Los problemas, grandes o pequeños, siempre vienen acompañados de un regalo: la oportunidad. Cuando, con las dificultades y limitaciones que todos tenemos, decidimos enfrentar y dar batalla a lo que se nos presenta como parte de la vida, descubrimos que teníamos que enfrentar aquello que nos costó, nos dolió o nos dañó para obtener un beneficio y valorarlo; porque quizá nos costó mucho superar aquel problema, tal vez lloramos o nos enojamos, e incluso en ocasiones pensamos que no íbamos a poder con él. En el artículo “Desafíos de la esperanza” se narra de una manera vivencial y personal el paso de la autora por un duro momento, y cómo lo superó y recogió los frutos de su esfuerzo. Te lo recomiendo.