El Cruce- Noviembre 2011

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Noviembre 2011 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA

Locomotora Cristina El histórico triunfo electoral de la Presidenta le da un amplio respaldo para continuar su política de dar cada vez más derechos. Los grupos de poder opositores intentarán presionarla buscando que suban el dólar y los precios, pero les será difícil socavar su popularidad.

Muerte digna Derecho a no sufrir

Futbolistas y estudiantes La otra academia

AÑO 3 - Nº18

Cómo profundizar el modelo La opinión de los economistas

El fin no justifica a los medios Influencia electoral de la prensa

A diez años del Plan Fénix La receta para salir de la crisis

ENTREVISTA Guillermo Martínez Una sobre sexo

ADEMAS: El manual del delegado sindical I Kirchner Intimo I Los caminos de Evo I Museo del Libro y la Lengua Los medios y la Vuelta de Obligado I Gerardo Hochman recomienda I Marcos Viancheto, hecho en casa.


Publicación mensual de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

Sumario

Director: Daniel Miguez

Consejo de Redacción: Jorge Benedetti Leonardo Castillo Adrián Figueroa Díaz Gustavo Naón Pablo Romano Eduardo Videla Martín Voogd

Escriben en este número: Soledad Arréguez Manozzo Ailín Bullentini Adrián Cioffi Noelí Cristti Cecilia Díaz Germán Ferrari Carlos Lamiral Rocío Magnani Matías Mazzocchi Alfredo Mera Matías Quercia Pablo Sieira María Daniela Yaccar

Editorial

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El fin no justifica a los medios

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Profundizar el modelo, pero cómo

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Diez años del plan Fénix

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Kichner íntimo

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Instrucciones para la lucha gremial

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Panorama político

Pamela Royo

Muerte Digna

Contratapa y retiración:

Futbolistas a estudiar

Diseño:

Rubén Ortiz

Fotografía:

Literatura de la pelota

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ARGRA Escuela Télam

Entrevista a Guillermo Martínez

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Museo del libro y de la lengua

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166 años de la Vuelta de Obligado

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Gerardo Hochman recomienda

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Marcos Viancheto, hecho en casa

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Servicio periodístico: Agencia Universitaria de Noticias y Opinión www.auno.org.ar

Contacto: elcruce@auno.org.ar TE: 4282-8172 /6006 Dirección: Camino de Cintura y Juan XXIII, Llavallol, provincia de Buenos Aires (CP: 1836) ISSN, en trámite Derechos de propiedad intelectual, en trámite.


EDITORIAL Por Daniel Miguez

El señor Vázquez y la Patria Grande José Gervasio Artigas, uno de los más grandes héroes de Sudamérica, vivía en la ciudad paraguaya de Ibiray, cuando alguien con la intención de proponerle que vuelva a radicarse en Montevideo, lo invitó a regresar a su patria. “Yo ya no tengo patria”, fue la seca respuesta de Artigas. Hacía alusión, claro, a que su provincia ya no pertenecía a su nación. Artigas, que luchó toda su vida en la construcción de la Patria Grande, no toleraba la idea de que la Banda Oriental se haya separado de las Provincias Unidas, es decir Uruguay de Argentina, según los nuevos nombres que tomaron. En aquel 1828, cuando a la Banda Oriental también se le llamaba la provincia Cisplatina, la gran potencia del mundo del momento, Gran Bretaña, buscó y consiguió su independencia para poner un colchón geopolítico para su beneficio entre los dos gigantes de Sudamérica: Brasil y Argentina. Por supuesto, contó con la anuencia de los orientales que se oponían a Artigas y de argentinos obedientes a los mandatos británicos. La idea de la Patria Grande siempre estuvo presente en Sudamérica desde el comienzo del proceso de descolonización de España y siempre fue atacada por las grandes potencias, bajo el simple axioma de “divide y reinarás”. Hubo momentos en que esa aspiración de integración se acercó más a la realidad. En la Argentina, Juan Domingo Perón fue uno de los grandes impulsores durante el siglo XX. Pero tal vez nunca tuvo tanta fuerza como en este amanecer del siglo XXI, donde conflu-

yen contemporáneamente varios presidentes con esos ideales. Quizá sea por eso que en estos tiempos, especialmente, da vergüenza ajena haber escuchado al ex presidente de Uruguay Tabaré Vázquez, confesar el disparate de que tuvo como hipótesis una guerra con la Argentina por la diferencias sobre la instalación de la papelera Botnia. Es grave porque ese insólito pensamiento lo tuvo siendo presidente, de quien que se espera un mínimo sentido de la realidad. Y es más grave aún porque lo dijo ante niños de escuela, que seguramente nunca se habían planteado el sentimiento de tener a la Argentina como un potencial enemigo. No debe haber en el mundo dos países más hermanados, histórica, cultural y sentimentalmente, que Argentina y Uruguay. Pero Vázquez hizo algo más serio aún. Dijo que le pidió ayuda, ante la posibilidad de un conflicto bélico con la Argentina, al entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, a través de su secretaria de Estado, Condoleezza Rice. No llevó su preocupación –aunque fuese absurda- a sus pares sudamericanos. Lo de Vázquez siguió la línea de sus antecesores –uruguayos y argentinos- que tanto dolor, que tanta sensación de sacrificio inútil, les deparó a Artigas y a tantos patriotas sudamericanos. Después de confesar que pensó que Uruguay y Argentina podían entrar en guerra y que pidió ayuda a los Estados Unidos, Vázquez anunció que se retiraba de la política. El presidente de Uruguay, José Mujica, dijo que la especulación bé-

lica de Vázquez fue “un disparate” y que su retiro “no es ninguna tragedia”. Puso así sensatez y seriedad, en un intento de cerrar el caso con un manto piedad sobre Vázquez. De este lado del río, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo descalificó implícitamente al hacer referencia al destino común de Sudamérica en sucesivos discursos por esos días. Y hasta el mismo día de su histórica victoria electoral, en pleno festejo, una de las primeras cosas que dijo fue que la Unasur es “nuestra casa”. Justamente la Unasur tuvo como primer secretario general a Néstor Kirchner, que recién pudo acceder a ese cargo cuando Uruguay cambió de presidente. El reglamento del organismo pide unanimidad y Kirchner tenía el voto de todos los mandatarios de Sudamérica menos el de uno: Tabaré Vázquez, quien cuando estaba en campaña le había pedido a Kirchner que lo reciba y le dé su apoyo como candidato a presidente. Kirchner así lo hizo. Pero la militancia de Vázquez contra la unidad latinoamericana pudo más y cuando tuvo la posibilidad de corresponder aquel gesto, se lo negó. Mujica, que entiende los beneficios de la integración regional, lo reparó. Con Mujica Sudamérica ganó un presidente, como también lo ganó con el colombiano Juan Manuel Santos; ambos, con sus particularidades y diferencias ideológicas, comparten el concepto central de Patria Grande con Cristina, Dilma Rousseff, Rafael Correa, Fernando Lugo, Evo Morales y Hugo Chávez.


UNA ELECCION HISTORICA

Pasaje al futuro Por Daniel Miguez


El impresionante triunfo de la Presidenta le abre las puertas para seguir profundizando su política de asignación de derechos durante los próximos cuatro años. Los sectores de poder que se oponen a las medidas distributivas seguramente tratarán de golpear sobre el dólar y la inflación. Los que miran al 2015.

El descomunal triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner el 23 de octubre pasado le da un respaldo muy grande para continuar con las políticas de nuevos y más derechos que puso en práctica el kirchnerismo desde 2003. Seguramente tendrá una oposición dura de los sectores que siempre rechazarán las medidas redistributivas, con mecanismos como intentar que se dispare el precio del dólar o actuar en pos de una suba de la inflación. El Gobierno tendrá que estar muy atento, porque esas jugadas vendrán montadas sobre los efectos de la crisis económica internacional. De la intensidad con que nos afecte esa crisis dependerá la permeabilidad para se filtren esos intentos. También los mismos poderes, al no tener ya referentes en la oposición partidaria


al kirchnerismo con vistas a las elecciones de 2015, seguramente buscarán captar a los dirigentes del oficialismo que presientan más susceptibles de un acercamiento al establishment, a la vez que harán lo que esté a su alcance para evitar una eventual reforma constitucional que permita a la Presidenta competir por un nuevo mandato. Basta con repasar las notas de los diarios opositores en los días posteriores a las elecciones del mes pasado para percibir a qué dirigentes del kirchnerismo busca-

rán seducir. Claro que nada de eso será tan sencillo cuando el sillón presidencial está acolchado por 12 millones de votos y el 54 por ciento de la voluntad popular. Fue tan impresionante esa victoria electoral que la Presidenta ganó hasta en Santa Fe, el enclave de Hermes Binner, quien ocupó el segundo puesto en los comicios con casi el 17% de los votos. También se impuso en la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por Mauricio Macri, en un triunfo soñado por el peronismo.

Otro lugar donde impactó Cristina Fernández de Kirchner fue en Mendoza, la tierra de su vicepresidente Julio Cobos, que en 2008 se había pasado a la oposición con intención de liderarla y competir electoralmente en 2011, algo que se aguó en el camino. El arrastre de la locomotora Cristina hizo que en Mendoza el casi desconocido Francisco Pérez ganara la gobernación al ex mandatario provincial Roberto Iglesias, de la UCR. En suma, la Presidenta ganó en 23 de los 24 distritos, con excepción de San Luis donde los Rodríguez Saá siguen siendo los preferidos de sus coprovincianos. En algunos lugares las diferencias respecto al segundo fueron históricas, como en Santiago del Estero, con 82% sobre el 7% de Ricardo Alfonsín. En Formosa obtuvo el 78% y en su provincia, Santa Cruz, el 75%. En otros lugares, como Corrientes, Catamarca, Misiones, Río Negro y Tierra del Fuego, rozó el 70%. Lo apabullante de la victoria se cierra con este último dato: ganó en 134 de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, con la única excepción de Rivadavia, donde se impuso Binner ajustadamente. Tanto Binner como Macri son los únicos políticos que quedaron en pie como referentes opositores. Queda la incógnita de si Alfonsín podrá sobreponerse o el liderazgo del radicalismo pasará a otras manos. Distintos son los casos de Eduardo Duhalde, quien sufrió la peor derrota de su historia (5,89%) y Elisa Carrió, que quedó en el último lugar con el 1,84%. A propósito de Carrió, el día de los comicios, luego de conocerse los resultados, lanzó una frase tremenda, que minimiza hasta la nada misma a aquella de Fito Páez sobre el asco. Dijo que pasaba a la “resistencia al régimen”, como si el gobierno que acababa de ser elegido por el 54% de los argentinos fuera una dictadura, con un desprecio profundo, además, al 98,16% que le dio la espalda a ella en las urnas. Decíamos al comienzo de la nota que el masivo respaldo que consiguió al Presidente la convalidan para seguir profundizando sus políticas que según ella misma definió se emparentan siempre con dos


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valores: igualdad y libertad. A la Presidenta le queda mucho por hacer en ese sentido. Todavía hay mucha pobreza en la Argentina. Todavía hay desocupados y gente que gana poco. Por lo tanto, todavía hay inseguridad. Todavía hay gente que no tiene cloacas ni agua corriente. Y, sobre todo, hay muchos que no tienen una vivienda digna. Hay jóvenes, aún con un buen trabajo, que siguen viviendo como una utopía el sueño de la casa propia porque los créditos siguen estando fuera de su alcance. Todo eso lo admite la Presidenta en sus discursos y todo eso es lo que le queda por hacer en los próximos cuatro años de Gobierno. Además, quedan leyes pendientes de aprobar, que, al igual que la de matrimonio igualitario, ayudarán a resolver problemas sociales, como las de aborto y de adopción, que la propia Presidente envió como proyecto al Congreso. El impulso a estas medidas se verá allanado en virtud de que el oficialismo recuperó la mayoría en ambas cámaras legislativas, también gracias al abultado resultado electoral del 23 de octubre. La Presidenta, además, tendrá que afrontar problemas políticos. No sólo los que le planteará el poder económico a través de los medios de comunicación y los políticos que lo representan, sino, posiblemente, aún dentro de su propia fuerza. Es que hay dirigentes que legítimamente están soñando con sucederla en el mando en 2015. Esas aspiraciones comenzarán a tener visibilidad seguramente después de las elecciones legislativas de 2013. Por ahora sólo se repara en gobernadores y no se vislumbra alguno que tenga el mismo perfil que Cristina Fernández de Kirchner ni hay un candidato que parezca “cantado”. Entonces llegará el momento en que la Presidenta también tenga que lidiar con esas tensiones internas, salvo que el kirchnerismo genere un candidato por ahora no visible o la propia Cristina se sienta con fuerzas para intentar seguir conduciendo este proceso. Por último, del discurso de la Presidenta luego de conocerse el triunfo electoral queda para rescatar un concepto central:

la apuesta a la continuidad de un proyecto de país. La discusión histórica que se viene dando en la Argentina desde su emancipación colonial (lo mismo que sucede en el resto de los países de Latinoamérica) aún no está saldada, como sí la saldaron los países ahora desarrollados. El liberalismo internacional, el librecambismo, el país exportador de materias primas e importador de manufacturas, el Estado ausente, el país aislado de Sudamérica versus la defensa de lo nacional, el país industrialista, el Estado presente y el país unido en su destino a sus vecinos de la región. Esos proyectos antagónicos estuvieron siempre en pugna. Para imponer el primero de los proyectos Juan Lavalle

asesinó a Juan Manuel Dorrego, fueron usadas las Fuerzas Armadas para derrocar a Hipólito Yrigoyen y a Juan Domingo Perón, y fue impuesta la dictadura militar en 1976. La Presidenta propone que llegue el tiempo de que el segundo proyecto termine siendo el proyecto de la Argentina, sea quien fuese el presidente. En los países desarrollados el presidente puede ser más derecha o más de izquierda, pero la defensa de lo nacional está fuera de discusión. En la Argentina llevamos 200 años discutiéndolo. Quizá el Bicentenario y el resultado del 23 de octubre sean buenas señales de largada para ese cambio cultural y político, el más profundo y serio de nuestra historia.

Un año sin Kirchner Cuando todavía resonaban los ecos del imponente triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner, los argentinos recordaron el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el hombre que a partir de 2003 cambio el rumbo que la política económica había llevado, con sello liberal, durante décadas. La otra gran marca que dejó Kirchner fue el devolverle valor a la política, que hasta su llegado había estado supeditada a las decisiones de los grupos económicos más fuertes. No sólo hizo que la política le discutiera poder a la economía, sino que abrió las puertas al interés ciudadano hacia la política. De su mano, mucha gente que había militado en los ’70 o en los ’80 y se había alejado desencantada, volvieron a valorar la vida política. Y muchos jóvenes se volcaron por primera vez a la militancia. Cuando murió, el 27 de octubre de 2010, en un día feriado por el Censo Nacional, tenía 61 años y le quedaba mucho por hacer. La noticia fue un mazazo para la mayoría de los argentinos. Multitudes asistieron a su velatorio. La incógnita era por entonces si su esposa iba a poder sobreponerse y seguir conduciendo el país con la misma fuerza que lo venía haciendo y para ejercer el liderazgo político. Demostró que sí. Y la respuesta indudable estuvo en las urnas el pasado 23 de octubre.


COMUNICACION MASIVA EN TIEMPOS DE ELECCIONES

El fin no justifica a los medios Por Pablo Sieira

La influencia de los medios masivos en la opinión pública y, sobre, todo, en los procesos electorales, quedó nuevamente en el centro del debate a la luz de los resultados de octubre. La discusión en torno a la Ley de Medios Audiovisuales y el surgimiento de nuevas formas de comunicación cambiaron el escenario de la histórica pugna entre los poderes político

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y mediático, según dos especialistas consultados por El Cruce.

Cualquier análisis sobre el comportamiento electoral de los argentinos reconoce una multiplicidad de factores. Uno de ellos suele ser la supuesta “influencia” de los medios de comunicación, en el rol de formadores de opinión pública, acaso reflejo del sentir general de la sociedad. Sin embargo, el escenario político actual es bastante diferente del que pronosticaron algunas empresas mediáticas hace apenas un par de meses, antes de las elecciones primarias, lo que vuelve a poner en discusión el poder de persuasión que se atribuye a la prensa. Cierto es que la concepción de los medios como manipuladores del comportamiento general de una sociedad ha quedado reducida casi al nivel de una falacia, hace ya muchos años. La mayoría de los estudios contemporáneos sobre comunicación coinciden en que las personas no son absolutamente pasivas ante el discurso mediático sino que, por el contrario, basan sus decisiones individuales en sus propias experiencias y en percepciones que están por fuera del universo de los mass media. Hay ejemplos prácticos en el escenario político actual, pero no es un fenómeno


nuevo. Lo mismo ocurrió en 1983, cuan- opinión pública, sino porque la pretendida do la cómoda victoria del radical Raúl Al- objetividad del discurso de las empresas fonsín sorprendió al discurso mediático periodísticas ha sido puesta en duda. predominante, que auguraba un triunfo Consultado por El Cruce, Becerra recuerda través de los medios, sin duda, éstos tiedel peronista Italo Luder. De estos casos, la discusión que se libró en torno a la ya nen una influencia en las decisiones políentre otros, se desprende que el voto po- sancionada Ley de Servicios de Comunica- ticas y electorales de los integrantes de la pular no siempre está orientado por la in- ción Audiovisual y dice que “desde 2008 se sociedad”. La ex periodista advierte que formación y las opiniones que vierten los abrió un debate inédito acerca del rol de esa diferencia entre el escenario político medios de comunicación. Sin embargo, la los medios”. Según el investigador, podría que auguraban los grandes medios y el idea de que tienen una fuerte injerencia afirmarse que en la actualidad “la socie- que finalmente se presentó, no se debe en la voluntad política a una pérdida de general persiste y obliinfluencia sino al La sociedad lleva sobre sus espaldas ga a llevar el debate un despunte tecnoplano de fondo, en torlógico que diveruna discusión intensa que puso en tela de no a la interacción del sificó los canales juicio la objetividad y la independencia” de comunicativos. aparato mediático con la sociedad. “Tradicionalmenlos medios. Becerra. “La influencia de los mete, los medios dios no debería cuestiode comunicación narse. Lo que puede cuestionarse es que dad lleva sobre sus espaldas una discusión más importantes fueron la prensa escrita los medios determinen mecánicamente el intensa que puso en tela de juicio la obje- y la televisión. En la actualidad, las nuecomportamiento electoral, pero siempre tividad y la independencia: cualquier otra vas tecnologías han creado novedosas influyen”, asevera Martín Becerra, docto- sociedad que haya discutido sobre el sis- herramientas que multiplican los canales rado en Ciencias de la Información en la tema de medios es una sociedad con una de comunicación en un sentido multidiUniversidad Autónoma de Barcelona e in- credibilidad mayor hacia esos medios.” mensional”, afirma Estenssoro en diálogo vestigador del CONICET. Según él, la tem- Para la presidenta de la Comisión de Me- con El Cruce. peratura política actual se diferencia de dios de Comunicación del Senado, María Para la senadora, “los medios de cola que marcaba el termómetro mediático Eugenia Estensoro (Coalición Cívica), “dado municación tradicionales continúan inno porque éste haya perdido peso en la que los ciudadanos de a pie se informan a fluenciando activamente la forma en que


una sociedad vota”, pero el resultado de una elección puede no ser el mismo que preveían por el hecho de que “la multiplicación de voces a través de las nuevas tecnologías ha permitido una mayor diversidad de opiniones y de canales de información. Esto “modifica los escenarios y constituye una herramienta de información alternativa a los grandes medios”. En definitiva, a su entender, “los medios influyen en las decisiones electorales, pero

no definen las elecciones”.

Por partida doble El clima político que se respiraba en los grandes medios se alteró después de las primarias. El sector mediático más crítico hacia el Gobierno no dudaba que Cristina Kirchner se impondría, pero había augurado un triunfo mucho más ajustado. Y, a su modo, los medios masivos cuya línea

editorial corre más cercana al oficialismo, también desviaron la mira. Los diarios, radios, portales, canales y programas de televisión de uno u otro lado le habían atribuido a la oposición una fuerza electoral y un poder de maniobra que finalmente demostró no tener. Becerra pone como ejemplo la idea “Duhalde es fuerte” que, según él, recorrió el espectro mediático de un extremo al otro. “Cuando Clarín decía que es muy fuer-

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Del otro lado de la frontera Los cortocircuitos entre el poder político y el poder mediático siempre han tenido lugar, con diferentes matices, en todos los países donde ambos coexistan. En principio, podría ser por un resultado directo de esa concepción de los medios como “Cuarto Poder”. Pero además (y especialmente) ese conflicto se da porque ambas fuerzas se disputan inevitablemente el monopolio de la producción simbólica de una comunidad. Tanto el gobierno como el sistema de medios de un país buscan convertirse en forjadores de la opinión pública. Los fines pueden variar, pero uno y otros persiguen lo mismo: la credibilidad de la mayoría. El libro La cruzada de los medios de comunicación en América Latina, recientemente publicado, aborda este conflicto entre gobierno y medios de capital concentrado desde una perspectiva geopolítica. Su autor, el sociólogo Dênis de Moraes, plantea que ese enfrentamiento es característico del momento político que vive América Latina, donde la tensión entre un sistema y el otro comenzó hace pocos años con la discusión que pretende determinar qué reglas de juego son válidas para el mercado de medios. En la región se ha vuelto más palpable la puja entre un poder político y el poder mediático, exhibiendo en ocasiones lo que cada uno se juega en esa contienda. Lo que se discute es algo tan importante como el manejo de la información, su contenido y su dirección, a partir del debate sobre nuevas normas y regulaciones para el mercado de medios. Dos ejemplos de ello son la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (o Ley RESORTE), en Venezuela, y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aprobada en la Argentina. Se suman otros casos que dan cuenta de este panorama, como el de Uruguay, que en 2007 posibilitó la creación de una red de medios comunitarios, al tiempo que Ecuador está discutiendo su futura ley de medios y Bolivia experimenta avances y retrocesos en la materia. En Brasil la discusión es de vieja data, aunque el Congreso de ese país ya ha sancionado una ley para la televisión por cable. Además, en septiembre último, la presidenta Dilma Rousseff planteó la necesidad de avanzar con una nueva norma para regular el mercado mediático. El conflicto que siempre se presenta entre gobiernos y

medios de comunicación tiene en América Latina algunos de los ejemplos más elocuentes. En 2008, en el marco de la pelea entre el Gobierno y las patronales agropecuarias, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó al diario Clarín de enviar “mensajes cuasimafiosos”, luego de publicar una caricatura suya con una cinta en la boca, dibujada por Hermenegildo Sábat. Fue el comienzo de un enfrentamiento público que ya lleva varios capítulos, entre los que se destaca la marcada oposición del Grupo Clarín a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sancionada en 2009. El gobierno de Fernando Lugo en Paraguay atraviesa una situación similar con el grupo multimediático ABC Color, que criticó la creación de la televisión pública y la inclusión de radios comunitarias en el reparto de la pauta publicitaria oficial. Éste último ítem también fue motivo de conflicto entre las empresas periodísticas y el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. En Brasil, el ex presidente Luiz Inacio Lula Da Silva tuvo que lidiar con la resistencia de los grandes medios a la creación de la Empresa Brasil de Comunicação (EBC), un conglomerado de medios de comunicación públicos y estatales. Según el investigador Martín Becerra, estos cortocircuitos “se inscriben en un contexto latinoamericano de gobiernos de nuevo tipo con un modelo de intervención estatal muy distinto del que había primado desde la recuperación democrática”. Además, evalúa que el origen de estas situaciones se “encuentra en que los medios de comunicación eran como una competencia de estos nuevos gobiernos para interpelar a la sociedad”. De esta manera, “se produce un conflicto que cada país resuelve de acuerdo a su idiosincrasia”. “La tensión ha existido siempre”, afirma el investigador consultado por El Cruce. “Raúl Alfonsín tuvo grandes conflictos con los medios, Hipólito Yrigoyen los tuvo con el diario Crítica y Carlos Menem en su segundo mandato ayudó a consolidar el grupo Telefónica para limar el poder de Clarín”, pone como ejemplo. Para Becerra, “antes esa tensión se resolvía en un café o con un negocio: es también lo que hizo (el ex presidente Néstor) Kirchner entre 2003 y 2007”. Pero “esa forma de transacción íntima se acaba, lo que ha cambiado es, precisamente, la resolución de esa tensión”.


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te, daba a entender que eso era bueno y del cuarto poder no contempla la ética “Hasta marzo de 2008, estaría de acuerdo cuando el programa 6-7-8 decía que era profesional de cada periodista. con él”, señala Becerra al respecto. Explimuy fuerte, advertía que era muy malo”, Ignacio Ramonet, director del diario fran- ca que cuando el periodista español planexplica el investigador. Y concluye que “6- cés Le Monde Diplomatique, afirma en su teó que los medios se habían establecido 7-8 trabaja con la misma lógica que TN libro La tiranía de la comunicación (2003) como segundo poder, lo hizo en el mar(del Grupo Clarín) pero invirtiendo la es- que la estructura de tres poderes que rige co de “una lectura histórica sobre cómo cala de valores”. viene cambiando el El debate sobre la y que en Las nuevas tecnologías han creado no- panorama” influencia de los meese momento la codios en el comporvedosas herramientas que multiplican los municación mediatitamiento electoral zada había alcanzatrasciende, así, las canales de comunicación en un sentido mul- do ese lugar porque fronteras partidarias tenía “una influencia tidimensional. Estenssoro. que, de acuerdo a mayor que la del la coyuntura, suelen poder de los reprecorrerse. Se trata de un debate que ocupa y organiza a un Estado se había diluido y sentantes electos por el pueblo”. Según a todo el sistema de medios de comunica- que, por lo tanto, los medios de comuni- Becerra, esta situación “cambia históricación y a la sociedad que lo concibe. cación no podían quedar ya en el cuarto mente”, dado que “la influencia del poder lugar. Descarta la visión clásica sobre el político y la del poder mediático no es la rol de los medios como una etapa supe- misma en 1945, 1976 y 2011”. Para el inCuestión de poder rada, dando lugar a un nuevo estatus para vestigador, “de acuerdo a cómo cambia la Durante largo tiempo se habló de la pren- el aparato mediático. Ramonet ofrece una sociedad, también lo hace la capacidad sa como el cuarto poder, para oponerla clasificación renovada en la que el poder influyente de los medios”. a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Ju- mediático ocupa la segunda posición, de- Becerra sostiene que “el poder que hadicial. Esta idea suponía que los medios trás del poder económico, y relega a un bían construido los medios” para quedar tenían el deber cívico de fiscalizar y criti- tercer puesto al poder político. “Si se qui- en el segundo lugar del podio, “se debía car las acciones del Estado. Es real que la siera clasificar los poderes, como se hacía a una falta de actividad de los actores tarea de denunciar las faltas del sistema en los años veinte y treinta, se vería que políticos y sociales”. Actualmente, “no político y del proceder de la Justicia, así los media han ascendido, han ganado po- son el segundo poder, porque el poder como el ejercicio del derecho a criticar o siciones y que hoy se sitúan como instru- político tiene una autoridad más comdefender una postura forman parte de la mento de influencia (que puede hacer que pleja y legitimada que la de los grandes deontología periodística, pero la teoría las cosas cambien) por encima de un buen medios”, según el investigador del CONInúmero de poderes formales”, afirma el CET. Para concluir, ofrece un ejemplo más gráfico: “En el conurbano bonaerense no periodista en su obra. está Clarín ni ningún otro diario, están los punteros. Hoy si tenés un problema acudís al puntero. Antes ibas a Clarín. La actividad política está más presente”.


DEBATE SOBRE LA ECONOMIA NACIONAL DESPUES DE DICIEMBRE

Profundizar el modelo,

pero cómo Por Carlos Lamiral

Fue uno de los ejes de la campaña oficial. Más allá de las consignas, los economistas debaten cómo se va a llevar a cabo tal proceso, en medio de un contexto internacional desfavorable. Tipo de cambio, posible endeudamiento, barreras a las importaciones y promoción del desarrollo

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tecnológico son algunas de las variables en juego.


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Mientras la ortodoxia económica propone las mismas recetas de siempre –ajuste fiscal, reducción del gasto público-, desde la heterodoxia académica la visión es muy diferente. En la visión oficial, los principios que rigen el modelo -incrementar la producción local y sustituir importaciones- retroalimentan al sistema. Cuando se habla de la “profundizar del modelo”, en la mirada de los economistas que comulgan con el gobierno, se habla de hacer más de lo que se estuvo haciendo hasta ahora como una manera de asegurar el futuro. Las dudas entre los economistas heterodoxos, en todo caso, pasan por saber si con avanzar con la sustitución de importaciones alcanza, o si tal vez, haya que adoptar medidas complementarias. La economía argentina de los próximos años tal vez no presente el alto grado de crecimiento que tuvo desde 2003 hasta 2011. El proyecto de Presupuesto 2012 presentado en el Congreso por el ministro de Economía, Amado Boudou, traza un cur-

so de avance de un 5,1 por ciento para el año entrante. Según aseguró el viceministro Roberto Feletti al defender la ley en el Congreso, un crecimiento más bajo se verá desde el segundo semestre del año próximo. Si bien un crecimiento del 5 por ciento luego de ocho años de mayor actividad es considerado muy bueno, sostenerlo en medio de un contexto internacional hostil como el que enfrentará el país en los próximos años implica nuevos desafíos. Si se habla de debilidades que podría tener el modelo, la que aparece como más palpable es la necesidad de contar con dólares genuinos para sostener la demanda interna. Y se habla de “genuinos” en vez de “financieros” ya que en el segundo caso se estaría hablando de endeudamiento. Es necesario mirar lo que, en términos técnicos, se denomina Cuenta Corriente Nacional, un indicador que mide el flujo total de divisas, tanto lo que sale por parte de organismos públicos, pago de deuda

e importaciones, como lo que entra por exportaciones, desembolsos de préstamos, remesas de empresas argentinas en el exterior. De acuerdo con datos del Ministerio de Economía, ese flujo se viene achicando de manera muy fuerte desde 2008. Para ese momento, el saldo favorable se ubicaba en el orden de los 10.000 millones de dólares. Para fines de 2010 había bajado a casi 2.900 millones. Según indica el último informe del INDEC, correspondiente al segundo trimestre de este año, la cuenta corriente registró un superávit de 1.552 millones de dólares. Cómo atacar ese problema fue eje de un debate de tres jornadas que se produjo en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA organizado por la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), que dirige el director del Banco Nación, Matías Kulfas. Miguel Bein, economista privado, y consultor, trazó allí la siguiente proyección: “En 2001 la Cuenta Corriente era negativa en 4.000


millones de dólares; con la devaluación en 2003, pasó a ser positiva en 8.000 millones y este año va a quedar en apenas 400 millones”. Varios motivos pueden adjudicarse a esta caída, pero básicamente, tiene que ver con el incremento de las importaciones, sobre todo de combustibles, energía y bienes intermedios, producto del fuerte incremento de los últimos años. Así, todo indicaría que en 2012 la masa de recursos quedará más acotada. Y los economistas que con mayor o menor apego al gobierno están de acuerdo con el actual modelo económico plantean de dónde van a salir los dólares que necesitará el país en los próximos años. Para algunos, es viable habilitar un endeudamiento acotado, y para otros, la solución es “profundizar el modelo”. Esto es, avanzar en el proceso de sustitución de importaciones de modo que al comprar menos en el exterior se vayan menos divisas. Bein considera que el debate económico de la Argentina girará en torno de esta restricción. Sobre todo en la necesidad de financiar infraestructura para el desarrollo. El consultor advierte que el plan de obras públicas que proyecta el Gobierno para los próximos cuatro años “no se puede financiar con recursos propios”. “Es imposible llevarlo a cabo sin financiamiento externo”, explica. Por ello plantea como alternativas que el gobierno pueda “mover la cuenta corriente tocando el tipo de

luación” de la moneda, que es una acción deliberada de un gobierno, y de “depreciación”, a la que considera una alteración del tipo de cambio fuera del control del Estado. Típico caso fue la crisis de 2001 y el estallido de la Convertibilidad. Levy Yeyati sostiene que “no hay casos de devaluaciones reales exitosas” en la historia económica, aunque sí de depreciaciones donde, a su criterio, se ubicaría la Argentina. De hecho, rechaza la idea de generar un mayor superávit de cuenta corriente mediante una alteración deliberada de la paridad cambiaria. También comparte con sus colegas cercanos a la Casa Rosada que el “capital externo es pernicioso para el país porque esconde el huevo de la serpiente de las crisis financieras”. Kulfas, por su lado, no cree que existan problemas en el campo de la cuentas externas del país, pero es de los que piensan que la mejor manera de mantener el modelo es evitando que se vayan divisas del país. Se trata de “poner el foco en el superávit comercial diversificando la estructura productiva y lograr mayor reinversión de utilidades de las empresas transnacionales. Se pueden buscar combinaciones, utilizar alguna dosis de endeudamiento para inversión productiva o infraestructura en dosis moderada”. Kulfas propone atacar la falta de dólares “poniendo todo el esfuerzo en mantener el superávit comercial” con medidas de tipo microeco-

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El plan de obras públicas que proyecta el Gobierno para los próximos cuatro años no se puede financiar sin financiamiento externo. Miguel Bein cambio” (devaluación) para desalentar las importaciones, o tocar la “cuenta capital” es decir, salir al mercado con bonos de deuda. Bein sostiene que “el modelo no está agotado” pero que hasta ahora “no ha servido para desarrollarnos”. Eduardo Levy Yeyati, economista de la Universidad Torcuato Di Tella, hace una diferencia entre el concepto de “deva-

nómico, como lo son las restricciones a las importaciones y los controles al ingreso de capitales de corto plazo. Hasta agosto de este año, el comercio internacional le dejaba a la Argentina un saldo neto favorable de 7.099 millones de dólares, contra 9.220 del mismo período del 2010, lo que marca una caída del 23 por ciento. El superávit comercial caería

desde casi 17.000 millones de dólares en 2009 a algo menos de US$ 10.000 millones este año. Esto sin tomar en cuenta que para diciembre la salida de capitales según estimaciones privadas conservadoras llegaría a US$ 20.000 millones. La ministra de Industria, Débora Giorgi, considera del mismo modo que Kulfas, que la profundización del modelo es la clave para atacar las restricciones externas. Estima que la industria local está en condiciones de sustituir el 40 por ciento de las importaciones. Si así fuera, el país se ahorraría poco más de 22.600 millones de dólares, si se toman los valores de las importaciones del 2010. El objetivo parece ambicioso de lograr en un corto plazo con medidas puntuales de restricción a las importaciones. Pero Giorgi resalta que ArLaboratorio creado entre el Htal. de Clínicas y el Conicet, que realizará estudios sobre los niveles de arsénico en agua


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gentina tiene una “economía abierta” y en ese contexto el proceso de sustitución de importaciones que está encarando el país “no es de cualquier tipo”. Lo define como “una herramienta para la industrialización con procesos productivos de máxima ca-

que los factores fundamentales del crecimiento sustentable son “la inversión pública productiva, la capacitación de recursos humanos y el desarrollo científico tecnológico, todos factores que dan sustentabilidad y competitividad al aparato productivo

El capital externo es pernicioso para el país porque esconde el huevo de la serpiente de las crisis financieras. Eduardo Levy Yeyati lidad y con productos que satisfacen los más altos estándares internacionales, que permitió entre 2008 y 2011 sustituir 10.000 millones de dólares”. La ministra considera

y que fueron postergados durante décadas”. Y detalla que en los últimos 8 años la inversión en obra pública pasó del 0,7 al 5 por ciento del PBI, lo que significó una

aumento del 1.300 por ciento; en energía pasó de 131 millones de pesos en 2003 a 17.300 millones en 2010 y en educación se incrementó del 2 al 6,47 por ciento del PBI, con un aumento del 680 por ciento en el presupuesto universitario.

La innovación tecnológica, pilar del modelo Y si se habla de la necesidad de profundizar la sustitución de importaciones, la innovación tecnológica tiene que ser clave, casi un elemento indispensable para competir contra los productos extranjeros y abaratar costos. Miguel Peirano, ex ministro de Economía en 2007, reclama más protagonismo de los actores privados en este desafío de la Argentina. “Tenemos que hacer un salto en la innovación y en el cambio de mentalidad para tener una matriz mucho más productiva, aun con una fuerte presencia del Estado y los sectores privados”, sostiene Peirano. El ex titular del Palacio de Hacienda señala que hay “que trabajar en varios ejes, como seguir con los presupuestos de promoción industrial basada en el desarrollo de innovaciones, y potenciar el poder de compra del Estado como factor de desarrollo empresarial”. En tal sentido, propone que empresarios y el Estado se asocien en la investigación, para no dejar solo en mano de las Universidades el proceso de inversión y de gastos en recursos para lograr avances en el campo tecnológico. Ruth Ladenheim, secretaria de Planificación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, asegura que el punto de inflexión en el modelo fue la decisión de la presidenta Cristina Fernández de crear esa cartera. “Hemos decidido avanzar en inversión en ciencias con un 0,6 por ciento del Producto Bruto Interno, pero el desafío no es solo incrementar, sino además tener en claro en qué hay que invertir”. Al repecto, Ladenheim advierte que “se observa la aparición cada vez más marcada de pequeñas y medianas empresas de base tecnológica”. Estas, en tal caso, podrían ser las estrellas de la mentada la profundización del modelo.


DIEZ AÑOS DEL PLAN FENIX

De la transgresión académica a la acción Por Alfredo Mera

El equipo de economistas que surgió cuando se vislumbraba la crisis de 2001 se convirtió en una usina de propuestas, muchas de las cuales se plasmaron en políticas oficiales. Aportó algunos de sus nombres al equipo económico y hoy sigue analizando propuestas para enfrentar problemas como la inflación y las posibles consecuencias locales de la crisis

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internacional. En octubre de 2000, la crisis política, económica y social anunciaba que había llegado el principio del fin. En ese mes renunció el entonces vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez, y los socialistas Alfredo Bravo, Jorge Rivas y Héctor Polino decidieron abandonar el bloque de diputados de la Alianza. Raúl Alfonsín decía que había que abandonar la convertibilidad, pero que no sabía cómo. Se habían iniciado las negociaciones por el “blindaje” y un Domingo Cavallo que venía de sacar un 10 por ciento de los votos en las presidenciales de 1999 y de protagonizar una derrota con escándalo en la elección para jefe de Gobierno porteño, hablaba de los errores de la administración de Fernando de La Rúa y proponía, entre otras cosas, privatizar la DGI. En medio de ese ruido, paralelamente y en silencio, un grupo de

académicos fue convocado por el entonces director de la revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Abraham Gak, y comenzó a gestarse el Plan Fénix. La convocatoria era para hacer un número sobre la crisis, del que participarían directores de la maestría, del departamento y de la carrera de Economía, más algunos referentes como Aldo Ferrer. Y fue ahí cuando el presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Julio Olivera, dijo: “Basta de diagnósticos, hagamos un plan”. En un mes ya eran 12 los que se sentaban a discutir y en marzo de 2001 se empezó con las reuniones semanales, algo que sucede hasta hoy. Ya en septiembre se redactó el primer documento: “Hacia el Plan Fénix”, donde se enumeraba una serie de propues-

tas que hablaban sobre la necesidad de recuperar un Estado activo en políticas de empleo y protección social, de consolidar el mercado interno y apoyarse en el Mercosur, de salir del bimonetarismo para conseguir la soberanía económica, un tipo de cambio alto sostenido y la renegociación de la deuda externa. Cuándo salió el texto, el impacto fue inmediato. “Fue impresionante, nos llamaban de todo el país. Es que caímos en un momento oportuno, porque estaba muy madura la idea de que había que buscar otro camino”, recuerda Gak, en diálogo con El Cruce. Así, recorrieron el país, entre 2002 y 2003, y dieron no menos de 250 charlas. La primera fue en la Universidad del Comahue, en Neuquén, en un salón colmado con 400 personas. La segunda fue en la Universidad de Córdoba, donde se convocaron más de mil. Pero lo que hizo único al Plan Fénix es que lo que antes quedaba en debates intelectuales pasó a la acción. Muchas de sus propuestas se plasmaron en políticas de Estado. El mismo Gak reconoce que “el discurso de asunción de Néstor Kirchner tiene párrafos enteros con aspectos que son parte de nuestro pensamiento, y en los hechos la cosa fue así”. Jorge Gaggero, otro integrante de Plan, opina que la quita del 75 por ciento en la renegociación de la deuda en default fue un hecho muy importante de conducción política y


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le atribuye al ex presidente los méritos de haberla encarado justo antes del boom de los commodities, momento en el que la tarea hubiera sido mucho más complicada. “Él tuvo la visión de que había que negociar muy duro y su timming fue perfecto”, afirma. No solo los consejos del grupo llegaron al Gobierno nacional: hoy, algunos de sus integrantes forman parte del Ejecutivo nacional, como la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont; el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbatella; el presidente de la Comisión Nacional de Valores, Alejandro Vanoli, y Aldo Ferrer, que ocupa el cargo de embajador en Francia. El propio Sbatella contó a El Cruce cómo es ocupar ambos roles: “Nuestra idea ha sido siempre apuntalar este proceso que tiene como sustento una transgresión a la ortodoxia económica mundial, pero tratamos de ser rigurosos en medir el impacto político. A veces, los medios pueden tomar opiniones públicas en contra de lo que uno piensa”. Así y todo, en su criterio “Argentina tiene un modelo puesto en práctica, que falta teorizarlo del todo. Y el Plan Fénix cumple, también, la función de generar teoría de la heterodoxia. Acá tendríamos que hacer la academia de la transgresión”.

El presente Cuando ven la fotografía de la actualidad, manifiestan una relativa conformidad con el proceso económico y político, pero al mismo tiempo no pueden dejar de pensar en los obstáculos que han aparecido. Por eso están trabajando en un documento con recomendaciones que aborden el diagnóstico del tema inflacionario, en toda su complejidad, para hablar de “multicausalidad”, jerarquizando los distintos principios y proponiendo una agenda de trabajo que, opinan, sólo puede ser de mediano plazo. “No hay política antiinflacionaria que pueda ser efectiva en menos de cuatro años, ni una articulación positiva sin considerar múltiples instrumentos: política de ingresos, política fiscal, política monetaria. Y la política política”, define Gaggero a El Cruce. Por su parte, el titular de la UIF también cree que hay que trabajar al respecto, ya

que los acuerdos de precios no se cumplen y esto transmite una sensación de desmadre, porque la población ve que una cosa es lo que se acuerda y otra lo que se paga. Siendo éste un riesgo latente, Sbatella afirma que “se debe negociar de forma más dura con los grandes actores de la economía” y para ello recomienda utilizar los instrumentos que tiene la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que permiten regular costos dentro de un sistema como el argentino que es, a su entender, fuertemente oligopólico o monopólico. “La Comisión tiene la facultad de sancionar a las firmas que incumplan los acuerdos, e incluso puede llegar a disponer su disolución”, explica el funcionario, que estuvo a cargo de Defensa de la Competencia y cuenta que ahí sí hubo diferencias con otras áreas del Ejecutivo y primó la idea de la Secretaría de Comercio Interior de pactar precios con las grandes empresas. El Grupo Fénix también plantea la existencia de algunas dificultades, en la gestión oficial, a la hora de diseñar políticas industriales, financieras y fiscales. Ninguna de sus propuestas son de aplicación inmediata, aunque no le escapan a la coyuntura. Y cada sugerencia parte del optimismo de creer en nuestras propias fuerzas. “Hay cosas de las que no se retorna. Ya no se podrá ver un gobierno liberal en el que el Estado se retire y donde el mercado decida la política de ingresos. No se puede volver para atrás, y un claro ejemplo es la recuperación de los fondos jubilatorios o la implementación de las paritarias. Hace seis años no había paritarias, hoy hay 1300”, enfatiza Gak.

El futuro, siempre Enmarcado en la actual crisis económica y financiera internacional, el Grupo Fénix está trabajando en cuestiones comunes a los países que integran la Unasur, organismo al que próximamente le presentará sus propuestas. Según los consultados, la mirada integradora es clave para que el impacto del cimbronazo de la economía global sea el menor posible. Sobre esto, Gaggero comenta que “se está intentando una protección regional, avanzando en Unasur con una agenda que propone un

escudo regional ante la emergencia”. Para llegar a eso, Sbatella opina que hay que discutir un proceso de industrialización en toda la región. “Esta es una decisión política y la política está por sobre la economía. Ya no es un tema de si es posible coordinarlo o no, es imposible no hacerlo”, define. Además cree que, incluso los países donde hay tratados de libre comercio deben tomar este camino, porque de seguir así terminarán pagando la crisis de Estados Unidos. “Si América latina cierra sus fronteras y apuesta al consumo interno, aliviará la crisis de algunos países que hoy se encuentran más indefensos”, aconseja Sbatella, para quien hoy Argentina está a salvo gracias a un equilibrio autocompensado que se produce gracias la demanda de alimentos asiática y a las exportaciones industriales dentro del continente. Para Gaggero, al país la crisis lo golpea menos porque su economía está poco ligada a los mercados financieros. Brasil, en contraste, está más expuesto porque le “ha entrado una masa enorme de capitales de corto plazo que busca aprovechar tasas de interés muy altas y que ante la crisis pueden fugar rápidamente, generando un impacto económico que nos pegue por el canal comercial”. Según Gak, la crisis está generando la huida de capitales de los países centrales para ir a los países emergentes. En ese sentido, expresa: “Si quisiéramos recibir esos aportes los tendríamos, pero esto puede terminar imponiendo una apreciación del peso. Además, sabemos que una oferta masiva de moneda extranjera debilita a la industria nacional”. Por ello considera que sería muy útil coordinar políticas y, para eso, hay que analizar las asimetrías en políticas económicas de la región. El Plan Fénix abrió una puerta que no parece que vaya a cerrarse. Académicos que reflexionan con propuestas nacionales para una economía que vuelve a valorar los recursos locales, que demuestran que siempre se está a tiempo y que renacen -como el ave mitológica- en las nuevas generaciones de economistas. “Por suerte ya hay toda una corriente de gente joven de todas las universidades que sigue el camino”, celebra Gak.


UN RETRATO DEL EX PRESIDENTE

Secretos de un líder Daniel Miguez, director de El Cruce, cubrió la actividad diariamente de Néstor Kirchner desde comienzos desde 2002, primero para Clarín y luego para Página 12 y desde ese lugar fue testigo privilegiado de una etapa fundamental de de nuestra historia que lideró el ex presidente. En “Kirchner íntimo”, se puede ver lo que ocurría detrás de escena en momentos clave del gobierno y a la vez jugando al fútbol con sus amigos. Los 65 relatos que componen el libro están estructurados en 9 capítulos en los que se muestra a Kirchner en acción en su vínculo con Cristina, la militancia, el poder, los medios de comunicación, el mundo diplomático, el fútbol, los ídolos populares o los más críticos que tuvo que atravesar. El libro fue presentado en el Senado de la Nación por el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, el senador Daniel Filmus y el cantautor Víctor Heredia, autor del prólogo y amigo de Kirchner.

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A continuación, El Cruce anticipa algunos de los relatos incluidos en “Kirchner íntimo”.


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“Salí, aunque te caguen a trompadas” Kirchner siempre decía que el objetivo central de su gobierno era la inclusión social. Trataba de ir cambiando paulatinamente los planes sociales por puestos de empleo. Pero cuando asumió, salían a las calles en todo el país, a través de distintas organizaciones, alrededor de un millón de personas reclamando trabajo. En ese marco, el ministerio del área pasó a ser uno de los principales organismos del Estado y el ministro Carlos Tomada era llamado por Kirchner varias veces por día. De esos diálogos se pueden extractar muchas anécdotas, pero elegí dos situaciones que eran cotidianas en 2003, pequeñas dentro de los graves problemas, pero que son claramente representativas de la actitud de Kirchner. El presidente había visto en Crónica TV el final de una nota sobre una manifestación de trabajadores despedidos de una fábrica. Inmediatamente lo llamó a Tomada. -¿De que fábrica son los que están protestando? -preguntó Kirchner. Obviamente Tomada no sabía de lo que le estaba hablando. -No sé. ¿Dónde lo viste? - En la televisión. Parece que los echaron. Averiguá y tratá de solucionarlo –le indicó. Lo que parecía insólito al principio, para Tomada pasó a ser una costumbre. Pero cuando creía que ya Kirchner no podía sorprenderlo, el Presidente una vez más desafió su capacidad de asombro. Un grupo de piqueteros de una organización desconocida para el Gobierno había bloqueado las entradas al Ministerio de Trabajo y no dejaba salir a nadie. La noticia estaba en todos los medios. Kirchner llamó a Tomada y le dio la siguiente orden: -Salí y hablá con esa gente, a ver qué piden. -Están como locos, si salgo me van a cagar a palos –le contestó el ministro. - Salí, aunque te caguen a trompadas. - Néstor, si me pegan se va a meter la Policía a defenderme y todo puede ser peor. -Salí y que la Policía no se meta –ordenó Kirchner. Tomada acató la orden, bajó y, en medio del griterío de los manifestantes, logró que escucharan su invitación a que algunos de ellos suban a su despacho para dialogar. Pedían, de máxima, trabajo, demanda que el Gobierno no podía solucionar de inmediato. De mínima, los manifestantes querían que les dieran carne y pan, que el Gobierno sí les dio. Se fueron sin pegarle a Tomada. Años después, ya como ministro de Cristina, Tomada, al confirmarme la anécdota, estaba en medio de una dura disputa por aumentos de salarios y reflexionó: “Mirá que mal que estábamos en 2003, que los conflictos los solucionábamos con comida”.

Diez llamadas en una tarde

“¡Corré, Chango, corré!”

Cristina estaba de viaje oficial en el exterior y Kirchner se sentó a ver fútbol por televisión como tantas veces, en esta ocasión acompañado por uno de sus secretarios, Juan Alarcón, al que todos llaman “Tatú”, y el ministro del Interior de su esposa, Florencio Randazzo. Una distracción en medio del conflicto de las cámaras agropecuarias con el Gobierno. A 40 kilómetros de allí, en su casa de Llavallol, Gabriel Mariotto, que hacía poco había sido designado titular del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), miraba el mismo partido. De pronto sonó el teléfono. Mariotto atendió. Era Kirchner. -¿Qué hacés, Gabriel? ¿Qué se puede hacer con el tema del fútbol? -¿En qué sentido, Néstor? -Para que la gente que no tiene cable pueda ver los partidos igual. Pasaron unos minutos y volvió a sonar el celular de Mariotto. -Gabriel, ¿cómo es el sistema en Europa? Mariotto le explicó cómo funcionaba la televisación del fútbol en cada uno de los principales países europeos. La tercera llamada fue para preguntar si sabía cuándo vencía el contrato de la AFA con Torneos y Competencias (TyC). En la cuarta llamada, le pregunto qué chances había de que TyC compartiera con la televisión abierta aunque sea tres partidos. A Kirchner se le ocurría una nueva pregunta y volvía a llamar. En el décimo telefonazo de la tarde, cuando el partido ya había terminado hacía rato, le dejó a Mariotto la pregunta clave: -¿Y si el Estado le compra los derechos a la AFA? Luego, hasta donde pude averiguar, recién se volvió a hablar del tema un año después, cuando lo retomó Cristina, con la ayuda del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el propio Mariotto. En agosto de 2009, el Gobierno transformaba aquella pregunta en una realidad. A partir de un conflicto entre la AFA y Torneos y Competencias, que no quería aceptar la renegociación del contrato, la entidad que dirige el fútbol rescindió el vínculo y vendió los derechos de televisación al Estado. Esto dio nacimiento al programa Fútbol para Todos, que televisa los 10 partidos de Primera y ahora también del Nacional B en forma gratuita y por canales de aire.

Era el líbero del equipo. Ordenaba, daba indicaciones. Cuando la tenían los suyos pedía: “Toquen, toquen”. Cuando avanzaba un rival con pelota dominada gritaba: “¡Bajalo, bajalo!”. Si el delantero llegaba a sus narices, lo volteaba; y si la falta no era muy alevosa, invariablemente se defendía: “Fuimos los dos a la pelota, chocamos, no fue foul”. Kirchner no solo ejercía el liderazgo y la jefatura en el Gobierno. También lo hacía en el potrero cuando jugaba al fútbol, un rol que no era el ideal para los que integraban su equipo, y mucho menos para los kirchneristas que formaban el equipo rival. Siempre vestido con la camiseta de Racing y con pantalones deportivos largos metidos dentro de las medias, Kirchner desplegaba su andar desgarbado, más cerca en el estilo del voluntarioso Mostaza Merlo que de la técnica refinada de Fernando Redondo. Él armaba los equipos, el propio y el rival, y aunque sin hacerlo muy ostensible, se reservaba a los mejores, como el secretario privado de Cristina, Isidro Bounine, para que jueguen de su lado. También hacía indicaciones tácticas. Es decir que, además de jugador, era director técnico. Pero no sólo eso. Lo peor es que también era el árbitro y aunque no actuaba con excesivo despotismo, en cada fallo dividido los rivales terminaban acatando su opinión. Los únicos que le discutían o protestaban a Kirchner eran su hijo Máximo y su secretario privado y amigo Daniel Muñoz, quien habitualmente atajaba para el equipo rival y sobre quien Kirchner ponía especial empeño en hacerle goles y cargarlo después. Tanto que una vez en Río Gallegos después de una goleada que yo había presenciado, Néstor me pidió casi al oído: “Daniel, ¿en esa sección de chismes que tienen ustedes (1) podés poner la goleada que se comió el Gordo? ¡Cuando lo lea en el diario se va a querer morir!”. El Gordo, por supuesto, era Muñoz. Kirchner también tenía veleidades de crack. Trataba de poner pases largos y si la pelota llegaba a destino se ufanaba: “Miráaaaaa… a lo (Rubén) Capria”. Muchos de los pases iban dirigidos al delantero Héctor “Chango” Icazuriaga, y buena parte de las veces la pelota iba a parar lejos del destinatario, que siempre se esforzaba por alcanzarla. Invariablemente, ante cada pase mal dado, en vez de un pedido de disculpas se escuchaba el grito de Kirchner: “¡Corré, Chango, corré!”


GUIAS PARA LOS TRABAJADORES

Instrucciones para la lucha gremial Por Ailín Bullentini

Los delegados sindicales cuentan con nuevas herramientas para afrontar las disputas con las patronales. Se trata de los manuales lanzados por el Observatorio del Derecho Social, que depende de la CTA, y el Ministerio de Trabajo. Ambos proveen textos de referencia indispensables para conocer en detalle los

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derechos y las obligaciones de los representantes gremiales.

La organización colectiva es la mejor manera que los trabajadores encontraron para hacerles frente al sistema capitalista y a los dueños de los medios de producción, que exprimen su fuerza de trabajo para generar riquezas. El volumen, la potencia y el rol de esa organización dentro de una sociedad, sin embargo, fluctuaron al son de los cambios que sucedieron en el contexto económico y político, tanto en el plano local como internacional. En Argentina, la última dictadura militar, el neoliberalismo del menemato, el desgarrador final de época que fue el gobierno de la Alianza y los efectos nocivos que esos años desparramaron sobre la sociedad redujeron la capacidad organizativa de los trabajadores a su mínima expresión. Tras recibir el eco de esa realidad, y como intento de contribuir a la regeneración de la vida sindical en “cada empresa y cada fábrica del país”, el Observatorio del Derecho Social (ODS), un organismo que depende del área jurídica de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), creó la “Guía Jurídica para la acción sindical en el lugar de trabajo”, una especie de “manual de primeros auxilios” para los delegados y delegadas sindicales y aquellos que quieran empezar a serlo.


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Si, tal como plantea el Observatorio, la organización colectiva es “el sustento de la construcción de poder de parte de los trabajadores” que comparten un mismo espacio laboral y un mismo cuerpo patronal, el delegado sindical es la figura que más cerca está de sus compañeros en el armado de la pirámide de autoridad sindical; la que más los conoce, la que mejor y más fielmente los representa. “La historia determina que la única manera de que los trabajadores tengan algún tipo de incidencia en las condiciones en las que se desempeñan es a través de su organización como grupo, de su representación sindical y de la fuerza que tengan”, aclara a El Cruce el director de Asesoría Jurídica nacional de la CTA, Horacio Meguira, quien además advierte: “Si no existe representación, las reglas las pone unilateralmente el patrón, que siempre tenderá a la sobreexplotación, que no tiene límites y cuyo único fin es el lucro”. La guía, elaborada por el Observatorio del Derecho Social --que integra el área de Asesoría Jurídica de la central obrera-- “permitirá acompañar el proceso de reconstrucción y fortalecimiento de capacidades de los activistas, delegados y miembros de comisiones internas” de es-

pacios laborales, plantean sus hacedores en las páginas introductorias. ¿De qué se trata? En un manual jurídico; un compendio de artículos legales correspondientes a normas nacionales y regulaciones internacionales, emitidas en su mayoría por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), emparentados con los derechos que los trabajadores tienen en el marco de la relación de dependencia que los unen a su empleador. “Es una herramienta de concientización”, propone Meguira, en el sentido de que otorga las “posibilidades de acción” que las normas que rigen en Argentina ofrecen en la arena laboral. El manual integra en un solo cuerpo a la Ley Nacional de Asociaciones Sindicales (nº 23.551), las normas de la OIT, la interpretación que de esas reglas hacen los organismos de control locales y, principalmente, las consecuencias de los fallos sobre libertad sindical dictados no hace mucho por la Corte Suprema de Justicia. El manual es un “instrumento que le sirve a los delegados para saber qué es lo que pueden hacer y lo que no; su rol en la negociación colectiva, las asambleas, las pugnas con el Estado, las situaciones límite”, esgrime, por su parte, el director

del ODS, Gabriel Gianibelli. En muchos casos, inclusive, sirve como escudo. Sobre todo en aquellos en los que el empleador comete abusos. La discriminación por llevar adelante actividades sindicales es una realidad. Ha habido trabajadores cuanto menos suspendidos por organizarse, aunque las empresas oculten ese motivo con otro. Tan solo por mencionar un ejemplo, en 2010, la Cámara Nacional del Trabajo debió intervenir para que Artear S.A. incorporara a dos delegados sindicales despedidos sin razón justificada de Canal 13 y Todo Noticias, dos medios de su órbita empresarial. “La discriminación en el lugar de trabajo es una de las principales formas de violación a la libertad sindical en el país. También es importante las situaciones de represalias a través de la penalización del conflicto. Suele pasar que los empleadores realicen denuncias policiales como una manera de reprimirlo”, especifica Meguira. Desde el Estado, el delegado también recibe presiones, ya que “su participación es muy fuerte en la vida interna de los sindicatos, sobre todo en los procesos electorales”, remarca. La utilidad de la guía llega hasta la acción propiamente dicha, algo que reconocen


los propios delegados y el organismo generador de la herramienta, que es de distribución gratuita: se obtiene en las sedes de la CTA y a través de la agencia de noticias alternativa AnRed, que lo envía de manera virtual y por entregas. Andrea Moreno, delegada en Cablevisión del Sindicato Argentino de Televisión, considera que la guía es una herramienta “imprescindible”, ya que “si hay buena voluntad pero carencia de conocimientos legales, pueden producirse situaciones muy perjudiciales para todo el cuerpo de trabajadores”. Sin embargo, advierte que no es suficiente: “También hay que saber manejar las relaciones humanas, algo que tiene que ver con esa otra clase de condicionamientos, esa cintura que uno tiene que tener en la negociación para saber hasta qué punto se puede tirar de la soga, cuándo uno tiene que ceder o mantenerse inflexible”. En ese sentido, explica que “lo fundamental para el delegado es el ejercicio de pensar más que el de reaccionar: lo que tiene que incluir un manual es el hecho de que el delegado debe desarrollarse como buen negociador”. Por su parte, Andrea Alvarez, que fue delegada sindical de UTA y secretaria gremial de la nueva Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro, coincide con la idea de que el manual “sirve, siempre y cuando se entienda como una guía a aplicar en la especificidad de cada lugar de trabajo”, aunque subraya que la

uno de los tantos obstáculos a los que se debe enfrentar un delegado sindical. Que sepan sus derechos los posiciona de una mejor manera en el camino de búsqueda con sus propias estrategias”. Una comprensión similar de la dinámica sindical está contemplada en el texto que la CTA puso en circulación a mediados de año, al que sus hacedores identifican desde el vamos como un “manual en tránsito”: “Deseamos su circulación de mano en mano. No lo pensamos como un manual de biblioteca. Porque además es una herramienta coyuntural que deberá ser de readecuación periódica en función de las nuevas experiencias de organización y lucha”.

¿Por qué un manual? La meta principal con la que la guía salió al ruedo es el fomento a la organización de los trabajadores. “Un delegado sindical no es un mero representante de sus compañeros. Es, además, un puente entre ellos y los dueños de la empresa”, define Meguira. Algo así señala Alvarez: “En nuestro caso, fueron los delegados de cada sector quienes fogonearon y fortalecieron la construcción de la Asociación de Trabajadores del Subte mucho antes de que la idea se concretara efectivamente”, resalta. La necesidad de ese material en radica dos momentos sucesivos de la historia re-

Es un instrumento que le sirve a los delegados para saber qué es lo que pueden hacer y lo que no; su rol en la negociación colectiva, las

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asambleas,las situaciones límite. “experiencia personal es irremplazable”. Desde el ODS, Gianibelli se ataja en este sentido y asegura que la guía es “sólo un agregado en una lucha que deben llevar a cabo los propios trabajadores. Es como un manual de primeros auxilios, una contribución, sabiendo que el tema jurídico es

Gianibelli

ciente -y latente- de la Argentina. El poder abrasivo del neoliberalismo instalado con la última dictadura militar y reafirmado durante los años ’90, el quiebre que significó la crisis de 2001 y el abono de la tierra social hacia nuevas siembras de lo colectivo.

“El fin del pleno empleo, la precariedad laboral, la imposibilidad de los trabajadores de jubilarse en un empleo que durara toda la vida rompió con esa cadena generacional de traspaso de costumbre, de experiencias, de información; con esa tradición de organización como colectivo laboral. A eso se le debe sumar la anomia en la que la dictadura y luego el menemismo sumieron a los trabajadores, quienes comenzaron a perder noción de lo que es la norma de trabajo como tal, sus derechos, sus obligaciones”, explica Gianibelli. El director del ODS agrega una causa más a esa carencia: “Es indiscutible que los sindicatos comenzaron a tener una política de cúpula y se alejaron de las bases”, comenta. El efecto fue letal. Según cifras del Ministerio de Trabajo, existe una ausencia total de delegados en el 85 por ciento de los establecimientos cuyos trabajadores están en condiciones de elegir representantes directos, es decir aquellos que tienen más de 10 empleados. La carencia se repite en más de la mitad de las empresas que tienen una planta de más de 200 personas. La precarización laboral, en tanto, también aportó a la autolimitación de los trabajadores a organizarse basada, principalmente, en el temor a la pérdida de la fuente de trabajo en un contexto de creciente desempleo. “Existe una falta de compromiso de parte del militante sindical, que está demasiado relacionado con el tipo de vinculación laboral. La precariedad supone un riesgo mayor de pérdida de empleo. A mayor precariedad, menor interés en organización”, apunta Gianibelli. En este sentido, la ex delegada de UTA abre una tangente que lleva directamente a la responsabilidad antes mencionada por el director del ODS: “La ausencia de cultura sindical tiene que ver con un exceso de desconfianza que reina en los trabajadores. Muchos no pueden creer que un delegado sindical trabaje por ellos por el mero hecho del sentimiento de responsabilidad, por las ganas de querer mejorar la situación de uno y de todos. Siempre piensan que algún beneficio extra se saca.


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Siempre lo relacionan más bien con la burocracia sindical, lo peor de lo peor. Piensan que cuanto más alto llegás más fácil de corromper sos. Y es bastante difícil de demostrar que no es así”, expresa.

Al Estado también le importa

Renacer Luego de 2001, “incluso los tercerizados se organizaron, el sector más directamente explotado y que más sufre la precarización: hay otra conciencia ahora”, rescata el responsable del ODS. Por otro lado, el titular de Asesoría Jurídica de CTA apunta que “la etapa de conflictos gremiales de 2003 y 2004 impulsaron un crecimiento en la actividad sindical. Cuando eso sucede, nacen cuadros, se hacen afiliaciones y eso repercute en la organización”. Sin embargo, Meguira se apoya en las cifras anteriormente mencionadas para recalcar que ese crecimiento “no repercutió en el lugar de trabajo, que no aumentó a la par”, y da sus razones: “En muchos casos sindicatos prescinden de delegados porque resulta mucho más fácil que los temas se arreglen de secretario general a jefe de personal”. Por último, y esto es algo que festeja la CTA y abraza el manual, la reactivación del sindicalismo también responde a una serie de fallos de la Corte Suprema de Justicia que provocaron una serie de reformas en la Ley 23.551, creada en 1988, considerada por la propia central obrera como “una valla para la efectiva libertad y democracia sindicales”. En dos fallos, uno de 2008 y otro de 2009, la Corte rompió con el monopolio de un sindicato con personería gremial en la representación en un lugar de trabajo y abrió la posibilidad de que participe más de una organización. En ese marco intentará operar el manual, como una baranda de apoyo para aquellos que comenzaron el camino de la representación en ese nuevo resurgir de la organización sindical. “El camino se construye al andar. Se cometen muchos errores, pero de ellos se aprende. A medida que avanzás te ponés más fuerte. Pero es colectiva la cuestión. Porque si se hace solo, te termina venciendo”, concluye Alvarez.

A mediados del mes pasado, el Ministerio de Trabajo de la Nación presentó públicamente el “Manual para dirigentes sindicales”, una publicación coescrita por la viceministra de la cartera laboral, Noemí Rial (foto); el juez de la Cámara de Apelaciones en lo Laboral de Santa Fe, José Machado, y el titular de la cátedra de Derecho del Trabajo en la Universidad Nacional del Litoral, Abel De Manuele. “La idea nació a raíz de recorridas en sedes sindicales con De Manuele”, explicó Rial, en tanto que apuntó que su objetivo es “convertirse en un manual con términos sencillos que tenga nivel para capacitar y sirva para conocer” la actividad sindical. “Que se convierta en una herramienta de los trabajadores”, concluyó la viceministra. Por su parte, el titular de la cartera laboral, Carlos Tomada, calificó al manual de “indispensable para los tiempos que vienen”, y estimó que “se convertirá en una referencia en la formación gremial del país”. “La formación de dirigentes sindicales se convierte en un imperativo y, después de muchos años de transitar un proceso de debilidad sindical y pérdida de la cultura del trabajo, este Manual nace ante una Argentina en la que el protagonismo del movimiento obrero está fuera de toda discusión”, sostuvo Tomada. Además, en el marco de la presentación del Manual, el ministro destacó que “este gobierno puede preciarse de no haber tomado una sola medida en contra de los trabajadores, no haber suspendido ni un minuto la negociación colectiva ni decretado la ilegalidad de ningún conflicto colectivo”. Y concluyó: “La negociación colectiva y el conflicto forman parte de la dinámica habitual de un sistema de relaciones laborales plural y abierto”.


“Mandar obedeciendo” Por Leonardo Castillo

Ese es el lema que inspira al gobierno de Evo Morales. Tras meses de controversia, el Poder Ejecutivo canceló la construcción de una carretera en el Parque Nacional Isiboro Sécure ante el fuerte rechazo que la iniciativa generó entre la población nativa. La acción consecuente de un mandatario que

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sabe escuchar. “Mandar obedeciendo”. Bajo esa máxima, el presidente de Bolivia, Evo Morales, prometió gobernar desde que llegó al Palacio del Quemado, allá por 2006, como una forma de comprometerse con los ciudadanos, los sectores populares y los pueblos originarios, las bases sociales que le permitieron convertirse en el primer mandatario de lo que hoy es una nación plurinacional y multicultural. Y tras anunciar la suspensión de la carretera que debía atravesar por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure, en respuesta a una demanda de la comunidad local, el líder del MAS parece apegarse a los principios de esa consigna surgida en los conflictivos tiempos de la “Guerra del Gas”, aquella rebelión popular que hace ocho años tumbó al gobierno de

Gonzalo Sánchez de Losada y que tuvo en la figura de Evo -entonces dirigente sindical cocalero- como uno de sus principales referentes. En cumplimiento de un extendido reclamo, el jefe de Estado decidió vetar el proyecto de Ley que ordenaba construir una ruta entre las localidades de Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de los Moxos (Beni), en el Oriente de Bolivia, y declarar a la región como “zona intangible” para la preservación ecológica. “Queremos hacer conocer a los marchistas, a la Asamblea Legislativa y al pueblo boliviano una propuesta de observación a la ley sancionada. Tengo facultades constitucionales para vetar, observar cualquier norma sancionada”, señaló Evo al justifi-

car su decisión de abandonar un controvertido proyecto y recoger de esta forma una exigencia de la población nativa, que se movilizó fuertemente contra el emplazamiento de una ruta que iba a cortar el Territorio Indígena Isiboro Sécure en dos. A mediados de año, la Asamblea Legislativa de Bolivia aprobó el trazado de una ruta que permitiría facilitar el tráfico de vehículos de carga hacia el territorio brasileño. Pero la sanción de esa iniciativa resultó duramente cuestionada por los habitantes del Territorio, que se movilizaron activamente con el propósito de dificultar las obras viales. El pasado 25 de septiembre, cuando la protesta llevaba más de 40 días, un grupo de mujeres del territorio amazónico retuvo por más de una hora al canciller de Bolivia, David Choquehuanca. Aunque el propio funcionario evitó usar la palabra “secuestro” para referirse al hecho, sectores del Gobierno utilizaron esa figura como una forma de censurar el accionar de los manifestantes. Un día después, la policía irrumpió en el asentamiento que los indígenas mantenían cerca del pueblo de Yucumo, a 300 kilómetros de La Paz, y desató una feroz


represión que incluyó el lanzamiento de gases lacrimógenos y la detención de varios activistas. El accionar de las fuerzas de seguridad fue duramente cuestionado por sectores del oficialismo y de la propia administración de Evo. A tal punto que la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, presentó la renuncia en protesta al método represivo. “No puedo justificar esta medida mientras existan otras alternativas de solución. De esta forma, está lejos de aislar a la derecha, al contrario, la fortalecen y le otorgan argumentos para manipular y minar este proceso de cambio que tanto costó a los bolivianos”, subrayó Chacón al explicar los motivos de su dimisión. Las consecuencias de los sucesos de Yucumo fueron cubiertos críticamente por los medios de prensa opuestos a Evo, pero las críticas también se hicieron sentir al interior del movimiento que apoya el proyecto político del oficialismo. A principio de octubre, los integrantes del movimiento del Parque Sécure marcharon hacia La Paz y acamparon en la Plaza Murillo, a la espera de reunirse con el primer

mandatario. Tras un período de negociaciones, Evo recibió a los movilizados y decidió dar marcha atrás con el controvertido proyecto. “Hemos aceptado las demandas de la población del territorio. Vetamos la iniciativa y declaramos además que preservaremos la zona de cualquier intento de ocupación privada. Nos hacemos cargo de las demandas”, afirmó Evo al anunciar que daba marcha atrás con una iniciativa fuertemente impopular. Y no es la primera vez que el Gobierno corrige el rumbo ante el rechazo de la población. En diciembre de 2010, la eliminación de los subsidios al combustible para el transporte público provocó un alza de un 70% en el precio de las naftas , lo que causó protestas y huelgas en todo el país. Y el presidente corrigió el rumbo: “He prometido gobernar obedeciendo al pueblo, hacer lo contrario es traicionar la voluntad del pueblo”. Todo un estilo de gobierno, que más allá de los problemas y conflictos que se susciten, imprimen el proceso de transformación que vive la Bolivia plurinacional.

Respaldo electoral al cambio En medio de las tensiones que causó la construcción de la carretera entre Cochabamba y Beni, el 16 de octubre, en cumplimiento de una disposición constitucional, se celebraron elecciones en Bolivia para elegir las autoridades del Organo Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional. A pesar de que la oposición llamó a boicotear la convocatoria electoral, la asistencia fue masiva y significó un espaldarazo para el Gobierno. Más de cinco millones de votantes concurrieron a las urnas en un acto comicial que fue calificado como “ejemplar” por los observadores internacionales. De esta forma, se conformará el Organo Judicial, el cuarto poder del Estado, creado por la Asamblea Constituyente de 2009. De esta forma, Bolivia se convierte en la única nación de Sudamérica en la que sus ciudadanos podrán elegir a sus jueces. Una particularidad que el oficialismo distingue como un avance en el derrotero que la nación transita desde hace cinco años.


DEBATE SOBRE LA MUERTE DIGNA

El derecho a no sufrir Por Rocío Magnani y Soledad Arréguez Manozzo


A partir de casos dramáticos, en los que la medicina intenta mantener con vida a personas sin esperanzas de recuperación, cobró fuerza el debate sobre la necesidad de una legislación que permita respetar la decisión del paciente o de sus familiares: dejar de vivir en forma artificial.

“Me dijeron que la quiero matar, que me la quiero sacar de encima, que no la quiero, que por qué no la doy en adopción. Yo pienso: ‘Perdónalos Dios, no saben lo que dicen’. Es por amor todo lo que estoy haciendo. ¿Hay acto más grande de amor que dejar partir a un hijo?”. La pregunta de Selva Herbón queda suspendida en el aire, por unos segundos, del otro lado de la línea de teléfono. Su hija Camila Sánchez, de dos años y medio, nació con una hipoxia cerebral que le impidió oxigenarse durante el parto y, desde entonces, se encuentra conectada a un respirador artificial con diagnóstico de estado vegetativo permanente, irreversible. El pedido de su familia es que la dejen morir, pero para eso suplican por una ley de muerte digna que llene el presunto “vacío legal” en el que hoy se escudan los médicos. “Nos dijeron que era homicidio, pero de lo que nosotros hablamos es de la limitación

de los soportes vitales, no de eutanasia”, cuenta Herbón. El caso de Camila generó polémica sobre el proceso del morir y, en apenas tres meses, logró que se pongan en discusión más de diez proyectos de ley en el Congreso Nacional. En el Senado, el tema ya empezó a ser debatido en la Comisión de Salud. En Argentina, no hay un debate sobre eutanasia, es decir, “el procedimiento intencional que realiza un tercero para terminar con la vida de un paciente a su pedido --de forma reiterada, explícita, firmada-- con la administración de sustancias que llevan de modo inmediato y directo a la muerte”, explica Juan Carlos Tealdi, especialista y coordinador de Bioética de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Por el contrario, se habla de la dignidad en el proceso del morir, las condiciones en las cuales se debería cuidar y atender a los pacientes en

la etapa final de su vida. Así, la “muerte digna” plantea la posibilidad de que la medicina, frente a una enfermedad que no tiene cura, permita que ese paciente pueda morir sin prolongar artificialmente la vida. “Se busca prevenir el ‘encarnizamiento médico’, la utilización de medios biotecnológicos desproporcionados a la real situación de salud del paciente que resultan inútiles para su mejoría”, apunta Nicolás Laferriere, docente de la UCA y abogado especializado en Bioética, en diálogo con El Cruce. El respeto de la dignidad en el proceso del morir involucra tanto a las personas que no tienen plena capacidad para ejercer su libre voluntad, como aquellas que pueden decidir por sí mismas. En ese sentido, el artículo 19 de la Constitución, la ley de Ejercicio Profesional de la Medicina o la ley de Derechos del Paciente, según Tealdi, brindan un marco inicial para que


los profesionales de la salud respeten el pedido del enfermo. Sin embargo, las líneas de acción son difusas. Para Mónica Capalbo, integrante del Comité de Bioética de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, “los médicos buscan todo el apoyo legal posible, para no ser acusados de negligencia o de estar haciendo algo que no está contemplado en la ley. Hay un temor en general bastante fundado en la industria del juicio”. Aunque los padres de Camila pidieron la desconexión del respirador artificial, los médicos argumentan que temen ser demandados, acusados por homicidio. El pedido de la familia cuenta con el aval de tres informes de comités en Bioética que aseguran que la condición de la beba es “irreversible”, pero los médicos del Centro Gallego no acceden al reclamo. Frente a esta situación, la madre denuncia que hay un “vacío legal” sobre la problemática y pide que se sancione una ley al respecto. “Camila murió en el momento del parto. Después, todo lo que se hizo fue obra del hombre y su tecnología. Es un duelo que he elaborado, pero que nunca termina, hasta que Camila muera con dignidad”, relata la madre de la beba a esta revista. La obligación de los médicos siempre es tratar al enfermo. Pero cuando el margen de eficacia se reduce cada vez más y pierde beneficio el paciente –que no puede expresar su libre voluntad--, la determinación ya no queda exclusivamente ligada al médico. “Estas decisiones se toman

La etapa final,

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sin sufrimiento Los cuidados paliativos son las atenciones, tratamientos médicos y farmacológicos que se dan a los enfermos en fase avanzada o terminal, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Estos cuidados se basan fundamentalmente en paliar el dolor, mediante cuidados de enfermería o kinesiológicos y el sostén psíquico y social del paciente. “Bajo ningún punto de vista, se puede justificar que alguien tenga que morir con dolor. De alguna manera hay que utilizar las herramientas disponibles. Una cosa es que nosotros no podamos curarlo y otra que por eso dejemos de atenderlo. La función del médico no es solamente curativa, sino de acompañar y cuidar”, sostiene Mónica Capalbo, integrante del Comité de Bioética de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. En estos casos, se cambia el objetivo de curar por el acompañamiento del paciente.

Los posibles límites de la Muerta Digna Si Ramona Estévez hubiera nacido en cualquier otra parte, ni siquiera conoceríamos su historia. Pero nació en Andalucía, donde rige desde 2010 una ley de Muerte Digna muy similar a las que se debate en Argentina. La mujer, de 91 años, y que padece Mal de Parkinson, permanecía en estado vegetativo desde el infarto cerebral que sufrió el 26 de julio último. Falleció el 6 de septiembre, quince días después de que su hijo tomara la decisión de solicitar la desconexión de la sonda nasogástrica que la alimentaba e hidrataba. El caso hizo palidecer las sotanas españolas, quizás porque el parlamento nacional también avanza en la sanción de una norma de rechazo a los soportes vitales. José Ramón Páez sólo quería para su madre que no la mantuvieran como a una “máquina de bombear sangre”, incapaz de sentir. Según sostuvo, Ramona le había manifestado tanto a él como a las mujeres que la cuidaban que no deseaba acabar su vida “amarrada a unos tubos”. Sin embargo, los médicos se negaron en la primera instancia y debió intervenir la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Sobre la muerte de Ramona, José Vilaplana, Obispo de Huelva --la provincia andaluza donde falleció la anciana-- señaló que “toda acción dirigida a interrumpir la alimentación o la hidratación constituye un acto de eutanasia, en el que la muerte se produce no por la enfermedad, sino por la sed y el hambre provocada”. “Debemos estar a favor de los últimos, de los débiles, de los incapacitados para hacer valer, sobre todo, el derecho a la vida”, añadió en un comunicado y precisó que “la dignidad de la vida humana no puede venir ligada al estado de conciencia o de inconsciencia del enfermo”. Por su parte, la plataforma pro-vida Derecho a Vivir realizó dos denuncias contra el hospital que realizó la desconexión y a la Junta que autorizó el procedimiento. Ambas fueron desestimadas en base a la ley de Muerte Digna de la provincia. Sin embargo el emblemático casó repercutió en todo el mundo. En Argentina, en medio de la discusión sobre Muerte Digna, Nicolás Laferriere, docente de la UCA y abogado especializado en Bioética, sostiene que hay límites: “El proceso no puede matar (eutanasia) y no se puede renunciar ni a la alimentación ni a la hidratación porque sería inducir a una muerte cruel”, detalla a El Cruce. Por el contrario, sostiene que es “legítimo” renunciar a un tratamiento si es desproporcionado y cuando la muerte es irreversible.

con la familia y no hace falta marco legal”, asegura Tealdi, al subrayar el vínculo paciente-familia-médico. En pacientes en estado vegetativo permanente, cuando la medicina no puede hacer más nada para revertir la situación del enfermo, la obligación del profesional es respetar los deseos de la familia, según establecen los estándares de la medicina, entre ellos, los de la Academia de Neurología de los Estados Unidos (AAN, por sus siglas en inglés), que son los principios de mayor aceptación mundial. Para el especialista, el “vacío legal es limitado”, ya que con la legislación actual un paciente no necesita intervención judicial para acceder a la limitación de tratamientos --aunque sean soportes vitales--, entonces, resta fortalecer los servicios de cuidados paliativos (ver recuadro) y las formas en que los pacientes puedan expresar su última voluntad. “Es muy difícil legislar sobre este tema, porque hay una enorme casuística. Hay que comprender que la autonomía de la decisión de un paciente no siempre es absoluta. Por ejemplo, en la urgencia, el médico debe actuar”, precisa Laferriere. En los hospitales, estas decisiones son difíciles: hay desconocimiento de la nor-

mativa, los profesionales temen ser demandados y se judicializan algunos casos, coincidieron los especialistas consultados. La sanción de una ley sobre muerte digna daría soporte legal a la práctica de los médicos.

Para que sea ley En el Congreso hay más de diez proyectos de ley sobre el derecho al rechazo o la limitación de tratamientos médicos que mantienen a una persona con vida, similares a los que rigen en Río Negro, Chubut y Neuquén. Entre las iniciativas, figura la del senador Samuel Cabanchik (Proyecto Buenos Aires Federal) que logró adhesiones en el debate realizado a fines de septiembre en la Cámara alta. El proyecto deberá atravesar las comisiones de Salud y Legislación General, antes de comenzar a ser tratado en recinto. En tanto, el diputado Jorge Rivas (Socialismo para la Victoria) propuso, en el mismo sentido, modificar la ley 26.529 de Derechos al Paciente, sancionada en 2009, pero que aún no fue reglamentada. Ningún proyecto plantea legalizar la eutanasia. Los cambios propuestos apuntan a que el paciente pueda ejercer su voluntad de forma autónoma


en el proceso terminal. Las dudas surgen en cómo se expresará la voluntad, de qué modo se protegerá al médico de posibles acciones judiciales y qué pasará con aquellos que por su condición no puedan tomar una decisión o transmitirla. El proyecto de Cabanchik busca que todas las personas puedan decidir si aceptan o no los soportes vitales, así como también que aquellos en situación de agonía puedan recibir tratamientos paliativos integrales para mermar el dolor. En ese sentido, se comprende que si la persona en situación terminal no pudiera expresar o tomar una decisión, la “prestación de consentimiento se realizará por la persona que actúe como representante legal, por el cónyuge o persona vinculada por análoga relación de afectividad, por los familiares de grado más próximo”. Para el senador, “la posibilidad de hacer el debate ahora tiene que ver con el grado de apertura y madurez que la sociedad argentina y su representación política está alcanzando en el tratamiento de ciertos temas sociales que, hace algunos años atrás, eran tabú”.

La última voluntad Los proyectos también contemplan la elaboración de un testamento vital o de directivas anticipadas, que sea una constancia de la voluntad del individuo en caso de arribar a situaciones de “encarnizamiento terapéutico” en las que no pueda expresarse por sí solo. “Se debería garantizar la provisión de un formulario en todo ingreso a un hospital para que todos los pacientes dejen asentada y firmada su voluntad”, señala Tealdi. Esto implica comenzar a hablar del proceso del morir dentro de cada familia, incluso cuando la posibilidad no fuera inminente. Capalbo reflexiona que ese punto es particularmente “muy difícil, porque siempre parece que no es el momento adecuado y es duro para todos pensar en nuestro momento final”. El artículo 9 del proyecto de ley de Cabanchik establece el derecho a formalizar en un Registro especial la declaración de voluntad vital anticipada o testamento vital, en el que además de dejar constancia de sus decisiones, el paciente designará a una persona representante. En caso de haber situaciones clínicas no contempladas en la declaración, el designado por el firmante velará por que se respete la dignidad personal del enfermo.

Selva Herbón, madre de Camila, y Susana Bustamante, mamá de Melina

Estas decisiones apuntan a generar un cambio en la cultura de la toma de decisiones en el momento del morir tanto para el enfermo como para el profesional que lo atiende. “La Facultad de Medicina –dice Tealdi-- no enseña cómo conducirse con un paciente terminal. Esto indica una serie de baches en la formación y carencias que hay que modificar, no es simplemente una ley.” Los expertos también apuntan a la necesidad de garantizar los cuidados paliativos para asegurar el acceso al tratamiento del dolor severo y de los síntomas en pacientes terminales en todo el país. Estos cuidados se ponen en marcha cuando los enfermos llegan a una etapa terminal, sin una expectativa de recuperación. En todos los proyectos se contempla la obligación de la medicina frente a los pacientes terminales o en agonía, hayan pedido o no el retiro de los soportes vitales, a brindarles cuidados paliativos integrales. No obstante, es necesario, según los expertos, que además de señalar el derecho de cualquier ser humano a recibir estos cuidados debe establecerse la asignación de un presupuesto ya que, como cuestiona Tealdi, “hoy hay pocos servicios de cuidados paliativos, poco seguimiento y atención de estos pacientes, y el acceso a drogas como la morfina es una peripecia cuando es necesaria”. Los especialistas consultados coinciden en que la dignidad en el proceso de la muerte requiere que los médicos acompañen a los pacientes en la etapa final de sus vidas, no se trata sólo de curar, sino de aplacar el dolor y dar contención. El debate ya comenzó.

“No hay vuelta atrás Trescientas personas colmaban el 27 de septiembre último el auditorio del Senado en que fueron invitados a debatir decenas de especialistas de distintas áreas. Sentadas a pocos metros de los oradores, Selva Herbón, la mamá de la beba de 2 años que pide por su muerte digna, y la madre de Melina González, Susana Bustamante, seguían atentas cada palabra. El reclamo por un ley de muerte digna cobró notoriedad en febrero último cuando, a sus 19 años, Melina, que murió de cáncer en marzo pasado, con apenas 18 kilos de peso, pedía ser sedada hasta morir parar no sentir el doloroso proceso del avance de su enfermedad. “Yo en ese momento ya tenía los informes de los comités de bioética sobre la irreversibilidad de la condición de mi Camila y cuando escuchaba a Susana Bustamante reclamando por una Ley de Muerte Digna pensaba: ‘¡Eso es lo que necesita Camila!`”, cuenta Herbón. “Ninguna persona desearía vivir conectada a un respirador o a un botón gástrico de por vida, como mi hija”, agregó. Selva vive en Ezeiza con su marido y su otra nena, trabaja en una escuela toda la semana y los sábados visita a Camila en el Centro Gallego acompañada de su hermana. “Es difícil para mi familia. Camila sigue igual, está alimentada por un botón gástrico, tiene mucosidad en la nariz y en la boca, no se mueve, no abre sus ojos, ni parpadea. No se está desarrollando, aunque crece, de forma desproporcionada. Está muy deteriorada. ¡Cómo explicarlo! Ya no es la misma bebita de los seis meses, su cuerpo está cansado”, cuenta. “De algún modo mi exposición logró que se empezara a hablar en términos de proyectos”, afirma Selva. “Y creo que el tema ya está puesto sobre el tapete y no hay vuelta atrás, hay que seguirlo, hasta la sanción de una ley.”


UNA CARRERA MAS ALLA DEL FUTBOL

De la cancha a las aulas Por Matías Mazzocchi y Matías Quercia

El estudio no sólo sirve para abrir la cabeza de los futbolistas, sino que se convierte en una herramienta imprescindible una vez que cuelgan los botines. El Cruce dialogó con Facundo Sava, Juan Manuel Herbella, Mauricio Di Benedetto, Juan Gambandé y Agustín Marchesín, que se animaron a combinar la actividad deportiva profesional con el aprendizaje y la formación en

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establecimientos terciarios y universitarios.


Para estudiar una carrera universitaria, al igual que para jugar al fútbol, se necesita concentración, destreza y habilidad individual a lo largo de los años. Sentarse frente a una computadora, tomar un apunte, una regla para subrayar y armar redes conceptuales con claridad, en semejanza a lo que realiza un futbolista dentro de la cancha, requiere entrenamiento, tiempo de trabajo durante la semana y, fundamentalmente, tener un objetivo en mente. Preparar una materia, en sintonía con lo que hace un director técnico desde el banco de suplentes, demanda laboriosidad, dedicación y, especialmente, prestarle atención a los más mínimos detalles. Pese a los parecidos, las dos vetas corren en paralelo y rara vez se encuentran en un mismo punto. Se podrá excusar que la demanda de tiempo para leer el material que brindan los profesores deja poco espacio para las enseñanzas que puede aportar el entrenador antes de un partido importante. Tal vez se argumente que el clima ameno en las concentraciones para una buena campaña se logra con la unión entre los jugadores desde el comienzo, algo que implica una colectividad ajena a

la solitaria tarea de sumergirse en los textos. Lo concreto es que esas son pequeñas ramificaciones de nula trascendencia si se va al meollo de la cuestión: el fútbol pasa a ser un mundo envuelto en dificultades y facilidades que absorben el tiempo desde muy temprana edad. Esa instancia anula casi toda posibilidad de que los futbolistas que avanzan en su carrera dentro de la cancha continúen en simultaneo otra profesión que les será redituable cuando ya dejen de usar los botines. ¿Es una regla implícita apenas se confirma que la progresión del jugador será una certeza? ¿Es la ley de la búsqueda del éxito asegurado mediante el deporte sin otra opción a la vista porque la realidad social y económica no lo permite? Si acaso es una norma no escrita, lo cierto es que hay excepciones que rompen con los esterotipos. El Cruce dialogó con futbolistas en actividad o que ya pusieron punto final a su carrera, que optaron, dentro de sus posibilidades y elecciones, por mezclar libros y pelota. ¿Cuáles son las motivaciones que los llevaron a buscar otros horizontes además del arco rival? ¿Cómo se desen-

volvieron en los dos ámbitos para lograr un buen desempeño en ambas actividades? ¿Dónde radica la imposibilidad para que los casos se multipliquen? ¿Qué labor debe cumplir un entrenador con los juveniles para incentivarlos a que se genere ese círculo virtuoso que se complementa con el fútbol? ¿Cuándo se dieron cuenta de que esa carrera iba a ser la garantía post jugador? Pasen y lean. Los protagonistas dan lección…

Costo y beneficio -¿Qué sos? -Psicólogo social. El que responde la pregunta con simpleza es Facundo Sava. No es otro que aquel goleador que comenzó a jugar en Ferro en 1993 y pasó por Boca, Racing, Gimnasia, entre otros equipos. Aquel delantero, antes defensor y mediocampista, que tras un regreso fugaz a su viejo amor de Caballito decidió cerrar su carrera futbolística el año pasado, hoy se jacta de considerarse “Psicólogo social”. Su padre, Alberto, también con esa vocación, le inculcó, además de la pasión por el fútbol,


la necesidad de estudiar. Y así lo explica el propio “Colorado”: “El estudio te beneficia en muchos aspectos. Te ayuda a reflexionar, a pensar de otra manera. Te da otras herramientas para desarrollarte en la vida”. La síntesis que conforma no deja librado al azar su rol de futbolista. Sava argumenta cómo, ese impulso al desarrollo del intelecto, se aplica en el campo de juego. “Esa realización personal es muy importante para el crecimiento de un deportista. Por eso, todo lo que aprendí, inevitablemente, lo llevé a la cancha y

pude manejarme de otra manera dentro de cada grupo que integré”. En sintonía con ese pensamiento está Juan Manuel Herbella, también recientemente retirado. Reconocido como el “Doctor” en el ambiente del fútbol, el médico, se recibió de médico en 2001 cuando tenía 23 años y jugaba en Nueva Chicago. La intención del ex defensor era clara cuando se vistió con el guardapolvo blanco y se colgó a los hombros el estetoscopio: Especializarse para seguir ligado al fútbol una vez que dejara los cortos en el placar.

Hicieron escuela

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Como director técnico levantó la Copa del Mundo en México en 1986 de la mano de Diego Maradona y fue subcampeón en Italia en 1990, cuando Sergio Goycochea se lució en las tandas de penales. Como futbolista supo llevarse el título con que San Lorenzo dio la vuelta olímpica en 1959, mismo año en el que se calzó la medalla de oro con la Selección Argentina en los Juegos Panamericanos. Ya más reconocido, vivió los años de gloria del Estudiantes que conducía Osvaldo Zubeldía al ganar tres Copas Libertadores consecutivas de 1968 a 1970, sumada la Copa Intercontinental y la Interamericana. Como político se candidateó a presidente de cara a las elecciones de 2003 y señaló que Maradona podría acompañarlo en la fórmula. En 2009 impulsó esa misma idea pero para la Asociación del Fútbol Argentino. Lo concreto es que fue secretario de Deportes de Buenos Aires desde 2007 hasta que se convirtió en una especie de “manager” de las Selecciones nacionales. Ese es un escueto segmento del curriculum del ginecólogo Carlos Bilardo, quien entendió cómo complementar sus profesiones en una simple frase: “El tipo debe actuar, durante un mes como si fuera un director técnico en la práctica, diciendo qué le gusta y qué no le gusta que se haga. Ella debe actuar como un jugador de fútbol profesional, si no quiere jugar en determinada posición, no debe hacerlo. Y el hombre nunca debe decirle `ponete cabeza para abajo o piernas arriba` para convencerla”. Otro médico reconocido, que estuvo a la par de Bilardo, es Raúl Madero. También campeón con aquel Estudiantes, tuvo un previo paso por Boca y Huracán. Finalmente recaló en la especialización de la medicina en el deporte, y desde ese lugar pasó por Argentinos hasta que en 1981 siguió los pasos de Maradona y lo acompañó cuando vistió la camiseta del equipo de La Ribera. Bilardo lo llamó cuando se hizo cargo del combinado albiceleste y allí brindó sus conocimientos desde 1983 a 1990. ¿La medicina es sólo Argentina? Como la alegría, el estetoscopio también se personificó en los futbolistas brasileños. Sócrates es considerado uno de los mejores mediocampistas de la historia y fue el capitán de Brasil en España 82’ y México 86’. El éxito en las canchas lo consiguió vistiendo los colores del Corinthians y fuera del campo de juego es reconocido como doctor en medicina. Caso aparte es el de Tostao. En la década del 70’ lo llamaban el “Pelé blanco” y ganó, junto a su homónimo negro, el Mundial que se disputó en su país. Pero la gran habilidad del delantero duró poco y por una lesión en la vista debió abandonar la actividad a los 26 años. Es que en 1969 había recibido un pelotazo en la cara que le provocó desprendimiento de retina. Si bien fue operado de forma satisfactoria, en 1973 sufrió un nuevo problema y tras cinco intervenciones quirúrgicas, tuvo que retirarse del fútbol. Esa situación lo llevó a especializarse en oftalmología.

Ese día llegó el 11 de junio pasado, justamente en Ferro, en el mismo club que su amigo psicólogo social. “El fútbol te da la posibilidad de hacerte tiempo para encarar otras actividades. Hay que aprovecharlo y tener ganas de no quedarse sólo con la pelotita. En mi caso, como la especialidad que elegí es traumatología, la historia se me hace más sencilla porque pueden relacionarse entre sí”, asegura Herbella. Esa es la cuestión principal. Relacionar ambas facetas para lograr la complementariedad. “Estudiar te abre las puertas. Te permite ampliar la mirada y conocer cuestiones que uno parece que como futbolistas está ajeno. Y la verdad que el mundo del fútbol no debe estar cerrado a la chance de que los jugadores se formen en otros ámbitos. Es algo que ayuda mucho al deporte”, comenta el “Doc”. El problema es saber cómo congeniar ambas órbitas. Para desmitificar la idea de que un futbolista no puede estudiar otra carrera al unísono que desarrolla su actividad diaria entre campeonato y copa, Sava sale al cruce. “No hay ninguna ciencia: Es idéntico a estudiar y trabajar como hacen muchas personas. Lo que pasa es que no hay muchos futbolistas que se dediquen a las dos cosas, pero eso no quita que no sea lo mismo que le puede pasar a cualquier otro estudiante. Hay que anular esa premisa de que es imposible”, destacó. Y agregó: “El tema pasa porque no está bien trabajado desde las divisiones inferiores, que es el lugar ideal para comenzar a inculcarle las distintas posi-

Mauricio Di Benedetto. El actual kinesiólogo de Los Andes


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bilidades que brinda el estudio. La mayoría de los chicos que empiezan a jugar en los clubes, también por incentivación de los padres, creen que jugado a la pelota se salvan la vida, y no es así”. Allí comienza a sobrevolar una problemática que cala hondo en la conciencia del futbolista. La obligación del triunfo, la necesidad del éxito y la falta de criterio para el aprendizaje simultáneo, capaz de mentalizar de una forma más abarcativa a los jugadores, son puntales básicos que se maman desde el inicio de la trayectoria en las canteras de las instituciones deportivas. Quien toma la palabra es Mauricio Di Benedetto. El actual kinesiólogo de Los Andes -equipo donde jugó en la temporada 2006-07 y 2007-08, logrando el ascenso a la B Nacional- se recibió en 2010 y comenzó a estudiar esa carrera en 2003 por una situación fortuita, pues aquel año, vistiendo la camiseta de Almagro, tuvo una lesión de ligamentos cruzados. Esa complicación física que lo alejó de las canchas por varios meses lo hizo recapacitar sobre la necesidad de abocarse a algo más que el fútbol post era de jugador. Previo a ese quiebre producto de la adversidad, otra era la historia. Es que “el fútbol consume mucha energía física pero también provoca un enorme desgaste mental que no deja tiempo para más”. “El jugador siempre tiene que estar preparado al cien por ciento de sus posibilidades. Y eso, a muchos les impide estudiar. Es que el fútbol no te permite pensar en otra cosa, siempre tenés que cuidarte, entrenarte… El estudio es algo a lo que hay que dedicarle tiempo, y eso a veces el fútbol te lo impide”, resumió.

Doble turno ¿Y por qué no hay espacio para amoldar las dos actividades? Sava es directo y

apunta a los responsables: “El fútbol no te impide estudiar. Hay que tener conciencia, saber que hay otras cosas además de jugar a la pelota. Pero esa conciencia, esa noción acerca de que el fútbol no es lo único que existe, se lo tienen que inculcar los padres. Si los padres y los entrenadores les marcan el camino a los chicos, habría más jugadores estudiantes”. Herbella vuelve a estar a la par con la idea de su amigo. “A los pibes habría que darles una segunda opción de vida. Apuntalarlos para que sean buenos profesionales y, paralelamente, lograr que reciban una ayuda extra para que en caso de que no tengan la suerte de llegar, eso no sea el fin del mundo. El fútbol debe ser educativo. Hoy no lo es y no se hace nada por corregir esta falencia”, consideró el doctor. Otro que busca ser médico, aunque todavía prefiere dedicarse a tiempo completo a la pelota número cinco es Agustín Marchesín. El arquero de Lanús vive aclarando en cuanta oportunidad surge, que su futuro estará ligado al consultorio clínico, herencia paterna que lo liga a su pequeña ciudad natal. Allá, en San Cayetano, cerca de Tres Arroyos, en el sur de Buenos Aires. A él, el éxito no le llama la atención y tiene en claro sus pretensiones: “No me desvela ir a Europa y ni siquiera estar en la Selección. Obviamente que disfruto cada paso que doy en esta carrera, pero lo que realmente pretendo en la vida es

tener la oportunidad de estudiar como mi papá y mi abuelo que son los únicos médicos de mi pueblo, que apenas tiene ocho mil habitantes”. El juvenil portero, con sólo 23 años y un puñado de temporadas en el “Granate”, no se desenfoca de su meta y sabe el porqué. O más bien, no. “Es que en el fútbol nunca se sabe”, sentencia. La incertidumbre es constante. La ventana hacia el mundo del fútbol está abierta de par en par, con chicos a raudales que consideran pertinente entrar. Aun así, el pasaje de un lado al otro es complejo y difícil de sobrellevar. Por eso el desconocimiento sobre el futuro que manifiesta Marchesín es un sello evidente que marca a rajatabla el horizonte de los jugadores con proyección. En ese sentido va el pedido de Herbella cuando prioriza la necesidad de “apuntalar con otra profesión por si no existe la suerte de llegar a destino en el fútbol”. Pero… ¿Cómo motivar la formación académica? “Hay que enseñarles e inculcarles desde chicos a tener otros horizontes, que no todo se termina en la pelota. Hay que educarlos en esa condición, marcarles los beneficios que trae el estudio, ya sea para su carrera como futbolista o para su desarrollo humano”, sostiene Sava. Por su parte, Di Benedetto insta a llevar a cabo algo concreto. “Hay que brindarles mucha información para que sepan de las posibilidades que tienen desde el principio”, puntualizó. Y continuó: “Igualmente, uno tiene que tener la voluntad y las ganas de formarse para saber qué hacer el día después al retiro”. Ese incentivo que muchas veces merma su potencial por las obligaciones extra futbolísticas del fútbol, hace 20 años que tiene un plafón institucional. Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), ente que defiende los derechos laborales de los jugadores, creó en 1991 la Fundación “El Futbolista” con el objetivo de elevar la calidad de vida de los propios futbolistas y sus familiares promoviendo el desarrollo integral del individuo. Es decir: no solamente prestarle atención a lo que puedan


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hacer dentro del campo de juego. Las metas son claras pero no siempre bien predispuestas, y entre ellas está la de allanar el acceso de los futbolistas a nuevas oportunidades laborales y educativas y, además, acompañarlos en la puesta en marcha de proyectos de vida sustentables, alternativos y complementarios a la práctica deportiva. Con ese objetivo como propulsor, muchos jóvenes cuentan con la posibilidad de finalizar el secundario y a partir de allí abocarse también a la conquista de un título universitario. Allí entra en juego la vocación por el aprendizaje que direcciona cada jugador. Juan Gambandé es arquero de Defensores de Belgrano y a fines de 2010 se recibió de preparador físico. De extensa trayectoria en clubes de nuestro país, con sendas experiencias por el fútbol mexicano e italiano, fundamentó el por qué de la necesidad de adquirir conocimientos de forma permanente y cómo relaciona ambas facetas, la del guardavalla y el profesor. “Mi idea es seguir aprendiendo porque todo se complementa: me preparó en conceptos físicos y, a su vez, me doy cuenta que ya estoy listo para trabajar como preparador físico. En la experiencia que fui haciendo, como jugador y también muchas cosas del profesorado, sé que estoy preparado”, señaló. En la Fundación realizó, por su parte, un curso para especializarse, a su turno, en el fútbol. “Me vino muy bien para aplicarlo al entrenamiento de arqueros, para poder transmitir lo que sé en el puesto, los sistemas energéticos que se usan… aprendí a dosificar las cargas y también sobre qué capacidad física hay que trabajar”, ejemplifica. Quince años de carrera bajo los tres palos necesitaron una constancia de parte de Gambandé y así lo explica: “Generé un hábito con el entrenamiento, extraño mucho cuando no practico. Siento pasión por lo que hago, toda mi vida quise ser jugador de fútbol y para ello me esforcé. Amo lo que hago. Por eso he decidido formarme en relación al fútbol, para seguir ligado”. Y así es como pondera el trabajo realizado desde la Fundación para que casos como el de él surjan en mayor cantidad.

Facundo Sava que jugó en Racing y Boca, entre otros se recibió de Psicólogo Social.

“Es fundamental lograr que jugadores de experiencia se comprometan con este proyecto, porque ellos logran transmitir conceptos que llegan de manera más eficaz a los jóvenes. Si bien los jugadores están dándole mayor importancia a su futuro, considero que es necesario que los más grandes se alineen con esta causa”, remarcó. En tanto, Di Benedetto también ubica su análisis sobre ese proyecto y si bien lo diferencia de las meras carreras universitarias, valoriza su trascendencia por la pertinencia horaria: “No hay muchos jugadores que se animen a carreras largas. La mayoría optan por los cursos que brinda Agremiados. Es que son cursos cortos, con una nueva disponibilidad de horarios y que te permiten adquirir un título rápido para el futuro. Muchos a los que conozco optaron por esa posibilidad. Por eso, son pocos los que realizan carreras prolongadas, ya

que para hacerlas hay que dedicarles mucho tiempo”. Y agrega a título personal: “Cuando comencé a cursar las materias prácticas en la facultad, se me complicaba porque la mayoría eran a la mañana y en ese horario me entrenaba. Por eso, esas materias recién las pude terminar cuando me retiré. Allí donde se observa el valor agregado de los cursos cortos”. De lo expuesto se deduce la idea que se repite entre los protagonistas: la intención de rodear su profesión con el fútbol o, más claro aún, abordar lo que sea a lo que se dediquen, siempre con la pelota como rumbo fijo. Sava pone en consideración la razón por la que todos parten del mismo vértice. “Es algo que no se puede dejar de buenas a primeras y por eso muchos deciden continuar ligados al fútbol desde otro costado que no sea el de entrenador, como habitualmente ocurre”, enfatizó. ¿Por qué la Psicología Social? El “Colora-


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do” responde: “Juega un rol muy importante. Te da muchas herramientas para manejarte dentro y fuera de la cancha. Te enseña a conocer realmente lo que significan los triunfos y las derrotas, los logros y los fracasos. También a comunicarse de otra manera con los compañeros, a tener una unidad de grupo. El fútbol es una actividad que da para trabajar en psicología, y mucho”. Pero para el goleador, la profesión fue más allá: “A mí la psicología me ayudó a reacomodarme en el fútbol y en la vida, porque había llegado un momento en el que estaba para dejar de jugar, debido a un bajón anímico”. -¿Y por qué traumatólogo, doctor? Herbella expica: “La experiencia personal de haber sufrido alguna lesión siempre posibilita un mayor conocimiento. Es que se incursiona en un campo y se ven las cosas con otra perspectiva, habiendo vivido las sensaciones del que va a ser tratado”. Así se comprometen con su labor los futbolistas que deciden seguir en torno al fútbol pero desde otro costado, no ése que habitualmente se elige del otro lado de la línea de cal, sufriendo los porvenires del buzo de entrenador, sino más bien, con el sustento de una carrera universitaria que, como remarca Sava, “enseña ver al deporte con un sentido más amplio y no como un juego en el que hay ganadores y perdedores”. “Mucha gente debería dejar de prejuzgar porque la verdad que nunca compartí un vestuario con un jugador analfabeto”, sentencia Herbella. Esa es la síntesis que pretenden dejar los protagonistas con esta lección, buscando resaltar una marca indeleble como lo habrán hecho en varias oportunidades frente a sus respectivos apuntes. Porque el estudio y el fútbol tienen trayectorias paralelas que cada tanto se rozan, ellos intentan demostrar que entre tácticas con línea de cuatro en el fondo y apenas un delantero como faro, cuidando el cero en el arco propio, se puede ir más lejos, ser más ambicioso, intentando progresar como en el campo de juego hacía el área rival, teniendo como meta el título. Y no precisamente para dar una vuelta olímpica…

Un hombre de la casa Para los futbolistas, el retiro de la práctica profesional no es un hecho más dentro de sus vidas. Es mucho más. Pese a que son jóvenes, con toda una vida para recorrer, a los 35 años ya son viejos para el fútbol, y eso suele generar frustración e incertidumbre. Acostumbrados a la rutina del entrenamiento y los partidos, entran en una nebulosa, donde la salida más utilizada es la del curso de director técnico. A diferencia de la mayoría, Mauro Navas, de dilatada trayectoria, tanto en Argentina como en Europa, encontró en los libros y en el estudio la salida a ese trauma post retiro. El ex jugador de Temperley y Banfield, que en 2006 consiguió su título de entrenador, se retiró de la práctica profesional en 2007 vistiendo la camiseta de Comunicaciones. Inmediatamente, se anotó en la facultad de Ciencias Sociales de Universidad de Lomas de Zamora para estudiar Trabajo Social. “Me sobraba tiempo, ya pensaba en ser entrenador y combiné todo eso con un deseo que tenía que era ayudar a Temperley”, recuerda sobre sus primeros meses fuera de la práctica profesional. “Cuando dejás de jugar al fútbol la vida es complicada. Lo más difícil es cortar de raíz un montón de cosas; entrenarte a la mañana, el vestuario, sentirte útil... Se acaba todo en un instante y es difícil asimilarlo. Muchas veces te pasa por la cabeza volver, pero te das cuenta de que no se puede, por lesiones (tenía un problema en los meniscos de la rodilla derecha) o por otros motivos. Poco a poco lo asumís, pero lentamente”, remarca. El retiro confirma el fin de una etapa, y como todo cierre de ciclo trae sus complicaciones. Dentro de las salidas que encuentran los futbolistas, la universidad no está dentro de las más elegidas. Y para Navas es porque “es otro ambiente que brinda un gran espacio para pensar de otra manera e implica un enorme cambio”. Sobre su experiencia personal en UNLZ, Navas confiesa que lo tomó como una terapia. Eso lo motivó, pero en el camino experimentó otras experiencias muchos más satisfactorias. “Me di cuenta de las distancias que hay con lo que había estudiado en el secundario. En pocas palabras, me abrió la cabeza”, reconoce. Su andar por los pasillos de la facultad le dejó las mejores conclusiones. “Ahora me gusta leer, antes no agarraba un libro ni por casualidad. A su vez, me gustaría escribir algún cuento de fútbol. En sí, todo sirve”. Y ahora como entrenador buscará inculcarle lo mismo a sus dirigidos. “A mis jugadores se los recomendaría”, concluyó.


LITERATURA DE LA PELOTA

¡E-li-seo... E-li-seo! Por Germán Ferrari

Hace medio siglo, en un accidente aéreo, falleció Eliseo Mouriño, una de las glorias de aquel equipo de Banfield que peleó el título con Racing en la célebre final de 1951. También se destacó en Boca y en la Selección. El Cruce lo recuerda con un

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relato de ficción. ¡Treinta y tres! ¡Treinta y tres! ¡Ya casi treinta y cuatro! ¡La pucha, cómo pasan los años, Gallego! ¿Qué estoy haciendo acá, con esta gente? No voy a decir que me tratan mal porque estaría macaneando. Me recibieron como a un ídolo y eso es demasiado para mí. Pero me siento cansado, sin esa alegría incontrolable del comienzo, cuando me frenaba en la mitad de la cancha y miraba hacia delante, hacia el futuro, y veía a mis compañeros que esperaban mi decisión para ir al ataque. Si giraba hacia atrás, sentía que el resto estaba tranquilo, confiaba en mí. Y ahora, ¿yo confío en mí? Nadie se atreve a decírmelo, pero es como si me gritaran al oído “finíshela, Gallego, retirate de una vez antes de dar lástima”. Es algo que no me lo puedo sacar de la cabeza. Jamás lo escuché ni me lo insinuaron, pero es una sensación que tengo desde hace un tiempo, desde que me fueron de Boca. Tanto le di al club para que me lo pagaran así. Ninguno se acordó del campeonato del ’54. Todavía siento un nudo fulero que se me tuerce en la garganta, en el estómago, en el corazón. ¡Y con la celeste y blanca! Si hace apenas dos años la tribuna coreaba ¡E-li-seo... E-li-seo! cuando hacía banco y presionaba al técnico para que tuviera en claro quién era el titular. No es por vivir de recuerdos, pero qué impresionante aquel

Sudamericano en Chile, cuando fui abanderado de la delegación nacional. La frente alta, la bandera argentina recostada sobre mi hombro derecho, el paso firme hacia el centro del estadio y la admiración y los aplausos y los rostros de felicidad de esa gente. ¡Todo por el General! ¡Todos éramos hinchas del General! Y pensar que meses después lo rajaron... ¡Qué grande era el General! ¡Uy! Hablé en pasado. Debe ser porque lo obligaron a irse de su querida patria. ¡Y cómo lo necesitamos!

Seguro que me hubiera aconsejado. En alguna ocasión fuimos a la Casa de Gobierno para arreglar los contratos. Nunca soporté la injusticia. Por eso no faltó quien me llamara El Gremialista. Para mí era un orgullo... Y por más que digan otra cosa el General era hincha de Boca. Por más que digan que el fútbol no le gustaba o que era de Racing... ¿Cómo no le iba a gustar el fútbol si es la pasión del pueblo y el General amaba a su pueblo? (Pero, caracho, otra vez hablando en pasado; aunque esté lejos él ama a su pueblo y su pueblo lo sigue amando, en silencio, con bronca, con orgullo, con dolor. ¡General, General! ¿Por qué no está?) Yo también estoy en otro país, lejos de mi familia, de mis amigos, pero tengo que ser agradecido con esta gente que me abrió los brazos y me hizo sentir que todavía valgo, que todavía puedo pararme en la mitad de la cancha con la pelota debajo del botín derecho,

El Gallego, un crack “Modelo como buena persona. Modelo como buen compañero. Modelo como jugador inteligente. (...) Modelo en conducta, modelo en todo.” Con estas palabras, la revista El Gráfico, dirigida por Dante Panzeri, homenajeaba a Eliseo Víctor Mouriño, fallecido en un accidente de aviación en la cordillera de los Andes el 3 de abril de 1961. Allí también murió el ex jugador de Lanús Arnaldo Vázquez, entrenador del equipo chileno Green Cross, al que “El Gallego” había llegado para seguir su carrera, convencido por su antiguo compañero de Banfield Gustavo Albella. Nacido el 3 de junio de 1927, quizá sea el mayor ídolo de la historia de Banfield. Su jerarquía lo llevó a ganarse un lugar destacado en Boca Juniors, con la obtención del campeonato en 1954, y en el seleccionado nacional, del que fue integrante durante ocho años. Era un cinco “de los de antes”, un “eje medio” o, en argentino, un “centrojás”. Desde mediados de los 70, la tribuna local del estadio albiverde lleva su nombre. Una recomendación para estos días: ver la película La señal, en la que el personaje interpretado por Ricardo Darín, “El Pibe” Corvalán, un detective fanático de Banfield, vive preocupado por el pase inminente de Mouriño a Boca.


como un verdadero centrojás, y mirar hacia delante, hacia el futuro. ¡Treinta y tres! ¡Treinta y tres! ¡La pucha! Todavía puedo hacer un montón de cosas. Fantaseo con ponerme el buzo de entrenador y armar un buen cuadro y enseñar todo lo que me enseñaron a mí. Y si no... a volver al viejo oficio de copista de planos, que con eso me empecé a ganar mis primeros pesos. No soy un habilidoso ni un exquisito, ya lo sé. Si hasta le pego mal a la pelota. Pero algunos exageran y me llaman crack. ¡Si me sobran los dedos de una mano para contar los goles que hice! Exageran... Pero los dedos también me sobran si pienso en cuántas veces me expulsaron. Me acuerdo de una vez en Boca y...y... pará de contar. Me gusta eso de que en la cancha se ve el reflejo de cómo son los jugadores en sus vidas. Está el que se morfa la pelota y no se la da a nadie y quiere siempre hacer el gol del campeonato; está el que juega para sus compañeros y, de paso, también se luce; está el silencioso, el batallador, el calentón, el malaleche, el vivo, el amargo, el sobrador... El fútbol es como la vida. Enseña un montón de cosas y si uno se deja enseñar puede salir un poco menos torcido, menos bruto. Porque la mayoría tuvimos que yugarla para salir de pobres o del ambiente fulero de la calle y de la noche. Como le pasó al Mono, pobre, porque en el boxeo es igual. Agradecido, hay que ser agradecido en la vida. El Cordobés se merece que lo abrace y le agradezca infinitamente por recomendarme para jugar acá en Chile. Lástima que se lesionó y no puede estar con nosotros ahora. La verdad es que muchas ganas de viajar nunca tuve. Me entrené duro. Estoy molido. Sabía que no iba a jugar, pero cómo decirles que no a mis nuevos compañeros, que me insistieron tanto para que fuera con ellos. Querían que conociera el paisaje del sur chileno. ¡Una belleza! Lástima que esta tarde perdieron. Pero cuando estemos con El Cordobés se va a dar vuelta la taba. ¡Como en los tiempos de Banfield! Yo en el medio y él arriba... Salí varias veces fuera del país y me guardo esas imágenes de las giras, como cuando fuimos a Inglaterra. Londres, ¡qué ciudad! Los ingleses nos perdonaron la vida. Eran demasiado buenos para nosotros. Wembley, ¡qué estadio! Lástima que no jugué. Pero sí estuve en la revancha en Buenos Aires, el día del gol de Grillo. ¡Qué alegría! El General armó los partidos porque quería ganarle a los piratas. ¡Y el Mundial de Suecia! ¡Qué de-

sastre! Si antes del partido les decían a los checoslovacos que nos iban a hacer seis, seguro que se descosían de risa. Fuimos de paseo y yo más, porque no entré en ningún partido. Bue, bue... Todo eso ya pasó. Ahora tengo que ponerme cero kilómetro. El Cordobés hace un par de años que está acá, tranquilo, ganando bien. ¡Si el equipo hasta tiene los colores verde y blanco del Taladro! ¡Pero mirá vos! ¡Pudiendo todavía triunfar en algún grande de la Argentina o de Brasil, donde la rompió! Para algunos, los viejos no servimos. Yo estoy viejo, El Cordobés está viejo, hasta al General le están empezando a decir que está viejo. ¡Qué jorobados que son! ¡Uh! Aquella foto cuando lo fuimos a ver en la Rosada con la selección. El está recibiendo una caja de madera lustrada, un cofre, con una camiseta celeste y blanca. ¿Era la mía? ¡Me temblaban las manos y las piernas! Todos teníamos una ansiedad bárbara, una impaciencia por conocerlo. ¡Si éramos peronistas como todo el mundo! ¿Cuándo fue eso? ¡Ah! Por la misma época en que con El Taladro casi salimos campeones. ¡¿Qué digo casi?! Fuimos campeones igual, campeones morales decían los diarios, las revistas, hasta en el noticiero del cine. ¡Qué locura hubiera sido ganarle a Racing esas finales! ¡Si hasta Evita quería que el humilde se convirtiera en poderoso! ¡Estuvimos ahí de ser el primer equipo chico que ganara un torneo de Primera! Ninguno lo podía creer, era un sueño fabuloso. ¡Y cómo estaba el barrio! Cada partido era un mar de gente yendo a la cancha, de local, de visitante. Racing nos ganó bien. Si también era un cuadrazo... Ahí no hubo ayuda ni nada. No hacía falta que aquel ministro le diera una mano. Hacía dos campeonatos que venía siendo el mejor. ¡Sportivo Cereijo le decían! Era bueno en serio. Y a nosotros nos quedó la ilusión de acariciar el cielo, como seguro mañana me va a pasar mí. Y si pudiera abrir la ventanilla del avión estiraría la mano para ver qué se siente. Seguro que es un viento helado. Allá arriba de la Cordillera debe hacer una punta de grados bajo cero. Tantos como los que me parecía sufrir cuando iba a la escuela en San Cristóbal y mi vieja se quedaba en la puerta de casa para ver si no me distraía con nada y seguía derechito por esas calles manchadas de baldíos tentadores, iguales a los que había visto de chiquito en Mataderos, ese Mataderos impregnado de olor a sangre de los frigoríficos, de mugidos lejanos

El Taladro, campeón moral La hazaña de Banfield en el campeonato de 1951 cumplirá sesenta años. Aquellas finales históricas frente a Racing, después de compartir la cima del torneo, se disputaron el 1 y el 5 de diciembre en el Viejo Gasómetro. En la primera, que finalizó empatada sin goles, “El Taladro” formó con Osvaldo Graneros; Osvaldo Ferretti y Luis Bagnato; Domingo Capparelli, Eliseo Mouriño y Héctor D’Angelo; Miguel Converti, José Sánchez Lage, Gustavo Albella, Nicolás Moreno y Juan Huarte. Y “La Academia” alineó a Héctor Grisetti; Higinio García y José García Pérez; Juan Carlos Giménez, Alberto Rastelli y Ernesto Gutiérrez; Mario Boyé, Norberto Cupo, Manuel Blanco, Llamil Simes y Ezra Sued. El torneo se definió con un gol de Boyé al comienzo del segundo tiempo del partido decisivo. Raúl Tolosa había reemplazado a Huarte en Banfield y Manuel Ameal y Rubén Bravo a Cupo y Blanco en Racing. Sólo se conservan unas pocas imágenes de ambos encuentros gracias a “Sucesos argentinos”. Y pensar que esos matchs fueron transmitidos en directo por la flamante televisión argentina para los privilegiados que podían contar con un aparato importado o para aquellos que se acercaron a la vidriera de alguna casa de electrodomésticos.

de muerte, de luchas obreras. ¡Mi vieja, Doña Concepción! Más de una travesura me habrá aguantado... Tenía mi nombre a flor de labios, pero jamás le escuché un grito. Pobre vasca... ¡Encima sola, con cinco hijos y viuda tan joven! No quería saber nada con el fútbol. Ya tenía la experiencia de mi hermano mayor, Guillermo, yendo de un club a otro en las inferiores y después, nada. ¡Qué lástima que mi viejo se me fue tan pronto! Pobre Don Antonio, pobre gallego, con su biblioteca cargada de libros de lomos oscuros, que me intrigaban, con nombres raros que me causaban risa y que después comencé a entender. Errico Malatesta... Pero otra vez la palabra viejo. Esta noche la tengo en la cabeza y no se me va con nada. Bueno, bueno... vamos a dormir, Gallego, que mañana nos espera el vuelo de regreso a Santiago y ni Dios te va a levantar si seguís enredado con pavadas.


Foto: Alejandra L贸pez


ENTREVISTA A GUILLERMO MARTÍNEZ

“El lenguaje para hablar de sexo es muy incómodo” Con su última novela, Yo también tuve una novia bisexual, el escritor se aventura a contar la sexualidad sin pecar de mojigato ni rozar la pornografía. “Yo quería encontrar una manera de mirar de frente y de cerca lo sexual y contarlo de forma sostenida”, asegura. Aprovecha para sacudirse la etiqueta de “escritor de policiales” para defender lo que a su criterio importa. Por Noelí Cristti

En junio de este año Guillermo Martínez publicó su quinta novela, Yo también tuve una novia bisexual, en la que cuenta la relación de un profesor con su alumna. La relación se centra en lo físico y es contada en esos términos. El desafío fue sonrojar a los tímidos sin pasar al mal gusto y a la vez no conformarse con decir sin contar. “Hay algo en el relato del sexo hecho por otros que siempre produce un efecto de extrañamiento, de desplazamiento”, comenta en diálogo con El Cruce. -Cuando uno lee el título de la novela parece que la bisexualidad del personaje va a ser el núcleo de la trama, sin embargo puede leerse como una historia de amor. -Calificar la novela depende de cada lector. Cómo interpreta cada uno a partir de lo sexual, la diferencia y los otros costados que aparecen. Indudablemente hay una línea que tiene que ver con la conformación de la historia de amor de ellos en algo más que lo meramente físico. Sin embargo no creo que llegue a ser una historia de amor: es una de esas historias que están conde-

nadas desde el principio a terminar pronto. Tiene ese recorrido fulminante de las historias que saben que tienen un plazo. Puede ser una historia de amor contemporánea, tiene algo de eso, un componente sexual muy marcado y deriva también en otras cosas. Igual a mí no me gusta caracterizar mi novela dentro de una estantería. Me parece que hay varias cosas dentro de la novela. No es únicamente sexual, tampoco creo que sea romántica. Ocurren varias cuestiones, es como si fuera un fragmento en la vida de una persona con una cantidad de dimensiones. -La relación sexual entre los personajes se describe explícitamente, ¿hubiera sido lo mismo narrar las cosas en forma más elíptica? -Eso tiene que ver con el experimento que yo me proponía con esta novela. Cuando uno escribe una novela erótica tiene ante sí dos retóricas. La del siglo XIX que tenía que ver con la elipsis, las metáforas, la sublimación dílico filosófica del sexo, las antesalas


y justamente omitir la cosa en sí como si no fuera importante. Eso de algún modo tiene sus éxitos y sus fracasos: te permite crear una atmosfera literaria de “buen gusto”, usar metáforas, recursos de la alta literatura. Pero para mí queda un poco a distancia de la cuestión efectivamente sexual, lo deja dentro del mundo de lo no escrito, como diría Calvino, o sea parece como que no hay nada interesante que decir del hecho sexual. Yo creo que sí lo hay. Después existe la retórica del siglo XX, donde explotó el tema y tenemos ejemplos donde se da lo sórdido, el detalle casi escatológico, la violencia, la droga. Eso tampoco me interesaba. Yo quería encontrar una manera de mirar de frente y de cerca lo sexual, y contarlo de forma sostenida. Y eso es en gran parte la novela, es la posibilidad de hacer un continuo de la cuestión sexual y ver el escalamiento y cómo se genera a partir de allí el resto de las dimensiones de la relación de ellos. Esa fue mi elección, mi riesgo y si se quiere para algunos lectores mi fracaso. Obviamente a algunos no les gusta, se sienten incómodos. Hay algo en el relato del sexo hecho por otros que siempre produce un efecto de extrañamiento, de desplazamiento, parece que las escenas son demasiado leves o demasiado obscenas, es muy incómodo de mirar. -¿Cómo fue el momento de contarlo, la elección de las palabras? -Tuvo sus dificultades, pero todas mis novelas las tienen. No podría decir que fue más difícil, tuvo sus dificultades específicas. El lenguaje para hablar de sexo es muy incómodo, es demasiado infantil, médico o descriptivo. Es muy difícil encontrar la palabra que sea a la vez descriptiva y no sea un eufemismo.

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-¿Cree en el peso propio de cada uno de los términos, en el sentido que describen como ninguna otra forma “políticamente correcta” ese momento? -Cada palabra tiene su carga. Ocurre que si uno desliza una palabra en un registro más bajo del que se maneja, inmediatamente hay como una especie de atracción de otras palabras a ese registro más bajo. Hay que tener mucho cuidado que las palabras que están en un registro más bajo o vulgar sean unas pocas y que tengan una fuerza y una ubicación muy precisa para crear ese efecto de cuasi obscenidad, pero sin arrastrar todo el texto. Son los cálculos que uno tiene que hacer cuando escribe estos temas. -¿Cree que la literatura es transgresora en estos temas, que puede escapar a ciertas censuras implícitas? -A esta altura no. En algún momento fue transgresor tanto en el tema de la sexualidad, como el de la homosexualidad. Pero a esta altura justamente lo que era transgresor en un momento se transformó en una facilidad y en una superexplotación. Hay un prólogo muy interesante que hace Marguerite Yourcenar en su libro Tratado del inútil combate (1927) donde dice que cuando ella publicó por primera vez su novela, que era la historia de un

hombre que trataba de reprimir su homosexualidad, ese tema era hasta un punto transgresor. Cuando la reeditó, se había convertido en un tema súper explotado. Eso es lo que ha pasado con el tema sexual. De ahí el título, el “también” es irónico con respecto a la clase de novelas sobre la sexualidad y el cuerpo de los años 90. -Sin embargo sorprendió. Puede ser por su historia. -Es una novela que se lee como atípica dentro de las que yo escribo. Pero tampoco es tan así porque hay una gran cantidad de cuentos eróticos que aparecen en mi primer libro de cuentos, y de hecho esta novela iba a ser el último relato de un libro, que compila cuentos de sexo y de muerte, y se llama “Los reinos de la posición horizontal”. -¿Cómo fue esa transformación? -A medida que lo escribía aparecieron otros temas, otras dimensiones. Apareció sobre todo esta posibilidad de escribir este diario íntimo y fue como agregarle una segunda parte y eso me decidió a publicarla por separado. -¿Porque decidió que Jenny sea bisexual, se podría contar la historia sin esa característica? -Me parece que le da una cierta extrañeza a la forma en que él se comporta con ella, las cuestiones que pueden compartir entre los dos que con una pareja heterosexual no podrían. Hay un par de escenas que me parecen importantes, como en la que van a ver strippers. A mí me parecía importante no solamente por la gracia sino porque ahí es cuando ella vuelve al mundo de las mujeres y él la ve en esa otra cara de algún modo oculta. Porque si bien sabe la historia de su ex novia, nunca la vio en acción con mujeres. Me parece que justo cuando se está por ir, ve que a ella la reciben de nuevo en el mundo de las mujeres. -La historia sucede en el Sur de Estados Unidos, ¿cuál fue el

Cuando la literatura excede la literatura Martínez llega al gran público de la mano de su novela Crímenes imperceptibles, la que fue llevada al cine por el director español Alex de la Iglesia, bajo el título Crímenes de Oxford. “La película me gustó. Me parece que pudo seguir las líneas principales de la novela y aún así dar una lectura propia, incluso del final”, señaló el autor y destacó: “Me gustó mucho la actuación de John Hurt”. Un destino similar tendrá su anteúltimo trabajo La muerte lenta de Luciana B. “Escribí con mi mujer, Marisol Alonso, el guión y quizás con suerte se llegué a filmar en España”, adelantó.


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motivo de la elección? -Porque me interesaba esta distancia máxima que había entre el mundo íntimo del campus, que es como clausurado con sus propias leyes en un pueblo perdido y el suceso a escala mundial más ruidoso que tuvimos en las últimas épocas que de alguna manera cambió la historia del mundo. Me interesaba hacer esa diferencia entre lo que es la novela privada y la política, hacer esa conexión. -El contexto político se cuela hacia el final, de hecho lo desencadena, sin embargo no es muy recurrente en sus novelas que eso pase. -A mí no me gusta que lo político invada la ficción, sí me gusta que pueda aparecer pero al servicio de ésta, en una relación que no sea de dominación. Es lo que pasa aquí, irrumpe este ataque, pero solamente es importante en cuanto a cómo los toca a ellos de una forma indirecta. No me interesa en mis novelas la alusión política muy reconocible. -Muchas de sus historias y las de otros novelistas de suspenso suceden en ámbitos académicos, ¿qué es lo que tienen estos

escenarios? -Me gustaba la idea de que un campus es como una especie de cosmos, con su vida propia, sus leyes, sus personajes. Me interesaba que pareciera una isla, un lugar donde él tenía pocas variables y aún así se desarrollara la situación. -La ubicación temporal precisa es otro elemento que no suele surgir en sus textos. ¿Para usted es más fácil contar sin referirse a un tiempo específico? -Trato de que no interese demasiado en cuanto a la ficción que toco. Tengo una novela situada en la Guerra de Malvinas, pero tampoco es esencial. En “Acerca de Roderer” aparece la cuestión de Malvinas pero no llega a invadir la trama. En “la mujer del maestro aparece una Buenos Aires contemporánea, pero podría ser la de ahora o la de hace 20 años, lo mismo con “Crímenes imperceptible” o “la muerte lenta de Luciana B”. En general no me interesa demasiado que estén fechadas las novelas. Porque yo creo que la ficción tiene que ser un mundo relativamente autónomo. Puede tener sus coincidencias documentales con la realidad, pero tiene que haber algo de la atmosfera que se desprenda de lo real. -En ese sentido, ¿es mejor el pasado para contar? -Borges decía que a la ficción le convenía situarse en un pasado relativamente lejano para que no hubiera como inspectores de lo real que van a detectar la infracción a lo real. -El personaje del profesor da un seminario sobre las dicotomías que aparecen en la crítica literaria, ¿cómo surge esa idea? Me gustó mucho la idea de incluir lo que es la preparación mental de una conferencia. Esta idea me pareció original. Entonces dentro de los temas que tenía elegí éste que me parece que refleja algo de lo que ocurre en la novela. Porque es una novela que podría ser por un lado política y por el otro privada, y no es ninguna de las dos cosas en el fondo. Parece al principio también una comedia y tiene un costado de tragedia. Es una novela que participa de algunas de esas dicotomías, entonces se me ocurrió desarrollar un poco esa idea a través de una teoría crítica. -¿Usted no es de aceptar esas dicotomías? -La idea de la teoría es que cualquiera de ellas es de cierto modo insuficiente. Uno de lo que tiene que ocuparse es de tratar de ver cómo refinarlas, no quedarse en una clase de elección crítica que puede reducirse a la elección de uno de estos pares, sino de ejercitarse la dicotomía en los casos en que revelan sus deficiencias, estar alerta para poder reformular esas dicotomías iniciales. -¿Cómo se lleva con la crítica? En primer lugar los críticos tienen un papel insustituible. Deben ser como la jerarquía más alta entre los lectores y para eso tienen que cumplir con los requisitos que decía Henry James:


comprenderlo todo, sentirlo todo y expresarlo todo. Tener la capacidad de comprender todas las dimensiones que tiene el texto, de sentir toda su sutileza y poder después dar cuenta eso. Lamentablemente no hay en Argentina una crítica profesional. Todos los críticos quieren escribir su propia obra y a la vez competir con su propia obra en el mismo terreno que los otros escritores. Eso da lugar a toda clase de distorsiones, de amiguismos, de reconocer sólo lo que está cerca de ellos, lo que está en la misma sintonía estética que ellos. Entonces no hay una crítica seria, profesional, consecuente, sino que aparecen reseñas que las hace a veces una profesora de taller resentida y a veces un crítico recién salido de la universidad. Ni siquiera uno puede pelearse demasiado porque no hay ninguna línea, ningún criterio claro. Son como opiniones espasmódicas en que un día aplauden a uno o castigan a otro por las mismas razones que elogian a un tercero. No hay ningún tipo de coherencia crítica en la Argentina.

eso. Creo que la manera en que está contada y algunas reflexiones recuadran también mis otras novelas. La parte en la que el narrador recuerda los diálogos con ella y la forma en que están escritos están en germen en la muerte lenta de Luciana B. Esa clase de procedimiento, la forma en que aparece en los diálogos y en que se describe el campus al llegar, puede recordar a otros de mis libros.

-Se calificó esta novela como de ruptura en su obra -Yo no lo veo como una ruptura ni busqué deliberadamente

-¿Por qué cree que se lo identifica más así? -Porque mi novela más exitosa fue una novela policial y además está vinculada con la matemática.

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De los números a las letras Nació en Bahía Blanca en 1962 y se mudó a Buenos Aires en 1985, donde se doctoró en Ciencias Matemáticas. Posteriormente vivió en Oxford, Gran Bretaña, con una beca de postdoctorado del CONICET. En 1982 obtuvo el Primer Premio del Certamen Nacional de Cuentos Roberto Arlt con el libro La jungla sin bestias (inédito). Su primer libro, Infierno Grande, se publicó en 1989, y por el mismo recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes. Su producción continuó con la primera novela, Acerca de Roderer (1992); La mujer del maestro (1998); su primer ensayo, Borges y la matemática (2003), y Crímenes imperceptibles (2003), que le valió el Premio Planeta Argentina. Sus libros de no ficción incluyen: La fórmula de la inmortalidad (artículos, 2005) y Gödel para todos (ensayo, 2009), en colaboración con Gustavo Piñeiro. Sus últimas novelas fueron La muerte lenta de Luciana B. (2007) y la reciente Yo también tuve una novia bisexual. En la actualidad colabora con reseñas y artículos en diferentes medios.

-¿Le molestan los estereotipos? -Molestan como a cualquier persona. Una etiqueta limita y sólo advierte una parte de lo que uno es. Molesta en la medida en que recorta injustamente una parte. Yo tengo una sola novela estrictamente policial que es Crímenes… Si me consideran únicamente un autor de policiales me molesta tanto como que digan que soy un matemático que se dedicó a escribir. Además muchas veces hay como una mala intención, no siempre es inocente.

-Dentro de la distinción entre policial clásico y negro, usted siempre se definió en el primero. -Si tengo que elegir como lector, e incluso para escribir, me interesa más el policial de enigma. -¿Sigue siendo válida esta distinción? -No necesariamente. En un policial de enigma se pueden filtrar una cantidad de descripciones sobre todo aquello que parece pertenecer por derecho al policial negro, que tiene que ver con lo político con la representación de una sociedad en una determinada época. El enigma no tiene por que ser como una especie de juego algebraico o de acertijo loco, puede tener una cantidad de capas. Eso depende de quién es el escritor por detrás. A mí me interesa más que la novela de enigma o el policial negro, algo intermedio que a veces ni siquiera está dentro del plano policial que es el suspenso. Tiene que ver con la inminencia de algo que está por suceder y va a cambiar drásticamente la vida de los personajes y la idea que el lector tiene de esos personajes. -¿Cómo ve el panorama de la literatura en nuestro país? Lo veo muy saludable, con muchas editoriales nuevas e independientes, con muchos escritores que están incursionando con sus primeras obras, y con estéticas muy variadas. Creo que se quebró también cierta tutela que había de algunas ideas teóricas que predominaron en Argentina durante mucho tiempo y que dieron lugar a cierto tipo de novelas. Ahora hay más diversidad en la forma de escribir, menos preocupación por el qué dirán de la Academia. Creo que es un buen momento.


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MEJOR MEDIO GRAFICO DE INTERES GENERAL

Un premio para El Cruce Otorgado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas

bonaerense,

distingue

la

labor

periodística de distintos medios periodísticos de la provincia.

El trabajo que día a día realizan cientos de comunicadores en localidades bonaerenses fue el protagonista de la noche. Los reflectores del escenario iluminaron la tarea de decenas de trabajadores de gráfica, radio y televisión que fueron premiados por sus tareas en el ámbito de la comunicación. Allí, El Cruce, revista de la Facultad de Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) recibió una estatuilla como “mejor medio gráfico de interés general” de la provincia de Buenos Aires, por parte del Consejo Profesional de Ciencias Económicas bonaerense La ceremonia de premiación transcurrió al ritmo del dos por cuatro, con la actuación de músicos, cantantes, bailarines de tango, y hasta artistas plásticos, que ponían un condimento especial a la noche. La edición número veinte de la entrega de premios Caduceo se vistió de fiesta para agasajar a los medios de las localidades bonaerenses. Sobre el escenario del teatro Pablo Podestá de La Plata, se escucharon anécdotas y experiencias de comunicadores del Conurbano hasta de vecinos

de pequeñas ciudades de la provincia. En desarrollo web, radio, gráfica o TV, el factor común es la necesidad de plasmar en esos productos las problemáticas de sus vecinos y barrios, además de los hechos nacionales. La noche se transformó en un recorrido por el interior de la provincia, lejos de las autopistas y las bocinas de la Ciudad. El escenario fue la ventana de un viaje con escala en la tarea de los comunicadores: editores que van de un pueblo a otro para poder imprimir su diario, pequeñas redacciones que logran informar a toda una ciudad, o un sitio web que recolecta la historia oral de la localidad. Para muchos, la estatuilla fue la palmada amiga para seguir adelante en la tarea diaria. La apertura estuvo a cargo del titular de la entidad que organiza las premiaciones, Alfredo Avellaneda, mientras que habló también el intendente de La Plata, Pablo Bruera, para dar la bienvenida a editores y periodistas que aguardaban recibir las estatuillas. Los premios se repartieron por medios web, gráfica, televisión y radio de

Saldillo, Zárate, Chacabuco, Avellaneda, Capitán Sarmiento, Villa Adelina, Lezama, General Arenales, Pringles, La Plata y Lincoln, entre otros. En la categoría de gráfica, la revista El Cruce recibió el premio como “mejor medio gráfico de interés general”. La publicación editada desde 2009 por parte de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, es realizada por periodistas graduados y estudiantes de esa misma casa de estudios. El premio fue recibido por el director de la revista, Daniel Míguez, quien agradeció la distinción al Consejo Profesional de Ciencias Económicas, como así también a la gestión de la Facultad de Sociales que hace posible la publicación, a los editores y a todos los estudiantes que trabajan en la revista. Después fue el turno de la radio y la televisión bonaerense. La música de arrabal y un gran despliegue artístico fueron el broche de la noche para los comunicadores, que tras los premios no dejaron pasar la oportunidad de pasar la noticia sobre el evento.


MUSEO DEL LIBRO Y DE LA LENGUA

La mansión del idioma Por Cecilia Díaz

Es el primero dedicado al español en toda Sudamérica. Escapa al concepto tradicional de las muestras y formula una propuesta interactiva que se vale de las nuevas tecnologías. En su etapa inaugural, ofrece un relato sobre la mutación de las palabras a

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través del tiempo en la radio y en la historieta.

Una pantalla táctil invita a conocer el significado de palabras del lunfardo. Una computadora permite escuchar música tradicional de América latina. La cultura local se da cita en el Museo del Libro y la Lengua que abrió sus puertas en octubre y que promete sumar nuevas actividades durante este mes. Es un edificio nuevo, de tres pisos, que se levanta sobre la avenida Las Heras, donde antes estuvo la mansión Alzaga Unzué, que fue la residencia presidencial de Juan Domingo Perón y Eva Duarte. Se trata de un proyecto único en el país, pero también, en la región. Sólo hay un espacio similar en San Pablo, pero dedicado al portugués. Al ingresar, lo primero que se escucha es cómo nació el idioma español, cuáles fueron sus raíces. Luego aparecen las causas de su mutación, la influencia de los libros, de los medios de comunicación, de la fusión con lenguas nativas. Aún faltan salas para estrenar pero gran parte de la obra está terminada. Y la muestra que alberga está pensada para interesar, también, a quienes no suelen visitar museos. Para ello, se incorporaron instalaciones multimedia y juegos que ofrecen un


código más coloquial para jóvenes y adultos en tiempos de cultura digital. La idea de crear un museo del libro nació hace cinco años, cuando el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, la propuso a Elvio Vitali –fallecido en 2008-, con quien compartía la conducción de la Biblioteca Nacional. Luego, cuando González conoció el Museo de la Lengua Portuguesa, en San Pablo, “volvió con un entusiasmo absoluto respecto de que había que recrear el proyecto y crear uno aquí también”, relata María Pía López, la directora del museo. Entonces, el desafío se duplicó. La relación entre el idioma y los libros dio un cuerpo a las ideas, ayudando a dar el primer paso. “La lengua es variación, pero también es algo que es explícitamente comunitario, que legamos pero al mismo tiempo usamos de modo individual. Es impresionante eso: cómo sabemos manejar matices, el tono, el léxico que se usa, muchas variaciones que dependen del contexto en el que estás. Tiene algo muy democrático la lengua porque es una facultad común que todos usamos. Sería muy lindo para nosotros que el visitante del Museo pueda des-

cubrirse en esa situación”, sostiene López. Una de las primeras iniciativas del museo es guiar al lector. “Hay libros en vitrinas, pero organizados temáticamente porque lo que nos interesa mostrar son los ejes para entender la cultura nacional y que nos permiten articular libros que no necesariamente fueron pensados en conjunto”, explica María Pía López. “Uno de esos ejes está centrado en libros que funcionaron como pedagogía cívica, política y que van desde El Contrato Social hasta el Nunca Más”, agrega. En otro rincón se presenta una constelación de editoriales. Es el segundo atractivo y está planteado a partir de estrellas que se unen, formando un universo del mercado local. “Es una tarea infinita, imposible de terminar porque cambia día tras día. Si el visitante nota que falta alguna firma, tendrá razón. Pero la tendrá ahora y en el futuro, porque es la investigación no terminará nunca”, advierte López Dos de los primeros ensayos trabajados por el Museo del Libro y la Lengua son los vinculados a los medios y la historieta. Para el primero, se armó un contenido con audios de programas de radio “para de-

mostrar cómo fue cambiando el modo de hablar, ya sea en programas de humor o informativos”, explica la directora. Se trata de una curaduría del periodista Carlos Ulanovsky, quien sumó el aporte de otros profesionales del área. Otro que colaboró con esta primera programación del museo fue Miguel Rep con “un mural de historietas que contiene expresiones y palabras, léxico, en algunos casos ya en desuso. Porque la historieta va registrando en secuencias los cambios lingüísticos”, acota López. Cuando se presentó el proyecto cultural, los arquitectos evaluaron si se podía reciclar parte de esa antigua edificación, pero no fue posible. A partir de allí fue cuando el estudio de Clorindo Testa se hizo cargo de diseñar algo completamente nuevo que continuase la estética de la Biblioteca Nacional, un edificio de su autoría, ubicado a metros de allí. Ambos estarán conectados en unos meses mediante un puente que unirá al museo con la Plaza del Lector, dentro del mismo predio. Y el artista plástico Daniel Santoro realizará un monumento para evocar al ex presidente que habitó esa casa.


A 166 AÑOS DE LA VUELTA DE OBLIGADO

Las voces de la prensa y de la historia Por Adrián Cioffi

La batalla del 20 de noviembre de 1845, en la que el gobierno de Juan Manuel de Rosas rechazó una invasión anglo-francesa, también se libró en los medios de comunicación de entonces. Y también entre los historiadores, lo cual explica por qué su

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conmemoración estuvo invisibilizada hasta hace poco.

Juan Manuel de Rosas gobernó la Confederación Argentina desde 1829 hasta 1832 y desde 1835 hasta 1852. Durante su segundo mandato rechazó dos invasiones: una, de Francia, en 1838, y otra, anglofrancesa, en 1845, en lo que se conoce como la batalla de Vuelta de Obligado y se recuerda todos los 20 de noviembre, cuando se conmemora el Día de la Soberanía Nacional. Esta última fue, acaso, la batalla que más intentos de invisibilización sufrió en la historia del país. Los enemigos de Rosas, de ideología europeizante, entre ellos Domingo Faustino Sarmiento y Esteban Echeverría, actuaban desde el exilio. Escribían y difundían sus ataques contra el caudillo y alentaban intervenciones europeas.

Destinado a contrarrestar estos embates desde el exterior contra la Confederación, aparece en Buenos Aires, en 1827, el diario escrito en inglés y editado por Thomas George Love, The British Packet, que se publicó durante los dos gobiernos de Rosas. Se oponía en especial a las operaciones de prensa de la Revista de los Dos Mundos acérrima opositora al rosismo. Además, El Archivo Americano, aparecido en 1843, fue una publicación oficial de la Confederación Argentina, redactada por Pedro de Angelis y supervisada directamente por el propio Rosas, en la que se daban a conocer artículos y documentos oficiales en inglés, francés y español. (1) Los preparativos del ataque anglo-francés se gestaron en una reunión en Europa

entre François Guizot, primer ministro de Luis Felipe, rey de Francia, con William Gore Ouseley, ministro de Relaciones Exteriores británico. De aquel encuentro surgirá la intervención armada. El principal motivo de la agresión fue el económico: la expansión territorial, la libertad de comercio y la libre navegación de los ríos que pedían o conseguían por la fuerza para introducir sus productos manufacturados.

Campañas mediáticas De este lado del océano no hubo silencio ante la inminente invasión. Especialmente en los Estados Unidos, donde prevalecía entonces una posición anticolonial, hubo una campaña mediática en contra de la intervención europea. En agosto de 1845, The New York Sun publicó: “Nos es grato ver al gobierno argentino firme en su determinación en defender la integridad de la unión”. Y el New York Herald editorializaba: “Esta injusta intervención revela el deseo de introducirse en el hemisferio occidental y mantenerse en actitud de aprovechar cualquier punto débil que les quede expuesto. El general Rosas se le opone enérgicamente”. (2)


Fermín Chávez, en su libro “Historicismo e iluminismo en la cultura argentina”, escribió: “En 1845, en momentos en que se preparaba la intervención anglofrancesa, el sanjuanino publica en Chile su Facundo, panfleto antirosista (…): vaciar a Europa de golpe en América y realizar en diez años la obra que antes necesitara el transcurso de un siglo. Todo lo que huele a americano es bárbaro.” (5) En la misma línea, se ubican desde Chile: El Mercurio y Crónica, de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, respectivamente. “Así es que todos los chilenos nos avergonzamos que haya en Chile dos periódicos que defiendan la legalidad de la traición a su país y usted sabe quiénes son sus redactores”, escribió por entonces el general Francisco Pinto, quien fuera presidente de Chile, a un funcionario argentino. Luego, un Alberdi más racional destaca sobre Rosas: “Si en su mano hay una vara sangrienta de fierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano”. (6) Manuel Gálvez, biógrafo de Rosas, señala “una ofensiva periodística, en la que los europeos agitaban las banderas de humanidad y de civilización, para justificar la guerra”. Gálvez remarca que Times y el Morning Chronicle se refieren a Rosas

Bibliografía: (1) Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación – Buenos Aires (1970) (2) Sulé O. Jorge, Las repercusiones internacionales de la batalla de Obligado, Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nº 44, Buenos Aires, 1996, pág. 54-. (3) Ibidem. pág. 55 (4) Ibidem. pág. 55 (5) Chávez, Fermín. Historicismo e iluminismo en la cultura argentina, Buenos Aires, CEAL, 1982, pág 32 (6) Sulé O. Jorge, op. cit. pág 56 (7) Gálvez, Manuel, Vida de Don Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Editorial Tor, 1949 - Sarmiento, Domingo Faustino, Facundo, Villa Maria, Editorial de la Universidad Nacional de Villa María, 2009, pág 391 (8) Sulé O. Jorge, op. cit. pág 56 - Ramos, Jorge Abelardo, Revolución y contrarrevolución en la Argentina, Buenos Aires, Distal. 1999. pág 91.

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En el Brasil también se leían expresiones de solidaridad en la prensa. Desde el diario El Grito del Amazonas del 9 de agosto de 1845 se arengaba: “¡Nos llamarán rosistas! ¡Somos americanos! (…) Vosotros, argentinos, acabad con honor. No retrocedáis delante de los que, amenazándoos hoy con bombardeos porque os suponen débiles, se olvidan de las humillaciones de Whitelocke y del tratado de Mackau”. (3) La invisibilización a la que fue sometida esta batalla en defensa de la soberanía nacional estuvo a cargo de la historia oficial posterior a la batalla de Caseros. Fue Bartolomé Mitre el encargado de esta omisión. Los hechos de la Vuelta de Obligado desaparecieron del discurso histórico que generó la identidad de la incipiente Nación. Desde la vereda de enfrente, Sarmiento ya venía preparando el terreno en el Heraldo Argentino”, que se editaba en Chile. Allí, en enero de 1843 publicaba un texto más que elocuente: “Los argentinos residentes en Chile pierden desde hoy su nacionalidad. Los que no se resignan a volver a la Argentina, deben considerarse chilenos desde ahora. Chile puede ser en adelante nuestra patria querida. Todo será desde hoy para Chile.” (4)

como “cruel déspota”. (7) En tanto, en territorio argentino, La Gazeta Mercantil fue un férreo órgano defensor del caudillo. Allí publicaron sus escritos José Rivera Indarte, Pedro de Angelis y Bernardo de Irigoyen, entre otros. El 20 de noviembre de 1845, informaba: “El territorio argentino ha sido atacado por las fuerzas anglo-francesas (…) nuestras baterías servidas por artilleros y soldados improvisados cuyo valor heroico no han podido abatir los invasores a pesar de la inmensa ventaja de sus fuerzas. La sangre que tan copiosamente ha corrido es responsabilidad enteramente de los ministros de Inglaterra y Francia” (8) En Estados Unidos, The Journal of Comerce auguró, en un editorial de noviembre de 1845, que “como Inglaterra lo sabe desde 1807 y 1808, la Argentina es inconquistable, mucho menos ahora que la dirige el hombre más firme y resuelto que produjo la América del Sur”. Luego, el revisionismo socialista caracteriza a Rosas como un caudillo nacionalista ganadero bonaerense. Jorge Abelardo Ramos, en “Revolución y contrarrevolución en la Argentina” asegura que “Con Rosas aparece el primer ejemplar argentino del político estanciero”. La figura de Rosas se encuentra todavía tironeadas por “opciones extorsivas: un tirano sangriento o patriota insigne. Simplificaciones de este género ocultan al espectador el cuadro íntimo que se intenta revelar”. (9)


DE FEINMANN A LACLAU

Filosofía para todos

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Por María Daniela Yaccar

Como el teatro griego -que, dicho sea de paso, hoy vive un auge en la cartelera porteña-, la filosofía leída y no pensada puede ser un aburrimiento, además de lo más parecido a un fósil. Probablemente, la única posibilidad de que enamore -y resulte útil- es desde la puesta en contexto o desde relaciones entre corrientes e ideas que surgieron en todos los tiempos. El libro que representa a esta cronista la puerta de entrada a la filosofía es La filosofía y el barro de la historia, de José Pablo Feinmann. Más que un libro, un libraco de 800 páginas, que será recomendado a todo el que se cruce por su camino, al menos a todo aquél que desee tener un rico y claro panorama sobre la historia de las ideas. Es recomendable porque, precisamente, aquí la filosofía es lo menos parecido a un fósil: lo demuestra, por mencionar sólo un ejemplo, la lúcida conexión entre el taxista que repite aquello que escucha en la radio y el pensamiento heideggeriano, que refiere al sujeto que no interpreta sino que es interpretado. Tampoco en este libro la filosofía es para unos pocos. Cualquiera puede leerlo y entenderlo, no hace falta ser experto en la materia, ni siquiera tener un mínimo conocimiento. Tampoco haber cursado Filosofía en la facultad. Se puede coincidir con

Feinmann o no en su postura ideológica, pero no se puede negar que es un autor que explica con una obsesión: hacerse entender. Y lo consigue. Es por este motivo que se ha hecho su público. Hace apenas unas semanas, Feinmann inauguró un ciclo de charlas en el teatro Sha -titulado Breve historia conceptual de la Argentina-, a sala llena. Entre los asistentes hay de todo: jóvenes, gente grande, de diferentes estratos socioeconómicos. La mayoría se preocupa por tomar nota. Algunos llevan su netbook, otros lo hacen a mano. Lo que Feinmann hace en este seminario -que seguramente luego podrá disfrutarse en DVD o ser leído, él mismo lo anticipó graciosamente: “Página/12 (auspiciante) le sabrá sacar el jugo”- es, en primera instancia, coser todos los conocimientos de historia adquiridos anteriormente y darles una vuelta conceptual, filosófica. No es nuevo en Feinmann, eso está claro. Es característico su intento de acercar la filosofía a un público amplio, de volver útil al saber considerado más inútil. Tampoco es nuevo que la filosofía aparezca en otros lugares que no sean los libros. Pero lo cierto es que, como el teatro griego, hoy vive un buen momento en su relación con lectores y espectadores. Sí, es correcto hablar de espectadores. De

hecho, la relación filósofos-televisión, históricamente conflictiva, tiene nuevos capítulos que requerirían una revisión a los postulados de los teóricos de Frankfurt. El primer programa de Diálogos con Laclau (domingos a las 20, Canal Encuentro) -el único que había salido al aire al cierre de esta edición- cruzó al autor de La razón populista con uno de sus más acérrimos “enemigos” en el universo de sus escritos, el italiano Antonio Negri, autor, entre otros títulos, de Multitud. Nunca antes se habían encontrado. Los temas por los que se propone transitar el programa, en el que Laclau conversa con intelectuales de diferentes partes del mundo -Jacques Rancière, Gianni Vattimo, Étienne Balibar, Chantal Mouffe, Jorge Alemán, Horacio González, Judith Revel, Stuart Hall y Doreen Massey- dan una idea de por qué la filosofía vive hoy un buen momento: hay mucho qué pensar, sobre todo en relación con América Latina y los regímenes populares de los que Laclau se ha ocupado en el libro ya mencionado. Pero además, es un momento para repensar qué es la democracia, así como también cómo queda configurado el mundo ante la crisis de la hegemonía de los Estados Unidos y el destino incierto de Europa.


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Prosa, poesía y 3D Red teatral sur Un ejemplo de la relación estructura-superestructura: la Ley Provincial de Teatro Independiente sancionada hace unos años dio, aparentemente, un empuje fuerte y necesario a los teatros del Conurbano bonaerense. La norma actuó como preámbulo de la flamante Red Teatral Sur, agrupación que apunta a visibilizar el trabajo de unas 80 salas distribuidas en once distritos. Y, claro, a terminar con problemas históricos al interior de la disciplina como el éxodo del público a las salas porteñas. Con un lanzamiento previsto para fines de octubre, el sitio de la Red (www. redteatralsur.com) ofrecerá información detallada sobre la programación de los teatros de la zona, con sinopsis y videos de las obras. Será una especie de Alternativa Teatral sólo dedicada al Conurbano. Además, podrán reservarse localidades a través de internet. La Red ya informó que, a propósito del lanzamiento oficial de la página, se realizará una “Noche de los Teatros”: los espacios que la integran estarán el 5 de noviembre abiertos a la comunidad y las funciones serán gratuitas.

Libros Libros TODOS LOS CUENTOS Adriana Hidalgo, 2011

Adriana Hidalgo Editora publicó recientemente Todos los cuentos, libro que reúne la narrativa breve del enorme poeta --tan recordado por estos días- Francisco “Paco” Urondo. Son dieciocho relatos que versan sobre el amor, la mujer, la amistad y la historia, además de funcionar como fotografía de una época, los ’60. En un único volumen aparecen los relatos de Todo eso y Al tacto, libros publicados en 1966 y 1967, respectivamente.

Por Gerardo Hochman*

Película: Pina, de Win Wenders, sobre la obra de Pina Bausch. Película obligatoria para cualquier persona que esté cerca del arte. Todo lo que vino después en las artes escénicas ya está contenido en el trabajo de Pina. Es una lección creativa filmada en 3D, con fragmentos de coreografías y secuencias filmadas en locaciones intrigantes.

Libro: Esaú, novela de Alesandro Baricco, un eslabón más en la cadena de relatos imperdibles de este original escritor italiano que funde prosa y poética como un sofisticado mago.

Disco: Los de atrás vienen conmigo, de Calle 13. Ya nada será lo mismo después de la poesía verborrágica hecha canción de René Perez. Inquietante, divertida y estimulante.

*Actor, acróbata y director. Actualmente dirige “Leonardo, trabajo práctico nº 1”, los sábados a las 18.30 y los domingos a las 19.30 en C. C. Konex, Sarmiento 3131.

Discos Discos MONDO CANE Mike Patton (IPECAC, 2010)

¿Qué no se puede esperar de Mike Patton? Es, sin dudas, el tipo que es capaz de hacer cualquier cosa con su voz. Hace poco, el cantante de Faith No More pasó por el Teatro Coliseo y mostró uno de sus delirios (no su proyecto más delirante, de todos modos) bajo el nombre de Mondo Cane. El californiano versiona los clásicos de la canción italiana de los años ’50 y ’60, con su particular impronta y acompañado por una imponente orquesta.

Teatro Teatro VIEJO, SOLO Y PUTO Sábados a las 23 en Espacio Callejón, Humahuaca 3759, Capital.

El director Sergio Boris se superó a sí mismo luego de El cadáver de un recuerdo enterrado vivo y entrega esta comedia híper realista que transcurre en una farmacia en el Conurbano bonaerense. En este ambiente, pegado a una villa, se teje la historia de dos hermanos que atienden pedidos de travestis para inyectarse hormonas, una disputa territorial y una historia de amor. Las actuaciones son excelentes, sobre todo la de Patricio Aramburu.


HECHO EN CASA Por Marcos Viancheto*

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Dos uruguayos en Pekín El cambio del secundario a la universidad me resultó aplanador. Era otro mundo, otro código. Corría el verano del ‘96, el innombrable estrenaba su segundo mandato y los de la clase 1977 zafábamos de hacer la colimba porque unos milicos asesinos fajaron tanto al soldado Omar Carrasco que lo mataron. En ese contexto, estrenábamos en febrero el curso de ingreso (COU) de la Facultad de Ciencias Sociales. Días convulsionados, en los que la Ley de Educación Superior, con la gente de Duhalde a la cabeza -justamente-, venía a cortar derechos que hoy todavía nadie nos devolvió. Con bastante dificultad fui entendiendo de qué se trataba el asunto y encontré mi grupo de pertenencia, con quienes pasé días y noches de mates, cigarrillos, estudio y más. Hoy muchos son colegas y/o amigos: Darío Aranda, Leonardo Scolpatti, Mercedes Quintana, Luciano Bottesi, María Sol Fabi, Georgina González Biafore, Ariel González Mouls, Ariel Maciel, Jimena Rolón y Juan Pablo Ruiz. Encaminado ya el tema del estudio, la aventura en vista era la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión. El plantel de maestros, profesores y editores estaba compuesto por Daniel Miguez, Daniel Casal -a quien lamentablemente perdimos hace poco-, Ariel Bargach, Leandro Selén, Carlos Santana y Carlos Lamiral. Deportes era la sección más ruidosa, con Emiliano “Turbina” Rodríguez, Leonardo Castillo y Martín Voogd. Des-

pués estaban los señoritos serios y las señoritas correctas de Tercer Sector, con los también impecables Andrés Osojnik y Eduardo Videla al frente. Y por qué no nombrar en forma satelital a María Julia “Pepi” Mastromarino, otra gran persona de ese mundillo, al igual que Pablo Waisberg y Mariano Spezzapria. En Locales improvisé la subsección “Recitales” y así entrevisté en el local rockero ‘El Borde’ de Temperley (hoy templo de otra religión) a Germán Daffuncchio y Alejandro Sokol (Las Pelotas y ex SUMO), a Gustavo Cordera (Bersuit Vergarabat) y a Walter Sidotti (batero de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota), entre otros. Más tarde, y gracias a AUNO, jugué un ratito en Primera: en la sección Policiales de la agencia Télam. Una experiencia formidable. Entre idas y vueltas, entre empleos de lo que viniera o viniese y trabajos en periodismo, la vida me fue llevando a distintos lugares como la sala de periodistas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, un periódico de humor y cultura junto al humorista gráfico y gran amigo Tute Loiseau (con quien colaboré también en cine), hasta que conocí una veta periférica de la profesión: hacer prensa. Y hoy, en esa tarea de ser el nexo

entre los clientes y los medios, me toca hablar con viejos compañeros y amigos, haciendo además muchos nuevos. Y lo que siempre me llama la atención es que, cuando con alguien descubrimos en la charla que estudiamos en Lomas, la distancia se desvanece en medio segundo y somos dos uruguayos en Pekín. *Periodista. Jefe de prensa del diputado socialista Jorge Rivas y vocero de los gremios de profesionales médicos FESPROSA y CICOP




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