ISBN: PPI201402DC4571
WWW.BOTICA.COM.VE Edición número 13 / Año 2012
ISSN: 2443-4388 Distribución por suscripción
Dolor musculoesquelético crónico y depresión La percepción del dolor comprende más que la mera sensación. La afectividad y los componentes evaluativos del dolor son tan importantes como la producción y trasmisión de la señal dolorosa. Los aspectos emocionales son más prominentes en los pacientes con dolor crónico(1). Dolor y su percepción El sistema límbico, donde las emociones son procesadas, modula la cantidad de dolor experimentado para un estímulo nocivo dado. El dolor puede ser visto sencillamente como una señal de que algo está mal en algún lugar del organismo, hasta que llega al cerebro emocional, donde esta señal se convierte en lo que sentimos como dolor. La respuesta emocional al dolor involucra al girus cingulado anterior y a la corteza prefrontal ventral derecha. Los circuitos de serotonina y norepinefrina también están envueltos en la modulación de la señal sensorial, lo cual probablemente influye en cómo la depresión y los medicamentos antidepresivos afectan la percepción del dolor(2). Aspectos psicológicos del dolor Atención Focalizar nuestra atención sobre el dolor hace de él algo peor. Pacientes que tienen preocupaciones somáticas o hipocondriasis son hipervigilantes de las sensaciones corporales. Se ha encontrado que la atención exagerada en estas sensaciones somáticas las amplía al punto de hacerlas dolorosas. Contrariamente, pacientes capaces de distraer su atención, son altamente efectivos en reducir su dolor(3). Ansiedad La ansiedad, el miedo y la sensación de pérdida del control contribuyen al sufrimiento de los pacientes. Tratar la ansiedad y proveer apoyo psicológico mejoran el dolor y reducen el uso de analgésicos. También son útiles a este fin mejorar la sensación del control de los pacientes y permitirles que participen en su auto cuidado. Los médicos deben contribuir a crear un ambiente de no amenaza, tales como preparar agujas y otros equipos fuera de la vista del paciente. Además de asumir que el procedimiento es realizado de la forma menos dolorosa posible, utilice términos no amenazantes tales como leve molestia en vez de dolor. También es útil la distracción del paciente con conversación acerca de asuntos de su interés, como hobbies y familia(4). Memoria Pacientes con baja intensidad de dolor lo recuerdan como más intenso peor de lo que reportaron originalmente, lo cual tiende a empeorar con el tiempo. Entre aquellos pacientes que reportan alivio con el tratamiento, se ha encontrado en escalas de medidas reales que no cambian significativamente y algunas veces incluso empeoran. El dolor puede ser una respuesta aprendida, más que un problema puramente físico.
Expectativa La expectativa del paciente sobre la cantidad de dolor que debe tener, influye en: la intensidad del dolor que tendrá, la respuesta al tratamiento y en la posibilidad de que la condición se vuelva crónica y discapacitante. El resultado de un latigazo cervical menor ha mostrado ser altamente variable en diferentes regiones geográficas; esto se ha atribuido a la cultura local y a las expectativas. Cualquier mensaje que comunique a los pacientes que la lesión es seria y debilitante puede contribuir a desacondicionamiento y posturas mal adaptativas que empeoran el dolor. La prescripción de medicamentos también contribuye al problema. El efecto placebo está también influenciado por las expectativas del paciente y del médico(5). Creencias y afrontamiento Otros aspectos psicológicos como creencias acerca de su dolor, sus herramientas para afrontarlo, la tendencia al catastrofismo, la autoeficacia, locus y control, y ambiente en el rol de enfermo, tienen impacto sobre cuánto dolor siente y cómo lo afecta. En pacientes con lumbalgia el factor más importante en el retorno al trabajo es la reducción del sentimiento subjetivo de discapacidad. Los pacientes con fibromialgia tienen que disminuir el catastrofismo para mejorar y deben ser persuadidos de que ellos tienen la capacidad de ser funcionales. Los pacientes deben ser inducidos a entender que ellos juegan un papel muy importante en desviar la atención de sus dolencias, y que pueden minimizar la interferencia del dolor con sus vidas(6-11). Dolor crónico Pacientes con dolor crónico comúnmente tienen problemas con los aspectos psicológicos y emocionales del dolor. Hay un ciclo vicioso en el que el dolor causa discapacidad y estrés, lo cual a su vez altera la percepción del dolor. Se han identificado factores que predisponen al dolor crónico: un estilo de vida no saludable, ausencia de soporte social, depresión y abuso de sustancias. El dolor crónico es un complejo donde hay interacciones legales, psicológicas, medicación y asuntos familiares(12-14). Conductas La inactividad es un serio impedimento para mejorar el dolor crónico y puede conducir a un dolor miofascial concurrente. Muchos pacientes con fibromialgia presentan un ciclo vicioso de conducta mal adaptativa al dolor, que resulta en desacondicionamiento, disfunción social y empeoramiento subsecuente del dolor(15,16). La obesidad es también un problema en el dolor crónico; la mayoría de los pacientes que no retornan a su empleo o función son aquellos con mayor sobrepeso. Muchos pacientes con lumbalgia se encuentran en los cuadriles más bajos de capacidad aeróbica(17). Algunas conductas asociadas al dolor -como vigilancia, uso de aparatos ortopédicos, frotar o masajear, muecas de dolor, suspiros- están influenciados fuertemente por factores psicológicos. Muchas de estas conductas son expresadas