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13 de diciembre de 2018 Retazos de Puerto Rico y la diáspora Junta Editora: Alexandra Pagán Vélez { Directora Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos Eloísa Gordon María José Moreno Hugo R. Viera Vargas { Lector externo
Junta Asesora: Mariveliz Cabán Montalvo { Presidenta Roxanna D. Domenech Sugelenia Cotto
Portada: Uziel Orlandi Alegría
Retazos de Puerto Rico y la diáspora
índice ARTE DE UZIEL ORLANDI ALEGRÍA 4 ELEGÍA PARA ELEANOR RIGBY O LA NOCHE QUE MATARON A… DE MANUEL ABREU ADORNO ZAIRA PACHECO 22 MI PADRE JAVIER FEBO SANTIAGO 26 EL CONSUELO DE BURGOS: LOS “YO” DE JULIA ENTRE LA MUERTE, EL AMOR Y LA GÉNESIS DE EL MAR Y TÚ EN LAS CARTAS A CONSUELO LIMARY RUIZ APONTE 28 ALBIZU, MUÑOZ Y JULIA DE BURGOS: SER O NO SER ES LA DIVISA FEDERICO CINTRÓN FIALLO 36 SELECCIÓN NATURAL, SELECCIÓN SEXUAL Y LOS MUTANTES VANESA CONTRERAS CAPÓ 43 LA RANA CON PELOS LAURIE GARRIGA 45 MAREJADAS DE FONDO: REFLEXIONES SOBRE EL MAR Y LA MUERTE IRIZELMA ROBLES 47 LA DIÁSPORA PUERTORRIQUEÑA EN ESTADOS UNIDOS MYDALIS LUGO 51 EN RESCATE DE LO HUMANO: REFLEXIONES EN TORNO A LA VIOLENCIA SOCIAL NITZA E. RODRÍGUEZ LÓPEZ 60 ARTE DE QUINTÍN RIVERA TORO 66 13 de diciembre de 2018
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Elegía para Eleanor Rigby o La noche que mataron a… de Manuel Abreu Adorno
Zaira Pacheco
La primera novela de Manuel Abreu Adorno, Elegía para Eleanor Rigby (1979), sigue inédita. En el 2013 tuve acceso al manuscrito con la condición de que no citara de forma directa el texto, excepto aquellos pasajes que ya se habían publicado en el periódico El Nuevo Día. A continuación, reflexiono sobre algunos hallazgos, teniendo en cuenta esta limitación. Así como en No todas las suecas son rubias (1991), Elegía para Eleanor Rigby exhibe un contenido de corte autobiográfico. El autor toma como escenario literario sus años de estudio en el colegio San Ignacio de Loyola. Los personajes que pueblan este colegio novelado son en su mayoría adolescentes; en particular, “niños bien”, que cobrarán vida a través de las descripciones que la voz narrativa elabora en el seno de una reunión de exalumnos. Estos personajes son aficionados a la cultura de masas, pero también demuestran cierta erudición que se advierte en las numerosas referencias a figuras como Poe, Baudelaire, Emerson, Thoreau… Esta erudición
que mezcla la llamada alta y baja cultura es, sin duda, una huella cortazariana. La afición de Abreu Adorno por la obra de Cortázar es evidente en el artículo “Julio Cortázar: las claves misteriosas de algunos encuentros y desencuentros” que se publicó de forma póstuma en la Revista del Instituto de Cultura en 1989. En la novela No todas las suecas son rubias podemos apreciar cómo el personaje de Alberto emula existencialmente al personaje de Oliveira de Rayuela. En Elegía para Eleanor Rigby salta a la vista la oralidad. La pronunciación hispanizada del inglés, las canciones populares de la juventud puertorriqueña de los años setenta y el uso del humor negro le dan un ritmo particular a la novela que se distancia del tono académico1 que se observa en algunas de sus narraciones. “No estoy seguro si era Peter o Camilo el que imitaba el personaje de Rowan en Martin’s Laugh in, que 1 Efraín Barradas advierte este rasgo en su artículo: “Estado de cuentas: el cuento”, publicado en el suplemento En Rojo de Claridad, 15-21 de junio. Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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aparecía vestido de nazi y que con un pitillo en la boca comentaba siempre parodiando el acento alemán: ‘Verry interrresting but stuped…’ que nos hacía orinar de la risa” (Abreu Adorno, 2006). El dinamismo de los personajes es evidente. Sus voces crean discursos autónomos que no pueden ser controlados con posturas ideológicas de ningún tipo. Debemos aclarar que esos discursos, junto a la irreverencia del narrador protagonista, no necesariamente trascienden a la denuncia del sistema, más bien se caracterizan por la insensibilidad y la burla. El humor negro se utilizará para relatar algunos sucesos polémicos que tuvieron lugar en el Colegio San Ignacio. El narrador celebra las conductas desenfrenadas que ocurren en torno a estos hechos y confiesa que también fue partícipe. Esta rebeldía no solo se vislumbra en el protagonista, sino que es cónsona con la insignia de desobediencia que los personajes portan, pues no parecen asumir ningún tipo de responsabilidad moral ni social. Podemos establecer paralelismos con lo que el crítico mexicano Jorge Martínez denomina como “la novela de la adolescencia”. Este grupo de obras se caracterizan por una literatura que se escribe desde la cosmovisión de adolescentes que no son capaces de transformarse en adultos y que utilizan una jerga particular para expresarse. Asimismo, los personajes de Elegía 13 de diciembre de 2018
para Eleanor Rigby se apropian de un código lingüístico propio y retan con frecuencia las instituciones sociales. También, podrían establecerse correspondencias con el movimiento mexicano La Onda, constituido por una serie de novelas que se apropian de los referentes del movimiento contracultural. En la novela, Abreu Adorno utiliza el imaginario de la cultura popular de masas, en específico, la figura de Los Beatles, que también es representativa de la contracultura, y la integra en la mayor parte de la narración. De hecho, la mayor parte de los estudiantes no se identifican con los productos culturales de su país, más bien con la música anglosajona. Se debe aclarar que Abreu Adorno no es el primer escritor que decide incluir la figura de los Beatles en su obra. La música del grupo de Liverpool también ocupa un papel principal en otros textos como Pasto verde (1968) del escritor mexicano Parménides García Saldaña, en el que la madre del protagonista lleva el nombre de la canción “Eleanor Rigby”. En Cambio de piel (1967) de Carlos Fuentes, las canciones de los Beatles sirven de fondo musical en la novela y en Larga sinfonía en D y había una vez... (1968) de la escritora mexicana Margarita Dalton, se hace referencia a fragmentos de las canciones “Within you Without you” y “I am the walrus”, por ejemplo. En Elegía para Eleanor Rigby la imagen de
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Los Beatles es muy significativa. La banda británica representa una nueva cultura adquirida que complementa el desarrollo, físico, intelectual y emocional de cada una de las etapas de crecimiento de los personajes. De igual forma, la muerte de John Lennon, que se anuncia en la radio al final de la narración, representa un umbral de transición hacia una nueva etapa. Uno de los momentos más cruciales de la presencia de Los Beatles es en el segundo capítulo de la novela, cuando los personajes de Salvi, Raúl, Choco y el narrador entrevistan a un estudiante del Colegio San Ignacio justo en el momento en que sale de un curso de literatura norteamericana. Durante el transcurso de la entrevista descubrimos que el estudiante es un artista célebre que tiene que lidiar con las vicisitudes que la fama acarrea. Menciona algunos de sus éxitos, como: “Strawberry Fields”, “Lucy in the Sky”, “Rain”, “Girl”, entre otros. En la entrevista también revela que muchas de sus canciones se compusieron bajo el efecto de las drogas. Explica que artistas como Little Walter Jacobs, Django Reindhart, Charlie Christian han servido de inspiración. También declara que es coautor de la canción “Eleanor Rigby” y el entrevistador responde que es una de sus canciones favoritas. Esta estructura periodística2 también se aprecia en la novela No todas las suecas son rubias. Hay una insistencia en la escritura fragmentada y en la ruptura con la linealidad del relato. Estos se convierten en un leitmotiv de su fabulación. El uso de estos recursos en este contexto difumina el espacio real en que tiene lugar la entrevista. Se sugiere que es el mismo John Lennon quien contesta las preguntas y así como en No todas las suecas son rubias3, este juego de realidad e imaginación ocupa todo un capítulo. 2 Sabemos que Abreu Adorno intentó mantenerse como colaborador fijo en El Nuevo Día durante los años 80, pero sus artículos sobre el exilio latinoamericano y sus notas sobre literatura no interesaron demasiado al director del periódico en aquel entonces. 3 Vale la pena destacar que la entrevista que ocupa el tercer capítulo de No todas las suecas son rubias es de corte sociológico. El tono que se adopta es mucho más sobrio.
En los próximos capítulos se exacerba la actitud de rebeldía en los personajes. Experimentan con la libertad sexual a través de orgías y con el uso de drogas como la marihuana o la metacualona. Estas vivencias no necesariamente desembocarán en algún tipo de alumbramiento existencial. Se mantienen fríos e insensibles; se muestran incapaces de tomar en cuenta las consecuencias de sus conductas desaforadas. Sin embargo, ya al finalizar la novela el protagonista cala en los recuerdos y reflexiona sobre sus años de vida estudiantil en el Colegio San Ignacio: Y yo qué carajo hago aquí de camino a San Ignacio. Qué demonios busco de vuelta. Yo que detesté siempre la zanahoria que comía Bugs y la todopoderosa espinaca de Popeye. Yo que añoraba ser el muchacho bueno de la película, el sheriff, jugando con los vaqueros, el sargento, jugando a la guerra, el Coronel, jugando a los policías, yo que no me perdía los bailes de los viernes en la noche en el Casino, que aprendí a jugar tennis en el Caparra, que conseguí aquella noviecita por la baja panties, pero nunca le vi los panties…Qué busco después de tantos años… ¿Cuándo fue que empecé a dañarme?, como hubiera dicho O’Kane. ¿Y qué demonios cambió? Yo no sé. ¿A dónde fuimos todos a parar? (…) ¿Quién se enteró de la muerte de nuestros sueños? Chico, pero qué cursi y melodramático te pones a veces. Es cierto. ¿Y qué? Yo no estoy volviendo a ninguna parte porque no he ido a ninguna parte (Abreu Adorno, 2006).
A través de este monólogo percibimos el estancamiento del personaje. Se encuentra en un estado de sitio físico y emocional. Como ya mencionamos, no aparenta haber sido transformado de forma sustancial por alguno de estos acontecimientos. Continúa empleando un lenguaje degradante para nombrar a sus compañeros de clase. Estas actitudes nos recuerdan a algunos de los personajes de su narrativa que se caracterizan por el fracaso y por una desconexión profunda consigo mismos. En el cuento “Sentirse, hallarse, ser” podemos observarlo y también en la configuración del personaje de Alberto en No todas las suecas son rubias. Aquí el personaje es el típico melancólico que canaliza su decepción a través de la relación con el personaje de Christina. Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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En este proceso de introspección, que también resulta catártico, el protagonista de Elegía para Eleanor Rigby más adelante reconocerá la importancia de la figura de Los Beatles. Explica de qué modo habían establecido las formas en que debían vestir, peinarse, andar y hablar. No podemos perder de perspectiva la importancia simbólica que tiene la banda británica en la novela. El título corresponde al fin de una época que se materializa en el texto en el momento en que se anuncia la muerte de John Lennon a través de la radio.4 Su deceso representa el fin de la rebeldía, los excesos y el fin de un movimiento musical que revolucionó el mundo artístico y cultural. El epígrafe del capítulo V es el estribillo de la canción “Eleanor Rigby” de Los Beatles: “all the lonely people, where do they all come from, all the lonely people, where do they all belong”. Los versos anuncian la soledad en la que el protagonista bucea. Los elementos de la cultura de masas parecen consumirlo hasta empequeñecerlo. En este punto de la narración el personaje se encuentra en una encrucijada interior. ¿El
Manuel Abreu Adorno
4 Este final se le añade a la novela aproximadamente un año después de acabarla.
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viaje musical lo ha llevado a perderse a sí mismo entre los excesos o ha sido un mecanismo emancipador? No hay respuestas absolutas. Aquí se cuentan los aciertos y desaciertos que forman parte de toda experiencia juvenil. Los sueños pueriles que se intersecan como finas costuras en la memoria que se apalabra. Bibliografía Abreu Adorno, Manuel. Elegía para Eleanor Rigby (fragmento) El Nuevo Día, 16 de abril, sección Letras, 2006. Aínsa, Fernando. “Raíces populares y cultura de masas en la nueva narrativa hispanoamericana”. Anales de Literatura Hispanoamericana 28: 75-86, 1999. Gunia, Inke. ¿Cuál es la onda?: La literatura de la contracultura juvenil en el México de los años sesenta y setenta. Madrid: Iberoamericana, 1994.
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Mi padre Javier Febo Santiago
Dicen de Aniceto Truman Marín, de unos 80 años, que se parece a Clint Eastwood, un pésimo actor norteamericano convertido, después de viejo, en un excelente director. Se dice de Aniceto, que perteneció a una organización de limpieza racial en los Estados Unidos de Norteamérica, y que fue parte del escuadrón que carpeteó a los independentistas puertorriqueños en los años sesenta y setenta. A todas luces, no era ni es un buen tipo. La soledad, al parecer es la única compañía con quien se le ha visto en las últimas décadas. Las pocas veces que va al bar, se sienta a beber Budwieser, no mira a nadie, ni al cantinero, y de vez en cuando mira la televisión si están jugando los Cardenales de San Luis o si está boxeando Wilfredo Gómez en una de esas repeticiones de peleas clásicas. Dejó de fumar desde que descubrieron que da cáncer. Pensaba que las empresas, en especial las tabacaleras, decían la verdad. Y que los científicos siempre estaban jodiendo. En la calle, no responde a ningún saludo. Sus vecinos, antiguos
compañeros de escuela y los que se creían su amigo, dejaron de saludarle. ¿Para qué saludarlo? Si no vale la pena. Menos vale la pena insultarlo. Le dicen de todo, y él, como si con él no fuera. No le interesa el contacto de ninguna índole con los demás. Aparenta poseer un control lejos de lo común. Puede explotar una dinamita a su lado, y él, no se inmuta. Todos gritan y brincan del susto, y él, continua caminando, leyendo el periódico o mirando el horizonte como si fuera sordo, inhumano. Da miedo y molesta su actitud. Por eso la gente habla y habla, y no se cansa. La casa donde vivía poseía todas las comodidades que existían en aquel tiempo. Decían, que era algo raro que un policía tuviera tanto poder adquisitivo. Entre las comodidades se encontraban, por ejemplo: un televisor a color, dos teléfonos, uno en la sala y el otro en el cuarto; lavadora automática, aspiradora, juegos de ollas en acero inoxidable, una nevera con máquina de hielo, juego de sala con butacas, juego de cuarto clásico Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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tal arma de fuego a tal distancia se podría matar a un rinoceronte. Que con tal cuchilla de tal tamaño, puedes alcanzar el corazón de una persona de doscientas libras y de más o menos seis pies de altura. Era un tema y una afición extraña. Cuando Octavio creció le cuestionaba el porqué de tantas armas de fuego y cuchillas. Él le respondía, que simplemente le gustaban, así como a él los libros. Somos extraños, hijo. Eso también pensaba los que nos rodeaban. Lo más triste y cruel que se ha dicho de mi padre, Aniceto Truman Marín, ha sido que no amaba a su esposa. A mi madre. Todo el mundo cree eso. Quizá, porque nunca la tomó de la mano en público. Nunca le dio un beso en público. Y nunca aceptó ir a las fiestas de sus vecinos. Decían, que ella estaba presa en la casa. Que se volvió loca. Pero no era así. Lo digo yo, Octavio, su hijo. Quien nunca me besó, me acarició, me abrazó y nos abandonó, fue ella, mi madre.
Father and Son de Suraj Lazar
europeo con espaldar acojinado y madera tallada; un equipo de música con casi todos los discos de vinilo de Elvis Presley, y solo uno de John Coltrane, A love supreme; y un Chevrolet Malibú, nuevo, y entre otras cosas, una pequeña biblioteca. Tiene un hijo. Lo llama Octavio. Dicen los más allegados, sus familiares, que desde pequeño mostraba una rebeldía incontrolable. No era del todo violento, pero lo cuestionaba todo, y si no le gustaba una respuesta se encolerizaba. Decía con un tono de voz alto y sacudiendo las manos: Pero, ¿por qué tiene que ser así? No entendía ciertas cosas, o mejor, no quería entenderlas por absurdas. Decía que no entendía el porqué de ir a la escuela los cinco días a la semana. ¿Por qué no tres? Papi, si tú sabes más que mis maestros. Que me den los libros de textos y las preguntas, y yo se las contesto y ya, se acabó el semestre. Papi, he aprendido más con los libros que tienes en la biblioteca, que con los cinco años que llevo en la escuela. Decían que Aniceto ante la situación se mostraba tranquilo. Le exigía lo que a él le exigieron. Le decía: No todo puede ser como nosotros queramos, Octavio. Yo hago cosas que no debo hacer, pero las tengo que hacer por tu bien. Octavio respondía que no era justo vivir con tanta imposición. Que no éramos libres. Que como iba a ser feliz si sus ideas para su bien no eran aceptadas. A los trece años empezó a plagiar a Jaime Sabines y a Ángelamaría Dávila para enamorar a la maestra de español, que según dicen, llevaba mahones ajustados y blusas con los primeros dos botones desabrochados. No fue un chico popular en la escuela. Nadie se vuelve popular si en el tiempo libre se está escribiendo, leyendo en la biblioteca, o haciéndole preguntas a los maestros acerca de la revolución francesa o de la muerte de Julio César, y a la bibliotecaria de la novela Figuraciones en el mes de marzo o del libro de cuentos Dublineses. Aniceto tampoco fue popular. No porque le gustara escribir o leer, sino porque no le interesaba nada, excepto las armas de fuego y las cuchillas. ¿Quién se iba acercar a un tipo así? Dicen que decía, que con
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El Consuelo de Burgos: los “yo” de Julia entre la muerte, el amor y la génesis de El mar y tú en las Cartas a Consuelo Limary Ruiz Aponte “No te desesperes por mí. Soy valiente como tú y me estoy portando bien, contra viento y marea”. (Julia a Consuelo, junio 1953)
Revisar la obra de Julia de Burgos tras la celebración de su centenario, es afortunadamente un reto por toda la crítica que se ha producido. Sirve de umbral para nuevas interpretaciones y cuestionamientos al mundo literario de la autora. Una de las publicaciones más interesantes ha sido las Cartas a Consuelo (2014). Estas son, precisamente, las cartas que Julia le envió a su hermana entre 1939 y 1953, año en que muere la poeta, y que se ubican desde San Germán, Puerto Rico, hasta diferentes lugares en Nueva York, Washington y Cuba. Me ha captado en la lectura de las Cartas la construcción del “yo” que hace Julia/Julita para su hermana Consuelo como también la discusión de la muerte y el amor que aparece en sus distintas etapas. Sin embargo, lo que más me captó fue la discusión y referencia al libro de poesía El mar y tú, que Julia menciona por primera vez en la carta fechada el 25 de septiembre de 1940. No obstante, este será mencionado por casi nueve años en las correspondencias. Las siguientes son las fechas de las cartas en las que he identificado la aparición del poemario:
1) 2 de octubre de 1940 2) 28 de octubre de 1940 3) 20 de noviembre de 1940 4) 29 de enero de 1941 5) 4 de marzo de 1941 6) 24 de marzo de 1941 7) 14 de abril de 1941 8) 5 de mayo de 1941 9) 11 de junio de 1941 10) 6 de septiembre de 1941 11) 13 de marzo de 1942 12) 6 de octubre de 1944 13) 8 de abril 1945 14) 19 de abril de 1945 15) 4 de mayo de 1945 16) 14 de mayo de 1945 17) 12 de junio de 1945 18) abril 1946 (carta sin fecha completa) 19) 9 de marzo de 1949 Para este escrito, propongo establecer los “yo(s)” ficcionales que crea Julia, tanto en El mar y tú como en Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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las Cartas para su hermana. También analizar y comparar las imágenes que hace sobre la muerte y el desamor en ambos textos. Por último, y a partir de las cartas, rastrear la conceptualización y génesis del poemario El mar y tú. De Julia y Julitas ficcionales: la creación por la escritura En El mar y tú la construcción se da por un yo en constante fuga, que se resiste a una clasificación única. Entiendo que ese yo poético en su nomadismo1 es uno que se convierte en máquina de guerra hasta con la muerte misma, pues más allá de la derrota hay una búsqueda y una acción imparable que lo separa de la fragilidad de darse al fin. Es el poder de la palabra y ella como poeta inmortalizada en esta su esperanza de vida. Por eso me parece muy acertado cuando Juan Gelpí propone que en El mar y tú es donde se desemboca en un espacio liso y la muerte sería otro espacio para el nomadismo: “Ese sujeto ve la muerte como un proceso en el cual se inicia otro tipo de nomadismo” (Gelpí, p. 49). El deseo de Julia por la palabra misma y el uso de esta para explotar los signos y las imágenes ante el desamor es lo que la hacen, en mi lectura, la nómada perfecta. Según Deleuze y Guatarri en Mil mesetas: Capitalismo y esquizofrenia: “Un trayecto siempre está entre esos puntos, pero el entredós ha adquirido toda la consistencia y goza tanto de autonomía como de una 1 Seguimos lo planteado por Juan Gelpí sobre la autora en El paternalismo y la literatura puertorriqueña. 13 de diciembre de 2018
dirección propias. La vida del nómada es el intermizzo” (p. 385). El espacio del nómada, según los teóricos, es uno liso donde el sujeto camina sin fijarse; sigue unos “trayectos habituales y va de un punto a otro, pero solo como consecuencia y necesidad de hecho: en principio los puntos para él son etapa en el trayecto” (385). Este nomadismo y su efecto como máquina de guerra, pues ataca el orden establecido, es vigilado y reprimido, precisamente por el Estado: “Una de las tareas fundamentales del estado es la de estriar el espacio sobre el que reina, o utilizar espacios lisos como un medio de comunicación al servicio de un espacio estriado” (p. 389). Julia se ubica en ese intermezzo y por eso el mar, el viento, las alas son punto de salida del espacio estriado. El yo ficcional del libro de poemas es múltiple y es donde se permite darse al dolor, a la pasión, a la pulsión con más ahínco, pero con el cuidado mismo que su vocación de poeta le permite. En cuanto a la construcción del –yo- en las cartas, esa Julita -nombre con el que firma- refleja una imagen de una mujer incansable y luchadora, que a pesar de las situaciones que vive y que comenta con dolor, se regodea más en su deseo de seguir. Sobre todo, su conciencia de escritora con la que muestra la necesidad de trascender en el mundo literario e intelectual, no solo puertorriqueño, sino internacional. Ivette López en “Distancia, lejanía: la poesía de Julia de Burgos”, comenta: Sin embargo, el sujeto que emerge de las cartas a su
30 hermana no corresponde a esa visión (la de mujer sufrida): si bien es cierto que vivió con muchas dificultades económicas, angustiada en ciertos momentos por motivos amorosos, también es cierto que trabajó en lo que estuviera disponible, que se mantuvo atenta a los hechos políticos del momento (la Segunda Guerra Mundial, lo que estaba ocurriendo en Puerto Rico), que se sentía productiva, que quería, sobre todo, escribir. Cuando se observa todo su hacer es como si los últimos cuatro años de su vida (de este periodo apenas hay cartas: o se han perdido o no existieron) hubieran borrado lo que fue su vida anterior, o como si el peso de unos pocos sucesos definiera toda su vida. Su perfil biográfico, incrustado en un marco restrictivo, obviaba el hecho de que la referencia a su vida se da gracias a su importancia en la literatura puertorriqueña. Su imagen de poeta muerta en una calle de Nueva York resultó más poderosa, para los organismos reguladores de la cultura, que su poesía misma. (p. 196)
María Solá, con el acceso limitado a algunas cartas, en su estudio preliminar a la antología de Burgos, Yo misma fui mi ruta, comentaba que había que estudiar a la poeta quitándole el peso de lo autobiográfico de la derrota y el desamor. Es que solo una mirada a las cartas nos permite ver esa mujer en lucha y en constante cambio: “Se va descubriendo la hablante poética como un ser inquieto, nunca superficial ni fácilmente satisfecho. Solo hay una constante, el cambio y la lucha, que marchan siempre juntos” (pp. 18-19). Esta opinión la va a compartir también luego Merced Hernández en su estudio a las cartas en el que precisamente amplía la imagen de Julia a través de las cartas. Coincido con estas posturas y añado que al comparar las cartas con el poemario El mar y tú se encuentra la evidencia de la creación de estos yo o Julias ficcionales que se separan, pero que a la vez se unen en el acto de su propia creación o la consciencia de la escritura misma. Muerte y desamor: Julia y Julita La muerte en los poemas de El mar y tú va evolucionando y graduándose. Al inicio el amor trasciende la muerte y luego la muerte misma es trascendida por
la muerte; una decisión y deseo planificado que surge como ansia de liberación. Así, la muerte, en la primera parte del libro “Velas sobre el pecho del mar”, la leemos como imposible ante el acto mismo y presencia del amado. En el poema “El mar y tú”, la voz poética extiende la imagen erótica acuífera iniciada en el río2 al mar como han apuntado diferentes críticos de su obra. Según nuestra lectura, la imagen más cercana a la muerte es naufragio y sirve como hipérbole para la locura del amor o esa relación casi indivisible entre Eros y Tanatos. El naufragio sirve para problematizar la imagen de la muerte como un fin. Los versos siguientes trascienden la pasividad y llevan a imagen de placer: “Si tuviera yo un barco de gaviotas,/ para solo un instante detenerlos,/y gritarle mi voz a que se batan en un sencillo duelo de misterio” (13). En la última estrofa, retoma la barca: “Todo el color de aurora despertada/ el mar y tú lo estiren en un sueño/ que se lleve mi barco de gaviotas y me deje en el agua de los dos cielos”. Esos dos cielos/lugar que desea ubicarse como nómada mismo en el intermezzo, provoca no una imagen de muerte sino de placer y contemplación por su propia obra al haber logrado la unión de dos fuerzas que la luchen y coexistan: el mar y ese apóstrofe amado. En “Rompeolas”, la voz lírica quiere construir esa muralla que divide al mar y contra las olas para que no vean el sufrimiento y no afecten al amado. En “Poema con destino” la voz poética forja su mundo ideal fuera de Dios y por su amado. Ella por su sueño construye un mundo mejor, un mundo donde Dios no tendría ni la necesidad de estar. En esta parte los juegos con la muerte son más eróticos. El amado en apóstrofe está ausente, pero todavía queda visible una esperanza de regreso, aunque sin duda se sufre en la espera: “fuera de ti soy ala rota”. En “Poemas para un naufragio” la muerte se asocia a la libertad o ausencia de límites y a la que se debe ir a plenitud. El naufragio abre a la muerte, pero 2 Nos referimos a lo comentado por muchos de sus estudiosos en relación a la expansión del Rio en Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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no como fin o castigo sino como liberación absoluta. En este sentido la libertad se da ante el sufrimiento. En “¡Oh lentitud de mar!” y “¡Oh mar, no esperes más!” el sueño que en la primera parte servía de esperanza ha desvanecido y solo le queda unirse a ese otro amado que la atrae como la muerte: el mar. Desea unirse completamente con el mar y no desvanecerse en él, sino gozarlo: “oh mar, no esperes más/ déjame amar tus brazos con la misma agonía/con que nací. Dame tu pecho azul, y seremos por siempre el corazón del llanto” (59). En esta segunda parte del libro, el dolor por la separación amorosa abarca significativamente el poemario. Por ejemplo, en “Poema para las lágrimas” se observa una herida localizada en el pecho: “en mi pecho sin lumbre ya no cabe la vida” (63). El poema más comentado de esta parte “Dadme mi número” presenta la muerte como un acto de libertad. Coincido con la lectura de María Solá y Ronald Mendoza de Jesús cuando ven en la petición del número un acto de libertad y no una aniquilación. El final dramático del último poema de la segunda parte, “Poema con la tonada última”, demuestra mucha fuerza. La voz poética se convertirá en un espacio tan vacío que absorberá todo, casi como un hoyo negro del cual ninguna materia escapa. “Voy a quedarme sola/sin 13 de diciembre de 2018
canciones, ni piel,/ como un túnel por dentro, donde el mismo silencio se enloquece y se mata.” No cierra con una imagen fatalista, al contrario, con violencia. En “Otros poemas” se observa la inmortalidad por medio de la palabra y condición de poeta. Ella surge con una fuerza nueva: la del grito y la de quitarle un lugar privilegiado al tú, para poner sus palabras y poco a poco va encontrando su risa fuera de la experiencia devastadora: “Pero volvió la risa en dulce serenata/ de saberse más blanca. La tierra se refugia en todas sus auroras/ y me ofrece infinitos donde expira el sollozo (76). En “Voces para una nota sin paz”, el yo ficcional Julia de Burgos consuela al otro yo ficcional Julia de Burgos. Hay un deseo de posteridad que se verá reflejado en su deseo de ser escritora. En cuanto a esto en el último poema de libro, aparece los siguientes versos: ¿Cómo habré de llamarme cuando solo me quede/ recordarme, en la roca de una isla desierta? / Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, / hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta” (92). Es entonces ese viento que mueve todo y la oscuridad de la sombra, fruto de la relación de ella con la muerte, la que le permitirán llamarla poeta como una inmortalización. La muerte, por tanto, es fecunda.
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En cuento a las cartas, la muerte nunca será una opción, aunque la idea ha de estar presente y se discuta. Julita, siempre está en defensa de la vida. Por tanto, se construye como una perseverante ante todas sus realidades. Al punto que le explica a su hermana, cuando le entrega las copias de El mar y tú que no se asuste por lo leído, pues es algo pasado. El 2 de octubre de 1940 le escribe a su hermana: Mi alma ha estado envuelta en tantas enredadas circunstancias, inexorables de azotes, que no sé cómo todavía tengo sueños, se me salen canciones al viento. Lo de siempre, nada nuevo, pero cuando los golpes tienden a eternizarse, duelen más. Pero en fin, aquí estamos para vivir, la muerte en cierto aspecto, no tiene derecho a entregarse. ¿Filosofo, Consuelito? Tú sabes que ese es mi punto débil. Algún día volveremos a filosofar juntas, ¿te acuerdas? (subrayado mío, p. 71)
Ella misma reconoce sus cantos a la muerte. En la carta fechada el lunes, 13 de enero de 1941 le escribe a Consuelo: “He escrito como 40 versos en estos últimos días, todos cantándole a la muerte. Son terribles, a Juan le han impresionado mucho. Ya estoy un poco más sosegada, pues Juan estuvo tres días a mi lado, y a fuerza de ternura revivió mi alma”. (p. 93) También Julita le aconseja a su hermana fuerza el 11 de junio del 1941 cuando le dice: Recibimos tu última carta y nos alegramos mucho de que te haya pasado aquel estado de pesimismo que sufrías. Todos tenemos esas crisis, pero acuérdate que las penas pasan con el tiempo. No podemos estacionarnos definitivamente en una pena determinada. Sería suicidio y atentado contra las leyes naturales, que son las que deben regir nuestros sentimientos. […] Abandonarnos a nosotros mismos, en
lo que consideramos una limitación, es crearnos nuestra propia derrota, y entonces no somos personas, sino cadáveres. Dejarse vencer por la vida es peor que dejarse vencer por la muerte. Lo último es inevitable. Lo primero es voluntario. Y todo lo voluntario debe ser sano, fecundo, creador. (p. 120)
La Julita de las cartas se construye enérgicamente en contra de la muerte. En sus cartas evidencia constantemente una lucha. Lucha que refleja hasta en su última carta, que nos sirve de epígrafe: “No te desesperes por mí. Soy valiente como tú y me estoy portando bien, contra viento y marea” (p. 222). Así que no había en ella un deseo de reflejarse en intimidad de su hermana como un ser frágil o suicida, sino como una mujer muy preocupada por su imagen de escritora como bien ha estudiado Griselle Merced. En ese sentido, la construcción de El mar y tú tan relacionada en sus primeros poemas con la espera del amado, según las cartas, deviene como una expresión poética compleja de un ser, sobre todas las cosas consciente de su profesión de poeta. Definitivamente se observa un poemario muy pensado y trabajado por años. El mar y tú y algunos inicios: Como mencioné al inicio pude rastrear nueve años de la concepción, edición y deseo de publicación de El mar y tú. Julita le cuenta a su hermana desde el 1940 de la concepción de este poemario que sale de la experiencia misma de haber estado esperando a Juan en Nueva York y de la soledad que ha sentido allá. Su vocación de escritora es una muy aguda y desea Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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trascender a la historia El 29 de enero de 1941 le escribe a su hermana y le envía algunos poemas de El mar y tú: Yo ya estoy más tranquila que en días atrás pero no sé qué me reserva el porvenir. ¡El destino me es tan adverso a veces! Te envío algunos poemas, son trágicos, pero ni te preocupes, que ya su estado pasó. […] Ve de vez en cuando a casa de Carmen Alicia, para que te cuente de la impresión que de mi tengan en P.R. Ella se llevó copia de casi todo mi libro inédito El mar y tú, te los enviaré poco a poco, pero mientras tanto, puedes leerlos allá. Sobre todo, los últimos, que son todos en el mismo tono de estos que te envío. (p. 97)
Como esta, en otras cartas, comenta sobre los trámites y las transcripciones del poemario que ha enviado tanto a su hermana como a Vicente Géigel Polanco, Concha Meléndez, Manuel García Cabrera, Carmen Alicia Cadilla y Rubén del Rosario. De este modo, se puede apreciar y decir que estamos ante la descripción y autocrítica misma de la autora sobre su libro de poemas y sobre todo que podríamos acercarnos a su proceso de escritura y edición. En la carta fechada el 4 de marzo de 1941, indica que le ha envido el poemario a Concha Meléndez para el Congreso de Escritores Hispanoamericanos. En las subsiguientes cartas cuestiona si este llegó a tiempo para ser considerado. Hay una necesidad por la publicación y así mismo lo expresa en distintas epístolas. Otro ejemplo, la carta fechada el 8 de abril de 1945, le dice a su hermana que le está enviando en exclusiva una copia del libro El mar y tú y le pide que se lo muestre a Rubén del Rosario. Según se registra en las cartas se supone que la Biblioteca de Autores Puertorriqueños se lo publicara. Lo interesante es que estas cartas siempre están llenas de poemas que Julia le pide a su hermana que lea, comente y se las dé o lleve a otros escritores o miembros de la elite literaria del país. Más allá de un poemario de muerte y amores contrariados salido de un impulso, se ve una poesía muy pensada y trabajada por años en la que la Julia tiene sobre todo el deseo de crear una buena literatura y se 13 de diciembre de 2018
ha nutrido, no solo de sus vivencias, sino también por los estudios que ha realizado. En la última aparición en las cartas de El mar y tú, le pide a Consuelo, como lo ha hecho en diferentes momentos, que le pregunte ahora a Géigel Polanco, quien le había prometido la publicación del poemario, sobre el estado de este y sobre un ejemplar de la Canción Sencilla. María Solá, desde sus estudios en la década del noventa, comentó la necesidad de comenzar a estudiar a Julia quitándole la áurea trágica que le rodeaba, y es lo que Griselle Merced Hernández hace cuando defendió y luego publicó su tesis sobre el epistolario de Julia de Burgos y Clarice Lispector. Es lo que también entendemos que puede seguir haciéndose con la publicación de las cartas. Por la brevedad requerida he comentado de manera casi panorámica las cartas. Sin embargo, entendemos que hacer un estudio genético sobre la obra de El mar y tú sería posible si se tuviera acceso a los manuscritos del poemario en sus diferentes etapas. En conclusión, la imagen del yo que se presenta en ambos textos es una mutante, cambiante, pero en la que todo se rige por la fuga misma de la escritura y el deseo de escribir sin pausa. La escritura se da en la plena conciencia del arte del buen escribir o de escribir con el cuidado necesario. Entonces, así mismo las experiencias como el desamor y la muerte se utilizan para el acto mismo de la escritura y para aliviar el alma, no con una intención derrotista. En cuanto a El mar y tú, insistimos en una génesis muy interesante y una que merecería la investigación y atención crítica necesaria. En fin, el consuelo de Julia será su hermana, pero más allá de su persona, la escritura misma, el poder expresarse y ser en ese espacio que le permite trascender lo cósmico. Lo que sobresale en su texto es el deseo de ser escritora y ser reconocida como eso sin pesar su historia personal, su enfermedad, su proceder social. Julia deseaba ser reconocida por su nombre y apellido y por eso tanto interés es ser leída por las voces oficiales.
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Ciertamente es una de nuestras poetas más importantes y reconocida a nivel mundial hoy día, pero en su tiempo sufrió muchas vicisitudes para seguir su carrera. Ella sabía que algún día seria inmortalizada: “Ya verás cómo pronto seré conocida en toda América por más que se me quiera bloquear en mi tierra”. Bibliografía Burgos, Julia de. Cartas a Consuelo. San Juan: Folium, 2014. Impreso ____. El Mar y tú y otros poemas. Río Piedras: Huracán, 1996. Impreso. ____. Obras completas. San Juan: Editorial ICP, 2004 Impreso. ____. Yo misma fui mi ruta. Ed. María Zola. Rio Piedras: Huracán, 1986. Impreso.
Gelpí, Juan. Literatura y paternalismo en Puerto Rico. San Juan: Editorial de la Universidad, 2005. Impreso Mendoza-de Jesús, Ronald. “La intensa soledad de la supervivencia: El mar y tú”. Centro Journal 26.2 (2014): 218. Impreso. Merced Hernández, Grisselle. Cartas viajeras. San Juan: Nubedeletras Editorial, 2015. Impreso. López, Ivette. “Distancia, lejanía: la poesía de Julia de Burgos”. Centro Journal 26.2 (2014): 192-217. Red cibernética. Quintera-Herencia, Juan Carlos. “El yo misma borrando las riberas del mar: Teoría de la imagen (archipiélago) en Julia de Burgos”. Centro Journal 26.2 (2014): 254-287. Red cibernética. Sotomayor, Aurea María. “El delito de Julia, la outsider”. Centro Journal 26.2 (2014): 66-97. Red cibernética.
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Albizu, Muñoz y Julia de Burgos: Ser o no ser es la divisa Federico Cintrón Fiallo
Presentación ante la Gran Logia Nacional Independencia #3 9 de septiembre de 2018
Julia de Burgos en el pasado, y todavía en el presente, ha sido criticada por una tendencia colonial que, ante la imposibilidad de ignorarla por su grandeza poética, le creó una imagen de poeta maldita y ocultó su militancia nacionalista y socialista. Otras tendencias, incluso rechazando las pretensiones anteriores, concentraron sus estudios en lo poético formal, en sus posturas feministas, en sus cantos al amor, en el erotismo de su poesía y en la amante sufrida. Entre esas tendencias algunos y algunas críticas literarias llamaron la atención sobre su poesía de mayor contenido nacionalista y social. También, aunque menos, han destacado su amor patrio, su militancia nacionalista, su identificación con el socialismo y el comunismo, y su abrazo solidario a las causas revolucionarias y de lucha social de varios pueblos del mundo. Recientemente en un ensayo escrito por Juan Carlos Quintero Herencia (2016), se siembra la duda sobre varias posiciones emblemáticas de Julia de Burgos. Una de ellas, aunque no la única, pero es la que trataremos
hoy, es su clara identificación con el nacionalismo, la lucha por la independencia de Puerto Rico y el rechazo al ELA. En un plano especulativo, sin argumentos, sin evidencias, Quintero Herencia, sacando de contexto una frase, no tomando en cuenta otras referencias al mismo tema en el mismo libro, Cartas a Consuelo (Julia de Burgos, 2014), e ignorando su obra poética y su vida política, lanza la duda sobre la posibilidad de que Julia hubiera podido apoyar el Estado Libre Asociado y rechazado la Insurrección de Jayuya del 30 de octubre de 1950. Dice Quintero-Herencia: En carta fechada el 12 de noviembre de 1940 –donde Burgos menciona otra carta de “un joven de P.R.” que nunca conoció– la escritora expresa su alegría por el triunfo de Luis Muñoz Marín en las elecciones de ese año; y después de citar la carta siembra la duda añadiendo el siguiente paréntesis, (Dicho sea de paso. Es una pena alarmante no contar con cartas que coincidan con la creación y fundación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico [1952] o con la Revuelta Nacionalista de 1950. Hay un salto o hueco enorme en el epistolario entre el 9 de marzo de 1949 al 20 de noviembre 1952 [208-209]). Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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Veamos qué realmente dice Julia de Burgos, y si se quiere lo que podríamos especular, no por una expresión fuera de contexto, sino basándonos en el pensamiento expresado en sus cartas y poesía, además de su acción política. En la carta del 12 de noviembre de 1940 (JB, 2014, 82-83) escribe a su hermana: Imagínate, yo que quería saber en detalles el resultado de las elecciones. Suerte que salió un cable en un periódico donde anunciaban como casi cierta la victoria de Muñoz Marín. Y me lo acabó de confirmar una carta que recibí de un joven de P.R. […] donde me dice que M.M. ganó cuatro distritos y mayoría en el Senado. Me alegro mucho de ese triunfo, pues es lo mejor que tenemos. Seguramente Géigel P. habrá salido senador y Ramos Antonini, y algunos otros de nuestros amigos.
Y más adelante en la misma carta, sobre expresiones del Dr. Leovigildo Cuello y su esposa, Carolina (Conina) Mainardi, exilados dominicanos antitrujillistas escribe: Con el triunfo de Muñoz Marín lo más probable es que a Cuello lo echen fuera, por desvergonzado al irse a contribuir con su cinismo a la desgracia de una tierra que no es la suya. Sin ser rencorosos en el alma, hay momentos en que el corazón se alegra de un desquite justo del propio destino. Aquella mujer no merece ni el perdón de limosna.
Estas expresiones de la luchadora nacionalista se hacen cuando todavía se veía a Muñoz, y varios de los otros líderes políticos que le acompañaban, como independentistas identificados con las luchas sociales del pueblo, provenientes de las filas de la Federación Libre de los Trabajadores y del Partido Socialista. Recordemos que el PPD surge en 1938 de una división del Partido Liberal que en 1936 surge bajo el nombre de Acción Social Independentista. Incluso comunistas y sindicalistas como Juan Sáez Corales y la Confederación General de Trabajadores apoyaron en esas elecciones del 13 de diciembre de 2018
40 a Muñoz. Vicente Géigel Polanco había formado parte de las tertulias poéticas a las que asistía Julia, y Muñoz, hasta ese momento, se le consideraba independentista y se desconocía la traición al independentismo y su entrega a los intereses del imperialismo. El mismo personaje en el que encuentra terreno fértil el ofrecimiento de la gobernación hecho por el Departamento de Estado de los EE. UU. a Albizu cuando estaba preso en Atlanta y que este con gran dignidad rechaza (Corretjer, 2005; Rosado,1962). El mismo Muñoz que, en entrevista con Ángeles Mendoza de El Mundo en 1931, había declarado que votaría por Albizu para Senador por Acumulación (Cancel 2010). Pero si es cierto que Julia de Burgos se confunde con Muñoz y lo que podía significar su triunfo en las elecciones del 40, y que incluso se expresa positivamente
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sobre Tugwell en la carta del 22 de septiembre de 1941 (JB, 2014, 135), como también lo hizo parte de la izquierda en Puerto Rico y EE. UU. sobre Tugwell, el Nuevo Trato y Roosevelt, no es menos cierto que existe otra expresión de la poeta sobre Muñoz que QuinteroHerencia no menciona. ¿Por qué? Expresión en el mismo contexto literario, por lo que la cita anterior que él presenta estuvo sacada de contexto. No había transcurrido un año del triunfo de Muñoz y de la expresión de esperanzas sobre él de Julia, cuando en la carta del 1 de septiembre de 1941 (131) escribe a su hermana: “Dile a Lanauze que nos envíe
del discurso “La mujer ante el dolor de la patria” (JB, 1995), esa postura independentista y antiimperialista, repito, se refleja en la cita sobre el matrimonio dominicano que se encuentra en la misma carta. Para esa época el exilio antitrujillista abrigó la esperanza de que EE. UU. los apoyara en su lucha contra el dictador Trujillo. Por eso hubo acciones y posturas que se pudieron entender como pronorteamericanas. Sin embargo, esas posiciones tácticas fueron totalmente abandonadas cuando el gobierno norteamericano traicionó los acuerdos de apoyo a una acción militar e hizo fracasar los intentos de invasión de Cayo Confites. Para Julia,
más material relacionado con Muñoz Marín, Tugwell, y los demás asuntos del Partido Popular. Parece que don Luis está desilusionando”. La postura independentista y antiimperialista que Julia nunca varió; la que encontramos desde sus primeros versos y que algunos han pretendido subestimar como inocentes, juveniles, no maduros; la
luchadora antitrujillista y antiimperialista, le pareció, que la posición del Dr. Cuello y Conina Mainardi, era un cinismo contrario también a la lucha de su pueblo por la independencia. Sin remontarnos a los escritos y acciones de Julia antes del 40, veamos cómo el silencio de las cartas desde marzo de 1949 al 20 de noviembre de 1952 no significa Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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abandono de sus posiciones políticas. Empecemos por las cartas. Además de las ya citadas del 40 y el 41, el 28 de septiembre de 1941 (136) en referencia a un programa de radio en el que participará escribe: “Es un acto revolucionario y representaré a P.R. y su independencia. Recitaré la de los presos políticos”. Sobre su actividad en la Habana en la de noviembre de 1941 (139) relata: “Además laboro en seminarios públicos, por la Ind. de P.R., la redención socialista del mundo y todas nuestras causas. Tengo un poema a Rusia. Te lo mando mañana para Lanauze. Rusia triunfará. Te aplaudo tu ingreso al partido” [se refiere al Partido Comunista de Puerto Rico]. El 22 de enero de 1945 (184) escribe: “Yo me quiero ir a Puerto Rico lo antes posible a poner mi esfuerzo a la liberación total de nuestra patria […] Te envío ese poema para el periódico de ustedes” [que según los editores sería el periódico Brazos del PCP]. En la carta del 19 de abril de 1945 (189) hace referencia a la división de la CGT el 24 de marzo de 1945 entre la facción dirigida por Ramos Antonini, que significa el control por el PPD, y la dirigida por Francisco Colón Gordiany, de la cual forma parte Sáez Corales y que se constituye en la CGT Auténtica. Lo que se ha iniciado de Wash. al mundo en los últimos días nos ha dejado casi sin respiración. Por tremenda casualidad a la muerte de Roosevelt se estaba conspirando en Puerto Rico en los mismos momentos en que él expiraba, contra el mundo, representado en la CGT, que no es de Ramos Antonini ni de J.S.C. [Juan Sáez Corales], sino del pueblo de Puerto Rico, en su derecho de vivir decentemente en este planeta. Parece que una facción se otorgó deliberadamente el derecho de propiedad de esa organización, y parte de la obra hecha ha estado expuesta al mismo indecente coloniaje que hemos padecido durante tanto tiempo. No hay que desesperar sin embargo. Ningún golpe por más duro que sea podrá imponerse sobre la verdad. Juanito debe sentirse orgulloso de su obra: ha salvado la limpieza del obrero puertorriqueño de los demagogos de siempre. ¡Cómo quisiera estar en Puerto Rico en estos momentos! (189). 13 de diciembre de 2018
El 4 de mayo de 1945 escribe: “Me alegran las noticias sobre la CGT…” Entre los asuntos de la pugna estaba el mantener la independencia de la CGT del control partidista por parte del PPD y Muñoz Marín, además de que Sáez Corales había manifestado en 1944 que la CGT abogaba por la solución del status político, separándose de la frase del PPD de que “el status no está en issue” (López Rojas 2007; Villaronga Sweet 2009-2010). Para finales del 45, el 15 de octubre, Julia le envía a Consuelo copia del editorial que escribió para el Semanario Hispano de Nueva York, “Ser o no ser es la divisa”. En él, que según la propia autora señala el 5 de abril de 1946 (203) “es absolutamente combativo, en un plano universal”, nos dice: “En Puerto Rico hay solo dos caminos. O exigir el reconocimiento incondicional de nuestra independencia, o ser traidores de la libertad, en cualquiera otra forma de solución a nuestro problema que se nos ofrezca”. Oscar Montero (2008), en un ensayo que merece ser leído, estudia la prosa newyorkina de Julia y su participación en el semanario Pueblos Hispanos (1943-
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1944); al citar unos versos del poema “Marumba” de Juan Antonio Corretjer, editor del semanario, nos dice: “Me detengo en la cita porque muestra el tono militante del activismo independentista puertorriqueño durante la Segunda Guerra Mundial y del ambiente político e intelectual en que se movía Burgos en New York”. N o conocemos de toda la obra de Julia de Burgos disponible expresión alguna sobre la constitución del ELA. Pero ante la pregunta especulativa que insinúa la posibilidad de que hubiese apoyado a este embeleco colonial de Muñoz y los norteamericanos, para mí queda claro que la única alternativa política de la poeta de ser o no ser de nuestro pueblo, es el ser independiente. La ausencia de cartas en el período de 1949 al 1952 no parece tener nada que ver con la situación política de Puerto Rico y sí con su crítico estado de salud y sus varias hospitalizaciones. Durante ese período no se conoce si envió alguna carta a alguien o si escribió en prosa o poesía tratando temas de sucesos políticos como la Insurrección Nacionalista del 30 de octubre de 1950, el ataque a Casa Blair el 1 de noviembre de
1950, la Ley 600 y el referéndum para la Constitución, la constitución del ELA en el 25 de julio de 1952 o la reelección de Muñoz Marín ese año. Si el material existe, en estos momentos es inédito. Lo que sí se conoce es que inicia el período crónico de su enfermedad, su ruta hacia la muerte. En su diario, escrito durante la hospitalización de 1948 en el Hospital Mount Sinaí de Nueva York dice: “Escribí algunas cartas y me quedé dormida hasta que llegaron los doctores…” (Masdeu, 2014b, 60). Sin embargo, en Cartas a Consuelo aparece un vacío desde el 31 de mayo de 1947 al 9 de marzo de 1949. ¿Envió las cartas? ¿A quiénes les escribió? ¿Cuál fue el contenido? Hasta hoy se desconoce la respuesta a esas preguntas. Incluso en la línea de tiempo incluida por Martínez Masdeu (2014a, 102-109) en Carta de presentación: Julia de Burgos las entradas a los años 47, 48, 49 y 50 no recogen actividad artística, política o poesía de Julia de Burgos; son sobre su hospitalización y aspectos relacionados a ella. Aun durante ese período de enfermedad, y a dos Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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meses y 6 días de su muerte, entre los temas familiares y los de su enfermedad, la poeta, en carta del 17 de abril de 1953 (216), reafirma su amor patrio desde lo más profundo de su ser, y expresa: “Tengo hambre de libertad. Si me muero no quiero que este trágico país se trague mis huesos. Necesito el calor de Borinquen, por lo menos para fortalecer los gusanos de allá y no los de acá”. Hasta aquí hemos tratado solo las cartas, pero su poesía de 1941 en adelante es sumamente elocuente y desmiente toda especulación sobre la posibilidad de que la poeta hubiese cambiado su posición política en defensa de la lucha por la independencia de Puerto Rico y apoyado el ELA, como la que se plantea en la pregunta citada al inicio de este trabajo. Entre otros poemas de esa época, escribe: “A José Martí”; “Una canción a Albizu Campos”; “23 de septiembre”; “Canción a los pueblos hispanos de américa y del mundo”; “Canto a Martí” y “Puerto Rico está en ti”, dedicada a Gilberto Concepción de Gracia. Líder político independentista, abogado de Albizu, quien dirige el Segundo Congreso Pro Independencia y será el fundador del Partido Independentista Puertorriqueño, que ante la represión sufrida por el Partido Nacionalista y su liderato, se convierte en el principal partido opositor a Muñoz y el ELA por el independentismo. En todos esos poemas las referencias de afirmación, defensa y apoyo a la independencia, a los presos y las luchas nacionalistas es clara y no admiten interpretaciones diferentes. Pero, para que no quede duda alguna, Julia de Burgos, sobre el ELA, reafirmando su ser patriótico de luchadora por la independencia, y rechazando el “no ser”, escribe en “Puerto Rico está en ti”: La voz de Independencia que contigo seguimos los que vivos de honor limosna rechazan de un Puerto Rico “estado asociado y ridículo” retumbará en los aires con la Patria estrellada, estrellada de amor, de sonrisa y cariños con una sola estrella feliz, no acompañada.
Hoy todavía somos una colonia constantemente 13 de diciembre de 2018
amenazada como pueblo. Es nuestro deber afirmar en todo momento nuestra identidad nacional, y resaltar la obra de nuestros grandes hombres y mujeres que han contribuido a nuestra formación de pueblo. Reconocer que fueron seres humanos complejos, con errores y aciertos, y es válido y necesario, pero con la verdad que nos ofrece la evidencia, sin especulaciones que tergiversan la historia, como se ha pretendido con Julia de Burgos y nuestra identidad nacionalidad.
Referencias Burgos, Julia de. Ser o no ser es la divisa. Semanario Hispano. 1945. — La mujer ante el dolor de la patria. Revista del Ateneo Puertorriqueño. 1995. —Obra poética. San Juan, P.R.: Editorial Instituto de Cultura Puertorriqueña. 2005. —Obra poética II. Madrid: Ediciones de la Discreta.2009. —Cartas a Consuelo. San Juan, P.R.: FOLIUM. 2014 Cancel, Mario R. El Partido Nacionalista y las Elecciones de 1932. Blog Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura: mayo 1, 2010: https://puertoricoentresiglos.wordpress. com/2010/05/01/partido-nacionalistaelecciones-1932/). Corretjer, Juan Antonio. La Lucha por la independencia de Puerto Rico, Octava Edición. Ciales, P.R.: Casa Corretjer (PDF). 2005. En línea en, https://www. keepandshare.com/doc/6462438/01lucha-por-laindepend-pdf-517k?da=y López Rojas, Luis Alfredo. Luis Muñoz Marín y las estrategias del poder: 1936-1946. San Juan, P.R.: Isla Negra. (2da. Ed. 2007). Martínez Masdeu, Edgar. Carta de presentación: Julia de Burgos. San Juan, P.R.: Los Libros de la Iguana. 2014a.
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—(Editor). Julia de Burgos: Diario. San Juan, P.R.: Los Libros de la Iguana. 2014b. Montero, Oscar. La prosa neoyorquina de Julia de Burgos: “la cosa latina” en “mi segunda casa”. CyberLetras V20. Lehman College, The Graduate Center, C.U.N.Y. ISSN: 1523-1720 December 2008. Pérez-Rosario, Vanessa. Julia De Burgos’ Writing for Pueblos Hispanos: Journalism as Puerto Rican Cultural and Political Transnational Practice. Centro Journal, volume xxv, number ii, fall 2013. 4-27. Quintero-Herencia, Juan Carlos. Aquí se puede hacer eso: nido prohibido, casa familiar y banquete de julia de burgos. Lectura de cartas a consuelo.
Revista Iberoamericana, Vol. LXXXII, Núm. 257, octubre-diciembre 2016, 873-890. Rosado, Marisa. Las Llamas de la Aurora, Acercamiento a una biografía de Pedro Albizu Campos. Santo Domingo: Editora Corripio. 1992. Villaronga Sweet, Gabriel. ¿Las Dos Caras De La Misma Moneda?: Obrerismo y Muñocismo en la década del 40. Milenio vol. 13-14. 2009-2010 : ISSN 1532-8562: http://milenio.uprb.edu/ Milenio%202011/Milenio%2013-14/8%20-%20 Villaronga%20Milenio%2013-14.pdf _____________ En las fotos: 1. Julia de Burgos 2. Pedro Albizu Campos 3. Luis Muñoz Marín 4. Portada del libro Cartas a Consuelo 5. Consuelo y Julia de Burgos
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Selección natural, selección sexual y Los Mutantes Vanesa Contreras Capó
En los textos On the Origin of Species by Means of Natural Selection y “The Descent of Man”, Charles Darwin explica, y define, qué es la selección natural, la selección sexual y la relación que existe entre ambas. ¿Cómo mutamos?, ¿por qué mutamos?, y ¿cuándo mutamos? Son las tres preguntas principales que trabaja Darwin en estos textos. Me parece interesante revisar estos textos, por un lado, porque seguimos viviendo bajo el sentir general que las mutaciones en los seres humanos para algunas nunca se dieron y para otras no se contempla que se vayan a volver a dar. Por otro lado, porque al parecer la ficción ya ha trabajado sobre las mismas y su lectura ante las mutaciones de las personas demuestra que el encajonamiento en nuestras identidades cada vez es más preocupante. En pleno siglo XXI la mayor parte de las personas siguen pensando desde los binomios de sexo, género, raza, entro otros. Para comenzar Darwin explica que la selección natural se relaciona con las variaciones de los seres vi13 de diciembre de 2018
vos que van a mejorar las posibilidades de supervivencia. Es decir, es la responsable de las mutaciones que sufren los seres vivos para poder cumplir con su función en la vida: la reproducción. Por lo tanto, uno de los elementos imprescindibles de la selección natural, más allá de que sea una variación que mejore las oportunidades de supervivencia es que esta se transmita a las siguientes generaciones. Darwin enfatiza que la selección natural acoge las variaciones que benefician a la supervivencia y descarta las variaciones que la obstaculizan, según el científico inglés cualquier otra variación que no tenga que ver con la lucha por la supervivencia no se da bajo el proceso de selección natural (141). Por otro lado, la selección sexual se encarga de las variaciones que tienen los individuos de un sexo con relación al sexo contrario, dentro de una misma especie, y su objetivo es que el macho pueda conseguir hembras para aparearse. Es decir, esta variación no se enfoca en la supervivencia, sino en la lucha de los machos para conseguir las hembras. La
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primera variación sexual son los órganos reproductivos, sin embargo, dependiendo del medio ambiente, se podrán desarrollar otras variaciones secundarias. La principal relación entre la selección natural y la sexual es que todas las variaciones de la selección sexual van a estar sujetas a la selección natural. Esto se debe a que lo imprescindible de todos los seres vivos es la supervivencia y una vez esta está garantizada, el resto de las variaciones podrán tener cabida. Por lo tanto, aunque la selección sexual puede ser contraria a la selección natural, por ejemplo, el pavo real macho que es más llamativo para atraer a las hembras y, a la vez, también pueden atraer a sus depredadores, estas variaciones se van a llevar a cabo una vez la supervivencia esté garantizada. De ahí que las características sexuales secundarias suelan desarrollarse cuando se ha alcanzado la edad reproductiva. Es por eso por lo que en los lugares en donde la lucha por la supervivencia es intensa, apenas hay cabida para la selección sexual y, por lo tanto, las diferencias entre machos y hembras no están muy marcadas. Uno de los ejemplos que utiliza Darwin en su texto “The Descendent of Man” es la diferencia que hay entre las mujeres en las sociedades primitivas y las mujeres en las sociedades desarrolladas: It is not probable that the greater strength of a man was primarily acquired through the inherited effects of having worked harder than woman for his own subsistence and that of his family; for the women in all barbarous nations are compelled to work at least as hard as the men. With civilized people the arbitrament of battle for the possession of the women has long ceased; on the other hand, the men, as a general rule, have to work harder than the women for their mutual subsistence; and thus their greater strength will have been kept up. (Darwin, 2008:303)
Sin obviar el comentario racista e imperialista sobre las naciones “bárbaras”, en esta cita vemos explicado cómo los nuestros cuerpos siguen mutando y acomodándose a nuestro medio ambiente para la supervivencia. La idea de un hombre y una mujer universal no solo es pura ficción, sino que violenta la vida y los cuerpos de las personas que cabemos bajo esos es-
tándares. Por eso, me parece interesante revisar los personajes mutantes presentados en la serie, y películas, de los X-Men a la luz de los planteamientos de Darwin en torno a la selección natural. Si bien las mutaciones en los textos de Darwin se presentan como elementos esenciales para la supervivencia, en los X-Men lxs mutantes deben esconder sus variaciones para no ser perseguidos, incluso cuando sus variaciones les hacen más aptos para sobrevivir que al resto de los humanos. Es decir, por un lado, las mutaciones de estos personajes podrían entenderse como variaciones dentro de la selección natural, pero, por otro lado, estas variaciones atraen a sus depredadores, los humanos, que ven como una amenaza sus mutaciones.
Referencias Darwin, Charles (2008). On the Origin of Species by Means of Natural Selection (1859) (Capítulos III y IV) en Evolutionary Writings. Oxford University Press: Oxford. 132173. Darwin, Charles (2008). “The Descent of Man” en Evolutionary Writings. Oxford University Press: Oxford. 288333.
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La rana con pelos Laurie Garriga
Recuerdo una allegada que decía “se hace lo que se puede” usualmente luego de rendirse ante trámites burocráticos o al final de mes cuando la cuenta andaba, como es de esperarse, en negativo. Mi mamá solía repetir “cuando la rana eche pelo” para aplacar las preguntas de mi hermano y mías de cuándo, cómo y dónde se podría hacer esto, lo otro y aquello. El adagio de la rana me causaba optimismo, no había dinero, cierto, pero tal vez en un futuro habría. Era cuestión de esperar. Cuando estaba en sexto grado en la escuela de la comunidad de Villa Nevárez, nos dieron un repaso para una prueba estandarizada y en la parte de español debíamos escoger entre las opciones disponibles y responder A, B o C para explicar los refranes incluidos y así probar nuestra capacidad crítica (creo). Para mi sorpresa me salió la dichosa rana: “Cuando la rana eche pelo, significa…: A- Que la biología es misteriosa BAlgo que sucederá pronto C- Algo que nunca pasará” (así, más o menos dramático). Por primera vez en mi 13 de diciembre de 2018
vida la clase de español se juntó con la de ciencia, ¿cómo no me había dado cuenta que los anfibios no tienen, ni echarán nunca pelos? El desengaño no logró deshacer el optimismo que se había infundado en mi casa, de cuya pontifex maximus, era y sigue siendo, a pesar de los cantazos, mi madre. Nuestra vida, según ella, ha demostrado que las cosas, las relaciones y los problemas financieros, a paso de tortuga, cambian. Me viene a la cabeza otro de los refranes populares en mi casa, ese de que “no hay mal que dure cien años”. Pues, algo así. No sé bien si ha habido una gran mejoría, pero nuestras vidas han estado marcadas por cambios de perspectivas, por nuestras respectivas independencias y hasta cierto punto alguna estabilidad laboral. Con los años he adoptado también otros adagios para aplacar las pedradas, los estreses, toda clase de fenómenos violentos, las muertes, la distancia y el desempleo, mi favorito al momento es “cada día a su
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afán” que resulta ser un versículo bíblico sacado del libro de Mateo. Y me comentan que también era popular entre los jesuitas. No soy creyente, ni religiosa, ni tampoco demasiado optimista, pero esta frase se me hace tan sana como práctica. Muy parecida a los planteamientos del crítico literario Terry Eagleton en su libro Esperanza sin optimismo -o la versión criolla esbozada hace unos años en forma de manifiesto por Rafael Bernabe a partir del caso de Puerto Rico-. Eagleton arguye que tanto el optimismo como el pesimismo son formas de fatalismo. Uno no puede evitar ser optimista, lo mismo que no puede evitar medir 5 o 7 pies. Y, sin embargo, aduce que la esperanza auténtica debe estar basada en razones, debe ser capaz de seleccionar las características de una situación que la hagan creíble. Porque, de lo contrario, “no es más que un presentimiento […] La esperanza debe ser falible, mientras que la alegría temperamental no lo es” (7).
Me debato un poco esta cuestión “nurture vs. nature” (o más bien, “nurture against maturity”). Es decir, en una crianza de clase media baja en los noventa se alimentaba el optimismo a pesar de que los hechos nos dijeran lo contrario; versus, la personalidad que se fragua al madurar e independizarse, con esa educación de vida a gaznatones, donde el optimismo se evapora para dar espacio a esa “esperanza práctica” –de la que habla Terry Eagleton– que hay que trabajar, ver caer y a veces, triunfar. Quiero pensar que no soy optimista (ni que estoy por crianza predestinada a serlo) y que brego con hechos, que pueden o no salir bien. A veces resulta difícil creerlo porque en ocasiones me descubro trazando el futuro a partir de refranes o dichos embusteros, me digo ‘acabaré mi doctorado a paso de cojo en año y medio, dios mediante y en algún momento las cosas estarán mejor y volveremos a Puerto Rico…pero mientras hay que darle tiempo al tiempo’.
Trichobatracus robustus, hallado en The Frog Lady Wordpress
Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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Marejadas de fondo: reflexiones sobre el mar y la muerte Irizelma Robles
Cuando las olas se juntan para hacer un blanquizal, palabra hermosa que le debo a la pescadora de Cataño, Toña Márquez, el pescador interpreta un aviso contra el peligro: Ahora yo sé que uno va temprano a la boca el morro que la ve blanquita, ¡métete pa’ dentro! Blanquita con las olas, que se ponen así, que advirtiéndole a uno quizás que también hay peligro para uno. Sí, yo siempre he pensado eso. Yo digo cuando uno va que uno va temprano, que yo me levantaba a las 4 de la mañana, preparaba café, preparaba sándwich, por allá desayunábamos por el camino, cuando llegábamos a la boca el morro que yo veía aquellas olas blancas, aquel blanquizal, parecía un azuquero, sacando azúcar de tan blanquitas y yo decía “jum, mera, pa’ dentro es que vamos pa’ fuera no podemos salir mira lo que hay, de esquina a esquina del morro a la esquina de Palo Seco”. Nena, esa, esa cosa de Dios porque Dios es el que manda todas las cosas.
La misma poesía se encuentra en las metáforas que usa el historiador Cayetano Coll y Toste (1988) para describir las olas y las bravatas de la costa norte que tuvo que enfrentar la goleta del pirata Cofresí: La goleta “Ana”, navegando de bolina y orza, este, cuarta al nordeste, dobló punta Borinquen e hizo frente a las embravecidas ondas 13 de diciembre de 2018
del mar del Norte, dejando las tranquilas aguas del noroeste de la ensenada de Aguadilla… Las órdenes del pirata se cumplieron estrictas y la ligera nao empezó a navegar velozmente con todo su aparejo a vela llena. Las ondas se rompían impetuosas en su proa y azotaban con sus espumas blanquizcas la cubierta del barco. Las cuadernas de la goleta crujían de vez en cuando. Detrás iba quedando una estela de lechoso espumajo hirviente.1
Ciertamente, la costa norte es una de las más difíciles para la pesca, según las descripciones de los informes. Contrastados los datos con la versión del mar norteño de Coll y Toste, se entiende que esa fama le viene de antigüedad. Y desde tan lejos llega con ella “la marejada de los muertos”, metáfora con la que el pescador conoce el peligro y reconoce la amenaza por adelantado. Pues, contrario a lo que pasa con las amenazas del fondo, la marejada que abre el invierno y anuncia la llegada de los frentes fríos,2 provocando transformaciones en la mar que obligan al pescador a quedarse fuera de 1 Leyendas puertorriqueñas, pp.204-207. 2 Todos los pescadores han informado que los frentes fríos llegan a la isla para los meses de noviembre o diciembre.
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su medio de trabajo, está revestida de fecha sacra, pues toma nombre del Día de los Muertos. La marejada del Día de Muertos lleva en su nombre el aviso del peligro porque es un fenómeno natural que no falla porque se anuncia por asociación con la fecha sagrada, opera en el orden de lo sobrenatural. Puede llegar antes o después del Día de muertos, el 2 de noviembre, pero no falla, siempre viene. Todos observan su llegada y aunque no llegue en realidad ola ninguna a la orilla en esos días, se entiende su presencia en cualquier otro evento marino que se le parezca. Aunque también aparecen respuestas en los informes que aseguran que “este año no la hizo” y que adjudican al pasado sus apariciones; es verdad también que los pescadores esperan que el mar “la haga”, acción que le adjudican año tras año. La división entre marejadas de fondo y marejadas de arriba la dio Ferdinand Pérez Cubano cuando le preguntaba por la marejada de los muertos, que, al parecer de los informes, es la más peligrosa de
todas: Ante la marejá e los muertos era peligrosa cuando no había los canales que hay ahora, porque los canales han aguantao mucho la mar, a veces hacen marejadas fuertes y grandes pero antes las marejadas circulaban ahí y pasaban por aquí pa’ llá. Y hacen años, años que no… [De la marejada de los muertos y la marejada de Santidad, ¿cuál era la más fuerte?] La de Semana Santa. Según los tiempos afuera porque hay marejadas de fondo y hay marejadas de arriba, de corrientes. Y la marejada de fondo eso revuelca el fondo completo, cuando hay unas marejás grandes, que la ola es más alta y revuelca eso abajo, se sale el sargazo y todo. Y entonces la marejá de arriba, pues, saca el sargazo y lo bota, [pero esa no es tan peligrosa], no, no es tan peligrosa. Es, es peligrosa también porque las marejás, cualquiera marejá es peligrosa, un tiempecito, cualquier marejaíta es peligrosa, porque yo mismo acabo, la mar bien buena, bien buena, salí a pescar en el bote hoy y se me viró el bote bocabajo y caí debajo y tuve que sacar el, hacer fuerza pa’ poder salir debajo el bote. Caí, me rompí esta pierna. ¡Fíjate, todavía, mira cómo está! Eso fue hace como seis meses. [Dicen que la marejada de los muertos abre los tiempos del Retazos de Puerto Rico y la diáspora
49 invernazo.] Sí, ese es el invernazo, es como, hay tiempos que vienen que uno dice “ah, que esos tiempos, esas ondas y eso, eso era antes”, nosotros le llamábanos, le llamábanos los nortes. [¿Con la marejada de los muertos empiezan los nortes?] Sí, los nortes.
Nunca había escuchado tal división entre marejadas de fondo y de arriba, pero sin duda, la de los muertos es marejada de fondo, aunque don Ferdinand se refiere aquí a la de Santidad. Sin embargo, la mayoría de los informes coinciden en definir como la más peligrosa a la marejada de los muertos. Aunque la lista de marejadas es bastante amplia cuando se suman las distintas versiones, solo tengo suficientes datos para demostrar como tradicionales dos marejadas: la de los muertos y la de Santidad, también conocida como marejada de Semana Santa. El Día de los muertos y Semana Santa, en forma de marejadas, abren y cierran, respectivamente, los tiempos del invernazo o los frentes fríos en la costa norte de Puerto Rico, según lo entienden los pescadores. Pero, ¿qué significa tal oposición entre marejada de fondo y de arriba? Aunque el problema no se resuelve únicamente por asociación, comparando los resultados de una marejada de fondo sobre el mar con los de otros pescadores cuando describen los efectos de la marejada de los muertos, es posible sugerir que la de los muertos es marejada de fondo y, por tanto, debe estar asociada a los peligros que amenazan desde el fondo al pescador. Pues, ¿en qué consiste la peligrosidad de la marejada de fondo? En que revuelca el fondo, saca el sargazo para afuera, y si seguimos atentamente los relatos descritos, el pescador no sabe lo que hay en el fondo y las fuerzas malignas que se cree habitan allí podían estar siendo revolcadas a su vez, amenazando con volcar su furia hacia el exterior. En otras partes de la misma entrevista, don Ferdinand le llamó a los nortes o al tiempo de marejadas, borrasca, sinónimo de peligro o contratiempo, también de fuerte tempestad. Es el mismo peligro de la blasfemia, sólo que, esta vez, es el mar el que la hace, obligando al pescador a permanecer en la 13 de diciembre de 2018
orilla. Según el informe del pescador de Vega Baja, Santiago Vega, a la marejada de los muertos la revuelcan los mismos muertos: “Dicen que el de los muertos que los que están allá y que la suben, no sé. Dicen, dicen, no sé. Pero dicen que esa es la marejada más grande.” Para el pescador de Arecibo, Pedro “Peyongo” Villafañe, la marejada de los muertos “es una tradición, es una marejada bien grande provocada por cambios de corrientes. A veces se atrasa, otras veces se adelanta.” El pescador de Cataño, José “Pepe” Morales, la describe así: “Uno siente un perro aullando y unos pañuelos blancos.” El mar se daña, se arma, se pica, se pone malo; en fin, palabras todas que dotan a la marejada de los muertos de un significado maligno, como todo lo que viene del fondo del mar. Soy tu hija, la muertera a Narciso Álvarez Te siento donde se posan los muertos en la nuca Sé que respiras cuando cae una gota Caminas porque se abren las puertas Bienvenido Si se rompe un plato quieres comer más Si los pájaros revientan en mis cristales adviertes la pena venidera Viejo navegante pescador de oficio llevas gardenias en tu barca vas adherido a mí como el perfume de los muertos
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Madama Llegará hasta ti un día de estos una mujer negra de piel jugosa olorosa a jueyes porque las mujeres negras, grandes avisan por los poros que su carne es blanda que la caricia urge, se hunde esa mujer grande con su voz de historia irreconocida se te acercará en aliento y piel como si fueras suya y tu pequeño juey adentro creciendo suyo y reconocido bailará al pie de tu cama mientras duermes
Vieja juey cebada en una jaula tienes que decirme la verdad de aquella casa de mis tías negras de mi estirpe crustáceo Si hubo guerra y derrumbe en tu país pequeño Si fuiste a recorrer los países grandes independientes de las perlas mal ganadas Dime abuela resucita regresa a la arena por tus hijos debo confiarles la verdad: el centro de la vida estaba allí en Toa Baja cerquita de la iglesia abandonada en el sillón de la antigua Isabel Debo saber de qué estoy hecha
Whiskey con agua de coco a Iris Elena Félix Beberé de sus labios el tiempo del coco y la amargura del whiskey Tengo la obligación de despertarla a mala hora preguntarle del traspatio los borrachos la vellonera
Probar esta mezcla de whiskey con risotadas de agua de coco limpiar mi casa devolverle el eshu correcto maniobrar con tu silencio hasta encontrar la respuesta Dime abuela resucita
Textos tomados de mis libros La marejada de los muertos (CIS-UPR, 2009) y De pez ida (nuevas versiones). Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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La diáspora puertorriqueña en Estados Unidos Mydalis Lugo
Motivados mayormente por sus expectativas económicas, un afán de progreso, de mejora o de cambio, los migrantes internacionales han hecho de Estados Unidos el destino principal para sus asentamientos tanto temporales como permanentes. Según plantea Douglas Massey, las personas usualmente migran porque su país de origen es pobre, subdesarrollado y carecen de oportunidades económicas. El desplazamiento suele hacerse a países más ricos, desarrollados, con mayores oportunidades y salarios más altos (Massey, 1988). La migración masiva de puertorriqueños a Estados Unidos ha estado vinculada, principalmente, a factores económicos. Los primeros asentamientos de puertorriqueños en la nación estadounidense datan de finales del siglo XIX y estuvieron enlazados, en su mayoría, a la causa independentista de la Isla y al exilio. Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Flor Baerga, Segundo Ruiz Belvis y Lola Rodríguez de Tió son algunos de los emigrados en este periodo. 13 de diciembre de 2018
Otros migraron para estudiar, como aventureros o para trabajar en fábricas (Sánchez Korrol, 1983). El huracán San Ciriaco de 1899 empeoró las condiciones de la producción agrícola en la Isla. Entre 1900–1901, se estima que más de 5,000 puertorriqueños migraron a Hawái.1 Reclutadores de compañías azucareras de Hawái (Hawaii Sugar Planters Association)2 buscaron en Puerto Rico mano de obra barata. En el capítulo “Colonialism, Citizenship, and the Making of the Puerto Rican Diaspora: An Introduction”, Carmen Teresa Whalen describe las paupérrimas condiciones de la migración de puertorriqueños a Hawái. Los puertorriqueños inicialmente viajaban en una travesía 1 Véase el capítulo “Colonialism, Citizenship, and the Making of the Puerto Rican Diaspora: An Introduction”, de Carmen Teresa Whalen, en Whalen, y Vázquez-Hernández. 2 Fue la HSPA, por sus siglas en inglés, una oligarquía conformada por cinco familias ricas. La HSPA, según narra Iris López, promovió una imagen negativa del puertorriqueño como agresivo, temperamental y armado. Véase el capítulo 2, “Borinkis and Chop Suey: Puerto Rican Identity in Hawai’i, 1900 to 2000, de Iris López en The Puerto Rican Diaspora.
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que duraba 14 días hasta la costa oeste de Estados Unidos. Estos llegaban por barco de vapor a New Orleans y de ahí tomaban el tren hacia San Francisco, de donde partirían a Hawái.3 Una vez en Hawái, muchos puertorriqueños sufrieron el prejuicio y la discriminación racial y étnica, además de que fueron violentados los términos de sus contratos. Aunque Hawái fue el destino principal de los puertorriqueños durante los primeros años, también se registraron desplazamientos hacia Ecuador, Cuba y República Dominicana. En Cuba, por ejemplo, los puertorriqueños trabajaron en las minas de compañías estadounidenses (1900–1901), así como en la industria de la caña de azúcar (1920). En Ecuador (1901), al menos 3,000 hombres ayudaron a construir 3 López ha estudiado la migración puertorriqueña a Hawái. Véase el capítulo 2 de The Puerto Rican Diaspora.
el ferrocarril de Guayaquil-Quito. En República Dominicana (1920), trabajaron en la caña de azúcar; en Colombia (1925), en el café y la industria de ropa en Venezuela (1927).4 Con la colonización de la Isla por parte de los estadounidenses, comenzaron las migraciones de trabajadores puertorriqueños a Hawái y a los estados del nordeste de Estados Unidos. A mediados del siglo XX, los puertorriqueños trabajaban, principalmente, como obreros de temporada en la agricultura: tomate (Kentucky), algodón (Arizona), naranjas (Florida), azúcar (Hawái, Florida), tabaco (Nueva York, Florida, New Orleans, Pensilvania, Connecticut) y fábricas (Nueva York, Pensilvania, Connecticut). También, ocupaban puestos de carpintería y muchas mujeres 4 Véase el capítulo “Colonialism, Citizenship, and the Making of the Puerto Rican Diaspora: An Introduction”, de Carmen Teresa Whalen, en Whalen y Vázquez-Hernández. Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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trabajaron como empleadas domésticas, trabajadoras agrícolas, en lavanderías y en fábricas. La concesión de la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños (1917) representó, sin lugar a duda, un aliciente para la migración. Ese año 10,812 puertorriqueños migraron de la Isla (Sánchez Korrol, 1983). La ciudadanía estadounidense permitió resolver, en parte, la ambigüedad jurídica de los puertorriqueños sin atender el estatus político. En 1902, la puertorriqueña Isabela González fue detenida en la isla de Ellis (Nueva York), donde se le denegó la admisión. Su caso planteó el dilema legal de si los puertorriqueños eran “extranjeros” para propósitos de inmigración. Entre 1900-1917, los puertorriqueños poseían la ciudadanía puertorriqueña,5 la cual vino a reemplazar la ciudadanía del gobierno español. En 1904, la Corte Suprema resolvió que los ciudadanos de Puerto Rico no eran extranjeros al arribar a un puerto marítimo continental. La ambigüedad sobre la ciudadanía de los puertorriqueños se mantuvo hasta el 1917, aunque su libre entrada estaba permitida a los estados y territorios estadounidenses. Asimismo, la expansión económica de Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial y el cierre de puertas a la inmigración europea promovió que cada vez más puertorriqueños viajaran a Estados Unidos en busca de trabajo.6 Los migrantes puertorriqueños llenaron muchas vacantes como consecuencia de la reducción de cuotas de migrantes del sur y del este de Europa que impuso el Acta Johnson. En 1921, la cuota de migrantes se impuso al 3% de la población extranjera procedente principalmente de Europa, que se encontraba residiendo en la nación según el Censo de 1910. En 1924 se dio una 5 El certificado de la ciudadanía de Puerto Rico es conferido por el Departamento de Estado de Puerto Rico y es reconocido por el gobierno español para adquirir la doble nacionalidad. Para efectos del gobierno español, Puerto Rico es considerado un país iberoamericano, ya que el español es la lengua oficial. El certificado de ciudadano de Puerto Rico no funciona como pasaporte. Tampoco los puertorriqueños tienen que renunciar a la ciudadanía estadounidense a la hora de gestionar el certificado como ciudadano de PR. 6 Véase Ayala y Bernabe, 2007. 13 de diciembre de 2018
reducción de cuotas al 2% por cada grupo de extranjeros nacido en Estados Unidos en 1890. Un tercer ajuste se registró en el 1929, año en el que la cuota se fijó en 150 mil extranjeros. Durante la Primera Guerra Mundial, miles de puertorriqueños migraron para trabajar en la industria bélica y en bases militares en Estados Unidos. También fueron empleados en puestos que ocupaban migrantes europeos, como la fábrica liviana (ropa), hoteles y restaurantes, servicio doméstico, lavandería y la industria del cigarro (Sánchez Korrol, 1983). La migración de trabajadores puertorriqueños sirvió para paliar las altas tasas de pobreza y desempleo en la Isla y satisfacer la expansión industrial y del sector agrario continental, el cual necesitaba mano de obra barata (Acosta-Belén y Santiago, 2006). Los migrantes puertorriqueños representaron una mano de obra barata para la nación estadounidense al tiempo que resolvían el problema del excedente de población de la Isla. Desde sus inicios, el fenómeno migratorio de los puertorriqueños a los Estados Unidos ha venido a funcionar como una válvula de escape para lidiar con la desfavorable situación económica de la Isla: “La emigración es pues sólo un síntoma de una crítica situación socio-económica. Es la válvula de escape para quienes han visto frustradas sus aspiraciones en su tierra. Muchos puertorriqueños emigran con la única esperanza de que las cosas no puedan ser peores en norteamerica [sic] que en la isla” (Vázquez Calzada, p.15). La diáspora puertorriqueña ha sido, a grandes rasgos, proletaria, donde destacan los empleos no especializados y de baja remuneración (Ayala y Bernabe, 2007). En un trabajo más reciente, Edwin Meléndez y Carlos Vargas-Ramos (2014) definen la historia de los puertorriqueños en Estados Unidos como resistente (resilient). La comunidad puertorriqueña, a pesar de los retos que ha tenido que confrontar en cuanto a la búsqueda de empleo y superar la pobreza, ha demostrado gran capacidad de recuperación y ha
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podido sobreponerse a muchas de las vicisitudes en el continente. Según los autores, la búsqueda de trabajos, incluso en otros estados, los adiestramientos que toman para mejorar sus oportunidades para ser empleados, los estudios en carreras que se acomodan a la demanda laboral, son algunos de los resultados que llevan a cabo para mejorar y competir con otros grupos étnicos en el sector laboral (Meléndez & Vargas-Ramos, 2014, p. x-ix). A pesar de estos intentos para ajustarse a un mercado laboral competitivo, entre las minorías étnicas, los puertorriqueños en Estados Unidos a principios del siglo XXI aún tenían los porcentajes más desfavorables en relación a los empleos con salarios más bajos; los índices más altos de pobreza y de desempleo; los niveles más bajos en cuanto a la consecución de grados académicos respecta y una alta necesidad para el cuido de sus hijos para poder participar en el mercado laboral (Meléndez & Vargas-Ramos, 2014). En la estructura socioeconómica estadounidense, los puertorriqueños, generalmente, se ubican en la escala más baja. Datos citados por M. Anne Visser y Edwin Meléndez (2011), en su artículo, “Puerto Ricans in the U.S. Low-Wage Labor Market: Introduction to the Issues, Trends, and Policies”, indican que, al menos 40 millones de empleos, es decir, uno de cada tres, son considerados de baja remuneración en Estados Unidos. Según los autores, las mujeres, las minorías, incluyendo a los trabajadores puertorriqueños que no cuentan con educación universitaria, están sobrerrepresentados en este sector. Las probabilidades de que las minorías ocupen estos trabajos de cuello azul
son 10 veces más altas que para la población general (Visser & Meléndez, 2011). A pesar de la apertura y la movilidad de clases (a través de la educación, el poder político, el empresarismo) que caracteriza a la sociedad estadounidense, los puertorriqueños están sobrerrepresentados en trabajos de cuello azul (blue collar workers) y subrepresentados en los de cuello blanco (white collar workers). El dominio del idioma inglés es un elemento clave para el reclutamiento en esas ocupaciones, lo que debilita el supuesto generalizado que apunta a una fuga de cerebros (brain drain)7 o sugiere la necesidad de ahondar en el brain waste, es decir, en la subutilización de profesionales en trabajos no relacionados a su preparación académica. La categoría de bluecollar workers abarca empleos relacionados a los obreros y a otros trabajos manuales, tales como empleados de mantenimiento, ensamblaje, operadores, inspectores, choferes, mecánica y manufactura, mientras que los de cuello blanco aluden al sector profesional, gerencial, de ventas y administrativo. Los puestos de trabajo de cuello azul se caracterizan, además del bajo salario, por los pocos beneficios que ofrecen al trabajador, entiéndase días de enfermedad, pago por horas extras, plan médico, vacaciones y planes de retiro, la poca movilidad, la pobreza que caracteriza a los 7 Según la doctora en economía e investigadora del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, Eleonora Ermólieva (2011): “En 1963, la Royal Society de Gran Bretaña acuñó la expresión ‘fuga de cerebros’ (brain drain) para definir el éxodo de científicos ingleses hacia Estados Unidos producido desde la década de 1950. Poco después, esta expresión pasó a ser de uso común para caracterizar las migraciones de profesionales y académicos del Tercer Mundo hacia los países desarrollados” (p. 114). Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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trabajadores y las pocas destrezas, educación y dominio del inglés que requieren de estos. Los migrantes que ocupan puestos de trabajos mal remunerados suelen ser estigmatizados. Este estigma proviene, más que nada, del predominio de migrantes pobres y minorías étnicas más que del trabajo en sí.8 Múltiples investigaciones han destacado que la migración ofrece una movilidad social para aquellos que tienen menos destrezas y experiencia laboral, comparados con aquellos que están bien calificados.9 Según Sánchez Korrol (1983), ocasionalmente se da una movilidad social a una clase media y a trabajos profesionales y administrativos, mayormente, en miembros de la segunda y tercera generación de migrantes. Cabe señalar que el panorama empeora, cuando vemos los índices de pobreza que alcanzan los hogares encabezados por mujeres. La feminización de la pobreza, tanto en la Isla como en los Estados Unidos, apunta a factores como la necesidad de permanecer al cuidado de los niños en lugar de dejarlos a cargo de otros o solos, el desempleo y a problemas de salud, entre otros factores. En Estados Unidos, el pobre dominio del inglés es un factor de exclusión social. Asimismo, cabe destacar que se registran mejores resultados en los empleos en algunos subgrupos que componen la etiqueta de latinos o hispanos. Por ejemplo, los migrantes procedentes de Suramérica y de Cuba tienden a poseer mejores resultados en el área laboral, que centroamericanos, mexicanos y puertorriqueños.10 Las razones que han promovido la emigración apuntan a factores sociales y económicos (factores de expulsión) (Concepción, 2008). Los factores de expulsión generalmente están asociados a una elevada presión demográfica, la falta de acceso a la tierra, los bajos salarios y niveles de vida, la falta de libertades políticas y la represión, entre otros. Mientras los de
atracción representan lo opuesto (Micolta, 2005). Ya en la década de 1960, José Vázquez Calzada destacaba que la migración de puertorriqueños es un movimiento libre, pero no voluntario: “Libre, porque es cierto que a nadie se obliga a dejar su tierra, pero no voluntario porque en la inmensa mayoría de los casos se hace contra los mayores deseos y la voluntad. Son las condiciones políticas, como en el caso de Cuba, o las condiciones socioeconómicas, como en el caso de Puerto Rico, lo que empuja a las masas a emigrar y no el espíritu de aventura” (p. 330). En el marco de la relación colonial entre Puerto Rico y Estados Unidos, los desplazamientos de puertorriqueños al continente norteamericano dependen principalmente del mercado laboral y la estabilidad económica no solo de Puerto Rico, sino también de Estados Unidos. Ejemplo de ello es la depresión económica de 1930–33 y la recesión o crisis financiera del 2007. La exportación de mano de obra barata de Puerto Rico hacia Estados Unidos da cuenta de un proceso de globalización, de industrialización y desarrollo nacional, además de que es parte de la relación de desigualdad económica y política entre ambos países. Los estudios de la diáspora puertorriqueña sugieren que la migración puertorriqueña es, en gran medida, circular.11 En otras palabras, los puertorriqueños que migran no se quedan necesariamente en los Estados Unidos (Acosta-Belén y Santiago, 2006). Por el contrario, se estima que cuando las condiciones en la Isla mejoran, hay una tendencia a retornar al lugar del que partieron. Jorge Duany ha descrito la migración de puertorriqueños como un vaivén, “a nation on the move, as well as a nation without a state” (2002, p. 13). Esta metáfora alude al movimiento incesante de las olas del mar, lo que permite describir la migración en ese ir y venir de los puertorriqueños. Puerto Rico es una comunidad translocal que posee una conciencia histórica, un
8 Véase Massey, Arango et al. “Theories of International Migration: A Review and Appraisal” (1993). 9 Citado en Sánchez Korrol, 1983, p. 36. 10 Citado en Visser y Meléndez, “Puerto Ricans in the U.S. Low-Wage Labor Market” (2011, p. 6).
11 Dentro de los estudios migratorios se suele distinguir entre migración y circulación. El primero se refiere al desplazamiento o cambio de residencia de las personas de tipo permanente, mientras el segundo alude a una movilidad temporera, que culmina en el punto en el que se inició.
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lenguaje y una cultura propia (Duany, 2002, p. 4). Puede considerarse, según Duany, una “colonia poscolonial”, pues a pesar de que hay una identidad nacional fuerte, hay poco deseo de convertirse en un estado-nación y las formas de dominación han sido reemplazadas por un colonialismo lite (Duany, 2002, p.122). La diáspora puertorriqueña se caracteriza por ser transnacional entre los Estados Unidos y la Isla. Durante las primeras cuatro décadas, los flujos migratorios fueron, en términos generales, de una dirección. Desde sus inicios, el gobierno colonial manejó y promovió la migración puertorriqueña a Estados Unidos. Por ejemplo, se establecieron la Oficina de Documentación para Puertorriqueños en la ciudad de Nueva York y la Oficina de Puerto Rico en Nueva York, luego conocida como la División de Migración del Departamento del Trabajo de la Isla (1948). Esta última tenía como objetivo organizar y supervisar la migración y la transición de los puertorriqueños contratados para trabajar en Estados Unidos. Esta agencia operó hasta 1989. Entre 1989– 1993, el Departamento de Asuntos de la Comunidad Puertorriqueña en Estados Unidos continuó con su función. Hay que señalar que los puertorriqueños en los Estados Unidos, a pesar de poseer la ciudadanía estadounidense, constituyen una de las minorías étnicas más pobres en la nación. Además, se le ha estigmatizado socialmente por recibir asistencia pública, como es el
welfare y asistencia de salud médica (Medicaid). Estos han sido representados con los estereotipos de “vagos” y “dependientes del gobierno”, en contraposición con otras minorías que conforman el extenso concepto de pan-latinidad en los Estados Unidos. En palabras de Nicholas De Genova y de Ana Y. Ramos-Zayas (2003, p. 203), el persistente estigma racializado de los puertorriqueños como welfare dependent ha insistido en la imagen de estos como un grupo culturalmente deficiente, carente de una ética del trabajo y como una carga pública, que los hace inasimilable, por lo que su ciudadanía tiende a ser devaluada y descalificada. La migración de puertorriqueños a Estados Unidos no ha permitido eliminar la desigualdad ni la dependencia entre ambas naciones. Tampoco, hay estudios que demuestren movilidad social masiva, si bien ha habido una mejoría relativa, entre los inmigrantes puertorriqueños y sus descendientes en los Estados Unidos. Su presencia en la nación estadounidense, como han demostrado numerosos estudios,12 alude a una 12 Véase From Colonia to Community. The History of Puerto Ricans in New York City, de Virginia E. Sánchez Korrol; From Bomba to Hip-Hop. Puerto Rican Culture and Latino Identity, de Juan Flores; Puerto Ricans in The United States. A Contemporary Portrait, de Edna Acosta-Belén y Carlos E. Santiago; Latino Crossings. Mexicans, Puerto Ricans, and the Politics of Race and Citizenship, de Nicholas de Genova y Ana Y. Ramos-Zayas; Puerto Rican Americans. The Meaning of Migration to the Mainland, de Joseph P. Fitzpatrick; Emotional Bridges to Puerto Rico. Migration, Return Migration, and The Struggles of Incorporation, de Elizabeth M. Aranda; The Latinization of Orlando: Language, Whiteness, and the Politics of Place, de Simone Delerme y Puerto Rico’s 79th Municipality? Identity, Hybridity and Transnationalism Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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estigmatización social, a una precariedad económica y a la sobrerrepresentación en el sector laboral secundario. A pesar de que la migración fue parte directa del proceso de desarrollo económico en la Isla, esta no ha tenido los efectos esperados. Por el contrario, la salida de personas en edades productivas debilita la capacidad de reestructuración económica y de innovación del país, así como la oportunidad de transformar las condiciones de vida de los puertorriqueños. Referencias Acosta-Belén, Edna y Santiago, Carlos E. (2006). Puerto Ricans in the United States. A Contemporary Portrait. Boulder, CO: Lynne Rienner Publishers. Ayala, César J. y Rafael Bernabe. (2007). Puerto Rico in the American Century. A History since 1898. Chapel Hill: The University of North Carolina Press. Concepción Torres, Ramón Luis. (2008). Puerto Rican Migration, Settlement Patterns, and Assimilation in the Orlando MSA. MA Thesis. Binghamton University State University of New York. De Genova, Nicholas y Ana Y. Ramos-Zayas. (2003). Latino Crossings. Mexicans, Puerto Ricans, and the Politics of Race and Citizenship. New York: Routledge. Duany, Jorge. (2002). The Puerto Rican Nation on the Move. Identities on the Island and in the United States. Chapel Hill: The University of North Carolina Press. Ermólieva, Eleonora. (2011) “¿Fuga intercambio de talentos? Nuevas líneas de investigación”. Nueva Sociedad, no. 233, 114-131. Lugo-Marrero, Mydalis M. En busca de algo mejor: Discursos sobre la emigración y las representaciones identitarias de la diáspora within the Puerto Rican Diaspora in Orlando, Florida, de Luis Sánchez. 13 de diciembre de 2018
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58 Este ensayo es un extracto modificado de mi tesis doctoral: En busca de algo mejor: Discursos sobre la emigración y las representaciones identitarias de la diáspora puertorriqueña en el área metropolitana de Orlando, Florida, Estados Unidos (20062016).
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En rescate de lo humano: reflexiones en torno a la violencia social
Nitza E. Rodríguez López
En memoria de Ignacio Martín Baró quien sostenía que: “cada sistema social es fruto de una historia, y la historia la hacemos los seres humanos. Cada persona elabora su existencia a partir de un sistema social que encuentra ya como dato previo, pero el quehacer de cada colectividad humana será a su vez responsable de la prolongación o cambio de ese sistema social”.
Las palabras de Ignacio Martín Baró invitan a reflexionar en cómo el esfuerzo colectivo por modificar la estructura social podría a su vez repercutir en la violencia. Veamos. La violencia siempre ha formado parte de la experiencia humana. Sus efectos se han visto bajo diversas formas. De hecho, todos parecen comprender algunas manifestaciones de la violencia porque seguramente la han percibido, siendo actores o no, la han sentido, como víctimas o victimarios o como evaluadores, criticando en mayor o menor grado. Por esa estrecha relación que guarda con nuestra propia existencia la violencia simula ser fácil de identificar y más aún de trabajar. Una mirada con mayor detalle nos muestra que la violencia es uno de estos fenómenos inusitadamente complejo ya que los conocimientos que la mayoría de las personas tienen resultan ambiguos, contradictorios e incorrectos en la mayoría de las ocasiones. La clasificación conceptual de la agresividad humana resulta
difícil porque lo que para unos es agresión para otros puede ser un acto de legítima defensa. La violencia es vivenciada como la ruptura de un “orden establecido”, de una armonía prexistente, de unas condiciones de vida en las que se cifran las expectativas de la especie humana. (Muñoz, 2004) Puerto Rico no está ajeno a toda esta discusión. Aquí se vive hoy una situación de violencia generalizada. Las formas violentas de relación caracterizadas por la imposición de la fuerza con el fin de hacer daño se han ido convirtiendo en la orden del día en los espacios privados, públicos, políticos, familiares, laborales y en los espacios escolares. En los últimos años los actos de violencia y sus gradaciones han ido en aumento. Lamentablemente cada día son más el número de personas que no satisface sus necesidades humanas a pesar de que en el país habría las condiciones para ser atendidas esas necesidades si en los procesos de toma de decisiones se consideraran otras preocupaciones. Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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Tal vez, el individualismo, el egoísmo, la ambición desmedida y los procesos de socialización deshumanizada inciden, más de lo que entendemos, en estos procesos. Pero ¿por qué actuamos así? ¿Es innato es aprendido? Sin restar mérito a las explicaciones que responden a aspectos biológicos queremos enfatizar en las explicaciones que responden a aspectos del aprendizaje. Así que, si lo aprendemos ¿quién nos enseña a actuar así? ¿Por qué tendemos a desconectarnos de los otros cuando se conoce que el ser humano es un ente social de por sí? La formación de una persona en la tradición de la cultura a la que pertenece se halla a cargo de muchas instituciones e instancias. Comienza, por supuesto, con el entorno familiar y pasa forzosamente por la escuela y el resto del aparato educativo. Por ello los programas educativos tienen gran relevancia en este tema. La educación es considerada una tarea humana. Esta va dirigida a favorecer la comprensión del mundo, promueve un mayor desarrollo de la personalidad de cada cual y busca la mejor forma posible de utilizar las capacidades individuales y colectivas. Sin embargo, a pesar del incremento de personas con acceso a los diversos sistemas educativos desde la mitad del siglo pasado, los seres humanos continuamos produciendo, validando y presenciando realidades humanas opresivas que paradójicamente van en contra de nosotros mismos. Estudiar no puede ser un mero
acto de consumir ideas. Estudiar debe ser un espacio de reflexión, una oportunidad para establecer nuevas relaciones con los otros, con la realidad asumiendo una postura de curiosidad. La educación como labor emancipadora es producto de la educación liberadora. Freire, (2002) planteó que la educación liberadora tiene como objetivo desafiar, apropiarse del significado profundo de las cosas. Busca la comprensión por lo que produce sujetos activos capaces de construir y participar en la toma de decisiones sobre sus vidas. Según, Gómez, (2017) la educación emancipadora sostiene y valida una estructura social horizontal. Esta estructura crea una disposición psíquica y social al interior y exterior del sujeto, en la cual ningún hombre anula la expresión de otro, de manera que todos pueden manifestarse sin hallar obstáculo en el otro, sino apoyo para el propio crecimiento. Esta estructura presupone además la existencia de una cierta igualdad de derecho entre los individuos siendo preciso que la sociedad adopte un tipo de estructura política de corte democrático. La relación entre los individuos está basada en la identificación, la ayuda mutua, lejos de toda dependencia y dominio. Lamentablemente la mayoría de nosotros hemos sido educados en un sistema educativo que no nos conduce a ese tipo de relación. Por el contrario, hemos Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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sido educados en un sistema educativo de tipo bancario. Este tipo de educación tiene como objetivo matar la curiosidad, el espíritu investigador y la creatividad en los educandos. Utiliza la memorización de datos por lo que su producto es un sujeto ingenuo, pasivo, excluido de la participación en la toma de decisiones sobre sus vidas. Este tipo de educación valida y sostiene una estructura social vertical. Para Gómez, (Ibid) la estructura vertical establece un modelo piramidal que jerarquiza a los seres humanos. Esta ordenación, que el sujeto hace de las demás personas lo sitúa a él y a los demás en una escala de los de arriba y los de abajo. Por eso el sujeto se torna competitivo, rivalizando con el otro. El sujeto inscrito en la verticalidad filtra y elimina todo lo humano presente en el prójimo y se queda sólo con la etiqueta que lo clasifica. Por eso, reitera el autor, la vida humana se convierte en una búsqueda de avales que justifiquen la posición del sujeto en una escala elevada, dentro de la escala asumida. La verticalidad lleva al sujeto a la enajenación, por ende, la persona termina siendo anulada convirtiéndose en implacable juez de los demás. Como consecuencia la sociedad se vuelve una dividida, separada que da paso a la inhumanidad. Esta pérdida de su esencia como humano lo lleva a distanciarse del otro, a desindentificarse, a ser violento con el otro por que el otro se percibe como competencia, como rival. Lo lleva además a justificar la acción violenta por entenderla necesaria y eficaz para lograr sus aspiraciones. Tal como lo señalaba Baró, (1985) la explotación cotidiana, la búsqueda de la ganancia abusiva a costa de las necesidades esenciales, la misma violencia moral y física son consideradas manifestaciones naturales de lo propio del ser humano, y, por tanto, actos comprensibles en sí mismos. Por ello, establecemos que la estructura social de tipo vertical es uno de los principales obstáculos de las relaciones fraternales. El sostenimiento de este tipo de estructura requiere que se conciba la rivalidad como mecanismo necesario para la validación de 13 de diciembre de 2018
nosotros mismos en la sociedad generando ausencia de entendimiento hacia los otros. Los otros son vistos como objetos porque nuestra mirada de ese otro ha filtrado y eliminado todo lo humano que hay en él. Pero al mismo tiempo hemos ido perdiendo lo humano en nosotros. Los dos han ido perdiendo su integridad, su libertad, la capacidad para satisfacer su necesidad de vinculación por estar enfrascados en la lucha consciente o inconsciente. Sin duda alguna la violencia deteriora la calidad de vida de los ciudadanos por el impacto que tiene en todos los ámbitos de su vida. La violencia ha sido definida como la peor cara de la especie humana. Esta es contraria al sentido de vida, es responsable de marginaciones, dolor, sufrimiento e incluso la muerte. Reflexionar sobre ella demanda la comprensión del marco cultural y social en el que esta emerge. Es ahí donde los actores sociales construyen su identidad, establecen vínculos y diferentes formas de interacción que median su participación como miembros de cualquier comunidad. (Serrano, 1996) en Vaca (2009). El fenómeno de la violencia está vinculado estrechamente a los procesos de aprendizaje y cognición. De hecho, los comportamientos sociales, que solemos llamar cultura son principalmente aprendizaje y cognición. Por eso, se hace imperativo comprender las consecuencias resultantes de sostener esta estructura social y la urgencia de como sociedad replantearnos la necesidad de reconfigurarla, substituir la estructura validada por una estructura que promueva la relación entre los individuos basada en la ayuda mutua, receptiva, inclusiva y tolerante. Este cambio de estructura debe ser promovido y validado por todas las instituciones sociales en particular las instituciones educativas. Aprender a combatir nuestros entendidos sobre los otros y dejarlos de excluir por percibirlos como miembros de determinados grupos, como si fueran un único individuo, sin reconocer las semejanzas que tenemos con el otro grupo. Trabajar
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para evitar la confusión de las diferencias sociales o psicológicas existentes entre grupos con diferencias biológicas ligadas, por ejemplo, a la raza o al sexo, al creer que aquellas surgen automática e inevitablemente como consecuencia de éstas, sin tener en cuenta la influencia de la historia, la cultura y el aprendizaje. Requiere, además, conectarse afectivamente, identificarse con el sentimiento de haber sido injustamente tratado, entender como negativo la tendencia a considerar superiores los valores propios frente a los del otro grupo. Se entiende que la educación es un instrumento para tratar con éxito dicho reto. A través de la educación se comparten conocimientos, pero a su vez se influye en las ideas y los comportamientos. La educación impregna la cultura y la sociedad desempeñando una función crucial en la legitimación o deslegitimación del sistema de dominación social en el que funciona en la realidad. Es por eso que la educación debe ser entendida como un medio para la toma de consciencia y la clarificación de valores, tanto de los nuestros como los que nos rodean. Concluimos con la invitación que Gómez, (2005) hace; apostemos a hacer “una defensa y reivindicación de la tolerancia; elixir escaso y posible”. Promovamos un cambio en la estructura social vigente, fomentemos relaciones donde desde el otro me encuentre también a mí.
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__________ Pinturas de Francis Bacon: 1. Study for a Portrait of P.L (1953) 2. The Pope 3. A Brush with Violence (2017)
arte de Quintín Rivera Toro
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Selección de piezas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.
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Un bonito flamboyán Las despedidas 1 Las despedidas 2 Las despedidas 3 Retrato familiar El grupo de los cien Ahí vamos nadando Ahí vamos en la grama Un espacio libre Un arma de futuro
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Convocatoria: 2do Certamen nacional de microcuentos José Luis González 2018 Género: Microcuento
Premios: $500.00 al cuento ganador; $200.00 segundo lugar; $100.00 tercer lugar. Mención honorífica. Seleccionados para la antología del certamen. Los autores y las autoras podrán recibir solo un premio y su segundo microcuento podrá ser elegido como mención honorífica y selección para publicarse en la antología. Abierto a: Mayores de 18 años: de nacionalidad puertorriqueña, y de otras nacionalidades residentes en Puerto Rico. Entidad convocante: Corporación Cultural, Educativa y de Estudios Interdisciplinarios (CEDEI) y Ediciones Mágica. País de la entidad convocante: Puerto Rico Fecha de cierre: 31 de enero de 2019
BASES (1) Podrán participar autores y autoras mayores de 18 años cumplidos al 31 de diciembre de 2017: de nacionalidad puertorriqueña o descendientes viviendo en cualquier parte del mundo, y de otras nacionalidades residentes en Puerto Rico. (2) La temática será libre. (3) La extensión máxima será de 10 líneas sin contar el título, originales e inéditos, y no estar participando en otro certamen literario; escrito en procesador de palabra, tamaño carta (8 ½ x 11), formato vertical, con margen de una pulgada todo alrededor, a doble espacio, en letra Times New Roman 12 ptos.; en español y sin errores ortográficos. (4) Se admitirán un máximo de dos microcuentos por persona, que deberán ser sometidos en documentos separados. (5) Se presentará en un documento separado el texto de cada relato, con su título y seudónimo único para concursar. Este archivo digital debe ser identificado con el título del cuento. En otro documento, identificado con la palabra “Plica”+seudónimo, se incluirá: el título del relato, seudónimo y los siguientes datos del autor o autora: nombre, apellidos, dirección física completa, correo electrónico y teléfono de Retazos de Puerto Rico y la diáspora
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contacto. Deberá incluir una copia digital de su documento de identificación (DNI, pasaporte o licencia de conducir). Los residentes no nacionales deberán, además, incluir evidencia de residencia si esta no aparece en el documento de identificación. Los documentos se enviarán como adjuntos al correo cedeicertamen@gmail.com, indicando en el asunto del mensaje: “Certamen microcuento”. Ni en la dirección electrónica usada ni en el asunto ni en el texto del email se debe identificar al autor o autora. (6) Premios a otorgarse: a. Premio único al cuento ganador: $500.00, certificado de otorgación del premio, su publicación por la Entidad Convocante en la Antología del Certamen. b. Premio único al segundo seleccionado: $200.00, certificado de otorgación del premio, su publicación por la Entidad Convocante en la Antología del Certamen. c. Premio único al tercer seleccionado: $100.00, certificado de otorgación del premio, su publicación por la Entidad Convocante en la Antología del Certamen. d. Menciones honoríficas: certificado de otorgación del honor y su publicación por la Entidad Convocante en la Antología del Certamen. e. Seleccionados para ser publicados en la Antología del Certamen. (7) La participación implica que se ceden los derechos de autor para su publicación en la Antología del Certamen. (8) El plazo de admisión de los relatos inicia con la publicación de estas bases y finaliza el 31 de enero de 2019. (9) Los premios al ganador, segundo y tercero no se podrán declarar desiertos y no podrán ser divididos. El fallo del jurado será inapelable. (10) Cualquier trabajo que no cumpla con todos los requisitos de la presente convocatoria será descalificado. (11) No podrán participar: a. quienes formen parte de manera directa en la organización del certamen. b. primeros premios de ediciones anteriores del Certamen Nacional de Microcuentos. c. Microcuentos que se encuentren participando en otro certamen. (12) No se devolverán los originales presentados, aquellos que no resulten seleccionados serán destruidos. (13) La participación en este certamen implica la aceptación de las bases del certamen según expresadas en esta convocatoria. (14) Cualquier caso no previsto será resuelto por el comité organizador y el jurado calificador. (15) En la ceremonia de premiación se dará a conocer la composición del jurado. (16) Cualquier conflicto legal será dilucidado en los tribunales estatales de Puerto Rico.
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Para colaborar en Cruce:
artículos de investigación, reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponEn Cruce publicamos:
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Cine:
Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor. Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista Retazos de Puerto Rico y la diáspora editorescruce@suagm.edu
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To collaborate: research articles, reflections, opinion columns, texts of commentaries, photo essays and plastic arts, interviews, creative texts, and any other type of writing that present an analysis or critical look into contemporary society. Cruce publishes:
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Politics and society:
pieces of sociopolitical criticism suppose collaborations of different knowledge of the social sciences, which analyze and explain phenomenons and social structures through principles or conceptual schemes or theories.
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Literature: literary writings by an author
(poems, stories, dramas, passages of novels, poetic prose...) that demonstrate the human affection and inspire creation. Also, reviews, critiques of literary texts and other literary approach or properly said linguistic.
Art:
texts dedicated to the analysis, study and presentation of everything that comprehends the cultural world. This covers cultural management, self management, cultural studies, music, plastic arts, scenic movement, dance, pop culture and urban art, viewed preferably from the prism of reality. Photography as visual narrative that serves to restructure the social day to day and approaches of the photographic piece of an author.
Cinema:
Texts that analyze or reflect about the cinematographic world and how to understand topics of contemporary reality from a visual perspective. The rights of publication are exclusively of th author. All collaborations and correspondance should be send to
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