RESTAURANTE VENENO EL MEJOR DISEÑO DE AMÉRICA

Este restaurante de Guadalajara fue reconocido en Europa por su diseño y arquitectura. Te contamos sobre la inspiración y detalles detrás de este lugar.

El chef Alfonso Cadena y Juan Monteón, han puesto a nuestro país en boca de todos... ¡literal! La apertura de su más reciente restaurante, Veneno, ubicado en el segundo piso de Torre Mil 500, en la Perla tapatía, se convirtió este 2020 en el restaurante con el mejor diseño de América.

Inaugurado en 2019, este restaurante volvió a ser noticia en octubre pasado, aunque ya no por sus platillos de autor, sino por su interiorismo. En efecto, Veneno fue reconocido con el mejor diseño de América en los Restaurant & Bar Design Awards 2020, que distinguen a los mejores espacios de alimentos y bebidas del mundo.

Techo de impacto

Los premios Restaurant & Bar Design Awards son una competencia independiente y, desde el comienzo de la pandemia, totalmente virtual, dedicada a la excelencia en el diseño en la hospitalidad. Desde hace más de una década, estos premios han recibido candidaturas de más de 100 países que postulan a todo tipo de negocios del segmento de la hospitalidad, desde restaurantes de lujo, hoteles originales foodtrucks, hasta cruceros, aeropuertos y museos.

En la última edición de este certamen, además de ganar el premio al Mejor Diseño de América —en el que compitió con restaurantes estadounidenses y canadienses —, el restaurante Veneno también destacó en la categoría Mejor Techo, que es sencillamente espectacular.

Detrás de la propuesta arquitectónica de este restaurante, ubicado en la colonia Country Club, se encuentra la labor de Pragma Estudio + Monteon Arquitectos Asociados, dos despachos de Guadalajara que dieron vida a este lugar que pone bien en alto, una vez más, al diseño mexicano.

Para Pragma, que ha sido también responsable del diseño de Plaza Providencia, en la ciudad tapatía, la idea que orientaba el diseño espacial de Veneno era aunar referencias de la tradición en la cocina y mixología mexicana, sobre todo las

El plafón está inspirado en la zona arqueológica de Paquimé, Chiapas.

La vajilla de madera tallada, fue hecha por artesanos locales. del norte del país, los diferentes colores que se ven en el desierto y el carácter de las haciendas. Se buscaba crear un espacio esculpido en tierra que homenajeara a todas las especies de animales y plantas del planeta.

En el proyecto, se mezclaron tonos desérticos con los aplanados de tierra. Se realizaron pruebas variando las proporciones hasta llegar a un equilibrio entre color, textura, dureza y control de agrietamientos. A partir del tono logrado, se buscó continuar la monocromía en la madera, que con bordes suavizados y manteniendo su textura en cubiertas y mobiliario, replica las formas y tallas sencillas de los trabajos artesanales del noroeste de México.

El tono que guía todo el diseño permanece en pisos, donde un estampado irregular acompaña texturas y relieves en las paredes. Los muros bajos, con sus variaciones en alturas, fungen como divisiones que generan espacios independientes entre los grupos de mesas. Esos relieves,

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junto con sus cantos suavizados, evocan muros que nacieron de la misma tierra y que han sido erosionados con el paso del tiempo.

Con alma de fuego

La zona de fuegos de la cocina es, en realidad, el alma de este proyecto mexicano. Esta área homenajea a la cocina tradicional con leña, de horno de piedra o de pozo, y al estar visible a todos los comensales, regala un paréntesis, una pausa en la cotidianidad, un estímulo para convivir. Al mismo tiempo, se diseñó una retícula en plafón con información en relieves que pudiera esconder las instalaciones y ser parte de la decoración. Aquí no hay desperdicio en ningún detalle. Ese plano se fusiona con el resto de los elementos a través del color.

Dentro de este conjunto de planos se genera ese hiato contemplativo, uno en el que los aromas, colores, texturas, fuegos y tragos, hacen a todos los participantes (tanto colaboradores del restaurante como comensales) parte de ese escenario donde se desarrolla “la obra teatral”, como la llama el despacho Pragma, de servir alimentos y bebidas dos veces al día para deleitar a sus comensales. Atrévete a vivir la experiencia de este Veneno.

Fotos: Cortesía