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DENGUE: Fiebre “rompehuesos
Ana L Medina Mateo MD FAAP Especialista en Emergencias Pediátricas y Secretaria de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría
INTRODUCCIÓN
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El dengue es una enfermedad vírica frecuente e importante en nuestro país. Comúnmente se manifiesta en países tropicales y subtropicales, y para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) se considera un problema de salud pública en estas regiones. La temporada de dengue en Puerto Rico abarca desde junio a noviembre. Los primeros meses del año se caracterizan por abundantes lluvias, lo cual podría explicar el aumento de los casos incluso antes de iniciar la verdadera temporada de dengue.
El dengue es transmitido por el mosquito hembra de la especie Aedes aegypti, que también es el vector de otras enfermedades virales como el Zika, el Chikungunya y la fiebre amarilla. El virus causante del dengue proviene de la familia Flaviviridae que presenta 4 serotipos distintos (DENV-1, 2, 3 y 4) Cuando una persona se infecta, adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular, sin embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y provisional.
DIAGNÓSTICO
Las manifestaciones clínicas del dengue son variables. Un 75% de las personas infectadas son asintomáticas. Otros pacientes pueden presentar un estado clínico leve o moderado y, un 5% de los pacientes desarrollan dengue severo. En nuestro país, el dengue es más común en niños, y se comporta con mayor severidad en los infantes, adultos mayores y en personas con múltiples comorbilidades. Uno de los principales factores de riesgo para dengue severo y dengue mortal es la diabetes mellitus. La hiperglucemia conduce a un incremento de la diuresis osmótica, la deshidratación y la acidosis metabólica. El
choque causado por dengue severo puede confundirse con una cetoacidosis diabética o estado hiperosmolar no cetónico. Los criterios clínicos para el diagnóstico fueron evaluados y establecidos por el Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC) y OMS en 2009, y son los siguientes: 1. Dolor: dolor de cabeza; dolor detrás de los ojos; dolor muscular y dolor en las articulaciones 2. Sarpullido (rash) 3. Niveles bajos de los leucocitos 4. Prueba de torniquete positiva
Los criterios clínicos fueron reevaluados establecidos por CDC y OMS en 2009
1. Dolor: dolor de cabeza; dolor detrás de los ojos; dolor muscular y dolor en las articulaciones 2. Sarpullido (rash) 3. Niveles bajos de los leucocitos 4. Prueba de torniquete positiva 5. Nauseas y vómitos 6. Presencia de un signo de alarma
5. 6. Nauseas y vómitos Presencia de un signo de alarma
Un paciente con fiebre y 2 de estos criterios es sospechoso de dengue y se debe tratar como tal, a pesar de que los resultados de laboratorio definitivo no estén disponibles. Los signos de alarma son: alteración de la conciencia, sangrado por las encías o nariz, náuseas y vómitos frecuentes y persistentes, dolor abdominal marcado, hepatomegalia mayor a 2 cm, evidencia clínica de aumento de líquido en el cuerpo
(ejemplo, dificultad respiratoria), exámenes de laboratorio que evidencien un aumento marcado del hematocrito y disminución de plaquetas, mareo o hipotensión. Si alguno de estos signos se encuentra presente, el paciente debe ser hospitalizado para su manejo inmediato.
TRATAMIENTO
El énfasis en el tratamiento del dengue desde hace muchos años, no es el control de los niveles de plaquetas, sino mantener al paciente hidratado y evitar que entre en estado de choque. Es importante mencionar que en el momento en que baja la temperatura, el paciente con dengue severo tiene mayor probabilidad de descompensarse. El paciente que se maneja de manera adecuada, no presenta sangrados masivos ni complicaciones por deshidratación. La mortalidad de un paciente con dengue que recibe un tratamiento efectivo es menor al 1%. Existe una vacuna para evitar contraer el virus del dengue aprobada por la FDA, pero aún no se han establecido los criterios necesarios para su utilización. No todos los pacientes con dengue tienen todas las manifestaciones clínicas en el momento en que el médico los evalúa. Por lo tanto, en cualquier paciente febril con ausencia de un cuadro respiratorio catarral se debe sospechar esta enfermedad. Si se sospecha dengue se puede recomendar acudir al médico de cabecera y seguir las siguientes recomendaciones: descanso en cama, controlar la fiebre con acetaminofén -no utilizar antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno-, hidratar adecuadamente, evitar la propagación del dengue dentro de la casa con uso de insecticidas y repelentes de mosquitos, así como también, eliminar criaderos de mosquitos. Si el paciente presenta cualquier signo de alarma acudir de forma inmediata a la sala de emergencia más cercana.
REFERENCIAS
1. CDC 2. OMS/OPS 3. Red Book