EDICIÓN DE MARZO

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MARZO 2017, nยบ 111

especial Wร MUL, La sombra de la leyenda



ESPECIAL WÜMUL, la sombra de la leyenda La Cordillera y pre cordillera sur de Los Andes, desde la distancia se ve misteriosa, inalcanzable e indomable, su mística se debe a su abrupta geomorfología, con alturas que ni siquiera nos dejarían respirar y escarpados rincones que nos parece que están totalmente deshabitados. Pero como bien sabemos no es así...






Vista zona escarpada de Cerro Huemules, el รกrea de protecciรณn de Conaf



L

a Cordillera y pre cordillera sur de Los Andes, desde la distancia se ve misteriosa, inalcanzable e indomable, su mística se debe a su abrupta geomorfología, con alturas que ni siquiera nos dejarían respirar y escarpados rincones que nos parece que están totalmente deshabitados. Pero como bien sabemos no es así, en verano el Huemul (Hippocamelus bisulcus) se mueve en grupos por las cordilleras zigzagueando por cornisas con fuertes pendientes, cubriendo más de 300 hectáreas cada una o dos semanas, caminando en grupos familiares de tres a cuatro integrantes, es decir papá, mamá e hijo o hija, es una entretenida manera de imaginar su delicada importancia a la hora de entender por que debemos protegerlos, pero antes de eso debemos conocerlos bien. Nos embarcamos en una aventura, repleta de paisajes sobrecogedores de nuestro país, la Patagonia fue nuestro destino, por la carretera Austral desde Balmaceda llegamos a Coyhaique para conocer de cerca el área de protección Cerro Huemules que se encuentra a unos 16 kilómetros al noroeste de esta ciudad, son casi 300 hectáreas de terreno extremadamente escarpado con fuertes pendientes, donde altas mesetas con farellones rocosos se alzan para descollar el paisaje donde, lamentablemente, predominan a la distancia terrenos desforestados por la tala, convirtiendo a esta importante área de protección en un verdadero


Fotografía: Hernán Velásquez Sandoval, CONAF


Una Huemul hembra, busca alimento en la rivera de un rĂ­o en la RN Cerro Castillo




bastión de conservación del Huemul, lo que por cierto se agradece a Conaf, sus guardaparques y Codeff. Iniciamos un sendero estrecho que, antes de darnos cuenta, nos eleva varios metros por sobre el nivel del valle, son al menos unos 2500 metros de circuito interpretativo ambiental. Aquí la población estimada de huemules en esta reserva a la fecha es de 5 a 6 individuos, a diferencia de años atrás en que casi llegaba a la docena, por ello el factor suerte entra en juego a la hora de poder avistar esta maravillosa especie de la familia de los Cérvidos. Este mamífero, como nos cuentan los guardaparques de CONAF, mide hasta un metro de altura (hasta el lomo o cruz) y al menos 170 cm -astas incluidascomo alto total. A pesar de su tamaño, su color castaño-beige se mimetiza perfectamente con el entorno, en Cerro Huemules es preciso tener binoculares para ubicarlos. Como mencionamos antes, generalmente andan en grupos familiares, macho, hembra y cría, salvo que en ocasiones se suman algunos juveniles con otros grupos de familia aumentando el numero de la manada. Es enero, y a pesar de estar en la Patagonia, el calor se siente igual, el azul zafir del cielo es al parecer más intenso que en otras partes del país, puede ser que el calor actual dependa exclusivamente al calentamiento global, puesto que no se habían experimentado temperaturas tan altas en estas tierras tan australes, sin



Una madre Huemul y su crĂ­a de temporada




embargo esto no es motivo –al menos por ahora- para alterar los hábitos de los Huemules, por ejemplo la época de brama (o celo), esta comienza precisamente en el mes de febrero, aproximadamente en la segunda quincena, para extenderse hasta marzo e incluso hasta el mes de mayo. A propósito de eso, estamos justo en la temporada de crías, por que el periodo de gestación, como nos cuentan los guardafauna, es de alrededor de siete meses (entre 200 y 220 días), con una sola cría. Eso quiere decir que las crías que caminan hoy con sus madres por estas vertiginosas laderas de Cerro Huemules nacieron probablemente entre la segunda quincena de octubre del año recién pasado, añoramos entonces lograr una fotografía de una cría lactando, sabemos que es difícil, pero tiempo hay, por que la madre amamanta a su descendencia hasta cinco meses, complementando también ese lapso de tiempo ingiriendo vegetales. En esta asignación, nos proponemos también conocer de cerca la experiencia de conservación de otra unidad de CONAF, hablamos de la Reserva Nacional Cerro Castillo, para ello volvemos a la emblemática ruta austral, sin dejar de sorprendernos por la cantidad de lugares a los cuales nos gustaría fugarnos para descubrir tantas historias, pero ciertamente eso nos tomaría una vida entera, así es la magia de la Patagonia, que embruja al verla y sentirla.







Cerro Castillo es una reserva dividida penosamente como nos enteramos después por el camino longitudinal austral que une Balmaceda con Puerto Ingeniero Ibáñez y más allá con Cóchrane, más conocida como la Senda Ibañez. Cerro Castillo abarca una superficie casi 180 mil hectáreas, que contemplan sectores como el mismo cerro Castillo, Lago la Paloma y Lago Elizalde. Limitando esta reserva, como vemos en los mapas, con Argentina. Un mar de verdor profundo con bosques caducifolios de Aysén, como Ñirres (Nothofagus antarctica) y Lengas (Nothofagus pumilio). En el kilómetro 65 de esta ruta, llegamos a Laguna Chiguay donde está la administración, donde el personal de CONAF nos recibe en la guardería, luego de una cálida bienvenida con mate amargo, nos disponemos a buscar Huemules. Nos comentan que una madre con su cría deambula por los faldeos adyacentes a la ruta, por ello es importante monitorear sus desplazamientos, por que buscando alimento no es raro verlos atravesar la huella vehicular y eso significa una sola cosa… PELIGRO, se exponen a ser atropellados, no obstante CONAF a procurado instalar avisos camineros indicado la presencia de fauna en la ruta, incluso con gráficas campañas de sensibilización a los conductores, que exhiben fotografías de huemules atropellados, es claro que a veces quienes manejan no trepidan en


Fotografía: Hernán Velásquez Sandoval, CONAF




acelerar a fondo en estos solitarios caminos. Claro está que los vehículos, no son la única amenaza, estos mamíferos del orden Artiodáctilos* les pesa en sus espaldas el riesgo no de una, sino de cuatro amenazas latentes… que los han llevado a estar en riesgo critico de conservación; una que es bastante evidente al desplazarse por estos territorios es la ocupación y modificación antrópica* de su hábitat natural, otra amenaza es la, digámoslo con todas sus letras, la tenencia irresponsable de mascotas, los perros particularmente, estos persiguen, acorralan y matan huemules, un problema vigente especialmente en reservas con poblados o caseríos cercanos como el caso de Cerro Huemules, así mismo surge la caza furtiva, sí, la caza clandestina, ante esto nos preguntamos ¿cómo es posible? Finalmente y para agravar más la situación de amenazas al huemul, una patología infecciosa ha surgido causada por el ganado ovino que genera en los huemules abscesos o inflamaciones en distintas partes de sus cuerpos. Mientras nos desplazamos por la carretera escudriñando a baja velocidad, las sombras y las luces de los bosques circundantes, escuchando


Escudriñando los sectores más inaccesibles del Área de protección en busca de ejemplares de Huemules,



Los senderos se vuelven estrechos a medida que se avanza por el Ă rea de ProtecciĂłn Cerro Huemules.




de paso este dramático escenario para la seguridad de esta emblemática especie de ciervo chileno, sobre todo considerando que en la región de Aysén se concentra casi el 80 % de la población total de Huemules del sur. En ese momento de cavilación en que justo íbamos en silencio, en la ladera sur de un cerro sombreado por hirsuta vegetación de Zarzaparrilla (Ribes punctatum) la sombra de cuatro patas que caminan pausadamente dan paso a mostrar casi inmediatamente un robusto cuerpo de color beige, se trata de una hembra adulta con su cría de temporada. Como este mamífero es herbívoro, sus excursiones son a veces de muchos kilómetros a la redonda, salvo cuando se detiene a rumear, que es cuando remastica su alimento para aprovechar al máximo los nutrientes vegetales, cabe señalar que esta especie, al ser rumiante significa que su estomago contiene cuatro compartimentos a diferencia, por ejemplo de nuestros estómagos, que sólo tiene uno. Detenemos el vehiculo unos cincuenta metros antes, nos bajamos sigilosamente, los vemos ramoneando apaciblemente especies vegetales de la temporada como Chilco (Fuchsia magellanica), anémona (Anémone multifida), diente de león (Taraxacum



officinale) y siete vena (Plantago lanceolada) aunque a decir verdad su dieta es mucho más amplia que esta breve lista, sumándose también la Lenga (Nothofagus pumilio) y en otros meses del año se alimenta de una variedad interesante de especies de flora local, por ejemplo de mayo a septiembre consume especies de hoja perenne, como el Ciruelillo (Embotrium coccineum), Chaura (Pernettya mucronata), Siete camisas (Escalonia rubra), Coigüe (Nothofagus betuloides), Clavel de campo (Mutisia Sp) y Michay (Berberis darwini) en octubre degusta la zarzaparrilla. Las hembras no tienen astas, sólo los machos las poseen, las astas son hueso compacto, no hueco a diferencia de los bovinos, el cervatillo que vemos a la distancia y que acompaña a esta solitaria madre, de ser macho recién a los 6 o 10 meses se comienza a desarrollar estas cornamentas que una vez llegado a adulto pueden medir hasta 25 centímetros. No podemos dejar de soñar mientras observamos a este bello animal, tan frágil y elegante, tan noble en su singular existencia, que algún día su población no será diezmada por tanta y absurda causa nuestra, que las descendencias puedan vagar libres sin riesgos por sus bosques nativos, que tan profundamente les pertenecen por

derecho natural, antes de que el ser humano entrara en escena. Hay mucho aun que aprender del Huemul chileno, las lecciones que la naturaleza nos deja son y siempre deberían ser asimilables como experiencias de conservación efectiva y real, en este minuto mientras se escriben estas palabras una especie desaparece para siempre, no basta con saber que el Huemul está en el escudo nacional, se requiere que el Huemul del sur –como otras tantas especiesdebiera estar en el corazón… por que somos uno, una familia, en un mismo hogar. * artiodáctilos : mamíferos ungulados que apoyan en el suelo sólo un par de dedos. * antrópica o antrópico : factor humano de influencia física.

Agradecimientos a Conaf Área de Protección Cerro Huemules Reserva Nacional Cerro Castillo

Revista BIOMA 2017



Una increĂ­ble mixtura entre vida salvaje, belleza escĂŠnica y la infaltable huella humana con su basura...



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PRONTO





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MARZO 2017


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