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Serse

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ERSE ES EL TÍTULO EN ITALIANO, el idioma original de la obra, de una de las óperas más importantes de Georg Friedrich Haëndel. Hablar de Serse es hablar del momento del apogeo, pero S también del inicio de la crisis de la ópera barroca italiana en Londres. Después de Serse, Haëndel virará hacia otra forma de composición, ya que se da cuenta de que el público demanda otra cosa, demanda realidad, una mayor adhesión de la ópera a la vida, a las pasiones de la vida. Además de demandar más veracidad en los personajes, el público inglés también demanda que los personajes canten en inglés, y no en italiano como hacían en ese momento los grandes divos en Londres. Divos como el propio Farinelli el cual en el momento se estrena esta ópera en 1738 se había España de consolar la angustia del hipocondríaco rey español Felipe V, o el mismo Cafarelli, il castrato y gran divo que estrenó

la obra. Haëndel para colmar las demandas del público inglés empezará a escribir Oratorios en lengua inglesa.

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Serse o Jerjes como hemos traducido en español, es el gran rey persa Jerjes I, y su nombre significa literalmente gobernador de héroes, con lo que nos podemos hacer una idea de la historia que nos cuenta esta ópera. Es una ópera repleta de arias bellísimas, y posiblemente su aria más famosa sea Ombra mai fu. Un aria que llega justo al inicio de la ópera cuando Serse, un personaje histórico, el gran rey que inició la conquista, para él catastrófica porque saldría escocido de la invasión de Grecia, es retratado en soledad delante de un árbol. Son cuatro versos muy sencillos, Ombra mai fu, di vegetabile, cara ed amabile, soave più, es decir, jamás la sombra de la naturaleza fue más suave, querida y amable, donde Serse no está hablando sólo al árbol que tiene delante, a una planta, sino que es un hombre derrumbado. El aria Ombra mai fu es el aria más famosa de todas las escritas por Haëndel, que por cierto fueron muchísimas. Es una conversación con la naturaleza, la naturaleza que representa ese árbol, ese platanero. Él intenta comprender la naturaleza humana y el por qué de su amor por Romilda a través de este árbol maravilloso.

Serse acabará mal como personaje histórico después de la batalla de Salamina y de Platea, donde había ido para intentar invadir Grecia con el famoso Ponte di barche sull’Esponto, una obra de ingeniería bélica y náutica realizada por Serse en la guerra persa. Tras esas dos derrotas pierde las colonias griegas en el Asia menor y muere en una conjura de palacio buscada por su hijo Artaserse. Artaserse será otro personaje de ópera explotado por los compositores del siglo XVIII, todos ellos inspirados por el libreto de Pietro Metastasio.

La trama de Serse resumida en grandes rasgos sería que Serse tiene un hermano, Arsamene. Los dos aman a Romilda, pero Romilda ama a uno sólo de los dos, a Arsamene. Para quitárselo de en medio como rival, Serse manda a Arsamene al exilio. Serse está prometido a Amastre que naturalmente es una princesa extranjera, y, debido a que Serse es un rey, debe casarse con alguien de sangre real, ya que la ópera del siglo XVIII es legitimista y debe cumplirse esa norma de emparentar entre personas de sangre real. Amastre, naturalmente, está atormentada por los celos porque se ha dado cuenta de que Serse en realidad ama a Romilda, y a través de una serie de disfraces que serán seguidos de una

lección final para recuperar el amor de Serse. Aiodate, general de las tropas de Serse tiene dos hijas, dos hermanas Romilda y Atalanta. Por lo tanto, tenemos dos hombres, Serse y Arsamene, y tres mujeres, Amastre, Romilda y Atalanta, y si tiene que haber una agradable relación entre ellos sobra una mujer, ya que al ser un número impar el tres, alguna debe quedar fuera y esta es Atalanta. Pero a Atalanta le gusta también Arsamene, y, por tanto, le va bien una unión entre Serse y Romilda para que esta le deje vía libre con Arsamene, decidiendo intrigar a su favor. Es el momento del aria del final del primer acto de Atalanta, un cenno leggiadretto, un gesto gracioso.

Cuando Serse subió a escena, el doctor Samuel Johnson, un crítico del siglo XVIII, el más famoso de la época dijo basta, basta con todos estos mecanismos de la ópera italiana, con hacer que todos canten en italiano, con las arias da capo, y demandó más veracidad. Más tarde llegaría la Ilustración, llegará Gluck y la gran crítica que en la segunda parte se produce en la ópera por la falta de veracidad. Pero con esta ópera Haëndel se anticipa a todo eso, se anticipa a la época de la razón y la ilustración, ya que la música de Haëndel tiene una extraordinaria capacidad de compaginar la geometría perfecta con la naturalidad. Esta posiblemente sea la razón por la cual aún hoy esta música nos resulta bastante cercana.

La historia de la ópera, con sus intrigas, con sus pasiones, es un suceder continuo de intrigas amorosas con un carácter un poco adolescente, con Serse enamorado de Romilda, pero está enamorada de Arsamene. Son los propios sentimientos de una manera muy simple, pero no en un sentido elemental del término, sino una simplicidad que está guiada por un rigor musical y que rige a cierta distancia. Es la geometría haendeliana, la cual tiene una gran capacidad para exprimir de cada aria todos los sentimientos, bien sea el amor, la rabia, el abandono, la dulzura, la nostalgia o simplemente la misericordia. Uno de los problemas que suelen suceder en las óperas barrocas, y que afecta bastante a los directores de escena, es el que sucede en las arias da capo, cuando el cantante repite dos y tres veces la misma aria para mostrar su calidad vocal. Esto es difícil de solucionar. Se trata de encontrar un equilibrio entre las acciones físicas de los cantantes en relación a cada vez que el aria vuelve da capo.

Después de Serse, Haëndel prácticamente deja de escribir ópera en lengua italiana para el público inglés. Hay una catástrofe económica de los dos grandes teatros londinenses, los cuales se hacían la guerra uno al otro al estilo de los grandes clubes de futbol hoy en día con los fichajes de las estrellas. Entonces la pelea era por los castrati, por Farinelli, por Cafarelli, por Senesino, y esto los arruinó. Entonces, Haëndel empezó a escribir oratorios en lengua inglesa. Ciertamente en esta ópera se nota un punto de crisis ya. De hecho, esta ópera tan sólo se representó cinco veces seguidas, quedando a partir de entonces en el olvido hasta el siglo XX. En el siglo XIX el gran repertorio barroco está totalmente al margen de la escena lírica. Pero la propia palabra crisis contiene un cierre y una reapertura, aunque el tiempo de la reapertura, de la recuperación es impredecible parece que ha llegado en el presente. Pero como decíamos antes, en esta ópera podemos ver ya los primeros signos del movimiento de la Ilustración que vendría unos años después. En el aria de Atalanta, de la cual hemos hablado antes, podemos ver la anticipación de personajes como Serpina de La serva padrona, o de Despina de Così fan tutte, es decir la importancia de ciertos personajes femeninos. Llega la tempestad del acto segundo, el momento en el que se destruye el puente creado por Serse para invadir Grecia. Es cierto que las referencias a la historia son pocas, ya que el aspecto político y militar queda en segundo plano con respecto a las pasiones amorosas. Luego llegará el único dueto de la obra, el dueto entre Arsamene y Romilda del tercer acto. Que haya tan pocos dúos, por no decir sólo uno, es una señal muy relevante, porque en un dúo un personaje debe confrontarse con otro. Y de la confrontación nacen tensiones ya que un personaje no puede permanecer estático en el momento en que sus deseos chocan con los del otro. Y no se puede concluir una ópera barroca sin la gran aria de furore, en este caso, Crude furia degl’orridi abissi, es decir, crueles furias de los oscuros abismos. Esto es lo que esperaba el público de un divo del canto de aquella época, ascender del abismo y llegar al agudo. Que se hunda el mundo y se eclipse el sol ante la ira que exhala mi pecho dice Serse al final de esta aria, que después partirá. Pero antes de la última escena se reencontrará con todo para resolver la situación, porque así es como acaban las operas barrocas, con un final feliz. Una ópera barroca debe tener un lieto fine.

Aparecerá el coro, el cual en su núcleo está formado por los mismos personajes que ahora se han transformado en coro, y nos dicen regrese a nosotros la calma y ría de alegría el corazón, para llevar esta palma se unirán amor y honor. Las parejas rotas se recomponen, la autoridad real se reafirma y todo el mundo está feliz, aunque estemos al principio de lo que sería la gran crisis de la ópera barroca.

[ 36 ] Fernando Torner

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