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Columna LO QUE SE OYE, lo que se dice...
FRANCISCO AVILÉS SÁNCHEZ faviles56@yahoo.com
EL PRESIDENTE mexicano, ya en otros asuntos, ha mencionado varias veces que no es posible continuar ampliando la producción de cerveza y de leche en el norte del país, debido a la escasez de agua. En la Comarca Lagunera repitió recientemente que la alfalfa que se usa en la alimentación del ganado utiliza demasiado riego, por lo cual se tratará de convencer a los productores de que ya no hagan crecer sus hatos, pues de otra forma el gobierno va a tener que “tomar decisiones enérgicas y estrictas”. No queda claro cuál es la relación con la cerveza, pues las plantas modernas de este producto reciclan el agua que utilizan en sus procesos, pero tal vez el señor Obrador quería recordar a sus oyentes que hace poco ordenó una de sus “consultas” para hacer abortar el proyecto de una gran cervecera que ya estaba avanzada en Mexicali, perdiéndose una gran inversión y de paso abultando las deudas que hemos contraído los contribuyentes por concepto de reembolsos e indemnizaciones derivados de las fobias y ocurrencias presidenciales, como esa tan onerosa de cancelar el aeropuerto de Texcoco. El caso es que ahí queda la advertencia a los ganaderos lecheros. El presidente dijo también que, si quieren producir leche, pueden hacerlo en el sureste, donde abunda el agua. Saltan la vista varias cosas. Una, la baja estima que tiene por los productores privados, sean de cerveza o de leche –o de cualquier otra cosa–, no importando que aquello que producen tenga un alto valor como alimento, como bien de exportación o como fuente de empleo. Otra, la manera tan fácil de condenar una actividad centenaria como la lechería de zonas áridas, que se da en la Laguna, pero también en el valle de Mexicali y en otras cuencas lecheras menores regadas por todo el norte, cuya existencia ahora parece amenazada por consultas tripuladas desde la capital del país. Es cierto que el sureste posee ciertas ventajas, y aquí mismo hemos señalado varias veces que el crecimiento de la lechería deberá darse sobre todo en las regiones tropicales. Pero, como lo han advertido los dirigentes de la Federación Mexicana de Lechería y otros conocedores del tema, el agua no basta. Se necesitan un ganado y un forraje adecuados a esas zonas, infraestructura de acopio, procesamiento y comercialización, y sobre todo capacitación de ganaderos, vaqueros y veterinarios en producción de leche. Hizo bien el señor Obrador en ordenar la creación de cuencas lecheras en el sureste; ojalá las apoye como se requiere. Pero de eso a satanizar las cuencas que operan desde hace muchas décadas hay un tramo enorme. A ésas habría más bien que ayudarlas para que solucionen sus problemas de escasez de agua, no amenazarlas con destruirlas…
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UN GRUPO de organizaciones de productores agropecuarios estadounidenses enviaron una carta al secretario de Agricultura de su país, Thomas Vilsack, y a la representante comercial, Katherine Tai, en la que “acusan” al presidente de México de deteriorar con sus políticas las relaciones entre las dos naciones, situación que persiste desde la llegada al poder del señor Obrador y que no ha mejorado ni siquiera con la conclusión de las negociaciones para el nuevo acuerdo comercial que tienen ambas con Canadá. Se quejan principalmente del decreto de finales de 2020 para que se elimine en nuestro país el uso de glifosato y del maíz genéticamente modificado o “transgénico” para el consumo humano, así como de las nuevas reglas de etiquetado de alimentos y de “una campaña del gobierno en México para restringir las importaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos atacando la reputación de los productos importados, calificándolos de perjudiciales para la salud de los consumidores mexicanos”. Consideran que algunos de los bienes y servicios estadounidenses más afectados son el maíz, los cárnicos y las certificaciones tecnológicas y de exportación, y señalan que las políticas mexicanas “carecen de una base científica sólida”. Entre la treintena de organizaciones firmantes de la carta se encuentran la Asociación de la Industria de Alimentos, la del Comercio de Semillas, el Consejo de Cuero y Pieles y las asociaciones de productores de papa, de leche y de derivados lácteos. Hasta aquí no vemos por parte de México más que iniciativas similares a las que hemos sufrido por parte del vecino, como la “Ley COOL” contra la carne mexicana, el sello “Dolphin Safe” en la pesquería y, últimamente, la reclasificación de regiones en la campaña contra la tuberculosis bovina, todas ellas difícilmente apoyadas en “bases científicas sólidas” pero que afectan al comercio alimentario mexicano. Las cosas, sin embargo, parecen estar subiendo de tono y mostrando una actitud muy renuente –y potencialmente peligrosa– del señor Obrador contra el nuevo gobierno estadounidense, muy distinta a la de respeto y aun obsecuencia que mostraba ante señor Trump. Está como ejemplo la participación de nuestro presidente en la reciente teleconferencia cumbre sobre cambio climático convocada por el señor Biden, a la que se conectó sin suspender su “mañanera” para escuchar lo que decían los demás participantes (nada menos que los presidentes y primeros ministros de todos los países importantes del mundo), sino sólo haciendo en ella un paréntesis cuando llegó su turno. Y entonces, para colmo, volvió a proponer su idea de llevar el programa Sembrando Vida –el cultivo de árboles maderables y frutales por parte de los campesinos a cambio de una mensualidad en efectivo– a Guatemala, Honduras y El Salvador, pero pagado por los Estados Unidos, que además se comprometería a dar a los beneficiarios, luego de unos pocos años, la visa y la ciudadanía norteamericanas. Nada menos. En su empeño de asignarle tareas incómodas al señor Biden, que enfrenta una fuerte presión antiinmigante en su país, nuestro presidente olvidó que uno de los objetivos principales que él mismo le atribuye a Sembrando Vida es que la gente se arraigue a su terruño para que no tenga necesidad de emigrar. Cabe mencionar que funcionarios estadounidenses ya le habían hecho notar al señor Obrador que tal idea no era procedente y que la cumbre no trataría sobre migración, sino de cambio climático, por lo cual queda la impresión de que él está tratando con su insistencia de crear un problema donde no existe…
UN DATO preocupante, procedente del mismo Grupo GCMA, es que en el primer bimestre las importaciones de cárnicos se redujeron 13.9% en volumen (y 11.2% en valor: 617 mdd) respecto al mismo bimestre de 2020. El mayor porcentaje de reducción de las importaciones ocurrió en la carne bovina, que llegaron a sólo 31,950 toneladas (6.9% menos que en el mismo periodo del año anterior), con un valor de 186.9 mdd (13.9% menos). En general no es mala noticia para el ganadero que se reduzcan esas importaciones, pero decimos que en este caso es preocupante porque tal reducción no está compensada por un aumento similar en la producción nacional ni por un movimiento significativo en el volumen de las exportaciones. Esto indicaría que el consumo interno de carne de res está decayendo; peor aún, no retrocede en beneficio de las otras carnes, pues éstas se encuentran en un caso similar: en el primer bimestre, de cerdo se importaron 188,018 toneladas (8.8% menos) y de pollo 108,248 toneladas (23% menos). Habrá que esperar para saber si dichos datos marcan una tendencia, porque la baja en el consumo interno sí sería una muy mala noticia no nada más para los productores, sino para toda la economía y para el país en general al denotar una disminución en el nivel de vida de la población. Para el director del GCMA, Juan Carlos Anaya, la esperada recuperación económica “pende de hilos delicados”. Afirma que “el rumbo de los próximos tres años en materia económica se reflejará en el campo y estará marcado por las decisiones de las autoridades no sólo en materia de vacunación y salud, sino de certeza jurídica, estabilidad financiera, competitividad, combate a la pobreza, seguridad y relaciones internacionales. Nuestro país muestra ciertos signos de agotamiento y hemos descendido en diversos rankings mundiales, entre los cuales podemos mencionar productividad, democracia, legalidad, transparencia y rendición de cuentas, atracción de inversión extranjera directa y turismo” …
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LOS PRONÓSTICOS sobre la producción ganadera de este año son alentadores, cuando menos los del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que estima un crecimiento de 2.2% en su volumen y 10.3% en su valor conjunto incluyendo carne, leche, huevo, lana, miel y cera. Así, durante 2021 el país producirá 24.1 millones de toneladas de esos bienes, con un valor de 28,000 millones de dólares en números redondos. El mayor crecimiento corresponderá a la carne de cerdo y el menor a los productos bovinos: 2% en carne y 1.5% en leche; el consumo de carne de res, calcula el GCMA, aumentará sólo 0.8% durante este año. En enero y febrero los números resultaron positivos pues la producción de carne bovina llegó a 167,000 toneladas, 2.5% más que en el mismo periodo de 2020, aunque su valor de mercado cayó 5.3% para dar un total de 360 millones de dólares (mdd). En enero la producción de lácteos fue ligeramente superior a mil millones de litros (2.1% más respecto al mismo del año anterior) aunque su valor fue casi el mismo: 399 millones de pesos…
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CON LAS 22 certificaciones de plantas tipo inspección federal (TIF) otorgadas el año pasado se llegó a 463 de ellas en el país, las cuales operan en 30 de las 32 entidades federativas. De dichos establecimientos de matanza y procesamiento de carnes, 68% trabajan exclusivamente para surtir el mercado nacional y el 32% restante exporta a 65 países. Laboran en esas plantas, además de gran cantidad de trabajadores, empleados y funcionarios, 893 médicos veterinarios certificados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentarias (Senasica). Se realizan en sus instalaciones actividades de sacrificio, corte y deshuese; marinado, elaboración de comidas preparadas crudas y cocidas, así como embutidos; almacenamiento frigorífico, procesamiento de ovoproductos, miel y productos de la pesca y acuacultura. Durante el año anterior las plantas TIF sacrificaron en conjunto 941 millones y medio de aves; 10.9 millones de cabezas porcinas y 3.8 millones de bovinas; 168,000 cabras, 62,500 borregos y 56,000 equinos, en números redondos...
EL GUZERAT mexicano sigue llamando la atención. Del 15 al 25 de abril estuvieron en nuestro país los ganaderos brasileños Marcos Carneiro y Eroz Gazzinelli, presidente y director de Mercadotecnia, respectivamente, de la Asociación de Criadores de Guzerat de Brasil. Ellos visitaron algunos de los estados en los que se cría la raza, como son Guerrero, Chiapas, Yucatán (donde Ganadero tuvo oportunidad de fotografiarlos y convivir unos momentos con ellos) y finalmente Tabasco; allí se despidieron para ir a disfrutar unos días de las playas de Cancún...
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AUNQUE la producción y la exportación de los bienes agropecuarios mexicanos que han resultado exitosos en el mercado mundial siguen creciendo a tambor batiente, en aquellos otros donde no somos competitivos se encienden luces de alarma. Los casos más notorios son los cereales y las semillas oleaginosas, cuya importación en el primer bimestre, si bien aumentó sólo 1.2% en el primer bimestre del año respecto al mismo periodo de 2020 para llegar a 5.7 millones de toneladas, representó un gasto 33.9% mayor, de acuerdo con la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas. Esto en alta medida se debe al incremento continuo del precio internacional del maíz, empujado por las crecientes compras de China a los Estados Unidos. Dicha Unión calcula que este año México será el principal importador mundial de maíz con 16.5 millones de toneladas, 9.1% más que en 2020, y afirma que el programa del gobierno Producción para el Bienestar, destinado a pequeños y medianos productores de maíz, trigo harinero, frijol, arroz, café y caña de azúcar, “no ha dado los resultados esperados”; además, durante este gobierno la proporción de productores que tienen acceso a algún tipo de crédito se redujo de 10% a sólo 2%...
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Ismael García Cabeza de Vaca
GRAVE ADVERTENCIA hace el senador tamaulipeco Ismael García Cabeza de Vaca en torno al acuerdo al que habrían llegado los presidentes de México y Argentina para que el primero de esos países pueda importar del segundo bovinos y sus productos. El peligro radica en que Argentina no está totalmente libre de fiebre aftosa, una enfermedad de la que México está libre sin vacunación desde 1954 pero que antes de ese año causó pérdidas ganaderas incuantificables. De hecho, la Organización Mundial de Sanidad Animal sólo reconoce entre las regiones argentinas libres a la Patagonia y los Valles de Calingasta en San Juan. Se ha dicho que los animales que lleguen de aquel país estarán vacunados, pero el legislador presentó ante el pleno del Senado una solicitud para que se impida la importación tanto de cabezas de ganado bovino como de sus productos. “El virus puede revertir a su patogenicidad, por lo que los argumentos de que [los ejemplares] están vacunados no es ninguna garantía para nuestro país”, sostuvo. Por lo demás, dijo, el acuerdo entre presidentes no menciona un trato comercial similar para México, “por lo que esas negociaciones sólo benefician a Argentina”, aunque lo esencial es la cuestión de la aftosa, por lo que “el gobierno federal está arriesgando la sanidad del ganado nacional, lo que conlleva producción y exportación de reses y carnes”. El acuerdo habría sido negociado por el señor Obrador en la visita que le hizo el 23 de febrero al presidente argentino Alberto Fernández, también político populista y gran amigo suyo…
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CRÉDITO GANADERO a la Palabra, el programa oficial para dotar de vacas y sementales de calidad a pequeños y medianos productores a cambio de su promesa de que los van a pagar algún día, será restablecido con la llegada de Arturo Macosay Córdova a la Coordinación General de Ganadería, quien será el “interlocutor” del gobierno para este propósito. Así lo afirmó el secretario Víctor Villalobos el 5 de marzo al encabezar la celebración del Día del Ganadero (ahora llamado Día Nacional de la Ganadería para no atentar contra el “lenguaje incluyente” de moda). El programa fue al fracaso cuando iba de la inquieta mano de David Monreal, anterior coordinador general de Ganadería, en medio de acusaciones de malos manejos que desvirtuaban sus objetivos. Aprovechando el foro, Villalobos informó que, durante 2020, cuando gran parte de la vida nacional estuvo suspendida por la pandemia de covid, el sector agroalimentario “fue el único rubro de la economía que creció, debido a que el campo y la ganadería no se detienen. El año pasado –informó– el PIB agroalimentario aumentó en más de 3%, y el sector pecuario se ha mantenido con un crecimiento de aproximadamente 4% anual”. Por su parte, el presidente de la CNOG, Oswaldo Cházaro, mencionó que el sector ganadero nacional cuenta con 817,000 productores integrados en más de un millón de unidades de producción pecuaria. Este ramo, dijo, produjo el año pasado 23.78 millones de toneladas de proteína animal con valor de casi 550,000 millones de pesos y exportó 302,000 toneladas de productos cárnicos, más un millón 400,000 cabezas de ganado, lo que representa un valor de 150,000 millones de pesos. Agregó el dirigente que el sector ganadero elevó el año pasado su producción y sus exportaciones; en lo primero, por ejemplo, el sistema de bovinos de leche produjo casi 13 mil millones de litros con valor de 85,000 millones de pesos, y en porcicultura tuvimos un millón 650,000 toneladas de carne con valor de 75,000 millones...