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¿PODRÍA TUMBAR A MORENA?
En 2018, prefirió a AMLO por hartazgo, en 2021 bajó la votación a favor de Morena, en 2024 si sale a votar podría haber sorpresas.En 2018, en su mayoría la clase media votó por Andrés Manuel López Obrador no por querer a Morena sino por el hartazgo de los gobiernos priistas y panistas y por eso, sin conocer otros peores, le apostaron a una opción muy prometedora en el discurso: combate a la corrupción y a la impunidad. Durante más de una década de campaña, AMLO sembró la esperanza en los núcleos poblacionales más vulnerables del país. "Primero los pobres" fue un eslogan que llegó y se convirtió en su bandera. Integrantes de grupos influyentes (empresariales, intelectuales, artistas, periodistas y medios de comunicación) lo respaldaron abiertamente. Por lo anterior, López Obrador obtuvo en 2018 alrededor de 30 millones de votos, logrando con ello un triunfo inobjetable. Nadie pudo negarle legitimidad.
Tres años después, dando los resultados esperados, sobre todo para esa clase media, y segundo, porque López Obrador no apareció en las boletas y por tanto no había ese atractivo que existió en 2018. En esa elección, Morena y aliados apenas alcanzaron los 20 millones de votos, perdiendo la mayoría calificada en el Cámara de Diputados y nueve de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, considerada el principal bastión de AMLO. Desde entonces, el propio Presidente adelantó el proceso de selección de candidato presidencial de Morena, y fue él quien nombró a las "corcholatas" desequilibrando, aunque no lo acepten, la gobernabilidad de este país pues los mencionados (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal) son figuras de primer nivel del gobierno actual. Lo acepten o no, su tiempo ya no ha sido al cien por ciento en atención a sus responsabilidades porque le dedican mucho a su precampaña. ¿Cuándo habíamos visto a una Jefa de Gobierno salir todos los unieron en el ExpoForum para escucharla. Ebrard recorre el país presentando un libro; y Adán Augusto lo hace amparado en las funciones que tiene como titular de Gobernación.
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¿Por qué hizo esto el Presidente? (adelantar el proceso) Sólo él lo sabe, aunque tal vez quería medir cual de sus "corcholatas" es mejor vista por la clase media. En mi percepción, existe el temor de que la clase media salga a votar y ello provoque la caída de Morena y el proyecto 4T. Recientemente, el analista y consultor político sonorense, Efraín Martínez, hizo un comentario respecto a la importancia que tendría la clase media si decide salir a votar y envió el mensaje a la oposición como propuesta de ver a este sector de la población como estrategia electoral para el 2024. De acuerdo con el último censo del INEGI (2020) la clase media representa el 42.2 por ciento de la población (poco más de 47 millones de habitantes). En el 2018 era el 46.7 %, es decir se redujo en los dos primeros años de la 4T. Cabe señalar que este segmento de la población es gente que sale a votar por su cuenta, no requiere ser acarreado por ninguna estructura partidista o de gobierno, mientras que el sector más pobre en su mayoría debe ser movilizado. Desde luego Morena tiene en estos momentos toda la estructura oficial de gobierno, federal y estatales, además, confía mucho en sus programas sociales, los cuales son inamovibles porque son derechos constitucionales.
Muchos se están confundiendo por la simpatía existente de la clase media por Marcelo Ebrard, pero no es un voto duro a favor de Morena. Esos simpatizantes del Canciller no se irían en automático con cualquiera de las otras corcholatas que sea designado candidato presidencial. La simpatía es para Ebrard no para Morena, así de simple. Desde el poder gubernamental se lanzan los mensajes de triunfalismo electoral, lo cual es normal, pero la realidad sí hay preocupación en Palacio Nacional, por varias razones. Entre otras: Por la votación que se les redujo de 30 millones a 20 millones de sufragios en el 2021; no hay un candidato que levante tantas expectativas como lo fue AMLO; los resultados no tan favorables en estos casi cinco años de gobierno de la 4T no pueden ser reprochados ni al PAN ni al PRI; y el temor a una fuerte división a partir del momento en que se designe al candidato presidencial. Además, sus aliados, como el PT y el Verde, no parece estén tan firmes como antes. Si la oposición lanza un candidato atractivo para los mexicanos y si la clase media sale a votar en 2024, en un alto porcentaje, podría haber sorpresas.