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Carla Hornung: Prefiero ser auténtica
Junto a su esposo Sergio, es la pastora principal de la mega iglesia Comunidad Cristiana Agua Viva en Lima, Perú, Es madre de cuatro hijos y proviene de una familia de trece generaciones de cristianos.
Hechos&Crónicas habló en exclusiva con Carla Hornung, en una charla íntima y personal en la que nos reveló qué la llevó a ser una mujer transparente en el ejercicio de su liderazgo.
Normalmente, las grandes líderes como tú no se muestran vulnerables de la forma como lo hiciste en tu libro. ¿Qué te llevó a ser tan real y honesta?
Bueno, yo crecí en la iglesia y creo que al menos en los 80, en los 90, había muy poca autenticidad y vulnerabilidad a la hora de predicar. Vi que a muchos chicos eso les hizo daño en vez de ayudarlos. De hecho, recuerdo la primera vez que fui a un encuentro matrimonial. Con mi esposo habíamos estado casados un año. Yo pensaba: “estamos bien, hemos tenido algunos roces, pero vamos por buen camino”. Llegamos al retiro en otra iglesia y la pareja encargada dijo: “llevamos 25 años de casados, y nunca nos hemos peleado”. Mi esposo y yo nos miramos y dijimos: “¡entonces estamos re mal!”. Salimos dañados, por no ver algo vulnerable y real. Años después, escuchamos de Rick Warren un dicho que ahora es de mis favoritos: “yo no confío en parejas que me dicen que nunca se pelean, porque uno, están mintiendo, o dos, si es verdad y no discuten nunca, no están siendo honestos y por eso no hay roces necesarios”. Hay una discusión sana siempre y cuando está dentro de parámetros normales, sin gritos ni golpes, pero en la que logramos resolver conflictos. Así que yo trato de ser muy auténtica porque sé el daño que causa la falta de esto, incluso mucha gente deja la iglesia por esa dualidad. Yo prefiero ser honesta y decir: “No, no soy perfecta, venimos discutiendo…”. Creo que eso ayuda más que decir: “nunca nos hemos peleado, gloria a Dios”. Prefiero ser auténtica y mostrar que hemos pasado por algo y logramos salir, porque yo quisiera ayudar a las personas y si hace falta usar nuestro testimonio, entonces amén.
¿Cómo fue regresar a esos momentos del pasado de los que rescatas un montón de cosas buenas?
Sí, Romanos 8:28 dice que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman y son llamados de acuerdo con su propósito, y yo sí creo eso.
Cuando pongo mi vida al servicio de Dios y estoy en mi llamado en el camino correcto, aun lo malo, Dios lo usa para su gloria. Al ser personas imperfectas, pero honestas y auténticas, podemos usar nuestros errores para enseñar a otros.
¿Cómo haces para ser exitosa en todas estas áreas y suplir todo: escribir un libro, ser una mamá auténtica, líder?
Primero hay que definir éxito. El mundo muchas veces quiere imponernos una definición de éxito, que éxito es lo que haces fuera del hogar, estudios y viajes, el libro, etc. Y todo eso es muy lindo, pero para mí, eso es añadidura.
La Palabra dice en 3 Juan 1:4: No tengo yo mayor gozo que este,ver que mis hijos anden en laverdad. De acuerdo a la Palabra, el mayor éxito que yo puedo alcanzar como madre o padre es que mis hijos anden en la verdad. Así que, si eso es el éxito, entonces yo voy detrás de lo que es lo más importante. Significa que claro, hay muchos viajes y oportunidades que no he podido tomar, pero mis hijos aman a Dios, así que finalmente logré el éxito. Pero lo que me he dado cuenta es que, cuando ponemos las cosas en el orden correcto, Dios primero, luego familia, ministerio y luego todas las demás cosas, Dios hace también que todo se ordene.
Puse a Dios primero, luego la familia, y Dios obró para que las demás cosas salieran. Pero cuando queremos poner algo por encima de Dios, se convierte en un ídolo. Si hay algo por encima de la familia, crea conflictos y los chicos se dañan. Muchos hemos visto hijos de pastores que no quieren saber nada de Dios porque se sienten reemplazados por la iglesia. Yo dije ¡no! Mis hijos van a sentir que son parte y prioridad. Ellos saben que, si tienen un problema, yo dejo cualquier cosa tirada y los atiendo. Fue algo que acordamos con mi esposo: preferimos que la iglesia tal vez no crezca tanto, pero que nuestra familia esté bien, que hacer un monstruo y luego no tener a quien dejarla. A veces pensamos como mamás que está mal que sacrifiquemos cosas, pero cuando hay ciertos logros que están bien, bajo la bendición de Dios, inspiramos a nuestros hijos a alcanzar sueños.