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“Coma”: Una Novela Médica
Eduardo Penny Montenegro
Médico Internista y Geriatra
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“Coma” es una novela del género thriller (suspenso) de tipo médico que se ambienta en la antigua ciudad de Boston, capital del estado de Massachusetts, en el noreste estadounidense, lugar donde han ocurrido muchos eventos importantes de la historia norteamericana, incluyendo la fundación del primer centro universitario en 1636, la Universidad de Harvard. Esta novela fue escrita por el médico-novelista de ciencia-ficción neoyorkino Robin Brian Cook (1940-) y publicada en 1977, convirtiéndose en el “Mejor Libro del Año”, según el New York Times, siendo llevada con éxito al cine en 1978 y adaptada a la televisión en el 2012.
La novela se desarrolla en un antiguo hospital, el Memorial de Boston. Se inicia con la paciente Nancy Nancy Greenly tendida de espaldas en la mesa de operaciones, quien trataba de conservar la calma. Le habían administrado varias inyecciones durante el intraoperatorio que, según le dijeron, la harían estar somnolienta y feliz. En sus 23 años de vida nunca se había sentido tan vulnerable, quería gritar y escaparse de allí y correr por el pasillo, pero no lo hizo, ya que le tenía más miedo a la hemorragia vaginal que venía sufriendo y para lo cual le iban a realizar un legrado. Nancy ignoraba que pronto entraría en un estado de coma.
Algunos días después de este hecho, un joven paciente de alrededor de 30 años, llamado Sean Berman fue sometido a una operación de meniscos, relativamente de bajo riesgo, y presentó una complicación intraoperatoria que también lo llevó un estado de perdida profunda de la conciencia, sin una explicación racional, al igual como lo había presentado Nancy, días antes.
Susan Wheeeler, una inteligente y atractiva estudiante de medicina de 23 años, que estaba iniciando sus prácticas hospitalarias tuvo la oportunidad de Sean Berman ya que le había tenido que sacar sangre para unos análisis. Al verlo en estado de coma, se generó en ella una ambivalencia con respecto a la medicina, entre el desafío técnico de mantenerlo con vida y el humanismo de tratarlo como un ser con dignidad ya que se trataba de una persona joven, básicamente sana, que había terminado como un “vegetal”, hecho que sucedía en una proporción de uno entre cien mil casos, pero que recientemente se había producido 6 a 7 casos en el hospital, por lo cual decide realizar una investigación empezando por revisar la historia clínica de Nancy.
A pesar de tener solo dos años de estudios en medicina, Susan tenía buenas cualidades de observación, sentido común y obstinación, descubriendo así que en ese hospital las cifras de pacientes con coma eran inusitadamente elevadas en relación con otros hospitales. Durante la investigación descubrió que no solo se reportaron seis casos de coma, sino 12 sin explicación alguna. También pudo descubrir que estos pacientes en coma eran transferidos al Instituto Jefferson, entidad privada y moderna, que formaba parte de un plan de salud.
Al buscar el apoyo de los jefes de las áreas clínica y de anestesiología, terminó peleándose con ellos, ya que la juzgaron como impertinente y solicitaron que sea separada como estudiante, inclusive, presionaron a su tutor, el Dr. Mark Bellows, a través del jefe de residentes, pero terminó obteniendo el apoyo del todopoderoso Dr. Stark, jefe del departamento de cirugía.
Postriormente, Susan recibió en su departamento la visita de un sicario, quien la agredió y amenazó en caso de continuar investigando; sin embargo, ella continuó haciéndolo. Fue así que descubrió que en la cañería de oxígeno del quirófano 8 existía una válvula por donde podía conectarse “algo”. Ella sospechó que este podría ser el mecanismo para administrar monóxido de carbono sin que el anestesista pudiera darse cuenta, mientras que los casos no quirúrgicos podrían deberse a la administración de succinilcolina, un poderoso bloqueador respiratorio. Ese mismo día, al regresar a su departamento, nuevamente fue atacada. Le dispararon con una pistola con silenciador, pero sin lograr herirla. Logró escapar en dirección al hospital y mediante un ardid pudo dejar encerrado a su atacante en una cámara de refrigeración de cadáveres.
Después de mucha insistencia, y con la colaboración del Dr. Stark, jefe de cirugía, logró visitar el Instituto Jefferson, un hospital estatal manejado por un grupo privado especializado en el cuidado de pacientes crónicos. Susan hizo una visita guiada a una sala donde los pacientes en coma estaban suspendidos en el aire por varios cables y provistos de tubos de alimen- tación, en un ambiente controlado con luz ultravioleta, a temperatura de 36 grados y 82% de humedad, con el fin de mantener los cuerpos en el mejor estado posible. Finalmente, descubrió que el Instituto era un banco de órganos para proveer un mercado negro.
Susan logró escapar del Instituto y se puso en contacto con uno de los directivos más importantes del hospital para contar lo sucedido. En respuesta, éste decidió drogarla y la llevó al hospital para repetir la historia con los que habían entrado en coma
¡Descubra el final de esta novela de suspenso leyendo este estupendo “thriller”!
(Aviso publicado en un diario de California).
Si bien, esta es una novela de ficción, ¿es posible que suceda en la vida real?, la especulación dice que sí. Se estima que el trasplante ilegal de órganos por un nefasto mercado negro, deja ganancias de del alrededor de 1200 millones de dólares anuales. De ahí la importancia de tener muy clara la legislación de la donación de órganos en personas fallecidas, sobre todo en accidentes. Un buen ejemplo es el exitoso trasplante de ambos pulmones en un paciente con fibrosis pulmonar bilateral después de haber tenido Covid-19, obtenidos de una donante con muerte cerebral, realizado últimamente por un grupo de cirujanos peruanos por primera vez en el país.