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La historia del cine en Comodoro | Pág
VER, PENSAR Y DISFRUTAR CINE EN COMODORO
Por Esp. Cristina Barile
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Salir del cine una noche, con la urgencia de escribir el comentario del film “Relatos Salvajes” resultó una experiencia fascinante. Nada ni nadie obliga a escribir, del mismo modo en que nadie nos obliga a ir al cine. Este vínculo íntimo que asocia al ver, pensar, disfrutar y reflexionar sobre producciones cinematográficas se lo conoce con el nombre de “cinefilia”. Lejos de ser una enfermedad, se traduce como amor por el cine.
Un poco de historia por los barrios
Probablemente, esa misma fascinación por vivir la experiencia de ver películas es lo que condujo a que tempranamente, a principios del siglo XX, se instalaran las primeras y precarias salas de cine en Comodoro Rivadavia que fueron aumentando al ritmo del crecimiento de la ciudad como resultado de la explotación petrolera. Cada empresa petrolera, a su tiempo, instaló su propio cine en su barrio. De esa motivación surgió el cine de Diadema Argentina y de Astra, mientras que en el barrio General Mosconi se creó el Cine de YPF. Cuando las empresas se retiraron de la zona quedaron los edificios que sobrevivieron como pudieron. Hoy el cine de Diadema se encuentra bajo responsabilidad de COVIDIAR, el de Astra logró cierta recuperación gracias a la activa gestión de la comisión de la Biblioteca del mismo barrio. El viejo cine de YPF quedó bajo responsabilidad del Colegio Salesiano Deán Funes que busca su patrimonialización. Es cierto que sostener la estructura de un cine insume mucho dinero, esfuerzo y trabajo de los particulares, grupos y asociaciones que trabajan por su recuperación como parte de la identidad barrial. De igual modo, en las primeras décadas del Siglo XX se estructuró un cine en Km 8 en un recinto conocido como “Gamela del Vasco Yurrevaso” con cierto éxito. Teniendo
en cuenta este antecedente la compañía Com.Fer.Pet (Compañía Ferrocarrilera de Petróleo) inauguró en 1946 el Cine Teatro que replicaba el modelo de otro Cine inglés. Lamentablemente, este Cine dejó de funcionar en 1978 y, posteriormente, hubo varios intentos para su recuperación tanto desde una escuela del barrio como desde el grupo “Bajo la Luz del Faro”.
Cine coliseo
Si hay algo que se destaca en el centro de la Ciudad de Comodoro Rivadavia es la presencia del Cine Coliseo y el Cine Teatro Español y, aunque nacieron en distintos momentos, comparten un tramo de su historia en común. Desde el libro “Patagonia, cinefilia desde el extremo austral del mundo” de Juan Carlos Portas, sabemos que hubo experiencias de cine en Comodoro Rivadavia desde 1910. Las primeras proyecciones se realizaron en 1917 en el Hotel “El Águila” pero será a partir de la intervención de Roque González comerciante muy dinámico de la zona, que se producirá el crecimiento de las salas de proyección de films en toda la Patagonia Austral. En 1922, Roque a municipalidades, exhibidores privados y regimientos, uniendo El Bolsón, en Río Negro, con Ushuaia, en Tierra del Fuego. La actividad se completó con la explotación de los campos en Santa Cruz atendidos por Calixto y Roque”.[5] El dinamismo empresarial, los vínculos societarios y el conocimiento de la región posibilitó a la familia González desarrollar las salas cinematográficas, incursionar en el periodismo desde la compra del diario “El Rivadavia” al que convirtieron en “El Patagónico”, consolidar una carrera política que le permitió a Roque González llegar a ser gobernador de la Provincia del Chubut y crear el partido Acción Chubutense.
Cine Teatro Español
Puede afirmarse que la creación del Cine Teatro Español en 1934 es uno de los grandes logros de la colectividad representada en la Asociación Española de Socorros Mutuos. Las preocupaciones centrales de esta Asociación estuvieron ligadas a la asistencia, la solidaridad, la ayuda mutua y la salud de los migrantes españoles que llegaban a Comodoro Rivadavia. Pero también hubo un notable
González compra el viejo cine San Juan y lo convierte en “El Coliseo”. Posteriormente, sus hijos Roque, Calixto y Mariano se harán cargo de los negocios familiares: “Así, la magia del espectáculo que Roque González padre vislumbró a principios de siglo se convirtió en un lucrativo negocio a partir de 1940 y hasta mediados de los ‘70 cuando la TV le comenzó a competir fuertemente. La familia González construyó los cines Coliseo (1948) y Gran Comodoro (1963), en Comodoro Rivadavia; y abrió sucursales del primero en Trelew (1962); Esquel (1966); y San Carlos de Bariloche (1960), donde más tarde también abrió el Arrayanes (1981).Los González alquilaron cines en casi toda la Patagonia y también distribuyeron films interés por la cultura y de allí surge su compromiso con la construcción del Cine Teatro Español. La Asociación optó por alquilar las instalaciones del cine teatro al empresario Roque González y utilizar el primer piso para consulado y sede de reuniones de la Asociación Española. Se considera al edificio de El Español como una joya arquitectónica para la ciudad y la región que representa muy bien el estilo de construcciones ornamentadas que se realizaban en la ciudad en esos años. Mezcla algunos elementos del Barroco con el Renacimiento y queda en claro la impronta española con sus arcos de medio punto en ventanales, volutas y adornos. Su gran capacidad de público posibilitó la llegada de obras teatrales y musicales
a la ciudad en un espacio claramente adecuado para ello. De este modo, la presencia de estos dos grandes espacios de proyección cinematográfica como son El Coliseo y El Español ocuparon un lugar significativo en la vida cultural de nuestra ciudad hasta los años de 1980. La recuperación de la asistencia a los cines de Comodoro Rivadavia se viene dando de manera lenta y progresiva bajo la concesión de ambos cines a la Empresa Sudestada. Con ello llegan, además, los interrogantes sobre la nueva situación post pandemia y el modo en que los espectadores prefieren acceder a ver las películas. Se sigue hablando, escribiendo y viendo cine y, como tal, sigue siendo un espacio de referencia identitaria de nuestra ciudad, un lugar de encuentro para recorrer, disfrutar, y es también, una parte de la cultura de esta época. De manera que, con otros marcos y desde otro contexto, el cine aún nos sigue fascinando.
Comodoro Natural
Portada por Franca Pacetti