Educación e identidades puertorriqueñas: un homenaje a la gesta de Doña Ana G. Méndez (17/01/2025)
Enero 2025: Educación e identidades puertorriqueñas: un homenaje a la gesta de DoñaAna G. Méndez
Junta Editora:
Roxanna D. Domenech
{ Directora
Anto Gamunev
Sonia Cabanillas
Arte en portada:
Dibujo por Alexander del Valle
Collage por Anto Gamunev
Montaje: Anto Gamunev
Martín Cruz Santos
Juan Carlos Fret-Alvira
Carlos García
Jorge Luis Torres
Alexandra Pagán Vélez { Lectora externa
Junta Asesora:
Evelyza Crespo
Balbina Rojas
Sugelenia Cotto { Presidenta
En Cruce publicamos artículos de investigación; reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponga un análisis o mirada crítica a la sociedad contemporánea.
Toda persona que desee colaborar deberá enviar su artículo por correo electrónico, comprometiéndose a que dicho texto respeta las normas internacionales en materia de conflicto de intereses y normas éticas.
Los escritos se someterán a estricto arbitraje y proceso de edición y corrección, por lo que la colaboración puede sufrir alteraciones, a menos de que se trate de un texto literario.
Nos enfocamos en los siguientes temas:
Política y sociedad: Los escritos de crítica sociopolítica presuponen colaboraciones de los diferentes saberes de las Ciencias Sociales, las cuales a través de principios o esquemas conceptuales o teóricos analizan y explican los fenómenos y estructuras sociales.
Letras: Los escritos literarios de autor (poemas, cuentos, dramas, fragmentos de novela, prosa poética…) que muestran la sensibilidad humana e inspiran a la creación. Asimismo, reseñas, críticas
Para colaborar:
a textos literarios y otros acercamientos literarios o propiamente lingüísticos.
Arte: Los escritos dedicados al análisis, el estudio y la presentación de todo aquello que comprenda al mundo cultural. Abarca la gestión cultural, la autogestión, los estudios culturales, la música, el arte plástico, movimiento escénico, danza, la cultura popular y el arte urbano, vistos preferentemente desde el prisma de la cotidianidad. La fotografía como narrativa visual que sirve para retratar la cotidianidad y la realidad social, y los acercamientos a la obra fotográfica de algún autor.
Cine: Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Se aceptan formatos audiovisuales.
Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor. Sin embargo, la revista Cruce podrá utilizar su obra en futuras ediciones y proyectos relacionados. El autor acuerda que de volver a publicar su obra en cualquier otra revista o proyecto editorial indicará que inicialmente esta fue publicada en la revista Cruce.
Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista editorescruce@uagm.edu
NotaEditorial
“…todo empeño educativo prepara consciente o inconscientemente para la vida; el escolar, el joven universitario o el adulto interesado estudian para mejorar su mañana.”
(Doña Ana G. Méndez, 1975)
Enmarcada dentro de la conmemoración del 75 aniversario del Sistema Universitario Ana G. Méndez (SUAGM) la revista Cruce lanza una edición especial dedicada a la gesta educativa, histórica y social de Doña Ana G. Méndez. Esta nueva edición recopila una amplia variedad de fotografías, arte, documentos audiovisuales e investigaciones y trabajos sobre educación, historia, cultura, mujeres y temáticas relacionadas. En la publicación se contextualiza el proyecto educativo de la fundadora de la UAGM y la evolución de la institución de manera panorámica. Presenta un recorrido histórico de elementos, datos y narrativas relacionados al desarrollo de esta gesta hasta el presente con una mirada hacia el futuro. Lxs colaboradorxs que participan en esta ocasión forman parte de la UAGM como facultad, egresadxs, estudiantes y asociadxs. Todxs crean, investigan, publican y trabajan desde sus perspectivas, disciplinas y experiencias a favor del desarrollo educativo y social de nuestro país.
Educación e identidades puertorriqueñas: un homenaje a la gesta de Doña Ana G. Méndez reúne propuestas artísticas como retratos, canciones y grabaciones de discursos, al igual que reflexiones, ensayos críticos y de investigación, así como fotografías y otros documentos. En este número se cruzan frases y citas de Doña Ana rescatadas de dos documentos emblemáticos redactados por ella en la década del 1970: su carta de retiro como presidenta de la Fundación Ana G. Méndez en el 1974 (p. 118) y el discurso que pronunció en el Acto de Graduación de la Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce en 1975. Este último se incluye no solo
como documento histórico (pp.82-93), sino como una poderosa y emotiva grabación creada por Bryan Suárez que integra las voces de estudiantes, egresadas, asociadas y profesoras del recinto de Cupey en el presente (p.80).
Este homenaje inicia con un retrato de Doña Ana G. Méndez como parte del diseño de la portada inspirado en una fotografía tomada al momento de recibir su Maestría en el año 1948. Alexander Del Valle, artista puertorriqueño emergente, creó este retrato con la técnica de lápices de grafito sobre papel (p.10 y p. 156). La vida de Doña Ana se utiliza en la revista como línea de tiempo y/o cronología para presentar su trabajo y legado. Los textos presentados transitan desde comienzos del siglo XX hasta el presente. La edición abre con el ensayo histórico titulado “Educación, valores e identidad puertorriqueña en el siglo XX (1900 al 1940)” de los doctores Gregorio Villegas Cobián y José Álvarez Rodríguez (p.16) y continúa con “Goyita e Ignacio: una reflexión sobre la mujer desde los dibujos de la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO)” (p. 34) de parte del Dr. Marcos Vélez, quien, al igual que Doña Ana, subraya que estudiar “nuestra cultura nos hace grandes”. Luego se presenta un ensayo que examina la participación de las mujeres en puestos de liderazgo en la educación superior de la autoría de la Dra. Awilda Fontánez Dávila. La Dra. Fontánez Dávila, quien es egresada de la UAGM y funge como decana de Estudios Técnicos de nuestra institución comparte algunos de los hallazgos de su investigación en “Experiencias de Mujeres Líderes en la Educación Superior de Puerto Rico” (p. 44). Por su parte, la Dra. Sylvia T. Domenech Fernández colabora con el ensayo “Ana G. Méndez… a la sombra de su Nombre” (p.64).
En este escrito Domenech Fernández analiza una serie de documentos, datos y narrativas como el discurso que Doña Ana pronunció en el Acto de graduación de la Universidad Católica de Puerto Rico y realiza un recorrido por reseñas y noticias publicadas a mediados del siglo pasado por el periódico El Mundo relacionadas a los diferentes proyectos educativos desarrollados por esta educadora.
Con la intención de continuar rescatando, documentando y estimulando discusiones en torno a la búsqueda de soluciones concretas para la inclusión en los procesos educativos del país, se integran múltiples fotoensayos, material impreso y audiovisual a través de la edición. Los primeros fotoensayos incluyen una muestra fotográfica de la vida personal, gestión religiosa y de carácter cívico de Doña Ana. Otras fotografías muestran variadas décadas y la evolución de sus proyectos educativos en el archipiélago junto a las personas que le colaboraron en estos procesos.
Como parte del material audiovisual también se incluye un video y la letra junto al enlace que contiene el acompañamiento musical de una canción creada por Carmen Inés Rivera Rodríguez y José Villegas Rivera (p.96). De igual forma, las directoras de las Biblioteca del Recinto de Gurabo y del Recinto de Cupey se unen a esta tirada reseñando material que se encuentra en las bibliotecas de estos dos recintos de la UAGM. La Dra. Melva L. Rivera de Gurabo participa con “Ana G. Méndez: Bibliografía relacionada” (p.108) y la Dra. Balbina Rojas con “Reseña: Carta de Doña Ana G. Méndez al presentar su retiro como presidenta de la Fundación Ana G. Méndez” (pp. 116-121). Esta carta ha servido de inspiración en el diseño de esta edición y en otras actividades institucionales.
Una vez más Cruce se convierte en un proyecto de legado histórico que, además, propone una mirada hacia el futuro y como plantea la Dra. Roxanna Domenech Cruz en su ensayo presentado en la Semana de las Humanidades 2024, hacia “otras maneras de documentarnos, pensarnos y transformarnos” (p.132). Es por esta razón, que la parte final de la edición resalta otra de las frases de Doña Ana que afirma la importancia de escuchar e integrar a nuestrxs estudiantxs en los procesos que buscan la evolución de nuestras instituciones educativas seguida por un fotoensayo que ilustra el trabajo y la visión del presidente actual, Dr. José F. Méndez Méndez (p.154). El lanzamiento de este número no solo ofrece una oportunidad para darle un vistazo al pasado, sino que brinda la oportunidad de reconocer el trabajo que se está realizando en el presente con un lente crítico para así poder apostar y aportar a la educación superior del Puerto Rico del futuro.
Gracias por su colaboración y lectura. ¡Continuemos accionando en el 2025! Pueden disfrutar de: Educación e identidades puertorriqueñas: Un homenaje a la gesta de Doña Ana G. Méndez en: https://issuu.com/ revistacruce.
Cordialmente,
Sugelenia Cotto Cotto, Jorge L. Torres Hernández y Roxanna Domenech Cruz
Revista Cruce
División de Artes Liberales UAGM, Recinto de Cupey editorescruce@uagm.edu
Dr. Gregorio Villegas Cobián
Dr. José Álvarez Rodríguez
Retrato de Doña Ana G. Méndez
Alexander Del Valle p.10; 156
Educación, valores e identidad puertorriqueña desde fines del siglo XVIII al XX (tercera parte)
Dr. Gregorio Villegas Cobián y
Dr. José Álvarez Rodríguez p.16
Goyita e Ignacio: una reflexión sobre la mujer desde los dibujos de la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO)
Dr. Marcos A. Vélez Rivera p.34
Experiencias de Mujeres Líderes en la Educación Superior de Puerto Rico
Dra. Awilda Fontánez Davila p.44
Ana G. Méndez... a la sombra de su Nombre
Dra. Sylvia T. Domenech Fernández p.64
Audio discurso Doña Ana G. Méndez
Bryan Suárez p.80
Dr. Marcos A. Vélez Rivera
Dra. Awilda Fontánez Davila
Discurso de graduación en la Universidad Católica de Puerto Rico (5/30/1975)
Doña Ana G. Méndez p.82
Canción: Ana, tu sueño se hizo realidad
Carmen Inés Rivera Rodríguez y José Manuel
Villegas Rivera p.96
Ana G. Méndez: Bibliografía relacionada
Dra. Melva L. Rivera Caraballo p.108
Reseña: Carta de Doña Ana G. Méndez al presentar su retiro como presidenta de la Funda-ción Ana G. Méndez
Dra. Balbina J. Rojas Sánchez p.116
Historia, mujeres y asuntos de género en Puerto Rico: afirmando otras maneras de documentarnos, pensarnos y transformarnos
Dra. Roxanna D. Domenech Cruz p.132
Dra. Sylvia T. Domenech Fernández
Carmen Inés Rivera Rodríguez
José Manuel Villegas Rivera
Dra. Melva L. Rivera Caraballo
EDICIÓN
p.34
p.110
Dra. Roxanna D. Domenech Cruz
Dra. Balbina J. Rojas Sánchez
p.116
p.132
“En
los niveles más altos de un mundo de instrucción se convierte en CASAS DE ESTUDIO donde se busca y analizan los documentos del pasado, y se propicia ambiente para la investigación y creatividad del presente.”
-Doña Ana G. Méndez
Educación, valores e identidad puertorriqueña desde fines del siglo XVIII al XX (tercera parte)
Dr. Gregorio Villegas Cobián Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey Dr. José Álvarez Rodríguez Universidad de Granada
Resumen:
Se presenta un breve estudio de las documentaciones oficiales que iniciaron los primeros intentos por establecer un sistema de educación en Puerto Rico. El análisis se centra en aquellas expresiones que aluden a un contenido axiológico. La estructura valorativa de nuestra sociedad es el resultado de varios elementos sociales que interactuaron entre sí para desarrollar un modelo de persona. La educación es una de estas fuentes. Prestamos mayor atención a la educación como promotora de valores e identidad, utilizando la técnica de análisis de contenido. El estudio contiene tres partes. Presentamos a continuación la tercera parte, que incluye el análisis correspondiente al siglo XX (1900 al 1940).
Palabras clave: Axiología, Análisis de Contenido, Identidad, Modelo de persona, Valores y Educación
El siglo XIX representó una larga época de búsqueda de desarrollo económico y político para los puertorriqueños dentro del contexto colonial español. Durante este proceso, fue evidente el deseo por lograr un sistema educativo tanto de los gobernadores de turno como de los puertorriqueños y los ciudadanos españoles residentes en la Isla. Fue, también, notable el fortalecimiento de una conciencia de raza y cultura que, como indicamos, entraría en contradicción con el régimen político dominante con referencia a algunos aspectos, como el de identidad cultural. Esta identidad cultural, inclusive, buscará legitimarse con el reclamo de una autonomía política. En el Puerto Rico decimonónico, ya, se manifiesta el tema de los valores dentro de diversos géneros como el arte, la literatura, la prosa y los estudios con carácter social y educativo. Tenemos como ejemplo la pintura de crítica social “El Velorio”, máxima obra de Francisco Oller, presentada como parte de la celebración del cuarto centenario de la primera ocupasión de Puerto Rico durante el año 1893. Por medio de su obra, presenta el perfil del puertorriqueño para fines del siglo XX. Dicha obra entrelaza valores como la solidaridad, la bondad, etc. con antivalores como el desorden, la falta de estética, la enajenación, etc. Como parte de nuestra Literatura, tenemos una novela importante de Manuel Zeno Gandía (1894), La Charca, la cual presenta la crisis de valores de la sociedad puertorriqueña durante la conclusión del siglo XIX. Existen escritos educativos y de impacto social que son notables, como los de Eugenio María de Hostos: La moral social; La Peregrinación de Bayoán (1863);
Las doctrinas y los hombres (1866); La educación científica de la mujer (1873); Lecciones de derecho constitucional, Santo Domingo: Cuna de América (1887); Geografía evolutiva (1895), y otros valiosos escritos de gran vigencia durante la actualidad (López, J. C. 1995). Hostos como otros educadores contemporáneos, como Andrés Manjón en España, marcaron nuevos paradigmas en la educación de la época. Sus legados sigues vivos y en las metodologías de enseñanza de sus respectivas patrias actualmente (Aponte y Villegas, 2015).
Hostos define valor como la ética, la moral, la identidad cultural y la solidaridad como parte de un modelo educativo integral. Pocos educadores tuvieron una visión educativa integral como de Hostos, quien fue conocido como el Ciudadano de América. Los enfoques hostosianos no encontraron lugar en la Isla al ésta pasar a manos de los Estados Unidos de America (EUA) por los eventos del 1898.
Introducción. Como resultado de la Guerra Hispano-Cubana-Americana, durante el año 1898, los puertorriqueños, experimentaron cambios profundos de las idiosincrasias política, económica y, por supuesto, educativa. Esta última sufrirá cambios transendentales que se extenderán hasta el presente. La idiosincrasia de la educación impactada por la ideología educativa de los norteamericanos (americanoestadounidenses). El sistema de educación de la Isla se convierte, por los primeros 50 años del siglo XX, en una amplia herramienta alfabetizadora, y –a la misma vez– en una ideología de adoctrinamiento.
Entre otros estudiosos, la profesora Aida Negrón de Montilla utilizó su libro La americanización de Puerto Rico y el sistema de instrucción pública: 1900-1930 (publicado el año 1977) para documentar el estudio de los primeros 30 años del gobierno norteamericano (americanoestadounidense) sobre Puerto Rico, y los efectos que provocó para la educación puertorriqueña.
La educación y los valores ante la americanización . Durante los primeros años de su dominio sobre la Isla, los norteamericanos (americanoestadounidenses) realizaron censos, estudios e informes que sentaron las bases para desarrollar su política pública hacia los puertorriqueños. Por medio de estos informes, el tema de la educación tuvo gran importancia. Frederick A. Ober, quién había sido Comisionado de las Antillas Occidentales durante el 1893, escribió un informe durante el año 1899 sobre Puerto Rico destinado a futuros inversionistas. Ober destaca, a través de su informe, los recursos naturales y humanos de la Isla, materia prima utilizada por los empresarios norteamericanos (americanoestadounidenses). Menciona, a su vez, aspectos relacionados a la cultura y la educación de los puertorriqueños señalando lo siguiente: “The racial type, as well as the language, is Spanish, and education has not received here any greater attention than in the mother country” (Ober, 2005, p. 160).
Cada uno de los informes, presenta un consenso unánime respecto a la apreciación de los norteamericanos
(americano-estadounidenses) hacia la educación pública puertorriqueña al catalogarla como rezagada e inferior. Para superar el atraso, era necesario dedicar mayores esfuerzos fiscales. Aunque, bajo la soberanía española de los últimos 20 años del siglo XIX, se había atendido el tema de la educación pública mediante leyes y recursos económicos, la Isla aún requería de una mayor inversión fiscal para lidiar con el alto analfabetismo. Dentro de este contexto, el tema de la educación toma varios matices, como veremos a continuación. Por un lado, Ober, quien escribe para los futuros inversionistas norteamericanos (americanoestadounidenses), destaca el lado positivo de los problemas de la educación puertorriqueña mostrando las ventajas de una mano de obra barata no educada. Otros informes se referirán a la educación como un medio de adoctrinamiento destinado al desarrollo de un nuevo perfil de ciudadano, simpatizante de las instituciones y la cultura norteamericana (americanoestadounidense). El comienzo de este proceso será presidido por la enseñanza obligatoria del idioma Inglés.
El Reverendo Henry K. Carroll, Comisionado por el Presidente William McKinley, realizó un extenso informe que serviría de base para la toma de decisiones sobre Puerto Rico y sus habitantes. En la página 61 del informe, declaraba lo siguiente:
The difference between Oklahoma y Porto Rico is chiefly geographical. The former provided for an overflow of population from surrounding State, the latter will furnish a field for American capital and American
enterprise, if not overflow of population. It is America and must will be Americanized. (Carroll, 2005, p. 61)
Sin dudas, se entendió que la invasión (desde ese momento) constituiría la americanización de los puertorriqueños, y sería un instrumento para afianzar el poder norteamericano (americanoestadounidense) en la Isla con el fin de asegurar el proceso de inversión y explotación de los recursos naturales y humanos. Como parte de sus recomendaciones, Carroll establecía lo siguiente: “the governorgeneral and legislature of Porto Rico [will] be required to make provision for universal and obligatory education in [the] system of free public schools, in which the English language shall be taught” (Carroll, 2005, p. 65). Se observa el interés por el desarrollo de una educación gratuita, pero bajo la obligación de incluir el inglés como materia de enseñanza.
El nuevo régimen se enfrentó con la problemática de la desestabilidad socioeconómica, agravada por el embate del huracán San Ciriaco del 1899. Este desastre natural afectó todas las instituciones, incluyendo la educativa. El profesor Héctor Colón expone sobre este tema lo siguiente: “Las deficiencias [de] la enseñanza pública, que desde el siglo XIX venían arrastrando los municipios de toda la Isla, se empeoraron como consecuencia del huracán” (Maldonado, 2001, p. 25). Para los norteamericanos (americano-estadounidenses), la educación puertorriqueña cobra gran relevancia como instrumento de estabilidad gubernamental
o política. Un propósito más claro, en cuanto a la importancia de la educación como vehículo de dominio, lo encontramos permeado por medio de los escritos del Comisionado de Instrucción Víctor Clark el año 1899, citado por María López Laguerre:
Si se permite que dicho sistema continúe europeo, y que Francia y España continúen siendo dueños intelectuales de la Isla, es posible que el desarrollo del sistema escolar pueda inducir al pueblo a la disminución de las simpatías fundamentales hacia el gobierno del cual forma parte. Si se americanizan las escuelas, y se inspira el espíritu americano en los profesores y los alumnos…, las simpatías, [los] puntos de vista y [las] actitudes hacia la vida y hacia el gobierno, [éstos] se harán –esencialmente– americanos. La gran masa de puertorriqueños es, todavía, pasible y maleable… Sus ideales están en nuestras manos para crearlos y moldearlos. Seremos responsables del trabajo que se haga, y es hoy nuestro deber solemne examinar –cuidadosamente– el carácter que deseamos darle a los que serán el producto de nuestra influencia y esfuerzo. López Laguerre, 2014, p. 2)
Se trata en general de una visión neocolonizadora al compararla con el antiguo colonialismo que se efectuó en la Isla por España, cuyo objetivo fue “pacificar” a las poblaciones indígenas. Para ello, se utilizó la religión como instrumento. Los norteamericanos (americanoestadounidenses) utilizarán la educación como conducto hacia la americanización. La política de americanización se caracterizó
por una desvaloración de la identidad cultural de los puertorriqueños. Las expresiones del Comisionado Victor Clark, citadas anteriormente, proponen la intención clara de inculcar o sustituir valores propios de la cultura norteamericana (americanoestadounidense) a través de la educación puertorriqueña, como lo son su idioma, instituciones, tradiciones, y la mención de sus hombres ilustres y celebraciones, por dar algunos ejemplos.
Para algunos historiadores, la inclusión del inglés representó un proceso de desnaturalización para la vida de los puertorriqueños. El alcance al cual aspiraban los norteamericanos (americanoestadounidenses) incluía lograr una inclinación total hacia su cultura de parte de los puertorriqueños. Para ellos, se desarrolla una política pública que abarcó el control de todas las Instituciones del gobierno, de la judicatura y, sobre todo, de los medios de producción económica. López Laguerre habla sobre este punto refiriéndose a uno de Comisionados de la educación norteamericana (americanoestadounidense):
Brumbaugh trató, por todos los medios, de transmitir el espíritu [y los] ideales del pueblo americano. A tales efectos, continuaban importando maestros norteamericanos. Se fomentaban la celebración de las fiestas nacionales, y se bautizaban las escuelas con nombres de patriotas norteamericanos. Se acostumbraba a saludar e izar la bandera [de Estados Unidos de América, EUA] al inicio de las clases. Los niños conocían las canciones patrióticas, y [las] recitaban en
inglés. (Negrón de Montilla, 1998, pp. 63-64)
Martin Brumbaugh (1900-1902) fue el primer Comisionado de Instrucción, por medio de cuya incumbencia bajo la Ley Foraker, se desarrolló su proyecto de americanización. En la cita anterior, observamos la introducción de nuevos valores a la cultura local que, hasta el día de hoy, forman parte de nuestro quehacer valorativo. En cuanto a la enseñanza del inglés, su desarrollo fue altamente difícil de aplicar a través del sistema escolar. Era evidente que había pocos maestros capacitados para la enseñanza del nuevo idioma. Además de esto, se toparon con su propia idea errónea y etnocéntrica que describía la cultura puertorriqueña de la Isla como una catalogada débil y sustituible. Esto demostró carencia de planificación estratégica y la presencia de discriminación cultural por parte de los norteamericanos (americano-estadounidenses).
La evidencia histórica ha comprobado que Puerto Rico sigue siendo un país de habla hispana, lo que pone a relieve (como evidencia fehaciente) el fracaso de la política de americanización a través del idioma inglés. Esto comprueba que la imposición de valores culturales sobre otros ya definidos, como el idioma, no sustituyen, necesariamente, a los existentes previamente. Sin embargo, dentro de otros renglones, la influencia de la americanización será patente. De esta relación, se unen nuevos valores de la cultura norteamericana (americano-estadounidense) hacia la cultura puertorriqueña hasta el día de hoy. Este hecho puede interpretarse como el surgimiento de valores emergentes
para estilos de vida, economía, historia, conmemoraciones, etc.
El sector político de la Isla, que venía desarrollándose desde el último cuarto del siglo XIX, se dividió en torno a la americanización. En el seno del Partido Unión de Puerto Rico, fundado el año 1902, una de las agrupaciones partidistas de mayor influencia durante los primeros 25 años del siglo XX, una de las dicusiones que se suscitan es el tema de la identidad cultural. Este tema dividió a sus miembros entre aquellos que defendían la puertorriqueñidad y los que se consideraban a sí mismos como “proamericano” (Lopez Yustos, 2006, p. 142).
Desde el inicio del establecimiento del nuevo sistema de educación, hubo voces de protestas y opiniones en torno al nuevo modelo educativo norteamericano (americano-estadounidense). El educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos criticó, duramente, el sistema educativo que se establecía a raíz de la invasión norteamericana (americanoestadounidense). Al referirse al incipiente sistema educativo del nuevo régimen, Hostos comentaba lo siguiente: “En vez de proporcionar un ambiente sano para el aumento de los conocimientos, y para el cultivo de los valores que en el fondo reforman la sociedad, la educación superior no sirve más que para sostener el status quo” (López J. C., 1995, p. 288). Hostos fue un prestigioso educador y filósofo de la educación. Sus modelos de enseñanzas no encontraron eco en la Isla, lo que le llevó a la decisión del auto exilio hacia la República Dominicana, su segunda patria. Como
comentario adicional, podríamos decir que la amplia obra de Hostos, lamentablemente, no se conoció durante gran parte del siglo XX. Un grupo de intelectuales ha retomado los principios y los modelos Hostosianos para su análisis y aplicabilidad durante las últimas décadas del siglo XX, inclusive ante los constantes retos de la educación puertorriqueña. La Reforma Curricular del 2003 es un ejemplo de ello. El Dr. Ángel R. Villarini Jusino (1995) ha sido un estudioso de la obra de Hostos. El profesor comenta lo siguiente por medio de uno de sus discursos:
Las razones para el desconocimiento del pensamiento de Hostos en nuestro país surgen de la naturaleza misma de sus ideas y prácticas educativas; éstas son –[por medio de] su inspiración– contenido y método revolucionario. [Las mismas] constituyen un desafío a las ideas, [las] actitudes y [las] relaciones prevalecientes, aun [durante] los albores del año 2000, en nuestras instituciones educativas desde los niveles pre-escolares hasta los grados universitarios. (Villarini, 2014, p. 2)
No debemos caer en el error de considerar las iniciativas educativas de la época como negativas. Aunque había un claro propósito de americanización, la inversión por parte del gobierno hacia el sistema de educación aumentó grandemente atacando a uno de los males sociales más antiguos de la Isla, el analfabetismo. De acuerdo a las estadísticas, la Isla comenzó a desarrollar un sistema educativo más abarcador, tanto en las zonas urbanas como en las rurales (López Yustos, 2006, pp. 120-14). Aún cuando las políticas educativas daban
énfasis a la americanización, el sistema de enseñanza fue creando una personalidad propia durante el siglo XX, dando paso a un sistema más criollo, llegando inclusive a no parecerse ni al sistema español ni al norteamericano (López Yustos, 2006, p. 117). Esto conlleva a exponer un planteamiento sobre la implicación que tendrán las políticas educativas norteamericanas (americano-estadounidenses) sobre los puertorriqueños. No hay duda de que las acciones de los Comisionados llevaron a un choque de valores, producto de una percepción equivocada de la docilidad cultural de los puertorriqueños. Durante el transcurso del siglo XX, los educadores puertorriqueños fueron criollizando el sistema educativo lentamente. Esta acción dejó onda huella para las nuevas generaciónes durante las primeras décadas del siglo XX, la cual podríamos catalogar como una resistencia natural al cambio de valores impuestos por los norteamericanos (americano-estadounidenses). La Dra. Aida Negrón de Montilla, ya citada, concluye que es un proceso que, desde entonces, ha continuado sin interrupción a partir de distintas direcciones debido a la relación política con Estados Unidos de América (EUA), la cual cumple más de un siglo hasta el presente (Negrón de Montilla, 1998, pp. 7-8).
Ley Escolar Compilada de Puerto Rico - 19031992. El 1 de mayo del 1900, se estableció el gobierno civil de acuerdo a una ley dictada por el senado norteamericano (americanoestadounidense) nombrada por su creador como Ley Foraker. Dicha ley fue objeto de
críticas por parte de la clase política de la Isla, ya que limitaba su participación bajo la administración del gobierno, lo cual no estaba a tono con las aspiraciones políticas de la mayoría de la clase dirigente del país (Scarano, 2001, pp. 210-225).
Durante el año 1903, el nuevo estado colonial dicta la primera ley sobre educación, conocida como la Ley Escolar Compilada de Puerto Rico. Esta ley rigió la educación del país hasta el año 1990. La misma estableció el Departamento de Instrucción Pública, y creó el cargo del Comisionado con poderes absolutos sobre la materia educativa (López Laguerre, 2014, p. 3).
Según la Ley, correspondió –a los Comisionados– la elaboración del currículo, y las materias de enseñanza. La Sección 66 declaraba que el Comisionado “acordará y promulgará las asignaturas para la escuela” (PR, 1907, p. 96). La Ley se constituyó bajo 88 secciones, y se caracteriza por su contenido administrativo. Lo relacionado al currículo estará bajo la voluntad del Comisionado de Instrucción. Éste será el patrón de las futuras leyes orgánicas de los años 1990 y 1999. Nos llaman la atención varias disposiciones de la Ley, las cuales comentaremos a continuación.
En la sección 2, se establece un sistema de escuelas públicas y gratuitas (Rico, 1907, p. 59). Con este sentido, las autoridades norteamericanas (americanoestadounidenses) continuaron con el principio de la gratuidad; también, cultivado bajo los decretos españoles de los años 1865 y 1880. Se introduce, además, en dicha
Escuela de Agricultura para niños, Aibonito 1938. PR Historic
Escuela en PR 1930. PR Historic Building Drawing Society
sección, el concepto de una “instrucción liberal” refiriéndose a una educación laica, descartando el tema religioso del currículo. Esta práctica, ya, se había puesto en marcha antes de la aprobación de la ley de 1903. Desde entonces y hasta la actualidad, este principio se mantiene como parte de nuestro sistema de enseñanza (Lopez Yustos, 2006, p. 103).
En la sección 33, se refleja el deseo del gobierno norteamericano (americanoestadounidense) de impregnar a los puertorriqueños con la tradición histórica de los Estados Unidos de América (EUA). Dicha sección define los días de “fiestas legales”. Además de los días que, tradicionalmente, según la cultura hispana, se celebraban en Puerto Rico (como el Año Nuevo, el Día de los Reyes Magos, el Viernes Santo, entre otros), la Ley del 1903 introducía las celebraciones de días alusivos a la tradición norteamericana (americanoestadounidense), como el natalicio de Washington, el Día de la Conmemoración, el 4 de julio, día de la celebración de la independencia de EUA, el día de Acción de Gracias, entre otros (Rico, 1907, p. 73). Estas celebraciones, hasta el día de hoy, forman parte del calendario de días festivos de la Isla, y han abonado al desarrollo de aficiones hacia el gobierno y cultura norteamericana (americano-estadounidense).
La sección 36 de la Ley estableció los requisitos para certificarse como maestro. En este apartado, puede observarse la naturaleza curricular que dominará la educación de la Isla. Todo maestro aspirante debía examinarse para las siguientes
Building Drawing Society
materias: idiomas inglés y español, aritmética, geografía, historia de Estados Unidos de América, historia de Puerto Rico, y métodos de enseñanza. Es importante destacar que las materias de conocimiento incluían la enseñanza de la Historia Norteamericana (de EUA), pero la Historia de Puerto Rico se enseñaba como parte del contexto americano-estadounidense (Maldonado, 2001, p. 35). La enseñanza de la Historia de Estados Unidos de América era considerada medular para la formación de los maestros. Como texto guía se utilizaba el “McMaster”, que daba énfasis a temas como el progreso democrático americano-estadounidense; la ideología del Destino Manifiesto, y la Doctrina Monroe (Maldonado, 2001, p. 35).
Cabe mencionar el hecho de que uno de los textos de historia de Puerto Rico utilizados en la escuela pública a partir del 1922, y hasta muy entrado los años de la década de 1940, fue escrito por el norteamericano Paul G. Miller, Comisionado de Instrucción del 1915 al 1821. Según se percibe al exponer su dedicatoria, Miller sentía un sincero afecto por la niñez de la Isla, a quien le dedicaba la obra, junto a sus hijos. De igual forma, se percibe el sentido paternalista norteamericano (americanoestadounidense) al afirmar que:
…a los Niños de Puerto Rico, dedico esta pequeña obra para que conozcan la historia de su amada tierra borinqueña, al igual que la de la gran nación Estados Unidos de América, al amparo de cuya gloriosa bandera labran su porvenir. (Miller, 1922)
Refiriéndose a la historia de Puerto Rico, reconocía Miller en su Proemio que “hoy se enseña bien la Historia de Estados Unidos [de América] pero…la enseñanza de la Historia de Puerto Rico está limitada a algunos hechos condensados que en sí poseen poco valor” (Miller, 1922, p. ix). Miller reduce el evento de la invasión norteamericana (americano-estadounidense) a un desembarco por Guánica y Ponce con fines misioneros (Miller, 1922, pp. 389-390). Por medio de su obra, Miller expresa un enfoque proteccionista y de benefactor por parte de los norteamericanos (americanoestadounidenses), cuyo propósito era motivar los valores de lealtad y fidelidad para la generación de los niños y jóvenes puertorriqueños. De esta forma, se irá fortaleciendo la imagen heroica, paternalista y de gran benefactor de los Estados Unidos de América, representada por su bandera. La forma de legitimar la presencia norteamericana en la Isla era ofreciendo un saludo diario a la bandera norteamericana (americano-estadounidense) durante cada acto escolar y público. Hasta el año 1952, los puertorriqueños fueron arrancados del uso de sus símbolos patrios. El currículo de la clase de historia sería el conducto para tergiversar el concepto de “identidad cultural” entre los puertorriqueños. Este último tema ha sido uno de los más importantes debates hasta la actualidad (López Rojas, 2011, p. 14).
La sección 53 se dedica al trato que debe darse al estudiante al explicar que “los maestros de escuelas públicas de Puerto Rico deberán tratar, siempre, a sus alumnos
humana y cariñosamente, y el Comisionado de Instrucción dictará aquellas reglas y reglamentos que sean necesarios para conservar la disciplina” (Rico, 1907, pp. 79-80). Este renglón de la Ley expresa los valores afectivos y morales que debía ejercer el maestro. Sin embargo, dejaba el margen para dictar las reglas de disciplina en manos del Comisionado. Siendo testigo de los cambios políticos que experimentó la Isla a raíz de la invasión norteamericana (americano-estadounidense), Cayetano Coll y Toste, citado en el capítulo anterior, hace una interesante observación en torno a la enseñanza bajo el régimen norteamericano:
Tenemos orgullo en anotar esta actitud de los Gobernadores españoles contra el castigo corporal en las escuelas, cuando –actualmente– con el decantado régimen democrático de los Estados Unidos [de América], en las leyes que nos rigen sobre escuelas, existe –aún– el castigo corporal para los educandos apesar de que varios representantes de la Cámara Baja [hayan] propuesto que fueran suprimidos, a lo que –siempre– se ha opuesto el Comisionado de Instrucción [norte] americano de la Cámara Alta. La Moral y la Psicología rechazan la violencia del castigo corporal como medio auxiliar de educación pública. (Coll y Toste, 1910, p. 107)
Para Coll y Toste, quien ostentaba el título de historiador oficial de Puerto Rico durante el año 1910, y que vivió la transición política y educativa de los puertorriqueños, era deplorable la utilización del castigo corporal. Ante la observación de Coll y Toste, se pone a relieve la debilidad del grupo legislativo,
representado (por medio de la Ley Foraker) como la Cámara Baja frente al poder del Comisionado. Hay que mencionar el hecho de que la participación de los puertorriqueños al tomar las decisiones del gobierno era limitada. Por ejemplo, bajo la Ley Foraker, se organizó un Consejo Ejecutivo, que se constituía por seis norteamericanos y cinco puertorriqueños. Sus miembros eran seleccionados por los gobernadores y el presidente norteamericanos (americanoestadounidenses), y representaban la Cámara Alta, con mayor poder sobre la Cámara de Delegados o Cámara Baja, constituida por 35 miembros, todos puertorriqueños, y electa por el voto popular. Bajo esta estructura gubernamental, era poco lo que la legislatura local podía lograr respecto a diversos asuntos, incluyendo la educación.
La Sección 68 refleja un ejemplo más del proceso de americanización. Para esta ocasión, la Ley del 1903 estableció un proceso de selección anual de un número de “jóvenes pobres de constitución robusta y buena conducta” para enviarlos a recibir estudios formales a alguno de los estados de Estados Unidos de América (EUA) continental por espacio de cinco años (Rico, 1907, p. 8). Uno de estos estudiantes lo fue el Dr. Juan José Osuna (1884-1951), quien fue formado en EUA hasta conseguir un Doctorado en Educación de la Universidad de Columbia en Nueva York, donde se graduó durante el año 1923. Fue un destacado educador en la, recientemente, fundada Universidad de Puerto Rico (1903). Educado bajo la cultura norteamericana (americano-
estadounidense), el Dr. Osuna manifestaba su simpatía hacia EUA en su libro A History of Education in Puerto Rico (1923).
Durante el año 1921, las autoridades norteamericanas (americanoestadounidenses) nombran al primer Comisionado puertorriqueño, Juan B. Huyke, quien fungió dicha posición hasta el 1929. De aquí en adelante, todos los Comisionados y Secretarios nombrados serán puertorriqueños. El nombramiento de Huyke ilustra, al igual que el de Osuna, una clase social emergente educada en las instituciones norteamericanas (americanoestadounidenses) que, durante los años de la década del 1920, se identifica con el Régimen Norteamericano. A lo largo de su proceso de formación profesional en las universidades de EUA, éstos fueron ganando la confianza de Washington. Ese es el trasfondo de todos los Comisionados puertorriqueños hasta la década del 1940, cuando ocuparon la dirección del Departamento de Educación. La americanización, a través de los Comisionados puertorriqueños, asumía diferentes definiciones y percepciones. Huyke, por ejemplo, quien militaba el Partido Unión, y a quien llamaban proamericanos, definía la americanización de la siguiente forma:
La americanización, para mí, es un estado de mente; un deseo de vivir asociado con [Estados Unidos de] América [formado] por lazos de honda fraternidad y de absoluta lealtad, [pero] conservando nosotros, naturalmente, nuestra propia fisonomía, aunque tratando de reunir en nosotros mismos lo mejor que tengamos con lo mejor
que [Estados Unidos de] América pueda tener. (López Yustos, 2006, p. 143)
La posición de Huyke expresa el sentimiento que era el gran debate de las clases dirigentes criollas durante su época. Primero, minimiza las críticas de sus contemporáneos al señalar la americanización como un estado de mente. Su escrito expone, explícitamente, la moral y la lealtad como valores que serán instrumentos para conducir, a través del sistema de enseñanza, una lealtad compartida, tanto hacia los Estados Unidos de América como hacia Puerto Rico.
Durante los siglos XX y XXI, el valor de la lealtad ha sido un tema presente a través de las discusiones culturales y políticas de la Isla. Este tema se encuentra impregnado hasta el día de hoy a lo largo de las discusiones intelectuales; especialmente, aquellas que aluden a los valores individuales, como la identidad de los puertorriqueños. De la misma forma, la lealtad de Huyke se trasluce por medio de la idea de los progresos económico y político, aspiraciones de las clases dirigentes puertorriqueñas de entonces. Mientras tanto, muchos de los miembros de esta clase procuraron demostrarle, a los norteamericanos (americano-estadounidenses), sus dotes de buenos administradores, colocando a un lado las cuestiones de identidad nacional puertorriqueña (López Rojas, 2011, p. 19). Huyke destaca, además, su deseo de que los puertorriqueños mantengan sus valores individuales. Para ello, introduce libros de contenido cultural local y de origen hispanoamericano (López Yustos, 2006, p. 143).
La década del 1930 es una época de cuestionamientos, reclamos y planteamientos sobre el concepto de puertorriqueñidad. Un grupo de intelectuales puertorriqueños desarrolló, durante esta década, debates de contenido cultural, los cuales abogaban por el rescate y la definición del carácter cultural puertorriqueño. De igual forma, denunciaban la actitud pasiva de los puertorriqueños ante la agresión cultural que se vivía bajo el sistema de enseñanza pública en Puerto Rico. Este debate puede encontrarse dentro del acervo literario local como parte de la obra clásica de la literatura puertorriqueña; como ejemplo de esto se menciona Insularismo, de Antonio S. Pedreira (1936). Como miembro de la llamada Generación de los Treinta, Pedreira y otros autores se dieron “en la tarea de reunir los hilos dispersos de la personalidad colectiva de Puerto Rico, disgregados por el impacto y consecuencias de la intervención norteamericana en el país después del 1898” (Rivera de Álvarez, p. 1166). Mientras este grupo de intelectuales denucia la situación cultural a través de diversos géneros literarios, el Partido Nacionalista, fundado durante el año 1922, asumía una retórica agresiva y directa contra las autoridades del gobierno norteamericano (americano-
estadounidense) dentro el campo político bajo la dirección de su presidente Pedro Albizu Campos. El discurso público sobre la liberación política y cultural de los puertorriqueños llevó a los nacionalistas a ser víctimas de una persecusión política de grandes proporciones. Durante la década de los años 1930, se llegó a un período de inestabilidad. Los gobernadores norteamericanos, y, luego, los puertorriqueños, combatieron con duras medidas de violencia a los integrantes del Partido Nacionalista y de otras ideologías independentistas (Ferrao, 1990).
Del 1930 al 1936, el puertorriqueño José Padín encabezó la dirección del Departamento de Instrucción. Bajo su administración, afloraron los debates sobre lealtad e identidad con más fuerza. Por un lado, se une al debate de su década en torno a lo puertorriqueño. Por el otro lado, se plantea la viabilidad de una coexistencia cultural o biculturalidad. Padín reconoce la problemática sobre el debate de la herencia cultural; sin embargo, entiende que –a través de la Iglesia– la prensa y el hogar puede prevalecer a través de la cultura y las tradiciones en la Isla (López Yustos, 2006, p. 153).
Escuela pública en Cidra 1938. PR Historic Building Drawing Society
En torno al valor de la lealtad, Padín, expone su propia versión del mismo: “Pero esta lealtad no quiere decir que dejaré se ser yo mismo para convertirme en otro. Esto es imposible e indeseable, y, lo que es peor, sería contrario al espíritu del americanismo” (López Yustos, 2006, p. 155). El Comisionado Padín expresa una problemática que se prolongará con variada intensidad a lo largo del siglo XX. Esta polémica constituirá la base ideológica de los partidos políticos tanto por parte de los que abogarán por la unión permanente con Estados Unidos de América (EUA) como para aquellos que defendieron, desde entonces, la personalidad cultural y política de la Isla. En ambos casos, la temática del idioma inglés arreció durante los años de la década de los años 1930 (Picó, 1990, p. 255).
La Educación en la era muñocista. A fines de la década de los años 1930, luego de la depresión económica y de los violentos encontronazos entre la policía y los miembros del Partido Nacionalista, se desarrolla un nuevo liderato político dirigido por Luis Muñoz Marín. Muñoz Marín, al igual que Osuna, Huyke y Padín, ha desarrollado lazos de unión cultural con la nación norteamericana (americano-estadounidense). Siendo una de las figuras más influyentes de la década de los años 1930 por sus valores americanoestadounidenses, Muñoz Marín es la persona favorecida por Washington para llevar a cabo una serie de reformas sociales y económicas a lo largo de la década de los años 1940. Su advenimiento al poder político comenzó con la fundación del Partido Popular Democrático (PPD) durante el 1938, y continuó su victoria
parcial durante las elecciones del 1940, la cual le llevó a ocupar la presidencia del senado (Fernós López-Cepero, 2009).
La década de 1940 marca el ascenso y el fortalecimiento de la figura política de mayor influencia en el Puerto Rico moderno, Luis Muñoz Marín. Ante los choques ideológicos que caracterizaron la relación política con los Estados Unidos de América (EUA) desde el mismo momento de la invasión, Muñoz Marín desarrolló en la década de los 1940, una política conciliadora entre los intereses americano-estadounidenses y las aspiraciones socioeconómicas de los puertorriqueños durante los años 40 (Rosario Natal, 1994). Las acciones de Muñoz Marín estribaron en alejar el tema del status político de su programa de gobierno. Consideró el desarrollo económico como la mayor urgencia. Entendiendo que la independencia de la Isla no tenía posibilidades, encaminó sus esfuerzos al desarrollo de la industrialización como economía emergente y a salvaguardar la identidad cultural. Estos proyecto tomaron mayor impulso durante el año 1948, cuando Muñoz Marín fue elegido como el primer gobernador elegido por el voto directo de los puertorriqueños (Picó, 1990, pp. 260-266).
Bajo el régimen de reformas coloniales de la década de 1940 en adelante, la educación, la política la cultura y la economía, experimentaron una transformación bajo la tutela del PPD y aquellas reformas permitidas por el gobierno estadounidense. El modelo de industrialización con exenciones contributivas, adoptado por el gobierno, impulsó la actividad económica.
Desde esta década Puerto Rico comienza a experimentar una modernización en todos los renglones de la sociedad. La educación, también será impactada por diversos currículos criollos. Estas tranformaciones, especialmente en la educación, conlleva nuevos análisis que estaremos realizando en un futuro cercano.
Referencias
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“ “
Nuestra Nuestra
Nuestra cultura Nuestra cultura ” hace grandes hace grandes
-Doña Ana G. Méndez
Educar Fomentar Promover Facilitar
Goyita e Ignacio: una reflexión sobre la mujer desde los dibujos de la División de Educación de la Comunidad
(DIVEDCO)
Resumen: El artículo analiza la representación de la mujer puertorriqueña en las obras de Rafael Tufiño, destacando su pintura “Goyita” y las ilustraciones realizadas para la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO). A través de “Goyita”, Tufiño presenta una mujer común con fuerza y dignidad, contrastando con los retratos tradicionales de figuras de poder. También se exploran otras obras como Los casos de Ignacio y Santiago, donde se presenta un contraste entre la docilidad masculina y la firmeza femenina. El artículo resalta cómo estas representaciones reflejan las dinámicas sociales, políticas y culturales del Puerto Rico de mediados del siglo XX, subrayando el protagonismo de la mujer en la lucha por el bienestar social y político en una época de modernización.
Palabras clave: Rafael Tufiño, Goyita, DIVEDCO, representación femenina, arte puertorriqueño, cultura y modernización, mujer y política, Generación del 50, iconografía
Dr. Marcos A. Vélez Rivera
Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina
La vasta y rica obra de Rafael Tufiño nos permite apreciar una variedad de temas y acercamientos sobre la realidad social que vivía la Isla a mediados del siglo XX. Sus temas abordan la cultura, el campesinado y la ruralía, así como diversos enfoques sobre poesía o música que encontramos en carteles y murales; todos desde la realidad puertorriqueña de su tiempo. En su trabajo como grabador, como es conocido, al igual que con la pintura mural, Tufiño tuvo una gran influencia del grabado y el mural mexicano, gracias a su estancia en la Academia San Carlos en México. Esta influencia le llevó a trabajar temas de índole social en sus obras en la misma línea que la gráfica y el muralismo mexicano. Dentro de toda su obra, una de las que más destaca en su carrera es la conocida pintura de Goyita. Este retrato de quien era su madre ha cautivado a muchos tanto por su conceptualización artística, como por su acercamiento a la figura femenina de este tiempo.
Goyita no es la única figura femenina que destaca en la obra de Tufiño. Debemos recordar la conocida Majestad Negra, evocando e ilustrando el poema de Luis Palés Matos. Además, tenemos figuras de mujeres en obras como el portafolio del café y diversas ilustraciones dentro de la DIVEDCO, entidad educativa gubernamental que publicó decenas de libros y carteles dirigidos al campesinado. En esta última entidad, Tufiño publicó una cantidad indeterminada de ilustraciones y dibujos como parte de la publicación de los Libros para el Pueblo. Uno de los libros
de mayor calidad artística y que más se ha estudiado es el de Los casos de Ignacio y Santiago. Las ilustraciones de este libro contienen gran calidad gráfica y forman parte de un portafolio de grabados del mismo nombre y que ilustran la situación de las familias del campo y sus dificultades con la salud y la gestión comunitaria.
No obstante, a pesar de la cantidad de obras de este artista, es probable que la que más reconocimiento y atención haya tenido sea Goyita. Esta pintura, publicada en 1953, nos presenta un acercamiento al rostro de Gregoria Figueroa quien como mencionamos anteriormente era su madre y que conocemos con el nombre de Goyita.1 El pintor nos pone de frente a una mujer con un semblante fuerte, unas facciones marcadas, una mirada firme, pero indefinida, y un gesto de seriedad que nos lleva a reflexionar sobre aquello que ha capturado su atención. Su cabeza está cubierta por una pañoleta roja que nos sugiere una mujer en su faena diaria: Goyita es la representación de una mujer común de su tiempo. Es un cuadro que explora la psicología de la protagonista y que de alguna manera nos confronta aquellos que estamos de frente. Los colores utilizados por el artista, así como los brochazos fuertes que marcan sus facciones, nos ayudan a ver en esta mujer una figura fuerte.
En el fondo nos presenta una comunidad rural, posiblemente del área de la barriada San José. Las casas y las personas del 1“Goyita by Rafael Tufiño Figueroa,” Google Arts & Culture, accessed September 6, 2023, https://artsandculture.google.com/story/goyita-by-rafael-tufiño-figueroa/ kAVRqKrLItuZKg.
fondo están esquematizadas, lo que inclina nuestra mirada hacia la protagonista. No obstante, podemos ver unas figuras jugando en un cuerpo de agua que está frente a las casas y un niño vendiendo. La típica casa de madera al lado del canal de agua nos recuerda múltiples fotos de fotógrafos como Jack Delano quien documentó muchas de estas situaciones de los barrios obreros que se formaron con la migración del campo a la ciudad en las décadas anteriores. Tufiño enmarca el retrato de su madre en un contexto de pobreza, especialmente de las comunidades de mayor necesidad del área metropolitana.
El acercamiento que Tufiño tiene con su madre no es el retrato común al que estamos acostumbrados en la cultura occidental. Goyita no es una gobernante, no es la esposa de un político poderoso, no es la representación de la alta sociedad, sino que es representante de la mujer común y trabajadora de su época. Es de alguna manera un ícono de la lucha diaria de la mujer, que a la vez vivía en clara desventaja con el hombre y que cargaba con el peso de los roles tradicionales. Si estudiamos los retratos que se trabajaban en los siglos anteriores, era normal que los retratados fueran personas de la alta sociedad, mostrando sus vestidos y su posición social. Por lo tanto, Goyita contrasta con esa tradición y se presenta a una mujer común con la misma importancia que aquellas figuras de poder.
Dentro de la DIVEDCO que trabajó Tufiño, se elaboró el tema de la mujer en diversas formas. Es conocido el caso de la película Modesta, que cubre el tema de los derechos
de las mujeres ante el machismo.2 Además, hay un acercamiento a la realidad de la ama de casa que vivía con la responsabilidad de la crianza en una sociedad pobre y sin recursos. Se publicaron libros como Cuatro Cuentos de Mujeres3 en el cual se narran varias historias que ejemplifican las dificultades a las que se enfrentaba la mujer puertorriqueña.4
En los folletos de la DIVEDCO la figura de la mujer desempeña un papel de gran relevancia, lo que nos lleva a inferir que era un asunto de gran importancia para la época; incluso el tema figura como uno importante en los discursos de Luis Muñoz Marín. En el contexto político propuesto por Muñoz, la mujer asume un rol fundamental: cuidar del bienestar no solo económico, sino también del equilibrio familiar y ser la guía emocional y espiritual de la familia. Por lo tanto, resulta esencial incorporar a la mujer de manera integral en los debates públicos si se pretende llevar a cabo una reforma democrática que abarque todos los aspectos. Era imperativo modernizar la relación entre la mujer y la política para equipararla a las sociedades del “primer mundo” y, al mismo tiempo, convertir a la mujer en una aliada en el ámbito político.
2 MODESTA - ICP, 2014, accessed September 6, 2023, https://www.youtube.com/watch?v=b8ULQyvWZXU.
3 “Cuatro Cuentos de Mujeres (1959) by La Colección Puertorriqueña - Issuu,” last modified November 22, 2016, accessed September 6, 2023, https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/cuatro_cuentos_de_mujeres_-_ departa.
4 Vélez Rivera, Marcos, Las Ilustraciones de Los Libros Para El Pueblo de La División de Educación de La Comunidad y La Modernización de Puerto Rico (1949-1964) (Carolina: Ediciones UNE, 2016).
Durante las elecciones de 1948, Muñoz comenzó esta labor al dirigirse directamente a las mujeres, solicitando su voto y argumentando que, en el pasado, las mujeres habían enfrentado la soledad en su rol como responsables del hogar mientras los hombres trabajaban. En esta coyuntura, el Partido Popular se presentaba como el “brazo fuerte” dispuesto a acompañar a las mujeres en su viaje hacia la modernidad. Muñoz afirmaba: “La mujer, en su responsabilidad en el hogar, mientras el hombre trabajaba, estaba sola; no tenía a dónde acudir en momentos difíciles de la maternidad, en la alimentación y crianza de sus hijos...” La solución a esta soledad femenina era el PPD, según él: “El Partido Popular ha ofrecido la mano del gobierno como apoyo a las mujeres de Puerto Rico, especialmente a las madres en situaciones
Ilustración 1 Rafael Tufiño, Goyita
económicas desfavorables, para aliviar su carga.” Avanzando en su discurso, Muñoz exhortaba a todas las madres de Puerto Rico a cumplir con su deber de votar en las elecciones: “Si alguien se abstiene de votar, que no sea ninguna madre de Puerto Rico”. En su primera elección como gobernador de la isla, Muñoz eligió dirigirse específicamente a las mujeres, en particular a las madres que enfrentaban la pobreza.5
Hacemos este énfasis en el discurso político de la época porque es fundamental para enmarcar la importancia del cuadro de Goyita, dentro de su entorno político y social. Tufiño, al igual que sus colegas artistas de la Generación de 1950, no ignora la realidad social y política que se vivía y sus obras servían para contestar o comentar sobre esa realidad y a la vez esbozar el país deseado. Además, dentro de la DIVEDCO, Tufiño fue una pieza clave como ilustrador y las discusiones acerca de la representación de la mujer que se tuvieron en estos foros no le eran ajenas. La representación de Goyita frente a la sociedad pobre y la comunidad del arrabal viene a sustentar la afirmación de una mujer que vive de frente a la crisis de su tiempo.
Sin embargo, dentro de la obra de Tufiño con la DIVEDCO, figura el libro de Los casos de Ignacio y Santiago publicado en el mismo año que Goyita, 1953.6 El libro tiene dos cuentos: La voluntad que Ignacio no tuvo y Santiago vence al ratón. Sabemos que Tufiño ilustra el cuento de Ignacio y dentro de esas
5 Luis Muñoz Marín, Mensaje en el día de las elecciones (II) dirigido a la mujer puertorriqueña, el 2 de noviembre de 1948. Palabras: Luis Muñoz Marín. 1945-1948 (San Juan: Fundación Luis Muñoz Marín, 2005) 672-674.
6 “Los Casos de Ignacio y Santiago,” accessed September 6, 2023, http://museocoleccion.uprrp.edu/objects/details/10744;jsessionid=6B1ACFFCF464FE19E83F0B03B4374C63.
ilustraciones resalta la figura de Ignacio. La historia de Ignacio es de un hombre que vive en un barrio con su familia, su esposa y su hijo. La comunidad tenía varios problemas apremiantes que Ignacio había notado: tenían el agua del pozo contaminada, el camino del barrio no servía, la escuela necesitaba arreglos y no tenían ayudas como una estación de leche o una unidad de salud pública. Todas estas situaciones abrumaban a Ignacio, pero durante la historia se demuestra que este no tenía la voluntad necesaria para atender la situación. Sus preocupaciones se quedaban sin atender porque Ignacio no se atrevía a hablar ni a
Ilustración 2 Rafael Tufiño – La voluntad que Ignacio no tuvo,
luchar por su familia y su hijo muere: por eso se titula La voluntad que Ignacio no tuvo.
Las ilustraciones que acompañan esta historia muestran a un Ignacio ñangotado frente a sus situaciones. Su figura es el eje central de la imagen, pero su postura muestra resignación ante su realidad, que generalmente lo acompaña de fondo. Casas pobres, perros bebiendo del pozo, niños muriendo de enfermedad: las imágenes describen una sociedad que se hunde en la miseria y un puertorriqueño que no haya cómo salir de ahí.
El cuento lo escribe René Marqués, y su acercamiento al “aplatanamiento” del puertorriqueño, como él mismo lo hubiera descrito en su Insularismo, 7 queda claro en la historia de Ignacio. Esta ideología de la predisposición del puertorriqueño a la indecisión y el ñangotamiento, René Marqués la confirma y estructura en el ensayo El puertorriqueño dócil. No se puede perder de perspectiva la posición de Marqués en la DIVEDCO como editor y escritor principal y, por lo tanto, la iconografía al respecto de esta idea, se mantiene vigente en toda la obra de los Libros para el Pueblo.
17.
El puertorriqueño es presentado con cierto pesimismo hacia la vida, y aunque bien ese no es el futuro que se buscaba, cuando observamos la iconografía del puertorriqueño podemos concluir que se construye un perfil visual de un ciudadano pesimista ante las dificultades. Este pesimismo visual de alguna manera responde al ideal de pesimismo, contradicción y conflicto que permean en la obra de algunos de los escritores que participan en la DIVEDCO, 7 Pedreira, Antonio, Insularismo (San Juan: Editorial Edil, 2004).
página
que a su vez pertenecían a la generación de escritores del cincuenta. La historiadora Belén Acosta, explica que esta generación, en respuesta a los cambios producidos por la modernización, responden en sus obras con diversas tendencias: el pesimismo ideológico, literario y la tragedia en José Luis González, el conflicto de los dos mundos en René Marqués, el conflicto cultural y la crisis de identidad en Pedro Juan Soto y la alucinación de la sociedad moderna en Emilio Díaz Valcárcel.8
De manera que lo que ilustra Tufiño con la imagen de Ignacio responde directamente a esta ideología. Sin embargo, vale la pena prestarle atención a la imagen de Ignacio que se presenta en la página 17 del libro. Ignacio aparece en una posición muy similar a la pintura de Goyita. No es muy difícil ver la similitud que tienen ambas imágenes. Un Ignacio mirando hacia nuestra derecha, con el barrio atrás y las personas de fondo. El contraste, sin embargo, es evidente: Su mirada es lánguida, su gesto de confusión y sus hombros hacia abajo. Ignacio es la figura que le faltó voluntad. Mientras Goyita ocupa el espacio en el cuadro a Ignacio lo supera su entorno. A Goyita mira fijamente a nuestro lado, con gesto firme y decidido, mientras que Ignacio tiene la mirada perdida.
Cabe destacar la similitud de las facciones de ambas figuras con su nariz ancha, labios gruesos, ojos grandes, de raza negra. Su similitud nos ayuda a plantear el argumento de este ensayo: Goyita es una alternativa a los Ignacio que no tuvieron la voluntad de enfrentar sus problemas sociales. Como explica la historiadora Tamara Díaz Calcaño,
8 Acosta Belén, E. “Literatura and Ideology in the Works of the Puerto Rican Generation of 1950” (Columbia University, 1977).
otros contemporáneos utilizaron figuras femeninas similares para plantear una denuncia a la situación social que vivía la mayor parte de los puertorriqueños.9 La imagen de una mujer de Barceloneta de Lorenzo Homar muestra exactamente los mismos elementos de Goyita. Es evidente que la lucha por una mejor sociedad puertorriqueña en esta década debía incluir un mejor panorama para la mujer. La mujer debía ser protagonista también y ella también tiene una posición ante lo que vive la sociedad. La figura femenina de Goyita de alguna manera contesta esa docilidad masculina representada por Ignacio.
A la vez es importante destacar que esta generación de artistas no tuvo problemas en resaltar figuras femeninas fuertes en un mundo dominado por los hombres. Aunque Goyita es la madre de Tufiño, podemos ver su representación como un ícono de la mujer puertorriqueña. La representación de la mujer frente a su entorno la posiciona como una figura importante. Convertir a la mujer en un asunto central, sin una figura masculina a su lado, plantea la realidad de muchas mujeres de su tiempo, que enfrentaban la vida y cargaban con la responsabilidad familiar solas.
El campesino, el jíbaro puertorriqueño era la figura central de toda la iconografía de este tiempo y la presencia de Goyita no elimina ese hecho. Lo vemos en las recurrentes imágenes sobre trabajadores de la caña, con su tradicional sombrero para el sol y sus pies descubiertos. Sin embargo, es necesario destacar que artistas como Tufiño dieron un lugar a la mujer común que vivía la misma
9 Celebrating Puerto Rican Identity, Rafael Tufiño’s Goyita, 2023, accessed September 6, 2023, https://www.youtube.com/ watch?v=MULFw9HiXLo.
Ilustración 3 Lorenzo Homar, Mujer de Barceloneta
precariedad que el jíbaro. Imágenes como Goyita nos ayudan a plantear la necesidad de estudiar la iconografía femenina de la generación de 1950 y su planteamiento sociopolítico. Es necesario relacionar esta figura de la mujer con el concepto del ñangotamiento y el puertorriqueño dócil. ¿Eran dóciles también Modesta, Goyita y las otras mujeres que se ilustran en la DIVEDCO? Al menos es evidente que Goyita no parece serlo y su pintura nos ayuda a abrir esta conversación.
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MODESTA - ICP, 2014. Accessed September 6, 2023. https://www.youtube.com/ watch?v=b8ULQyvWZXU.
“La liberación presente siglo permite hoy años – llevar su estado actual
liberación femenina que se impone a principios del
y que afecta a la mujer puertorriqueña me como mujer liberada – desde hace muchos
a ustedes mi concepto de la universidad en
actual y sus futuras responsabilidades”
-Doña Ana G. Méndez
Experiencias de Mujeres Líderes en la Educación Superior de Puerto Rico
Dra. Awilda Fontánez Davila Universidad Ana G. Méndez
Resumen:
Legado de 75 años de la Universidad Ana G. Méndez
Como punta de lanza del resumen de uno de los hallazgos la investigación “Experiencias sobre la equidad de género de mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en instituciones de educación superior en Puerto Rico” (2022), iniciamos reconociendo la celebración del 75 aniversario de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM). Destacamos el rol de la primera mujer en una posición de liderazgo en la educación superior en Puerto Rico, Ana González de Méndez, fundadora del Puerto Rico Junior College (1949) primera institución de educación superior en la Isla en ofrecer carreras cortas de dos años de duración. Actualmente me desempeño como decana de la División de Estudios Técnicos de la UAGM, donde se brindan las carreras cortas de la institución, continuando así, el legado de nuestra fundadora. Además, soy producto de esta institución que forma parte de mi trayectoria académica y de mi desarrollo como líder.
La lucha por la equidad de género es un tema que se ha discutido a través de la historia, al igual que el rol de nuestra fundadora como la primera mujer que ocupó una posición de liderazgo en el ámbito de la educación superior en el 1949. En el 1950, Ana G. Méndez, recurrió al Departamento de Estado para incorporar la institución y experimentó los desafíos que se discuten precisamente en los hallazgos de esta investigación. Luego enfrentó los retos a través de los intentos por acreditar la institución con el Consejo Superior de Enseñanza, donde se encontró con múltiples barreras para lograr la aprobación. Según Baralt (2004), en su libro Historia Ana G. Méndez - Recuerdos del Porvenir I, la oposición surge porque era una mujer quien lideraba la institución. Luego de ocho años de lucha incansable, logró la aprobación de la acreditación en el 1957. Esto confirma cómo las mujeres en posiciones de liderazgo han tenido que luchar contra el prejuicio y aún continúan luchando para lograr una equidad de género real y que no solo sea una realidad aparente. Desde esta investigación se propone que continuemos formando lideres y que resolvamos los asuntos de equidad de género en la Educación Superior siguiendo el ejemplo de nuestra fundadora.
Palabras clave: equidad de género, igualdad, mujeres, liderazgo, educación superior
En el presente artículo se presenta un resumen de la investigación titulada “Experiencias de Mujeres Líderes en la Educación Superior de Puerto Rico”. El objetivo principal de esta investigación fue conocer las experiencias de mujeres líderes en instituciones de educación superior en Puerto Rico, relacionadas a la equidad de género. Esto se refiere a la imparcialidad y justicia en la distribución de beneficios y responsabilidades entre hombres y mujeres. Los objetivos secundarios fueron; conocer cómo las participantes se perciben desde su posición de liderazgo desde la perspectiva de género, así como conocer la evolución de las prácticas que conducen a la equidad de género, en el entorno laboral de estas mujeres en puestos de liderazgo.
La investigación fue de tipo cualitativa y se llevó a cabo bajo el paradigma descriptivo, utilizando el método de entrevistas semiestructuradas con ocho mujeres que ocupan u ocuparon posiciones de liderazgo en educación superior en Puerto Rico. La investigación se fundamentó en la Teoría de Congruencia de Rol, aplicada al prejuicio hacia líderes femeninas, la cual fue elaborada por Eagly y Karau (2002). Según esta teoría, las mujeres que intentan acceder a puestos de liderazgo son objeto de prejuicios.
Introducción
El objetivo de esta investigación fue vincular las experiencias según expresadas por ocho mujeres, que ocupan u ocuparon posiciones de liderazgo en educación superior en
Puerto Rico, con fenómenos tales como la desigualdad y aquellos avances hacia la equidad de género en este ámbito. También así, explorar tales vivencias para conocer las prácticas que, de manera implícita o explícita, están obstaculizando o abonando al desarrollo de la mujer en posiciones de liderazgo dentro de la educación superior en Puerto Rico.
En el marco de esta investigación, se abordaron preguntas claves, tal como se detallan más adelante. Estas estuvieron destinadas a comprender las experiencias y percepciones de las participantes, para lo cual, a través de un enfoque cualitativo y basado en entrevistas semiestructuradas, exploramos las complejidades de estas experiencias, así como su influencia en la percepción de equidad de género en el entorno educativo.
Las preguntas de investigación que guiaron este estudio son:
¿Cómo han influenciado las experiencias de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en la percepción que tienen sobre la equidad de género? ¿Qué retos y obstáculos han enfrentado estas mujeres al desempeñarse en sus posiciones como líderes en la educación superior? ¿Qué experiencias han influido en el desarrollo de significados y creencias en torno al liderazgo de las mujeres en instituciones de educación superior? ¿Cómo se perciben las mujeres que ejercen posiciones de liderazgo en la Educación Superior? Sin embargo, para propósitos de este artículo, abordaremos en
detalle la primera pregunta de investigación. De igual forma, exploraremos cómo las experiencias de estas mujeres líderes han influido en su percepción profundizaremos en la categoría “Percepción sobre la equidad de género en el ámbito de la educación superior” y examinaremos cómo las experiencias de las mujeres líderes están intrincadamente relacionadas con su percepción sobre la equidad de género.
Antes de dar respuesta a la pregunta de investigación, se debe dar una mirada a la categoría que incluye la percepción sobre la equidad de género. Esta categoría se contextualizó en la teoría de congruencia de rol del prejuicio elaborada por Eagly y Karau (2002). La misma facilitó el análisis
y comprensión de la práctica del prejuicio y cómo ésta se vinculó con la escasa participación femenina en posiciones de liderazgo. Eagly y Karau (2002) postularon que el prejuicio hacia las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo surge de la incongruencia que las personas, en general, perciben entre las características femeninas y los requisitos del rol de líder. Frecuentemente, se percibe incongruencia cuando una mujer desempeña un cargo de poder, en especial, cuando éste se considera que pertenece al género masculino. De acuerdo con esta teoría, el prejuicio contra una mujer que desempeña un rol de líder va a variar en función del grado de incongruencia percibida entre el rol de líder y el rol de género femenino que exista en su entorno.
En este sentido, la categoría “percepción sobre la equidad” indagó sobre la manera en la que las participantes perciben el asunto de la equidad de género, en el ámbito en el cual se desenvuelven actualmente. En consecuencia, se han derivado subcategorías, entre las cuales figuran las siguientes; avanzando hacia la equidad de género, existencia del discurso sobre equidad de género, y la inequidad como un problema social.
En cuanto a estas subcategorías, bajo “Avanzando hacia la equidad”, las participantes consideraron este asunto desde varias perspectivas; se ven así mismas como competentes, con las mismas capacidades y habilidades que los hombres para ejercer sus cargos. No obstante, alcanzar plena equidad es algo que aún no se ha logrado. si no que un proceso que se va abriendo paso. De hecho, a primera vista puede decirse que estas mujeres han logrado el reconocimiento y empoderamiento en su profesión, ya que todas están ocupando u ocuparon cargos importantes dentro de la educación superior. Sin embargo, reconocen que de cierta forma a nivel de “alta jerarquía” sigue siendo un mundo dominado por hombres. Así, bajo una realidad aparentemente igualitaria, en la educación superior, en especial en los cargos de alta jerarquía, las participantes manifiestan que domina la presencia masculina, lo cual les ha significado un esfuerzo adicional tanto para acceder a sus cargos, como para para mantenerse en ellos. La falta de equidad no se encuentra
tanto en el acceso que tienen los hombres y las mujeres a los mismos cargos, sino en dos aspectos bien diferenciados. Por una parte, el salario o la paga no es igual aunque ocupen los mismos cargos, y por otra, los juicios o valoraciones que se les atribuyen, varía de acuerdo con uno u otro género. Dicho esto, se enfatiza que la teoría de Congruencia de Rol, aplicada al prejuicio hacia líderes femeninas, respalda y contextualiza la realidad que se presenta en la investigación. Además, ayuda a comprender el porqué, a pesar de la aparente igualdad, las mujeres líderes en la educación superior todavía enfrentan desigualdades en salarios, valoraciones y oportunidades de liderazgo. En este punto, se reconoce que esta teoría aporta una base sólida, para analizar las luchas continuas de estas mujeres y la necesidad de seguir trabajando hacia la equidad de género en el ámbito educativo.
En cuando a los hallazgos del estudio, estos revelan las batallas constantes que enfrentan las líderes participantes y cómo han superado las barreras encontradas para llegar a sus posiciones actuales. De igual forma, surgió que, a pesar de que se han registrado grandes avances en la equidad e igualdad de género, estos no han sido suficientes, por lo que continúan en posición de desventaja, en comparación con los varones, pues a pesar de tener las mismas capacidades que los líderes masculinos, estas mujeres aún enfrentan desafíos significativos.
Con base en lo anterior y derivado del análisis de la información recopilada, el estudio concluye que, aun cuando se ha logrado un gran avance en el acceso de las féminas a puestos directivos y ejecución de altos cargos, se puede pensar que no hay discriminación. Sin embargo, de las afirmaciones de las participantes, se desprende que la equidad plena es un asunto en construcción. Por ende, en este sentido, concuerdan con lo expresado por Burgos (2017), Caraballo y Segarra (2017) quienes señalan que, a pesar de que las mujeres en Puerto Rico tienen hoy día mejores características laborales, como más años de educación, los hombres siguen ganando más dinero que ellas, aunque compartan las mismas posiciones.
Más allá de señalar, este trabajo es un llamado a la acción, para seguir luchando por la equidad e igualdad de género en todos los ámbitos, especialmente en las posiciones de liderazgo dentro del sector educativo. Para ello, en este artículo, hemos explorado las experiencias de mujeres líderes en la educación superior de Puerto Rico y su percepción de la equidad de género. A través de entrevistas realizadas a las ocho participantes que ocupan o han ocupado posiciones de liderazgo en instituciones educativas, se arroja luz sobre las complejidades de sus experiencias y su percepción del estado de equidad de género en el entorno laboral.
Por otra parte, se deja claro que, a pesar de que estas mujeres han alcanzado altos cargos en la educación superior, aún
enfrentan obstáculos que demuestran que la equidad de género es un desafío en constante evolución. Con ello, desde una perspectiva aparentemente igualitaria, sus experiencias revelan que, en especial en los niveles de alta jerarquía, la presencia masculina sigue siendo dominante, lo que implica un esfuerzo adicional para acceder y mantenerse en sus cargos. También así, la disparidad salarial y las diferencias en la percepción de sus capacidades, en comparación con sus colegas masculinos, demuestran que la equidad de género es un objetivo pendiente de alcanzar por completo. De manera concluyente, se establece que el estudio se alinea con investigaciones anteriores en Puerto Rico y en otros lugares, que indican que, aunque se han logrado avances significativos en el acceso de las mujeres a roles de liderazgo en la educación superior, aún existen barreras en forma de prejuicios y desigualdades que deben abordarse. Por ello, el llamado a la acción es claro como aquí se expresa: es imperativo continuar luchando por la equidad e igualdad de género en todos los ámbitos, especialmente en posiciones de liderazgo en el sector educativo. La concienciación sobre estas cuestiones es el primer paso hacia el cambio, y este estudio contribuye a esa concienciación.
Finalmente, se puede decir que esta investigación ha proporcionado una visión más profunda de las percepciones y experiencias de estas mujeres líderes y ofrece una base sólida para futuros estudios y esfuerzos encaminados a eliminar las barreras de género en la educación superior.
Es por ello por lo que se comenta que, a medida que avanzamos hacia un futuro en el que la igualdad sea una realidad, en lugar de un ideal, recordemos que cada voz y cada estudio en esta dirección son cruciales para el progreso. Con esto, se alienta a otros colegas a dirigir más investigaciones en esta dirección, para lograr un verdadero avance que tenga alcances a escalas significativas.
Referencias:
Baralt, G.A. (2004). Historia Ana G. MéndezRecuerdos del Porvenir I.
Burgos, C. (2017, agosto 28). En evidencia la brecha salarial entre hombres y mujeres en Puerto Rico. Caribbean Business en Español . https://cb.pr/en-evidenciala-brechasalarial-entre-hombres-ymujeres-en-puerto-rico/?cn-reloaded=1
Caraballo, J. y Segarra, E. (2017). Can Gender Disparities Persist in the First Country with a Negative Gender Pay Gap? https://doi. org/10.13140/RG.2.2.35199.51364
Eagly, A. H. y Karau, S.J. (2002). Role congruity theory of prejudice toward female leaders. Psychological Review, 109 (3), 573-598. https://doi. org/10.1037/0033295X.109.3.573
“… la mujer puertorriqueña aprovechado las competencia…”
puertorriqueña ha las brechas que se abrían a su
-Doña Ana G. Méndez
“… porque la TAREA
TAREA en la educación seguirá su marcha”
-Doña Ana G. Méndez
Família reunida. Doña Ana G. Méndez, Don José Méndez e hijos.
Doña Ana G. Méndez y sus dos hijas.
Primer homenaje a la labor educadora de Doña Ana
REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
G. Méndez (año 1955).
Doña Ana G. Méndez con estudiantes.
Doña Ana G. Méndez inauguracion CET.
Doña Ana G. Méndez corte de cinta.
Doña Ana G. Méndez con estudiantes.
Doña Ana G. Méndez y amigas.
Doña Ana G. Méndez
Doña Ana G. Méndez; Actividad Mujer.
Doña Ana G. Méndez y la clase del 1969.
Doña Ana G. Méndez, premio profesionales de la salud 1986.
ENE 2025: EDICIÓN ESPECIAL DEL 75ANIVERSARIO DE LAUAGM
"
durante estos largos anos:seguiré sirviendo a la comunidad seguiré sirviendo a la comunidad - durante estos largos anos: EXPERIENCIA.
y a la comunidad puertorriquena, y a la comunidad puertorriquena, devolviendo siempre
lo que ustedes
-
comunidad universitaria comunidad universitaria
-
EXPERIENCIA. -Doña Ana G. Méndez " puertorriquena, puertorriquena, ustedes me dieron
Ana G. Méndez... a la sombra de su Nombre
Dra. Sylvia T. Domenech Fernández Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
-Como tú, que nada te detienefrase de entrada al portal de la UAGM 2024
IAna G Méndez, nombre propio y emblema de la institución que lo ostenta; vincula anhelo de educarse y proyecto de vida. En la conciencia histórica, responde a la relación entre presente y pasado de una empresa académica extendida en el tiempo por siete décadas y un lustro. El valor intrínseco del nombre se asimila en el lema que definió sus comienzos: “nuestra cultura nos hace grandes”. El origen se remonta al 1949. Fueron tres educadores los que afinaron voluntades previo al acto de nombrar la criatura académica. El Puerto Rico Junior College abriría sus puertas a dos cuadras del recinto de Rio Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Al presente, una larga historia se recoge en el nombre de la que además de una de tres fundadores, sería la directora incansable que consolidaría rumbo y visión institucional. Afán de caminos a la educación y a la universidad, deviene en el lema impreso en las páginas de la plataforma virtual que de manera simbólica pretende abrir la puerta a los estudiantes.
Somos como tú … afirmación de una identidad que se comparte.
Ana G. Méndez nació en el año 1908 en el municipio de Aguada, pueblo costero, hogar de sus progenitores. El matrimonio formado por Francisco González y Ana Cofresí procreó ocho hijos. Ana sería la cuarta en nacer. El lugar vivía a la sombra del cultivo y molienda de caña de azúcar que se producía en la Central Coloso. Los años de infancia y el transcurrir del tiempo que miraba al mar, quedaron como recuerdo lejano en la memoria de la educadora. De aquellos días, el ir y venir del progenitor, un ser de vivencias andariegas y negocios no siempre fructíferos marcaba las realidades domésticas. En la segunda década del siglo, entre el 1912 y el 1918, un voraz incendio y un fuerte terremoto hicieron aún más difícil prosperar. Uno de esos días la familia dejó atrás el pueblo de Aguada.
El paraje del rio Culebrinas quedó a sus espaldas. El largo viaje por la costa norte de la isla en dirección a San Juan de seguro llenó de esperanzas el soñado paisaje familiar. Al llegar a la capital, Santurce los llevó por calles e ilusiones. Era el año 1922 y las viviendas del recién estrenado Barrio Obrero eran nuevas y atractivas. Se trataba de un programa del gobierno para familias, artesanos y obreros: casas a bajo costo. El vecindario tenía acueducto, alcantarillado y luz eléctrica. Vivir en tales condiciones era bienestar. Santurce tenía sus límites geográficos al sur con el Caño Martin Peña y muy cerca el barrio Hato Rey.
San Juan era grande y se hacía más grande en aquellos años. Los espacios
y avenidas se encontraban con las del municipio vecino. Rio Piedras era un hermoso centro de comercio, comunicación y vivienda. Al instalarse allí serían nuevos los caminos para la familia González Cofresí. Santurce resultó ser lugar de progreso, aunque lejos estaba Ana de imaginar en aquellos años que el ir y venir de la casa a la escuela habría de definir su destino. Al año siguiente de la mudanza, en el 1923, completó la escuela elemental. Continuar estudiando la escuela superior le ilusionaba, pero aquella década los estudios tendrían que esperar.
El amor la llevó por el sendero matrimonial a los 15 años, al casarse con José Méndez Rivera, también vecino de Barrio Obrero; decisión que apoyaron sus progenitores. Un año después nacería Dora, la primera de sus dos hijas y en el 1926 nació Grecia. Los deberes de madre y esposa ocuparon su tiempo. Residía entonces el matrimonio Méndez-González muy cerca de la progenitora de Ana, por lo que pudo contar con su ayuda. Para ella, su madre era de fuerte temple, aunque de carácter sumiso. Fiel cumplidora y esposa que se había ocupado de casar a sus hijas, siendo estas aún casi niñas. Sin su dedicación a las cosas de la familia, Ana no hubiese logrado cumplir sus deberes de esposa y lo que requería la escuela.
En el año 1930 la isla todavía sufría la devastación que produjo la fuerza del huracán San Felipe en el 1928. La crisis además se había complicado con la caída de la bolsa de valores de Wall Street. Los días se presentaban llenos de necesidad
y sacrificio. En opinión de la familia, los estudios podían esperar, aunque para Ana representaban algo que rehusaba posponer. Había ido al matrimonio con la promesa de su esposo de respaldar su deseo de estudiar. Iría a la escuela nocturna. Así lo había decidido cuando se matriculó en el programa de la escuela superior Central; deseaba estudiar comercio.
Decir San Juan era decir Santurce pues la avenida Juan Ponce de León era la arteria principal que vinculaba la ciudad. Desde el 1925, en ella ubicaba el edificio de la Central High School. Su hermosa arquitectura la hacía ver como un antiguo templo del saber. Era la construcción de mayor importancia en aquella época. ¡Deslumbraba! La zona santurcina se expandía y al año siguiente, en el 1926, paralela a la Ponce de León, como muy pronto se le llamó a la avenida transitada por todos, se había estrenado la avenida Manuel Fernández Juncos. En el cruce de la Parada 18, entre una y otra avenida la imponente arquitectura de la escuela José M. Labra rebosaba también con la algarabía de los estudiantes. Santurce tenía aire de ciudad y de latitudes gloriosas.
En Barrio Obrero y luego en Villa Palmeras la familia Méndez-González hizo comunidad. No hubo trabas a la determinación y deseo de educación de Ana. El camino favorecería el destino.
III
Al graduarse de la Central High en el 1935, Ana siguió el camino a estudios universitarios. Ingresó a la Universidad
de Puerto Rico en Rio Piedras en el 1936. Era una ruta de nuevos horizontes. Serían cinco años para completar el grado. Para ese tiempo, la Universidad era escenario de la construcción de grandes edificios y labores de reconstrucción. Eran años del Nuevo Trato. Día a día se observaban los adelantos de la planta física. En la senda de Ana, el edificio Román Baldorioty de Castro y la emblemática torre con su campanario se levantaban ante los ojos. La biblioteca José M. Lázaro también crecía en el gran espacio de árboles y verdes jardines. En el ir y venir a diario confluían estudiantes diurnos y nocturnos. Alfredo Muñiz Souffront era entonces Decano y director del programa nocturno del Colegio de Comercio. Además de autor de libros de textos, era profesor de administración. Ana G. Méndez se convirtió en una de sus alumnas. Aquella relación maestro y estudiante, unos años más tarde habría de convertirse en sociedad comercial.
En el 1937, en plena faena de estudios nocturnos Ana quedó embarazada. Continuó asistiendo a clases durante los meses de espera. Once años después de haber dado a luz a sus dos hijas mayores, nacería el tercero y menor de sus hijos, José (Pepe) Méndez. Una vez más el apoyo de su progenitora en el cuido del pequeño varón, le permitió cumplir con los estudios. La inspirada y determinada estudiante pudo regresar al salón de clases prontamente, para cumplir y graduarse.
El camino a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras la haría testigo de la belleza del recinto. La rotonda, el cuadrángulo, los pasillos con sus columnas,
así como el ir y venir de los estudiantes, dejaron vivencias que han debido alimentar futuros anhelos. No es difícil imaginar que el recuerdo de esos días anidaba en su corazón cuando años más tarde inauguraba colegios de la institución universitaria que habría de fundar en el 1949 y dirigir hasta el año 1974.
El magisterio orientó la vocación de Ana una vez graduada de la universidad. La vida de trabajo la llevó a una escuela de San Juan. Un día de aquellos el salón de clases activó en ella la ilusión de “fundar una escuela”. Recordando a sus antiguos profesores, se propuso buscar la opinión de ellos. El instinto y la inspiración se dieron cita ese día en su determinación. Sus pasos conocían el camino.
A través de Santurce se cruzaba el Puente de Martín Peña. Hato Rey continuaba expandiéndose hacia la Avenida Franklin D. Roosevelt y de ahí a los predios del recinto de Río Piedras de la Universidad, la distancia se acortaba. Lo que no imaginó
Ana en aquellas primeras reuniones con los que más adelante se convertirían en sus socios, es que aquellas calles serían la ruta al colegio que habrían de fundar. En el devenir del tiempo, como el instinto le dictó, tendría lugar la escuela soñada primero, la Puerto Rico High School of Commerce en la avenida de Diego de Rio Piedras.
En el 1941, a los 33 años resaltaba el arrojo con que Ana había encaminado su vocación de educar. La admiración a los profesores universitarios se hizo fuerza interna para convencerles y lograr el apoyo
necesario. Entraron en sociedad y la empresa escolar se convirtió en largo camino. Ocho años después de aquellos comienzos y trayectoria educativa, se inauguraría el proyecto universitario. A la hora de lanzarse a la nueva empresa, Alfredo Muñiz Souffront y Florencio Pagán Cruz conocían ya de primera mano la disposición al trabajo de su socia. Poseía sentido de paso a paso con seguridad al porvenir. La época brindaba oportunidades en pro de la educación.
Por aquellos días se hablaba de dar forma a la idea de unir Rio Piedras a San Juan. El debate público de los años cuarenta, sería antesala a lo que habría de suceder más adelante en el tiempo. En el 1950 por medio de un proyecto de ley se legislaba para poner fecha a un referéndum que decidiría la unión de uno y otro municipio. La elección en cuestión tendría lugar en junio del 1951, en la misma fecha en que también se aprobaría la creación del Estado Libre Asociado. En el Río Piedras de entonces, existían mil setecientos cincuenta y nueve prósperos establecimientos comerciales.
Se entrelazaba el quehacer educativo con eventos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La modernidad era la agenda de gobierno. Legislación relacionada a la estructura de gobierno y a la educación se impulsaba. Bajo la gobernación de Jesús T. Piñero, primer gobernador puertorriqueño nombrado por el presidente Harry S. Truman, se aprobaba la ley de gobernador electo. Era el momento previo a la aprobación de la ley de gobernador electo. La nueva legislación viabilizaría la elección del primer gobernador puertorriqueño electo por el pueblo: Luis Muñoz Marín.
Ya en el 1948 la educadora Ana G. Méndez, había tenido oportunidad de trasladarse a Nueva York para hacer estudios de maestría en Educación. Mientras, los tres socios dilucidaban la visión educativa de sus proyectos. “Una universidad distinta”, sería en el 1949 la propuesta. Era el tiempo perfecto para definir el curso de acción. El gobernador Jesús T. Piñero, una vez pasado
su tiempo en gestiones de gobierno, se convirtió en el primer presidente de la Junta de Síndicos del recién fundado Puerto Rico Junior College. La nueva institución resaltaba sus logros, la gesta y el compromiso de los socios que se fortalecía al vincular la High School of Commerce con el Junior College.
Todo avanzaba con el viento de los tiempos a favor.
Promisora. La década del cincuenta hablaba de modernidad, industrias, urbanizaciones y desarrollo de la educación. En la dimensión política se materializaba la Operación Manos a la Obra y la creación del Estado Libre Asociado, lo que abonaba los sueños de los fundadores. El pueblo redactaba su propia constitución, mientras el Puerto Rico Junior College se anunciaba. El mundo de la publicidad crecía según avanzaba el desarrollo económico. La institución era un colegio de la comunidad que ofrecía en su currículo oportunidad para estudiar Educación y Administración Comercial. Directores, facultad y síndicos se afanaban. Había que cumplir con los requisitos del Consejo Superior de Educación y más adelante con los de la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools para las acreditaciones. Mentes y acción comprometida era la orden del día.
Las fotografías de esos primeros años evidencian la capacidad institucional que maduraba. El desarrollo del colegio requería arduo trabajo. El currículo, además de incluir la educación comercial, incluía artes liberales y educación cultural. En el contexto de la década, educadores y profesionales puertorriqueños se relacionaban con países hispanoamericanos. Participaban de iniciativas en pro de la educación en América. Algunos participaban de la Comisión de la Educadores de la Organización de las Naciones Unidas.
Ana G. Méndez ejercía cabalmente su compromiso. Aunque no fue la primera
directora del Puerto Rico Junior College, posición que ocupó Alfredo Muñiz Souffrontt, la dedicación al trabajo la distinguía. Más de uno lo reconocería. El esfuerzo requerido a los fines de hacer crecer la matrícula era inmenso. De ello dependía fortalecer las posibilidades de acreditación.
Pero no hay camino sin espinas. En medio del fragor de las gestiones, en el cuarto año de labores sucedería lo imprevisto. La muerte sorpresiva del socio fundador y director Alfredo Muñiz Souffrontt y casi simultáneamente la del director de la Junta de Síndicos, Jesús T. Piñero cambiaba dramáticamente el orden de los trabajos. Se alteraba la agenda. Ana era la llamada a tomar las riendas de la dirección. Tenía que responder, asumir más responsabilidades, dar el frente. En medio de ello, se recibió el primer informe del Consejo Superior de Enseñanza, el que resultó devastador. La institución no cumplía con lo necesario para la acreditación. La negativa también tenía que ver con la oposición del rector de la Universidad de Puerto Rico, Jaime Benítez, lo que hacía el camino aún más cuesta arriba. Algunos otros miembros del Consejo Superior de Enseñanza no veían con buenos ojos que una mujer encabezara la dirección del Puerto Rico Junior College.
El asunto de la falta de cumplimiento de los requisitos se complicaba pues la matrícula estudiantil mermaba. El grado de confusión en torno al rumbo de la institución se complicó todavía más, cuando algunos atribuyeron a la juventud e inexperiencia de la fundadora y directora la causa de la incapacidad de la institución. Liderar una
escuela de taquigrafía y maquinilla debía ser la opción para ella, ponderaban unos y otros.
Ante los cuestionamientos que producía la inestabilidad del momento, la voz determinada de Ana G. Méndez se dejó escuchar cuando respondió “…esto es mío… tengo tanta fe en lo que estoy haciendo, que puedo poner un hombre ahí, pero tengo que quedarme detrás de él para que haga las cosas”. Las tensiones que surgían de la discusión pública le sirvieron al momento de suprema definición de su liderato. Estaba dispuesta a luchar hasta el fin.
Desde los días en que proyectaban la nueva institución, los tres socios fundadores tuvieron oportunidad de informarse sobre el funcionamiento y la administración de colegios similares de Estados Unidos; lo que servía de ejemplo en la toma de decisiones. Igual la Junta de Síndicos mantenía relaciones con directivos de agencias acreditadoras. Estas últimas se mostraron dispuestas a colaborar. Fue así como se logró el apoyo de experimentadas mujeres profesionales. En aquel marco de referencias lo decisivo vino a ser la contratación de la doctora Katherine Rogers Adams, quien había ejercido como Decana académica en el Endicott Junior College en Beverly, Massachusetts. Se trataba de una institución académica privada que había abierto sus puertas en el 1939 y operaba exitosamente. Dedicada a la educación de mujeres, ofrecía grados que se completaban en dos años. La misión era educar mujeres independientes y mejor posicionadas para el mundo del trabajo. En tan solo dos años de operación, en el 1941 Endicott había
logrado graduar su primera clase, luego dos años más tarde, en el 1944 la acreditación para otorgar grados asociados. Posterior a ello, para el año 1952, había recibido la acreditación del Consejo de Educación de Nueva Inglaterra.
La nueva y experta Decana Académica traía la experiencia necesaria para lograr la certificación del Colegio. Graduada de Wellesley College y de la Universidad de Cornell, su pericia redefinió la institución. Los miembros de la Junta de síndicos seguirían sus recomendaciones. Trabajó con total y fiel dedicación al Puerto Rico Junior College por un periodo de siete años.
La acreditación por parte del Consejo Superior de Enseñanza se otorgó al Puerto Rico Junior College de manera retroactiva al año 1956-1957, en el 1958. Ana G. Méndez había ganado la batalla más importante. En el acto de graduación de ese mismo año académico, al dirigirse a los asistentes se refirió a la institución como una “…que se había hecho como el hierro en la fragua… dónde su facultad y empleados nunca se detuvieron a mirar atrás sino por el contrario, hacia adelante”.
“Se trata de una historia que servirá de estímulo a los estudiantes, para que luchen, para que no se detengan”, concluyó.
Fue en aquellos días que Florencio Pagán Cruz optó por retirarse del día a día del Colegio. Pasó a formar parte de la Junta de Síndicos. Su dedicación al Derecho y a la Educación le había hecho parte del capítulo de Puerto Rico de las Naciones Unidas. Ya
para entonces, la Fundadora dirigía con ambición y seguridad el timón de la empresa. Mantenía el optimismo y visión de futuro original de los tres fundadores. La estructura interna de la institución se asemejaba a la de quinientos colegios universitarios en Estados Unidos. Doscientos sesenta eran de carácter privado y los restantes eran públicos. En el año 1957 todo se encontraba encaminado y la compra de cinco cuerdas en el barrio el Cinco en Cupey, habría de ser el lugar donde construir en grande una nueva sede universitaria.
En noviembre del año 1959, se inauguraría el Puerto Rico Junior College de Cupey. La institución crecía con un plan de extensión que visualizaba en dos décadas el Colegio Metropolitano. Pero aquel año se celebraba la construcción del edificio de administración y ciencias en homenaje a los fenecidos hermanos Alfredo Muñiz Souffront, cofundador y a Luis Muñiz Souffront, quien había fungido como primer decano de estudiantes. Y luego, el edificio Jesús T. Piñero. La historia y crecimiento reconocía en sus edificios los nombres de fundadores y del primer director de la Junta de Síndicos. Con el tiempo el campus de Cupey sería más grande y muy cercano al Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, el que se inauguraba ese año. Como si el río Piedras acercara y separara una y otra institución, los terrenos parecían vincular una historia en común: la de la educación universitaria.
Para Ana G, Méndez, la presidenta de la institución que avanzaba, el evento del 1959; “selló un anhelo más de nuevas realidades.”
Progresar… “enseñar al hombre a mejorarse en la lucha del cotidiano vivir”. La cita responde a la visión educativa de Ana G, Méndez que resume conciencia de hacer por los otros. Sentir que abarcaba el bienestar de la comunidad, abordar preocupaciones sociales, aportar a instituciones cívicas y profesionales también fue su norte. La agenda trascendió lo universitario. Complementó el quehacer académico colaborando con otras organizaciones.
Largas jornadas de trabajo y actividades de los colegios definieron los años sesenta y setenta. En las tardes, al terminar los trabajos del día, regresaba a su casa conduciendo su automóvil. Una vez compartía la hora de comer junto a la familia, aprovechaba la tranquilidad de la noche para asuntos pendientes. Muchas veces trabajaba hasta la madrugada.
Maduraba el desarrollo de la institución. Cada colegio se planificaba con visión de expansión a corto y largo plazo. Nuevas corrientes educativas del gobierno estatal y federal operaban. Desde el 1965 se adiestraban maestros de grados primarios, por contrato con el Departamento de Instrucción Pública. Se adaptaba el currículo a las realidades inmediatas: carreras vocacionales, programas especiales y oportunidades para adultos.
Todo incidía y resaltaba su liderato cívico desde el 1964, cuando formó parte de la Junta de Directores de la Eastern Airlines. El hecho se distinguió dada la particularidad de ser hasta entonces, la única mujer en ocupar
dicha posición. Su demostrada capacidad de trabajo también la llevó a presidir en el 1965, el capítulo de Puerto Rico del Business and Professional Women’s Club. Desde el 1963 se había dado a conocer como la primera mujer en dirigir el capítulo de Puerto Rico de la Cruz Roja Americana. Le llenaba de orgullo la constante labor de servicio. Cuando en el 1964 la comunidad de frailes Dominicos radicada en la isla se propuso establecer un centro de educación superior, convocó su colaboración y contó con su decidido apoyo.
En el 1967, la necesidad de atender una matrícula que cada vez aumentaba, la llevó a buscar nuevos espacios. Andando caminos, se fue por la carretera de Caguas hasta encontrar un lugar soñado. Una antigua hacienda azucarera de ochenta y siete cuerdas pertenecientes al valle del Turabo y lo alto de la ribera del río Grande de Loíza en Gurabo, habría de convertirse en colegio universitario. Caguas era entonces lugar de gran crecimiento urbano. La compra de las tierras se hizo inminente y ya en el año 1968, el Puerto Rico Junior College recibía fondos federales para el plan maestro de un nuevo recinto en Gurabo. Fue en dichas circunstancias que se creó la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Esta sería el instrumento que haría posible ofrecer nuevos programas de bachillerato y estudios post graduados. Con ello también se perpetuaba el nombre de la Fundadora. En el 1972, el Junior College de Gurabo, cambiaba de nombre y concepto para convertirse en el Colegio Universitario del Turabo y eventualmente en la Universidad del Turabo. En la definición de esto, la colaboración del arqueólogo,
historiador y voz de la cultura puertorriqueña, Ricardo Alegría, fue determinante. La universidad se hacía de los mejores talentos académicos y culturales.
El desarrollo de San Juan comenzaba a presentar problemas de desparrame urbano. La Junta de Planificación del gobierno anunciaba preocupación. Se producían planes reguladores. Se hablaba de escasez de terrenos urbanizables. Se advertía de lo peligroso de la situación para el área metropolitana. La población crecía desmedidamente. El ochenta por ciento del área metropolitana estaría urbanizado para el 1985, era el pronóstico.
El mundo universitario se multiplicaba. Los fondos federales destinados a la educación se reflejaron en los currículos y nuevos programas de estudio. En el 1970 se expandió la Universidad de Puerto Rico. Además del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez, se establecieron los colegios regionales. En cuanto a los colegios de Ana G. Méndez, estos también se fueron transformando. El Puerto Rico Junior College de Cupey se convirtió en el Colegio Universitario Metropolitano, y luego en la Universidad Metropolitana.
Al retirarse como presidenta de la universidad en el 1974, el socio fundador Florencio Pagán Cruz expresaría: “He de reconocer que, durante nuestra colaboración para levantar los colegios, Muñiz y yo flaqueamos muchas veces ante tanto y tan grandes contrariedades, pero Ana siguió siempre hacia adelante sin pestañear”.
“Avancen, pero no olviden la historia”. El mensaje en la pared da la sensación de advertencia. Las palabras escritas y la inmensa imagen del rostro afable invitan al que hace su entrada a la biblioteca del recinto de Cupey. La fuerza del pensamiento imanta el lugar. Síntesis de una lección magistral de la historia como acción colectiva y legado de lo que se ha hecho, se reconoce y se tiene. Sentido de vida y causa universitaria. Paulatinamente, planificando, construyendo la geografía académica, ampliando el camino…cruzando horizontes.
Anunció su retiro en el 1972 y presentó la renuncia como presidenta de la universidad en el 1974. Semanas más adelante, su hijo José (Pepe) Méndez pasó a ocupar la posición de mando. En la carta que dirige a la Junta de directores se refiere al paso de los años. Explica y resume que ha creado la universidad…un “trasatlántico”. A saber, que travesía por los mares de la memoria ha dado tal sentido a su trayectoria. Pero la creación, sostiene, pertenece a su tiempo y su entrega.
En 1974 Ana G. Méndez, aunque retirada permaneció como asesora de la Junta de directores de la Fundación Educativa.
El día 30 de mayo del año 1975, recibió a manera de homenaje en los actos de graduación de la Universidad Católica de Puerto Rico en la ciudad de Ponce, un doctorado Honoris Causa.
El gesto hacia su persona significaba para
ella un tributo a la mujer puertorriqueña en el “Año Internacional de la Mujer”.
La ocasión le brindó la oportunidad de dirigirse a los graduandos. En el discurso que escribió para ese día, se refirió al Año Internacional de la Mujer. La Organización de las Naciones Unidas había nombrado el 1975 así: Año Internacional de la Mujer. Se celebraría en México la primera conferencia mundial de la mujer ese verano. En su mensaje ofreció un panorama de los periodos culminantes en el progreso social y cultural de las mujeres de América y de Puerto Rico. Haciendo un recuento del movimiento feminista, se refirió a este como un tipo de cruzada “simbólica”. Las mujeres luchaban por derecho al sufragio y admisión en trabajos y profesiones de los hombres con igual compensación y libertades. En aras de lograr los derechos, exigieron acceso a las instituciones universitarias. En el devenir del movimiento feminista, las mujeres, “quisieron continuar estudios universitarios motivados por un natural deseo y capacidad de superación, por insatisfacción al cabo de años de matrimonio, casa y labores de cuido...las más por encontrarse carentes de identidad personal o deseosas de creárselas”. Habló de igualdad y de género a una audiencia tanto de mujeres como de hombres.
En el siglo XX, el discurso resumía para unas y otros, el paso de la historia y las ideas. Trazando la ruta de la mujer, proyectaba el sentido de la universidad.
…se sumaron los esfuerzos de las mujeres emancipadas y de clases trabajadoras con
las aspiraciones de las graduadas para ser admitidas a estudios universitarios.
… verdad que esos pasos de avance se conquistaron con esfuerzo y provocaron temores y represalias: de los hombres, que se veían desplazados en el mercado de empleos; y de otras mujeres cuyas aspiraciones eran exclusivamente hogareñas. La feminidad no implica debilidad sino diferencia, exijan que los hombres respeten esa diferencia.
…la liberación femenina que se impone a principios del presente siglo y que afectó a la mujer puertorriqueña me permite hoy, como mujer hoy, como mujer liberada -desde hace muchos años- llevar mi concepto de la Universidad en su sentido actual y futuras responsabilidades.
…como depositarias de la cultura occidental, las universidades han preservado, transmitido e interpretado la gran cadena del saber. En los niveles más altos de un mundo de instrucción se convierte en Casas de Estudio, donde se buscan y analizan los documentos del pasado y se propicia ambiente para la investigación y creatividad del presente. Donde se enseña a aprender para desarrollar y adiestrar las mentalidades que en el futuro podrán estudiar, mientras vivan sus poseedores, el cúmulo creciente de conocimientos, experiencias y técnicas que expanden la cultura contemporánea.
…en las universidades habrá oportunidad de crecimiento intelectual, ético y estético. Se estimulará la formación de valores morales, se aceptarán las innovaciones y se tolerarán las ideas y convicciones personales, se motivará la creación original en diversos campos.
Ana G. Méndez fue moderadora del panel “La mujer y su rol en la comunidad”, auspiciado por la Federación de Mujeres Profesionales de Negocios.
Definiendo su identidad de mujer a la luz de los principios y derechos universales, se reiteró en el valor de la historia y la creatividad. Y afirmó la médula del carácter humanístico del quehacer universitario.
Más adelante, ese mismo año 1975, por invitación del historiador y presidente de la Universidad de Puerto Rico, Arturo Morales Carrión, participó en la creación de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades y formó parte de su primera Junta de directores. Organizaciones como el National Council of La Raza, el Vaticano, la
Legión Americana y el Club de Leones, igual premiaron sus ejecutorias. Cuando todo parecía ser suficiente, la creación de un club de lectura y de colecciones de libros para los estudiantes, tambien la inspiró.
Después de su retiro, Ana G. Méndez continuó afirmando su compromiso cívico y humanista. En cada una de sus acciones reafirmaba la visión original de los fundadores: “por nuestra cultura somos grandes”. Aires de cambio social y político, nuevas corrientes culturales, protestas y movimientos estudiantiles permeaban el ambiente universitario. Los foros humanísticos, colaboraciones y distintos programas de estudio encauzaban nuevos pensamientos y disciplinas. En esos años los colegios del Puerto Rico Junior College y la Fundación Educativa Ana G. Méndez se diversificaron, y echaron raíces en la geografía histórica puertorriqueña. El Junior College de Rio Piedras terminaría convirtiéndose en la Universidad del Este en Carolina. El primer lustro bajo la presidencia de José (Pepe) Méndez siguió lo planificado. La lograda expansión de los colegios en los años ochenta y noventa le brindó oportunidades a la fundadora de reconocer ante la comunidad, el “magnífico” trabajo de su hijo a través del tiempo. Siempre se mostró comprometida con todo acontecer, hasta que falleció en el año 1997.
En el 2019 la Universidad Metropolitana, la Universidad del Turabo y la Universidad del Este se fusionaron, consolidando su identidad al nombrar e integrar los recintos como uno solo: la Universidad Ana G. Méndez. Lo tangible cruza
los pasillos de lo intangible en la historia de siete décadas y un lustro de conocimiento y trabajo.
Universidad con nombre propio…
Los estudios universitarios son camino que ayuda a conocer saberes y capacidades. Conocer y conocernos es puente a la contribución que haremos a la sociedad a la cual pertenecemos, así como a cualquier otra a la que nos integremos. El “trasatlántico” debe servir siempre al mar de posibilidades.
Nombrar la universidad…pensar sus propósitos institucionales a la luz de una historia de vida es humanizarla, porque todos somos Ana caminando … estudiando y avanzando por tiempos complejos…
-Somos como tú, nada nos detiene. - En las efemérides de estos 75 años, la estadística recopilada a través de los tiempos dice que son más las mujeres que completan sus estudios, se gradúan y van en pos de otros hitos y logros.
¡Valga lo que podamos aprender de la lección de poder que ella nos deja!
Doña Ana G. Méndez, Mujer del Año 1966.
https://tinyurl.com/e5y64muz
Grabación del discurso pronunciado por Doña Ana G. Méndez en mayo 1975
Como parte de la edición especial de la revista Cruce en honor al 75 aniversario del Sistema Universitario Ana G. Méndez se presenta una grabación del poderoso y emotivo discurso que Doña Ana G. Méndez realizó en el 1975 en la Universidad
Católica de Puerto Rico en Ponce. Esta grabación fue creada por Bryan Suárez e integra las voces de estudiantes, egresadas, asociadas y profesoras de la UAGM, Recinto de Cupey en el presente.
Angelys N. Santiago López
Fabiola Trigo Domenech
Mayra Nieves Agosto
Lauren Fernández
Yernie G. Morales Monell
Chaire Clarais Galiany Vega
Zulady Baez Chévere
Isis Mercado
Itzel Sánchez Ruíz
Vilma W. Ortíz
María E. Torres
Sugelenia Cotto
Brenda L. Guzmán Barbosa
Zuleika Ayala Lacén
Ileana De Jesús
Carmen Iris De Jesús
C. Rebeca Navarro
Roxanna Domenech
Sylvia Domenech
María Miguel Manzano
Mirelys Rodríguez García
Karen González Charneco
Dorelis Torres Collazo
Rose Menéndez
Diamilet Santiago Suazo
“Ampliando sus inquietudes alertando sus ideas, relacionará sus nuevas experiencias con perspectivas del … comprenderá y encontrará belleza de otros hombres buscar sitio a sus deseos”.
-Doña Ana G. Méndez
diferentes hoy y del ayer; mejor el mundo belleza en las luchas
hombres
y mujeres por convicciones y
Canción: Ana, tu sueño se hizo realidad
Carmen Inés Rivera Rodríguez y José Manuel Villegas Rivera Músicos independientes
De niña tu solías jugar, a ser maestra, a educar. Ana, Ana.
Tu sueño se hizo realidad; fundaste una Universidad. Mujer puertorriqueña con visión, tu misión fue la educación.
Tu norte siempre fue ayudar a los que necesitan más; de puerta en puerta fuiste a buscar a jóvenes, para estudiar. Y a hombres y mujeres pudiste encaminar. Ana, Ana.
Ejemplo de superación, empeño y laboriosidad. Tu sueño se hizo realidad; fundaste una Universidad. Tu presencia, tu legado, permanecen aquí.
¡Gracias, Ana!
Tu sueño hiciste realidad.
Letra y melodía por: Carmen Inés Rivera Rodríguez (febrero de 2019). Arreglo musical por: José Manuel Villegas Rivera (febrero de 2019)
Doña Ana G. Méndez con el Dr. Berrios. Graduación. Doña Ana G. Méndez, Dr. José
José “Pepe” Méndez y otros.
Doña Ana G. Méndez; graduación
Medalla presidencial.
Fotos:
1- Dr. José “Pepe” Méndez.
2- Graduación. Doña Ana G. Méndez, Dr. José “Pepe” Méndez y otros.
3- Foto promocional del recinto UAGM Cupey.
4- Foto promocional del recinto UAGM Cupey.
Fotos: 1Universidad Metropolitana, Cupey. 2Foto promocional de estudiantes de enfermería. 3Edificio Jesús T. Piñero 4Universidad del Turabo.
5Estudiante en actividad cultural.
Fotos:
1- Doña Ana G. Méndez.
2- Foto de estudiante atleta.
3- Foto promocional del Canal 40.
4- Foto promocional del Canal 40.
3 y 4
“…todo
empeño educativo prepara consciente o inconscientemente para la el escolar, el joven universitario o el adulto interesado estudian para mejorar su mañana.”
vida; adulto mañana.”
-Doña Ana G. Méndez
Ana G. Méndez: Bibliografía relacionada
Dra.
Universidad
Melva L. Rivera Caraballo
Ana G. Méndez, Recinto de Gurabo
En este artículo se reseñan las publicaciones más significativas en las que se destaca la figura de Doña Ana G. Méndez como líder y pionera en el sistema educativo de Puerto Rico.
Guinduláin, A. (1974). Ana G. Méndez. Editorial Voscos.
En 1974 se publica la primera biografía de Ana G. Méndez. En la presentación de su texto, “Antonia de Guindulain, se honra con ser la biógrafa de Doña Ana González de Méndez, con el beneplácito de ella.” (p.15). La autora española, quien recibió varios premios por su carrera literaria, se destacó como escritora de guiones, y por ejercer la profesión de la medicina estética femenina. Viviendo en Puerto Rico se hacen amigas y a través de este libro da a conocer la extraordinaria obra de la educadora. Desde una perspectiva íntima, la autora narra con detalles los orígenes humildes de su entorno familiar, su matrimonio e hijos, sus estudios universitarios, la búsqueda de su vocación, sus inicios como directora del “Puerto Rico High School of Commerce” y su incansable determinación hasta lograr el desarrollo de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Esta memoria está documentada con una gran cantidad de fotografías en blanco y negro. Fue entregada como ejemplar de cortesía en el aniversario de plata del Puerto Rico Junior College el 11 de mayo de 1974 coincidiendo así con el anuncio formal de su retiro (Figuras 2 y 3).
Figura 2 Tarjeta de cortesía incluida con la biografía de Ana G. Méndez
Bover, L. G. (1975). Vivencias históricas: Primeros veinticinco años del Puerto Rico Junior College. Editorial Vosgos.
Vivencias históricas: primeros veinticinco años del Puerto Rico Junior College fue escrito por Laura G. Bover, quien desempeñó diversos cargos administrativos y docentes desde los inicios del colegio. Desde una perspectiva histórica, Bover narra en este libro los sucesos más significativos: desde el surgimiento de la idea en 1949 por parte de sus tres fundadores, Doña Ana G. Méndez, Don Alfredo Muniz Souffront y Don Florencio Pagán Cruz; los inicios y los procesos de acreditación académica entre 1950-59; el desarrollo institucional a partir del 1959 hasta la graduación de 1974. Este texto es considerado “una crónica del primer cuarto de siglo del Puerto Rico Junior College” [p. 7]. Incluye fotografías en blanco y negro que documentan las vivencias y las diversas estructuras que componen las instituciones. Se publicó en 1975 en conmemoración del 25 aniversario y es de lectura complementaria a la biografía de Doña Ana G. Mendez.
Figura 3 Cubierta y página titular de Vivencias históricas: primeros veinticinco años del Puerto Rico Junior College.
Rodríguez Carmona, A. (1988). “10 ejemplos puertorriqueños”. Editorial Medicus.
En este libro publicado por Antonio Rodríguez Carmona, se reseñan 10 biografías destacándolos como puertorriqueños ejemplares. En la semblanza que tituló Ana G. Méndez: el sueño de una muchacha, el autor presenta la historia personal e íntima desde la experiencia de la educadora. Nos cuenta de su infancia con su humilde familia, un matrimonio condicionado a la continuidad de sus estudios, su rol de madre y esposa, sus sueños, luchas, triunfos y fracasos hasta lograr la Fundación Educativa Ana G. Méndez. El autor destaca en una nota final el hacerle justicia a la labor única de una mujer ejemplar, mediante el auspicio de un acto de reconocimiento del pueblo y autoridades, a los 40 años de inicio de los cursos en el Puerto Rico Junior College.
Figura 4 Foto del libro en la estantería de la Librería & Editorial Pulpo
Baralt, G. A., & Sistema Universitario Ana G. Méndez. (2004). Recuerdos del porvenir: Historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Sistema Universitario Ana. G. Méndez.
El Dr. Guillermo A. Baralt es un historiador puertorriqueño que escribió por encomienda de la familia Méndez, Recuerdos del Porvenir: Historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez.
Se publicó en 2004 en conmemoración de 55 años de la fundación. En este libro se narra la historia de la transformación del Puerto Rico Junior College en el Sistema Universitario Ana G. Méndez, cubriendo el periodo de 1949 al 1999. Los primeros cuatro capítulos de este libro narran acerca de la trayectoria de Doña
Ana G. Méndez incluyendo una breve biografía y su gesta educativa hasta su retiro en 1974.
Los capítulos subsecuentes describen la continuidad de la obra por parte de su hijo y segundo presidente, el Dr. José F. Méndez.
En su segundo tomo, publicado en 2011, Baralt, abarca los logros alcanzados con la internacionalización del Sistema Universitario Ana G. Méndez en el periodo que comprende los años 2000 hasta 2010, donde se narra las historias de las instituciones que la componen hasta la inauguración del tercer Centro Universitario en la Florida. Considerado por su autor como una historia en construcción.
Figura 5 Cubiertas de los volúmenes I y II de Recuerdos del porvenir. Imagen recuperada de Bonanza.com
Sánchez Sánchez, Z. (2020) Ana G. Méndez: Pionera en el cambio educativo 1941-1974. Publicaciones Gaviota.
El libro publicado por Zoedymarie Sánchez, surge como resultado de su investigación para la obtención del grado doctoral en el Centro de Estudios Avanzados y del Caribe. En el mismo se estudia la figura de Doña Ana G. Méndez desde la perspectiva de la mujer que trascendió en la historia educativa de la sociedad puertorriqueña con un proyecto de vida de gran envergadura. La autora ubica a la educadora en su niñez, su juventud y adultez, sus sueños, sus batallas en favor de los menos privilegiados y sus triunfos contemplando su evolución dentro del contexto histórico de sus logros públicos. Con la publicación de su investigación, la Dra. Sánchez reconoce la extraordinaria labor de dona Ana G. Méndez, quien, a más de 110 años de su natalicio, continúa su legado como modelo de inspiración para las generaciones venideras.
Figura 6 Cubierta de la investigación convertida en libro dinaria. Imagen recuperada de https://autografo.tv/ana-g-mendez/
Autógrafo: Seres ordinarios con vidas extraordinarias. Zamora, F. J. and People Televisión (Directors). (2009). [Video/DVD] San Juan, P.R: People Television.
Parte de la serie en video de la grabación de Ana G. Méndez en el que se presenta a la educadora como una de las pioneras del sistema universitario privado en Puerto Rico que continúan beneficiando a miles de puertorriqueños.
“Gracias por haberme
haberme permitido servirles.”
-Doña Ana G. Méndez
Reseña: Carta de Doña Ana G. Méndez al presentar su retiro como presidenta de la Fundación Ana G. Méndez
Dra. Balbina J. Rojas Sánchez
Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
El 11 de mayo de 1974, Ana G. Méndez por motivo de su retiro como presidenta de la Fundación Educativa que lleva su nombre, prepara una emotiva carta dirigida a la comunidad académica. En esta carta calificada como preciosa por sus hijos Grecia y José en el video de Autógrafo (2009), hace una reflexión sobre sus 33 años de dedicación a la educación en Puerto Rico. Este hecho representa el cierre de una etapa personal y profesional para ella y un momento histórico en el desarrollo de sus instituciones.
La carta representa el don de desprendimiento de su tan querido proyecto de vida para dar paso a nuevos rumbos, horizontes y denominado por ella misma nuevas aventuras educativas en las manos de otros. Es consciente de que el proyecto es algo grande y lo denomina el transatlántico cediendo la dirección a su hijo José F. Méndez.
El memorando destaca la importancia de la comunidad educativa, reconociendo las contribuciones de colegas y estudiantes a quienes expresa su total agradecimiento. Resalta la continuidad de la labor educativa, enfatizando que, aunque su tiempo como presidenta culmina, el compromiso con la enseñanza y el servicio a la comunidad persiste. Con una mezcla de nostalgia y esperanza, menciona su transición a un nuevo rol como asesora, asegurando que su legado y filosofía educativa seguirán vigentes.
La carta no solo es un adiós, sino un llamado a la unidad y la colaboración, evocando la idea de que, a pesar de las diferencias, el propósito común de educar y servir prevalece. Ana G. Méndez deja claro que su amor por la educación y su fe en el futuro de Puerto Rico permanecerán inquebrantables, invitando a todos a continuar con la misión de mejorar la educación en la Isla. Su mensaje transmite un profundo agradecimiento y fe en Dios, reconociendo el impacto que cada individuo ha tenido en su vida y en la comunidad educativa.
Referencias:
Autógrafo. (Director). (2009). Ana G. Méndez [Película]. Sistema Universitario Ana G. Méndez; People Television.
Méndez, A. G. (1974, mayo 11). Memorando. Fundación Educativa Ana G. Méndez.
. . . . . . . . . .
“Mis estudiantes representaron y hoy representan
representaron … LA FE
MI ESPERANZA”
-Doña Ana G. Méndez
Mapa Universidad Metropolitana.
Fundadores 1941. Doña Ana G. Méndez., Alfredo Muñíz Souffront y Florencio Pagán Cruz.
Doña Ana G. Méndez.
1941. La directora Doña Ana G. Méndez. en el Puerto Rico High School Commerce.
Doña Ana G. Méndez. y su amiga y consejera Dra. Rogers Adams.
Ramón F. Calderón, Agustín Benítes y Doña Ana G. Méndez.
Doña Ana G. Méndez. Inaguración CUT: 2 nov 1981.
Turabo 22 mayo 1973: AGM y el gobernador Rafael Hernández Colón.
Colegio Universitario del Este
de
EDICIÓN ESPECIAL DEL 75ANIVERSARIO DE LAUAGM
Foto promocional
la Universidad del Turabo, Universidad Metropolitana, Colegio del Este y el Canal 40
Fotos: 1- Doña Ana G. Méndez. 2- AGM y el Consejo de Prevención de Accidentes de Puerto Rico.
Fotos:
1- Terrenos Universidad Metropolitana, 1950.
2- Universidad Metropolitana.
3- Inauguración Edificio Finanza; Guillermo Irizarry, P. Juna Emilio y Doña Ana G. Méndez.
4- Doña Ana G. Méndez.
5- Doña Ana G. Méndez.
“…les dejo mi tesoro más preciado… Una filosofía educativa institucional, una historia y una mística…”
-Doña Ana G. Méndez
Hoy me acerco a ustedes como historiadora de Puerto Rico y el Caribe que se especializa e investiga sobre Historia de las mujeres y a quien le interesa participar de la co-construcción que se ha estado realizando a través de las actividades de esta Semana de las Humanidades 2024. Mis experiencias académicas y personales, entre ellas, ser una escritora a quien le apasionan los movimientos por la justicia socioambiental, que ve los testimonios y la autoetnografía como herramientas importantes y estrategias contestarias, y quien, además, es jefa de familia y madre de Semana de las Humanidades
Historia, mujeres y asuntos de género en Puerto Rico: afirmando otras maneras de documentarnos, pensarnos y transformarnos
Dra. Roxanna D. Domenech Cruz Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
“Ampliando sus inquietudes y alertando sus ideas, el universitario relacionará sus nuevas experiencias con diferentes perspectivas del hoy y del ayer; … Comprenderá mejor el mundo y encontrará belleza en las luchas de otros hombres y mujeres por buscar sitio a sus convicciones y deseos”. (Doña Ana G. Méndez 1975)
“… históricamente las mujeres han desarrollado múltiples estrategias de resistencia y lucha que han escapado a la visión androcentrista, de muchos investigadores e investigadoras”. (María del Carmen Baerga 1993)
tres hijes afrocaribeñes universitaries (Luna, Guillermo y Guillén), habita todo lo que hago. A través de mis ensayos, proyectos e intercambios intento aproximarme a las políticas del cuerpo y teorías de género, al ecofeminismo, a la historia oral y los procesos de testimoniar, presenciar, rememorar y encuerpar como herramientas importantes para explorar/entender el/nuestro pasado y presente para así proponer e impulsar estrategias y prácticas contestatarias (y de sanación) que surjan desde lo personal, desde la base y desde el acompañamiento colectivo.
Mis enfoques particulares giran en torno a los temas de los silencios de las vidas no documentadas de las mujeres y otros grupos con identidades de género diversas, a cuestionamientos en torno a la memoria y la preservación, al igual que a las practicas feministas, queer y afrocaribeñas críticas. Me interesa repasar con ustedes los siguientes tres puntos principales a los cuales regresaré:
1. ¿Por qué estudiar/conocer e integrar asuntos de las mujeres y de género?
2. ¿Cuáles han sido los reclamos relacionados a las mujeres y a asuntos de género (en el pasado y presente)?
3. ¿Cómo podemos atender y adelantar estos y otros reclamos reclamos ahora y de cara al futuro?
De igual forma, hoy me acerco a ustedes no solo como colega y profesora de nuestro recinto, sino como una puertorriqueña que también comparte espacios cada vez más precarios. Aun así, nos sostenemos. Mi trabajo desde la sala de clase continúa siendo mi misión de país y nuestrxs estudiantes, fuente de esperanza e inspiración. Mi exposición de hoy está entretejida precisamente por citas de mis estudiantes y de su análisis de dos lecturas que utilizamos en nuestra clase de Puerto Rico: Cultura e Historia – “¿Por qué importa la historia?” de Margarita Mergal (2013) y “¿Qué es y para qué sirve la historia?” de Gervasio García (1989). También les comparto que la comunidad de la revista Cruce me sostiene desde sus inicios en el 2010. Este proyecto digital es una red desde donde he tenido el
privilegio de ser columnista regular y más recientemente de dirigir sobre 40 ediciones1 en donde se han cruzado y propuesto otras maneras de documentarnos, mirarnos y pensarnos desde ópticas amplias y diversas. Asimismo, y como nos insta Rafael Bernabe en “Manifiesto de la esperanza sin optimismo en Puerto Rico” (2017)2, me mantengo esperanzada a pesar de los múltiples desafíos que enfrentamos en el archipiélago gracias a estas colaboraciones y otras gestas que imaginan y buscan vivir una vida justa y plena. Muchas de estas conexiones y propuestas concretas, profundas y transgresoras provienen de parte de personas, comunidades y de organizaciones de base que mencionaré: como Taller Salud, la Colectiva Feminista en Construcción, La Alianza de Mujeres Viequenses, el Colectivo Ilé y otras de las que constantemente aprendo. Otro de los espacios de acompañamiento y crecimiento académico, político y personal es la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las Mujeres a la cual pertenezco desde sus inicios. Presento trabajos de investigación en sus coloquios anuales en la UPR, Utuado. He publicado muchos de estos y otros trabajos en journals, revistas, periódicos y libros. Interesantemente mis textos autoetnográficos han sido los más leídos y los que han causado mayor impacto3 a través de los años tal vez porque es donde encuerpo (y se encuerpan) experiencias coloniales, sexistas, paternalistas y racistas
1 Revista Cruce https://issuu.com/revistacruce
2 Para leer el ensayo de Bernabe publicado en el 2017 en su totalidad: https://www.80grados.net/manifiesto-de-la-esperanza-sin-optimismo-en-puerto-rico/
3 Para una lista de más de una decena de mis ensayos personales que forman parte de la revista Cruce entre el 2011-2017: https:// revistacruce.com/index.php/taxonomy/term/326
de maneras cotidianas y concretas. Es desde esos escritos que como nos dicen Arianna Nisa-Waller y Gemma Piercy que enfrento (y se enfrentan) los sistemas hegemónicos y que exploro y expreso otras maneras de vivir y de aspirar a otros futuros.4
Un ejemplo de esto es mi ensayo personal titulado “Desenredando asuntos de raza y género: sobre los estándares de belleza para las mujeres y las niñas negras en Puerto Rico”5. Este ha sido citado y compartido desde el momento de su publicación en el 2014. Recientemente formó parte de una de las ponencias que se presentó frente al Senado de Puerto Rico a favor del Proyecto de Ley 1282 (enero 2024)6 que este verano se convirtió en la Ley 106 “Ley contra el discrimen por razón de estilos de cabello”. También es uno de los ensayos personales que sometí como parte del manuscrito solicitado para el premio y beca Letras Boricua de la Fundación Flamboyán y el Mellon Foundation7 que recibí hace unas semanas. Además de ser un gran honor, es un reconocimiento de la importancia de narrarnos desde lo personal que también es político. Les comparto algunos fragmentos publicados en el 2014:
4 “Autoethnographic practices help … hold hegemonic systems to account, explore strengths-based solutions and express aspirations for the future” cita de Arianna Nisa-Waller y Gemma Piercy en Autoethnography as a decolonosing tool and bringing identity into the classroom”.
5 Para leer el ensayo en su totalidad consulte el siguiente enlace: https://www.revistacruce.com/index.php/node/1604
6 Para escuchar las ponencias presentadas en el Senado de Puerto Rico en enero 2024 pueden acceder a la siguiente grabación https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=784336476851725 Para escuchar la ponencia de Luna Smith Domenech en el panel junto la Dra. Mayra Santos Febres y el artivista de Taller Salud Welmo Romero pueden acceder al mismo video en la hora 1 minuto 30.
La noche después de que Lupita Nyong’o ganara un Oscar como mejor actriz por su actuación en 12 Years a Slave, le tuvimos que cortar el pelo a mi hija, Luna. Lupita nació en México de padres kenianos. Luna nació en Puerto Rico de madre puertorriqueña y padre santomeño. Ambas son negras. Lupita tiene 31 años, Luna tiene tan solo 11. En un discurso que Lupita dio al recibir un premio Essence de Black Women in Hollywood, aseguró que de niña se sentía fea por su color de piel, pensaba que su piel era muy oscura y todas las noches le pedía a Dios que cuando se levantara en la mañana se mirara en el espejo y se encontrara de un color más claro. En el mismo discurso compartió cómo su mamá siempre le aseguró que ella era bella. Lupita no entendió (ni internalizó) las palabras de su madre hasta que no se vio reflejada por otra mujer negra como la modelo Alek Wek en las revistas y otros medios de comunicación, al ver que otros celebraban la belleza de otra mujer joven, de tez muy oscura y de pelo corto como el de ella. …
Lo cierto es que no hay nada de sencillo y descomplicado en lo que respecta al pelo de las mujeres afrodescendientes. En la investigación titulada “Why African American Women Try to Obtain ‘Good Hair’” (2007), Whitney Bellinger
explora los motivos por los cuales el cabello de, y lo que hacen con el mismo las mujeres afroamericanas está cargado de peso político, racial y socio-económico. Según Bellinger: hair has always been an important factor in defining one’s identity (Brownmiller 1984; White 2005; Byrd and Tharps 2001; Patton 2006).
… During the 1800s, hair was an indicator of one’s slave status; today hair is a marker of beauty, economic status, power, and beliefs.
…
Una noche luego de que Lupita Nyong’o se ganara el Oscar por 12 Years a Slave, Luna vio todo su pelo caer al piso de aquella peluquería en un barrio sanjuanero. Dos estilistas negras se lo cortaron. Ninguna mencionó hacerle un recorte como el de Lupita cuando determinaron que los nudos que Luna tenía eran un problema sin solución, que había que eliminarlos. Luna lloraba, primero en silencio, luego con altos gemidos.
…. Ese día no fue a la escuela. Me acompañó inmóvil. En silencio, con los ojos aguados y la garganta apretada continué con las labores diarias. “Te ves hermosa, Luna. Te amo”, le aseguré. Pensaba en lo mucho que he estudiado sobre asuntos de género y en lo poco que me sirven esos estudios en situaciones como estas. ¿De qué vale el análisis de las mujeres en lucha cuando aún
no sé cómo ayudar a mi hija en la(s) lucha(s) que se enfrenta(rá) en una isla (afro)caribeña que se rehúsa a ser afro?
Juan de Dios Mosquero, líder del Movimiento Nacional Afrocolombiano Cimarrón sostiene que “lo que no se nombra bien, no existe dentro de contextos legislativos, administrativos, académicos y otros”. Testimoniar y el trabajo autoetnográfico critico nombra, y al nombrar contrarresta los silencios históricos, especialmente dentro de contextos coloniales, racistas y patriarcales8. Nos sirve como un acto de autoafirmación y como parte de procesos necesarios como lo son el cuestionarnos, el desaprender lo aprendido y el poder enfrentarnos a las narrativas hegemónicas impuestas al encuerpar/acuerpar otras maneras de experimentar la vida a la vez que asumimos el poder convertirnos en protagonistas de nuestras propias historias.
Por su parte, la historiadora Carmen Delgado Sahagún en su ensayo titulado “Análisis del testimonio como fuente oral: género y memoria”9 nos presenta un marco teórico conceptual desde “donde poder acceder al propio relato de las protagonistas como herramienta de construcción teórica” (p.2). A través de su trabajo exhorta a poder utilizar el testimonio como objeto de estudio” tomando en cuenta “género y memoria
8 “Lo que no se nombra, no existe” por Yamaris Sánchez Manso (25 de enero 2024) https://www.revistaetnica.com/blogs/news/ lo-que-no-se-nombra-no-existe
9 “Análisis del testimonio como fuente oral: género y memoria” por Carolina Delgado Sahagún(2006). https://shs.hal.science/file/index/docid/104016/filename/Delgado_Sahagun.pdf https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2139135
como factores que influyen a la hora de narrar experiencias” (p.3). Delgado afirma que el poder “concebir la interpretación histórica como un proceso dinámico nos lleva a trabajar con nuevas fuentes… estos tipos de fuentes, entre los que se hallan los testimonios, nos dan la posibilidad, de conocer antiguas tradiciones o costumbres de generaciones anteriores, pero sobre todo los nuevos tipos de fuentes nos acercan a aquellos sectores sociales que no fueron insertados en el acervo documental” (p. 3).
En el 1999 me casé con un santomeño radicado en San Francisco, California. Nos conocimos en plena Mission Avenue, en el barrio de los latinos. Él andaba con dos amigos, yo con una. Ellos a pie, nosotras en carro. Mientras esperábamos que cambiara el semáforo de una intersección, observamos cómo ellos trataban de parar un taxi. Cuando al fin lograron que uno se alineara a recogerlos, un hombre blanco en chaquetón y corbata atrajo la atención del taxista una cuadra más abajo. Con tambores en mano, brincaron y saltaron reclamándole al taxista por haberlos abandonado. Eran tres hombres negros cargando tres tambores africanos. Mi amiga y yo observamos todo el evento con gran indignación. Íbamos camino al cine cuando decidimos que regresaríamos a ofrecerles “pon” a aquellos muchachos. Sorprendidos de que dos extrañas le ofrecieran un “ride”, les contamos que acabábamos de ser testigos
del acto racista de aquel taxista. Los muchachos deliberaron. Era de noche, tenían mucho que caminar y un lugar en donde debían estar. Aceptaron. En el camino hablamos un poco más sobre el incidente y nos presentamos, dos de ellos eran caribeños como yo, uno haitiano y otro santomeño. Nos hicimos amigos casi de inmediato, no solo compartíamos la indignación de aquel evento indiscutiblemente racista, sino la nostalgia de un Caribe lejano. Unos meses más tarde nuestra añoranza caribeña nos trasladó desde el Pacifico hasta el Atlántico. Y desde entonces experimentamos el racismo puertorriqueño cotidiano. …
“¡Oye, parece que a ti te gustan los negros!” me han gritado en la fila del supermercado. Para algunas personas mis hijos aparentan ser un acto de rebeldía de mi parte. Para otros un atrevimiento, tal vez hasta una aberración. Me casé y parí tres hijos con un hombre negro y de las bocas de nuestros observadores diarios salen supuestos discursos de raza, sexualidad y de poder.
Estos últimos fragmentos son parte de otro de mis ensayos personales titulado “¿!Y esos nenes… de quién son?!: algunos comentarios sobre el racismo cotidiano” 10 que también ha sido leído y comentado
10 Para leer este ensayo en su totalidad pueden acceder al siguiente enlace: https://revistacruce.com/node/1226 .
ampliamente desde su publicación en el 2014. (Casualmente hace poco un colega profesor de la UAGM, Recinto de Carolina me indicó que lo utiliza en sus cursos de Ciencias Sociales hace varios años como parte de las lecturas que sus estudiantes realizan para discutir asuntos de raza y género en la sala de clase). Pienso que a través de narrativas personales como estas donde presentamos nuestras experiencias desde la cotidianidad nos ayudan no solo a (re)conocernos, sino que también a denunciar la normalización de las violencias que se reproducen en todas las esferas. Al enfrentarnos a los sistemas opresores subrayamos otras maneras de existir, de cuestionar y de construir otras vidas. Delgado también sostiene que “La vida de una persona es como una puerta que se abre hacia la comprensión y la reconstrucción del contexto en que se da” (p.4). Esta misma autora cita a Jelin (2002:35) para apuntar que “la memoria como construcción social narrativa, implica el estudio de las propiedades de quien narra, de la institución que le otorga o niega el poder y lo/a autoriza a pronunciar las palabras” (p. 4).
¿Por qué estudiar/integrar/conocer asuntos de las mujeres y de género?
El estudio de las mujeres y de las personas de poblaciones marginalizadas debe de contemplar otros espacios desde dónde nos narramos y presenciamos, al igual que otras preguntas, análisis y procesos de documentación e investigación. La antropóloga afrocubana, Aida Esther Bueno Sarduy11 (a quien admiro) sostiene que “…nos 11 “Reflexionan sobre el feminismo decolonial desde sus trincheras” por Adriana Maldonado Raimundi (24 de marzo 2023) https://lacasaeditora.org/reflexionan-sobre-el-feminis-
corresponde … desarrollar otros archivos desde donde se trabaje …, la recuperación critica de las historias de las mujeres fuera de los esquemas patriarcales que incluso se reproducen dentro de las narrativas lineales … siempre tomando en cuenta cómo los marcos occidentalistas y judeocristianos atraviesan nuestras miradas”. Margarita Mergal, filosofa, feminista, profesora puertorriqueña (y mi mentora querida) nos habla sobre esto en uno de sus ensayos que utilizo para mi curso de Historia y Cultura en Puerto Rico titulado “¿Por qué nos debe de importar la Historia?” (Revista Alborada de la UPR, Utuado, 2013)12. Aquí me detengo para presentarles un acercamiento fenomenal a la pregunta que Mergal nos lanza en su título de parte de una de mis estudiantes de este semestre13 que, además, concuerda con mis planteamientos sobre la importancia del (re)conocernos como parte de los procesos etno e historiográficos:
¿Por qué nos debe importar quiénes somos? ¿Por qué nos debe importar de dónde venimos? ¿Por qué nos debe importar la historia? La historia, nos cuenta por qué estamos donde estamos hoy día…
Nos cuenta el porqué de todo lo que hoy conocemos, y nos debe servir mo-decolonial-desde-sus-trincheras/ y “El feminismo de barracón de Aída Bueno Sarduy” por Afroéminas (24 de septiembre 2023) https://afrofeminas.com/2023/05/03/el-feminismo-debarracon-de-aida-bueno-sarduy/ 12 Alborada, Año X, Núm 1, Julio 2012- Junio 2013. https:// www.google.com/search?q=Margarita+Mergal+Alborada+2013&rlz=1C1GCEB_enPR915PR915&oq=Margarita+Mergal+Alborada+2013&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUyBggAEEUYOTIHCAEQIRigATIHCAIQIRigATIHCAMQIRigAdIBCTE2NTQzajBqMagCALACAA&sourceid=chrome&ie=UTF-8
13 El énfasis en algunos fragmentos de las citas de mis estudiantes a través de este ensayo es mío. La intención es resaltar algunos de sus planteamientos más puntuales.
como experiencia para saber que errores no debemos repetir; para saber que caminos debemos tomar y con cuales zapatos debemos caminar. Margarita Mergal… nos explica la importancia de la historia, pero en especial la no contada, porque en la mayoría de las ocasiones, hay más de una versión, y no precisamente la real, la que impacta y la que importa será la historia contada… Margarita… nos relata la importancia de la historia nuestra: la propia. Nos muestra en perspectiva las historias que hay detrás de la historia que conocemos. Esa que no está escrita en los libros y que no nos cuenta la maestra de estudios sociales en cuarto grado. A su vez, nos muestra cómo la historia, en ocasiones, deja de lado el relato de la mujer: de la que trabaja, la que cuida de sus hijos y de su hogar, de la que lucha, la que hace patria, de la que grita por sus derechos. La historia de las mujeres que hicieron cosas grandes, pero no tan grandes, porque no llevaban nombres masculinos. ¨Para eso importa conocer la historia, para eso el feminismo, para conocer lo que somos y serlo mejor…¨ (Mergal. p.24) Y es que, no podemos defendernos, querernos y exigir mejorías si antes no nos auto examinamos, si no conocemos quienes somos, de donde venimos y porque estamos aquí. Margarita Mergal nos plantea un pensamiento abrupto,
igualdad, estudio, progreso y autoconocimiento. Poco se puede hacer, sin saber por qué y para qué debemos hacerlo.
Me parece que el análisis crítico de nuestra historia (entiéndase, la historia de Puerto Rico – sin perder de vista como lo local está vinculado con lo regional y lo global) y de los documentos y estructuras que la sostienen desde nuevos acercamientos, nos ayuda a quebrantar las maneras en que miramos, estudiamos y entendemos el pasado/ presente abriendo otras formas de ver(nos), escuchar(nos), pensar(nos), entender(nos) y dirigir(nos) hacia otras posibilidades. Desde mi punto de vista y lectura, estos tipos de estudios y miradas nos sirven para crear los espacios y prácticas contestatarias necesarias para que se den quiebres y se
en cuenta las palabras de Aida Esther Bueno Sarduy quien nos recuerda que “Existen otras maneras de vivir y algunas definitivamente son un poco más felices que la occidental” (2020). Bueno Sarduy y la feminista decolonial dominicana, Yuderkys Espinosa nos urgen a no reciclar las estructuras dominantes y “conversar sobre cómo romperlas” desde la base buscando respuestas en otras historias y otras maneras de organizar comunidad y la sociedad. Dentro del contexto de historia de las mujeres, historia queer, historia oral; del feminismo preacadémico y el feminismo de barracón y decolonial se construyen, se negocean y desarrollan maneras más fluidas de ser y se expresan diferentes maneras de relacionarse y definirse en torno a las categorías de género fuera de las dicotomías y lo binario y de las relaciones patriarcales de poder.
y documentación histórica. La edición especial de la revista Cruce en colaboración con el Pato Project Foundation publicada en diciembre del 2023 titulada “El derecho a contarnos: expresiones boricuir”14 hace precisamente esto. Enmarcada dentro de la conmemoración a nivel internacional de los derechos humanos del 2023, esta edición está dedicada a la memoria y recopilación de historias cuir (queer) puertorriqueñas. Recopila textos que cuentan la(s) historia(s)
memorias boricuir” (p. 28) donde testimonia su experiencia “… por un evento insólito del que fui parte desde el 2005 hasta el 2020 en Mayagüez (Puerto Rico) y que tuvo varios nombres, no por casualidad, siendo el más reciente, Coloquio ¿Del otro lao?: debates y perspectivas sobre lo cuir”. (p. 30) Nos dice que en este ensayo articula “crónica, testimonio y memoria sin aspiración alguna a distinguirlas entre sí, aceptando con gusto sus porosidades e intercambios…” afirma “la huella de ese coloquio cuir, difícil de apalabrar y por ello perdurable mientras
se siga recordando y contando” (p.30). En esta misma edición Gary Bonilla-Latoni también presenta un texto testimonial titulado “Reflexión sobre el derecho a contarnos: la canción “Me dijeron” cumple cuarenta años” (p. 111) donde narra cómo esta composición le “afirmó la existencia” la primera vez que la escuchó, le generó esperanza de poder vivir una mejor vida (p. 119). En el 2024 el estudiante subgraduado de nuestro recinto, Milo Z. Díaz Bero también acude a hechos históricos de las experiencias identitarias no binarias en su escrito “Unity Pulse: Reconocimiento de las Identidades No Binarias” (p. 46)15 como parte del trabajo que realiza de afirmación, visibilización y educación como cofundador de la asociación estudiantil LGBTTQIA+ Unity Pulse (UP) y en sus publicaciones recurrentes en la revista estudiantil Vibras Artísticas, al igual que en Cruce.
Para imaginar y construir otros futuros tenemos que examinarnos desde diversos contextos, reflexionarnos desde el/los estudio(s) del presente/ pasado y las voces y experiencias de las comunidades, desde la historia oral y la escrita y una amplia gama de elementos complejos y dinámicos teniendo como eje las historias de la gente. También tenemos que conocer y recoger datos, analizarlos críticamente para así poder construir otras políticas y proyectos. Aquí incorporo otra cita de otrx de mis estudiantes de este semestre quien analizó el ensayo del intelectual e historiador puertorriqueño Gervasio García titulado “¿Qué es y para qué sirve la historia?”
(1989)16 y sostuvo que “Según García, un historiador también examina las múltiples representaciones de conducta (p.22) que podrían afectar una sociedad tanto en lo político como en lo económico que hará que nuestras próximas generaciones tengan los datos, las personas y experiencias atados a esos datos” (Colón, 2024). En efecto, no podemos obviar que detrás de los datos hay gente con experiencias valiosas y concretas. A esto le añadimos el análisis en torno a género en toda su amplitud que requiere del estudio de los datos demográficos17 y cómo diferentes poblaciones experimentan las realidades del Puerto Rico del pasado y presente. Ariadna Godreau Aubert, fundadora y directora de la organización sin fines de lucro Ayuda Legal Puerto Rico18 hace precisamente esto al presentarnos un análisis sobre el impacto de la deuda y las políticas de austeridad específicamente para las mujeres en su libro Las propias: Apuntes para una pedagogía de las endeudadas (EEE, 2019). Como directora ejecutiva de Ayuda Legal PR presentó recientemente un informe muy significativo sobre las políticas que desplazan a las trabajadoras en Puerto Rico. “Políticas que desplazan: Barreras para las mujeres trabajadoras” (abril 2024)19 contiene ejemplos concretos sobre las problemáticas que inciden y resultan en la 16 Armar la Historia: la tesis en la región menos transparente y otrosensayos (Ediciones Huracán, 1989).
17 “Estiman que pronto seremos menos de tres millones en la isla” https://www.instagram.com/primerahora/p/C5UJbIDL8-O/ y “Conoce los municipios con la población más joven… y con la mas envejecida” por Frances Rosario (5 de agosto 2024) https://www. primerahora.com/noticias/puerto-rico/notas/conoce-los-municipios-con-la-poblacion-mas-joven-y-con-la-mas-envejecida/ 18 https://www.ayudalegalpuertorico.org/ 19 chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.ayudalegalpuertorico.org/wp-content/uploads/2024/06/Politicas-que-desplazan-Barreras-para-las-mujeres-trabajadoras.pdf
falta de justicia y seguridad laboral y cómo estas impactan los accesos para conseguir y sostener una vivienda y un sistema de salud digno y seguro. Ayuda Legal PR también subraya que no podemos perder de vista cómo estos mismos asuntos impactan a las comunidades LGBTQIA+ y cuáles son los recursos20, derechos y protecciones que debemos reclamar, conocer21 y defender.
¿Cuáles han sido los reclamos de parte de las mujeres y a asuntos de género?
Con este siguiente punto me detengo y comparto una cita de otra de mis estudiantes de nuestro curso de HIGS 201 quien alude a la invisibilización y exclusión de las mujeres a través de la historia (en la documentación histórica), reclamo presentado por las mujeres hace siglos:
Entes de cambio como Luisa Capetillo, Michelle Obama, Marie Curie, Rosalind Franklin, entre otras, se han destacado a lo largo de la historia, no obstante, sus biografías y hazañas no han sido analizadas como Albert Einstein o Voltaire. Las mujeres han sido excluidas completamente de este marco, viviendo bajo las sombras de estos hombres y siendo objeto de deseo en lugar de admiración desde una visión patriarcal. Margarita Mergal nos menciona uno de los objetivos los cuales forman parte del estudio de esta gama, siendo “la importancia de este conocimiento para la actividad crítica, su necesidad en
20 Consultar edición especial de la revista Cruce “Perspectivas LGBTTQIA+3” (19 de junio 2023): https://issuu.com/revistacruce/docs/cruce_cuir
la democracia y cómo es olvidada hoy en día” (Mergal p.24). El conocer estos aspectos nos brindan una visión completa sobre la validez de todos los elementos generales en la historia, relacionando la influencia de la mujer en su contenido y las circunstancias que moldearon nuestro presente. (Galiany Vega, 2024).
Dentro de sus reclamos históricos podemos ver claramente las maneras en que las mujeres en Puerto Rico “buscaron la liberación … a través de diferentes procesos de lucha y perspectivas: el sufragio, el acceso a la educación, los derechos sexuales y reproductivos, la equidad laboral, ser reconocidas como iguales o como diferentes, superar la violencia de género y erradicar el racismo, entre otras causas” (Domenech Cruz, 2016)22. No podemos perder de vista que, a mediados del siglo pasado, “miles de puertorriqueñas fueron utilizadas en experimentos por compañías estadounidenses avalados por la política pública de control poblacional del gobernante del Partido Popular Democrático. Estos asuntos y la lucha internacional por los derechos humanos y civiles propulsaron la segunda ola de feminismo puertorriqueño a partir de la década del 1970. Para esta época la nueva historiografía rescató las voces de las puertorriqueñas que lucharon en contra de injusticias y surgieron estudios importantes que atacaron el discrimen hacia las mujeres en áreas como economía, familia, medios de comunicación, salud, educación 22 “Movimientos feministas boricuas” por Roxanna D. Domenech Cruz, columna de opinión publicada en El Nuevo Día (9 de marzo de 2016). https://www.pressreader.com/puerto-rico/ el-nuevo-dia1/20160309/282041916228641?srsltid=AfmBOopBU-A5OFYJlfIIW5KNmdAURfVb9jmYe8VPqbN5kXcg_qimoVFV
la Oficina del Gobernador. “Durante esta época, organizaciones feministas dedicaron sus esfuerzos a la esterilización, el aborto y el derecho a controlar sus cuerpos” 24 .
Durante la década del 1980, “la violencia contra las mujeres articuló la agenda de los grupos feministas, centros de servicios e investigaciones. Según Alice Colón Warren, investigadora del Centro de Investigaciones Sociales de la UPRRP, se valoran las fortalezas y resistencia de las mujeres y se sustituye el término “víctima” por “sobrevivientes” de violencia” 25. Surgió la organización Feministas en Marcha como grupo de presión política y se fundó la Coordinadora de Paz para la Mujer para trabajar con la violencia doméstica y se consolidaron grupos de estudios y talleres feministas en diversas universidades. Para esta misma década se “destacó el trabajo comunitario y los reclamos específicos a organizarse por raza o por orientación
23 Domenech Cruz (El Nuevo Día. 9 de marzo de 2016).
24 Domenech Cruz (El Nuevo Día. 9 de marzo de 2016).
25Domenech Cruz (El Nuevo Día. 9 de marzo de 2016).
maneras de erradicar la violencia y la división sexual del trabajo, entre otros asuntos. Organizaciones de envergadura como Taller Salud y la Colectiva Feminista en Construcción, entre otras continúan trabajando para que el Estado atienda de manera acertada y responsable la violencia de género rampante en el país. Parte de este importante reclamo fue que el gobierno declarara un estado de emergencia27 y que se determinaran feminicidios28 los asesinatos cometidos en contra de mujeres, niñas y personas feminizadas por razones de género29.
De igual forma, las organizaciones feministas de base han integrado la justicia climática dentro de su agenda de lucha. En
26 Domenech Cruz (El Nuevo Día. 9 de marzo de 2016).
27 “Entrevista en France 24, Tania Rosario Méndez directora ejecutiva de Taller Salud” (14 de febrero 2021): https://www. youtube.com/watch?v=ms3o98wURck
40 Años, 40 Razones
8 de marzo: Dia Internacional de la Mujer Trabajadora
varios de los trabajos que he desarrollado desde el 2009 sobre el ecofeminismo en Puerto Rico30 reflexiono precisamente en torno a la relación que existe entre el ambientalismo y el feminismo en nuestro archipiélago e indago sobre el papel protagonizado por las mujeres en las luchas ambientales. En uno de estos trabajos más recientes sostengo que31
Por las categorías socioculturales asignadas, las mujeres siguen siendo las cuidadoras de las familias, y frecuentemente, el único sustento. A pesar de ello, esta discusión aún no ha sido prioridad a nivel global, ni local. Sobre estos temas la Procuraduría de la Mujer en PR ha planteado que tiene programas para disminuir la violencia contra las mujeres y fomentar su desarrollo económico, pero no posee los recursos para trabajar con el cambio climático y sus implicaciones en las mujeres. Son las organizaciones de base como Taller Salud, la Colectiva feminista en Construcción, Amigxs del Mar, Ayuda Legal Puerto Rico y el Movimiento Amplio de Mujeres 30 “Ecofeminismos y otros activismos que sanan la tierra” conferencia presentada en la Biblioteca y Centro de investigación Jesús T. Piñero (18 de julio 2022): https://www.facebook.com/ watch/?v=1179986602791708
31 Esta cita forma parte de un ensayo publicado en: Las universidades iberoamericanas ante los retos de los objetivos de desarrollo sostenible (Tirant lo Blanch, 2023) https://dialnet. unirioja.es/servlet/libro?codigo=968641 ; Para otros trabajos que presentan mi interés en documentar la participación de las puertorriqueñas en las luchas ambientales contemporáneas: “Las mujeres, la justicia socioambiental y el cambio climático” publicado en Perspectivas en asuntos ambientales (Volumen 4, 2015) Chrome extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https:// documento.uagm.edu/cupey/perspectivas/p_perspectivas_4. pdf y “Judith Conde Pacheco y Vieques: rescate, limpieza y desarrollo sustentable desde una perspectiva de género” Cruce (2017) https://www.revistacruce.com/index.php/node/330
que están analizando y atendiendo los vínculos que existen entre las diferentes manifestaciones de violencia y cómo están relacionadas a la situación ecológica. Estas manifestaciones están ligadas a un sistema de desigualdad que se reproduce a través de la explotación de las mujeres, los cuerpos feminizados y la naturaleza y minimiza e invisibiliza sus necesidades y reclamos a una vida digna. Además, el sexismo y la explotación ecológica benefician económicamente a aquellos que están en y ejercen el poder. Aunque el ejercicio del poder no es esencialmente masculino y atraviesa otros ejes de desigualdades sociales, la mentalidad de control y subordinación en los reclamos de género se adscribe mayormente a sistemas machistas y capitalistas. Según Silvia Starkoff, el control del medio ambiente y los recursos naturales pone en juego un espectro de relaciones de poder, entre ellas las de género.
Entre las lideres de luchas ambientales que he entrevistado están; Haydée Colón (fenecida activista de la Comisión de Ciudadanos al Rescate de Caimito que logró una demanda millonaria en contra de la compañía AH Development para la restauración de la quebrada la Chiclana), Judith Conde (líder fundadora de la Alianza de Mujeres Viequenses) y Yanina Moreno (activista en contra del gasoducto del sur de Salinas y las cenizas en Peñuelas). Todas han sido figuras clave en luchas de
base por la justicia socioambiental en PR. Cabe destacar que organizaciones como la Alianza de Mujeres Viequenses liderada por mujeres como Conde Pacheco, el Corredor Afro32 y COPI liderado por Maricruz Rivera Clemente, Taller Salud liderada por Tania Rosario y figuras como Tata Santiago y Ana Irma Rivera Lassén trabajan de manera coherente con las intersecciones de raza, clase y género y las manifestaciones de las violencias sistémicas que se intersecan y agravan en las partes del archipiélago donde viven poblaciones vulnerabilizadas.
¿Cómo podemos atender y adelantar estos y otros reclamos en el presente y de cara al futuro?
En esta próxima cita el estudiante Colón Miranda continúa presentando su análisis de para qué sirve la historia y añade el peligro de promover una sola versión de la historia haciendo referencia a lo que nos dicen Gervasio García y la escritora nigeriana 32 https://corredorafro.org/
Chimananda Ngozi Adiche33:
Gervasio nos da ejemplos sobre Puerto Rico y esos datos son historia que nunca va a cambiar, porque ocurrieron [en] el pasado, pero que gracias a eso que sucedió, ahora podemos trabajar y modificar las consecuencias que tuvimos. “La historia era un trampolín seguro y certero para afrontar retos mayores” (p.26) cuánta razón tiene esta frase, mientras más conocimientos tenemos sobre nuestro pasado mejores decisiones tomaremos para afrontar los problemas que se nos crucen. Según la historia hemos visto muchos errores y fracasos, pero también muchas victorias y beneficios de los
33 “El peligro de la historia única” por Chimanando Ngozi Adichie (2018) chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://pjenlinea3.poder-judicial.go.cr/biblioteca/uploads/ Archivos/Libro/29%20El%20peligro%20de%20la%20historia%20 %C3%BAnica.pdf https://www.youtube.com/watch?v=sYItZ3bTosU
cuales tenemos que adquirir el conocimiento de ambos para en un futuro saber implementar acciones con las situaciones que estaremos bregando. Chimananda Ngozi Adiche nos plantea “el peligro de la historia única” en cual se deja ver el lado de un pasado contado por una misma persona [aquellos que están en el poder], pero en realidad se necesita saber ambos bandos de la historia para tener el conocimiento completo de los eventos históricos acontecidos (Colón Miranda, 2024).
Desde estos planteamientos y el llamado que Ngozi Adiche nos hace desde su narrativa personal en torno a los peligros de la historia única, propongo que trabajemos con miradas transversales y pedagogías críticas y populares hacia la equidad. Una de las organizaciones en nuestro archipiélago que ejemplifica lo anterior es Taller Salud a través del desarrollo de múltiples iniciativas que problematizan cómo la salud de las personas que forman parte de las comunidades que atienden están siendo afectadas por diferentes manifestaciones de violencia hacia las mujeres. Por casi casi cinco décadas, y con sus acertados lemas y ejes de “Cuando las mujeres prosperan sus comunidades se fortalecen” y “La salud de un pueblo comienza con la salud de las mujeres”34 han logrado promover la justicia, la paz, la seguridad y el acceso al desarrollo económico como parte de la búsqueda de “la salud integral de las mujeres y el pleno disfrute de sus derechos”. Integran el trabajo con la niñez, la vejez y las masculinidades 34 https://www.tallersalud.com/
“A los historiadores, por habernos dejado fuera. Aquí estamos de nuevo… cuerpo presente, color vigente, declinándonos a ser invisibles… rehusándonos a ser borradas”.
2013)
(Yolanda Arroyo Pizarro,
en toda su amplitud. Heriberto Ramírez Ayala35 es uno de los organizadores y facilitadores principales en el desarrollo de currículos y proyectos con los hombres y personas masculinizadas dentro de la agenda de trabajo de Taller Salud. las iniciativas educativas y de afirmación y visibilización de las mujeres que surge de esta misma organización, es el proyecto “Las primeras: Historias de Lucha por los Derechos y la Salud de las Mujeres” se presentan las historias de mujeres como Ana Judith Román García Lassen 39, entre otras.
Por otra parte y desde el ámbito universitario también me gustaría resaltar brevemente otras iniciativas de envergadura dirigidas hacia la investigación, educación, documentación, publicación y divulgación proactiva sobre las mujeres, asuntos de género e interseccionalidades como: la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las mujeres40; la Cátedra de mujeres negras ancestrales41 y el proyecto
35 Reseña sobre articulo “¿Papá, los nenes no lloran?”; aprenda a romper con estereotipos de género y desarrollar masculinidades saludables” escrito por Adriana Díaz Tirado y publicado en El Nuevo Día (3 de mayo 2024) donde se entrevista a Heriberto Ramírez Ayala https://www.facebook.com/ watch/?v=1873010556476800
36 “Cómo los hombres pueden luchar contra la violencia machista?” por Laura M. Quintero (1 de marzo 2024) https://www.todaspr.com/hombres-violencia-machista/
37 Esta serie de minidocumentales, “rescata la vida y obra de puertorriqueñas destacadas que sobrepasaron los límites impuestos por la sociedad y se destacaron en sus respectivos campos. Aunque vienen de todo tipo de disciplinas, estas pioneras se destacan por su labor activista, su defensa por los derechos de las mujeres, su lucha contra el discrimen y la marginación y, sobre todo, su legado feminista” https://www.youtube.com/@tallersalud
38 https://www.youtube.com/watch?v=2kwLPYbte-g
39 http://www.youtube.com/watch?v=bTXObX8Gijg
40 https://senriquezseiders.blogspot.com/ y https://www.facebook.com/AsociacionDeHistoriaDeLaMujer/?locale=es_LA
41 Cátedra de mujeres negras ancestrales https://issuu.com/editorialedp/docs/comunidaddiversidad/s/18636210
Afroqueer, ambos fundados y dirigidos por la importante escritora Yolanda Arroyo Pizarro42; el Proyecto de Diversificación Académica en Estudios de Afrodescendencia y Racialización (PRAFRO)43en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras bajo la dirección de la Dra. Mayra Santos Febres; la Concentración menor en Estudios de Mujer y Género bajo el mando de la Dra. Alexandra Pagán; y la investigación, educación e iniciativas de transformación por más de tres décadas del Colectivo Ilé44. Otros proyectos que trasgreden e integran luchas por políticas inclusivas y de justicia en nuestro archipiélago son: La Colectiva Feminista en construcción45; el Movimiento Anansé y la Revista Étnica46 ambas integran estrategias contestarias cimarronas dignas de estudiar y emular con mayor profundidad47; y La BoriVogue.48 En su breve ensayo sobre la Laboratoria Boricua de Vogue publicado en “El derecho a contarnos: expresiones boricuir” (Cruce, diciembre 2023) 49, Juan J. De los Santos presenta algunos datos acompañados por fotografías de este importante movimiento sociopolítico que continúa en evolución.
47 Para una lectura interesante y profunda sobre estas temáticas recomiendo el libro Filosofía del cimarronaje de Pedro Lebrón Ortiz (Editora Educación Emergente, 2020). https://www.editoraemergente.com/index.php
48 “La BoriVogue: una herramienta de liberación colectiva y justicia social” por Nahira Montcourt (El Vocero 23 de octubre 2021): https://www.elvocero.com/actualidad/otros/ laborivogue-una-herramienta-de-liberaci-n-colectiva-y-justicia-social/article_1370fa5c-33ae-11ec-b3e0-2326360892b2. html
De los Santos nombra “…la gran necesidad que existe en Puerto Rico de espacios para poder existir en plenitud y alegría” (p.106) y afirma que LaBoriVogue fomenta “el valor de la danza y la cuerpa como recursos que nos puedan guiar a la liberación personal y colectiva” (p. 109).
Muchas de estas investigaciones, textos críticos, teóricos y creativos sobre diversas temáticas incluyendo asuntos cuir de otros proyectos e iniciativas han sido apoyadas y publicadas en editoriales puertorriqueñas como la Editorial Educación Emergente y EDP University50, al igual que por revistas digitales como Étnica, 80 grados, Cruce, Hound y Vibras Artísticas. Estas ultimas dos revistas son de la creación del profesor y diseñador gráfico, Anto Gamunev51 quien también lleva más de una década desarrollando exposiciones artísticas, publicaciones y otros proyectos dirigidos hacia la justicia, la inclusión y la equidad. La Dra. Karen González es otra de las profesoras de nuestro recinto que lidera iniciativas dirigidas hacia la diversidad, equidad e inclusión en el ámbito de la educación superior como creadora y directora del Proyecto Abrazo.52 El 29 de enero de 2021, la Dra. González publicó una columna en la revista Cruce donde sostuvo que “La firma de la Orden Ejecutiva (OE-2021-013) del gobernador de Puerto Rico, Pedro R. Pierluisi, para declarar un estado de emergencia ante el aumento de casos de violencia de género en Puerto Rico evidencia la importancia de incorporar elementos de diversidad,
y Gamunev vemos una vez más cómo a través de testimoniar y de las historias personales nos enfrentamos a las estructuras de poder que les/nos invisibilizan. Desde estas narrativas podemos presenciar cómo ambos se (auto)afirman, reclaman que existen y que
Es desde lo antes expuesto y en mi deseo de continuar (re)pensando, (de/ co)construyendo y escribiendo sobre las mujeres y personas de identidades diversas como parte de políticas transformadoras, que comparto estas reflexiones con ustedes hoy. No solo para reflexionar, sino para provocar cambios y lograr transformar las practicas atadas a las estructuras que han operado (y continúan operando) como mecanismos de exclusión y para afirmar el poder. También me uno a les autorxs, organizaciones y proyectos antes mencionados con la intención de continuar dirigiendo mi trabajo hacia documentar, analizar y aportar a nuevas propuestas que incluyan perspectivas diversas que integren gestas personales y colectivas, al igual que académicas y de diferentes -
-Dr. José F. Méndez Méndez
“Los estudiantes de hoy – …tienen“algoque decir”e insisten que se les escuche. Desean más participación – y es deseable que estén debidamente representados…”