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EDITORIAL: COVID-19, LIDERAZGO Y COMUNICACIÓN EFECTIVA EN LA GESTIÓN DE CRISIS

EL CAMINO ES LARGO Y NO HAY QUE CONFIARSE

Lillian Zapata. Directora

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Nueva Zelanda es el país más exitoso del mundo en la lucha contra la pandemia del COVID-19 por aplicar a tiempo medidas estrictas y una clara comunicación que condujo a la población en general a cumplir con el distanciamiento social. El saldo al cierre del mes de abril fue de 19 fallecidos y la cifra de contagios es menor a 1500 personas.

Las acciones adoptadas por la primera ministra Jacinda Ardern se registran desde el 14 de marzo, cuando anuncia que todas las personas que ingresen a su país hagan cuarentena. En el momento de esa decisión se habían detectado los seis primeros casos del virus. Sin embargo, ante la propagación de más infectados que ascendían a 39 personas, sin ninguna víctima mortal; ordena el confinamiento obligatorio a toda su población de más de 4.9 millones, cierra las fronteras a los extranjeros y marca como objetivo derrotar la curva de ascenso y no aplanarla. Es decir, erradicar la enfermedad.

La estrategia de eliminación del contagio definió un sistema de cuatro niveles de alerta donde se especificaron las acciones a adoptar contra el coronavirus: preparación, reducción, restricción y erradicación. La intención de la difusión de estas etapas estaba dirigida a informar debidamente a la población y a orientarla a cómo conducirse para evitar el contagio.

Los mensajes de conexión con la realidad los protagonizó la primera ministra Ardern al dar el ejemplo junto a su Gobierno de disminuirse un 20% del sueldo, en clara alusión de afrontar un momento duro que demandaba tanto apoyo como un ajuste económico, y reiterar la frase que sería el principal propósito: “Permanecer en sus hogares para salvar vidas”; lo dejó claro desde el primer momento cuando con tono firme alerta: “Hay que actuar temprano”. sino también vía Facebook donde vestida de ropa casual se dirige a los ciudadanos estableciendo cercanía, tranquilidad y confianza para los días de confinamiento haciendo énfasis en los mensajes: “Mantén la distancia y estarás a salvo”, “Quédate en casa”, “Rompe la cadena de contagio para salvar vidas”.

La ciudadanía siguió rigurosamente las indicaciones de confinamiento obligatorio por un mes que solo permitía ir al médico, salir por alimentos y medicinas o hacer ejercicio, mientras que el gobierno mapeaba los contagios y sus contactos.

Tras lograr que la cifra de infectados baje a un dígito la última semana de abril, anunció la victoria contra la expansión de la pandemia en su país. “No hay transmisión comunitaria generalizada y no detectada en Nueva Zelanda, esa batalla la ganamos, pero debemos mantener la vigilancia si queremos seguir así”. Si bien es cierto el coronavirus aún está presente en la población neozelandesa, las autoridades conocen cómo identificar los contagios y evitar que aumente su propagación.

El logro de los resultados del Gobierno ha sido posible gracias al compromiso de sus ciudadanos, que ayudaron a alcanzar el objetivo de bajar el nivel de alerta de 4 (erradicación) a 3 (restricción); lo que ha permitido que un grupo de personas retornen con mayor tranquilidad a sus trabajos, así como ciertos negocios abran con medidas de seguridad.

La primera ministra demostró que la estrategia de eliminar la curva del virus aplicada desde el primer momento funcionó, está respaldada por su gente, es reconocida en el mundo como una líder que es clara al comunicar y gestionar la crisis con rapidez, cercanía, escucha y honestidad. La lucha continúa, porque sabe que frente al COVID- 19 el camino es largo y no hay que confiarse.

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