Revista Número 5

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Revista literaria · N° 05 · Diciembre 26 · 2015

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Revista literaria Demencia Año 1, N°5, Diciembre de 2015, es una publicación quincenal editada por el equipo editorial de Demencia. Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. www.revistademencia.wordpress.com Directora y editora responsable: Daniela Cadavid Libreros. Todos los textos e imágenes usados en esta revista se han usado bajo licencia de los creadores, licencia Creative Commons zero o Creative Commons with attribution. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de Revista Demencia o de los respectivos autores.


SUMARIO

Demencia N° 05 · Diciembre 2015

Contenido textual Ana Larraz Gale Carlos Fernando Imbachi Gamba Carlos Rasero Rodríguez Catalina Hernández García Daniel Gonzalez Escobar Daniela Cadavid Libreros Daniela Thann Dionisio López Ramos. Jenny Fernández José Luis Acosta José Manuel Martínez Vivas Luigi Steven Ortiz Gómez Marian Cañibano Patrick Ericson Rita Gardellini Temoltzin Santillan Padilla

Fotografías Pág 14 - Bianca Aparicio Pág 22- Bad Santa / Wallpaper Pág 24 - Unplash / Jamieson Weaver Pág 27 - Jennifer Studios Photographies. Pág 28 - Unplash / Bernadette Gatsby Pág 29 - Unplash / Patrick Hendry Pág 30 - Unplash / Chelsea Francis Pág 34 - Unplash / Robert Ostheimer Pág 40 - Ryan McGuire Pág 42 - Elisabetta Foco Pág 44 - Wayne Dery. Pág 46 - Unplash / Ryan McGuire Pág 48 - Mississippi Department of Archives and History Pág 50 - Dionisio López Ramos. Pág 54 - New Old Stock / Preus museum Pág 55 - Daniela Cadavid Libreros.

Dirección y edición

Daniela Cadavid Libreros

Corrección de estilo Amelia Nyan.

Diseño y diagramación Daniela Cadavid Libreros

08 El cuerdo loco Rabia y miedo, El árbol del elegido. Lee el cuarto capitulo de esta historia. En esta edición: Daniela Thann.

14 El Telón de la Luna Entrevista a Bianca Aparicio Vinsonneau, autora de “las sombras de África” por Daniela Cadavid Libreros.

22 En el ínterin Un lugar donde todo tipo de magia puede suceder. En esta edición: José Luis Acosta Fernández y Rita Gardellini.

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Nature Morte Aux Cerises

Naturaleza muerta con cerezas, un espacio para opinar sobre el mundo real e imaginario. En esta edición: Jenny Fernández y Jóse Manuel Martinez Vivas.

24 Kaleidoscopic Cats

¿Hasta donde puede llevarnos nuestra imaginación? En esta edición Carlos Rasero Rodríguez.

32 El juego lúgubre Para los curiosos que andan en busca de nuevo material, o para los ~3~

Portada: Ilustración por Yesid Flauterus. despiados criticos de la ciudad. En esta edición: Ana Larraz Gale.

40 La caja oblonga Un mundo donde los cuentos pueden cambiar la realidad que los rodea. En esta edición Marian Cañibano y Luigi Ortiz Gómez.

48 La Inmaculada Letras que suenan como la música de las esferas. En esta edición: Carlos Fernando Imbachi y Dionisio López.

52 El jardín del poeta Nuevos poetas que abren de a poco su lienzo hacia el mundo. En esta edición Patrick Ericson y Temoltzin Santillan Padilla.

54 Correo Mensajeros Dementes que viajan entre las olas. En esta edición: Daniel Gonzalez Ramos y Catalina Hernandez.


Colaboradores Ana Larraz Gale. Zaragoza (España) Orgullosa de sus orígenes en su novela “La Fotografía. Historia de un soldado 1936-1937” narra las aventuras y desventuras de un joven agricultor aragonés desde que es movilizado por el ejército nacional; tal y como las cuenta en sus cartas. El lanzamiento del libro será en Febrero de 2016. Carlos Fernando Imbachi Gamba. Santander de Quilichao (Colombia) Escritor de versos y cuentos químicamente alterados. En su tiempo libre dibuja sonrisas, crea sueños, toca el cello y la guitarra y usa bata blanca de científico loco. Tiene un blog propio llamado Tobogán de ideas y escribe para cartas en un sombrero. Carlos Rasero Rodriguez. Sevilla (España) 1983 Su nacimiento poético es un poco nubloso, es parte de esa música infartada que la ciudad desprende, de esos intentos de mejorar sus pasos de baile en esta danza que es la poesía. Escribe porque decidió escribir y contar historias le hace libre. Daniel Gonzalez Escobar, Bogotá (Colombia) Es un joven de 14 años que ama las artes. Un demente apasionado, su sueño es ser algún día un reconocido artista, estudiar fotografía, diseño gráfico, escultura y pintura. Sus mayores gustos son la lectura (acompañada de un té o un café y un poco de rock) y el anime. Daniela Cadavid Libreros. Santander de Quilichao (Colombia) Diseñadora gráfica, editora en jefe de revista Demencia, Telonera de la Luna, poeta y soñadora de tiempo completo. En los ratos libres imagina monstruos en las aceras e inventa imposibilidades. Número de la suerte: 21. ~4~


Daniela Thann. Desde los confines de Internet. Líder suprema de una secta, vaga profesional y crítica literaria en La pluma insolente. Entre sus habilidades está escribir chorradas, invocar peña extradimensional la hostia de loca y autodenominarse cosas sin tener ni puta idea de lo que son, como por ejemplo artista conceptual. Dionisio López Ramos (España) Escritor aficionado, se identifica con los relatos cortos y los micros. Le gustan los piropos, dichos, refranes y reflexiones. Escribe en varias páginas relacionadas con la literatura en facebook; siendo una de ellas París Poesía Artes y Letras la más activa, la cual le concedió la participación en la Semana Internacional de Poesía. Jenny Fernández Serramito (España) Escritora imparable, no porque no haya fracasado nunca, sino porque siempre sigue adelante. A sus 19 años todavía cree en el amor y aunque no crea en las historias de amor, vive en una cada día. Tiene la misma memoria que Dori en “Buscando a Nemo” por eso escribe y fotografía cada momento. Muchos afirman que está loca.” José Luis Acosta Fernández (España) 42 años Electrónico e informático. Trabajó cinco años como periodista gastronómico para la revista La Sidra y ha publicado multitud de microrrelatos y poesías en diversas editoriales españolas. Actualmente está inmerso en un proyecto de novela que aúna el realismo sucio, el terror, y la ciencia ficción. José Manuel Martínez Vivas (Colombia) Estudiante de secundaria, edad: 14 años, apasionado por la música pop, indie y alternative, amante de la soledad, de la comida y de películas, lector de novelas modernas. Luigi Steven Ortiz Gómez (Bogotá, Colombia) Estudiante de ingeniería. Amante de matemática, física, filosofía y psicología. La literatura ha sido su escape, pasión y sueño. Piensa en la infinidad del universo expresada en términos matemáticos. Está seguro que “no hay lado oscuro en la luna, de hecho todo es oscuro” (Pink Floyd). ~5~


Marian Cañibano. Natural de Portugalete, Bizkaia (España) Apasionada de la lectura desde que tiene uso de razón, compagina su trabajo por cuenta propia con el placer de escribir. Patrick Ericson. Alhama de Murcia (España) Escritor de pura cepa. Es autor de novelas como Maleficium (2012), Oro Blanco (2015), entre otras. Le gusta escribir bajo la luz de las farolas, desentrañar misterios, naufragar en la historia y en la política. En 2010, le fue otorgado, en su localidad, el Premio “Cope Espuña”; una mención honorífica a su trayectoria literaria y en 2014 ganó el LIX JUEGOS FLORALES SAHUAYENSES (México) Rita Gardellini. (Argentina) Escritora Argentina, docente investigadora y directora de escuela primaria estatal. Autora de las novelas “Después de comer perdices o por qué las mujeres son boludas e insisten en enamorarse” (2011), y “No dejes que muera (2009).” Temoltzin Santillan Padilla. (México) 35 años Estudio Letras Modernas ( Italianas) en la facultad de filosofía y letras de la UNAM, influencias principales Fernando Pessoa, Leopoldo María Panero, Xavier Villaurrutia, Luis Cernuda entre otros; la literatura y poesía son algo fundamental en su vida, cree en la libre creación, importa más el contenido que la forma. Yesid Flauteros (Bogotá, Colombia) Estudiante de diseño gráfico. Joven enamorado de la literatura de terror y de las culturas antiguas que en su tiempo libre busca la mejor manera para realisar voodo con el fin de apoderarse del mundo

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El cuerdo Loco Rabia y Miedo: El árbol del elegido Por Daniela Thann

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odo el salón real estaba repleto de telas escarlata y gente de todas las edades bailando, comiendo y conversando alegremente. Se acercaba el momento de las ofrendas y la fiesta estaba en su máximo apogeo.

Uno de los magos de la corte, Sarlatanos, miraba la sala con gesto grave, de pie, al lado del rey, que sentado en su trono, reía a carcajadas y zarandeaba su copa de vino al ritmo de la melodía que tocaban los músicos. Era evidente que aquel mago odiaba la fiesta de El Elegido. Le hacía sentir viejo y cansado; pero el principal motivo por el que la detestaba era el recuerdo de todas aquellas personas con las que ya no podía celebrarla. No obstante, año tras año aceptaba estar allí, a pesar de su gran habilidad para escaquearse de aquel tipo de eventos, porque sabía que si no aparecía, su hija Anya no se lo perdonaría. De vez en cuando ella le dedicaba, desde el otro extremo del salón, una sonrisa o una mueca burlona a las que él respondía alzando ligeramente la comisura de sus labios. Pese a todo era un gesto sincero, pues si algo era capaz de provocarle un sentimiento positivo, aparte de un libro valioso con la encuadernación intacta, era verla contenta. A ojos de su padre Anya era preciosa; era una de esas bellezas dulces y humildes, que no necesitaban adornos estridentes ~8~


para brillar. De todos modos eso último tampoco era posible, Sarlatanos no le permitía grandes lujos. No le faltaba de nada y vestía con buenas ropas, pero estas no llevaban muchos ornamentos, ni portaba joyas encima. El mago decía que las dos esmeraldas que adornaban sus ojos eran más que suficientes. Las puertas del salón se abrieron con gran estruendo y, como todo el mundo esperaba desde hacía rato, los nobles más jóvenes desfilaron hacia el trono. Todos con impolutas armaduras doradas, igual que los cabellos de la mayoría de ellos. Cuanta endogamia hay en la corte... y como se nota que se encargan de matar a los que salen deformes. No le faltaba razón. El porcentaje de recién nacidos misteriosamente muertos nada más nacer era increíblemente elevado entre la nobleza del reino; muchísimo más que el del resto de la población, pese a que el vulgo vivía en condiciones deplorables. Bien lo sabía Sarlatanos, aún se estremecía recordando los tiempos en que había formado parte de él. – ¡Adelante, adelante, mis queridos jóvenes! – Exclamó el Rey con un entusiasmo sin duda espoleado por el alcohol - ¿Que me habéis traído para conmemorar el aniversario de mi más importante antepasado? Un apuesto joven, con una cabellera color avellana que le caía sobre los hombros, se adelantó; saludó al monarca con una reverencia que precedió a la del resto de niñatos enfundados en metal y contestó: Mi señor, me temo que será imposible superar nunca las ofrendas que este año le hemos traído. Puedo asegurar, sin desmerecerle a vos, que serían dignas de ser mostradas ante el mismísimo Elegido, sangre de su sangre. – ¡Oh! ¡Oh! ¡Traedlas ya! – ordenó entre infantiles palmadas. – Dejaos ya de ceremonias ¿Habéis conseguido acaso el tesoro de un dragón anciano? Las mejillas del joven enrojecieron un poco.

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– No, mi señor,

– ¡Idiotas!

Ahora el monarca parecía algo decepcionado.

Avanzó a grandes zancadas, haciendo aspavientos y tirando lo que había encima de las mesas que se encontró a su paso. Le pegó un bofetón al chico y empezó a gritar rojo de rabia.

– Pero hemos dejado la mejor de ellas para el final. Y créame, aunque para conseguirla no haya sido preciso matar a un dragón, si hemos corrido un gran riesgo para – ¡Estos idiotas nos han traérosla. – Era más una metido en una guerra, en excusa que una insolencia. una guerra! ¿Oís? Los jóvenes se apartaron formando un pasillo, y por las grandes puertas de la sala empezaron a desfilar un sin fin de piezas de caza, cada una más grande que la anterior, ante la aburrida mirada del rey. Hasta que la última ofrenda entró en la habitación provocando exclamaciones entre casi todos los presentes. Quince mozos del servicio entraron cargando un enorme abeto, cuya base apenas cabía por las puertas. El joven de cabellos avellana sonreía satisfecho y el rey miraba el extraño regalo sin comprender nada. Pero Sarlatanos sí que lo había entendido.

El rey le contemplaba con gesto estúpido. Seguía sin entender nada. – ¿Cómo te atreves a ponerle la mano encima a mi hijo, rata bastarda? La que hablaba era una noble rubia con un vestido tremendamente pomposo, la señora Fos. – Su hijo, estúpida gallina emperifollada, nos acaba de meter en una guerra con los elfos, con la misma tribu con la que nos ha costado siglos, sangre y varias úlceras de estómago firmar un tratado de paz. – Espera, espera, me estoy perdiendo. – El rey dejó escapar un eructo. – ¿Que alguien me ~10~

explique qué pasa con ese árbol? El joven Fos, dejó de frotarse su dolorida mejilla y de mirar con odio a Sarlatanos por un momento, y dedicó una amplia sonrisa al monarca. – Yo se lo explico, mi señor. Como usted recordará, sin duda, la historia cuenta que su ancestro, el gran Lord Anotato Vlax, alias El Elegido, fue engendrado bajo un abeto gigante, gracias a la divina intervención de La Fuerza Eterna encarnada en un búho albino que inseminó a una humilde campesina, que en realidad era descendiente directa de un importante legado de los primeros portadores de la luz, que como bien sabrá... – Sí, sí, eso ya me lo sé, pero sigo sin entender la gracia de traer semejante pedazo de madera a mi corte. – Su alteza. – empezó la señora Fos – El valor de este presente radica en su rareza y su simbolismo. Antaño era


tradición que uno de estos abetos presidiera el salón durante la fiesta de El Elegido para conmemorar esa parte de la historia que mi hijo os ha explicado. Estos abetos siempre han sido raros, pero era posible conseguirlos si uno se adentraba suficiente en el bosque. Lamentablemente hace muchos años que tuvimos que prescindir de esa tradición...

– No, majestad, no solo fue por culpa de esos árboles. El comienzo de aquella guerra tuvo muchos catali... – Paró un segundo para pensar en una palabra que pudiera ser más comprensible para aquel cabeza hueca –...muchas causas, entre ellas que empezáramos a arrasar las zonas de bosque próximas a su asentamiento.

– Si, se tuvo que dejar de hacer precisamente porque la tribu con la que, repito, acabamos de firmar una tratado de paz después de una guerra de 300 años, estaba hasta las narices de que cortáramos árboles raros y centenarios para hacer semejante tontería con ellos.

No, maldita sea, no comprendes nada. Tienes 24 años, acabas de subir al trono y nadie te ha obligado a coger un maldito libro nunca. Ni siquiera sabes nada de la historia del reino que gobiernas. Nunca te enteraste de lo que ocurría fuera de estos muros o en las reuniones de estado que celebraba tu difunto padre mientras tú, babosa obesa e ignorante, malgastabas el tiempo rodeado de lameculos perfumados.

– ¿Hemos estado en guerra durante todo este tiempo por culpa de unos árboles? – Dijo el rey. Definitivamente, si hubieran sabido lo estúpido que ibas a ser gracias a la endogamia también habrías pasado a engrosar la lista de bebés muertos nada más nacer.

– Comprendo...

– Mi señor, le prometo que nadie nos vio cortar ese árbol y que valía la pena correr el riesgo para concederle tal honor. Su ~11~

majestad lo vale. – Dijo el joven. – ¿Nadie os vio cortar ese árbol? ¡Definitivamente eres el niñato más imbécil de todo el reino! – El color de la cara del mago empezaba a rivalizar con el de los adornos del salón – Esos cabrones de orejas puntiagudas saben todo lo que pasa en su bosque. Que entra, que sale, donde caga cada puta alimaña que se encuentre a 10 km a la redonda de su asentamiento ¿y de verdad crees que no se habrán dado cuenta de que una pandilla de mocosos embutidos en trajes de metal, tan sutiles como el escote de una ramera, han arrancado un maldito árbol gigantesco, entenario y que solo crece dentro de su territorio? – Solo es un estúpido árbol, Sarlatanos, no van a volver a empezar una guerra por él. Ellos también están desgastados – Intervino otro de los magos de la corte. – No es solo un árbol. – Su tono era mucho menos estridente


ahora que se dirigía a un compañero. – Esos chalados valoran de igual forma la vida de uno de estos ejemplares que la de las personas. Van a pedir una retribución, una ejecución como compensación. La señora Fos y su hijo se pusieron blancos. – ¿Y porque simplemente no les devolvemos el árbol? Toda la sala quedó en silencio. Era difícil encontrar la manera de explicar porque eso era una estupidez sin dejar a la máxima autoridad del reino como el subnormal que era. Finalmente Sarlatanos encontró la manera menos dolorosa de zanjar el tema: – Su alteza, lo más recomendable es ofrecerles la cabeza del culpable como ofrenda de paz. Solo eso les contentará. – Bueno, ya lo hablaremos mañana. – dijo el rey bostezando – Pero no te preocupes Omorfo, no vamos a sacrificarte...por

ahora... ¡Aaah, es broma! – se oyeron risas forzadas y nerviosas – En serio, tranquilo. Seguro que encontramos algo que les interese mucho más que tu cabeza. – Se levantó, se rascó el trasero y fue hacia la puerta. – Ahora me voy a dormir, hace rato que os habéis cargado la fiesta. Pero las sorpresas no habían acabado aquel día para Sarlatanos. Los rizos azabache de su hija avanzaban hacia él entre el mar de tocados extravagantes y cabelleras rubias. Padre, sé que es un mal momento, pero debo contarte algo importante...

Continuará… Esta obra está sujeta a la licencia ReconocimientoNoComercialSinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons. org/licenses/by-nc-nd/4.0/.

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el telon de la luna Daniela Cadavid Libreros

Entrevista a Bianca Aparicio Vinsonneau

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ianca Aparicio Vinsonneau es una joven escritora de Alicante. Cursó estudios superiores en Óptica y Optometría y en Magisterio de Lengua Extranjera. Ha colaborado como voluntaria en varios proyectos en el continente negro, relacionados, principalmente, con la educación infantil, la sanidad y el empoderamiento de la mujer. En 2014 publicó su primera novela, Las Sombras de África, con Editorial Círculo Rojo y en 2015 resulta ganadora del 2º premio en el VI certamen de microrrelatos “ARVIKIS - DRAGONFLY”. Revista demencia: ¿Cómo fue ese cambio de diplomarse en Óptica y Optometría a viajar por el mundo y terminar convirtiéndose en autora novel? Bianca Aparicio: Muchísima gente no tiene claro lo que va hacer o lo que va a ocurrir, entonces empecé con óptica y optometría luego continué con magisterio de lengua extranjera y yo notaba que me faltaba algo, que no tenía lo que yo necesitaba y por ello salí a viajar. Busque en áfrica o en otros continentes mientras trabaja de cooperante eso que me faltaba, y resulta que esos viajes me fueron dando muchas experiencias: aprendí muchísimas cosas, conocí mucha gente y todo eso fue plantando una semillita que fue creciendo con el tiempo y al final acabo dando lugar a que sintiera muchísimas ganas y una necesidad

muy fuerte de sentarme escribir. Así fue como empecé con las primeras palabras de mi novela. RD: ¿Qué te impulso a ser voluntaria en una ONG? ¿Qué experiencias viviste allí? BA: Desde pequeñita siempre me gustó mucho, cuando teníamos una alumna en clase que tenía algunas necesidades especiales -estos alumnos que todo el mundo apartaba- y me hacía amiga de ellos. Siempre tuve esa vocación de preocuparme por la gente que yo creía que necesitaba ayuda, entonces cuando fui creciendo eso también fue creciendo conmigo y me di cuenta que ya tenía edad para poder hacer cosas más importantes por la gente que tenía alrededor. Esas personas que no habían tenido la suerte de nacer donde yo lo había hecho o con las ventajas con las que yo cuento, y pues luego decidí coger una mochila y echar todo lo que tenía dentro y montarme en un avión rumbo a África. RD: ¿Podrías contarnos una anécdota que te haya marcado mucho? BA: Algunas anécdotas son muy complicadas… Por ejemplo me acuerdo un día, iba caminando por la calle en una aldea perdida donde no había ni luz ni agua ni nada - Procuro moverme siempre en zonas que no sean turísticas- y recuerdo que una mujer se asomó a la puerta de su casa, bueno casa es mucho decir porque era ~15~


una chabola de barro y con techo de paja, ella se asomó y me vio venir por la calle y la vi que entraba corriendo a su casa. No sabía lo que quería la mujer, pero al cabo de unos minutos salió corriendo con su bebé en los brazos y conforme me acerque ella se vino hacia mí y me pidió su idioma, lo cual tuve que pedirle a alguien que me tradujera porque yo no le entendía, y ella me pidió que me llevara al bebé conmigo porque ella no podía darle nada. Sabía que él no tenía futuro para el bebé y supo solamente por el color de mi piel que yo venía de otro sitio con muchas más oportunidades con muchas comodidades y lujos, los cuales pueden ser tan tontos como tener un plato de comida en la mesa. Para ella solamente tener el poder de darle a su hijo un futuro era más importante que poder estar con él. Por lo tanto son cosas que te llegan muy hondo, como ver el amor de una madre que es capaz de renunciar a su propio hijo, cosa que evidentemente no pudo hacer porque no puedes coger un niño y salir del país, me hubiera encantado darle una oportunidad a este niño pero no era la solución. Se trata de que allí en su propia aldea se creen los recursos suficientes para que puedan vivir con dignidad. RD: ¿Cómo decidiste que tu destino estaba en África? BA: El primer destino siempre fue a África. Yo tenía clarísimo que quería conocer el continente negro, había

visto muchísimas cosas, documentales, gente que te cuenta y para mí tenía un misterio y algo especial que me impulsaba a verlo con mis propios ojos, quería sentirlo y así lo hice. Después de varios años estando ahí con mis viajes y mis proyectos empecé a conocer otros continentes, también he estado en América y Asia, y aunque me falta Oceanía, he tratado de ir a todos los sitios que he podido. RD: ¿Qué te gusto de ella? BA: África en sí es una experiencia. Desde que pones el pie en el suelo casi cada cosa que te pasa es una aventura, un mensaje y te pasan cosas muy bonitas y también cosas muy duras. ~16~


Entonces África tiene esas dos caras de la moneda, lo más bonito que he visto lo ví ahí y también los momentos más difíciles los viví allí. Por ende ves cosas muy tristes, como niños que tienen alguna minusvalía y tienen que caminar arrastrándose porque ni siquiera tienen la capacidad de acceder a una silla de ruedas o algo más sencillo y tienen que arreglarse una casa donde no puede ni moverse. Hay cosas muy duras como el hambre, la sed, el maltrato a la mujer y a los niños. Pero por otro lado es importante que se vaya siempre con la mente abierta porque te permite ver más allá de los primeros choques culturales y las primeras complicaciones que te encuentras. Son una gente con muchísimo amor para dar, te reciben con los brazos abiertos y lo poquito

que tienen ellos te lo ofrecen, no hay día que llegues a una casa a visitar a una familia y no te pongan un plato de comida o un vaso de agua, y a lo mejor es lo único que tienen pero te lo están ofreciendo. Aprendes muchísimo con ellos y la verdad estoy muy agradecida porque pude compartir todo eso con ellos. RD: Sabemos que Ghana ha pasado por una explotación interminable… desde la búsqueda del oro, luego el marfil, el tráfico de esclavos y de vuelta al oro transformado en dinero. ¿Crees que sea posible cambiar un ciclo que parece interminable? BA: Yo creo que la solución estaría en manos de gente mucho más poderosa que nosotros, la solución tiene que venir de gente de arriba, de gobiernos que lleguen a un acuerdo y realmente cambien la situación que se está viviendo. Deberían llegar a convenios que sean beneficiosos para ellos porque nos estamos aprovechando de su materia prima constantemente, así que deberían recibir un beneficio que les permita vivir dignamente. Pero como eso no está ocurriendo porque hay muchos intereses que no lo permiten de momento, con que cada uno de nosotros aunque seamos hormiguitas vayamos poniendo nuestro granito de arena, porque cuando voy siempre me quedo con la sensación de que no he hecho bastante. Siempre habrá una mujer a la que no le puedo ayudar, unos niños ~17~


a los que no he podido escolarizar, siempre hay cosas que no puedo hacer pero prefiero quedarme con la gente a la que si he podido ayudar y aunque sea poco sé qué vuelvo y podré ver a una mujer que tiene cabras con la que sus hijos podrán alimentarse, comer huevos, carne, leche… Poder ayudar a una familia es bastante, pero pues como tú dices habría que hacer mucho para cambiarlo realmente. RD: ¿Por qué crees que a pesar de que las personas que leen estos temas y saben que hubo y hay esclavitud en África, y que es la cuna del nacimiento de los seres humanos… Siguen sin hacer algo para cambiarlo? BA: Vemos todas las películas cómodamente desde nuestro sofá, con la barriga llena, con agua y todo lo que tenemos aquí y lo vemos, y solamente cambiamos con el mando y todos los problemas desaparecen de nuestros ojos. Entonces yo creo que la gente no tiene realmente conciencia de lo que es. Yo misma no fui consciente del problema hasta que estuve allí y vi con mis propios ojos cómo viven, y viví como ellos. En aquel momento cuando vives en tus propias carnes es cuando te das cuenta de que eso no es un anuncio que te pone la televisión, no es una película sino que es la realidad de mucha gente cada día. RD: Regresar y ver… ha sido una de las premisas para las muchas familias africanas que se criaron fuera del continente. En tu caso tienes

ascendencia tanto española como francesa ¿Alguna vez has hecho este proceso de regresar y buscar en tus orígenes? BA: Yo sigo teniendo contacto con mis raíces tanto españolas como francesas y parte de mi familia sigue viviendo allí en Francia. Aunque estoy aquí, parte de mi familia está aquí conmigo pero Seguimos estando un poco aquí un poco allí estamos repartidos. En Francia tengo muchísima familia, muchísimos amigos y es parte de mí misma, no puedo renunciar nunca Francia, aunque me crie en España y es mi lengua materna y mi cultura no se me olvida que las raíces están aquí y es lo que somos al final. De hecho muchos africanos vuelven tras varias generaciones donde su padre, sus abuelos o sus antepasados fueron arrancados de la Tierra y vuelven a visitar y conocer el país lo cual me aparece algo muy bonito. RD: Hemos encontrado que algunos lectores encuentran similitudes entre tu forma de abordar la historia y los libros de Sarah Lark ¿Con que otros autores suelen relacionarte? ¿Cuáles son tus autores de referencia, en quien te inspiras?? BA: Ella escribe novela landscape, lo que no es el caso de las sombras de África pero creo que los lectores pueden encontrar similitudes de acuerdo a sus gustos y me parece algo muy bonito. Lo primero antes que escritora he sido lectora toda mi vida, ~18~


desde muy jovencita he devorado libros de todo tipo, de todo género y autor entonces todo eso ha sido lo que me ha permitido tener cierto bagaje a la hora de escribir. De todos aprendes algo y es algo que me gusta hacer, aprendes tanto lo positivo como lo negativo, terminas con un montón de ilustraciones y lo que pones al final es una mezcla, por ello no puedo identificarme con un solo autor, hay muchísimos que me gustan. RD: Gracias a la magia de la tecnología pude descubrir que el nombre de tu protagonista hace referencia al día viernes, pero además es de subrayar que Kofi no solo se representa a sí mismo sino a toda una comunidad, lo

que lo hace aún más interesante… BA: Confieso que es un nombre muy común porque Ghana fue Colonia británica hace muchos años aunque ahora sea un país independiente, por ello tienen dos nombres: El primer nombre es un nombre inglés por la colonia británica y luego el segundo nombre que tienes es Ghanés, el cual depende del día de la semana en el que nazcas. Como bien dices Kofi significa viernes y en mis viajes he conocido muchísimos Kofis, pero tenía un niño en el orfanato que se llamaba Kofi… era un huérfano y por ello fue mi pequeño homenaje elegir el día viernes para este personaje en memoria a este niño. También hay ~19~


muchísimos acociguos, que también es un personaje muy importante en la novela que que quiere decir mujer nacida en domingo. Cuando viajo allí a mí también me llaman así porque es mi día de nacimiento entonces por eso también elegí ese nombre para ese personaje.

que tienen almacenada y que hay que procurar que se mueva para embarcarla y que sea rentable en el nuevo mundo. Es algo muy triste y aunque Kofi es un personaje que no existió en realidad es la voz de muchos, muchísimos africanos que tuvieron que pasar algo muy parecido.

RD: ¿Podrías contarnos un poco sobre Kofi?

RD: ¿Qué tanto hay de ti en tus personajes?

BA: Kofi es un personaje fascinante, a mí me tiene completamente embelesada porque tiene una fuerza increíble y es el motor de la novela. Aunque hay dos líneas temporales y en el presente esta Claudia haciendo el papel de protagonista femenina y en el pasado, que es la historia con más fuerza, esta Kofi y él es un personaje que respira vida, de su familia, de su día a día y es arrastrado a un mundo oscuro de esclavitud y servidumbre para dejar de ser persona y deshacerse de todo lo que es su identidad. A parte porque pasa a ser una mercancía como lo fueron muchísimas personas en África hace 200 años atrás, y aunque parezca muy lejano muchos vestigios están como los fuertes donde ellos fueron apresados y encerrados. Todo eso se puede visitar y es lo que la novela transmite un poco al lector, donde el sujeto hace justicia de sentirse persona, es el único que tiene esa visión porque todos los blancos de la colonia británica que están a su alrededor lo ven como un animal. Kofi es tratado como una mera mercancía

BA: Es inevitable. Creo que cada autor se inspira en todas sus vivencias y en todos sus conocidos para crear un personaje, en mi caso no creo que llegue a ser un ejemplo de algo en concreto pero si tiene algo de muchos. Siempre tienes alrededor gente que te ha podido dar una pequeña pista de algo, una característica y dices esto me viene perfecto para este o aquel personaje. Un personaje no se compone solamente de 3 o 4 características, las personas son muy complejas y tenemos muchas contradicciones, así que todos los personajes tienen un poquito de mí tanto los personajes buenos como los personajes malos, como es el gobernador de Cape Coast, el cual tiene algo de mí, de su lado oscuro y creo que el autor debe buscar en todo el espectro para crear un personaje con cuerpo que sea creíble. RD: ¿Dónde podemos conseguir tu libro? BA: Se puede conseguir a través de Amazon y en diferentes países lo ~20~


imprimen bajo demanda, y si no se puede contactar conmigo en mi web, por si lo quieren enviar alguna parte dedicado. RD: Para finalizar nos gustaría que nos contaras que es lo más importante de la navidad, ¿Cómo la celebras? BA: Con la familia como es lo más habitual, como les dije tengo familia repartida en diferentes partes entonces procuro repartirme un poquito y pasar unos días con unos y otros. Creo que lo bonito precisamente es sacar tiempo, muchas veces en el día a día no lo tenemos entonces en esta época encontramos ese tiempo para una cena familiar o para reunirse con amigos que hace tiempo no veíamos, incluso una llamada o solamente un mensaje para decir me acuerdo de ti, te deseo felices fiestas. Lo más bonito de esta fecha es que todos procuramos acordarnos de nuestros seres queridos y los queremos más presentes que nunca. RD: ¿Qué consejo dejas a nuestros lectores? BA: Soy muy mala para dar consejos pero lo voy a intentar… creo que cada uno debe encontrar su camino, y lo que sí desde mi experiencia es que a pesar de que la escritura es algo muy duro y es muy complicado abrirse camino hay que trabajar mucho y muy duro, pero aparte de eso que los lectores ya lo saben y lo conocen en su propia piel, quiero decirles que continúen. Si es una pasión que llevan

adentro como lo llevo yo vale la pena luchar por lo que uno quiere, porque al final eso es lo que te hace feliz, ya no sólo el conseguirlo sino luchar por ese progreso y por el tiempo que le has dedicado. Muchas gracias a todo el equipo contacto y espero que sigamos viéndonos muy a menudo. RD: Gracias a ti Bianca y esperamos pases unas felices fiestas. Te leeremos pronto.

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En el interin Bad Santa ¿De verdad necesitáis todo eso? ¡Es navidad! Por José Luis Acosta Fernández

Bad Santa / Wallpaper movie (para ver el trailer de la pelicula dar click sobre ella) ~22~


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reo que la navidad puede sacar lo peor y lo mejor de nosotros. Empecemos por lo peor. Lo peor: Ese afán consumista que nos da pequeñas motas de felicidad instantánea, pero que nos hace desgraciados a largo plazo. Tiraré de tópico: “Cuanto más quieres más tienes”. Efectivamente es así. Puedes disfrutar de tu Mercedes ultimo modelo….hasta que tu vecino aparece con un Ferrari. Admitámoslo: lo material no da la felicidad. En navidad las ventas pueden aumentar hasta un 10%. ¿Hacemos una asociación? Navidad, consumo, infelicidad. Ahora os hago la genial pregunta de Willie Stokes (Billy Bob Thornton) a su compinche Marcus (Tony Cox) y a su mujer Lois (Lauren Tom) sacada de la magnífica película de Terry Zwigoff Bad Santa (2007): ¿De verdad necesitáis todo eso?

¡Es navidad! Sí, es el epígrafe. Pero sigamos. La paga extra de navidad es necesaria: Más dinero, más consumo, para así alimentar esta rueda de dinero e infelicidad. Da la impresión que todo es forzado en navidad: el consumo, las cenas de empresa, los buenos deseos y las sonrisas. ¿Estoy siendo demasiado negativo? No sé. Pensad en las cenas de navidad. Me refiero a las familias. ¿Cuantas acabaron en riña? Demasiadas en mi caso, no me sonroja reconocerlo. La navidad pone a mucha gente triste, por el simple hecho de que es una época de celebración…cuando muchas veces no hay nada que celebrar. Cada vez la gente dice menos “Felices fiestas” en navidad, pero sigue consumiendo lo mismo o más. Es mala señal. Lo mejor: Dejad que piense…os voy a sorprender. Pues lo mejor de la navidad es ~23~

la propia navidad. Una forma de conseguir algo puede ser forzándolo. Ese pariente que viene de mala gana a la cena familiar y acaba reconciliándose contigo. Esa chica de la oficina que conoces en la cena de empresa a la que nadie quiere ir y acaba saliendo contigo. Ese regalo de tu hijo que demuestra lo mucho que te quiere, sea cual sea el objeto. Y así un sinfín de ejemplos. La navidad merece la pena a pesar de todo. Os lo digo yo que prefiero sacar el árbol y llenarlo de adornos antes que dejar que amontone polvo en el fondo del armario. Me reafirmo a pasar de que se lo que es cenar solo en nochebuena y maldecirla. Felices fiestas. Pero no es paséis comprando. Bad Santa (2007) dirigida por Terry Zwigoff.


No olvidemos el cumpleaños Por Rita Gardellini

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Fotografía por Jamieson Weaver

oy se festeja en casi todo el mundo el cumple de un bebé judío. Creer en el destino me resultó siempre una idea muy cómoda, pero si pienso: en una bondad mayor que la humana, y más allá del nombre que cada uno le otorgue y del libre albedrío, tengamos por seguro que todos nos podemos dar el permiso

de que tal vez exista la idea de una especie de generosidad bondadosa que nos permita a las hormiguitas humanas la posibilidad de mejorar. En el caso de mi familia gallega, les resultó menos difícil a los que quedaron allá; de la italiana, todavía no he podido conocerlos, lo cierto es que mi existencia dependió de que ellos dejaran todo, ~24~

así que siempre sentí que tengo que lograr que sus esfuerzos y desdichas hayan valido la pena, tal vez de allí venga mi obsesión por la educación: lo único que genera cambios de verdad. A lo que iba, en un día como hoy: así resulten católicos como yo, agnósticos acérrimos o adoradores del yuyito verde… les dejo un beso


para Navidad; y una canción de Lennon... (Me la envió en audio mi amiga Graciela, yo la busqué en YouTube) Hermosa época de cambios y de sueños. (Sería muy bueno que aflojaran tanta locura; tanta obsesión por destruir al otro. Siglo XXI y seguimos en las mismas mezquindades) http://www. youtube.com/ watch?v=x8tWbuNIzgo “Happy Xmas (War is Over)” es una canción del músico británico John Lennon grabada en los Record Plant Studios de Nueva York a finales de octubre de 1971 y publicada como sencillo. Con la asistencia en la producción de Phil Spector, incluye un coro de niños procedente del Harlem Community Choir, acreditados en el tema. Si bien el tema figura como una canción protesta contra la Guerra de Vietnam, se convirtió pronto en un himno navideño, apareciendo

en numerosos álbumes recopilatorios de canciones navideñas. La letra se basa en una campaña de publicidad llevada a cabo a finales de 1969 por John y su mujer, Yoko, quienes alquilaron vallas publicitarias y espacios en revistas para incluir el lema “War Is Over (If You Want It)”, que puede traducirse al español como “La guerra ha terminado (si tú quieres)”. Las ciudades donde se desarrolló la campaña fueron Nueva York, Tokio, Roma, Atenas y Londres. Durante este tiempo, la opinión pública de Estados Unidos se había posicionado de forma unánime en contra de la Guerra de Vietnam. La melodía de la canción ha sido comparada en ciertas ocasiones con clásicos del folk como “Skewball” o Stewball”. La grabación comienza con un leve susurro en el que John y Yoko felicitan las navidades a sus hijos, Julian y yoko. De forma errónea, ~25~

la letra incluida en la colección de 1982 The John Lennon Collection atribuye el comienzo a un intercambio de felicitaciones entre John y Yoko. El sencillo fue publicado el 6 de diciembre de 1971 en Estados Unidos; por su parte, en el Reino Unido sería retrasada su edición hasta noviembre del año siguiente. Tras la muerte de Lennon el 8 de diciembre de 1980, la canción sería reeditada como sencillo en el Reino Unido. En 2003, “Happy Xmas (War Is Over)” sería reeditado como sencillo en formato CD con “Imagine” e “Instant Karma!” como promoción del DVD Lennon Legend: The Very Best of John Lennon.


Nature Morte Aux Cerises Ya es Navidad en El Corte Inglés Jenny Fernández

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iciembre, que maravilloso mes, ¿no? Hace un frío perfecto para no salir de casa, o como yo la llamo; mi cueva. Y si salgo, que no me falte mi bufanda tamaño edredón nórdico para cama de matrimonio, el gorro con pompón en el cogote para llamar poco la atención, como me gusta a mí, y los guantes que perderé en cuanto me quite de las manos. ¡Ah! Y mi chaqueta, que mis amigos no saben si es una chaqueta, una batamanta o el forro de un oso de peluche de esos grandotes que se venden tanto en estas fechas.

Salir de casa en Diciembre no está mal. La ciudad está llena de luces generalmente azules y blancas, se ve un Papá Noel por balcón, la gente sonríe, que ya es un avance, y los supermercados ya cambiaron su CD de canciones del momento al de “Mercadona le desea unas felices fiestas, recuerde que tenemos el gambón en oferta...” Ahora si soy sincera y vuelvo a ponerme seria, la navidad es bonita por muchas cosas, o más bien lo era, porque se ha convertido en una fecha materialista. Si bien es cierto que la gente se reúne después ~26~

de mucho tiempo y hasta la abuela, que asegura que este año será el último que tome las uvas, se lo acaba pasando pipa, ¿pero no os habéis dado cuenta de la tensión existente? Desde principios de Diciembre (y esto para quien apura hasta último momento) ya hay el doble de gente comprando, desde regalos hasta comida. Que sí, hay que comer, pero durante el resto del año qué, ¿hibernan? Y los regalos, regalos obligados les llamo yo. En mi opinión la navidad es, sin duda, para celebrarla con las personas que quieres y


cenas íntimas en las que en vez de ver la televisión, cuenta la leyenda que se mantenían conversaciones. No señores, no me he vuelto loca todavía, esto era así, se hablaba y se reía. Y aunque suene “anticuado”, se regalaban flores, enormes ramos preciosos acompañados de una tarjeta con alguna frase de esas que salen directas del corazón. Se regalaban libros de papel ideales para leer en nuestros pequeños ratos a solas. Ahora se hace digitalmente porque si usas papel, matas árboles y por lo visto no tienes corazón. Porque eso de usar papel está mal, pero que tanta tecnología nos convierta en zombis al parecer está mejor visto. Foto por Jennifer Studios Photographies.

te quieren, pero eso de juntarse “porque es lo que toca” y hacerse regalos para no quedar como un borde o agarrado... me toca a mí la moral, que queréis que os diga. Porque ¿alguien sabría decirme quién dijo que en navidad HAY que regalar cosas? No sé, pero yo

creía que los regalos eran algo que se hacían para sorprender. Al menos antes era así, te tirabas un montón de tiempo pensando en el regalo ideal que no era ni un pijama, ni unos calcetines y ni siquiera una Tablet. Regalábamos ~27~

Si habéis leído hasta aquí he de sentir alegría porque, o bien a algún lector le hirvió la sangre leyéndome, o bien yo estaba equivocada y aún queda gente que no cae en la trampa de esta “navidad” de ahora. En el mejor de los casos, al menos me habéis leído.


Tres golpes en la puerta Por José Manuel Martínez Vivas

Fotografía de Nikola Jelenkovic.

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e llamo Samuel, viví con una familia reconocida en Bristol, era muy reconocida por el hecho de que tenían mucho dinero, era la familia conocida por todos, la ‘’envidiable’’ por su extensa riqueza y poder sobre Bristol y Reino Unido. Pero sinceramente, hubiera intercambiado todo el di-

nero de mis padres por un gran abrazo, recibir amor de ellos y haber despertado todos los días con mi madre levantándome como lo hacen muchas familias normales. Tampoco tuve una Navidad normal con mi queridísima familia, era como estar solo, porque a pesar de tener todo el dinero del mundo, ellos no estaban ahí para ~28~

mí. Hasta las familias sencillas y humildes sueñan con tener todo lo que tuve yo, así que es una lucha de opiniones, enserio, vendería todo con tal de recibir amor, cariño, besos y abrazos de una madre quien se preocupe por mí. Pero ya no están, hace 8 meses murieron en un accidente de tránsito, mi padre estaba llamando mientras manejaba y


mi madre simplemente dormía, iban de camino al aeropuerto, cosas de trabajo. Se estrellaron contra un poste en una carretera curva, se deslizó poco a poco el auto y solamente cayeron, me imagino que agonizaban, tal vez se desmayaron, cerraron sus ojos y no volvieron a abrirlos, pero solo supongo, porque en esos momentos estaba en el colegio en clase de historia cuando la coordinadora me envió a su oficina con aquella noticia, solo lloré, no crean que solo las chicas lloran, también hubiera preferido estar ‘’solo’’ en casa mientras mis padres hacían sus deberes que perder a mi familia, no tenía tíos, abuelos ni abuelas, primos ni nada parecido, todos ellos se ‘’esfumaron’’ del mapa, me pongo a pensar hasta el día de hoy cómo pueden perder comunicación con una familia que era sumamente importante y rica, creí que iban a quedarse con todo, pero aún no sé qué hicieron

con la mayoría de pertenencias. Se preguntarán en donde estoy ahora, nada lindo si eso creen, un lugar donde personas sin familia viven, más conocido como ‘’Orfanato’’. He tenido algunas citas con personas mayores, que pensaban en adoptarme, no sé porque no tengo familia aún, aunque me han dado un perro, duermo con él en la estrecha cama que me tocó dormir, comparto habitación con un chico que todos los conocen como un bravucón, pero

Fotografía de Patrick Hendry ~29~

para mí no lo es, sólo es una persona con falta de amor, cariño y apoyo, algo así como yo, pero el problema es que él nunca tuvo familia, cambiaba cada 6 meses de casa de acogida, lamento mucho cómo habrá sido su vida. Tenía un teléfono, iPhone para ser exactos, recuerdo que más de uno en mi colegio me tenía envidia por tenerlo, y yo les tengo mucha envidia a ellos, ya saben por qué. No sé qué hicieron con él, estaba en las cajas de pertenencias, porque no alcancé a coger todo lo que era mío.


preferiblemente niños pequeños, se sienten muy felices, porque por fin tienen una familia, mientras yo como la gran mayoría, seguíamos allí, esperando una familia, no importara su color, su dinero, ni mucho menos su religión, solo queríamos alguien que cuidara de nosotros y nos cuidara, poder sentirnos amados.

Fotografía de Chelsea Francis

Ya casi es Navidad, falta un mes, la época más feliz del año para unos, o la gran mayoría. Pero para los chicos del orfanato sólo es una fecha que los vuelve más infelices, ver que todos disfrutan con sus familias, comen Natilla, galletas, buñuelos, comidas recalentadas, también cantan villancicos, disfrutan con su familia y a veces se emborrachan en Año nuevo. Me han dicho que en esa época en este orfanato, lo único que hacen es poner en la sala principal un árbol, unos pequeños adornos, un

tapete para el árbol, y también calcetines, un calcetín por cada chico. Veía a través de la ventana cómo la gente compraba sus árboles ya 15 días antes de que fuera diciembre, sus adornos, algunos lo compraban en zonas donde venden más barato pero no importa, con tal de pasar la Navidad con tus seres queridos el dinero y los precios no son un problema para mí y para todos nosotros los huérfanos. He visto cómo algunas personas adoptan chicos, ~30~

Por fin llegó Navidad, cada niño colgó su calcetín y se acercó hacia el árbol, donde al lado se ponía cada uno, fui el último en ponerlo, pero apenas lo puse me senté e imaginé un hermanito (a), y unos papas. Como todos en el Orfanato. No sé si estuve loco en un momento, pero escuché que alguien hablaba de mí en la sala principal, así que me acerqué y vi una mujer de aproximadamente 30 años y un hombre de 34, escuché que la mujer era estéril y no podía tener hijos. ¿Esa es mi oportunidad?, ¿por fin tendré una familia?, no lo supe, pero después de ese día


imaginé historias únicas e inimaginables con mi supuesta ‘’familia’’. Estaba tan feliz, imagínate a ti si te dan un Smartphone nuevo, así me sentí yo, con una emoción y una alegría que perduró dos semanas. Porque después de eso, alguien tocó a la puerta de mi habitación. Era una de las mujeres encargadas de las citas, tenía mucha emoción porque, si te llama la mujer que atiende las citas, es porque alguien está buscando adoptarte o se interesa por ti, eso lo aprendí de los chicos que se convirtieron en amigos míos. Y si, tenían razón, era la familia que yo vi las semanas anteriores, después de todo no escuché mal, estuvieron hablando sobre mí en unas dos horas, yo solo pensaba en salir de ese Orfanato, recuerdo que muchos chicos me veían en los corredores con ganas de ser yo en ese momento, tantos chiquillos abandonados, como lo fui yo. Porque después de eso en una

eterna semana me llevaron a mi nueva casa, tienen un perro, se llama Milán, mi nueva madre se llama Samara y mi padre Joseph, es mi primer navidad normal, el olor de un pollo asado llega hasta mi cuarto, es mi madre cocinando, mientras mi padre trabaja seis horas de lunes a viernes aunque tiene vacaciones hasta Febrero, amo mi nueva familia, pero aún recuerdo con gran dolor mi familia genética, el accidente que les ocasionó la muerte, pero eso sí, existe un dicho que dice ‘’Todo pasa por algo’’, así que era cosa del destino que ellos murieran así, pero encontré que para Dios el tiempo no existe, de cierta manera es así, los humanos perciben el tiempo pasar y a lo que no conocen lo llaman “futuro” pero en realidad no existe, algo así, es solo tiempo que está por delante de ustedes y tristemente ya existe, ustedes se mueven hacia adelante en un punto determinado del “tiempo” cuando mueren llegan al final de su línea, así como ~31~

mis padres genéticos acabaron con la suya, pero nuestra existencia sigue ahí, es bastante complejo, con solo decirte que apuntando un telescopio en ‘’x’’ cantidad de grados ves el pasado de una galaxia y reajustándolo ves el futuro. Estoy muy feliz, espero que mis amigos del orfanato puedan encontrar familia, porque todos merecemos ser felices, ahora todos los meses visito a mis padres genéticos junto a mis adoptivos, le llevamos flores y rezamos por ellos, espero que ellos estén viendo lo feliz que estoy con mis nuevos papas, y que a pesar de todo no los he olvidado y los amo, tengo otra familia, pero ustedes papás, siempre los recordaré con un poco de tristeza, pero sepan que siempre los amaré.


Kaleidoscopic Cats Donde la realidad y la imaginación se vuelven arte

Percerbing y Lowwentw Por Carlos Rasero Rodriguez

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éjalo, Percerbing…, por favor, aún estamos a tiempo de dar marcha atrás.

– No seas miedica, Lowwentw, ahora no, por una vez en tu vida contén ese miedo. – Soy un buen “minodhon”, siempre tengo miedo de casi cualquier cosa. – ¡Maldita sea! …no sé, piensa que eres otra cosa, un… ¡un humano! Sí, eso, piensa que eres un humano. – ¡Maldita sea Percerbing! Deberías saber que eso me da más miedo aún. En la cima de la tercera montaña más baja de Minodhalia, desde siglos anteriores al nacimiento de los Tres Miedos Primarios, existía la única casa de madera mágica y adornos de oro con una enorme puerta de acero. La puerta a los demás mundos posibles, realidades alternativas y reflejos oníricos de activa vida sensorial. En lo más oscuro del reino aquella posada vivía en soledad desde casi

su nacimiento, el miedo que infligía en los minodhon contribuyó a que aquel escenario mágico se mantuviese casi inalterado. Los pequeños pies temblorosos de Lowwentw y la fuerte llama de fuego, que iluminaba las escaleras de acceso a la casa, sostenida por el brazo decidido del pequeño Percerbing, constituían la primera perturbación para aquellas maderas mojadas de oscuridad. De entre los pasamanos surgían hojas con vida propia que acariciaban sus manos, en un tacto duro y siniestro. – ¡No! Percerbing eres un inconsciente, vamos a morir. No he tenido tanto miedo desde que esta mañana me asustase con mi propia sombra – el temblor de sus pies emitía cierto compás asonante y chirriante que estorbaba al propio silencio. – Venga Lowwentw, no la fastidies como siempre ¿De veras quieres otra Navidad asustado por el Drakóónm? Mientras discutían, sus pequeños y peludos pies llegaban al final de los escalones y por primera vez ~32~


observaron la puerta Dimensional de acero. Los adultos de mayor cultura del Bosque Subterráneo aglutinaban a los más jóvenes minodhon a los pies del árbol sagrado de Buhkhuin, prefectura central del distrito 13 de Minodhalia, para recitar las viejas canciones de preceptos religiosos. Los Tres miedos Primarios y las leyendas terroríficas sobre la humanidad acaparaban casi toda la melodía de sus voces. El miedo constituía parte esencial de sus vidas y, tan solo a la edad ínfima de una semilla de flor, un minodhon ostentaba cierta valentía, volatilizándose como el humo de una hoguera en el cielo al pasar de dicha edad. Por ello, Percerbing estaba tan decidido a dar ese paso de viajar por las ondulaciones dimensionales del portal de acero y vivir una verdadera y feliz Navidad, puesto que sabía a fe cierta que después estaría tan asustado que le sería imposible ni siquiera pensar en hacerlo. Uno de esos daños colaterales era su hermano mayor Lowwentw, miedoso como el legendario Rey Twuin, hijo de los monarcas del Norte, conocido por su pavor a los primeros minutos de la noche oscura de Minodhalia y al ruido de las cafeteras. – ¿Trajiste el libro dimensional, Lowwentw? – Dejé que cayera de forma fortuita en mi alforja, me daba mucho miedo sostenerlo en las manos.

Temblando como casi siempre, Lowwentw ofreció, con las manos estiradas y flotantes en el aire, la alforja que contenía en su interior dicho manuscrito. Percerbing podía presentir esos miedos, miedo a esos minutos, al aire cargado de silencio, miedo por casi todo. Sintió pena por su hermano y, aunque en pequeña medida, cierto malestar por un futuro cercano. – No se puede negar que eres un buen minodhon, eres miedoso como el que más ¿Recuerdas a aquel burócrata amigo de padre? Le tenía terror a los terrones de azúcar con los que endulzamos la leche de cría de wahkalia, es curioso lo originales que somos con los miedos. Aunque pudiese parecer extraño, vanagloriar el miedo de los demás causaba en los de su raza cierto alivio, comparando miedos se aliviaban de sus propios tormentos, colocándose por encima en una escala jerárquica de imposible valentía. Lowwentw era sin duda un ejemplar minodhon de pura raza, y Percerbing sabía cómo hacer que se sintiera un poco mejor. – Y que lo digas, hermano, aún recuerdo mi primer miedo, tú aún no estás en ese ciclo, pero los mayores tenemos ese momento clavado en nuestra mente y corazoncito. Lo mío fue una auténtica pesadilla, créeme que el miedo a las galletitas saladas y las ¨r¨ a principio de palabra no es algo que tomar a la ligera. Puede uno consternase para toda la vida con cosas así. ~33~


Fotografía de Robert Ostheimer

– No importa por lo que sea, la cuestión es que estás aquí conmigo- diciendo esto el pequeño Percerbing sacó de la alforja el viejo manuscrito, pasando velozmente las páginas para señalar con su grueso dedo índice el enunciado del conjuro.- Es nuestro momento hermano, esto es la llave a unas Navidades geniales.

para Lowwentw, y esperanzadora para Percerbing, en que encontraron en uno de los altillos de la casa madre, un libro sobre costumbres humanas. Un hallazgo impensable, pensaron ambos, pues los preceptos religiosos de los Tres Miedos Primarios prohibían dicha relación con humanos, además de constituir un miedo mayor que cualquier cosa. Los humanos, el Drakóónm y la vejez, los miedos principales para la raza de los minodhon. Tanto padre como madre, sucumbían al tercer y último de los miedos, y les era imposible salir de sus habitaciones. Decían que durante la vejez los miedos de todos eran sentidos por cada uno. Pensaron lo triste de aquello mientras leían aquel libro tan exótico para el hermano menor y tan pavoroso para el hermano mayor.

Ambos hermanos habían pasado mucho tiempo discutiendo sobre qué hacer, desde aquella miedosa noche

– ¿Y si dejamos esto para otro día? Total, la casa no se va a mover de aquí, Percerbing, y… solo es un dato, pero

– Pero a pesar de todo eso estás aquí Lowwentw, has superado ese miedo para no dejar solo a tu hermano pequeño, no creo que muchos pudieran hacerlo. – Estoy aquí porque es mayor el miedo a quedarme solo en casa, al crujir de la madera de las ventanas golpeadas por el aire, a la luz inerte de las velas azules, pero suena mejor lo que has dicho, la verdad.

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va creciendo en mi interior un miedo irracional a mis ropajes y no creo que sea correcto desnudarme delante de ti, además, seguramente sentiré más miedo desnudo… ¿ves? Es un bucle interminable, hermano, vámonos de aquí, por favor. – Vamos, Lowwentow, ya solo queda leer este conjuro, la puerta se abrirá y viajaremos al día de Navidad de los humanos, comeremos pavo y recibiremos regalos- dejando un momento de leer y dándose la vuelta para mirar a su hermano a los ojos- El Drakóónm podría comernos esta noche, devorarnos y hacerse con nuestra piel un abrigo… ¿de veras quieres eso? – ¡Maldito seas hermano! No se nombra al Drakóónm con tanta ligereza, y hoy ya lo has hecho dos veces. Me da miedo, lo admito, sería absurdo negarlo viniendo de un autentico minodhon, pero nadie puede saber si todo eso que leímos sobre los humanos es cierto o sólo son monsergas y mentiras. Además, tanto tú como yo sabemos lo que cuentan los mayores más cultos sobre su maldad y ruindad, de lo malo que son con otras especies… ¡Por el gran árbol de Buhkhuin, si son uno de los Tres Miedos Primarios! …¿de veras te crees lo del arbolito decorado con bastones de caramelo?

Diciendo esto último contempló a Percerbing entonar la canción que deslizaba a las letras del conjuro en forma de llave, y mientras la cantaba, como se describía en el libro, el más joven de los hermanos intentó tener en su cabeza y en su mente constantemente el lugar donde quería viajar. Con dificultad soltó una de sus manos del manuscrito apoyándolo un poco más en su pecho para sostenerlo sin que se le cayese, y con esa mano libre estrechó la de su hermano, para que ambos viajasen por las dimensiones. Al terminar de recitar el conjuro, cerraron los ojos con tanta fuerza que Lowwentw incluso tuvo miedo de cerrarlos tan fuerte que nunca los pudiese abrir. Solo fue un momento en el terreno temporal de un minodhon, quizás fuese más tiempo en otras culturas, mundos o especies, pero lo realmente significativo era que ahora, al abrir los ojos, no estaban ante la puerta gigantesca de acero, sino en una habitación iluminada por un delicioso calor de chimenea. Ante el asombro de los minodhon, un arbolito decorado con bastoncitos de caramelo, soportado por un esbelto y pequeño tronco oculto por regalos de Navidad, les daba la menos miedosa de las bienvenidas.

– Tú solo intenta no pasar mucho miedo. – Qué fácil es decirlo para ti. ~35~


El juego lugubre Ana Larrez Gale

Llegó la Navidad

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l día 23 Melero subió al monte y, antes de irse a su cabezo, fue a ver a su paisano.

-Te tengo que contar una cosa. -No me iras a decir lo de la muerte del que inventó el autogiro, que eso ya lo he leído; seguro que los rojos que están en Inglaterra le pusieron una bomba en el avión para vengarse por la ayuda que le prestó a Franco; por eso estalló. -No hombre, no. ¡Si esa noticia ya es vieja! El pobre hombre murió el día 9, y no fue una bomba sino un accidente.

y escucha: ¿A que no sabes a quién me he encontrado en el campamento?

una carta de tu mujer; dice que pasó por tu casa para ver si querían algo, y se la dio.

-Pues no, pero me parece que lo voy a saber muy pronto.

-¡Pues mira que has tardado en decirlo! ¡Haber empezado por ahí! ¡Venga, entrégamela, no vaya a ser que pase algo!

-Pues a Mochila, al hijo del guardia de Guallar, al Juano, a Santiago el violinista y a Barellos. -Y ¿qué hacen todos esos aquí? -Pues que se apuntaron a falangistas y los han mandado a nuestra posición.

-Pues yo lo he leído hoy en la prensa; fíjate si nos la suben atrasada.

-¡Lo vamos a pasar en grande cuando nos toque estar a en el pueblo! Con tanto taustano va a parecer que estamos en casa.

-Déjate de periódicos

-Mochila me ha dado ~36~

El soldado rompió el sobre sin poder contener su impaciencia. Imaginaba que no serían malas noticias, le habrían puesto un parte si así fuera; pero aun así, estaba intranquilo. -Gracias a Dios, no hay que preocuparse -informó a su amigo que se había quedado esperando las noticias- Mi mujer me dice que el día 25, ella la cría y sus padres, van a ir a comer con Antonio a Fuentes para celebrar la


Navidad. Me avisa para que pida permiso y pueda ir yo también. Dice que, si no puedo, hacen el cambio y se vienen todos a Quinto. Ángel se emocionó mientras leía la carta de Carmen. Desde que había vuelto de casa, no dejaba de preguntarse cómo iban a ser las Navidades en el frente. No lo había querido hablar con sus compañeros, aunque estaba seguro de que todos tenían el mismo pensamiento. Iban a ser unos días muy difíciles, tanto para ellos como para sus familias. Se había rumoreado que el mando estaba intentando llegar a una tregua para esos días, pero nadie lo creía posible.

idea de que iban a ser unos fechas muy tristes; pero ahora, el saber que por lo menos el día de Navidad iba a poder celebrarlo en familia hizo que su cara se iluminara y su ánimo cambiara. -Melero, te dejo que tengo que ir a buscar al capitán. Si mi familia va a venir el viernes tengo que conseguir que me dejen ir a Fuentes.

-Vale, amigo. Me alegro mucho por ti. Corre, que lo he visto por donde están las ametralladoras. Pero escucha, yo había pensado que mañana, como es día 24, podíamos cenar todos los amigos juntos: los de Sádaba, Pedroche, el sargento Martínez, Francisco, tú y yo. Seguro que en el campamento lo -Total, los de enfrente no celebrarán de alguna creen en Dios, así que seguro que no celebraban manera, pero aquí, en el monte poca cosa vamos las fiestas -decían a tener. los soldados cuando hablaban del tema. -Cuenta conmigo. Él se había traído de casa Festejaremos el alguna cosa para tomarla nacimiento del Señor como debe ser, pero con los amigos que se luego lo hablamos, quedaran, con los que no consiguieran permiso, no se me vaya a ir el capitán de permiso y y ya se había hecho a la ~37~

me quede sin mi comida familiar. El soldado no paró hasta que lo encontró. Estaba donde le había dicho su amigo. El oficial no puso objeciones; la única condición era que debía estar a las seis de la tarde en el campamento para que le diera tiempo a subir al monte y pasar la noche en la posición junto a su escuadra. -Mande a poner el parte a su mujer; dígale que no hay problema, y felicítele las navidades en mi nombre. Me alegro mucho por usted -se congratuló el oficial. Muy satisfecho, Ángel fue a buscar al soldado que subía y bajaba todos los días con los recados, y le dio el suyo. Luego, muy contento, corrió a buscar a sus amigos para organizar la cena del día siguiente. -Yo tengo permiso -les sorprendió Julián-. Me voy mañana temprano y regreso el 25 por la tarde. -Pues igual nos vemos a la vuelta. Mi familia cojerá un taxi en Tauste hasta


Fuentes, y yo acudiré en el tren. Tengo que volver antes de las seis. Pensaban venir a buscarme con el coche, pero el taxista dice que le da miedo llegar, que de Fuentes no pasa -les explicó el soldado a sus amigos. -Pues entonces nos vemos en el tren y así saludo a los tuyos. -Pues a mí me toca guardia hasta las ocho, así que a partir de entonces me puedo unir a la fiesta -les informó Mateo, que estaba muy triste por no poder ir a casa y ver a su hijo. -Yo compré ayer un pollo en el pueblo. No sabía cuántos íbamos a ser, pero imagine que habría bastante para todos -dijo Melero-. ¿Tú tienes algo, Pedroche? -Dos botes de tomate y algo de queso que me puso mi madre en el último viaje. -Yo no tengo nada -dijo Francisco. -No te apures, que a mí me quedan tres latas de sardinas, un chorizo, un

poco de salchichón, y creo que algún gorrete. Además, me traje tres tabletas de turrón del que hace mi suegra, así que de dulces vamos bien servidos ¿Y a usted, sargento, le queda algo? -Sí Ángel, traeré la botella de coñac que tenía guardada para la toma de Madrid. Como me parece que va para largo, nos la bebemos y ya compraremos otra cuando llegue la ocasión. ¡Seguro que del campamento, el mando nos manda algo especial para cenar! -Pedroche y yo cocinaremos el pollo en nuestro cabezo, y luego nos juntaremos con vosotros a comérnoslo todo en vuestro albergue, ¿de acuerdo? Como no hay misa de gallo, no tenemos prisa…

decidió celebrar la Navidad bombardeando el pueblo la noche del 24. La alarma saltó en la posición y la fiesta de los soldados quedo interrumpida. Eran más de las diez y, a pesar de no haber luces, los cañones del otro lado del río estaban disparando. Los debieron de haber orientado durante el día y estaban haciendo buen blanco. -¡Ya tienen mala leche estos rojos! ¡Ni el nacimiento de Jesús respetan! -exclamó el sargento zaragozano. -¡Están tirando contra las casas! Espero que a la gente les haya dado tiempo a llegar a los refugios -deseó el taustano.

-¡Por lo menos esperaron a que terminaran de cenar! ¡Hay que ver lo que está sufriendo este Todos asintieron y, una pueblo! ¡Si siguen así, no vez organizada la fiesta, cada uno se fue a su lugar. va a quedar nada en pie! -se compadeció Mateo. Había que seguir con las ocupaciones de todos los -¡Mirad, ya contestan días. nuestras baterías! Espero que nuestros artilleros, La tregua no se les abatan tantas casas consiguió, y el enemigo ~38~


como las que nos han tirado ellos. Aunque… ¿Qué culpa tendrá la gente que vive en Pina? -rectificó el sargento. -No hay que tenerle duelo a esa gente. Están cañoneando sobre civiles indefensos y encima la noche de Navidad, que es cuando saben que se reúnen las familias. Parece que lo que buscan es llevarse el mayor número de víctimas por delante. Si les destrozamos algunas de sus casas, pues lo siento; ellos nos lo han hecho antes -replicó el taustano muy enfadado, mientras pensaba en todos los quintanos que conocía y que a esas horas podían estar bajo los escombros. -¡Ya se han callado! No quieren que les descubramos. Una vez hecho el desastre, se ocultan ¡Serán cobardes! ¿Cuándo vamos a ir a por ellos, sargento? -preguntó Francisco muy exaltado. -Cuando se organice la columna con las tropas del Norte; después de que tomemos Santander. Los vamos a perseguir y

no van a dejar de correr hasta Barcelona. ¡Hace falta ser sinvergüenzas y canallas! ¡Atacar a una pobre gente que solo está celebrando el nacimiento de Cristo! -se explayó el suboficial -Aunque nos cueste, les hemos de dar una paliza -insistió Ángel-. Son unos malnacidos. ¡Que nos disparen a nosotros, que para eso estamos aquí; no a la gente de Quinto, que no tienen culpa de nada! ¿Dónde están Pedroche y Melero? ¿No estaban a tu lado, Francisco? -Se fueron a su posición en cuanto empezaron los cañonazos: los mandó llamar su jefe. Como ellos están en la zona más cercana al enemigo, los necesitaban para dispararles, pero sin luz, no creo que les hayan dado a nadie.

preocupaba al de Tauste. No sabía si el capitán le mantendría el permiso del día siguiente, y tampoco estaba seguro de querer que viniera su familia al frente. Había mucho peligro, y le atormentaba que les pudiera pasar algo por su culpa. -Ya no tiene remedio. Seguro que mañana salen muy temprano. No me da tiempo a poner el parte para suspender el viaje -pensó mientras se tumbaba-. No voy a poder dormir con tantas preocupaciones en la cabeza. ¿Cómo habrán pasado la noche?

Continuará… ¿Quieres seguir la historia?

Te invitamos a que pinches aquí y descargues este fragmento que nos ofrece -Bueno, soldados, vamos Ana Larraz Gale de su a intentar descansar que novela: “La Fotografía. parece que ya ha acabado Historia de un soldado todo. Hoy nos toca dormir 1936-1937” en la trinchera -ordenó el sargento-. ¡Mañana nos levantaremos con reuma! No era eso lo que le ~39~


La caja Oblonga Donde los cuentos cambian la realidad que nos rodea

La imaginación de Lucia Marian Cañibano

L

Fotografía de Ryan McGuire.

ucía era una niña gris. Una de las miles de criaturas grises que habían ido naciendo a medida que el nuevo orden se instalaba en todos los hogares del mundo. Jamás sonreía en público. Nadie lo hacía. Se les tenía prohibido cualquier tipo de muestra de afecto y pocos eran los que se atrevían en privado. Familiares, compañeros, no existía la amistad. La infancia pasaba, así, a formar parte de la vida como un simple y mero formalismo, hasta que se llegaba a la madurez. Una única fórmula para continuar restando días,

hasta encontrar el individual momento de la muerte. Sus padres, también habían sido niños, también habían lucido grises ropas y, tampoco, se les había permitido reír. Aquel invierno, otros planes cambiaron el rumbo de las anuales vacaciones programadas. Tenían pensado acercarse hasta la concentración de trabajadores del régimen, para continuar aprendiendo nuevas técnicas de optimización. La importancia de cómo programar su tiempo era la única condición que había de perseguirse en esas fechas. Pero la repentina y ~40~


confusa muerte del hombre, que desde hacía años impartía las clases, dio al traste con sus deseos. El revuelo que se montó al descubrir la orientación de su pensamiento, llegó a oídos de los no asistentes y la mayoría decidió no mezclarse con otras personas durante la investigación, por miedo al contagio y a la denuncia. Entre sus cosas, se habían encontrado viejas fotografías a color en compañía de un canoso y orondo anciano disfrazado con un vergonzoso pijama rojo, ribeteado en algodón blanco, con las que quedaba clara la tendencia e ideología de alguno sus parientes. Todos fueron detenidos, con culpa o sin ella, y lo más probable era no se supiese nada de ellos por el resto de sus vidas. Ante el disgusto de la madre, el padre decidió que no sería capaz de aguantar sus llantos y pesares durante toda aquella maldita semana de descanso, poniendo encima de la vieja mesa una maleta y la decisión de partir hacia la olvidada casa de su anterior y fallecida familia. No admitió debate alguno por parte de la mujer, a pesar de que con el gesto de su cara desaprobaba la idea. Cuando era otro niño, él había vivido allí por algún tiempo, durante sus siete primeros años, la misma edad con la que contaba Lucía. Generaciones enteras de su apellido la habitaron, hasta que quedó definitivamente prohibido, también, todo contacto entre adultos emparentados que no fuese el de matrimonio e hijos menores, y sus propios progenitores decidieron

mudarse a la ciudad abandonando la difuminada figura de sus abuelos entre aquellas cuatro paredes. Los nuevos hogares fueron concedidos por escritura pública ante diez presencias notariales. Una vez firmado el documento, la obligación de mantener en pie las estructuras de viejo hormigón, piedra o madera, se convertía en ley. Los castigos por desatender ese tipo de cuestiones, podían llegar incluso a imponer la muerte. El hombre, aprendió a tener mucho cuidado con esas cosas. Sobraban individuos ante la falta de nuevas construcciones, nadie protestaba por tener opción de mantener impecable un lugar donde no sentir el frío, a pesar de que a otra familia le costase la vida. Recientemente había recibido una comunicación escrita en la que constaba haber sido beneficiario de la propiedad, en herencia, del viejo caserón. Tenía programado dejarlo para más adelante, utilizar alguna de las fiestas que regalaba el régimen para seguir optimizando el rendimiento, para comprobar su estado y acometer las reformas. El también dejaría su hogar en herencia a su hija llegado el momento, pero prefería hacerlo en vida y al igual que sus olvidados padres, subir de ese modo en el escalafón de clases. Dedicarían sus vacaciones a adecentar la vieja herencia, antes de que les denunciasen por dejadez, estaba decidido, pensó el padre. La habitación que Lucia compartía ~41~


Fotografía por Elisabetta Foco.

en su ciudad, carecía de luz exterior. Prácticamente todas las viviendas concentraban su distribución en una gran cocina junto a la puerta de entrada. El fuego del hogar se había sustituido por una gratuita fotografía, gris y autoritaria, que emanaba el calor suficiente como para mantener una vida sin derroche. Una única ventana al lado del fregadero, procuraba ahorrar en el recibo de la luz, a duras penas, mientras que el resto de huecos se construían como bunker para resistir posibles interferencias, en caso de ser atacados por las sanguinarias tropas de la imaginación. Todo el mundo temblaba al oír sus devastadoras historias. Como cogían fuerza en el sur, poco a poco, día a día, habiéndoseles unido cientos de renegados que no mostraban ningún aprecio por las costumbres ni por las tradiciones, atreviéndose a sonreír en privado, maleducando a sus bastardos. Ni siquiera respetaban los sagrados vínculos del matrimonio concertado, uniéndose entre ellos con la desfachatez de autoproclamarse enamorados. Un hombre está hecho de tradición, gritaba

el marido encolerizado al oír las noticias filtradas, mientras la madre callaba siempre, mientras lloraba por dentro. Entonces él, la acusaba de no hacer otra cosa por su país. Trabajar y llorar no era suficiente para mantener una familia a flote con los tiempos que corrían. Era necesaria la mano dura si se quería sobrevivir, bramaban sus duras barbas ante la figura incapaz de contener las lágrimas, siempre silenciosa, de su mujer. Lucia crecía de ese modo, día a día, aleccionada, le quedaban menos de diez años para ejercer la libertad de su ciudadanía, la casarían y habría de estar preparada para romper el vínculo con sus padres, ellos mismos se mudarían al campo. También, lo tenía decidido el hombre. Llegaron sobre las cuatro de la mañana al antiguo caserón, cerca del gris acantilado. Lucía había caído rendida hacia horas. Su madre se apresuró a despertarla con un suave pero visible movimiento, antes de que su marido perdiera la paciencia y comenzara de nuevo a utilizar los gritos para arrancar ~42~


a la pequeña de la profundidad del sueño. Esa noche, la pasaron tirando colchones en el largo y ancho pasillo con olor a maderas nobles recalentadas por el tiempo, por la falta de cuidado y de ventilación. . El padre, antes de dormir quiso explicarlas otra de las razones por las que su familia pidió permiso para mudarse. Todas las habitaciones de aquella imponente casa, tenían entrada de luz, y con el vigor de las nuevas leyes, hubo un momento en el que a sus progenitores se les hizo imposible seguir educándoles, a él y a su hermano, con las nuevas normas de oscuridad en el ambiente. Pidieron su traslado, pero jamás se atrevieron a venderla tras la muerte la anciana pareja de abuelos. Nadie les habría pagado lo correcto, y pensaron en su hijo mayor. Contaban con la suerte de que estuviera apartada del resto de las casas habitadas. Pocos, por no decir nadie recordaban ya su existencia, en la poco poblada zona. Nada más amanecer, comenzaron las tareas en un intento de adecentar espacios. Todos tenían trabajo, pasarían una larga semana de vacaciones y debían aprovecharlo. Lucia luchaba como podía para arrancar el polvo incrustado en paredes y suelo. Subida en una enorme escalera, tuvo la sensación de poder tocar por primera vez un techo. La madre, limpiaba afanosamente las partes que la niña iba librando de los años. El olor a desinfectante ganaba intensidad junto

a la falta de ventilación y las primeras horas pasaban con buen ritmo de trabajo. Subida en el último peldaño de su desproporcionada escalera, Lucia sintió mareos en la tercera jornada, los concentrados vapores de la limpieza fueron demasiado fuertes para el frágil aguante de la niña. A punto estuvo de estamparse su pequeño cuerpo contra el suelo, si su débil peso no hubiera vencido la acartonada pared, en aquel punto concreto. Desmayada, entre los gritos de espanto de su madre trepando los peldaños, sus grises ropas polvorientas fueron a parar a otra estancia, a otro deshabitado espacio, cubierto por desconocidos blancos fantasmales fijando en ella sus intenciones. - Lucia, Lucia, despierta. -Insistía una dulzura, desconocida e histérica, en la voz de aquella mujer.- ¿Estás bien Lucía?- repetía una y otra vez. La niña dejo entrever el reluciente destello de su triste mirada, aferrándose en un acto de pánico a la arrugada y desgastada chaqueta de su madre. Son los fantasmas de la imaginación mama,gritó aterrorizada. -Ayúdame!!!. - Tranquila hija, no son fantasmas, sino sábanas como las que tú tienes en tu cama, tapando muebles.- Le corrigió divertida. - Pero las sabanas son grises mama, estas parecen venir del cielo, son del color de las inalcanzables nubes.- Sollozó la niña sin despegarse de la madre. ~43~


sólidas de distintos y hermosos colores, que encandilaron con su reflejo a la niña. La madre, cogió el árbol depositándolo en el suelo, con suaves movimientos fue ayudando en la corrección de sus formas, al terminar tocó con su pulgar extendido la estrella que coronaba su copa provocando que naciera una sinfonía de luces y nuevos colores entre sus ramas. Lucia no pudo dormir esa noche. Su joven mente había descubierto el poder de sentirse emocionada.

Fotografía por Wayne Dery

-Ya es hora de que tengamos una conversación tú y yo. Tenemos tiempo. Tu padre fue a por más madera para afianzar la oscuridad de nuestras habitaciones. Ven sentémonos aquí.Sonrió por primera vez sin miedo, mientras tiraba de uno de los picos de las inmaculadas sabanas, destapando así una silla con relieves dorados y un par de polvorientas cajas. La niña consiguió dibujar una sonrisa con el dolor de sus agrietados labios. Madre e hija disfrutaron, por primera vez aquella tarde, de sus compañías de forma consciente. En una de las cajas, Lucia descubrió un pequeño árbol que la mujer llamó de navidad. De las puntas redondeadas de sus ramas, colgaban hermosas y desconocidas figuras angelicales, junto con brillantes burbujas

Durante el resto de las vacaciones, compartieron todo el tiempo del que dispusieron entre aquellas cuatro adorables y escondidas paredes, cualquier excusa era buena para ello. A la niña le encantaba disfrutar observando la vida de aquel árbol artificial. El padre, no sospechaba nada. En el lugar del esperanzador accidente colocaron la gratuita fotografía imprescindible para poder calentarse, tapando en la pared el agujero de entrada a su nuevo mundo. Lucia conoció por fin el poder de la lectura en los labios de su madre, de las velas encendidas y la posibilidad de adornar que tienen las luces, también aprendió sus primeras letras del abecedario antiguo, el que permitía saber que dicen los libros, en brazos de su progenitora. Cada día destapaban un mueble a modo de juego y de sorpresa. Todos eran preciosos, Después dejaban volar la imaginación, explicándose su historia inventada con palabras prohibidas e inocentes risas. La mirada de la niña ~44~


comenzaba a perder las pinceladas amargas, y sus ocurrencias cada vez estaban menos condicionadas por las normas educativas. Pero las vacaciones estaban a punto de terminar, la semana transcurrió con demasiada rapidez. Su padre había bajado dos o tres tonos en sus gritos. Se le veía pasear. Siempre estaba paseando después de su obligado trabajo. Madre e hija, decidieron dejar para el final un último mueble cubierto. El más grande en extensión de pared. El más tentador a primera vista. Con lágrimas contenidas, la niña procedió a tirar de la sabana con el miedo a lo que finaliza. El asombro iluminó sus verdes ojos, reflejándosele también el calor en la mirada, mientras se veía retratada junto a sus padres en un enorme cuadro. Lleno de suaves y tranquilizadores colores. Los tres posaban sonrientes con la silueta de la casa como horizonte, a su derecha un enorme árbol, idéntico a la miniatura encontrada el primer día por Lucía, inmenso, rebosante de las increíbles y desconocidas figurillas iluminadas por la mágica luz de las velas pintadas. La madre, hundió sus dedos con comedida fuerza en los hombros de la niña. Sintió pánico, ellas estaban preparadas. Ahora le esperaba un largo recorrido en la clandestinidad para volver a educar a su pequeña. -Lucía, vámonos. Volveremos el año que viene y volveremos a celebrar juntas la navidad. Hija, recuerda esto, el mundo no tiene por qué seguir siendo gris. Aunque tus ropas lo sean, aunque tu

habitación esté `tristemente pintada y no se nos permita la luz del sol. Nos mintieron, implantaron esa opción, tan solo, para que quienes sobrevivieron a la última guerra, tomaran conciencia de la verdadera magia de la imaginación, para que aprendieran a no desperdiciar su poder. Pero la avaricia del hombre pronto convirtió el intento de enseñanza, en un estado de esclavitud. Solo quienes encuentren su verdadera pasión en la vida, serán capaces de romper con los moldes. La mía, es la pintura. Eres tú, Lucia, jamás renunciaré a ti aunque te hagas mayor. A partir de ahora llevaras tú también, el color en tu corazón. Como lo llevo yo desde hace años, desde que me lo mostró mi madre, con cuidado, a escondidas. Tú también encontraras tu pasión, solo tienes que cultivarla, en silencio, y tener claro que a pesar de que crezcas, no tendrás que renunciar a ella. Aprendiste que verdadero valor de la navidad emociona el corazón y se lo mostraras a tus hijos. El mundo está cambiando. Pero escúchame, no se lo puedes contar a nadie, todavía no es seguro.Terminaron sus palabras, fundiéndose su secreto en un gran abrazo cargado de emoción. Tras subirse al taburete tapizado de estrellas a modo de escalera, ambas salieron de su mágica habitación. Observando su obligado regreso al mundo real, la mirada de un buen padre reflejada en aquel cuadro, les seguía sonriente, dejando escapar una lágrima de corrida pintura, al verlas desaparecer ~45~


Otra Navidad Luigi Steven Ortiz Gómez

Q

Fotografía de Ryan McGuire.

ué melancolía me da al ver estos niños corriendo por la calle; juegan con los regalos que les dieron el año pasado y esperan con ansias los regalos que vienen hoy. Recuerdo mucho cuando yo estaba en esa misma situación, sí señor. Vivía en un pequeño pueblo, donde lo único que pasaba era la vida. Los regalos de esa época eran más sencillos que los de ahora: un carrito de juguete, algo de ropa o un par de zapatos. Eran regalos muy simples, pero uno aprendía a apreciar esas cosas. Agradezco tanto a mis viejos que me hayan criado así, mijo. »Una vez me regalaron una bicicleta. Yo nunca había tenido una, pero no porque fuéramos pobres ni nada

parecido. Nunca había pedido yo una, casi nunca pedía nada, pero mis viejos querían darme una sorpresa. Era una bicicleta roja muy normalita, con sus buenas ruedas y frenos; nada más que eso, lo importante. Esa navidad me acuerdo que la pasé como nunca; recorrí todo el pueblo con esa bicicleta. Esos años fueron los mejores; me acuerdo que conocí a su mamá por esas épocas. Tendría yo unos 14 años. »Su mamá era de esas niñas que le pegaban a uno si no hacía las cosas bien. Me acuerdo que en una navidad, precisamente, fue que lo robé un beso. Me dio un golpe y se fue, pero se fue riéndose y sonrojada. Era la primera vez que la veía sonrojada; sabía que había hecho algo bien. Esa navidad fue en la que yo tendría unos 16 años. ~46~


»Ahora que lo pienso, todas los buenos recuerdos que tengo de mi vida han sido en estas fechas, mijo. Cuando usted nació, cuando me dio a mi nieta, cuando me casé con su mamá y muchas otras cosas… pero también perdí a mis viejos en estas fechas. Me acuerdo que fue eso cuando tendría yo unos 27 años. En una de esas borracheras mi papá se fue en el carro con mi mamá para yo no sé dónde, al final terminó en accidente y me quedé solo con su mamá. Fueron duros días, pero gracias a su mamá seguí adelante; ella fue, es y será un ángel para mí hasta que me muera, que espero sean muchos años más. »Todos esos años que le cuento, hijo mío, ya pasaron hace mucho. Véame ahora, ya estoy como viejo. Ni una de aguardiente puedo tomarme porque ya toca derechito al hospital. Pero uno se da cuenta en éstas fechas de lo bonito de la vida, sí señor. Me imagino cuando usted y la esposa suya estén así como uno. Hágame caso que usted se dará cuenta de lo bello de esto, de vivir. Pero bueno, mijo, vaya a ver que ya en un rato son las doce y los nietos deben estar esperándolo a usted. Me acuerdo que usted era igual que ellos. Vaya, mijo». Andrés se levantó de la mesa donde estaba hablando con su padre, el señor Hernando. Fue adonde sus hijos y estuvo con ellos el resto de la noche, mientras que su padre reía y hablaba con sus viejos amigos. El día de navidad y la víspera fueron días para recordar por toda la familia; risas, abrazos,

regalos y besos. Andrés estuvo en todo momento recordando las palabras que le había dicho su padre; le brotaron unas lágrimas cuando las campanas avisaban las 12 de la noche y el inició de la navidad, y bajo la música decembrina abrazó a su padre. El resto de días la familia descansaba y gozaba las fechas, pero el día 27 de ese mes llegó la triste noticia. Don Hernando había muerto; el día 26 se fue a dormir con una sonrisa en su rostro y junto a su amada esposa, para la mañana siguiente no despertar. Toda la familia, el barrio y conocidos estuvieron de luto por la inesperada muerte; Andrés estaba taciturno y no podía creer lo sucedido. Su padre había muerto y le había dejado solo. Llegó el día en que se acaba el año y toda la familia estaba reunida como de costumbre. Era una celebración diferente, pues faltaba don Hernando. Todos hablaban y trataban de pasar un buen momento, pero no podían sacar la tristeza del todo. Andrés estaba en silencio, tomando una cerveza; se le veía sin expresión alguna, pensativo. En un momento dado se levantó y tomó a su madre por un brazo, la llevó a la sala a bailar. “Mi viejo ya no está con nosotros, viejita, pero le juro que Sumercé nunca estará sola”, le dijo al oído. Ella lloró y sintió una melancolía muy grande. Andrés se dio cuenta de ello y la abrazó. La familia nunca estuvo más unida, y nunca dejó de estarlo. ~47~


La inmaculada Letras que suenan como la música de las esferas.

Otra historia sobre regalos de navidad Carlos Fernando Imbachi Gamba

1951 SANTA IN PERKINS. Fotografía por Mississippi Department of Archives and History

T

odos conocemos al viejito barrigón que vestido de rojo llega con regalos a todos los hogares de mundo. Lo que se desconoce es cómo es que él se ve en la “obligación” de realizar esta ardua tarea en una sola noche cada año. El inicio de la tradición se remonta a esos tiempos que no datan en los libros de los historiadores. Una época censurada para toda la humanidad por el alto contenido de violencia,

robos, entre otras cosas horrorosas, como siempre había buenos y malos; donde unos trataban de defender los inocentes, y los otros de robar y afectar cualquier actividad de los mismos. Cada “bando” tenía un jefe, y para el caso de los malos era alguien que acumulaba riquezas que si se pusieran todas en la superficie del planeta, cubrirían toda la esfera con una capa de 1 metro de espesor, por lo que cada botín fue enterrado y distribuido en ~48~


diferentes fosas en tierra y mar. Después de mucho tiempo en que el pueblo sufrió, sus defensores planearon una estrategia para no matar, sino capturar al malvado enemigo y sus secuaces cabecillas, si conseguían hacerse con los que mandaban, podían fácilmente hacerse con los peones de la guerra. Los buenos citaron una guerra donde el futuro y dominio del pueblo y todo lo que había alrededor, se definiría. Los malos aceptaron con mucha confianza de que todo estaría bajo su control al acabar la guerra. El día acordado llegó, la guerra empezó y fue intensa desde los primeros segundos. Mientras los guerreros malos estaban enfocados en atacar los grupos de los buenos, éstos últimos en realidad esperaban realizar una emboscada a los líderes del bando contrario, los “guerreros buenos” que había en todo el campo, eran realmente muñecos de entrenamiento disfrazados. Tan pronto el plan maestro de los buenos empezó a completarse, la guerra empezó a apaciguarse. Y los “peones” malos, apenas notaron que sus líderes no estaban, por lo que decidieron volver a sus escondites mientras seguían instrucciones.

después llegó el líder de los buenos acompañado por un par de hechiceros -, ofreciendo un trato con el cual nadie saldría lastimado. Inicialmente los hechiceros hicieron una maldición sobre aquellos hombres, y el trato era sencillo: Todos los malos tendrían que devolver todas las riquezas obtenidas hasta el momento de una forma especial. Aquellas personas buenas que durante el año hicieran acciones positivas y que hubieran sido buenas recibirían algo que necesitaban. A cambio, todos aquellos que realizaron esas atrocidades hasta el momento deberían encargarse de ello, el resto del año podría su alma descansar y así hasta el fin de los tiempos. Si llegaban a negarse, su alma sufriría castigos inimaginables. Con el paso del tiempo, esta “tradición” empezó a variar en sus historias, como se mencionó antes, fue con el fin de censurar todo el pasado oscuro de la humanidad. Ahora, con tantas cosas en que el mundo está inmerso, pusimos la imagen de un abuelo sonriente y amable, que reflejara las buenas enseñanzas y principios que los valientes guerreros en aquellos tiempos, pidieron que se cumplieran en nuestras vidas.

Los líderes de las tropas y el jefe se encontraban ahora en poder de los buenos, atados en un la plaza de la capital esperaban lo peor, poco tiempo ~49~


Luz verde Dionisio López Ramos

H

oy es veinticuatro de diciembre; con sesenta y cuatro años recién cum-plidos y a punto de jubilarse, piensa que le quedan tres telediarios para ver realizado ese propósito. Esa mañana acude a su hora habitual a la ofi-cina de trabajo, después, a media jornada y antes de tomar un tentempié coge el móvil, marca un número y espera pacientemente, tras escuchar cinco pitidos seguidos un contestador automático salta anunciando que puede dejar un mensaje. – Hola Carlos, veo que no estás en casa y siento no poder hablar contigo, llamo para felicitarte las navidades y desearte que lo pases bien con los tuyos, un saludo. Cuando llega la hora de salir del tajo, abrazos, felicitaciones y buenas maneras despiden un día en el que todos están deseando llegar a su casa; pero él no tiene prisa porque sabe que nadie le espera. Así que antes de encerrarse entre cuatro paredes, deambula sin rumbo fijo tomándose unas copas por el camino para afrontar la situación de la mejor manera posible.

que él mismo ha preparado, al lado, una copa de champán acompa-ña su velada. La alza... y hace un brindis con la nada; después, mientras termina de comer un cacho de turrón de chocolate con almendras se in-corpora y enciende un pitillo. Se gira y, al hacerlo, se da cuenta que en el teléfono que tiene colgado sobre pared del pasillo, una luz verde parpa-dea anunciando que tiene un mensaje. Lo coge... y lo escucha: – Hola Carlos, veo que no estás en casa y siento no poder hablar contigo, llamo para felicitarte las navidades y deseo que lo pases bien con los tu-yos, un saludo. Carlos da una profunda calada al cigarro, y mientras va sacando el humo hacia fuera,... una sonrisa se perfila entre sus labios. – Menos mal que alguien se ha acordado de mí.

Tres horas más tarde, sentado en la mesa de la cocina apura medio cor-dero ~50~


Âż ? leerĂĄs

e-mail: eltelolondelaluna@gmail.com https://www.facebook.com/revistademencia https://twitter.com/revistademencia revistademencia.wordpress.com

~51~


El jardin del poeta Poesía que se esparce sobre el lienzo

El alba por una estrella Patrick Ericson

E

l alba, el alba se

Y yo me quemo en la

Dromedarios y elefantes,

acerca.

arena.

Caballos y mirra espesa,

El alba por una

Tacto fiel de madrugada,

Incienso de pebeteros

estrella.

De corales y de estrellas.

Y oro sin sed de monedas.

Pisadas de eco remoto, Anunciación blanca y sola, Pisadas que ya se acercan. Miel de corales navega. Relinchos de verde brisa,

Hoy la noche se detiene

La mar estrena su calma,

Horizonte que navega.

Belén arde en cuatro

Virgen celo de promesas,

Un barco de mil espejos

fuegos,

Y sus doce vientos

Redonda playa se estrena,

Geografía de luz entera.

duermen

Y copia toda la noche

Y los magos se arrodillan,

Lienzo al pairo en doce

Claridad, flor de presencia. Luz temblorosa su ciencia,

velas.

Desnuda y recién abierta.

En el horizonte exacto Reyes de barbas azules,

Que les anunció la

Toda la noche circula

Patriarcales y sinceras,

estrella.

En aleluya de venas.

Con un silencio ceñido

Toda la noche en el

Que Herodes siente de

Oriente se enciende todo.

sueño,

piedra.

La mar su lumbre navega.

Toda la noche despierta.

Esclavos de risa blanca,

Un barco de mil espejos.

Toda la noche en cristales

Esclavos de piel morena.

El alba por una estrella.

~52~


Busco

Temoltzin Santillan Padilla

B

usco el eco de tus hipocresía y banalidad.

ruidos del exterior;

dulces gemidos

Los villancicos penetran

esos gemidos que

de placer

con fuerza en mi cabeza,

encienden mi cuerpo lo queman y hacen que

en cada rincón de las luces se han apoderado de la

mi alma arda

lo único que escucho son

habitación,

junto con él, junto

los infames villancicos de

afuera son compradas

contigo;

afuera,

y dadas todo tipo de

esos dulces gemidos que

que irrumpen

falsedades ,

he buscado

violentamente el silencio

yo sigo buscando mis

por días en cada rincón

de mi oscura soledad,

ilusiones

de la habitación,

las luces de colores se

en esas dos lunas

esos gemidos que han

la habitación,

cuelan por la persiana mal menguantes rozadas que

dejado de ser un eco

acomodada,

llevas por pechos ,

convirtiéndose en el

mientras corro debajo de

quisiera lamerlos y

silencio que acompaña a

la mesa como un animal

morderlos

mi soledad.

asustado,

hasta que el dolor y placer

tratando de ocultarme de

sean uno, escapando por

su luminoso toque.

tu boca,

Sé que hoy todo es paz y

convirtiéndose en dulces

felicidad,

gemidos

un día bendecido para la

que callen a los profanos ~53~


Correo

Mensajeros Dementes que viajan entre las olas.

La época de la unión familiar Daniel Gonzalez Escobar

L

Fotografía por Preus museum

a navidad es la época más hermosa de todo el año, las ciudades se iluminan de hermosos colores rojos, verdes, dorados, azules, etc. en las noches, las casas son decoradas con lindos adornos navideños como muñecos de tela, el árbol navideño y en algunos lugares el pesebre, la gente tiene un aire

eufórico durante estas épocas, y como olvidarse de las maravillosas obras y presentaciones pirotécnicas, si definitivamente considero esta la mejor época del año. Aunque la navidad fue creada para recordar el nacimiento del hijo del Dios de los cristianos, es una época en la que las familias sin importar ~54~

las creencias están más unidas, una época en la que los valores como el amor, el respeto, la fraternidad y la solidaridad se hacen notar más que nunca, una época que hace que la gente este con las personas que ama, así sea de manera espiritual y/o virtual.


La navidad Catalina Hernández García

M

ucha gente arma el árbol y cuelga adornos navideños desde noviembre, pero no es sino hasta Diciembre que ese sentimiento de unión, bondad y alegría se siente en todos y cada uno de nosotros. Creo que hasta el olor de la ciudad cambia. El siete de diciembre se comienza con la tradición del día de velitas. Luego, esperando a que el nacimiento del niño Jesús llegue se celebran las tan

conocidas novenas desde el 16, siendo un motivo de reunión entre familiares y amigos, donde se disfruta y se reza para que el próximo año sea el mejor de todos. Finalmente llega el tan esperado nacimiento del niño que todos queremos y justo a las doce se abren los regalos esperando tener lo que uno siempre ha pedido no durante el año, si no durante su vida. Y entonces… le dan a uno los regalos que ellos compraron que resultaron ser los que uno menos quería y los que, ~55~

al final, le toca usarlos por compromiso. Pero no importa, todo eso se perdona para disfrutar de la navidad. La navidad es el evento que logra perdonar recibir los regalos que uno no quiere, el evento que lograr unir familias de nuevo, y el que logra, también hacer de diciembre el mes más feliz para algunos. ¡Feliz Navidad!



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