3 minute read
"ALITO" MORENO
Ajuzgar por cómo se escuchan los audios donde habla con soez desparpajo, al dirigente nacional del PRI le intervinieron el teléfono y le pusieron un micrófono en su oficina. En el gobierno dicen que tienen 40 horas de conversaciones de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas y como bien planeada tortura, las están soltando por goteo: cada martes, la gobernadora morenista de Campeche, Layda Sansores, revela un fragmento que muestra al líder tricolor confesar un delito diferente. Las grabaciones son del Alito que todo mundo conoce: el que habla con la brutal franqueza del que se sabe eficaz y se siente impune. Lo primero es su gran activo, lo segundo su gran pasivo.
Cuando hace un par de del líder priista lo posicionaba como el mejor operador electoral… pero también como el mayor peligro. Hablaba sin recato de millones de pesos, de cómo obtenerlos y cómo esconderlos; de cómo repartir las candidaturas, cómo conquistar y cómo presionar, qué puertas tocar y qué brazos torcer, a quién doblar y qué carambolas provocar; hablando sin dejar de escribir, siempre haciendo números: número de votos, número de escaños, fechas, diagramas. Es la política salvaje que se escucha en las grabaciones que ha revelado Morena. Por goteo con la ilegalidad que representa intervenir las conversaciones privadas lo han ido mermando, convirtiéndolo en una suerte de “pato cojo” que no se da cuenta dónde está metido: esta semana, Alejandro propuso dotar de armas a todos los mexicanos para defenderse de los altos niveles de violencia. Nadie se tomó en serio su propuesta: quedó claro que era una patada de ahogado, un intento de poner cara de que no pasa nada… cuando
Advertisement
Aunque en franco des
Alejandro Moreno está en bancarrota política. Primero, es evidente que en la alianza opositora le están pagando el favor de su aportación en la operación po lítica: lejos de deslindarse y condenarlo, lo han aguantado y apuntalado. Y segundo, tiene el control total de los órganos del partido y de su bancada en la Cámara de Diputados. Sus rivales aceptan que no van a lograr que renuncie. Que es una batalla perdida. Que sólo les queda seguirle subiendo el costo para ver si se rinde y negocia una salida decorosa. Alito no ha dado una sola señal de rendición.
178 PROYECTOS ANUNCIADOS… YA TERMINARON 1.
En octubre de 2020, en una firma entre el sector empresarial y el presidente López Obrador que intentaba dar muestras de confianza, se anunció el Primer “gran” Paquete de proyectos de inversión del Plan Nacional de Infraestructura: 39 proyectos por 297 mil millones de pesos. Dos de cada tres proyectos serían de infraestructura de comunicaciones y transportes. Algunas semanas después, en noviembre del mismo 2020, se anunció un Segundo Paquete de proyectos de inversión del Plan Nacional de Infraestructura: 29 proyectos más por 77 mil millones de pesos. La inversión venía desplomándose y el prestigio del gobierno mexicano entre los inversionistas estaba vapuleado.
Por anuncios no hemos parado. El problema es que no hay resultados tangibles. Nos remitimos a la fuente oficial, una página de internet creada exprofeso para dar seguimiento a los men tados paquetes de inversión: www.proyectosmexico. gob.mx. En la lista de esta página web aparecen 178 proyectos, sustancialmente más que la suma de los dos primeros anuncios. Pero sólo 1 de esos proyectos ya se terminó: una carretera que mide 14 kilómetros. De ese tamaño el fracaso.
Los otros proyectos aparecen con el siguiente estatus: 111 en ejecución, 2 en licitación y 64 en preinversión (es decir, hay por lo menos 66 proyectos que aún no comienzan y el resto están en construcción). Del total de proyectos de inversión “nuevos”, la mayoría (133) son del sector energético. El listado de esos proyectos deja en ridículo el discurso presidencial: gran parte nacieron por la reforma energética de Peña Nieto. Hay proyectos de exploración y producción de petróleo en aguas someras, de las que saquean la riqueza mexicana. Por si fuera poco, en casi todos los proyectos eléctricos, quien promueve o coordina los proyectos es CFE… ¡la misma empresa que se quejaba de ellos! ¿Qué pasaría con esos proyectos si se aprobara la contrarreforma energética de López Obrador? Habría que de plano dar de baja la página de internet. Una perla final: sorprende que en el gobierno de “primero los pobres” sólo haya un proyecto de infraestructura social. Y éste sea… una cárcel.