Cuartoscuro 171, año 28, diciembre-febrero 2022

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M ÉXICO $50 • US $10.95 • ISSN 1405-7913

R E V I S TA D E FO T Ó G R A FOS n D I R E C T O R : P E D R O VA LT I E R R A n A Ñ O X X V I I I n N Ú M E R O 17 1 n D I C I E M B R E 2 021 n C UA R T OS C U R O.C OM

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AUGUSTO VÁZQUEZ n GERTRUDE DUBY n CINZIA NATICCHIONI ROJAS n EL MARIACHITO n ANDREA MURCIA TEXTOS DE CAROLINA ROMERO • GREGORIO VÁZQUEZ • PEDRO ANZA • ELISA LOZANO



UNA REVISTA DE CULTURA VISUAL Y TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS


n R E V I S T A D E F O T Ó G R A F O S n D I R E C T O R : P E D R O V A L­T I E­R R A n A Ñ O X X V I I I n N Ú M E R O 1 7 1 n D I C I E M B R E 2 0 2 1

n ISSN 1405-7913 n WEB www.cuartoscuro.com n FACEBOOK cuartoscuro n TWITTER @ cuartoscuromex n INSTAGRAM @ cuartoscuromex

Director y editor responsable PEDRO ANTONIO VAL­TIE­RRA RUVALCABA

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analuisa@cuar­tos­cu­ro­.com Administración / Publicidad

El revolucionario, inquebrantable y terco espíritu del fotógrafo mexicano

AUGUSTO

VÁZQUEZ lo guió al conflicto armado que se vivió en El Salvador de 1979 a 1992, con el fin de

VIRIDIANA SANDOVAL

luchar… pero dejando las pistolas y fusiles de lado y más bien empuñando su cámara. Así,

CAROLINA ROMERO

empleando la fotografía como arma, combatió en el frente de batalla durante 10 años; era un

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colonia Moderna; delegación Benito Juárez; 03510 Ciudad de México. suscripciones@cuar­tos­cu­ro­.com Cuar­tos­curo / Revista de fotó­grafos, Año xxviii; núm. 171; diciembre 2021. Es una pu­­bli­cación bimes­tral editada por Cuar­­­­tos­curo, sa de cv; Juan Escutia, 55; colonia Condesa; Cuauhtémoc; 06140 Ciudad de México. Teléfonos: 555211 2607, 555211 3197, 555211 2913.Registrado ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación, con el Certificado de Licitud de Título y Contenido núm. 16712. Registrado ante la Dirección General del Derecho de Autor de la Se­cretaría de Educación Pública, con certificado de reserva de derechos al uso exclusivo del título núm. 04-2006-072811555900-102. Certificado de circulación pagada, cobertura geográfica y estudio sobre perfil de lectores núm. ACGM-81-16 en la Secretaría de Gobernación: www.gobernacion.gob.mx. Precio del ejemplar: $50 mn en la República Mexicana y $10.95 us dlls. en el extranjero. Impreso en Preprensa Digital, sa de cv; Caravaggio, 30; colonia Mixcoac; 03910 Ciudad de México. Cuar­toscuro no asume responsabilidad por textos y fotos no solicitados. El contenido de los artículos es res­pon­sa­bili­dad de sus autores y el de la publicidad de los anun­­ciantes. Prohibida la re­pro­ducción total o parcial del contenido por cual­quier medio sin permiso expreso de los editores. Los derechos de todas las fotografías publicadas están reservados por sus respectivos propietarios y se indican con el símbolo ©. CERTIFICACIÓN DE CIRCULACIÓN PAGADA, COBERTURA GEOGRÁFICA Y ESTUDIO SOBRE EL PERFIL DE LECTORES POR AGENCIA CERTIFICADORA Y GESTORA DE MEDIOS, S.C. REGISTRO ACGM-81-16

guerrillero más en una lucha que sintió suya y que formó parte de un motivo personal en la búsqueda de encaminar el mundo a un mejor lugar. A pesar de que sus imágenes suelen ser catalogadas como fotoperiodismo, el fotógrafo ha nombrado al registro que realizó en Centroamérica como fotografía guerrillera. 6 A partir de 1943, cuando viajó por primera vez a Chiapas, la fotógrafa suiza

GERTRUDE DUBY pasó 50 años de su vida dedicada al

acercamiento con los grupos indígenas de ese estado. Echar una mirada a su obra, reunida en el Archivo Na Bolom, es descubrir el misticismo y la sobriedad de los tzeltales, tzotziles, tojolabales y lacandones de aquellos tiempos —sus rostros crudos y ceremonias cercanas a lo profano, iglesias llenas de creyentes, festividades y costumbres de todas partes del estado—, quienes se esconden en un largo devenir del futuro o del pasado, como ejercicio de eterno retorno. 22 Las impresiones manuales en hielo de la fotógrafa italo-mexicana

ROJAS

CINZIA NATICCHIONI

desafían la creencia de que la imagen es, por naturaleza, fija y estática, destinada a

permanecer igual a sí misma a lo largo del tiempo, sino más bien logran confrontarla con la muerte, pues a medida que el hielo se derrite, ésta se desarrolla hasta disolverse y dejar de existir. 38 EN MOVIMIENTO repasa la carrera de

MARIACHITO

MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES EL

a través de un viaje al acervo de la Cineteca Nacional, el cual alberga una parte

del archivo del fotógrafo que hace referencia a diversos aspectos de la producción fílmica nacional, imperantes en el periodo 1948-1976. 45 EN PERSPECTIVA presenta la imagen ganadora del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter en la categoría de Foto y Caricatura, de

ANDREA MURCIA, fotoperiodista de Cuartoscuro. 50 TIENDA DE LUZ presenta una breve

selección de las 108 fotografías de 108 megapixeles que forman parte de la campaña “Captura el infinito por México”. Las imágenes fueron tomadas con el nuevo smartphone

realme 8 Pro,

de la marca realme, la cual logró colocar 100 millones de teléfonos celulares a nivel mundial en sólo un año. 52 CUADROSCURO ofrece información de interés sobre exposiciones, libros y noticias actuales. 58 LAS MEJORES es una selección del trabajo de los fotoperiodistas de la agencia Cuartoscuro. 60

PORTADA: Autorretrato 5. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS



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Luz Pétrea Filmación de un cortometraje para conmemorar los 150 años de la fotografía. La filmación se realizó en el edificio Ermita, donde se ubicaba el cine Hipódromo, en Tacubaya. Ciudad de México, 27 de julio de 1989. © PEDRO VALTIERRA

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portaFolio


Augusto Vázquez

FOTÓGRAFO GUERRILLERO

Carolina Romero

G

eneralmente, mi trabajo se ubica como el de un fotoperiodista; sin embargo, nunca he trabajado ni colaborado con ningún medio. El registro del conflicto salvadoreño fue realizado no sólo como un esfuerzo de carácter informativo para que el mundo conociera desde su interior a la guerrilla, sino con una posición política que anula el sentido periodístico de imparcialidad, es decir, mi actividad como fotógrafo en este conflicto fue estar al lado de la lucha del pueblo salvadoreño, completamente integrado a la guerrilla, un guerrillero más, pero cuya arma de lucha fue la fotografía, de ahí que considere este trabajo como fotografía guerrillera y fundamentalmente política. Augusto Vázquez El frío y súbito peso de la pistola le fue ajeno al tacto. —¿Sabes usarla? —le cuestionó el camarada que le puso el arma en las manos. Si le contestó, no lo recuerda, pero la expresión de su rostro respondió por él; estaba en el epicentro de un terremoto causado por una desbocada estampida de guerrilleros que lo abrazó y lo dejó en trance, en una especie de shock hipnótico que le llenó el estómago de vacío, así como también las ráfagas de dis­paros llenaron las calles de Cuscatancingo, a las afueras de San Salvador. —Este es el seguro, se mueve aquí y aquí –le explicó, mientras manipulaba la pistola de diferentes formas, la movía rápidamente, y sacaba y metía el cargador. Por supuesto, la adrenalina no lo dejó comprender aquella rápida y breve lección para salvar la vida. Cualquiera pensaría que sujetó la pistola y comenzó a disparar, pero no; la reflexión lo regresó al origen, a aquella decisión consciente que había llevado a un mexicano a viajar a Centroamérica para sumarse a las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (erp)

y acompañar codo a codo a la guerrilla salvadoreña del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (fmln) en tiempos de conflicto con el gobierno. Augusto Vázquez guardó el arma en la maleta y de ahí mismo sacó sus cámaras para, asegura, dar un salto como ser humano y como persona comprometida con la vida, pero no una sin sentido, sino una mejor para todos. ***

Ese 15 de marzo de 1982 fue su primer día en los frentes de batalla de la guerra civil salvadoreña (19791992); un año antes había estado en la retaguardia estratégica en Nicaragua, donde montó un laboratorio y capacitó a integrantes del erp en procesos fotográficos de la época: archivo, revelado e impresiones en blanco y negro, entre otros. Todo con el fin de que el mundo conociera a la guerrilla desde sus entrañas. Cargaba con una cámara para cine de 8 milímetros Super 8, un juego completo de lentes, una grabadora tipo walkman, varios paquetes de casets para grabar

Página opuesta: La Piedad. Imagen tomada el 28 de marzo de 1982 en las afueras de la ciudad de San Salvador, a fin de sabotear las elecciones que se desarrollaban ese día. En la imagen, “Fidel” sostiene a “El Colocho”, quien fue herido en el vientre por una ráfaga de fusil. El combate se desarrollaba a unos metros de donde fue tomada la fotografía. El herido falleció momentos después. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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Disparo cañón 57. Un miembro del pelotón de Armas de Apoyo dispara un cañón de 57 milímetros para destruir una trinchera, previo al asalto por fuerzas de fusilería en la toma de la Hacienda San Carlos, productora de café, en las faldas del Volcán Cacahuatique, en el oriente de El Salvador. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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audio y varios más de los cantantes Silvio Rodríguez, Amparo Ochoa y Joan Manuel Serrat para pasar el rato escuchando música; además, llevaba su película fotográfica favorita —la Tri-X-Pan, 400 asa— y dos pequeñas y ligeras cámaras Olympus que le compraron sus padres por encargo. Francisco Vázquez y María Enríquez ya habían marcado el camino fotográfico de su hijo desde muchos años atrás, cuando Augusto tenía 14 y encontró la cámara familiar. —¿Con eso tomas fotos? —le preguntó su madre. —Sí, me gusta. Prestos, tomaron rumbo a La Merced y en un changarrito de productos fotográficos le compró su primera cámara, mientras que en otra vuelta al Centro Histórico de la Ciudad de México, donde vivían, su padre se endeudó para poder regalarle un pequeño laboratorito equipado con químicos, charolas, ampliadora y guillotina. Quién sabe cuánto tiempo pasó para que pudiera revelar correctamente una foto. A pura prueba y error,

Página opuesta: Material de guerra recuperado del Ejército. Durante la campaña militar guerrillera Comandante Gonzalo, en junio de 1982, se emboscó y aniquiló a tres compañías del Ejército en la Batalla del Moscarrón; cada una estaba compuesta por 150 soldados, el total era de 450. En la fotografía se muestra una parte del material recuperado que, además de la munición y proyectiles, significó gran cantidad de fusiles, morteros y otros medios de guerra. © AUGUSTO VÁZQUEZ

Abajo: Retirando herido en hamaca. Brigadistas médicos, escoltados por compañeros combatientes, retiran en una hamaca a un herido durante la batalla de la Hacienda San Carlos, en las faldas del Volcán Cacahuatique. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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mezclaba los químicos y, sin un reloj, contaba ingenuamente los minutos en voz alta dentro del clóset que hacía las veces de cuarto oscuro. Echó a perder papel y película hasta el cansancio, y su primera imagen la imprimió al revés. Pero Augusto siempre ha hecho lo que ha querido, así que se aferró al aprendizaje y se comprometió con la fotografía. ***

Sabía a lo que iba; él mismo pidió a la comandancia del erp que lo enviaran desde Nicaragua a El Salvador para cubrir la guerra en primera línea, pero no por eso estaba preparado para ello. Traía una cámara colgando de su hombro izquierdo y la otra en la mano. Una vez que le regresó el alma al cuerpo, tomó sus primeras fotos de guerra en Cuscatancingo. Las circunstancias lo habían puesto en aquel lugar para representar un papel como guerrillero. —Como fotógrafo guerrillero —dice. Se oían disparos y descargas de ametralladora


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Fuerzas Especiales. Miembros de las Fuerzas Especiales del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) se desplazan con técnica vietnamita para la superación de campos minados o con trampas; ello requiere de coordinación perfecta y fuerza. Por lo general operaban de noche, así que el de adelante exploraba con la punta del dedo el terreno y el siguiente ponía su pie justamente donde el anterior lo había levantado. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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cuando llegó el momento de la retirada, pues no se había podido frenar el paso de una tanqueta del ejército que se dirigía al lugar. Había pasado más de hora y media, por mucho. Al igual que sus otros compañeros, Augusto corrió cargado de material de guerra para el frente de Guazapa; iban a usarlo en la actividad ofensiva que llevarían a cabo ese mismo mes en contra de las elecciones. Si algo caracterizaba a los guerrilleros salvadoreños era el dominio del terreno, semirural por donde se le viera, por lo que, tras su escape, la única manera

Pozo de Juan III. Prácticas de la escuela militar Rafael Arce Zablah en el Pozo de Juan, nombrado así por el responsable, de seudónimo “Juan”, excapitán del Ejército incorporado a la guerrilla. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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que tuvo para llegar al campamento de la resistencia fue cruzando un río a salto de piedra, avanzando sin descanso y subiendo un monte a oscuras y con el peso de su equipo fotográfico a cuestas. Ahí le recibieron, caída la noche, con un café y dos tortillas con una untadita de frijoles. Entonces le llegó un sentimiento de ruptura. Apenas esa misma mañana estaba hospedado en un hotel, desayunando plácidamente un plato de huevos con café y jugo. Ya muy lejos habían quedado los días en que se paseó sin ataduras ni compromisos por


Estados Unidos, nomás con hambre de aventura y muchas ganas de hacer foto; o aquellos tiempos en que la estabilidad laboral, económica y emocional que logró como maestro de la Universidad de Guadalajara, tras haberse graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México como diseñador industrial, parecía más bien desestabilizarlo. Fue precisamente un amigo salvadoreño que conoció en esa universidad, Marío Martí, quien lo guió a otro mundo, a otra vida. Ahora estaba ahí, en una guerra, lejos de todo y a merced de la muerte, pero,

necio como es, Augusto pocas veces se ha echado para atrás. Entre los guerrilleros que le acompañaban había salvadoreños, mexicanos y uno que otro extranjero que había ido a apoyar la lucha. Con sus ahora compas recogía mangos, zapotes y aguacates verdes para complementar su alimentación; recolectaba leña y le ponían unas regañizas cuando la llevaba verde; se levantaba de madrugada para hacer la posta y garantizar que todos durmieran; practicaba ejercicios, carreras, pechadas y cuclillas, entrenamientos que

Pozo de Juan II. Prácticas de la escuela militar Rafael Arce Zablah en el Pozo de Juan, nombrado así por el responsable, de seudónimo “Juan”, excapitán del Ejército incorporado a la guerrilla. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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nadie quería hacer, pero que la disciplina obligaba. Y, entre todos esos momentos, además tomaba fotos. Su temor más grande no era encontrarse de frente a los soldados, pues “el combate lo resuelves con adrenalina”, menciona, sino verse perdido en medio de la oscuridad, sin saber para dónde ir, o quedarse sin zapatos y tener que enfrentar a sus pies descalzos con el terreno enraizado, lleno de maleza y piedras. Transcurrieron los días y los meses hasta que se convirtieron en 10 años, pero no como un suspiro, porque quién podría sobrellevar maniobras, lluvias

Claudia. De haber sido sexoservidora en la ciudad de Usulután, en el oriente del país, a donde llegó como pago de una deuda de su propio padre, se incorporó a la guerrilla durante un ataque a esta ciudad. Inicialmente ingresó al pelotón de Armas de Apoyo, pasó por diversas áreas y logró ser jefa de escuadra. Murió en un épico combate cubriendo la retirada de su escuadra, que tuvo heridos en un enfrentamiento con el Ejército. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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Derecha: Pozo de Juan I. Prácticas de la escuela militar Rafael Arce Zablah en el Pozo de Juan, nombrado así por el responsable, de seudónimo “Juan”, excapitán del Ejército incorporado a la guerrilla. © AUGUSTO VÁZQUEZ


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Operador de armas de apoyo llevando trípode para mortero. Un miembro del pelotón de Armas de Apoyo lleva a toda carrera el trípode de mortero para apoyar el ataque a una posición del Ejército. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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Sin título. Columna guerrillera entrando a la población de Los Arenales, en la zona de El Tigre, estratégica por ser paso de material de guerra de la costa al norte, así como por su importancia económica debido a la producción de café. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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de balas, bombas, emboscadas, derrotas, victorias y combates si los minutos no le juegan a favor y se estiran para permitirle salvar la vida por un poquito. Ya para 1990, dos años antes de que se firmaran los acuerdos de paz y se decretara el fin del conflicto armado, Augusto —sin quererlo o haberlo buscado— ya había constituido un legado de imágenes para El Salvador y, a su vez, para la fotografía mexicana. Y, afirma, también se había convertido en salvadoreño de corazón. —Yo me chuté la guerra de pura guasa —añade el fotógrafo, quien jamás conservó un solo negativo del material que capturó durante el tiempo que pasó en el frente revolucionario. Sin embargo, poco a poco y gracias a sus contactos logró recuperar parte de las imágenes que se presentan en este portafolio, testigos fieles de lo que para Augusto siempre ha sido un motivo de vida: la fotografía; en este caso, la fotografía guerrillera. n

Guardias prisioneros. Durante el asedio a la ciudad de Anamoros, en el oriente del país, la cual posteriormente fue tomada, un grupo de guardias quiso atravesar en una tanqueta la línea guerrillera en la carretera que conduce a dicha ciudad. Cuando intentaron pasar se puso una emboscada con barricada y disparo de rpg -7, la cual detuvo a la tanqueta y obligó a los guardias a rendirse. © AUGUSTO VÁZQUEZ

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portaFolio

Gertrude Duby

UNA MIRADA ÍNTIMA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE CHIAPAS

Gregorio Vázquez

L

os retratados no le temen a la caja oscura con el ojo de vidrio que los observa, lo reconocen y lo enfrentan. Gertrude Duby (1901-1993) es constante con ellos, saben a conciencia que ella deambula cada tanto en sus parajes, allá en el Chiapas de la segunda mitad del siglo pasado, donde se dedicó a capturar la vida cotidiana de los indígenas tzeltales, tzotziles, tojolabales y lacandones. Ellos acompañan a Duby y la llevan a conocer comunidades, pueblos y parajes que hoy han sido borrados por el tiempo, la modernidad y los estragos climáticos. No saben que tras la cámara que los observa se esconden apenas un par de años de carrera, la cual comenzó al inicio de los 40 con un equipo de medio uso y una sola clase de fotografía que constó de escasos 60 minutos. Desde entonces, transcurrieron 50 años de la vida de la antropóloga, exploradora, periodista, activista y fotógrafa. Sus constantes ires y venires le valieron la producción de más de 55 mil imágenes, en las que cohabitan paisajes, retratos, sitios arqueológicos, festividades indígenas, textiles, la destrucción ambiental y la relación hombre-naturaleza.

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Aquella luz petrificada se torna en las caras y expresiones de ancianos, hombres, mujeres y niños; en el transcurrir de los días, de situaciones y momentos cotidianos como la cacería, la siembra, la fiesta, el trabajo, el rezo, la movilidad y el tiempo sin tiempo, ese que no se agarra a nada porque siempre ha estado intacto. ***

Los lacandones entienden que el ojo de vidrio va a llegar… aunque se mimeticen en las selvas de árboles milenarios, aunque estén en la fiesta o en el campo, saben que pronto los encontrará en los mismos caminos donde ellos también avanzan. Algunos esperan al ojo, se posicionan para su llegada, le dan la bienvenida; otros, ocupados en la procesión, en la ceremonia o en el paso de la vida, simplemente lo ignoran mientras irrumpe en su cotidianidad. Los que lo enfrentan le muestran su dignidad, las miradas se cruzan y chocan. Un grupo de niñas de un poblado del norte del estado reta a la cámara. Una de ellas lo cuestiona y dice: “Ojo, ¿qué buscas? ¿Qué quieres? ¿Por qué has venido a nosotras?”. El ojo,


Niño lacandón en canoa. Nahá. 1959. # 001500. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C. 23


Oficial religioso. Santiago. 1974. # 974. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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Bor y sus hijos. Jataté. 1952. # 004134. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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Procesión. San Miguel Mitontic. 1967. # 006597. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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Hombre en mercado. Oxchuc. 1960. # 006907. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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inmutado y complejo, pestañea y las detiene. El momento de extrañeza queda grabado; las niñas regresan a sus actividades sabiendo que han logrado incomodar a la máquina, que se cierra y busca una nueva confrontación. Algunos hombres, poseídos por el alcohol y la fiesta, buscan a quien jugarle bromas; ven un objeto que pestañea todo el rato, saben que está sorprendido por todo lo que observa y preparan “el susto”. Se acercan en avalancha y sacuden sus cuerpos para ser vistos, una persona sobresale y se burla, extiende sus brazos y, después, le da la bienvenida a la celebración. El aguardiente hace efecto... esta vez la irrupción termina en convivencia. ***

En la selva, las personas diminutas se pierden entre árboles que sostienen el cielo con sus copas. Los ruidos de los animales, de la lluvia, el viento y el silencio son escalofriantes. Los lacandones se esconden entre los caminos que con mucho esfuerzo logran ser vistos, están en las lagunas, en los caminos y en los claros que hay dentro de su entorno. Una vereda pequeña guía al ojo de vidrio hasta la laguna de Nahá —que significa casa del agua—, a un kilómetro del asentamiento lacandón. Este paisaje es de calma, el verde prevalece y el agua se vuelve un espejo que refleja la inmensidad del cielo. En el centro de la laguna, una vieja canoa de madera flota pasiva, como pluma en el viento, se va dejando llevar.

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Pepe Castillo. Monte Líbano. 1943. # 004399. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.


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La iglesia del pueblo. Santiago. 1974. # 959. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C. Página opuesta: Lacandón con arco. Jataté. S/f. # 004016. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C. 30


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Mujeres vestidas para la fiesta. Aguacatenango. 1957. # 004614. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C. Página opuesta: Mujeres jóvenes. Finca El Real. S/f. # 007226. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C. 32


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Indígenas corriendo en carnaval. Chamula. S/f. # 004722. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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El ojo logra darse cuenta de que alguien se esconde ahí y le grita… Un niño, extrañado por el llamado que detuvo el silencio que abundaba, se asoma de entre la punta de la canoa y voltea. El contacto dura unos segundos. Con pleno afán de seguir hipnotizado por la calma, ignora al ojo y vuelve a su momento de paz. Se recuesta nuevamente y flota hasta que la tarde llegue, cuando el sol se esconda y las estrellas se fijen en la manta de agua. Para entonces tomará una pieza de ocote, la encenderá y con el rostro iluminado de rojo atravesará el paraje para regresar a su champa. Los caminos no son peligrosos, los dioses antiguos lo acompañan. ***

En el día se caminan kilómetros para llegar a la milpa; las tierras no están dentro de la comunidad, hay que atravesar a pie y con machete las veredas. Una red tradicional cruza el cuerpo; tortillas, pozol agrio, chile y frijoles darán el alimento del día. La milpa es sagrada, la siembra es un regalo de los dioses. El ojo que explora camina largas distancias con los lacandones, busca ciudades perdidas, rocas grabadas por los antiguos, lagunas escondidas y entender los secretos de ese mundo. En los claros de la selva se dan las pausas. Los hombres gustan de contemplar sus ruidos y de contar las historias de sus dioses. Aman la selva milenaria y la protegen, pues les fue heredada. El ojo está cautivado: los niños le sonríen, mientras algunos hombres muestran su serenidad y otros cazan con sus arcos. Cuando el cielo se nubla saben que el dios Metzabok se acerca, pues coloca las nubes para indicar y fijar sus pasos. El cielo retumba plum plum plum y los destellos de sus pisadas se logran ver. Un rumor recorre los senderos, como si un ejército de hormigas se acercara, y luego se hace presente con una tempestad que los encierra y reinicia el tiempo. ***

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En los carnavales y las procesiones, estar pendiente del ojo es tarea que nadie realiza. Que el ojo recorra lo que quiera, la importancia no está en vigilarlo, sino en atender la ceremonia, ese tiempo es urgente. Hombres, mujeres y niños acuden con sus ropas tradicionales y de fiesta; hay que agradar al santo que rige la vida. Los rostros se vuelven ceremoniosos, muestran otra faceta. Aquí el ojo es ignorado, no existe, es cosa. Si quiere, que se acerque, pero que no interrumpa. Una comitiva realiza la procesión del santo, incensarios y copal anuncian al cielo la festividad; algunos hombres cargan a la figura. Las autoridades tradicionales marchan en conjunto con sus esposas, quienes van al lado del santo. Ellas serán las encargadas de los rezos; los hombres, de la fiesta. Los músicos, con sus guitarras, flautines y tambores, van en comparsa al final del grupo. En Chamula el carnaval es alegría, corren a toda prisa subiendo una loma donde se encuentra el ojo; pasan a gran velocidad cerca de él, la emoción lo invade y se dispone a recorrer el pueblo, que es pequeño. Camina por las viejas chozas de bajareque, de adobe y techos de paja. La fiesta sigue. Las festividades terminan. Los músicos, los alféreces, los sacerdotes, las autoridades tradicionales y las rezadoras regresan a la vida cotidiana. Una familia descansa de la fiesta y no le importa que el ojo los observe. Ya pasó lo urgente. El ojo termina y descansa. Los ha inmortalizado. n

Página opuesta: Celestino. Lacanjá. 1964. # 003440. © GERTRUDE DUBY / ARCHIVO NA BOLOM, A.C.

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portaFolio

Cinzia Naticchioni Rojas

LA OBSESIÓN DEL REFLEJO

Pedro Anza

M

iles de años atrás, probablemente decenas de miles o quizá en este mismo instante, el adivino ciego Tiresias advierte a la ninfa Liríope, quien ha concebido a un niño llamado Narciso, después de haber sido forzada por el dios-río Cefiso, que su hijo tendrá una vida longeva y vigorosa siempre y cuando éste no se contemple a sí mismo. Narciso tiene una belleza extraordinaria que enamora a hombres y mujeres, ninfas, diosas y mortales, pero él, embebido de sí mismo, suele desairar sus cumplidos y peticiones; un día, descansando a la orilla de un lago, el joven se asoma a éste y mira en él su reflejo, queda encandilado ante su imagen y la belleza que de ella emana. Su imagen es su perdición, se aferra a ella, batalla por asirla, por abrazarla y, aunque muy rápidamente se da cuenta de que no puede alcanzarla, no desiste de ese intento que lo drena y lo vacía de fluidos. Obseso de su imagen, desesperado, tira lágrimas al estanque que se deforma angustiándolo aún más, ¿dónde está su bella figura?, no queda de ella sino una masa amorfa, redobla su esfuerzo insensato confundiendo lo real con lo transitorio, como si lo que el agua le reflejara fuera su alma y no su forma impermanente. Ya sin fuerzas ni ápice de templanza, Narciso se arroja al estanque y muere en el agua, de donde surgió. No muy lejos del lago donde Narciso se contempla, en Roma, Italia, la fotógrafa italo-mexicana Cinzia

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Naticchioni Rojas contempla su imagen nacer y morir frente a ella misma, pero a ella en cambio, esto la fascina. Está asomada a un cubo de hielo en donde las sales de hierro hacen emanar su propio rostro en azul turquesa, el tiempo y la temperatura lo sostienen por unos minutos ante sus ojos, pero tras apenas algunos pestañeos, con el deshielo, su rostro naciente comienza a deshacerse, va volviéndose una mancha amorfa cada vez más azul, improbable sugerencia de facciones concretas, hasta desaparecer por completo en el agua de donde, como nuestro antihéroe, surgió. Utilizo un congelador que tengo en el laboratorio, me lleva un par de días preparar el hielo, casi siempre utilizo cianotipia fresca. Cuando el hielo ya está hecho pongo la emulsión y luego hago las impresiones, después de hacer la impresión, se va deshaciendo el hielo más o menos entre los veinte y treinta y cinco minutos, me lleva un par de días hacer las cianotipias.

Los rostros en cianotipia de Cinzia mueren jóvenes, sin canas ni arrugas, sin signos de descomposición ni rastro de vicio y desenfreno alguno, pero aun con esto desafían la tradición de los procedimientos fotográficos por el simple hecho de que nacen y mueren en sí mismas, y esto con apenas con un empujoncito de su autora. Por unos momentos, para Cinzia, parecen cobrar vida propia, ser independientes, y entonces decaen,


Figura entera, de la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

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Autorretrato 1. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

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Autorretrato 2. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS


Autorretrato 3. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

se van, se esfuman como todo se esfuma y de ellas nada queda como nada queda de nada. Una fotografía es siempre igual a sí misma —nos dice Cinzia—, es estática, no se transforma en el tiempo, es una fotografía y ya está, se ha inventado el fijador para fijarla, para que quedara así, y yo pensé en trabajar con una imagen fotográfica que se transforme en el tiempo, como si estuviese viva, quiero una imagen viva, ¿cómo puedo hacerlo?, ¿cómo puedo conseguir esta cosa?

El narcisismo de su obra es distinto al de aquel que se buscaba en el reflejo del lago aferrado a la permanencia ilusoria de su silueta. Las cianotipias de Cinzia revelan esa búsqueda de sustancia y contenido, y no sólo de forma y apariencia en la imagen. Cada vez que saca del congelador un nuevo cubo de hielo y vuelve a ensayar la misma imagen, Cinzia se

Autorretrato 4. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

sorprende otra vez, la imagen nunca es la misma, difiere de aquella otra en cómo deviene, en cómo Es, y a su vez, de forma distinta a la anterior cesa su exis­ tencia, es decir, deja de Ser. Esta dialéctica shakesperiana entre el Ser y el no Ser de las imágenes cautiva a la artífice de estas cianotipias en hielo, el propósito de sus experimentos es más el de reconocer en sus impresiones, aunque sea como una sugerencia tangente, el Ser de la imagen, el sustrato que la posibilita bajo cualquier proceso fotográfico y no el de buscar meramente su reproduc­ ción técnica. En su Narciso, Cinzia da luz a cosas y no información, su exploración por los límites de la tradición fotográfica intenta otorgarle a sus imágenes una condición de objetos que nacen y mueren con un va­ lor en sí mismos y no sólo al amparo de la referencia:

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Autorretrato 5. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

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Autorretrato 6. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS


Autorretrato 7. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

la imagen fotográfica es testimonio de otra cosa, a mí me gusta reflexionar sobre la fotografía como material, quiero que sea un objeto con su identidad, ya el referente no es otra cosa, se refiere a sí misma, cuando se habla de fotografía concreta es esto, la fotografía para la fotografía.

El advenimiento de un mundo cada vez más digitalizado ha impreso marcadas pautas para mirar las fugaces imágenes que aparecen en las pantallas, los estanques digitales en donde nos asomamos a contemplar nuestro perfil deslizando los dedos sobre sus superficies, ¿cuántas manitas arriba?, ¿cuántas manitas abajo?, nuestros mil rostros de ayer, de antier y de hace dos semanas siguen guardados y circulan en un mercado que los valorará y dictaminará entonces mediante el consenso si se Es o no se Es.

Autorretrato 8. De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

El mitólogo Joseph Campbell, en su obra El héroe de las mil caras, escribía que “la última encarnación de Edipo, el continuo romance entre la Bella y la Bestia, estaban esta tarde en la esquina de la calle cuarenta y dos y la Quinta Avenida, esperando que cambiara el semáforo”, de la misma forma y precisamente por esa cualidad atemporal de la estructura mítica, podemos reconocer algo de nuestro tiempo en el espíritu del relato de Narciso, y haciendo un guiño a otro personaje de dicha narración, nos llega el Eco del adivino ciego Tiresias, advirtiéndonos de los peligros de la fijación en la propia imagen. La obra de la fotógrafa italo-mexicana Cinzia Naticchioni Rojas nos abre un signo de interrogación: ¿podemos fiarnos de los reflejos?, o acaso tendremos que buscar la esencia de la imagen en otro lugar que no sea en ésta. n

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De la serie Narciso. © CINZIA NATICCHIONI ROJAS

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enMovimiento

De la Cineteca Nacional

LA COLECCIÓN MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES Elisa Lozano

I

nstitución fundamental en el resguardo, conservación y difusión del patrimonio fílmico, la Cineteca Nacional abrió sus puertas al público hace casi medio siglo; sobre su origen, Tzutzumatzin Soto Cortés, responsable del área de Acervos videográfico, iconográfico y digital, apunta: El acervo iconográfico de la Cineteca Nacional comenzó a formarse a partir de la fundación de la institución en 1974, gracias a donaciones y adquisiciones diversas de fotografías, carteles y fotomontajes, sin contar con un departamento de preservación o catalogación específico que se encargara de este tipo de soportes. A partir de 1984, después del incendio de las instalaciones de la Cineteca en 1982, se realiza una convocatoria para que cineastas, productores, distribuidores y la sociedad civil hicieran aportaciones al acervo fílmico, pero también al iconográfico. Es así que la idea de

En 1939, la revista Hoy dedicó un reportaje al pequeño Manuel Gutiérrez, Mariachito. En esas páginas se comentaban aspectos de su infancia y su temprano inicio en la fotografía, como aprendiz de Ismael Casasola. © ARCHIVO FÍLMICO AGRASÁNCHEZ.

reconstruir un acervo que diera cuenta de la producción cinematográfica y su distribución en México se enriqueció también con soportes “no fílmicos”. Es en 1998 que se emprenden proyectos de preservación específicos para las colecciones no fílmicas de la institución, con el objetivo de estabilizar los materiales y contribuir a su conservación.

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Desde el 2006, la catalogación de las colecciones se reúne en una base de datos unificada del área de acervos. Esta base se ha desarrollado a la par de la catalogación fílmica, lo que ha contribuido a la integración de los distintos tipos de materiales (junto con los materiales fílmicos y videográficos). El acervo se conforma por carteles, fotomontajes, fotografías, tanto diapositivas como negativos y positivos; fotografías digitales, dibujos, equipo tecnológico en desuso y otros objetos relacionados con la cinematografía. El archivo resguarda material gráfico (publicitario, de rodaje, periodístico y álbumes personales) relacionado a la producción nacional en sus distintas formas de realización (ficción, documental, no ficción y animación), así como de la producción extranjera que ha sido exhibida en nuestro país, o bien ha sido un referente para cada una de las generaciones de nuestra sociedad.1

1 Tzutzumatzin Soto Cortés, Guía de Consulta del Acervo Iconográfico, México, Cineteca Nacional, México, diciembre de 2014, p.5. 46

Dos aspectos del rodaje de la película El inocente (1955). Pedro Infante escucha atento las indicaciones del director Rogelio A. González (arriba). El cinefotógrafo José Ortiz Ramos mide la luz a las actrices Sara García y Silvia Pinal, ante la mirada de Óscar Ortiz de Pinedo (abajo). CINETECA NACIONAL. © MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES


Entre las numerosas colecciones que alberga la Cineteca Nacional, destaca la Manuel Gutiérrez Paredes, un singular personaje cuya vida está asociada desde edad temprana al fotoperiodismo y a las revistas ilustradas, como da cuenta el artículo Ayer, arriero, hoy, aprendiz de fotógrafo, aparecido —sin crédito del autor— en la revista Hoy del mes de marzo de 1939.2

Gutiérrez, en las tareas del campo; posteriormente, preocupado por el futuro de su hijo y con la familia instalada en la Ciudad de México, el señor Gutiérrez solicita un empleo para el muchacho a su amigo periodista Santiago Garibay, quien al verlo ataviado con camisa y pan­ talón de manta, jorongo de lana y sombrero de palma, lo bautiza como Mariachito —apodo que conservará siempre— y le consigue entrar a la

pre favorito del destino”, se lee en el artículo antes citado.3 El vaticinio se cumplió. La formación técnica y teórica junto a Casasola, aunada a su sensibilidad y buen ojo, abre al joven las puertas de otras publicaciones. De ello da cuenta puntual Oralia García Cárdenas, notable estudiosa de la obra del fotógrafo, quien señala:

revista Hoy. Nacido en Zacatlán, Puebla, en 1924, desde pequeño Manuel ayuda a su padre, Daniel

2 Agradezco a la investigadora Xóchitl Agrasánchez el envío del mismo.

[…] Más tarde, colaboró con los fotoperiodistas

A partir de entonces, Manuel será aprendiz de Ismael Casasola, “paciente maestro, que espera hacer de El Mariachi un fotógrafo de capacidad, que no se arredre y que esté bien enterado de que un reportero gráfico es siem-

hermanos Mayo: Julio, Cándido, Faustino y

3 Sin crédito de autor. Ayer, arriero, hoy, aprendiz de fotógrafo. Hoy, marzo de 1930.

Durante un descanso en la filmación de Ensayo de un crimen (1955), el fotógrafo captó al cinefotógrafo Agustín Jiménez, Ernesto Alonso, Miroslava (protagonistas) y al director Luis Buñuel. CINETECA NACIONAL. © MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES

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Hoja de contactos de la filmación de la película La liga de las muchachas (1950), en la que, entre otros, se observa a Miroslava, Conchita Carracedo, las hermanas Elsa y Alma Rosa Aguirre, Rosina Pagán, figurantes; Fernando Cortés, director de la cinta, con las actrices citadas, técnicos, el cinefotógrafo Agustín Martínez Solares, así como Ramón Pereda, Fernando Soler y Tito Gout, de visita en el set. CINETECA NACIONAL. © MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES

Pa­blo, y trabajó también con los fotorreporteros Aurelio Montes de Oca, y Enrique Díaz en la década de los 50. Como fotógrafo de prensa colaboró en las secciones de espectáculos y

A lo largo de su actividad profesional, Manuel Gutiérrez Paredes exploró con su cámara el mundo del espectáculo, la política y el deporte, y conformó un nutrido acervo.

deportes, en especial en la Revista de América (1955-1959), Ídolos del Deporte (1964-1966), y

en Historia México, Escuela Nacional de Antro-

para el periódico Siga. Sirviendo a la verdad (1957-

pología e Historia, 2014. Sobre lo referente al

1970).4

movimiento estudiantil del ’68, de la misma autora, véase el artículo: “El 68 desde otra ópti-

4 Oralia García Cárdenas. Una mirada desde el poder:

ca. La colección Manuel Gutiérrez Paredes”, en

El movimiento estudiantil de 1968 en la lente de

Alquimia, año 14, núm. 42, mayo-agosto. Cona-

Manuel Gutiérrez Paredes. Tesis de Licenciatura

culta-inah, México, pp. 48-55.

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Luego de su muerte, acaecida en 1982, su hermana, Celia del Carmen Gutiérrez Paredes, decidió dividirlo en tres partes para su venta. La primera, que nos ocupa, fue adquirida en el año de 1998 para formar parte del acervo de la Cineteca Nacional y se refiere a diversos aspectos de la producción fílmica nacional, imperantes en el periodo 1948-1976. Se observan ahí rodajes en el interior de los estudios y en locaciones, reportajes de actrices y actores en la intimidad de su hogar, ceremonias de entrega de premios, el que-


La pequeña María Gracia, protagonista de una saga de filmes sobre La caperucita roja, dirigidos por Roberto Rodríguez, en una locación. CINETECA NACIONAL. © MANUEL GUTIÉRREZ PAREDES

hacer cotidiano de los distintos departamentos y sus equipos técnicos: dispositivos de ilu­minación, cámaras, micrófonos, equipos de sonido, etcétera. Se trata de un valioso registro visual compuesto por miles de negativos, positivos blanco y negro, y diapositivas a color que cualquier persona interesada en el cine mexicano puede consultar con previa cita.5 5 Para solicitar una cita escriba al correo: docu-

Las otras dos partes de la colección de Manuel Gutiérrez Paredes fueron adquiridas por la Fototeca Nacional —lo referente a temática deportiva— y por el Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que destacan las imágenes que Manuel Gutiérrez Paredes hiciera sobre el movimiento estudiantil del 68, como fotógrafo de la Secretaría de Gobernación durante el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). n

Cuartoscuro agradece la valiosa colaboración y testimonio de Dora Eugenia Moreno Brizuela y Tzutzumatzin Soto Cortés, respectivamente, je­fa de Acervos y responsable del área de Acervos videográfico, iconográfico y digital de la Cineteca Nacional, así como de Xóchitl Fernández, coordinadora del Archivo Fílmico Agrasánchez.

mentacion@cinetecanacional.net

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enPerspectiva

Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter

LA MIRADA DE ANDREA Carolina Romero

A

ndrea Murcia, fotoperiodista de Cuartoscuro, fue galardonada con el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter en la categoría de Foto y Caricatura por su imagen Bárbara 8M; el certamen estuvo dedicado al tema “Violencias de Género y Mo­ vimientos Feministas”, con la intención de contribuir a visibilizar y motorizar este proceso de transformación social. El ojo de Andrea captó a una pequeña niña que vo­laba su papalote mientras corría sonriente por el Zóca­lo de la Ciudad de México; al fondo, la palabra feminicidio estaba escrita en una muralla que las auto­ ridades colocaron alrededor de Palacio Nacional para resguardar el inmueble de las protestas feministas durante el pasado Día Internacional de la Mujer, misma que se convirtió en un memorial siempre inconcluso para las miles de víctimas de ese delito en el país. En poco tiempo, la fotografía se hizo viral y se convirtió en emblema de esperanza e inocencia en medio de la situación de inseguridad y violencia de género que impera en México.

“Mientras otros fotógrafos y camarógrafos buscaban la foto de la valla, algo histórico y doloroso, ahí estaba una niña que jugaba. Comencé a tomarle fotos. Honestamente, entonces todavía no conectaba mis ideas. Quería fotografiarla con la alegría con la que volaba su papalote. “Detrás de nosotras había una muralla de metal con nombres de mujeres y niñas que ya no volvieron a casa… no alcanzaba para todos los nombres, no hay suficientes monumentos y palacios que alcancen pa­ra contarlas a todas”, comenta la fotógrafa, quien recibió el premio de manos de la periodista Carmen Aristegui, presidenta del jurado, y del embajador de Alemania en México, Peter Tempel. El segundo lugar fue para Salvador Cisneros Silva por su fotografía Cicatrices de la violencia, publicada en el periódico El Universal; mientras que el tercer lugar lo obtuvo Sáshenka Gutiérrez Valerio por su imagen Fuimos Todas, publicada en la agencia efe. n

Andrea Murcia, fotógrafa de Cuartoscuro, junto con la periodista Carmen Aristegui, presidenta del jurado del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter, y el embajador de Alemania en México, Peter Tempel. © MARIO JASSO/ CUARTOSCURO.COM 50


Bárbara 8M. © ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

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TiendadeLuz

realme 8 Pro

ELEVA TU CREATIVIDAD HASTA LOS 108 MEGAPIXELES

E

ncapsular la belleza mexicana en 108 fotos de 108 megapixeles fue el objetivo por el cual más de 100 expertos se unieron a “Captura el infi­nito por México”, una campaña de la firma asiática realme para difundir la potencia y alta tecnología de su nuevo lanzamiento, el realme 8 Pro. Desde las áridas tierras del norte del país hasta las soleadas playas del sur, las imágenes que aquí se presentan conforman un recorrido por las maravillas que nos rodean y son un reflejo de aquello que estamos a un clic de capturar para siempre. Pero, además, sorprenden… pues todas fueron tomadas con un celular. Y es que esa es la promesa del realme 8 Pro: poder fotografiar el infinito empleando solamente la cámara de un smartphone. Lo que hace atractivo y diferente a este teléfono es que está equipado con un módulo de cámara cuádruple de 108 megapixeles, sistema que permite a los

fotógrafos tener múltiples opciones de captura, ya que está compuesto por un lente principal de 108 mp; un gran angular de 8 mp, para no perder ni un detalle; un lente macro de 2 mp, para tomar espectaculares fotos de cerca a tan sólo 4 cm, y un lente monocromático de 2 mp que da elegancia y presencia a las fotos. Además, el sensor isocell hm2 de Samsung que tiene el realme 8 Pro ofrece una gran mejora de brillo para las imágenes, por lo que, tanto de día como de noche, el usuario podrá tomar fotografías claras, vivas, realistas y con una resolución máxima de 12 mil pixeles por 9 mil pixeles. Entre sus múltiples funciones, destacan el efecto diorama, nuevos estilos de retrato y el modo constelación, el cual consiste en un video con time lapse, el cual captura 30 fotos en 480 segundos. Sin duda, este equipo es una herramienta de alta calidad y potencia en la palma de las manos. n

Página opuesta: 4 am en el Popo. Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © FAUSTO DANIEL HERNÁNDEZ ORTIZ

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Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © ÓSCAR D. JIMÉNEZ

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Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © ALEXIS SANDOVAL


Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © DANIEL AGUIL AR

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Valle de Chalco. Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © CARLOS BORJA VÁZQUEZ

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Derecha, arriba: Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © EFRÉN E. CRUZ

Derecha: Fotografía tomada con un realme 8 Pro. México, 2021. © BRANDAO LEVIR 57


cuadrOscuro Las imágenes que conforman la muestra 2020: Crónica de una pandemia, de Santiago Arau en colaboración con otros fotógrafos, sirven al espectador como una suerte de archivo histórico que muestra el devenir lineal del antes, durante y después del año 2020, el cual cambió la vida de todas las personas en el mundo. En la exposición, que se encontrará abierta en el Museo Interactivo de Economía (mide ) de la Ciudad de México hasta marzo de 2022, participan Graciela López y Andrea Murcia, fotógrafas de Cuartoscuro. © GRACIEL A LÓPEZ/ CUARTOSCURO.COM

Abajo, enmedio: Las historias que nos cuentan familiares de enfermos, sobrevivientes, personal de salud y fotoperiodistas a través de las imágenes ganadoras y seleccionadas del Concurso Nacional de Fotografía Periodística y Documental Cuartoscuro 2021 “Tiempos de Pandemia” se presentan en exposición en la Fototeca de Zacatecas Pedro Valtierra hasta el 28 de enero de 2022. © DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ

A través de más de 400 imágenes de la colección de Francisco Toledo (1940-2019) y de otros autores, la muestra Lu’ Biaani explora el papel de la fotografía en el universo creativo del artista plástico oaxaqueño y busca reconocer de manera integral la impronta de Toledo en ese ámbito. La exposición, que se realiza en el marco del XXV Aniversario del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (cfmab ), permanecerá abierta al público en el Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México, hasta el 27 de febrero de 2022. Manuel Álvarez Bravo y Francisco Toledo, CFMAB Murguía, Oaxaca, 1996. Plata gelatina, 165 x 110 cm. © GRACIEL A ITURBIDE/ COLECCIÓN TOLEDO DEL CFMAB

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Izquierda: Hasta el 27 de marzo del próximo año, el Centro de la Imagen (ci ) presenta la exposición de la xix Bienal de Fotografía 2021, que reúne las 25 propuestas seleccionadas en tres lecturas: lo colectivo, la veladura y las territorialidades. Otras exhibiciones simultáneas en el recinto son Autorretrato con consciencia: mujeres, género y feminismo, una selección de obras fotográficas pertenecientes al acervo del ci , así como Yo en 2020, 2020 en mí, una muestra colectiva que a través del autorretrato configura un retrato colectivo de la experiencia del año 2020. © ANDREA DÍAZ PERZACHE/ CORTESÍA CENTRO DE L A IMAGEN

Izquierda, en medio: El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, en Oaxaca, abre sus puertas a la exposición Archivo de Mañana. La Revista de México, la cual reúne el trabajo de distintos autores que colaboraron en la publicación, hasta el 21 de febrero de 2022. Orquesta típica. Puebla, México. Plata gelatina. Archivo de Mañana. La revista de México. © NACHO LÓPEZ. FONDO ROBERTO DONIS. COLECCIÓN TOLEDO DEL CFMAB

Derecha: El fotógrafo Javier Verdín fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Fotografía por su trabajo Niños armados en Guerrero, el cual fue publicado en la agencia Cromática, la imagen relatora de la realidad. Para Verdín, haber recibido este galardón fue como respirar una bocanada de aire fresco en medio de las difíciles condiciones laborales para los periodistas en México. © JAVIER VERDÍN / CROMÁTICA, L A IMAGEN REL ATORA DE L A REALIDAD

Izquierda: Los experimentos de doble exposición que caracterizan la obra de Taeko Nomiya, fotógrafa mexicana con ascendencia japonesa que ha encontrado en esa técnica la oportunidad de explorar su dicotomía cultural, pueden apreciarse en la exposición Vida Real/ Dual, que se presenta en la galería Maia Contemporary, en la Ciudad de México, hasta el 30 de diciembre próximo. Consomé de torafugu. © TAEKO NOMIYA

Ya están abiertas las inscripciones para la decimoquinta edición de los premios Sony World Photography Awards, certamen organizado por Sony y la Organización Mundial de la Fotografía. A fin de reconocer al talento latinoamericano, este año se realizará la tercera entrega del Latin America Professional Award y se incluirá por primera vez el reconocimiento ​​Latin America National Award. Consulta los detalles de la convocatoria en www. worldphoto.org De la serie Deporte y diversión en un lugar de guerra y miedo. República Árabe Siria. Imagen ganadora de la categoría de D eportes de los Sony World Photography Awards 2021. © ANAS ALKHARBOUTLI 59


delasMejores Con la coreografía Coahuila a través del Tiempo, la Compañía de Danza Folklórica Nahucalli se presentó en el Festival Internacional Cervantino. Los bailarines ejecutaron distintas piezas de danzas tradicionales de las cinco regiones que pertenecen a ese estado del país. Guanajuato, Guanajuato. Octubre 18, 2021. © DANIEL AUGUSTO/ CUARTOSCURO.COM

Página opuesta, arriba: Miles de devotos de San Judas Tadeo, patrono de las causas perdidas, acudieron a su iglesia en la alcaldía Cuauhtémoc para festejarlo en su día. Con esculturas, cuadros, playeras, medallas y cubrebocas del santo, mujeres, hombres, adultos mayores, niñas, niños y adolescentes se dieron cita para pedir un milagro, o bien, pagar una manda. Ciudad de México. Octubre 28, 2021. © GALO CAÑAS/ CUARTOSCURO.COM

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Página opuesta, abajo: La jornada de vacunación contra la influenza estacional dio inicio en el Hospital Materno Infantil, con prioridad para mujeres embarazadas y menores de edad. Guadalupe, Nuevo León. Noviembre 3, 2021. © GABRIEL A PÉREZ MONTIEL / CUARTOSCURO.COM


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delasMejores Habitantes del pueblo de San Andrés Mixquic realizaron la tradicional alumbrada para despedir a los santos difuntos durante las celebraciones del Día de Muertos; adornaron las tumbas de sus seres queridos con flores de cempasúchil y velas. Ciudad de México. Noviembre 02, 2021. © DANIEL AUGUSTO/ CUARTOSCURO.COM

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