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MARZO - ABRIL 2021
Columna
LO QUE SE OYE, lo que se dice...
FRANCISCO AVILÉS SÁNCHEZ faviles56@yahoo.com
EL PRESIDENTE mexicano, ya en otros asuntos, ha mencionado varias veces que no es posible continuar ampliando la producción de cerveza y de leche en el norte del país, debido a la escasez de agua. En la Comarca Lagunera repitió recientemente que la alfalfa que se usa en la alimentación del ganado utiliza demasiado riego, por lo cual se tratará de convencer a los productores de que ya no hagan crecer sus hatos, pues de otra forma el gobierno va a tener que “tomar decisiones enérgicas y estrictas”. No queda claro cuál es la relación con la cerveza, pues las plantas modernas de este producto reciclan el agua que utilizan en sus procesos, pero tal vez el señor Obrador quería recordar a sus oyentes que hace poco ordenó una de sus “consultas” para hacer abortar el proyecto de una gran cervecera que ya estaba avanzada en Mexicali, perdiéndose una gran inversión y de paso abultando las deudas que hemos contraído
Andrés Manuel López Obrador en la Comarca Lagunera
los contribuyentes por concepto de reembolsos e indemnizaciones derivados de las fobias y ocurrencias presidenciales, como esa tan onerosa de cancelar el aeropuerto de Texcoco. El caso es que ahí queda la advertencia a los ganaderos lecheros. El presidente dijo también que, si quieren producir leche, pueden hacerlo en el sureste, donde abunda el agua. Saltan la vista varias cosas. Una, la baja estima que tiene por los productores privados, sean de cerveza o de leche –o de cualquier otra cosa–, no importando que aquello que producen tenga un alto valor como alimento, como bien de exportación o como fuente de empleo. Otra, la manera tan fácil de condenar una actividad centenaria como la lechería de zonas áridas, que se da en la Laguna, pero también en el valle de Mexicali y en otras cuencas lecheras menores regadas por todo el norte, cuya existencia ahora parece amenazada por consultas tripuladas desde la capital del país. Es cierto que el sureste posee ciertas ventajas, y aquí mismo hemos señalado varias veces que el crecimiento de la lechería deberá darse sobre todo en las regiones tropicales. Pero, como lo han advertido los dirigentes de la Federación Mexicana de Lechería y otros conocedores del tema, el agua no basta. Se necesitan un ganado y un forraje adecuados a esas zonas, infraestructura de acopio, procesamiento y comercialización, y sobre todo capacitación de ganaderos, vaqueros y veterinarios en producción de leche. Hizo bien el señor Obrador en ordenar la creación de cuencas lecheras en el sureste; ojalá las apoye como se requiere. Pero de eso a satanizar las cuencas que operan desde hace muchas décadas hay un tramo enorme. A ésas habría más bien que ayudarlas para que solucionen sus problemas de escasez de agua, no amenazarlas con destruirlas…