Cocktail Edición Nº 34

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DESTINO

Aventura charrúa Pensar en tango, vino y carnes es invocar a Argentina. Sin embargo, un poco más al este existe un país de infinitos pastizales, tangos desgarradores y vinos intensos. Uruguay deja marca y muchas ganas de volver. Escribe Billy Kich

U

n viaje inolvidable no ne-

tro de las ruinas del convento de San Fran-

Montevideo queda a tres horas en auto

cesariamente debe ser a

cisco para obtener unas vistas panorámicas

desde Colonia. La capital de Uruguay es

Europa o a alguna tierra

del pueblo. También vimos los restos de la

una ciudad grande con un aire porteño an-

lejana. Una escapada más cercana pue-

antigua muralla que rodeaba la ciudad. En

tiguo. El Río de la Plata lo envuelve como

de ser tan emocionante y divertida como

los museos, aprendimos parte de la historia

un inmenso mar en su último tramo antes

esas travesías distantes. Por ello, mi pro-

portuguesa que guarda este lugar.

de llegar al Atlántico. Decidimos alquilar

puesta es una aventura charrúa; de tango

un depa en la ciudad vieja, con parques

y parrilla, de vino y Río de la Plata. Un par

Para terminar, no podíamos dejar de

de fuentes antiguas y edificios históri-

de semanas recorriendo Uruguay en auto

visitar uno de los restaurantes de la Calle de

cos. Nuestro balcón tenía vista directa a la

hasta la frontera con Brasil. Aquello es,

los Suspiros, la más pintoresca del centro

hermosa catedral de cúpulas enchapadas

justamente, lo que hice con mi pareja y

histórico. Allí, comimos una tabla de queso

en azulejos. Salimos a recorrer el centro

dos grandes amigas. Un viaje inolvidable.

y fiambres locales, y tomamos un excelente

hacia la plaza Independencia, muy am-

vino uruguayo escuchando música en vivo.

plia con un pórtico de piedra colonial. Al otro extremo, se levanta inconfundible el

Nuestra aventura comenzó en Colonia

Palacio Salvo con esa torre esquinada tan

del Sacramento, luego de cruzar el charco

A la mañana siguiente, recogimos el

en ferry desde Buenos Aires. Esta ciudad es

auto que habíamos alquilado para seguir

encantadora, al borde del Río de la Plata, con

nuestro camino en 4 ruedas. Uruguay es

callecitas de piedra, casas coloniales, ruinas,

un país pequeño y plano, pero muy verde

Sin duda, lo más popular del centro

monumentos de la antigua colonia portu-

con pastizales hasta donde llega la vista.

histórico es el Mercado del Puerto, que

guesa y los atardeceres más hermosos.

Es un placer recorrerlo en auto, puesto que

es una estructura del siglo XIX restaura-

sus carreteras están en excelente estado.

da para alojar numerosos restaurantes

El centro histórico es pequeño y senci-

Siendo un país netamente ganadero, el

de parrilla. Fue una parada imperdible en

llo de recorrer a pie. Primero, visitamos la

recorrido está lleno de granjas, pueblitos

nuestra visita a Montevideo. Para bajar la

Basílica del Santísimo Sacramento, rodeada

encantadores y miles de vacas que obser-

comida, caminamos al Café Brasilero, el

de buganvilias y carcochitas hechas mace-

van aburridas mientras rumian pasto de-

más antiguo de la ciudad, aún decorado al

teros. Luego, subimos al famoso faro den-

bajo de algún árbol frondoso.

estilo Art Nouveau; un viaje en el tiempo.

particular.


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