorial, Lettering, Producción, Fotografía y Pintura. Su trabajo fotográfico ha aparecido en variadas producciones comerciales y cinematográficas. Ha expuesto su arte en ciudades como Hermosillo y el D.F. En exposiciones individuales y colectivas. Actualmente Rojo Desierto se realiza en el Distrito Federal, donde tanto Citlali como Erika se encuentran radicadas, y se han presentado sus productos en diferentes bazares de la ciudad. Si te interesó el proyecto de las Rojo Desierto, puedes revisar su portafolio en las principales redes sociales (Fb e instagram), como @RojoDesierto
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Rojo RojoDesierto desierto
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Palabras ceniza Por Bethlém Salmerón
Se puede anidar sobre la punta del frío en su filosa base filosófica se puede desmembrar un pájaro con cada tibia palabra del Altazor y volar en el desplume que desprende el escorpión en los vientos del Enero caer en todas las caídas y habitar la caída desde el eslabón que resbala se tiene que querer hablar a través de lo no escrito y ser por el holograma que te elude en contención de ti voz de poética crucifixión que abandonas el pecho dolido esterilizas en el danzar una hoja de mariposa caligo que dice nacer de mi vista hibrideces la cura de éste pensar cambiante los extremos enmudecen entrecortados ninguna palabra será el árbol por donde tuerzo el cuello ninguna palabra llorará por donde he llorado ninguna palabra temblará en el desarticular de mis alas ninguna palabra tendrá el miedo de Dios en mis memorias ninguna palabra lapidará en portadas mi sufrimiento vencido ninguna palabra sostendrá mi rostro en el desintegrar de la vida ninguna palabra será la voz que me sostiene en el destrozar de mi cuerpo ninguna palabra se expande por el cenit que me ciega ninguna palabra asemeja su amor a mi desamor ninguna palabra tiene carne en su espina codificada ninguna palabra me tiene en su acercamiento y me tiene como roca al río por la flor de pi que ensombrece el sendero la lengua en su contención a correr como fuego de viento entre todos los vivientes o mi propia muerte a reescribir en el respirar de las plantas y en los corazones que las nutren que tiren de la yugular conectora de los poetas que tiren hasta gangrenar sus manos y marchitar su tiempo porque nada describe mi salvaje adicción a la muerte que respira cojeando de mí.
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