El ARTE DE AGRADAR ES EL ARTE DE ENGAÑAR.
By Samara Pérez - @Samaraoficial1
En uno de mis viajes, leí un artículo en el avión sobre el engaño y me llamó mucho la atención esta frase: El arte de agradar es el arte de engañar. Marqués de Vauvenargues Me quede pensando en esta frase todo el día y me preguntaba: ¿Cuántas veces hemos sido engañados comprando cosas que aparentemente se ven de buena calidad pero terminan siendo un fraude? Enseguida recordé una historia de engaño que Jesús vivió junto a sus discípulos que encajó muy bien con esta frase. Mateo 21:18-19 nos cuenta: Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre. Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera: —¡Nunca más vuelvas a dar fruto! Y al instante la higuera se secó desde la raíz. La higuera es un árbol frutal del género Ficus de origen asiático que se ha propagado por la zona Mediterránea y por otras zonas del mundo. Es un árbol con historia: hace 4.500 años, los egipcios ya la recolectaban, como se observa en los jeroglíficos propios de esta antigua civilización.
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Las higueras son considerados árboles de frutos abundantes y deliciosos; pero en esta ocasión Jesús fue engañado por la apariencia de la higuera. El hecho de tener muchas hojas cautivó la atención de Jesús; que en ese preciso momento tenía hambre; y “sus hojas” fueron como una invitación especial para ir a buscar frutos entre sus ramas y así saciar su hambre. Lo que enojó a Jesús en ese momento no fue; el no haber encontrado Frutos; sino haberse sentido engañado; al no encontrar nada entre sus hermosas hojas. ¿Cuántas veces en la vida; nos hemos acercado a cosas, lugares; personas; proyectos; que solo aparentan hermosura, pero no hay frutos en ellos? En esta historia encontramos que la apariencia de la higuera; era solo para engañar a los que se acercaban a ella. Cuando un árbol frutal no puede dar frutos, simplemente perdió su propósito. De igual manera; cuando un ser humano no es capaz de reconocer su asignación de vida, mantener sus valores, tomar responsabilidad por sus acciones y ser productivo para su sociedad; simplemente “tiene hojas”, pero ha perdido su propósito de vida.