Revista El Cruce - Octubre 2013

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Octubre 2013 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA

Excursión al Indio Solari

El fenómeno del movimiento ricotero implica, entre distintas expresiones, masivas “peregrinaciones” a donde se presente el Indio Solari. No sólo se trata de música y el pogo más grande del mundo, sino de una movida cultural que empezó en el under de La Plata durante la dictadura.

AÑO 5 - Nº33

30 AÑOS DE DEMOCRACIA

Aquel histórico 30 de octubre

Entrevistas a Nora Cortiñas, Leopoldo Moureau y Dante Gullo

REGIMEN PENAL JUVENIL

MUJERES EN LA POLITICA

UNA HISTORIA OSCURA

Penas y olvidos

Igualdad incompleta

La masacre de los colchones

ADEMAS: Mansión Seré virtual I El mundo no oyó a Ecuador I Radio en guaraní I Viaje a Martín García I Aborto, el documental I El antiperonismo en la literatura I Andy Kusnetzoff recomienda


Publicación mensual de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

Sumario

Director: Daniel Miguez

Consejo de Redacción: Jorge Benedetti Leonardo Castillo Adrián Figueroa Díaz Gustavo Naón Pablo Romano Eduardo Videla Martín Voogd

Editorial Pag. 3

Escriben en este número: Soledad Arréguez Manozzo Laura Cabrera Horacio Raúl Campos Alejandra Fernández Guida Germán Ferrari Juan Manuel Lazzarino Eugenia Lelli Gabriela Naso Juan Manuel Noy Tamara Raspino Pablo Sieira Leo Torresi Lais Vázquez Guillermo Vidal Quinteiro

Diseño: Pamela Royo

Contratapa y retiración: Rubén Ortiz

30 años de democracia

Pag. 4

Entrevista a Nora Cortiñas

Pag. 6

Entrevista a Leopoldo Moureau

Pag. 8

Entrevista a Dante Gullo

Pag. 10

Mansión Seré virtual

Pag. 12

Nuestra América Pag. 14 Mujeres en política

Pag. 18

El régimen penal juvenil

Pag. 22

Guaraníes con voz propia

Pag. 26

La masacre de los colchones

Pag. 28

Viaje a Martín García

Pag. 32

Cultura ricotera

Pag. 36

Aborto en documental

Pag. 42

El antiperonismo en la literatura II

Pag. 46

Pag. 48

Andy Kusnetzoff recomienda

Pag. 49

La otra historia

Pag. 50

Fotografía: Télam

Servicio periodístico: Agencia Universitaria de Noticias y Opinión www.auno.org.ar

Contacto: elcruce@auno.org.ar TE: 4282-8172 /6006 Dirección: Camino de Cintura y Juan XXIII, Llavallol, provincia de Buenos Aires (CP: 1836) ISSN, en trámite Derechos de propiedad intelectual, en trámite.

El lector insolvente


EDITORIAL Por Daniel Miguez

La alegría de elegir Felizmente el acto de votar ya es una conducta cívica natural. Todos lo valoramos, aunque de maneras diversas. La generación a la que pertenezco nació a la vida política en aquel maravilloso momento del 30 de octubre de 1983, cuando, emocionados, entramos por primera vez en nuestras vidas a un cuarto oscuro a elegir a nuestros gobernantes. Aprendimos a festejar triunfos o sufrir derrotas, aceptando la democracia. Pero, por sobre todo, después de una dictadura tan feroz y opresora, la democracia que antes podía ser considerada como un medio de organización política para alcanzar objetivos superiores, pasó a ser un fin en sí mismo. En estos 30 años los argentinos tuvimos que salir más de una vez a sostener con el cuerpo la democracia. La primera prueba de fuego fue en Semana Santa de 1987 cuando un grupo de militares, los llamados “carapintadas”, se amotinó y puso en vilo al Gobierno. La Plaza de Mayo se llenó con ciudadanos de todas las expresiones políticas. Fue el día que Alfonsín proclamó desde el balcón de la Casa Rosada: “¡La casa está en orden. Felices Pascuas!”. La decepción llegaría al saberse cuál había sido la moneda de canje: la Ley de Obediencia Debida, que llevó al desprocesamiento de autores de asesinatos y torturas, bajo la lógica de que habían cometido esos crímenes cumpliendo

órdenes de sus superiores. Meses antes, en diciembre de 1986, se había sancionado la ley de Punto Final, que cerraba la posibilidad de sumar nuevos imputados. Ambas leyes fueron derogadas durante el kirchnerismo. Era una democracia recién nacida y aún no caminaba firme. Alfonsín había impulsado el juicio a los comandantes de la dictadura y había puesto en marcha un modelo económico que favorecía a las mayorías. Pero antes de ceder a la presión de los “carapintadas”, había sucumbido a las presiones del “mercado” al reemplazar a su ministro de Economía Bernardo Grispun por Juan Sourrouille. Finalmente, sufrió un golpe de la alianza financiera-mediática y tuvo que dejar el gobierno anticipadamente. Así llegó Carlos Menem, que tampoco pudo parar la hiperinflación y llevó un rumbo errático durante casi dos años hasta que el poder económico se hizo cargo de la situación, que impuso el Plan de Convertibilidad y comenzó el mayor proceso de corrupción en el Estado de un gobierno democrático del que se tenga memoria. Esto incluyó privatizaciones irracionales, endeudamiento innecesario y la destrucción del sistema ferroviario, entre muchísimas decisiones cuyas consecuencias aún hoy padecemos los argentinos. La Alianza de agua y aceite (Frepaso y UCR) no desarmó el modelo

liberal e inevitablemente el país colapsó en 2001, dejando 39 personas asesinadas en las protestas por la peor crisis que había sufrido el país en su historia. Pero ante semejante cuadro que llevó a la Argentina al borde del caos total, la democracia, una vez más, activó mecanismos para una salida institucional. Después de una desesperante sucesión de presidentes en pocos días, asumió provisoriamente el senador Eduardo Duhalde. Los últimos diez años en los que gobernó el kirchnerismo, adoptando el modelo contrario al liberal, y lgrando que hizo que el país volviera crecer y generar empleo, son historia conocida. Pero en esos 30 años hubo también muchos momentos de sufrimiento y muchos muertos en protestas sociales y gremiales. A los que lucharon por una mejor democracia y un país más justo y ya no están, hay que recordarlos especialmente en estos días de alegría en los que volvemos a votar. Aunque haya supra poderes que enlodan la democracia y dirigentes que no la honran, la inmensa mayoría de los argentinos seguimos asumiendo las elecciones con la misma determinación que aquel 30 de octubre de 1983, porque con aciertos y equivocaciones, es un derecho al que ya nadie podrá hacernos renunciar.


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

Tanto el peronismo como el radicalismo reunieron un millón de personas en sus actos de cierre de campaña. Esta foto muestra la concentración de la UCR el 26 de octubre de 1983, cuatro días antes de las elecciones.

EL DIA QUE LOS ARGENTINOS VOLVIERON A VOTAR

Aquel histórico 30 de octubre Por Germán Ferrari


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

Aquel día de 1983 los argentinos vivieron la inmensa alegría de volver a votar, algunos después de una década, muchos por primera vez. Habían pasado casi 8 años con el país sometido por la dictadura más feroz de su historia. Las elecciones las ganó Raúl Alfonsín, que asumió el 10 de diciembre.

Para los escépticos parecía imposible; para los optimistas fue la concreción de un sueño. El domingo 30 de octubre de 1983 los argentinos comenzaron a dejar atrás la etapa más trágica de la historia contemporánea. Los comicios empujaron a la dictadura a contar sus últimos días. Y el sábado 10 de diciembre la democracia renació. El “se va a acabar, /se va a acabar / la dictadura militar”, coreado por las voces más diversas en los lugares más variados, se hizo realidad. Los 18 millones de ciudadanos habilitados para votar protagonizaron un hito irrepetible. “Llegamos”, anunció Clarín en su portada de aquel domingo de elecciones. Con menos carga simbólica y más edulcorado, La Nación sintetizaba: “Se elegirá hoy en todo el país a las autoridades nacionales”. Con un estilo similar al matutino de los Mitre-Saguier, el entonces influyente La Prensa titulaba: “El pueblo argentino elige a las autoridades de la Nación”. Desde las antípodas ideológicas, la palabra “pueblo” –que aún no había sido reemplazada por “gente”–, aparecía en las tapas de los diarios peronistas La Voz (“Victoria del pueblo”) y La Época (“El pueblo entierra al Proceso”). El primero, fundado el año anterior por el dirigente catamarqueño Vicente L. Saadi y financiado por Montoneros; y el segundo, aparecido pocas semanas antes de la votación, gracias a un acuerdo entre Guardia de Hierro, Lorenzo Miguel y el empresario Carlos Spadone. Tiempo Argentino, tam-

bién nacido en 1982 pero con el aporte de los hermanos Bulgheroni –Grupo Bridas–, incluía la palabra convertida en horizonte: “Argentina vota hoy por la democracia”. Crónica prefirió un elocuente “Termina la pesadilla”, mientras que Diario Popular un imperativo “A votar”. Y las urnas hablaron. La fórmula radical Raúl Alfonsín-Víctor Martínez obtuvo el 52 por ciento de los votos frente a la dupla peronista Ítalo Luder-Deolindo Bittel, que llegó al 40 por ciento. Oscar AlendeLisandro Viale, del Partido Intransigente (PI), con algo más del 2 por ciento, consiguió el tercer lugar, aunque la sumatoria de los votos blancos e impugnados se ubicó por encima. Muy atrás quedó el resto de las opciones: Rogelio FrigerioAntonio Salonia (MID), Rafael Martínez Raymonda-René Balestra (ADS), Francisco Cerro-Arturo Ponsatti (DC), Guillermo Estévez Boero-Edgardo Rossi (PSP), Alvaro Alsogaray-Jorge Oría (UCD), Francisco Manrique-Guillermo Belgrano Rawson (AF), Luis Zamora-Silvia Díaz (MAS) y Gregorio Flores- Catalina Cata Raymundo de Guagnini (PO). La mayoría de los diarios del lunes 31 publicó una tercera edición, alrededor de las 6 de la mañana, con los datos oficiales actualizados. Clarín tituló “Amplio triunfo de Alfonsín”; La Nación, “Amplia victoria del radicalismo en las elecciones presidenciales”; Tiempo Argentino, “Raúl Alfonsín está ganando”, y en la tercera edición “Raúl Alfonsín es el ganador”; La Prensa, “Otorgan

ventajas a la fórmula radical los primeros cómputos”; El Cronista Comercial, “Virtual triunfo radical”; Crónica, “¡Alfonsinazo!”; y Diario Popular, “Triunfo radical”. Un caso significativo se dio con los diarios peronistas. Mientras La Voz reconocía el triunfo de la UCR con un breve “Gana Alfonsín”, La Época y Línea –un desprendimiento de la revista homónima dirigida por el historiador José María Rosa– se negaban a admitir la realidad. La Época, que había salido en su primera edición con “Hay fraude informativo”, afirmaba en la tercera “Incertidumbre” y, a modo de bajada, “Alfonsín dice que ganó”. Por su parte, Línea editorializaba: “Retardando las cifras el Proceso engañó al pueblo”. Sin demoras, vendría el tiempo de poner en marcha las promesas electorales. Los sueños iban a confrontarse con la realidad de un país en ruinas. La sociedad había puesto todas las expectativas en la democracia naciente y se había aferrado a una frase de campaña de Alfonsín –“con la democracia se come, se educa, se cura”–, que podía sonar voluntarista, pero que encerraba una concepción profunda: solo en democracia se puede comer, educarse y curarse en forma plena. Sólo en libertad es posible edificar una sociedad distinta. Y había que exigirle a la democracia que esos derechos pudieran gozarse no solamente de manera formal, sino también de manera real. Una tarea ardua que treinta años más tarde aún está en construcción.


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

NORA CORTIÑAS, INTEGRANTE DE MADRES DE PLAZA DE MAYO LÍNEA FUNDADORA

“Los juicios son un paso muy importante” Por Soledad Arréguez Manozzo

Los treinta años de democracia estuvieron atravesados, para la dirigente, por los avances y retrocesos en materia de derechos humanos. En ese sentido, considera que en “la era de Néstor se dio un salto que no imaginábamos”. Asegura que aún falta avanzar en otros aspectos, como la distribución de la riqueza.

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Empezó a ir a la Plaza en el otoño de 1977. Como tantas otras mujeres, Nora Morales de Cortiñas buscaba a su hijo. Gustavo era militante peronista en la Villa 31 y había sido secuestrado en abril de ese año. Desde entonces, las Madres de Plaza de Mayo exigen castigo para los culpables de los secuestros, torturas y desapariciones forzadas durante la última dictadura militar. Octubre del ´83, final de ese período de horror, se convirtió en un punto de inflexión para la ciudadanía y para los organismos de derechos humanos. “Nos abrió la esperanza de que en Argentina se podía iniciar el camino de la Verdad y la Justicia”, reflexiona hoy Cortiñas, cofundadora e integrante del movimiento de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora, en diálogo con El Cruce, a treinta años de aquel momento. En estos años de democracia, asegura, hubo marchas y contramarchas en la construcción política, grandes avances en materia de derechos humanos con el enjuiciamiento a genocidas, y la consolidación de la mujer en el mundo político. Sin embargo, considera que aún quedan asignaturas pendientes y el proceso de lucha continúa. “No vamos a permitir la impunidad”, subraya. -¿Cómo evalúa estos 30 años de construcción democrática? -No hay mejor estado de país que la democracia, es decir que haya un gobierno constitucional, donde se pueda debatir ideas. Es el mejor estado para progresar, aún con todos los defectos

que hay a veces en los gobiernos elegidos por el pueblo. Es un camino con marchas y contramarchas. Nunca es como una dictadura, menos un régimen cívico-militar-religioso como tuvimos en Argentina. La dictadura fue feroz y siniestra, con desaparición, tortura, muerte, exilio, apropiación de bebés; de ahí salimos. -Después de atravesar la dictadura, ¿cómo vivió el 30 de octubre de 1983? -Con todas las esperanzas y fuerzas puestas en la etapa que empezaba, donde todos teníamos que poner todo. Se tarda porque no todos ponen todo de sí. La Argentina es un país con una riqueza espiritual muy grande, tenemos unas comunidades originarias que hay que proteger. -¿Considera que el discurso de Alfonsín sobre el poder de la democracia para asegurar la justicia y la igualdad se ha cumplido? -Alfonsín no tuvo la fortaleza y no estaba rodeado de gente que lo ayudara a mantener esos principios. Fue una lástima, podría haber sido un gran estadista. - Desde las rondas en la Plaza de Mayo, las mujeres demostraron que también podían participar de las cuestiones del Estado, ¿cómo fue esa experiencia en plena dictadura? -En esa época, la decisión de salir a la calle de las madres y abuelas marcó una etapa muy importante. En cada hogar, el hombre cumplió su rol de colaborar y ser la otra ‘pata’ que necesitábamos. No se trató de coraje. Las madres tuvimos un compromiso visceral y espontáneo. Salimos a pelearla con la propia historia de nuestros hijos. La mujer está en la historia también con las mujeres que fueron torturadas estando embarazadas, las que le fueron apropiados sus hijos, las que vivieron infamias. No hay perdón, ni olvido, no hay reconciliación, solo verdad y justicia. - ¿Cómo fue la experiencia acumulada año a año en la lucha por los Derechos Humanos? -Fuimos teniendo un gobierno que vislumbraba la Justicia: tuvimos un primer juicio a las tres primeras juntas militares, que


tenemos una educación gratuita que otros países no tienen. - ¿Qué habría que mejorar en las próximas décadas? -La economía. Si nos abocáramos a no pagar la deuda externa, la economía empezaría a estar en avance. En este país que produce tanto alimento, que haya gente con hambre, no se concibe. Después, saber distribuir la riqueza. No puede ser que haya un puñado de millonarios y millones de personas que tienen necesidades insatisfechas. Se empezó a discutir, pero para eso hay que sacar del medio, a los corruptos. -¿Considera que la política de los derechos humanos del kirchnerismo marcó una bisagra? -En la era de Néstor (Kirchner) se dio un salto, con un logro muy importante que no nos imaginábamos hace 20 años. Para valorarlo, tenemos que apoyar los juicios, a todos los que fueron víctimas del terrorismo del Estado, a los abogados y a los jueces dispuestos a hacer Justicia. No vamos a permitir impunidad.

nos abrió la esperanza de que en la Argentina podía iniciarse el camino de la verdad y justicia. Lamentablemente se bajó de ese pedestal que había prometido Alfonsín. Después de haber empezado el juicio, de haber programado una comisión nacional sobre desaparición forzada de personas --que hizo el muestro de los datos obtenidos del terrorismo de Estado--, se anularon los juicios, quedaron muy pocos genocidas en cárcel y después llegó el indulto y salieron los últimos que habían quedado presos. Entonces, se inició otro proceso de lucha en busca de la verdad y la justicia haciendo memoria día por día. En estos 30 años vivimos de todo, también malos gobiernos civiles, donde se anularon los primeros intentos de justicia. Salir del terrorismo económico no fue fácil. Hasta el día de hoy seguimos con una deuda externa, ilegal y fraudulenta, que no contrajo el pueblo y que los gobiernos civiles que siguieron fueron engrosando. No hay por qué pagarla. Nadie quiere discutir la cuestión de fondo. -¿Cuáles considera que son los hechos más significativos de estos años en democracia? -Un paso importante es haber conseguido que haya juicios a los genocidas, llevarlos al banquillo de acusados. Tenemos en la Argentina un privilegio, que esos juicios se pueden hacer, porque hay testigos --las personas que fueron víctimas hoy son los que pueden ayudarnos a ver qué ha pasado y cómo se puede castigar a los genocidas por los horrores vividos-- y hay abogados que presentan los testimonios de manera irrefutable. Es una riqueza que tenemos que apoyar. Somos el único país de Latinoamérica que tiene los juicios de norte a sur de este a oeste. Vamos aminorando la impunidad. Cuesta mucho, todavía pasan cosas como (la desaparición de) Julio López, Luciano Arruga, Silvia Suppo, en democracia lamentablemente. Pero es un gran avance que estén los juicios. En otros aspectos, hemos tenido pocas ventajas económicas: hay hambre, gente sin vivienda, sin trabajo, pero

-Con el avance de los juicios, ¿cree que está resuelta la subordinación de los miliares a la sociedad civil? -Se tardó muchos años en conseguir que hubiera justicia, en llegar a esta etapa donde hay juicios. Sin embargo, en este momento el jefe de Ejército de las FF.AA es un militar cuestionado de la época del terrorismo de Estado. El gobierno tuvo muchas decisiones bien tomadas. Pero todavía falta: el jefe de Ejército no puede ser un militar cuestionado por violación a los derechos humanos. Se tenía que haber pedido que se apartara hasta que quede transparente la situación. Tenemos que sincerarnos para demostrar a las FF.AA. que este un gobierno acompañado por el pueblo. Pero si sos crítico pasas a ser opositor. No hay respeto por la crítica sana. Hay que ir modificando eso. -Luego de los procesos de lucha junto con otras mujeres, ¿cómo evalúa el protagonismo de la figura femenina en la política? -En el último tiempo se revalorizó la cuestión de género, que no se tenía en cuenta. Por ejemplo, con el cupo femenino se avanzó. La mujer política en Argentina no sólo avanzó sino que demostró su capacidad a la par del hombre. Sin embargo, todavía la mujer está marginada y minimizada, hay mucha discriminación, se le pone muchas trabas. La mujer hace el doble de sacrificio que el hombre cuando trabaja, estudia y desarrolla actividades políticas. Todavía nos falta, pero hay tiempo para seguir luchando. - ¿Cuáles cree que son los principales avances en materia de género de estos años en democracia? -Fue un avance la equidad del voto y ahora las leyes de género. La mujer tiene un espacio más respetado, aunque todavía falta mucho. Es culpa del machismo que hay en la sociedad, que no se elimina con un decreto ni con una ley. Se atenúan situaciones, ya que se da el espacio para revalorizar el rol de la mujer. Este país tuvo mujeres ilustres y tiene, día a día, la prueba de que la mujer pelea a la par del hombre, en los barrios. - Esto implica pensar la democracia como un desafío colectivo. -Exacto. Hay un desafío colectivo, y una juventud que lo toma, que muestra que ese mundo posible del que hablamos existe. La historia la escribimos todos los días.

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A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

LEOPOLDO MOREAU, EX DIPUTADO Y EX SENADOR DE LA UCR

“Tuvimos presiones de las corporaciones” Por Pablo Sieira

Diputado nacional y luego senador, entre 1983 y 2005, Moreau es uno de los más importantes protagonistas de la democracia recuperada hace 30 años. Destaca los avances logrados por la sociedad en estos años y recuerda cómo el gobierno de Alfonsín estuvo jaqueado por “los militares, las corporaciones y las demandas sociales”.

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Leopoldo Moreau fue electo como diputado nacional a los 36 años, el 30 de octubre de 1983. El 10 de diciembre de ese año, cuando asumió, pocos podían estar seguros sobre cuánto duraría la democracia recién recuperada. La Argentina había tambaleado durante los últimos 28 años con el régimen militar de Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse; los enfrentamientos armados en el seno del peronismo; los crímenes de la Triple A y la dictadura genocida que aplastó el espíritu de la sociedad. Moreau, en cambio, sabía que la decisión de consolidar la democracia era una decisión irreversible para toda la dirigencia política y para la sociedad. Militante de la UCR desde sus años universitarios, llegó al Congreso con la campaña electoral que llevó a Raúl Alfonsín a la Presidencia. En una entrevista con El Cruce, el ex diputado realiza un balance de los 30 años que transcurrieron desde ese momento de quiebre para la historia argentina. Además, recuerda cómo fue la tarea llevada a cabo durante ese primer período de la democracia y destaca que además del juicio a las juntas militares, el Gobierno se planteó “una tarea artesanal para ir desarmando el poder de la corporación militar” y evitar un nuevo golpe de Estado. -¿Cuál es el balance a 30 años de la recuperación de la democracia?

-El balance en general me parece que es positivo. Hoy estamos viviendo una sociedad abierta, plural, que ha tenido una enorme evolución en materia de derechos humanos y de derechos civiles, como la ley de divorcio que se sancionó en el primer período de la democracia o la patria potestad compartida. En los últimos años se avanzó con el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. -¿Cuáles cree que son las deudas de la democracia hasta el momento? -Nos falta por un lado consolidar definitivamente una transferencia de ingresos hacia los sectores de menores recursos y un proceso de industrialización que no sólo mejore la inserción laboral de calidad sino que, además, nos dé un perfil exportador con mayores excedentes de los que vienen de exportar materias primaras. Además, hay que hacer mucho todavía con la Justicia. -Usted defendió la Ley de Medios ¿cree que su aplicación tiene que ver con el proceso democrático que empezó en el 83 o es algo más coyuntural? -La ley es un paso esencial para poner límites a las corporaciones que generan condicionamiento a los procesos democráticos. Yo aspiraría a que se aplique, más allá de que pueda ser o no corregida en el futuro. -¿Recuerda cuándo comenzaron a percibir que llegaba el momento de recuperar la democracia? -Había síntomas claros de la debilidad del régimen militar porque la dictadura ya estaba sometida a un aislamiento internacional. Dos o tres días antes de la declaración de guerra (por las Malvinas) se produjo una de las movilizaciones populares más gigantescas que fue la de la CGT, violentamente reprimida en los alrededores de la Casa de Gobierno. La Guerra de Malvinas seguramente aceleró el proceso de caída, es decir, de no haber ocurrido podría haberse retrasado un tiempo, pero ya era insostenible. -¿Cómo se vivía en el ambiente político ese momento previo? -Había un diálogo horizontal entre las distintas fuerzas. Empe-


culado al tamaño gigantesco del presupuesto militar, sino a los tentáculos de la corporación misma que iban más allá. -¿Cómo se llevó a cabo esa tarea? -Volvimos a darle independencia a la Gendarmería y a la Prefectura, que habían sido subordinadas al Ejército y a la Marina. También iniciamos una tarea de limpieza (que fue trabajosa) de los cuadros de la Policía Federal, hasta que impusimos al comisario Juan Ángel Pirker, que fue tal vez el mejor comisario que se recuerde. Limitamos a su mínima expresión los presupuestos de los organismos de inteligencia y se designó por primera vez un jefe civil para la SIDE, que siempre había estado conducida por jefes militares.

zaba a despuntar lo que después se llamó la Multipartidaria. Las figuras principales de esos diálogos eran Raúl Alfonsín por la UCR, Oscar Alende del Partido Intransigente (PI), Deolindo Felipe Bittel del peronismo y (Carlos) Auyero de la Democracia Cristiana. Además, a nivel juvenil, manteníamos contacto entre las organizaciones porque ya se había recuperado cierto grado de activismo estudiantil. -Después de ganar las elecciones ¿cuál fue la estrategia que se plantearon para consolidar la democracia? -Había que transitar varios caminos. En primer lugar, el respeto al pasado, actuar en el marco de la memoria, la verdad y la justicia. No había ninguna posibilidad de iniciar esa experiencia democrática si no era sobre estos tres pilares. Pero además teníamos planteadas una batería de medidas que no sólo incluyeron el juzgamiento de las Juntas Militares, sino la modificación del Código de Justicia Militar, crear la CONADEP, adherir a los tratados internacionales de Derechos Humanos, traer a través de la extradición a (José) López Rega, que había sido el fundador del terrorismo de Estado. -Pero en los decretos para enjuiciar a los militares y a las cúpulas de las organizaciones guerrilleras excluyeron a López Rega. -Es cierto. El decreto establecía el juzgamiento de las acciones de terrorismo de Estado del 24 de marzo del 76 en adelante. Se trató de llevar adelante esta política con el acompañamiento de todos los sectores y hubiera sido muy difícil lograr el acompañamiento del peronismo si se juzgaba del 24 de marzo para atrás. Además, se trataba de juzgar un aparato institucional de un Estado terrorista y López Rega fundó el terrorismo de Estado pero no se podría decir que el Estado tenía un carácter terrorista en ese momento. -¿Se tomaron recaudos para impedir un nuevo golpe? -Sí, se necesitó de una tarea artesanal para ir desarmando el poder de la corporación militar, que no solamente estaba vin-

-¿Sintieron en algún momento la presión de la sociedad civil, como un destape de todas las demandas que habían sido silenciadas durante la dictadura? -La sociedad civil en los primeros 2 o 3 años de gobierno acompañó activamente las acciones para apuntalar la cultura democrática. Porque también se trataba de eso, de lo cultural. Dimos un salto gigantesco con la revalorización del cine argentino, de lo popular, la repatriación de muchísimos artistas que habían estado exiliados. La tarea de expandir una cultura democrática no estuvo acotada a la problemática de la violación de los derechos humanos, sino que intentamos llevarla a todos los planos de la sociedad. -¿Y después de ese acompañamiento inicial? -Tuvimos más dificultades en el plano de la economía. Presiones primero de las corporaciones y después de la sociedad. No podíamos abarcar todas las demandas de la sociedad, habíamos heredado una deuda muy significante y eran tiempos donde los commodities tenían los precios en el sótano y no en las nubes. América Latina no tenía la configuración de hoy, estábamos rodeados de regímenes militares. -Cuando ocurrió el levantamiento militar de los “carapintada”, ¿hubo verdadero riesgo de que terminara en un nuevo golpe a la democracia? -Sí, podría haberse dado una dinámica que terminara en un golpe de Estado y por eso lo encaramos como si fuera un intento golpista, que de hecho lo fue, porque poner en cuestión la autoridad del Presidente, que es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, significaba eso. -¿Lo esperaban o los tomó por sorpresa? -Lo habíamos imaginado como un escenario como posible. -¿Y el copamiento de La Tablada? -No, lo de Tablada nos sorprendió. Fue un episodio hasta el día de hoy difícil de explicar. Nosotros no descartamos que haya habido infiltraciones de servicios nacionales o extranjeros que hayan alentado la locura de este grupo de chicos, porque llevaron adelante una acción prácticamente suicida. Fue una puñalada al proceso democrático. -¿Qué considera que le faltó hacer a ese primer gobierno de la democracia, que usted integró? -No pudimos conformar el club de deudores que hubiéramos querido llevar adelante para enfrentar a los organismos de crédito.

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A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

JUAN CARLOS DANTE GULLO, LEGISLADOR Y EX DIRIGENTE DE LA JP

“Muchas instituciones aún tienen lastres del pasado” Por Eduardo Videla

Preso político durante toda la dictadura, con su madre y un hermano desaparecido, Gullo continúa hasta hoy con su militancia. Señala los límites de Alfonsín, rechaza las políticas de Menem y la Alianza, apoya la actual gestión y reconoce que “aún falta democratizar la

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economía, la justicia y las fuerzas de seguridad”. El día de las elecciones, aquel 30 de octubre de 1983, Juan Carlos Dante Gullo llevaba apenas doce días de libertad. Había pasado los últimos ocho años en prisión y ocho meses, a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, y paradójicamente, su condición de prisionero legal de la dictadura le salvó la vida. En los ‘70 había llegado a ser el principal dirigente de la Juventud Peronista de las Regionales, alineada en la Tendencia Revolucionaria, y en 1975, en pleno escalada represiva del gobierno de Isabel Perón, fue detenido. No volvió a salir hasta las vísperas de las elecciones. Pero en el medio, su familia fue diezmada: su madre, Angela Aieta de Gullo, fue secuestrada por la dictadura en septiembre de 1976. Y en 1979, su hermano menor, Salvador Gullo, corrió la misma suerte. Ambos están desaparecidos. Antes de eso Gullo fue protagonista de la resistencia contra la dictadura de Juan Carlos Onganía y Agustín Lanusse y estuvo al

frente de la campaña “Luche y Vuelve”, de la Juventud Peronista, que terminó con el regreso de Juan Domingo Perón, después de 18 años de exilio, en noviembre de 1972. “Fui uno de los que inauguró el pabellón de presos políticos de Sierra Chica”, cuenta el Canca (como lo conocen hoy sus compañeros y adversarios) como quien exhibe un penoso privilegio. “Tanto dentro de la cárcel como afuera, nunca dejé de militar”, asegura, en diálogo con El Cruce. Fue uno de los últimos presos políticos en recuperar la libertad, en la agonía de la dictadura: la mayoría había ido saliendo en el último año: no había causas penales en su contra. Después de 1983, militó en Intransigencia y Movilización Peronista –el sector donde se nucleaba la izquierda peronista--. Integró la conducción de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y se enroló en la Renovación Peronista. En 1989 se opuso al indulto menemista y durante todo es período fue un férreo opositor a las políticas neoliberales. Vecino de Parque Chacabuco –vive en la misma casa de la calle Cachimayo donde nació—, ahora, con 66 años, es diputado porteño por el Frente para la Victoria y ocupa la vicepresidencia segunda de la Legislatura de la Ciudad. -Dentro de la cárcel, ¿cuándo percibió que la dictadura comenzaba a tener fisuras y se podía recuperar la democracia? -En el 79, cuando fue el primer paro general, impulsado por el Grupo de los 25, ya empezábamos a ver que el régimen no iba a durar demasiado. En medio de la represión comenzaba a haber una resistencia de los trabajadores a ese modelo. Después, la caída se acentuó con la movilización del 30 de marzo de 1982 a Plaza de Mayo y la derrota de Malvinas.


-¿Tenían actividad política dentro de la cárcel? -Nosotros nunca perdimos nuestra actividad política. A pesar de que estábamos en celdas individuales, nos comunicábamos mediante el sistema Morse, de celda a celda, o con lenguaje de manos con los compañeros de otro pabellón. Era la tecnología que usábamos para cambiar información porque no teníamos acceso a radio ni a diarios. Y después de la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el ‘79, comenzamos a tener visitas de nuestros familiares con más frecuencia. -¿Cómo vivió, apenas salió de la cárcel, la recuperación de la democracia? -Nosotros recién comprendimos el sentido, la seriedad de la palabra democracia después de la caída del 76. Por eso, defendí con todo al gobierno de Alfonsín, a pesar de que en esa etapa fue más bien una democracia formal. -¿Por qué lo califica de esa manera? -Porque siempre, durante todo su mandato, estuvo jaqueado por los poderes y las corporaciones, tanto nacionales como internacionales, y finalmente terminó cediendo, aplicando algunas políticas neoliberales y aceptando los condicionamientos de los organismos internacionales. -Alfonsín decía por entonces que con la democracia se come, se cura y se educa. ¿Cree entonces que eso no es así? -El era honesto al expresar ese concepto, así como cuando recitaba el Preámbulo de la Constitución. Pero estaba solo y terminó cediendo. -¿Creía, en el ‘83, que podía perder el peronismo? -Sí, además, por esos días, en el peronismo tenía que haber una autocrítica, era necesaria. Porque el peronismo es un movimiento en permanente cambio. Yo lo digo en algunas charlas: el país festejó el Bicentenario, 200 años son muchos pero no tantos en relación con otros países. Y el peronismo está por cumplir 70 años, desde aquel 17 de octubre. Yo digo que el peronismo es como el tango, no tiene explicación. En el peronismo estuvieron Menem y Kirchner, Vandor y Framini. Yo no reniego de eso. Lo asumo. Siempre digo que hay dos cosas que me gustan: haber nacido en Argentina y ser peronista. -Pero cuando gobernó el peronismo, en los ’90, con Menem, ¿no fue un retroceso para la democracia? -Sí, después de lo que yo llamo la democracia formal, de Alfonsín, entramos en una democracia ausente. El desguace del Estado, la aplicación de políticas neoliberales, el indulto. Tanto con Menem como después con la Alianza. El denominador común de esos dos gobiernos fue Domingo Cavallo, un tipo que representa al poder de las corporaciones internacionales, que aplicó a rajatablas una política económica que fue la continuidad de la que impulsó (José Alfredo) Martínez de Hoz.

-¿Y cómo caracteriza entonces a los gobiernos que vinieron después de 2003? -Después de la democracia ausente del menemismo vino una democracia presente. Un gobierno que toma la herencia ideológica popular, las luchas del pueblo, para llevar a la práctica muchas de las reivindicaciones por las que luchamos durante años. Que impulsó una recuperación después de la catástrofe social de 2001 y un proceso de transformación que esta en marcha. -¿Cuáles cree que son las deudas que tiene hoy la democracia, a 30 años de su recuperación? -La democracia tiene que estar en movimiento permanente. Cada día, a medida que se avanza, se presentan nuevos desafíos. Creo que debe avanzar en calidad institucional, en la función pública y en el comportamiento de la sociedad. Hoy todavía falta democratizar la economía, la justicia, las fuerzas de seguridad. Hay muchas instituciones que aún tienen lastres del pasado.

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A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

RECONSTRUCCIÓN DE LA MANSIÓN SERÉ

Un centro clandestino

en 3D Por Eugenia Lelli y Tamara Raspino

Por primera vez se recreará virtualmente un campo de concentración de la dictadura. Por iniciativa del municipio de Morón, se creará un espacio tridimensional en la Mansión Seré, que fue demolida parcialmente. El proyecto tendrá fines educativos y contará con testimonios de ex detenidos

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desaparecidos. Muchos Centros Clandestinos de Detención (CCD) han sido destruidos a lo largo de estos 30 años de democracia, sepultando la historia y haciendo difícil la tarea de explicar y reconstruir la época más oscura de los últimos años de la Argentina. Es por eso que la Secretaría de Derechos Humanos de Morón junto con profesionales y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires recrearán virtualmente la Mansión Seré. El proyecto se basa en una reproducción tridimensional que innovará en herramientas virtuales y contará con situaciones vividas e historias con las voces de los sobrevivientes. “Tenemos una necesidad imperiosa de darle forma a través de herramientas virtuales a la Mansión, justamente porque el espacio ya no existe físicamente, sólo quedan los cimientos”, explicó Gustavo Moreno, director de Derechos Humanos del municipio de la zona Oeste del Gran Buenos Aires. La reconstrucción tridimensional del espacio físico tiene como principal objetivo

la memoria y la educación. La finalidad del proyecto es poder mostrar de una forma interactiva cómo era el edificio y aproximarse así a cómo era su funcionamiento como Centro Clandestino de Detención. “Además de ser una herramienta pedagógica, nosotros lo necesitamos para demostrar que la Mansión funcionó, que existió en este lugar. Esta herramienta va a permitir mostrar cómo era y darle forma, algo que ahora es imposible porque físicamente el espacio no existe. La virtualidad va a colaborar con la interpretación”, enfatizó Moreno. Esta idea renovadora de utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) con un fin educativo en el área de Derechos Humanos surge de un grupo de estudiantes de la Universidad de Arquitectura de la UBA que buscan realizar un proyecto que apunte a la recuperación de la memoria desde un punto de vista histórico y social. (Ver recuadro) Martín Malamud, titular de la cátedra de Animación por Computadora en la carrera

de Imagen y Sonido de la UBA y director de Huella Digital, adelantó que desde el equipo de trabajo tienen “ideas muy particulares” para el espacio. “Queremos aplicar algo que se llama Realidad Aumentada, que es, desde algún lugar y a través de algún dispositivo, para mirar como si estuviera ahí la Mansión”, destacó Malamud. Realidad Aumentada es una herramienta que consiste en un conjunto de dispositivos que añaden información virtual a la información física ya existente, es decir, que por medio de ella se podrá ver la fachada y el interior de la Mansión, con sus habitaciones, pasillos y espacios tal cual era en los años 70, cuando funcionaba como CCD. Esta herramienta que ya se ha utilizado con fines de entretenimiento, en videojuegos, celulares y computadoras, permite incorporar al usuario como protagonista. De esta forma, el sujeto deja de ser un simple espectador para convertirse en partícipe. Es así que llevado a este caso, los visitantes del complejo del CCD podrán no sólo entender lo que allí sucedió sino también vivenciarlo: transitar los pasillos, recorrer habitaciones, todo bajo su soporte virtual. No sustituye la realidad física, sino que sobreimprime los datos informáticos al mundo real.

Memoria real y virtual Mansión Seré tiene una historia muy particular. Está ubicada en el Municipio de Mo-


A 30 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA

Una idea que continuará

Los restos del edificio donde funcionó el centro clandestino de detención en Morón. rón. Hoy, es un centro recreativo para toda la comunidad pero, entre 1977 y 1978, funcionó como centro clandestino de detención y tortura para más de 300 personas, hasta que se produjo una fuga y se demolió internamente. En 1989, se termina de destruir hasta los cimientos y se construye allí una cancha de futbol. Así se sepultó la Mansión y la historia de todas las personas que pasaron por allí en uno de los momentos más oscuro para la Argentina. Durante el gobierno de la Alianza, en 1999, el entonces intendente municipal, Martin Sabbatella, comenzó con el proyecto de recuperación de la memoria del lugar. Es así que desde el año siguiente funciona la Casa de la Memoria y la Vida. Fue el primer caso en Latinoamérica en que un lugar de tortura y violación a los DDHH se convirtió en un lugar de rescate de la memoria. La poca información que se ha recuperado surge del resultado de las excavaciones (único registro físico de lo que fue la Mansión) y de los testimonios de los sobrevivientes detenidos allí. Pero hoy en día el mayor problema de la Mansión Seré es que no existe. “Si nosotros logramos recrearla virtualmente, echamos luz sobre las versiones de que jamás existió o sobre

su ubicación”, explicó Moreno. Para Rubén Milstein, militante del Partido Comunista detenido ilegalmente allí en marzo de 1977, este proyecto es “un objetivo cumplido”. “Cuando nosotros militábamos, teníamos ideas y metas que son las que hoy se cumplen. Yo, hoy, gozo de la historia”, remarcó Milstein, que además enfatizó que para “vivir el presente, hay que hacerlo desde la educación y la difusión” y se mostró dispuesto a participar del proyecto con su testimonio. “Cuando nosotros arrancamos con el proyecto de generar un espacio activo en la recuperación de la memoria, el contexto nacional no acompañaba a esa política. Fue distintivo, no había un apoyo”, aseguró Moreno. Entonces, había muy pocas personas identificadas como secuestrados, menos de diez personas. Hoy el número de testimonios aumentó a casi 70 e incluso se han recuperado elementos y cimientos de la Mansión que los vecinos de Morón guardaron en sus casas. Con este proyecto de virtualización, el municipio encontró otra forma de completar la historia. Como destacó el director de DDHH de Morón: “Es fundamental para completar la interpretación. La materialidad del objeto es fundamental”.

La idea de llevar a la virtualidad espacios utilizados por la dictadura surge en 2009 cuando un grupo de docentes y estudiantes avanzados de diseño de la UBA comenzaron a realizar documentales interactivos y significativos desde un punto de vista histórico-social. Ya recrearon la ESMA y, en breve, se podrán visualizar otros centros clandestinos de detención porteños como El Atlético y Automotores Orletti. El trabajo puede verse en http://www.ccdtye-caba. com.ar/home.html. “Esto se realizó siempre apuntando a la educación y a la memoria”, aseguró Malamud, que a su vez explicó que están hablando con el Ministerio de Educación para incorporarlo como material didáctico para la currícula de la escuela secundaria. Desde un principio, el equipo de Huella Digital buscó interdisciplinariamente la manera de completar y complejizar el recorrido. El objetivo era ir un paso más allá: que el recorrido 3D se convierta en un documental interactivo. Para lograr este objetivo se trabajó en dos ramas: por un lado se realizó una búsqueda de material gráfico y audiovisual histórico (diarios, revistas, programas de tv, declaraciones en audio y fotos de la época) con el objetivo de darle un marco a la reconstrucción arquitectónica, graficando la mirada de la prensa, las campañas publicitarias y los medios partidarios, entre otras fuentes. Y, por otro lado, se creó un equipo documental que entrevistó a una decena de sobrevivientes con la búsqueda de humanizar el recorrido, agregando historias de vida a través de las descripciones de estos mismos sobrevivientes. A nivel técnico se utilizó un engine llamado Unity 3d, que se usa para el desarrollo de juegos y otros proyectos interactivos. De esta forma, se buscó acercarse a los jóvenes desde un terreno que es natural para ellos. “Es un material de difusión contundente que sirve para narrar de una forma distinta toda la situación de la época difícil. Es un aporte más a la memoria, ni más ni menos, expuso Martín Malamud, de la carrera de Imagen y Sonido de la UBA.


CALENTAMIENTO GLOBAL

La propuesta de Ecuador que el mundo no escuchó Por Jorge Benedetti

El problema generado por la emisión de CO2, que provoca el llamado “efecto invernadero”, fue tratado en los encuentros internacionales pero sin lograr el compromiso de las grandes potencias, que son las que más contaminan. El presidente Rafael Correa propuso en 2007 mantener las reservas de petróleo sin explotar para evitar emisiones a cambio de aportes económicos. Pero tuvo que suspender la iniciativa por falta de apoyo. El calentamiento global es la gran preocupación de los últimos tiempos de los gobiernos del mundo y se manifiesta en la emisión de gases de efecto invernadero, generalmente producidos por los países industrializados que, no hace mucho, comenzaron a entender que había que cuidar el planeta, por lo que miraron con mejores ojos, más bien con miradas angurrientas, las reservas de biodiversidad que mantienen sobre todo los países de la América del Sur. La estrategia fue presionar a las naciones en vías de desarrollo para que mejoraran sus industrias y disminuyeran la contami-

nación. Para ello, se comprometieron, a través del llamado Protocolo de Kyoto, a trabajar por la disminución global de las emisiones contaminantes y buscaron soluciones con el sello de los poderosos. La primera idea fue disminuir sus emisiones trasladando sus empresas a los países periféricos. La propuesta suponía atractivas inversiones de “desarrollo” para nuestros países pero sin las durísimas condiciones de control que a partir de la gravedad del tema se imponía en su tierra. Un ejemplo claro de esto fue la radicación, conflicto diplomático mediante, de

la fábrica de pasta de celulosa UPM-Botnia en la ribera oriental del río Uruguay. Otra de las ideas fue crear los llamados Bonos de Carbono, que acompañaban esa iniciativa de radicación de grandes empresas. La propuesta suponía que los países industrializados, al radicar sus empresas en bosques u otras áreas naturales debían asegurar, como norma técnica, que la emisión de CO2 sea compensada con el cultivo de árboles o forestación en zonas apropiadas por su extensión de terreno y ubicación geográfica. La idea es, simplemente, que los países centrales aprovechan zonas verdes de naciones que no han cumplido su cuota de contaminación.

Una propuesta con aires revolucionarios La expectativa de solución del tema del calentamiento global nació en septiembre de 2007 cuando el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el com-


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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, al anunciar el 16 de agosto pasado la firma del decreto para la liquidación de los fideicomisos Yasuní ITT, que implica la suspensión de la iniciativa.

promiso de su país de “mantener indefinidamente inexplotadas las reservas de 920 millones de barriles de petróleo en el campo ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini)”, lo que equivalía al 20 por ciento de las reservas del país, localizadas en el Parque Nacional Yasuní en la Amazonia ecuatoriana. A cambio, Correa proponía que la comunidad internacional “contribuya financieramente con al menos 3.600 millones de dólares”, lo que representaba el equivalente al 50 por ciento de los recursos que percibiría el Estado en caso de optar por la explotación petrolera. De esta forma se creaba un fondo de capital administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la participación del Estado, la sociedad civil ecuatoriana y representan-

tes de los contribuyentes. Esta iniciativa permitía evitar “la emisión de 407 millones de toneladas de CO2”. La reducción representa un valor mayor a las emisiones anuales de países como Brasil o Francia. El Parque Nacional Yasuní es la reserva más importante de biodiversidad en el planeta y alberga los dos pueblos en aislamiento voluntario del Ecuador, los Tagaeri y los Taromenan. Para darnos una idea de su importancia, el parque Yasuní ITT alberga en una sola hectárea más especies de árboles y arbustos que en Estados Unidos y Canadá juntos. Además allí se pueden encontrar no menos de 150 especies de anfibios, 121 de reptiles, 596 de aves, 200 de mamíferos, 500 de peces y 4.000 de plantas. Al presentar la propuesta el gobierno de

Ecuador señaló que el Yasuní, “es la mirada hacia una realidad existente, y de alguna manera, el testimonial de una política ambiental inédita del Ecuador, que se basa en el aporte noble y desinteresado de todos quienes buscamos para el planeta y para las generaciones futuras, una alternativa de paz y de vida”.

Una decisión difícil para Correa Después de seis años de intentar conseguir el apoyo internacional para llevar adelante la iniciativa, en la noche del 15 de agosto, el presidente Correa habló por cadena nacional. Minutos antes, escribió en su cuenta de Twitter: “En pocos minutos más me dirijo al país por la iniciativa Yasuní-ITT. ¡Hacía tiempo que no estaba tan nervioso!”.


En su discurso, Correa, informó que dio la orden de “finalizar con la iniciativa Yasuní ITT, que pretendía dejar bajo tierra 920 millones de barriles de petróleo, debido a la no corresponsabilidad de la comunidad internacional, condición que puso el país a los países del planeta”. “Lamentablemente, tenemos que decir que el mundo nos ha fallado. Hasta el momento solo existen 13,3 millones de dólares en fondos disponibles depositados en los fideicomisos Yasuní-ITT, esto es, apenas el 0,37% de lo esperado. Existen compromisos no directamente vinculados a la Iniciativa por otros 116 millones de dólares”, dijo el mandatario. Correa, quien calificó a la medida como una de las más difíciles que tuvo que tomar en su gobierno socialista, dedicó su discurso a los jóvenes, especialmente cuando relató haber recibido en estos días muchos mensajes en su cuenta de Twitter de jóvenes ecologistas, que también hicieron manifestaciones frente al palacio de Carondelet, la sede del gobierno, para defender la iniciativa. Correa dijo sentirse “orgulloso de ellos, que crecen con conciencia ecologista, en gran medida, por las acciones de la Revolución Ciudadana” y anunció que con su decisión de explotar el petróleo el país recaudará cerca de 18 mil millones “para salir de la miseria”. “Pienso que la iniciativa se adelantó a los tiempos y no pudo o no quiso ser comprendida por los responsables del cambio climático (...) Pero que nadie se engañe, el factor fundamental del fracaso es que el mundo es una gran hipocresía y la lógica que prevalece no es la de la justicia sino la lógica del poder”, aseguró el mandatario. Al mismo tiempo, solicitó a la Asamblea Legislativa del país declarar como interés nacional el aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos de la zona y anunció que trabajos en el

campo Tiputini, que tiene el 80 por ciento de su territorio fuera de Yasuní, se iniciarán en los próximos meses.

Los dilemas de la época Correa se refirió en su discurso a las falsas opciones entre “naturaleza o extractivismo” o más precisamente, “naturaleza o miseria”. Dichos dilemas surcan todos los días las discusiones en nuestros países y sigue sin definirse quizás a partir de las dificultades de leer entre líneas cada uno de los intereses que presionan detrás de cada postura. “Nuestros pueblos ancestrales y minorías étnicas viven en la pobreza y algunos pretenden mantenerlos en esa situación en nombre de la preservación de sus culturas, como si la miseria fuera parte del folclore”, aseguró Correa. El presidente de Ecuador aseguró también que los recursos que provengan del petróleo de los campos Tiputini y Tambococha se destinarán a erradicar la pobreza de un país que -analizó- mantiene grandes márgenes de miseria. “Hemos vivido acostumbrados a enfermedades como dengue, cólera, gastroenteritis, que son patologías de la miseria, pues no debieran existir con adecuados servicios sanitarios –agua potable, alcantarillado, rellenos sanitarios- de los cuales, en pleno Siglo XXI, solo goza la mitad de la población ecuatoriana”, explicó. “Es tan simple como duro, queridos jóvenes: los países contaminadores también son los más ricos y fuertes, y si los bienes ambientales, generados por otros, son de libre acceso, ¿por qué habrían de pagar algo?”, concluyó. Al volver sobre los falsos dilemas, Correa dio una de las claves de toda la discusión sobre el cuidado de la naturaleza y la utilización de las riquezas naturales: “Noruega es un país petrolero y mantiene los mayores estándares de cuidado ambiental y Canadá es un país minero y tiene una de las mayores reservas de agua dulce del planeta”. Con esto, el presidente pone otra vez en el tapete la discusión

sobre la independencia de nuestros países para decidir sobre su desarrollo. Las principales consecuencias del extractivismo salvaje en los países de América Latina son responsabilidad absoluta de las empresas y capitales transnacionales que cuidan sus territorios y su gente a costa del esfuerzo y la explotación de nuestros pueblos desde tiempos inmemoriales.

Un ambiente de confrontación Apenas el presidente de Ecuador anunció el envío al Parlamento del decreto que da inicio a la explotación del uno por mil de la superficie del parque Yasuní, los medios de comunicación comenzaron su batalla, ahora a favor de la conservación de la naturaleza. Grupos ambientalistas y dirigentes de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) que están en la oposición y apoyaron al ex militar Lucio Gutiérrez en las pasadas elecciones obteniendo solo el 3 por ciento de los votos, prometieron marchas y cortes de ruta cuando empiecen las tareas de explotación. Correa contesta con la lógica de quien gobierna no para intereses sectoriales sino para todos los ciudadanos: “Esta decisión es la oportunidad de salir de la miseria y cumplir con los objetivos del Milenio de Naciones Unidas de salir de la pobreza”. Ante el anuncio de organizaciones sociales y ambientalistas de que personalidades internacionales vendrán al país para promocionar la consulta popular y defender el Yasuní, Correa escribió en Twitter: “¡Fabuloso! 1ra. pregunta a hacerles: ¿cuánto aportaron a la Iniciativa? 2da. Pregunta: ¿Por qué no luchan para que sus países no contaminen?”. “Siempre es más fácil ‘exigir’ que no toquemos nuestros recursos cuando son ellos los que contaminan. Ecuador es un contaminador marginal, pero ‘debe’ sacrificar a su gente en la lucha contra el calentamiento global. ¡Vaya disparate!”, aseguró.


LA RELACIÓN CON URUGUAY

La pastera de la discordia La poderosa empresa finlandesa vuelve a separar a la Argentina y Uruguay. Esta vez porque el gobierno de José Mujica la autorizó de manera unilateral a aumentar su producción. Nuestro país quiere que se cumpla el Tratado del Río Uruguay como dispuso La Corte Internacional de Justicia.

La decisión de las autoridades de Uruguay de permitir la ampliación en los niveles de producción de pasta de celulosa de la empresa UPM (ex Botnia) emplazada sobre el río Uruguay, vuelven a generar cruces entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el de José Mujica. El conflicto pone otra vez sobre la mesa la discusión ambiental, por los niveles de contaminación que produce este tipo de industria, pero sobre todo vuelven a desnudar la debilidad de los Estados frente a la posición de las empresas transnacionales que lograron en tiempos de neoliberalismo grandes ventajas para operar y presionar a los gobiernos. UPM está protegida por los acuerdos de

inversiones recíprocas hasta tal punto que su terreno es considerado territorio finlandés, con lo que Uruguay pierde la posibilidad de ser el exportador neto de la pasta de celulosa que se produce en la planta y, también por esos acuerdos, la cesantía del personal cada vez que se completa la producción anual autorizada (un millón de toneladas) es absorbida por el Estado. El canciller Héctor Timerman, quien anunció que el país irá otra vez a la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya (CIJ), fue claro en este punto: “La Argentina lamenta que los intereses de UPM sean tan poderosos para convertirse en el factor que determina la relación entre

Uruguay y la Argentina”. El presidente Mujica, en tanto, tras una reunión bilateral con Cristina Kirchner, autorizó a UPM a aumentar su producción en 100 mil toneladas y generó fuertes cuestionamientos de este lado del río Uruguay, sobre todo por parte de los habitantes de Gualeguaychú quienes retomaron sus protestas aunque sin cortar las rutas de acceso al puente internacional. La cuestión estará ahora -como lo estuvo desde 2006 hasta el 20 de abril de 2010en manos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) que deberá evaluar la situación. En su fallo de 2010, la CIJ rechazó la denuncia argentina sobre los niveles de contaminación del río pero condenó a Montevideo por haber incumplido el Tratado del Río Uruguay al permitir la instalación de UPM-Botnia en la zona fronteriza sin informar previamente ni negociar las condiciones con Buenos Aires. La declaración final de la CIJ instaba a los dos países a “no realizar cambios” en la situación y a consultarse ante cada una de las acciones que se emprendan sobre el curso de agua compartido. Los avances de los últimos años en la integración política de la región, a través del Mercosur y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se ven empañados por este tipo de conflictos que no se generan por diferencias entre intereses directos de los pueblos sino por la herencia recibida de una etapa de apertura indiscriminada y subordinación a las empresas transnacionales. En el caso del río Uruguay, es tarea de los científicos garantizar la pureza de las aguas y, más importantes aún, será la acción de la política la que resuelva los problemas para seguir construyendo la unidad regional.


ARGENTINA AVANZA EN LA IGUALDAD DE GÉNERO, PERO AÚN ES INCOMPLETA

Mujeres políticas en una cultura machista Por Alejandra Fernández Guida

Cristina presidenta, cupo femenino obligatorio y acceso a puestos de decisión, son algunas muestras de lo mucho que avanzó la Argentina en la igualdad de género. Además, nuestro país está nada menos que en el 4° lugar en el mundo en representación política femenina. Pero a propósito de los cuestionamientos de “Chiche” Duhalde sobre la capacidad de las mujeres para ejercer cargos, se reavivó la polémica por la

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persistencia de una cultura machista que aún impera.


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Una presidenta recibe diagnósticos psiquiátricos televisados. En la vida real, una diputada es cuestionada por hacer campaña en bikini bajo un sol playero de 30 grados. “Callate atorranta”, se escucha desde una banca. Desde una central gremial se acusa a una política de trayectoria de tener “muchas navidades, pero pocas noches buenas”. Pequeñas escenas de la vida conyugal de un matrimonio que hasta ahora no funciona. La convivencia entre las mujeres y la política tuvo sus vaivenes. Desde las quijotadas de las militantes anarquistas y socialistas de principios del siglo XX para conseguir el voto femenino, hasta la asunción de una presidenta elegida democráticamente, en diciembre de 2007, muchas mujeres centraron sus luchas en conseguir que la igualdad de género en el ejercicio político que refleje la real representación social.

Pero el resultado no siempre fue positivo. En esa contienda que lleva años, cambiaron los gobiernos pero no los argumentos: las mujeres son deslegitimadas por su “debilidad” frente a la “fortaleza” masculina. Mandadas a menudo “a lavar los platos”, cuestionadas por los escotes, largos de pollera o rojo de sus labios... Y cuando nada de eso alcanza, siempre está a mano el apelativo a la locura, histeria e hipersensibilidad de las mujeres. La estrategia de descalificación para cuestionar un liderazgo, un proyecto o una lucha es moneda corriente en el orbe femenino. En ese camino hacia un remanso igualitario hay algunos momentos emblemáticos: la candidatura de Elvira Rawson a diputada nacional en 1919; la sanción de la ley de sufragio femenino en 1947, que establecía en su primer artículo: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos

políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”; la Constitución del ’49, que jerarquizó el principio de igualdad entre hombres y mujeres a través del artículo 37 que le asignaba al Estado la responsabilidad de garantizar “la igualdad jurídica de los cónyuges”; y, ya en 1991, la ley de cupo, que estableció un piso mínimo de 30 por ciento de participación de mujeres en las listas electorales.

Reacción contra Chiche Tras cien años de lucha feminista, Chiche Duhalde hizo un primitivo análisis del discurso de la Presidenta tras las primarias del 11 de agosto: la ex senadora nacional consideró que debería contem-


plarse “en el debate nacional, si la mujer está preparada para la política” y opinó que “el ejemplo de Cristina Kirchner es malo” porque “se maneja más por su lóbulo emocional que por el racional”. Chiche habló, el gremio reaccionó. Los repudios a los dichos de la ex senadora llegaron de todos lados: derecha, centro, izquierda y más al costado. Todas y casi todos rechazaron las palabras de la ex primera dama, que más tarde esgrimió algunas argumentaciones, con tonos de excusa, que terminaron de empantanarla en su pensamiento arcaico. “Nos costó mucho tiempo desbaratar esa lógica de la mujer dentro de la casa, de la política centrada en el asistencialismo, que propuso siempre Chiche. Por eso hay que rechazar enérgicamente este tipo de expresiones”, consideró la diputada

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Violencia de género en primera persona María Luisa Storani, diputada por la UCR: “Recuerdo que en 1997, cuando era concejal de San Fernando, yo me oponía a la construcción de hipermercados en el distrito. En una reunión del Consejo, mientras yo estaba hablando muy enfáticamente, me cortaron el sonido del micrófono y todos se empezaron a retirar del lugar. Fue una situación muy violenta porque me hicieron un vacío por ser mujer. Me acuerdo que sentí tanta bronca, tanto dolor, que cuando llegué a casa me puse llorar. Hoy creo que esa situación me dio fuerza para continuar en la lucha”. María José Lubertino, legisladora del FpV: “En 1982 yo iba por la presidencia del centro de estudiantes de mi colegio. Un día me encontré con que las paredes de la escuela, los baños, decían en todos lados que yo era una ‘puta’. Fue tremendo para mí porque no entendía bien qué hacer ante tanta violencia y fue bastante humillante. Después, cuando pasa el tiempo, una se vuelve más impermeable a los embates machistas”. Victoria Donda, diputada por Libre del Sur: “Hace poco, en una reunión de comisión, pedí la palabra y un diputado me dijo ‘ahora qué querés nena’. Me pareció una falta de respeto. Una frase machista y violenta que trató de reducirme. Nunca escuché que a un diputado lo traten de ‘nene’”.

nacional por el radicalismo María Luisa Storani, en conversación con El Cruce, y agregó que hoy “hay una sociedad civil madura y organizada que está preparada para dar un debate real acerca de la participación de las mujeres en la política”. La dirigente feminista también señaló que todo el ejercicio de la política está “atravesado por el machismo” y muchas veces “las mujeres tienen que hacerse un lugar a los codazos”. Además, remarcó que los “resabios patriarcales” están presentes siempre en el Congreso, pero también hacia el interior de los partidos, donde los puestos de conducción “casi siempre están destinados para los hombres”. La legisladora porteña del Frente para la Victoria María José Lubertino tampoco ahorró críticas a los dichos de Duhalde al remarcar que no “hacen más que transparentar una lógica machista que todavía sobrevive en la arena política”. La ex directora del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) sostuvo: “Quedan pocas leyes a favor de la igualdad de género por aprobar, pero todavía falta que nos hagamos realmente cargo de qué lugar queremos ocupar. Lo más grave es cuando muchas mujeres reproducen la cultura patriarcal”. En diálogo con esta revista, Lubertino afirmó que dentro del Congreso las legisladoras son víctimas de “bullyng parlamentario” y aseguró que “esto se hace más fuerte cuando se trata de feministas”. En el mismo sentido se expresó Storani, al aseverar que las expresiones machistas en el Parlamento “son moneda corriente”.

María Luisa Storani, diputada nacional de la Unión Cívica Radical.

Al tren de los repudios de las expresiones de Chiche también se subió la diputada nacional de Libres del Sur Victoria Donda, que sostuvo que los dichos “son machistas” y “atrasan más de 50 años, al igual que su forma de hacer política”. Sin embargo, la legisladora aclaró que ellas sufren violencia de género en el Congreso “como cualquier mujer en la calle cuando es manoseada en un medio de transporte, agredida cuando maneja o menospreciada cuando intenta imponerse”.

María José Lubertino, legisladora porteña del Frente para la Victoria.


Las muchachas peronistas

La Argentina es uno de los países con mayor representatividad de las mujeres en cargos políticos. A un escalón del podio, el país se ubica cuarto en el ranking mundial de cantidad de mujeres en el Parlamento. En 2009, el porcentaje de mujeres superó el mínimo estipulado por ley y, a partir de la incorporación de los nuevos diputados y senadores en diciembre de 2011, esos números se vieron levemente modificados, aunque se mantienen por encima del 30 por ciento que prevé la ley de cupo. Al respecto, Storani evaluó: “Hoy no estamos en condiciones de sacar esa ley porque retrocederíamos notablemente”. La diputada no se achicó y enfatizó que las mujeres tienen que “ir por una ley que contemple el 50 y 50 en la presentación”. Lubertino acordó en la evaluación y agregó que el rubro femenino también tiene que ganar “lugares en las estructuras de poder de los partidos, donde están muy relegadas”. Para Donda, “la ley es una garantía para que se cumpla el cupo femenino” y coloca en la Argentina “en un buen lugar a nivel mundial”, pero reclamó que “es hora de discutir la igualdad de representación”. Sin embargo, las coincidencias entre las dirigentes encontraron un freno en el análisis del desempeño de la Presidenta a favor de la defensa del género. La diputada radical reveló que cuando Cristina fue electa presidenta, como feminista, se puso “contenta”, pero opinó que, a lo largo de su mandato, la jefa de Estado “no ha reivindicado la luchas de género y cada vez que lo hace es para victimizarse”. “Cristina siempre habla de Néstor Kirchner, en cada uno de sus discursos. Lo nombra como su sostén, su hacedor, y eso la desmerece. No lo necesita porque tiene argumentos de sobra para no apoyarse en la figura de un hombre”, concluyó Storani. En este aspecto, Donda señaló que la llegada de la mandataria al máximo cargo de decisión “simboliza que las mujeres pueden ocupar lugares de liderazgo” pero, en línea con las declaraciones de Storani, Donda consideró que “en el ejercicio del poder, la Presidenta no ha reflejado la lucha de las mujeres”. En cambio, Lubertino manifestó que la Presidenta “hace gala de su femineidad y eso molesta en una cultura machista”. En este sentido, expresó que “el hecho de que las mujeres hayan ganado espacios de liderazgo hace que muchos hombres quieran desplazarlas”.

Eva es la imagen en el pecho de una remera militante; es la mujer al lado del gran líder; es el nombre de una obra taquillera de Broadway; es la abanderada de los pobres; es la cara de un billete; Evita es todo eso, y algún día también fue capitana. En 1949, presidió el primer partido conformado íntegramente por mujeres: el Partido Peronista Femenino (PPF), un espacio raíz para comprender el avance de la mujer en un terreno abonado por hombres. Luego de dar el golpe final en la lucha por el sufragio femenino, en 1947, Evita no descansó. “Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico de la sociedad”, dijo en uno de sus emblemáticos discursos, en busca de redefinir el rol de la mujer política. Sobre esa nueva realidad, con el voto de ellas en las urnas, operó Eva. La rama femenina del partido legitimó las aspiraciones genuinas de muchas mujeres que, en 1951, fueron elegidas para ocupar cargos legislativos; pero, además de contar con una estructura propia, el PPF sirvió de bastón fundamental para que Juan Domingo Perón fuera reelecto como presidente. Carolina Barry, investigadora del Conicet y docente de la Universidad de Tres de Febrero, escribió numerosos ensayos y libros sobre la rama femenina del peronismo. En diálogo con El Cruce, la politóloga señaló que la creación del PPF fue un germen importante para que las mujeres ganaran el espacio que tienen hoy en la política”. En ese sentido, Barry explicó que para la formación de la rama femenina “fue fundamental la sanción de la ley de voto femenino porque terminó de coronar a Eva como la propulsora indiscutida del ingreso de las mujeres en la política, situación que ayudó a construir su liderazgo”. El PPF formaba parte del Movimiento Peronista, que luego de varias instancias organizativas quedó constituido por el Partido Peronista, el Partido Peronista Femenino y la Confederación General del Trabajo. “La táctica de penetración territorial del PPF se implementó con el nombramiento de delegadas y subdelegadas en todo el país y, además, con la apertura de unidades básicas exclusivas para mujeres, lo que significó una fuerte presencia política en todo el país. Llegaron a constituir unas 4000, y su nivel de expansión geográfica fue solo comparable con el de la Iglesia Católica”, precisó. Sin embrago, la autora del libro Evita capitana: El Partido Peronista Femenino aclaró que la inclusión partidaria de las mujeres fue bajo la intensa cultura machista imperante, que era tan profunda que “los hombres tenían prohibido el ingreso a los comités del PPF para que las mujeres no fueran tildadas de putas”. Además, ellas estaban atravesadas por lo que la investigadora del Conicet llama “un discurso artificioso”, es decir, un intento por suavizar el impacto que provocaría en las mujeres su ingreso en la vida política: “Este discurso sugirió que las mujeres no pertenecían a un partido sino a un movimiento; no se las afiliaba sino que se las censaba; no hacían política sino acción social”, agregó. En 1955, las bombas también cayeron sobre el PPF, que entró en la ilegalidad a la que fue condenado al igual que fue recluido todo el peronismo. Pero el embrión continuó su desarrollo y, muchas veces desde la clandestinidad, las muchachas peronistas siguieron luchando.

La diputada Victoria Donda, de campaña en Mar del Plata junto a sus correligionarios Adolfo Prat Gay y Humberto Tumini.

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Mujeres al poder


DEBATE SOBRE EL RÉGIMEN PENAL JUVENIL

Penas y olvidos Por Leonardo Castillo y Eduardo Videla


Los expertos rechazan la baja de edad de imputabilidad pero admiten la importancia de debatir un régimen penal juvenil que remplace una ley de la dictadura y el vacío de derechos para menores de 16 años.

El debate sobre la sanción de un régimen penal para los menores de 18 años lleva mucho tiempo, resurge cada tanto y la vigencia de leyes represivas en la materia le costó a la Argentina una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La discusión se contamina, en ocasiones, con las propuestas de los sectores que proponen bajar de edad de imputabilidad como medida para frenar el delito. ¿Es lo mismo o se trata de conceptos diferentes? ¿Qué riesgos conlleva el tratamiento legislativo del tema o su demora? El debate volvió a salir a la luz en medio de la campaña electoral y de la discusión sobre cuestiones vinculadas a la inseguridad, lo cual, a criterio de la mayoría de los especialistas consultados por El Cruce, no resulta el marco más adecuado. Porque en ese debate se confunde la legítima necesidad de crear un régimen de garantías y debido proceso para asegurar los derechos de los niños en conflicto con la ley con el ultramontano reclamo de sectores de derecha para bajar la edad de imputabilidad a 14 años. Lo concreto es que el Congreso logró, hace cuatro años, aprobar con media sanción un proyecto consensuado por la mayoría de las fuerzas políticas para crear un Régimen Penal Juvenil (RPJ) en el que las medidas privativas de la libertad son

un último recurso, solo aplicables a delitos muy graves y por tiempos reducidos. Ese proyecto no fue tratado por diputados y perdió estado parlamentario, pero hoy la Cámara baja tiene en estudio otro, con modificaciones al texto aprobado por los senadores. En esos años y hasta ahora, el debate aparece trabado entre quienes piensan que un régimen penal para jóvenes implica criminalizar a los chicos, y los que sostienen que, de todas maneras, los niños hoy son encerrados arbitrariamente por los jueces, sin tener derecho a defensa. “Antes de plantear una discusión sobre un nuevo RPJ, lo que el Estado debe hacer es llegar con prevención y asistencia para evitar que los menores incurran en delitos”, considera Abel Córdoba, fiscal jefe de la Procuraduría contra la Violencia Institucional. “Antes de sancionar se debe asistir a los menores. De todos modos, la aplicación de un sistema penal debe contemplar las garantías del debido proceso, incluso para los menores –opina--. Se debe abrir un debate y convocar a sectores interdisciplinarios para diseñar políticas sociales preventivas”. Para Emilio García Méndez, titular de la Fundación Sur e impulsor como diputado nacional (mandato cumplido) de la sanción del RPJ, “hoy, la edad de imputabilidad ya está bajada a los 16 años, algo que no

ocurre en ningún país de América latina, donde el límite es de 18”. Por eso, sostiene que “el régimen penal juvenil que se debe sancionar, sube la imputabilidad a los 18 años”. En efecto, el actual Régimen Penal para Menores es producto del decreto ley 22.278, promulgado por el gobierno del dictador Jorge Rafael Videla y reformado en 1984 por la administración de Raúl Alfonsín. La normativa establece que los menores de entre 16 y 18 años que cometan delitos de acción pública pueden permanecer encerrados en instituciones penales hasta que cumplan la edad que permita su juzgamiento. En ese momento son juzgados como mayores aunque hayan cometido la infracción cuando eran menores y reciben las mismas penas que los adultos. Así se llegó a las cinco condenas a prisión perpetua por las que fue sancionada la Argentina por la CIDH. “De acuerdo con ese decreto de la dictadura, si el chico que comete un delito es menor de 18 años, se le abre un expediente judicial. Si es menor de 16, se abre un expediente tutelar. Aunque la ley tutelar se derogó en 2005, si el niño está en riesgo tutelar se puede disponer la privación de su libertad”, explica García Méndez. En 2005 se reemplazó la Ley de Patronato, sancionada a fines del siglo XIX por un ré-


gimen de protección de la infancia, según el cual el Estado debe ser el asegurador de los derechos de los niños y adolescentes. Por eso, a juicio de los especialistas, existe en materia de penalidad juvenil una especie de indefinición, ya que falta sancionar una normativa que asegure las garantías de los menores judicializados. Respecto del proyecto que está en discusión en el Congreso, la directora ejecutiva del Comité Argentino para la Aplicación de la Convención de los Derechos del Niño (Casación), Nora Schulman, consideró que el proyecto de ley que tuvo media sanción

en el Senado y ahora retoma Diputados es “una buena iniciativa”, aunque expresó reparos a que incluya a niños desde los 14 años. “Naciones Unidas recomienda que la edad de imputabilidad de los menores oscile entre los 14 y los 16, pero considera también que la edad en la cual un menor puede ser sometido a un proceso legal debería incrementarse de manera gradual hasta llegar a los 18. Entonces, pasar de los 16 a los 14 sería de por sí un retroceso”, argumenta Schulman. “Darles garantías a los pibes está muy bien. Deben ser sujetos de pleno derecho cuan-

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La condena de la CIDH La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó en julio de este año a la Argentina por haber sentenciado a menores a penas de prisión perpetua y estableció que el país debe sancionar un régimen de justicia penal juvenil ajustado a los estándares mundiales y en consonancia con los derechos consagrados por las convenciones internacionales. El tribunal conminó a nuestro país a cumplir con las recomendaciones de anular las penas de prisión perpetua para menores y a revisar las condenas que pesan sobre personas que cometieron delitos siendo adolescentes y que fueron alcanzados por un régimen penal especial, sancionado por la dictadura militar. La Corte consideró que “dichas penas, por su propia naturaleza, no cumplen con la finalidad de reintegración social de los niños, ya que implican la máxima exclusión del niño de la sociedad, de tal manera que operan en un sentido meramente retributivo, pues las expectativas de resocialización se anulan a su grado mayor”. Además estimó que “por su desproporcionalidad, la imposición de dichas penas constituyó un trato cruel e inhumano para los jóvenes mencionados y además violó el derecho a la integridad personal de sus familiares”. Según establece UNICEF, un régimen penal para adolescentes “reconoce los derechos y garantías del debido proceso a los adolescentes a quienes se acuse de haber participado en la comisión de una infracción a la ley penal. “Lo que verdaderamente caracteriza al sistema penal juvenil es que la sanción penal debe tener preponderantemente una finalidad educativa y de inserción social, propiciando que el adolescente repare el daño causado, realice actividades comunitarias o se capacite profesionalmente y sólo frente a la comisión de delitos graves se aplique la pena privativa de la libertad como último recurso y por el tiempo más breve posible”, sostiene el organismo internacional. Así lo recomienda la Convención sobre los Derechos del Niño y las Reglas de Beijing para la Administración de Justicia de Menores, que propone “la organización de una justicia especializada para juzgar a las personas menores de 18 años”. “La razón de ser está en el reconocimiento de la adolescencia como una etapa de la vida en la que las personas se encuentran en plena evolución intelectual, emocional, educativa y moral sin haber culminado el proceso de formación para la vida adulta, lo que implica un menor reproche al joven infractor y la necesidad de buscar alternativa en clave de inserción social” define UNICEF. En 2009 el Senado aprobó un proyecto consensuado, casi por unanimidad. Ese proyecto eliminaba la discrecionalidad judicial con respecto a los menores de 16 años, disponía medidas alternativas para el grueso de los delitos y la privación de la libertad solo como último recurso, para faltas muy graves, con un límite de tres años para los chicos de 14 y 15 años, y de cinco años para los de 16 y 17 (que se elevan a ocho cuando se trata de dos o más delitos en concurso real).

do ingresan al sistema penal. Merecen tener abogados que los defiendan y jueces que aseguren sus integridades –sostiene-. Pero dudo que eso sea lo que algunos sectores pretendan al impulsar una reducción en la edad de la imputabilidad.” Para García Méndez, en cambio, esa no es la consecuencia de un Régimen Penal Juvenil. “Bajar la edad de imputabilidad es tratar a los menores como si fueran adultos, con penas de adultos. En cambio, un régimen penal juvenil establece una escala penal diferente, donde la privación de la libertad es una excepción, con un sistema de penas alternativas. Y con una diferencia entre los chicos que tienen 14 y 15 años y los que tienen 16 y 17.”

Los chicos y la ley La ofensiva punitiva contra los menores recrudece cada vez que se produce un crimen en que está involucrado un adolescente. Pero se trata de casos excepcionales. “En Argentina, el delito juvenil no es un problema estructural. La cantidad de menores que delinquen es muy baja en relación a la realidad que afecta a países centroamericanos como Honduras o El Salvador, donde el fenómeno de las maras o las pandillas está muy extendido. Acá no tenemos ese problema”, sostiene Schulman. “De los delitos que se cometen, apenas el 4 por ciento es cometido por un menor de edad, y el 99, 4 por ciento son hechos leves, robos o hurtos contra la propiedad. Son las estadísticas que manejamos en la Procuraduría de la Nación”, coincide Abel Córdoba, de la Procuvin. Entonces, si son tan pocos, ¿para qué sancionar un régimen penal especial? “Aunque haya un solo chico privado de su libertad sin proceso, sería necesaria la creación de un régimen para que ese niño tenga las garantías del debido proceso”, responde García Méndez. Según el especialista, la última estadística data de 2007 e indica que había 1.799 menores de 18 años privados de su libertad en todo el país. “De ellos, alrededor del 30 por ciento eran menores de 16 años, que estaban privados de su libertad sin debido proceso. El RPJ apunta a que esos chicos tengan un debido proceso”, argumenta. Los datos varían según la política que aplica cada provincia. “En Santa Fe no hay un solo menor de 16 privado de la libertad.


Debate y elecciones

En el otro extremo está Córdoba. Aunque no hay cifras, debe ser la provincia con mayor número de menores detenidos, porque allí la política social para los niños pobres la siguen haciendo los jueces”, dice García Méndez. “Y en la provincia de Buenos Aires, la ley procesal penal juvenil ha permitido avances, en la medida en que haya defensores como Julián Axat, cuyo único compromiso es con la libertad de su cliente, en este caso los niños, y no en colaborar con los jueces.” La provincia de Buenos Aires, que tiene en función de su población el índice delictivo más alto del país está en el centro de esta problemática. En diciembre de 2004, el primer estado argentino sancionó la Ley 13.298, que contradice la larga tradición judicializante que existió en el país en relación a las problemáticas de la infancia. Este ordenamiento se basa en el paradigma de la protección integral de la niñez, en sintonía con lo que sostiene la Convención Internacional para los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, un tratado que adquirió rango constitucional en Argentina luego de la reforma de la Carta Magna que se llevó a cabo en 1994.

Esta ley crea observatorios sociales, centros de información y formación para cuestiones de infancia y comisiones interministeriales que hacen un seguimiento de los menores susceptibles de ser ingresados en una institución por orden de la justicia. Además, crea servicios zonales y locales, con la intención de involucrar a los municipios en la asistencia de los jóvenes que padecen situaciones sociales de riesgo. Sin embargo, la ley no pudo aplicarse en su totalidad debido a la resistencia que la norma que generó en algunos municipios. “Estamos ante el típico caso en el que tenemos una buena ley pero no podemos ponerla en práctica por qué no hay un suficiente involucramiento de parte de las diferentes jurisdicciones”, define Juan Pablo Mollo, psiquiatra especialista en criminología, que trabajó en instituciones que alojaron chicos judicializados. “Hay casos de municipios que aplican la ley y otros que no han adherido aún. Un ejemplo de esta situación la tenemos en Quilmes, que reafirmó la ley y tiene programas de asistencia para la niñez, mientras que Florencia Varela, un distrito vecino, no lo hace. Cuando se dan estas situaciones, a un juez

El debate se reabrió cuando el candidato a diputado nacional Martín Insaurralde (FpV) habló de bajar la edad de imputabilidad. Luego aclaró que se refería a debatir un régimen penal juvenil para que los jóvenes en conflicto con la ley tengan “un tratamiento especial” y no sean “tratados de la misma manera que un adulto”. Desde la derecha aprovecharon para renovar su embestida por criminalizar a los menores, mientras distintas organizaciones sociales se pronunciaron en contra del tratamiento del tema. En cambio, García Méndez considera que Insaurralde “apuntó a abrir el debate sobre el Régimen Penal Juvenil, que es un tema pendiente, y creo que hizo un aporte importante para instalar el tema en la agenda pública”. El fiscal Abel Córdoba sostiene que se está “ante un caso de instalación mediática” y concluye que el debate “no puede llevarse a cabo en medio de una campaña electoral”. Al margen de la campaña electoral, la Comisión de Legislación de Diputados ya trabaja en un proyecto que apunta a mejorar el que había sancionado el Senado. “No se puede ignorar que los adolescentes de 14 y 15 años, al estar al margen de la ley penal por ser inimputables, también quedan al margen de las garantías que brinda la ley procesal penal: tener un abogado defensor, oportunidad de declarar para defenderse, necesidad de que se prueben las acusaciones, posibilidad de apelar las resoluciones que los perjudican, entre otras”, afirma el titular de esa comisión, el oficialista Oscar Albrieu.

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de menores se le complica mucho tomar una decisión.” En base a sus experiencias, Mollo desarrolló sus críticas al rol que la psicología desempeña en el sistema penal y las plasmó en “Psicoanálisis y Criminología”, un libro en el que pone en tela de juicio la tendencia de relacionar lo patológico con lo criminal. “Lo fundamental pasa por formar a los profesionales que tratan la cuestión de la infancia en riesgo. Hay que llegar con la prevención antes que con la punición. Las garantías legales de los sujetos son imprescindibles, pero el Estado debe llegar antes con beneficios sociales que con normas y castigos.”


LA LUCHA DE UNA COMUNIDAD POR TENER SU RADIO

Guaraníes con voz propia Por Guillermo Vidal Quinteiro

A principios de año, la AFSCA les otorgó una licencia de radiodifusión y ahora obtuvieron un subsidio para comprar el equipamiento para poner en marcha su radio. “Queremos un medio que sea para todo el barrio y no sólo para nosotros”,

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dice el presidente de la comunidad, Mario Valdez. Al sudeste de la localidad de Glew, en el partido de Almirante Brown, hay un pequeño y humilde barrio llamado Almafuerte. Allí, entre calles sinuosas de tosca y barro y casitas de ladrillo sin revoque, vive la comunidad indígena Cacique Hipólito Yumbay del pueblo tupí guaraní. Son 24 familias, compuestas por 102 integrantes, entre adultos y niños. El 15 de abril de 2013, por medio de la resolución 520 de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) se transformaron en la primera comunidad de Pueblos Originarios de la provincia de Buenos Aires en obtener una licencia de radiodifusión. Desde entonces, bregan por la construcción de una radio que les permita tener una “voz propia” que pueda ser escuchada. “Queremos un medio en el que podamos

preservar y transmitir nuestra cultura, hablar en nuestro idioma, compartir nuestra música y contar nuestras problemas al resto de la sociedad. Hoy en día los grandes medios de comunicación no tienen interés en difundir cómo vivimos culturalmente los pueblos indígenas y nosotros queremos romper con esta situación de exclusión”, relata Mario Valdez, presidente de la comunidad Cacique Hipólito Yumbay. En una parcelita de terreno, cercada con alambre tejido, vive Mario junto a su familia. Los chicos corretean por un patio de tierra pelada atrás de una pelota de goma que pica caprichosa. Mario arrastra un banquito de madera y lo coloca junto a un pequeño horno de herrero hecho de barro. Se ceba un mate, mira en silencio hacia su izquierda con sus ojos negros y

señala una habitación a medio construir: “Ahí es donde va a funcionar la radio”, dice y se ilusiona: “Si todo sale bien, para noviembre ya tendremos la torre y me arriesgo a decir que quizás para fin de año la radio esté lista”. La cruzada de la comunidad Hipólito Yumbay para obtener una licencia de radiodifusión nació casi de la mano de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Los primeros pasos los dieron en jornadas de reclamos y lucha por la democratización de la comunicación, junto a las organizaciones sociales que pugnaban por la sanción de la ley. Y, luego, hacia julio de 2010, ya de una manera más formal, con la presentación de un proyecto para la adquisición de una licencia. Pero los tiempos de la burocracia son lentos y la aprobación se hizo esperar. Durante tres años el expediente permaneció archivado. Con la llegada de Martín Sabbatella a la presidencia del AFSCA, en 2012, se abrió la Dirección de Proyectos Especiales, que es la encargada de promover y gestionar la creación de medios comunitarios en todo el territorio nacional. A principios de 2013, el departamento de Proyectos Especiales se embarcó en la tarea de rever los expedientes que habían quedado


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Promoción de medios comunitarios estancados y reactivó los trámites para la entrega de licencias. “A comienzos de este año detectamos que había un expediente de la comunidad Hipólito Yumbay de Almirante Brown al que sólo le faltaban completar unos papeles. Nos contactamos con ellos para que pudieran concluir el trámite y a mediados de abril se les otorgó la licencia”, explicó el coordinador de la Delegación del Conurbano Sur de la Dirección de Proyectos Especiales, Sergio Romano. Sin embargo, para que el sueño de tener una radio propia se transformara en una realidad palpable, para la comunidad guaraní resultaba imprescindible la obtención del subsidio del Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA), que prevé un monto de 3 millones de pesos -dividido en subsidios de hasta doscientos mil pesos- destinado a la promoción de medios sin fines de lucro. Y el día finalmente llegó. El 16 de septiembre de este año, el comité evaluador encargado de determinar qué proyectos de medios comunitarios serían los beneficiados, seleccionó el de la comunidad Hipólito Yumbay –y a otras 20 radios FM de todo el país- para la adjudicación del subsidio. Según establece el artículo 97 de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el 10 por ciento de los fondos que los titulares de medios privados tributan a la AFIP debe ser destinado para el “apoyo de medios comunitarios, de frontera y de pueblos originarios”. Con el objetivo de cumplir con en este artículo, la AFSCA

creó en julio de este año el FOMECA. “Este fondo apunta, por un lado, a fortalecer el trabajo de las radios sin fines de lucro que ya existen; y, por el otro, fomenta la generación de nuevos medios comunitarios”, destacó el coordinador de la Dirección de Proyectos Especiales, Francisco D’alessio. A través del subsidio del FOMECA, la comunidad Hipólito Yumbay obtuvo un monto de 87 mil pesos, que será utilizado para la compra de equipamiento para la radio. “Ese dinero es vital para poder comprar la antena de la radio y los equipos para realizar las transmisiones. Quizás no sea suficiente para cubrir todos los gastos que tendremos, pero lo más importante es que nos permite dar el primer paso”, explica Mario. “Nosotros queremos que la radio sea de todo el barrio. Que participen todos, grandes y chicos. Gente de la comunidad guaraní y gente que no sea de la comunidad. Queremos que nuestra radio sirva para comunicar las problemáticas de todos y no sólo del pueblo indígena. Para que esto sea posible necesitamos el respaldo de las instituciones, de las organizaciones sociales y de los vecinos, principalmente”, agrega. El AFSCA le entregó a la comunidad Cacique Hipólito Yumbay la frecuencia de FM 89.9. Se trata de una frecuencia de categoría “G” con un alcance de 12 kilómetros a la redonda. “El nombre de la radio todavía no lo elegimos. Los chicos van a proponer una serie de nombres y luego haremos una votación. Eso sí, será un nombre guaraní”, asegura Mario, mientras sonríe tímidamente.

Según datos del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), en la provincia de Buenos Aires existen alrededor de 14 frecuencias de radios comunitarias con licencia para transmitir. Con el objetivo de fomentar el nacimiento de nuevos medios de este tipo en todo el país y fortalecer los ya existentes, desde la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual se puso en marcha una serie de medidas políticas y económicas. Entre estas se encuentran la realización de talleres de capacitación radial, la creación del FOMECA y la puesta en marcha del concurso “Diga 33%”, que premia a las mejores producciones audiovisuales comunitarias de todo el territorio nacional. “Creemos que es necesario fortalecer a los medios comunitarios que, por su naturaleza, son los actores más débiles dentro del conjunto de los medios masivos de comunicación. Para ello, hemos realizado alrededor de 300 talleres de capacitación en todo el país, además de crear el Fondo de Fomento Concursable para Medio de Comunicación Audiovisual y el concurso de producciones audiovisuales Diga 33%. Tenemos en claro que aún hay muchas más cosas por hacer, pero estamos convencidos de que hay un camino que está marcado y que lo que queda es profundizarlo. Ya pusimos segunda, ahora estamos pasando a tercera.”, concluyó Francisco D’alessio, coordinador de la Dirección de Proyectos Especiales del AFSCA.


EN LA CARCEL DE VILLA DEVOTO

La masacre

de los colchones Por Leonardo Castillo

Según la versión oficial, la muerte de 65 reclusos, tras un incendio, fue consecuencia de un motín. Pero la abogada Claudia Cesaroni, con la ayuda de un sobreviviente, logró reconstruir los hechos y asegura que las muertes fueron consecuencia de una feroz represión del Servicio Penitenciario Federal. Lo cuenta en el libro Masacre en el

Pabellón Séptimo y pide que la causa sea investigada como

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delito de lesa humanidad.


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En 1978 “No hubo motín o una rebelión de los detenidos. Se trató de una represalia que devino en una atroz masacre”. trabajo que impulsa la reapertura de la causa por esta matanza para que sea juzgada como un delito de lesa humanidad cometido por la dictadura militar. El juez Daniel Rafecas, que instruyó en la megacausa del Primer Cuerpo del Ejército, analiza por estos días el expediente y deberá decidir si reabre el caso para llevar a los responsables de haber ordenado esa cruenta represión ante los tribunales. “Somos optimistas. Después de tantos años, con el trabajo que realizamos, logramos que esta matanza no quede en el olvido. Ahora vamos por la Justicia para las víctimas”, señaló la titular del CEPOC en diálogo con El Cruce, mientras aguarda la decisión del magistrado junto con el equipo de investigó la peor masacre ocurrida en el sistema penal argentino.

Esa noche de lunes, los internos tenían permiso para ver televisión hasta un poco más tarde de lo habitual. Eran más de las 21 y los 160 internos alojados en esa cuadra estaban pendientes de las imágenes en blanco y negro que transmitía un televisor sintonizado en Canal 13. Era una película de acción de las que habitualmente se emitían en el ciclo “El Mundo del Espectáculo”. Ese era quizás uno de los pocos divertimentos de los que disponían los reclusos para mitigar el hastío del encierro. Pero llegó una orden que alteró la calma y enturbió en cuestión de segundos el ánimo de los presos. Un oficial del Servicio Penitenciario Federal ordenó apagar el aparato y desató airadas y ruidosas protestas, que a la mañana siguiente serían contestadas por los efectivos con una dura requisa que provocó la muerte de 65 detenidos. Son los hechos que sucedieron el 14 de marzo de 1978, hace más de 35 años, en la cárcel de Villa Devoto y que la abogada y titular del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) Claudia Cesaroni se propuso relevar en un proyecto de investigación denominado Masacre del Pabellón Séptimo, que se plasmó en un libro de reciente edición. Con la colaboración de Hugo Cardozo, uno de los sobrevivientes de ese trágico hecho, y Graciela Draguicevic, ex detenida política en los años del terrorismo de Estado, Cesaroni coordina un

-¿Cómo llega la CEPOC a la decisión revisar este caso y proponer que sea juzgado como un delito de lesa humanidad? -El caso era conocido por quienes trabajamos en la problemática penal. Una de las primeras personas en abordarlo desde una perspectiva académica y legal fue el abogado penalista Elías Neuman, en un libro editado en 1985 con el nombre de Crónicas de muertes silenciadas. Allí, Elías, planteó que la matanza perpetrada esa mañana de 1978 por efectivos del Servicio Penitenciario Federal era otro crimen más de la dictadura y debía procesarse como tal por los tribunales que ese momento se encontraban iniciando los juicios contra las juntas de comandantes. Además, hubo toda una producción cultural sobre el tema. Los Redondos de Ricota hicieron una canción denominada “Toxi Taxi” que contaba las peripecias sufridas por un sobreviviente, Luis María Canosa (Sueño con Luis María/ preso cuando me de-

“El SPF estaba bajo las órdenes del general Guillermo Suárez Mason, por esa razón nos presentamos ante el Juzgado Federal Nº3, a cargo de Daniel Rafecas.” cía/ cada día veo menos…), amigo del Indio Solari. Pero lo que actuó como un disparador para nosotros fue la película El túnel de los huesos, de 2011, que cuenta la historia de una fuga que ocurrió en 1991 en Devoto. Un grupo de siete reclusos se fugó a través de un túnel, pero cuando lo construían se encontra-


ron con un osario clandestino. Ellos conjeturaron que se trataba de restos pertenecientes a detenidos desaparecidos, presos políticos ejecutados extraoficialmente por el SPF. Sin embargo, luego se conjeturó que esos huesos podían ser de las víctimas del llamado “Motín de los Colchones”, una denominación que nosotros cuestionamos de plano. -¿Por qué? -Porque no hubo un motín, o una rebelión con el propósito de conseguir una fuga o llevar a cabo algún tipo de reclamo en pos de alguna mejora en el trato hacia los detenidos o las visitas. Se trató de una represalia que devino en una atroz masacre. -¿Cuál es la reconstrucción que el colectivo de trabajo que encabeza hizo con respecto a cómo sucedieron los acontecimientos que derivaron en esa matanza? -Se trató de una de las habituales requisas que efectúa el SPF. La intención era castigar una inconducta de los internos que había tenido lugar la noche anterior en el Pabellón 7, donde se alojaban más de 160 internos. Los guardias querían llevarse a Jorge Omar Tolosa, uno de los referentes entre los presos, a una celda de castigo, algo que él resistió junto con sus compañeros. Ese fue el inicio de una acción represiva que terminó en una tragedia. Más de 50 guardias entraron al pabellón de unos 35 metros de largo por unos 12 de ancho donde vivían los presos con la intención de molerlos a palos. Los internos, muchos de ellos menores de edad, se parapetaron detrás de los colchones como una forma de resistir la carga de los efectivos, que dispararon a corta distancia y empujaron hacia el interior de la cuadra varios tambores de kerosene, combustible que los presos usaban para calefaccionar el lugar. Muchos disparos impactaron

“Las denuncias de irregularidades en el Servicio Penitenciario no trascienden muchas veces porque la sociedad prefiere no involucrarse con lo que sucede dentro de los muros.”

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en esos tambores, lo que ocasionó el incendio. Hubo personas que murieron quemadas y otras acribilladas a balazos. Hubo 65 muertos, al menos eso es lo que figura en el expediente, pero a ciencia cierta, no sabemos si pudieron ser más. Por eso es que lanzamos esta investigación. Queremos establecer la verdad definitiva y que se haga justicia. -¿Cuál es el argumento al que apelan para denominar esta ma-

“La salida de Hortel, tal como se produjo fue una muy mala noticia. Ojalá no se dejen de lado las cuestiones positivas que se lograron en su administración.” sacre como un crimen de lesa humanidad? -En principio, que se trata de una matanza llevada a cabo por agentes estatales en tiempos de la dictadura militar, cuando el régimen constitucional y todos los derechos que se desprenden de él se encontraban conculcados. Por eso decimos que se debe procesar este crimen como un delito de lesa humanidad. El SPF estaba bajo órdenes del Ejército, más precisamente del Primer Cuerpo que en esos años estaba a cargo del general Guillermo Suárez Mason, por esa razón nos presentamos ante el juzgado federal número 3, a cargo del juez Daniel Rafecas, que actuó en la megacausa que investigó los crímenes que se cometieron bajo esa jurisdicción entre 1976 y 1983. -¿Por qué cree que después de más de 30 años de legalidad democrática recién ahora se instala el criterio de juzgar la masacre como un delito propio del terrorismo de Estado? -Fundamentalmente porque quienes fueron asesinados eran presos comunes. Si se hubiera tratado de presos políticos, la justicia hubiera actuado de otra forma. Esa es la tesis que sostuvo Neuman y que nosotros refrendamos en esta investigación. Y nos apoyamos en un dato: hay funcionarios del SPF de entonces que están condenados por crímenes contra la humanidad cometidos en el centro de detención clandestino conocido como El Vesuvio. Ellos son Héctor Humberto Gamen, general de Brigada (R), Hugo Ildebrando Pascarelli, coronel, y Roberto Carlos Zeolitti, Ramón Antonio Erlán, Ricardo Néstor Martínez, José Néstor Maidana y Diego Salvador Chemes. En cambio, no hubo condenados por el Pabellón Séptimo. En todos estos años hubo una diferenciación entre las víctimas y es lo que se debe corregir. -¿En esta investigación encontraron algún hecho novedoso que no haya sido consignado en la causa? -En realidad, no hicimos otra cosa que recabar la información que ya existía en el expediente. Dimos cuenta de todo lo que se sabía. Lamentablemente, hubo una investigación judicial realizada después de la masacre que tendió a encubrir. El responsable de la instrucción fue Guillermo Rivarola, juez a cargo del Juzgado Federal Nº 3. Entre otras cosas, dijo que no hubo heridos de bala, algo que se certificó incluso en el Hospital del Quemado, donde se asistió a varios heridos.


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-¿Cuáles son los otros responsables que deberían responder si se reabre la causa? -Además de los funcionarios judiciales, queremos que se investigue a quienes estaban a cargo del SPF y tuvieron una participación directa en esta criminal represión. En primer lugar, el coronel Jorge Antonio Dotti, jefe del SPF; el prefecto Juan Carlos Ruiz, director de la cárcel de Devoto; el jefe de Seguridad Interna, alcaide mayor Horacio Galíndez; al segundo jefe de Seguridad Externa, subalcaide Víctor Dinamarca; al jefe de Requisa, alcaide Carlos Aníbal Sauvage; y a los jefes de Turno, subalcaides Antonio Bienvenido Olmedo y León Oscar Guinnard. -¿Se realizó alguna identificación sobre los restos óseos que hallaron los presos que se fugaron en 1991? -No, y creo que sería una buena forma de reanudar las investigaciones. Sabemos que hubo 65 muertos en la masacre, pero pueden haber sido muchos más. Es un punto en el que se debe trabajar. -¿Es optimista en relación a la reapertura de la causa? -Sí. Sobre todo por lo que conseguimos desde que comenzamos con la investigación. El puntapié inicial lo dio Hugo (Cardozo), sobreviviente, que en el momento de los hechos tenía 19 años. Se acercó a nosotros luego de ver la película y sintió que era hora de ponerle fin a tanto silencio y comenzar a buscar la justicia que se le denegó en todos estos años. También se sumó Graciela (Draguicevic), que era presa política y en 1978 estaba alojada en un pabellón contiguo. Con sus testimonios y el aporte de otros sobrevivientes y el trabajo del Centro Universitario de Devoto estamos recorriendo un camino que esperemos que nos lleve a encontrar la justicia. -Hace años que se dedica a analizar la problemática carcelaria, en el contexto actual del sistema penal, ¿es posible que ocurra u hecho similar? -Bueno, es cierto que la realidad del país es muy distinta a la de hace 35 años, pero sigue habiendo abusos y delitos contra los internos en todas las cárceles del país. Hay mucho hacinamiento en las celdas y en algunos casos las condiciones de alojamiento son inhumanas. -En tiempos de democracia hubo muchas investigaciones sobre la corrupción policial que despertaron el interés de la ciudadanía ¿Por qué no se difunden tantas denuncias contra las irregularidades del SPF? -En mi caso particular hace años que vengo trabajando sobre el tema carcelario y escribí diversos artículos y libros sobre el tema. La vida como castigo, un trabajo en el que analizo el encierro juvenil, es uno de ellos. No tuve la suerte de hacer un libro con la difusión de La Bonaerense (de Carlos Dutil y Ricardo Ragendorfer) sobre el sistema penal, y me parece que en parte es porque la sociedad prefiere no involucrarse con lo que sucede dentro de los muros.

-¿Qué lectura hace de la fuga de 13 reclusos que tuvo lugar en el penal federal de Ezeiza en agosto pasado? -Designar a eso que sucedió en Ezeiza es algo por lo menos discutible y habría que indagar en la responsabilidad que tuvo el SPF. Es un acontecimiento que se produjo en el marco de la campaña que llevan a cabo los sectores manoduristas, que reclaman recortar derechos tanto dentro como fuera de las cárceles. Más allá de sus limitaciones, la gestión de Víctor Hugo Hortel como director del Servicio Penitenciario abrió espacios de diálogo con los internos, sus familiares. La creación del Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (SUTPLA), una entidad gremial reconocida por la CTA, resultó una muy buena iniciativa. Estos aspectos positivos molestaron y pudo haber una reacción corporativa. La salida de Hortel, tal como se produjo fue una muy mala noticia. Ojalá no se dejen de lado las cuestiones positivas que se lograron en su administración.


UN VIAJE A MARTÍN GARCÍA

El vergel Por Juan Manuel Lazzarino Fotos: Agustín Ciarlo

A tres kilómetros y medio de la costa uruguaya se encuentra un escenario de la historia argentina del último siglo. En la isla estuvieron detenidos como presos políticos Yrigoyen, Perón y Frondizi. Allí, donde habita el 75 por ciento de las especies de aves de la provincia de Buenos Aires, 130 personas viven con servicios racionados y dependiendo de una empresa de

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turismo que monopoliza el acceso a la isla.

Si se tratara de una simple oferta turística, el folletín podría decir que Martín García es un destino donde abundan testimonios de una gran parte de la historia argentina. También es un lugar en el que se preserva el ecosistema del Río de la Plata y donde reina la soledad. La isla, onomástico de un don nadie, tuvo el raro privilegio de albergar a Hipólito Yrigoyen y a Arturo Frondizi, una vez que fueron depuestos como presidentes por las fuerzas golpistas de turno. También estuvo Juan Domingo Perón en condición de preso político. Desde allí, en apenas tres días de cautiverio, terminó de cimentar las bases para la construcción de un movimiento que vería luz el 17 de octubre de 1945. Cuesta creer cómo la armonía de la naturaleza puede convivir con la hostilidad del hombre. Allí sucede. Situada tres kilómetros y medio de la costa uruguaya y a 46 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Martín García se yergue rodeada de las ocres aguas del Río de la Plata. El Gibraltar argentino comenzó su historia con


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ansias de exploración y pareciera que fue siempre su último destino. Allí, donde hoy enfilan los cañones militares que duermen en la costa apuntando a la República Oriental del Uruguay, arribaba Juan Díaz de Solís con su tripulación allá por 1516. Días atrás había muerto, por causas naturales, el despensero del navío. Ante la posibilidad de propagar alguna enfermedad, Martín García fue despedido con honores y arrojado al río. Conforme a la costumbre, la primera porción de terreno virgen y sin descubrir llevaría su nombre. Como hace 500 años, poner un pie en Martín García es percibir a la naturaleza en su estado puro. El lateral este, justo frente a la costa charrúa, forma parte de la Reserva Intangible Martín García. Allí se aloja el 75 por ciento de las especies de aves de la Provincia de Buenos Aires, lo que representa el 25 por ciento de todo el país. Como aquel día en que Solís pisó tierra firme, esa porción se encuentra inalterada. Sin embargo, aquello que fue modificado por el hombre es igualmente rico. Las rui-

nas que hoy soportan el paso del tiempo son huellas de un pasado reciente. Pero así como se aprecia la preservación del ecosistema a lo largo de cinco siglos, se percibe sin demasiado esfuerzo la falta de cuidado de los espacios que se convirtieron en hitos en la historia de la Argentina. Donde sólo se aprecian cuatro enormes paredones y centenarias rejas, desde 1765 hasta 1958 funcionó una de las cárceles más importantes. Martín García no sólo fue centro de detención de criminales peligrosos y militares rebeldes, también fue un centro de explotación para los convictos: el empedrado clásico que distingue a “las callecitas de Buenos Aires” fue extraído y moldeado por los internos de la isla. Ellos recibían por ración una porción diaria de agua y pan a cambio de arrastrar sus grilletes hasta la cantera donde se extraía la piedra. Hoy yacen firmes paredes y abundante vegetación. Aún se pueden apreciar las divisiones de su interior y las marcas en las paredes que hablan de la estructura que

tenía el penal.

Dueños de nada Entre los turistas que visitan la isla cuatro veces por semana, entre los sitios históricos y el verde que domina el paisaje, están los 130 isleños. Son gente amable, un tanto parca -cabría preguntarse quién no lo sería recibiendo contingentes cada 48 horas encerrado en 168 hectáreas- que camina casi ignorando lo que sucede alrededor. La guía hace su trabajo seguida por un séquito de turistas asombrados e iluminados por el flash de propias sus cámaras. Y ellos le sonríen exclusivamente a ella. Resulta complicado entablar una charla extensa y profunda con los lugareños, más allá de que a simple vista, el tiempo es un recurso abundante para ellos. Esta dificultad, curiosamente, se incrementa cuando alguien se presenta como periodista. “Yo llegué a principio de los 90, me fui cuando formé una familia y volví cuan-


do me separé. Mi papá era isleño”. Ariel Paz tiene 35 años y pasó gran parte de su vida en Martín García. Allí hay dos tipos de habitantes: estatales o licenciatarios. “Yo trabajo para el gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Aquellos que queremos trabajar en la isla, aun más si ya estuvimos aquí, recibimos una casa, con el compromiso de cuidarla y mantenerla linda, y una labor: yo corto el pasto en una extensión del norte de la isla”. Cuando la marea baja y los catamaranes se llevan a los turistas, la soledad de la isla comienza a operar desde el silencio. Como empleados, su responsabilidad es mantener las instalaciones, aunque a veces les sobra voluntad y les faltan herramientas. “Acá hay un montón de tareas para hacer –señala Paz los frentes de las casas–, pero el tema es que faltan algunas cosas. A mí me gustaría ver los sectores históricos de la isla un poco más arreglados, tratando de conservar lo que eran cuando pasaron a la historia. Se hace difícil porque, a pesar de que somos pocos, cada uno está en su burbuja y no estamos para nada integrados. Ni siquiera para reclamar por la luz de la noche”. Es que Martín García respira gracias a dos generadores eléctricos que se alimentan de gas y gasoil, pero que por cuestiones presupuestarias deben estar apagados desde las dos de la mañana hasta las siete. Similar situación viven con el gas, ya que

deben pagarse ellos mismos su garrafa. De modo que en invierno, más abrigados que el resto, la situación se sobrelleva. En verano, en cambio, la temperatura trepa tres grados más que en Buenos Aires y las noches son un infierno. El otro porcentaje de la comunidad isleña corresponde a los licenciatarios. En gran medida son los encargados de mantener la isla, pero por su propia conveniencia. Entre ellos están el despensero, los administradores de la posada, dos comerciantes y la administración de camping. También se encuentra la única empresa capaz de explotar la actividad turística en Martín García: Cacciola Viajes. “Es un monopolio absoluto. Es el único medio de transporte que tenemos y si ellos paran o no vienen, por el motivo que sea, estamos atrapados”, denuncia Paz con relación a la empresa que desde hace 20 años maneja con exclusividad la ruta turística que une la isla con el continente. Análoga situación describen los docentes. Donde Rubén Darío compuso “Marcha triunfal” en agradecimiento a los milicianos que lo ayudaron a recuperarse de sus muchos vicios, funciona la escuela primaria y el jardín de infantes de la isla. Y por la misma ventana por donde Perón miraba esperanzado la caída del Sol, hoy se agrupan los once chicos que cursan sus estudios secundarios. “Un docente tienen que dar, en un aula,

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Yrigoyen, Perón y Frondizi No sólo Perón estuvo recluido en la isla. La sigla, curiosa coincidencia, se completa con otros dos presidentes, ambos depuestos por golpes militares: Yrigoyen y Frondizi. El gran caudillo del radicalismo fue quien pasó más tiempo privado de su libertad. Fue un año y medio, en 1930, en dos periodos distintos. Al tiempo de conseguir la primera excarcelación fue reingresado por un atentado que se atribuyó a las cúpulas de la UCR. Frondizi, preso en 1962, es dueño de una de las anécdotas más particulares: durante los meses que duró su cautiverio, había solicitado realizar caminatas diarias por la isla, pero los militares le informaron que sólo accederían a tal petitorio si era escoltado por dos soldados. Frondizi no sólo se negó, sino que además pasó un año recluido en la casa y sólo pisó el jardín para ingresar y egresar de Martín García. En la misma casa hoy funciona la Comisión Administradora de la Isla, donde se realizan periódicas reuniones entre los cancilleres argentinos y uruguayos.

a cuarto, quinto y sexto año juntos. Cada uno tiene su materia correspondiente, de acuerdo a su edad. Pero hay que buscar la forma de que tengan los mismos contenidos del continente”, dice Rosa Nunes, una contadora de San Fernando que se animó a dar clases y tomó el desafío de enseñar en la isla. “Si la lancha no sale, no venís a trabajar. Hace unos días, íbamos a bordo del “Hércules I” y antes de llegar nos dijeron que,


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producto de la bajamar, el catamarán dejaba a los pasajeros de estadía turística en la isla y se volvía porque si seguía bajando el agua se tenía que quedar toda la noche. O sea, viajé siete horas, entre ida y vuelta, y no pude asistir a la escuela. Uno llega muy cansado. Sobre todo cuando el río no está calmo”, profundiza Nunes, que dicta clases de martes a sábado, condicionada por la frecuencia de los traslados de la empresa de viajes.

Pocos lugares combinan tantas peculiaridades. Además de un refugio vital de la naturaleza, la isla cobija casi sin quererlo hitos que marcan a fuego la memoria política de los argentinos. Todo atravesado por las historias mínimas de hombres y mujeres, cuya rutina del día a día contrasta con la sorpresa de los visitantes. Todo concentrado en menos de dos kilómetros cuadrados de superficie que emergen del Río de la Plata.

Cartas de amor y liberación A su “Chinita” estaba dirigida la carta. Había sido encarcelado en la isla, tal y como le correspondía por su condición de militar, y en los primeros minutos de su breve asilo comenzó la redacción de varias misivas. “Esta inmensa soledad está llena de tu presencia. Escribí hoy a Farrell pidiéndole acelerara mi excedencia y, tan pronto salga de aquí, nos casaremos y nos iremos a vivir en paz a cualquier sitio”. Su creciente popularidad era una piedra en el zapato para el establishment y para los militares que habían llegado al poder junto a él tras la Revolución del 43 y para el establishment. Su identificación con las masas, sus medidas revolucionarias y sus oídos atentos a los sectores eternamente desplazados lo habían convertido en un mesías. Y ahora estaba en peligro. Consciente del calor del pueblo, cubría los flancos, barajaba y repartía. Fueron varias cartas. Pero su amor, su “adorable tesoro”, como la llama por primera vez en su carta, era la encargada de recibir los mensajes ambiguos. Desde la ventana de lo que hoy es la escuela de Martín García, Perón fingía. Fingía porque le convenía. Fingió cuando le prometió a su amada Eva que abandonaría toda actividad para casarse con ella y vivir en el sur; fingió cuando informó de un supuesto mal estado de salud que nunca dejó corroborar por consejo de su médico Miguel Mazza; y fingió que desconocía la situación que se vivía en la Provincia antes de enviarle la carta con la que Domingo Mercante, integrante del GOU y contacto con los sindicatos, instruyó a los trabajadores para la defensa del Coronel. Partiría días después de entregar todas sus cartas en una lancha con destino a Buenos Aires, donde la historia aguardaba por él. Allí descansa su imagen, al pie de la misma ventana.


CULTURA RICOTERA

Una excursi贸n al

Indio Solari Por Laura Cabrera y Juan Manuel Noy


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La banda de rock que tuvo un origen under y contracultural se ha convertido en el centro de ceremonias masivas. El Cruce intenta explicar el trayecto que va desde el surgimiento de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota hasta el multitudinario show del Indio en Mendoza.

Viernes por la noche. Las jornadas de trabajo quedaron atrás. En diferentes puntos del país la imagen se repite. La “peregrinación” hacia la misa ricotera es inminente. Frente a los micros se ven los primeros abrazos de aquellos que se conocen por viajar juntos a los recitales. Ya están todos ubicados en sus lugares, el viaje comienza. El trayecto es largo. Comienzan a acomodarse los primeros buses en una fila que horas más tarde dejaría a cientos estacionados. Son casi las cinco de la tarde. Las parrillas asoman, se encienden, se encienden fuegos, comienza a prepararse el asado entre cantos, tragos y banderas. Algunos prefieren armar fogón para combatir el frío y especular qué pasará en el show, recordar los recitales de Los Redondos y hablar del recambio de público que se nota desde hace un tiempo. La nueva ceremonia ricotera ha comenzado mucho antes que el show. Aquel fenómeno cul-

tural que se inició con los Redondos fue creciendo y hoy continúa en los masivos conciertos del Indio Solari. “Los Redondos se convirtieron en una mística, en una cuestión de fe, que parte de la música y de las letras, pero que va más allá. Son un refugio para la esperanza, pero no alientan la superstición ni la adoración vacía”, dice el Alfredo Rosso, periodista especializado en rock argentino. “Tienen algo muy concreto para ofrecer: música excitante y letras significativas. No tienen un ‘mensaje’ determinado; no buscan ‘melonear’ a su público, sino levantar su ánimo”. ¿Por qué una propuesta que surgió como contracultural se convirtió en masiva? Lo explica un protagonista, Rocambole, el artista plástico que fue autor de las tapas emblemáticas de los Redonditos. “Si juntás buena música, buena lírica y buenas imágenes, todo es representativo: es ahí

donde se puede entender el fenómeno de los Redondos, no desde un solo costado”, afirma. Y agrega: “El contexto histórico influyó. Lo que proponía el sistema era triunfar en el mundo del espectáculo transando con todo lo que te proponía. Nuestra idea era contraria a esto: no acudir a los medios, no tener productor, no transar con una empresa ni desde el diseño, ni desde la música”. ****** En el predio lindero al Autódromo Jorge Ángel Pena de Mendoza (convertido en un estacionamiento improvisado), niños, adolescentes, jóvenes y adultos, comparten la tarde al ritmo de rock and roll. Algunos comienzan a caminar hacia el lugar donde se dará el show, quieren ubicarse lo más cerca posible del escenario. Otros siguen al lado del fogón para soportar el


frío que sólo aguantarán por ver a Solari. “¿Se acuerdan del Guinness del asado más grande del mundo?”, comentó un chico frente a una parrilla, mientras se calentaba las manos. Hacía referencia a las 30 mil personas que batieron el récord en General Pico, en 2011. “Si vienen acá y ven cuántos estamos comiendo, ganamos seguro”, resaltó entre risas. La anécdota oída al pasar revela la magnitud del encuentro. Más de 120 mil personas pueden superar un Guiness por comer asado; la misma cantidad puede superar el número que juntaría cualquier banda tocando varias veces, incluso gratis. Cae la noche, el frío se siente más crudo que durante el resto del día, las primeras gotas congelan los rostros. Nada opaca la fiesta. Ahora sí, el grueso del público comienza a caminar hacia el lugar en donde se dará eso que llaman “la misa ricotera”. Entre remeras que se venden como souvenirs de un día inolvidable, los nuevos y los de siempre salen cantando con ese “agite” típico de la previa a un partido de fútbol. Eso es lo que encierra el fenómeno: una mezcla que va entre una manifestación social liberadora de todas las opresiones de la vida cotidiana y el fervor de cada domingo en la cancha.

En el camino, la variedad de público sorprende con casos como el de Jorge, de 55

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Patricio disco show Para entender los mundos que giran alrededor del Indio Solari, es necesario ir más allá del análisis musical y avanzar sobre lo cultural, social y político, piezas del rompecabezas que convocó a más de 120 mil personas en el Autódromo Jorge Ángel Pena de Mendoza. Los Redondos, de ser un grupo paracultural en los ’70, pasó a ser una banda under en los ’80. En los ’90, dieron el salto a la masividad, se convirtió en el refugio artístico y político de los jóvenes que eran excluidos del sistema ante el avance del neoliberalismo. Del 2000 en adelante, sin duda, pasó a ser la banda independiente más convocante de la escena rock nacional. Las “peregrinaciones” a los distintos lugares del país nacieron de la tragedia. El asesinato de Walter Bulacio y los enfrenamientos con la policía obligaron a los Redondos a tocar en espacios que ninguna otra banda había pisado. El neoliberalismo había dejado a los jóvenes sin lugares de participación y de pertenencia. Así fue que encontraron en el rock y el fútbol espacios de identidad. Fue así que se entrecruzaron culturas antes separadas y en los recitales se empezaron a escuchar cánticos futboleros que reemplazan el nombre del club por el de la banda. Las banderas y bengalas pasaron a ser parte del folclore. Lo que antes era un ámbito donde abundaba la represión, pasó a ser un espacio de masas, donde distintas generaciones mantienen vivo el espíritu de Patricio Rey, ese dios que movía a los músicos sobre el escenario y hoy moviliza a miles al lugar a donde toque Carlos Solari.

años, quien junto a sus dos hijos, Lucas (21) y Yamila (25), camina entre la gente. Cualquiera diría que es un fiel seguidor inculcando a sus descendientes el fanatismo por la banda, pero no. Son ellos quienes lo llevan. “Este es mi primer recital. Me enganché con el Indio y con Skay (Beilinson). Me encanta esta música, esto viene desde muchos años, no es un fenómeno de ahora”, comenta el hombre que viviría en pocas horas eso que llaman “el pogo más grande del mundo”. Jorge asegura que no escuchaba rock argentino en su juventud. Mientras Los Redondos tocaban, él escuchaba Led Zeppelin, Pink Floyd o Deep Purple. El hombre, que vivió los recitales de Junín y Tandil desde la preocupación del padre que deja solos a sus hijos, ahora estaba viviendo el misterio que encierra Solari, con ese hermetismo previo, típico de cada show. Lucas comenta que antes de llevar a su padre se aseguró de que no sea algo peli-


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música y unas letras que mantienen su calidad y su representatividad a lo largo de los años, sino de que los Redonditos pasan a simbolizar una sensación de pertenencia para una enorme masa de sus fieles, que se ven descartados por un gobierno menemista que los excluye de sus proyectos económicos y sociales”, argumenta Rosso. “Sin ningún mensaje demagógico, solo con el ejemplo de su música y sus palabras, que llegan a destino y tocan un nervio sensible en cientos de miles de fans, los Redonditos se convierten así en una especie de ‘estado sustituto’, un refugio de esperanza que va más allá de la música, la que, por otra parte sigue siendo ambiciosa, sigue explorando nuevas vías dentro de su estructura rockera –agrega--. Esa representatividad que adquiere la banda explica, en buena medida, el por qué enormes masas de gente joven los sigue de una ciudad a otra, a veces de un extremo a otro del país”. *****

groso. Si bien nunca lo vivió, hay quienes le contaron que en las épocas en las que tocaba Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, la cosa era complicada. “Ahora los nenes vienen con sus mamás, cosa que es increíble. Acá no hay rivalidades de fútbol, de política ni de cualquier gusto personal. Acá todo se comparte con una única pasión”, resaltó mientras continuaba la caminata. ***** Rocambole, que participó del comienzo de esta historia, cuenta que todo empezó como “una creación colectiva de gente que estaba dispersa por La Plata”. Herencia de la mítica Cofradía de la Flor Solar, una comunidad de artistas que “se fue dividiendo por la situación del país”, los temibles años previos al terrorismo de Estado (entre 1974 y 1976) donde “echaban a los profesores de la universidad y en donde pasaban cosas similares a las de

la Alemania del ’30”. “Empezamos a reunirnos en forma clandestina en El Club del Bucle, donde tocaban bandas y se hacían proyecciones culturales”, relata Rocambole. “Ahí se dieron esas deformidades organizadas que dieron origen a los primeros temas de los Redondos”. En los años previos a la recuperación democrática, agrega Alfredo Rosso, se produjo “una gran explosión cultural, no solo en la música, sino en el teatro, la comedia, la literatura, el cine”. En ese marco, explica, “los Redonditos pasaron a ser uno de los máximos exponentes de esta nueva corriente y sumaron seguidores cada vez más fieles”. La tercera transformación, sostiene, llegó en los ’90 cuando “los Redonditos adquieren la enorme masividad por la que se los conoció en la última parte de su carrera, con shows en estadios y en lugares híper-masivos”. ¿Cuál es la explicación de esa explosión? “Creo que hay que hablar no solo de una

Casi al inicio de la larga fila de micros, algunos fuegos continúan encendidos. Las banderas comienzan a descolgarse de las ventanillas, algunos las llevan en los hombros, otros las enrollan mientras repiten aquella letra que recuerda a Walter Bulacio. Unos cuantos miran atentos, sin poder creer lo que está pasando. Son los de “la primera vez”. Eduardo (21) viajó desde Pirané, Formosa. Camina con un amigo, quiere llegar y revelar ese misterio, descubrir él mismo si todo eso que le contaron antes de salir era cierto. “No puedo imaginarme nada, no tengo manera de explicar cómo me siento. Estoy sorprendido con la cantidad de gente que hay”, comenta el joven. Antes de que todo empiece, ya piensa en que va a llorar con el primer acorde. Y reflexiona: en ese lugar la cantidad de gente concentrada duplica al número de habitantes de su pueblo. Lo llamativo era la cantidad de niños y niñas que acompañados por sus padres iban a vivir el show. Entre ellos están Natalia (36) y su hija Tiziana (8). Ella


lleva a la nena “para que mame el rock desde chiquita”, explica a El Cruce. Pero lejos de estar a favor de la nueva movilización que genera el Indio Solari con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, piensa que nada es lo que era. Según ella, muchos llegan sin saber qué van a ver, o con el simple propósito de ir a tomar algo y al otro día ni acordarse de lo que vivieron. “Las cosas cambiaron, hay mucha joda, mucho pendejo. Ahora pesa más la

previa que el show”, asegura Natalia tras recordarse como adolescente, yendo ver a Los Redondos casi sobre la hora. ***** El ritual que gira en torno de cada show del Indio Solari, la concurrencia masiva ¿es la forma en que los fans de Los Redondos mantienen vivo aquél movimiento cultural del rock nacional? “El público de

“Fue el recital más rocanrolero” Pablo Sbaraglia es tecladista y guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, banda que acompaña al Indio Solari en sus presentaciones. En diálogo con El Cruce contó cómo vieron el recital de Mendoza desde arriba del escenario. -Acostumbrados a tocar para un público de 40 mil personas, ¿cómo se vive arriba del escenario pasar de ese número a más de 120 mil? -Entre 40 y 100 no hay diferencia. Si hay diferencia cuando es en un estadio como en La Plata o en Salta, donde ves mejor la cantidad de gente que hay. Cuando es llano, a lo Woodstock, se pierde la dimensión. Tomé real dimensión después, cuando vi las fotos aéreas. Al ser una escala tan fuera de lo humano cuesta darse cuenta lo que fue. Pero en lugares como en Mendoza desde el escenario logras ver hasta 100 metros, después se pierde un poco. -¿Cuándo viste las fotos que fue lo que pensaste? -Me resultó ajeno. No lo reconocí como algo propio. Me cuesta asociar ese mar de gente con lo que nosotros estábamos haciendo arriba del escenario. Fue algo realmente impactante.

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-¿Entonces desde el escenario se pierde un poco la visión de la cantidad de personas que hay cuando tocan en lugares como en Tandil o Mendoza? -La perdés y no. Nosotros en Mendoza nos asomamos cada tanto para ver y el comentario era unánime: “No se puede creer”. Con lo de la dimensión me refiero a que si nos hiciéramos carne de las historias de cada uno de los que fueron al show, porque tenemos devoluciones, nos cuentan que viajaron 20, 30 horas, que viajaron miles de kilómetros. Son historias tan vastas y tan sobrecogedoras que si tomara real conciencia de lo que representa, ni loco salgo a tocar. -¿Qué es lo que más le impactó del recital de Mendoza? -El frío, que fue muy crudo para el público y para nosotros. Eso terminó dándole un plus, porque si bien no fue la mejor actuación de la banda, fue un punto de inflexión para nosotros. Fue una prueba de fuego constante el salir adelante a pesar de las adversidades. Nos costó mucho disfrutar plenamente porque tuvimos que poner mucha energía y concentración para poder tocar. El público tuvo más dificultades, porque nosotros terminamos el show, nos subimos a la combi y en menos de media hora ya estábamos protegidos, pero ellos antes, durante y después tuvieron que combatir el frío. Poder hacer el show fue una epopeya para nosotros. Fue sin duda el recital más rocanrolero de los Fundamentalistas. En mi caso tenía los teclados empapados. El agua entraba entre las teclas, la guitarra estaba casi congelada y el riesgo constante de que los equipos dejaran de funcionar en cualquier momento.

los Redondos y del Indio Solari, que en última instancia es el mismo público, tiene sus rituales, sus cánticos, sus tradiciones, y las lleva consigo donde quiera que va”, dice Rosso. “Si sus fans son miles es porque el mensaje que reciben les sigue pareciendo coherente y esperanzado. He leído críticas descarnadas al Indio después del recital de Mendoza que no tienen fundamento. Para mí provienen de quienes ‘miran la fiesta de afuera’ y no pueden entender cómo, en una sociedad donde el discurso público de buena parte de los políticos, los medios de difusión y otros personajes del quehacer cotidiano se ha transformado en un desfile de banalidad pueril y de frivolidad, haya una burbuja de trascendencia, alegría y esperanza como la que transmitían los Redondos y que ahora sigue transmitiendo el Indio por un lado y Skay -no nos olvidemos de él, por favor- por el otro”, concluye. ***** Se acerca el final del día. Ya todos están dentro del autódromo, cantando a la espera. 21.40, se apagan las luces. Se escucha la voz en off de Solari. Suenan los primeros acordes, se trata de Luzbelito y las sirenas. No hay forma de que algo salga mal. El frío queda a un lado. Lo demás es historia ya contada. La noche de cristal comienza a hacerse añicos.


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Entrevista a Rocambole

Un producto de aquellas “deformidades organizadas” Carlos Cohen, conocido como “Rocambole”, formó parte de aquella comunidad hippie platense llamada Cofradía de la Flor Solar. En ese grupo, el artista plástico colaboró con sus creaciones dentro de un movimiento que privilegiaba el arte colectivo, sin normas y sin el ejercicio de poder de uno sobre otros. Allí comenzó gran parte de la historia del rock nacional, aquella en la que surgió Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, banda en la que las obras de Rocambole sellaron toda una estética que hoy se ve reflejada como ícono de la “cultura ricotera”. En diálogo con El Cruce, el ilustrador de célebres discos de los Redondos cuenta esa experiencia y la influencia de su trabajo en este movimiento que supera las fronteras de la música y se convierte en un fenómeno social. -Los discos de los Redondos tienen un concepto que encierra la totalidad del trabajo, ¿cómo comienza esa idea de lo colectivo en su arte en relación con otras? -El resultado dio en llamarse Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota pero al principio fue una creación colectiva de gente que estaba dispersa por La Plata. La Cofradía de la Flor Solar se fue dividiendo por la situación del país, en donde la gente de (el ex gobernador bonaerense ente 1974 y 1976, Victorio) Calabró exhibía las armas en las calles, donde echaban a los profesores de la universidad y en donde pasaban cosas similares a las de la Alemania del ’30. Empezamos a reunirnos en forma clandestina en El Club del Bucle, donde tocaban bandas y se hacían proyecciones culturales. Llegabas ahí porque te informaban mediante panfletos. A lo mejor estabas esperando un colectivo y pasaba alguien que te dejaba un papel en el bolsillo, así te enterabas de las actividades. Ahí se dieron esas deformidades organizadas que dieron origen a los primeros temas de los Redondos. Yo me empecé a encargar de hacer el vestuario de las bailarinas de los espectáculos, después me metí en la escenografía y después en entradas, volantes y discos de ellos y de otras bandas. -¿Y cómo fueron esos primeros discos? -En realidad, ellos no tenían el propósito de grabar sus temas, lo hicieron por pedido de la gente. Teníamos ideas conceptuales compartidas, todos veníamos de un trasfondo hippie, anarquista y orientalista, ideas con las que trabajé para esos discos. Además no se trataba de un grupo de jóvenes, era gente madura que hacía cosas con el fin de preservar su estado de ánimo en una época difícil del país. Fue una militancia organizada, nadie era de un partido, lo nuestro era un sentimiento natural de justicia. Todo se basaba en esas ideas. En cuanto a los trabajos de los discos, en el caso de los primeros no se trataba solo de diseñar. Las cajas de los discos se armaban por completo, se compraban las cartulinas, se armaban y se realizaban los diseños de una forma muy artesanal. -¿Cómo se llevó a cabo esta difusión que logró una gran cantidad de seguidores, aún habiéndose iniciado en esa clandestinidad de los ’70? -Creo que si juntás buena música, buena lírica y buenas imágenes todo es representativo y es ahí donde se puede enten-

der el fenómeno de los Redondos, no desde un solo costado. En principio el contexto histórico influyó. La propuesta fue no darle bolilla a los medios. Lo que proponía el sistema era triunfar en el mundo del espectáculo transando con todo lo que te proponía. Nuestra idea era contraria a esto: no acudir a los medios, no tener productor, no transar con una empresa ni desde el diseño, ni desde la música. -De todos los trabajos que hizo para los Redondos, ¿Hay alguno que considere que se destaca? -No puedo deslindar obras pero la imagen del esclavo con la cadena fue un fenómeno. No la hice con ese fin, la hice para una publicación en un diario y se transformó en una especie de hito. Siempre despotriqué contra las marcas y lo mal que hicieron a la conciencia estética del mundo. Por otro lado siempre estuve en contra del copyright, entonces no me preocupé por la copia, es algo colectivo y se transforma cuando llega a la gente. Es un icono. También entiendo que el hombre sigue siendo bastante tribal y que todavía la gente necesita aferrarse a algo para sobrevivir, a una propiedad cultural. Vi al esclavo trascender las fronteras, la gente me envía fotos con gente con la remera del esclavo en lugares como la Capilla Sixtina o un dibujo en un baño en Jerusalén.


ENTREVISTA CON CAROLINA REYNOSO

El aborto

en documental Por Gabriela Naso

La cineasta habla sobre “Yo aborto. Tú abortas. Y todxs callamos”, que reunió su historia personal junto a la de otras seis mujeres que decidieron interrumpir sus embarazos en forma voluntaria. Una problemática que pone en evidencia la necesidad de elaborar una ley para evitar el desamparo, el negocio de la

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clandestinidad y la muerte.


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“Yo decidí abortar. Sentía que no podía seguir con ese embarazo y lo hice a pesar de todos los obstáculos que tuve que sortear”, admite Carolina Reynoso. Hace años decidió interrumpir su embarazo y tuvo la suerte que muchas otras mujeres no: está viva para contarlo. Las razones que pueden llevar a una mujer a practicarse un aborto son varias y las condiciones en las que estas prácticas se llevan a cabo están lejos de ser aceptables. Pero, a pesar de ser ilegal y de realizarse en forma clandestina, son miles las mujeres que lo hacen. Esa experiencia, de la que en un principio Reynoso no se animaba a hablar, terminó impulsándola a guionar y dirigir el documental “Yo aborto. Tú abortas. Y todxs callamos”, que reúne su historia junto a la de otras seis mujeres que en algún momento de sus vidas decidieron interrumpir su embarazo de forma voluntaria. A los 35 años, Reynoso considera que haberse practicado un aborto fue “la primera decisión autónoma” que tomó sobre su cuerpo. -¿Cómo surgió la idea de hacer un documental sobre el aborto? -En una clase de cine documental empecé a pensar en la necesidad de que haya un documental cinematográfico profesional que hable sobre el derecho al aborto. Unos años atrás me había realizado un aborto en condiciones de clandestinidad. Lo había pasado bastante mal. Lo viví con mucha culpa. Tenía mucho miedo de morirme o de ir presa. Entonces había menos información que ahora y los médicos a los que fui para que me la den me la

negaron. En ese momento pensaba que era yo sola, pero cuando empecé a contarlo me di cuenta de que éramos un montón de mujeres las que estábamos silenciadas. Aunque cuando se abría un espacio donde podíamos contar nuestra experiencia, la contábamos, la compartíamos y la podíamos resignificar. Ahí dije: “Sí. Es acá donde es necesario un documental”. -¿Cuál es el enfoque? -Se decidió que el eje sean los testimonios de las mujeres que abortaron y a partir estos derribar mitos y también humanizar a estas mujeres. Porque siempre se habla de las mujeres que abortan en cifras y nunca se nos da nombre, nunca se nos pone un rostro, nunca se nos adjudica una historia. Por eso en la película todas contamos un poco lo que hacemos. Más allá de que somos mujeres que decidimos abortar, también somos mujeres militantes, tenemos un trabajo o queremos transformar el mundo. -¿Cómo fue la tarea de conseguir a las protagonistas? -Fue todo un trabajo conseguir a estas mujeres, pero a la vez no tanto como uno podía pensar antes de comenzar a buscarlas. Porque vos decís: “¿Quién va a querer mostrar su cara, dar su nombre y decir que abortó?”. Pero cuando hay algo que está muy silenciado y se les da la posibilidad a esas personas de decirlo, de contarlo y de significarlo como una decisión autónoma, no se hace tan difícil. También, lo que lo facilitó bastante fue la militancia propia y de otras compañeras, porque mediante sus


contactos fuimos accediendo a mujeres que habían abortado y que querían contar su experiencia. Por ese lado fuimos llegando a diferentes mujeres con diferentes historias y formas de transitar el aborto. Era muy importante para nosotras que no sean sólo de Capital Federal, así que hay mujeres de muchos lugares de nuestro país. -En Argentina el aborto es considerado un delito, ¿eso te hizo tener que elegir a mujeres cuyo caso ya hubiese prescripto? -Eso fue lo primero que nos dijeron cuando nos empezamos a asesorar legalmente. En general no pedíamos eso, porque directamente no se menciona en qué momento puntual fue el hecho. En general no ahondamos en eso, sino en la experiencia misma y por qué esa experiencia fundamenta la necesidad de que se legalice el aborto. -¿Por qué decidiste incluir tu experiencia en la película? -Cuando empezamos a hacer el documental decíamos: “Las mujeres sí o sí tienen que dar su cara. No pueden estar tapadas ni dadas vuelta, ni cambiarse el nombre, porque hacer algo de eso sería avalar siglos de silenciamiento y de oscurantismo, como

La verdad detrás de cada mito RUTH GUZMAN DÁVALOS. Fotógrafa de nacionalidad boliviana que vive en Buenos Aires, Argentina. Mediante su testimonio se rompe con el mito: “El aborto es peligroso y siempre causa trastornos a las mujeres que recurren a él”. CECILIA “CHECHA” MERCHAN. Ex diputada, referente de la colectiva “Las Juanas”. La entrevista transcurre en su Córdoba natal. El testimonio de “La Checha” pone en cuestión el mito: “Las mujeres que abortan son irresponsables y egoístas”. SILVIA “KETTY” SCHEIDER Y GLADYS PANIZZI. Ketty es psicóloga y profesora. Gladys es psicóloga social. Residen en Bahía Blanca, pero fueron entrevistadas en Sierra de la Ventana donde usualmente vacacionan. Mediante su testimonio deconstruyen el mito: “Penalizar el aborto sirve para eliminar su práctica”.

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VERÓNICA LOPEZ. Es murguera y ama de casa. Vive en el barrio Saldías de la Ciudad de Buenos Aires con sus cinco hijos y su compañero. Mediante su testimonio se discute el mito: “La educación sexual incrementa los embarazos no deseados y los abortos”. RELMU ÑANKU. Es referente de la comunidad mapuche y vive en Portezuelo, en la provincia de Neuquén. Su testimonio rebate el mito: “Todas las mujeres que abortan son solteras”.

reafirmando que tenemos algo que ocultar”. Entonces dije: “Yo también me realicé un aborto, así que yo no puedo quedarme, de algún modo, protegida detrás de una cámara y pedirle a ellas que se expongan”. Por un sentido ético yo sentía que tenía que ponerme delante de cámara y luego nos dimos cuenta de que era súper enriquecedor. Yo no era una mera entrevistadora, sino una mujer que se juntaba con otras mujeres para reflexionar sobre un tema que nos compete a todas, las que hemos abortado y las que no. -¿Para cuándo tienen previsto hacer el estreno oficial del documental? -Tenemos pensado hacer el estreno oficial los primeros días de noviembre. Esa es la fecha prevista por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). -¿Crees que pueda llegar a circuito comercial? -La verdad que no. Las salas comerciales son difíciles de llegar para cualquier película argentina. Ni hablar para cualquier documental y ni hablar para un documental sobre el aborto. Ojalá alguna sala tuviera la visión de ver que éste es un tema que interpela a muchas personas, a las que están de acuerdo y a las que no, y que es necesario para que dejen de morir mujeres por una práctica médica que debería estar garantizada y asegurada por el Estado. No creo que llegue a una sala comercial, pero tenemos la ventaja de tener el apoyo del INCAA y por eso estar en sus salas de Capital Federal y de todo el territorio nacional. Así que vamos a llevar la película a diferentes lugares. -¿Cuál es el rol que deben adoptar las mujeres y los hombres en la lucha por la legalización del aborto? -Tanto las mujeres como los varones tenemos que apropiarnos de esta lucha para que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos y para que las mujeres pobres dejen de morir y


Carolina Reynoso nació en Punta Alta en 1977 y en 1996, luego de terminar el secundario, se mudó a la Ciudad de Buenos Aires, donde reside hoy. Egresó de la carrera “Dirección de Cine y Video” en el Centro de Investigación y Experimentación en Video y Cine (CIEVYC) en el año 2008. A su vez, se encuentra realizando la tesis para la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social con orientación en Comunicación Comunitaria en la Universidad de Buenos Aires. En 2010, su proyecto documental como guionista y directora, “Yo aborto, tu abortas, todxs callamos” ganó el subsidio para Desarrollo de guión del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). En 2011 aplicó y ganó el premio de la misma institución a la producción de proyectos documentales con registro en soporte digital, el cual se preestrenó en mayo de 2013 en el marco del Festival Mujeres en Foco. En la actualidad realiza servicios de producción, asistencia de dirección y seguimiento de proyectos para las productoras Cruz del Sur CINE, Insomnia Films y Sigil, entre otras.

quedar internadas por realizar una práctica médica que en condiciones de legalidad es muy sencilla. Si bien el aborto pasa por el cuerpo de las mujeres, los hombres tienen que acompañar en esta lucha. La legalización del aborto no habla sólo del aborto, sino del derecho que tiene cada uno y cada una de hacer con su cuerpo lo que crea necesario. La mujer que está decidida a abortar lo va a hacer aunque ponga en riesgo su vida, su libertad y su patrimonio. Lo que tiene que garantizar el Estado es que cada una de esas mujeres no ponga en riesgo su vida por decidir sobre su cuerpo. -¿Creés que en el futuro se legalizará el aborto en el país? -Seguro que vamos a tener la ley. Las mujeres, el movimiento de mujeres feministas y las organizaciones sociales estamos luchando para esto y no vamos a bajar los brazos. Creo que hay que lucharlo más que nunca, porque están las condiciones dadas, aunque haya de repente un cholulismo papal dando vueltas. Ya se han promulgado otras leyes muy importantes con relación a los derechos de las personas, como la del Aborto No Punible, la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Género. Esas leyes salieron por la militancia en la calle. A pesar de que hay una cierta abertura política que lo permite, los que ganaron estas leyes fueron las organizaciones sociales, las mujeres, los feministas que salimos a pelear a la calle. Creo que la legalización del aborto se va a dar en el mismo sentido. -¿Qué se siente al poder decir “yo aborté y no soy ninguna criminal”? -A nivel personal es un cierre de un tema que lo venía resignificando. A nivel militante y profesional, como cineasta, es muy importante, porque, como yo lo veo, el arte tiene que estar en función de la transformación de este mundo. Compartir mi película con otras personas, que se emocionen, escuchen, se acerquen y me digan: “Me hiciste pensar sobre este tema, voy a ha-

blarlo con mi mamá” o “voy hablarlo con mi hija”, es algo que no te lo paga nada. Son experiencias que uno se lleva y que te den ganas de seguir trabajando y de seguir militando. Compartir la película con las personas y decir: “Yo aborté”, y que te puedan mirar a la cara, eso es militar. Y la verdad que hasta ahora me ha dado sólo satisfacciones.

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Perfil


EL ANTIPERONISMO EN LA LITERATURA II

‘Casa tomada’, metáfora del país estancia Por Horacio Raúl Campos

Julio Cortázar se refiere en este relato a la, aunque en forma metafórica, al cambio de paradigma que afecta a las clases acomodadas a partir de la llegada de Perón al poder. Esta mirada del gran escritor se reitera en varias de sus obras. A fines del ’60 adopta una posición más latinoamericanistas y

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más moderada respecto al peronismo. Hay una vasta literatura a favor y contra el peronismo. La última tiene como rasgo casi común ser el racismo. Cortázar escribió varios textos, no inscritos en la cultura popular, contra ese movimiento político. Es muy común observar a peronistas que se deshacen en homenajes a ese escritor nacido en Bélgica. Sabedores de que a Cortázar el peronismo le resultaba abominable. ¿Será producto de la famosa reconciliación nacional? Entre los relatos de ese escritor figura ‘Casa tomada’, el más famoso de ese género. Escribió también otros de esa misma índole: El pésimo y desgraciado poema ‘Patria’ y los relatos ‘Gardel’, ‘Cada cual’, ‘Las puertas del cielo’, ‘Los premios’, ‘Ómnibus’, ‘Las babas del diablo’, ‘El veneno’ y ‘La banda’; y la novela de rasgos discriminatorios El examen, escrita en 1950, pero publicada en 1986.

El cuento ‘Casa tomada’ se lo debe leer como una metáfora del país estancia, que el peronismo ‘toma’ y pone en peligro a partir de la década del ‘40. El cuento se sitúa en una vieja casa patricia, un poco venida a menos: “Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos (…)” y después bosteza: “Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia”. El silencio fue roto por el bárbaro ruido del peronismo. Cortázar metaforiza y se lee la Argentina agroexportadora; el país como inmensa estancia, silenciosa y limpia. Porque el país sencillamente después del 45 se empieza a ensuciar con la presencia de ‘negros’. Vivían allí, solos, el narrador y su hermana Irene, “una chica nacida para no molestar a nadie”. Pasaban sus días sólo entreteni-

dos con la limpieza de la casona, cocinando, ella tejiendo y él yendo a comprarle madejas para ese cometido y de paso se daba una vuelta “por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa”. Los personajes son dos parásitos que viven de la renta de la tierra: “No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba la plata de los campos y el dinero aumentaba”. “La casa era muy grande”, escribe después. En ella hay una biblioteca, una sala con gobelinos, pianos y muebles en general; mármoles, zaguán con mayólica, living central y ambientes divididos por gruesas puertas de roble. “Era hermoso”, recuerda el narrador.

Cerrojo contra el peronismo Pero la plácida política dictada por las vacas y los granos una vez llega a su fin: “(…) daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo (…)”. Es “un ahogado susurro de conversación”. Ante ese ruido, “me tiré contra la puerta antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro


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lado y además corrí el cerrojo para más seguridad”. Es tarde para cerrojos. Así la oligarquía y sus intelectuales se guarecen en una parte del país que les queda. Tienen razón de sentir horror porque son los propietarios de la casa-país-estancia y porque ahora “han tomado la parte del fondo”. “Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca”. Pena y también tristeza sienten ante la toma de la casa. Ante ese hecho político, aludido en la ficción, de todas maneras, ellos sienten alivio porque así tenían más tiempo para sus quehaceres domésticos. “Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar”. No se puede vivir sin pensar, pero el odio de los personajes ante la incautación sorpresiva de la casona colonial hace que maten su razonar. “Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor”, escribe luego. Soñaba con el peronismo que, para la visión de mundo de Cortázar, se trata de una pesadilla.

El lugar de los negros Después los furtivos ocupantes pasan del fondo de la casa, grande como toda casa del patriciado que sueña con el siglo XIX, a otros espacios: “Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo, casi al lado nuestro”. “Los ruidos se oían más fuertes pero siempre más sordos, a espaldas nuestras. Cerré de golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán”, relata después. -¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? – Le pregunté inútilmente. - No, nada. Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. El relato termina así: “Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que estaba llorando) y salimos a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a

esa hora y con la casa tomada”. Las últimas líneas del texto aluden a que siempre será mejor que un pobre diablo incapacitado para organizarse políticamente entre a robar, antes que la chusma que sigue a un coronel, que tiene el tupé de casarse con una actriz de tercer orden, quien a su vez se transforma en un ‘látigo’ para las damas de beneficencia. Entonces, los dos abandonan voluntariamente la casa. Es la conducta que Cortázar adopta en la vida real, que se va a vivir a París. Francia es la patria espiritual de muchos escritores argentinos y la Argentina es para ellos la chacra donde pueden tomar leche fresca.

Tacho de basura y cocineras Cortázar deja de metaforizar en el poema ‘La Patria’ y pasa al combate y a la diatriba: “(…) tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en la bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio (…)”. La alusión a la muerte de Evita es obvia. Después se compadece de los ocupas de la casa: “Pobres negros que juntan las ganas de ser blancos, pobres blancos que viven un carnaval de negros”. El racismo en todo su esplendor. Otro relato burlesco contra el peronismo es el que tituló ‘La banda’ incluido en Final del juego (1956). En esta ocasión la indignación está en boca del personaje Lucio Medina, que a raíz del peronismo renunció a su profesión y se fue del país. Es un alter ego de Cortázar. Ocurre que Medina, patriarcal y eurocéntrico como su creador, va al Cine Opera. Una vez allí, mientras lee Crítica, nota que “había algo ahí que no andaba bien, algo no definible. Señoras preponderadamente obesas se diseminaban en la platea, y al igual que la que tenía al lado aparecían acompañadas de una prole más o menos numerosa”. Escribe después que a Medina “le extrañó que gente así sacara plateas en el Opera, varias de cuyas señoras tenían el cutis y el atuendo de respetables cocineras endomingadas (…)”. Se suman “grupos de señoritas venidas con lo que en Villa Crespo o el Parque Lezama estiman elegante”. El que dirige la banda de música que toca en el cine tiene “un aire de coleóptero”.

Pero a Medina no era eso lo que lo irritaba sino que “había otra cosa más profunda”. Los efectos de las políticas sociales del peronismo: “Una serie de elementos anómalos sueltos, los espectadores inapropiados”. Se trata de otra versión de casa tomada. Pero como el relato es escrito en el 56, entonces festeja el 55: “Por suerte era otra vez Lucio Medina”. La pesadilla quedó atrás. Ese rencor hacia el peronismo Cortázar lo había suavizado hacia 1973, cuando hizo declaraciones más moderadas. También por entonces adoptó posiciones políticas menos europeizantes y más latinoamericanistas, quizás a la luz de la ebullición del continente en aquel entonces. Aunque ya no regresó a posturas tan radicalizadas, una vez restaurada la democracia en nuestro país, Cortázar, en 1984, seguía manifestando sus prevenciones respecto al peronismo. Bibliografía -Cortázar, Julio, ‘Casa tomada’, en Perón Vuelve, (Sergio S. Olguín, compilador.), Buenos Aires, Norma, 2000, pp. 21-28. - ‘La banda’, en Final de juego, Buenos Aires, Punto de Lectura, pp. 107-113. ‘La Patria’, en La vuelta al día en ochenta mundos, México, Siglo XXI, 1967.


El lector insolvente

Por

leotorresi

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Un gato que aprendió a hablar y otros cuentos crueles Una Selecciones edición italiana (¿quién dijo que son libros? ¿es esto el imperio del lomo cuadrado?); uno de La Tía Julia y el escribidor. Aliento esperanzas. No voy a parar hasta encontrar algo, o -para instalar algún límite material: no tenemos toda la vida- hasta que aparezca uno de Silvina Bullrich. Está Pizza con champán a veinte pesos. Eso nos indica lo lejos que estamos del menemismo. Cuando la obra fue un best-seller, veinte pesos es una medida de tiempo elocuente. Sigue una fila de 15 libros, muy apretados, difícil para identificarlos; agarrar con los dedos y levantar cada libro, uno por uno, es perder mucho tiempo. Así no rinde. Perder tiempo es parte de la insolvencia, y la insolvencia es una condición del lector. Pero no es un fin. Está El capital, pero se trata de una “versión reducida”. Y uno de Silvina Bullrich, Los pasajeros del jardín. Nunca falla. Los libros de Silvina Bullrich que aparecen en los cajones de usados pertenecían personas que murieron. Sus hijos, con departamentos más chicos y ningún interés por Slvina Bullrich o por nada que abulte; muebles, camas que no son sommier, ningún ineterés por nada de nada, fueron y vendieron los libros. Otras hipótesis son posibles pero entre las desagradables esta es la única segura. Y en la línea de lo macabro, producto de un bonus de intención antes de abandonar el local y al precio heroico de 12 pesos, encontramos un libro de Saki, La telaraña y otros cuentos. Inglés nacido en Birmania, Saki se agarró la malaria, dejó sus funciones como policía y se dedicó al periodismo y la literatura. Las solapas informan cosas como que los cuentos de Héctor Hugh Munro (el nombre verdadero) reflejan las costumbres decadentes de la sociedad victoriana, la de la época en que vivió, aquella que mientras almacenaba pieles de perdiz en las cámaras frigoríficas se dedicaba a jugar al bridge y a la maledicencia. Una operación literaria de Saki podría ser esta: meterse a intervenir en la trama con pelaje de animal. Como el gato Tobermory, a quien (sí, sería “a quien”) un tal Cornelius Appin le había enseñado a hablar. Y el gato se expresaba sin barreras.”Cuando se sugirió que lo invitaran a esta fiesta, Sir Wilfrid alegó que usted era la persona más mentecata que conocía”, soltó, por ejemplo, delante del Sir y la Mrs aludidos, durante una cena de camaradería a orillas del canal de Bristol. Eso pasó a ser nada cuando en la residencia cayeron en la cuenta de que el gato que habla era el mismo que todas las noches

apoyaba tranquilamente la nariz contra las ventanas de las alcobas. “¿Por qué no va a experimentar con el ganado o con el elefante del zoo, animales que están bajo debida protección?”, lo instaron al docente. A Mr. Appin el consejo le costó una muerte trágica. Si existía un gato parlante ¿por qué sorprenderse de la actitud de un herbívoro grande y con trompa que había salido a matar con el suficiente móvil de resistirse a aprender la conjugación de los verbos en alemán? Puede ser que Saki, a menos de 100 años de su muerte (fue en 1916, en la guerra, víctima de un francotirador), ya esté integrando la lista de los escritores con destino de olvido. Tuvo un par de firmas militantes. “Saki da un tono de trivialidad a relatos cuya íntima trama es amarga y cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de énfasis puede recordar las deliciosas comedias de Wilde”, lo ubicó Borges. Roald Dahl (el de Matilda), considerado su continuador más notorio, le dedicó esta línea: “Sus mejores historias son siempre más bellas que cualquier obra maestra de cualquier otro escritor”. Tomá.


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Lecturas de verano y música por siempre Por Andy Kusnetzoff (*) La lectura es algo que me gusta, pero puedo dedicarle tiempo con continuidad sólo en verano y en las vacaciones. Durante el resto del año me desconcentro. Para esos momentos de mayor relajación elijo novelas como “Tokio Blues”, de Haruki Murakami, o algo más tradicional como “Travesuras de la niña mala”, de Mario Vargas Llosa. Dos obras que comparten miradas sobre la sexualidad y las relaciones de pareja. En la misma línea también recomendaría “El cazador oculto”, de J. D. Salinger, otro libro que logra despojarse de los tabúes audazmente. Por otro lado, para salir un poco del plano ficcional, me resultó muy interesante “Galimberti”, la historia del guerrillero montonero relatada por Marcelo Larraquy y Roberto Caballero. A partir del desarrollo de ese personaje particular, lograron representar una época transcendental de la historia argentina. Para el resto del año, cuando la lectura ya no se convierte en una práctica común, consumo otro tipo de cultura. Por ejemplo, el último documental de Alison Ellwood sobre The Eagles, la eterna banda californiana

Disco Disco

de los ’70, también es una obra con un material muy rico y altamente recomendable.

*Periodista y conductor de radio y televisión. Actualmente conduce el programa “Perros de la calle” en Radio Metro.

Libros Libros

Júbilo

El último milagro

Sofía Viola

Horacio Convertini

La cantante de Remedios de Escalada, con apenas 24 años, lanzó su tercer disco. Tras abrirse camino con Parmi (2009) y Munanakunanchej en el Camino Kurmi (2010), Viola vuelve a hacer gala de su histrionismo y coloca su voz potente al servicio de una interesante y desfachatada fusión de folclore, blues y jazz. Para pispear y disfrutar: http://sofiaviola. bandcamp.com/releases

Engaños, peleas, negocios turbios, barrabravas y hasta asesinatos. Todo eso ocurre a lo largo de una historia vertiginosa que encuentra a Racing otra vez al borde del descenso. Ganadora del concurso de Novela Negra de la Editorial Del Nuevo Extremo, la trama funcional como una excelente pintura de los usos, abusos y costumbres (de las buenas y de las malas) del fútbol argentino.

Cine Cine Imágenes paganas Sergio Costantino

Documental sobre Federico Moura, voz y líder de la banda Virus que revolucionó la escena del rock argentino en los 80. Costantino, que había codirigido “Buen día, día” (2010, sobre Miguel Abuelo) junto a Eduardo Pinto, recorre la vida y obra del cantante a través de los testimonios de su entorno íntimo. Todo acompañado por una audaz ficción en forma de clips para recrear las canciones fundamentales del grupo.


OTRA HISTORIA

Por Germán Ferrari

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Primer número (I) “Aquí, en la luz y en las sombras, imagen de seguridad… La ciudad vertical estira la alucinante perspectiva de la noche. Miles de sueños nacen y mueren en la peculiar Buenos Aires, ciudad cosmopolita y austral. La Policía Federal está a su pie, con su brazo azul, allí donde aceche la sinrazón de la violencia…” El lector de la revista PFA-Mundo Policial se encontró con esta frase en la contratapa del número uno, fechado en noviembre-diciembre de 1969, tiempos de la autodenominada “Revolución Argentina”. El dictador Juan Carlos Onganía aún permanecía en el gobierno; le faltaban pocos meses para despedirse de la Casa Rosada. PFA-Mundo Policial le dedicó dos fotos en sus páginas interiores de ese primer ejemplar. La intención de las autoridades policiales era que esa publicación bimestral –que no aceptaba pauta publicitaria de empresas privadas– estrechara lazos no solo entre los integrantes de la fuerza y sus familias, sino también con la sociedad en general. Por eso se atrevía a la venta callejera –150 pesos moneda nacional–, además de contemplar las suscripciones, y a una oferta variada en el contenido. Las cien páginas inaugurales ofrecieron notas sobre una “escuadra antipunguista”; la actividad de la delegación de Interpol en Buenos Aires; la implementación del “capicúa” 101 para emergencias por parte del Comando Radioeléctrico; un homenaje a Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes; la nueva legislación sobre delitos en el deporte, que apuntaba al soborno, la incentivación y los estimulantes; un panegírico de Edgard Hoover, director del FBI; y un pronóstico: “1970. Fin de los asaltos a entidades bancarias”, entre otros temas. La literatura hizo la venia en este primer número con “Crónica para la muerte de un policía”, un poema de Julio Arístides Palópolo; “El loco Coraza”, un cuento de Enrique Goldar; una entrevista al oficial inspector y escritor Eugenio Juan

Zappietro, que recomendaba leer tanto a Vargas Llosa como a Cortázar; un artículo sobre el lunfardo, “la jerga de las cárceles”; y hasta una sección sobre el buen uso del castellano. Había recomendaciones de libros, acuse de recibo de revistas y fragmentos de notas de diarios sobre asuntos policiales. Y el lector también podía encontrar crítica de cine (Madigan) y de series de TV (Los vengadores), todas vinculadas con el mundo del hampa. En la sección “Devenir metropolitano” se agrupaban informaciones breves sobre distintas acciones de la Federal: “N.J.R.B. llevaba en su portafolio propaganda extremista. Al ser detenido se resistió y

comenzó un tiroteo, resultando herido y secuestrándosele el arma empleada (Seccional 5)”; o “la Sección Seguridad Personal detuvo a Ch. H.L. y a C.C. quienes en restaurante de la calle Reconquista habían creado una organización con casi 40 mujeres para beneficiarse con su prostitución”. Y en las páginas finales, humor policial: - ¿Quiénes son ustedes?’, le preguntó el monaguillo a los ladrones que habían entrado a la iglesia. -Silencio –le respondieron– somos los ángeles. -¿Y por qué no vuelan? -Shhh –contestaron– somos pichones…




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