Revista Ecociencias 10

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Fotografía por Francisco Caravajal

Vecindario, ciudad y crisis social La ciudad y sus espacios vecinales han cobrado cierta relevancia durante las movilizaciones sociales de las últimas semanas en Chile. Los protagonistas han sido nuevos actores e iniciativas sociales en los territorios: centros y colectivos culturales y políticos, grupos ambientales, asociaciones de ciclistas urbanos, ferias ecológicas y de intercambio, huertos comunitarios, cabildos y asambleas, entre otros. Estas expresiones muestran la búsqueda de nuevas agendas y espacios de acción colectiva y la necesidad de poner en movimiento formas alternativas de hacer y organizarse en el contexto de la crisis social que vivimos. Si bien muchas veces los nuevos actores están en conflicto con las lógicas de las organizaciones vecinales clásicas, una articulación entre ellos podría contribuir a dinamizar y complejizar las agendas territoriales. La oportunidad que se abre con esto es reconstruir la conexión causal entre sociedad, ciudad y espacio vecinal. No en términos solamente urbanos (físicos), sino en otras múltiples dimensiones: alimentación y consumo, transporte, salud, educación, trabajo, pensiones, sustentabilidad ambiental, agua potable, etcétera. En todos estos ámbitos, encontramos desigualdades e injusticas que tienen expresión territorial, es decir, que se originan en la forma en que la sociedad produce la ciudad y sus espacios. Pero, al mismo tiempo, en ellos

podemos observar también los efectos negativos de un determinado modelo de desarrollo. En este sentido, las iniciativas y actores sociales emergentes abren una oportunidad para pensar los territorios vecinales como espacios desde los cuales construir nuevos caminos: modos de resolver los problemas fuera del ámbito del mercado, recurriendo a tecnologías y saberes locales; formas de organizarse y organizar que radicalizan la democracia; formas de interpretar la realidad capaces de incorporar problemas que hayan sido tradicionalmente invisibilizados, como los de género o los ambientales, o bien excluidos de nuestro derecho a opinar, como los de la economía. Hasta ahora, la separación entre barrios, ciudad y sociedad ha hecho que las políticas urbanas se concentren en construir plazas, sedes sociales, mejorar paraderos o enrejar las viviendas, como si todo eso existiese independientemente de los ingresos familiares, del acceso al trabajo, a una pensión digna o a una educación de calidad. O como si todo eso, a su vez, existiese fuera del modelo de desarrollo dominante. Hemos aislado el vecindario de todo cuanto realmente reproduce su condición. El regreso a lo vecinal que vemos en estos días es un indicio de la posibilidad de su resurgimiento como espacio de deliberación democrática. Sin embargo, un avance sustancial en esta dirección, requiere trabajar en tres frentes

simultáneamente: por una parte, la reconquista de un espacio autónomo y vigoroso para las organizaciones vecinales a través de una nueva ley de junta de vecinos [y vecinas] y organizaciones comunitarias; por otra, la consolidación de mecanismos de participación vinculantes —como los plebiscitos—, que hoy son impracticables en el ámbito comunal. Aprovechemos el actual escenario como el hito que nos permita avanzar hacia tales metas, ofreciendo al mismo tiempo cauces a la iniciativa social y a la movilización que demanda respuestas. Finalmente, todo ello deberá ser complementado con una importante reforma a la institucionalidad municipal, incluyendo su sistema de financiamiento. Recuperar el potencial transformador del espacio vecinal es fundamental para presionar por ciudades más justas; y ciudades más justas, son, en el mundo actual, una puerta de entrada a la discusión y construcción de alternativas a problemas sociales y civilizatorios globales. En este escenario, recuperar la conciencia de la relación entre sociedad, ciudad y espacio vecinal es clave. Ir de lo vecinal a la ciudad es una necesidad para el Chile de hoy. Francisco Letelier Troncoso – CEUT UCM Stefano Micheletti Dellamaria – CEUT UCM Javiera Cubillos Almendra – CEUT UCM Patricia Boyco Chioino – SUR Corporación


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