Trigésimo cuarto número

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TRIGÉSIMO CUARTO NÚMERO | DICEIMBRE 2015

ASÍ VIVIMOS ASÍ GRITAMOS

OXXXIVO


Revista: Así Vivimos y Así Gritamos

Autores: Carlos Esteban González, Eduardo Gutiérrez Gutiérrez, Ernesto Rodríguez Vicente, Oliver Marcos Fernández, Federico Esteban Rodríguez y Lorenzo Asensio Jambrina.

Colaboradores: Rodrigo Roig Herrero.

Diciembre del 2015 Nº 34

Edición: Carlos Esteban González Portada: Carlos Esteban González. Ceras de colores y bolígrafo sobre folio.

Encuéntranos en nuestra página web: www.revistaasigritamos.blogspot.com.es Desde ella también puedes descargarte tu ejemplar. Para cualquier tipo de acercamiento, o si quieres pasar a formar parte de nuestra revista como colaborador, estaremos esperándote en nuestra cuenta de correo: revistasigritamos@gmail.com. La distribución de esta revista se realiza de forma gratuita a través de estos dos medios de contacto. De igual manera nos podéis encontrar en nuestra nueva página de Facebook https://www.facebook.com/revistasigritamos.

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Índice:

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Qué país éste…………………………………………………………………............................................... 4 La trascendencia de las formas sociales y el caso catalán.….....…................................... 6 La luz del fracaso…………..……….....…………….................................................................... 10 ¿Es la vida un sinsentido?............................................................................................. 12 Nociones para después del afeitado………………………………………………………………………… 13

Secciones

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Tren de sombras…………………………………………………………………………………………………….... 14 Música........................................................................................................................... 16

Nota del Editor

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Un diciembre convulso y no llega el frío. Los gritos de las calles se traducen en las urnas, ahora a ver que se traduce de estos votos. Cada traducción supone una traición al original, ya sea en este caso en el que la ley d´hont demuestra la incomensurabilidad entre la perspectiva que ofrece el pensar y sentir democrático del 73,03% de los mayores de edad de nuestro país y los escaños ocupados, o ya sea por los diferentes factores de presión que se le presentan a la formación de un nuevo gobierno. Lo fácil normalmente comprende lo sencillo, pero nada hay más complejo que el asunto que afecta al común de todas las subjetividades de un país, de una nación, de una comunidad social y política. El devenir de estas fiestas no es vano, pero eso no ha de restar valor al calor familiar y al sonreír de salón. Ustedes disfruten como siempre, que ahora más por desgracia que por suerte ya deciden otros. Esperemos que miren a dentro y reflejen lo reclamado, que este juego de ser español empezó antes de que naciéramos casi todos y sólo podemos jugarlo, podemos ser esta nación y de ella encargarnos, pero esto que llaman democracia nos tiene dentro guardados. Otro año más que se va, nada más que una marca de un tiempo que pasa, de una vida que no espera y menos para, sobre todo sometida a la velocidad de los hombres que viven en masa. Que sus pasos les lleven donde prefieran estar y si este lugar lo desconocen que se les descubra al caminar. Treinta y cuatro ya, ¡que agobio de cardinales! Seguiremos así, a por los cien carnales. Así gritan y viven, ya lo saben, aquellos que sangran tinta y visten colores de carnavales.

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QUÉ PAÍS ÉSTE

por Carlos Esteban González -¡Qué país!Qué país éste que inmóvil contempla como Saturno devora a sus hijos, como, sobre la tumba de los más nobles se traiciona cada gota de sangre y con las manos desnudas y vientre lleno de polvo se alza la mirada al cielo y se exclama llorando ¡vuelva usted padre! Qué país éste que todavía duda de la virtud de ser uno de sí dueño, aún caminando de la mano, en el que se teme el quebrar del suelo, sin atender al desierto que es el asfalto. Qué país éste en el que todavía algunos, ya viejos y vacíos no pueden alzar la mano al viento porque a sus certezas de agua vendieron el brazo. Qué país éste en el que los nuevos que saltan ya nacen cansados, en el que la prisa y la vil esperanza dominan corazones aún no formados. Qué país éste del que el orgullo no para de fluir, del que nada malo puede surgir menos todo lo que camina y de sí mismo no sabe rendir.

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-Nación somos todosY todos nación somos, todos fuertes, capaces, ágiles y hábiles, con calidez, con ideas, con orgullo, con rabia y fiereza. Todos con dientes, con voz y millares de ojos, con manos que sostener, con hijos, con hermanos y novios. Ahora que empiezan a despertar los coros y temen los antiguos que sea falsa la planicie del globo, ahora que empezamos a ser todos, ahora, mirémonos a los ojos. Mirémonos y no apartemos la mirada, acerquémonos y no soltemos las manos que ahogan por fuerte que sea el calor, ahora, nos toca crear aquello que el rugir hirió. No despreciemos el camino elevado, juntos sin un dios, sin un padre, sin un icono que soporte tanto dolor. Ahora que amanece abramos los ojos, desperecemos despacio, no se caiga el horizonte, sigamos a la par, sin el miedo que esconde el día, hablemos y construyamos, Roma no sólo no ardió en un día.

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LA TRASCENDENCIA DE LAS FORMAS SOCIALES Y EL CASO CATALÁN por Eduardo Gutiérrez Gutiérrez Yo no quiero la independencia de Cataluña. Quiero que quede claro mi querer. No quiero que España se divida, pero tampoco quiero vivir en un país que agota la diversidad y anula la capacidad de autonomía a golpe de ley. Porque la ley no siempre es garantía de justicia; la ley la hacen los poderosos, no los justos. Como decía Ernesto Sabato, no quiero justicia social sin libertad ni libertad sin justicia social. Reformulación sabatiana: no quiero España sin Cataluña ni Cataluña sin España. Reformulación sabatiana compleja: no quiero unidad sin diversidad ni diversidad sin unidad. Yo no quiero la independencia de Cataluña. Quiero una España fuerte y unida en la pluralidad. Yo no quiero la independencia de Cataluña, pero quiero un reconocimiento de sus singularidades -de entre las cuales, quizás la única que nos une, es la pertenencia a un Estado de derecho-. Hay un argumento que los independistas parlamentarios esgrimen en defensa de la causa secesionista que me parece absolutamente pertinente traer a colación a fin de aclararlo y hacerlo comprensible al gran público -en el caso de que el gran público acceda a mis escritos-. Ojalá pueda servirnos para la construcción de una nueva España. Puede que su formulación suene a oídos patrios alarmantemente antidemocrática -con todo, patriotismo y democracia son dos conceptos que se hacen la zancadilla el uno al otro-, pero en su profundidad filosófica esconde un sentido de enorme potencial humanista: en ocasiones, a lo largo de la evolución histórica de la humanidad, hay que quebrantar la legalidad vigente para trascenderla; es decir, para renovarla. Los habrá que no acepten esta tesis, como tampoco aceptarán el derecho de los catalanes a decidir su futuro, y como no aceptarán tampoco las libertades que una democracia formal, demasiado formal, está perdiendo. El progreso vital parte de un nivel meramente animal hacia un nivel espiritual y de éste al nivel cultural, en el que se produce una contradicción interna. Decimos que el progreso vital alcanza la dimensión de cultura cuando la potencia vital crea estructuras que son expresión de las formas de manifestación y consumación de esta energía; estas formas comprenden en sí mismas el fluir de la energía vital, dotando a la vida de forma y contenido, de orden y libertad. Pero en el momento mismo en que las formas vitales son constituidas alcanzan significación y existencia propias -una legalidad propia que ejerce resistencia contra la vida: sentido propio-, estableciéndose como cristalizaciones objetivas, independientes de la vida y autónomas, que solidifican el potencial creativo de la vida, la energía vital, trascendiéndola. Hablamos de la ciencia, del derecho, del arte, de la política o de la religión. La vida, en su acontecer como energía vital, crea algo que va más allá de ella, que la trasciende temporal y espiritualmente. Y pese a todo las formas se mantienen como condiciones necesarias para la manifestación de la vida, para la satisfacción de sus intereses y necesidades.

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Cuando una forma no es capaz de cumplir su función para la vida -para convertirla en vida espiritual y no solo animal, para ser su rostro y su manifestación externa o empíricaes superada sustituida por una forma nueva con la que lucha, hasta que acaba pereciendo. El cambio permanente de las formas culturales, la destrucción de formas viejas y la construcción de unas nuevas, además de significar el éxito de la fecundidad y de la fluidez de la vida, expresa también su contradicción interna: entre la dinámica de la fuerza vital y las consolidaciones objetivas que inhabilitan la vida trascendiéndola pero en las cuales ésta puede expresarse y manifestarse -la vida carece de forma, por lo que necesita de configuraciones particulares que la permitan expresarse como algo fenoménico y tangible; el conflicto consiste en que en la configuración particular y objetiva la vida queda inhabilitada, superada y anulada-. Cada forma instaura unos determinados modos de ser y de hacer. En este sentido la historia se encarga del estudio de los momentos de cambio entre unas formas y otras, así como de los portadores de estas formas y las causas concretas de su sustitución, a fin de revelar en cada uno de estos momentos la fuerza vital que los subyace. Resumen de lo dicho hasta aquí: las formas sociales -arte, religión, política, economía, derecho- son frontera y medio de expresión de la fuerza vital. Un cambio cultural se produce cuando una de estas formas revela, en su incapacidad para dar cabida a la energía vital que late debajo, para satisfacer las necesidades e intereses vitales, el punto álgido de su relevancia cultural y el comienzo de su decadencia. Los cambios históricos, que son en último término cambio culturales, coinciden con los momentos de levantamiento de la vida contra sus formas objetivas de expresión; en estos momentos las formas viejas y caducas son destruidas y sustituidas por otras nuevas y renovadas, capaces de albergar bajo su contorno el contenido vital de la época. No puede negarse que el hombre de una época es intelectual, cultural, moral y materialmente distinto al hombre de otra época; de la misma manera las formas culturales de la una son totalmente distintas a las de la otra. Se puede seguir de lo recorrido en el párrafo anterior que el instante de decadencia de una cultura o de una civilización -o de un pueblo, sociedad o colectivo humano-, cuya extensión temporal puede ser más o menos larga, más o menos intensa, coincide con el instante de explendor y de éxito. Cuando una cultura está en lo más alto está también en lo más bajo, cuando más puede dar de sí menos se esfuerza en hacerlo; el progreso cultural está dominado, en los momentos de superación o de tránsito, por el principio de la economía de energía: pudiendo desplegarse en toda su potencialidad, se muestra impotente, revelando la necesidad de ser superada. Centrémonos ahora en el derecho, que es el estrato de la vida que en este caso nos interesa. La forma social del derecho surge como instrumento para regular el ser y el hacer de los hombres en una época y comunidad concretas; para canalizar el torrente vital en una dirección determinada, que dependerá del sentido que adquiera el devenir histórico en esa época: el establecimiento de la paz perpetua, la realización del espíritu absoluto, el encuentro con Dios... todo ello desde el campo de lo político, es decir, desde el campo de las interacciones humanas. La forma objetiva del derecho les sirve a los hombres para

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regular y orientar su hacer sobre el mundo y su ser con los otros en virtud de un ideal de convivencia y progreso social. Pero, como decíamos, cada época histórica comprende una imagen propia del mundo y del hombre, un sentido de la historia, un modo ideal de convivencia; y los cambios en la comprensión del mundo y del hombre provocan cambios en las formas objetivas de la legalidad. El contenido del derecho del siglo XVII no puede servir para el siglo XXI lamentablemente aún mantenemos un contenido jurídico muy similar al de aquel entonces, y por eso nos duelen tanto las leyes-. La forma social del derecho, como la del arte -los estilos artísticos evolucionan, superándose, a lo largo de la historia-, tienen que amoldarse a las necesidades vitales del momento histórico. La fuerza vital, encarnada en cada uno de los actores sociales, crea formas sociales objetividades abstractas, conceptos, ideas- para satisfacer sus necesidades, intereses y deseos. La infraestructura material crea superestructuras espirituales que luego la dominan: las fuerzas económicas creando modos de producción que las enajenan. Cuando las formas sociales ya no sirven para satisfacer las necesidades vitales, cuando no son capaces de soportar sobre sus contornos la fuerza vital que late en su interior, cuando ésta no cabe por el marco de la puerta, decide romperla a cabezazos. Cuando los modos de producción se imponen sobre las fuerzas económicas, cuando las ideas autónomas determinan y condicionan la vida que las crea, es el momento de destruirlas y crear unas nuevas. Es posible que el argumento secesionista al que nos referíamos al comienzo tenga algo de razón de acuerdo a lo dicho. La legalidad vigente ya no sirve como medio de expresión y como frontera de la energía vital que lo subyace, y entonces se hace necesaria su destrucción para la constitución de nuevas leyes, esto es, de una nueva forma de legalidad: un nuevo marco para la interacción social. Ahora bien, primer problema. Vale que la negación de ciertas leyes -que emanan de un derecho abstracto e ideal que se impone sobre la vida aun partiendo de ella- suponga su trascendencia para la creación de unas leyes nuevas capaces de acoger la fuerza de la vida o del espíritu del pueblo catalán. Pero no se sigue de ahí la desobediencia a las leyes como condición necesaria para su superación; sólo, quizás, la obediencia a la ley evolutiva de las energías vitales. Segundo problema. El argumento de la trascendencia histórica de las formas sociales para el desarrollo de la potencia vital o espiritual es tomado por los independentistas como pretexto para la acción unilateral y no como fundamento legitimador para la defensa de la causa nacionalista. Como excusa, como fin del proceso para la independencia y no como proceso mismo. ¿Quién tiene la autoridad para hacerse representante de las necesidades vitales del pueblo catalán?, ¿en base a qué derechos? La voluntad de un pueblo se manifiesta desde sí misma y desde sí se trasciende a sí misma trascendiendo las formas que la oprimen, que son ella misma en la cristalización de su esencia, que por ser reificada no es esencial. El espíritu colectivo es el agente de cambio, verdadero agente histórico. El individuo, sin interacción con el otro, no es animal político; es decir, sólo

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como potencia alberga en su espíritu la acción histórica, que es siempre acción revolucionaria. La historia avanza de forma dialéctica porque evoluciona de revolución en revolución. Tercer problema: el gran problema catalán. El tercer problema del independentismo catalán está estrechamente vinculado al segundo y tiene como consecuencia la ingenuidad y corrupción del proceso institucional que solidifica como forma social objetiva todo el movimiento del espíritu colectivo. Tiene que ver con el hecho de que no es el propio espíritu del pueblo catalán el que se erige como arquitecto de la transformación social, sino que es don Artur Mas quien se autodenomina legítimo autor de la causa nacionalista catalana. En este momento el nacionalismo catalán ya está abocado a la catástrofe. La pureza y la lógica vital de los argumentos para la secesión pierden todo su poder de justificación y toda su energía vital cuando cristalizan en la figura del señor Mas: Artur Mas es el gran problema del independentismo catalán. Mas se ha impuesto como arquitecto del glorioso Estado republicano catalán que ha de venir, y proclama así la caída del movimiento independentista. Mas toma la causa catalana como medio para el aseguramiento del poder que cada día más se le escapa de las manos y no como fin en sí mismo; el espíritu del colectivo catalán es el juguete de extorsión y retórica del que se sirve para los intereses de su partido, que es el partido de castas de la alta burguesía catalana. Si constructor de la transformación de las formas sociales de gobierno, Mas lo es en calidad de constructor material: pretende la secesión para la satisfacción de necesidades materiales y económicas, para la obtención del poder, y no guiado por la aspiración última de la construcción histórica desde la subjetividad -que debería ser el resorte para el empoderamiento de toda la sociedad española y para que reclame su autonomía como pueblo democrático y libre que no necesita de pater ni de Leviatán-. Cuando el espíritu del pueblo, en su papel de sujeto revolucionario que decide arrasar con las formas vigentes movido por la energía vital para la creación de unas nuevas, es dirigido por un arquitecto ingenuo que toma como horizonte último un fin material, la revolución queda desactivada. Y el esfuerzo colectivo cristaliza como fracaso vital, bajo la forma de algún hecho histórico que está por llegar. A este respecto, y exclusivamente como opinión personal, creo que el nacionalismo catalán sólo podrá convertirse en nacionalismo ilustrado -no-ingenuo- y el camino secesionista en camino hacia la liberación espiritual e intelectual de un pueblo que exige la manifestación de su vida interna desde sí misma, si Antonio Baños, y no Artur Mas, se convierte en ideólogo del proceso institucional; entonces, ideólogo y arquitecto intelectual, no material ni ingenuo como Mas.

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LA LUZ DEL FRACASO

por Ernesto Rodríguez Vicente

El sentimiento humano está encargado de un infinito número de dolores, injusticias, durezas, enajenaciones, enfrentamientos, por el hecho de que se creían ver contrastes donde no hay más que transiciones. Friedrich Nietzsche

Y marchitaron las horas Y se fugó la esperanza Y la tierra vencida se llenó de tristeza Y los hombres rieron detrás de las columnas Y las columnas hablaron con luengos sollozos sobre el paso del tiempo. Y marchitaron las horas Y se deshizo la tierra Y los ríos se alegraron al ver llorar a los hombres sosteniendo las columnas Y las columnas hablaron con luengos sollozos sobre el paso del tiempo. Y marchitaron las horas Y el silencio fúnebre se llenó de esperanza Y la tierra vencida se inundó de alegría al ver a los hombres bajo las columnas Y las columnas hablaron con luengos sollozos por última vez.

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… ¿Quién secó las hojas del rocío en la húmeda mañana de niebla? ¿Quién borró aquella huella nocturna del barro endurecido por el viento? ¿Quién, oh Apolo, dime quién robó el fuego que te corresponde? ¿Quién pudo, cubierto de luz, escabullirse entre las sombras ante tu mirada espléndida y firme? ¿Quién, oh Apolo, dime quién se deshizo como un hombre de lava, trocándose en piedra invisible? ¡Fuiste tú, gentil Prometeo, tú que amabas a los hombres y a los dioses no temías! Tú trajiste el fuego a la Tierra y los hombres te llamaron Padre, los hombres que hoy dirigen sus ojos al relámpago que Júpiter ofrece para urdir su venganza.

Mística. Esta Idea es más grande que yo, jamás podré dominarla. Ella me posee y, sin embargo, no tiene nada contra mí; tan solo cuando miro con sus ojos ciegos la verdad y me siento a ciegas con Ella, contemplo, exento, lo inefable y me embriaga un Sol eterno que no desea ni teme apagarse. Todo es arte para el hombre como todo hombre es arte para el arte. Algún día los hombres les arrancarán los ojos a los gusanos para hacer malabaristas de seda; será entonces cuando los circos se llenen de polillas que se alimenten de los ojos de nuestros corazones.

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¿ES LA VIDA UN SINSENTIDO?

por Zambo

La afirmación “la vida es un sinsentido” es desacertada como intento de definición de la vida del hombre moderno; sobre todo en el valor semántico del aserto. Un sinsentido tiene, en cierta medida, connotaciones caóticas relacionadas con la irracionalidad, con la locura, con la exaltación de las pasiones. Estaría de acuerdo con ella si no fuera por la profunda y perezosa pasividad del occidental medio, para el cual, la afirmación, supone la sobreestimación de su existencia. La vida del hombre de hoy no es un sinsentido, sino que carece de sentido: En la simple y precisa palabra carece se condensa la totalidad de la mentalidad, del “espíritu” del hombre civilizado.

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NOCIONES PARA DESPUÉS DEL AFEITADO

por Lorenzo Ko

Siento el asombro de un transeúnte solitario cuando sombras siembran noche en su aislada compañía; ha comenzado a caminar de día para perderse después, por las calles de su barrio, por las horas en aras de su pequeño calvario, en el paso de farolas que, a su ánimo, dan asimetría.

Me siento como esperma esperando en un tubo de ensayo cuando ayuno frases buenas y desmayo, lívido y liviano, como el folio cuando fallo en el intento de escribirme algo. Más esas noches en que mi mente sube el escalón de un salto hasta el parnaso el cotorreo de mi corazón de cacatúa actúa y dormir es paso en falso… ¿Entonces, qué hago? Amanezco con mis versos como el canto que despierta al gallo. Treinta días sin ponerme el sayo y aún espero el fallo, aún espero el frío ante el verano continuo de mi alegría.

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TREN DE SOMBRAS

por R. Roig Herrero

RAMS (EL VALLE DE LOS CARNEROS): UNA OPINIÓN SOBRE EL NUEVO CINE GÉNERO: Comedia, Drama DIRECTOR: Grímur Hákonarson REPARTO: Sigurður Sigurjónsson, Theodór Júlíusson, Charlotte Bøving, Jon Benonysson,Gunnar Jónsson GUIÓN: Grímur Hákonarson PAIS: Islandia DURACIÓN: 93 PRODUCTORA: Aeroplan Film / Film Farms / Netop Films ESTRENO: 13 de Noviembre de 2015

Es mucho lo que ha llovido desde aquel festival de cine religioso de 1957, primera piedra de lo que después sería el famoso festival de SEMINCI en mi pequeña ciudad, Valladolid. Curiosamente, la calidad del susodicho ha sido tremendamente variable a lo largo del tiempo, y también la aceptación por parte del público. He de admitir que por distintos motivos, no he podido acudir este año a mi querida SEMINCI (“Pues vaya mierda de crítico…” estaréis pensando, y no os falta razón), pero a la película ganadora de la Espiga de Oro siempre la tengo en consideración, y moralmente me veo obligada a verla. Algunas veces para mal, y otras para bien. Rams pertenece a este segundo grupo. El valle de los carneros nos cuenta una historia tan vieja como la tos. Dos hermanos que no se hablan (los que tenemos familia “rural” sabemos un poco de que va esto), que tras un desastre acontecido en un concurso de carneros (esto ya es más raro… cosas de Islandia, supongo), tendrán que unir de nuevo fuerzas para salvar las últimas reses de la familia. Con la bellísima fotografía a la que nos tienen acostumbrados estos autores del norte, este relato que nos suena conocido se torna una auténtica oda poética, sobre todo en aquellos exteriores tan exuberantes y propicios para un film. ¿Qué hace de esta película, entonces, digna de estar dentro de mi selectísimo grupo de obras merecedoras de la Espiga de Oro? Bromas aparte, he sido siempre de la opinión de que el cine se narra a través de la cámara, y es esta quien debe seducir al espectador a través de su propio lenguaje. Lo cierto es que Grímur Hákonarson es muy capaz de construir un relato dependiendo solo de las estructuras que su instrumento de trabajo le propone. Para muestra, la primera secuencia de la película, donde el propio espacio físico muta tras ser filmado. Tengo que admitir que me dejó bastante sorprendido, dado que si hay algo que ha caracterizado en los últimos años gran parte del cine de autor ha sido la cámara al hombro y la búsqueda de la verdad documental. Esto no quiere decir que sea mejor o peor, solamente maneras diferentes de entender la cámara, y por tanto, la obra cinematográfica. Considerar al aparato como sujeto pensante, más que las imágenes que muestra.

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Curiosamente, esto se repite bastante a lo largo del film, haciendo de una historia tan sencilla una gran película. Toda suerte de artimañas están a disposición de la narración, no solo en su dimensión argumentativa, sino también expresiva, y por tanto, emotiva. De ahí también el inteligente uso del humor que adereza la cinta no solo con chistes y demás parafernalia, sino con cine. Es el cine quien nos sitúa dentro del conflicto de ambos hermanos, y no el guion. Sin duda, Grímur Hákonarson me ha ganado, por si no se leía entre líneas. Pero, por mucho cariño que le haya cogido, tampoco puedo evitar comentar aquellas cosas que no me han gustado. Coincidiendo con el grandísimo Jordi Costa, algunos momentos del film parecen haber sido rodados expresamente para el circuito de festivales europeos. Ahora bien, cierto es, como hemos señalado antes, el trabajo de montaje es magnífico, así como la fotografía. Por ello, quizá este pequeño acto de “propaganda” (aunque es bien sabido lo gilipollas que podemos llegar a ser los amantes del cinema d’auteur) se deba más al resultado del propio film. Otro aspecto negativo que si me gustaría resaltar de la película, continuando con esto, es que precisamente el absoluto control del Cine –con mayúsculas- parece no tener una relación exacta con los personajes ni sus problemas. La narración tampoco goza de una complejidad psicológica absoluta, pero la cámara tendría que haberlos definido mejor, como hace de manera perfecta en varios momentos con el espacio en el film. Parece que el camino autoral está bastante bien marcado, y que le voy a hacer, me gusta. Me gusta mucho, de hecho. Nunca he sido amigo del cine entendido como realidad, la verdad. Más bien de la realidad del cine. No me gustan las cámaras al hombro, que se acercan a los personajes como los presentadores de la Sexta sobre Esperanza Aguirre, y que se había mantenido como tendencia casi absoluta. Tampoco pretende hacer un duelo de contrarios, ni mucho menos: salvo que seas Rouco Varela, películas como La Vida de Adéle te encandilarán, y las apreciarás. Se trata de entender lo que significa los signos del cine, y de saber usarlos. Curiosamente, este cine que se detiene en la filmación del tiempo, y a su vez transforma el espacio, también ha tenido su influencia en el documental, dando lugar a obras tremendamente íntimas, que algunos estudiosos han considerados como ensayos cinematográficos.

Curioso ejemplo de lenguaje cinematográfico, de estas nuevas obras que han recogido gran parte de un testigo autoral que se remonta a varios años atrás. Parece que llegan buenos años para los amantes del cine. Estética y Cine por encima de todo lo demás. Si eres aficionado a estas cosas, te recomiendo un vistazo.

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MÚSICA

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Tostaky - Noir Desir. “…” Los ciervos de Sirio – El hombre viento "Hasta el más hijo de perra ha sentido la patada en el interior desgarrando su destino" YYZ – Rush “…” With a little help from my Friends – Joe Cocker “Si hay que levantar del suelo al mundo, que sea al lado de mis amigos”

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