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Construcción de interrogatorios y contrainterrogatorios en juicios orales
Catedrático Investigador Asociado por parte de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Catedrático en la Universidad Cuauhtémoc, Campus Aguascalientes Profesor en el Tecnológico Universitario de Aguascalientes. De junio del 2018 a enero 2021 se desempeñó como Agente del Ministerio Público especializado en Combate al Narcomenudeo, Agente del Ministerio Público adscrito a la Dirección de Litigación y Oralidad en el Primer Partido Judicial del Estado de Aguascalientes, atendiendo únicamente asuntos considerados como de bajo y mediano impacto, Agente del Ministerio Público de litigación Oral, sistema Tradicional y Juzgado Mixto adscrito al Cuarto Partido Judicial del Estado de Aguascalientes con sede en Rincón de Romos, Aguascalientes, en la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes, atendiendo asuntos de toda naturaleza, incluidos los de alto impacto.
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El Lic. Amauri Ramiro Lara Torres, especialista en juicios orales en materia penal, comparte un tema que puede resultar de interés para todos nuestros compañeros juristas. El licenciado hizo énfasis en la diligencia que debemos tomar al prepararnos para un juicio oral.
Si llegamos a la audiencia de juicio y no llevamos preparado el interrogatorio, derivará en una catástrofe que resulte en una sentencia contraria a nuestras pretensiones. Conviene, pues, prestar atención a esta instancia.
No hay una estructura que debamos seguir, según el licenciado. No existe un artículo que trate de las instrucciones. Los abogados no pueden confiarse en lo que llevan escrito porque, de seguir un proceso demasiado esquemático, se vuelve complicado actuar si surge una situación imprevista. Se necesita astucia para poder estar listos durante el debate y utilizar lo que sale en el momento a nuestro favor.
Las recomendaciones son seguir respecto del testigo que nosotros ofrecimos. Debimos tomarnos la molestia de platicar con él, que nos diga qué recuerda del caso. ¿Qué nos asegura que el testigo tiene fresca la información que nosotros necesitamos? Hay que corroborar.
Las técnicas de litigación son el apoyo de memoria, evidenciar contradicción y superar contradicción. Al testigo en la oficina se les explicará un poco lo que sucederá ya en audiencia, incluyendo las posibles consecuencias. Se le instará a conducirse siempre con verdad. Con todo aclarado, entonces podremos realizar nuestro “acordeón”.
No se trata de hacer una réplica de la entrevista, simplemente remarcar los puntos modulares que nos servirán para nuestra teoría del caso.
Ante tal panorama, podemos también comenzar a imaginar lo que la defensa pudiera objetar. Derivado de eso, podríamos medir el daño colateral: ¿cómo repercutirán las posibles respuestas?
Todo esto se trata de preparar el interrogatorio; ya en el día de la audiencia, lo primero que debemos hacer es acreditar al testigo. Esto es, decirle al juez quién es ese testigo y por qué resulta pertinente su presencia para el caso. Identificarla como una persona crucial permitirá al juez corroborar que se tratará de un testimonio confiable.
Factores importantes para esto podrían ser la familia, el trabajo que tiene, el estilo de vida, etc.
Seguirá formular preguntas introductorias que tengan que ver tanto con su vida personal como con el caso específico. Con ello, lograremos que el testigo se luzca frente al juez diciéndole de primera fuente lo que presenció.
Después de las preguntas introductorias tendremos que ver que logremos situar al testigo en las circunstancias de tiempo y lugar. Tenemos que comprobar que, efectivamente, se trata de un testigo legítimo y fidedigno. El valor probatorio depende totalmente de esto.
Hay que tener cuidado con que los testigos no divaguen: con ello vemos la importancia de haberlo citado antes. No necesitamos que diga cosas demás que puedan afectar nuestra propia teoría del caso. Se trata de instar al testigo de que diga precisamente las palabras clave que vamos a necesitar. ¿Qué es lo que realmente quiero saber?
Como se ve, tampoco es necesario extendernos en este interrogatorio. Muchas veces bastan algunos cuantos minutos para que el testigo nos provea de la información necesaria y requerida para resultar contundentes ante el juez.
Se deben evitar preguntas ambiguas y poco claras, además de ofensivas. Hay que prestar atención a ello mientras dure nuestra participación.
Lo importante es sentar las bases antes de realizar nuestro trabajo. Precisamente resalta el licenciado que debemos actuar profesionalmente y hacer lo más diligentemente posible nuestra labor.
Por ejemplo, en caso de que un testigo olvide un dato que anteriormente había mencionado, el abogado no buscará poner en evidencia la contradicción en la que incurre, sino más bien buscará que el mismo testigo la advierta y corrija su testimonio.
Demás está decir que hay que estar siempre atentos a lo que vaya comentando el testigo y no solamente a lo que tenemos nosotros en la cabeza.
Uno debe estudiar a profundidad la carpeta que va a llevar a juicio. Conocer los datos precisos que contiene sirve para crear un marco a través del cual comenzar a trabajar. A raíz de ello, discerniremos si las preguntas que preparamos para nuestros testigos sean coherentes de acuerdo a los objetivos que busquemos.
De igual forma, cuando se busque desacreditar a un testigo, conociendo lo mayor de información al respecto, uno podrá generar preguntas de modo que pueda desacreditar la verosimilitud de su testimonio.
Son ya varias las recomendaciones que vale tomar en cuenta para el licenciado. El postulante va implementando la capacidad de actuar con inteligencia gracias a la experiencia, pero vale la pena acatar lo que alguien más experimentado tiene para decirnos.