2020 Nuevos Cruces, 31 de diciembre de 2019

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31 de diciembre de 2019 2020 NUEVOS CRUCES

Portada y contraportada: Uziel Orlandi Alegría Campo, pieza en medio mixto, detalle

Junta Editora: Alexandra Pagán Vélez { Directora Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos María José Moreno Caros A. García Rodríguez Juan C. Quiñones Santiago Hugo Viera { Consultor, lector externo

Junta Asesora: Roxanna D. Domenech { Presidenta Sugelenia Cotto

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índice 5

De brea, de dulce o de PAN. Lectura de un cuento folclórico en tiempos de la Junta Julia Cristina Ortiz Lugo

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La novedad de las novedades: Los libros de novedades de policías como fuente primaria para armar la historia social de los municipios Carlos J. Carrero Morales

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Campo Uziel Orlandi Alegría

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Entre tanto amarillo Amanda Hernández

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Estrategias atómicas Amanda Hernández

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Montauk Miguel Adrover

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A Puerto Rican Being Miguel Adrover

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Enredadera subcutánea Mayra R. Encarnación

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Cy Young Javier Febo Santiago


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Felicidades

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De brea, de dulce o de PAN Lectura de un cuento folclórico en tiempos de la Junta Julia Cristina Ortiz Lugo The

Tar Baby tale seemed to me to be about masks. Not masks as covering what is to be hidden, but how masks come to life, take life over, exercise the tensions between itself and what it covers. (Toni Morrison, citada en The Ancestor as a Foundation, p. 503) “Discredited knowledge,” in Morrison’s terms, “is valid and powerful.” (Smith, Jeanne Rosier. Writing Tricksters: Mythic Gambols in American Ethnic Fiction, 137)

Imaginemos toparnos a la vera del camino con un muñeco que nos ofrece ron, queso, dulces o nos espera con un paquetito de barajas. ¿Qué haría usted? ¿Se detendría solo a mirar, se acercaría a coger lo que está libremente ofrecido o se brincaría a la esquina contraria, precisamente amparándose en el conocido dicho “nadie da nada por nada”?

Me permito citarme, para poner en antecedentes: Comencemos con un breve resumen del episodio del muñeco de brea y con una apreciación general de las versiones puertorriqueñas con las que trabajé. La estructura de la anécdota que sobrevivió en nuestras versiones y en medio de cuentos más largos es: un hombre o animal tiene una huerta, que en ocasiones es una idea o proyecto común entre dos amigos. Uno solo de los amigos la trabaja y la cuida, mientras el otro, a escondidas se roba los productos. Para lograr encontrar al que hurta, el amigo que la trabaja construye una figura de algún material pegajoso y cuando el ladrón viene, intenta que el muñeco le hable, como el muñeco no le habla3 se inicia la discusión o más bien el “monólogo dramático,” según lo denomina el investigador Aurelio M. Espinosa, que generalmente llega a los golpes, con el resultado de que el intruso se queda pegado por diferentes lados de su cuerpo según se va complicando la lucha. Se suele pegar desde por una parte hasta por 4 o 5, exactamente 3 En una de las versiones de Aurora Texidor, la que titulé “Compay Araña y la tala de calabazas,” el muñeco de brea, le habla y le dice al Compay Araña que le pide que lo suelte, que no lo va a soltar.

Es la misma disyuntiva a la que se enfrentó el protagonista de las versiones puertorriqueñas del internacionalmente famoso cuento folclórico “El muñeco de brea.”1 De este cuento, en el mundo, se ha dicho mucho a lo largo del tiempo. Se le relaciona indisolublemente con la esclavitud porque independientemente de lo que dijera el antropólogo Aurelio Espinosa2, el consenso es que este relato vino en la memoria de los/as africanos/as que llegaron en los barcos a América. 1 Para conocer sobre las versiones puertorriqueñas consulte los dos artículos anteriores a éste: “El muñeco de brea. Versiones puertorriqueñas. Primera parte. https://issuu.com/revistacruce/docs/18_de_enero/3 y Negro, mudo e incomprensible. El muñeco de brea. Segunda parte https://issuu.com/revistacruce/docs/ ser_colonia_10_mayo 2 Según explicaba en la primera parte de este estudio, Espinosa defendió la teoría de que el origen de este cuento estaba en la India. 5


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por sus extremidades. El final comprende una falsa súplica por parte del amigo que hurta y una escapatoria lograda por el engaño de la súplica o simplemente un golpe de agilidad o suerte que le permite escaparse.4

Rico este cuento, sobre todo por sus personajes, tiene el sello inconfundible de la cultura afro. Por tal razón, es ineludible traer a la lectura la acogida y la caracterización que hacían de estos personajes las personas que escuchaban estas narraciones.

Para llegar a la conclusión de que este cuento puede verse como una metáfora de la experiencia esclavizante y colonial, que, aunque se contó antes y ya nadie lo hace, sigue siendo una lección magistral de nuestra realidad, he tenido que acompañarme de múltiples interpretaciones de este texto tanto sobre las versiones folclóricas, como sobre la literaria de la escritora y Premio Nobel afroestadounidense, Toni Morrison. Sin duda que es un cuento difícil, una metáfora elusiva que se interpreta como un metatexto en el que al igual que el muñeco queda atrapado por la brea, quienes buscamos entenderlo quedamos atrapados en sus silenciosas, a la vez que escandalosas, posibilidades. Creo también que este relato nos muestra una continuidad de valores, comportamientos y experiencias que conectan nuestro pasado esclavo con nuestro presente colonial, preservados por la memoria de quienes lo trajeron y lo recordaron, así como de quienes nos lo contaron.

Tanto el Compay Araña como el Compay Conejito eran héroes de la marginalidad, eran recuerdos del Continente y, además, se habían afianzado y acompañado a esclavos/ as y puertorriqueños/as pobres tanto en sus ratos de ocio, como en sus ratos de incertidumbre. No es posible entender este cuento olvidando esa realidad.

El protagonista de las versiones puertorriqueñas es, en todas las versiones, un pícaro que nos vino de África: bien Araña, bien Conejo. Ya he señalado antes que la explicación del cambio de personaje se atribuye tanto al mismo proceso folclórico de la memoria, como a que muchos de los cuentos que originalmente fueron de Araña, con el tiempo pasaron a ser de Conejo. A mi modo de ver, el asunto más importante es que en Puerto

When individuals began to claim natural resources previously held in common as their own private property, communal access to these resources was blocked. People who were used to hunting in a nearby forest, or fishing in a familiar stream, or gathering peat from the bog behind their house, found that their customary rights had been turned into crimes. Merely setting foot in the woods you had known since your youth became criminal trespass. The consequence was that the world became suddenly and inalterably foreign. (79-80)

Brian Wagner en su magnífico estudio The Tar Baby. A Global History, afirma que la fase de mayor recolección de estos cuentos discurrió entre 1865 y 1945 (xiii) y explica que este cuento internacionalmente está asociado con momentos de cambios económicos, momentos en que la vida en común y los valores que ésta aportaba se estaban resquebrajando: “Not only was the story most often collected in places conditioned by the slave trade and settler colonialism, it is literally about these places, or more exactly about the experience of living in these places in the wake of expropriation” (124). Prosigue Wagner:

4 Este recuento concuerda con el patrón básico que resume Ruth I. Cline en su artículo “The Tar-Baby Story.” Ella explica que en la India los ladrones atrapados suelen ser un mono, un hombre o un chacal. En África y América, el conejo (73). 6


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Los planteamientos generalizados que se han hecho sobre las posibles interpretaciones de esta metáfora se pueden resumir así: el cuento trata sobre los conflictos que el concepto de la propiedad privada creó; es, por tanto, una metáfora económica, política y social y propone la importancia de las raíces culturales como una manera de enfrentar la deshumanización que trajo consigo el cambio de paradigma. 5

Había una vez un tigre y un conejo que eran muy amigos y después de ser muy amigos eran compadres. El tigre tenía una finca muy hermosa, muy bien fincada, en la cual tenía sembrado mucho maíz. El conejo no era tan rico- como el tigre y de noche le robaba maíz para llevárselo para su madriguera y el tigre notaba que cada día le faltaba más maíz. (J. A. Mason , “Animales” 322)

Veamos qué tal nos aplican esas lecturas a las versiones que se contaron en Puerto Rico. En todas las versiones a las que he tenido acceso se da el conflicto entre dueño y “ladrón” o entre compadres y “ladrón.” Comencemos con las que incluyó John Alden Mason en la publicación del Journal of American Folklore.

De igual forma ocurre en la versión 9: “Había una vez un hombre que tenía unas cuerdas de terreno y todas las noches iba compay conejo allí a robarle las frutas” (328). En la 13 lo presumimos: “Había una vez un conejo y el tigre era padrino del conejo. El tigre tenía unas patatas y el conejo se las iba a robar por la noche” (330). Igual que en la 15, con la particularidad de que la dueña es una mujer: “Había una vez una mujer que tenía un huerto de coles, pero el conejito todos los días le comía unas poca” (332). En la 17 y en la 21 se repiten una mujer dueña, en la 17, de una tala de melones: “Entonces la vieja ama de los melones vino y cogió al conejo…” (334); y en la 21 “Una viejita tenía un huerto y él tenía sembradas unas matas de pepinos. El conejito, como era tan sabio, se iba todas las noches a comerse los pepinos hasta que la vieja una noche se puso en vela y vio que el conejo era quien le comía sus frutas” (336). Alden Mason incluye un cuento de Juan Bobo que es una versión de este tipo, que igualmente introduce el mismo asunto (#21): “Pues había una vez un hombre llamado Juan Bobo. Este acostumbraba ir todas las noches a una hortaliza a coger maíz y batatas. Resultó que un día, cuando el hortelano iba a regar su hortaliza, notó que le habían llevado algunas de las frutas que había en la hortaliza” (J. A. Mason “Picarescos” 164).

La versión 1, “El tigre y el conejo,” es una típica historieta de tretas de conejo a tigre en la que, a mitad de relato, se inserta un episodio en que aparece el muñeco de brea simplemente como una treta del tigre para liberarse del conejo. Por esa razón no hay proyecto para trabajar una finca entre todos como es propio de las versiones más generalizadas. La versión 2 sí contiene el típico proyecto colectivo: Pues señor, esta era una vez que el conejo, el tigre y el perro hicieron sociedad para casarse; el tigre para sembrar un platanal; el conejo para ayudarle al perro a hacer un pozo de beber. El tigre sembró su platanal, el perro llamó al conejo para hacer el pozo. Y el conejo le dijo: - Háganlo ustedes que yo no les hago nada. Entonces el tigre y el perro sembraron su yautial, su batatal y su platanal y el pozo y el conejo no quiso ayudar a nada. (J. A. Mason ,”Animales” 316) En la versión 3, hay un proyecto en los que aparentemente están juntos, un criadero de peces. El conejo le roba al tigre todos los peces y luego el tigre hace una siembra de melones y el conejo se los roba igual. La versión 5 se refiere claramente a la propiedad privada, cuyo dueño es el tigre:

En las dos versiones que me contó Aurora Texidor se propone una tala común de calabazas: “Un día Compay Araña le dijo a Compay Animalito: ‘Vamos a hacer una tala.’ Pero Compay Araña que era una de esas personas bien groseras, iba a la tala y le cogía las calabazas al Compay Animalito.” Y en otra versión, Aurora cuenta sobre los dos compadres: “Vamos a hacer una tala. Hicieron la tala de calabaza, entonces el Compay Animalito… el Compay Araña dejaba que las de él estuvieran grandes y le robaba las de Compay Animalito.”

5 Para estas interpretaciones sigo la lectura de Brian Wagner, así como las múltiples lecturas que consulté sobre la novela Tar Baby de Toni Morrison y que pueden consultarse al final, en la lista de textos citados. En el caso de Morrison, aunque es una creación basada en el cuento, la mayoría de sus estudiosas/os se refieren siempre a la metáfora del cuento que da base a la recreación de la autora.

Una posible lectura de estos episodios puede apuntar a que es simplemente la forma que tiene el dueño o 7


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el compadre de contrarrestar y castigar una conducta antisocial como la de “apropiarse” de lo ajeno. Podría añadirse que es peor, puesto que en varias versiones los protagonistas son amigos o compadres. Sin embargo, no en todas las versiones hay relaciones, en varias se habla simplemente del dueño, el hortelano y la vieja ama.

muy fácil entender, en retrospectiva, el comportamiento de Araña/ Conejo. Lo que antes era público y gratuito hoy día se va haciendo cada vez más privado y escaso. Vivo en Cabo Rojo, y Joyuda es mi metáfora diaria de lo que significa terminar con los espacios comunes que, para más agravio, las leyes dicen que nos pertenecen a todos, pero que la realidad, el dinero y la corrupción virtualmente nos han arrebatado. Lo que antes era de todos hoy día está cerrado, arrebatado por políticos que colocan al gobierno y a los grandes intereses en contubernio en contra del pueblo. De acuerdo con esa lectura, quienes se enfrentan al “muñeco de brea” son vistos como delincuentes e intrusos que se oponen al progreso. Siguiendo esa línea, no es difícil imaginar que para las personas comunes fue difícil enfrentar la idea de la propiedad privada que surgió del concepto de que es dueño de la tierra aquel que la pone a producir.6 Como bien nos ha enseñado la historia, esa fue la lógica detrás de las invasiones y conquistas. Cualquier terreno “baldío” se convertía en propiedad privada mediante ese proceso.

Lo anterior puede llevarnos a emprender el camino trazado por los investigadores, con Brian Wagner a la cabeza. Podríamos tratar de reflexionar qué dice el cuento a quienes lo contaban y si tiene algo que ver con esa lectura el hecho de que las aventuras del Conejo y de la Araña, en el cuerpo de narraciones orales en Puerto Rico, no se ven como algo que debe estigmatizarse o reprocharse. Si bien es cierto que la narradora Texidor caracteriza a Araña como “una de esas personas bien groseras,” no hay más indicio en su narración de recriminación o rechazo a la conducta del personaje. La manera en que Aurora Texidor describe a Araña es parte de su participación y conciencia cultural de la memoria que ha recibido. El personaje y sus aventuras se reciben con humor y son ocasiones de diversión.

Se agrava la cosa cuando pensamos en la sociedad esclavizada que contaba este relato. Su situación era obscena porque el trabajo fuerte era de ellos, el esfuerzo,

Si me dejo llevar por las explicaciones de Wagner para el cuento internacional, al aplicarla a Puerto Rico, trato de entender qué quiere decir al señalar que el cuento: “it is literally about these places, or more exactly about the experience of living in these places in the wake of expropriation.” Para la sociedad esclavizada y para la colonizada, la vida siempre es una expropiación. Por esto, para mí este cuento tiene mucha actualidad como metáfora para la vida puertorriqueña, antes con la esclavitud, siempre con el coloniaje y hoy con la Junta de Control Fiscal. Sobre la vida en Guayama, Luis A. Figueroa nos da la siguiente información:

6 Wagner nos refresca los orígenes de estas visiones de mundo, por ejemplo, mencionando a Locke en cuanto a que “the world belongs to those who improve it” (41). O cuando explica: “In political philosophy, Locke is anticipated by thinkers like Hugo Grotius and Samuel Pudendorf-with Grotius, for example, writing in The Law of War and Peace (1625) ‘that property emerges as individuals apply their labor to nature after becoming dissatisfied with the “spontaneous productions of the earth’” (41). De igual manera menciona a William Blackstone y su concepto de ocupación “a term that refers not only to discovery but also to the transformation of the discovered land through labor” (41). De gran relevancia es también su inserción del debate que introdujo los términos res nullius y terra nullius y cómo ambos “play an important role in modern debates among European powers concerning the legitimacy of overseas settlement. The assumption was that land remained unowned until it was occupied and used for some purpose, such as the cultivation of crops […] Nature, as Locke had affirmed, did not belong to everybody, It belonged by right not to those(like the rabbit) who would live idly off its bounty but those (like the fox and the wolf) who were willing to improve (and thereby occupy) the land “(42).

Notwithstanding the cases of San Juan’s periphery, Guayama’s eastern tier, and a few other areas where hato destruction began as early as the 1750s- 70s, not until the implementation of a landmark royal decree, the Real Cédula of January 1778, did the balance began to tip definitely in favor of the elimination of cabildocentered land-grant policy, the destructions of hatos, the establishment of private land property, and the development of export agriculture. (28) Y si pienso en nuestro presente, en lo que ocurre en nuestro país, por ejemplo, con las playas, se me hace 8


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el agotamiento y el maltrato era de ellos, pero la riqueza y la propiedad eran del amo. Es por eso que no puede olvidarse lo perjudicial que fue para las personas esclavizadas el concepto de la propiedad privada. Igual de perjudicial que es hoy, para el colectivo, la enajenación de lo público en favor de lo privado. Asunto que, como bien explica Luis A Figueroa para el caso de Guayama,7 no necesariamente cambió cuando se abolió la esclavitud. Me explico. El investigador claramente señala:

Toda esta realidad histórica puede verse “contada” desde la perspectiva folclórica si pensamos que el cuento propone unas reglas, hacer una tala en común, por ejemplo. En otras versiones no hay reglas que proponer porque Araña se enfrenta desde el inicio a la propiedad privada y a la realidad de “dueños,” “amas” o de personas con riqueza basadas en la tenencia de tierras y siembras. En el caso de los tratos, supongamos que Araña o Conejo siguen las reglas y cultivan todos juntos, ¿es seguro que el “dueño” cumpliría su parte? Y no es de desmerecer que, al poner el muñeco, el animal que lo pone, se está comportando como dueño y se convierte de facto en el dueño, usando lo que hizo Araña/Conejo como pretexto para fungir como dueño (Wagner 84). Si volvemos al régimen de la esclavitud, la historia está ahí para contarnos que las actitudes paternalistas no hicieron más liviano el atropello de la esclavitud. Los amos quizá se acallaban su conciencia con esa idea de que ellos eran como los padres de una familia y los esclavos sus hijos por los que tenían que velar. Que ellos vieran la esclavitud como una “empresa” común, no quiere decir que las personas esclavizadas lo entendieran de igual manera.8 La “ilusión” de un mundo común era quebrada a diario por la realidad de que producías para otro. La única verdadera realidad era un mundo dividido entre ustedes y nosotros; un mundo de amos y servidores, de dueños y trabajadores para la fortuna de otro.9 Despite their complete

In this sense, the crux of the planter’s labor supply problems beginning well before the 1837 abolition of slavery was that the existing large pool of potential peasant laborers did not translate into a steady, disciplined, reliable wage labor force for the sugar plantations. The great majority of peasants would not regularly accept being driven like slaves in cutting and transporting cane and were even less inclined to work in crowded, noisy, sugar mills. (Figueroa 75) De igual manera, Scarano explica:

Francisco

El reglamento de 1849, que impuso una serie de medidas para mantener bajos los precios del trabajo asalariado y, más importante, para forzar a los jornaleros a aceptar un sistema productivo cuasi esclavo en las haciendas […] La historia de esta legislación es la historia del éxito parcial de un intento de manipular al campesinado caribeño con miras a la virtual esclavitud una vez eliminada la posibilidad de extender la esclavitud negra. (77)

8 Tengo un artículo “La negociación y la majadería: dos tretas del poder del esclavo” (Ortiz Lugo 51-64) en que propongo una interpretación relacionada a esas actitudes. Es un cuento del ciclo del amo y el esclavo en el que el esclavo consigue su libertad tomando ventaja de que el amo piensa que su esclavo acepta esa idea de la esclavitud como una empresa común entre su amo y él. 9 Muy parecido el comportamiento de Natali Jaresko cuando se quiere presentar como “representante” y “protectora” del bienestar de Puerto Rico https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/

7 Aurora Texidor era una narradora de Guayama y todos los cuentos que encontré de Araña, los obtuve en Guayama. 9


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control over the ownership and distribution of the rewards produced under the slave system as well as the lives of the enslaved, slavemasters constantly attempted to foist on enslaved Africans an illusion of the system as a cooperative enterprise in whose success both master and salve had a significant stake. Enslaved African, however, recognized that such a claim was illusory and its propagation ultimately in the interest only of slavemasters, who expended little if any energy in directly affecting the productivity of the system. (Roberts 31)

Por eso, ante quienes aceptan esa lectura del mundo y de la tierra, Araña/Conejo quedan convertidos en antisociales. Esta historia, pues no se trataría de juzgar la moralidad, sino de ver que hay dos paradigmas contrarios.10 10 Están muy documentadas en los Documentos sobre la esclavitud, las percepciones que tenían los amos sobre sus esclavos, así como en otras fuentes qué pensaban las élites criollas sobre los campesinos en cuanto a moralidad, capacidad para el trabajo etc. Para muestra, usemos este repaso que hace Figueroa en su libro. El investigador se refiere a un alcalde San Juan, el criollo Pedro Irizarri con las siguientes afirmaciones indignantes: “ Irizarri fills his text with sweeping attacks on the moral character of the island’s peasants, especially its black

Lejos de pensar en un comportamiento antisocial, a partir de Wagner tenemos la opción de ver el comportamiento de Araña y Conejo como el de alguien que no ve las bondades de las divisiones que trajo consigo el estricto régimen que alienó no solo la tierra, sino la convivencia común. Para una sociedad esclavizada, trabajar la tierra de otro no es garantía de nada porque “legally, the food belongs to the ‘master,’ but morally, the enslaved have a right to it, too. ‘The briar patch,’[el lugar a donde se escapa Conejo, en algunas versiones internacionales, luego de zafarse del muñeco de brea] says Wagner, “is a symbol of the commons, the unenclosed, unowned land that provides refuge and resources that sustain the life of the community” (Martyris, www.npr.org). Acostumbrados como estamos a ver el mundo ya en términos de dueños, límites, verjas y “No tresspassing” se nos hace difícil entender una etapa anterior a esas demarcaciones. De igual forma se nos ha adoctrinado para creer que solo quien “se esfuerza” logra el éxito económico y quienes no lo logran es porque no se han esforzado lo suficiente. Con esos lentes, Araña y Conejo son los ladrones y los antisociales y vagos y Compay Animalito y demás animales los honrados, trabajadores y dignos de administrar para su único beneficio los bienes que antes fueron comunes. En esa interpretación, Animalito/Tigre, son los “desprotegidos” ante la “vagancia- jaibería” de Araña/Conejo. Como parte de esta lectura, se le da importancia no al detalle de cultivar “en común” sino al hecho de que es dueño de la tierra quien la trabaja, que es quien único tiene acceso a ella. elexitoestaalalcance-columna-2314750/, mientras en otros espacios acepta que ellos vinieron a cobrar y que a quien representan es a los bonistas. https://www. noticel.com/ahora/junta-fiscal/junta-a-los-municipioslo-de-nosotros-es-cobrar-la-deuda-/1135088492 10


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De igual manera, esta historia podría también hacernos recordar los dos paradigmas que se enfrentaban en Puerto Rico sobre la mejor manera de encontrar trabajadores baratos para la tierra. Luis Figueroa nos habla de las visiones encontradas entre los Cabildos de San Juan y de Coamo. Desde San Juan se planteaba la opción de traer trabajadores canarios como una manera segura de blanquear la población y eliminar la posibilidad de una rebelión tipo Haití,11 mientras que desde Coamo se defendía el aumento en importación de esclavos: “Two divergent hegemonic projects, one putting its stock in the importation of poor white Spanish peasant workers, the other in black African slaves with the qualification introduced by the southeastern elites…” (40). En medio de esa controversia sobre a quién exprimir para cosechar la tierra privada, estaban los esclavos y los jornaleros tratando de evadir ese sistema abusivo para dedicarse a la subsistencia en sus propios espacios. Es decir, huyendo del muñeco de brea.

Desde la mirada del poder y la tenencia de tierras esto se veía como vagancia o indolencia, sin embargo, desde la perspectiva del trabajador que venía de la experiencia esclava había razones de mucho peso porque entendían muy bien el sistema. Es la misma lógica que usa nuestra sociedad hoy día para tachar de vagos y mantenidos a las personas que reciben el PAN, quienes quieren todo a cambio de nada, pero de personas exitosas y honorables a quienes reciben los mantengos corporativos o que viven perpetuamente de contratos concedidos de forma dudosa en el gobierno y que generalmente, además se convierten en colaboradores con el sistema de explotación. Si volvemos al ejemplo de las playas y a la experiencia de Joyuda, es fácil entenderlo a través de esta anécdota. La playa de Joyuda ya no pertenece al pueblo. Veo todos los domingos entrar a muchas personas por un hueco por el que una al lado de la otra solo cabría dos personas. Por ahí van familias enteras, con sus neveritas, sus niños y niñas en peregrinación sometiéndose a lo que quienes ahora son “dueños” de esas preciosas orillas, de facto, han decidido. Si quieres bañarte en la playa pasa por el hueco, y dale gracias a Dios que al menos tienes eso. Estuve presente para escuchar una conversación sobre unas personas que tienen una casa (mansión supongo) en Joyuda y que se quejaban amargamente de que un buen día unas personas les montaron una carpa al lado y “trabajo” les dio sacarlos. Las nociones equivocadas sobre propiedad privada y los enchufes vienen en auxilio de quienes tienen casas en la zona marítimo terrestre versus los “infelices” que osan querer disfrutar del privilegio del acceso libre a la playa; aunque se trata, en realidad de un sector privilegiado que sabe que puede usar las influencias a su favor, versus quienes no las tienen y tratan de disfrutar lo que en efecto nos pertenece a todas y a todos. Con esta analogía busco mostrar con un ejemplo por qué desde ciertas lecturas Compay Animalito/Tigre son los honorables y engañados y por qué Compay Araña/Compay Conejito puedan verse como los vagos y los pillos a quienes hay que perseguir y castigar; a quién miramos con respeto y a quién con desdén.

Resulta pertinente recordar la dinámica que se dio entre los trabajadores puertorriqueños en el traspaso del mundo esclavo al mundo del trabajador “no esclavo.” El historiador Figueroa, citando al gobernador Segundo de la Portilla, aclara: The jíbaro laborer who lives on the mountain, where he occupies himself in [the cultivation of] the minor crops, taking care at the same time of the tobacco and coffee [crops], comes down to the plains only during [sugar] harvest time, and even then the number who come down is small, because those who live in the interior of the island leave their communities with reluctance. (51) population, accusing agregados of vagrancy, loose sexual practices, and a tendency to spend considerable sums of money (relative to their meager earnings) buying ‘ luxurious’ clothing and accessories to ‘equalize’ their social standing” (Figueroa 36). No ceo que haga falta dar fuentes para recordar lo que oímos a diario en nuestro país sobre las poblaciones más pobres, en general sobre todos/as aquellos/as que no tienen acceso al poder. 11 “Finally, against the Armageddon that then would come, surely assisted by revolutionary Haitians, Irizarry (Pedro Irizarri, alcalde de San Juan) offered the warmed-over alternative pursued by colonial authorities almost a century earlier: the massive importation of free laborers from the Canary Islands as well as New Spain (Figueroa 37)

Sin embargo, no es asunto para desperdiciar volver a las posiciones de quienes narran y encontrar que, luego de un primer momento en que el ofendido es Animalito/ Tigre, la historia se voltea de forma tal que en sus relatos quien triunfa es Araña/Conejo puesto que es quien, en 11


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casi todas las ocasiones logra liberarse. No habiendo sermones, ni reconvenciones morales en boca de ningún narrador o narradora, esto es lo que nos permite observar con quién se alinean los narradores. Es útil para entender toda esa dinámica recordar que, en todo tiempo, los sectores sin acceso al poder deben enfrentar el atropello y las injusticias con las herramientas que sus circunstancias les permiten. Por eso siempre hay facciones encontradas. Ladrón o subversivo, Araña/Conejo se enfrentan a la táctica para vigilar y castigar que Compay Animalito/ Tigre les construye: un muñeco de dulce o brea. Podríamos decir que ese muñeco “trabaja” para el dueño, o para quien se erige como tal, y “responde” a sus intereses. Queda colocado allí, lo que, para Araña/ Conejo, tiene la apariencia de un “igual.” Recordemos que, aun siendo animales, en estos cuentos sus personajes tienen todas las facultades humanas: hablan, tienen emociones, necesidades, toman decisiones, etc. Según las épocas en las que se contó este cuento Araña/Conejo pueden ser tanto una persona esclavizada, como un puertorriqueño o puertorriqueña pobre y naturalmente, un/a colonizado/a. Repasemos un aspecto del cuento. En todas las versiones se demuestra que Araña/Conejo no dudan ni un segundo de la calidad de ser viviente, ¿humanidad? del muñeco que se les aparece en el medio del camino, muñeco que les han construido para atrapar y castigar, aunque obviamente Araña/Conejo desconocen su origen y su finalidad. En todas las instancias establecen cándida comunicación con el mismo, confirmando con su actitud que lo ven como a un igual y que no desconfían de él. La versión 1 (J. A. Mason ,”Animales” 315) “El conejo jugaba muchísimo a la baraja y el compae tigre había puesto un muñeco de brea con una baraja y cuando el conejo fue a jugar con el muñeco de brea, el conejo ganó y el muñeco no le pagó.” En la versión 2 la idea del perro surge del comentario de la mujer del tigre en relación a que el conejo estaba enamorado de su hija: “¡Compay, de esa manera lo cogeremos! Entonces dicele compay perro al tigre: - Vamos a hacer una muñeca de brea. - Bueno, compay. Se pusieron y calentaron brea y prepararon la muñeca, la vistieron de mujer, la pusieron en una mesa a las seis de la tarde en el platanal. Luego le pusieron un queso en una mano; como a las diez de la noche se apareció el conejo dándole las buenas noches a aquella señora” (J. A. Mason ,”Animales” 317). En 12


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la siguiente versión, 3: “Y lo velaron y nunca lo podían coger y les comía los melones todas las noches y el tigre cogió e hizo un muñeco de brea y le puso una baraja en las manos y cuando el conejo vino a comerse los melones se encontró con el muñeco y cuando el conejo vino a comerse los melones se encontró con el muñeco y le dijo:” (319). La versión 5: “el tigre compró un muñeco muy grande, de la estatura de un hombre, lo untó de brea y lo puso en la tala de maíz con un pedazo de pan en las manos y a la noche cuando el conejo fue a coger el maíz, se encontró con el hombre de brea, le saludó y le pidió el pedazo de pan” (322). La versión 9 refleja lo mismo: “El hombre puso un muñeco de brea con una baraja y cuando compay conejo vino le dijo…” (328). Así mismo la versión 13: “El tigre puso una estatua de goma y cuando el conejo vino a robarse las patatas vio aquella estatua que tenía una botella en las manos y al conejo le gustaba mucho la bebida y dijo…” (330). La versión 15 propone: “y un día ella hizo un muñeco de barro y por la noche lo puso en el huerto sentado en una mesa con un cigarro prendido en la boca y él estaba pintado de brea. Entonces el conejito vino y vio al muñeco y se creía que era un hombre que estaba jugando solo. Entonces el conejito le dijo: “(332). De igual forma en la versión 17: “El conejo se fue a comer unos melones y por donde el se metía, le pusieron un muñeco de brea. Cuando el conejo llegó le dijo: “(333) Y la 21: “A la otra noche le puso en la puerta un muñeco de brea. Cuando el conejo iba para el huerto se encontró un negro en la puerta y le dijo: “(336). La versión de Juan Bobo (J. A. Mason ,”Picarescos” 21) narra: “Él fue a su casa y preparó un muñeco de brea y lo puso en la hortaliza. Cuando Juan Bobo llegó a la hortaliza y vio aquel muñeco se le acercó y en vista de que no le contestaba…” (J. A. Mason ,”Picarsecos” 164). En ambas versiones de Aurora Texidor: 1) “El compay

había puesto muñecos, dulces y bateas. El que fuera a robarle las calabazas se quedaría pegado. Araña le dijo al muñeco:” 2) “Cuando llegó y puso un muñeco de brea con una batea de dulces le decían (sic).” Es en este momento de la historia cuando Wagner nos llama la atención a que la ruta del cuento ha cambiado. Si al principio tal vez la narrativa nos llevaba a identificarnos con el dueño de la tala, de aquí en adelante la perspectiva que se impone es la de Conejo/ Araña. A eso debemos sumarle que el muñeco ejercita silenciosamente el trabajo que se le ha adjudicado de entrampar y castigar, mediante el artificio o la tecnología. Porque precisamente, recordemos, por otro lado, que Araña/Conejo no saben que son víctimas de un engaño, de la manufactura de un cepo, mientras que el dueño, quien narra y quien escucha lo saben desde el principio. De igual forma, la perspectiva se reacomoda porque Araña/Conejo se acercan con candidez, pero sobre todo con modales y amistad.12 Saludan y solo pierden su compostura y aparece la violencia cuando el muñeco no responde el saludo amistoso. If the rabbit begins the story as an antisocial character whose self -centered actions expose the Weakness of customary norms, he has already become something else by this middle episode. Indeed, he turns into something his own opposite. During the meeting with the tar baby the rabbit exemplifies the ethics of the community that he had previously spurned. (82) En sucesión veamos las reacciones: “el conejo ganó y el muñeco no le pagó. Llegó el conejo y le dio con el puño izquierdo y se quedó pegado y le dice: - ¡Suéltame, porque si te doy con el puño derecho te reviento! Y al no tener contestación, llega y saca la mano derecha y le da y se quedó pegado. Entonces le dice: Suéltame, porque me quedan los pies, ¡que si te doy te mato! Y vuelve y saca y le da con todas sus fuerzas y se quedó pegado y dijo: - Suéltame, 12 Casi la misma ilusión y deferencia con la que grandes sectores de nuestra población recibió el nombramiento de la Junta de Control Fiscal. 13


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porque me queda la cabeza y la barriga, ¡que si te doy caes muerto del susto! Y llega y le da y se queda pegado.” (J. A. Mason ,”Animales” 315)

conejito le dio con una pata y se quedó pegado del muñeco” (“Animales” 332). “dijo: - iOh! compay, ¿qué hace usted allí? El muñeco no le contestó y el conejo le dijo: - ¿Qué, vamos a jugar baraja ? El muñeco tampoco le contestó. - Compay, usted está medio serio conmigo, mire que yo doy unos puños que no hay quien los resista; yo como garbanzas (sic) todos los días y tumbo al mundo si quiero. Compay, pero ¿por qué es que usted no me habla? yo le voy a meter un bofetón que no va a quedar ni un cantito de usted. iOh! No me contesta. iBum! iVa!” (“Animales” 333).

“…como a las diez de la noche se apareció el conejo dándole las buenas noches a aquella señora y le dijo: - Buenas noches, señorita; señorita, buenas noches. Y le dijo: - Señorita, usted no me quiere hablar. Buenas noches, señora; pues ya que usted no me quiere hablar, deme un pedacito de queso. Como nadie le habló, le dio una bofetada y quedose el conejo pegado de una mano, de la cara de la señora. - iAy! ¡señora, suélteme! si usted no me suelta le doy otra bofetada. La señora no lo soltó de aquella mano. - iPues si no me suelta le meto otra bofetada! Se la tiró, quedose pegado de las dos manos y se puso a comer el queso.” (J. A. Mason ,”Animales” 317)

“Cuando el conejo iba para el huerto se encontró un negro en la puerta y le dijo: - Quítate de ahí o te day un bofetón. Y como no se quitaba, le dio el bofetón y se le quedó la mano pegada.” (“Animales” 336).

“Buenas noches, negrito, vamos a tallar. Y el negrito callado y él: - Vamos a tallar. Y él callado, y le dijo: - A que te doy una bofetada. Y se la dio y se quedó pegado y le dijo: - iSuéltame, si no te voy a dar la otra! y le dio la otra y se le pegó la otra y le dio con la cabeza y se pegó, y con los pies y se pegó to.” (J. A. Mason ,”Animales” 319) “Varias veces y viendo que no le conversaba, le dio coraje y le desafió a pelear y viendo que tampoco le hablaba, brincó y le dio una bofetada y se quedó pegado” (“Animales” 323).

“Cuando Juan Bobo llegó a la hortaliza y vio aquel muñeco se le acercó y en vista de que no le contestaba, le dio una bofetada en la cara al muñeco…” (“Picarescos” 164). “Araña le dijo al muñeco: “Ah, ¿Tú estás ahí? Ah, pues cuando tú estás ahí es porque quieres que yo coma dulces, ¿verdad?” Entonces empezó a comérselos” (Texidor). “¿Tú estás ahí? tú no quieres hablar, cuando tú no quieres hablar, cuando tú no quieres que, hablar es porque tú quieres que yo coma dulces” (Texidor).

“…y cuando compay conejo vino le dijo: - Voy medio peso a la sota. Compay conejo gano y dijo: - ¡Págame mi medio peso! Y no se lo dio, pero compay conejo le dio una bofetada y se quedó pegado y dijo: - iSuéltame” (“Animales” 328).

La dinámica que se articula aquí es bastante diáfana, mientras para Araña/Conejo, el muñeco se convierte en el Otro que no saluda, que no lo reconoce, para el Muñeco que “responde” al dueño, Araña y Conejo quedan marcados como el Otro a quien el dueño busca atrapar y escarmentar. La brea (o el dulce) es sin duda, la marca que estigmatiza y señala desde la superioridad de quien tiene y puede usar la tecnología para engañar y cercar. Es así como el dueño sabrá reconocer al ladrón, al antisocial que interfiere con su proyecto de siembra y cosecha. Quedan marcados porque no contribuyen y por lo tanto merecen ser señalados, estigmatizados y

“goma y cuando el conejo vino a robarse las patatas vio aquella estatua que tenía una botella en las manos y al conejo le gustaba mucho la bebida y dijo: - Buenos días. Y la estatua no se los contestó, y le dijo: - iA que te doy una bofetada!” (“Animales” 330). “Entonces el conejito le dijo: - iOh! amigo, ¿usted jugando solo? ¿quiere que yo juegue con usted? - Amigo, deme para fumar de su cigarro. Pero el muñeco no le decía nada. Entonces el

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restringidos en su movimiento.13 Tanto en la economía del azúcar como en la más moderna que usa la tecnología (brea14) ambos productos son los que permiten desarrollar un cuerpo de siervos/jornaleros/obreros que producen, con su mano de obra, la riqueza para otro. Para quienes escuchamos/leemos el cuento, Araña/ Conejo están marcados desde el inicio, puesto que como público conocemos toda la realidad. Nos toca decidir si aceptamos la primera narrativa del personaje amoral, pillo y vago o la segunda, de víctima de una trampa que utiliza los valores sociales y culturales de Araña/Conejo como cebo para entrampar. Basándonos en nuestra experiencia de pueblo, podríamos incluso asociar este comportamiento a la clásica maniobra imperial y opresora que parte de utilizar intermediarios de la misma cultura para montar todo su andamiaje para engañar y para mediante el engaño, perseguir, castigar y paralizar cuando lo cree necesario para sus objetivos. Pensemos. Una narrativa que se construyó desde los inicios del “Estado Libre Asociado” y su “constitución” es que la deuda en la que incurriera el estado tendría prioridad uno, es decir, se pagaría antes que cualquier otro compromiso. Por toda la vida se nos mostró esa cláusula como la muestra inequívoca de lo “responsables” que habían sido los “¿padres?” de nuestra patria. A esa narrativa acuden hoy día quienes, ahogado el país en deudas y víctima de los buitres, nos aseguran que tenemos que ser buena paga porque desde chiquitos en nuestras casas nos han enseñado que las deudas se pagan. Hoy día sabemos que esa cláusula de la constitución fue incluida a obligación del Congreso de los Estados Unidos que, junto a los grandes intereses bancarios y económicos bien sabían (¿o planificaban?) que, tarde o temprano, este momento le llegaría a Puerto Rico. Hay dos narrativas: 1)la de ser “buena paga” - como “valor de 13 Parte de las estrategias de dominación que se usó en la etapa del azúcar en Puerto Rico fue precisamente, restringir el movimiento. Nos cuenta Figueroa, “The pre-1873 labor regulations sought more than merely forcing the landless peasantry to work on sugar and coffee haciendas. After 1848, the government also sought to restrict the free movement of people across municipal boundaries without government supervision” (167). 14 En su libro Wagner incluye interesantes referencias al origen y uso de la brea a lo largo de la historia de la humanidad. 15


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sobre moral y vagancia en relación al trabajo jornalero. Dice Figueroa: “… the discussion on ‘morality’ and ‘vagrancy’ (code words for the planters’ frustration with their inability to mold laborers into a steady, disciplined and fully dependent labor force)” (172). Igual que cuando Araña/Conejo se enfrenta al muñeco cuyo talante va, en ruta ascendente, pasando de incomprensible a desconsiderada y amenazante (Wagner 85), de esa misma manera podríamos aplicar esta metáfora al momento histórico presente. Igual que en la sociedad esclavista y en la proletaria las relaciones entre las clases dirigentes y los sin poder eran incomprensibles, desconsideradas y amenazantes, hoy día podemos aplicar esa dinámica a la relación entre Puerto Rico y el “Muñeco” que es para nosotros hoy la Junta. La cínica estrategia de encontrar un presidente de la Junta que es “puertorriqueño” al igual que el “Contacto de prensa,” o la persona, puertorriqueña también, que hace el trabajo sucio frente a los medios, es muy parecida a la del muñeco silencioso del cuento folclórico porque ambas parten de una óptica de superioridad que apuesta a la capacidad de ser engañados que les adjudican a sus subalternos inferiores. El muñeco de brea que estos sistemas nos han construido es engañoso y peligroso: se parece a nosotros, pero se usa para atraparnos y restringir nuestro movimiento. Según Araña/Conejo se topan con un “igual” que trabaja para el Otro, los acecha, los entrampa y los paraliza, de igual manera que en todos los sistemas de represión de nuestra historia ―la esclavitud y el coloniaje― se han usado personas puertorriqueñas intermediarias que, como instrumentos responden silenciosamente al Otro y se prestan para confundir y atrapar, ofreciendo espejismos: comida, bebida, mantengos, etc. (Harris 511). Desde incomprensible hasta amenazante, ese intermediario actúa con los intereses del Otro en mente y hace uso de su comprensión y conocimiento para cumplir con quien lo manda y sostiene. No es de desmerecer el detalle de que en una de las versiones recogida en Guayama el muñeco es de dulce. Es imposible ignorar las asociaciones que se pueden hacer, precisamente en un lugar como Guayama, con el muñeco, el dulce y el azúcar. Pensemos en toda la riqueza que el azúcar produjo a una clase en el país, recordemos las familias que aún hoy disfrutan de esa riqueza que se derivó del azúcar, de las mieles y los rones anclada en un sistema de opresión y de sus relaciones con los extranjeros que se apoderaron de esa industria. Una historia silenciosa de la que no se habla lo suficiente en Puerto Rico, más allá de los círculos minoritarios de

todo puertorriqueño responsable”- a toda costa a pesar de saber que los buitres quieren recuperar lo que no merecen porque compraron a riesgo y por menor precio de lo que ahora quieren obtener en sus acuerdos; 2) la de no pagar porque entendemos que se han usado nuestros valores y entendimientos de pueblo para construirnos como el mala paga que cogió prestado más de lo que podía pagar y ahora como buen “jaiba,” cuando se ve atrapado entre la brea, quiere poner pies en polvorosa. De acuerdo con ese enfrentamiento, igual que la Araña/ Conejo, el puertorriqueño sin poder queda excluido porque se le construye la imagen de alguien que quiere algo sin dar nada a cambio. Cada cual acepta la narrativa que quiere, pero al así aceptarla decide quién es la víctima y quién el victimario. Es por eso que, para esta discusión, surge como una joya en las interpretaciones de Figueroa, el denominar como “code words” las argumentaciones 16


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la academia y sus investigadores/as; tan silenciosa como la historia de sus trabajadores y víctimas.

Not only was the slave denied all claims on, and obligations to parents and living relations but, by extension, all such claims and obligations on his more remote ancestors and on descendants… Slaves differed from other human beings in that they were not allowed freely to integrate the experience of their ancestors into their lives, to inform their understanding of social reality with the inherited meanings of their natural forebearers, or to anchor the living present in any conscious community of memory. That they reached back for the past, as they reached out for the related living, there can be no doubt. Unlike other persons, doing so meant struggling with and penetrating the iron curtain of the master, his community, his laws, his policemen, and his heritage. (citado en Figueroa 80)

Esa dinámica trae consigo la violencia, porque ante la violencia que te propina quien te ignora y no te reconoce, la respuesta violenta es natural. Y aunque una de las consecuencias de enredarse con el muñeco de brea es emplastarse más y más, pegarse más y más y enredarse más y más, en el cuento, aunque Araña/Conejo no logran el reconocimiento, sí logran escapar en casi todos los casos, porque se trata del más simple sentido de supervivencia y ante el entrampamiento y la parálisis que ofrece el muñeco, el ingenio puede más. Por eso, Araña/ Conejo son héroes populares15 porque tienen otras tretas, otros recursos frente a la violencia que se ejercita desde el poder contra ellos. Es la lucha con el muñeco, así como su insistencia en los modales (o valores culturales) lo que le devuelve la humanidad que tanto el muñeco como el dueño le han quitado al trickster, y que bien puede asociarse con la restitución de la humanidad de la persona afro: “The violence against Blacks in folklore is answered by a defense which is surprisingly modest, sometimes timid, and which frequently demands only the minimum of acceptance, while always trying to restore to Black people the humanity that the oppressor constantly tries to deny them” (Carvalho-Neto 87).

Resulta fascinante el enlace que puede hacerse entre la reacción violenta, cargada de frustración e incomprensión que articula Araña/Conejo ante la insensibilidad y falta de modales que exhibió el muñeco de brea, con la reacción indignada y certera de los puertorriqueños ante la revelación del chat del destituido por el pueblo, Ricardo Rosselló y sus iguales del gobierno. Los investigadores Carlos G. García-Quijano e Hilda Lloréns adjudican estas reacciones de los puertorriqueños en el verano del 2019 a la transgresión a los valores culturales fundamentales que hicieron todos los integrantes del chat:

La importancia que se le da al ritual del saludo ignorado, de la conversación no correspondida en el cuento responde a la dimensión tan importante que adquieren los comportamientos y costumbres culturales como medios para evitar la enajenación en situaciones de opresión. Dimensión que puede entenderse si recordamos las dinámicas de la esclavitud que describe Orlando Patterson:

As anthropologists who study16 Puerto Rican culture, we consider that the content of the chat itself is no ordinary straw that broke the camel’s back, but that it represents an unpardonable violation of Puerto Rican core cultural values of respeto, compasión, and humildad (respect, compassion, and humility). A widely perceived violation of Puerto Rican core cultural values was at the very heart of the anger felt toward the governor and his chat “bros.” (Lloréns)

Alienated from all ‘rights’or claims of birth [the slave] ceased to belong in his own right to any legitimate social order. All slaves experienced, at the very least, a secular excommunication. 15 Although Br’er Rabbit tales often specifically address the conditions of slavery, Roger Abrahams emphasizes that the African American trickster did not develop simply as a reaction to white oppression; rather, “as in Africa, Trickster’s vitality and inventiveness are valued for their own sake” (20) citado en: Smith, Jeanne Rosier. Writing Tricksters: Mythic Gambols in American Ethnic Fiction. Berkeley: University of California Press, 1997. http://ark.cdlib.org/ark:/13030/ft7199p0zh/

Los comportamientos, valores y costumbres culturales son los espacios de seguridad y acogida a los que siempre se vuelve no solo para lograr la identificación, sino como medios de referencia y espacios seguros, cargados de fuerza simbólica. La transgresión es, además, tal como 16 Véase https://theconversation.com/what-rural-coastal-puerto-ricans-can-teach-us-about-thrivingin-times-of-crisis-76119. 17


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“el arraigo” (Wagner 92-93). Naturalmente que para entender por qué en nuestras versiones no aparece ese zarzal, habría que realizar un estudio arqueológico de nuestras versiones para detectar el tracto que explique esa ausencia, investigación que no entra entre mis metas. Aplicando nuevamente el cuento a nuestra realidad colonial, recordemos también entonces la importancia de los signos culturales que se han convertido en portaestandartes del sentido de colectividad y patria en momentos de rebelión como el más reciente verano del 2019. La utilización única de la monoestrellada fue la respuesta espontánea al silencio y ninguneos oprobiosos de la administración del destituido por el pueblo, Ricardo Rosselló. De igual manera, la monoestrellada en luto fue el espacio común de convergencia frente a la imposición de la Junta de Control Fiscal con su estilo silencioso de actuar y oprimir. Son, sin duda los antídotos contra la alienación. Son los espacios donde el Compay Animalito/Tigre no dominan y aquellos a los que el muñeco silencioso no logra impedir el acceso. Porque no hay que olvidar que, en una colonia, igual que en el estado de esclavitud, las quejas, las increpaciones y las exigencias por parte del sujeto se contestan con el silencio desdeñoso y la deshumanizante invisibilización por parte del poder. También con la construcción de estereotipos y con la criminalización. El vuelco del cuento es tan político e importante, puesto que lo que al principio no puede verse porque quien escucha o lee está sumido en la construcción de la imagen de un pillo o vago, se convierte en la focalización de un proceso de exhibición de la capacidad no solo para hablar y exigir, sino para reconocerse, entender y liberarse. Bien lo resume John W. Roberts:

lo han puntualizado García- Quijano y Llorens, lo que provoca la acción política. Creo que es por eso que la ausencia en nuestras versiones de un “briar patch” (el zarzal al que en versiones internacionales Conejo logra escapar) no cambia el valor ni el significado, ni mucho menos la relación que puede hacerse entre nuestras muestras y las internacionales (especialmente las de Estados Unidos) que sí tienen ese espacio como el lugar específico al que el Conejo logra escaparse mediante tretas que le hace al Zorro. En términos generales, se entiende el “briar patch” como un lugar de encuentro, un símbolo de la cultura, un antídoto para la enajenación, en otras palabras,

As the story of the trickster and the tar baby reveals, one of the easiest traps that an enslaved African could get caught up in was that of accepting illusion for reality, especially the illusion of shared identity that the masters were all too capable of creating. However, as the actions of the trickster revealed, the solution of the 18


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dilemmas created by an existence in a sociocultural environment in which trickster and dupe could suddenly reverse their roles was to always remember one’s cultural roots. By embracing their roots, enslaved Africans found in their cultural heritage and their tradition of animal trickster tale creation, if not a solution to slavery as an institution, a system of values guiding action which greatly minimized its impact on their lives. (42)

de quienes sufrimos, ayer y hoy, la falta de libertad; la vergonzosa situación de quienes resistimos, ayer y hoy, el maridaje de los intermediarios con quienes nos sojuzgan; así como el estratégico enfrentamiento y los recursos creativos y culturales, ayer y hoy, de quienes vivimos bajo opresión. Seguimos topándonos con un muñeco de brea, que ahora viste con gabán Armani y corbata Louis Vuitton; seguimos enfrentándonos con el muñeco silencioso que no reacciona a nuestras increpaciones, sea desde el gobierno local, sea desde la Junta, porque ambos trabajan para el amo y su función es estereotiparnos, criminalizarnos y más aún, restringirnos el movimiento.

Y en este desenlace Araña/Conejo como cualquier buen trickster magnifican su poder porque convierten, mediante la inversión, su falta de poder en subversión. Precisamente lo mismo que son las “tretas del débil” y que este cuento exhibe de manera prodigiosa. Es lo que induce a Wagner a señalar: “the tar baby does not respect these boundaries [freedom and slavery], preferring to speak all at once to peasants, slaves, convicts, vagrants, debt peon, unwaged household laborers, indentured servants, and dispossessed commoners as well as agricultural, industrial, and service workers bound by contract” (115). Este rico cuento promete más, la otra avenida que me gustaría explorar más adelante es toda la significación que surge de la oposición silencio/ discurso que se da entre ambos personajes porque es inevitable asumir la carga política que surge del silencio del muñeco y de la capacidad para gritar e increpar que se le adjudica a Araña/Conejo. Otra de las importantes instancias que surgen también al final del cuento, como parte de ese cambio de posición que la narración nos ha propuesto y que ya hemos apuntado.

Agradezco, para concluir, que el licenciado Eduardo (Tuto) Villanueva lo explique mejor que yo: “porque a los puertorriqueños y a las puertorriqueñas les está pasando como a los nacionalistas que, en la Revolución del 50 en Utuado, les amarraron los cordones de los zapatos, los mandaron a andar por la calle y desde la espalda les dispararon, los mataron, los ejecutaron. La masacre que hubo en la Revolución del 50 en Utuado fue mucho más grave que los asesinatos del Cerro Maravilla y que cualquier otra cosa que tú te hayas podido imaginar. Pues usando esa metáfora, yo te digo que aquí a los puertorriqueños, conociendo los siete dictadores que están en la Junta de Control Fiscal y con el Congreso en el Senado Republicano y el presidente Trump nos tienen amarrados los pies y las manos” (39:02- 39:49). (podcast Fuego Cruzado, 7 de noviembre de 2019) Textos citados Carvalho-Neto, Paulo de. “Folklore of the Black Struggle in Latin America.” Latin American Perspectives (1978): 53-88. digital pdf. Figueroa, Luis A. Sugar, Slavery, and Freedom in NineteenthCentury Puerto rico. Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2005. papel. Harris, Leslie Espinoza and Angela P. “Afterword: Embracing the Tar-Baby. LatCrit Theory and the Sticky Mess of Race.” California Law Review, Inc (1997): 1585-1645. digital pdf. Lloréns, Carlos G. García-Quijano and Hilda. “www. americanantropologist.com.” 29 Octubre 2019. Using the Anthropological Concept of “Core Cultural Values” to Understand the Puerto Rican 2019 Summer Protests. digital. 30 Octubre 2019. Lugo, Julia Cristina Ortiz. De arañas, conejos y tortugas: Presencia de África en la cuentística de tradición ora en Puerto Rico. San Juan: Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1995. papel.

Hasta que retome esta otra posibilidad, por lo pronto digo que me parece evidente que este cuento es una extraordinaria muestra de las dimensiones políticas de nuestros relatos orales. Despachar este cúmulo de testimonios y mensajes culturales como textos del pasado, textos irrelevantes o textos de los que podemos prescindir es una tragedia, por no decir una prueba más de lo exitosa que ha sido nuestra educación colonial. Según voy estudiando estas versiones puertorriqueñas reconozco una vez más la conversación ininterrumpida que mediante diferentes medios artísticos han mantenido las clases populares en Puerto Rico sobre sus desgracias, sus conflictos, sus estrategias y sus triunfos. Este cuento nos narra a través de una alegoría, y en consonancia con la que se usó en otros lugares, la violenta realidad 19


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—. “Negro, mudo e incomprensible. El muñeco de brea. Segunda parte.” Revista Cruce (2019): 16-27. digital. __. “La negociación y la majadería: dos tretas del poder del esclavo”. Saben más que las arañas. Ponce. Centro de Investigaciones Folklóricas Casa Paoli/ FPH, 2004, p. 51-64 Martyris, Nina. “ww.npr.org.” 11 May 2017. Tar Baby’: A Folk Tale About Food Rights, Rooted In The Inequalities Of Slavery. digital. 10 de octubre de 2019. Mason, J. Alden and Aurelio Espinosa. “”Porto Rican Folk-Lores: Folktales. Cuentos de animales.” The Journal ofd American Folklore (1927): 313-414. Digital. Mason, J. Alden y Aurelio Espinosa. “Porto-Rican Folk-Lore. Folk-Tales. Cuentos picarescos.” The Journal of American Folklore (1921): 143-208. digital. Roberts, John W. From Trickster to Badman. The Black Hero in Slavery and Freedom. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1989. Impreso. Scarano, Francisco. Haciendas y barracones: azúcar y esclavitud en Ponce. Puerto Rico 1800-1850. San Juan: Huracán, 1992. Impreso. Texidor, Aurora. “Compay Araña y la tala de calabaza.” Guayama, 1979. Digital. Villanueva, Edgardo “Tuto”. “Fuego Cruzado.” 7 de noviembre de 2019. Podcast. Wagner, Brian. The Tar Baby. A Global History. Princeton: Princeton University Press, 2017. Digital.

Todas las fotos son de Yanitza Montero Rivera.Piezas son parte de La Junta Exterminating, Diseño y realización de los vitrales por Alberto Javier Faris, montaje Manuel Reyes, producción y curaduría de Ricardo Cobián.

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La novedad de las novedades: Los libros de novedades de policías como fuente primaria para armar la historia social de los municipios Carlos J. Carrero Morales

Cuando comencé a visitar el Archivo General de Puerto Rico ni siquiera consideraba estudiar historia. En ese momento formaba parte de un equipo de trabajo que estábamos investigando sobre la Hacienda la Matilde en Ponce. Con la ingenuidad de novato pensé que iba al Archivo, solicitaba los documentos y el mismo día los consultaba, pero la realidad era otra. Esa fue la primera lección aprendida, también fue el momento en que me comencé a enamorar de los documentos. Mas la conquista definitiva fue más tarde, cuando conocí los libros de Novedades de Policía. Las primeras novedades policiales que comencé a explorar fueron de Maricao. En el 2015 integré un equipo de trabajo para someter la torre de piedra y el vivero de peces al registro de lugares históricos. La consulta de los libros de novedades NO proveyó detalles de ninguno de los dos hitos; sin embargo, la cantidad de datos sociales del Maricao de los años treinta era enorme. Ejemplo esto son las formas de recreación, la naturalidad de las apuestas y la política. El 29 de octubre de 1932 los Guardias Ramón Pérez y Ramón Mulero reportaron

haber encontrado a H. Malavé, blanco, de 26 años, a Luis Quintana, blanco (los dos de la Hacienda Delicias); a Alfonso Ortiz Mojica, blanco, de 24 años; a Inocencio Padilla, blanco, de 28 años, a Aurelio Padua, blanco, de 25 años, (los tres de la Hacienda Providencia); y a Francisco Sánchez, blanco, de 48 años, (de la Hacienda Cristales), sorprendidos jugando el juego conocido como de Monte, en el Barrio Maricao Afuera. Este juego es uno de apuestas con barajas, de origen español y que tuvo gran arraigo en Latinoamérica y el Caribe. El mismo día se realizó un mitin del Partido Liberal en la plaza pública. Los oradores en esta actividad política fueron el Sr. Domingo Piovanetti, el Lcdo. Virgilio Buret, el Lcdo. Jaime Baijés, el Sr. Carlos Santana y el Sr. Felipe Rodríguez. Al día siguiente, el 30 octubre 1932 hubo un mitin liberal en el barrio Palma Escrita. Dicho barrio hoy es parte del vecino municipio de Las Marías. Y estos dos mítines son solo un ejemplo de la cantidad que se estaban realizan en esa época; con nombres y fechas. Para quienes les interesa la historia política, los libros de novedades de la policía insular de Puerto Rico 21


Carlos Vivar, El vuelo de los jimadores

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son una cantera de información que actualmente es muy poco consultada para esos fines. Las situaciones de empleados mal pagados también estaban presentes en esa época. Muestra de esto fue el 2 noviembre 1932, cuando los Guardias Ramón Pérez y Gregorio Avilés, atendieron un motín en el barrio Montoso. En ese lugar, los individuos Juan Caván, Serafín Acevedo, Francisco y Américo Meléndez, residentes de Coamo y agregados de la Hacienda El Cerro, propiedad del Sr. Tomás Mari. Los individuos solicitaron al mayordomo que se les aumentara el precio de la cogida de café. Es decir .22 centavos por almud en lugar de .20 como se les pagaba. El mayordomo les dijo no estar autorizado a tomar esa decisión. Los amotinados amenazaron con formar una huelga para que se atendieran sus reclamos. Escenas similares se observan en el pueblo de Añasco, que es conocido por ser el lugar donde los dioses murieron, la sede del sitio donde se probaron mortales los colonizadores españoles a manos de los aguerridos indios taínos. Pero esa bravura de esos pobladores del

Yagüeca se mantuvo latente en los nativos del pueblo añasqueño. Muestra de esto la pude constatar hurgando en los libros de novedades la policía de Puerto Rico, de principios del siglo XX. Varias actividades violentas y delictivas son evidenciadas en los primeros libros de este pueblo que tuve la oportunidad de consultar. Sucesos que más allá de narrarnos eventos criminales, nos hablan de la vida cotidiana de la población. Como el caso el día 1 de enero de 1916, cuando el Cabo Evaristo Berríos y el Guardia Felipe R. Torres, salieron a las 4:00 PM a los barrios Carrera, Espino, Sidra y “Cercado”, a investigar: muertes, nacimientos, robos, escalamientos y juegos prohibidos. Curiosamente se destaca que los oficiales salieron a realizar dichas pesquisas a caballos; específicamente en los caballos Noble y Cambalache. Las mujeres del pueblo han sido igual de aguerridas y se han dado a respetar incluso de forma violenta. El 9 de enero de 1916, el jefe del Departamento de policía, el Sr. Jaime González, salió a las 8:30 AM, a investigar el informe de un hombre que estaba herido en el barrio 22


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Piñales. Una hora más tarde González regresó al cuartel habiendo arrestado a la Sra. Mercedes Rosado de 20 años, trigueña, natural y vecina de Añasco por haberle dado una herida al Sr. Victoriano Pezante, con un machete sobre el parietal izquierdo de la cara, causándole una herida grave. Los juegos ilícitos estaban latentes en el pueblo. El 23 de enero de 1916, el Cabo Eugenio Colón y el Guardia Felipe R. Torres sorprendieron una jugada de Monte en el barrio Cacey Abajo, arrestando a 10 individuos, ocupándoles baraja y dinero. Los acusados fueron entregados al comisario de dicho barrio, quien prometió los enviaría al día siguiente al cuartel. Pero las actividades violentas no se limitan a crímenes, también el carácter tenaz y valiente del pueblo añasqueño se evidencia en la defensa de sus derechos ante las opresiones laborales. Desde 17 de enero de 1916 se hace referencia a movimientos de la huelga agrícola en los barrios Playa, Hatillo, en la Central, y en la Hacienda Eugenia en el barrio Hatillo. Mientras el 27 de enero del 1916, el Cabo Berrios y el Guardia Torres salieron a la 1:00 PM. para investigar otras actividades y varios asuntos relacionados a la huelga en los barrios Espino, Carreras y Sidra. Las cotidianeidades del pueblo están latentes en estos informes policiacos. No todos los sucesos que allí se encuentran son actos violentos. Algunos nos muestran el arraigo al conservadurismo de la sociedad de la época. El 2 de febrero de 1916, a eso de las 2:00 PM la Sra. Doña Julia Valentín natural de Añasco y vecina de la calle San Felipe, se personó al cuartel municipal informando que su hijo Carlos Ramírez y Valentín, de 16 años, trigueño, desapareció del pueblo el lunes 31 de enero de 1916. La Sra. Valentín tenía información de que una mujer de vida alegre lo “sedució a irse para Aguadilla” y que ella se llama María. La Sra. Valentín al ser una Sra. pobre recurrió al Sr. Juez de Distrito para que por los medios pertinentes se hiciera volver al joven a casa de sus padres.

Hace un par de años, en el 2016, me encontraba el área de Colección Puertorriqueña de la Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, consultando algunos periódicos sobre mi tema de tesis y de repente me topé con un titular que me llamó la atención. En la primera plana del periódico El Imparcial del miércoles 1 de octubre de 1930, destacaba “El ferrocarril dejó casi muerta a una mujer desconocida en Rincón: Nadie ha podido identificarla.” Quise hacer una lectura rápida de la noticia, pero casi sin darme cuenta me imbuí con cierta curiosidad voraz a investigar sobre el suceso. Según la información que ofrecía el rotativo una mujer había sido arrollada por la locomotora de carga #39 de la American Railroad Co. que arrastraba el tren #34, en el Km. 167 en el barrio Barrero de Rincón. La mujer, que recibió heridas de carácter grave en la pierna y rodilla derecha y en el ojo derecho, fue conducida a la sala de socorro de Rincón donde fue atendida por el Dr. Carlos González, de Aguada. Destaca el periódico que la mujer se encontraba en estado preagónico, pero ningún vecino del referido barrio logró identificarla y ella tampoco alcanzó a emitir comentarios. La infortunada mujer fue tomada por una loca que había escapado de alguna institución para pacientes que carecen de facultades mentales o de la casa de algún familiar. Mi curiosidad se encontraba al filo; ¿quién era esta mujer?, ¿qué había sucedido con ella?, ¿cuándo ocurrió el infortunio? o ¿que había resultado de la investigación de este suceso? Con estas interrogantes me dirigí, al Archivo General de Puerto Rico donde obtuve varias de las respuestas en los Libros de Novedades de la Policía. De entrada, me desilusioné, busqué el suceso en la fecha del periódico donde se publica la noticia, pero mi sorpresa fue que en ese día no aparecía nada sobre el suceso. El libro de novedades policiacas solo tiene información superflua; la hora de entrada y salida de los guardias de turno, el momento en que izaron la bandera, pero absolutamente nada de la mujer arrollada por el tren en Barrero. 23


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Esa decepción casi detiene mi búsqueda, pero la curiosidad era mayor, así que con un poco de esperanza busqué al menos un mes antes de la fecha del titular periodístico, y de pronto, ¡eureka! En el referido libro me percaté de una nota del 26 de septiembre de 1930 en la cual narra que el Cabo Miguel Vázquez y el Guardia Demetrio Alameda informaban que a las 7:15 PM, de ese día, en el Km. 167, en la vía del ferrocarril en el barrio Barrero de Rincón; el tren #34 arrastrado por la maquina #39 había arrollado a una fémina de cómo 36 años. La infortunada mujer era trigueña, de pelo negro, nariz chata y como de algunos cinco pies de altura. La investigación policial identificaba al personal del tren como: el maquinista Juan Quijano (blanco de 43 años, natural de Camuy y residente en la barriada Obrero de Aguadilla); el fogonero Julio Mangual (negro de 40 años, natural de Añasco, residente de Tras Talleres en Mayagüez); el conductor, Carlos Nadal (blanco de 40 años, natural de Mayagüez y residente de la Calle Mercado en Aguadilla); y los guardias del tren, Manuel Rodríguez, (trigueño de 40 años, natural de Yauco y residente en la Calle Guadalupe en Ponce); Lao Rivera (blanco de 40 años, natural de Ponce y residente el #2454) y Abelardo Padilla (trigueño de 36 años, natural de Aguadilla y residente de la barriada Obrero de Buena Vista). El personal del tren llevó a la infortunada a la estación del tren en Rincón y de allí fue dirigida a la sala de socorro del pueblo. El día 27 de septiembre de 1930 el Guardia José L. González y el Cabo Vázquez salieron a pie para el barrio Barrero a realizar una investigación sobre el suceso. De esta investigación regresaron con el Sr. Lorenzo González, El Sr. Eleuterio Vargas, el Sr. Baldomero Valentín y el Sr. Juan Vargas como testigos del incidente. Al mismo tiempo el Guardia Gustavo Rosado salió a pie para el barrio Atalaya para investigar la procedencia de la desconocida que había sido “estropeada” por el tren en Barrero. Curiosamente los oficiales también salieron a investigar otro suceso en barrio Puntas de Rincón

donde un individuo había sido golpeado por un tren de pasajeros. Luego de todo esto, aún permanecían en mí algunas interrogantes; ¿qué había pasado con la desdichada mujer, y finalmente quién era ella? Las respuestas las ofrecía unos días más tarde el periódico El Imparcial. El 3 de octubre de 1930, se publicó en la primera plana del rotativo, “Falleció la mujer desconocida que fue arrollada por el tren en Rincón: murió sin haber sido identificada.” Señala la noticia que los médicos hicieron todo lo posible para salvar la fémina, pero no habían sido suficientes los esfuerzos. Con la esperanza de que alguien pudiera identificarla se ordenó no enterrar de forma inmediata el cadáver, pero nadie se presentó. Quise averiguar otros detalles sobre la infortunada preguntando a mis familiares si habían escuchado hablar de la loca de Barrero que había arrollado el tren. Para mi sorpresa solo encontré una historia con la que asustaban a los niños para que no se acercaran a las vías del tren por que allí aparecía la loca. Queda la interrogante de quien era esta mujer. El periódico hacía énfasis en que en su estado preagónico la infortunada solo acertó a decir que su nombre era María. Redacté un ensayo “María una mujer con una historia olvidada” y sentí la necesidad y la responsabilidad de narrar su historia y publicarla en mi blog personal. El mismo blog que recibía apenas tres o cuatro visitas semanales, de repente comenzó a recibir una gran cantidad de visitas. Comenzaron a surgir mensajes de personas del barrio identificando nombres y la curiosidad por la loca que había arrollado el tren en Barrero. Aguadilla es el municipio que más he explorado en los libros de novedades de policía. Quiero aprovechar para narrar algunas curiosidades con las que me he topado en el proceso de investigar los libros de novedades de Aguadilla. El investigar solo tres años (1939-1941), me ha mostrado historias y sucesos que plasma un Aguadilla muy distinto al que recuerdo de mi infancia y completamente distinto al actual; en términos de su 24


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historia social. La cotidianidad aflora entre los folios de estos libros. Escenas de borrachos jocosos, peleas en las calles juegos clandestinos desde el “bolipool” con lotería dominicana, hasta el juego de Monte en los callejones. El ron clandestino y la gran cantidad de alambiques que eran destruidos casi a diario por la policía insular, no solo en los barrios sino también en los cerros del pueblo. Eran años de política, de constantes mítines

de la Coalición Republicana - Socialista, la Unificación Tripartita y el naciente Partido Popular Democrático, pululaban por las calles y esquinas de Aguadilla.1 La prostitución, a pesar de la cantidad de historias orales que narran esta actividad, es casi inexistente en los libros de novedades de la policía en este lar aguadillano. 1 Fernando Bayrón Toro. Historia de las elecciones y los

Carlos Vivar, Las apuestas

partidos políticos de Puerto Rico. Mayagüez, Puerto Rico: Editorial Isla, 2008.

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tiempo el alquiler de la casa. Unas páginas más adelante en el libro encontré otra carta dirigida al mismo oficial; la curiosidad se apoderó de mi y abrí la carta para ver si su inquilino le había pagado o si nuevamente se excusaba. Pero de inmediato descubrí que la carta no provenía del inquilino cuando al leer el saludo de la misiva decía: “Adorado, nenito mío…” Una fémina se dirigía al oficial disculpándose por algún suceso y se lamentaba porque ella sabía que el oficial era casado. Son ese tipo de sorpresas con las que uno se puede topar. Los libros de novedades de la policía son una gran fuente para quienes se aprestan o sienten la curiosidad de historiar lo social, la microhistoria o la historia individual. Lo cotidiano aflora entre sus páginas; el ron caña, el

No obstante, en su lugar abundan una gran cantidad de casos de riñas y peleas de “mujeres de vida alegre”, casos de hombres bailando en las calles con “mujeres de mala vida” o incluso se hace referencia a la presencia de “mujeres de esa vida”. Rara vez se hace referencia a casos de prostitución o de prostitutas, aunque en los entre líneas queda muy claro a lo que se referían, pero había cierto tabú de hacer referencia directa. Es curioso, porque los policías sí eran muy explícitos cuando describían riñas, peleas o cuando se alteraba la paz con palabras “obscenas o soeces,” en esos casos los policías llenaban sus informes señalando específicamente las palabras utilizadas, tales como: “…carajo, coño, me cago en la madre de ese guardia hijo de la gran puta…” Una de las primeras cosas que hago cuando consulto estos libros de novedades, casi como un protocolo personal, es pasar las páginas de forma rápida, antes de leer nada. La razón para hacer esto es debido a que los policías también eran personas con problemas, que se enfermaban, que se enamoraban y en muchas ocasiones evidencias de esto permanecían entre las hojas de estos libros y allí permanecen resguardadas como un gran tesoro. Recibos de farmacias, excusas por ausencias, anuncios de medicamentos para el estreñimiento, anuncios de ferreterías y hasta cartas personales; son algunos de esos tesoros que se esconden entre las paginas de los libros de novedades. En una ocasión encontré una postal, que me pareció curiosa y le saqué una foto. La subí a una de las redes sociales y una compañera de estudios me escribió diciéndome “Carlos, qué curioso, mi abuelo tenía el mismo nombre del remitente de esa postal y él trabajó en ese cuartel.” Le respondí enviándole la otra cara de la postal y la respuesta fue casi inmediata diciéndome: “Carlos, no me jodas, mi abuela se llamaba como la persona que aparece en el espacio del destinatario de la postal.” En otra ocasión encontré una carta dirigida a un oficial de policía, al abrirla carta, era de un inquilino del oficial disculpándose porque ese mes no podría pagarle a

“bolipool”, las borracheras, riñas y locuras. Incluso un ojo muy ávido puede identificar el discrimen y las desigualdades sociales. Pero también se puede encontrar el buen corazón y la gente buena de Puerto Rico; los que iban a devolver carteras, pañuelos y hasta dinero que se encontraban en la calle. Mi interés por estos libros se enmarca en todo esto, es por eso por lo que les invito a que se den la oportunidad de aventurarse entre sus páginas. Lleguen con sus guantes, bozales, lupas, y vivan la experiencia enriquecedora de leer la cotidianeidad y la novedad de las novedades policiales. Referencias Archivo General de Puerto Rico; Fondo documental: Policía de Puerto Rico. Serie: Libro de NovedadesVolumen II. Bayrón Toro, Fernando. Historia de las elecciones y los partidos políticos de Puerto Rico. Mayagüez, Puerto Rico: Editorial Isla, 2008.

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Campo

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de Uziel Orlandi AlegrĂ­a

Una muestra inicial de estos trabajos puede accederse en la ediciĂłn del 12 abril, La paradoja de la violencia parte 2 (https://issuu.com/revistacruce/docs/la_paradoja_de_la_violencia_parte_2)

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Entre tanto amarillo Amanda Hernández

En qué piedra se trazó antes que yo el camino Qué si algo fue ocaso Qué tremendo grito Qué hubo tras el espejo

Qué me queda de hembra enternecida Qué le queda de reflejo a esta carcaza Ha llegado la hora del recuerdo A duras penas hago ruido y juego a ser bromista

Procede llamarle mito brutal Ponerle por nombre Locura y sonreír Llorar también si es que sabe de proezas asumidas la risa

Nadie nunca nos dijo que inventarnos dolería tanto No lo dijo la lluvia tampoco la ventana No hubo lirio que advirtiera la grandeza de esta tumba Nadie nunca nos dijo nada No supimos que hacer con la grandeza de todo aquel silencio

Escarbar la llaga por obligación al hueso Aparentar la divina perfección de un círculo que todo lo recoge con movimientos imperfectos Cavar grande mi tumba sin conocer la verdad del pretexto

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Todo se repite en los dobleces de esta agotable historia hurtada hace ya algún tiempo Espero que dure más de un año esta voluntad torcida Que no sucumba ante el olvido del paso antes dado y falle

Espero que dure lo que dure la certeza de este cielo vertido entre tanto amarillo Impreso en La Impresora Santurce, PR, agosto 2016 Colaboración especial de Proyecto Literal, México

Ojos las flores y velos con que me cubro Vincent Van Gogh, Olivos de sol (1889)

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Estrategias atómicas Amanda Hernández

-Días de persona

que aun no se sabe grande.

Venga mes, gusano redondo que muy temprano canta agua de lluvia en corazón de monte adentro.

-Estrategias atómicas Es ejercicio entero abrirse en tacto a la cálida apuesta de un abrazo. Despertar y decir siento y dejar que la piel se erice.

Ya es tiempo de las abejas. La casa es sobo de alcoholado que entumece. La casa es niña en su día tres de alta. Es tiempo de no cocinar la cebolla. Tiempo de la fuga grande, del miedo hombre que no sabe de pocos pelos en la cara cuando duerme.

Sujetar con dos manos la grandeza que se extiende entre nosotros, eso hablar estrategias atómicas.

Impreso en La Impresora Santurce, PR, abril 2018

Mes que juega a la espera. Primera semana que me regresa al año. Días de persona 32


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Montauk Miguel Adrover

Pájaros nuevos en la nueva latitud. Whitman hizo el primer anuncio: I stand as on some mighty eagle’s beak, Eastward the sea absorbing, viewing, (nothing but sea and sky), The tossing waves, the foam, the ships in the distance, The wild unrest, the snowy, curling caps—that inbound urge and urge of waves, Seeking the shores forever Sangre cetácea corrió como la nativa; Les enseñaron a cazar a los puritanos— Se caza un mamífero; Se pesca un pez: pagué 25 pesos por unos fish tacos… Respeta las reglas…más por tu safety que por la de ellos. Remember: de la tribu no eres miembro; La tuya tiene besos de Atabey en el ritmo de tú código. Tus playas son más bonitas.

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A Puerto Rican Being Miguel Adrover

Is a human animal That faces the national question As a quantum broth of confusion & resentment & history & less than & molecular detritus (Of the colonial variety) & old but new & tropical ennui & souls made of music & William Carlos Williams & name dropping[s], próceres, & aspirations with 19th century hangovers.

Human animals kissed by Anthropocene lips; Kicked by manifest destiny boots— Human animals blursed with blooms of Glossolalia… Beings cursed with equal parts of Lilliput & Gargantua.

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Foto de Miguel Adrover

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Enredadera subcutánea Mayra R. Encarnación

Ya acumulé todos los sentidos. La noche se aproxima y los cuerpos se remojan. Ella huye de sí misma para encontrarse con el olvido. A él le asusta el encuentro por temor a enamorarse. Todos conocen la antesala de dos amantes clandestinos. Todos suspiran ante la carne encendida o por encender. ¿Quién no aspira al toque preciso de los remolques del placer? Sin preámbulos, sus manos destrozaron el encuentro. Sin preguntas, dudas o explicaciones los cuerpos se enredaron en lo que dos refugiados clandestinos saben consumir… La piel nos les pertenece. La mirada no tiene fronteras y las inhibiciones consumen lo prohibido por otros.

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Llegó el momento de trascender las cavidades. Ella enredadera subcutánea; él olvido trasnochado. Con el derroche de la piel, la luz amaneció los cuerpos. Sin miradas, despedidas o arrepentimientos, dejaron atrás la piel mudada. Sofía ya no se vuelve a encontrar; él se perdió en ella para siempre. Nick Price, From Above

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Cy Young Javier Febo Santiago

Ganar premios es importante. Para mí, lo más importante. No soy como esos hipócritas que dicen que a los premios no se le debe dar importancia, que lo importante es jugar, competir. Se van todos al carajo. Como me molesta la falsa modestia. Si no le dan importancia, ¿por qué recogen el premio? ¿Por qué sonríen? ¿Por qué colocan el premio en un altar? No me jodan. Si van de visita a sus casas, lo primero que vas a ver, de forma “indirecta”, es el altar repleto de trofeos, placas, medallas… ¿Cuál es el mensaje? Por favor, es obvio. ¿Por qué no están en el garaje, o en el sótano? No. Están a la vista de todos. Como quien dice: Mira lo que he logrado, ¿no es precioso?

la posibilidad de ser el elegido, que estoy concentrado en el partido inmediato. No. Digo la verdad. Demuestro felicidad y ansias de ganar el premio. Pienso que es lo lógico. Podrían decir que soy un ególatra, arrogante, y hasta mal compañero si el otro candidato es un pitcher del mismo equipo en el que juego. La verdad, es que me comporto con autenticidad. No pretendo reprimirme por darles gusto a otros. No. Es posible que a veces me paso de la raya con ciertos comentarios, que luego de reflexionar acerca de ellos, no salgo bien parado. Aunque puedo defenderme diciendo que no soy perfecto, no lo digo. Asumo la responsabilidad de mis actos. Defenderme diciendo que no soy perfecto es una bajeza. Mejor es callar e intentar no volver hacerlo. Con las palabras se puede hacer mucho bien, pero también mucho mal. Estoy consciente. Pero, lo vean como lo vean, yo lo veo como una forma de no pasar desapercibido por la liga que inmortaliza a los grandes. Aspiro a ser grande. Aspiro a tener mi placa en Cooperstown junto a Roberto Clemente, Pedro Martínez, Orlando Peruchín Cepeda, Sandy Koufax, Randy Johnson, Leroy Satchel Paige, Rafael Felo Ramírez… Hay gente que no aspira

Me fascina recibir premios, y trabajo mucho, muchísimo para ellos. Cuando se menciona mi nombre dentro de los candidatos me tiemblan las patas. Inmediatamente me comparo con los demás candidatos para visualizar mis posibilidades. Es claro, yo no quiero que otro lo gane. Lo quiero para mí. Cuando los periodistas me han preguntado acerca de las nominaciones, no me comporto como un estúpido diciendo que no estoy pensando en 38


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a nada. Piensan que todo es vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¡Ay, mi madre! Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Cuando me siento en el sofá frente a los dos Cy Young, no me parecen para nada una vanidad. Al revés. Me parecen un símbolo al esfuerzo. Al esfuerzo de entender de que las cosas hay que hacerlas bien, muy bien. ¡Y como sonrío frente a ellos! Me hacen cosquillas. Me acarician las mejillas. Son dos soles, y dos lunas llenas. Dos lumbreras que evitan los tropiezos. El ganar dos Cy Young corridos significa que fui mejor que los demás, que me envidiarán, que dirán que no los merecía, que otros fueron mejores que yo, pero no, yo fui el mejor, no una vez, sino dos veces. Si hay dudas, que haya dudas. Yo no las tengo. Y el día que las tenga, tengo dos formas, dos maneras, dos razones para despejarlas, para erradicarlas, y para no olvidarme de lo que fui y de lo que soy, un gran pitcher.

No está bien hablar mal de tus padres en un discurso donde se supone todo sea alegría. Ganar premios es un delirio. Recibirlos es un martirio. Si me los enviaran por correo los agradecería más. La verdad es que recibir el premio que sea que tenga que ver con béisbol y mi tío no esté presente, no tiene el mismo significado. Dependía de mi tío para sonreír en el parque. Él, que salía cansado de trabajar de una tienda de pinturas, hacía todo a un lado para hacer feliz a su sobrino. Y no siempre podía porque en muchas ocasiones tenía que trabajar tiempo extra para tener un dinerito para ahorrar para mis cosas, para salir bien en las evaluaciones y recibir un buen aumento salarial. Cuando mi tío no llegaba a la hora más o menos que debía de llegar, sabía que estaba trabajando, que estaba metiendo mano para comprarme el guante que me prometió, los spikes que nos gustaron, el bate que tenía el nombre grabado de Víctor Pellot, y todo lo que yo quería que tenía que ver con béisbol. Yo era tan importante para mi tío, que cuando no podía ir a buscarme para llevarme a una práctica o a un juego por alguna situación imprevista en el trabajo, hablaba siempre con sus amigos para que me llevaran. Nunca me dejó desamparado. Me acuerdo de aquella primera vez que me tío no llegaba a buscarme, estaba yo triste y asolado frente a mi casa, sentado en la acera con limo y pasto en las divisiones. Antes de recoger el bulto que tenía todo lo que necesitaba para jugar, ya rendido de esperar, sonó una bocina y alguien conocido me dijo: Vente Javielito, que te voy a llevar a jugar. Tu tío se quedó pillao en el trabajo y no puede llevarte.

Lo que no me gusta de los premios es ir a una ceremonia para recibirlos. Se espera de mí sonrisas, abrazos, saludos, y lo peor, un discurso que conmueva. Un discurso que eleve los valores y principios de una sociedad podrida que aspira a ser feliz a través de la acumulación de cosas inservibles y que no necesitan para que los demás los admiren. Se me hace difícil escribir un discurso que alcance a detonar la glándula lagrimal. Cómo voy a conmover si mi madre y mi padre fueron, entre otro montón, personas que no me apoyaron en mis aspiraciones de llegar a ser de las grandes ligas. Nunca me llevaron al parque a practicar ni vieron un solo juego. Para ellos los horarios de la iglesia eran sagrados. Si algo intervenía con sus creencias y con la asistencia al templo no se sentían cómodos. Su Dios era primero, lo demás podía esperar, aunque de eso dependiera la felicidad de su hijo. Cuando le reclamaba por su forma de actuar conmigo tan lejana y cruel, decían: debes buscar las cosas de Dios primero, que las demás te serán añadidas.

Con mi tío veía, en su apartamentito alquilado, comiendo Doritos, Cheetos y bebiendo Seven-Up y A&W Root Beer, los juegos de los Toronto Blue Jays. Ver a la magistral segunda base Roberto Alomar, al pitcher Juan Guzmán, a Cito Gaston sentado en el banquillo dando 40


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instrucciones, y a Cándido Candy Maldonado era lo máximo. Como gozamos en los años 1992 y 1993 con la Serie Mundial.

izquierdo y mirándome a los ojos. Yo le decía: pero tío, jugué como una mierda. Y él me decía: no te preocupes. Si no jugaste bien hoy, jugarás mejor mañana. Tranquilo, mijo, que mañana es otro día…

Cuatro días antes de yo recibir el primer Cy Young, en medio de una balacera de carro a carro en la avenida Román Baldorioty de Castro, una bala perdida mató a mi tío mientras conducía el Lincoln Continental Town Car negro, nuevo del 97, que le regalé con el primer cheque que cobré como jugador profesional. Era el carro de sus sueños. Mi obligación era retribuirle con amor todo lo que hizo por mí. Me quedé corto. El azar y su incomprensión volvieron aparecer. En el discurso obligado, le agradecí todo su esfuerzo, confianza, ánimo, paciencia y todo lo que compró a duras penas para que yo me sintiera bien y llegara donde quería llegar. Nunca me presionó. Nunca me dijo: lo hiciste mal. Hazme caso. Tú no sabes nada. Ni me reclamó sus sacrificios. En cambio, me decía en las prácticas que nos exigíamos en un parquecito cerca de su apartamento: ¿Cómo te sientes? No te preocupes. Si no practicaste bien hoy, practicarás mejor mañana. Debes estar cansado. Tranquilo, mijo, que mañana es otro día… No hubiera logrado mis sueños de jugar en las Grandes Ligas si no fuera por él. Aun hoy, siento un dolor inmenso por su inmerecida muerte. Siento que no hice lo suficiente para tenerlo a mi lado. A pesar de que sí lo hice, él no quería dejar la isla. Me decía que se aburría en San Luis. Que no era un sitio para él. Que no hacían alcapurrias, bacalaítos, mondongo ni sancochos. Que tampoco quería dejar de trabajar porque él no me ayudó para que yo lo mantuviera. Él me ayudó porque me amaba. Ya ven, el dolor me va a durar hasta que me muera. Lo que más me gustaba de él cuando terminaba un juego y nos montábamos en el Toyota Corolla color vino del 85, era que, aunque yo tuviera el peor juego de mi vida me decía: Me gustó como jugaste. Puedes mejorar, pero me gustó como jugaste. Me lo decía tocándome el hombro 41


Nueva fecha de en trega

Convocatoria: La educación superior revisitada Dedicaremos una edición impresa a reflexionar sobre la educación superior en contexto con Puerto Rico, otros países del mundo; y por supuesto, con las Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones. Además, atenderemos la historia de las mujeres en la educación superior. Convocamos a toda nuestra comunidad lectora y colaboradores a que exploren temas sobre la educación superior desde distintas disciplinas. Estos temas sirven de guía, pero también aceptaremos textos o piezas creativas afines: Política y sociedad: acercamientos sociopolíticos a la educación postsecundaria en Puerto Rico y el mundo la educación superior en la economía las prácticas sociales, político-económicas que fomenta la academia feminismos y educación superior las humanidades y su rol en la educación superior la tecnología como herramienta las respuestas del Estado hacia los proyectos universitarios y postsecundarios del país perspectivas históricas en el desarrollo de la educación superior acción social de las instituciones postsecundarias en los contextos sociales y políticos en Puerto Rico y el mundo • historia de las mujeres en la educación • • • • • • • • •

Arte: expresiones escritas y piezas plásticas que partan o se instalen en el eje temático en cuestión • rol de la educación postsecundaria en el desarrollo de las artes • problemáticas entre la academia y las diversas artes • foto-ensayos o documentación relativos •

Letras: • •

literatura y la academia recopilación de crónicas, microhistorias y testimonios que partan o se instalen en el eje temático en cuestión

Cine: •

reseñas de películas alusivas

El plazo para someter las colaboraciones es hasta el 16 de enero de 2020. Invitamos a todxs lxs interesadxs en participar en esta convocatoria a enviarnos sus manuscritos y piezas.


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ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES, HUMANIDADES Y COMUNICACIONES https://issuu.com/revistacruce revistacruce.com

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