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GRETHA THUMBERG

está radicada en Holanda, es mamá de un autista leve adulto, periodista, experta en autismo & desarrollo y autismo & comunicación

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Autismo leve e hiperfoco que cambian el mundo

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a persona más comentada del año es, sin duda, la activista ambiental Greta Thunberg. La joven de apenas dieciséis años, nacida en Suecia, se convirtió en la más conocida representante juvenil de las comunidades mundiales que luchan por la preservación de la naturaleza, tema bastante en pauta internacionalmente.

La curiosidad adicional es que Greta recibió el diagnóstico de Síndrome de Asperger.

Caracterizada por su discurso peculiar –que muchos creen ser una maniobra de la izquierda internacional– a Greta la aman y odian a la vez, un fenómeno mundial de los últimos tiempos: o nos gusta o disgusta, o somos a favor o en contra, sin término medio, sin equilibrio.

Entonces, la chica pasa a ser “buena o mala”, pensamiento maniqueo de la sociedad cada vez más llevada a creer en lo que dicen los demás, en fake news, o a pensar que la verdad es fake. Sociedad que cree en los falsos profetas que hacen creer en sus verdades como si fueran de todos. Como son muchos, muchas son las opiniones extremas de quienes admiran o desprecian la joven activista.

Misterio

Pero, ¿cuál es el misterio de Greta? ¿Por qué exactamente esa joven atrajo tanta atención del mundo, logrando audiencias incluso con los líderes mundiales más grandes? La razón no fue sólo su corta edad o su apariencia física, con sus dos típicas y perennes trenzas en los pelos. Greta Thunberg es mujer, autista y activista por el medio ambiente —tres minorías en una única persona. Todo el mundo habla sobre ella. Todo el mundo cree que la conoce y a sus intenciones. La verdad es que pocos conocen el autismo y cómo se manifiesta en personas de alto funcionamiento. Greta es autista, Asperger. Su dedicación al medio ambiente y la pasión con que abrazó la causa la hacen parecer casi un soldado en guerra, enfrentando los líderes más poderosos del mundo para defender su ideal. Dicen que sus padres influyeron en su opción por esa causa, y que manipulan sus elecciones. Sin embargo, hay que ser honestos: a todos nosotros nuestros padres influencian o influenciaron en alguna (o más) fase de la vida. Eso forma parte de pertenecer a una familia. Con los autistas no es diferente.

Greta Thunberg, activista y autista

Autismo leve siempre pesa

La sociedad moderna se empeña en la concienciación del autismo. El desconocimiento de las décadas anteriores dio lugar a la diseminación de información en masa. Sin embargo, al contrario del conocimiento del autismo infantil, todavía falta aprender más sobre como el TEA se manifiesta en las fases posteriores. Niños autistas crecen y siguen necesitando apoyo. En el caso del autismo considerado “leve” (nivel 1), niños académicamente exitosos pueden todavía encontrar retos en la adolescencia y vida adulta. No es raro que eso pase en las áreas referentes a la comunicación social (comunicación e interacción). Ese parece ser el caso de la joven Greta, con inmenso talento, pero ciertas limitaciones de comunicación —incluyéndose la expresión facial y corporal— que parecen ser la fuente de descrédito de su discurso político.

Hiperfoco

La capacidad de absoluto reconcentramiento en una actividad está definida dentro del TEA como hiperfoco. Antiguamente llamado “obsesión”, el hiperfoco puede tomar horas de la atención de una persona (autista), levándola a veces a comprometer el tiempo de otras actividades. En muchos casos, el hiperfoco es responsable del éxito de muchos autistas de alto funcionamiento, una vez que destacan justamente por el ejercicio de aquello en que se reconcentran con mucha dedicación.

En el caso de Greta, su hiperfoco es el medio ambiente. Además, su manera de defender su causa, con una expresión facial y gestos algo irritables, casi gritando, la podemos reconocer en los autistas por completo convencidos de sus palabras cuando en debate o discusión. Es una manera muy peculiar de ser y de comunicarse, cuando el autista tiene absoluta seguridad de lo que dice. El propio déficit de comunicación —inherente a las características del Trastorno del Espectro del Autismo— justifica esa manera de expresión social.

Símbolo

Greta puede que no agrade a muchos por la manera como defiende sus convicciones, pero para varias personas de las comunidades del autismo, la chica se convirtió en un símbolo de valor y determinación al no amilanarse ante las críticas, e incluso comentar sobre ellas con una pizca de humor, sin demostrar miedo —la mejor respuesta al bullying. La dificultad por ser mujer, autista y activista de una causa controvertida no la inhibió, y eso, sin duda, es inspirador.

Muchos jóvenes autistas se reconocen en Greta, o la ven como ejemplo porque la chica conquista lo que todos ambicionan (y merecen): tener voz.

Toda vez que un autista se manifiesta y la sociedad lo desdeña, el mensaje que pasa es “tú no tienes voz”, “tu historia no me interesa”, “tú no sabes... no puedes... no debes.”

Sea como sea, Greta, que fue una de las candidatas al Premio Nobel de la Paz 2019, es un nombre ya establecido mundialmente, hecho extraordinario para cualquier joven de su edad.

Greta reta el prejuicio y viaja por varios países llevando un mensaje, usando su voz. No admira que la gente la escuche. El timing no podría ser mejor, ya que las generaciones más jóvenes de autistas leves están, de hecho, cambiando el mundo.

Greta Thunberg en la ONU.

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