#ComodoroAuténtica
VER, PENSAR Y DISFRUTAR CINE EN COMODORO Por Esp. Cristina Barile
S
alir del cine una noche, con la urgencia de escribir el comentario del film “Relatos Salvajes” resultó una experiencia fascinante. Nada ni nadie obliga
a escribir, del mismo modo en que nadie nos obliga a ir al cine. Este vínculo íntimo que asocia al ver, pensar, disfrutar y reflexionar sobre producciones cinematográficas se lo conoce con el nombre de “cinefilia”. Lejos de ser una enfermedad, se traduce como amor por el cine. Un poco de historia por los barrios Probablemente, esa misma fascinación por vivir la experiencia de ver películas es lo que condujo a que tempranamente, a principios del siglo XX, se instalaran las primeras y precarias salas de cine en Comodoro Rivadavia que fueron aumentando al ritmo del crecimiento de la ciudad como resultado de la explotación petrolera. Cada empresa petrolera, a su tiempo, instaló su propio cine en su barrio. De esa motivación surgió el cine de Diadema Argentina y de Astra, mientras que en el barrio General Mosconi se creó el Cine de YPF. Cuando las empresas se retiraron de la zona quedaron los edificios que sobrevivieron como pudieron. Hoy el cine de Diadema se encuentra bajo responsabilidad de COVIDIAR, el de Astra logró cierta recuperación gracias a la activa gestión de la comisión de la Biblioteca del mismo barrio. El viejo cine de YPF quedó bajo responsabilidad del Colegio Salesiano Deán Funes que busca su patrimonialización. Es cierto que sostener la estructura de un cine insume mucho dinero, esfuerzo y trabajo de los particulares, grupos y asociaciones que trabajan por su recuperación como parte de la identidad barrial. De igual modo, en las primeras décadas del Siglo XX se estructuró un cine en Km 8 en un recinto conocido como “Gamela del Vasco Yurrevaso” con cierto éxito. Teniendo 24