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Editorial
“TENEMOS QUE CONCENTRARNOS EN PARAR LA ENFERMEDAD”
CORONAVIRUS
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Lillian Zapata. Directora
El contundente mensaje de alerta emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la última semana de febrero encendió los reflectores sobre la propagación del coronavirus que viene cobrando miles de muertos, en su mayoría ciudadanos chinos. La radiografía reporta más de 80 mil casos confirmados de infectados con un índice alto de contagios en Italia, Irán, Corea del Sur y Japón. Mientras que en Alemania, Reino Unido, Francia, España y países del continente americano el nuevo virus ya se ha hecho presente.
La información relevante repercutió en medios de comunicación y redes sociales. Noticieros de diferentes partes del mundo daban cuenta de la enfermedad con cifras, gráficos y entrevistas centradas en los voceros oficiales de las dependencias de salud quienes activaron su protocolo para la comunicación de crisis. Los portavoces fueron explicando una y otra vez las medidas adoptadas, ya sea porque en sus países habían ciudadanos afectados o porque aún no se registraban casos y era necesario activar el plan de prevención.
La disposición de las autoridades tanto desde la OMS general como de sus dependencias en cada país, para ampliar la información y conocer detalles, ha sido constante y dirigida a centrar esfuerzos en detener el avance del brote letal. Las palabras del director general de la OMS en Ginebra, Tedros Adhanom Ghebreyesus, fueron claras enfocadas a hacerse cargo desde la prevención para frenar el problema. “Tenemos que concentrarnos en parar la enfermedad al mismo tiempo que hacemos todo lo posible para prepararnos ante una eventual pandemia”.
La alerta sanitaria ha logrado que el mundo esté informado de la nueva enfermedad Covid-19 y tome medidas frente a la acelerada presencia del virus que viene captando nuevas víctimas en menos de 24 horas del anuncio hecho por la OMS. Las indicaciones para protegerse y evitar la propagación han sido consistentes y reiteradas por los Ministros de Estado, voceros oficiales en diversas partes del planeta.
El efecto del mensaje de alerta generó la cancelación de grandes eventos como el Mobile World Congress en Barcelona y la Feria Internacional de Turismo de Berlín, considerada la mayor del mundo. De otro lado, autoridades de España pusieron en cuarentena un hotel en la isla canaria de Tenerife por la identificación de posibles huéspedes infectados. Similar situación adoptó Austria en un hotel ubicado en la ciudad turística de Innsbruck. Asimismo, como medida de prevención, naciones cercanas a Irán cerraron sus fronteras por el temor a la propagación del virus.
La crisis de alerta sanitaria impactó también las bolsas de valores a nivel internacional, los mercados se hundieron cerca del 10 % en la peor semana de índice bursátil desde el 2008. Mientras que en el ámbito turístico se estima que la industria perderá a nivel global 22,000 millones de dólares por el coronavirus, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo.
La información sobre la enfermedad viene siendo asimilada por gran parte de la población mundial que está atenta a que le sigan orientando a través de los medios y otros canales de comunicación. Los voceros oficiales se han convertido en pieza clave de comunicación al precisar datos, aclarar dudas o desmentir cualquier rumor con el fin de mantener la calma y minimizar la incertidumbre.
La puesta en marcha del protocolo de comunicación en situación de alertas sanitarias de la OMS ha logrado su objetivo al poner en conocimiento la realidad de la situación que viene afectando la salud mundial y las medidas de prevención necesarias a adoptar como ciudadanos responsables.
El impacto económico en diversos sectores era previsible si se anteponía el bien común y se hablaba claro, actualizando la información en todo momento, dando indicaciones precisas que contribuyan a atender el problema. “Si actuamos ahora de forma contundente, podremos frenar a este coronavirus”, ha precisado el director general de la OMS en un encuentro con los medios en Ginebra. La intencionalidad del mensaje no sería otra que motivar la colaboración conjunta y permanente de la población mundial al valorar una intervención oportuna y transparente que genera confianza.