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17 de mayo de 2018 Junta Editorial: Alexandra Pagán Vélez { Directora Editorial Cruce Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos Hugo R. Viera Vargas María José Moreno Junta Asesora: Mariveliz Cabán Montalvo { Presidenta Roxanna D. Domenech Sugelenia Cotto
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“La danza que nunca termina”, Hincapié (2009), Ricardo Alcaraz Díaz
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índice
BacteriaCloud
(Primera parte de una historia inédita) Jotacé López ____________________________________________________________________ 6
“Ni perdón ni olvido”: la huella de la violencia en La historia oficial Vanesa Contreras Capó _______________________________________________________________9
Los Cuadernos…de Antonio Gramsci y un libro de Manuel S. Almeida Mario R. Cancel Sepúlveda___________________________________________________________13
Intersexualidad, epistemología boricuir y deconstrucción del binario sexual: implicaciones para la categoría “mujer” Lissette Rolón Collazo _______________________________________________________________20
De rencarnaciones y preñeces de la palabra: la poesía de Rosa Vanessa Otero Ángela M. Valentín Rodríguez_________________________________________________________28
La prole de una asesina absuelta: Tres libros de Zuleika Pagán López Rosa Vanessa Otero ________________________________________________________________30
Brújula ciega
Karlo Andrei Ibarra _________________________________________________________________36
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Descojón Island
Rafael Vargas Bernard ______________________________________________________________38
Dos grandes metáforas del Caribe en Hostos y Martí
Yvonne Denis Rosario ______________________________________________________________44
Careless whisper
Anto Gamunev______________________________________________________________________61
Fotoensayo
Carla Dávila Ortiz __________________________________________________________________62
Parar y seguir: reflexiones en torno al 1 de mayo y después… Martín Cruz Santos _________________________________________________________________86
Los “valores públicos”: axiomas para la definición de Servicios Esenciales Abdiel Echevarría Cabán _____________________________________________________________88
guijarros para ese domingo de mayo (o parrafadas en proceso) Carmen R. Marín___________________________________________________________________95
¿antropo qué? parte II
Miguel Adrover Lausell ______________________________________________________________96
El secreto de la casa rosa (Novela por entrega 2)
Sylma García González______________________________________________________________98
La danza que nunca termina
Ricardo Alcaraz Díaz ______________________________________________________________104
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BacteriaCloud (Primera parte de una historia inédita) Jotacé López
-1Malmo
movimiento casi imperceptible como si estuvieran en constante acomodo.
a iridiscencia es una manifestación óptica de colores metálicos que se ha encontrado en las alas de las mariposas, en ciertos minerales, en los charcos de aceite y, para aquel entonces, en el rostro de los pacientes. Al principio el doctor Stålenhag-Osorio y yo creímos que se trataba de un efecto secundario por la inoculación de bacterias electrónicas. Consternados nos dimos a la tarea de encontrar la causa. Él, contrario a mí, quizás por toda la responsabilidad que tenía, estuvo semanas agobiado. Hacía cálculos, revisaba los datos, padecía lapsos interminables de enajenación de los que emergía esperanzado con una idea, para más tarde comprobar su ineficacia. El cuadro se complicó cuando uno de los pacientes llegó hasta su oficina aterrorizado para informarle que los colores faciales de su compañero habían desparecido. El problema no se había resuelto. La frente, los ojos, la nariz, la boca, el mentón y hasta la garganta del paciente se habían fundido en delgadas franjas verticales de un color blancuzco algo translúcido, muy definidas, que mantenían un
Los meses siguientes el doctor trabajó muy poco. Sumido en el silencio se dedicó a pasar las horas en los jardines de las instalaciones del laboratorio. Podando y sembrando esas flores tan comunes en esta isla, me escuchaba leerle las estadísticas que afirmaban, número a número, el aumento de lo que nombramos Iridiscencia A1 o, o como le decíamos, el glitch. Ante el nuevo panorama sentí que debía prepararme para lo peor. Frente a Stålenhag-Osorio no sabía cómo abordarlo sobre los posibles recortes presupuestarios que provocaría el glitch si no hallábamos una solución. Enmudecía en cada intento para exponerle mis preocupaciones. Cuando por fin me propuse a sobrepasar mis temores, recibimos la notificación de que le otorgarían el premio Antonie van Leeuwenhoek por su trayectoria científica. Entonces renunció a su devoción a los pétalos y regresó a su despacho y, como si nada hubiera pasado, volvió a hablar. Hasta me contó que prepararía un discurso fabuloso. Percibí la alegría en su ánimo y no quise oscurecerla con mis preocupaciones, así que lo dejé tranquilo.
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Lleno de buen humor y con una vitalidad que no recordaba en él se encargó de todos los trámites para el viaje a Noruega. Me pidió que lo acompañara y, ¡cómo decirle que no!, sabiendo que al menos de lejos, y entre la gente, tendría la oportunidad de ver a los investigadores y científicos más importantes de nuestra era cuántica. De todas las conversaciones que tuvimos durante el vuelo solo un detalle me llamó la atención. No sé, claro, si esto le pueda servir para sus propósitos, pero de todos modos se lo cuento y luego decida si lo incluye o no esa biografía que le han ordenado redactar. El doctor me comentó que en estas ceremonias hacían varios banquetes, celebraciones y encuentros en bares que solo servían para que los inescrupulosos se aprovecharan del ambiente relajado y de la falsa cordialidad para enterarse, con preguntas inoportunas, de los experimentos en los que cada quien trabajaba. El propósito de esta gente era conseguir cualquier tipo de información para lucrarse. “Ni una palabra del glitch, entendiste…” y no me quitó la vista hasta que acepté su condición. Sin más, continuó hablando de su discurso de agradecimiento. Fue la primera y única vez que le vi esa firmeza en la mirada.
tar que yo no reaccionaba. En ese momento, cuando abrí los ojos y miré por sobre las botellas de vino me percaté de la ausencia de Stålenhag-Osorio. Tuve la intuición de haber cometido alguna imprudencia con mis palabras. Había bebido, confieso, más de lo debido. Pero por más que volvía sobre mis palabras no encontraba nada relacionado al glitch o a los pacientes. Sin embargo, alguna cosa tuve que haber dicho para que el doctor reaccionara así. De pura vergüenza no lo procuré durante el resto de la noche. Esperé hasta el día siguiente a la hora del evento. El auditorio estaba abarrotado. Las cámaras y los reporteros multiplicaban cada segundo en todos los idiomas del mundo civilizado. Cuando le hicieron entrega de la medalla, pensé que su enmudecimiento se debió a una pequeña traición de los nervios y que tan pronto como cesaran los aplausos comenzaría con su discurso, pero no fue así. Recuerdo que en el avión me había comentado que hablaría de su última expedición al Perú junto a su compañera la Dra. Alsahara Abunama. Junto a ella y, en colaboración con un equipo de estudiantes graduados, se dedicaron a cazar gusanos luminiscentes. Hablaría, según él, de lo hermoso que es estar en contacto con los resabios del mundo neonatural, de la investigación como espacio de contacto entre culturas. Por supuesto no mencionaría nada de la tragedia ocurrida en la selva. Habría sido un privilegio para la comunidad científica enterarse de las vivencias del doctor en la selva peruana. Lamentablemente los presentes nos quedamos boquiabiertos cuando habiendo tomado la medalla en sus manos, la alzó lentamente como mostrándola hasta que, de golpe, la dejó caer y sin prisa se retiró de la tarima. Horas más tarde después de que regresé al hotel para intentar descansar en mi habitación, vi la retransmisión del evento. En una toma de close-up noté cómo el haz
Desde que aterrizamos no cesaron las entrevistas, los abrazos, las proposiciones de todo tipo, los brindis en los bares, los abrazos. La noche antes de la entrega del premio nos invitaron a uno de los restaurantes más famosos de la ciudad de Oslo. Era un edificio monumental con diversos salones, en su mayoría privados, donde servían toda la variedad culinaria del continente africano. Pasaron tres horas y no sé si por cansancio o aturdimiento el doctor abandonó de improviso la mesa. Yo estaba hipnotizado por la música en vivo. La melodía del loúd se habían adueñado de todos mis sentidos. Quizás por eso el VPA (Versatile Pleasure Android) que me acompañaba requirió nuevas instrucciones al noMovimientos
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Por el contrario, son abundantes las pruebas que confirman que, a pesar de todo el tiempo que pasé a su lado, lo conocí muy poco. Mas lo cierto es que he sido yo quien, gracias al glitch, ha tenido que lidiar con los recortes de fondos y las negativas de las entidades y corporaciones de investigación científica. De lo único que estoy convencido es que el rechazo del doctor al premio fue el último acto de Alsahara para acabar con nosotros. Es ella quien, al día de hoy, sigue siendo la culpable del fracaso del doctor, de la Iridiscencia A1 y, desde algún lugar de este planeta, no sé cómo, continúa perjudicándonos, así como lo hizo en la expedición a la Amazonía.
de luz que le atravesaba las pestañas al doctor revelaba un gesto sombrío que me inquietó sin saber por qué. No fue hasta la mañana siguiente en el hangar, mientras esperábamos nuestro vuelo, cuando me topé con la misma expresión, esta vez contemplando una pequeña imagen holográfica de la desaparecida y posiblemente asesinada Alsahara. Durante aquel viaje de regreso no le pregunté nada. Hoy me arrepiento de haberme callado. Por eso me he visto en la necesidad de estudiar su diario de reflexión científica, una de las tantas pertenencias que pasaron a mí después de su muerte. En mi lectura todavía no he encontrado nada que confirme las sospechas que tengo de la Dra. Alsahara Abunama.
Lista de imágenes: 1. Iridescent spirit de LuAnn Ostergaard 2. Iridescent de Lena Weisbeck 3. Sin título de Kevin Greeland
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“Ni perdón ni olvido”: la huella de la violencia en La historia oficial Vanesa Contreras Capó
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a historia oficial (1985), película dirigida por Luis Puenzo, y primera película argentina que ganó el premio Oscar, que narra la vida de Alicia (Norma Alejandro), una profesora de Historia en la Argentina cercana al fin de la dictadura de Videla, nos muestra uno de los muchos procesos por los que pasaron las personas que sobrevivieron una de las dictaduras más cruentas de Sur América. La película gira entorno a Alicia, la protagonista, que, como muy bien indica el nombre, vive en su propio mundo porque parece que no se ha enterado de lo que significó el gobierno de la Triple Alianza para su país y no entiende las innumerables protestas que ve a diario. Sin embargo, gracias a la visita de una íntima amiga, Movimientos
Ana (Chunchuna Villafañe), que tuvo que huir del país en plena dictadura, Alicia empieza a salir de su cómodo cascarón hasta descubrir que su hija adoptiva fue robada durante la dictadura. En el siguiente análisis estudiaremos, basándonos en los textos “Violence and the cultural order” de Neal Whitehead, La dominación masculina de Pierre Bourdie y Las estructuras elementales de la violencia de Rita L. Segato, los tres tipos de violencia que aparecen representados en el filme de Luis Puenzo: la imposición neocolonial, la dominación masculina y la violación. Para analizar la imposición neocolonial presentada en la película, es necesario tomar en consideración 9
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el contexto histórico en el que nos sitúa Puenzo que, como se mencionó al principio, nos sitúa finalizando la dictadura de Videla y en pleno resurgimiento de las protestas en la calle, después de años de represión y clandestinaje. Este elemento hay que resaltarlo por dos razones, la primera porque el asombro de Alicia ante el malestar social nos ayuda a posicionarla en una clase social privilegiada, por otro lado, porque las preocupaciones del esposo de Alicia, Roberto (Héctor Alterio), y de sus socios militares y norteamericanos, nos dirige la mirada al grupo que se benefició del horror vivido entre 1976 y 1983. Al considerar que el golpe de estado en Argentina, al igual que en otros países de América latina, fue parte de la Operación Cóndor, impulsada por Estados Unidos, es preciso señalar el sesgo imperialista en dicho conflicto. Según Neal Whitehead, en su artículo “Violence and the cultural order”:
including that of the West (1-2).
Es decir, se deben destacar las cicatrices coloniales, y neocoloniales, para entender la violencia vivida en un país. En el caso de la película de Puenzo se resalta la violencia neocolonial y neoliberal al mostrar no solo la sospechosa relación entre empresarios y militares, sino también al incluir en esas alianzas económicas a socios, o más bien, inversionistas estadounidenses. Si bien en las primeras escenas de la película vemos una en donde todas estas personas están cenando tranquilamente en un restaurante, a lo largo de la película somos testigos del cambio de ánimo en este grupo en particular y la desaparición de los socios norteamericanos con el aumento de la tensión social. Las prácticas violentas, mencionadas por Whitehead, que se establecen con el neoliberalismo y neocolonialismo se reflejan en la película a través de las menciones a lxs subvervisvxs, el reconocimiento del robo de bebés cuando le preguntan a Alicia sobre su supuesto parto, sabiendo que Gabriela (la hija “adoptiva” de Alicia) fue robada, y al final de la película cuando uno de los socios argentinos está nervioso por las nuevas revueltas sociales y cuando
[t]hrough more properly understanding the historical importance of colonialism and neocolonialism in establishing certain codes of violent practice, anthropology has now moved towards ideas that stress the centrality of bodily and emotive experiences of violence to the normal functioning of any given cultural order,
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amenaza con delatar al resto de las personas lo “silencian” de forma violenta. La imposición neocolonial y neoliberal, y sobre todo sus tácticas, se ejercen en contra de los grupos oprimidos y, en tiempos revueltos, entre ellos mismos. Otro elemento que resalta Whitehead en su artículo es la importancia del control de los cuerpos, “control over bodies- both alive and death, imaginatively and physically- is a way of engendering political power” (10). En la película se sugiere y se menciona este control de los cuerpos, se controla el cuerpo de las mujeres embarazadas a las que obligan a parir para luego robarles a sus hijxs y también se controlan los cuerpos inertes, lxs desaparecidxs, las personas que fueron secuestradas, torturadas y enterradas en fosas comunes. Ambas acciones responden a una táctica de imposición del orden a través del terror.
muestra como un esposo y padre comprensivo, al final de la película conocemos al Roberto torturador. En la última escena, cuando Alicia confronta a Roberto sobre el origen de Gabriela, vemos el embate del patriarca en contra de la esposa subversiva. Selecciono la palabra torturador porque, aunque en la película no se sugiere que Roberto formó parte de los militares encargados en el trabajo sucio, sí nos muestra a un personaje que utiliza técnicas efectivas de tortura, como pillar la mano en la puerta, contra su esposa para infligir dolor. El argumento sobre la violación como mandato presentado en el texto de Rita L. Segato, Las estructuras elementales de la violencia, nos ayuda a entender el último tipo de violencia presentado en la película, la violación sistemática de las mujeres. Según Segato, la violación es el primer derecho de los hombres sobre el cuerpo de las mujeres y dependiendo de las sociedades, tribales, premodernas o modernas, este acto tiene diferentes lecturas. Aunque la Argentina de los ochenta es una sociedad moderna, la violación ejercida bajo el régimen militar la podemos relacionar con la explicación de Segato sobre la violación en las sociedades premodernas cuando el cuerpo de la mujer es un territorio nacional, es decir, accesible a los hombres y, por lo tanto, y sobre todo en tiempos de dictadura, no se asume como delito. En el filme el personaje de Ana narra cómo fue su secuestro, tortura y violación y cómo todo esto formaba parte del “tratamiento” que recibían las mujeres subversivas. En este sentido, la violación se utiliza como una forma de castigo, como un acto disciplinador (70), según Segato esta lectura de la violación ocurre en las sociedades tribales. El caso de Ana, que representa el trato que recibieron la mayor parte de las mujeres que fueron secuestradas durante el gobierno de la Triple Alianza, muestra no solo cómo el cuerpo de las mujeres se convierte en un territorio más a conquistar, como indica Segato, sino que también, como era pareja de un subversivo
La dominación masculina, si bien está relacionada con la imposición neocolonial, se muestra en otros ejemplos de la película en donde vemos no solo hay un hábito patriarcal que no se menciona, pero que se actúa, sino también que las mujeres fungen como capital simbólico. Pierre Bourdie explica en su libro Dominación masculina, el hábito como una inscripción en el cuerpo, que se percibe como natural y que no cuestiona, en las sociedades patriarcales, que asume que los hombres son los que poseen la libido dominante. Por eso, Alicia, aunque lleva años preguntando a Roberto cómo fue el proceso de adopción de Gabriela, no se atreve a exigirle una explicación hasta que decide indagarlo por su cuenta. A su vez, Alicia funge como capital simbólico y social para Roberto, es la perfecta esposa que no pregunta y no sabe lo que pasa a su alrededor, sin embargo, deja de ser capital simbólico cuando se convierte en una amenaza para Roberto y el mundo que ha construido este. Por eso, conforme va pasando el tiempo en la película, vemos como Alicia incomoda cada vez más a Roberto y, si bien al principio de la película Roberto se Movimientos
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militante, funciona como un castigo para él. Es decir, el cuerpo de Ana es visto como propiedad de su pareja, Pedro, y, por lo tanto, esta violación tiene más peso, en un contexto patriarcal obviamente, porque se asume como un daño a la propiedad del hombre.
abuelas que buscan a sus nietxs robadxs. De ahí lo que el teatro Augusto Boal decía, que el cuerpo mantiene un registro histórico de lo vivido; de ahí el grito de lxs que protestan: “Ni perdón, ni olvido”.
Por último, se debe señalar la violencia presentada en el mismo título de la película, La historia oficial, y representada por sus personajes. En cierto sentido, la historia oficial resulta redundante, puesto a que el registro histórico de los estados se basa en lo institucional, en un relato hegemónico que, aun mostrándose terrible, siempre permanece en el poder. Sin embargo, toda violencia deja una huella, y esta, que parece invisible en los registros y textos, emerge perfomativamente; comunica. La huella de la violencia en La historia oficial se hace sentir en la memoria, archivo que se construye desde lo más íntimo de la experiencia, hasta colectivizarlo como herramienta de resistencia. La memoria, en este caso, es rescatada por los estudiantes de Alicia que, a pesar de ser jóvenes para el peso de la dictadura argentina, insisten en recordar y mostrar no solo las imágenes de lxs desaparecidxs, sino en cuestionar la clase de historia de Alicia. Esa memoria también queda plasmada en las manifestaciones y en particular en el grupo de las
Bibliografía
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Bourdie, Pierre (2001). La dominación masculina. Standford:Standford, California: Standford University Press. Segato, Rita L (2003). Las estructuras elementales de la violencia. Argentina: Universidad Nacional de Quilmes Editorial. Visconti, M. “Lo pensable de una época. Sobre La historia oficial de Luis Puenzo”. Recuperado el 18 de mayo de 2016. <http://www.aletheia.fahce.unlp.edu.ar/numeros/ numeros/numero-8/articulos/lo-pensable-de-unaepoca.-sobre-la-historia-oficial-de-luis-puenzo>. Whitehead, Neal L. (2007). Violence and the cultural order. Daelus. Winter.
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Los Cuadernos…de Antonio Gramsci y un libro de Manuel S. Almeida Mario R. Cancel Sepúlveda
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Un prefacio personal
n agosto de 2017 el Dr. Manuel S. Almeida se me acercó con el fin de invitarme a comentar su libro Dirigentes y dirigidos. Para leer los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci que Callejón publicaba en su tercera edición. En mi biblioteca tenía la de 2014, la segunda, de la cual había comprado dos ejemplares de los cuáles uno acabó en manos del Dr. José Anazagasty Rodríguez también interesado en estos asuntos. Factores fuera de nuestro control forzaron la posposición de la actividad. Un desastre natural y el encabalgamiento de la crisis que vive el país fueron algunos de ellos. Como resultado de ese retraso hoy habrá un gran ausente en este foro: Elizardo Martínez no se encuentra en la audiencia como hubiese querido. Desde aquí le doy un abrazo fraterno al amigo ausente.
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Mis lecturas de Antonio Gramsci (1891-1937) procedían de fines de la década de 1980. En mi biblioteca conservo el título Consejos de fábrica y estado de la clase obrera, obra que recogía su producción periodística del “Bienio Rojo” de 1919 y 1920. La colección era una apropiación original y creativa de la experiencia soviética producto de los “10 días que estremecieron al mundo”, metáfora acuñada por el comunista estadounidense John Reed en un libro de 1919. El 1917 fue el preámbulo de una guerra civil que duró hasta 1923, que puso a los Rojos a combatir a los Blancos, una amalgama que recogía a una oposición anti-bolchevique variopinta de liberales, conservadores, monárquicos, cristianos ortodoxos y menche-
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viques. La apuesta de Gramsci se elaboró desde la Italia socialmente polarizada de la primera posguerra que, a pesar de sus advertencias, desembocó en el fascismo de Benito Mussolini (1883-1945). En marzo de 1919 ya “Il Duce” había fundado los “Fasci di Combattimento” en Milán.
el Marxismo. La metáfora sugería que aquella era una interpretación cuya reflexión sobre la realidad nunca terminaba porque la realidad era el paradigma del cambio constante. Lo que sus detractores vieron como “vacilación”, “inseguridad” o “incertidumbre”, para Gramsci era la expresión de una necesidad a la luz de la dinámica de lo real: lo que “es” (el objeto de conocimiento) cambia, por lo que la forma de “saber” y el sujeto cognoscente debían someterse a constantes ajustes. La verdad como “objeto terminado” era una ficción. La concepción “historicista materialista” de Gramsci afirmaba que, desde la perspectiva
El volumen Materialismo histórico y sociología de 1921, era la crítica a un manual de Nikolái Bujarin publicado ese mismo año en Moscú. En el texto Gramsci trabajó la metáfora de la “filosofía de la praxis” para referirse a la dialéctica del Materialismo Histórico o 17 de mayo de 2018
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de la dialéctica y la filosofía de la praxis, toda afirmación categórica y definitiva respecto a un objeto era precaria. Su pensamiento protestaba contra la reducción de un sistema filosófico complejo a un catecismo, a un abecé o a un conjunto de fundamentos fijos. Siempre insisto en ello cuando confronto a los candidatos de historia con el problema de la “verdad probable” y el valor que posee esa “incertidumbre”, reflejo de lo que George L. Mosse nominó en un libro de 1961 como “la certeza (que se) disuelve”, una de las grandes marcas del pensamiento del siglo 20. En alguna medida la actitud incisiva de Gramsci era una expresión de ese fenómeno.
ma del socialismo y el socialismo real en la medida en que estaba distante de aquellas luchas concretas. La toma involuntaria de distancia, de no dejaba de ser sana intelectualmente hablando. Gramsci no es un caso aislado. Henri Pirenne (18621935) moduló la tesis central de su obra Mahoma y Carlomagno (1937) en un campamento de prisioneros durante la Gran Guerra de 1914. Durante la Segunda Guerra, Marc Leopold Benjamin Bloch (1866-1944) en Saint-Didier-de Forman y Fernand Braudel en un campo de concentración en Lübeck, pensaron dos obras fundamentales para los primeros y los segundos Annales: la Introducción a la historia y El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. La poca correspondencia de Pedro Albizu Campos producida en Atlanta o la reflexión filosófico-poética de Francisco Matos Paoli resultado de su estadía en el “Oso blanco”, Luz de los héroes (1951) y Canto de la locura (1962), me informan que los sistemas de castigo lo mismo flagelan que vivifican. Para leer los Cuadernos… (y a Almeida): un panorama La vida y la reflexión se intersecan en cada uno de nosotros. Esto equivale a decir que la praxis y la teoría son inseparables por lo que, la comprensión de la una depende de la otra y viceversa. La biografía del activista y pensador sardo puede ilustrarse alrededor de tres momentos. El Gramsci joven que entre 1911 y 1925 se moviliza en las redes del activismo obrero italiano alrededor del semanario Ordine Nuovo y vive los debates generados por la Rusia de 1917 hasta la solución de la Guerra Civil y la muerte de Vladimir Ilich Ulianov. El italiano se había formado bajo el imperio de las ideas de Benedetto Croce (1866-1952) y Luiggi Pirandello (1867-1936). El pesimismo filosófico de aquellos intelectuales era un atractivo que contrastaba con el progresismo optimista chato de una parte de la intelectualidad burguesa de la primera mitad del siglo 19. Croce era un pensador historicista de factura neokantiana cercano al expresionismo alemán; y Pirandello caminaba en su teatro hacia el existencialismo y la fenomenología más agresivas. Ambos traducían la desconfianza respecto a las certezas modernas, actitud que de un modo u otro acompañaría Gramsci siempre. La presencia del Vitalismo nietzscheano en Croce puede mirarse como una figuración del voluntarismo revolucionario de
Al cabo de los años volví a Gramsci con el fin de conocer mejor la poética de su intimidad manifiesta en la correspondencia familiar que generó desde la cárcel. Reducirlo a la condición de “escritor encarcelado” me parecía una imagen amputada, carente de la humanidad que le reclamó el encierro al pensador reflexivo. Sabía que aquellos documentos era una expresión mediada por el flagelo de la ergástula política, pero, como historiador, las cavilaciones bajo condiciones penitenciarias llaman mucho mi atención. Desde mi punto de vista, es imposible negar el papel protagónico de las intuiciones en procesos de esa naturaleza. Gramsci estaba en una posición única para pensar el probleMovimientos
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ciertos sectores por su capacidad para el determinismo mecánico más ofensivo. El intelectual sardo fue testigo desde 1914 de la escisión entre el Austromarxismo y el Marxismo-Leninismo, una de las bases de la pluralidad de ese sector ideológico hasta el presente.
otros, tanto en el tejido del capitalismo como en el del socialismo emergente. La convergencia entre el giro del énfasis interpretativo gramsciano y algunas interpretaciones de los primeros Annales franceses, en especial la reticencia a la ortodoxia marxista, me
El Gramsci de la frontera fue el que enfrentó el meandro de su arresto en 1926 y acabó en prisión en 1928. La dictadura fascista quería “impedir” que ese cerebro funcionara, según apuntó la fiscalía en el caso. El Gramsci maduro comprobó lo infructuoso de aquel esfuerzo. Las meditaciones del prisionero, recogidas en los Cuadernos de la cárcel, son la materia de este volumen de Almeida. Aquellos 33 cuadernos -29 de notas y 4 de traducciones redactados en tres fases concretas- son un “archivo” lleno de complejidades y un verdadero reto metodológico e interpretativo. Si se trata de articular un sistema coordinado sobre la base esos registros, las dificultades pueden ser tantas como cuando se intenta comprender el imaginario de Ramón E. Betances Alacán por medio de su correspondencia. A pesar todo, el trabajo “arqueológico” que hace Almeida con estos textos deja en el lector un cuadro puntual del conjunto. Por medio de lo que el autor denomina el “hilo rojo”, un “problema” o “columna vertebral” visible, el conjunto fragmentario cobra sentido. Ese “hilo rojo” es la preocupación de Gramsci por las peculiaridades que adoptan las relaciones entre dirigentes y dirigidos en el complicado contexto preguerra y un orden mundial que avanzaba hacia el bipolarismo tras la primera Guerra Fría que generó el triunfo de los bolcheviques en 1917. El tema central es la “lucha de clases” y su expresión tanto en el marco material de las relaciones sociales de producción como en el marco inmaterial de la superestructura ideológica.
parecen interesantes. La agencia que en el entre juego de los dirigentes y dirigidos le reconocía Gramsci al ser humano difería del determinismo ortodoxo del Materialismo Histórico vulgar y era otra convergencia con los primeros Annales. La idea de que la filosofía de la praxis en Gramsci encarnaba un lúcido esfuerzo revisionista es crucial, desde mi punto de vista, para valorar su obra. La reflexión de Almeida en este volumen no deja dudas en cuanto a esto.
El “hilo rojo” en más complejo que las migajas de Hansel y Gretel en el relato de los hermanos Grimm. No se trata de una mera pista a seguir a fin de llegar a un lugar premeditado, sino de un instrumento que le permite una lectura peculiar del papel del Estado, los partidos políticos, los sectores intelectuales, entre
El volumen está sabiamente dividido en cinco zonas imbricadas por aquel “hilo rojo”: una “Aproximación inicial a Gramsci y los Cuadernos de la cárcel” que sirve de armazón; una introducción a su escritura carcelaria en “Los primeros pasos: leyendo el primer cuaderno”, un estudio sobre sus resortes teórico-prácticos
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en “Hegemonía, estado y estrategia política en los Cuadernos”, y dos valiosos preámbulos a sus aspectos más teóricos en “Filosofía y marxismo en los Cuadernos” y “Crítica literaria, literatura y lenguaje en los Cuadernos”.
siderar que el carácter dinámico de la racionalidad en Karl Marx y el carácter petrificado de la racionalidad en Auguste Comte y sus acólitos, eran excluyentes. En el 2003 me sorprendió que los socialistas puertorriqueños prefiriesen mirar hacia teóricos como Loria, el argentino Esteban Echevarría, el socialdemócrata francés Jean Jaurés, o al anarcocristiano Lev Tolstoi, y evitaran cualquier referencia a Lenin o a Gramsci. No quería explicar el problema con argumentos anacrónicos o deducciones simples. Mis pesquisas subsiguientes, incluyendo la lectura del Gramsci y del libro de Almeida, me han dado pistas más precisas para enfrentar el dilema. Cuando investigaba la relación de Betances Alacán con los movimientos socialistas, comunistas y anarquistas y anaco-sindicalistas en el París de fines del siglo 19, comprendí por qué aquellos sectores eran reacios a apoyar la independencia de Cuba (y Puerto Rico) en el contexto de la guerra de 1895. Al estudiar el 1898 desde una perspectiva más cultural que geopolítica o económica, reconocí que el cambio de soberanía no solo había cercenado el mercado natural europeo a la vieja colonia hispana y entregado un bastión geoestratégico a Estados Unidos. El 1898 también implicó una ruptura en el territorio de la tradición socialista insular que siguió interpretando el problema de Puerto Rico con argumentos similares a los que le planteaban las izquierdas francesas a Betances Alacán en París. Nuestros socialistas estaban convencidos que la justicia socialista emanaría del capitalismo más avanzado y no de una ruptura con él. Confiaban en una interpretación ortodoxa de la evolución social y económica que el marxismo-leninismo estaba minando.
Para leer los Cuadernos… (y a Almeida): una valoración puertorriqueña En una reflexión que publiqué en 2003 sobre las conexiones del abogado independentista Rafael López Landrón con el socialismo en la década de 1910, llamó mi atención la alusión al socialismo italiano como fuente de autoridad. La referencia no era Gramsci, sino uno de sus némesis, Aquiles Loria (1857-1943). Loria convergía con los Austromarxistas Marx Adler y Otto Bauer quienes trataron, el primero, hacer converger a Marx con Kant y, el segundo, al socialismo con el nacionalismo. Con ello aspiraban enfrentar el reto del Marxismo-Leninismo ruso. Loria había intentado fusionar el agua con el aceite: quería sintetizar el Materialismo Histórico con el Positivismo, sin conMovimientos
La lectura de Almeida me ofreció unas pistas concretas. Si el “Bienio Rojo” (1919-1920) en Italia estimuló la radicalización del activismo socialista, en Puerto Rico el “First Red Scare” (1917-1920), la expresión estadounidense del fenómeno del 1917, tuvo un efecto distinto en el socialismo moderándolo política y socialmente. El hecho de que el Partido Socialista renunciase a cantar “La Marsellesa” y “La Internacional” en sus actos públicos y que en 1923 incluyera la 17
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estadidad como opción estatutaria en su programa, apuntaba en esa dirección. El impacto del Partido Comunista de Estados Unidos fundado en 1919 por Charles Ruthenberg, una organización de franca tendencia marxista-leninista, en las izquierdas locales fue secundario por lo menos hasta la década de 1930 bajo el impacto de la Gran Depresión.
entre otros, censuró. Para ello debía contextualizar la propuesta del pensador sardo en los debates historiográficos que enriquecieron la disciplina cuando, desde fines del siglo 19 hasta antes de la segunda Guerra Mundial, se derrumbó “paradigma tradicional” o el “antiguo régimen historiográfico”. Gramsci, sin ser historiador profesional, tenía mucho que aportar a ese debate. El Materialismo Histórico, el Neo-Hegelianismo, la Historia Cultural, el Neo-Kantismo y el Vitalismo, hicieron causa común contra el “paradigma tradicional” identificado con la obra de Leopold Von Ranke. El libro de Almeida me ofrecía las indicaciones que necesitaba para ubicarlo en ese esquema.
Según un adelanto de investigación de Anazagasty Rodríguez en fuentes comunistas estadounidenses poco revisadas, desde mediados de década de 1920 algunos socialistas puertorriqueños disgustados con la moderación del programa social y político y con su alianza con poderosos sectores del capital, comenzaron a mirar hacia el marxismo-leninismo en Puerto Rico. Su modelo fue comunismo estadounidense de filiación soviética. La lectura de este volumen de Almeida me permite comprender, no explicar del todo, un proceso hasta el presente invisible cuya explicación enriquecerá la historia de los socialismos y los comunismos en este país antes de 1934 cuando nace un Partido Comunista Puertorriqueño en la isla bajo la marca de los soviets.
Se trata de un asunto marginal. Cuando se discute la revolución historiográfica de la primera parte del siglo 20 a la luz de la tradición francesa de los primeros y segundos Annales, el papel del Materialismo Histórico es reducido. Los estudiosos prefieren llamar la atención sobre las divergencias entre la Nueva Historia Social y Económica y el Materialismo Histórico o el Marxismo, y devaluar las convergencias. La actitud sorprende porque los materialistas históricos dentro de Annales no fueron poca cosa. Allí estuvieron Ernest Labrousse, Pierre Vilar, Maurice Agulhon y Michel Vovelle, entre otros. Mi lectura de la lectura de la historia de Gramsci me dice que este poseía convergencias con la Nueva Historia Social y Económica a la luz de un marco compartido.
Para leer los Cuadernos… ( y a Almeida): una valoración desde la historiografía El propósito de mi lectura 2107 era poner al alcance de mis estudiantes de teoría de la historia la reflexión de Almeida sobre Gramsci a fin de animar la crítica seria sobre un tabú: el Materialismo Histórico. Tengo la impresión de que en este país la afirmación vacía de materialismo es común y hasta redundante o a lo sumo alude al materialismo ortodoxo que Gramsci, 17 de mayo de 2018
Los Cuadernos… de Gramsci y la centralidad del problema de las relaciones entre dirigentes y los dirigidos o entre gobernantes y gobernados, sugiere que 18
la clave para una interpretación apropiada del devenir histórico depende de la manera en que el investigador se aproxime al problema de la lucha de clases, es decir, sugiere una interpretación política de su condición material. En última instancia, esa lógica lo ubica muy cerca de los estudios de coyuntura que dominaron la experiencia historiográfica francesa por los menos hasta 1970. Los estudios de coyuntura, concepto que provenía de la teoría económica del siglo 19, llamaban la atención sobre ciertas tendencias producto de la conexión de fenómenos distintos pero simultáneos. Gramsci encaja en el modelo de los estudios coyunturales desde el Materialismo Histórico en la medida en que, para su interpretación, la lucha de clases y las relaciones sociales de producción son un hecho primado para la explicación del devenir.
Lista de imágenes: 1. Portada del libro 2. AsymptoticWay 238 35 Antonio Gramsci 01 Quaderni del carcere de AsymptoticWay 3. Omaggio a Gramsci (2011), de Gabriele Cancedda 4. Sin título de Eulogia Merle para El País 5. Foto de Mr. Fish Truthdig
Un último comentario Si sigo con cuidado la recomendación de la filosofía de la praxis de Gramsci, esta es una lectura tentativa. También lo es la composición de sus Cuadernos… Las circunstancias en que fueron redactados, Almeida lo ha señalado, permiten apropiarlos como el borrador de una obra inconclusa que siempre estará sujeta a una revisión en la medida en que las condiciones en que se les lee cambian. Insisto en que el Materialismo Histórico por su carácter dialéctico, ha sido siempre un enemigo filosófico de toda ortodoxia y de cualquier proceso que tienda, según sugería Henri Bergson en su reflexión desde el Vitalismo, a congelar la imagen del pasado y convertirla en un hecho muerto. Desde dos extremos en apariencia antinómicos se repunta la misma conclusión. El pensamiento está bien servido con este libro. En Hormigueros, 27 de abril de 2018
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Intersexualidad, epistemología boricuir y deconstrucción del binario sexual: implicaciones para la categoría “mujer” Lissette Rolón Collazo
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íntesis
ta en la concepción decolonial planteada por Gloria Anzaldúa en su clásico Borderlands/La frontera que afirma “la frontera” como signo espacial afirmativo y como herramienta analítica liberadora de los cuerpos “mitá y mitá” (contra el binario sexual compulsorio). Dicho marco conceptual de la frontera –en resistencia– permitirá abordar con un “prisma otro” la diferencia transgresora de la intersexualidad del caso bajo estudio: Florencio/Teresa Pla Messeguer alias La Pastora, Tereso o Durriti. Al mismo tiempo, hará posible deconstruir las categorías constitutivas del binario sexual: mujer-hombre y plantear algunas implicaciones específicas para la categoría “mujer” desde el pensamiento anzalduano.
Este ensayo postula un esbozo teórico para el proyecto Otras memorias: cuerpos en fuga resisten1 desde una epistemología boricuir. Dicha epistemología se articula desde la liminalidad del archipiélago boricua y desde la reivindicación de un cuerpo cuir/ fronterizo (“raro”, “queer”, dicho en puertorriqueño). A su vez, la epistemología boricuir2 propuesta se fundamen1 Investigación que recupera las memorias de cuerpos y sexualidades “otras” a partir de un estudio de caso: el de Florencio/Teresa Pla Messeguer, alias Tereso. Tereso, como este proyecto escoge llamarle para acentuar su cuerpo intersexual, se dedicaba al pastoreo antes de unirse al movimiento maqui (resistencia a la dictadura franquista). Después de militar en esa forma de guerrilla, fue atrapadx y encarceladx. Su genitalia ambigua supuso un reto a la imposición del binario de dos sexos, toda vez que su oposición a la dictadura lx convirtió en unx enemigx público por partida doble. Otras memorias: cuerpos en fuga resisten estudia las representaciones literarias e históricas de Tereso en contrapunto con un análisis del modo en que ciertos saberes –la medicina, la sicología y el derecho, entre otros– se han enfrentado a la diversidad de los cuerpos y de las ideas desde 1930 al presente. 2 Defino el concepto boricuir del siguiente modo: mirada de privilegio desde la liminalidad, desde la frontera inestable de lx boricua que habita el archipiélago caribeño y otras islas (como Manhattan, el Bronx y el Barrio, entre otros espacios periféri-
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cos) con pasaporte ajeno y sin nacionalidad reconocida en foros internacionales. Boricuir es una imposibilidad esencial que se fragua y se celebra en actos cotidianos, como las sexualidades abyectas, sin fijar, necesariamente, rasgos de identidad con las convenciones al uso de la trasnochada modernidad. Lo boricuir es, necesariamente, híbrido, cimarrón, fronterizo, raro, cuir e implica a todas las rarezas que emanan de la experiencia boricua en nuestro Caribglobal, con énfasis en los cuerpos y los deseos rebeldes. La raíz del concepto boricuir afirma la resistencia de lx boricua, en asedio imperial constante, como estrategia trasladable a los cuerpos y a los deseos que abrazan la rareza como bandera. El sufijo cuir reta la grafía del “queer” del norte para decolonizar, de paso, nuestros cuerpos, deseos y pasiones imposibles. A su vez, trastoca la otra colonización –hispana– retorciendo su propia palabra con transgresora opacidad.
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Ni lo uno ni lo otro El derecho ha sido dominado por hombres podría decirse. La Medicina es una carrera, predominantemente, de hombres alegaría otra persona. Las posiciones de liderato en, prácticamente, todos los ámbitos están plagadas de hombres. La filosofía misma parece ser cosa de hombres a juzgar por las antologías y los libros predominantes. Una estrategia feminista generalizada para resistir dicho ordenamiento social patriarcal, o sea, invadido y copado por hombres en posiciones de liderato, ha sido reivindicar las mujeres, luchar por más cuota de poder para mujeres, desenterrar los rostros de mujer invisibilizados e ignorados, afirmar sus cuerpos, sus palabras, su existencia de mujer. Otra estrategia ha supuesto radicalizar su diferencia, todo lo que nos hace una imposibilidad en la lógica de los hombres, eso que nos hace, inevitablemente, mujeres. En cualquiera de esas formas de lucha se reafirma, aun sin quererlo, el binomio mujer-hombre como un dado inescapable. Peor aún, se reifica la lógica heteronormativa y se reinstaura el orden taxonómico que establece categorías absolutas, fijas, preexistentes, coherentes y jerarquías cónsonas. El nombre mismo del XI Coloquio Nacional sobre las Mujeres, inequívocamente comprometido con una agenda feminista, reproduce, repite y reconstruye una matriz problemática a sus propios fines, afirmaría Butler.
la categoría “hombre” por supuesto– con la sospecha de la liminalidad intersexual y entonces ensayemos respuestas a las preguntas previas con estrategias de resistencia articuladas desde la destrucción del binomio que ha hecho posible las formas de subordinación harto conocidas.
Pero, ¿cómo desarrollar estrategias liberadoras que prescindan de la marca identitaria “mujer”? ¿Cómo resistir la lógica de la dominación que suponen las ontologías/epistemologías? ¿Cómo romper el binomio del sexo –imaginado por la biología y el derecho hegemónico como unívoco– viabiliza formas de emancipación? ¿Cómo denunciar el orden patriarcal, las jerarquías, el imperio del binomio y, de paso, tender puentes de interseccionalidad con otros cuerpos, con otras especies, con otras relaciones en el mundo?
Ni ser ni estar: genealogía sobre lo liminal o De Beauvoir a Anzaldúa Para trazar dicha andadura feminista, radical e interseccional, conjuro tres voces, tres filósofas, tres interlocuciones: Simone de Beauvoir, Judith Butler y Gloria Anzaldúa. Las tres han trazado, desde sus sistemas filosóficos y poéticos, una genealogía sobre lo liminal. Las tres han pensado los cuerpos intersexuales como el límite de lo binario. Pero, las consecuencias estratégicas y emancipadoras se distancian en cada caso.
Para empezar, propongo enfrentarnos a tales preguntas desde los cuerpos, los deseos y las prácticas del placer rebeldes. Propongo emplazar el binario sexual y sus premisas a partir de cuerpos en fuga que resisten, desde su nacimiento, las taxonomías del sexo binario y denotan su invención y su tramoya. Propongo que volvamos a la categoría “mujer” –y a Movimientos
La división de sexos, en efecto, es un hecho biológico, no un momento de la historia. Su oposición se ha trazado en el seno de un mitsein original, y ella no la ha roto. La pareja es una unidad fundamental, cuyas dos mitades han sido remachadas una con otra: no es posible ningu-
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historia. Luego se vale de ejemplos múltiples en diversas especies para interrogar el binario sexual (“La separación de los individuos en machos y hembras, pues se presenta como un hecho irreductible y contingente”, 31). Es en este punto que aborda el hermafroditismo o la intersexualidad, categorías que a ratos parecen ser distintas, pero que otras veces se confunden.
na resquebrajadura en la sociedad por sexos. Eso es lo que caracteriza fundamentalmente a la mujer: ella es el Otro en el corazón de una totalidad cuyos dos términos son necesarios el uno al otro. (Simone de Beauvoir, El segundo sexo, Tomo 1,15-16)
No se nace mujer ni hombre Simone de Beauvoir –bastante antes que Foucault– destruye la esencia ontológica “mujer” con una afirmación inequívoca: no se nace mujer. Nos hace la cultura. Nos hace la historia. Nos hacen las instituciones. Nos hace el patriarca-todopoderoso. Nos hacen los roles, las funciones y los imperativos sociales de modo tal que el hombre pueda ser. La mujer nunca es por sí misma. Es otra de quien es: el hombre.
No obstante, termina afirmando que en la escala animal superior existe diferenciación sexual, pero ninguna de las partes del binomio puede alegar ser la parte activa de la actividad procreadora: En su conjunto, sin embargo, y sobre todo en la escala superior de la escala animal, los dos sexos representan dos aspectos diversos de la vida de la especie. Su oposición no es, como se ha pretendido una oposición entre sujeto activo y sujeto pasivo: no sólo el núcleo ovular es activo, sino que hemos visto también que el desarrollo del embrión es un proceso viviente y no un desarrollo mecánico. (48-49)
La constitución del “segundo sexo” está anclada en una oposición binaria que, a ratos parece inescapable en el sistema de Beauvoir siguiendo a Hegel, a Levinas y a Levi-Straus: “… la alteridad es una categoría fundamental del ser humano. Ninguna colectividad se define nunca como Una si no coloca inmediatamente a lo Otro enfrente de sí” (13). Pese a tal reconocimiento, su proyecto filosófico-feminista consiste en desvelar y demostrar los modos en que se puede retar tal configuración binomial, siempre desigual para “la mujer”.
El cuestionamiento, desde el ámbito de la biología, de la alegada actividad o pasividad adscrita al hombre y a la mujer, respectivamente, termina reafirmando la estructura binomial que al comienzo de este capítulo parecía ponerse en entredicho. Interrogar el binario sexual no desemboca en un cuestionamiento de sus premisas ontológicas ni epistemológicas, aunque permite poner en tela de juicio la inmutabilidad de las nociones naturales, el carácter esencial de los “hechos” biológicos y las consecuencias que se imponen a partir de los mismos.
Dicha agenda de ruptura al complejo y constante proceso de construcción de “la mujer” comienza en el primer volumen de su manifiesto, El segundo sexo precisamente por “Los elementos de la biología”. Beauvoir inicia su andadura destruyendo la idea de la naturaleza como una esfera inmutable (“En verdad, la naturaleza no es un dato inmutable, del mismo modo que no lo es la realidad histórica”, 15) en oposición a la cultura y la 17 de mayo de 2018
Asimismo, en la sección dedicada a la biología de El segundo sexo, Beauvoir aborda, como indiqué previamente, los casos de hermafroditismo o intersexualidad. Estos ejemplos que retan el binario sexual son 22
considerados como “casos singulares” (“…en cuanto al hermafrodita, se trata de un caso muy singular: no es a la vez hombre y mujer, más bien no es ni hombre ni mujer”, 23 [Destacado en itálica es mío.]) que permiten demostrar la variedad natural en lo que a diferenciación sexual se refiere. Del mismo modo, reconoce que: Aun en las especies entre las cuales la división sexual es más pronunciada, hay individuos que son machos y hembras a la vez: los casos de intersexualidad son muchos entre los animales y en el hombre; y entre las mariposas y los crustáceos se encuentran ejemplos de ginandromorfismo en donde los caracteres machos y hembras se yuxtaponen en una especie de mosaico. (39-40) [Destacado en itálica es mío.]
A la vez, concluye que el hermafroditismo es un desequilibrio hormonal que provoca que las potencialidades sexuales queden inconclusas (40). Igualmente, se refiere a la intersexualidad como un “mosaico”, dejando abierta la interpretación de los “estados intersexuales” que en décadas más recientes se ha desarrollado desde la anatomía y la embriología (3940). Visto así, el cuerpo intersexual, la liminalidad que no es ni hombre ni mujer, reta el binario y su oposición jerárquica en el sistema de Beauvoir. Pero, no emplaza el “hecho” biológico de los dos o tres sexos. Cabe señalar que Beauvoir considera a la “mujer menopaúsica” como un “tercer sexo” porque no es ni hombre ni mujer al haber logrado autonomía de la función social reproductora (54).
El sexo también en disputa En sintonía con Beauvoir, la propuesta feminista radical articulada por Butler en su clásico El género en disputa destruye la noción de lo natural, de la dimensión original y originaria de esencias (y, por ende, de ontologías), pero lleva su premisa aún más lejos: “Si la afirmación de Beauvoir de que no se nace mujer, sino que se llega a serlo es en parte cierta, entonces mujer es de por sí un término en procedimiento, un convertirse, un construirse del que no se puede afirmar tajantemente que tenga un inicio y un final” (98). La categoría “mujer” es un constante e infinito devenir. Asimismo, lo son todas las categorías identitarias, el género y el sexo mismo según su sistema.
No se nace mujer, ni tampoco hombre, puede decirse desde los cuerpos en fuga. No se nace en una oposición binaria jerárquica que establece destinos y potencialidades. No se nace así. El imperio de los dos sexos es pura invención, si llevamos al límite justamente los planteamientos de Beauvoir en El segundo sexo. Romper con los imperativos del binario sexual, de la identidad “mujer”-otra, del sexo unívoco, de la naturaleza como inmutabilidad será justamente el acento que Judith Butler incorporará a esta agenda liberadora.
A su vez, para Butler, el sexo binario es un ingrediente central en la matriz hegemónica –unívoca, excluyente y coherente–, que reifica la heteronormatividad, toda vez que depende de marcas identitarias cerradas con apariencia de naturales e inevitables. Sin embargo, su frágil existencia está supeditada a la repetición constante de actos performativos hegemónicos hechos a imagen y semejanza de la idea que se quiere postular como natural. Por tanto, las
La univocidad del sexo, la coherencia interna del género y el marco binario para sexo y género son ficciones reguladoras que refuerzan y naturalizan los regímenes de poder convergentes de la opresión masculinista y heterosexista. (Judith Butler, El género en disputa, 99)
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estrategias feministas que insisten en categorías cerradas, esencialistas y definitivas de “mujer”, –pese a sus mejores intenciones– terminan reproduciendo la matriz que establece subordinaciones en primer lugar insiste El género en disputa.
el filósofo francés prestó particular atención. Tras una crítica a ciertas inconsistencias de Foucault en ese proyecto en contraste con algunas de sus premisas en Historia de la sexualidad, plantea: Foucault, en su introducción al diario de este hermafrodita, Herculine Barbin, sostiene que la crítica genealógica de estas categorías reificadas del sexo es la consecuencia involuntaria de prácticas sexuales que no se pueden incluir dentro del discurso médico legal de una heterosexualidad naturalizada. Herculine no es una “identidad”, sino la imposibilidad sexual de una identidad. Si bien las partes anatómicas masculinas y femeninas se distribuyen conjuntamente en y sobre su cuerpo, no es ésa la fuente real del escándalo. Las convenciones lingüísticas que generan seres con género inteligible encuentran su límite en Herculine justamente porque ella/él origina una convergencia y la desarticulación de las normas que rigen sexo/género/ deseo. Herculine expone y redistribuye los términos de un sistema binario, pero esa misma redistribución altera y multiplica los términos que quedan fuera de la relación binaria misma. (82) [Destacados en itálicas son míos]
Como alternativa epistemológica y política, Butler invita a repetir actos performativos paródicos que desvelen el perfil falaz de la matriz heteronormativa, sexo binaria e unívoca: Como estrategia para desnaturalizar y otorgar significado nuevo a las categorías corporales, explico y propongo un conjunto de prácticas paródicas fundadas en una teoría performativa de los actos de género que tergiversan las categorías del cuerpo, el sexo, el género y la sexualidad, y que hacen que éstas adquieran nuevos significados y se multipliquen subversivamente más allá del marco binario. (41) [Destacado en itálicas es mío]
Para ello, traza una genealogía por Kristeva, Wittig y el mismo Foucault. Es en este punto, que aborda el diario de Herculine Barbin, cuerpo intersexual al que
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Para Butler, por tanto, el cuerpo intersexual siempre en resistencia al sexo único, a las categorías binarias, a los contenidos definitivos del género –también binario– y a los deseos ordenados por la heterosexualidad, resiste y destruye dicho sistema y desvela su falacia.
dúa se traduce en metáfora de cuerpos, en elegía de lo inter y, por tanto, de lo intersexual: They called her half and half, mitá y mitá, neither one nor the other but a strange doubling, a deviation of nature that horrified, a work of nature inverted. […]
Pero, luego de esa operación deconstruccionista y desestabilizadora, ¿cómo articular una política de coalición en ausencia de las categorías identitarias perpetuadas por el binomio sexual y del género? ¿Cómo radicalizar el feminismo en ausencia de la categoría “mujer” por ejemplo? Butler defenderá que con repeticiones incesantes de actos performativos paródicos que destruyen la norma binaria que subordina. Con coaliciones abiertas, contingentes, provisionales que destruyen los parámetros epistemológicos y discursivos que perpetúan un sistema binomial de jerarquías. Con actos repetitivos desde localidades/cuerpos –proscritos a las periferias–, desde los no lugares, desde las no-identidades, desde los no ser ni existir. Desde ese locus que el cuerpo intersexual, siempre en fuga, constituye retando premisas binarias. A borderland is a vague and undetermined place created by the emotional residue of an unnatural boundary. It is in a constant state of transition. The prohibited and forbidden are its inhabitants. Los atravesados live here: the squint-eyed, the perverse, the queer, the troublesome, the mongrel, the mulato, the half-breed, the half dead; in short, those who cross over, pass over, or go through the confines of the “normal”. (Gloria Anzaldúa, Borderlands/La frontera, 3)
There is something compelling about being both male and female, about having an entry into both worlds. Contrary to some psyquiatric tenets, half and halfs are no suffering from confusion of sexual identity, or even of a confusion of gender. What we are suffering from is an absolute despot duality that says we are able only to be one or the other. It claims that human nature is limited and cannot evolve into something better. But I, like other queer people, am two in one body, both male and female. I am the emboidement of the hieros gamos: the coming together of opposite qualities within. (Anzaldúa 19) [Destacados en bold son míos]
Mitá y mitá: lo uno y lo otro o la frontera como espacialidad inter y decolonial Finalmente, en un giro decolonizador poético y espléndido –varios años antes que Butler–, Gloria Anzaldúa ofrece, otras pistas para romper con el imperio binomial desde el aquí localizado y provisional al mismo tiempo, o sea, desde la periferia boricuir en nuestro caso. En su manifiesto reivindicativo de la liminalidad –del no lugar-no cuerpo-no definición– afirma “la frontera” como espacio de privilegio para aprehender, para conocer, para saber. Desde nuestro “estado de excepción colonial” –según Atiles que, a su vez, reta a Agamben– diríamos desde una epistemología boricua-cuir también frontera en más de un sentido. Esa frontera geográfica vindicada por Anzal-
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Nótese que “mitá y mitá” no es una taxonomía matemática ni, pretendidamente, natural. Es un reto a la epistemología binaria, una desviación de la esencia, pero también una subversión de lo otro como reverso de lo uno. Es lo uno y lo otro, es el abrazo a la ambigüedad contingente. En este calificativo de cuerpos-deseos frontera la “y” rompe la falaz oposición y reta la matriz identitaria monológica. Los cuerpos “mitá y mitá” son un tráns-ito, un constante devenir, una imposibilidad para las categorías exclusivas y excluyentes. La aparente “excepcionalidad” 25
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lxs “mitá y mitá” da cuenta del carácter ficticio de la norma del sexo único, del imperio de ser “hombre” o “mujer”. Dicha concepción ofrece una alternativa política emancipadora: que los espacios, los cuerpos, y los deseos no sean para que actúen libres.
que existe. Más que sobre la categoría “mujer”, la agenda radical y subversiva del feminismo consiste en devenir frontera, en repetir actos que reten el imperio del binario sexual, del género y del deseo, que rompa con la falaz coherencia y congruencia de las identidades impuestas, que celebre cuerpos y deseos libres… Esta revolución, como la emancipación decolonial boricua, será feminista y cuir o no será…
Al mismo tiempo, en la propuesta anzaluduana, la coexistencia de rasgos de “hombre y mujer”, mitá y mitá, incluso puede considerarse como una evolución o tránsito hacia “something better”. Por tanto, los cuerpos intersexuales –con ambigüedad diversa en su genitalia, con su imposibilidad de ser clasificadxs en un sexo u otro– pueden ser apreciados, de hecho, como formas corporales mejores. La liminalidad de sus cuerpos, lejos de ser motivo de asombro y estigma, constituye su liberación del imperio binomial, de la imposición de lo uno o lo otro.
Referencias Anzaldúa, Gloria. Borderlands/La frontera. San Fran cisco: Aunt Lute Books, 2007.
En consecuencia, imaginar una epistemología decolonial boricuir, inspirada en el sistema filosófico-poético de Anzaldúa, supone navegar la ambigüedad del que se sabe hablante del lenguaje del imperio y de la emancipación a un solo tiempo. Crear una epistemología decolonial boricuir implica, por tanto, afirmar y celebrar los afectos con figuraciones propias preñadas de mar, de luz, de islas, de fuga. Enunciar una epistemología decolonial boricuir supone rescatar y reivindicar los conceptos que se han tallado en las fronteras, en los territorios liminales, en los intersticios de una ontología imposible que no se atiene a las formas ni a los contenidos dominantes, como la arena.
Atiles-Osoria, José. Apuntes para abandonar el derecho: estado de excepción colonial en Puerto Rico. Cabo Rojo: Editora Educación Emergente, 2016. Butler, Judith. El género en disputa. Barcelona: Paidós, 2011. De Beauvoir, Simone. El segundo sexo. Los hechos y los mitos. Buenos Aires: Ediciones Siglo Veinte, 1982. Foucault, Michel (pres). Herculine Barbin llamada Alexina B. Madrid: Talasa Ediciones, 2007. ---. Historia de la sexualidad. México: Siglo XXI Editores, 1998.
Enarbolar una epistemología decolonial boricuir como prisma para abordar un cuerpo intersexual, como el de Tereso, entraña no tener bandera nacional soberana, teniéndola, no tener certeza sexual y, a su vez, desbordarla, no existir por conjuro de la norma binaria, pero poblar la inconcordancia con un derroche barroco e inagotable de palabras. Acentuar una epistemología decolonial boricuir consiste en abrazar sin prisa la paradoja, en habitar y soñar un devenir siempre en fuga.
Valencia, Sayak. “Del queer al cuir: ostranénie geopolítica y espistémica desde el sur global” En Fernando R. Lanuza y Raúl M. Carrasco (comp). Queer & Cuir. Políticas de lo irreal. México, DF: Editorial Fontamara, 2015. ______________ Lista de imágenes: 1. Portada de Borderlands/La frontera 2. Yes (2016) de Devan Shimoyama 3. Portada de El género en disputa 4. Female Nude de Lovis-Corinth 5. The Two Girlfriends de Henri de Toulouse Lautrec 6. Portada de El segundo sexo (versión original en francés) 7. Ana de Casey Baugh
Para ello, la figura errante, del cuerpo intersexual, en tránsito incesante, de Florencio/Teresa, se convierte en una suerte de alegoría sobre la imposibilidad del sexo unívoco y, por ende, de la heteronorma como desenlace feliz de las identidades monológicas falaces. Tereso es ese cuerpo rebelde que nos recuerda que la frontera y el estado de excepción es todo lo 17 de mayo de 2018
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De rencarnaciones y preñeces de la palabra: la poesía de Rosa Vanessa Otero Ángela M. Valentín Rodríguez
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ublicar poesía en un país que se nos cae en cantos es un acto de rebeldía, un desafío directo a las circunstancias que nos aquejan y que podrían corromper las voluntades más férreas. Escribir poesía es un acto subversivo, un acto de fe pura en el futuro de nuestra Isla y en la capacidad transformadora de la Palabra. Al ver que en medio de tantos eventos convulsos se presenta una colección de versos, tienes que detenerte a celebrar. Pero no a celebrar frívolamente, porque esos versos y el trabajo de su editor son el resultado de una tenacidad que sabe que un pueblo puede ser salvado por el arte. Por eso, celebramos las letras de Rosa Vanessa Otero, quien el pasado jueves, 5 de abril de 2018 presentó La vocal encinta y otras encarnaciones, una edición conmemorativa publicada por la Editorial EDP, que reúne por primera vez sus poemarios premiados hace casi dos décadas atrás por el Ateneo Puertorriqueño y que aún se mantenían inéditos, La vocal encinta (2001) y Encarnaciones (2003). Las palabras de Vanessa Droz fueron el preámbulo para escuchar la lectura de algu17 de mayo de 2018
nas de las piezas que delatan la fuerza de la juventud -son su poesía universitaria- junto a la rebeldía inherente y permanente de las letras de Otero. Luego de conversarnos un rato, la poeta nos plantea: “Nadie desea que un libro suyo se quede sin publicar por más de una década… Cuando Edgardo Machuca me propuso editar algo mío, puse a su disposición algunos de mis textos nuevos o rescatar La vocal encinta. Fue un alivio que apostara por La vocal. Fue un gran consuelo volver a estos poemas y comprobar que lo que se escribe con intensidad y veracidad no envejece.” Y es que, gracias al ojo editor de Machuca, podemos degustar aquellos primeros versos de Rosa Vanessa Otero, lo cual nos permite contemplar de manera más completa el devenir artístico una poeta muy importante para las letras insulares, pues aquellos poemarios no han sido los únicos premiados. Vale recordar que En el fondo del caño (Genealogía), de 1997, le obtuvo su primer premio regional, además de un reconocimiento por parte del Instituto de 28
Literatura Puertorriqueña, y luego To muddy death obtuvo en el 2013 el primer premio del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Quien ha seguido fielmente las letras de Rosa Vanessa Otero, se encuentra con una poesía que desde sus inicios se caracteriza por ser trabajada con la paciencia del artesano, que busca la perfección de la expresión, cosa que no debe extrañarnos si conocemos su profesión de editora. Es poesía profundamente existencialista, que plantea la crisis del ser y del estar en el mundo. Los resultados plantean a la poeta frente a la voluntad creativa, la lucha con la Palabra y sus circunstancias: “Cierta timidez me fuerza/ a un silencioso laboreo de hormiga.” (“Envío”, 11); “Construcciones prodigiosas/ de naipes sobre las aguas/ la poeta y su palabra.” (“Trampa y presa”, 46). También nos encontramos con poemas en los que Otero explora su visión de un mundo elusivo y extraño: “Cuando me dije/ “puedes levantar tu figura/ sobre el río siempre otro/ el mismo río, dibujar/ la espiral al viento/ que jinete y lomo enrice”, “bajo mis pies huyó/ sigiloso el/ mundo” (48). En fin, no es poesía de protagonismo, es poesía para plantear el alma y su capacidad creadora, así lo señala Otero: “lo importante es poder crear, conservar la sensibilidad para crear y lo que ahora estoy disfrutando: un espacio propio de creación”. Este poemario lo prueba, esperó casi veinte años por ver la luz. No fue una entrega inmediata, pero no importa porque la poesía, la verdadera poesía no envejece y espera, tal y como señala Vanessa Droz en las palabras de la contraportada: “Su pretensión –y de ahí su ingente esfuerzo como poeta-, es que en su escritura
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la palabra se haya hecho carne, aunque sea por un ramalazo de segundo.” Continuemos celebrando la poesía de Rosa Vanessa Otero y su trabajo constante, silencioso y riguroso con la belleza.
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La prole de una asesina absuelta: Tres libros de Zuleika Pagán López Rosa Vanessa Otero
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esde la publicación de sus primeros libros, Ankh (2008) y Zozobra (2010), Zuleika Pagán López cultiva una poesía tan racional como libidinosa que se nutre de su capacidad para combinar dinámicamente dos fuerzas en apariencia opuestas: la concisión en la forma y la visceralidad en el efecto emotivo que sus temas provocan. Con la impresión de su tercer libro, Bilis (2017), la racionalidad se espesa y se oscurece, recogiéndose hacia lo hermético y metapoético, mientras que la libido se explaya hacia la monstruosidad y el grotesco, sin renunciar a su habitual economía formal y a la marca que ya distingue a su escritura entre otras: la contundencia.
siduos: solamente la delatan los epígrafes, su mapa de lecturas francesas y un morbo sadista-malditista que lubrica el pelaje de sus poemas panteras. permítame –por humanidad− llevar conmigo un trozo de uña enterrado en este hueco ansioso por desaparecer (55)
Como ha propuesto Carlos Vázquez Cruz (2009), “Lo cierto es que llamarla “lírica”, cuesta, aunque cualquiera pecaría de injusto si la llamara “dramática”. Yo la llamaría, con la licencia que me otorga el no ser crítica literaria sino poeta, “Zule Scissorhands”. Y aquí presento algunos retazos que permiten hacer un esbozo, que más no pretendo, de su personalidad poética.
Ankh, o el sexo como acto de terrorismo La poesía de Pagán no está diseñada para soportar una lectura plácida en un parque, con sol brillante, hierba recién cortada y pájaros cantando. Sus poemas son minimalistas, reconcentrados y peligrosos como el cianuro. Su tono exige lectores y lectoras dispuestos a enclaustrarse en esas líneas recortadas y duras que huyen de la lírica como de una maldición. La autora de Ankh escribe con tijeras y quema los re-
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recibe tu vejez con dignidad, enclaustra los pellejos que te quedan mientras yo saboreo, como por primera vez carne fresca (29)
Hablemos, pues, de pellejos enclaustrados. Un ombligo. Dos ombligos. Tres ombligos. Esa palabra cen30
el padre cayó al suelo la abuela se ahogó en gritos al abuelo lo traicionó el estómago los hermanos continuaron jugando igual que siempre no sintieron la ausencia la madre palpó la cicatriz en su bajo vientre el cuerpo de una niña de dos años flotaba en la bañera… (36)
En esta escritura invadida por el terror, un eros femenino asume su sexualidad como arma para domesticar su fiera muerte: “a más de mil has atemorizado con tu rostro/ a mí me atemoriza/ el deseo de comer de tus partes bajas” (37). Lo que puede terminar en crimen, también podría conducir a un nacimiento: sabe amargo tu puntapié huelen amoníacos tus gritos oigo el tabique roto conta la pared siento la caricia de tu enojo miro las lenguas de tu sexo hoy te parí hoy has nacido (26)
tral, literalmente, organiza el discurso posfeminista de Ankh para tirarnos del cordón umbilical e irritar; oh, sí, cómo irrita a la madre sobre protectora: “a cada noche me desvela el terror/ de abrir la puerta y encontrarme/ con los cordeles de mi azotea/ (de viento y penumbra)/ repletos de niños/ chorreando por los ojos/ y vomitando un chirrido ensordecedor” (35). Las relaciones sexuales entre los ombligos de este libro son variadas, pero conducen, además de al goce y la procreación, al humor sarcástico (“sus caricias son casi/ un acto heroico/ ante la falta de buenos/ ejemplares masculinos”) (52). O bien: esta noche nos veremos/cara a cara/ uña a uña/y me parecerás poca cosa…” (22).
Y el hombre se hizo hambre: Zozobra El segundo libro de esta poeta de la presente generación, cofundadora de la revista Sótano 00931 y actual directora editorial de Sótano Editores, aparece en 2010 bajo el sello Ediciones Ferilibro, premio de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, República Dominicana. El desamparo que en Ankh apenas se sugiere entrelíneas, en Zozobra se apalabra y personifica, esta vez por un yo poético que se permite cierta ternura y vulnerabilidad infantil que le fueron negadas a la ópera prima. yo no tuve abuelo que visitar los domingos ni casa de playa para recoger caracoles en las tardes tampoco tuve hermanos ni hermanas ni una muñeca de trapo que me acompañara a dormir sólo tuve a elena y elena sólo me tuvo a mí hasta que una mañana de invierno unas gotitas rojas tibiaron mis sábanas y me abandonó por envidia… (27)
Unos retratos de pareja y de familia vandalizados y reconstituidos se dibujan y desdibujan ante nuestros ojos sin recato. A simple vista, algunos versos pasan como pequeñas agresiones de amor/odio entre amantes jóvenes. Pero los abismos de silencio que se descuelgan entre ciertas líneas dicen algo grave y patéticamente humano: el desamparo. Entonces, no hay lenitivos, sedantes ni ternura que edulcoren el veneno cuando baja por nuestra garganta. La violencia de toda relación humana, llevada hasta sus consecuencias más tremendas, es uno de los temas recurrentes de Zuleika Pagán. Movimientos
Pero esta vez, y sin soltar las tijeras, Zule Scissorhands prende el fuego que consume al muñeco representativo del miedo en fiestas de carnaval. Aquí la zozobra no es naufragio, sino la ruptura cuasi ritual
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de un símbolo colectivo. En este libro, las líneas y estrofas comienzan a distenderse. Se amplían los registros para sumar, a las fuentes literarias, referentes de la cultura popular y de masas, en particular de la cultura mexicana. Lo que antes buscaba encriptarse, ahora procura salir hacia el otro y lo otro, se socializa para exorcizarse:
y la mochila que contenía todo menos mi futuro me detuve frente a él y comprendí que era un hombre sin dientes frente al escaparate de una carnicería (53)
Estos versos de Pagán dialogan bien con el poema “Hambre II” de Vanessa Droz en Estrategias de la catedral (2009):
la zozobra es un hombre sin rodillas expuesto a la burla colectiva traspasado por el fónico destello de un carnaval. (56)
No es hambre, no, la manera insustancial en que extiendo la mano esperando algo, lo que sea, la herida cintura del alma abierta al corrompido alimento… Mi hambre no es de este mundo. (28)
El hambre es un concepto que cruza este libro transformándose en significados. La poeta nos conduce en retroceso desde los contenidos que la ha dado la cultura a esta palabra (hambre como deseo sexual, codicia, ambición intelectual o inquietud existencial) hasta su sentido más literal y material. Y desde este sentido literal, nos catapulta hacia la metáfora, multiplicando las posibilidades de interpretación textual:
Pero si el sexo y la rivalidad/complementariedad de lo femenino y lo masculino presiden la propuesta de Ankh, que es principalmente erótica, en Zozobra la sexualidad se mira en el espejo de los miedos infantiles para romperlos (“mi abuela/ −la que dictó mi vida imaginaria─ /de chiquilla me enseñó que el hambre/ suele disfrazarse de persona”) (17). Sin abandonar su ironía, desconfianza y escarnio habitual hacia los amores perros, el yo poético hambriento admite una que otra mirada benevolente y deseante hacia el sexo opuesto: “yo sin embargo aprendí:/no hay paraíso más grande que las rodillas de un hombre” (34).
la tarde que conocí al ropavejero llovía sobre las alcantarillas iluminadas era innecesario el olfato todo olía a verde claro yo corría a cuestas con mi chubasquero amarillo
Bilis: ¿un poemario… neogótico? Como sugerí antes, el tercer libro de Pagán, publicado dentro de la serie Literatura Hoy del Instituto de Cultura Puertorriqueña, supone un engrosamiento del tejido expresivo de la autora, sin abandonar su brevedad y economía distintivas. Ahora, si en los libros anteriores podía “costar” llamarla poeta lírica, en Bilis “cuesta” evadir la tentación de asociar su escritura actual, aunque de manera liberal, con un gusto por lo gótico o neogótico. La violencia de tipo social y relacional que se expresaba como una forma de disfuncionalidad capaz de vulnerar a un yo poético literario o auto biográfico, en Bilis es inherente a la voz o a las voces poéticas (esta vez masculinas, neutras o femeninas) que inciden en el discurso. Esta violencia es inherente también a la construcción textual: “(…) en cada poeta yace/ la prole de un asesino absuelto” (29). O bien: “tu asesino ya no es tu asesino/ es el biógrafo de tu mísera existencia que aguarda/ febrilmente el juicio final” (38). 17 de mayo de 2018
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ponde con un análisis de la poesía de Emily Dickinson y Alejandra Pizarnik que bien podría servir para leer a Zuleika Pagán: “La figura femenina vuelve a desempeñar el rol de la víctima, pero la doncella-víctima ya no es un personaje, sino que se corporiza en la misma voz poética, y el temor, de igual o mayor intensidad que el temor del `gótico´ europeo, tendrá características distintas. El temor en ellas [Dickinson, Pizarnik] está más cercano al horror que al terror; es un miedo que paraliza” (65). En el caso de nuestra autora, sin embargo, tal parálisis no existe, sino una oposición feroz y decidida a ejercer el papel de la víctima. La asesina anda suelta. El subtítulo de Bilis, (“Código genético de la memoria”), permite un paralelismo con la ya mencionada A. Pizarnik en “Caminos del espejo”: “Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste”. También resuenan en el libro ciertas semejanzas con Julio Inverso, poeta uruguayo asociado por la crítica con el `gótico`: “/…/ Soy el que seré, ahora mismo viviré mi futuro, mi más allá y mi abismo. / No me toques, estoy endemoniado. Seré la bengala/ que rompe a llorar en tu cielo hecho añicos”. Solo que nuestra asesina/poeta nunca llora, y en la última línea del poema “Humoral o clave de sol” nos prometerá, jactanciosa: “yo soy el ser que te espera en la víspera”.
Víctimas que son igualmente victimarios entran y salen de las páginas sin redención ni castigo (“al alba, descubrí que eres mi salvador y mi verdugo”) (24); o reciben la infligida muerte sin espanto ni sufrimiento (“yo no soy víctima de nadie, prometo violentarnos / mutuamente” (25). La villanía en estos poemas campea por sus respetos, sin el restablecimiento de un “orden moral” que regule o neutralice la biliosa naturaleza del monstruo/poeta/amante; aquí la culpa es huérfana (“estas manos tan culpables/ estériles actos de contrición” (26).
En resumen, la voz poética de Bilis se absuelve a sí misma cuando acusa al victimario/víctima: “no eres más que un número en la piara de los estériles, tu violencia no es la violencia de los artistas, no es violencia sagrada” (25). Sagrada o no, la violencia como detonador en el arte escritural de una de nuestras creadoras más jóvenes, invita a una lectura detenida de sus textos, por cuanto se ocupan, reiteradamente, de un motivo poco visitado por la poesía escrita por mujeres en Puerto Rico. Si el interés por este tema viene de un gusto literario por lo “noir”, más que de una urgencia por horadar en una de las heridas siempre abiertas de la humanidad, y en particular de la sociedad en la que la poeta habita y escribe, es algo que está por estudiarse. Por ahora, la racionalidad con la que sus escritos están confeccionados, y la visceralidad del tono, sugieren ambas posibilidades. Lo que está claro, para quien la lee, es que su decir es siempre contundente.
En este libro, de modo similar a lo que propone Guillermo Duff cuando comenta la influencia y re significación del gótico en la literatura del sur de los Estados Unidos y Argentina: “antes de ser victimario, el villano fue víctima, cuestionando la inexorabilidad del castigo final al que la novela europea condenaba al personaje y, fundamentalmente, revirtiendo la ecuación del perseguidor y el perseguido que planteaba el `gótico` europeo: el villano `gótico` será un personaje femenino y su víctima, encerrada en un cuarto, en un auto o en un féretro, será un hombre” (58). A la dificultad de trasladar al género poético el concepto de lo gótico, propio de la narrativa, Duff resMovimientos
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Referencias: Aguilar, Julio César. “Influencia de la literatura gótica en la obra de Julio Inverso”, Accesado el 12 d abril de 2018 en https://piranhamx.club/index.php/boca-derio/ítem/341-influencia-de-la-literatura-gótica-enla-obra-de-julio- inverso. Droz, Vanessa. Estrategias de la catedral, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan: 2009, 80p. Duff, Guillermo. “Las huellas de la literatura `gótica` en las literaturas estadounidense y argentina” (Tesis), Santiago de Chile: 2013, 91p. Pagán, Zuleika. Ankh. Isla Negra Editores, República Dominicana: 2008, 60p. ---. Zozobra. Ediciones Ferilibro, República Dominicana: 2010, 64p. ---. Bilis, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Humacao: 2017, 56p. Vázquez Cruz, Carlos. “Ankh: la poesía en busca de inmortalidad”. La mirilla y la muralla: el estado crítico, Sótano Editores, Puerto Rico: 2009, pp. 113-124.
_______________________ Imágenes: 1. Edward Scissorhands, dir. Tim Burton. 2. Ankh (2008) (portada) 3. Zozobra (2010) (portada) 4. Bilis (2017) (portada) 5. Zuleika Pagán López (retrato del libro Bilis)
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Dos grandes metáforas del Caribe en Hostos y Martí Yvonne Denis Rosario
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ntre las figuras del pensamiento, la metáfora se distingue por ser el tropo de mayor uso. El juego de su presencia, de su ausencia o de ambas en cualquier texto ubica al lector en espacios inimaginables. La metáfora seduce la razón y le da al lenguaje un sentido figurado de gran alcance que ejemplifica su trascendencia. Los escritores que han sido seleccionados en este análisis, Eugenio María de Hostos y Bonilla, y José Julián Martí Pérez son grandes constructores alegóricos y a su vez, son ellos desde su legado un gran símbolo de El Caribe.
to fundacional para manejar aspectos de identidad patria en autores que trabajan la literatura de exilio, desde el modernismo y su afirmación nacional característica de finales de Siglo XIX. Contrastan en estos autores varios hechos singulares. Veremos. Primordialmente Hostos es catorce años mayor que Martí. Aunque esto es un asunto cronológico de menor alcance, nos pareció inverosímil que no se conocieran personalmente. Esto hace de nuestro acercamiento e investigación uno peculiar y hasta mítico. ¿Cómo dos hombres de tal categoría no se conocían y su legado deja claramente evidenciado un sinnúmero de similitudes? Esa es precisamente la pregunta que responderemos sin mayores pretensiones. Era necesario antes de escribir una sola letra observar sus respectivas cronologías y en ellas sus biografías. Solo con esos documentos, ampliamente trabajados por muchísimos intelectuales y estudiosos, se desprende información valiosa. Es decir, sus fechas de nacimiento, su quehacer literario y político se entrecruzan sin siquiera verse. Ambos caminaban la misma senda en el albor de América desde sus pensamientos filosóficos y políticos. Eran análogos.
En ellos identificaremos varios elementos semejantes en función de su estilo literario, sus ideales políticos y vivencias. Principalmente los hermana una América en común, lo que nos permitirá de inmediato identificar similitudes en el uso de un lenguaje identitario. Luego, abundaremos en el contexto histórico que ambos comparten desde sus espacios vivenciales en el exilio. Finalmente compararemos sus obras desde un esquema estructural en el que la homología será evidente desde sus respectivos contrastes. Por lo tanto, nos parece esencial plantear el uso de la metáfora en la narrativa y en los ensayos como la primera afinidad estilística. Además, es un elemen-
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Marcos Reyes Dávila (2003) y su ensayo “Hostos en la sangre de Dos Ríos”, argumenta reiteradamente que ambos se conocieron, pero desde la similitud de sus letras. ¿Que estuvieron en el mismo lugar geográficamente? Por supuesto, era su América. Comulgaron las mismas palabras. Pero no se ha probado si lograron encontrarse frente a frente.
Nos detenemos para conceptualizar también el significado que tienen las condiciones en que se desarrolla una metáfora. Esto debido a la insistencia del pensamiento derridiano en excluir lo llamado ‘halógeno’, por no poseer los elementos básicos de su entorno. En otras palabras, qué características generales deben prevalecer en esa figura para incorporarla al plano filosófico.
La analogía constante entre los autores nos lleva a la interioridad del lenguaje creado por ellos. Jacques Derrida en su ensayo La metáfora en el texto filosófico apuntaba que la metáfora es lo que les da sensibilidad a los temas de esa índole. Con ello nos inclinamos a postular que nuestros autores metafóricos se han apoderado del lenguaje de manera tal que sus ensayos y narraciones navegan en la Filosofía. Derrida consignaba cómo lo abstracto escondía una figura sensible. Es preciso notar, cómo algunos de los textos que analizaremos recogen abstracciones en su construcción. Particularmente enfoques de carácter político.
Argumentemos más. Primeramente, la metáfora es un tropo en el cual su giro o cambio está sustentado en el lenguaje mismo. Funge como una plataforma para comprender la ideología. No podemos limitarnos a ubicar la imagen a un simple tropo de lenguaje figurado. Ubicarla en la poesía solamente no es aceptable. La metáfora compara dos términos implicados y en esos también pueden prevalecer otras Ciencias. Es aquí donde Friedrich Nietzsche dialoga con Derrida, pero desde un ángulo contrario. Justo en ese punto, uno le da exclusividad a la metáfora y el otro no, respectivamente.
A ello le llama el teórico “filosofema clásico, un concepto metafísico” (Derrida, 2008, p. 259) como manera de identificar la metáfora en la filosofía. Señala claramente lo imposible de tal acercamiento, es decir filosofía y metáfora. A pesar de ello las reconoce llamándolas “metáforas halógenas” (Derrida, 2008, p. 268), porque están fuera de su hábitat.
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Debemos detenernos a auscultar lo que pretende Nietzsche, para crearnos una sospecha de lo que defiende Derrida. Sin olvidarnos de que para su aproximación a la poesía y su estilo en el uso de aforismos (como Hostos y Martí), entre otros recursos, le era obligado emplear lenguaje figurativo. Era un filólogo, filósofo y poeta. Por esta razón, Nietzsche era considerado por otros pensadores como el que per-
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mitirá unir la Filosofía al mismo lenguaje figurado. Ese es nuestro planteamiento principal en cuanto a la estilística de nuestros autores.
Por lo que no coincidimos con Derrida, si se busca minimizar desde su postura la belleza de imágenes en la estilística de Hostos y Martí, por el mero hecho de partir desde su orientación filosófica. La gran aportación de ambos a la literatura caribeña es precisamente ese metaforsear la razón desde el lenguaje mismo. Esa “constelación de metáforas” describe todas estas inserciones en el lenguaje generado y desplegados por nuestros pensadores.
Puesto que esas estructuras trabajan y remiten a un contexto histórico sociopolítico, sus palabras tienen una significación cultural y ética. Ese es el inicio del pensamiento nietzscheano, cuando en adelante abarca el estudio de la genealogía de las palabras. Por otro lado, nos ubica en la ruptura del lenguaje y, por ende, en su restructuración. Nos acercamos a su vez, a la retórica filosófica desde Nietzsche, cuando él asume que el cambio lingüístico que surge de usar figuras retóricas en la Filosofía, nos lleva a ubicarnos en una utopía. Es aquí cuando nuestros autores en su lenguaje filosófico figurativo nos sitúan en un plano puramente irreal. El lenguaje es esencialmente retórico y su pluralidad efectiva será ampliamente discutida en los escritos de estos hombres. Es inevitable entonces que consideremos la metáfora intercalada desde las letras de estos dos grandes pensadores. Volvamos a Derrida y su escepticismo del uso de la metáfora en la Filosofía. Intuye que el aparato del lenguaje desde esa ideología se deconstruye. Así que, sitúa a este tropo mayor en una posición irritante y a menos. Por eso las llama halógenas, biológicas, orgánicas, mecánicas, técnicas, económicas, entre otros calificativos (Derrida, 2008, p. 260). Las cataloga según su origen, pero no deja de considerar la posibilidad de disponer de su uso en la doctrina filosófica. Igual que Platón, las metáforas estarían regidas por lo que pretende su autor, que quiere expresar al lector la significación de sus simbolismos. Aquí precisa comprender a Hostos y a Martí en su estilo. Aunque Derrida le resta mérito y las señala como “un ornamento pedagógico de ideas filosóficas de un autor y que están demás” (Derrida, 2008, p. 263).
A su vez, esa mirada que mencionáramos nos retrae otra metáfora, la náutica. Que, aunque es reiteradamente señalada como una perteneciente a la poesía, no podemos desvincularla en este análisis. Es así porque el movimiento, como una ola, se da en los albores de la colonización española. Nos detenemos para señalar lo que Martí describe como: “…una esmeralda inmensa que flotaba en el mar.” Ese barco que representa lo náutico desde los ojos del colonizado y del colonizador. Abundaremos más adelante.
Nietzsche no trata de esa forma la metáfora. Por el contrario, desde su construcción misma la acomoda a la par con el lenguaje, que se ve transformado por su uso en el cual la idea es ubicada en la metáfora.1 Argumenta, además, que las palabras siempre fueron tropos. Hace meritorio recordar otra vez que, para Nietzsche, la Filosofía puede integrar el aforismo y el poema. Así lo ha expresado uno de sus estudiosos, Gilles Deleuze en el libro, Nietzsche y la filosofía.
En el caso de Hostos, su obra La peregrinación de Bayoán discurre en ello también desde su género en una novela de corte político. Esa prosa poética como retórica que traslada de un lado a otro una gran pe-
1 Metáfora: “Una comparación breve, como a su vez, la comparación es una metaphorá plenázousa¨. Nietzsche (El libro del filósofo, Taurus, 1974, p. 162).
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regrinación identitaria. Aunque no entraremos en el análisis directo de sus ensayos, reconocemos que sí, en su pluma deja marcas del ensayo mismo en la narración. Sabido que siendo su novela la única en la que imprime destellos fuertes de corte ensayístico. Luis Felipe Díaz en un amplio análisis de la novela así lo expresa:
tos: “Como ensayista, figura nuestro compatriota entre los que inician formalmente el cultivo de este género en Hispanoamérica.” (1970, p. 162). Le hemos seguido no solo el rastro al pensamiento de Hostos, que incide en su literatura, sino que también a esa inclinación sociológica en sus letras, como lo escribió Rivera de Álvarez. Asimismo, de su extensa propaganda por la independencia de las Antillas, harto conocido por nuestros hermanos caribeños y latinoamericanos, su ideal en defensa de la justicia era una punta de lanza en su escritura sencilla y sobria. Por lo que su novela, La peregrinación de Bayoán es de forma indirecta el inicio de la obra ensayística prolífera que el autor más adelante desarrollaría. Ramón Luis Acevedo, en el capítulo que distingue a las “Figuras y obras iniciales sobre Eugenio María de Hostos,”4 señala que éste es sobre todo ensayista. Identificando en su obra discursos, artículos periodísticos, crónicas de viajes, cartas y hasta capítulos de libros sobre temas políticos, sociológicos, filosóficos, pedagógicos, históricos, biográficos, literarios y artísticos (Acevedo, 2005, pág. 246). Por lo que, no podemos dejar de plantearnos lo que es evidente en sus inflexiones literarias. No olvidemos entre las características que se le atribuyen al ensayo, según lo expresa Liliana Weinberg5, para ubicarnos en su contexto histórico, es lo intransitivo y la transitividad que ha procurado. Principalmente porque nuestro novelista y poeta, respectivamente, llevan esa corriente contradictoria en la forma en que escriben. Veremos en éstos esa franja que se cruza entre la prosa artística y sus otras formas de expresión. Estas que se refieren, como menciona Acevedo (2005), al discurso y literatura a la misma vez.
El género del diario, en su intimismo y peregrinar hacia lo profundo de la personalidad y del ser lo llevará después de todo a buscar una salida hacia lo social, hacia la apertura que proporciona la novela (lo cual nunca logró del todo bien, pero sí con el ensayo y su poder de crítica social ampliamente racionalista pero que no abandona lo subjetivo). (La peregrinación de Bayoán, 2)
Weinberg (2006), hace un interesante recorrido de la evolución del ensayo y de que sus orígenes, adecuado a nuestros dos precursores, corresponde a lo que ella llama un “género sin orillas”. Basa su idea
Más aún, Doña Josefina Rivera de Álvarez en el primer volumen del Diccionario de Literatura Puertorriqueña2 expresa ampliamente sobre el cultivo del género ensayístico en Hispanoamérica y en los autores del momento.3 Acota, además, refiriéndose a Hos-
orden social, económico y político, busca en el pasado histórico y profetiza el futuro: pasa juicio a los logros culturales y de otras índoles”. (162). 4 Acevedo, Ramón Luis. Antología crítica de la Literatura Puertorriqueña. San Juan: Editorial Cultural. 2005. Impreso. 5 Weinberg, Lilliana. “El ensayo latinoamericano entre la forma de la moral y la moral de la forma”. Cuadernos del CILHA, Argentina, 2007.
2 Rivera de Álvarez, Josefina. Diccionario de Literatura Puertorriqueña, Editorial Instituto de Cultura Puertorriqueña.. 3 “Expone y analiza con mente magistral la problemática de
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en las palabras de Juan José Saer en El río sin orillas.6 Entendemos que lo agónico del momento en que vivieron, uno en un periodo romántico en transición al modernismo y el otro en pleno modernismo, es un evidente reflejo de un predominio previo de lo lírico. Ello nos permite reafirmar ese concepto expreso de dos fuerzas opuestas que circunscriben al ensayo mismo siempre. Una la que corresponde a lo tradicionalmente literario y otra a su forma del prosaísmo y pragmático (Weinberg, 2006, p. 114). Esta última, no correspondería a nuestros apóstoles de las palabras.
Margot Arce de Vázquez, en un artículo publicado en la Revista Asomante7 los logros desde el ensayo de Hostos y Martí que alcanzan,8 según interpretamos, otras fronteras del género. Una novela ensayística y ensayos poéticos de una inmensidad y riqueza litera-
7 Robles de Cardona, Mariana, Arce de Vázquez, Margot. “Veinticinco años del ensayo puertorriqueño (130-1955)”. Asomante 1. 11 (ene-mar 1955): 7-19. 8 “…alcanza prestigio continental y busca —como Martí— sorprender los rasgos permanentes de la sociedad de pueblos hispanoamericanos. Cultiva —el primero en estos pueblos— el ensayo de carácter reflexivo, de forma rigurosa que sólo será continuado por Rodó décadas más tarde. La claridad, el orden, el buen juicio, el estilismo y el culto del espíritu dan al ensayo hostosiano su peculiar fisonomía. La peregrinación de Bayoán (1863)… atestiguan su sensibilidad, su penetración psicológica, su bien disciplinado intelecto”.
Así pues, relaciona Mariana Robles de Cardona y 6 “(…) y tendemos a representárnoslo sin forma precisa (…) Esa impresión viene de la experiencia directa, cuando estamos contemplándolo, porque sus límites se confunden con la línea circular del horizonte (…)” (Weinberg, L., 2006 b:6-14)
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ria nos dificulta ubicarlos en un modelo específico de obra. Como bien señala el referido artículo, es esencialmente la Guerra Hispanoamericana la que mueve la tonalidad de la literatura puertorriqueña y nos atrevemos a señalar sin duda, que en todo el Caribe (Robles, 1955, p. 9).
tística mostraban una riqueza inmejorable expresa en sus versos y en la prosa. Desde el modernismo se transformaron sensibilidades, el pensamiento y la creación. Martí era una representación de ello, por su estilo liberto. Así lo expresa Schulman: Pero lo que más distingue a Martí, y a la vez, lo diferencia de otros modernistas amén de estas innovaciones estéticas es la dimensión ideológica de su obra en prosa y en verso”, Pero, ni en verso, ni en prosa escribió Martí con el propósito de chocar o de pasmar. (2008, p. 27)
Es por eso el que entre ellos se reconoce, aún en la poética de Martí y la novelística de Hostos, el elemento discursivo que viene unido al pensador humanista y periodista que había en ambos. Porque sus luchas políticas en sus países eran el principal motor que los instaba a ese tipo de escritura artísticamente literaria. Planteamientos constantes de lucha, tienen que ver con esa época de Tránsito y del trauma, que recoge Francisco Manrique Cabrera en su estudio de la Historia de la Literatura Puertorriqueña. En la que expresa esa vertiente ecléctica y en pleno desequilibrio con lo cual nuestros intelectuales tuvieron que lidiar.
Constancia del simbolismo Los simbolismos son constantes en la literatura puertorriqueña durante el dominio español debido a la situación colonial. Las letras eran el mecanismo de salida para enfrentar la represión generada por los colonizadores. El canon mismo era dominado por España en el Siglo XIX. La Madre Patria prolífera del catolicismo era una influencia obvia en los escritos de los literatos. Entre ellos está Hostos, ubicado en la primera época del romanticismo puertorriqueño. Aunque en su libro de la Historia de la Literatura Puertorriqueña, Francisco Manrique Cabrera lo ubica más en la generación de los Ochenta de Tránsito y Trauma, Josefina Rivera de Álvarez no.
Por lo que no podemos separar el momento en que vivían con su estilo contradictorio. Diversos estudios han ubicado a Hostos en una novela catalogada como política sobre la confederación antillana (refiriéndonos a La peregrinación de Bayoán) y, por otro lado, como una lírica sentimental y psicológica (Acevedo, 2005, p. 246). Además, es imposible olvidar la condición de periodistas que les permitía denunciar las injusticias de la corona española. Eran intelectuales de alto orden y palabra, por lo que encontraban en ellas una manera de formular postura sociales, políticas, económicas y literarias. Así pues, como Martí era un poeta, igualmente era ensayista. Ambos géneros eran construidos desde muchísimas equivalencias. Uno de sus más intensos estudiosos contemporáneos, Iván A. Schulman, en la Edición Cátedra de Letras Hispanas, hace un enjundioso análisis editorial de su estilística al comparar su poesía y prosa desde una misma vertiente. En esencia con énfasis en el otro estudioso, Cintio Vitier, reproduce Schulman a un “Martí futuro”, evidenciando ser con su estilo uno de los iniciadores del modernismo.
La simbología religiosa prevalece en la literatura hostosiana, en su momento él, al igual que Martí, se levantó en contra del oscurantismo de la Iglesia. También se opuso al fundamentalismo religioso y puso su foco en la razón que era una particular característica del Modernismo. Por ello, atribuimos la discrepancia en los críticos literarios antes mencionados en ubicarlo en una época específica. En una transicional durante el poder español y otra en plena invasión norteamericana, según de Rivera de Álvarez en el Romanticismo. Debemos tener presente que Martí utilizaba los mismos preceptos que su colega como corriente universal de la teología antigua. Primero lo analizaremos desde el puertorriqueño y luego desde el cubano. Nos detenemos a examinar hasta la simpleza simbólica que es utilizada para nombrar a estos hombres.
Como bien menciona Federico de Onís, citado por Schulman en la edición comentada de Ismaelillo: “se nos impone como el creador máximo de las ideas, formas y tendencias que han tenido la virtud de perdurar...”. Son las mismas que generaron una fusión entre su vida y el arte. Por ello, su estilo y forma arMovimientos
José Ferrer Canales en un discurso conmemorativo al natalicio de Hostos, hace un interesante recorrido cronológico. No solo de su quehacer político, sino 49
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también de su simbólica presencia humana. El perfil hostosiano trae consigo adjetivos nobles de carácter religioso y humano. Por ejemplo, sus aseveraciones apuntaban sobre todo a su multifacética personalidad. Tanto es así, que era identificado como un gran pensador de palabra fecunda. Nada humano le era ajeno, decía Terencio, adjudicándole una posición suprema. Con antenas que captan lo universal, ubicándolo en espacios internacionales. Esto sin duda por su peregrinar desde Bayoán y el exilio. Así que, cómo no mencionar la gran metáfora de su gran estudioso, Juan Bosch:
Canales (1989) finaliza llamándole “la voz de un libertador, de un maestro de nombre inmarcesible”. Otra evidente categorización paralela a Jesús, el libertador del pueblo de Israel. “El Maestro”, como los discípulos le llamaban. Estas imágenes visionarias entre dos seres no es una física, sino moral. Como, por ejemplo: Hostos, “El sembrador”. El alcance moralista de su simbolismo y a la misma vez una imagen visionaria. Porque las comparaciones que se hacen de Hostos revelan aspectos irracionales como cuando es llamado “El iluminado”. Éstas en alguna medida son una visión, porque se le atribuye desde el verbo cualidades que un ser humano no puede tener.
“El sembrador” un título alusivo al cristianismo mismo. A la gran parábola que dijo Jesús a la gente en la barca, junto al mar. Véase en la Biblia en el Libro de Marcos capítulo 4, versículos del 1 al 9:
Canales, (1989) lo identifica como un hombre con la visión del enciclopedista. Claro, nadie puede humanamente serlo, por eso añade: “…apenas hay campo del saber, por él olvidado”. Una cualidad improbable, pero es la percepción creada sobre él. Sin embargo, a diferencia de la visión, que su función atribuida a un ser real no procede, el símbolo es algo inverosímil, pero no imposible.
1. Parábola del sembrador “Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 2. Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 3. Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4. y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6. Pero salido el sol, se quemó; porque no tenía raíz, se secó. 7. Otra parte cayó entre espinos y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 9. Entonces les dijo: “El que tiene oídos para oír, oiga.9
Hostos podría muy bien ser el “Gran Pensador de América”. Han sido innumerables los estudios que se han hecho sobre él que no pueden contabilizarse. Desde su amplio pensamiento, según una de sus más contemporáneas estudiosas Vivian Auffant (2013), el mundo debe tener además de educación académica, conocimiento de la agricultura, el conocimiento estético y la sensibilidad, su método integral. En palabras de Pedro Henríquez Ureña, al enunciar las siete leyes rectoras de la sociedad, él puede catalogarse como uno de los fundadores de la Sociología en Nuestra América. Éstas abarcan una mirada profética desde ellas: la sociabilidad, el trabajo, la libertad, el progreso, el ideal, la conservación y la ley de método o procedimiento. Por lo cual, su pensamiento era altamente abarcador.
No hace falta interpretar con grandes explicaciones el paralelismo de Bosch para darle tal distinción a Hostos. La muy conocida parábola del Sembrador es una clara representación de su legado. Sembrar se suma, no importa si en tierra fértil o no, como en su Puerto Rico; en cambio en la República Dominicana mostró la cosecha.
Igual que Hostos, Martí tiene una estela infinita de simbolismos. El nombre de “El Apóstol de la Independencia de Cuba”, que lo ubica a la par al mayagüezano. Basándonos en los análisis anteriores del simbolismo, la imagen visionaria y la visión, Martí está igualmente ubicado en esa enumeración. Apóstol era el escogido por Jesús en el cristianismo. No olvidemos a la España católica y la literatura de la época. Pero el Apóstol mayor era Jesús, enviado por
Insistimos en los simbolismos a Hostos, considerando el término como uno que evoca una imagen visionaria. Él precisamente lo era, un ilustre, categoría que se le adjudica a seres iluminados. 9 La Santa Biblia, Revisión de 1960 Broadman & Holman Publishers, Nashville, Tennessee.
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Dios. Veamos en el capítulo de Hebreos 3 la designación de envergadura quién la ostentaba: “10. Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús” (énfasis nuestro).10
Este título de apóstol, nos obliga a percibirlo como un mártir tal y como se ha visualizado también a Jesús. Su vida al igual que Cristo, estaba ubicada en un calvario. Así es toda la narración de El presidio político en Cuba, una queja del calvario. Era ese encarcelamiento su real sufrimiento.
10 La Santa Biblia, Revisión de 1960 Broadman & Holman Publishers, Nashville, Tennessee.
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Es claro que el sincretismo religioso es lo que han utilizado muchos estudiosos para resaltar las virtudes de estos autores. Un elemento concurrente en el lenguaje de Martí y que contiene un alto sentido visionario en su verso profético. Estructura constante que se apega a lo simbólico. Esa voz profética que permite estructural el Modernismo. Su visión propulsaba ideas y conceptos vanguardistas de actual vigencia.
de los visionarios. Así, su literatura y poesía tiene un alcance profético. Aún nuestras palabras nos remiten a la simbología y nos parece inevitable. Creemos que es imposible separar al Martí del mártir, evocador de fuertes elementos espirituales desde la literatura de carácter político. Quizás hasta pareciera contradictorio, pero justo en ese hecho es que se levanta en comparación y contraste con Hostos. Ambos con la misma raíz de males en lugares cuasi distantes ante la opresión del colono español.
Entre uno de los estudiosos de la obra martiana mencionamos a Ivan A. Schulman, un académico de la Universidad de Florida. Su libro “Símbolo y color en la obra de José Martí”, apuntala y clasifica todos estos. Divide los símbolos que corresponden a la naturaleza, espirituales, mitológicos y clásicos. Sin duda los que se refieren a la naturaleza evocan a la patria su mayor enfoque escritural. Ahora bien, no podemos separarnos del vocabulario que genera analogías en lo cristiano, ese de enfoque espiritual. Este que lo ubica en un estado superior, como el Apóstol que sus palabras trascienden.
Desde los simbolismos se construye una especie de ficción en la obra de Martí. La ficción literaria es construida desde una simbología sistemática. Podemos referirnos a un ensayista que así lo expresó y confir-
Algunos otros estudiosos, precisan que Martí tuvo grandes influencias del movimiento del trascendentalismo que abarca la política, la filosofía y la literatura. Uno de sus propulsores y que lo lideraba era Ralph Waldo Emerson quien pretendía reformas en la iglesia. Martí podría estar influenciado por esa corriente. Sería un interesante observar un estudio comparativo de las posturas martianas desde el trascendentalismo. A grandes rasgos parecen tener similitudes enormes. Tampoco podemos dejar ni un instante el contexto histórico en que se da Ismaelillo, una de sus obras, que evoca en su intertexto una historia bíblica. Es un libro que, en su totalidad de corte modernista, remite al simbolismo religioso de la vida de Abraham y la Sara estéril que permite que su esclava Agar conciba un hijo de su esposo llamado Ismael. Hijo que es llevado del lado de su padre. Aspectos que guardan relación con la vida de Martí y su hijo Ismaelillo, quien según sus biógrafos fue separado de él. En una entrevista al estudioso Schulman en el portal cibernético Cubanow.com11, él señala que debemos desacralizar a Martí. Precisamente porque era un ser humano como otro, pero de una transcendencia que se ha mitificado, la cual lo ha ubicado en el espacio 11 Schulman, Ivan S. “Cuba y su cultura son y han sido parte de la experiencia de mi vida” Cubanow.net 28 abril 2014
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ma. Leonardo Acosta12, ensayista cubano quien hizo un estudio sobre el simbolismo en la obra de Martí. Él adjudica elementos meso-americanos como fuentes básicas de su creación. Aunque ésta se enfoca en su poesía, ya comentamos sobre ella y sostenemos también, que la asimetría temática entre sus poemas y la prosa es pertinente e igual origen. Es decir, a la simbología misma.
el estilo de su escritura. Con ello reafirmamos el alcance de su personaje, que aún en nuestros días genera estudios e investigaciones sinfín. Alcanzamos a llamarle, junto a Martí, una de las grandes metáforas de América. El escritor mexicano Mauricio Magdaleno adjudicó lo de Acontecimiento de América a Hostos, en un ensayo titulado de ese modo que figura en una edición titulada Visiones sobre Hostos, antología compilada por Manuel Maldonado Denis, en la que reúne alrededor de veintiocho ensayistas. La recopilación aludida ubica a intelectuales de envergadura para sostener y argumentar las grandes aportaciones en la política, educación y filosofía de Hostos. Entre ellos José Ferrer Canales, Camila Henríquez Ureña, Máximo Gómez, Juan Bosch, Manrique Cabrera entre otros.
Ellos en metáfora De todas formas, prevalece en Hostos un pensamiento ecléctico. Entendemos que su posición como intelectual nómada, que vivió en varios países le permitía esa percepción diversa que se desbordaba en 12 Acosta, Leonardo. “Martí descolonizador; apuntes sobre el simbolismo Náhuatl en la poesía de Martí”. Revista Casa (1972)
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La introducción, así como su prólogo son escritos por Maldonado Denis. En un recorrido general se apunta a la invitación de los ensayistas que analizarán la obra de Hostos desde las perspectivas sociológicas, didácticas, políticas y literarias. Todas responden al reconocimiento ensayístico del legado del Maestro.
Justamente por esa descripción nos permitimos ver el paralelismo en ambos. Martí se describe también y es que su letra adjetiviza y crea imágenes hermosas que lo hermanan con El Iluminado. Dos temas principales nos permiten comparar y hacer el contraste: la patria y su exilio. Sus respectivas obras, analizadas
Por otro lado, en el libro Tan lejos de Dios… Ensayos sobre las relaciones del Caribe con Estados Unidos, el historiador Antonio Gaztambide-Géigel, (2006) analiza “El americanismo internacionalista de Hostos y Martí”. Particularmente señala la exaltación de Martí a Hostos. Lo identifica como una hermosa inteligencia puertorriqueña cuya enérgica palabra vibró rayos contra los abusos del coloniaje (p. 72). Añadimos que este planteamiento reconoce también al propio Martí. Porque en esencia ambos profesaban la misma lucha política y su ideal de unión antillana. Los estudios que el investigador documenta ubican a un Martí en el escenario del antillanismo. Por otro lado afirma, que toda esa lucha hostosiana estaba dividida en un doble dualismo entre el Viejo y el Nuevo Mundo y entre Estados Unidos y América Latina (Gaztambide, 2006, p. 74). No es de sorprendernos la frustración de Hostos, ubicado en una lucha geopolítica y en un peregrinaje que no resultó exitoso. Al igual que Hostos, Martí estaba inscrito en un imaginario internacionalista (Gaztambide, 2006, p. 78). En ello resurgen sus análogos pensamientos. Esto nos lleva a ubicarlos unidos desde dos asuntos que los asemejan la preocupación por la patria y su exilio. Analogías que conversan Entre los escritos de Hostos y Martí es América la que conversa. Con un lenguaje y estilo intrincado ambos luchaban por los mismos ideales y sus letras así lo demuestran. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿Qué pasó entre Hostos y Martí? Aludimos en este análisis análogo, al título de uno detalle biográfico, sin fecha de la Revista Bohemia13. Este corto comentario se inclina a cuestionar aspectos en los que advierte que ni Hostos ni Martí tuvieron encuentro alguno, lo cual hace de nuestro acercamiento uno pertinente. Este último, identifica al otro en una cita como “él que siempre usara torrentes de adjetivos y de imágenes grandiosas”.
en detalle, apuntan lo siguiente. La peregrinación de Bayoán, así como los ensayos de Martí: Nuestra América y El presidio político en Cuba remiten en su estilística de manera similar. La voz interna para vaciar en su novela y ensayos, respectivamente, un diario de sus vivencias. Particularmente en La peregrinación de Bayoán, Hostos muestra un pensamiento político inherente. Desde ahí sin duda surge su desbocada inflexión interior. Es evidente desde el principio cuando evoca a su patria, motivo de sus angustias y pesares. Este texto es como un
13 Revista cubana fundada en 10 de mayo de 1908.
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mortal diario de dolor:
¡Otra vez, otra vez!... ¡Oh patria mía!, cuántos dolores me cuestas Apenas sosegado mi corazón, apenas calmadas las agitaciones que la meditación de ese otro mundo me ha causado, y otra vez obligado a abandonarte […]
Hay un lenguaje similar de denuncia en ambos. Una queja intensa de lucha y decepción. Igual Martí desde el inicio de El presidio político en Cuba nos ubica en lo que será un calvario de tristeza y desilusión. El lenguaje de ambos es el de un mártir que lamenta la entrega en vano a la patria:
Nunca he sentido las angustias que ahora siento: com-
Dolor infinito debía ser el único de estas páginas. Dolor infinito, porque el dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia, y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borrarán jamás. (1)
Cuánta similitud en el verbo de ambos. Impresiona tanta relación entre sus letras, que podríamos determinar desde ellas su estado de ánimo y corroborar, como han hecho muchos estudiosos, la razón de sus agonías. Su incansable fuerza. La intertextualidad alude a significaciones, interconexión, entrelazamiento y hasta interferencia que se verá reflejada en un texto. Convirtiéndose así en una red o una tela araña de conceptos que se cruzan de manera amplia. Este cruce proviene de distintos discursos que valen la pena descifrar utilizando esta teoría porque parte de una pluralidad de voces y diálogos, y cómo esa persona metida de lleno en su cultura se comunica con otros textos desde la historicidad y expresa su alocución. Es ese conjunto de relaciones que acercan un texto determinado a otros textos de varias procedencias: del mismo autor o más comúnmente de otros, de la misma época o de épocas anteriores, con una referencia explícita (literal o alusiva, o no) o la apelación a un género, a un arquetipo textual o a una fórmula imprecisa o anónima. Es algo muy notable particularmente en el texto de Nuestra América y del simbolismo. Veamos ligeramente:
prímise mi pecho, retuércese mi corazón, ahógame el vacío. (47)
Pero “estos países se salvarán”, como anunció Rivadavia el argentino, el que pecó de finura en tiempos crudos; al machete no le va vaina de seda, ni en el país que se ganó con lanzó se puede echar el lanzón atrás, porque se enoja, y se pone en la puerta del Congreso de Iturbide “a que le hagan emperador al rubio”. (4)
Igualmente, Martí en Nuestra América, teje la indignación en sus palabras: Porque les falta el valor a ellos, se los niegan a los demás. No les alcanza el árbol difícil el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y dicen que no se puede alcanzar el árbol. Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre.
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Julia Kristeva (1941-) trabajó un método crítico llamado semanálisis, es una psicoanalista como Jacques Lacan, por lo que el estudio del pensamiento huma55
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no fue la base para promover sus teorías también. La manera en que ella se acerca a la literatura es desde la semiótica, alejándose del simbolismo lacaniano y entrando más bien a lo provocado por otros. De hecho, esto que proviene del otro es lo que según ella amenaza la poética del ser. La teoría de Lacan, que no discutiremos, y la que esboza Kristeva claramente son materia de la psiquis. Aunque el primero lo trabaja desde el inconsciente, la otra desde la conciencia inmediata. Nos parece que en Bayoán hay un efecto de conciencia inmediata que remite a una escritura extraña y con una estructura incomprensible. Félix Córdova Iturregui (1994) estudia ese elemento y lo ha catalogado como un problema de punto de vista con la construcción. Añadimos que son varios los enfoques que se presta la novela o el diario a interpretar y que guardan relación con ese momento que vivía Hostos. Al leer literatura hay un contacto con la letra propia, que proviene de un autor que trae consigo aspectos definitivos de su inconsciente (Lacan) y de sus lecturas previas (Kristeva). Es posible comparar la narrativa de Hostos con otros autores que utilizaban el género epistolar para crear un diario desde la novelística. En alguna medida esa voz creativa desde la carta diario, remite a una preocupación interior de hondura. En ese sentido la intertextualidad nos plantea otros problemas que tienen que ver con la estructura. Sobre ese particular un artículo titulado “Intertextualidad y modelos: “La peregrinación de Bayoán” de Eugenio María de Hostos publicado por María Caballero (2014) nos alerta de cómo la novela como formato de diario establece un diálogo intertextual, en lo que se refiere a su molde formal. Los cuestionamientos conscientes e inconscientes (Kristeva, Lacan) de nuestros autores también son de fácil corroboración. Veamos:
nica. El paralelismo de las preguntas que se hacen cada uno es prácticamente idéntico. La trivialidad lingüística de contabilizar en sus textos los signos de interrogación nos mostrarían sus dudas constantes, que en nada tienen que ver con la fortaleza de estos grandes hombres, sino que trae ello está la desilusión, la frustración y en Hostos su potencial fracaso de liberación de Puerto Rico. ¿Qué es cumplir con tu deber? ¿Partir para Europa, y entregarte allí a tu presuntuoso anhelo de verdad y de justicia, porque te crees llamado a proclamarlas, y hacer con ella feliz a la humanidad, glorioso tu nombre, el de tu patria? ¿Es tu deber abandonarlo todo por buscar una luz que a ti te quemará y a nadie ensañará un camino nuevo? (Hostos, 151).
Las inquietudes de ambos en torno al tema de la raza, la colonización y el exterminio son también expresas y claras. Sus posturas implican unión y crítica a los invasores, a los canijos: No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos, los pensadores de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el observador cordial buscan en vano en la justicia de la naturaleza, donde resalta, en el amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y color. (Martí, 6)
Ambos se expresan en un recurrente tono de denuncia y sarcasmo. Ciudades esparcidas en la costa, no formadas por los hombres que había entonces… Lo demás, solitario y silencioso. ¡Y a una reunión de hombres, llaman pomposamente civilización lo que, más fuertes, consiguen destruir a los más débiles!… Y escriben la historia a su placer, y dicen: —Nosotros, ingleses, civilizamos a la India; nosotros, españoles, llevamos el progreso al Nuevo Mundo; nosotros, romanos, impulsamos a la humanidad a su perfeccionamiento. (Hostos, 76)
Qué inmensa similitud en sus vidas de exiliados. Nos recuerda el ensayo El escritor en el exilio de José Luis González, que aludía a que esa palabra exilio significaba una mala sombra para él. Era su casa un foco de grupos de expulsos, como le llama (González, 2011, p. 99). Por otro lado, eran también los decentes, gente distinguida, pero que no podían lidiar con las posturas hegemónicas. El presidio de Martí era un exilio en su propia patria. Estaba preso, exiliado en las canteras de San Lázaro y luego es llevado a la Isla
¿Qué es aquello? Nada. Se apaleado, ser pisoteado, ser arrastrado, ser abofeteado en la misma calle, junto a la misma casa, en la misma ventana donde un mes antes recibíamos la bendición de nuestra madre, ¿qué es? (Martí, 1).
Ambos se cuestionaban la situación en la que se encontraban. El contexto histórico lo sabemos, pero el significado nos obliga a comprender su lucha agó17 de mayo de 2018
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de Pino, el Alcatraz cubano. En las canteras es donde escribe El presidio político en Cuba. Luego que fue indultado es deportado a España. Un exilio seguido por una historial previo de recluso. Es precisamente en España donde logra publicar El presidio.
Antillana se plasma en La peregrinación de Bayoán, la que escribió cuando apenas tenía 23 años. En Bayoán se vislumbra ese conflicto que tenía por el amor y el deber a su patria y a su libertad. Las consecuencias son precisamente la enfermedad de Marien por esos conflictos que Bayoán vivía. Esta novela parece sugerir que hay un conflicto de carácter erótico sexual y la lucha por su patria e intereses intelectuales. De alguna manera, Hostos buscaba la irracionalidad del intelecto. Al final podríamos decir que aparece un Hostos desdoblado en la novela. Muchos estudiosos han esbozado el carácter biográfico de la novela. En ella se refleja un paralelismo y entrecruzamiento entre Hostos y Bayoán. A través del diario, podemos percibir cómo se reflejan las luchas que él tenía. Los estudios del texto han revelado características de lo íntimo y los conflictos paralizantes y narcisistas que Hostos presenta. Bayoán siempre está apegado a la realidad de una forma angustiante. Hostos a través de su obra nos muestra un compromiso enfermizo con transformar la realidad social, política, económica de los pueblos de las Antillas. Podríamos concluir que Hostos lleva a lo largo de su vida un sufrimiento eterno porque no es lo que quiere ser, sino que es un ser insatisfecho al no poder cumplir con la transformación de la realidad social antillana. La estudiosa de Hostos, Gabriela Mora decía que era un hombre en crisis. El viaje a Hispanoamérica, que aparece en el Diario y algunos artículos le cambió la vida. Tuvo la oportunidad de ver que había un problema de integración nacional cuando fue a Panamá. Igualmente, durante su viaje a Perú señaló las separaciones de las castas. Hostos consideró a las peruanas más inteligentes. En Chile se quedó trabajando y pronunció el famoso discurso de la educación de la mujer. Mientras estuvo Argentina se opuso al desplazamiento del gaucho. Llegó a Brasil y fue crítico de la esclavitud que fue abolida luego en el 1888, así como la monarquía. En Santo Domingo organiza el sistema educativo y un lugar para enseñar a los maestros. Estimuló a Salomé Ureña de Henríquez para hacer una escuela de mujeres. Vivió por un periodo en Venezuela. El presidente de la República Dominicana, Ulises Heureaux, conocido como Lilís lo expulsa. Regresa a Chile, va Nueva York, luego a Cuba y retorna a Puerto Rico. En Mayagüez crea el Instituto de Enseñanza. Al final de
Cuando se llega aquí, quizás se alegra el alma porque presume que en aquel estado un hombre no trabaja, y el octogenario descansaría al fin algunas horas; pero solo puede alegrarse el alma que olvida que aquel presidio era el presidio de Cuba, la institución del gobierno, el acto mil veces repetido del gobierno que sancionaron aquí los representantes del país. (Martí, 11) Cuando los pueblos van errados: o cobardes o indiferentes, cometen o disculpan extravíos, si el último vestigio de energía desaparece, si la última, o quizás la primera, expresión de la voluntad guarda torpe silencio, los pueblos lloran mucho, los pueblos expían su falta, los pueblos perecen escarnecidos y humillados y despedazados, como ellos escarnecieron y despedazaron y humillaron una vez. (Martí, 16).
Y escuchamos la voz de Hostos en su peregrinación: Aquí me tienes, Madrid. Vengo a pedirte lo que tú no me das: te he sacrificado mi adolescencia; vengo a sacrificarte mi triste juventud. Yo llegué aquí, lleno de esperanza… las mataste: ansioso de gloria y de virtud… trocaste mi ansia en desaliento; anhelante de saber… me diste una sonrisa. Me refugié en mí mismo; pero un día me espantó mi soledad, y huí de ti. (Hostos, 247)
Conclusión cronológica obligada Nuestros autores aún permanecen en el ideario de Las Américas. Estudiar su obra no tiene fin para nuestras generaciones. Es como entrar en un mar que no alcanzamos a ver una isla en donde desembarcar. Justamente porque han sido estudiados desde los aspectos en los cuales son genuinamente comparables. No por sus diferencias, sino por sus grandes similitudes en sus pensamientos de libertad e independencia. Tan igual como todos los estudios que existen de ambos, así también podemos compararlos. Un dato importante que los diferenció es que Martí tomó las armas y Hostos no lo hizo; sin embargo, eran a fines en sus luchas e ideales. El uno y el otro compartían las mismas redes de lucha patria, de contactos, de amigos y sobre todo, de las Antillas. Hostos abarcó diferentes campos del saber. Fue también un hombre de acción. Propulsó teorías educativas que hoy tienen vigencia y era un ser autodidacta. Su incansable defensa por la Confederación Movimientos
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su vida viaja a Santo Domingo donde muere y está enterrado hasta que “Puerto Rico sea libre”. José Martí por otro lado, demostró ser un revolucionario de su época y del futuro. Estaba dotado de dos elementos que mostraban de forma extrema la intensidad de la vida y el arte que ilustraba en sus ideas teóricas. Por un lado, era un catalizador social y por otro, era un ser noble. Martí nació en La Habana, hijo de padres españoles. Estudió con Rafael María de Mendibe quien identificó su talento. Su trabajo como editor, luego de la primera guerra contra España en Cuba, lo ubica tras periódicos y folletines a escondidas. Es en uno de ellos, La patria libre, que publica el poema dramático que lo identifica. Abdala es un poema que en sus versos describe un hombre que sacrifica su vida por su patria. Martí profetizaba en sus versos lo que sería su destino.
nó totalmente revolucionaria y comienza la guerra por la independencia de Cuba. Es en Dos Ríos donde muere Martí luchando contra la militancia española. Hostos y Martí tuvieron dos vidas brillantes, eclécticas e intelectuales que les permitieron tener una visión amplia de la lucha antillana y de sus respectivas islas. Cada uno tomó el camino que entendía apropiado para lograr la libertad de sus pueblos y llevar a la tan soñada Confederación Antillana. Si Hostos se percibía en angustia, Martí se mostraba ansioso cabalgante buscando la libertad desde el fusil. Ambos eran peregrinos en busca de su autonomía a favor de su nación. Como bien hemos discutido, su pensamiento filosófico se plasmaba en sus letras de prosa poética. De igual forma, cada uno rondaba con firmeza la poesía en la que estaba también alojado ese sentimiento antillano que no los dejaba. La comparación no tiene fin, al igual que sus historias que no dejan de ser debatidas, desmenuzadas, examinadas una y otra vez.
Martí viaja a Francia, México y luego regresa a Cuba. Cuando está en Guatemala ejerce como catedrático. Martí regresa a La Habana y continúa con su agenda revolucionaria. Esto le provocó la deportación a España. Cuando viaja a Venezuela funda y dirige una revista venezolana. Por otra parte, en Nueva York organiza grupos de exiliados cubanos para volver a Cuba. Durante todos sus viajes y trabajos, nunca dejó de escribir. Más adelante, publica Ismaelillo, además de sus crónicas, Versos libres, Amistad funesta, Versos sencillos. Fue nombrado cónsul en su paso por Uruguay.
De todo lo que hemos discutido a través de este escrito, vamos a retomar los tres rasgos importantes de ambos: su extensa y profunda literatura, su deseo de libertad por su patria y la unión de las Antillas. Tanto Hostos como Martí, volcaron a través de su literatura un medio de lucha y de promoción de sus ideales. Son sus poemas y novelas una muestra que nos queda de sus grandes inteligencias y de sus deseos de lucha por sus respectivos pueblos. Deseos que no solamente se limitaban a Cuba y a Puerto Rico, sino que sembraban en cada país a donde viajaron. Cabe destacar que no solamente nos referimos a la lucha armada, sino que también hablamos de la lucha por una mejor sociedad y calidad de vida, que podemos ver por ejemplo en las acciones de Hostos
Martí desde el 1890 prepara la guerra civil de Cuba. Como parte de su misión toma las armas para lograr la libertad de su Isla. La lucha comienza en Cayo Hueso con la creación formal del Partido Revolucionario Cubano. Desde ese momento la vida de Martí se tor17 de mayo de 2018
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referente a la educación y la lucha de las mujeres.
ta Casa. 1972.
Ciertamente, la independencia de ambos países, fue el centro de sus trabajos y sus obras. En el caso de Puerto Rico, los planteamientos tienen mucha vigencia, ya que hemos pasado de la corona española al control de los Estados Unidos, sin haber podido concretar la independencia de nuestro país.
Auffant, Vivian. La liga de patriotas de Hostos. Publicaciones Gaviota, 2013. Caballero Wanguemert, María. El Caribe en la encrucijada. Iberoamericana-Callejón. 2014. ---. Intertextualidad y modelos: La peregrinación de Bayoán, de Eugenio María de Hostos. Revista de Estudios Hispánicos Año XXXIII, Número 1, 2006. (3-17).
Por otra parte, el tema de la unión antillana es uno muy pertinente a nuestros días. Sus continuos y extensos viajes por Hispanoamérica les permitieron conocer más a profundidad cada país y la problemática de cada lugar a Hostos y a Martí. Esto los llevó a entender la importancia de la unión como herramienta de defensa ante el colonialismo de la época y los otros problemas sociales que los aquejaban.
Córdova Iturregui, Félix. Hostos: literatura y poder. Bayoán, Nueva Época 2.2. (UPRRP, Instituto de Estudios Hostosianos), 1994: 3-5. ---. “La supresión de las pasiones absorbentes: la estructura de la conciencia en La peregrinación de Bayoán y su correlación con la historia”. Exégesis. Humacao, UPRH. 17.48-50.2004.: 177-183.
Aunque a estas alturas del Siglo XXI, no sea el problema, el mandato de España en Latinoamérica, hay muchas otras situaciones que sí nos aquejan hoy día y que nos unen más allá de nuestras diferencias culturales. Hablamos de la violencia, problemas de género, el racismo, la alimentación, la crisis económica, la educación, la trata humana, el narcotráfico, y un sinfín de contrariedades que se repiten de país a país. Por todo lo expuesto anteriormente, hemos titulado este ensayo Dos grandes metáforas del Caribe en Hostos y Martí, porque ellos son esos tropos que aún siguen siendo girados e interpretados. Desde su legado seguimos transformándonos como antillanos, como caribeños, como cubanos y puertorriqueños.
Derrida, Jacques. La mitología blanca - La metáfora en el texto filosófico”. Ediciones Cátedras, 2008. Carmen González Marín. Márgenes de la filosofía. Cátedra. 1994. Díaz, Luis Felipe. Postmodernidad Puertorriqueña. http://postmodernidadpuertorriquena.blogspot. com 24 de diciembre de 2012. Ferrer Canales, José. Perfil de Hostos. AIH, Actas X (1989) Centro virtual Cervantes (pp. 585-592).
En sus huellas podemos retomar la dignidad, el respeto, la libertad, la pasión, la razón, el amor y el deber como pueblos, como las metáforas que no cesan y que no tienen fin en nuestras vidas. Podemos encontrar en Martí y en Hostos aquello que nos permitirá prevalecer más allá de la opresión del colonizador, que nos dará las herramientas para rescatarnos cada día, que nos permitirán transformarnos y unirnos como un solo pueblo.
---. Martí y Hostos. Ed. Corripio, 1990. Gaztambide-Géigel, Antonio. “Tan lejos de Dios… Ensayos sobre las relaciones del Caribe con Estados Unidos”. La geopolítica del antillanismo de fines del siglo XIX. Ediciones Callejón, 2006. González, José Luis. “El escritor en el exilio”. El país de cuatro pisos y otros ensayos. (99-106) Ediciones Huracán, 2011.
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Parar y seguir: reflexiones en torno al 1 de mayo y después… Martín Cruz Santos
las voces del silencio. Marchan los pies de muchos, se escuchan consignas, hay ojos que miran de lejos y oídos que no quieren escuchar. Suele ocurrir que la protesta se torna en propuestas. Coincidamos o no, la proposición debe ser el resultado legítimo de la coherencia entre pensar, decir y hacer.
¡Y si después de tantas palabras, no sobrevive la palabra! ¡Si después de las alas de los pájaros, no sobrevive el pájaro parado! ¡Más valdría, en verdad, que se lo coman todo y acabemos!1 César Vallejo
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Fechas gemelas, primero de mayo de 2017 y 2018, similares en el culmen de las actividades, pero más en las causas socioeconómicas y políticas que les subyacen. Por ende, el análisis de los incidentes requiere superar la opinión somera, el maniqueísmo ideológico y el moralismo básico, ese que adjudica culpas a los malos y bendiciones a los buenos, como si la complejidad fuera sinónimo de la simpleza. Algo queda meridianamente claro para mí: la precariedad social abona el afán de cambio y la necesidad de organizar las respuestas ciudadanas para lograrlo. Históricamente, las clases dominantes y su aliado el Estado, al sentir el tambaleo de su poder estremecido por el repique de las reivindicaciones de la mayoría, tensan la cuerda para impedir el tránsito del pueblo. La represión es parte de un libreto tantas veces escenificado. Marchar no es un delito, pero el aparato político/económico, pretendidamente hegemónico, criminaliza el acto cuando el andar colectivo lo reta.
n tiempos de la agudización de una crisis económica, fiscal y política de amplias repercusiones sociales, cuando ahonda el empobrecimiento de la población, el malestar ciudadano eleva sus niveles a diversas expresiones de protestas y propuestas. Entre ambas prácticas existe un abanico de opciones, algunas de ellas inéditas o, por lo menos, insospechadas. Detener las actividades laborales, comerciales, educativas, etc., por un tiempo definido ha sido una constante en la historia del quehacer obrero desde los tiempos álgidos de la segunda Revolución Industrial y el ascenso de la clase trabajadora organizada tanto en Europa como en los Estados Unidos. Parar y seguir, plantarse y marchar, unirse para protegerse. No lo dudo, en Puerto Rico, hay razones suficientes para pausar la cotidianidad, salir a la calle cada primero de mayo, continuar en movimiento consecuente y hacer que el País se levante, pero de verdad, no simplemente como mero eslogan politiquero insulso.
Días después del primero de mayo, el cúmulo de opiniones en los medios de comunicación de todo tipo, particularmente, las redes sociales, rebasa la reflexión. Nos quedamos saltando entre las ramas comentando si las piedras lanzadas, los rostros ocultos, las manifestaciones airadas o la actuación -mal llamada antimotines- de la Policía están bien o no. Observo una atmósfera pública en un vaivén de comentarios sobre las consecuencias, que son importantes, claro está, pero no atienden el porqué, la médula del
Aturde el silencio aterrador en la esfera pública frente el resquebrajamiento de las condiciones de vida de la mayoría de la población apunta hacia un deterioro acelerado y angustioso. Allí donde la mordaza impuesta o autoimpuesta (ambas están correlacionadas) aparentan prevalecer, denuncian y anuncian 1 César Vallejo, “Y si después de tantas palabras”, en Poemas humanos (1939) (Madrid: Maestas Ediciones, 2001).
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asunto. Podemos rasgarnos las vestiduras con indignación por la supuesta “pérdida de los valores tradicionales en una sociedad de ley y orden”, mientras el desmantelamiento de la justicia mediante la conculcación de los derechos fundamentales quiebra las posibilidades de un País viable y su fin ulterior, la vida misma. Asistimos a tiempos de ceguera moral.2
nas; atender con ahínco las necesidades de nuestros jubilados, privilegiar el bien común sobre los intereses económicos poderosos, no renunciar al patrimonio natural, histórico y cultural, sino afianzarlo como capital social prioritario; en fin, servir al pueblo, no lo contrario. La dinámica ascensional de la participación en los cambios sociales tiene sus ritmos. Acompasado o impetuoso, pacífico o violento, con hondura ideológica o liviandad reflexiva; pero, eso sí, hay continuidades y discontinuidades, rupturas y comienzos a través de toda la marcha. De ahí que la comprensión del actuar no sea tarea menor. Tal vez logremos reconocer que la conflictividad y las contradicciones son tan históricas como las tensiones entre el presente, el pasado y el futuro. Entonces evocaremos y haremos propia la respuesta dada por Florentino Ariza al capitán de navío Diego Samaritano, quien hastiado de navegar por el Río Magdalena en aquellos días del cólera, le cuestionó categóricamente, según lo narrara Gabriel García Márquez:
Parar organizadamente las labores educativas en defensa de la educación pública no detiene el proceso de enseñanza y aprendizaje, más bien promueve el aprender a superar las desigualdades sociales inherentes al cálculo de la educación en dólares y centavos. Como bien asevera el doctor Denis Alicea en su libro de publicación reciente: Desde su origen, las instituciones educativas públicas tienen como fin equilibrar aquellas desigualdades que el sistema social perpetúa con sus leyes de herencia y las nuevas noblezas fundadas en apellidos.3
Vale la pena accionar la teoría y la práctica en el espacio académico reducido de la escuela o la universidad y en la calle, laboratorios de transformaciones. Así también se enseña y aprende.
¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo?- le preguntó. Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches. - Toda la vida- dijo.4
Cuando protestamos contra las imposiciones antidemocráticas, lejos de convertirnos en anticiudadanos, ejercemos un deber cívico indispensable para combatir la enajenación del gobierno en cuanto a sus responsabilidades esenciales: ser garante de los derechos a la salud y la educación, hacer valer las leyes laborales justas y no promulgar reformas dacronia-
Extrapolo las palabras elocuentes de Florentino a la coyuntura histórica álgida de la Isla. Falta mucho por recorrer… urge parar y seguir. __________ Foto: Carla Dávila Ortiz
2 Hago referencia al título de una obra cuya lectura considero muy pertinente, a saber: Zygmunt Bauman y Leonidas Donskis, Ceguera moral: la pérdida de la sensibilidad en la modernidad líquida (Barcelona: Paidós, 2015). 3 Denis Alicea, Educación en una democracia desgarrada (San Juan: Ediciones Callejón, 2018), 125.
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4 Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera (Barcelona: Random House Mondarori, S.A., 1997), 495.
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Los “valores públicos”: axiomas para la definición de Servicios Esenciales Abdiel Echevarría Cabán
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ecuerdo haber escuchado en radio que un ciudadano proponía un “taking”, es decir que el gobierno utilizara su poder de razón de estado para expropiar la gasolina de los mayoristas y puntos de venta. En aquel entonces nos encontrábamos en medio de la emergencia. Escuchaba la radio desde mi auto mientras me preguntaba cuánto tiempo podría mantenerme en aquella inercia de las primeras semanas. Varios meses han pasado desde que el Huracán María devastó nuestra isla. Repensar aquel momento y retomar los requerimientos de intervención exigidos por algunos ciudadanos en medio de su desesperación, también implica cuestionar la legitimidad del uso del poder de razón de estado que tiene el gobierno para actuar en situaciones de emergencia y cuánta intervención en el mercado es razonable o necesaria.
tales. ¿Cuál violencia es más legítima: la apropiación del combustible (pagando la justa compensación), o el cierre de hospitales públicos y privados? ¿Es legítimo subvencionar la operación de un hospital privado con fondos públicos ante la escasez y el estado de emergencia debido a que los servicios de atención médica primaria son servicios esenciales? La distribución del combustible, escaso en aquel momento, es un buen ejemplo que implica preguntarse si su distribución debe ser un servicio esencial y qué rol debe tener el gobierno. ¿Cuáles protocolos deben desarrollarse en casos de emergencia? ¿Es necesario que el Estado tenga que negociar con entidades privadas acceso a un servicio del cual dependen los servicios esenciales que deben garantizarse a todos los ciudadanos? Sabemos que la distribución de combustible no es un servicio esencial. Sin embargo, su disponibilidad es crucial para que el andamiaje de servicios esenciales se sostenga; toda vez que está en manos privadas y que la intervención gubernamental en el mercado cada día es menor ante las políticas de desregulación.
Walter Benjamin (1955) en su ensayo, Critique of Violence, plantea que los actos jurídicos establecen un orden que pretende abstraerse de la violencia del derecho natural cuya consecuencia constituye la legitimación de la violencia del sistema legal, con el propósito de garantizar su preservación y poder. ¿Cuáles fueron las manifestaciones plausibles de la violencia del Estado al momento de prestar servicios esenciales? Por ejemplo, no contar con un protocolo de reserva de combustible para los hospi17 de mayo de 2018
Esto implica ciertamente un impase no solo teórico o ideológico, sino en cómo la tarea de definir los servicios esenciales supone un análisis de los valores públicos de cada sociedad en el momento históri88
co y contexto específico. Todos los países del mundo, cada sistema político moderno, que va desde el socialismo con el Estado centralizado hasta el hipercapitalismo, dependen de manera crucial de su aparato burocrático para implementar sus políticas y para proporcionar bienes y servicios (Bozeman, 2015). Como consecuencia, no existe una guía teórica que permita establecerlos con certeza. Llevar a cabo este ejercicio en Puerto Rico, no puede eludir nuestro contexto político e histórico. La situación fiscal del Fondo General del Gobierno Central ha mostrado una tendencia descendente por las pasadas décadas.1 A esto se suma que, la estructura del organigrama gubernamental está imbricada con el gobierno federal de los Estados Unidos de América. Es decir, no puede limitarse a organismos estatales los cuales cada vez cuentan con menos poder.
so de los Estados Unidos. Este trabajo no pretende ofrecer una mirada totalizadora, sino problematizar las relaciones jurídicas y sociales que enfrenta la teoría de la administración pública al afrontar la delimitación de cuales servicios deben ser garantizados por el Estado. Además, supone que el estado sostiene el monopolio de la violencia y sus actos jurídicos igualmente plantean violencias y exclusión de ciudadanos (Benjamin, 1978). ¿Cabe preguntarse quiénes deben beneficiarse de la acción del Estado? Responder a esta pregunta supone asumir la ideología que guía la gobernanza de la gestión pública. Algunos teóricos, como Bozeman y Beck, plantean que el Estado debe ser neutral al prestar sus servicios. “The public
Plantear cómo definir cuáles son los servicios esenciales en este contexto supone un ejercicio de evaluación de los valores públicos de nuestra sociedad y la capacidad de las estructuras gubernamentales para satisfacerlas en el ámbito estatal y en el Congre1 Tanto la base contributiva como los recaudos fiscales se han reducido como resultado de la contracción económica, lo que ha fomentado el cierre de empresas, con sus consabidos efectos de despidos masivos y emigración masiva de residentes. (Gestión para Resultados: José, Punsoda Díaz. Alicia Rodríguez Castro. Presupuesto Basado en Resultados y Evaluación de Desempeño. Reforma Gubernamental: Un nuevo modelo organizativo para Puerto Rico. Escuela Graduada de Administración Pública. Universidad de Puerto Rico, 2014).
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sector must not serve special interests, it must serve society as a whole; the public sector is there for everybody, it is not the extended arm of a particular class or group” (Beck & Bozeman, 2017). Si bien es cierto que el andamiaje organizacional instrumenta y canaliza la respuesta de gobierno, las sociedades contemporáneas democráticas buscan desarrollar modelos de administración pública basados en la gobernanza como respuesta a la diversidad de sectores que se involucran en la gestión pública; lo cual, sin lugar a dudas, genera conflictos entre sectores al momento de definir una hoja de ruta para establecer los servicios esenciales.
es la suspensión de labores generada por la Huelga de Trabajadores. La relación de interdependencia del gobierno y otros sectores respecto a las condiciones laborales se sostienen de los valores de la propiedad privada, el control de los medios de producción y el bienestar público. Por lo tanto, los servicios esenciales guardan estrecha relación con los valores económicos que salvaguardan la salud y seguridad pública. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció en 1996 los Principios del derecho a la huelga y menciona una lista de servicios esenciales. Esta lista no es taxativa y la misma OIT reconoce que esta dependerá de las circunstancias de cada país.
Por lo cual, parto del supuesto de que definir cuáles serán los servicios esenciales no es tarea única de instituciones de gobierno; sino de los varios actores involucrados en la prestación de servicios de los cuales dichos servicios esenciales dependen. Luis Aguilar plantea que gobernanza pública se entiende fundamentalmente como el proceso de gobierno o de dirección de la sociedad. Se refiere al asunto por el cual o mediante el cual una sociedad se dirige, gobierna y gestiona a sí misma (Aguilar, 2014). Aunque los valores públicos sean distintos para cada sociedad, estos conforman el axioma que mejor puede articular la definición de los servicios esenciales de gobierno o servicios mínimos para garantizar a operacionalidad no solo del gobierno como organización y proveedor directo de algunos de estos servicios, sino de la sociedad. Son los valores públicos, aquellos compartidos y generados por distintos sectores de la sociedad, los que contribuyen a guiar modelos de gobernanza más efectivos.
Así pues, el Comité ha considerado como servicios esenciales en sentido estricto donde el derecho de huelga puede ser objeto de restricciones importantes, o incluso de prohibición: el sector hospitalario, los servicios de electricidad, los servicios de abastecimiento de agua, los servicios telefónicos y el control del tráfico aéreo (ibíd., párrafo 544). (Los principios de la OIT sobre el Derecho a la Huelga, 1996).
Cabe destacar que la OIT introduce un indicador adicional, además de la duración de un paro de trabajadores, y es el alcance del servicio prestado. No queda claro qué significa alcance, mas lo cierto es que es un servicio cuyo ámbito se extiende a toda la población. En un balance de intereses la OIT propone que el servicio esencial no puede ser suspendido en su totalidad, pero puede limitarse a un mínimo razonable que no ponga en peligro la vida, salud y seguridad de los ciudadanos. En Puerto Rico, por lo tanto, se excluyó el derecho a la huelga de los empleados públicos y se permitió en el sector privado. Ahora bien, cabe preguntarse, si ante la externalización de servicios públicos a corporaciones privadas, bajo el actual ordenamiento2 de estos servicios esenciales, ¿cuál sería el balance apropiado? Al permitirles a los empleados públicos de Corporaciones Públicas, el derecho a la huelga, estos servicios prestados por estas instrumentalidades se han visto comprometidos anteriormente. En Puerto Rico tanto el suministro de fuentes fluviales y el suministro de electricidad son administrados por Corporaciones Públicas a cuyos empleados se les ha reconocido el derecho a la huelga.
Beck & Bozeman (2017) plantean que los valores públicos están enraizados en última instancia en la sociedad y la cultura, los individuos y grupos, no solo en el gobierno. De hecho, es necesario recabar en que la amplitud de sectores involucrados en la gestión de servicios públicos de alguna manera encuentra resonancia en la Asamblea Constituyente que dio origen a la Constitución. La única mención en la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico se encuentra en el Art. II Sección 18 que establece los principios que rigen la Carta de Derechos del Individuo. Es necesario relacionar que dicha mención esboza ciertos valores públicos en nuestra sociedad. El racional de esta sección plantea dos estados de excepción que enmarcan la capacidad de actuar del gobierno. Uno es el estado de emergencia y el otro 17 de mayo de 2018
2 Véanse Ley de Alianzas Público Privadas, del 8 de junio de 2009; Ley para la Transformación y Administración de los Recursos Humanos del 4 de febrero de 2017, Ley de Nuevo Gobierno de Puerto Rico, 18 de diciembre de 2018.
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La experiencia del Gobierno Federal de los Estados Unidos establece algunos parámetros que ilustran desde una perspectiva jurídica y presupuestaria la delimitación de los servicios esenciales. Benjamin Civileti, Attorney General, escribió dos opiniones solicitadas por el Presidente Jimmy Carter entre 1980 y 1981. Civileti explica que la prestación de servicios públicos tiene que estar autorizada por ley para desembolsar los pagos de nómina a los empleados. De no estar autorizados, los jefes de agencias tendrían que cerrar operaciones de aquellas funciones y servicios que no fuesen esenciales para mantener la operación del gobierno.3 Su interpretación del Antideficy Act de 1890 supuso la primera vez en la historia del
gobierno federal en que se cerraron las operaciones de aquellos servicios que no fuesen indispensables para la operación del gobierno. Ahora bien, los sistemas de la Nueva Gestión Pública (NGP) nos llevan a cuestionarnos si las razones fiscales son suficientes para diseñar un modelo de operacionalidad gubernamental de servicios esenciales. La OIT ejemplifica claramente que además de razones presupuestarias, también debemos tomar en consideración indicadores geográficos. Por ejemplo, la funcionalidad de los puertos marítimos y aéreos es indiscutiblemente un servicio esencial de gobierno una isla. No obstante, ¿se sostiene ante los paradigmas de la NGP? Es decir, al analizar la política pública
3 Benjamin Civiletti. (1981) Opinion, in GAO, Funding Gaps Jeo-
pardize Federal Government Operations, PAD-81-31, March 3, 1981, Appendix VIII, p. 76.
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de la Ley de Alianzas Público Privadas del 2009, que91
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da claro que se externalizan varios servicios que La Política Pública enumera varios servicios considerados esenciales. Por tanto, su externalización elimina que las agencias públicas puedan utilizar conceptos presupuestarios al momento de definir qué es esencial para la seguridad, salud y vida de la población. Es decir, definir un servicio esencial a partir, de aquel servicio que es prestado exclusivamente por el gobierno pierde su sentido epistemológico.
de las funciones públicas y la prestación de servicios esenciales, tales como educación, seguridad pública (policías y bomberos), energía eléctrica, agua potable, entre otras, se ejercen a nivel estatal (Santa Rabell & Negrón Portillo, 2014). Santana Rabell &
Debemos distinguir entre la operacionabilidad del aparato gubernamental y su participación en la prestación de bienes y servicios, de los servicios que puede proveer otro sector de la sociedad. En este sentido, la mejor definición de servicio esencial no debe ser encauzada mediante situaciones de excepción (emergencias ante desastres naturales, continuidad de labores, o en términos fiscales), sino en cuanto a la función reguladora del estado. Justamente, el andamiaje jurídico constitucional que proveía para dicha articulación ha sido severamente desarticulado a partir de las políticas de austeridad implantadas por el estado neoliberal. En específico llama la atención el uso del poder de razón de estado ante emergencias fiscales para autorizar el menoscabo de las obligaciones contractuales de gobierno, como decidió el Tribunal Supremo de Puerto Rico en Domínguez Castro v. ELA, 2010. Por ejemplo, la Ley 66, Ley de Sostenibilidad Fiscal de Puerto Rico, 2014, alteró el orden de prelación de pagos del servicio a la deuda pública para garantizar la prestación de servicios esenciales de Gobierno. En su función reguladora, el estado establece las guías que prevalecerán para proveer los servicios públicos, ya no es mero participante del mercado. La vinculación presupuestaria ciertamente es esencial al momento de evaluar la continuidad de programas gubernamentales, mas no es la herramienta principal para determinar cuáles serán los servicios que son necesarios para garantizar la vida, salud y seguridad pública. En el caso de la Primera reorganización de la Rama Ejecutiva de 1949 se creó el sistema de delegar la prestación de servicios esenciales a Corporaciones Públicas. El Gobierno central ha creado un modelo de prestar los servicios basado en la centralización. La instancia principal en la prestación de servicios es el gobierno estatal que es sumamente centralizado y, a pesar de la reforma municipal iniciada en 1991, la mayor parte 17 de mayo de 2018
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Negrón Portillo mencionan directamente cuáles servicios deben entenderse como esenciales y cuestionan el modelo centralizado; sin embargo, no definen un método de diseñar los indicadores para determinar la esencialidad de un servicio.
Por su parte, en términos de delegación o externalización, la Dra. Palmira Ríos plantea que la delegación al Tercer Sector de servicios públicos es complementaria al disfrute de los derechos fundamentales. Entendemos que la delegación de la prestación de servicios públicos al tercer sector es complementaria a las funciones esenciales del Gobierno y que pueden contribuir con el disfrute de los derechos fundamentales, en particular la protección de los derechos sociales con los que está comprometido el Gobierno de Puerto Rico (Ríos González, 2014). Huelga preguntarse si una definición de los servicios esenciales puede vincularse mejor a las definiciones de los derechos fundamentales. La Ley 5 del 29 de enero de 2018, Ley de Emergencia Financiera y Responsabilidad Fiscal de Puerto Rico define “servicios esenciales” como una asistencia prestada por el Territorio o por una instrumentalidad suya, identificada por el Gobernador en el Capítulo 2 de esta Ley como un servicio esencial para salvaguardar la salud, seguridad y el bienestar público de los residentes de Puerto Rico. El Plan Fiscal presentado ante la Junta de Control Fiscal recomienda que los servicios esenciales sean transferidos a municipalidades para sostenerlos: “The strategy focuses on transitioning towards a “county structure” where counties take a prominent role in the administration of essential services currently performed by the Central Government or at the municipal level (Plan Fiscal, 2018). Se abre paso a la idea de “descentralización condicionada” de servicios esenciales, como ya ocurre en determinadas realidades −como excepción y no como norma (Galilea, Sergio; Letelier, Leonardo y Ross, Katherine, 2011). En este sentido, retomo el planteamiento inicial sobre los valores públicos. Por ejemplo, aquellos valores relacionados a la administración pública y su relación con el medio ambiente suponen la adaptabilidad, flexibilidad, legalidad, cohesión y apertura de las organizaciones gubernamentales para determinar qué servicios son necesarios para la funcionalidad. Finalmente, cabe destacar que la infraestructura infaliblemente es un servicio que debe ser considerado esencial. No obstante, esta no se limita a la visión tradicional de construir caminos, puentes, tendido eléctrico, sino que, en una sociedad tecnocrática, incluye el acceso al internet, debido a que los sistemas de los servicios de corporaciones dependen de esta estructura para sostener la funcionalidad del gobier-
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no. Podemos afirmar que la política pública en cuanto a la descentralización de los servicios públicos en Puerto Rico, incluyendo los servicios esenciales, no persigue como objetivo mejorar la respuesta de gobierno o de promover un modelo de gobernanza participativa, sino que busca delegar a instituciones externas dichos servicios debido a la imposibilidad de repagar la deuda pública sin un análisis sobre efectividad y eficiencia. Otra dimensión importante es que la clasificación de servicios esenciales se apoya en otros servicios secundarios, pero que son imprescindibles para garantizar la prestación de los primeros. Valga mencionar el racionamiento del combustible después del paso del huracán María y sus efectos en mantener hospitales en funcionamiento, así como la transportación de mercancías y suministros. La falta de protocolos con los sectores privados implicados para la prestación de servicios esenciales supone, además, otro asunto que hay que atender −además de la definición de estos− e infaliblemente debe ser una señal de alarma y movilización ciudadana.
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guijarros para ese domingo de mayo (o parrafadas en proceso) Carmen R. Marín
ante tanta visión de historia y prehistoria […] anjelamaría dávila
mamá: • • • • • • • • • • • • • • • • • •
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que con frecuencia sientas el amor —tránsito en ambas direcciones— que tus hijos sean gente además de hijos que la mano que soba recíproca tus cuidados nunca te falte que a tu contacto se incineren todas las tarjetas postales de flores que además de madre, siempre te sientas mami que los nietos no sean obligación que tu orgullo no vaya dictado por el cliché que el nido vacío no devenga cárcel que el reconocimiento de tus sacrificios no sea fetiche que el sacrificio no sea el modelo a seguir que el estado te respete más de lo que te alaba que no hagas las paces con el rechazo que las felicitaciones no suenen ni huelan ni sepan a reproche encarnado que no tomes el hastío por sosiego ni viceversa que los homenajes siempre se queden esperándote que no te maree el globo de tierra que gira bajo tus pies que te llamen madre sin esencialismos que encuentres mejor poesía que esta.
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¿antropo qué? parte II
Miguel Adrover Lausell
Antes de nosotros: cuando una libélula era del tamaño de un guaraguao. Después de Sapiens: cuando polietilenos sobrepasen los metales preciosos. El plástico ocupará espacios reservados para diamantes. Trillones de kilogramos por kilómetro cuadrado. En todo este rollo, ¿Qué es Antropoceno?, es una pregunta importante. Obliga a meterle mano al Tiempo (mayúsculo cuando su vara es el Big Bang). La palabra —“a debatable term for an uncertain epoch”1— interpela a vivir con la culpa. Ya no hay vuelta atrás, ya no basta el reciclaje. Se queda corto rasgar vestiduras con la boca llena de tofú — los bolsillos llenos de tolta. Poco vale el gesto vegano. Ya consumimos el planeta. Ignoramos las casandras (la historia está hecha de pichaera a las casandras): “Charles Fourier2 diagnosed ‘a decline in the health of the globe.’ The underlying source of evil was social: it was individualism that led to deforestation and the exhaustion of natural
resources. ‘the climatic disorders are a vice inherent to civilized culture; it overturns everything… by the struggle of individual interest against collective interest”.3 Además de Bonneuil & Fressoz, Bruno Latour ofrece luces a este nuevo meme. El pensador francés, controversial por sus argumentos en torno a la ciencia y las humanidades, está de acuerdo con sus compatrioras, citados en la primera parte de este ensayo: “The argument made by Bonneuil & Fressoz in “The Shock of the Anthropocene” is hard to refute: our predecessors have never stopped deploring the same catastrophe in the same terms, they have kept on warning us of the same threats.”4 A pesar de los cantos de sirenas y de las advertencias centenarias, el último capítulo de la humanidad 3 Bonneuil, Cristophe and Jean-Baptise Fressoz. The shock of the Anthropocene. Brooklyn: Verso, 2016. 4 Latour, Bruno. Facing Gaia: eight lectures on the new climatic regime. Polity: Massachusetts: 2017.
1 Latour, Bruno. Facing Gaia: eight lectures on the new climatic regime. Polity: Massachusetts: 2017. 2 https://en.wikipedia.org/wiki/Charles_Fourier
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en este planeta se empezó a escribir el 16 de julio de 1945: “The clear radioactive signals left by atomic explosions offer a serious candidate for the “golden spike” [la máxima evidencia] easy to detect throughout the world.”5 No bastó con fisionar núcleos pesados. Aprendimos a consumir audazmente. Complicamos la vida con el deseo y rompimos el imperativo epigenético.
cité traducciones al inglés de argumentos tomados en cuenta al momento de trazar el tratado de París. No exagero si esto no se toma en cuenta en Puerto Rico. Las consecuencias de estas gríngolas prometen ser catastróficas — apenas el prólogo de una catástrofe, prolongada por las reverberaciones históricas del colonialismo. En otras palabras, el bottom line nunca dejó de ser la máxima espuela en la política pública de Puerto Rico.
La culpa no es huérfana, es hija de un pasado reciente; escrito por España, Portugal, Francia, Estados Unidos de América, El Imperio Británico, Holanda… ¿Becerrillo, mascando huesos nativos, estaba escrito en las estrellas portuguesas?; ¿Barrigas de barcos, llenas de africanos, eran inevitables? ¿Se daba cuenta de dividendos y huracanes en el libro mayor de La Compañía de las Indias Orientales? Después de considerar la larga estela de culpas trasatlánticas, Antropo carga demasiada. Dicho esto, Angloceno me parece más acertada para demarcar la estratigrafía: “Anglocene: the combined carbon emission of England and USA still remains higher than that of developing countries.” 6 Los europeos necesitaban azúcar para el café; los estadounidenses necesitaban guineos frescos en altas latitudes…. Fressoz, Bonneuil, Latour. La lengua oficial de las casandras modernas es el francés. En este ensayo
Perdonen el tono apocalíptico, pero el 20 de mayo se cumplieron 8 meses de María en Yabucoa. La Macacoa nos respira en el cuello. Y en la condición boricua, La Macacoa tiene 3 cabezas: ELA, EUA y Antropoceno — esta noción promete precariedad al hemisferio más soleado (siempre ha sido así). Ya estamos en el umbral: la culminación de nuestra esclavitud a la vanidad; la factura de la adicción al deseo. Y ahora — aún después de una caricia del Antropoceno, después de una secuela a San Felipe — persisten los oídos sordos, los ojos ciegos y las bocas mudas. Lista de imágenes 1. screen grab del tuit de @SUDORPUNK 2. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c1/2000_Year_Temperature_Comparison. png
5 Ídem. 6 Ídem.
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El secreto de la casa rosa (Novela por entrega 2) Sylma García González
IV El cuarto de Lorena
sación de familiaridad, es más, de bienestar. Parecía como si ella hubiera estado antes allí. Por un momento se le olvidaron las inquietudes con respecto a la casa y disfrutó mucho desempacando. En poco rato ya se sentía como en su casa.
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orena siguió el sonido de la voz de su madre hasta una habitación al fondo de un largo pasillo iluminado solo por la luz que entraba por unos tragaluces en el techo. El piso era de mármol gris, como el del resto de la casa. Algunas mesas antiguas con jarrones de flores frescas, y unos pocos cuadros con alegres escenas marinas eran su única decoración. Ella nunca había visto aquellos objetos. Imaginó que pertenecían a la familia de su madre y que habían estado almacenadas todo ese tiempo en espera del regreso de sus dueños. Adelaida se habría ocupado de ponerlas en su sitio antes de su llegada. Lorena se preguntó qué pensaría su madre al ver de nuevo todas esas cosas que había intentado olvidar. En su recorrido por el pasillo vio una biblioteca, el cuarto principal, un baño, dos cuartos para visitas. También había una puerta cerrada. Cuando tuviera la oportunidad averiguaría qué se ocultaba allí. No había nada más provocador para su natural curiosidad que una puerta cerrada.
—¿Te gusta tu cuarto, verdad?— le preguntó Leonor, guiñándole un ojo. — ¡Mucho! —Me lo imaginé— dijo, más para sí que para su hija. Desde el umbral de la puerta, recorrió con la vista el nuevo cuarto de su hija y salió apresuradamente de allí. Al caer la noche, tuvieron una cena ligera en la cocina. Era un espacio grande y acogedor, con alacenas hasta el techo y un pequeño juego de comedor. Un ventanal de cristal, que daba al patio, le daba un aspecto fresco y limpio. Adelaida se había ido ya para su casa, pero les había dejado una jarra de jugo de mangó y sándwiches de pernil con queso suizo. Regresaría temprano al día siguiente. Era cierto que aún quedaban cosas por acomodar, pero no había prisa. Irían instalándose poco a poco. Las emociones fuertes y contradictorias que experimentó Leonor al regresar a su hogar y el largo viaje desde la capital la agotaron demasiado. Se acostó más temprano de lo usual. Eduardo y Lorena se quedaron en la cocina. La casa estaba en calma. Limpiaban la cocina en silencio. Ella fue la primera en hablar. —Papi, ¿habías venido antes? Digo, cuando mami vivía aquí.
El cuarto de Lorena no era demasiado grande, pero tenía un ventanal con vista al mar. Abrió dos puertas que resultaron ser las de un baño y un armario. Curiosamente, las paredes desnudas estaban pintadas de amarillo, su color favorito. Nunca se había detenido a pensar por qué le gustaba tanto, pero era así. Su cama, su escritorio y la mayoría de sus cajas ya estaban allí. Aquel cuarto le produjo una extraña sen17 de mayo de 2018
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—Sí, la visité muchas veces cuando éramos novios. ¿Te gusta la casa? —¡Me fascina!— contestó ella, entusiasmada. —Me alegra oírte decir eso. Tu madre fue muy feliz aquí. Espero que tú también lo seas. —Si fue tan feliz en esta casa, ¿por qué no quiso volver y por qué nunca me había hablado de ella?
vez no soñó con la casa. De hecho, nunca más volvió a hacerlo. V El vecino en el muro
A
la mañana siguiente, las preocupaciones de la noche anterior habían desaparecido de la mente de Lorena. Se levantó contenta y llena de energía. Sus padres desayunaban en el comedor. Su madre tenía mejor aspecto que la noche anterior. El regreso a su casa le sentaba bien. Lorena esperaba que el nuevo tratamiento hiciera su parte. Adelaida había llegado temprano y andaba de allá para acá con el mapo y la escoba. Era obvio que la presencia de la chica la incomodaba, pero hacía grandes esfuerzos por disimularlo. Evitaba su presencia cuanto le era posible. Lorena la detuvo frente a las escaleras.
Eduardo no contestó enseguida. Pensaba con cuidado su respuesta, mientras fregaba el último vaso. “Bueno… creo que eso es algo que deberías preguntarle a ella algún día, pero por ahora es mejor dejarla tranquila. ¿No te parece?”, contestó mirándola a los ojos seriamente. Lorena no entendía por qué había tanto misterio sobre la vida de su mamá en aquella casa. Trató de recordar lo que sabía de la niñez de Leonor y se dio cuenta de que muy poco: había vivido en Cabo Rojo con sus padres, dueños de un supermercado en ese pueblo; conoció a Eduardo en el Colegio de Mayagüez y se casó con él en poco tiempo; después de graduarse, se mudaron al Condado; sus padres vendieron el supermercado y se mudaron cerca de ella hasta que murieron cuando Lorena era aún pequeña. Ella casi no los recordaba. Tenía una imagen difusa de una abuela un poco distante y entristecida.
—Buenos días. Parece que el gato durmió afuera. Maulló toda la noche. —No sé de qué me hablas. ¡Aquí no hay ningún gato! ¡Nunca lo ha habido, jamás!— contestó Adelaida con insistencia. La muchacha notó que le temblaban las manos. La mujer se alejó rápidamente rumbo a la cocina. A la verdad que habían empezado su relación de forma lamentable.
Esa noche, Lorena compartió su cama con mil preguntas sin contestar. Por fin tenía la oportunidad de pensar sobre lo que había pasado durante el día. Aunque le gustaba mucho su nueva casa, no dejaba de preocuparle la idea de que la había visto en sueños desde hacía tres años. No encontraba una explicación razonable para ello. “¿Seré psíquica?”, se preguntó. Luego, se rio de sí misma por pensar en tonterías. Por otro lado, estaban aquellos pequeños detalles que sabía sobre el lugar sin haber estado nunca antes allí: lo del piso de mármol, el interruptor de luz. Tal vez se trataba solo de coincidencias. Después de un buen rato, llegó a la conclusión de que su imaginación jugaba con ella y que no debía prestarle tanta importancia al asunto. La arrullaron los suaves maullidos del gato. Pensó que tenía que buscarlo por la mañana. Se quedó dormida sin darse cuenta. Esta Movimientos
Después de desayunar, Lorena quiso salir a explorar los alrededores. Todavía se preguntaba por qué Adelaida había mentido con respecto al gato. Ella lo había visto por la tarde y lo había oído por la noche. Quizás, la mujer lo ocultaba de Leonor porque sabía que ella los detestaba. Lorena siempre se había preguntado la razón para tanto desprecio por unas criaturas que a ella les resultaban fascinantes. Si encontraba al gato, no le diría nada a su madre para que no quisiera deshacerse de él. En vez de marcharse por la puerta principal, lo hizo por la de la cocina. La grama recortada tapizaba el patio, mientras una enredadera de trinitarias cubría casi toda la alta verja de cemento que rodeaba completamente la casa. A Lorena le extrañó que hubiera un solitario roble amarillo justo en la esquina del patio desde donde se podría ver mejor el mar. Le dio la impresión de que aquel árbol no de99
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bía estar en ese lugar. De hecho, lo más natural era que en ese sitio hubiera un portón que diera acceso a la playa, pues para llegar a ella había que salir por el portón principal y dar una larga vuelta por la carretera. Aquello no tenía sentido. —Ehh, permiso. ¿Puedes moverte un poco? Tapas mi luz— escuchó decir Lorena, justo detrás de ella. Se viró enseguida para ver de dónde venía la voz. Se encontró con un muchacho como de su edad. Tenía una apariencia gatuna, pues sus movimientos eran graciosos y ágiles. Estaba cómodamente acostado sobre una breve porción del muro en que no había trinitarias. Se comportaba como si fuera el dueño del lugar. Tenía el pelo largo y oscuro, al nivel de los hombros, que contrastaba con la intensa blancura de su piel. Sin embargo, lo que más llamaba la atención de su aspecto eran sus ojos: tenía uno azul y el otro marrón. Lorena nunca había visto algo así en una persona; curiosamente, solo en gatos. —Sí, sí, sí. Se llama heterocromía. La heredé de mi padre— dijo el muchacho, con actitud de fastidio. Seguramente, había tenido que dar aquella explicación incómoda docenas de veces, así que contestó sin pensarlo una pregunta que no le habían hecho.
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—Lo… lo… siento— comentó ella, mientras se movía de prisa para no interferir lo que fuera que hacía él. Se arregló el pelo instintivamente. Volvió a sentirse inadecuada. Solía pasarle ante los chicos de su edad. —Nah, no te preocupes. Desperté con morriña. Y este dibujo que no me sale como quiero. —¿Puedo verlo?— preguntó ella, con timidez. —Ehh, bueno, qué rayos. Está bien, pero que conste que no lo he terminado— dijo él, dándole la libreta de dibujos a la chica desde el muro sobre el que seguía acostado. Lo que Lorena vio en aquella libreta la dejó pasmada. Era una vista de la playa desde el muro. Se veía un pequeño muelle en ruinas. Tenía amarrado un botecito que se balanceaba en un mar picado. Era un buen dibujo, pero no extraordinario. Lo que la impresionó, más que la habilidad del muchacho, fue que aquella vista en particular era imposible desde donde estaba dibujada. Justamente, la tapaba el entrometido roble amarillo. Él pareció leerle el pensamiento porque se disculpó diciendo: “Bah… es que ese roble no estaba ahí”. —¿Cómo lo sabes? El chico se mostró confundido. No esperaba la pre-
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gunta. “¿Cómo sé qué?”, dijo, para ganar tiempo. —Que el roble no estaba ahí— completó ella, insistente. —Ah, bueno, ehh— ¿Siempre eres tan preguntona, niña? Digo que no debía estar allí… porque… tapa… la vista al mar. A nadie se le hubiera ocurrido esa estupidez— dijo, enojado. Saltó el muro al lado contrario, y desapareció momentáneamente tras él. Lorena lo vio alejarse. No sabía de quién se trataba ni qué hacía acostado en el muro de su casa, pero con la prisa, había olvidado llevarse su libreta de dibujos. Ella aún la sostenía en sus manos. Volvió a mirar el dibujo. La explicación del muchacho no la convencía. Estuvo un rato en el centro del patio. De repente, se le ocurrió dirigirse al roble sin saber por qué. Lo rodeó varias veces. Examinó sus alrededores hasta que vio un pedazo de metal que sobresalía entre las trinitarias. Apartó las flores para ver de qué se trataba. Pronto lo descubrió: era un viejo portón de hierro. ¡Así que el muchacho tenía razón: aquel árbol no estaba antes allí! Lo sembraron para tapar el acceso a la playa. ¿Por qué? ¿Cómo lo sabría él? VI La foto
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sa misma tarde, Lorena planeaba preguntarle a su madre acerca del portón clausurado, pero un nuevo evento distrajo su atención. Buscaba unos libros en la tablilla más alta del armario de su cuarto, cuando sus dedos dieron con lo que sintió que era un papel grueso. Parándose en las puntas de sus pies logró alcanzarlo por fin. Al mirarlo se encontró con algo inesperado: su propio rostro. De la impresión, la foto resbaló de sus manos y cayó al piso. Por unos segundos no supo qué hacer. Estuvo paralizada hasta que sus manos volvieron a buscar rápidamente la increíble fotografía. No había dudas: se trataba de ella misma. Reconoció su cara alargada rodeada por su pelo largo y oscuro, que le caía por debajo de los hombros. También examinó su nariz pequeña y el lunar rojo en su mejilla izquierda. Sus ojos azules llamaban la atención sobre todo lo demás. No llevaba sus espejuelos. Como en un espejo, Lorena hizo un importante descubrimiento: era dueña de una rara belleza en la que nunca se había fijado en sus catorce años de vida. Sin notarlo, sonrió complacida.
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En la parte trasera de la foto leyó la letra L escrita con tinta ya borrosa. La inicial de su nombre la hizo saltar. No recordaba que le hubieran tomado esa foto. Sin embargo, no le extrañó demasiado: como no le gustaba que la retrataran, en casi ninguna foto miraba hacia la cámara. Le fastidiaba posar. Tampoco lo hacía esta vez. Puede que su padre se la hubiera tomado sin ella saberlo. Lo que le preocupaba era por qué habría una foto suya en aquel armario. Decidió averiguar el misterio inmediatamente. Salió en busca de su madre. La encontró acostada en el sofá de la sala, leyendo el periódico. Al verla, volvió a pensar en lo distintas que eran. Leonor levantó la vista y la invitó a sentarse a su lado. Ella lo hizo. Le enseñó la foto. La reacción de su madre fue violenta e inesperada. —¿Qué haces con esta foto? ¿De dónde la sacaste?— le preguntó, con ojos atemorizados, mientras le arrancaba la foto de las manos. —Mami, yo… —Nada. Me haces el favor y no andes buscando lo que no se te ha perdido. No eres ninguna niña pequeña. Ya tienes catorce años. ¿Entendiste? Lorena estaba paralizada de asombro. Su madre jamás le había hablado de esa forma. Además, su regaño era muy injusto; ella había encontrado la foto por casualidad. Se le llenaron los ojos de lágrimas. Cuando se levantó para salir corriendo de allí, su madre la detuvo. —Lorena, perdóname, hija. No debí hablarte así. Lamento haberte ofendido. El nuevo tratamiento me tiene muy alterada. Solo te pido que te olvides de la foto y no andes haciendo averiguaciones. Además, estamos muy a gusto aquí, ¿no? Prométeme que dejarás de curiosear por la casa. Digo, que te ocuparás de decorar tu cuarto y esas cosas. La chica estuvo a punto de protestar, pero la conmovió la angustia en la cara de su madre. No deseaba ser otra razón de preocupación para ella. —Lo prometo— dijo, sin mucho convencimiento. Leonor no lo notó. La chica se despidió para salir un rato al patio, como si nada hubiera pasado entre UMET
ellas. Leonor la vio salir por la puerta principal. Entonces, miró largamente la foto que todavía sostenía en las manos. Una lágrima bajó lenta por su mejilla. Por un momento, dudó de su decisión de haber regresado, pero ya no había vuelta atrás.
peoró el estado en que se encontraba el muchacho. De repente, volvió a hablar, esta vez con un tono de súplica. —Sabía que volverías un día, pero fue culpa del gato. Lo juro, fue él.
Lorena sabía que no podría olvidar el asunto. Ya había demasiadas cosas extrañas a su alrededor como para seguir ignorándolas: la casa que apareciera en sus sueños, la actitud de Adelaida, la foto, el portón tapado por las trinitarias y la rara conducta de su mamá. Era el momento de buscar las respuestas a todas estas preguntas. Jamás se imaginó adónde la llevaría su curiosidad infinita.
Sus gritos eran tan fuertes que Lorena se tapó los oídos para no seguir escuchándolos. El ruido de los arañazos aumentó también. En ese instante, Adelaida entró apresurada. Ante su llegada, los arañazos pararon de golpe. Ella corrió rumbo al muchacho y lo estrechó entre sus brazos. Le dijo palabras suaves al oído. Poco a poco, él se fue calmando hasta que dejó de lloriquear. Con una mirada, ella le indicó a Lorena que saliera de la cocina. La muchacha obedeció sin protestar. Solo deseaba huir inmediatamente de allí. Subió a su cuarto y se acostó en la cama. Se cubrió la cabeza con la almohada, pero creía seguir escuchando aquellos horribles gritos. Nunca los olvidaría.
VII Damián
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arios días después del incidente de la foto, Lorena se dirigió a la cocina en busca de un vaso de agua. Vio frente a sí a un hombre concentrado en sacar algo del fregadero. Era altísimo y de apariencia fuerte, pero con cara de niño. De hecho, no parecía tener más de dieciocho años: era como un nene grande. Lorena hizo un leve sonido con su garganta para anunciarle su presencia. Él giró hacia allá y, de la impresión, tropezó con sus propios pies y cayó al piso. Se golpeó la cabeza con la pequeña mesa de comedor. En vez de levantarse, casi se arrastró hasta una esquina, como si intentara protegerse. Sus aterrorizados ojos grises miraban en todas direcciones en busca de una forma de escapar de allí. Su cuerpo temblaba violentamente. Por un segundo, aquel muchacho le recordó a alguien que había visto hacía poco. Sí, claro: Adelaida. Tenía sus mismos ojos. —Hola, soy… —¡Aléjate! ¡No te me acerques! Tú ya no existes— gritó él, al borde de un ataque nervioso. Se balanceaba de atrás hacia adelante una y otra vez, mientras balbuceaba algo entre dientes. Lorena no sabía cómo reaccionar ante aquella escena. Un simple susto no hubiera causado esa reacción exagerada. Sintió una profunda compasión por él, pero no se atrevía a moverse de donde estaba parada. Unos arañazos en la puerta que conducía a la cocina distrajeron la atención de ambos. El sonido em17 de mayo de 2018
Al poco rato, sintió que tocaban la puerta. Era Adelaida. Se veía cansada. Se sentó en el borde de la cama y le hizo señas a Lorena de que se sentara junto a ella. —No quise asustarlo. No fue mi intención— dijo la muchacha, disculpándose. —No te preocupes, ya está bien— dijo la mujer, en tono frío. —¿Quién es? —Damián, mi hijo. —¿Por qué gritaba así? ¿Por qué dijo que yo ya no existo? —No dijo nada de eso. Estás exagerando y no hayas a molestar a tu madre con tonterías; menos ahora que está descansando en su cama. —No son tonterías. Él dijo… —Tu madre está enferma. No seas desconsiderada. Tal vez, hubiera sido mejor que te quedaras en San Juan— le contestó Adelaida, saliendo rápidamente de allí. Lorena volvió a acostarse en su cama. Ahora era ella quien temblaba. No sabía qué hacer. Solo se le ocurría una cosa: volver a hablar con su vecino en cuanto tuviera la oportunidad. Por alguna razón, pensaba que él podría ayudarla. Salió al patio.
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Lista de imรกgenes: 1. Joanna Szmerdt 2. Laura Trevey 3. Julia Lillo 4. Teri Jones Movimientos
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Ricardo Alcaraz DĂaz La danza que nunca termina
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Fotos: 1. Viveca Vázquez, 2003. 2. Andanza, 2004. 3. Hincapié, 2005. 4. Andanza en el MAC, 2007. 5. Kianí Del Valle, 2014. 6. Ballet Hispánico de Nueva York, 2015. 7. Ballet Concierto, 2010. 8. Ballet Concierto, 2014. 9. Hincapié, Conspirando, 2009. 10. Hincapié, Fiestas Coreográficas, 2009. 11. Apoc Poc, 2006. 12. Balleteatro Nacional, 2014. 13. Alejandra Martorell, 2015. 14. Norberto Collazo, 2012. 15. Marili Pizarro, 2017. 16. Ballet Municipal, 2004. 17. Balleteatro Nacional, 2012. 17 de mayo de 2018
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“Social Anger and Apathy in Pakistan” de Akhter Ali Syed, Dialogue Times
La revista Cruce abre una convocatoria para la Edición Especial Colonias. Consideraremos reseñas o comentarios de libros o textos relacionados, así como todo tipo de texto o pieza artística que explore las épocas coloniales −desde los siglos XVI al XIX− desde las siguientes disciplinas u otras que les sean afines (como acercamientos propios de la Arqueología, Teología, Antropología…):
Política y sociedad, Arte, Letras, Cine... El plazo para someter las colaboraciones es hasta el 31 de mayo de 2018. Invitamos a todxs lxs interesadxs en participar en esta convocatoria a enviarnos sus manuscritos y piezas. Las fotos, pinturas, entre otros formatos de imagen deben ser enviados en alta resolución. Los textos deben presentarse con el siguiente formato: Letra Times New Roman, 12 puntos, doble espacio, tamaño carta, en formato de Word. Los artículos no deben exceder de las 30 páginas. Las reseñas o coemntarios de libros o textos no deben superar las 10 páginas. Los textos creativos tendrán un límite de 10 páginas. No se recibirán manuscritos que superen estos tamaños. Debe incluir una foto y una biografía del autor que no exceda las 200 palabras. Deben seguir las normas de citación bibliográfica del MLA Handbook for Writers of Research Papers o del American Psychological Association (APA), últimas ediciones. Si se incluyen mapas, ilustraciones, tablas o cualquier tipo de gráfico explicativo dentro del documento, deben estar en alta resolución y el autor debe contar con los permisos de uso o regirse por la Ley de Derechos de Autor. Los textos y piezas deben enviarse a editorescruce@suagm.edu. Una vez cerrada la convocatoria, los manuscritos serán sometidos a la evaluación de la Junta Editorial de Cruce. Los autores serán informados oportunamente de todo el proceso. La fecha de publicación será en agosto de 2018.
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Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones de la UNIVERSIDAD METROPOLITANA