Vol. 12, núm. 60, julio-agosto 2008
PORTAFOLIO DISPAROS DE LUZ DE JAVIER GONZÁLEZ Director fundador: César Cansino; Director: Israel Covarrubias; Subdirector: Ricardo Moreno Botello; Enlace Editorial: Ariel Ruiz Mondragón; Editor literario: Hugo Diego; Jefe de Redacción: Enrique de Jesús Pimentel Gerente general: Alberto Navarrete Zumárraga tels. 91 50 10 36 y 38 Consejo de Redacción José Antonio Aguilar Rivera, Alejandro Anaya, Jaime del Arenal Fenochio, Israel Arroyo, María Luisa Bacarlett Pérez, Alfredo Echegollen Guzmán, Héctor Enrique Espinosa, Edgar Esquivel, Rafael Estrada Michel, Juan Sebastián Gatti, Armando González Torres, Conrado Hernández López (†), Ismael Ledesma Mateos, María de los Ángeles Mascott Sánchez, Miriam Medel, Beatriz Meyer, Edgar Morales Flores, Juan Manuel Ramírez Sáiz, Víctor Reynoso, Xavier Rodríguez Ledesma, Mauricio Saldaña Rodríguez, Roberto Sánchez, Ángel Sermeño, Federico Vázquez Calero, Silvestre Villegas Revueltas Comité Editorial Roderic Ai Camp, Antonio Annino, Roger Bartra, Judit Bokser, Javier ;Yehgk <Yjg[Y$ Ea_m]d ;YjZgf]dd$ ?]gj_]k ;gm^Ú_fYd$ Bgk 9flgfag Crespo, Helmut Dubiel, Víctor Farías, Néstor García Canclini, Aurora Gómez-Galvarriato Freer, Alfonso Hernández Valdez, Celso Lafer, Rigoberto Lanz, José Lazcarro Toquero, Claude Lefort, Steven Lukes, B]k»k EYjl±f%:YjZ]jg$ 9dÚg EYkljghYgdg$ B]Yf E]q]j$ Dgj]frg E]q]j$ Raymundo Mier, Esteban Molina, Leonardo Morlino, José Luis Orozco, Will G. Pansters, Ugo Pipitone, Gerardo Ramos Brito, Javier Roiz, Antolín Sánchez Cuervo, María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, Giovanni Sartori, Philippe C. Schmitter, Ilán Semo, Enrique Soto Eguibar, Bryan S. Turner, Gianni Vattimo, Danilo Zolo Coordinadores de Debates del presente número: Orlando Delgado Selley y Fluvio Ruíz Alarcón
SOCIEDAD ABIERTA 17 CARTAS DESDE LA OBSTINACIÓN por Arthur Schopenhauer 23 SUBJETIVIDAD Y VERDAD EN LAS ESCRITURAS DEL YO por Teresa Martínez Terán 33 PAZ EN EL 68 por Julio Glockner 38 OCTAVIO PAZ, EL POETA COMO LECTOR por Hugo Diego 40 OCTAVIO PAZ Y LA CIENCIA por Enrique Soto Eguibar
DEBATES Petróleo en México, ese oscuro objeto de disputa
47 PEMEX Y LAS INSTITUCIONES por Orlando Delgado Selley y Fluvio Ruíz Alarcón
Diseño original: Armando Hatzacorsian
49 PRINCIPIOS DE LA REFORMA ENERGÉTICA por Cuauhtémoc Cárdenas
;gehgka[a¶f lahg_j¦Ú[Y q \aY_jYeY[a¶f2 Jacqueline Velázquez/VERSUS tel. 52 35 15 93
55 LA CONSTITUCIÓN Y LA REFORMA ENERGÉTICA por Arnaldo Córdova
Versión Electrónica: México.com METAPOLÍTICA es una publicación bimestral editada por Cangato, S. A. de C. V. Redacción: Campeche 351-101, Col. Hipódromo Condesa, Deleg. Cuauhtémoc, México, 06100, D.F., MÉXICO, tels. (55) 91 50 10 36 y (55) 91 50 10 38, fax: 91 50 10 38. Correo-e: metapolitica@gmail.com, Suscripciones: Miguel Escalona, tel. (55) 91 50 10 38. Suscripciones@ metapolitica.com.mx. Todos los derechos de reproducción de los textos aquí publicados están reservados por METAPOLÍTICA. ISSN 1405-4558. ISSN (versión electrónica) 1605-0576. Número de reserva al título en \]j][`g \] Ymlgj2 ((*(/)'1/& F»e]jg \] []jlaÚ[Y\g \] da[alm\ \] l±lmdg2 )((/+& F»e]jg \] []jlaÚ[Y\g \] da[alm\ \] [gfl]fa\g2 /(-(& HmZda[Y[a¶f periódica autorizada por SEPOMEX. Registro postal IM09-0058 y PP090463. Impresión: CAMSAN Impresiones, S. A. de C. V. Distribución: CITEM y Arieli. El tiraje de este número es de 10,000 ejemplares. METAPOLÍTICA aparece en los siguientes índices: CLASE, CITAS LATINOAMERICANAS EN CIENCIAS SOCIALES (Centro de Información ;a]fl±Ú[Y q @meYf±kla[Y$ MF9E!3 AFAKL Afklalml] \] D Af^gjeYlagf K[a]flaÚim] ]l L][faim]!3 Kg[agdg_a[Yd 9ZkljY[lk$ Af[&3 H9AK HmZda[ Affairs Information Service) ; IBSS (Internacional Bibliography of the Social Science); IPSA (Internacional Political Science Abstract); MDJA;@ K Afl]jfY[agfYd H]jag\a[Ydk <aj][lgjq! q =:K;G Af^gjeYlagf Services. METAPOLÍTICA no se hace responsable por materiales no solicitados. Títulos y subtítulos de la redacción.
59 MACARIO SCHETTINO: “REFORMA PETROLERA URGENTE O CRISIS PROFUNDA” Entrevista realizada por Ariel Ruiz Mondragón 65 ANÁLISIS CONSTITUCIONAL DE LA REFORMA ENERGÉTICA por Mario Alberto Becerra Pocoroba 70 ¿SON CONSTITUCIONALES LAS INICIATIVAS DEL PRESIDENTE? por Miguel Carbonell 75 POR QUÉ SON ANTICONSTITUCIONALES LAS INICIATIVAS DE CALDERÓN por Jaime Cárdenas 81 TRANSICIÓN Y SEGURIDAD ENERGÉTICAS por Jorge Eduardo Navarrete 84 ALTERNATIVAS PARA FORTALECER Y DESARROLLAR EL SECTOR ENERGÉTICO SIN PRIVATIZARLO por Claudia Sheinbaum Pardo
89 MITOS Y VERDADES EN LA DETERMINACIÓN DEL PRECIO DEL PETRÓLEO MEXICANO por Carlos Huerta Durán y Fluvio Ruíz Alarcón 96 UN DIAGNÓSTICO FALLIDO por Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17 107 LA OTRA REFORMA: EL FISCO Y EL SINDICATO por Armando Román Zozaya
SOCIEDAD SECRETA 114 UNA TEMPORADA FLOTANTE, Breviario de urbanidad por Luigi Amara 116 A UNA MÁQUINA DE GUERRA por Luis Jorge Boone 118 INTERRUMPIMOS ESTA PUBLICACIÓN por Teresa Avedoy 120 LA CIUDAD DE MÉXICO. ÉXODOS CENTRÍPETOS por Brenda Ríos 122 CIUDAD INTERIOR por Jezreel Salazar 125 ÉXODO por José Luis González 127 LA DANZA, EL ABISMO por Rafael Toriz
IMPRENTA PÚBLICA 129 CESÁREO MORALES, FRACTALES. PENSADORES DEL ACONTENCIMIENTO, por Óscar Martiarena 131 PETER SLOTERDIJK, EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN, por Pablo Gaytán Santiago 135 MICHEL FOUCAULT, NACIMIENTO DE LA BIOPOLÍTICA, por María Luisa Bacarlett Pérez 137 MARÍA CRISTINA ROSAS, CHINA EN EL SIGLO XXI: ¿HACIA UNA NUEVA BIPOLARIDAD?, por Wendy Jazmín Juárez Soto 139 MIJAÍL OSORGUÍN, LA LIBRERÍA DE LOS ESCRITORES, por Santiago Ruiz Velasco 141 JORGE A. ABASCAL ANDRADE, CUENTOS DE CONJUROS, AMANUENSES Y DEMONIOS, por Marco Tulio Aguilera Garramuño 142 PHILIP ROTH, SALE EL ESPECTRO, por Mauricio Salvador 143 ÚLTIMA PÁGINA, por Waldo Portada: Javier González, de la serie Disparos de luz, 2008.
Portafolio l DISPAROS DE LUZ PORTAFOLIO
DISPAROS DE LUZ DE JAVIER GONZÁLEZ* Sólo la luz
Enrique de Jesús Pimentel Sólo la luz asciende. Sólo la luz mejora a los amantes, los hospeda. Sólo la luz se inserta en los rincones y abre labios, recorre las cornisas, se asoma por encima de las bardas a la hora que llega la codicia. Sólo la luz en plaza pública es catedral y punta de zapato, derrumbe de la bruma y túnel que protege. Sólo la luz no se desvanece en el aire. Zarpa sin mirar estrellas, arma tripulaciones, incita pasajeros, se rehúsa a sucumbir, hostiga trasatlánticos, se oculta y queda a babor del adversario. Cambia de colores y alcanza por atrás, guía láctea, al lebrel que la persigue. Sólo la luz no tiene adversarios a la vista.
* Javier González (Puebla, 1950), artista y fotógrafo, nos ofrece esta serie de imágenes que son una breve muestra de su aporte al libro colecMETAPOLÍTICA núm. | julio-agosto 2008 tivo Lumen de lumine, en60preparación por Ediciones de Educación y Cultura.
8
© Javier González 2008
Y en el momento de su fulgor es muro visitado, granito, adobe, pintura desplomada, disparo de aire mortal a la retina abierta del transeúnte que tropieza. Sólo es luz, señoras y señores, lo que hace, cada día, que entremos y salgamos del útero materno.
PORTAFOLIO
© Ángela Arziniaga
© Ángela Arziniaga
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
9
© Javier González 2008
© Javier González 2008
PORTAFOLIO l DISPAROS DE LUZ
METAPOLÍTICA
10
núm. 60 | julio-agosto 2008
© Javier González 2008
© Javier González 2008
DISPAROS DE LUZ l PORTAFOLIO
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
11
© Javier González 2008
PORTAFOLIO l DISPAROS DE LUZ
METAPOLÍTICA
12
núm. 60 | julio-agosto 2008
© Javier González 2008
DISPAROS DE LUZ l PORTAFOLIO
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
13
© Javier González 2008
© Javier González 2008
PORTAFOLIO l DISPAROS DE LUZ
METAPOLÍTICA
14
núm. 60 | julio-agosto 2008
© Javier González 2008
DISPAROS DE LUZ l PORTAFOLIO
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
15
© Javier González 2008
PORTAFOLIO l DISPAROS DE LUZ
METAPOLÍTICA
16
núm. 60 | julio-agosto 2008
ADELANTO EDITORIAL
CARTAS DESDE LA
obstinación
*
Arthur Schopenhauer NOTA INTRODUCTORIA
P
or lo general, el interés que se tiene al revisar las cartas de un autor es el de conocer su vida íntima y personal, así como el de encontrar los secretos que develen la inspiración de sus obras. Esta pretensión,
Extracto del libro de igual nombre de próxima aparición bajo el sello Los libros de Homero. La traducción y el prólogo (de donde se extrajo la presente nota introductoria) son de Eduardo Charpenel Elorduy.
naturalmente, resulta excesiva, pero no deja de ser cierto que una correspondencia nos brinda con frecuencia un acceso privilegiado al mundo de un poeta, de un novelista o, como en nuestro caso, al de un filósofo. Las cartas de Schopenhauer son un claro ejemplo de esto. Podríamos leerlas tan sólo por sus profundas discusiones intelectuales y por el magnífico despliegue de ironía que acompaña a cada una de sus palabras. Si estos motivos no fueran suficientes, nuestra indiscreción también estaría justificada por los planteamientos de la misma filosofía de Schopenhauer. En METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
17
SOCIEDAD ABIERTA l ARTHUR SCHOPENHAUER efecto, de acuerdo con sus escritos, la existencia íntima y la vida intelectual de un individuo son indisociables. En cualquier ámbito de la realidad se expresa de modo indefectible la misma voluntad originaria. Distinguir entre el carácter del escritor y la calidad de su obra es, por tanto, improcedente: quien posea una razón aguda la manifestará en sus obras. Quiéralo o no, dicha persona escribirá de forma inteligente; quiéralo o no, también, quien no tenga talentos literarios lo evidenciará en cada una de sus líneas. Muchas veces le pareció suficiente a nuestro filósofo apelar a esta evidencia para refutar a sus contemporáneos. La claridad especulativa, el punzante sentido del humor y el implacable temperamento que encontramos en sus misivas avalan, en carne propia, este controversial punto de su doctrina. La presente selección epistolar tiene el propósito de arrojar luz al recorrido de Schopenhauer en pos del reconocimiento intelectual: una tarea que asumió como la más primordial de su existencia. En ese sentido, la palabra “obstinación” no pretende designar la actitud de alguien que no oyó consejos, sino la perseverancia de alguien que tenía la convicción de alcanzar la meta fijada. En alemán, la palabra para obstinación es Eigensinn, un término que si tradujéramos literalmente significaría “sentido propio”. Pues bien, este “sentido propio” es posiblemente la virtud que Schopenhauer practicó con más ahínco. Con inigualable acierto Nietzsche destaca esta idea en su tercera intempestiva: “Que Schopenhauer pueda ser un modelo es indudable, a pesar de todas sus cicatrices y de todos sus defectos. Y hasta podría decirse que eso que había en su ser de más imperfecto y de demasiado humano es justo lo que a nosotros nos hace, en sentido humano, mucho más próximos a él, porque lo vemos como a un ser sufriente y compañero de infortunios, y no sólo aureolado e inmerso en esa desdeñosa majestad del genio”. Parece así que el tesón del filósofo —con todos sus aciertos y fallas— vence la distancia anímica que existe entre él y sus lectores. Su intención de librar a la humanidad del sufrimiento universal nos ayuda a apreciar su correspondencia de manera distinta y a comprender cabalmente la magnitud de sus esfuerzos. En las reflexiones filosóficas dirigidas a su madre, Johanna Schopenhauer, en las discusiones con Goethe acerca de la teoría de los colores y en las estrictas peticiones a su editor encontramos el clamor de aquel que busca ser escuchado. El tono hostil que muestra en los asuntos jurídicos y en las diversas polémicas en las que se vio envuelto— y que quedan aquí, en su mayor parte, recogidas— confirma su inquebrantable espíritu ante la adversidad. Si bien todos los asuntos cotidianos le parecieMETAPOLÍTICA
18
núm. 60 | julio-agosto 2008
ron secundarios, su conducta en ese terreno no deja de ser congruente con su proyecto. Estas cartas también dan testimonio de las acciones que tomó para llamar la atención sobre su obra, la cual fue enormemente desatendida en un principio. Su beligerante labor como catedrático y sus múltiples propuestas editoriales fueron medidas encaminadas a difundir su pensamiento. Ninguno de estos intentos fue fructífero. Sólo hacia el ocaso de su vida, pudo apreciar un cambio en la actitud del público. Schopenhauer se logró hacer de un grupo de adeptos que desempeñó un papel fundamental en la difusión de su filosofía. El que los llamara sus “apóstoles” no es un dato menor: deja en claro que su filosofía era una especie de buena nueva que había que esparcir para mitigar el sufrimiento de todos aquellos que viven. El entusiasmo de este puñado de lectores los condujo, en ocasiones, a querer enmendar la teoría del maestro en sus pequeñas fallas. El camino que él había trazado para mitigar la desgracia de vivir era, a su juicio, perfecto y no admitía variantes. A final de cuentas, ese devoto interés de algunos cuantos se expandió a más personas, lo cual se vio reflejado en las buenas ventas de la segunda edición de El mundo como voluntad y representación así como de sus Parerga y parlipómena. Muy poco tiempo antes de fallecer, Schopenhauer gozó al fin de la enorme admiración generada por su filosofía. Su propósito quedó así cumplido.
*** A Heinrich Karl Abraham Eichstadt Señor mío Lamento tener que recurrir a usted en una situación tan desagradable, pero espero que lo siguiente no cambie el buen trato que anteriormente me ha mostrado. En su calidad de coordinador del diario de Jena, le solicito a mi señor que sin demora alguna publique en dicho periódico el ensayo que le envío adjunto. Si los lineamientos de la institución así lo exigen, puede mandarle este ensayo antes de ser publicado al muchacho que pretendo reprender: éste es el único aplazamiento que en un momento dado podría entender. Doy por supuesto que mi señor tendrá buena voluntad en publicar esta enmienda, pues de lo contrario colaboraría usted con dicha calumnia. Sin embargo, si sucediese lo imposible, y mi señor se rehusara a publicarla, únicamente podría quedar yo satisfecho al publicar este ensayo en
CARTAS DESDE LA OBSTINACIÓN l SOCIEDAD ABIERTA
seis diferentes diarios políticos y literarios, acompañado de mis propias impresiones sobre su negativa de publicar mi respuesta, y de cómo en su diario juzgan, por características superficiales, las obras cuyo valor e importancia serán reconocidas por toda la nación, como es el caso de la mía, la cual ya ha sido favorablemente reseñada en publicaciones como el anuario de Viena, y los semanarios de Hermes y Kotze. Pero sobre todas estas cosas, externaré mi opinión de ese huidizo chico, quien a mi juicio debería ser llevado ante un juez para que aprendiera la disciplina de un calabozo. Desearía que usted leyera una sola línea de mi libro para que viera sobre qué cosas se ha atrevido a juzgar ese muchacho. Como he dicho, considero imposible que mi señor me niegue algo en lo que sólo reclamo justicia. Le pido una disculpa si usted considera, cosa que me parece imposible, que me he dirigido hacia usted de una manera severa. Tan pronto vea que se ha impreso mi ensayo, sin que le modifiquen ni una sola sílaba, me quedará del todo claro que usted es completamente inocente de esta calumnia, y todo mundo podrá juzgarlo así. Le debo solicitar, sin embargo, que no me pida que realice la más pequeña modificación, pues estoy completamente decidido a no cambiarle nada. Su periódico me ha ofendido enormemente, y me veo obligado a hablar para detener esta calumnia, por lo que no puede esperar pedirme que tenga condescendencias con este hacedor de reseñas, ya que él no las tuvo conmigo. Lamento profundamente que sea justo a usted, mi señor, a quien tenga que acudir en un asunto tan despreciable. Confío plenamente en que usted procederá de una manera adecuada. Le aseguro mis mejores intenciones para usted. Atentamente Su más humilde servidor Arthur Schopenhauer, Berlín, 6 de enero de 1821.
ENMIENDA NECESARIA DE CITAS DIFAMATORIAS
Cuando los señores que ejercen el noble y valiente oficio de atacar de manera abierta a un libro publicado, en este caso, mis escritos, y los colman con toda su desaprobación, los desacreditan, los maldicen, los consideran pésimos, falsos y que rayan en la locura; cuando esto sucede no tengo nada en lo absoluto que objetar contra ello, todo esto se encuentra dentro de mis ex-
pectativas, me parece completamente normal e incluso natural, ya que uno ataca lo que considera distinto y lo que despierta odio en él. Puedo decir con sinceridad que todo esto me llega a satisfacer. De ahí, por cierto, que yo jamás habré de escribir una anticrítica. Por el contrario, las calumnias y las mentiras son cosas que uno no puede soportar de manera callada; en estos casos, uno se vuelve culpable consigo mismo, pues callar significa suscribir lo que otro dijo. Es por ello que estas mentiras y calumnias me obligan a hacer algo que nunca, por nada del mundo, quise hacer: escribir en un periódico. Cuando un sujeto anónimo, cuyo tema de discusión son mis escritos, escribe al principio o al final de una oración larga o corta unos signos como éstos —“ ”— y con ellos indica (como lo sabe todo mundo desde la primaria) que lo que prosigue o lo que se dijo anteriormente son mis palabras y no las suyas; y en realidad resulta que son pedazos amañados de mis párrafos, arreglados mediante la extracción de cláusulas intermedias que explican el sentido entero de lo mismos; cuando uno crea un engendro mediante la revoltura de frases escritas por mí pero en distintas partes de mi libro, y sólo dentro de las cuales se puede entender el sentido correcto que expresan así como su auténtico significado; cuando se insertan por completo una monstruosa serie de párrafos y una cantidad de oraciones que yo nunca en ningún lugar he dicho, y a esta despreciable mamarrachada se le colocan unos signos así —“ ”— para hacerlas pasar como mis propias oraciones; cuando un sujeto se atreve a realizar alteraciones tan indignantes; eso me da el derecho de inculparlo de manera abierta y directa por sus despreciables y anónimas mentiras. Todas esas calumnias fueron publicadas en el periódico literario de Jena en el año en curso de 1820, los números 226 al 229, páginas 227 a 430. Quisiera ahora demostrar en qué partes se introdujeron de manera falaz mis propias palabras. (Schopenhauer presenta las citas) Si mis incriminaciones no estuvieran fundamentadas, estás no se basarían en juicio alguno sino en una mera quaestio facti,1 y por tanto, serían fáciles de desmentir. Este sujeto anónimo —quien, por cierto, se llama F. E. Beneke, tiene veintidós años, y asistió el verano pasado a mis clases— sólo necesita referir las páginas y las líneas de mi libro para mostrar que los pasajes especificados son realmente míos: la verdad de sus 1
“Hecho”. METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
19
SOCIEDAD ABIERTA l ARTHUR SCHOPENHAUER declaraciones podrá ser comprobada con tan sólo abrir mi libro. Si es capaz de realizar esto, no me quedará más remedio que pedirle perdón por mis injustas incriminaciones. Pero de no ser así de nada le servirán las calumnias: cualquier otra excusa, sea cual sea, así como su silencio, serán considerados como una prueba de sus mentiras difamatorias. Con este escrito sobre mi obra ha dado no sólo una prueba de su capacidad de juzgar, sino también de su honradez. Sus mentirosas declaraciones no deben pasar por alto sin ser reprendidas, ya que todo hombre de razón, cuando lee un periódico, busca hacerse una idea de los libros que reseña un autor, y no pretende de ninguna manera seguir el juicio de un sujeto anónimo, que necesita del abrigo del anonimato para disfrazar su propia oscuridad y su manifiesta irrelevancia: como este caso a todas luces lo demuestra. No le prohíbo a nadie describir o impugnar mi obra para ganarse el sustento, ya que sea lo que diga sobre o contra mi persona no tiene en mí efecto alguno. Pero cuando en dichos escritos se utilizan signos como éstos —“ ”—, para indicar que yo soy el que está hablando, las palabras deberán proceder de mí, y, de manera específica, deberán estar referidas al lugar exacto en el que fueron impresas. Si, por el contrario, uno pretende referirse a mis pensamientos, tal y como esa persona los ha comprendido, esto tiene que llevarse a cabo, lógicamente, sin estos signos —“ ”— pues así yo no estaré comprometido. Así queda claro que el sujeto anónimo es el que está hablando y no yo, y de ahí se sigue también que no todo lo que éste diga sea necesariamente verdadero. Arthur Schopenhauer, Berlín, 6 de enero de 1821.
RESPUESTA A LA ACUSACIÓN DE CAROLONA LOUISE MARQUET
La acusación que se ha levantado en contra mía es una tergiversación monstruosa y una desfiguración de un suceso insignificante que ocurrió el 12 de agosto, y cuyas circunstancias se relatan de manera completamente falsa. A continuación explicaré exactamente cómo ocurrieron los hechos. En primer lugar, las características del lugar que se describen son absolutamente falsas. La demandante habla de una estancia que estaría situada frente a la habitación de la viuda Becker pero no existe tal: en realidad, METAPOLÍTICA
20
núm. 60 | julio-agosto 2008
la estancia se encuentra frente a mi habitación y sus peculiaridades son las siguientes. Desde hace dieciséis meses resido en un apartamento amueblado de la viuda Becker, el cual consiste en un estudio en la parte delantera y en una recámara en la parte trasera. Esta recámara da a un pequeño cuarto que fue utilizado por mí durante los primeros diez meses, pero que fue nuevamente cedido por la dueña: éste es precisamente el cuarto que la demandante ocupa. La entrada al mismo se encuentra en el pastillo justo junto a la escalera, y no tiene ninguna conexión ni colindancia con mi entrada. La estancia principal sirve como acceso a mi departamento, el cual se encuentra frente a otro apartamento amueblado, semejante al mío, que es ocupado por otro señor. Aparte de mí y de ese señor, la estancia sirve únicamente para aquellas personas que nos visitan, y nadie más tiene por qué estar ahí. Por esta pequeña estancia nadie suele pasearse; jamás había visto que la demandante estuviera en esa área. Se puede apreciar que mi intención no fue en ningún momento la de lastimar a alguien por lo que sigue: más o menos dos semanas antes del doce de agosto encontré al llegar a mi casa a tres extrañas mujerzuelas en la estancia. Esto me enfadó por varias razones: en los quince meses que yo llevaba viviendo ahí algo así jamás había sucedido, así que llamé a la dueña, me quejé, y le externé mi sospecha de que entre esas mujeres podía encontrase la mujer que actualmente ocupa el cuarto que yo antes utilizaba; esto muestra que hasta antes del doce de agosto yo no conocía a esa mujer ni en persona ni por su nombre. La dueña me dijo que dicha persona no se encontraba entre esas mujeres, era una mujerzuela desconocida la que estaba ahí con sus amigas; sin embargo, me prometió que algo así jamás volvería a ocurrir. Como me encontraba muy consternado, le pregunté si a la actual demandante podría ocurrírsele ir a mi estancia. La dueña me dijo con firmeza que eso nunca ocurriría y me aseguró que dicha persona siempre se encontraba en su habitación, y que no tenía motivo alguno para ir a mi estancia. Solicito que se le interrogue a la viuda Becker sobre si todo esto que digo es verdad. Si las amigas de la demandante negaran algo de lo anterior, solicitaría entonces que también testificaran bajo juramento. Pues aquí de lo que se trata no es solamente el derecho que tenemos yo y mi vecino de usar la estancia como acceso a nuestros departamentos, sino que en el convenio con la dueña se expresa claramente que podemos correr a toda persona que no tenga nada que hacer ahí, en este
CARTAS DESDE LA OBSTINACIÓN l SOCIEDAD ABIERTA
caso, la demandante, quien según me aseguró la dueña, no tenía permiso de estar en mi estancia. Esto es algo que la demandante ya sabía, como lo muestra el hecho de que ella estaba ahí el doce de marzo justo cuando la dueña ya se había ido, y no antes de que viera que yo me había marchado, pero nunca supuso que yo regresaría un cuarto de hora antes, como de hecho sucedió. Pero basta ya de asuntos de derecho y vayamos a lo que ocurrió. Como ya dije, llegué a mi casa y vi a tres mujerzuelas. La primera en la que reparé fue en nuestra criada, quien se encontraba dentro de ese grupo, así que le pregunté por la dueña, pues quería que ésta les dijera que se fueran. Como me dijo que la dueña no se encontraba en casa, me dirigí a las tres mujerzuelas, y les dije que no tenían por qué estar ahí, ya que la dueña me había asegurado que nadie podría estar en mi estancia. Les exigí que se marcharan de inmediato. Las dos muchachas no pusieron reparos en irse: sólo la demandante se rehusó, arguyendo que ella “era una persona honesta”. Repetí de manera enérgica mi petición y me fui a mi cuarto suponiendo que ya no las vería cuando yo volviera a salir. Después de un pequeño rato volví a salir. Aquí debo atacar la maliciosa insinuación de la demandante según la cual yo habría salido con un palo. Se trataba de mi bastón para caminar, mismo que utilicé antes y después de entrar a mi recámara, pues pensaba salir a pasear: ambas veces traía también mi sombrero puesto. Le pedí de nueva cuenta a la demandante que se fuera y le extendí mi mano para acompañarla como pueden informar los testigos. Ella persistía en quedarse. Finalmente, la amenacé con correrla, y como me respondió obstinadamente cumplí mi amenaza, pero jamás la agarré con ambas manos del cuello —algo siquiera imposible de pensar— sino que la agarré de la mejor manera posible para este propósito y la arrastré hacia fuera aunque ella oponía resistencia física. Ahí comenzó a gritar para incriminarme, y empezó a reclamarme sus cosas, las cuales inmediatamente le arrojé, pero como dejó un pedazo de tela que yo no había visto, esto sirvió de pretexto para que ella volviera a ingresar rápidamente a la estancia. La volví a echar a pesar de que ella se negaba violentamente y chillaba con todas sus fuerzas para alarmar a todas las personas de la casa. Cuando la eché por segunda vez de la puerta, me parece que ella se cayó al suelo a propósito. Pues dicha gente acostumbra a hacer eso cuando observan que de manera activa no pueden arreglárselas, y comienzan a
actuar de manera pasiva, buscando así sufrir lo más posible e inculpar a los demás. Esto se puede apreciar por los gritos que ella lanzó en mi contra. Es una mentira y una falsedad decir que yo le rompí la cofia, que la dejé inconsciente, y que, finalmente, pasé caminando sobre ella y la agarré a golpes. Nada de esto es cierto. Quien me conozca sabe a priori que tal brutalidad y crueldad no se corresponden en lo absoluto con mi carácter, mi posición y mi educación. Estoy dispuesto a declarar bajo juramento que todo esto es falso. Para esto pido que a los testigos también se les interrogue bajo juramento. La verdad es que tan pronto salió la demandante por mi puerta, yo no la volví a tocar. Como he dicho, ella se cayó, y al caerse es probable que la cofia también se le haya caído aunque yo no haya visto eso. Ella no estaba inconsciente, sino que se paró, se sentó en una silla y empezó enérgicamente a injuriarme de nuevo. Entonces, y sólo entonces, la insulté en el arrebato de mi enojo. De haber estado inconsciente ella no habría escuchado nada de esto. Yo no la insulté llamándola “anciana” ni “animal”, sino que, literalmente, le dije “pobre bestia”. Reconozco que no actúe correctamente y que de esto soy culpable, pero en todo lo demás soy inocente. Únicamente ejercí mis derechos de propiedad. No tengo por qué soportar que aquellos extraños que no tienen nada mejor que hacer ocupen mi estancia y mantengan cercada mi puerta. La demandante no tenía la más mínima razón para estar ahí, y yo no sólo tenía todo el derecho de estar ahí sino también de decirle que se fuera, como lo he expuesto anteriormente a detalle. No ejercí ningún contacto físico más que el necesario para correrla por segunda vez a pesar de su violenta resistencia. Aun cuando el testimonio médico indique que al día siguiente ella tenía una verruga desprendida así como unos moretones, no por ello se sigue que esas cosas hayan sido consecuencia de aquel suceso, pero suponiendo que así fuese, ella misma tendría la culpa por su tosca obstinación y por forzarme a llegar a estos extremos. Aquellas pequeñas lesiones uno mismo se las provoca cuando anda de inútil en un lugar donde no tiene nada que hacer y amotina la puerta de gente desconocida con tal terquedad que uno pide a gritos que lo corran. ¡Y, encima de todo, esta persona se resiste indebidamente contra la justicia! Su supuesto malestar interno al día siguiente no puede ser nada de consideración ya que desapareció ese mismo día. Los testimonios médicos únicamente reportan aquello de lo que la demandante se queja, no de METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
21
SOCIEDAD ABIERTA l ARTHUR SCHOPENHAUER lo que realmente pasó. Éstos dicen que dicho malestar pudo ser consecuencia de aquel accidente, no que realmente haya sido así. Su pulso acelerado pudo ser consecuencia del agravio que sufrió su enfermiza vanidad, pero en ningún caso se puede comprobar que su malestar haya sido provocado por los sucesos del día anterior y que no hayan sido más bien algo accidental. Como es sabido, las mujeres a menudo se enferman, sobre todo cuando les da la gana. He dado cuenta de los hechos de manera escrupulosa y apegada a la verdad sin ocultar nada ni embellecer lo ocurrido. Esto se los puedo asegurar como hombre de honor que soy. Me gustaría añadir además que nun-
METAPOLÍTICA
22
núm. 60 | julio-agosto 2008
ca, ni aquí ni en otras partes, había sido acusado de lastimar a nadie. Dejando de lado el proceso por las injurias verbales, solicito que la demandante pague el setenta y cinco por ciento de los costos del resto de este proceso judicial debido a las falsas acusaciones que ha levantado contra mí, pues no sería justo de ninguna manera que yo pague unas sesiones que únicamente tienen el propósito de dar a conocer sus falsas incriminaciones. Atentamente Arthur Schopenhauer Q
Subjetividad Y verdad EN LAS ESCRITURAS DEL YO Teresa Martínez Terán*
E
l auge de la escritura autobiográfica en Francia estuvo antecedido por la crítica que la nueva novela1 lanzó contra la literatura de ficción y sus estructuras tradicionales: la cronología, los personajes, la lógica causal, la intriga, y en la oposición que mantuvo contra el orden antropomórfico, la narración lineal, la representación y la imaginación. En la era de la sospecha, como definió Nathalie Sarraute (1956) a las inmediaciones del siglo XX, personajes reales y de ficción son objeto de desconfianza. En contacto con la filosofía del momento y de los cambios culturales vividos, la nueva literatura no aspiraba tanto a revelar la realidad como a experimentar con el lenguaje. Muchas obras surgieron de esa concepción literaria más cercana a la idea de desaparición del autor que a la de su inflación, aunque en algunas de ellas asomara con mayor fuerza la subjetividad del escritor. Esto, y un interés más experimental que político, fueron abriendo la brecha de las diferencias con una filosofía militante de tipo
Profesora-investigadora de la BUAP. Su último libro es Filosofía y política en Michel Foucault (México, BUAP/Plaza y Valdés, 2007). 1 En 1957, Emile Henriot designó con ese nombre a un grupo de escritores franceses. En 1963 Alain Robbe-Grillet publicó una antología con el título Pour un nouveau roman. Sin ser un movimiento estilísticamente homogéneo, quienes lo constituyeron —Marguerite Duras, Claude Simon, Nathalie Sarraute, Samuel Beckett, por citar algunos— cuestionaban los modelos literarios establecidos. La diversidad de los proyectos individuales, algunos de los cuales entraban ya en la autobiografía, acabó de disolver esta tendencia hacia los años ochenta.
marxista o existencialista e, incluso, con respecto a un pensamiento no siempre estructuralista que cuestionaba la predominancia del sujeto y la figura del autor. A diferencia del cuento y la novela, lo que se ha dado en llamar las escrituras del yo —autobiografías, diarios personales íntimos y de viaje, memorias— dicen comprometerse a exponer la realidad con exactitud y sinceridad. La narrativa autobiográfica continúa con la disolución, pero esta vez por fusión de escritor-narrador-personajes, con lo que se produce un engrosamiento de la voz autoral. ¿Habrá sido en contra de aquellas generaciones de los años cincuenta y sesenta del siglo XX que las tendencias literarias derivaron, por un lado, hacia el egotismo y, por otro, hacia la proliferación del relato íntimo?, ¿lo propiciaron ellas con sus ideas de la desaparición, la multiplicación y el desdoblamiento del autor?, ¿los movimientos artísticos se vieron sorprendidos por la intromisión de factores imprevisibles que determinaron su derrotero o, si se prefiere, su desviación? La obra autobiográfica, como cualquier obra literaria de ficción —cuento y novela— interpela a la filosofía desde que en ella se despliegan conflictos de valor, desentrañamientos de verdad, configuraciones del mundo. Pero es el uso del yo, como sujeto confeso del habla y de la experiencia narrada, lo que la vuelve un problema moral y a veces jurídico. Algunas obras autobiográficas han dado lugar a procesos penales por difamación, lo que de entrada cuestiona su veracidad, su calidad ética y, eventualmente, justificaría su descrédito. Y es que si METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
23
SOCIEDAD ABIERTA l TERESA MARTÍNEZ TERÁN se puede contar o fantasear la propia vida, no está claro que se pueda inventar o disponer de las ajenas, por lo menos no sin un respaldo documental. ¿O es el universo literario creado el teatro en el que los personajes, cobrando vida propia, se resuelven a vivir en detrimento de los otros y de su propio autor? Esto sería válido si se tratara de literaturas de ficción. Estas no sólo reconocen sino que persiguen la estructuración de un universo autónomo, independiente de su autor incluso cuando se formulan en primera persona. Aquí, la figura del narrador se interpone entre el autor y los personajes, y pocas veces esas tres instancias se identifican. El yo de la ficción no es el yo que escribe, o bien el yo que escribe no es el que se produce en la existencia.2 Esta regla no escrita de las letras fue derogada en la segunda mitad del siglo XX, primero por el viraje de la nueva novela, y luego, en los años setenta, por la escritura autobiográfica. Así pues, por ejemplo, una muestra de ello es el número especial de Magazine littéraire aparecido en Francia en abril de 2007 bajo el título de “Las escrituras del yo. Autobiografía, diario íntimo, autoficción”. La revista presenta dos partes: en la primera se publican materiales de reflexión teórica sobre el género autobiográfico, y en la segunda reúne textos sobre figuras literarias y filosóficas que, voluntariamente o a su pesar, practicaron la narración de sí. Como siempre —y es un síntoma aunque no reduzca en absoluto el interés de la publicación—, el escenario se encuentra mayoritariamente poblado por escritores y filósofos franceses, desde Montaigne, Descartes y Rousseau, hasta Georges Sand, Gide, Sartre, Beauvoir, Malraux y Camus, lo que, de paso, hace de este número de la revista un ejercicio ejemplar de autorreflexión. También están los infaltables de la literatura universal que mantuvieron alguna relación con el género autobiográfico o que llevaron, paralelamente a la redacción de su obra pública, la escritura de diarios íntimos: Tolstoi, Kafka, Woolf, Fitzgerald, por citar algunos. (Sobre el primero, que mantuvo durante casi toda su vida notas de introspección, nos dice Georges Nivat (2007, p. 60): “Si Tolstoi se hubiera confesado cada ocho días, no hubiera habido ni diario ni Tolstoi”). ¿Qué valor epistemológico y estético guardan las confidencias —falsas o verdaderas— del yo?, ¿cuándo surge el género autobiográfico? Philippe Lejeune Claude Arnaud (2007) dice que desde Proust ese precepto era generalmente aceptado. 2
METAPOLÍTICA
24
núm. 60 | julio-agosto 2008
(2007, pp. 6-11) piensa que tras una larga evolución, el género aparece en el siglo XVIII con Las confesiones de Rousseau. Dos mutaciones habrían sido decisivas para el surgimiento del diario personal como técnica literaria al servicio del individuo: la invención del reloj mecánico a principios del siglo XIV y la difusión del papel: “El diario espiritual, inventado por Ignacio de Loyola y los jesuitas, no es más que una de las consecuencias de esta gran mutación”. La emergencia de la literatura intimista habría ido en paralelo con la consolidación del individualismo. Estos fenómenos produjeron cambios internos y externos que transformaron la relación del individuo con el tiempo y consigo mismo. Hecho que se refleja, por un lado en la incidencia de formas literarias donde la subjetividad gana presencia y, por otro, en las reflexiones filosóficas sobre el pasado, el tiempo y la misma conciencia individual. La adquisición de esta conciencia es vista como constitutiva del carácter de la modernidad, y se opone al pensamiento cristiano precedente que exigía la inhibición del yo o la renuncia al mismo, pero que, al mismo tiempo y paradójicamente, lo situaba como el centro de deliberación moral o libre arbitrio y como el objeto de salvación espiritual. Rupturas y permanencias que Michel Foucault (1976, p. 74) constata al afirmar que en Occidente el hombre deviene una bestia de confesión. Para él, la confesión individualiza y la individualización es una de las modalidades del poder: el individuo se autentifica por el discurso de verdad que pronuncia sobre sí mismo y que otro reconoce. Delon (2007, p. 38), que investiga a Rousseau, cuenta que el deseo de confesarse trabaja a toda Europa en el siglo XVIII y que es contemporáneo de la declaración política de los derechos del individuo y de la proclamación jurídica del derecho de autor. Es por ello que no sorprende encontrar una “prehistoria” de la literatura personal en la que se inscriben Pitágoras y san Agustín. El examen de conciencia, como práctica moral de la Antigüedad y particularmente en el estoicismo, dio lugar al registro del acontecer interior de la persona, de sus sueños y pensamientos, al tiempo que una literatura epistolar dejaba huella de las experiencias y vidas pasadas. Allí, la introspección estaba dirigida al autoconocimiento. No obstante, hay quien cuestiona que en la Antigüedad griega y romana hubiese existido la narración de la intimidad afirmando que ni el “conócete a ti mismo” socrático ni las expresiones estoicas a la Séneca iban en el sentido de narrar el estado
SUBJETIVIDAD Y VERDAD EN LAS ESCRITURAS DEL YO l SOCIEDAD ABIERTA
interior del alma (Jerphagnon, 2007, pp. 28-30). Para Jerphagnon (2007, p. 30), en la Antigüedad contarse a sí mismo habría sido pecar por desmesura. Según este autor, es san Agustín quien rompe con esa severa ley al escribir las Confesiones, no para alabarse a sí mismo en el espejo del yo sino para alabar a Dios. Al mismo tiempo, abriendo la vía de la introversión y rompiendo con lo “literariamente correcto”, él se habría puesto al abrigo de esas gentes “curiosas de la vida de los otros, tan descuidadas para rectificar la suya”. Pasa que Agustín, si bien está guiado por la preocupación y corrección de sí mismo, confiesa el pecador pero no el pecado. Inmerso en los hábitos de su tiempo, la suya es más una oración que una autobiografía. Dice san Agustín (1983): ¿Que me importa a mí que oigan o no los hombres las confesiones mías, como si ellos hubieran de sanar todas las dolencias de mi alma, siendo ellos tan cuidadosos para saber la vida ajena, como desidiosos para enmendar la suya...? Más cuando me oigan hablar de mí mismo, ¿de dónde saben si les digo la verdad, siendo así que ninguno de los hombres puede saber lo que pasa en lo interior de cada uno, sino el espíritu humano que está en el hombre mismo?
La modernidad también generó sus propias formas de exorcizar al yo en las censuras que impuso a la subjetividad bajo los temores de que su presencia contaminara tanto la vida racional como social. Ya no como en la era del cristianismo, por considerar que el egoísmo es un pecado, sino porque cree que la manifestación personal, fuera de las regulaciones jurídicas y económicas que la sujetan, es inmoral, rompe el orden social y los logros del conocimiento objetivo. En uno y en otro sistema el yo es puesto en duda y a distancia, en un espacio artificial y aparentemente neutro donde su amenaza es sometida supuestamente en beneficio de la comunidad y del saber racional. El análisis de la modernidad exhibe la complejidad de este juego en el que se velan y develan intereses privados y públicos en el nombre del buen funcionamiento del conjunto, pero que no ha redundado más que en un desarrollo del conocimiento técnico y no en la igual libertad de los individuos que conforman la sociedad. Es razonable que por la difusión de la escritura y de la imprenta desde el siglo XVI, el mundo de testimonios y memorias escritas que pudieron ser conservados haya sido más perceptible y accesible. Y es posible también
que la práctica de la autobiografía como género literario se haya consolidado en Occidente durante el siglo XVIII junto a una parcial desinhibición individual alentada por las reflexiones filosóficas y antropológicas de las que Descartes, Rousseau y Kant forman parte. Pese a ello, la empresa actual de reivindicar el valor de la expresión personal como forma de verdad y de arte, enfrenta el hecho de que tales escrituras son descalificadas y marginadas por la ciencia, la filosofía y hasta por cierta literatura. Por lo que respecta a las dos primeras se puede aceptar, con los matices que haya que respetar, que el yo es neutralizado para proceder a la reflexión del mundo objetivo. O se le cauteriza en afirmaciones generalizadas y generalizables para producir un efecto de verdad. En las ciencias humanas, la reflexión sobre el sujeto adopta la forma de la lejanía o de la analítica trascendental que lo divide en yo sensible y yo racional. Se piensa al hombre desde fuera de sí para alejar el peligro de distorsión que conlleva el conocer lo humano desde sí, como si con ello se garantizara su conocimiento científico y filosófico. Cuando en verdad, aquí, como en la fotografía documental, lo mejor y más interesante es siempre lo que queda fuera de cuadro. Esos mundos, que la prosa literaria transparenta y que la cotidianidad oculta, no tienen lugar en los discursos científicos y racionalistas donde el tú y el yo vienen a ser una amenaza de relativismo y de sospechosa subjetividad. Sin embargo, muchos son los filósofos que a pesar de las reglas del discurso verdadero han elegido la primera persona del singular para exponer sus pensamientos. Desde la antigüedad clásica y estoica con sus series epistolares y sus exámenes de conciencia, pasando por las confesiones de san Agustín y las de Rousseau, hasta la última modernidad individualista o existencialista, el filósofo piensa a través de un yo, ya sea para conocerlo y modularlo, ya sea para imponerlo o exorcizarlo. En Descartes y Kant el sujeto es puesto a prueba para así, bajo el imperio de la razón y de la universalidad conceptual, estar alerta contra los peligros de deformación subjetiva. Todo eso parece necesario cuando es inevitablemente el yo quien conoce, habla y piensa. Lo que indica que el sujeto no desaparece de los procesos de conocimiento y ni siquiera es seguro que se logren congelar sus perspectivas e inclinaciones mediante la abstracción. Si el yo no fuera un problema no desencadenaría la preocupación de la que dan cuenta la filosofía y las literaturas modernas. Un poco como Nietzsche, quien, al fustigar la ley, delataba un deseo de ley; o como si la vida, cuyas METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
25
SOCIEDAD ABIERTA l TERESA MARTÍNEZ TERÁN bondades tanto invocó Virginia Woolf, hubiese sido en realidad un anuncio de su muerte próxima. Así, entre mayor es el celo con el que los discursos sociológicos altruistas atacan el egocentrismo, más grande podría ser el ego que se intenta disimular, someter, conjurar. La intervención del yo en la literatura es igualmente compleja, y ello hace que adquiera todo su sentido el subtítulo de este número del Magazine littéraire: “autobiografía, diario íntimo, autoficción”. La regla de sinceridad rige a estos géneros y sólo la autoficción escaparía por la tangente a ese compromiso para experimentar con desarrollos virtuales de autor-narrador-personaje. Si hay una razón por la cual la autobiografía es rechazada en algunos medios es porque no cuenta, pese a la regla que la obliga, la verdad. Una sospecha de inflación yoica, de autofabulación o de ambición mediática y económica pesan sobre ella. La autobiografía ha devenido un género de extremos: o tiende a la egolatría o se inclina hacia la victimización y al odio de sí. Sin contar con que se ha convertido en el negocio favorito de quienes explotan escándalos de turno. Y si pese a todo un relato propuesto como “la verdadera historia del señor X” resulta literariamente importante, no es por la verdad que contiene sino por la conjunción del contenido con el estilo lingüístico y estructural que lo expresa, por la composición que logra, por la manera en que penetra situaciones de vida o porque expone el sentimiento de una época. Desde un ángulo estético, no sería serio rechazar una obra biográfica, de autoficción o de ficción porque miente. Tampoco hay que exigirle al relato del yo que sea verídico para que muestre una verdad. En él, como en la ficción, poco importa que las situaciones narradas, los personajes construidos o las tramas que se tejen hayan realmente ocurrido y existido si desentrañan conflictos, problemas, angustias reales o posibles de vidas, experiencias y épocas. Y si con sus recursos ciñe, de lo más de cerca posible, una realidad, así sea sólo para escapar de ella. Un problema de fondo: la idea de verdad con la que se pretende dividir tajantemente la obra de ficción y la autobiográfica sigue un criterio de objetividad y conforme a él, sólo lo que ocurre en un tiempo real y lineal mensurable, y sólo los hechos realmente identificables en el espacio pueden merecer el atributo de verdad. Otro tanto se podría decir del concepto del tiempo con el que se pretende fechar la aparición del género autobiográfico. Porque al aplicar una visión lineal, se busca un origen único en territorio occidental que es desmenMETAPOLÍTICA
26
núm. 60 | julio-agosto 2008
tido por las muchas excepciones de su propia historia, y que podría serlo por las evidencias que pudieran surgir en otras culturas externas a la suya. La verdad del arte, así sea el más ficticio, emerge de la profundidad de su gesto mediante recursos reales o imaginados. Poco importa si lo que narran Rulfo o García Márquez, Dostoievski o Kafka sucedió o fue el sueño o la pesadilla de alguien, lo importante es que muestran las tensiones del ser desde un tiempo imaginario, que sólo en su desbordamiento alcanza a develar la realidad. En la ficción el yo desaparece o se multiplica en las figuras del autor, del narrador y de los personajes. El escritor viste su yo con todos los pronombres para narrar recuerdos y verdades que saquea a su entorno, lo que ya es una forma de disolución y de dispersión del yo. Una navegación por personalidades, géneros, lugares y edades extrañas a las que trata de comprender, ya sea para protegerse de ellas, como Kafka o Thomas Mann, ya sea para exhibir su miseria o aun para reivindicarlas y hacerlas comprensibles (Richard, 2007, pp. 75-77). O como Pessoa, para amplificar su existencia más allá de sus límites, para vivir muchas veces y a voluntad. En sus desplazamientos libres y en su apertura a la realidad, este tipo de narrativa es incluso subversiva, así sea sólo por el hecho de trastornar la hipocresía y las escalas de valores al permitirse hablar con verdad. Esto nos lleva a pensar que entre el equilibrio de verdad y belleza arraiga una actitud ética semejante a la lealtad. Una triple exigencia —verdad, belleza, autenticidad— que el Magazine registra a propósito de autores como Virginia Woolf y su principio de que si no se dice la verdad sobre sí mismo tampoco puede decirse la de otros (Lemasson, 2007, p. 78). O Julien Green (2007, p. 94), para quien la vida privada de los próximos no se toca.... Como cronista de su generación, Hervé Guibert sabía que existían cosas brutas, indecibles, que había que convertir en literatura, “y en eso, es menos egocéntrico de lo que se cree… y más un escritor” (Martel, 2007, pp. 91-92).3 Se puede ser un escritor o un delator, pero quien canibaliza a personajes reales imputándoles acciones e ideas que no son las suyas, no alcanza ninguna de estas categorías. Esto habla de que la escritura de los otros y del yo no es una simple transposición de hechos sobre el papel, sino que implica una problematización moral, un conflicto entre lo público y lo privado 3
Cfr., la crítica a la autobiografía de Claude Arnaud (2007).
SUBJETIVIDAD Y VERDAD EN LAS ESCRITURAS DEL YO l SOCIEDAD ABIERTA
que debe ser resuelto mediante un trabajo ético y literario conforme a los principios filosóficos del autor. La novela, se sabe, es propuesta como una fabulación, pero la autobiografía que se presenta como real, se convirtió en el lugar del resentimiento, de la venganza, de la delación y de la calumnia. Esta es la razón por la que Claude Arnaud la cuestiona y por lo que prefiere la heterobiografía, que es otra forma de la literatura de ficción en la que el autor se otrifica. Pero ésta, que la técnica literaria se encargaría de acompañar, supone a un ser humano cuya filosofía de vida se proyecta en la escritura. Otrificarse es la capacidad para convertirse en otro. Un escritor recrea vidas, cuerpos, conciencias —también viviendas, dice Proust pensando en Dostoievski— a las que dota con la concreción del yo o en las que se trasmuta para generar un escenario de realidad o de verosimilitud, cuya efectividad sea tan palpable como la que debieran producir el documento, la autobiografía y el testimonio. Decir que se trata de vidas imaginarias o reales, de entornos supuestos o vividos pierde sentido, pues en estos despliegues verbales las fronteras entre lo que se vive o se sueña, entre lo que se observa o se imagina, nunca son reales y menos tajantes… y ni siquiera son fronteras. Aunque, como se ha dicho, creer es cortesía. También una novela, presentándose como ficción, se arma para ser creída. Y en la medida en que crea un universo de verdad, el autor cumple mejor su objetivo. Así, la frase de Michel Foucault sobre Hervé Guibert: “No le pasan más que cosas falsas” (Martel, 2007, p. 91), sólo es comprensible cuando el texto se autopropone como verdadero. Pero ni en la autobiografía es seguro que se trate del yo del escritor. Apunta la introducción del Magazine littéraire: “los escritores no sueltan la máscara tan fácilmente”. O como creyó Stendhal, la novela nace de esa necesaria falta de coincidencia entre el yo del estado civil y el yo escrito, porque la letra separa para siempre el libro de lo vivido y salva de la tendencia narcisista a la contemplación fascinada de sí (Laurel, 2007, pp. 45-49). Escribirse a sí mismo es imposible, y es de esa imposibilidad fundadora de fantasía de donde nace la literatura. Sólo un ojo inadvertido o malintencionado creería ver en los personajes literarios la verdadera personalidad de su autor. O en los distintos sujetos gramaticales utilizados la versión agazapada de una vida expuesta con cinismo o disimulo. ¿Hay algo más falaz que el yo? Aquí, como en otras áreas de la ciencia social, suponiendo que tuviera algún interés, la clave estaría dada por la correspondencia o incompa-
tibilidad entre los hechos literarios y los históricos, verificados o desmentidos por un trabajo de investigación formal. Pero ese, que es ya el asunto de biógrafos y de historiadores de la literatura, tendría antes que demostrar que el “yo investigador” está a salvo de falacias.4 La ficción, como la fabulación de los otros o heterobiografía, no es pura pero tampoco mixta. Conforma un orden distinto de lo real, otra estructuración cuyo rasgo esencial es incorporar en una nueva organización del discurso los fragmentos del ser invisibles y dispersos: “El libro es el lugar unitario donde se puede efectuar la reunión de lo diverso” (Starobinski, 2007, p. 35). Lo importante aquí son las existencias que la prosa deja traslucir y que las formas de expresión meramente racionales expulsan. Por ello, es un acierto que frente a la separación de textos autobiográficos y ficcionales, Delon (2007, p. 11) pregunte a Lejeune: “Usted opone los textos autobiográficos y de ficción, pero escritores como Benjamin Constant o como Stendhal intentaron todas las gradaciones que hacen pasar de la autobiografía a la ficción”. Interrogación que da al entrevistado la oportunidad de explicar que las oposiciones son necesarias para construir, situar y discernir mejor campos ambiguos, que son frecuentemente los más gratos. Pero que hay, en efecto, espacios autobiográficos que no pretenden sostener discursos de verdad sino que son campos de experimentación virtual de sí que pueden desarrollarse en un sentido o en otro. Lejeune (Delon, 2007, p. 11) aclara que este campo corresponde al que Serge Douvrovsky bautizó, en 1977, como “autoficción”, y que puede ser entendido “como todo el espacio entre una autobiografía que no quiere decir su nombre y una ficción que no quiere desligarse de su autor”. Aún así, Lejeune asienta una diferencia: los textos de ficción y de autoficción no piden al lector ser creídos, “le preguntan si su ficción es buena, si funciona bien”. La autobiografía, en cambio, es una demanda de reconocimiento, de reciprocidad. Según esto, el autobiógrafo busca el amor del lector y ello sería la causa de que el género resulte tan fascinante como impopular. Podría analogarse la prevención de los lectores contra el autobiógrafo con las angustias que produce la cercanía en la vida occidental contemporánea. La sola proximidad de lo extraño en los espacios Cosa no muy clara, como se aprecia en el artículo que Damien Zanone (2007, p. 53) escribe sobre George Sand: “Una vulgata misógina”, haciendo de crítica literaria, se encarnizó con la vida de la novelista para ningunear mejor la importancia de su obra. 4
METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
27
SOCIEDAD ABIERTA l TERESA MARTÍNEZ TERÁN de uso colectivo causa incomodidad, miedo frente a la posibilidad accidental del contacto. Lejeune lo explica así: Se escribe la vida, se interroga sobre lo que advendrá después de la muerte, y sobre todo se desearía, sin siquiera pensar en llegar a publicarla, tener uno o dos lectores. Hay un déficit de comunicación en la sociedad francesa actual. Se pretende que lo vivido está a la moda: se trata de un vivido formateado por los medios, listo al consumo, pero la gente no se habla en el metro y usted no conoce a su vecino de piso.
La razón por la que este investigador formó una asociación para la autobiografía es la de salvar un conjunto de manuscritos personales de la desaparición, porque ésta significaría la pérdida de un material muy valioso para la comprensión de su sociedad y de su época. Con ese mismo fin fundó la revista La faute à Rousseau, en cuyas páginas caben textos de escritores no oficiales pero que gustan de escribir, intercambiar reflexiones y leerse unos a otros. Su acción está guiada por una sensibilidad teórica de historiador y de antropólogo que aspira, además, a enfrentar la atomización social mediante actos propiciatorios de encuentros, intercambios y acercamientos. Se entiende por qué, en Lejeune, el estudio de la autobiografía pasó de ser un simple objeto profesional de investigación a un espacio de militancia y de vida, y por qué el tema de su trabajo universitario se desliza del interés literario al campo antropológico; y cómo de “investigador clásico”, de sujeto cognoscente y distante de observación, se torna en sujeto participante comprometido con su vida cultural y social. El pacto autobiográfico, asociado por Lejeune al pacto social de Rousseau, es un convenio de transparencia, expresión y escucha de la verdad. Los capitalismos actuales no proporcionan sino, antes bien, evitan las condiciones de verdadera comunicación. Bajo su aparente euforia democrática aíslan a los individuos y reprimen las ocasiones de consenso, de trato personal. Peor, los enfrentan. Por ello, y al margen de todos los problemas técnicos que pueden surgir con la ruptura tajante entre autobiografía y literatura de ficción, Lejeune insiste en ella colocando la verdad del lado del relato personal y oponiéndolo al cuento y a la novela, reivindicando la literatura de masa —descalificada por las instancias institucionales— frente a los textos consagrados de grandes nombres, trabajando para que se reconozca en las esMETAPOLÍTICA
28
núm. 60 | julio-agosto 2008
crituras del yo su potencialidad estética que hasta ahora está reservado a la ficción. Y bien, no todos los relatos de sí conducen a la egoteca, también suelen buscar un entendimiento con la sociedad. Desde la práctica introspectiva y el uso del diario íntimo para mantener a raya al yo, hasta la invención de sí mismo en las leyendas, mitos y vidas imposibles que se relatan, la literatura personal busca conocer los propios límites. No todo novelista es Fitzgerald o Hemingway. En esta era pobre en experiencias, las de ciertos escritores quedan entre el silencio del cuarto de trabajo y su fantasía. Unos buscan con sinceridad descubrirse a sí mismos o apaciguar sus fantasmas mediante la autobiografía, otros desfabricarse o metamorfosearse en el yo que quieren o que no quieren ser. Alguien como Tolstoi se narra al margen para no volverse a acordar de sí. El duelo con la memoria se traduce en un esfuerzo permanente para recuperar las impresiones y el tiempo ido; en este caso, las notas privadas son un soporte de la redacción novelada. Lo único cierto es que en literatura las clasificaciones caen por su propio peso. En relación con la censura moderna de la subjetividad se puede interrogar: ¿por qué, hasta hoy, resulta chocante oír hablar en primera persona, al grado de ser un insulto o una grosería la mera enunciación del yo?, ¿tiene ello que ver con la traducción cultural de un mundo cristiano occidental a un mundo laico?, ¿el individualismo liberal habría sentido la necesidad de sujetar, mediante la celosa conservación de los controles religiosos y los miedos colectivos, las fuerzas yoicas que amenazan de disolución social?, ¿es contra esa censura que buen número de personas, incluyendo personalidades filosóficas y literarias, se han dado a la escritura de sí?, ¿es como respuesta al llamado de la confesión y de la individualización? Modulado o no, elaborado o no, bloqueado o no, el yo sigue allí como realidad y como inquietud en las relaciones y metamorfosis con los otros. Es para éstos y para el individuo un problema, es un órgano-obstáculo, el medio por el que se realiza la existencia y la dificultad para realizarla; es, al mismo tiempo que la vía para vivir y conocer, la opacidad que nos lo impide y nos lo vuelve en contra. Es lo que se expresa, piensa, inventa y sueña en la escritura. Es también lo que se defiende y ataca en ella. Queda que ni a la autobiografía ni a la ficción les basta el materializarse por escrito para convertirse en arte. Y quedan preguntas por formular. ¿Quién dice yo en nosotros?, ¿quién es el nosotros que se expresa en el yo? Es
SUBJETIVIDAD Y VERDAD EN LAS ESCRITURAS DEL YO l SOCIEDAD ABIERTA
esa línea oblicua que va de la literatura a la filosofía y viceversa la que hace del artículo de Arnaud, publicado en este número de Magazine littéraire, uno de los más críticos. Un día —dice—, a la vuelta de los años setenta, la literatura dejó de verse como un tejido hecho de muchos textos y autores: “Un día, aproximadamente el mismo, dejamos de representarnos en colectivo y bajo la forma de una comunidad para redescubrirnos como una adición de individuos que respondían solos a su propio destino” (Arnaud, 2007, p. 22). Al filo de estos dos sucesos de orden social e intelectual, comenzó en Francia la era de la literatura personal que vino a sustituir a la corriente de la nueva novela. Si la literatura era percibida como una actividad colectiva, como una gran máquina de tejer de la que el escritor formaba parte, esta misma máquina produjo de más en más autores que narraban universos muy personales: Marguerite Duras, Thomas Bernhard. Luego, Serge Douvrovsky, Hervé Guibert, Christophe Donner, Marc Weitzmann, Christine Angot, Michel Leiris... Reseñando el giro autobiográfico desde los años setenta, entre las obsesiones psicoanalíticas y las demandas políticas de transparencia y libertad que se vivían, Arnaud destaca algunos de los cambios que marcaron las tendencias literarias: la separación de autor, narrador y personaje desapareció, el héroe de la novela de autoficción podía ser, en adelante, al mismo tiempo el autor con su nombre propio. No es que anteriormente haya sido del todo desconocido tal recurso. Es verdad que Proust libró en La prisionera la identidad hasta allí anónima del narrador de En busca del tiempo perdido al nombrarlo, en condicional, Marcel. Como interpreta Arnaud, tenía buenas razones para ello después de que en su obra el narrador es el único “normal” entre muchos personajes homosexuales. Fuera de esta circunstancia, lo que Proust parece haber planeado fue la reducción al anonimato del narrador con su puesta en off y no su identificación declarada con el autor. Después vinieron Céline y Genet, mientras que en 1975 apareció un Roland Barthes por Roland Barthes sugiriendo un alter ego o el desdoblamiento de sí en personaje de novela. Lo que da pie al comentario: “De ahí a la autoinvención...” (Arnaud, 2007, pp. 23 y 25). Ante esto, la posición de Foucault, al escribir una breve biografía de sí mismo bajo el pseudónimo “Maurice Florence”, recuerda más la heteronimia de Pessoa o a los griegos de la Antigüedad tal como la describe Jerphagnon: Julio César hablando en tercera persona, o Augusto to-
mando la palabra no para hablar de su intimidad sino de los acontecimientos públicos (Jerphagnon, 2007, p. 28). Foucault (1994, p. 811) se distancia de sí para resumir su filosofía, una de cuyas preocupaciones fue la disolución del sujeto en favor de la emergencia de la subjetividad y de la constitución crítica de sí. Tal vez porque veía que en un sujeto no reflexionado y hasta enmascarado en el discurso de la filantropía acechaba un ego habituado a saltar sobre los demás. Arnaud (2007, p. 26) cita a Deleuze como a otro de los que se levantaron contra esa literatura del petit secret que comenzaba a expandirse: “El fin de la escritura es llevar la vida a un estado de potencia impersonal”. Dije al inicio que era sintomático que una revista abordara las escrituras del yo a partir de autores en su mayor parte franceses. Sin ignorar sus serias diferencias, el diagnóstico de Lejeune sobre la incomunicación social y la epidemia inflacionaria del yo que Arnaud encuentra en la literatura, tienen en común que detectan la existencia de un mal francés, aunque cada uno vea causas y soluciones distintas frente al ensimismamiento, la agresividad y la paranoia social. Sólo que, a diferencia del primero, Arnaud no aprecia en el desbordamiento de las escrituras del yo un giro positivo con el que haya salido ganando la literatura francesa, sino más bien el síntoma de una “enfermedad nacional”, puesto que ni Italia, ni Inglaterra, ni España son la sede de una semejante inflación yoica. Ahora las personas se aíslan porque son agredidas por una sociedad que las minimiza y aniquila, y la sociedad arremete porque sus miembros se sienten amenazados de desaparición. ¿Qué causa ese malestar cultural e individual?, ¿por qué unos piensan que hay que salvar al yo de la incomunicación y otros ven en este rescate el signo de un hyper-ego herido por su propia ambición? Aunque el problema social y el literario son distintos, ambos se tocan en la esfera cultural donde una cuestión de fondo podría estar campeando, el temor a la pérdida de autonomía y de identidad: Igual que este país sufre por ya no ser el centro del mundo, aunque a sus propios ojos lo sigue siendo, el autoficcionador(a) se vive como el centro de un universo que no llega a sostener más que por un exceso de agresividad o de paranoia —el repliegue sobre sí anima el remate de hierbas amargas (Arnaud, 2007, p. 26).
Veamos: un yo sólido elegiría el tiempo pasado y engendraría personajes ficticios para expresarse mejor, METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
29
SOCIEDAD ABIERTA l TERESA MARTÍNEZ TERÁN un yo frágil canibaliza en la autoficción a los personajes realmente existentes para darse una apariencia de realidad en una especie de hyper-presente (Arnaud, 2007, p. 26). Una serie de factores bulle tras esa pérdida que lanza a Narciso en su desquite. Y no es la culpa de Rousseau sino de un sistema de relaciones que, al menos teóricamente, parece extraño al liberalismo clásico. Un régimen toma forma y penetra individuos y sociedades para absorber su voluntad y emociones tanto como su modo de vida y sus formas de interacción, es decir, su sociabilidad y subjetividad. La pérdida de la capacidad interna de decisión choca con el relato del pacto social y de la voluntad general, mientras que los individuos se estilizan (enflaquecen) cada vez más en el Occidente moderno. Se vive una grave fractura entre la adulación del hombre y de la sociedad, y la anulación real de ambos bajo fuerzas cuyo funcionamiento no controlan ni los pueblos ni los individuos. El dilema no era el Estado o el individuo, sino la sumisión de uno y otro a la política frenética de un capitalismo que ha puesto a ambos a su servicio. La historia particular de Francia le da razón a Arnaud (2007, p. 25): al verse fuera del centro del mundo, los autoficcionadores no solamente buscan encontrar un sí mismo ya perdido, sino que lo hacen explotar agresivamente con la delación, el resentimiento y la venganza contra sus blancos favoritos: la familia, sus propios círculos intelectuales, la patria. Un juego entre la sobrevaloración del yo y su denigración produce frases como: “mi nulidad”, “lo insignificante que soy”, “mi nada”, “mi mínimo de ser humano”, que revelan un vivir entre los límites de la ficción y de la realidad virtual, de “existir en un mundo en abismo”, de ser ficticio. Luego, escribirse a sí mismo es pasar de esa ficción de ser al ser de ficción. No habría más que contarse literariamente para producir una novela de ficción. Arnaud dice que los géneros autobiográficos franceses son vistos en el extranjero como una variante nihilista, narcisista y descomprometida. Y declara sus simpatías por la heterobiografía: los Cervantes, Sterne, Diderot, Pessoa, capaces de otrificarse, sensibles a las alteraciones que puede sufrir el yo, “Desbordándose de sí mismos, saben cambiar de país o de género, hacerse animal o elemento”. En sus metamorfosis —nos dice—, estos escritores habitan una humanidad más amplia y un territorio plural para hacer del yo otro... y otro... y otro... Parece exagerado pensar que sólo Francia vive los efectos pulverizantes del neoliberalismo, aunque sin METAPOLÍTICA
30
núm. 60 | julio-agosto 2008
duda la forma y alcance que ahí ha tomado el yoismo literario tengan que ver con una particular historia de protagonismo militar y cultural. Pues bien, sin negar la belleza de la otrificación, admitiendo de buena gana que el otrismo es la única forma de hacer literatura y que se empotra hasta en las obras más intencionadamente autobiográficas, ¿no es ésta otra forma de fuga estética y de aspirar al infinito?, ¿no es la disolución de la identidad otra ficción contemporánea? Ser otro, ser río como quería Flaubert, ser a un tiempo amante y amado y las palabras que se dicen, ser la novela toda, no deja de ser el recurso de un imaginario individual. Lo anterior nos recuerda que la novela nació al mismo tiempo que el individuo y el derecho de autor, y nos lleva a reflexionar sobre el carácter burgués que marca el nacimiento de la novela moderna y en las posibilidades de su transformación al contacto con las mutaciones que se viven. Pero deja intacto el problema social y político que no se resuelve con giros novelescos por más que el arte sea un producto social y en ocasiones subversivo. En la literatura, la transmigración hacia el tirano más abominable o hacia el misógino más vulgar, es un procedimiento técnico necesario si se quiere imprimir consistencia al personaje que se narra. Por un rato el escritor tendrá que ponerse en sus zapatos y pensar, hablar, moverse como él. Pero eso, que en literatura es talento, en filosofía se llamó alienación y en psicología esquizofrenia. Y si estos títulos no siempre son acertados y menos negativos, en política, la identificación del oprimido con quien le impone la sumisión y sus condiciones de desigualdad, es fatal. Es resultado de la individuación o subjetivación implementada para mantener la sumisión y puede llamarse oportunismo. Si entre literatura y filosofía hay lazos importantes, también es importante no traslapar mecánicamente las soluciones de un campo al otro. Puede ser cierto que la literatura francesa sufrió por un exceso de teoría. Sé que los teóricos ganaron con su proximidad a la literatura y que descubrieron formas sorprendentes de expresión. La otrificación literaria no hace una humanidad amplia y un mundo plural en la realidad real, que es donde se viven los problemas del egotismo, el autoritarismo, la agresividad, la indiferencia. Dejando a un lado toda la validez y el encanto de la transfiguración literaria de sí, filosóficamente habría que encarar la reflexión crítica del yo y del nosotros para esclarecer sus relaciones con una humanidad que hoy por hoy no es amplia, ni incluyente, ni plural. Q
SUBJETIVIDAD Y VERDAD EN LAS ESCRITURAS DEL YO l SOCIEDAD ABIERTA REFERENCIAS Arnaud, C. (2007), “L’aventure de l’autofiction”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Assouline, P. (2007), “Julien Green. Un confessionnal de papier”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Delon, M. (2007), “Entretien avec Philippe Lejeune. Une practique d´avant-garde. Propos recueillis par Michel Delon”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Delon, M. (2007), “Rousseau, Diderot, Casanova. Confessions et Contre-Confessions”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Foucault, M. (1976), Histoire de la sexualité, La volonté de savoir, París, Gallimard. Foucault, M. (1994), “¿Qué es un autor? ”, en Dits et Ecrits I. 19541969 , París, Gallimard. Jerphagnon, L. (2007), “San Agustín. La conciencia al desnudo”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Laurel, A. (2007), “Del egotismo”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril.
Lemasson, A. (2007), “Virginia Woolf. L’hantise du moi”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Martel, F. (2007), “Hervé Guibert. Autoportrait de famille”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Nivat, G. (2007), “Léon Tolstoi. Pour ne plus se souvenir de soi”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzoabril. Richard, L. (2007), “Le journal comme rempart”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. San Agustín (1983), Confesiones, Madrid, Sarpe. Sarraute, N. (1956), L’Ere du soupçon, París, Gallimard. Starobinski, J. (1982), Montaigne en mouvement, París, Gallimard, citado en Roudaut, J. (2007), “Montaigne, Descartes. Paraître et être”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril. Zanone, D. (2007), “L’autobiographie solidaire”, Magazine littéraire (Les écritures du moi, autobiographie, journal intime, autofiction), Hors-série, núm. 11, marzo-abril.
METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
31
Ilustraci贸n: Waldo
Paz EN EL
68
Julio Glockner* Nosotros todavía no aprendemos a pensar con verdadera libertad. No es una falla intelectual sino moral: el valor de un espíritu, decía Nietzsche, se mide por su capacidad para soportar la verdad. Octavio Paz
A
poco más de un año de la matanza de Tlatelolco y después de haber renunciado como embajador de México en la India en señal de protesta, Octavio Paz publicó Posdata, que tuvo su origen en una conferencia pronunciada en la Universidad de Austin. Este texto, que actualizaba su visión de México expuesta en El laberinto de la soledad, desató, más que una polémica, una condena colectiva a su autor por haberse atrevido a plantear una lectura diferente *Profesor-investigador de la BUAP.
de los sucesos del 68. Recuerdo que esa discusión llegó hasta los pasillos de la preparatoria donde estudiaba entre los profesores de sociología y filosofía; uno de ellos, Diego Seijas, nos recomendó leer Posdata. Como aún no pasaban por mis manos textos marxistas que leería poco después y durante muchos años, no tenía el prejuicio de considerar que la lucha de clases, y sólo ella, era capaz de las grandes transformaciones sociales que nos conducirían, cumpliendo las “leyes del desarrollo histórico”, al socialismo, de modo que no encontré en el libro de Paz nada que me pareciera condenable. Recuerdo, en cambio, que había partes incomprensibles para mí. Treinta y tantos años después vuelvo a leerlo, y confirmo que es un libro brillante y certero en muchos sentidos. Las ideas que antes me parecieron oscuras hoy las considero carentes de sustento y quisiera explicar por qué al final de este artículo. En la entrevista que Julio Scherer le hizo cuando iba a cumplir 80 años y que volvió a publicar Proceso reMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
33
SOCIEDAD ABIERTA l JULIO GLOCKNER cientemente, Octavio Paz recuerda que sus ideas fueron criticadas duramente tanto por los voceros del gobierno como por los intelectuales de izquierda. Unos empeñados en la preservación del sistema político y económico, los otros en la instauración, por medios revolucionarios, del socialismo. No me interesa detenerme aquí en la lógica de los apologistas del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, que sigue siendo la misma de los pequeños déspotas que le rinden homenaje cada año. Me interesa en cambio la respuesta de quienes, desde la izquierda, no aceptaron el análisis de Paz, quien concluía afirmando que la salida para México no era una revolución al socialismo, sino la creación de una auténtica democracia, no circunscrita al ámbito político sino que comprendiera la justicia social. Paz siempre insistió en la necesidad de rescatar simultáneamente las dos grandes tradiciones del pensamiento político occidental: liberalismo y socialismo. Sabiamente equilibradas, estas corrientes podían confluir en una sociedad donde se gozara de libertad y equidad. ¿Cuántos militantes o simpatizantes de izquierda que defendieron las tesis revolucionarias le darían hoy la razón a Paz? Y sin embargo continúan sin conocerlo. Es un grave error privarse de la lectura del escritor más lúcido y creativo que dio el siglo XX mexicano. Posdata es un libro de interrogantes centrales y afirmaciones fuertes y novedosas: ¿Podremos concebir un modelo de desarrollo que sea nuestra versión de la modernidad?, ¿proyectar una sociedad que no esté fundada en la dominación de los otros, y que no termine ni en los helados paraísos policíacos del Este ni en las explosiones de náuseas y odio que interrumpen el festín del Oeste? En un México, entonces sí, con crecimiento económico y cabalgando sobre la demagogia del desarrollo y el progreso, Paz hace un alto para cuestionar la forma en que éstos términos han encarnado en la realidad mexicana: el desarrollo, dice, ha sido hasta ahora lo contrario de lo que significa esa palabra: extender lo que está arrollado, desplegarse, crecer libre y armoniosamente. “El desarrollo ha sido una verdadera camisa de fuerza. Una falsa liberación: si ha abolido muchas de las antiguas e insensatas prohibiciones, en cambio nos agobia con exigencias no menos terribles y onerosas… El otro México, el sumergido y reprimido, reaparece en el México moderno: cuando hablamos a solas, hablamos con él, cuando hablamos con él, hablamos con nosotros mismos”. Y sobre el progreso, esa perniciosa idea de la METAPOLÍTICA
34
núm. 60 | julio-agosto 2008
modernidad occidental, dice que es un extraño padecimiento que nos condena a prosperar sin cesar para así multiplicar nuestras contradicciones, enconar nuestras llagas y exacerbar nuestra inclinación a la destrucción. ¿Alguien puede poner en duda estas palabras viendo la devastación ecológica, el desorden demográfico, la creciente pobreza, el caos urbano, la fealdad y la suciedad brotando por todos lados? La filosofía del progreso —concluye Paz— muestra al fin su verdadero rostro: un rostro en blanco, sin facciones. Ahora sabemos que el reino del progreso no es de este mundo: el paraíso que nos promete está en el futuro, un futuro intocable, inalcanzable, perpetuo. El progreso ha poblado la historia de las maravillas y los monstruos de la técnica. pero ha deshabitado la vida de los hombres. Nos ha dado más cosas, no más ser. Una vez desplegado este desalentador panorama tiene sentido pleno la causa que motivó la rebelión juvenil de los años sesenta. Pero antes de entrar en la caracterización de los distintos movimientos estudiantiles, Paz hace una observación de fondo: El sentido profundo de la protesta juvenil —sin ignorar ni sus razones ni sus objetivos inmediatos y circunstanciales— consiste en haber opuesto al fantasma implacable del futuro la realidad espontánea del ahora. La irrupción del ahora significa la aparición, en el centro de la vida contemporánea, de la palabra prohibida, la palabra maldita: placer. Cuando digo placer no pienso en la elaboración de un nuevo hedonismo ni en el regreso a la antigua sabiduría sensual —aunque lo primero no sea desdeñable y lo segundo sea deseable— sino en la revelación de esa mitad oscura del hombre que ha sido humillada y sepultada por las morales del progreso: esa mitad que se revela en las imágenes del arte y del amor. La definición del hombre como un ser que trabaja debe cambiarse por la del hombre como un ser que desea.
Octavio Paz habla del 68 como un año axial, es decir, como el eje en torno al cual gira una compleja circunstancia socioeconómica, política y cultural de carácter internacional. Las protestas juveniles aparecen en Praga, Chicago, California, París, Tokio, Belgrado, Roma, México, Santiago… y a esa universal inconformidad se opone inmediatamente una respuesta gubernamental sorda y autoritaria, con una característica también universal: todos los gobiernos atribuyeron los desórdenes a una conspiración exterior. Paz menciona en Posdata
PAZ EN EL 68 l SOCIEDAD ABIERTA
una hilarante coincidencia: tanto para el gobierno de México como para el Partido Comunista Francés, los estudiantes estaban movidos por agentes de Mao y de la CIA. Después de dos guerras mundiales y de los crímenes masivos cometidos por alemanes, rusos y estadounidenses, el 68 fue la primera rebelión internacional contra una sociedad tecnológica empeñada en producir y consumir, hasta reventar, mientras mantenía una carrera armamentista y despreciaba a todo aquél que no estaba dispuesto a incorporarse a la lógica de la competencia y el triunfo. Pues bien, los jóvenes de los países donde esta lógica imperaba con mayor crudeza (Europa y Estados Unidos) dijeron con toda firmeza: ¡A la mierda con todo esto! Y salieron a las calles a gritar de mil maneras un NO rotundo al insoportable estado de cosas. No fueron obreros ni campesinos, sino estudiantes quienes llenaron las plazas públicas y las avenidas, pintaron paredes con frases sarcásticas e irreverentes, cantaron y bailaron alegremente porque la protesta era también una fiesta. Paz usa un término para designar el ánimo de la protesta que no me convence: exasperación. La exasperación es el último grado de la cólera, y si consideramos que la protesta juvenil no sólo comprendía las acciones callejeras contra el autoritarismo, sino también los festivales de rock y la fiesta generalizada hasta el último rincón, obviamente que no es el término más apropiado. Según Paz, la rebelión juvenil oscila entre estos dos extremos: su crítica es real, su acción es irreal. Su crítica da en el blanco, pero su acción no puede cambiar la sociedad. Esto se debe a la paradoja en que consiste ser estudiante, pues durante largos años se vive un aislamiento universitario que genera una situación artificial: “mitad como reclusos privilegiados y mitad como irresponsables peligrosos”. Su inserción en la sociedad no es plena y esto genera una incompetencia de origen en la realización de sus propuestas. La protesta juvenil fue universal, fue una de las primeras manifestaciones de la aldea global —término que McLuhan hizo circular por aquella época—, pero tuvo características específicas en distintas partes del mundo. En Posdata se distinguen tres: en Estados Unidos y Europa, donde existe una experiencia plena de lo que es y significa el progreso, los jóvenes se rebelaron contra los mecanismos y la enajenación de la sociedad tecnológica, contra su insaciable sed de consumo, su creciente deshumanización y su frívola idea del éxito. Contra la violencia, abierta o solapada, ejercida sobre
sus minorías internas, como los negros y los chicanos, y contra la política agresiva hacia otros países, específicamente la guerra contra Vietnam, que generó un gran movimiento pacifista en Estados Unidos. En los países del Este europeo, en cambio, la lucha juvenil enfatiza el nacionalismo y la democracia. Nacionalismo frente a la dominación soviética, específicamente la invasión a Checoslovaquia, que produjo la gran protesta contra los rusos durante la primavera en Praga. Y demanda de democracia frente a las abominables burocracias comunistas incrustadas en la vida económica y política de aquellos países. Libertad de expresión y de asociación fueron demandas primordiales entre los jóvenes de lo que hoy es Europa Central. “Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en dos formas predilectas de la esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo. México y Moscú están llenos de gente con mordaza y de monumentos a la revolución”, escribió Paz en 1969. El movimiento estudiantil del 68 en México tuvo semejanzas con las protestas de los jóvenes tanto de Estados Unidos y de Europa Occidental y del Este. Pero la afinidad mayor la encuentra Paz con los jóvenes de Europa Oriental, que desde una reivindicación nacionalista exigen democratizar la vida de sus países. Allá se lucha contra la invasión y la injerencia soviética, mientras que en México se protesta contra el imperialismo norteamericano. Mientras en la Europa del Este se combate a las burocracias comunistas, en México se lucha contra el autoritarismo sordo y monolítico del PRI. Un crecimiento económico sostenido durante varias décadas le daba a México un prestigio internacional que lo colocaba como ejemplo de desarrollo para los demás países latinoamericanos. En esas circunstancias se obtuvo la sede de los Juegos Olímpicos, lo que atrajo la atención mundial hacia nuestro país. La soberbia y la torpeza del gobierno de Díaz Ordaz fueron construyendo gradualmente, en un ambiente propenso a la inconformidad, un movimiento que comenzó con una riña callejera entre adolescentes que fueron agredidos brutalmente por la policía. Las protestas por la represión se multiplicaron y fueron cada vez más concurridas, hasta llegar a la manifestación que reunió a 400 mil personas caminando en silencio por las calles de la ciudad de México. El Estado respondió con más detenciones, golpes y la entrada del ejército a la Universidad y al Politécnico. La prensa escrita, el radio y la televisión respaldaban el absurdo autoritario de un gobierno cada vez más repudiado. Se diseñó una campaña para que las METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
35
SOCIEDAD ABIERTA l JULIO GLOCKNER familias retuvieran a sus hijos en sus casas y una voz solemne en tono de advertencia decía: “Son las 10 de la noche ¿sabe usted dónde están sus hijos?” Muchísimos no sólo lo sabían sino que los respaldaban en las protestas. En el transcurso de unas cuantas semanas, dice Paz, apareció claramente que los estudiantes, sin habérselo propuesto expresamente, eran los voceros del pueblo. No los voceros de esta o aquella clase, sino de la conciencia general. El movimiento estudiantil en México fue reformista y democrático, no tuvo el radicalismo que caracterizó a las de Francia, Alemania o Estados Unidos, ni compartió las características orgiásticas del movimiento hippie. Las demandas de los estudiantes mexicanos eran elementales y moderadas: derogar un artículo del Código Penal por anticonstitucional, liberar a los presos políticos, destituir a las autoridades policíacas responsables de la represión y establecer un diálogo público con el gobierno federal. Con estas peticiones, justas y sensatas, se inició el proceso de democratización de la vida política en el país en la segunda mitad del siglo XX. La respuesta del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez fue masacrar a los miles de estudiantes que se hallaban reunidos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, y así, con esa brutal represión, terminar de un solo golpe con el movimiento estudiantil. A mi me tocó la triste fortuna de presenciar, horrorizado, desde las ventanas del edificio Guanajuato, la matanza de estudiantes y gente del pueblo que los apoyaba. La prensa nacional, en una de sus más vergonzosas e indignas acciones, mintió y minimizó el crimen masivo cometido esa noche en una ciudad que se preparaba para los Juegos Olímpicos. En Posdata se da la información confiable de un periódico inglés, The Guardian, que tras una investigación cuidadosa considera como probable la cifra de 325 muertos. A mi me consta que toda la noche se estuvieron acarreando cadáveres en ambulancias de todo tipo. Al día siguiente, muy temprano, cuando abandonamos aquél horror para ir a Puebla, caminamos entre manchas de sangre en el piso y las paredes, ropa y zapatos tirados por todos lados y pude ver que hasta los patos que nadaban en las fuentes de la iglesia de Santiago Tlatelolco estaban muertos. En el último capítulo de Posdata, titulado “Crítica de la pirámide”, hace Paz un ejercicio de antropología política. Sólo con mala fe o incomprensión se puede distorsionar el sentido de este capítulo y afirmar, como algunos han hecho, que Paz escamotea, o peor aún, METAPOLÍTICA
36
núm. 60 | julio-agosto 2008
que pretende justificar mediante artilugios históricos la matanza del 2 de octubre del 68. Nada más falso. El capítulo requiere, eso sí, que el lector tenga alguna información sobra la cosmología mesoamericana y comprenda la lógica de los sacrificios que se practicaban en el mundo mexica. La primera idea es que hay dos Méxicos, el moderno y el tradicional, pero que sólo aparentemente existen separados, ya que en realidad se mueven el uno en el otro como los lados en una cinta Moebius, donde no hay adentro y afuera, sino un dentro y fuera simultáneo y complementario. El México tradicional que se nos presenta como Otro también nos pertenece, como lo mostró ejemplarmente Guillermo Bonfil en México profundo. La otredad es nosotros mismos. Ni adentro ni afuera —dice Octavio Paz—, ni antes ni después: el pasado reaparece porque es un presente oculto. Hablo del verdadero pasado, que no es lo mismo que “lo que pasó”: las fechas, los personajes y todo eso que llamamos historia. Aquello que pasó efectivamente pasó, pero hay algo que no pasa, algo que pasa sin pasar del todo, perpetuo presente en rotación. La historia de cada pueblo contiene ciertos elementos invariantes o cuyas variaciones, de tan lentas, resultan imperceptibles. Enseguida el poeta hace una observación poco común entre los historiadores de la época: las historias de todos los pueblos tienen un carácter simbólico y los acontecimientos y sus protagonistas aluden siempre a una historia oculta. Es imprescindible preguntarse por el significado de esa historia invisible para tener una comprensión más completa de los hechos históricos: Entre vivir la historia e interpretarla se pasan nuestras vidas. Al interpretarla, la vivimos: hacemos historia; al vivirla, la interpretamos: cada uno de nosotros es un signo. La historia que vivimos es una escritura; en la escritura de la historia visible debemos leer las metamorfosis y los cambios de la historia invisible… Lo que sigue es una tentativa por traducir el 2 de octubre en los términos de lo que yo creo que es la verdadera, aunque invisible, historia de México: esa tarde la historia visible desplegó, a la manera de un códice precolombino, nuestra otra historia, la invisible. La visión fue sobrecogedora porque los símbolos se volvieron transparentes.
Octavio Paz construye su interpretación de la matanza en Tlatelolco evocando el tiempo cíclico de la cosmogonía mesoamericana, en la que se sucedían la
PAZ EN EL 68 l SOCIEDAD ABIERTA
destrucción y la creación del cosmos por las deidades. Esta concepción mítica se sustentaba socialmente en la práctica ritual de la guerra florida, la danza y el sacrificio de los prisioneros practicado en lo alto de las pirámides de la cultura mexica. Recordando que para los antiguos mexicanos el mundo de la política no era distinto del mundo de la religión, Paz dice que la pirámide, lugar del sacrificio, es también la imagen del Estado azteca y de su misión, que consiste en asegurar la continuidad del culto solar, fuente de la vida universal, mediante el sacrificio de los prisioneros de guerra: la pirámide es el mundo y el mundo es México-Tenochtitlan: deificación de la nación azteca por su identificación con la imagen ancestral del cosmos, la pirámide. Para los herederos del poder azteca, la conexión entre los ritos religiosos y los actos políticos de dominación desaparece pero el modelo inconsciente del poder siguió siendo el mismo: la pirámide y el sacrificio. Tiene razón Paz al afirmar que entre la antigua sociedad indígena y el nuevo orden hispánico se tendió un hilo invisible de continuidad: el hilo de la dominación. Y en afirmar que la independencia no alteró radicalmente esta situación, de modo que ese hilo no se había roto y se podía asegurar que “los virreyes españoles y los presidentes mexicanos son los sucesores de los tlatoanis aztecas”. Pero afirmar que esa “secreta continuidad política” se sustenta en un inconsciente colectivo que permite la permanencia del arquetipo religioso-político de los antiguos mexicanos es, más que una interpretación arriesgada, una explicación temeraria que hubiera sobresaltado a Jung. Al hablar del fundamento inconsciente de nuestra idea de la historia y la política, dice Paz, “no pienso nada más en los gobernantes sino en los gobernados”: “Es evidente que los virreyes españoles eran ajenos a la mitología de los mexicanos pero no lo eran sus súbditos, fuesen indios mestizos o criollos: todos ellos, espontánea y naturalmente, veían en el Estado español la continuación del poder azteca. Esta identificación no era explícita y ni siquiera asumía una forma racional: era algo que estaba en el orden de las cosas”. No me parece que esta “identificación” se haya dado entre los gobernados. Una cosa es reconocer un nuevo Estado con formas de dominación semejantes a las del Estado anterior y otra establecer una identidad entre ellos. Sobre todo por una razón fundamental que tiene que ver precisamente con la línea argumentativa de Paz: la
historia de las religiones, y en particular Mircea Eliade, demuestran que toda mitología requiere de un complejo ritual que la sustente y le permita reiterar su carácter sagrado. Al desaparecer el soporte ritual, el mito pierde su carácter sagrado e inicia su degradación a simple relato o leyenda. Al materializarse en el ritual del sacrificio, los mitos cosmogónicos que justifican la dominación cósmico-política del Estado teocrático mexica, crean un espacio social de reafirmación de una visión del mundo y una forma de consagrar el ejercicio de ese poder específico. Con el dominio español desaparece el antiguo culto público que practicaba el sacrificio, y en consecuencia se inicia la degradación del complejo mítico cosmogónico que sustentaba esa forma específica de poder, para dar lugar a otra radicalmente distinta. Si bien es cierto que la eucaristía cristiana evoca el sacrificio de Jesucristo como chivo expiatorio (René Girard), difícilmente se puede decir que en esta nueva práctica se preserve en el inconsciente colectivo el arquetipo religioso-político de los antiguos mexicanos. Y menos todavía afirmar que tendrá vigencia en una sociedad que ha desacralizado el mundo y el poder político, y que ordenará las relaciones gobernantes-gobernados en un Estado laico. No hay un “orden de las cosas” que permita la preservación inalterada de un fenómeno políticoreligioso en la mente de los hombres. Lo que hay —Paz lo sabía muy bien y escribió textos brillantes desde esta perspectiva— son complejas redes de relaciones sociales y representaciones simbólicas de esas relaciones actuando históricamente. Desconozco las razones que llevaron a Paz a un planteamiento como el que aquí he esbozado, pero de ninguna manera pienso que lo haya hecho para eludir un juicio condenatorio a la matanza del 2 de octubre —su renuncia a la embajada de la India es sólo una prueba de su condena—, ni mucho menos para justificarla con oscuras razones etnohistóricas. En la carta que le envió a Julio Scherer acompañando sus respuestas a las preguntas que el director de Proceso le había formulado, le dice lo siguiente: “mis opiniones son pareceres y acepto de antemano que puedo equivocarme. Pero mis equivocaciones y mis errores son de buena fe. No busco nada con ellos, salvo ser fiel a mi conciencia”. Paz no merecía, ni merece su memoria, el insulto y la descalificación de que fue objeto. Lo que merece es algo más complejo pero que enriquece a quien se enfrenta a su pensamiento: una respuesta. Q
METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
37
Octavio Paz, EL POETA COMO LECTOR* Hugo Diego**
A
l leer algún libro de Octavio Paz —pienso en El arco y la lira o en El signo y el garabato—, es posible encontrar en los rincones de la página indicios de una biblioteca íntima, pero no oculta, que se repliega y multiplica como lo hacen las palabras en un diccionario; una biblioteca construida a partir de fragmentos de ensayos y poemas, de citas de los clásicos y de la recuperación de libros marginales, pero decisivos; una biblioteca ordenada con el criterio de una lectura que se pregunta constantemente por el valor de lo que se lee. ¿Qué es lo que hace importante a una lectura?, ¿qué resplandor agita a la memoria después de encontrar en los recovecos de un poema el verdadero significado de un pensamiento?, ¿qué relación se establece con la lectura cuando se abre un libro y lo que se encuentra es el diagnóstico de un personal desconsuelo?
Extracto del libro de igual nombre de próxima aparición bajo el sello de Ediciones de Educación y Cultura.
Editor literario de Metapolítica. METAPOLÍTICA
38
núm. 60 | julio-agosto 2008
§
Aunque el libro no es un confesor y tampoco un diván, sí convoca culpas, miedos y ansiedades: el libro es una serie interminable de puertas al campo en donde la lectura interviene como lo haría un paseante por los caminos que se entrevén más allá de aquellos resquicios. “Vamos de ningún lado a ninguna parte”, escribió Paz (1989). La lectura posee la misma fascinación que el viaje; es una fuga. §
Como lector, Octavio Paz fue un hombre siempre dispuesto a caminar y tomar el tren, un poeta apasionado por el viaje. Fue un lector y un pasajero. Y en uno de aquellos recorridos se preguntó sin retraimiento cómo romper los barrotes invisibles que oprimen nuestros cuerpos, y reuniendo las ideas de poetas y filósofos tradujo un murmullo que nos recordó que antes de la modernidad la vida contemplativa era considerada superior a la dedicada a la agitación cotidiana y al trabajo. (La contemplación, esa “infusión secreta” de la que hablaba San Juan de la Cruz).
EL POETA COMO LECTOR l SOCIEDAD ABIERTA §
Y ¿qué es lo que se contempla?: el paisaje auténtico; no el paisaje de campos, árboles y tejados, sino los “paisajes de palabras” (Paz, 1978, p. 33); se medita el poema y las letras bajo su sombra; se imagina la frase que titubea y se convierte en página impresa.
ron los Contemporáneos la tradición poética occidental?, ¿cómo leemos nuestra historia? §
He tenido en mis manos libros que no se pueden leer sentados en un placentero sillón: exigen un espacio incómodo, un lugar en donde sea imposible descansar.
§
Existen libros que tienen discípulos, pero los libros más importantes son los que tienen interlocutores. §
En otro momento de sus lecturas, Paz (1990, p. 138) señaló a la imaginación como el modo de operación del pensamiento poético, “y ésta consiste —precisó—, esencialmente, en la facultad de poner en relación realidades contrarias o disímbolas”. §
Todo aquel que por lo menos en una ocasión de su vida ha sentido que la lectura de un libro era necesaria y que, después de terminar de leerlo, ha tenido que volver a empezar pues queda preso de una inquietud imprecisa y de la sospecha de que sin ese oxígeno se asfixiaría, sabe que la imaginación también es una cualidad de la lectura, una búsqueda de semejanzas y diferencias entre una idea y otra, entre un libro y otro, entre la vida como es y como desearíamos que fuera, diferencias y semejanzas casi siempre ocultas y que sólo se hacen evidentes mediante la comparación, la analogía, la contemplación, la reflexión. En sus lecturas, Paz tantea las opiniones que se encuentran en el libro, lo interroga y se interroga él mismo, lo enfrenta con otros libros y se adelanta para proponer una idea. Las lecturas de Octavio Paz parten de la creencia de que en los libros necesarios existe un poder sustancial, una fuerza que se reconoce como difícil de definir pues su vitalidad depende de la existencia de múltiples interpretaciones y lectores. ¿Cómo leyó Sor Juana a los clásicos?, ¿cómo leye-
§
En las lecturas de Octavio Paz existe un deseo de insistir en el valor de los libros por su íntima relación con las cuestiones cruciales de la vida. Al principio de El arco y la lira (1983, p. 7), por ejemplo, escribe: “Los grandes libros —quiero decir: los libros necesarios— son aquellos que logran responder a las preguntas que, oscuramente y sin formularlas del todo, se hace el resto de los hombres”. ¿Pero cuáles son esas preguntas? Epicuro diría que son aquellas que permiten reconocer el poder y la libertad de los pequeños goces; Séneca hablaría de la necesidad de reflexionar y aceptar la distancia entre la realidad y nuestros deseos; en Schopenhauer se invocaría el valor de la soledad; Platón nos recordaría las ideas de aquel hombre justo (pero que fue condenado) llamado Sócrates; Octavio Paz (1983, p. 7) formuló la pregunta en los siguientes términos: “¿No sería mejor transformar la vida en poesía que hacer poesía con la vida?; y la poesía ¿no puede tener como objeto propio, más que la creación de poemas, la de instantes poéticos?”. Una pregunta quizá emparentada con aquella afirmación de André Breton que decía que cambiar la vida sería mejor que transformar el mundo. ¿Pero si el objetivo sólo fuera cambiar esa idea de que todo debe cambiar? En medio de lo que Álvaro Mutis ha llamado “la muerte del espíritu” (la profunda pérdida de sentido que conmueve a la sociedad contemporánea), a nosotros, extraviados lectores, sólo nos queda expresar una sincera decepción. Los filósofos y poetas del siglo XX intentaron transformar el mundo; quizá de lo único que se trate sea de olvidarlo. Muchas historias de cambios para tan pocas realidades nuevas. Q
REFERENCIAS Paz, O. (1978), Pasado en claro, México, FCE. Paz, O. (1983), El arco y la lira, México, FCE.
Paz, O. (1989), Puertas al campo, Barcelona, Seix Barral. Paz, O. (1990), La otra voz. Poesía y fin de siglo, Barcelona, Seix Barral.
METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
39
OCTAVIO PAZ
Y LA
ciencia Enrique Soto Eguibar* Creíamos que éramos los dueños de la tierra y los señores de la naturaleza; ahora estamos inermes ante ella. Para recobrar la fortaleza espiritual debemos antes recobrar la humildad. Octavio Paz, La llama doble I
E
ste ensayo, escrito desde la perspectiva de la ciencia, no pretende más que reflexionar para comprender, y en este caso baso mi reflexión aprovechando una faceta del pensamiento de Octavio Paz expresada con toda claridad en La llama doble, obra en la que Paz hace diversas referencias y reflexiones en torno al conocimiento científico, sus significados y efectos en la concepción del hombre y de lo humano. Hasta donde conozco, este es un aspecto del pensamiento de Paz que no ha sido previamente analizado.
Investigador titular del Instituto de Fisiología de la BUAP. Correo electrónico: esoto@siu.buap.mx; esoto2424@yahoo.com 1 Me refiero específicamente a la reedición 1994 para México de la editorial Seix Barral en la colección Biblioteca Breve. METAPOLÍTICA
40
núm. 60 | julio-agosto 2008
La reflexión sobre el hombre, el sexo, el amor y el erotismo lleva a Paz a acercarse a la neurofisiología y a las obras de Gerald Edelman, Marvin Minsky y Oliver Sacks, entre otros; y es que resulta cada vez más difícil pensar al hombre, su vida, su individualidad y el devenir de la cultura, sin hacer referencia a los conocimientos neurocientíficos. Tal como ha sucedido con la materia y la vida, el pensamiento, la mente, el espíritu, son cada vez más terreno del discurso humanístico y científico, y pertenecen menos al terreno de las disquisiciones metafísicas o de las puramente filosóficas. En particular, en La llama doble,1 de forma paralela al texto central Paz (1993) desarrolla una cosmogonía: desde la materia, el origen del universo y de la vida en la Tierra, a la discusión de algunos de los aspectos más profundos sobre el origen de la actividad mental, el pensamiento y la posibilidad de construir máquinas inteligentes. Paz discute a profundidad su manera de entender el universo y de mirar al hombre no exclusivamente desde la perspectiva poética, sino como un hombre moderno con una mirada múltiple, pero que hace adhesión muy clara al mirar de la ciencia moderna. Así, por ejemplo, leemos (Paz, 1993, p. 14):
OCTAVIO PAZ Y LA CIENCIA l SOCIEDAD ABIERTA Dentro de esta gran división aparece otra: la de la materia animada. La segunda ley de la termodinámica, la tendencia a la uniformidad y la entropía, cede el sitio a un proceso inverso: la individuación evolutiva y la incesante producción de especies nuevas y de organismos diferenciados. La flecha de la biología parece disparada en sentido contrario al de la flecha de la física. Aquí surge otra excepción: las células se multiplican por gemación, esporulación y otras modalidades, o sea por partenogénesis o autodivisión, salvo en un islote en el que la reproducción se realiza por la unión de células de distinto sexo (gametos). Este islote es el de la sexualidad y su dominio, más bien reducido, abarca al reino animal y a ciertas especies del reino vegetal. El género humano comparte con los animales y con ciertas plantas la necesidad de reproducirse por el método del acoplamiento y no por el más simple de la autodivisión.
como ser único, singular e irrepetible; inquietante lo es también por sus posibles implicaciones en la vida de las generaciones futuras; fascinante por el potencial explicativo que tiene el hecho de lograr que un conjunto de elementos, trátese de neuronas o transistores, ordenados de manera compleja, sean capaces de desarrollar procesos psíquicos. Al respecto, dice Paz: “para que la inteligencia humana crease inteligencias más inteligentes que ella misma, tendría que ser más inteligente que ella misma”. Quizá, y lo lamento por la lógica, pero es posible que eso sea lo que finalmente suceda. El avance reciente de la robótica y de los sistemas que procesan información hace cada vez más factible esta posibilidad que, como apunta Paz, ciertamente hace reproducible y eventualmente hasta prescindible al hombre.
II
Difícilmente pensaríamos que el fragmento anterior corresponde a la obra de un hombre de letras; más bien, detrás de estas ideas imaginamos a un biólogo. Por la mirada original y fresca con que discute diversos temas de la ciencia moderna, incluyendo la cosmología, el origen del universo, el big-bang (gran-pum le llama, de acuerdo con Hernández Campos), los hoyos negros, el origen de la vida, la evolución del hombre y el origen del pensamiento abstracto y de la autoconciencia, se constituye en un buen motivo de reflexión y, a decir verdad, pocas veces los especialistas, estudiosos del cerebro, discuten los temas centrales sobre la mente y el cerebro con la claridad de Octavio Paz; como él mismo apunta, “la ciencia enfrenta actualmente las grandes preguntas sobre el origen y el fin y, particularmente, sobre la mente y la conciencia. El desarrollo de la ciencia ha permitido que el hombre vislumbre la posibilidad de explicar y hasta replicar su conciencia”. El desarrollo de las neurociencias coincide con el gran avance en los terrenos de la computación y la microelectrónica. Se conjugan así preguntas, métodos y explicaciones que tienen el potencial para realizar la síntesis de la inteligencia. Ciertamente parece que nos toca vivir una época en la que se han de revolucionar nuestras ideas sobre la inteligencia, el hombre y la mente. La posibilidad cada vez más evidente de construir máquinas pensantes constituye un hecho doble, inquietante y fascinante. Inquietante porque pondrá al hombre y al humanismo un signo de interrogación, y porque posiblemente signifique el final de la idea del hombre
Por otra parte, los instrumentos del progreso —la ciencia y la técnica— han mostrado con terrible claridad que pueden convertirse fácilmente en agentes de destrucción. Finalmente, la existencia de armas nucleares es unarefutación de la idea de progreso inherente a la historia. Una refutación, añado, que no hay más remedio que llamar devastadora. Octavio Paz, Conferencia Nobel 1990, “La búsqueda del presente”
Paz expresa una enorme cautela respecto de la ciencia moderna; no es un simple entusiasta y no duda en expresar su opinión crítica, sobre todo a lo que él denomina “la barbarie tecnológica”. Llama nuestra atención especialmente sobre la posible deshumanización a la cual la ciencia puede contribuir. Al respecto, escribe: “Nuestra tradición había creído que cada hombre y cada mujer era un ser único, irrepetible; los modernos los vemos como órganos, funciones y procesos”. Según Paz, la ciencia nos ha dejado sin el concepto de alma, reduciéndola a una mera función del organismo, a un proceso físico-químico, abriendo así la puerta a lo que él llama “homicidios de Estado” (Paz, 1993, p. 168). “El alma fue el fundamento de la naturaleza sagrada de cada persona”. La desaparición del alma en la ciencia moderna conlleva, según Octavio Paz, a una “paulatina, pero irreversible desvalorización de la persona”. METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
41
SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR Escribe también (Paz, 1993, pp. 164-166): Sin libertad no hay lo que llamamos persona. ¿La hay sin alma? Para la mayoría de los científicos y para muchos de nuestros contemporáneos, el alma ha desaparecido como una entidad independiente del cuerpo. La juzgan una noción innecesaria. Pero al mismo tiempo que decretan su desaparición, el alma reaparece no fuera sino precisamente dentro del cuerpo: los atributos de la antigua alma, como el pensamiento y sus facultades, se han convertido en propiedades del cuerpo. Basta con hojear un tratado de psicología moderna y de las nuevas disciplinas cognoscitivas para advertir que el cerebro y otros órganos poseen hoy casi todas las facultades del alma. El cuerpo, sin dejar de ser cuerpo, se ha vuelto alma [...] Por lo pronto señalo que, desde un punto de vista estrictamente científico, hay todavía varios problemas que no han sido resueltos. El primero y central es explicar y describir el salto de lo físico-químico al pensamiento. La lógica hegeliana había encontrado una explicación, probablemente quimérica: el salto dialéctico de lo cuantitativo a lo cualitativo. La ciencia, con razón, no es partidaria de estos passe-partout lógicos pero tampoco ha encontrado una explicación realmente convincente del supuesto origen físico-químico del pensamiento.
Las consecuencias de esta manera de pensar han sido funestas. El eclipse del alma ha provocado una duda que no me parece exagerado llamar ontológica sobre lo que es o puede ser realmente una persona humana. ¿Es mero cuerpo perecedero, un conjunto de reacciones físico-químicas?, ¿es una máquina, como piensan los especialistas de la ‘inteligencia artificial’? En uno u otro caso, es un ente o, más bien, un producto que, si llegásemos a tener los conocimientos necesarios, podríamos reproducir e incluso mejorar a voluntad. La persona humana, que había dejado de ser el trasunto de la divinidad, ahora también deja de ser un resultado de la evolución natural e ingresa en el orden de la producción industrial: es una fabricación. Esta concepción destruye la noción de persona y así amenaza en su centro mismo a los valores y creencias que han sido el fundamento de nuestra civilización y de nuestras instituciones sociales y políticas. Así pues, la confiscación del erotismo y del amor por los poderes del dinero es apenas un aspecto del ocaso del amor; el otro es la evaporación de su elemento constitutivo: la persona. Ambos se completan y METAPOLÍTICA
42
núm. 60 | julio-agosto 2008
abren una perspectiva sobre el posible futuro de nuestras sociedades: la barbarie tecnológica. Más adelante expresa: No pienso en un imposible regreso a las antiguas concepciones del alma; creo que, so pena de extinción, debemos encontrar una visión del hombre y de la mujer que nos devuelva la conciencia de la singularidad y la identidad de cada uno. Visión a un tiempo nueva y antigua visión que vea, en términos de hoy, a cada ser humano como una criatura única, irrepetible y preciosa. Toca a la imaginación creadora de nuestros filósofos, artistas y científicos redescubrir no lo más lejano sino lo más íntimo y diario: el misterio que es cada uno de nosotros. Para reinventar el amor como pedía el poeta, tenemos que inventar otra vez al hombre (Paz, 1993, p. 172).
Atendiendo a esta crítica es indispensable establecer la necesidad de la ciencia moderna de replantear la noción del ser humano y de contribuir a una nueva concepción del hombre, no como un simple paréntesis en el tiempo, un proceso físico-químico o genético, sino como un ser único, singular, irrepetible y por tanto sujeto del más alto valor. Es indispensable fundar una ética laica, desacralizada, del hombre que le devuelva su valor espiritual, independiente de su origen, sea éste divino o físico-químico. La ciencia es desde su origen una forma del humanismo y si bien su matrimonio con el poder, el dinero o el militarismo nos han aproximado a la barbarie, aún hay formas de entender y explicar desde la ciencia que nos llevan al hombre como centro y objetivo último de la reflexión y del quehacer científico. Enfatizo: la ciencia es un humanismo. Y asumo esta postura en oposición a la concepción dominante de la ciencia como una actividad deshumanizada, aliada del poder y la destrucción. La ciencia surge a lo largo de la historia como una forma de entender empujada por la curiosidad, que es una cualidad típicamente humana. La técnica es un saber hacer que avanza empujada por la necesidad. Ambas son expresión de dos atributos fundamentales de la naturaleza humana: curiosidad y creatividad. Cada una, tal como Paz ha escrito acerca de la producción artística, “ha sido dañada gravemente por las plagas del mercantilismo, el lucro y la publicidad” (Paz, 1993, p. 150). Para repensar al ser humano, las nuevas concepciones derivadas de la teoría matemática de sistemas diná-
OCTAVIO PAZ Y LA CIENCIA l SOCIEDAD ABIERTA
micos no lineales permiten entender algunos aspectos de la individualidad, la atención y el libre albedrío. Y en este sentido, la pregunta que debe formularse es: ¿cómo explicar el hecho de que organismos prácticamente iguales den origen a comportamientos y maneras de entender el mundo tan diferentes? Desde el punto de vista de nuestra estructura todos los hombres somos prácticamente iguales. En la teoría matemática de los sistemas dinámicos no lineales se conoce que ciertos sistemas, que se denominan caóticos, evolucionan de manera impredecible (Gleick, 1987). La manera como estos sistemas evolucionan, su trayectoria —en términos de esta teoría— depende especialmente de sus condiciones iniciales, no de su estructura. Es decir, en un sistema caótico pequeñas variaciones en las condiciones iniciales determinan cambios notables en su trayectoria. Tenemos entonces la imposibilidad de predecir la evolución de estos sistemas matemáticos cada vez que se calcula su trayectoria con pequeñas variaciones iniciales; estos sistemas son también especialmente sensibles a las perturbaciones, de ahí, por ejemplo, la idea, que es más bien una metáfora, de que una mariposa que bate sus alas en el Caribe podría generar un ciclón en el mar de China. Lo que no es una metáfora es el hecho de que nuestras condiciones iniciales, concepción y gestación son únicas e irrepetibles. Por lo tanto, si pensamos al ser humano en términos de esta teoría de sistemas dinámicos no lineales, una consecuencia lógica es que nuestro devenir ontológico sea prácticamente incognoscible, aunque determinístico. Esto último es fundamental. Análogamente, las nubes nos fascinan por sus formas únicas e irrepetibles. Son todas diferentes, me atrevo a decir que nunca la forma de una nube se repite, a pesar de que tienen una causalidad única y similar en todos los casos. Los meteorólogos pueden predecir si habrá muchas o pocas nubes, si estas estarán muy cargadas de lluvia o si tendrán tal o cual altitud y, eventualmente, de acuerdo a la tendencia global del viento pueden establecer la forma general que tendrán: cirros, cúmulos, estratos, etcétera. Pero de ninguna manera pueden decirnos cómo será una nube en particular. De igual manera, de los humanos podemos predecir con base en su cultura si hablarán tal o cual idioma, y establecer las tendencias generales del desarrollo de un individuo, pero nada podemos decir de su individualidad más íntima. La teoría acepta la impredictibilidad a largo plazo de la evolución de un sistema, pero se trata de una teoría determinis-
ta, es decir, basada en relaciones causa-efecto. Esto por ningún motivo quiere decir que pretenda argumentar en favor de la idea de reducir la cognición, la actividad mental,aunaecuaciónosistemadeecuaciones.Estoyhaciendo uso de una teoría matemática en su más amplio sentido para tratar de comprender la individualidad humana. Eventualmente, en esta teoría el número de ecuaciones que son necesarias para simular la actividad de una sola neurona alcanza una complejidad extraordinaria, e imaginar que el ser humano es reducible a ecuaciones es hoy simplemente un sueño guajiro. Pero siguiendo con las metáforas, imaginemos, si una mariposa puede alterar el clima, qué no hará una caricia, unas palabras tiernas o agresivas, un juego, en la personalidad de un niño. La individualidad, nuestro mundo interior es, entonces, una propiedad de nuestro sistema, no es necesario invocar ningún elemento adicional al organismo —y su cerebro— para entender el origen de la individualidad y sostener la idea de la singularidad e irrepetibilidad de la vida. Al final, desde el punto de vista de nuestra estructura cerebral y orgánica, todos los hombres somos prácticamente iguales, y son las sutiles diferencias iniciales y las influencias del medio las que explican nuestra individualidad. El mundo interior es singular como es singular la trayectoria de los sistemas no lineales caóticos; somos impredecibles y singulares en el mismo sentido en que lo es una reacción química, o la caída de una gota en una llave que gotea. La impredictibilidad a largo plazo, nuestra ontología (trayectoria), es resultado natural de nuestra dinámica extraordinariamente compleja y esencialmente única e irrepetible. En el caso del cerebro, éste tiene una dinámica propia y su respuesta ante un estímulo depende de su estado en el momento de la interacción con el medio. De ahí también que se haya postulado la idea de que el cerebro es un sistema cerrado (Maturana y Varela, 1984; Llinás, 2001). En última instancia, el cerebro es producto de miles de años de evolución, y evolución significa interacción entre ser biológico y medio ambiente. La evolución es el mecanismo por medio del cual la naturaleza ha pulido y dado forma a nuestro ser. De ahí que las interacciones con el medio están inscritas en nuestra estructura cerebral. La estructura lógica de los acontecimientos está inscrita en nuestro cerebro a lo largo de la evolución, porque, qué es la lógica, si no el acontecer natural de los procesos. Por ningún motivo el referir y pensar el cerebro en un momento dado, aislado en su dinámica, implica olvidar METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
43
SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR las influencias fundamentales que tiene la experiencia individual y la cultura del sujeto. Éstas son, justamente, como el batir de las alas de la mariposa, pero multiplicado por miles. Nuestras experiencias y nuestra cultura son determinantes en el desarrollo neuronal que, a su vez, determina nuestras expresiones culturales y nuestra cognición. Realmente se trata de una interacción constructiva, medio ambiente-redes neuronales-cultura-medio ambiente-redes neuronales... que forma un círculo cerrado que se retroalimenta. Una muy lúcida visión moderna del papel de la cultura en el desarrollo del cerebro y de las interacciones dinámicas y complementarias entre ellos la ha desarrollado Roger Bartra (2006) quien llega al extremo de referir a los espacios culturales como exocerebro. Cabe destacar que Bartra es uno de los pensadores más originales de nuestra actualidad y uno de los pocos que, como Paz, han reflexionado sobre la mente y la cognición fuera del ámbito académico de las neurociencias. Al discutir las ideas de Gerald Edelman (1993) sobre el origen de la actividad mental, Octavio Paz (1993, p. 191) escribe: […] la primera ventaja de la nueva teoría es que desecha la analogía con las computadoras y se resiste al simplismo de las explicaciones meramente físico-químicas. Otra ventaja es su realismo: la mente debe estudiarse precisamente en su medio propio, el organismo humano, como un momento de la evolución natural. Cierto, la teoría es aún incompleta —hay vastos territorios inexplorados— y muchas de sus hipótesis carecen de verificación empírica. Estas limitaciones no invalidan su fecundidad [...].
Estas observaciones son notables por el hecho de que Paz reconoce dos aspectos fundamentales del saber científico que frecuentemente causan problemas a los no iniciados. Uno es que la ciencia puede ser incompleta. Frecuentemente, esta incompletitud de la ciencia es vista como una argucia para sostener ideas científicas erróneas, pero no es así, y en todos los campos la ciencia, a diferencia de las religiones, se reconoce como incompleta, es una obra en construcción. El segundo aspecto es que Octavio Paz señala la necesidad de prueba empírica haciendo adhesión al método científico. Comúnmente este asunto pasa inadvertido, pero es esencial. La prueba empírica es la base del conocimiento científico y el hecho fundamental por el cual METAPOLÍTICA
44
núm. 60 | julio-agosto 2008
la ciencia, al contrario de las religiones, no acepta los milagros. La prueba empírica lleva implícita en sí toda una cosmogonía que no pierde de vista nuestra relación con un universo causal, en que podrá haber cuestiones aún inexplicables, pero no saltos ni acontecimientos intrínsecamente inexplicables. Más adelante, y en relación también con la obra de Edelman y con un escrito de Oliver Sacks, Paz discute la analogía que se hace del pensamiento con una orquesta: “La mente es una orquesta que ejecuta una obra sin director”. Pero Paz se pregunta si para hacer esto (tocar sin director) “[...] ¿las neuronas se han puesto previamente de acuerdo?”, o improvisan; como sea, Paz se plantea el problema del acuerdo entre neuronas cuando escribe (1993, p. 194): “Poco importa que el plan haya sido trazado un minuto antes y que sea muy vago y esquemático: es un plan. Y todos los planes requieren un planificador. ¿Quién hace el plan de la orquesta neurológica?”. La respuesta, desde mi punto de vista, es: la evolución y la experiencia. La orquestación de la actividad entre neuronas, y no sólo entre neuronas, sino entre diversas células del organismo, surge a lo largo de la evolución y no tiene el “objetivo” de lograr la actividad mental. Ésta, creo, es un subproducto útil que la evolución de los sistemas celulares complejos y coordinados ha encontrado. Originalmente, los seres unicelulares desarrollaron mecanismos que les permitían intercambiar materia con su medio; posteriormente, variaciones de estos elementos celulares les permitieron censar acontecimientos del medio para adaptarse a él o regular sus procesos acorde con los cambios del medio ambiente. Cuando estos primeros organismos celulares se agruparon en organismos multicelulares, el medio externo para algunas células resulta ser el medio interno del organismo. Así, en los organismos pluricelulares, al censar el medio, algunas células censan la actividad de sus vecinas. Inicia así un proceso de coordinación ciega (no comunicación; no existe entre células nada que obedezca a las leyes de la teoría de la información, y el introducir el término comunicación en biología complica y distorsiona la comprensión de los procesos de coordinación intercelular), en que las células censan la actividad de sus vecinas por los cambios del medio que éstas producen como resultado de su actividad metabólica. In crescendo, este proceso lleva finalmente a coordinaciones de actividad complejas y al desarrollo de los diversos sistemas, incluyendo el sistema nervioso. Por cierto que el desarrollo del sistema inmune nos
OCTAVIO PAZ Y LA CIENCIA l SOCIEDAD ABIERTA
da la individualidad biológica que antecede en mucho a la de orden mental-espiritual. Finalmente, la evolución de familias de sistemas lleva a la compleja señalización y coordinación de actividades del sistema nervioso. Por ejemplo, las células fotorreceptoras de la retina detectan la presencia de un fotón usando para ello una proteína de membrana ancestral que apareció evolutivamente en las bacterias y que mediante pequeñas modificaciones ha sido convertida en la molécula clave de la visión. Me refiero a la rodopsina, que evoluciona a partir de un transportador de protones que se activa con luz en las bacterias. Esta proteína provee de energía a las bacterias. En los seres multicelulares, un pequeño grupo de células de la retina la expresa en su mebrana; cuando un fotón incide sobre ella se produce un cambio eléctrico en el fotorreceptor y entonces se liberan substancias químicas del mismo. Neuronas adyacentes son sensibles a este cambio químico y responden a él activándose y produciendo, a su vez, un cambio químico en su ambiente que se transmite de unas a otras. He ahí los principios de operación de un sistema complejo que actúa de forma coordinada y que da la apariencia de haber sido diseñado para transmitir información, pero que, como cualquier sistema dinámico sólo responde a las perturbaciones del medio. Es lo que Maturana y Varela (1984) han denominado “acoplamiento estructural”. Con base en lo anterior, creo que la pregunta de Octavio Paz acerca de quién hace el plan de la orquesta neurológica tiene una respuesta plausible en la actualidad. La actividad mental se produce en interacción y dentro de, habitando a, viviendo en, un cierto medio ambiente. Ha evolucionado gracias a esta interacción con la naturaleza, y su ontogenia depende de su interacción con el medio. Pero una vez en acción la actividad mental tiene una dinámica propia. Es como un río caudaloso, decía William James. Aislada del medio, la actividad mental del individuo perdura un tiempo y finalmente decae en una confusión total. Desde hace años se sabe que la deprivación sensorial lleva a un caos total a la actividad mental que, finalmente, termina en pensamientos delirantes. Notablemente, este decaimiento de la actividad intelectual lógica va precedido de una actividad alucinatoria con delirios que, en última instancia, llevan a un pensamiento delirante, a una forma de “locura”. Es como si requiriéramos de la interacción con el medio para evitar la deriva emocional y perceptual. Esto es un resultado lógico de la forma en que opera el cerebro. La idea es que eso que llamamos realidad se
construye mediante la coincidencia de una serie de hipótesis cognitivas y su confirmación en la experiencia. Aparentemente, el cerebro funciona como un sistema que constantemente hace un análisis prospectivo probabilístico y el éxito o fracaso de los resultados obtenidos con tal o cual pronóstico permiten construir una hipótesis explicativa de los acontecimientos. Constantemente elaboramos un escenario, esto es, una construcción intelectual abstracta basada en la experiencia y que crea un contexto en el cual transcurre nuestra actividad sensorial. Si hay coincidencia entre este escenario interno y la actividad de los órganos de los sentidos, nuestras acciones son congruentes; por ejemplo, tomamos un vaso y bebemos agua. Sólo en la coincidencia del acontecer intelectual, sensorial y motor construimos realidad. No es que no exista un mundo externo objetivo, pero la actividad mental no es un simple reflejo del medio externo, es una construcción mental dinámica que debe ser continuamente puesta a prueba y corroborada o refutada. De ahí que la privación sensorial de largo plazo tenga un efecto devastador sobre el pensamiento lógico, tal como ya fue descrito por George Orwell en su novela 1984 (Orwell, 1949). De hecho, la deprivación sensorial es una forma bien tipificada de tortura que se ha usado y se usa hoy con prisioneros que permanecen raptados en Guantánamo y que, de forma limitada, se usa también en algunos procedimientos “alternativos”, como ha quedado establecido en singular capítulo de Los Simpson y la cura alternativa de Lisa en Karma-Ceuticals. Indudablemente, Octavio Paz ha sido uno de los pocos pensadores modernos que en nuestro medio se han preguntado por asuntos relacionados con la ciencia. La referencia a diversos textos especializados, la publicación de un trabajo dedicado al análisis de la obra de Francis Crick (1981) sobre el origen de la vida en la Tierra (Paz, 1982), las disquisiciones acerca del cuerpo y su fisiología en Conjunciones y disyunciones (1969) y su conocimiento de la ciencia y sus problemas cardinales no hacen sino confirmar la profundidad con que Paz abordó diversos asuntos relacionados con el hombre y su mundo. Es, además, un ejemplo de que no se requiere ser un especialista para comprender los problemas fundamentales de la ciencia y el conocimiento moderno; se requiere estar informado y atender seriamente las explicaciones, algunas muy claras, de los científicos. Entonces es posible, tal como lo ha hecho Paz, tender puentes entre las ciencias sociales, la filosofía, la literatura, el arte y la ciencia. METAPOLÍTICA núm. núm. 60 60 || julio-agosto julio-agosto 2008 2008
45
SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR En este texto he abordado someramente y en referencia exclusiva a las neurociencias algunos aspectos de la obra de Paz. Termino dándole la palabra (Paz, 1993, p. 202): Kant hizo la crítica de la razón pura y de la razón práctica; necesitamos otro Kant que haga la crítica de la razón científica. El momento es propicio porque en la mayoría
de las ciencias es visible, hasta donde los legos podemos advertirlo, un movimiento de autorreflexión y autocrítica, como lo muestran admirablemente los cosmólogos modernos. El diálogo entre la ciencia, la filosofía y la poesía podría ser el preludio de la resurrección de la persona humana, que ha sido la piedra de fundación y el manantial de nuestra civilización. Q
REFERENCIAS Bartra, R. (2006), Antropología del cerebro. La conciencia y los sistemas simbólicos, México, FCE. Crack, F. (1981), Life Itself, Nueva York, Simon & Schuster. Edelman, G. (1993), Brigth Air, Brigth Fire. On the Matter of Mind, Basic Books. Gleick, J. (1987), Chaos: Making of a New Science, Nueva York, Penguin Books. Lanza, R. (2007), “Una nueva teoría del universo. Con la vida en la ecuación, el biocentrismo crece con la física cuántica”, Elementos, núm. 67. Llinas, R. R. (2001), I of the Vortex. From Neurons to Self, Massachussetts, MIT Press. Maturana, H. y F. Varela (1984), El árbol del conocimiento, Santiago de Chile, Editorial Universitaria.
METAPOLÍTICA
46
núm. 60 | julio-agosto 2008
Minsky, M. (1988), The Society of Mind, Nueva York, Simon & Schuster. Orwell, G. (1949), 1984, Madrid, Salvat. Paz, O. (1969), Conjunciones y disyunciones, México, Joaquín Mortiz. Paz, O. (1982), “Inteligencias extraterrestres y demiurgos, bacterias y dinosaurios”, Sombras de obras, México, Seix Barral. Paz, O. (1990), “La búsqueda del presente”, (Conferencia Nobel), disponible en: http://nobelprize.org/nobel_prizes/literature/ laureates/1990/paz-lecture-s.html Paz, O. (1993), La llama doble. Amor y erotismo, Barcelona, Seix Barral. Sacks, O. (1993), “Making up the Minds”, The New York Review of Books, 8 de abril. Yawlenski, S. (2007), “Una crítica al texto de Robert L. Lanza”, Elementos, núm. 67.
Pemex
Y LAS INSTITUCIONES
Orlando Delgado Selley* y Fluvio Ruíz Alarcón**
E
l debate sobre el futuro de la industria petrolera empezó hace tiempo. En 1999, cuando se discutía la posibilidad de que las oposiciones al régimen de partido único pudieran presentar un candidato único para derrotar al candidato oficial, las posiciones de Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox respecto a Pemex eran divergentes: fortalecerlo o privatizarlo. Una solución a esta diferencia que de no resolverse impediría esa alianza —la cual finalmente no se logró— era someter el tema a los electores, es decir, comprometerse a la realización de un referéndum que determinase la postura del nuevo gobierno. * Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. **Asesor de la Coordinación de Desarrollo Económico en asuntos energéticos del Grupo Parlamentario del PRD, LX Legislatura, Cámara de Diputados.
En 2008 la posición de los panistas es esencialmente la misma, no obstante que ellos han dirigido Pemex durante ocho años: siguen pensando que Pemex debe privatizarse. Tienen argumentos ideológicos, pero también tienen intereses prácticos. Pemex se encuentra en un momento crítico: ha dejado de cumplir con su función de fomento al desarrollo nacional, convirtiéndose en una empresa cuyos ingresos han servido para equilibrar las finanzas públicas. Los gobiernos neoliberales, tanto del PRI como del PAN, han usado a Pemex como sostén presupuestal de un régimen de bajos impuestos. Ello la ha llevado a una crisis que se pretende resolver con asociaciones con grandes empresas petroleras privadas, que invertirían para explorar y luego extraer crudo y en la refinación, a cambio de compartir la renta petrolera. Esto es privatizar. Eso es lo que propone la iniciativa que presentó Felipe Calderón al Congreso. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
47
DEBATES l ORLANDO DELGADO SELLEY Y FLUVIO RUÍZ ALARCÓN Puede mostrarse con facilidad que resolver la situación crítica de Pemex es posible por otras vías: si lo que hace falta es tecnología para explorar y extraer crudo de aguas profundas, pues se compra; si no se cuenta con los recursos fiscales para hacerlo se puede financiar con créditos que podrán pagarse con los ingresos petroleros adicionales que resultarían del uso de esa tecnología; si la empresa requiere autonomía administrativa y financiera es posible hacerlo eliminando los candados macroeconómicos —que le obligan a no usar sus recursos si hay déficit primario— a sus decisiones de inversión; si Pemex tiene costos salariales superiores a la media de la industria que le impedirían abrir nuevas refinerías, el asunto debe resolverlo la empresa. La iniciativa gubernamental iba a ser aprobada rápidamente por la bancada panista y por los senadores priistas necesarios para alcanzar los votos necesarios. Una decisión de este tipo no hubiera reflejado la opinión social y sería discutible que el mandato de los legisladores se los permitiera. Las cámaras reúnen a representantes electos, diputados y senadores, pero debemos preguntarnos sobre los límites de esa representación ante decisiones que comprometen el futuro de la nación y que no fueron presentadas clara y explícitamente en el momento de la elección. El gobierno y los legisladores de todos los partidos políticos están obligados a reconocer que no se puede legislar sobre temas de esa envergadura, sin consultar expresamente a los electores. El país está dividido. La contienda electoral de 2006 lo constató. Las instituciones creadas para terminar el régimen de partido único cumplieron eficientemente su cometido, pero no sirvieron para establecer un sistema político democrático. Frente a un electorado notoriamente polarizado, las tensiones generaron desviaciones que no pudieron ser atajadas por un árbitro parcial. Aunque el perfil de las preferencias electorales pudiera haberse modificado de entonces a mediados de 2008, frente a la privatización de Pemex la polarización se reconstruye acentuadamente. Haber soslayado esta situación podía haber generado complicaciones en el funcionamiento institucional. La decisión de abrir la discusión a diferentes sectores interesados y conocedores de la problemática petrolera ha permitido que se escuchen opiniones relevantes que han ampliado la información de la que disponía la sociedad. Ese es un mérito indudable que es menester reconocer. Sin embargo, la manera como se han transmitido METAPOLÍTICA
48
núm. 60 | julio-agosto 2008
los debates, limitados al canal del Congreso, ha dificultado la posibilidad de conocer los planteamientos que se han hecho. En vista de ello, resulta de interés aprovechar esta importante coyuntura de definición de una importante institución de la vida nacional para dar testimonio escrito de lo que se está debatiendo. En este número de Metapolítica ofrecemos once textos que, desde diversas perspectivas, aportan elementos de juicio para formarse una opinión fundamentada. Los textos que presentamos a continuación pueden ubicarse en tres diferentes niveles: el primero es una crítica a la evaluación de Pemex elaborada por la Secretaría de Energía, realizada por un colectivo de antiguos forjadores de nuestra industria petrolera, denominado “Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17”, formado por varios de quienes tuvieron en sus manos la conducción de Pemex y del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) en los años 60 y 70. Su perspectiva resulta de interés ya que cuestiona las consideraciones que fundamentan la iniciativa presidencial. En otro nivel de análisis presentamos cuatro materiales: uno en el que se explica la manera en la que se estiman oficialmente los precios de la mezcla mexicana para efectos presupuestales —que se ha elevado a rango de ley— y que no sólo es incorrecta, sino también se propone subestimar el precio real de exportación de nuestro petróleo, y otro en el que se discute la iniciativa presidencial, pero ahora desde la perspectiva de los requerimientos del desarrollo regional del país. Asimismo, una entrevista acerca de diversos aspectos de la reforma calderonista y un examen de la cuestión fiscal en el país y del sindicato de Pemex. El tercer grupo de materiales está formado por presentaciones hechas en el debate que se ha venido desarrollando en el Senado de la República. Las siete ponencias que publicamos incorporan las diversas opiniones que en ese Foro se han expresado. Recogemos los textos de Mario Alberto Becerra, Miguel Carbonell, Cuauhtémoc Cárdenas, Jaime Cárdenas, Arnaldo Córdova, Jorge Eduardo Navarrete y Claudia Sheinbaum. La discusión atestigua que no se trata de un asunto menor: se trata de la fuente mayor de ingresos del Estado. Se trata de una empresa que ha sido fundamental en la vida de la Nación y que ha sido llevada deliberadamente a circunstancias críticas. Discutir con la mente abierta, ponderar verdaderamente las diversas posibilidades técnicas que llevarían a diferentes medidas de política económica es central. Pero lo es más que la población establezca su mandato. Q
PRINCIPIOS DE LA
reforma ENERGÉTICA Cuauhtémoc Cárdenas*
A
gradezco a la Junta de Coordinación Política y a las Comisiones de Energía y de Estudios Legislativos del Senado de la República, la invitación que me han hecho para participar en este encuentro que tratará de los Principios que deben regir la reforma energética.
*Presidente de la Fundación por la Democracia A. C.
La convocatoria a la serie de encuentros que se inicia hoy, confirma la necesidad, expresada reiteradamente en distintos sectores de la vida pública desde hace tiempo, de un cambio de las políticas energéticas vigentes durante las últimas administraciones federales, que han puesto los recursos petroleros del país al servicio de intereses ajenos a los nacionales. En este foro, dado que lo que aquí se trate aterrizará, para bien o para mal, en las decisiones del Congreso, haMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
49
DEBATES l CUAUHTÉMOC CÁRDENAS brá que argumentar principalmente sobre los cambios de la política petrolera, las facultades, campos de acción y estructura operativa de Petróleos Mexicanos (Pemex), así como sobre las relaciones del organismo con otras áreas de la administración pública, todo ello de acuerdo a los objetivos que se considere debe asignar el Estado a este organismo y de lo que pretenda hacerse de la industria petrolera nacional, teniendo, entre otras referencias, a las cinco iniciativas que el Ejecutivo remitió al Senado el pasado 8 de abril y el Diagnóstico que poco antes de esa fecha hizo público la Secretaría de Energía. Desde los inicios de la explotación petrolera en el país hasta que se decretó la expropiación de las compañías, el petróleo mexicano se explotó en el esquema de una economía colonial de enclave, enviándose la mayor parte de la producción a mercados del exterior, y sólo utilizando una parte menor en la producción de combustibles y otros petrolíferos, destinados a los consumos internos. De 1938 hasta 1976, la actividad de Pemex se orientó preferentemente a satisfacer las demandas nacionales de petrolíferos y a apoyar el crecimiento económico del país. En los seis años siguientes, además de atender a los objetivos anteriores, la explotación del petróleo se constituyó también en una importante fuente generadora de divisas, que principalmente se utilizaron para impulsar los procesos de industrialización del propio hidrocarburo. Entre 1982 y 1988 la administración frenó y prácticamente abandonó el esfuerzo de integración y alargamiento de las cadenas productivas petroleras y destinó las divisas obtenidas de la exportación de crudo al pago de deuda externa. De 1988 para acá, se aceleró, consciente e intencionadamente, el desmantelamiento y la obsolescencia de la industria petrolera estatal, centrando la atención y las inversiones en la explotación y exportación de petróleo crudo, apropiándose la Secretaría de Hacienda del producto de su venta por la vía de derechos, impuestos, etcétera, para nutrir los recursos fiscales del Estado. Los objetivos que debieran asignarse a Petróleos Mexicanos, a mi juicio, son los de devolver a la industria petrolera y a Pemex mismo el papel de impulsores del crecimiento económico y la industrialización, motores de la formación de capital nacional, proveedores de energéticos baratos para la economía del país, contribuyentes a una balanza de pagos sana, convirtiendo a Pemex, con esa visión, en un ente productivo de alcances globales, que obtenga sus ingresos principales de la venta de productos con alto valor agregado, tecnología y capacidad empresarial. METAPOLÍTICA
50
núm. 60 | julio-agosto 2008
Del Diagnóstico que dio a conocer la Secretaría de Energía sobre Pemex y la industria petrolera, lo primero que debe decirse es que presenta una visión falaz, pretendidamente catastrófica de Pemex y las actividades que realiza, destacando supuestas insuficiencias y carencias en su capacidad de ejecución, falta de recursos para invertir e indisponibilidad de tecnologías para el trabajo en aguas profundas. Señala también que producciones que abastecen el mercado mexicano generan empleos y derramas económicas en el extranjero, pero no da las razones de cómo y por qué se llegó a esta indebida situación. De manera alarmista, el Diagnóstico da cuenta de la declinación de los yacimientos y la caída en la producción, de la magnitud (supuestamente inalcanzable para Pemex) de los trabajos a realizar en las diferentes áreas de la industria, sin hacer consideración alguna de los recursos necesarios y sus fuentes de origen para hacer lo que tenga que hacer, ni de la necesaria distribución de actividades e inversiones en el tiempo, y sin plantearse un cambio a las políticas vigentes, salvo en que determinadas actividades a realizar requieren de la inversión de particulares. Independientemente del Diagnóstico, el gobierno, a estas alturas, tendría que haber presentado sus ideas y en su caso más bien una propuesta del plan de desarrollo, plan de trabajo o plan de negocios de Pemex, de la industria petrolera y de la industria energética, en el corto, mediano y largo plazos, señalando con precisión las actividades a realizar y su dimensión, los tiempos de ejecución considerados y los recursos necesarios para ello. Proporcionar esta información, a más de que lo considero una obligación del gobierno, contribuiría de manera positiva al debate petrolero. La solución a los problemas de Pemex y de la industria petrolera, de acuerdo a los planteamientos oficiales, empezarían a darse a partir de que se aprobaran las iniciativas que el 8 de abril remitió el Ejecutivo al Senado, las que, según expresó en este mismo escenario la secretaria de Energía, no demandan reforma constitucional alguna, y se enmarcan de manera absoluta en lo dispuesto por nuestra Carta Magna. La más importante de esas iniciativas, por su trascendencia según se apruebe tal como está, según se modifique o se deseche, es la relativa a la Ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, ya que, a través de ella, el Ejecutivo pretende se cambie el marco regulatorio que actualmente rige a la industria petrolera.
PRINCIPIOS DE LA REFORMA ENERGÉTICA l DEBATES
El artículo 4° que se propone en esta iniciativa, de aprobarse, abriría el paso franco para la violación de la Constitución. Dice el texto de este artículo: “Petróleos Mexicanos, sus organismos subsidiarios y los sectores social y privado, previo permiso, podrán realizar las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas, de los productos que se obtengan de la refinación de petróleo y de petroquímicos básicos”, y continúa “Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán contratar con terceros los servicios de refinación de petróleo” (subrayados del autor). Esas líneas dejan ver, con toda nitidez, a partir de qué instrumentos se darían las violaciones a lo dispuesto por el artículo 27 de la Constitución, aunque ciertamente, como aquí lo expresó la secretaria de Energía, el Ejecutivo no está proponiendo ninguna reforma constitucional. No se propone reformar la Constitución. Simplemente, sin alterar su texto, se alienta y se está dispuesto a permitir su violación. Eso, planteado por el Ejecutivo y expresado por sus representantes en este foro, resulta más grave todavía que reformarla. Vuelvo al caso. Decía que el texto propuesto del artículo 4° de la iniciativa contradice al 27 constitucional, que establece que “[Tratándose] del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos… no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos” (subrayado del autor). Entonces, según la interpretación del gobierno, al expresarse que la Nación directamente o por conducto de Pemex pudiera celebrar contratos con terceros para maquilar la refinación de hidrocarburos y otorgar permisos a personas en calidad de constructoras, operadoras y/o propietarias para el transporte por ductos, el almacenamiento y la distribución de hidrocarburos, petrolíferos y materias primas petroquímicas, no se está haciendo en la iniciativa referencia a los contratos y concesiones de los que trata la Constitución, sino a otros, y entonces pregunto: ¿a contratos y concesiones que no son ni contratos ni concesiones según la definición constitucional? ¡Que no se quieran pasar de listos! El Estado, directamente o por conducto de cualquiera de sus agentes, está constitucionalmente impedido, desautorizado, para contratar o conceder concesiones a personas físicas o morales, tratándose del petróleo y todos los hidrocarburos. Que no se pretenda con el subterfugio de llamar contrato de maquila al contrato-con-
cesión y permiso a la concesión, violar impunemente la norma constitucional. Habrá también que poner atención a lo que expresa la iniciativa en su artículo 2°, que introduce la categoría de “áreas estratégicas en la industria petrolera”, para diferenciarlas de aquellas donde cabe la inversión privada, así como en el 11, apartado III, en el que se pretende facultar a la Secretaría de Energía para regular actividades “estratégicas” y actividades “permisionadas” en la industria petrolera, esto es, en las áreas industriales reservadas en exclusiva a la Nación. Está una cuestión más que hace ruido en este tema: en el artículo 3° inciso V de la iniciativa para crear la Comisión del petróleo, de aprobarse, se facultaría a ésta para “otorgar y revocar los permisos… de trabajos relacionados con la exploración y explotación de hidrocarburos, dentro de los proyectos de inversión previamente autorizados por la Secretaría de Energía”. Nos está diciendo ese texto que sería esa dependencia de nueva creación la que otorgara o revocara los permisos de exploración y explotación, que por disposición constitucional sólo puede llevar a cabo la Nación y que ésta ha venido realizando a través de Pemex. Esto es, Pemex es el único titular de los permisos de exploración y explotación y, evidentemente, la autoridad tiene facultades para revocárselos. Sin embargo, de este texto se desprende la idea que puede haber otros concesionarios, lo que legalmente es posible si se tratara de entidades estatales, pero en ningún caso pueden ser inversionistas particulares. ¿O se trata de una vuelta más que se quiere dar a la ley para violar la Constitución? Al respecto, pues, debiera quedar claro para todos que en la industria petrolera, definida como tal en el artículo 3° de la ley reglamentaria del 27 vigente, no caben los contratos ni las concesiones otorgados a personas, ni caben en consecuencia las áreas permisionadas, ya que todas esas actividades tienen el carácter de estratégicas. Debiera quedar claro también, que la reforma a esta ley en 1958 tuvo, entre otros, el propósito de dar precisión sobre las actividades que quedaban reservadas a la Nación de manera exclusiva, que son la exploración, la explotación, la refinación, la elaboración, el transporte, el almacenamiento, la distribución y las ventas de primera mano del petróleo y los productos de su refinación, el gas y los denominados petroquímicos básicos. El gobierno está proponiendo que se admitan dineros de inversionistas privados para mover actividades estratégicas de la industria petrolera. Las razones que aduce para ello carecen de solidez. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
51
DEBATES l CUAUHTÉMOC CÁRDENAS De acuerdo al Diagnóstico y a las exposiciones del gobierno que aquí se escucharon el jueves pasado, no se dimensiona la capacidad de ejecución de la que supuestamente carece Pemex o la que se consideraría necesaria para llevar a cabo lo que se estima debe hacerse en la industria del petróleo, tampoco se señala la magnitud y origen de los recursos necesarios para ejecutar lo que según criterios oficiales hace falta, y sólo se hace ver que se requeriría de créditos —seguramente se piensa en más pidiregas— o de inversiones de particulares, y tampoco se precisa cuáles son las tecnologías a las que debe accederse para trabajar aguas profundas con las que no cuenta Pemex o no están disponibles en los mercados nacionales o internacionales, a no ser en el esquema de asociación y de compartir riesgos. Se habla de urgencias, aunque los tiempos están ausentes de las consideraciones oficiales. Respecto a las tecnologías para trabajar en aguas profundas y ultra profundas, debe aclararse que no se trata de tecnologías patentadas, de fórmulas que se apliquen con carácter universal. Cada proyecto reclama un diseño y una ejecución particulares y organizar la realización de uno y otra está al alcance y en las capacidades de Pemex. Un argumento más que se maneja falazmente para substituir dineros de la Nación por dineros privados, en una actividad en la que éstos no caben. Por otro lado, ¿dónde es que no hay capacidad de ejecución, en Pemex en general o en cuáles de sus áreas de trabajo?, ¿en la empresa nacional o en la internacional?, ¿en qué ramos específicamente? El gobierno tiene la obligación de responder a estas preguntas. Se nos ha dicho también que existen rezagos. Desde luego. Han pasado tres décadas sin que se construya una refinería, a pesar de tenerse conciencia que aumentaba día a día la necesidad de importar refinados. Lo mismo sucede en exploración, en el mantenimiento y extensión de las redes de ductos, en las terminales de almacenamiento, las plantas petroquímicas y en toda la industria estatal. Ese abandono ha sido intencionado. Se prefirió ceder mercados que pudo haber cubierto la industria mexicana de haber recibido los apoyos que sí se han dado a productores extranjeros. Se ha aplicado concienzudamente la estrategia ordenada a los últimos gobiernos del país por organismos financieros internacionales, de poner a Pemex “a punto de privatización”. Y las últimas administraciones han sido obedientes y en extremo eficientes en ello. Un primer paso para recuperar la industria petrolera para el país, debiera ser el de enmarcar las asignaciones METAPOLÍTICA
52
núm. 60 | julio-agosto 2008
presupuestales de Pemex en criterios técnicos, económicos y estratégicos para su modernización y expansión, y no seguir dejando que la política petrolera la decida la Secretaría de Hacienda, en función de maximizar la aportación de Pemex a los ingresos fiscales que recauda el gobierno. Una política sana sería la de buscar que Pemex financiara sus actividades principalmente a partir de los ingresos que genera. ¿Cómo puede aceptarse que no ha habido, no hay y no habrá dinero cuando se está viendo que en los últimos años el excedente petrolero ha ido de 10 mil a 18 mil millones de dólares, y que este año seguramente rebasará los 20 o 22 mil? Con mucho menos que esa cifra se pueden construir las refinerías que evitarían una sangría económica al país, que sólo el año pasado alcanzó los 16 mil millones de dólares, o cubrir el pasivo de mantenimiento, estimado aquí el jueves pasado por el director general de Pemex en 3 mil millones de dólares, y con precios altos del crudo que se prevén aun para años próximos; de liberar esos excedentes a Pemex, se le liberaría de problemas, carencias e insuficiencias. No más pidiregas para financiar los proyectos de Pemex, no más hacerse tontos en los organismos financieros internacionales y la autoridad hacendaria al llevar la doble y tramposa contabilidad que los pidiregas representan. En función de recursos, concretamente en materia de legislación, debiera preverse que en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria se estableciera que los excedentes petroleros quedaran a disposición de Pemex, para invertirlos en los programas que se le autoricen, y preverse que la Ley de Ingresos no le imponga la obligación de congelar el llamado superávit primario, que en estos momentos debe rondar los 400 mil millones de pesos. Ahora bien, en lo que hace a los programas de trabajo de Pemex, éstos debieran realizarse bajo el esquema de contrato-plan con autonomía de gestión, como lo han venido proponiendo profesionales conocedores de esta industria, contrato-plan que debiera concebirse con carácter multianual, y estar aprobado y supervisado en su ejecución no sólo por dependencias del Ejecutivo sino también y prioritariamente por el Poder Legislativo. Una función más que es imperativo se asigne al Legislativo, es la de aprobar anualmente la plataforma de explotación y la de fijar la relación que debe guardar la producción con respecto a las reservas probadas, que constituyen la base misma del diseño y la ejecución de la política petrolera.
PRINCIPIOS DE LA REFORMA ENERGÉTICA l DEBATES
El gobierno nos informa que la producción de nuestros yacimientos más importantes ha declinado de 2004 a la fecha en 472 mil barriles diarios; que es preciso mantener una plataforma de explotación que se mueva en el orden de 3 millones de barriles por día; que el país dispone de reservas probadas para satisfacer el consumo interno y aportar el resto a la exportación de crudo sólo para 9.2 años. No nos dice cuáles son las razones para mantener o incluso aumentar esa plataforma de producción, tal como lo plantea, ni que con un millón 700 mil barriles diarios se satisfacen las demandas nacionales, ni que esté buscando substituir los recursos que aporta al fisco la exportación de crudo por recursos procedentes de otras fuentes. Si el potencial de producción disminuye; si no se ha dado la reposición de reservas necesaria y racional, responsable; si resulta obvio que los recursos explotables en la próxima década difícilmente podrán sostener la actual plataforma; si conocer el potencial de los recursos prospectivos, aquellos que todavía no se conocen, apenas detectados y en su mayor proporción ubicados en aguas profundas, y empezar a obtener producción de ellos requiere de 8 o más años, y los porcentajes de éxito en la perforación en aguas profundas son, en el mejor de los casos, del orden del 10 por ciento; si la tasa de restitución de reservas se ha situado en el 25 por ciento y no en el 100 por ciento como debiera ser, de acuerdo a lo que aquí expuso el director de Pemex, es preciso no seguir dejando en manos irresponsables, que no cuidan ni presente ni futuro del país, la determinación de la plataforma de producción —la que se ha estado alcanzando, aunque sobreexplotando en muchos casos los depósitos—, ni la determinación de los índices de reposición de reservas —respecto a los cuales los representantes del Estado sólo han sido contemplativos, constatando simplemente el acortamiento de la vida de nuestros recursos potenciales. La determinación de la plataforma de explotación y la tasa de reposición de reservas deben obedecer, en primer lugar, a garantizar la seguridad energética del país, es decir, el abasto suficiente de petrolíferos que reclama la economía nacional, en previsiones de corto y largo plazos, y si sólo fuera esa la razón, sería más que suficiente para facultar al Legislativo para establecerlas. El artículo 46 de la iniciativa de nueva Ley orgánica de Petróleos Mexicanos debe verse con preocupación. Dice su texto que Pemex podrá celebrar contratos “sujetos al buen desempeño y generación de resultados”, contratos en los que “se pacte una remuneración fija o variable, de-
terminada o determinable, con base en las obras y servicios especificados al momento de la contratación o que el desarrollo del proyecto exija con posterioridad” y que “Petróleos Mexicanos podrá pactar incentivos tendientes a maximizar la eficiencia o el éxito de la obra o servicio” (subrayados del autor), es decir, contratos que se vinculan a que Petróleos Mexicanos fije un premio o, quiero entender, no pague al contratista por el trabajo que le encomendara, según el desempeño del contratista, según sea el resultado. El resultado ¿en qué?, ¿en que haya más producción, en que el trabajo se ejecute en menos tiempo del estimado al contratar, en que cueste menos pero como premio se pague al contratista por trabajo no ejecutado? Se busca con ese texto, claramente, que se puedan autorizar los contratos que en la iniciativa se llaman de desempeño, que no son otra cosa que los contratos de riesgo, contratos cuyo pago se vincula a los resultados obtenidos, prohibidos expresamente por nuestras leyes, por cierto violadas una y otra vez, a los ojos y con la complacencia o mejor dicho, la complicidad de las autoridades, en las perforaciones y trabajos que se vienen realizando desde hace algunos años con base en los llamados comúnmente contratos de servicios múltiples en los bloques de la cuenca gasífera de Burgos, donde en la práctica rigen ya contratos de desempeño, o sea de riesgo. Este artículo no debe pasar y los contratos de servicios múltiples deben ser cancelados. México comparte con Estados Unidos una frontera submarina de 2 mil 900 kilómetros. Se ha detectado que existen yacimientos de hidrocarburos, en aguas profundas, que atraviesan esa frontera. Su aprovechamiento, de acuerdo a la práctica internacional, debiera derivar beneficios para ambas naciones. En el lado norteamericano se explotan ya depósitos submarinos en aguas cercanas a la frontera, y se prevé que zonas situadas a escasos kilómetros de ella inicien producción en el año 2010. Frente a esta situación, independientemente de que del lado mexicano se pudieran intensificar los trabajos tendientes al mejor conocimiento y, en su momento, a la explotación de esos recursos, es urgente que el gobierno mexicano lleve a cabo negociaciones con el norteamericano para establecer los términos en base a los cuales debiera realizarse su explotación, fijando con claridad cómo debieran compartirse los beneficios que por derecho pudieran corresponder a cada país, independientemente que la explotación se realice desde uno o desde el otro lado de la frontera. En los tratados que se celebren para establecer las condiciones de explotación y los beneficios que por METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
53
DEBATES l CUAUHTÉMOC CÁRDENAS derecho correspondan a México está una trascendente tarea para el Senado de la República. En fin, mucho más habría que decir de la industria petrolera y de Petróleos Mexicanos, de la puesta en práctica de un verdadero sistema de planeación para el sector energético; de no dejar a Pemex fuera de la industria del gas licuado, ni de los proyectos de regasificación o como proveedor de gas para la Comisión Federal de Electricidad (CFE); de la estructura, facultades y campos de actividad de Pemex que se plantean en la iniciativa de su nueva ley orgánica; de la integración desequilibrada que se pretende dar a su Consejo de Administración; del manejo que en esa misma iniciativa se propone de los excedentes petroleros, que propone que cuando Pemex pudiera disponer del 100 por ciento de ellos, sólo tendría acceso efectivo a no más del 10 por ciento; de los bonos ciudadanos que no serían sino un instrumento más de riesgo; de los pasivos ambientales y laborales, que se presentan y contabilizan como si el organismo se encontrara en liquidación; del fomento a la utilización de las energías renovables y no convencionales; del
METAPOLÍTICA
54
núm. 60 | julio-agosto 2008
estímulo y prioridad que a partir de la actividad petrolera debe darse a la industria de la construcción y en general a la empresa mexicana; del fortalecimiento del Instituto Mexicano del Petróleo; de la creación de un organismo especializado en el comercio y desarrollo del gas natural en el que participen Pemex y la CFE; de reconocer que los ahora clasificados como petroquímicos básicos no son petroquímicos sino petrolíferos, y que debieran recuperarse como básicos los que efectivamente lo son; de la necesidad de revisar y dar racionalidad a los precios de transferencia entre subsidiarias de Pemex; del fomento a las prácticas de ahorro de energía, etcétera. En fin, mucho más se dirá en estos foros, que confío sea de utilidad para una mejor información de nuestros legisladores, en quienes recae la responsabilidad de fijar los principios que deban orientar la política energética para que ésta sea efectivamente útil a la construcción de un México mejor, más equitativo y más justo para todos. Q
LA
Constitución
Y LA REFORMA ENERGÉTICA Arnaldo Córdova*
S
iempre viene a la mente, cuando se discute la reforma energética (que es sólo una reforma petrolera), que aquí faltó algo que previamente debió haberse hecho: una reforma fiscal a fondo. En realidad, lo que está apareciendo cada vez más diáfano es que esta reforma de leyes petroleras es, más bien, un sustituto de una efectiva reforma impositiva. En lugar de aumentar los impuestos a la gran riqueza privada de México, se prefiere seguir saqueando sin medida el patrimonio de la Nación, para estimular, se dice, a los grandes capitalistas para que no se cansen de invertir, se decepcionen de las bajas cuotas de ganancia que tienen o, bien, se asusten y se vayan del país. Creo que el Senado debió haber devuelto al Ejecutivo estas iniciativas y solicitarle que las presentara hasta que no ofreciera una o varias iniciativas que nos resolvieran el problema fiscal del gobierno. Además, hay un punto de técnica parlamentaria que en nuestro país no se atiende, y es que toda iniciativa de ley debe estar fundamentada expresamente en una institución de la Carta Magna. Una ley que no se fundamente en la Constitución es inconstitucional; una que vaya en contra del espíritu y la letra de la misma es anticonstitucional. No debe permitirse aprobar leyes que no estén debidamente fundadas en nuestro Pacto Político que es la Constitución. En el futuro, las Cámaras del Congreso deberían exigir a quienes les envían iniciativas de ley y están autorizados para ello que fundamenten constitucionalmente sus propuestas. * Investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Es sorprendente que una persona que ignora el derecho les haya ido a decir a nuestros representantes que analizar la constitucionalidad de esta reforma es inútil, y que otra persona haya dicho que el 27 es pura mitología, cuando los legisladores están obligados, en primerísimo término, precisamente a analizar su fundamento en la Carta Magna. Está claro que cuando estas iniciativas dicen, en sus exposiciones de motivos, que no tocan el texto constitucional, se refieren, sin decirlo, al contenido del artículo 27. Sólo afirman que no lo tocan, pero en los hechos subvierten todos sus principios. Los legisladores no pueden ignorarlo. Es verdad que los legisladores no son jueces constitucionales, pero están obligados a salvaguardar la Constitución cuando aprueban sus leyes. Es por eso que mi propósito en este artículo es, ante todo, reivindicar el artículo 27 constitucional y confrontarlo con las violaciones a su letra y a su espíritu que resultan más ostentosas en las iniciativas sobre las que hemos estado debatiendo en las últimas semanas. Nuestro enorme bardo zacatecano, Ramón López Velarde, se equivocó: el petróleo no nos lo escrituró el diablo. Nos lo escrituraron nuestros diputados constituyentes, que en 1916 y 1917 refundaron la Nación y la Patria. El nacionalismo es visto hoy por todos los reaccionarios como una antigualla. Aquellos patriotas entendieron que cuando hemos sido genuinamente nacionalistas hemos salvado a nuestro país, y que cuando hemos sido entreguistas o adoradores de lo extraño, como estamos en riesgo de serlo hoy en día, hemos regalado nuestro solar patrio a príncipes extranjeros o a filibusteros internacionales. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
55
DEBATES l ARNALDO CÓRDOVA Hay que ver cómo tradujeron nuestros patricios esa concepción histórica en una institución constitucional inscrita en el artículo 27 de nuestra Carta Magna. Pero antes, déjenme decirles que la Constitución no es una ley jurídica. Es un pacto político del pueblo mexicano. No por caso su título es Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y sus artículos no son normas, sino, cada uno, una institución. La Constitución no regula ni norma. Ella instituye. Sus mandatos son instituciones de un pacto político. La Constitución de 1857 establecía que el derecho de propiedad privada era un derecho inherente a la persona humana, como se hacía en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa. La Constitución de 1917 considera, en cambio, que el derecho de propiedad del individuo es un derecho otorgado por la Nación y se lo da haciéndolo responsable del mismo. Muchos piensan que eso no aparece en la letra del 27. Sin embargo, cuando dice que la Nación tiene el derecho de transmitir el dominio, vale decir, la propiedad, de tierras y aguas a los particulares, constituyendo la propiedad privada, en realidad, no se limita a las tierras y aguas, porque, en buena lógica jurídica, si eso se puede decir de un bien, es que se puede decir de cualquier otro bien. Luego dice que la Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público. La pregunta obligada es: ¿quién lo va a hacer a nombre de la Nación, si ella es un cuerpo colectivo gigantesco? Lo hará el Pueblo, compuesto por los ciudadanos de la Nación, el que, a su vez, delega esa facultad en el Estado. Eso no quiere decir, como ha dicho un escritor que ignora el derecho constitucional, que el Estado suplante al Pueblo y a la Nación. Hay que saber lo que es el poder de representación para explicárselo. Los legisladores son representantes del pueblo y de la Nación, porque los ciudadanos los eligieron. ¿Por qué no dejan o deciden que el Pueblo se pronuncie sobre estas graves materias, convocando a un plebiscito en el que se le pregunte si es partidario de la propiedad nacional o de la propiedad privada como regalo de Dios? Para una ley sobre plebiscito y referéndum los legisladores pueden fundarse en el 39 constitucional, que instituye la soberanía nacional. También se le puede preguntar, en plebiscito, si es partidario de que Pemex siga siendo saqueado por las finanzas públicas o se le deja usar de sus enormes ganancias para renovarse y modernizarse. O también, si METAPOLÍTICA
56
núm. 60 | julio-agosto 2008
considera que son los empresarios nacionales y extranjeros quienes deban financiar a nuestra empresa nacional, mientras el fisco la sigue saqueando. Hay que subrayar que, si se sigue viendo en el Estado a un suplantador de la voluntad popular y de la voluntad de la Nación, eso no habla para nada bien del actual régimen panista, porque eso querría decir que admite que es un gobierno de facto. A continuación, el artículo 27 enumera los bienes que quedan bajo el dominio exclusivo de la Nación. En primer término, el subsuelo y el espacio aéreo sobre el territorio (aparte de las tierras y aguas que se mencionan antes). A los propietarios privados, por consecuencia, sólo corresponde la propiedad de la superficie de la tierra. Como decía el doctor José María Luis Mora en la primera mitad del siglo XIX, los cielos y los avernos no pueden ser de propietarios privados. ¿Cómo hacer del espacio sobre nosotros, donde está el aire que todos respiramos, una propiedad privada? Y, ¿qué decir del subsuelo? No puede ser de unos cuantos porque en su superficie habitamos todos. A la pregunta de quién explotaría los inmensos recursos que yacían en el subsuelo si la Nación era un ente de millones de cabezas, se respondió que el Estado, que es el representante legítimo de ella. Y eso, antes de que quedara inscrito en el texto constitucional. Hablando de la generalidad de los bienes del subsuelo, se acordó que también serían los particulares, todo dependiendo de a qué riquezas se hiciera referencia. No todo lo puede hacer el Estado, en efecto, porque no tiene los recursos necesarios para ello. Eso se ha sabido desde siempre. A los particulares se les cedería la explotación de ciertos bienes del subsuelo mediante una institución constitucional que se llama concesión, vale decir, un permiso legítimo (de autoridad administrativa) para llevar a cabo la explotación de esos recursos. Así sucede con algunos minerales. Habría un permiso y sólo eso, para que los privados crearan riqueza con los bienes de la Nación y para beneficio de todos. Ya en ese entonces nuestros juristas sabían que la propiedad no es un derecho de abusar de sus bienes, sino que tiene una responsabilidad social, concepto que hoy está en casi todas las legislaciones civiles del mundo, como saben todos los civilistas. Si el Estado, representante legítimo de la Nación, juzgaba que un particular hacía un uso ilegal o prohibido de la riqueza nacional de la que se le hacía partícipe, entonces operaba una institución que nos llega de la
LA CONSTITUCIÓN Y LA REFORMA ENERGÉTICA l DEBATES
Colonia, el derecho de reversión. Este concepto está implícito con toda claridad en el espíritu del 27 y resulta una salvaguardia del patrimonio nacional cuando los privados usan mal de los bienes que se les han otorgado en concesión y, entonces, tales bienes revierten al patrimonio de la Nación. Se ha venido a decir aquí que el 27 es una camisa de fuerza para las empresas públicas (y, se entiende también, para las privadas). No nos dan muchas explicaciones al respecto, pero se quiere decir que no se les deja actuar con libertad. No dicen nada del hecho de que Pemex esté secuestrada por Hacienda, porque, incluyéndola en el presupuesto, sólo recibe lo que se le puede asignar en el mismo. De eso no tiene la culpa la Constitución. Si piensan que dejando a Pemex asociarse con empresas privadas tendrá libertad, no demuestran, empero, que en lugar de libertad lo que alcance a nuestra empresa nacional sea una veta más de saqueo. Pero veamos las razones de nuestros constituyentes, y me refiero a todos, los del 17 y los que vinieron después, porque sólo una supina ignorancia del derecho constitucional y también la mala fe pueden hacer pensar que nuestra verdadera Constitución es la que se aprobó en el Constituyente de 1916 y 1917, y que las reformas sucesivas al 27 son espurias. Nuestra Constitución es flexible y admite ser reformada y adicionada en todo tiempo. Lo que nuestros constitucionalistas llamaron Constituyente Permanente, y que el maestro Mario de la Cueva prefirió llamar Poder Revisor, es tan legítimo como el Congreso Constituyente de 1916 y 1917, y surge de la letra del 135 constitucional, que instituye el método con el cual la Carta Magna puede y debe ser reformada. Así que el texto de 1960 es tan soberano como el de 1917. El 27, en su redacción final de 1917, sólo habla del dominio directo de la Nación sobre el subsuelo. La reforma de 1940 introduce el concepto de explotación directa y la de 1960 (hoy vigente) mejora el concepto y prohíbe los contratos de riesgo. Lo primero que debe aclararse son las razones de política de desarrollo económico que dictaron el imperativo de reservar el dominio directo del subsuelo para la Nación. No fue, ciertamente, el diabólico proyecto de hacer del naciente Estado un “superpropietario”, como ahora se insiste. Los recursos del subsuelo no son inagotables; llegará el día en que se acaben y dejen de existir. Nuestros constituyentes sabían lo que es el desarrollo económico (y ya antes los porfiristas). Si se dejaba al saqueo de los privados esos bienes, fue su idea, se acaba-
rían más pronto y, lo peor de todo, desordenada y anárquicamente. No se trataba tampoco de impedir que se explotaran, sino de preservarlos para hacerlos una auténtica palanca de ese desarrollo. Hoy, lo que yo no veo es, precisamente, una política nacional de desarrollo. Ahora resulta que los amigos de la reforma no entienden qué quiere decir en el texto constitucional el término “explotación” que se concede a la Nación y de la que se encargará el Estado, y nos vienen con la peregrina idea de que a la Nación sólo corresponde el “producto”, porque en el texto constitucional, malamente, hay que admitirlo, sólo se habla del producto. Pero el error de ellos consiste en que identifican dos conceptos que son, de suyo, muy diferentes: explotación y producto. La primera es el proceso productivo o cadena productiva como hoy se dice; el segundo es su resultado. Si ambos pertenecen a la Nación, entonces los privados no tienen nada que ver en ellos, aunque se insista que eso no lo dice la Carta Magna. Si ésta dice que ambos son de la Nación, entonces son de ella y nada más. Sin ninguna razón legal ni constitucional, quieren que se deje la primera a los privados, porque son ellos los que tienen el dinero y que la Nación se contente con el producto. Y ése es su argumento fuerte que, repito, no tiene nada que ver con la Constitución ni con la ley. Para ellos, el dilema no es legal ni constitucional. Es operativo. Es por eso que alegan que el problema es de administración de recursos, de asociaciones estratégicas y de alianza con los privados, no legal y menos aun constitucional. La Constitución y la ley son sólo adornos innecesarios. Y lo que no me explico es por qué van al Congreso a tratar de convencer a los legisladores para que hagan una ley como ellos quieren. ¿Por qué cada vez que se habla de reformas, de inmediato se cae en la cuenta de que hay que hacerlo a través de leyes que deben ser legisladas por el Congreso? Claro que se trata de lograr consensos para aprobarlas y eso es lo que las ha hecho difíciles, pero se hacen a través de nuevas leyes o no se hacen en absoluto. Su ignorancia del derecho y su menosprecio por la Constitución les impiden saber, como dije antes, que no hay ley que pueda hacerse sin fundamentarla en la Constitución. ¿Cómo piden una ley que no se base en la Carta Magna?, ¿cómo piensan hacerla?, ¿mayoriteando en el Congreso, aunque no se respete nuestra Ley Fundamental? Lo que todos nos preguntamos es: si no les gusta la Constitución, ¿por qué no la cambian? ¡Que lo intenten! METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
57
DEBATES l ARNALDO CÓRDOVA De la supresión de los contratos en la reforma de 1960 han tratado de sacar provecho para sus argumentaciones. La reforma de 1960 se refiere sólo a los con-
tratos de riesgo; los demás eran transacciones que no imponían obligaciones duraderas ni, mucho menos, definitivas, a Pemex. Si a la letra se dice “ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado”, entonces se está afirmando que se trata de los contratos de riesgo (un contrato corriente no “se otorga”, se acuerda). Hay de contratos a contratos y no todos son iguales. Lo que se nos propone no son simples transacciones de carácter privado, o sea, unos contratos como cualesquiera otros, sino, como se ha demostrado, de una reedición de contratos de riesgo enmascarados. Ya hemos dicho hasta la saciedad que Pemex está en capacidad de contratar con todos los privados que le sean necesarios, pero bajo contratos de servicios, que sólo imponen una obligación temporal o exterior al patrimonio, aunque se puedan repetir al infinito. Eso fueron, precisamente, los contratos que el presidente Cárdenas sugirió en 1940 y que aquí vino a cacarear el presidente del PAN. ¿Qué se puede contratar con los privados? Las opciones son infinitas, desde encargarles el transporte de los productos hasta construir ductos, refinerías y plataformas marítimas para Pemex. ¿Por qué darles la propiedad de los ductos y de las refinerías o, incluso, de las plataformas? La respuesta instantánea es: porque Pemex no tiene dinero. Aun en ese caso, sigue en pie la pregunta: ¿por qué darles la propiedad de ductos y refinerías? La respuesta es: porque así se les estimula. Pero, ¿es que no les basta hacer tan buenos negocios con Pemex, en los que van a ganar un montón de dinero, para que todavía haya que estimularlos más? Pues, aparte sus muy antojadizas afirmaciones, todavía no han demostrado el por qué debe hacerse. Y no hay más remedio que volver, una y otra vez, al tema de la ausente reforma hacendaria. El mismo ignorante que fue a decirles a los legisladores que el 27 es pura mitología y que, además, nadie lo cumple, planteó bien el problema: ¿de dónde van a sacar los legisladores los cuarenta centavos de cada peso que el fisco obtiene de Pemex? Y, concluyó, candorosamente, que no puede ser más que de los bolsillos de los contribuyentes, descubriendo el hilo negro. Por supuesto, no hay de donde más. El problema es saber de qué clase de contribuyentes estamos hablando. ¿Cuánto pagan en impuestos los monopolios?, ¿se han hecho ustedes esta pregunta? Al gobierno ni hay que preguntarle. Lo que quiere y lo demuestra, por lo METAPOLÍTICA
58
núm. 60 | julio-agosto 2008
que sé, está en su nueva propuesta de Ley Federal de Derechos, al usar como estímulo la excención de impuestos. ¿Qué más estímulos desean los grandes empresarios privados cuando tienen al hombre que oscila entre ser el primero y el segundo más rico del mundo, y nos hace pagar los precios más caros en tarifas telefónicas del mundo? Un profesor del ITAM habló en el Congreso de que en México no hay monopolios. ¿En que país vive? Y todavía abogan porque a los privados, ¡para estimularlos!, se les abran de par en par las puertas de la riqueza nacional que nuestros constituyentes quisieron preservar para el futuro desarrollo de México. Quienes nos oponemos a las iniciativas de ley de la industria petrolera que ha presentado el gobierno también deseamos la modernización de Pemex; la queremos como una empresa nacional que tenga suficientes recursos para desarrollarse a sí misma y apoyar el desarrollo integral de México; la queremos con su Instituto Mexicano del Petróleo bien abastecido de recursos para que nos vuelva a dar tecnología de punta, en lugar de andar comprándola en el extranjero; la queremos libre de la corrupción, a la que las iniciativas no hacen mención alguna; la queremos libre de ese sindicato mafioso que la sangra sin que ello redunde en beneficio de sus trabajadores (no queremos más la vergüenza de nuevos Pemexgates); abogamos porque la iniciativa privada contribuya activamente al desarrollo de nuestra industria petrolera, pero sin sacar ventajas ilegales ni anticonstitucionales; queremos que Pemex sea operada eficientemente y que sea más productiva de lo que ahora es; no somos “teólogos” ni “pontífices del petróleo” (hasta ahora me entero de que el petróleo es un dios), ni ideólogos de un trasnochado credo nacionalista, ni hacemos culto a una llamada “mitología del 27”, ni creemos que seamos reaccionarios, santannistas, alamanistas ni porfiristas. Somos ciudadanos que creemos, simplemente, que debemos emprender una nueva etapa en la que impidamos que los únicos beneficiarios de nuestro desarrollo sigan siendo los dueños de la riqueza. Si permitimos eso, pondremos en grave riesgo la paz social tan limitada que tenemos y, sobre todo, nuestro enclenque régimen democrático. Hemos planteado nuestros argumentos en los pocos foros que se nos han dejado (algún periódico que ejerce la libertad de prensa, y las calles y las plazas de las ciudades). No se atiende a lo que decimos, sólo se nos dice que estamos defendiendo el pasado. Mucho me temo que esto acabe en un diálogo de sordos y lo estamos ya viendo. Q
MACARIO SCHETTINO: “REFORMA PETROLERA URGENTE O
crisis profunda” Entrevista realizada por Ariel Ruiz Mondragón*
C
on motivo de la intensa discusión que sobre la reforma petrolera se ha llevado a cabo dentro y fuera del Senado de la República en los meses recientes, sostuvimos una charla con Macario Schettino, en la que abordamos algunos de los principales asuntos que se han ventilado en el debate, entre otros los siguientes: la necesidad y la urgencia de dicha reforma, el tipo de empresa que Pemex puede ser, la discusión sobre valores sociales, la carga fiscal de Pemex y los recursos para su reinversión, el financiamiento de la exploración en aguas profundas, la participación del sector privado, la reorganización de la empresa, las iniciativas del Ejecutivo y las posturas de los partidos políticos. Macario Schettino es ingeniero químico, maestro en Economía y doctor en Administración. Ha sido profesor en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y en El Colegio de México. Actualmente es articulista de El Universal, y es comentarista en varios programas de televisión, como Dinero y poder, de Canal 11, y Noticiero, de Canal 2. *Enlace editorial de Metapolítica.
Ariel Ruiz: Comencemos por lo básico, ¿por qué es necesaria hoy una reforma petrolera (que en eso ha terminado por el momento la llamada reforma energética)? Macario Schettino: Creo que sí es necesaria una reforma energética porque cuando un país crece, consume mucha más energía. Entonces, si uno no tiene garantizado el abasto de energía, es muy difícil crecer. En principio por eso es necesaria una reforma energética completa. Sin embargo, no hemos logrado hacer eso; hubo hace tiempo una reforma de electricidad “malona”, y ahora lo que se propone es la reforma de la industria petrolera. No nada más es necesaria por esa razón de sentar las bases para crecer, sino también porque tenemos un problema muy grave en materia de petróleo: México se convirtió en un país importante en materia petrolera por el descubrimiento de Cantarell, ya que antes de eso México no tenía importancia en el mercado petrolero. Con Cantarell nos convertimos en una potencia, pero se acaba, y se va a acabar muy rápido, por lo que en ese momento México dejará de ser importante en materia petrolera. Entonces es necesario un cambio completo METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
59
DEBATES l MACARIO SCHETTINO a lo que teníamos, y para eso se necesita analizar cómo vamos a enfrentar esa situación. —Hay una intensa discusión sobre qué tipo de empresa puede y debe ser Pemex. ¿Cuál es su opinión al respecto? —Si hubiera posibilidad de hacerlo, yo pienso que el tipo de reforma que hizo Petrobras sería el conveniente para México; es decir, convertir a Pemex en una empresa de verdad. Lo que hizo Petrobras hace diez u once años, fue acabar con una empresa que era bastante ineficiente, haciendo acciones y vendiéndoselas al público, acciones que dan derecho a rendimientos y en parte a propiedad. Pero todo el control de la empresa quedó en manos del Estado, de manera que sigue funcionando como una empresa de Estado, pero ya con un criterio empresarial, con objetivos de rendimiento, de ganancias, de eficiencia, que le han permitido a Petrobras pasar de ser una empresa que no valía nada, a ser —si no me equivoco ahora— la quinta empresa más grande del mundo a la hora de medir las nuevas reservas que ha estado incorporando. En reservas petroleras, Brasil no tenía prácticamente nada hace diez años, y ahora tiene más reservas que México. Todo resulta de un cambio de estructura de la empresa, en la que el Estado no pierde el control, sino que se vuelve eficiente. Ese es el tipo de reforma que deberíamos hacer en México. La propuesta que manda el presidente Calderón no es eso; se acerca en algunas cosas, pero no llega a lo que Petrobras hizo. —Sobre ello quiero preguntarle lo siguiente: muchas veces se ha hecho la comparación entre Pemex y Petrobras y la noruega Statoil, ¿cuál sería su diferencia más importante? —La diferencia importante es la orientación empresarial. Las dos empresas que mencionas, y varias otras empresas de ese tipo en el mundo, lo que hacen es producir de la manera más eficiente posible. Pemex no hace eso, y no sólo no lo hace, sino que además tenemos otro problema adicional: México es el único país petrolero en el que no se le permite a nadie sacar petróleo, más que a Pemex. Incluso Venezuela —que es bolivariana—, Cuba, China o el país que a uno se le ocurra, son países que permiten que otras empresas extraigan el petróleo. Eso es una cosa que ha sido muy difícil que se entienda en México: la renta petrolera, es decir la ganancia que significa para el país que haya petróleo abajo del METAPOLÍTICA
60
núm. 60 | julio-agosto 2008
suelo, se maximiza cuando uno tiene a la mayor cantidad de empresas sacando petróleo, no cuando tiene uno menos. Cuando se tienen más, sacan más petróleo, y por lo tanto por cada barril de petróleo el Estado cobra. ¿Cuánto cobra? En promedio, a nivel mundial ahora está cobrando 80 por ciento de renta. Nosotros no le sacamos eso a Pemex, y ésta no saca el petróleo suficiente. Entonces estamos perdiendo por dos vías: por un lado, porque no permitimos a otros sacar petróleo, y por el otro porque Pemex es muy ineficiente. Pemex produce en barriles de petróleo lo mismo que Petróleos de Venezuela, pero lo hace con tres veces más trabajadores: Pemex tiene 146 mil trabajadores, mientras que Petróleos de Venezuela tiene 52 mil, y producen prácticamente lo mismo. —A usted le gusta el modelo de Petrobras. Si adoptáramos ese modelo, ¿qué cambios legales y hasta constitucionales se requerirían? —Allí también hay un problema de interpretación de la Constitución: lo que ésta dice en el artículo 27 es que en el caso de petróleo e hidrocarburos la Nación explotará directamente los recursos. Qué significa “la Nación explotará directamente” es un asunto que yo creo hay que discutir, porque Nación, Estado, Gobierno y Pemex no son cosas iguales. Entonces valdría la pena esa discusión. Depende de cómo interpretemos eso, y probablemente ni siquiera se necesite un cambio constitucional; es decir, si Pemex se convierte en una empresa de orientación empresarial que sea propiedad de todos los mexicanos a través de acciones que todos los mexicanos puedan tener vía Afores, vía el programa de Oportunidades, lo que se quiera, entonces seguiría siendo la Nación la que explotara directamente los recursos, así que no habría ningún problema. Entonces no veo ni siquiera necesario modificar la Constitución, sino leerla. La Constitución normalmente no se lee; lo que hace uno es pensar lo que allí dice, pero no lo dice realmente. Allí no dice nada de contratos de riesgo, por ejemplo; esa es una interpretación que se hace. Yo pienso que no se necesitarían modificaciones significativas. —Me han llamado la atención sus señalamientos sobre la primera etapa de las discusiones en el Senado, ya que ha dicho que se ha tratado sobre valores sociales. Usted menciona que en ello sigue desempeñando un papel esencial la construcción cultural del antiguo régimen. Incluso la
REFORMA PETROLERA URGENTE l DEBATES
secretaria de Energía, Georgina Kessel, reconocía que el petróleo es un gran símbolo de valor histórico. ¿Eso ayuda o entorpece el debate? —Lo entorpece, sin duda, porque cuando uno debate lo hace para intercambiar opiniones y modificar la forma de pensar. Entonces, está uno usando la razón, y los valores no son un asunto de razón. En particular, el nacionalismo revolucionario no es un asunto racional: es un asunto de sentimientos, de creencias, de vísceras. Eso no ayuda en absoluto al debate, sino que va en contra del debate. Cuando alguien dice “yo creo en el nacionalismo revolucionario, y por lo tanto el petróleo no se puede vender, ni privatizar, ni ninguna cosa”, bueno, ya no se puede hacer nada. Eso es lo que han hecho quienes están en contra de la reforma, los que esencialmente, yo diría, son representantes de esta visión del nacionalismo revolucionario. Creo que es sintomático que la gran mayoría de quienes han hablado a favor de este bloqueo a la reforma son ya de la tercera edad, mayores de 65 años la inmensa mayoría. Para mí es paradójico que el futuro de México lo discutan personas que no van a estar en ese futuro. Yo creo que eso no debería ocurrir. Lo que deberíamos hacer es verdaderamente discutir hacia adelante, no hacia atrás. Creo que el nacionalismo revolucionario fue un fracaso —se ha mostrado con toda claridad—, y seguir manteniendo eso implica seguir fracasando. No veo por qué los mexicanos querrían seguirlo haciendo. —Otro punto a debate es la sobrecarga fiscal que pesa sobre Pemex. A grandes rasgos, ¿qué reforma fiscal podría quitar esa sobrecarga? —Una vez más, aquí el problema es de interpretación. Hace un momento decía yo: ahora en general en los países la renta petrolera —lo que le está cobrando el Estado a las empresas petroleras— ronda el 80 por ciento del precio del barril. En México no estamos muy arriba de eso; tampoco es tanto lo que se le quita a Pemex. Pero, además, para eso es Pemex; es decir, si el petróleo es de la Nación, y la renta petrolera se la queremos extraer, no podemos dejarle el dinero a la empresa, sino que se lo tenemos que quitar y mandárselo al Estado. Allí hay, otra vez, una confusión. El problema no es cuánto le quita el gobierno federal a Pemex, sino qué hace el gobierno federal además de eso para atraer recursos; además de eso, casi no hace
nada. Durante muchos años, el gobierno mexicano no hizo ningún esfuerzo por obtener otros ingresos porque con el petróleo le alcanzaba, y ahora ya no alcanza. Ahora ese es el problema. ¿Qué reforma fiscal habría qué hacer? Creo que el objetivo de largo plazo de la reforma fiscal en México debe ser que logremos recaudar más o menos lo que recauda un país de Europa Occidental, es decir, recaudar cerca del 30 por ciento del producto interno bruto (PIB). ¿Por qué? Porque nosotros queremos un Estado de bienestar como el que tienen ellos: en la Constitución y en las plataformas de los partidos políticos se insiste en que la población debe tener educación, salud, seguridad, vivienda, en niveles incluso superiores a lo que hay en Europa Occidental. Bueno, pues eso cuesta allá el 40 por ciento del PIB, y eso mismo cuesta aquí. Ahora no hay ese dinero, y por eso la educación, la salud y todo son una porquería. Para que funcionara bien ese Estado necesitaríamos financiarlo con una recaudación del 30 por ciento del PIB; México recauda en el orden del 10 por ciento —ahora un poco más con el IETU—. Es el país que menos recauda en el mundo, con la excepción de Guatemala, que compite con nosotros. Pero fuera de ese país, todos los demás países que uno pueda encontrar en el mapa recaudan más. Eso también es producto del régimen político del siglo XX, que decidió no cobrar impuestos para no complicarse la vida políticamente y para mantener la popularidad. Entonces, necesitaríamos incrementar la recaudación a aquellos niveles. Para lograrlo, es necesario un mejor esquema fiscal incluyendo el impuesto al consumo en todos los bienes, o, si se quiere con más claridad, que el IVA se aplique de manera pareja a prácticamente todo. —Si se diera una reforma fiscal de ese tamaño, ¿le alcanzaría a Pemex para que ella sola pudiera reinvertir y ocuparse de toda la cadena productiva del petróleo? —Lo que ocurre es que no tiene sentido que una única empresa lo haga, porque no maximiza la renta y, además, mientras los proyectos son más riesgosos, la participación de un mayor número de empresas es preferible, porque cuando hay mucho riesgo y hay varios socios, el riesgo se reparte entre todos y entonces uno no carga con todo el riesgo. Nosotros analizamos muy mal el problema, porque suponemos que lo que se ha hecho en México en petróleo es lo que se tiene que hacer hacia adelante. Pero no, METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
61
DEBATES l MACARIO SCHETTINO la única razón porque México es importante en materia de petróleo es por Cantarell, y éste es un milagro. Es un manto inmenso —el segundo manto más grande del mundo—, al que basta con ponerle unos cuantos pozos para sacar dos millones de barriles diarios. Eso no pasa en ninguna parte del mundo. Estados Unidos, por ejemplo, que es un inmenso productor de petróleo, produce hoy casi el triple de lo que produce México —aunque consume mucho más—, pero en ningún momento ha encontrado un manto que les produzca 300 mil barriles diarios. Nosotros encontramos uno de dos millones de barriles; esa es la diferencia de tamaño. No nos vamos a encontrar otro Cantarell; los que encontremos van a ser mantos pequeños, difíciles de trabajar, riesgosos. Entonces allí conviene que haya socios para que el riesgo se distribuya entre todos y sea menos costoso. —Allí hay un asunto interesante: la exploración en aguas profundas, que va a tener que hacerse, ¿cómo financiarla?, ¿es inevitable la asociación con empresas privadas, incluyendo, por supuesto, extranjeras? —Yo creo que es inevitable por el tamaño de los montos. Para tener una idea nos sirve Petrobras, que descubrió apenas hace un año un manto muy grande que se llama Tupi —que ha de tener unos 30 mil millones de barriles—, que está a cuatro kilómetros de profundidad en el mar y ya luego el manto marino. Petrobras estima que van a tener que invertir 100 mil millones de dólares durante cuatro años para poder empezar a producir. Suponiendo que en México sucediera una cosa similar —que más o menos por allí está el tipo de mantos de las aguas profundas—, habría que invertir eso: 25 mil millones de dólares al año. Pero Pemex no tiene ese dinero; hoy está invirtiendo ya 15 mil millones de dólares al año para seguir produciendo, y exportamos 36 mil millones de dólares. Entonces, no da la suma. No es cuestión de si hay o no corrupción, que esa siempre es la queja. Sin duda debe haber corrupción; pero aun cuando no hubiera corrupción, aun cuando saliera todo bien, no alcanza el dinero. Además, los proyectos en aguas profundas son muy riesgosos; acaban de encontrar un pozo de prueba a 960 metros de tirante de agua, que resultó seco. Le han de haber metido 200 millones de dólares, más o menos, para hacer el pozo, y no hubo nada. Entonces, son 200 millones tirados a la basura. Ese es el riesgo, y por eso convienen los socios. METAPOLÍTICA
62
núm. 60 | julio-agosto 2008
—En ese escenario, ¿qué tipo de participación sería más conveniente que se estableciera con el sector privado? —Eso no lo sé: cuál sería el método exacto. En cualquier caso, todos los acuerdos que se pueden hacer entre empresas petroleras implican acuerdos sobre lo que se produce. Es decir, si le entran dos empresas, una con 60 por ciento y otra con 40 por ciento de inversión, del petróleo que salga el 60 por ciento es para una y el 40 por ciento para la otra. Pero no importa para quién sea: antes de que ellas cojan el petróleo, el gobierno les cobra. Eso es lo importante del asunto: si Pemex se asociara con Exxon y fueran y sacaran el petróleo, el 80 por ciento de ese petróleo va a ser para México, y el 20 por ciento restante se tiene que dividir 60 por ciento para Pemex y 40 para Exxon (si así se hubiera establecido el acuerdo entre ambas). A final de cuentas lo que Exxon acaba ganando es una cantidad muy pequeña, pero así es como funcionan las empresas petroleras en todas partes del mundo. Ya no existe ese mundo donde las empresas petroleras ponían y quitaban gobiernos, como ocurrió antes de los años setenta del siglo pasado; en los años setenta se modificó por completo la industria petrolera, y hoy son las empresas de los gobiernos las más importantes del mundo porque son dueñas de las reservas. Pero éstas no sacan el petróleo: se asocian con alguien más para sacarlo. Así lo hacen Arabia Saudita, Venezuela, Cuba. Sólo nosotros no. —Quiero saber cuál es su opinión acerca de la reorganización de Pemex. Hay una propuesta presentada por Claudia Sheinbaum que propone reintegrar a Pemex en una sola entidad que absorbiera a sus subsidiarias y filiales; en un artículo usted mencionaba la posibilidad de crear una nueva empresa estatal que acompañara a Pemex, y hoy el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, quiere hacer participar a los estados en las tareas petroleras. —El PRI de hecho estaba proponiendo una cosa así, porque no quiere aceptar la propuesta del Presidente como está; pero saben que la tienen que aceptar porque, de otra manera, cuando ellos ganen la Presidencia —que puede ocurrir— van a llegar quebrados. Para el PRI también es muy importante aprobar esta reforma, porque puede ganar la Presidencia en 2012 y necesita que esté funcionando Pemex. Algo que parece no quedar claro es que sin la reforma la crisis va a ser verdaderamente profunda, y va a
REFORMA PETROLERA URGENTE l DEBATES
ser muy pronto. Eso lo están tomando como si fuera broma, y no lo es. Al PRI le interesa eso, y una propuesta que se les ocurrió fue sobre las empresas de los estados. A mí se me había ocurrido lo siguiente, por la lectura del artículo 27 constitucional: si el problema es con Pemex, pues creemos otra empresa que sea de la Nación y que haga las cosas que dicen que Pemex no puede hacer. Como se haga es, a final de cuentas, lo mismo. La estructura organizacional de Pemex en cuatro subsidiarias o en una sola empresa no va a ser una diferencia significativa, en tanto no haya alguien en el interior de la empresa al que ésta le interese. Si el consejo de administración de la empresa está formado hoy por seis secretarios de Estado y cinco miembros del sindicato, a nadie le interesa. Los secretarios de Estado tienen su chamba como tales, y Pemex es una cosa anexa a ella; los miembros del sindicato viven de Pemex, son 150 mil trabajadores. Entonces, nadie está interesado en que Pemex funcione. Eso no es un problema del tipo de reconstrucción organizacional, sino es un problema de incentivos al interior de la empresa, que hagan que ésta funcione bien, que estaría más en línea con lo que el Presidente ha propuesto. —Hay otro problema que hay que atender: el del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Quisiera plantearlo en una doble vertiente: por un lado, el de la baja productividad y por el otro el de la corrupción. ¿Qué cambio debe haber en la relación laboral de Pemex con sus trabajadores? —El problema es el mismo que tenemos en todos los sindicatos que trabajan para el Estado mexicano: son sindicatos que se hicieron para controlar la política mexicana, no para representar a los trabajadores. En ese sentido, no hay ninguna solución. La única que hay es desaparecerlos, pero eso es propiamente imposible. Como en el caso de los trabajadores de la educación, un millón 300 mil profesores, ¿qué hace usted con ellos? Los quita, ¿y quién los sustituye? En el caso de Pemex, ¿qué hacer con 150 mil trabajadores? Deberían ser 50 mil, ¿entonces corremos a los otros 100 mil?, ¿dónde los ponemos? No es una cosa fácil de hacer. Creo que estos sindicatos que se fueron construyendo el siglo pasado, nos va a costar mucho trabajo irlos ordenando y va a ser
un proceso de muchos años, que ojalá y empecemos en algún momento. Creo que los trabajadores de la educación entendieron que para allá iban las cosas, y por eso aceptaron esta Alianza para la Educación, que es un poco dejar de controlar a Educación Pública; entonces, como que ya se movieron en la línea adecuada. Creo que el sindicato de petroleros piensa lo mismo: ya saben que no pueden seguir viviendo como han vivido hasta ahora, y van a tratar de rescatar lo más posible. Por eso ni el gobierno dice nada del sindicato en la propuesta, ni el sindicato dice nada contra la propuesta. No sé si está negociado explícitamente, o es simplemente un valor entendido, pero ese es el camino más lógico para los dos: nadie tiene la fuerza para enfrentar al otro. —¿Qué opinión tiene de las posturas frente a la reforma de las tres principales fuerzas políticas representadas en el Congreso: el PAN, el PRI y el Frente Amplio Progresista? —No hay ninguna postura. El gobierno envía una propuesta que ya está hecha en términos aceptables para el PRI; tampoco sé si la negociaron o no, pero ya está hecha en lo que el PRI puede aceptar. No es lo que al Presidente le gustaría, no es lo que el PAN hubiera propuesto si tuviera mayoría, pero no la tiene. Hicieron una propuesta que al PRI le pudiera gustar. En consecuencia, el PRI no puede decir que no a esa propuesta porque es muy razonable para él. Tampoco puede decir que sí, porque se ve mal, y además necesita cobrar lo más que pueda por el apoyo político. Entonces no ha dicho ni sí ni no, y así va a seguir hasta que haya que votar, y ese día dirá que sí, dependiendo si les pagaron o no el costo que consideraba adecuado para su apoyo político. El PRD va a decir que no a cualquier costo, porque es el último reducto del nacionalismo revolucionario. Para ellos este es un asunto sentimental, ni siquiera racional. No creo que la mayoría de ellos entienda bien el asunto; en corto he platicado con algunas personas de ese partido que aceptan que su postura es insostenible, pero públicamente nunca lo aceptarán. —¿A usted qué le parece la reforma propuesta por el Ejecutivo? —A mí me parece razonable viéndola desde el punto de vista que mencionaba: algo que el PRI pudiera aceptar. Yo hubiera preferido algo más profundo, pero el PRI no METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
63
DEBATES l MACARIO SCHETTINO lo dejaría pasar, y tampoco se trata de presentar brillantes ideas que a nadie le gusten. Hay que hacer ideas que puedan conseguir suficiente apoyo. Tal y como está escrita la propuesta, creo que es razonablemente aceptable para buena parte del PRI. Hay priistas que no van a aceptar eso porque son igual de nacionalistas revolucionarios que el PRD, y allí no se puede hacer nada. Pero un porcentaje significativo del PRI está dispuesto a aceptar esta propuesta. En ese sentido es una buena propuesta, que de eso se trata la política: de propuestas que puedan pasar, no de brillantes ideas; para éstas las que se escriben en los periódicos. En ese sentido me parece una buena cosa. A mí me gusta mucho la propuesta de reestructura organizativa, donde entran consejeros profesionales, y los bonos que se piensan hacer, porque la combinación de estos dos asuntos hace a la empresa mucho más empresa, sin poder llegar a lo que hizo Petrobras de hacer acciones —que esto no se va a poder. Pero opino que la dirección de la propuesta es muy positiva. Lo de la posibilidad de rentar servicios de refinación o de transporte, pues son cosas que ya se hacen: Pemex ya está rentando servicios de refinación, nada más que en Estados Unidos porque no se puede hacer en México. Lo que esta reforma permitiría es que se haga en México, y entonces el valor agregado que se está quedando en aquel país se quedaría en México. No encuentro ninguna razón para impedir eso; pero para los que no razonan, pues no se necesitan las razones. —¿Qué aspectos criticables encuentra en la misma propuesta del Ejecutivo? —Hay una redistribución de responsabilidades entre la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Energía y la Comisión Reguladora, y la creación de una Comisión del Petróleo, que a final de cuentas es nada más crear más burocracia y estorbos. A mí me parece que eso no sirve para nada. Pero me imagino que eso es debido a ajustes internos del gabinete. Eso me parece muy anexo, innecesario.
METAPOLÍTICA
64
núm. 60 | julio-agosto 2008
Un asunto criticable, no de la propuesta sino de lo que ha pasado en este proceso, es la gran incapacidad que ha mostrado el PAN para defender sus propuestas. Si el gobierno federal mandó la propuesta e hizo todo lo que pudo, el PAN no lo ha apoyado lo suficiente, y cuando lo apoya lo hace mal. Ese es el problema que tiene el PAN: no tiene suficientes cuadros políticos de buen nivel que le permitan gobernar con tranquilidad. Eso se explica en buena medida porque en décadas lo único que había en México era el PRI —que por eso tiene gente muy calificada—, y el PAN no, por lo que está sufriendo. Ni modo. —¿Qué tan urgente es la reforma? —Una cosa que comenté antes es la que tiene que ver con la urgencia de la reforma. La caída en la producción de petróleo es verdaderamente grave. Reitero: Cantarell es lo que nos hizo producir mucho, y se acaba muy rápido. El manto original de Cantarell se llama Akal Nohoch, que llegó a producir en abril pasado un millón 30 mil barriles, de los 2.2 millones de barriles que producía antes, apenas alrededor de la mitad. Pero la tendencia que lleva, y si todo sigue como va, implica que vamos a llegar a medio millón de barriles diarios entre febrero y octubre del año próximo. Cuando lleguemos a eso, con lo que exportemos de petróleo no va a alcanzar para pagar las importaciones de gasolina. Esto significa que el gran colchón que dio el petróleo al déficit comercial de México va a desaparecer prácticamente de golpe. Ese déficit es de 40 mil millones de dólares al año, que no hay cómo financiar. Esto no va a ocurrir dentro de 50 años, ni dentro de 10: va a ocurrir el año próximo, cuando México va a tener un déficit inmenso con el exterior. Cada vez que hemos llegado a ese tipo de déficit en las ocasiones pasadas, hemos caído en una crisis profunda: 1976, 1982 y 1994 ocurrieron por eso. Estamos a un año de que ocurra una cosa similar. Digo esto para ver si con eso entienden por qué es urgente tomar decisiones al respecto. Q
ANÁLISIS CONSTITUCIONAL DE LA REFORMA ENERGÉTICA Mario Alberto Becerra Pocoroba* I. MARCO REFERENCIAL: DOMINIO DIRECTO Y EXPLOTACIÓN
E
l artículo 27 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos vigente contiene dos disposiciones centrales sobre el régimen jurídico del petróleo y los hidrocarburos: la primera se encuentra en el párrafo cuarto, el cual dispone que corresponde “...a la Nación el dominio directo de … el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos…”; la segunda se ubica en el párrafo sexto, el cual prescribe que, tratándose “...del petróleo y los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva...” En este contexto, existen dos disposiciones constitucionales que complementan las contenidas en el artículo 27. En primer término, el artículo 25 de nuestra Ley Fundamental, que en su cuarto párrafo dispone que “el sector público tendrá a su cargo de manera exclusiva las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control sobre los organismos que en su caso se establezcan” (subrayados del autor). Por su parte, el párrafo cuarto del artículo 28 Constitucional señala como áreas estratégicas a “el petróleo y los demás hidrocarburos, así como la petroquímica básica”. No obstante el carácter expreso y tajante de la reserva de estas actividades a favor del Estado, los tribunales constitucionales democráticos han abandonado la interpretación literal en materia constitucional y han privilegiado la interpretación sistemática, funcional y auténtica de los textos supremos. En este sentido, en mi opinión, de los párrafos constitucionales anteriormente transcritos se desprenden * Exrector y profesor de la Escuela Libre de Derecho.
dos conceptos fundamentales, que son los que rigen la materia petrolera en nuestro país, a saber: el dominio directo y la explotación. El dominio directo es el derecho real que constitucionalmente tiene el Estado sobre ciertos bienes, e implica el poder usar, gozar y aprovechar de manera exclusiva éstos: a) Usar, significa servirse de la cosa de que se trate; b) Gozar, es emplear útilmente alguna cosa, hacerla provechosa o sacarle el máximo rendimiento; es favorecer, sacar provecho de alguien o de algo; gozar y disponer de sus frutos y productos, y c) Aprovechar, que implica el derecho de disponer del bien, esto es, enajenarlo, destruirlo, etcétera. Por su parte, la significación jurídica del concepto explotar se encuentra íntimamente ligada con su connotación económica, la cual implica la obtención de una utilidad del bien en provecho propio, alcanzar con el mismo el mayor beneficio económico posible, esto es, en la especie, la obtención de una renta petrolera que pertenece en términos exclusivos a la Nación Mexicana. Lo anterior nos lleva a afirmar que los particulares no pueden apropiarse y enajenar el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, tal y como se encuentran en los yacimientos de la Nación, pues la propiedad de los mismos y, por ende, su derecho a explotarlos, dígase a obtener la renta petrolera, corresponde al Estado. Ahora bien, los párrafos cuarto y sexto del artículo 27 de nuestra Ley Fundamental, deben interpretarse en conjunción con los artículos 25 y 28 de la misma, de lo que se sigue que el legislador ordinario puede determinar, en las leyes reglamentarias respectivas, las actividades que constituyen las áreas estratégicas de la industria, es decir, que no necesariamente todas las actividades de la industria petrolera corresponden a áreas estratégicas, METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
65
DEBATES l MARIO ALBERTO BECERRA POCOROBA ya que también el artículo 27 antes citado, otorga un margen de decisión al legislador para determinar la forma en que la Nación llevará a cabo la explotación del dominio directo del petróleo. En mi opinión, el legislador ordinario puede definir en la ley las actividades dentro de la industria petrolera que deben considerarse estratégicas y reservadas al sector público, siempre que mantenga la propiedad de esos productos hasta la venta de primera mano. Es importante resaltar que en los procesos productivos a que se pueden someter el petróleo y los demás hidrocarburos, a fin de convertir los mismos en productos derivados de su refinación o en petroquímicos básicos, y así obtener un mayor beneficio al momento de su explotación, debo ser enfático, el Estado jamás pierde la propiedad de los mismos. En virtud de lo anterior, puedo afirmar que la exclusividad para explotar el petróleo a que hace mención el sexto párrafo del artículo 27 de la Constitución, se refiere al recurso natural (área estratégica), y la actividad de la industria petrolera es sólo un medio para alcanzar el beneficio económico que corresponde a la Nación. Esto es, el artículo 27 de la Ley Suprema protege en beneficio de la Nación recursos naturales específicos, mas no establece privilegios exclusivos para actividades industriales. Es más, remite a la ley reglamentaria y deja en manos del legislador ordinario los términos en que se llevará a cabo, en específico, la explotación del petróleo y demás hidrocarburos, por lo que de ninguna forma regula ni protege actividad industrial alguna. En mi opinión, si la intención del Constituyente Permanente hubiera sido restringir alguna actividad industrial del petróleo, la habría limitado tal como lo previene la Constitución en materia de energía eléctrica, la cual sí reserva en exclusiva a la Nación la generación, conducción, transformación, distribución y abastecimiento de la prestación de dicho servicio público, lo cual evidentemente no hizo en materia de petróleo e hidrocarburos. Por lo tanto, el sector privado no puede intervenir en aspectos inherentes a la función exclusiva del Estado en el área estratégica del petróleo, de los demás hidrocarburos y de la petroquímica básica. En cambio los sectores sociales y privados sí se encuentran facultados para intervenir en la actividad industrial del petróleo, es decir, sin ser propietarios de dichos recursos naturales, pueden celebrar actos jurídicos para su extracción, transformación y almacenamiento, entre otras modalidades. METAPOLÍTICA
66
núm. 60 | julio-agosto 2008
II. ANÁLISIS HISTÓRICO
Un análisis constitucional en cualquier materia requiere necesariamente de un contexto histórico que permita comprender de manera auténtica la intención de su autor. Es por ello que me permito esbozar someramente puntos referenciales del marco normativo de la materia que nos ocupa. 1. Artículo 27 El artículo 27 aprobado por el Constituyente de 1917 otorgó a la Nación el dominio directo, entre otros, del petróleo; asimismo, indicó que dicho dominio sería inalienable e imprescriptible permitiendo el otorgamiento de concesiones a los particulares o sociedades civiles o comerciales constituidas conforme a las leyes mexicanas. A nadie escapa el hecho de que en 1938, con motivo de diversos conflictos laborales suscitados entre los concesionarios de la industria petrolera —que en dicha época se permitía— y sus trabajadores, el 18 de marzo el presidente Lázaro Cárdenas expropiara a favor de la Nación la industria petrolera, y dos años más tarde se incluyera en el texto constitucional la prohibición del otorgamiento de concesiones en el ramo petrolero. Por otra parte, en consonancia con lo anterior, en el año de 1960 se llevó a cabo diversa reforma constitucional al precepto en análisis, en la cual se especificó que, en tratándose del petróleo, no se otorgarían contratos ni concesiones, además de que no subsistirían los que ya se hubieran otorgado. 2. Artículos 25 Y 28 En el año de 1983 los artículos que nos ocupan fueron reformados para establecer que las áreas estratégicas estarán a cargo del Estado en forma exclusiva. Entre otras áreas estratégicas, se incorporó al petróleo y a la petroquímica básica. No obstante que el Ejecutivo Federal propuso que en las áreas estratégicas participara el sector social en la forma que estableciera la ley, conservando el Estado en todo tiempo el control sobre su conducción y operación, el Congreso de la Unión aprobó la reforma en el sentido de que las áreas estratégicas no tuvieran ninguna forma de participación del sector social, siendo el Estado el que mantendría el control y la propiedad sobre sus organismos; sin embargo, la reforma en comento estableció que las actividades estratégicas, además del petróleo
ANÁLISIS DE LA REFORMA ENERGÉTICA l DEBATES
y sus hidrocarburos, serían aquellas que determinaran las leyes expedidas por el Congreso de la Unión.
LEY REGLAMENTARIA
La Ley Reglamentaria del artículo 27 en Materia de petróleo (1940) dispuso, principalmente, que: a) El dominio directo de la Nación de toda mezcla natural de carburos de hidrógeno es inalienable e imprescriptible, y que sólo con autorización expresa del Ejecutivo Federal podrán podrían llevarse a cabo los trabajos que requiere la industria petrolera; b) La industria petrolera comprende el descubrimiento, la captación, la conducción por oleoductos y la refinación del petróleo, y c) Podrían celebrarse contratos con los particulares a fin de que éstos lleven a cabo, por cuenta del Gobierno Federal, los trabajos de exploración y explotación, ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que se obtengan. La Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el Ramo del Petróleo de 1941 precisó, entre otros aspectos, que: a) Correspondería a la Nación el dominio directo, inalienable e imprescriptible de todos los carburos de hidrógeno que se encuentren en su yacimiento; b) La industria petrolera abarcaría la exploración, explotación, el transporte, el almacenamiento, la refinación y la distribución del petróleo, así como la elaboración y distribución del gas artificial; c) La Nación llevaría a cabo la exploración y explotación del petróleo, entre otras formas, mediante contratos con particulares o sociedades; d) Los contratos anteriores sólo otorgarían compensaciones en efectivo o de un porcentaje de los productos que se obtengan, y e) Entre otras, se podrían otorgar concesiones de transporte, almacenamiento, distribución y refinación de petróleo. En Ley Reglamentaria vigente, la cual fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 29 de noviembre de 1958, se destaca lo que debe entenderse
por industria petrolera y el régimen de contratos, en los siguientes términos: a) La industria petrolera abarca: i) La exploración, la explotación, la refinación, el transporte, el almacenamiento, la distribución y las ventas de primera mano del petróleo y los productos que se obtengan de su refinación; ii) La exploración, la explotación, la elaboración y las ventas de primera mano del gas, así como el transporte y el almacenamiento indispensables y necesarios para interconectar su explotación y elaboración, con las excepciones que la propia ley establece, y iii) La elaboración, el transporte, el almacenamiento, la distribución y las ventas de primera mano de aquellos derivados del petróleo y del gas que sean susceptibles de servir como materias primas industriales básicas y que constituyen petroquímicos básicos; b) Pemex podrá celebrar con personas físicas o morales los contratos de obras y de prestación de servicios que la mejor realización de sus actividades requiere. Las remuneraciones que en dichos contratos se establezcan, serán siempre en efectivo y en ningún caso concederán por los servicios que se presten o las obras que se ejecuten, porcentajes en los productos, ni participación en los resultados de las explotaciones. Expuesto lo anterior, expondré las consideraciones para sostener que en mi opinión los principales aspectos de la iniciativa energética sujetos a debate, tienen pleno sustento constitucional, a saber: a) Prestación de servicios de transporte, almacenamiento y distribución En términos de los antecedentes constitucionales y reglamentarios anteriormente descritos, queda patente la intención del constituyente permanente en prohibir el otorgamiento de concesiones, así como la celebración de contratos, que tengan como objeto el otorgar a los particulares la explotación, uso o aprovechamiento del petróleo. En este sentido, de una interpretación armónica y sistemática del texto constitucional vigente se desprende que, mientras la Nación detente el dominio directo del petróleo, esto es, que no pierda su explotación, uso o aprovechamiento, se puede celebrar cualquier acto jurídico que resulte conveniente para la obtención de una óptima renta petrolera. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
67
DEBATES l MARIO ALBERTO BECERRA POCOROBA La normalidad constitucional que pretende la reforma puede ser contrastada con lo dispuesto por el artículo 6º de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo vigente, en donde se establece que Pemex puede “celebrar con personas físicas o morales los contratos de obra y de prestación de servicios que la mejor realización de sus actividades requiere”, manteniendo en todo momento el control sobre las actividades en la exploración y desarrollo de los recursos petroleros, lo que significa que antes como hoy, con la reforma que se propone, la Nación mantiene en todo momento el dominio directo sobre el petróleo. Con la reforma que se propone, en mi opinión, se dota de mayor certeza jurídica al marco normativo actual, toda vez que se define el mecanismo a través del cual se llevará a cabo la participación de las personas físicas y morales en la industria petrolera, pues implica que se fijen en términos legales las condiciones de su contratación. En efecto, la prestación de servicios de transportación, almacenamiento y distribución únicamente constituyen actos jurídicos que bajo ningún motivo otorgan a los particulares el derecho de propiedad sobre los productos que transporten, almacenen o distribuyan, toda vez que el único propietario de los mismos, a través de su dominio directo lo es la nación mexicana a través de su organismo descentralizado denominado “Pemex”, como queda claro si se considera que ante una pérdida del producto por cualquier causa, el ente perjudicado sería siempre la Nación Mexicana, por operación del principio res peri domino, lo cual significa que incluso las pérdidas corren a cargo de la Nación, lo que implica, se insiste, que el Estado mantiene su dominio directo sobre aquellas. En este sentido, el hecho de haber modificado el concepto de industria petrolera, en la fracción III del artículo 3, en nada pugna con el contenido del artículo 27 constitucional, toda vez que no debe perderse de vista que el dominio directo a que refiere este artículo va referido al concepto de explotación, mismo que, como ha quedado expuesto, implica la obtención de la ganancia económica del producto petrolero. Vistas así las cosas, resulta evidente que las actividades de trasportación, almacenamiento y distribución del petróleo no generarán, de modo alguno, para los particulares ganancia derivada de la explotación de dicho recurso, sino que, en todo caso, sus utilidades se derivarán de actos jurídicos con actividades distintas del recurso natural protegido. Es decir, el objeto directo de esos actos jurídicos no lo constituye la renta petrolera, METAPOLÍTICA
68
núm. 60 | julio-agosto 2008
y menos aún el petróleo mismo, sino la contraprestación pactada con Pemex o terceros, como pago por la prestación propia del servicio, ya sea de trasportación, almacenamiento o distribución. Lo anterior tiene plena vigencia si se toma en consideración lo dispuesto por el artículo 25 constitucional, que establece que la Nación tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que señala el artículo 28 constitucional, esto es, el petróleo y demás hidrocarburos. En este sentido el legislador ordinario se encuentra capacitado para establecer qué actividades en concreto implican una explotación del recurso estratégico y qué otras no lo hacen, por lo que, con la reforma propuesta, queda salvaguardado el principio constitucional del dominio directo sobre la explotación del petróleo, si se entiende por explotación lo que se ha venido comentando, esto es, la obtención de la renta petrolera. Es de hacerse notar que la nación mantiene el dominio del recurso a lo largo de todo el proceso que conduce a la venta de primera mano, proceso que incluye al transporte, almacenamiento y distribución. Por último, es de señalar que la celebración de los actos jurídicos tendientes a la prestación de servicios de transportación, almacenamiento y distribución en la reforma que se propone, se realizarán previo permiso que se obtenga por parte del Estado, en los que éste no pierde su rectoría, estableciendo, de manera tajante, que tales actividades en modo alguno implican la transmisión de la propiedad del hidrocarburo al contratista, quien tendrá la obligación de entregar a Pemex o sus organismos subsidiarios todos los productos y residuos aprovechables que resulten de los procesos realizados. b) Prestación de servicios de refinación de petróleo (maquila) En términos de la legislación vigente, no se encuentra prohibido que Pemex, así comos sus organismos subsidiarios, celebren actos jurídicos (contratos) con terceros, a efecto de que éstos realicen diversas actividades propias de la industria petrolera, como lo es la refinación del petróleo, siempre y cuando no se les otorgue la propiedad de éste ni de los productos que de su refinación se obtengan, respetándose así en todo momento el dominio directo que la Nación tiene sobre aquél. Prueba de lo anterior es que 4 de cada 10 litros de gasolina son importados por nuestro país. La propuesta de reforma enviada por el Ejecutivo Federal, a través de la cual se permite que los particulares par-
ANÁLISIS DE LA REFORMA ENERGÉTICA l DEBATES
ticipen en la refinación del petróleo, no implica en modo alguno que se esté otorgando el uso, aprovechamiento o explotación del petróleo o sus hidrocarburos, toda vez que únicamente se estaría prestando un servicio de maquila. Dicho en otras palabras, la asunción del costo de la refinación del petróleo, ya sea porque la asuma Pemex y sus organismos subsidiarios, o bien los particulares mediante la prestación del servicio de maquila, no implica utilización, aprovechamiento o explotación del recurso petrolero, pues tal situación únicamente se actualizaría al momento en que se enajenen los recursos petrolíferos y se obtenga una ganancia, situación a la que únicamente se faculta a Pemex, y no así a los particulares. En este sentido, con el objeto de no dejar duda que los contratos de maquila no otorgan al particular derecho alguno de propiedad sobre el petróleo o sus hidrocarburos, la reforma que se propone establece en su artículo 4º que la contratación de que se trata en modo alguno podrá transmitir la propiedad del hidrocarburo al contratista. Con lo anterior, la actividad de refinación sigue siendo parte de la industria petrolera nacional, correspondiéndole en forma exclusiva al Estado para que la realice por sí o por conducto de terceros. Por último, es importante señalar que la remuneración a que tienen derecho los particulares por prestar los servicios de maquila de refinación no tendrán una relación directa ente el aprovechamiento de los recursos y el pago de los servicios obtenidos por los particulares, pues la ganancia en la venta del recurso petrolero es del Estado. c) Contratos de obras y servicios en los que se pacten inventivos “sobre éxito y eficacia de la obra o servicio” En relación con los contratos de incentivos, los mismos constituyen una modalidad diversa a las formas con las que cuenta la administración pública para la contratación de obras o servicios, sin que representen una excepción a las limitaciones que establece el artículo 6º de la Ley Reglamentaria. A través de los contratos de incentivos, se busca, por un lado, premiar la eficacia y el éxito de la obra o servicio contratado, manteniendo en todo momento el control y desarrollo de la obra o servicio, y por otro, apartarse de los tradicionales contratos a precio fijo o alzado comúnmente adoptados, que en la práctica resultan extremadamente rígidos al no permitir la varia-
ción del precio durante la ejecución de una obra o un servicio, independientemente del éxito de la misma. En este tipo de contratos pueden establecerse tres hipótesis, a saber: a) Que el precio sea fijo o variable, determinado o determinable. b) La inexistencia de contraprestación alguna a favor del particular, en caso de que no exista éxito en la obra o servicio contratado, inclusive sin obligación de resarcir costo alguno. c) El otorgamiento de un incentivo, mismo que siempre estará vinculado con el éxito o eficacia de la obra, teniendo siempre un parámetro preestablecido, es decir, nunca se encontrará vinculado con la productividad del yacimiento. A través de esta modalidad de contratación, el Estado deja de asumir el costo de inversiones que no resulten exitosas, y que al día de hoy tiene que sufragar. Estos contratos no tienen absolutamente ninguna similitud con los denominados contratos de riesgo que fueron suprimidos de acuerdo a la reforma del artículo 27 constitucional, llevada a cabo en desde la reforma a la Ley Reglamentaria del año de 1958, toda vez que en ellos, en primer lugar, el control y desarrollo del proyecto respectivo no lo tenía el Estado, sino que se encontraba en manos del contratista, y, en segundo lugar, que la contraprestación se encontraba directamente vinculada con la producción del yacimiento, ya sea que se pagara en efectivo, teniendo como parámetro un porcentaje del precio del petróleo, o bien un porcentaje del petróleo extraído. Por último, con relación a la remuneración a favor de los terceros que lleven a cabo las obras o servicios de que se trate, si bien es cierto se establece que esta pueda ser fija o variable, ello no significa que la misma pueda ser distinta a la contraprestación dineraria, y menos aún que se les otorgue utilidades sobre las ventas del petróleo ni otro tipo de rendimientos sobre el producto, pues, como se ha apuntado, esta forma de contratación en nada se asemeja a los contratos de riesgo que, en su momento, tuvieron vigencia en nuestro país. Espero que los puntos de vista expresados con relación a la constitucionalidad de la iniciativa de reforma a la legislación energética, sean puntos que alimenten el debate para el bien y desarrollo de nuestra Nación. Q
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
69
¿SON CONSTITUCIONALES LAS
iniciativas DEL PRESIDENTE? Miguel Carbonell*
A
continuación ofrezco una visión sintética del análisis constitucional de las cinco primeras iniciativas presentadas por el Presidente de la República en relación al petróleo y al régimen jurídico de Pemex. Desde luego, un análisis completo de cada uno de los aspectos de las mismas llevaría decenas o incluso centenares de páginas, dado lo complejo de la propuesta y las muchas implicaciones que se derivan de ella. Sin embargo, los elementos que se ofrecen a continuación pueden servir para orientar el debate, al menos desde el punto de vista constitucional. 1) En primer término, corresponde reconocer que no se trata de un asunto fácil, ya que el texto del artículo 27
constitucional no es muy claro en sus alcances y suscita dudas de varios tipos respecto del significado concreto que se le puede o debe dar a algunos de sus párrafos.1 2) La convocatoria todavía en curso del Foro de Debate
sobre la Reforma Energética en el Senado de la República es, en esta parte, para analizar la constitucionalidad de las iniciativas. La acotación es importante y parte del hecho de que el Poder Ejecutivo de las mismas no quiso suscitar un debate sobre la posible reforma cons* Coordinador del área de Derecho Constitucional del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Investigador Nacional nivel III del SNI; www.miguelcarbonell.com. 1 Un repaso que intenta dar cuenta de la complejidad del tema puede verse en Carbonell, Nava Escudero y Ovalle Favela (2006, pp. 19-73). METAPOLÍTICA
70
núm. 60 | julio-agosto 2008
titucional y en el mismo sentido se han manifestado las principales fuerzas políticas que tienen representación parlamentaria. 3) En virtud del objeto para el que se convocó, quisiera
comenzar señalando que no es posible, al menos para mí, emitir un juicio de valor global sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las iniciativas. Creo que hay que estudiar cada una de sus partes por separado, y pienso que al hacerlo así se van a detectar cuestiones que son del todo compatibles con la Constitución y otras que lo son menos o que están en la frontera de la inconstitucionalidad. Los juicios globales, contundentes y omnicomprensivos sobre el apego a la Carta Magna de las iniciativas son propios de ideólogos o de posturas políticas, como tales respetables. Pero a los que nos dedicamos al estudio de la Constitución se nos llamó para exponer un criterio técnico-jurídico y no nuestro posicionamiento ideológico. Tampoco se ha convocado para dilucidar si las iniciativas recogen adecuadamente las mejores opciones desde el punto de vista de las políticas públicas, de las alternativas financieras más viables o de las prácticas más exitosas a nivel internacional. Siendo temas interesantes, deben ser analizados en un segundo lugar, una vez que se tenga certeza acerca de si las propuestas caben dentro del marco constitucional vigente en México (Carbonell, 2008). 4) Tomando en cuenta lo anterior me permito recordar que el marco jurídico que nos ofrece la Constitución para orientar el debate energético está descrito en los
¿SON CONSTITUCIONALES LAS INICIATIVAS? l DEBATES
artículos 5, 25, 27 y 28 de la Carta Magna, de los cuales se pueden desprender, medularmente, las siguientes consideraciones: a) Todas las personas tienen, en México, libertad para ejercer el comercio, industria o profesión que prefieran, siempre que sea lícito (artículo 5 de la Constitución mexicana). Las excepciones a este principio deben justificarse con base en alguna disposición, derecho o valor de rango constitucional y son de interpretación estricta, por constituir límites a un derecho fundamental. 2 Se trata de una prerrogativa cuya titularidad la Constitución no limita solamente a los mexicanos, cabe apuntar (Carbonell, 2006, pp. 356-371). Es un derecho fundamental que aparece en los tratados internacionales de derechos humanos y en las constituciones de los países más democráticos del mundo. b) El artículo 25, en la parte que ahora interesa, señala que las áreas estratégicas estarán a cargo, de forma exclusiva, del Estado mexicano. Para tal efecto el propio precepto remite al artículo 28 párrafo cuarto de la Constitución. c) El artículo 28 párrafo cuarto presenta alguna dificultad hermenéutica, ya que está redactado en sentido negativo: dice que no constituyen monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en áreas estratégicas y menciona expresamente al “petróleo y demás hidrocarburos”, así como a la petroquímica básica. Ahora bien, el párrafo siguiente del artículo 28 nos indica que el Estado contará con los organismos y empresas que requiera para el eficaz manejo de las áreas estratégicas. Esta disposición puede suscitar en el lector algunas preguntas como las siguientes: ¿tales empresas deberán ser solamente estatales?, ¿qué significa que el Estado “contará” con ellas?, ¿significa que deberán ser bajo toda circunstancia de su propiedad? No podría deducirse así de forma indubitable del texto constitucional, desde mi punto de vista. La teoría de los límites de los derechos fundamentales ha tenido un gran desarrollo, sobre todo por parte de los teóricos europeos y estadounidenses. Una visión de conjunto sobre el tema se encuentra en Brage (2004). 2
d) El artículo 27 precisa en su párrafo sexto última parte que la Nación llevará a cabo la explotación del petróleo, sin que se puedan otorgar concesiones o contratos en esa materia. Inmediatamente el mismo párrafo se refiere a la materia de energía eléctrica y precisa de forma un poco más clara que corresponde a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica.3 A partir de lo anterior tenemos que preguntarnos por el alcance del término “explotación” a la luz del párrafo sexto del artículo 27. Si lo interpretamos armónicamente con el artículo 5 constitucional, me parece que por explotación debemos entender el proceso que implica el alumbramiento del petróleo (la exploración y la extracción), así como la obtención de los correspondientes beneficios, es decir lo que se conoce como “renta petrolera”. El Diccionario de la Real Academia nos indica que explotar significa “Extraer de las minas la riqueza que contienen” o “Sacar utilidad de un negocio o industria en provecho propio”. En virtud de lo anterior, considero que la refinación de petróleo por parte de particulares no está prohibida por la Constitución y puede ser autorizada válidamente para que la lleven a cabo los particulares. De hecho, en la exposición de motivos de las iniciativas se reconoce que, como todos sabemos, hoy en día la refinación del 40 por ciento de la gasolina que consumimos en el país ya corre a cargo de particulares, pero son particulares que tienen sus refinerías en el extranjero. Las iniciativas sostienen que esta importación de gasolina nos costó 12 mil millones de dólares durante el año 2007, equivalente al total del déficit comercial del país durante el mismo año. Es decir, hoy en día ya se refina petróleo por parte de particulares, pero se hace fuera de México y —hasta donde tengo información— nadie ha promovido un recurso legal contra eso. Creo que la interpretación de la legislación vigente (incluyendo la interpretación del artículo 27) lo permite, y en ese sentido la iniciativa no agrega mucho al proponer que los particulares tengan a su cargo la refinación de crudo. En particular, cabe resaltar el candado que En su momento, el régimen jurídico del sector eléctrico en México fue objeto de un detallado análisis por parte de la Suprema Corte. Ver el análisis del tema y de la sentencia en Cossío Díaz y Cortés Campos (2004, pp. 605-623). 3
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
71
DEBATES l MIGUEL CARBONELL está previsto en la iniciativa para que los particulares no puedan hacerse con un beneficio obtenido del petróleo o de sus residuos. Los particulares podrán simplemente cobrar lo que hoy cobran empresas extranjeras por el trabajo de refinación mediante el contrato de servicios que firmen con Pemex. Los particulares únicamente harían, mediante contrato, una “maquila” del crudo extraído por Pemex.
LO de Pemex, que prevé modalidades contractuales
con incentivos por eficacia o éxito de la obra o servicio, aunque dichos incentivos serán pagados solamente en efectivo.5 Yo no veo en esas modalidades de contratación una inconstitucionalidad directa, palmaria, incontestable. Podría tener dudas sobre su pertinencia o idoneidad en términos de política pública, pero eso es otra cuestión. Dichos contratos, al no comprometer la renta petrolera de forma directa o indirecta, ni permitir la apropiación del crudo por parte de particulares, no vulneran el artículo 27. Lo que se alcanza a interpretar de forma razonable del texto que está proponiendo el autor de la iniciativa es que el incentivo tendiente a maximizar la eficacia o éxito de la obra o servicio, no implica remunerar con un porcentaje de producto ni participar en los resultados de las explotaciones. No se advierte que la redacción del texto permita compartir la renta petrolera, puesto que el proyecto claramente señala que “los incentivos tendientes a maximizar la eficacia o éxito de la obra o servicio… serán pagaderos únicamente en efectivo”.
e) Por las mismas razones, considero que tampoco violan la Constitución los llamados por la iniciativa de nueva Ley Orgánica (LO) de Pemex “bonos ciudadanos”, puesto que no transmiten a particulares la propiedad del petróleo ni generan derechos que se puedan hacer efectivos sobre la explotación del mismo. No se está transmitiendo la propiedad accionarial de Pemex, cosa que sí sucedería si se abriera la emisión de títulos bursátiles, como lo han sugerido diversos analistas y como sucede con empresas petroleras públicas de otros países. El texto de la iniciativa claramente señala que “Las contraprestaciones que se consignen en los bonos ciudadanos por ningún motivo y en ningún caso otorgarán o concederán a sus tenedores derechos corporativos, ni sobre la propiedad, control o patrimonio de Petróleos Mexicanos, o bien sobre el dominio y la explotación de la industria petrolera nacional” (artículo 41 párrafo tercero de la iniciativa de nueva LO de Pemex). Ahora bien, quizá sería oportuno señalar desde la propia ley algún tipo de límite máximo a la tenencia de bonos, sin que se deje dicha determinación a disposiciones de inferior rango.4 Señalar, por mandato legislativo directo, un límite más allá del cual se considere que existe un indebido acaparamiento, generaría mucha mayor confianza en el instrumento de los bonos y podría poner en claro que, en efecto, son para todos los ciudadanos y no solamente para los más pudientes. f ) Ha habido expresión de dudas de constitucionalidad respecto del contenido del artículo 46 de la
g) La facultad de la Secretaría de Energía para otorgar y revocar concesiones, permisos y autorizaciones (artículo 33 fracción VII de la LOAPF) no es inconstitucional, ya que se refiere en general a la materia energética y porque la propia fracción es muy clara al disponer que tales otorgamientos y revocaciones se harán “conforme a las disposiciones aplicables”. Si en materia de petróleo existen áreas reservadas al Estado, luego entonces en ella no podrán otorgarse concesiones, permisos o autorizaciones; en todo lo demás que permita la ley sí, obviamente. h) Ahora bien, hay algunos aspectos de las iniciativas enviadas por el Presidente de la República que valdría la pena considerar, ya que sí pueden suponer un eventual conflicto con normas constitucionales. Cito algunos ejemplos: 1) Los miembros del consejo de administración deben
La iniciativa propone facultar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que determine, a través de disposiciones generales, “Las medidas necesarias para evitar la concentración en la tenencia de los títulos o su acaparamiento y procuren el acceso al mayor número de mexicanos” (artículo 41, fracción III de la iniciativa de nueva Ley Orgánica de Pemex). 4
METAPOLÍTICA
72
núm. 60 | julio-agosto 2008
estar sujetos al régimen general de responsabilidades de los funcionarios públicos si es que cobran del erario. Si Una disposición parecida al artículo 46, se encuentra en el artículo 6 de la iniciativa de nueva Ley Reglamentaria del Artículo 27 cons5
titucional en el ramo del petróleo.
¿SON CONSTITUCIONALES LAS INICIATIVAS? l DEBATES
tuvieran carácter honorario no, pero al cobrar del erario y ejercer actos de autoridad a través de su participación en un órgano colegiado público, devienen en funcionarios públicos. En tal virtud, deberían revisarse los artículos 8 fracción III y 30 párrafo primero de la iniciativa de nueva LO de Pemex. 2) Las excepciones a los procesos de licitación deben
estar establecidas en ley, de acuerdo a lo que señala el artículo 134 constitucional. Ningún comité interno de Pemex debería tener facultades para dictar normas en esa materia. Es la ley la que señala las situaciones de excepción. La iniciativa del Presidente cuida este aspecto, pero quizá convendría ser muy precisos en la redacción del artículo 22 fracción VII de la LO, para evitar cualquier suspicacia, sobre todo teniendo en cuenta el enorme volumen de recursos que maneja Pemex. 3) Todo el régimen de remuneraciones de servidores
públicos debe estar fijado, aunque sea en términos generales, por el PEF o por la ley que crea el cargo en cuestión, según lo ordena el artículo 75. No conviene dejar facultades omnímodas en ese tema a comités internos de Pemex (en este caso al comité de remuneraciones previsto en el artículo 24 de la iniciativa de LO). 4) La contratación directa por parte de Pemex de deuda externa (artículo 38 fracción II de la iniciativa de LO) vulnera el artículo 73 fracción VIII constitucional. Con-
vendría acotar la facultad a fin de que la autorización final recaiga claramente en el ejecutivo. De lo que brevemente se ha expuesto creo que se puede concluir que las iniciativas tienen aspectos concretos que son mejorables y que deben ser revisados a fin de evitar su posible confrontación en términos de constitucionalidad. Eso puede hacerse perfectamente en el curso del procedimiento legislativo que deberán emprender los senadores en los próximos meses, y no es algo inusual dentro de la experiencia parlamentaria mexicana. Por eso es que la Constitución diseña un procedimiento de aprobación de leyes que pasa por diversas etapas: para que las iniciativas se vayan mejorando. Recientemente, en el debate sobre la reforma constitucional en materia penal vimos las enormes virtudes que tiene el sistema bicameral al permitir una reflexión pausada sobre las decisiones más importantes que se toman en la sede del poder legislativo.
Pero sí quisiera ser muy claro al afirmar que, al menos respecto de las cuestiones de fondo a las que me he podido referir, el sentido general de las iniciativas no es inconstitucional, desde mi punto de vista. En las semanas pasadas hemos escuchado y leído en los medios de comunicación que los argumentos de quienes defienden el contenido de las iniciativas son muy endebles. Yo quisiera recordar que en la gran mayoría de los Estados democráticos del mundo rige el principio de presunción de constitucionalidad de la ley.6 Esto es lo que justifica, por poner un ejemplo de todos conocido, que la Constitución exija una votación de 8 ministros sobre 11 que integran el Pleno de la SCJN para invalidar con efectos generales una norma jurídica. Las normas de rango legislativo están, por tanto, asistidas de esa presunción. Esto significa que a quien le incumbe la carga de la prueba es a quienes sostienen la inconstitucionalidad y no al revés. Quienes piensan que las iniciativas, si fueran aprobadas, serían constitucionales, no tienen que dar mayores argumentos más allá de un mínimo fundamento competencial a cargo del Congreso para emitir la legislación de que se trata. Quienes impugnan la constitucionalidad son quienes deben probarla y no al revés. Finalmente, considero que debemos tener presente que es válido y totalmente legítimo criticar a las iniciativas con base en sus fundamentos económicos. Tales fundamentos pueden o no ser adecuados, pueden gustarnos más o menos. Pero su inadecuación desde un punto de vista de la teoría económica no los hace inconstitucionales. Como dijo el gran juez Oliver Wendell Holmes en su voto disidente dentro del caso Lochner versus Nueva York en 1905: la Constitución no tiene por objetivo apoyar a una determinada teoría económica.7 Sus palabras fueron las siguientes: …la Constitución no ha pretendido hacer suya una teoría económica determinada, bien se trate del paternalismo, del organicismo político o del laissez faire. Una ConstituEste principio ha sido explicado por muchos autores, y sus primeros antecedentes seguramente podrían rastrearse en los escritos de Hamilton, Jay y Madison contenidos en El Federalista o incluso en La democracia en América de Alexis de Tocqueville. Una defensa contemporánea de su significado y de sus alcances puede verse en Ferreres Comella (1997); Ferreres Comella (2008, pp. 247 y ss.). 7 Un análisis del caso Lochner puede verse en Carbonell (2005, pp. 245 y ss.). El texto del voto puede verse en Holmes (1992, pp. 305307). 6
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
73
DEBATES l MIGUEL CARBONELL ción está hecha para el pueblo, y el pueblo son personas cuyas ideas fundamentales y convicciones pueden no coincidir. El hecho de que pensemos que alguna idea es natural o evidente, o novedosa o incluso chocante, no debe influir en nuestro juicio acerca de la constitucionalidad de las leyes que son expresión de ellas…
Pero, a la inversa de lo que dijo Holmes, nosotros podemos afirmar que la Constitución tampoco puede servir como palanca de crítica contra una determinada teoría económica, la cual debe ser objeto de análisis mediante herramientas distintas a las que suministra la ciencia jurídica. Pero esa es, en verdad, otra historia. Q
REFERENCIAS Brage, J. (2004), Los límites a los derechos fundamentales, Madrid, Dykinson. Carbonell, M. (2005), Una historia de los derechos fundamentales, México, Porrúa, UNAM/CNDH. Carbonell, M. (2006), Los derechos fundamentales en México, 2ª edición, México, Porrúa/UNAM/CNDH. Carbonell, M (2008), “Petróleo y Constitución”, El Universal, México, 16 de mayo. Carbonell, M., C. Nava Escudero y J. Ovalle Favela (2006), “Artículo 27”, Derechos del pueblo mexicano. México a través de sus Constituciones, 7ª edición, México, Cámara de Diputados/Senado de la República/TEPJF/SCJN/IFE/Miguel Ángel Porrúa, tomo XVII.
METAPOLÍTICA
74
núm. 60 | julio-agosto 2008
Cossío Díaz, J. R. y J. Cortés Campos (2004), “La inconstitucionalidad del reglamento de energía eléctrica (y las inconsistencias de la sentencia que la declara)”, Anuario Iberoamericano de justicia constitucional, Madrid, núm. 8. Ferreres Comella, V. (1997), Justicia constitucional y democracia, Madrid, CECP. Ferreres Comella, V. (2008), “Justicia constitucional y democracia” en Carbonell, M. (comp.), Teoría de la Constitución. Ensayos escogidos, 4ª edición, México, Porrúa/UNAM, 2008. Holmes, O. W. (1992), The Essential Holmes. Selections from the Letters, Speeches, Judicial Opinions and Other Writings of Oliver Wendell Holmes Jr., edición y prólogo de R. A. Posner, ChicagoLondres, University of Chicago Press.
POR QUÉ SON
anticonstitucionales
LAS INICIATIVAS CALDERONISTAS Jaime Cárdenas* I. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN LA MATERIA
A
partir de la promulgación de la Constitución de 1917 se inicia un proceso, aún no cerrado, para expedir las normas jurídicas y dictar las políticas públicas necesarias para hacer plenamente aplicables los principios constitucionales relacionados con el petróleo y los hidrocarburos. Desde los inicios del siglo XX y aún desde antes, los intereses privados se han opuesto a que los principios constitucionales en materia de petróleo sean una realidad, y han buscado resquicios en el orden jurídico para imponer sus puntos de vista en contra de los intereses de la Nación. Esto ha ocurrido desde la deficiente Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional de 1925 hasta nuestros días. Hoy la lucha por la defensa del petróleo pasa en primer término por la defensa de la Constitución, porque, al tratarse de recursos propiedad de la Nación, es decir, de todos los mexicanos, estamos hablando de una decisión política fundamental que representa la soberanía energética de México, que no puede ser reducida, limitada o condicionada ni por mayorías legislativas ni aún por el poder revisor de la norma fundamental. Los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución en materia de petróleo e hidrocarburos contienen cuatro principios: 1) El que señala la propiedad originaria de la Nación sobre las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, la que tiene el derecho de transmitir su dominio a los particulares para que éstos constituyan la propiedad privada; 2) El del dominio directo, inalienable e imprescriptible de la Nación sobre todos los recursos naturales del subsuelo, *Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y consejero del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal.
incluyendo los hidrocarburos; 3) El de la explotación directa de los hidrocarburos por parte de la Nación, en consecuencia la prohibición expresa de otorgar a particulares concesiones o contratos en la materia, según lo disponga la ley reglamentaria, y 4) El que expresa que los hidrocarburos y la petroquímica básica constituyen un área estratégica de la economía nacional, y que el sector público las tendrá a su cargo de manera exclusiva (reformas a los artículos 25 y 28 constitucionales). Los dos primeros principios provienen de los párrafos primero, cuarto y sexto del artículo 27 del Constituyente de Querétaro. Fundamentalmente el tercero fue consecuencia de la expropiación petrolera decretada por Lázaro Cárdenas, quien, en el Informe Presidencial rendido a la Nación el primero de septiembre de 1938, expresó: “Y para evitar en lo posible que México se pueda ver en el futuro con problemas provocados por intereses particulares extraños a las necesidades interiores del país, se pondrá a la consideración de vuestra soberanía que no vuelvan a darse concesiones del subsuelo en lo que se refiere al petróleo y que sea el Estado el que tenga el control absoluto de la explotación petrolífera” (subrayado del autor). El objetivo de la propuesta contenida en ese Informe Presidencial era la nacionalización integral del petróleo y de los hidrocarburos. Para cumplir el ofrecimiento hecho en el Informe Presidencial de 1938, el presidente Cárdenas envió el 22 de diciembre de 1938 al Congreso de la Unión la iniciativa de adición al artículo 27 de la Constitución. La propuesta incorporaba una adición al párrafo sexto al artículo 27 constitucional, que quedó en los siguientes términos: “Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se expedirán concesiones y la ley reglamentaria respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos”. Dicha modificación METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
75
DEBATES l JAIME CÁRDENAS constitucional se publicó en el Diario Oficial de la Federación el día 9 de noviembre de 1940 junto con la Ley Reglamentaria del artículo 27 en materia de petróleo. Se ha insistido, por parte de algunos dirigentes del PAN, que el general Cárdenas no se opuso a que la iniciativa privada participara en la explotación de los hidrocarburos, lo que es cierto, dado que en la exposición de motivos de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, se mencionaba que “…la Constitución sólo ha prohibido la explotación mediante concesiones del petróleo pero no la posibilidad de la construcción de oleoductos, refinerías y sistemas de distribución de gas…” Sin embargo, en la iniciativa de reforma constitucional de 1940 al párrafo sexto del artículo 27 de la ley fundamental, el general Cárdenas mencionó: “…no se ve motivo para permitir que continúen formándose y vigorizándose intereses privados que es de presumirse que llegarán a ser, si no antagónicos, al menos distintos de los intereses generales cuya tutela procurará el gobierno con todo empeño y energía… Incorporando al Texto Constitucional el principio de la explotación directa del petróleo que a la Nación corresponde…” Respecto a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional de 1940 deben hacerse las siguientes e importantes matizaciones: 1) Los artículos séptimo, octavo y noveno de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional de 1940 señalaban que el sector privado podía llevar a cabo por cuenta del gobierno federal, los trabajos de exploración y explotación, ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que se obtuvieran, sin que se adquiriera un derecho directo a la explotación del petróleo; 2) los contratistas debían ser personas físicas mexicanas o sociedades constituidas íntegramente por nacionales y en una forma en que fuera posible en todo instante la comprobación de esta circunstancia, además de que era preciso demostrar la capacidad técnica y financiera del contratista y, la extensión máxima de terreno susceptible de ser contratada a una misma persona, y 3) no podían celebrarse los contratos con sociedades anónimas que emitieran acciones al portador. Jurídicamente, lo anterior significa que los contratos estaban reservados a los mexicanos —personas físicas— y a través de sociedades mercantiles mexicanas no muy grandes, en tanto que se prohibía que participaran empresas con acciones al portador y, además, los contratistas actuaban no por cuenta propia sino por cuenta del gobierno federal que METAPOLÍTICA
76
núm. 60 | julio-agosto 2008
era el que tenía el derecho directo a la explotación del petróleo. La explicación política de la permisión de los contratos es evidente a la luz de las presiones de Estados Unidos1 y debido a las carencias técnicas y económicas de la naciente industria petrolera nacionalizada. Por otra parte, conviene decir que durante el gobierno de Cárdenas jamás se celebraron contratos con particulares nacionales para la explotación del petróleo. Algunos gobiernos posteriores al de Cárdenas, como el de Ávila Camacho, permitieron que particulares extranjeros, mediante contratos, participaran en la explotación de los hidrocarburos. La Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional de 1941, promulgada en el gobierno de Manuel Ávila Camacho, dio lugar a los “contratos de riesgo” —se firmaron cinco entre 1949 y 1951—, a través de los que se pactaba una remuneración a los contratistas consistente en: 1) el reembolso total de la inversión realizada por el contratista y sin plazo de vencimiento; 2) más el valor del 50 por ciento de los hidrocarburos producidos por los pozos perforados, y 3) más una compensación entre el 15 y el 18.25 por ciento del valor de la producción por un período de 25 años. El objetivo era claro, y consistía en que los particulares compartieran las reservas, los resultados de la producción y la renta petrolera. No fue sino hasta el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz que se logró terminar con las consecuencias de dichos contratos.2 En el mes de enero de 1960 se promovió una segunda reforma al párrafo sexto del artículo 27 constitucional, a efecto de disponer que en materia de petróleo no se otorgarán contratos ni subsistirán los que se hayan otorgado. Tal reforma elevaba a rango constitucional la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional de 1958 que había determinado que sólo la Nación podía llevar a cabo las distintas explotaciones de los hidrocarburos que constituyeran la industria petrolera. El propósito de la reforma Las empresas afectadas con la nacionalización exigieron a la Casa Blanca y al embajador estadounidense Josephus Daniels, que de inmediato se llevara a cabo una invasión armada en nuestro país. A juicio de algunos historiadores, también promovieron la rebelión del entonces gobernador de San Luis Potosí, Saturnino Cedillo (Alemán, 1977, pp. 205-291). 2 Antonio J. Bermúdez explica e intenta justificar así los contratos de riesgo: “Dichos contratos cumplieron la función de canalizar, sujetándose a la ley mexicana, aquellas presiones e influencias tendientes a lograr un cambio en la legislación y en la política mexicana; y, a la postre, sirvieron para desvanecerlas” (Citado en Alemán, 1977, p. 696). 1
POR QUÉ SON ANTICONSTITUCIONALES l DEBATES
fue prohibir los contratos de riesgo y el de perfeccionar el principio jurídico consistente en que sólo a la Nación le correspondía la explotación de los hidrocarburos en las distintas fases de la industria petrolera. Durante 1983 se determinó constitucionalmente que los hidrocarburos y la petroquímica básica constituyen un área estratégica de la economía y que el sector público las tendrá a su cargo en exclusiva (reformas a los artículos 25 y 28 constitucionales). A la luz de la reforma de 1983 a la Constitución, resulta fundamental entender la diferencia entre área estratégica y prioritaria. Un área estratégica, según el párrafo cuarto del artículo 28 de la Constitución, comporta que el Estado tiene sobre ella exclusividad en su funcionamiento, operación y explotación; en cambio, un área prioritaria faculta al Estado para otorgar concesiones o permisos sobre su funcionamiento, operación y explotación. Lo anterior quiere decir que sobre un área estratégica no caben las concesiones ni los permisos; que las actividades que constituyen las áreas estratégicas no constituyen monopolios; que el sector público tiene a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas; que el gobierno federal debe mantener la propiedad y el control de los organismos que se establezcan para atender las áreas estratégicas, y que las áreas estratégicas entrañan una posición de privilegio para el Estado que no puede ser compartida con el sector privado. Además, el artículo 26 señala que los sectores estratégicos son una palanca esencial de la planificación nacional y su función es primordial en la economía del país. Es importante destacar que dentro del bloque de constitucionalidad del sexto párrafo del artículo 27 de la ley fundamental, está comprendida la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo de 1958, en tanto que el sexto párrafo del artículo 27 de ese precepto constitucional remite a ella. El entendimiento completo del texto constitucional, es decir su interpretación y aplicación, debe tomar en cuenta esa ley que fue promulgada al final del gobierno de Ruiz Cortines. Ese ordenamiento permite, en su artículo sexto, la participación de particulares en la ejecución de obras y servicios, pero subordinados a Pemex, sin que la paraestatal pierda la dirección y el control de las distintas fases de la explotación de los hidrocarburos. Es decir, los contratos permitidos no pueden incidir en las actividades de planeación y operación de Pemex, se trata en todo caso de contratos de servicios puros, de tareas auxiliares y subordinadas a Pemex.
Debe aclararse que la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional debe cumplir los propósitos del Constituyente, y en ese sentido puede expandir o maximizar la propiedad de la Nación sobre los hidrocarburos, la soberanía energética del país y el principio de área estratégica del Estado sobre el sector, pero por ningún motivo podría limitar, menoscabar, reducir o condicionar esos objetivos constitucionales. En ese sentido, las reformas a la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo aprobadas en los gobierno de Zedillo y Fox, son claramente anticonstitucionales porque limitan, menoscaban y reducen los objetivos constitucionales.
II. LA ANTICONSTITUCIONALIDAD DE LAS INICIATIVAS
Felipe Calderón envió el 8 de abril de 2008 a la Cámara de Senadores cinco iniciativas de ley: 1) Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos; 2) Reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública; 3) Reformas y Adiciones a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el ramo del Petróleo; 4) Reformas a la Ley de la Comisión Reguladora de Energía, y 5) Ley de la Comisión del Petróleo.3 Si analizamos dichas iniciativas a la luz de la Constitución, El miércoles 14 de mayo de 2008, Calderón envió a la Comisión Permanente (la iniciativa se discutirá previamente en la Cámara de Diputados) reformas al régimen fiscal de Pemex, y al efecto propone modificaciones a la Ley Federal de Derechos para reducir el cobro de los mismos en los yacimientos del Paleocanal de Chicontepec y para aguas profundas, esquema que beneficiará a contratistas privados en exploración y explotación de pozos en esas zonas, pues, entre otros, se modifica el artículo 257 de la Ley Federal de Derechos, a fin de establecer que podrán deducirse los gastos que realicen particulares a nombre de Pemex. Se plantea un régimen diferenciado y derechos especiales para zonas geológicas complejas, que entrañarán, de ser aprobada la reforma, una disminución en el cobro de derechos entre el 15 y 20 por ciento de lo que se cobra en la actualidad. El gobierno también plantea elevar el costo del tope de deducción a 10.5 por ciento, en vez de los 6.5 por ciento por barril de crudo que en el presente rige. La propuesta incorpora al nuevo régimen especial a los campos abandonados y en proceso de abandono. Se prevé que hay conceptos no deducibles, como los costos en que se incurra por negligencia o fraude a Pemex Exploración y Producción, los relacionados con el empleo de expertos con el propósito de resolver disputas, los donativos, las erogaciones derivadas del incumplimiento de las condiciones de garantía, etcétera. Las ventas de Pemex ascendieron durante 2007 a un billón 134 mil millones de pesos. Es evidente que, fiscalmente, la reforma propone un paraíso para las trasnacionales del petróleo. 3
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
77
DEBATES l JAIME CÁRDENAS encontramos evidentes contradicciones con la ley fundamental. 1)
La Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos. La nueva Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos conforma un régimen de excepción para Pemex con el pretexto de otorgarle “autonomía de gestión”. He aquí algunos ejemplos de la excepcionalidad jurídica de Pemex: Establece un Comité del Consejo de Administración de Pemex que pretende llamarse de “Transparencia y Auditoría”, el que tendrá facultades para aprobar reglas sobre las adquisiciones, obras, arrendamientos y servicios (artículo 22). Tal intención viola los artículos 49 y 134 de la Constitución, pues esa regulación sólo puede ser materia de ley, es decir, competencia del Congreso. Se prevé un Comité de Remuneraciones que propondrá al Consejo de Administración de Pemex las retribuciones de la alta burocracia de esa empresa estatal —artículo 24—, lo que se opone a los artículos 49, 73, 74, 75 y 126 constitucionales, pues los salarios de los funcionarios previstos en ley necesariamente deben determinarse en el presupuesto o en ley posterior. El artículo 29 de la iniciativa limita las atribuciones de la Secretaría de la Función Pública y del órgano interno de control de Pemex a funciones auxiliares del Comité de Transparencia y Auditoría y del Comisario que prevé la propia Ley Orgánica. La norma citada señala que la Secretaría de la Función Pública y el órgano interno de control de Pemex deberán concretarse a verificar el cumplimiento de la normatividad aplicable, y “…no podrán abarcar la revisión del desempeño del organismo, ni las metas, objetivos, programas y controles administrativos de sus unidades”, lo que es violatorio de los artículos 113 y 134 constitucionales (los que determinan que el gobierno federal debe administrar con eficiencia, eficacia y honradez los recursos públicos), y del artículo 79 de la Constitución, que faculta a la Auditoría Superior de la Federación a fiscalizar ampliamente el ejercicio de esos recursos. Contempla más burocracia y presidencialismo, y propone que existan cuatro nuevos Consejeros para el Consejo de Administración de Pemex, los que serán nombrados por el presidente de la República, es decir, sin independencia alguna. Dos de ellos —que no son de tiempo completo— no estarán sujetos a las leyes sobre responsabilidades (artículos 30), lo que contradice el artículo 108 de la Constitución, que establece que cualquier servidor público o persona que desempeñe METAPOLÍTICA
78
núm. 60 | julio-agosto 2008
empleo, cargo o comisión en el gobierno será responsable por sus actos u omisiones. El artículo 36 de la nueva ley propone un régimen de excepción en materia de responsabilidades para los miembros del Consejo de Administración, lo que violenta el título cuarto de la Constitución (artículos 108114 constitucionales). Faculta a Pemex para contratar deuda externa —artículo 38 fracción II— sin tomar en cuenta al Congreso y a la propia Secretaría de Hacienda, lo que constituye una contradicción, entre otros, del artículo 73 fracción VIII de la Constitución, el que concede al Congreso la facultad para dar las bases sobre las cuales el Ejecutivo —sólo él en los términos del artículo 80 de la Constitución— puede celebrar empréstitos sobre el crédito de la Nación. Incorpora —en su artículo 41— bonos ciudadanos, para que, según la iniciativa, todos los ciudadanos recibamos los beneficios de la explotación del petróleo y los hidrocarburos, en donde se permite la participación de los intermediarios financieros (Afores, bancos y hasta casas de bolsa) y establece que la Secretaría de Hacienda los regulará. La existencia de estos bonos beneficiará sobre todo a los bancos, no a los mexicanos, y dará a la Secretaría de Hacienda enormes poderes que no le corresponden, en tanto que el artículo 73 fracción X de la Constitución confiere facultades exclusivas al poder legislativo para emitir leyes en materia de hidrocarburos y servicios financieros. Además, resulta al menos debatible jurídicamente que los propietarios —los mexicanos— adquieran deuda de algo que es suyo. Propone en su artículo 45 no llevar a cabo licitaciones públicas —invitaciones que hace el gobierno para que todos los proveedores que quieran puedan participar— para adquirir bienes, servicios u obras, lo que infringe el artículo 134 de la Constitución, que obliga a la realización de licitaciones públicas en las mejores condiciones para el gobierno como una regla general de las compras gubernamentales. El artículo 46 determina que Pemex y sus organismos subsidiarios podrán celebrar contratos en los que se fije una remuneración fija o variable, determinada o determinable, con base en las obras y servicios especificados al momento de la contratación o que el desarrollo del proyecto exija con posterioridad. Pemex podrá pactar incentivos tendientes a maximizar la eficacia o éxito de la obra o servicio, y los contratos serán pagaderos en efectivo. A tales contratos se les denomina de
POR QUÉ SON ANTICONSTITUCIONALES l DEBATES
desempeño o incentivados, y para muchos constituyen auténticos contratos de riesgo porque se compartirían con los particulares las reservas o su equivalente en efectivo, los resultados de la producción y la misma renta petrolera, lo que infringe el párrafo sexto del artículo 27 constitucional (la característica fundamental de los contratos de riesgo es que la remuneración al inversionista está en relación con el grado o nivel de la extracción o de la producción). Por otra parte, y además de la pésima técnica legislativa, porque estos contratos deben estar regulados en la Ley Reglamentaria del artículo 27 de la Constitución y no en la ley orgánica, los citados convenios podrían ser de información restringida o reservada, en tanto que los artículos 47 y 48 de la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos no obligan de oficio a la información pública de sus contenidos. Prevé información escasa a los ciudadanos sobre el funcionamiento de Pemex —artículos 47 y 48—, sin cumplir con los mínimos del artículo sexto constitucional que establecen el principio de máxima publicidad. Es decir, las normas citadas contemplan satisfacer el derecho de acceso a la información de manera acotada, siempre y cuando la información sea parte de los informes anuales o trimestrales que Pemex entregará al Congreso, a la Secretaría de Energía, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y a los tenedores de los bonos ciudadanos. Favorece que se aplique el derecho extranjero y que los tribunales extranjeros resuelvan conflictos en la materia —artículo 49—, lo que implica una limitación y violación a los principios de exclusividad del sector público sobre los recursos petroleros por ser parte del área estratégica del Estado, seguridad y soberanía nacionales y, por tanto, una violación a los artículos 25 y 28 constitucionales. 2) La Ley Orgánica de la Administración Pública.
Se modifica para que la Secretaría de Energía pueda otorgar y revocar concesiones, permisos y autorizaciones en materia energética —artículo 33 fracción VII— lo que constituye una violación clara al artículo 27 de la Constitución que prohíbe tales concesiones y contratos. 3) El proyecto de reformas y adiciones a la Ley Reglamentaria del artículo 27 de la Constitución en el
ramo del Petróleo. En su artículo 2 viola el artículo 25 de la Constitución, porque reduce y anula tramposamente el signi-
ficado de área estratégica del Estado sobre el petróleo, hidrocarburos y petroquímica, al referir el significado de área estratégica a lo que disponga la propia ley, y olvida que la Constitución obliga a la exclusividad del Estado sobre esos recursos. Contempla permisos a particulares en el transporte, almacenamiento y distribución del petróleo, hidrocarburos y petroquímica básica —artículo 4—, lo que viola los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, pues no puede haber concesiones, permisos o contratos sobre las distintas fases de la explotación del petróleo. En su artículo 4 permite que los particulares, nacionales o extranjeros, sean propietarios de refinerías, ductos, instalaciones y equipos, lo que contradice los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, pues esas instalaciones sólo pueden ser propiedad del sector público. El artículo 4 A indica que Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios realizarán los actos necesarios para dar cumplimiento a los tratados internacionales que los Estados Unidos Mexicanos celebren para la exploración y desarrollo de los yacimientos de hidrocarburos transfronterizos. La Ley Reglamentaria, en olvido del derecho consuetudinario internacional, no se ocupa de los principios que deben orientar y regir esos tratados, tales como: la obligación de no causar daño y si éste se produce eliminarlo, mitigarlo o compensarlo; la obligación de cooperar sobre la base de la igualdad soberana, la integridad territorial, los beneficios mutuos y la buena fe, y la obligación para el intercambio regular de datos e información. Tampoco la ley reglamentaria remite a los dos tratados bilaterales celebrados con Estados Unidos en la materia: el “Tratado de Límites Marinos entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”, firmado el 4 de mayo de 1978, y el “Tratado entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de los Estados Unidos de América sobre la Delimitación de la Plataforma Continental en la Región Occidental del Golfo de México Más Allá de las 200 Millas Náuticas”, firmado el 9 de junio de 2000, el que fue aprobado por el Senado mexicano el 28 de noviembre de 2000. La Ley Reglamentaria no señala que la aplicación de estos tratados o de cualquier otro debe ser siempre de Estado a Estado, no con empresas trasnacionales, y de acuerdo a la Constitución —artículos 25, 27, 28 y 133— y con atención a la Ley sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en materia Económica del año 2005 (Becerra Ramírez, 2008, pp. 39-52). METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
79
DEBATES l JAIME CÁRDENAS Permite que los particulares, nacionales o extranjeros, puedan obtener permisos para reconocer y explorar posibilidades petrolíferas —artículo 7—, lo que es inconstitucional porque se trata de actividades que exclusivamente puede realizar el Estado a través de Pemex (artículos 25, 27 y 28 constitucionales). Establece en su artículo 12 que los permisos y contratos entre Pemex y los particulares, en lo no previsto por la ley reglamentaria, se regirán por el Derecho Privado, incluyendo actos sobre yacimientos transfronterizos, lo que significa que Pemex deja de ser autoridad y pasa a ser otro particular, y que el Estado mexicano está dispuesto a negociar con particulares lo referente a yacimientos transfronterizos. Esa disposición violenta los principios que consideran a los hidrocarburos como parte del área estratégica del Estado y que consagran la exclusividad del sector público en su explotación, así como los de soberanía nacional, infringiendo los artículos 25, 27, 28 y 133 constitucionales. 4) El proyecto de reforma a la Ley de la Comisión Reguladora de Energía. Permite que el Estado deje de tener en exclusiva el control de los precios de las ventas de primera mano de los productos que se obtengan de la refinación del petróleo, de gas y de petroquímicos básicos cuando existan condiciones de competencia efectiva en el mercado a juicio de la Comisión Federal de Competencia o de los acuerdos del Ejecutivo —artículo 3—, lo que viola el control, la exclusividad y el monopolio permanente del
Estado sobre el ramo, ordenados en los artículos 25 y 28 constitucionales. Establece el otorgamiento de permisos para la prestación de servicios de transporte, distribución y almacenamiento del petróleo, de los hidrocarburos y de los petroquímicos básicos —artículo 10—, lo que se opone a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, dado que esas actividades tienen que ser realizadas por Pemex y no por particulares. 5) La Ley de la Comisión del Petróleo cierra el círculo de las inconstitucionalidades, al insistir en permisos a los particulares sobre los recursos energéticos en casi todo su texto —artículos 3 y 8, los que están prohibidos por el artículo 27 de la Constitución. Además, la ley citada refuerza el control del ejecutivo federal sobre la Comisión del Petróleo, pues sus cinco comisionados serán nombrados por el presidente de la República, y la naturaleza jurídica que se establece para la Comisión es la de un órgano desconcentrado de la Secretaría de Energía. Se busca que la Comisión del Petróleo tenga una función técnica fundamental para optimizar las operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos, así como en el otorgamiento de permisos para la ejecución, funcionamiento y desmantelamiento de obras y trabajos relacionados con la exploración y explotación de hidrocarburos. Igualmente se quiere funcione como una suerte de registro de la propiedad pública, social y privada para efectos de las declaratorias de utilidad pública que se encaminen a la expropiación de esas propiedades (artículo 8 de la Ley). Q
REFERENCIAS Alemán, M. (1977), La verdad del petróleo en México, México, Grijalbo. Becerra Ramírez, M. (2008), “Aspectos legales de los yacimientos transfronterizos de petróleo y gas”, en J. A. Almazán González
METAPOLÍTICA
80
núm. 60 | julio-agosto 2008
(coordinador), Exclusividad de la nación en materia de petróleo, Grupo Parlamentario del PRD, Cámara de Diputados, LX Legislatura, México.
TRANSICIÓN Y seguridad ENERGÉTICAS Jorge Eduardo Navarrete*
M
e parece que, de entrada, conviene aclarar los conceptos básicos, pues suele empleárseles con contenidos diversos que producen, a veces, malentendidos. La transición energética es un proceso que conduce a sustituir y, a menudo, diversificar las fuentes primarias de energía que utiliza un país. Refleja la disponibilidad relativa de los recursos, transitando, por lo general, de los escasos a los abundantes; la economía de su uso, atendiendo, sobre todo, al precio de mercado y al rendimiento energético; así como a factores exógenos, entre ellos, a últimas fechas, los de sustentabilidad ambiental. Es un proceso continuo que permite avanzar, de manera gradual, hacia un balance energético más equilibrado, diverso, eficiente y favorable al ambiente. El inicio de la revolución industrial suele identificarse con la transición de la madera al carbón como principal fuente de energía primaria. En el siglo XX, el mundo ya transitó del carbón a los hidrocarburos, aunque el primero siga siendo importante incluso en economías desarrolladas. Se presencian ahora dos transiciones simultáneas: la primera, dentro de los hidrocarburos, del petróleo al gas natural, y, la segunda, del conjunto de los combustibles fósiles hacia fuentes alternas, nuevas o “resucitadas”, como podría considerarse a la nuclear. También ahora, pero todavía más en los laboratorios que en los mercados, se han iniciado las transiciones del futuro, en especial, hacia nuevos vectores de energía, como el hidrógeno y la fusión nuclear. Los procesos de transición responden a peculiaridades nacionales. Incluso en los esquemas más avanzados de integración, como la Unión Europea, se reconoce que “cada Estado miembro elige su propia combinación energética” (Comisión de las Comunidades Europeas, 2006). * Investigador en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Embajador eminente (retirado). Fue miembro de la Comisión del Sur; subsecretario para Asuntos Económicos en la Secretaría de Relaciones Exteriores y de Política y Desarrollo en la de Energía; embajador en doce países y representante permanente en tres organismos multilaterales, incluido Naciones Unidas. Economista por la UNAM.
En segundo término, por seguridad energética suele entenderse la capacidad de un país para satisfacer —de manera suficiente, oportuna, competitiva y con productos de menor impacto ambiental— la demanda nacional de energía, en el presente y por un periodo razonable hacia el futuro, que suele medirse por lustros y decenios más que por años. La seguridad energética tiene contenidos diferentes en función de la disponibilidad de recursos. Para un importador neto de energía, como Japón, incluye contar con fuentes de suministro externo seguras y confiables. Para un exportador neto, como Arabia Saudita, implica satisfacer primeramente, con producción nacional de energéticos primarios, la totalidad de su demanda. En ambos casos, el concepto de seguridad energética es indisociable de la racionalidad y sustentabilidad del consumo. No puede pretenderse que cubra demandas dispendiosas o notoriamente ineficientes. Situarse a la vanguardia de la eficiencia energética es una de las mejores vías para alcanzar la suficiencia de suministros frente a la demanda actual y la seguridad energética, ante las exigencias de largo plazo del desarrollo nacional. Se ha puesto de moda un falso concepto de seguridad energética que la asocia con la satisfacción instantánea de cualquier demanda: gasolina suficiente para llenar los tanques de todos los vehículos sin importar la distancia que recorran por litro; electricidad suficiente para mantener los edificios iluminados y “ambientalizados” durante veinticuatro horas, 365 días. Es este un concepto importado del mayor consumidor de energía del mundo, que ha extendido sus paradigmas depredadores. Más que ser imitado, como por desgracia ocurre, debería ser combatido mediante políticas públicas eficaces. Como en tantos otros renglones del desempeño económico mexicano, la transición energética del país ha estado estancada en el presente siglo. El escaso movimiento registrado ha ido en contra de la evolución deseable, pues el país se ha tornado más dependiente de los combustibles fósiles, al tiempo que ha disminuido la contribución de la electricidad primaria (hidro, geo, eolo y nucleoelectricidad) y no ha variado la correspondiente METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
81
DEBATES l JORGE EDUARDO NAVARRETE a biomasa (bagazo y leña). Mientras en otros países, ante el imperativo del cambio climático, se procuró y en algunos casos se elevó el aporte de las fuentes menos emisoras de gases de efecto invernadero, México continuó dependiendo de los combustibles fósiles para satisfacer cerca de nueve décimas de su consumo, aunque elevó en cinco puntos la participación del gas natural. Tampoco se ha garantizado la seguridad energética de la nación. En el presente siglo, la satisfacción de importantes demandas nacionales de energía depende, de manera creciente, de suministros foráneos, principal pero no únicamente en los casos del carbón y del gas natural. Esta insuficiencia ha estado en buena medida determinada por decisiones erróneas en materia de generación eléctrica, que han priorizado las plantas carboeléctricas y, sobre todo, los ciclos combinados de gas natural, acentuando la dependencia de los suministros importados de esos energéticos primarios y, por tanto, reduciendo la seguridad energética de la nación. Entre 2004 y 2007 la capacidad efectiva instalada de las generadoras públicas apenas creció: 1.3 por ciento en el trienio.1 En cambio, la correspondiente a los productores externos aumentó en más de la mitad. En otras palabras, desde que se autorizó la generación independiente de energía, la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro han dejado de invertir en generación. Cabe preguntar si, de manera similar, Pemex suspenderá todas sus inversiones en refinación si se incurre en el yerro de autorizar la instalación en el país de refinerías privadas. La verdadera ausencia de seguridad energética proviene de la dependencia estructural respecto de suministros, inversiones, tecnologías y prácticas administrativas foráneas. Proviene de renunciar al dominio y control nacionales de los procesos de los que depende la disponibilidad y oportunidad de los suministros. La dependencia externa y el deterioro de la seguridad energética se acentuarían si las iniciativas bajo examen fuesen aprobadas —“digo, es un decir.” El diagnóstico que respalda las iniciativas de ley referidas a la reforma petrolera incluye sólo una alusión a la transición energética. Propone dotar al país “de las herramientas para prepararlo para la transición gradual hacia fuentes energéticas renovables, más amigables con el medio ambiente y compatibles con un crecimiento económico sustentable” (p. 118). Al final del día, para Éstas y las demás cifras sobre capacidad de generación provienen de Secretaría de Energía, s. f. 1
METAPOLÍTICA
82
núm. 60 | julio-agosto 2008
insistir en los anglicismos, esta sugerencia no encuentra correlato en ninguna de las iniciativas de ley presentadas tras el diagnóstico. En cambio, se dedica cierta atención al tema de la seguridad energética. Se considera que “la reducción de las reservas pone en riesgo la seguridad energética del país” (p. 14). Se afirma que debería llegarse a una tasa de reposición de reservas de “cuando menos el 100 por ciento e incluso más si se desea fortalecer la seguridad energética del país” (p. 15). Finalmente, se afirma que es preciso “atacar todos los frentes [de extracción] posibles de manera simultánea para garantizar la seguridad energética del país en el mediano plazo” (p. 49). Estas tres alusiones dejan en claro que se considera que “fortalecer” o “garantizar” la seguridad energética en el mediano plazo exige mantener o aumentar el actual nivel de producción del orden de 3 MBD. Se encuentra aquí una de las principales debilidades del diagnóstico y de las iniciativas derivadas del mismo. Habría que definir el destino que se desea dar en el futuro a la producción petrolera mexicana. No se plantea hipótesis alguna sobre la transición esperada. No se señala si se dará prioridad a satisfacer la demanda interna o se prevé mantener un volumen de exportación que absorba, como ahora, algo más de la mitad de la extracción total. Parece darse por supuesto que la actual distribución entre transformación interna y exportación de crudo —fifty-fifty, como dirían los técnicos de la Secretaría de Energía— es la que garantiza la seguridad energética de la nación. Tampoco se examina a fondo la disyuntiva intergeneracional para fijar metas de extracción y administración de reservas. Más que postular, de manera dogmática, como verdad revelada, el objetivo de mantener al menos, por casi tres lustros, la actual plataforma petrolera, habría que definir, primero, cómo va a evolucionar la demanda nacional de combustibles y otros petrolíferos y petroquímicos, para uso final, generación eléctrica y transformación industrial. Cómo van a reconstruirse los eslabonamientos productivos a partir de la disponibilidad oportuna, suficiente y competitiva de energía. De ahí podría desprenderse el volumen de crudo que deberá extraerse, teniendo en cuenta la optimización del ritmo de explotación de los yacimientos. Llama la atención que las referencias a seguridad energética se encuentren únicamente en dos de las iniciativas: la referida al proyecto de reformas de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo
TRANSICIÓN Y SEGURIDAD ENERGÉTICAS l DEBATES
del Petróleo, y la que propone modificar la Ley de la Comisión Reguladora de Energía. Casi todas las alusiones se hallan en las exposiciones de motivos. Sólo en el artículo 41 de la Reglamentaria se maneja el concepto de asegurar el suministro eficiente de los productos que se obtengan del petróleo, de gas y de petroquímicos básicos. La reforma de este artículo se plantea, como la de tantos otros, con el propósito de permitir que agentes privados, foráneos o nacionales, sean los que tomen a su cargo ese suministro eficiente, ya que se postula que Pemex carece de la capacidad para garantizarlo. Debe quedar claro que si al proponer que se mantenga o incremente la actual plataforma petrolera, se espera conservar o incluso acentuar el actual sesgo exportador, no se está fortaleciendo ni garantizando la seguridad energética de México. En todo caso, se estaría contribuyendo a fortalecer o garantizar la de las naciones a las que se exporta el crudo. Así como con las reformas planteadas se pretende alterar lo esencial modificando lo secundario, en el ámbito internacional se ha solido denominar acuerdos a textos que corresponden más bien a la figura de tratados, a fin de evitar someterlos a la ratificación del Senado. Tal parece ser el caso del “Acuerdo Trilateral sobre Cooperación en Ciencia y Tecnología Energéticas”, adoptado en Montebello, Canadá, en agosto de 2007. Su texto establece el objetivo de fomentar “la investigación y el desarrollo energéticos, a escala bilateral o trilateral, para el desarrollo de tecnologías de energía avanzadas, para usos pacíficos, sobre la base del beneficio mutuo, la igualdad y la reciprocidad”. En su artículo 3º, entre los campos de aplicación del Acuerdo —que incluyen las energías renovables, la eficiencia energética, la energía nuclear, los combustibles fósiles y la electricidad— se citan, como numeral V, “los instrumentos de planificación de la seguridad energética”. Quizá este documento poco conocido, que sólo aparece en la página web en inglés de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), explica la importancia apenas marginal que en las iniciativas de reforma petrolera se otorga al tema de seguridad energética. Parece que la actual administración mexicana lo considera un asunto trilateral y no una cuestión crucial de interés nacional. Las referencias a fuentes de energía renovables y a eficiencia energética, prácticamente ausentes de las iniciativas, se encuentran en cambio en este acuerdo trilateral, que —como los ahora célebres contratos determinados o determinables— puede aplicarse en forma bilateral. Se podría concluir que los temas de
transición y seguridad energética, ignorados de hecho en las iniciativas, ya habían empezado a desarrollarse y convenirse, con una dimensión subregional norteamericana, en el marco de la ASPAN, que quizá sea una Alianza pero cuyos aportes a la seguridad y prosperidad, al menos de México, son más que dudosos. Se explica así la insistencia en mantener e incluso ampliar la plataforma de producción petrolera y de preservar y aun acentuar el sesgo exportador de la explotación de los yacimientos petrolíferos mexicanos: contribuir a garantizar la seguridad energética de América del Norte. Como la de Canadá está más que garantizada, se trata, en un palabra, de ayudar a la seguridad energética del consumidor más dispendioso del planeta. Lo expuesto conduce a la conclusión de que los intereses nacionales en materia de transición y seguridad energéticas no son servidos de manera alguna por las iniciativas presentadas, que desde este punto de vista merecerían ser rechazadas. Forman parte de un esquema que ignora la necesaria transición energética en México y subordina la seguridad energética del país a la de Estados Unidos. Debo argüir que, además de por su intención privatizadora y sus rasgos de inconstitucionalidad, las iniciativas deberían ser rechazadas porque no definen un conjunto coherente de políticas públicas en materia de energía, colocado al servicio de los intereses del desarrollo nacional. Para plantear una verdadera reforma energética, hay que ampliar el horizonte y traer a la mesa otros enfoques, otras opciones y otras propuestas sobre la reforma de Pemex; sobre el conjunto del sector de la energía; sobre la economía y la sociedad a cuyos intereses sirven, y sobre el entorno mundial en que se insertan. Además, no existe un mandato popular que proporcione base a un planteamiento de este alcance y naturaleza. Una iniciativa de reforma de tal magnitud no puede provenir de una administración surgida de un proceso electoral cuestionado y portadora de un enorme déficit de legitimidad. En todo caso, tendría que ser replanteada para corregir sus vicios y deficiencias y validada mediante alguna forma de consulta ciudadana. Q REFERENCIAS Comisión de las Comunidades Europeas (2006), Libro verde: estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura, Bruselas, marzo, (SEC, 317). Secretaría de Energía (s. f.), Sistema de Información Energética, México (http://sie/energia.gob.mx). METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
83
Alternativas PARA FORTALECER Y DESARROLLAR EL SECTOR ENERGÉTICO SIN PRIVATIZARLO
Claudia Sheinbaum Pardo*
Q
uiero comenzar mi intervención, agradeciendo a los legisladores del Frente Amplio Progresista y a las mujeres y hombres brigadistas en defensa del petróleo, por haber abierto este debate. El martes pasado, en este Foro, José Agustín Ortiz Pinchetti, como secretario del Gobierno Legítimo, informó que presentaríamos una propuesta alternativa de fortalecimiento del sector energético. El día de hoy, en el mismo carácter, vengo a presentarla. Las iniciativas de reforma y creación de nuevas leyes y entidades presentada por Felipe Calderón, presidente usurpador, incluida la presentada el día de ayer, tienen como propósito central privatizar áreas estratégicas de la industria petrolera nacional, violando la Constitución. Este plan entreguista obedece a los lineamientos de los organismos financieros internacionales, que han obligado a países en desarrollo a aplicar una política de reformas, donde se privilegia la ganancia privada sobre el desarrollo independiente y el bienestar de la mayoría del pueblo. Aun así, la privatización que se propone va en sentido contrario a lo que está ocurriendo en el mundo en materia de empresas petroleras, donde la orientación es cada vez más hacia el control estatal y mayor integración vertical. No sólo es el caso de América Latina, sino de Rusia, Europa y Medio Oriente. * Secretaría de Patrimonio Nacional del Gobierno Legítimo de México. METAPOLÍTICA
84
núm. 60 | julio-agosto 2008
No sólo eso: en la concepción del gobierno de facto, sustentada en la iniciativa presentada en el Senado y las prospectivas del sector energético, las metas para la industria petrolera nacional siguen siendo la sobreexplotación del recurso, la importación de los hidrocarburos y el desmantelamiento de la empresa pública. Contraria a esta visión, nuestra propuesta corresponde a una política energética integral soberana, que visualiza al sector energético nacional como motor de la economía, fortalece a Pemex, promueve la seguridad en el suministro de energéticos, disminuye las importaciones, aumenta las reservas, promueve el uso racional de los hidrocarburos y las fuentes renovables de energía, disminuye los precios de los energéticos y busca cubrir las necesidades energéticas básicas para la población. La propuesta que a continuación presento, consta de cinco líneas estratégicas para el fortalecimiento del sector energético, principalmente el de los hidrocarburos. No se requieren grandes reformas jurídicas para llevarla a cabo. Más bien, es un asunto de voluntad política y visión de soberanía.
I. PEMEX COMO MOTOR DE LA ECONOMÍA NACIONAL
Convertir a Pemex en motor de la economía nacional significa que aproveche las oportunidades de cada uno
FORTALECER EL SECTOR ENERGÉTICO l DEBATES
de los procesos, desde la exploración hasta la comercialización. Si Pemex garantiza un abastecimiento adecuado de productos con certidumbre de volúmenes y precios competitivos, no sólo se fortalece a la entidad pública sino se genera un impulso a la actividad industrial nacional. Esto es así por la gran ventaja competitiva que es disponer de grandes reservas, contar con una empresa integrada con una experiencia de 70 años de operación y por la derrama económica que las nuevas inversiones generarían. La aseveración oficial de que Pemex no tiene capacidad técnica para mantenerse eficientemente en la industria, contradice estos 70 años de experiencia. Que hoy Pemex tenga problemas operativos, financieros y de eficiencia que no le permiten aprovechar estas oportunidades, es un problema muy diferente, que corresponde a una política deliberada de desmantelamiento y descapitalización que lleva al menos dos décadas. El reto es revertir la desintegración de la cadena de valor, misma que nos obliga a importar el 40 por ciento del consumo de gasolinas, el 9 por ciento del diesel y 15 por ciento del gas LP, y el 15 por ciento del gas natural, que representan una erogación de más de 20 mil millones de dólares anuales. Al argumento oficial que se sostuvo durante años, incluido el gobierno panista, de que estas importaciones no tienen mayor importancia mientras los podamos comprar fuera, nosotros respondemos que los petrolíferos deben elaborarse en México, con inversión y operación de Pemex, porque representan valor agregado, empleo, ingeniería y desarrollo tecnológico, así como certidumbre en la disponibilidad de los productos. Al argumento de que estas instalaciones deben ser privadas, nosotros respondemos que los ingresos de los empresarios privados para construir y operar la refinación, transporte y almacenamiento, vendrían de la misma fuente que para Pemex: la venta de los hidrocarburos en el mercado nacional. Sin embargo, la ventaja económica de que esas instalaciones las construya y opere Pemex, es que ésta cuenta con experiencia, materia prima y puede manejar de manera integral todo el proceso de industrialización petrolera y, lo más importante, Pemex utilizaría las ganancias para su fortalecimiento y para el beneficio del país, en vez de que éstas se quedaran en unas cuantas manos privadas. Para lograr este objetivo proponemos: a) Reintegrar a Pemex como una sola entidad y no como está ahora, dividida en subsidiarias y filiales.
Esto permitirá establecer una política de planeación integral, revertir el sistema de precios interorganismos que ha dañado tanto la inversión y competitividad, y evitar la duplicidad de gastos administrativos y burocráticos. También proponemos una mayor integración energética entre Pemex, Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro, a través de, entre otras acciones, sustentar parte del crecimiento de la generación eléctrica en el uso de los derivados pesados, utilizando nuevas tecnologías que disminuyen los impactos ambientales. Esto permitiría reducir el costo de la electricidad y las importaciones de gas. El incremento en la generación eléctrica debe sustentarse también en otras fuentes de energía, como las renovables. La decisión de seguir usando gas natural es totalmente irracional, y en gran medida obedece a negocios de los más altos funcionarios públicos, que se evidencian en los contratos de compra de gas a Perú y Nigeria, de bajo costo pero vendido a la CFE a precios mucho más altos. b) Generar un nuevo sistema de precios dentro del sector energético. Este sistema debe estar sustentado en el costo de producción y la renta petrolera nacional, y no, como actualmente se establece, con los precios de los hidrocarburos en Estados Unidos. Debemos constituir los precios con base en el costo de producción de crudo y gas natural, con el objetivo de maximizar el valor y el uso de la infraestructura y los activos existentes. Además, esto permitirá reducir los precios de los hidrocarburos y la electricidad a la población. Bajo esta premisa, se harían altamente rentables las actividades de refinación y petroquímica de Pemex, tanto las actuales como las nuevas inversiones, que apoyarán las diversas ramas industriales del país.
II. CANALIZAR EL GRUESO DE LOS EXCEDENTES PRESUPUESTALES DEL PETRÓLEO HACIA PEMEX
Proponemos una nueva política de asignación de prioridades presupuestales, mediante la cual todo el excedente presupuestal petrolero que no se reparte a los estados y municipios sea invertido en el sector energético. Estimamos este potencial en 200 mil millones de pesos en 2008 (ver cuadro). METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
85
DEBATES l CLAUDIA SHEINBAUM PARDO
EXCEDENTES PRESUPUESTALES POR MAYOR PRECIO DE PETRÓLEO Precio Dls/barril
Excedentes presupuestales $MMPs
2000
24.8
45.0
2001
18.6
-6.0
2002
21.5
8.4
2003
24.8
44.1
2004
31.0
97.3
2005
42.7
104.9
2006
53.0
104.6
2007
64.0
110.0
2008
90.0
200.0
p
Estimado Fuente: Cámara de Diputados, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas
P
Al disponer de 150 mil millones de pesos anuales (el total de excedentes menos las aportaciones a estados y municipios en 2008), que son adicionales a los que hoy se invierten en Pemex, se podrían asignar cantidades específicas a las diversas áreas que, de acuerdo con las necesidades, pudiesen en una primera propuesta quedar como sigue: 40 mil millones de pesos a exploración de petróleo. 20 mil millones de pesos a producción de crudo. 50 mil millones a inversión en refinación. 10 mil millones a inversión en petroquímica. 20 mil millones en mantenimiento e inversión de duc-
tos y almacenamiento, y 10 mil millones en investigación y desarrollo de hidrocarburos y nuevas fuentes de energía. Reiteramos que lo anterior se suma a la inversión que hoy se está haciendo en Pemex y que se concentra fundamentalmente en producción en campos ya existentes y desarrollados y en la exploración de gas en la región Norte. La utilización de excedentes en actividades estratégicas permitiría invertir en proyectos urgentes, sobre todo para mantener la producción de crudo en campos existentes y recuperar reservas. Este esfuerzo es factible dirigirlo principalmente a las aguas someras y tierra, en donde tenemos cuando menos 45 mil millones de barriles de reservas probadas, probables y posibles. Un esfuerzo sostenido en estos campos, así como la investigación y desarrollo en nuevas áreas a lo largo de METAPOLÍTICA
86
núm. 60 | julio-agosto 2008
varios años, nos daría eventualmente la capacidad tecnológica y la capacidad de negociación en la compra o renta de la tecnología que fueran necesarias para emprender, en su momento, la exploración y producción en mayores profundidades. Este volumen de inversión es factible por los altos precios del crudo, entendiéndose que su desembolso debe hacerse en la medida de la capacidad de ejecución de proyectos por parte de Pemex y asegurando que estos fondos excedentes se le destinen, con independencia de las limitaciones programables anuales. Conviene señalar que la fórmula con la que actualmente se proyecta el precio del petróleo en el Presupuesto de Egresos de la Federación, permite que se generen excedentes petroleros que para los próximos años deberán ser destinados en la misma proporción a los estados y municipios y a Pemex. En caso de que el barril de petróleo registre una baja en el mercado internacional, proponemos que se reduzcan tanto el gasto corriente suntuario como las remuneraciones excesivas del gobierno federal, en una proporción tal que se compense con la caída de los ingresos petroleros. Por otro lado, la deuda de Pidiregas de todo el sector energético a diciembre de 2007 era de 62 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 50 mil millones corresponden a Pemex y el resto a la CFE. Esta deuda, que resulta sumamente cara porque está financiada por los contratistas privados, dadas las restricciones presupuestales que le impone Hacienda a
FORTALECER EL SECTOR ENERGÉTICO l DEBATES
Pemex, está frecuentemente inflada, pues incluye costos que los contratistas agregan simplemente para asegurarse que sus operaciones son rentables. Por ello, este no puede seguir siendo el esquema de financiamiento en las inversiones del sector energético. Sin embargo, la deuda contraída previamente debe ser absorbida por el Estado. Afirmamos que la deuda contratada por Pemex es, ante todo, una deuda del país y del Estado, y éste debe asumir estas obligaciones. Primero, para liberar a Pemex de los fuertes vencimientos de Pidiregas en los próximos años, y, segundo, para reducir el costo efectivo de su servicio. Cabe mencionar también que parte de los recursos que Pemex ha dado al gobierno han servido para aumentar las reservas del Banco de México, que ya están rondando los 85 mil millones de dólares. Estos recursos los invierte el Banco en instrumentos de deuda internacional que le dan un rendimiento muy bajo, de no más del 5 por ciento anual. En cambio, la deuda de Pidiregas tiene un costo de aproximadamente el doble. Esta propuesta liberará a Pemex de una pesada carga financiera con ahorros potenciales de 2 mil 500 millones de dólares en intereses. También daría una señal inequívoca a los mercados financieros internacionales de que en materia petrolera la Nación es el garante de Pemex y se mantiene como empresa de la Nación, así como de que estamos comenzando a poner la casa en orden en materia de deuda.
III. FORTALECIMIENTO DE LAS ÁREAS ESTRATÉGICAS DE PEMEX
La contratación de empresas transnacionales para la ingeniería y ejecución de proyectos que viene realizando Pemex, junto con los Contratos de Servicios Múltiples, actividades que las iniciativas oficiales pretenden ampliar, han ido disminuyendo las capacidades operativas y tecnológicas de la empresa, vulnerando la verdadera autonomía y la gestión de la paraestatal. Por ello, deben establecerse acciones de fortalecimiento de las capacidades sustantivas de Pemex, basadas en el desarrollo de la ingeniería nacional. Además, las propuestas de Calderón no atienden los problemas operativos de Pemex que impiden una mayor productividad en la entidad. Por ejemplo, al sólo interesarles hacer negocios para beneficio de grandes empresas y algunos funcionarios públicos, prefieren comprar
el gas a precios muy elevados, que resolver problemas de operación para evitar que 700 millones de pies cúbicos de gas natural se quemen diariamente en la sonda de Campeche, los cuales equivalen al 30 por ciento de lo que se utiliza para la generación eléctrica. Por eso, nuestra propuesta consiste en fortalecer las áreas sustantivas de Pemex y la ingeniería nacional, dotándolas de recursos y enfrentando la negligencia. De manera específica, proponemos en materia de proyectos y ejecución lo siguiente: Resolver el problema de la contaminación del gas y el crudo con nitrógeno, que ha originado el cierre de al menos 80 pozos, los cuales en promedio arrojarían en conjunto una producción de 500 mil barriles diarios. Cabe mencionar que el cierre de dichos pozos y la quema de gas en la atmósfera, es producto de la negligencia en la construcción de una planta de separación entre el gas y el nitrógeno, que debería haber estado en operación desde 2002. Asimismo, intensificar la actividad exploratoria en la totalidad del territorio nacional (sólo el 20 por ciento se ha explorado) permitiría incrementar el ritmo de reposición de reservas de bajo costo. En particular intensificación y desarrollo de las actividades exploratorias en aguas someras —donde Pemex es líder mundial en tecnología de producción— en las áreas de Coatzacoalcos marino, Campeche poniente y región marina suroeste, así como en las áreas de crudo pesado Ku-MallobZaap y Sihil, donde se encuentran la mayor parte de las reservas. La reactivación de la explotación de campos maduros, a través del desarrollo de tecnología de recuperación mejorada, donde tenemos actualmente más de mil pozos con posibilidades de aportar importantes volúmenes de hidrocarburos (48 por ciento de la producción mundial proviene de campos maduros). Intensificar la exploración, desarrollo y producción en la cuenca de Burgos, pero no bajo el esquema de Contratos de Servicios Múltiples, así como las posibilidades en Veracruz y en el block Holok poniente del proyecto Golfo de México B. Aumentar la capacidad de refinación en Salina Cruz y Minatitlán y construir tres nuevas refinerías, que tentativamente podrían estar una en Tuxpan, para aprovechar la construcción de puertos por donde entra la gasolina importada, Atasta, Campeche y Dos Bocas, Tabasco, para aprovechar el crudo que se produce en esas zonas. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
87
DEBATES l CLAUDIA SHEINBAUM PARDO IV. FORTALECER LA INVESTIGACIÓN Y EL DESARROLLO TECNOLÓGICO EN LA PRODUCCIÓN Y USO DE LA ENERGÍA
V. GARANTIZAR EL FUNCIONAMIENTO DE UN COMITÉ ANTICORRUPCIÓN EN EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE PEMEX
El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) debe volver a jugar un papel importante en la investigación y desarrollo de tecnología, como institución rectora en la investigación y desarrollo en hidrocarburos, generando concordancias con otras instituciones. Entre el IMP y Pemex debe haber una gran y constante sinergia. El IMP es formador de técnicos y científicos que a la larga van a dar a Pemex un horizonte nuevo de posibilidades tecnológicas. También deben establecerse programas permanentes de investigación y desarrollo tanto con la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, como con otras instituciones públicas de educación superior e investigación, para el desarrollo de las fuentes renovables de energía, el ahorro y el uso eficiente de la energía y la disminución de impactos ambientales. El IMP y las instituciones públicas de educación e investigación deben salir fortalecidas de una reforma energética. Nuestra propuesta se sustenta en utilizar y potenciar la ingeniería y la ciencia mexicana. La propuesta oficial es que esta investigación se haga en el extranjero por empresas privadas. Asimismo, el país debe consolidar su sector petrolero, pero también debe ir desarrollando paralelamente fuentes alternas de energía, que disminuyan la dependencia del consumo de los hidrocarburos, minimicen los impactos ambientales y promuevan un uso eficiente y racional de los recursos. En esta perspectiva deben canalizarse recursos para la investigación y desarrollo tecnológico de estas fuentes, pero también debe reorientarse la planeación energética para ir incorporándolas. Esto generará un uso racional del petróleo que permitirá, incluso, una vida más larga de las reservas.
Todos los mexicanos sabemos que el principal problema de Pemex es la corrupción. Tan sólo baste mencionar los casos del Pemexgate, Juan Camilo Mouriño, Repsol y los Bribiesca. De nada sirve, como lo hace la propuesta oficial, copiar modelos de rendición de cuentas y de gobierno empresarial de la legislación extranjera que nada tienen que ver con la realidad de la entidad pública mexicana, y al mismo tiempo crear un régimen de excepción para entregar contratos por asignación directa a sus empresas favoritas. Por ello, proponemos que, además de los actuales mecanismos de auditoría de Pemex —como su propia contraloría y la Auditoría Superior de la Federación—, como parte de su Consejo de Administración se forme un Comité Anticorrupción, con la tarea primordial de evitarla en los contratos públicos, el conflicto de intereses y el tráfico de influencias. Este Comité debe formarse con ciudadanos mexicanos con los antecedentes profesionales y éticos suficientes que les den plena independencia de criterio de Pemex y del Ejecutivo. Su nombramiento debe recaer en el Congreso, de forma consensuada, y formalizarse a través de un riguroso proceso de selección. La propuesta integral que hoy presentamos representa una visión radicalmente distinta a la iniciativa del Sr. Calderón. La nuestra está sustentada en una visión nacional, de crecimiento económico y fortalecimiento de las instituciones públicas. Una política distinta de planeación y desarrollo energético soberanos es posible. Tenemos los recursos económicos y las capacidades humanas. Sólo resta la voluntad política. Q
METAPOLÍTICA
88
núm. 60 | julio-agosto 2008
MITOS Y VERDADES EN LA DETERMINACIÓN DEL PRECIO DEL PETRÓLEO
mexicano Carlos Huerta Durán* y Fluvio Ruíz Alarcón** Debemos empezar por clarificar la noción de reserva recuperable, puesto que la confusión en este terreno es muy grande desde que se han inmiscuido los analistas financieros, los reguladores y los futurólogos. Sadek Boussena, expresidente de la OPEP
I. LA FÓRMULA DEL PRECIO DEL PETRÓLEO
D
aniel Yergin, reconocido especialista en el mercado internacional del petróleo, autor del ya clásico libro El premio. La búsqueda épica del petróleo, el poder y el dinero, sostiene que en la determinación del precio del petróleo concurren en un 90 por ciento factores políticos y sólo en un 10 por ciento elementos económicos. Leyendo la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, resulta evidente que sus redactores forman parte de ese grupo de “analistas financieros, reguladores y futurólogos” * Asesor de la Coordinación de Desarrollo Económico en asuntos económicos, financieros y monetarios del Grupo Parlamentario del PRD, LX Legislatura, Cámara de Diputados. **Asesor de la Coordinación de Desarrollo Económico en asuntos energéticos del Grupo Parlamentario del PRD, LX Legislatura, Cámara de Diputados.
que citamos en el epígrafe, y que ahora han logrado extender su influencia al ámbito que, en realidad, les debía resultar más ajeno: el de la determinación de los precios esperados del petróleo. La traslación mecánica de métodos estadísticos en terrenos que tienen más que ver con relaciones de poder estructural, no hace sino reflejar el carácter mágico que la tecnocracia gobernante confiere a la formación de los precios. En efecto, el funcionamiento del mercado petrolero internacional está ligado a estructuras de poder y dominación, que cristalizan compromisos derivados de correlaciones de fuerza jerarquizadas en función de la estructura y las condiciones coyunturales que prevalecen en un momento determinado. La objetivación de la disputa por el reparto de la renta petrolera es el precio del hidrocarburo, de tal manera que la evolución de los mecanismos de conformación y fijación del precio reflejan en buena medida la estructura y la jerarquización del mercado petrolero y los intereses de los actores que en él concurren. Dicho de otra manera, el mercado petrolero no puede ser analizado como si se tratara de cualquier otro mercado, ya que el funcionamiento del mercado internacional del crudo y el mecanismo de fijación del precio han variado drásticamente a lo largo del tiempo. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
89
DEBATES l CARLOS HUERTA DURÁN Y FLUVIO RUÍZ ALARCÓN II. LA MECÁNICA DE LA FORMACIÓN DEL PRECIO DEL PETRÓLEO.
En el mercado petrolero internacional, la oferta y la demanda sólo determinan las variaciones de muy corto plazo y poco significativas del precio, pero no las coyunturales y menos aún las tendencias de largo plazo. Además de los elementos geopolíticos que describiremos más adelante, una de las razones de este comportamiento singular se encuentra en el hecho de que oferta y demanda se “manifiestan” en forma distinta. Mientras la demanda se expresa libremente (aunque en el marco de regímenes impositivos y políticas energéticas y ambientales particulares), la oferta puede ser en parte acotada por los límites de producción de las naciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) o incluso de productores independientes importantes como Rusia, México o Noruega. Las limitaciones a la oferta se realizan en función de la apreciación que tengan los países productores de la evolución de la demanda de petróleo y de la situación de los inventarios en los países consumidores, particularmente en Estados Unidos. La posibilidad de una concertación restrictiva entre miembros y no miembros de la OPEP se mantiene como un caso excepcional (ocurrió en 1986 y 1998), ya que los segundos se ven tentados a quitarles partes del mercado a los primeros en condiciones de precios bajos, aunque generalmente se topan con la barrera infranqueable de la gran producción, alta calidad y bajo costo de extracción del petróleo que posee Arabia Saudita, principal miembro de la OPEP. La situación del mercado petrolero internacional ha evolucionado enormemente a raíz del shock petrolero de 1973. Si en este año el mundo vio como terminaba el largo periodo de dominación de las llamadas “Siete hermanas”, lo cierto es que la etapa de dominio de la OPEP y sus “precios oficiales” iniciada entonces, tuvo una duración de apenas algo más de una década. De cualquier forma, la OPEP posee aún hoy en día una enorme capacidad para influir en el curso de los precios del petróleo. De hecho, fue su actuar voluntarista lo que permitió poner fin al periodo de dominio de los países consumidores que llevó al crudo a niveles históricamente bajos en 1998, cuando la mezcla mexicana de exportación se cotizó en sólo 8 dólares por barril. El reciente ingreso de Angola y el anunciado regreso de Ecuador al seno de la OPEP sin duda reforzarán su METAPOLÍTICA
90
núm. 60 | julio-agosto 2008
posición en el mercado, en particular por la creciente producción costa afuera de Angola. Estructuralmente hablando, en la actualidad el mercado internacional de petróleo se caracteriza, por una parte, por la existencia de un mercado spot o al contado, que en 1973 representaba apenas el 1 por ciento de las transacciones, y que hoy alcanza un tercio del comercio mundial. Existen además, mercados financieros como el New York Mercantile Exchange (Nymex) en Nueva York y el International Petroleum Exchange (IPE) en Londres, en los que se intercambian contratos de venta estandarizados. Para reducir los riesgos inherentes a una eventual volatilidad del precio del crudo, existen también mercados de cobertura a mediano plazo en los que participan, entre otros, los fondos de pensiones. Estos mercados han permitido dar un “piso” estable a los precios de los futuros de petróleo. Por otra parte, a las grandes trasnacionales petroleras se les ha venido a sumar como actor global un conjunto de compañías estatales que empiezan a ser conocidas —y reconocidas— como “las nuevas Siete Hermanas”. Estas compañías (Gazprom, Statoil, Petrobras, Petronas, NIOC, Saudi Aramco, PDVSA) conjugan el peso de poseer las dos terceras partes de las reservas mundiales de petróleo, con una creciente capacidad tecnológica y financiera. Pemex no está considerada en este selecto grupo debido a su rezago tecnológico y las dificultades financieras que la agobian (sus pasivos prácticamente igualan a sus activos). Finalmente, para la determinación de los precios de los distintos crudos que concurren en el mercado mundial, se toman como indicadores (marcadores) los precios de tres tipos de petróleo en el mercado spot, de acuerdo a la zona geográfica que corresponda: v v v
El petróleo Brent del Mar del Norte, cuyo precio sirve de referencia para el mercado europeo y africano; El tipo Dubai Light, empleado para determinar los precios en Medio Oriente y Asia; El West Texas Intermediate (WTI) que es la base de los precios en el continente americano.
A nivel mundial, la principal referencia es el Brent del Mar del Norte, ya que se utiliza para fijar los precios en los contratos de comercialización de entre 40 y 50 millones de barriles diarios. El WTI es empleado como referencia para unos 12 a 15 millones de barriles diarios,
MITOS Y VERDADES DEL PETRÓLEO l DEBATES
y el Dubai Light para un rango de 10 a 13 millones de barriles diarios. Por razones geográficas obvias, el precio de la mezcla mexicana de exportación se fija con base en la cotización del WTI.
III. LA VIDA ES UNA FÓRMULA
Precisamente el hecho de que, a través de la metodología conocida en la jerga petrolera como “Netback” el precio de la mezcla mexicana de petróleo de exportación se determine utilizando como base el WTI, llevó a los funcionarios de la Secretaría de Hacienda a redactar el artículo 31 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH). Este artículo, que no es sino la claudicación de la capacidad de análisis del Congreso ante el altar de los mitos “cientificistas” del positivismo neoliberal, ata de manos a los representantes populares en la estimación de una variable fundamental para el establecimiento de las posibilidades presupuestales: el precio del petróleo. A la letra el artículo en cuestión señala: Artículo 31. El precio internacional de la mezcla de petróleo mexicano será determinado por el precio de referencia que resulte del promedio entre los métodos siguientes: I. El promedio aritmético de los siguientes dos componentes: a) El promedio aritmético del precio internacional mensual observado de la mezcla mexicana en los diez años anteriores a la fecha de estimación; b) El promedio de los precios a futuro, a cuando menos tres años del crudo denominado Crudo de Calidad Intermedia del Oeste de Texas, Estados Unidos de América, cotizado en el mercado de Intercambio Mercantil de Nueva York, Estados Unidos de América ajustado por el diferencial esperado promedio, entre dicho crudo y la mezcla mexicana de exportación, con base en los análisis realizados por reconocidos expertos en la materia, o II. El resultado de multiplicar los siguientes dos componentes: a) El precio a futuro promedio, para el ejercicio fiscal que se está presupuestando del crudo denominado Crudo de Calidad Intermedia del Oeste de Texas, Estados Unidos de América, cotizado en el mercado de Intercambio
Mercantil de Nueva York, Estados Unidos de América, ajustado por el diferencial esperado promedio, entre dicho crudo y la mezcla mexicana de exportación, con base en los análisis realizados por los principales expertos en la materia (subrayados de los autores); b) Un factor de 84 por ciento El Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría, elaborará la iniciativa de Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal correspondiente, con un precio que no exceda el precio de referencia que se prevé en este artículo. De manera que una metodología que bien podría emplearse para proponer al Congreso un precio de referencia, terminó convirtiéndose en una atadura legal. Ya en el año 2005, el Gobierno Federal envió una propuesta de estimación de 31.50 dólares por barril para el ejercicio 2006, con base en la redacción del artículo 31 de la LFPRH. Como la misma aún no entraba en vigor, el Congreso pudo modificar la estimación a 36.50 dólares. Al final del 2006, el precio del petróleo mexicano de exportación se ubicó en 53 dólares promedio. De la redacción de este artículo se desprende que no se toma en consideración que, por ejemplo, las condiciones estructurales y en consecuencia, los mecanismos de fijación del precio del crudo en la actualidad no tienen nada que ver con los que existían hace diez años, por no hablar del contraste entre el estrecho margen de sobreproducción actual y el reinante en la década de los noventa. Esto elimina de facto la utilidad del primer método y, en cuanto al segundo, sería interesante que Hacienda informara a quiénes y por qué considera “los principales expertos en la materia”, para decidir cual es el mejor diferencial esperado entre la mezcla mexicana y el WTI.
IV. LAS CLAVES DE LA SUBESTIMACIÓN
El objetivo —no necesariamente negativo en términos cualitativos— expreso del artículo 31 de la LFPRH es obtener una cierta subvaluación del precio estimado del petróleo mexicano de exportación. En los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) que envió el Ejecutivo Federal el 8 de septiembre de 2007, la estimación de mezcla mexicana de exportación era de 46.6 dólares por barril. Aún más, el 6 de septiembre de 2007, previo a la entrega del Paquete Económico 2008 y en plena discusión de la reforma fiscal y electoral, el Ejecutivo Federal decretó reformas, adiciones y derogaciones a 88 METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
91
DEBATES l CARLOS HUERTA DURÁN Y FLUVIO RUÍZ ALARCÓN de los 312 artículos del Reglamento de la LFPRH (RLcasi el 30 por ciento de dicho reglamento. En particular, el artículo 15 del mismo hace mucho más pronunciada la subestimación del cálculo de la mezcla mexicana de exportación. Lo mismo vale para el resto de los artículos: si la LFPRH imponía una mordaza a los diputados para modificarlo, el RLFPRH les impone una camisa de fuerza que los deja sin margen de maniobra para modificar una de las variables fundamentales para la elaboración del Presupuesto de Egresos de la Federación. Así, la facultad establecida en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículo 74, fr. IV) queda severamente comprometida.
FPRH),
Pero regresemos al artículo 15 del Reglamento. Este artículo a la letra dice: Artículo 15. El cómputo del precio de referencia de la mezcla de petróleo mexicano se realizará un mes antes de la fecha en que el documento que lo contenga deba ser entregado al Congreso de la Unión, conforme a lo siguiente: I. Para el cálculo del componente descrito en el artículo 31, fracción I, inciso a) de la Ley, se emplearán los precios promedio mensuales para la mezcla de petróleo mexicano reportados por Petróleos Mexicanos; II. Para el cálculo de los componentes descritos en el artículo 31, fracción I, inciso b) y fracción II, inciso a) de la Ley, se empleará el promedio de los cuatro meses anteriores de las cotizaciones diarias de la última transacción en el Mercado de Intercambio Mercantil de Nueva York; III. Para el cálculo del componente descrito en el artículo 31, fracción I, inciso b) de la Ley, se emplearán los precios de los futuros del crudo denominado de Calidad Media del Oeste de Texas con fecha de entrega a partir del mes de diciembre del tercer año posterior al que se está presupuestando. Los futuros a considerar en el cómputo de este componente deberán tener fecha de entrega en el mismo mes de los distintos años; IV. Para el cálculo del componente descrito en el artículo 31, fracción II, inciso a) de la Ley, se emplearán los precios de los futuros del crudo denominado de Calidad Media del Oeste de Texas con fecha de entrega entre el mes de diciembre anterior y el mes de noviembre del año que se está presupuestando, y METAPOLÍTICA
92
núm. 60 | julio-agosto 2008
V. El diferencial esperado promedio de cada componente será igual al producto de: a) El promedio observado del cociente de la diferencia del precio del crudo denominado de Calidad Media del Oeste de Texas y el precio de la mezcla de petróleo mexicano, dividida entre el precio del crudo denominado de Calidad Media del Oeste de Texas; b) El precio promedio del o los futuros que se consideren en el cómputo de cada componente. Para el cómputo de este promedio se emplearán las cotizaciones diarias para el mismo periodo que el que cubren las cotizaciones de futuros empleadas. El diferencial así obtenido no podrá ser inferior al 15 por ciento del precio del crudo denominado de Calidad Media del Oeste de Texas.
El resultado de este reglamentación es la obtención de un precio aún más “castigado” que el ya de por sí extremadamente prudente —por decirlo de alguna manera— que delinea la propia Ley Federal de Presupuesto. De entrada, porque como salta a la vista, los períodos establecidos para la consideración de los futuros son precisamente los que tienen por característica fundamental corresponder estacionalmente a precios bajos del crudo. Ahora bien, aunque la Secretaría de Hacienda tome esta metodología para enviar su estimación al Congreso, éste bien puede plantear, sin violentar la LFPRH, que se consideren las operaciones hasta una semana antes de que se apruebe en la Cámara de Diputados la Ley de Ingresos de la Federación. Por otra parte, no deja de llamar la atención que el Reglamento desaparece el papel que la LFPRH confiere a “los análisis realizados por los principales expertos en la materia” en la estimación del diferencial del WTI frente a la mezcla mexicana de exportación. Incluso este resquicio, así fuera cuestionable, de incorporación de elementos de análisis es eliminado. La estadística se eleva a rango de ley suprema, incluso posiblemente por encima de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
EL PRECIO PROMEDIO DEL CRUDO ALCANZA MÁXIMOS HISTÓRICOS
En todo caso, una cosa es cierta: el precio de referencia de América, el llamado Crudo de Calidad Intermedia del Oeste de Texas (WTI, por sus siglas en inglés) llegará este 2008 a un precio promedio de 109.53 dólares por
MITOS Y VERDADES DEL PETRÓLEO l DEBATES
GRÁFICA 1. ESTIMACIONES DEL WTI PARA 2008. Proyecciones del Energy Information Administration/Short-Term Energy Outlook. Proyecciones mes con mes (desde enero 2007 hasta mayo 2008). 120.00 109.53 WTI Lineal (WTI)
110.00
100.61
100.00 y = 2.703x - 3415.2
94.11
90.00 84.83 87.21
80.00
79.92 71.25
71.17 73.50
70.00 63.75
64.58
60.00
86.46
62.58
63.83
63.83
64.83
66.92
ene-07 feb-07 mar-07 abr-07 may-07 jun-07 jul-07 ago-07 sep-07 oct-07 nov-07 dic-07 ene-08 feb-08 mar-08 abr-08 may-08
1/ Este cuadro registra los promedios del precio del WTI para 2008 que fueron proyectados mes con mes tomados de la fuente original. Fuente: Energy Information Administration (2007) Short-Term Energy Outlook , January 2007-April 2008. http://www.eia.doe.gov. Nota: Elaboración propia con base en la fuente. Mtro. Carlos Huerta.
barril de petróleo. La referencia estadística proviene de las proyecciones de mayo de la Administración de Información de la Energía (EIA, por sus siglas en inglés), organismo dependiente del gobierno de Estados Unidos en materia de información especializada en energía (véase gráfica 1). La EIA ajusta mes con mes la proyección que se tiene del WTI para este año que cierra. Incluso para el 2009, la misma agencia norteamericana proyecta el precio en 103.17 dólares por barril. Los factores que han influido en estos precios tan elevados son, por un lado la debilidad monetaria (depreciación) del dólar respecto al euro, pero principalmente la expectativa que se tiene de que en un futuro no lejano la escasez del aceite más importante del mundo, será una realidad que todos los agentes económicos están percibiendo. Por lo tanto, incluso aunque la oferta se incrementara o la demanda disminuyera, su impacto, como siempre, sería marginal. Esto nos lleva a la conclusión de que de ahora en adelante el petróleo crudo en el mundo tendrá un piso de entre 60 y 80 dólares por barril.
EL ASUNTO DE LA MEZCLA MEXICANA DE EXPORTACIÓN, 2008 Y 2009
El precio promedio ponderado del petróleo crudo mexicano concluirá 2008 en 95.81 dólares por barril. Nuevamente este precio promedio tiene una probabilidad muy alta de modificarse hacia arriba, debido a las condiciones estacionales del segundo semestre del año. Esto contrasta con las estimaciones, o más bien subestimaciones, que ha venido realizando la Secretaría de Hacienda en el marco de sus atribuciones. El precio promedio del barril mexicano terminará al cierre de 2008 casi 50 dólares por encima de la estimación original de la Secretaría de Hacienda. En octubre de 2007, en plena discusión de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, la Secretaría de Hacienda “permitió” que el precio del barril pasara de 46.6 a 49 dólares por barril. Con esto se obtuvieron 17 mil 845 millones de pesos adicionales en el Presupuesto, lo que permitió que los diputados etiquetaran estos recursos para salud, educación, carreteras y otros rubros. Esto quiere METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
93
DEBATES l CARLOS HUERTA DURÁN Y FLUVIO RUÍZ ALARCÓN decir que por cada dólar adicional al precio de referencia que impone Hacienda, se obtienen 7 mil 435 millones de pesos presupuestables, con base en los cálculos del Centro de Estudios de la Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. Si hacemos el cálculo de la diferencia entre
los 95.81 dólares que será el precio del petróleo mexicano a finales de 2008 y los 49 dólares que impuso Hacienda, existen casi 47 dólares adicionales, con lo que los ingresos excedentes petroleros brutos serían de más de más de 300 mil millones de pesos (Véase cuadro 1).
CUADRO 1. MÉXICO. ERROR DE ESTIMACIÓN PORCENTUAL CON BASE EN LOS CRITERIOS GENERALES DE POLÍTICA ECONÓMICA Y EL PRECIO DE LA MEZCLA MEXICANA DE EXPORTACIÓN. (DÓLARES POR BARRIL DE MEZCLA MEXICANA DE EXPORTACIÓN) Estimación Gobierno Federal
Precio promedio real observado
Diferencia
(a)
(b)
(b-a)
Error de estimación %
2000
15.50
24.75
9.25
59.7%
2001
18.00
18.70
0.79
3.9%
2002
17.00
21.56
4.56
26.8%
2003
17.00
24.80
7.80
45.9%
2004
20.00
31.01
11.01
55.0%
2005
23.00
42.51
19.51
84.8%
2006
31.50
53.27
21.77
69.1%
2007
42.50
62.15
19.65
46.2%
Escenarios de estimación propia
Diferencia
Error de estimación %
Estimación Gobierno Federal 2008e
46.60
95.81
49.21
105.5%
2008e
49.00
95.81
46.81
95.5%
Lineamiento económicos 2009, Art. 42 LFPRH 2008e
59.00
95.81
36.81
62.4%
2009
59.20
91.16
31.96
54.0%
e
Error de estimación promedio % (2001-2006)
27.6%
Error de estimación promedio % (2001-2007)
47.4%
Nota. Estimación propia con base en la fuente. Mtro. Carlos Huerta, asesor. Cámara de Diputados. Fuente: Presidencia de la República (2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007) Criterios Generales de Política Económica, Presidencia de la República. México. Pemex, en línea: www.pemex.gob.mx e. Estimado METAPOLÍTICA
94
núm. 60 | julio-agosto 2008
MITOS Y VERDADES DEL PETRÓLEO l DEBATES
La fracción I del artículo 42 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria obliga al Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Hacienda, a enviar algunos lineamientos económicos para 2009, en el mes de abril. En ellos, la mezcla mexicana de exportación se estima que termine en 59 dólares el barril en 2008 y 59.2 para 2009. De nuestra parte, la estimación que tenemos para 2009 tiene 5 escenarios, dando un precio promedio de 91.16 promedio (Véase cuadro 2). Ahora bien, Hacienda controla y reparte la totalidad de los ingresos excedentes del petróleo, con base en sus criterios financieristas convertidos en obligaciones de Ley. En efecto, los ingresos excedentes derivados directamente de un precio del crudo mayor al estimado para elaborar el paquete económico, se destinan a una “bolsa general” en la que se suman (o restan) al monto recaudado que resulte superior o inferior de lo calculado por concepto del conjunto de impuestos, derechos y aprovechamientos que cobra el gobierno. A la resultante se le descuentan diversos conceptos como el incremento en el gasto no programable y en el costo de combustibles de la Comisión Federal de Electricidad; gastos por desastres naturales, etcétera. Lo que resta se destina en un 40 por ciento al Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros (FEIP), 25 por ciento al Fideicomiso de Infraestructura para Pemex y al de infraestructura para las entidades federativas, y tan sólo un 10 por ciento se destina al gasto de infraestructura para las entidades. Es decir, en una primera instancia, el 90 por ciento de los ingresos excedentes, petroleros y no petroleros, tienen
un destino financiero y no productivo. Como si no urgiera la inversión, particularmente en Pemex. Las entidades federativas se benefician del 13.1 por ciento del excedente de exportación que se les asigna directamente a través del Derecho Extraordinario de Exportación Petrolera (DEEP) que paga Pemex. Sólo una vez que el FEIP y los fideicomisos alcanzan el límite que les fija la propia LFPRH, los excedentes se pueden asignar, en partes iguales, a Pemex, infraestructura federal y estatal, así como a un fondo para la reestructuración de las pensiones. Por cierto, dado que el FEIP, desde 2007, ya alcanzó el límite de alrededor de 53 mil millones de pesos que establece la LFPRH, la pregunta obvia es: ¿por qué seguir obligando a Pemex a pagar un derecho para alimentar este fondo?, ¿no sería mejor, para fortalecer a la empresa, abrogar este derecho y con ello fortalecer sus finanzas? No olvidemos que este derecho, en virtud de los precios del petróleo, es equivalente al 10 por ciento del valor anual de la producción de crudo. Si bien es cierto que el DEEP es acreditable contra el DFEIP, de todas formas habría un remanente a favor de Pemex una vez hecho el descuento respectivo. En suma, podemos afirmar que la Ley Federal de Responsabilidad Hacendaria es un instrumento dañino para las finanzas de Pemex, por la vía de imponer el equilibrio presupuestal del gobierno central como obligación legal, subestimar el precio del petróleo (y los consiguientes ingresos propios de Pemex) y establecer un reparto de los excedentes en el que predomina la lógica financiera por encima de la industrial. Q
CUADRO 2. ESCENARIOS DE ESTIMACIÓN DE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO CRUDO PARA 2009
2009
WTI/1
1 Trim.
2 Trim.
3 Trim
4 Trim.
108.33
107.33
102.00
95.00
Precio promedio para el 2009 103.17
WTI
88.41 89.78 91.16 92.54 93.92
Bajo Bajo Medio Medio Medio Alto Alto
Mezcla mexicana de exportación (MME)/
2
Bajo Bajo Medio Medio Medio Alto Alto
93.57 94.95 96.33 97.70 99.08
92.57 93.95 95.33 96.70 98.08
87.24 88.62 90.00 91.37 92.75
80.24 81.62 83.00 84.37 85.75
Nota: Estimación propia con base en la fuente. Mtro. Carlos Huerta, asesor, Cámara de Diputados. 1/ West Texas Intermediate. Tomado de Energy Information Administration en línea: http://www.eia.doe.gov/ 2/ Tomado de Pemex, en línea: www.pemex.gob.mx Otras fuentes en línea: http://www.finsat.com.mx; http://www.oecd.org; http://www.bp.com; www.sener.gob.mx METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
95
UN
diagnóstico
FALLIDO
Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17*
D
el “Diagnóstico” de la situación de la industria petrolera planteado por la Secretaría de Energía (SENER), de entrada se puede afirmar que no es integral, no está completo y no cuenta con el suficiente rigor metodológico para alcanzar el calificativo de “diagnóstico”; sin embargo, aún con esas deficiencias podemos desprender las siguientes observaciones enunciativas, más no limitativas.
1. EXPERIENCIA INTERNACIONAL
En relación a lo que se afirma en el “Diagnóstico” respecto a los países que cuentan con empresas petroleras nacionales, en donde se han promovido cambios a sus modelos de organización industrial para fortalecerlas, el G-17 opina que el fortalecimiento al que se refiere la SENER está fundado en procesos de privatización en los que se han quebrado los monopolios de Estado de los países latinoamericanos, con malos resultados en cuanto a la propiedad de los hidrocarburos por la Nación, la pérdida de soberanía nacional sobre los mismos, la insatisfacción interna por menor valor en los suministros de energéticos y productos derivados del petróleo y el gas y, por supuesto, en la menor renta petrolera que se destina a la Nación. Nuestra agrupación se ha acercado con directivos y profesionistas de Brasil y Venezuela, en donde la percepción de la realidad sobre los procesos de privatización y los resultados obtenidos para las empresas estatales y la economía de sus países es diametralmente opuesta a lo que señala el “Diagnóstico”. Antes bien, es nuestra convicción que en los países donde se han privatizado, total o parcialmente, las empresas petroleras estatales, se han dado movimientos nacionales para volver a renacionalizarlas. METAPOLÍTICA
96
núm. 60 | julio-agosto 2008
En este sentido, nuestra agrupación recomienda a los legisladores de ambas Cámara visitar los países latinoamericanos para que, conjuntamente con un equipo multidisciplinario de la SENER, Pemex, miembros del G-17 y otras instituciones como podrían ser la UNAM o el IPN, puedan constatar, sin dejar lugar a dudas, lo aseverado en el “Diagnóstico” respecto a la “experiencia internacional”. De primera mano aportamos en el anexo-1, el acta correspondiente a lo expuesto en el pasado mes de marzo de 2008 por los miembros de la Asociación de Ingenieros Petroleros de Petrobras, que a invitación del G-17 visitaron la ciudad de México para explicarnos como fue el proceso de privatización de Petrobras y las consecuencias que ha tenido para la población. En relación al caso de Yacimientos Fiscales Petroleros de la Argentina (YFP), es notoria su ausencia en el “Diagnóstico”, pues precisamente los cambios realizados por el ex presidente Carlos Saúl Menem se hicieron con motivo de “fortalecer” a dicha empresa. Nuestra agrupación sugiere a los legisladores consultar el magnífico documental “Memorias del Saqueo” parte 2, producido por Cine Sur, S. A., en coproducción con la Universidad Nacional de San Martín, por el señor Fernando E. Solanas, en donde se documentan los hechos de la privatización de YFP y las desastrosas consecuencias para el pueblo, mediante los testimonios de diversos especialistas y ciudadanos de la República de la Argentina. Tampoco se documentan los casos de la privatización y renacionalización de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ni de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), por lo que el “Diagnóstico” imposibilita tener elementos de juicio para realizar un análisis comparado que permita ver con mayor amplitud cuál ha sido la verdadera experiencia internacional desde
UN DIAGNÓSTICO FALLIDO l DEBATES
la perspectiva de los países petroleros con economías emergentes. Nuestra percepción es que el “Diagnóstico” presenta únicamente “casos de éxito” desde la perspectiva y a conveniencia de las compañías petroleras provenientes de países desarrollados.
empresas privadas extranjeras para realizar el proyecto y la construcción de instalaciones nuevas, mucho menos para la intervención en las actividades estratégicas reservadas a Pemex por la Constitución.
2.1. EXPLORACIÓN Y PRODUCCIÓN 2. RETOS OPERATIVOS
Reservas Respecto a que Pemex enfrenta retos considerables en cada una de sus líneas de negocios con la necesidad de enfrentar varios de ellos de forma simultánea, lo que permite dimensionar la magnitud del esfuerzo por realizarse, el G-17 opina que efectivamente existen retos importantes que se pueden dimensionar perfectamente si se procesan mediante una reorientación más justa para Pemex de las políticas fiscal, financiera, de comercio exterior, explotación de reservas y precios internos, con las que se pueda dotar a Pemex de recursos financieros suficientes, lograr la reunificación organizacional de la empresa y los Organismos Subsidiarios, además de una dirección general de Pemex vigorosa que quiera, sepa y pueda enfrentar tales retos sin necesidad de volcarse hacia la participación exacerbada de la iniciativa privada; por el contrario, que sea capaz de ver por el fortalecimiento de las áreas de planeación, adquisiciones, ingeniería de proyecto y construcción, así como por la revitalización del mercado nacional de firmas de ingeniería, proveedores de bienes de capital y empresas de construcción. Es cierto, lo anterior no se puede hacer de un día para otro, pero si se inicia ya, por el impacto de las inversiones y la gran cantidad de empleo y derrama económica que esto significa, a la vuelta de cuatro a seis años, indudablemente que la magnitud de las acciones impactarán positivamente en la economía nacional y en el bienestar de una gran parte de la población. Respetuosamente, se sugiere a los legisladores se consulte las memorias de trabajo de Petróleos Mexicanos en el periodo 1965 a 1985, para que verifiquen cómo en el pasado, el país y Pemex enfrentaron retos similares, y hasta mayores, cuando simultáneamente se enfrentaron amplias carteras de proyectos de inversión en la exploración y producción, la refinación, el procesamiento del gas, la petroquímica, la distribución, el almacenamiento, la comercialización y en numerosas obras de infraestructura y sociales, con el apoyo de firmas de ingeniería, proveedores de bienes de capital y empresas de construcción de notoria mayoría nacional, sin recurrir a
El “Diagnóstico” afirma que en 2002 las reservas probadas eran 20.1 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMMbpce), lo que correspondía a 13 años de producción; en 2007 aquellas eran sólo de 14.7 MMMbpce, lo que significa que el país cuenta con reservas probadas para 9.2 años a los ritmos actuales de extracción. Es más, afirma también que la caída en ese periodo sumó 5.4 MMMbpce, lo que confirma que el país cuenta con reservas probadas para 9.2 años a los ritmos actuales de extracción. En relación a lo anterior, el G-17 es de la opinión que el planteamiento de los 9.2 años de reservas tiende a la exageración y al catastrofismo, por las razones siguientes: No considera las 10 MMMbpce de reservas probables y otros 10 MMMbpce de reservas posibles, actualmente localizadas en territorio, el litoral y aguas someras que, bien desarrolladas, pueden extender el horizonte de tiempo a 29 años, manteniendo razonablemente la producción actual. La producción actual de 3.1 millones de petróleo por día sería necesaria mantener, sólo si se impone como restricción irracional el mantener la plataforma de exportación actual a Estados Unidos. Lo lógico, en el supuesto caso de no poder reponer en el corto plazo los niveles de reservas con la celeridad requerida, sería bajar gradualmente los volúmenes de exportación, con lo que el escenario de reservas probadas (sin considerar arbitrariamente las probables y posibles) para 9.2 años, se extendería por más años. Se reitera, sostener o incrementar los niveles de producción no debe ser un imperativo o un objetivo inamovible, puesto que el petróleo y el gas son recursos finitos y no renovables. Nuestra apreciación es que el “Diagnóstico” pretende, artificialmente, causar alarma en la población, para que por encima de una explotación racional de las reservas probadas, inclusive las que requieran recuperación secundaria, terciaria y mejorada, las reservas probables METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
97
DEBATES l GRUPO INGENIEROS PEMEX CONSTITUCIÓN DEL 17 y posibles y las localizaciones con recursos prospectivos en el territorio, el litoral y las aguas someras a profundidades no mayores de 500 metros, identificadas actualmente por Pemex Exploración y Producción, sean subestimadas a fin de poderse volcar en “alianzas estratégicas” con compañías petroleras trasnacionales, por razones que no están justificadas, sobre los recursos prospectivos que se infiere podrían existir en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México. A nuestro juicio, Pemex deliberadamente redujo la exploración de nuevas oportunidades con el objetivo de abatir las reservas probadas de hidrocarburos y la posibilidad de satisfacer la demanda futura, con la finalidad de justificar la inconstitucional ocurrencia de ir “acompañados” de empresas transnacionales privadas en operaciones de exploración, perforación y extracción de hidrocarburos en aguas profundas y ultraprofundas. Es más, con las evidencias existentes se puede suponer de manera fundada que la variable que falló en tan perniciosa visión fue que no se previeron los altos precios del petróleo, generadores de altísimos ingresos para el país, con lo cual no pudo el Ejecutivo federal afianzar la coyuntura propicia para otorgar concesiones o alianzas estratégicas mediante de contratos de riesgo con compañías petroleras extranjeras. Producción Por otra parte, afirma el “Diagnóstico” que en términos de valor y en lo relativo a la renta económica, la declinación en la producción de crudo dista mucho de ser compensada con el aumento en la producción del gas. La disminución de la producción registrada desde 2005, que a la fecha acumula una caída de 300 mil barriles diarios (Mbd), significa que México dejó de obtener en los últimos tres años en forma acumulada ingresos por ventas del orden de 10 mil millones de dólares, considerando el precio del petróleo promedio anual del período. Al respecto, el G-17 reitera su opinión en el sentido de que estos argumentos son alarmistas y mal intencionados, pues se quiere infundir un temor injustificado en la opinión pública. Ver las cosas con objetividad, implica lo siguiente: • Los hidrocarburos son un recurso natural no renovable que, conforme se explota, tiende a ir a la baja, por lo que se tienen que tomar medidas de largo plazo para reponer racionalmente lo extraído, lo cual no fue hecho durante años por Pemex, METAPOLÍTICA
98
núm. 60 | julio-agosto 2008
por lo que ahora el Ejecutivo federal propone medidas “desesperadas” como la de ir abruptamente a explorar en localizaciones de difícil acceso y altas inversiones, como son las ubicadas en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México. • Basar el “Diagnóstico” en los recursos financieros que no se obtuvieron por haber diminuido la producción, no aclarando las causas de la baja de la producción, es un argumento falaz para distraer la atención de lo verdaderamente importante. Lo que es más, tomando el sentido alarmista del “Diagnóstico” también se podría decir: “si el producto interno bruto del país hubiera crecido al 7 por ciento, como lo prometió Vicente Fox, no se hubiera requerido seguir explotando irracionalmente las reservas de hidrocarburos”, o cualquier otro tipo de expresiones que no ayudan en nada a clarificar la verdadera situación de Pemex. • Si bien es cierto que la baja de los niveles de producción de petróleo afecta los ingresos de las finanzas públicas que maneja la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, consideramos que no hay una afectación estratégica para el país, ya que actualmente se produce más que lo que requiere la capacidad instalada para el suministro nacional de energéticos elaborados con petróleo y, por tanto, la afectación es únicamente sobre el volumen de exportación a Estados Unidos. • También somos de la convicción de que la población de México no tendría que alarmarse, digan lo que digan sobre la posibilidad de obtener mayores ingresos, ya que nosotros, como la población, no vemos a dónde ha ido a parar la distribución de la inmensa renta petrolera que se ha obtenido en los últimos años con los altos precios del petróleo, y mucho menos ve como se ha incrementado el bienestar social de la mayoría. Sin temor a equivocarnos, nuestra percepción, al igual que la de la población, es que la renta petrolera ha sido brutalmente derrochada. Continúa diciendo el “Diagnóstico”: “La estrategia para mantener los niveles de producción en el corto y en el mediano plazos y mejorar sustancialmente la tasa de restitución de reservas probadas, debe considerar cuatro elementos: • Descubrimientos de nuevos campos a partir de recursos prospectivos;
UN DIAGNÓSTICO FALLIDO l DEBATES
• Puesta en operación de campos nuevos; • Desarrollo de campos con reservas probables y posibles; • Optimización de los costos de producción, descubrimiento y desarrollo; y, • Administrar eficientemente la declinación de los yacimientos en explotación”. En relación a estas premisas de solución planteadas en el “Diagnóstico” (que por rigor metodológico, no deberían proponerse antes de tener bien claras las causas de los problemas), la opinión del G-17 es la siguiente: La lista de acciones que se marcan como premisas están lejos de delinear una verdadera estrategia que de manera realista proponga resultados; más bien son los pasos lógicos que desde siempre, aunque no con total tino, ha llevado en Pemex en la explotación de los hidrocarburos. Toda vez que no se indica una prioridad para cada una de las premisas, estaríamos de acuerdo en su validez, siempre y cuando se lleven a la práctica con la estricta lógica de ir avanzando racionalmente de las regiones ubicadas por Pemex en el territorio, el litoral y las aguas someras, para después abordar con mayores probabilidades de éxito la exploración de las oportunidades con recursos prospectivos localizadas en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México. Por lo que respecta a la “administración eficiente” de los campos en declinación, propondríamos a esa legislación que se promulgara una Ley de observancia estricta para Pemex, en las que por supuesto se incluyan sanciones para el caso de que nos se realice correctamente la máxima recuperación de los yacimientos con metodologías fundadas en criterios técnicos y científicos. Prospectiva Se dice en el “Diagnóstico” que existen cuatro áreas de explotación petrolera en las que se deberá trabajar para mantener la plataforma de producción en el mediano plazo: • Exploración y desarrollo de los recursos prospectivos en la cuenca del sureste; • Explotación de campos abandonados; • Desarrollo del paleocanal de Chicontepec, y • Exploración y desarrollo de las aguas profundas del Golfo de México.
El G-17 coincide con las tres primeras áreas planteadas en el “Diagnóstico” para los escenarios de corto y mediano plazo; sin embargo, para las localizaciones de recursos prospectivos ubicados en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México, nuestra visión es que Pemex las debe contemplar en un escenario de largo plazo, en el cual tiene tiempo suficiente para prepararse de la mejor manera y no ir precipitadamente en condiciones desventajosas para México, ya que proponer ir “acompañados” por compañías petroleras extranjeras mediante “contratos de riesgo”, de obra pública “ampliados” o “incentivados” o “autofinanciables” , o como se les quiera llamar, que significarán compartir la renta petrolera propiedad de la Nación de manera innecesaria.
2.1.2. CAMPOS ABANDONADOS
El G-17 estaría de acuerdo en retomar la máxima explotación que se pueda realizar en los campos abandonados o en proceso de abandono. Lo que de ninguna manera compartimos es que Pemex proponga modalidades de contratos de servicios “integrados”, “múltiples”, “ampliados” o “autofinanciables” que tengan como propósito transferir las actividades estratégicas de Pemex a la iniciativa privada, dejándole participar en las funciones de planeación, dirección y control de dichas actividades estratégicas, mismas que están reservadas de manera exclusiva a Pemex, y que además se pretenda compartir la renta petrolera a través de “incentivos”, “premios”, “bonos de desempeño” o como se les quiera llamar, ya que la conjunción de estos factores dará como resultado la aparición, sin lugar a dudas, de la figura de productores independientes de petróleo y gas, cosa que está estrictamente prohibida por la Constitución por causas de soberanía, estratégicas y económicas sobradamente exploradas y aceptadas por todos los mexicanos. Lo que debe hacer Pemex es reunificar su estructura organizacional, reforzando preponderantemente las áreas de planeación, operación e ingeniería y construcción, que actualmente tiene a su cargo Pemex Exploración y Producción, mientras que el Ejecutivo federal debería realizar una mejor recaudación fiscal y una asignación presupuestal más justa y suficiente para Pemex, así como una intensa campaña de fomento de firmas de ingeniería, proveedores y contratistas nacionales, dándoles acceso a créditos, para que bajo contratos específicos de adquisiciones, obras y servicios relacionaMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
99
DEBATES l GRUPO INGENIEROS PEMEX CONSTITUCIÓN DEL 17 dos con las mismas realicen los trabajos en los campos abandonados en términos de la vigente Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas. El crecimiento de la inteligencia en la capacidad de análisis de Pemex hará que no se requiera de la participación de productores independientes de petróleo en dichos campos.
2.1.3. CHICONTEPEC
Respetuosamente, el G-17 se permite señalar que el contenido del “Diagnóstico” en este apartado no corresponde metodológicamente con lo que debería señalar un verdadero diagnóstico, por lo que a continuación se presenta información que podría ayudar a clarificar cuál es la situación real de los campos productores en el paleocanal de Chicontepec, con base en información obtenida de Pemex Exploración y Producción, a través del Instituto Federal de Acceso a la Información. Es interesante saber que la compañía Schlumberger proporciona en Chicontepec el servicio integrado de perforación y terminación de los pozos; sin embargo, no ha encontrado la forma de aumentar la productividad de los pozos y evitar su acelerada declinación. Por ejemplo, el pozo Coapechaca 0, terminado con dos ramas horizontales y fracturamiento múltiple, costó cerca de ocho millones de dólares. Los resultados de la producción no permitirán recuperar la inversión. Schlumberger se anuncia (www.slb.com) como “líder mundial en proporcionar tecnología y soluciones a la industria de petróleo y gas.” Opera en más de 100 países y cuenta con alrededor de 48 mil empleados con una experiencia acumulada de aproximadamente 70 años en servicios de explotación de hidrocarburos. Cubre ahora prácticamente todo tipo de servicios y presenta como su principal fortaleza la “capacidad de investigación y desarrollo de tecnología“. Por otra parte, Halliburton es otra compañía que participa ampliamente en actividades de fracturamiento de los pozos. Tampoco ha podido resolver el problema de aumentar la productividad de los pozos de Chicontepec. Se anuncia (www.halliburton.com) como “una empresa que proporciona tecnología innovadora y servicios de calidad sobresalientes.” Pemex le concedió a Schlumberger el primer contrato para iniciar, mediante la perforación de 300 pozos, el proyecto integral de desarrollo del Chicontepec, METAPOLÍTICA
100
núm. 60 | julio-agosto 2008
anunciado por Vicente Fox Quesada en Nayarit el 6 de junio del 2003, y que comprende en total la perforación de 13 mil 500 pozos, con una erogación estimada de 31 mil millones de dólares. Se inició así el mayor proyecto nacional y de explotación de petróleo que se haya realizado en México. Por sus recursos, innovaciones y tecnología supuestamente de punta, Pemex confío en que Schlumberger realizaría un excelente trabajo en “caracterizar, delimitar y desarrollar con la máxima eficiencia y rentabilidad las reservas de hidrocarburos ligeros del área AmatitlánProfeta-Tzapotempa-Vinazco, maximizando su valor económico mediante la perforación de 300 pozos de desarrollo, evaluaciones de productividad, así como la toma de información sísmica de tres dimensiones”. Pemex calculó que los resultados de esta explotación permitirían aumentar la rentabilidad de los pozos del Chicontepec. Baste mencionar que de acuerdo con sus estimaciones oficiales, publicadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las inversiones de cada uno de los pozos productores se recuperarían en menos de 30 días. Asimismo, mediante estudios de simulación matemática, Pemex Exploración y Producción calculó y publicó en la revista de la Asociación de Ingenieros Petroleros de México, A.C. del mes de abril del 2000, que los pozos del campo Agua Fría de Chicontepec producirían inicialmente 3 mil 700 barriles por día (bpd) y que al cabo de 20 años estarían dando 500 bpd. Si Schlumberger hubiese logrado en Chicontepec los resultados que esperaba Pemex Exploración y Producción, entonces indebidamente se habría abierto la “falsa justificación” para la contratación futura de ella misma y de otras compañías transnacionales para participar en forma predominante en la perforación de los 13 mil pozos programados para complementar el desarrollo del Chicontepec. Sin embargo, el deficiente desempeño de Schlumberger demuestra el tradicional optimismo infundado con el que Pemex y Pemex Exploración y Producción se manejan ante las autoridades y ante la opinión pública, exponiendo desorbitadas expectativas de resultados con la finalidad de justificar, sin suficiente sustento técnico, cuantiosas inversiones y la indiscriminada y creciente participación de la iniciativa privada en actividades reservadas de manera exclusiva y excluyente a los organismos públicos por la Constitución mexicana. El fracaso de los resultados esperados es evidente por lo siguiente:
UN DIAGNÓSTICO FALLIDO l DEBATES
• No se podrían haber reincorporado como reservas probadas más de 6 mil millones de barriles de petróleo que la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos no le ha admitido a Pemex por estar sin explotar. • No se cumplirá el compromiso establecido por el señor ingeniero Raúl Muñoz Leos, director general de Pemex en la administración de Vicente Fox, de producir cuatro millones de barriles de petróleo o más, por día, a fin de asegurar y ampliar el suministro de petróleo a Estados Unidos. • No se le demuestra ni mínimamente a la opinión pública, derivada de los “recursos y tecnología de punta” de Schlumberger, la necesidad indispensable de que se contrate a compañías privadas extranjeras para reemplazar a Pemex en actividades integradas de exploración y explotación de hidrocarburos; antes bien, el H. Poder Legislativo, la Secretaría de Energía, la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación deberían intervenir urgentemente para revisar y corregir esta situación que es por demás dañosa y perjudicial para el país. En adición a lo anterior, se observa lo siguiente: a) Schlumberger consigue contratos por asignación directa a través de la empresa COMESA, dirigida por el Ing. Adán Oviedo Pérez, quien además preside la directiva nacional de la Asociación de Ingenieros Petroleros de México, A. C. En su página en Internet (http://www.comesa.org. mx/ ) exponen su personalidad jurídica: Compañía Mexicana de Exploraciones, S.A. de C.V (COMESA), es una Empresa de Participación Estatal mayoritaria, constituida el 12 de noviembre de 1968, coordinada por la Secretaría de Energía. A la fecha, las acciones que componen su capital social, son propiedad de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y del consorcio internacional más importante a nivel mundial, en la rama de servicios para la industria petrolera, Schlumberger (socio tecnólogo). En diciembre de 1998, COMESA reformó sus estatutos sociales, transformándose de sociedad anónima, a sociedad anónima de capital variable, con la finalidad de actualizarse conforme a la legislación mercantil vigente y en apego a la dinámica “empresarial y comercial de nuestro país.
COMESA debería someterse a la licitación de los contratos pero, por tratarse de un ente de participación estatal bajo la figura de empresa Filial de Pemex, ya que 60 por ciento de sus acciones son propiedad de Pemex y el 40 por ciento restante pertenecen al consorcio Schlumberger, ésta es favorecida indebidamente con la excepción a la licitación publica mediante “contratos entre entidades” a los que se refiere el artículo 1, fracción VI, tercer párrafo de la Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas, lo que en realidad es un fraude a la ley en la materia, ya que no son otra cosa que contratos asignados en forma directa a un particular.
b) Las pérdidas acumuladas en Chicontepec en los últimos cuatro años ascienden a varios cientos de millones de dólares. Chicontepec es un claro ejemplo de socialización de las pérdidas y privatización de las ganancias para las trasnacionales. Es decir, Pemex y México pierden, mientras que Schlumberger gana al participar de la renta petrolera nacional se aumente o no la producción. c) Un ingeniero del G-17 propuso en 2007 al Director de Pemex Exploración y Producción, Ing. Carlos A. Morales Gil, que fracturaran los pozos de Chicontepec utilizando gas CO2. Este procedimiento actualmente se está probando y sus resultados iniciales parecen indicar que finalmente se encontró la forma de explotar Chicontepec en forma rentable. Resulta paradójico que Schlumberger “líder mundial en proporcionar tecnología y soluciones a la industria de petróleo y gas”, favorecida con contratos multimillonarios por Pemex, haya sido superada en proporcionar tecnología por un ingeniero jubilado miembro del G-17 que, no está por demás decirlo, ofrece y proporciona asesoría gratuita al sector público. CONCLUSIONES PARA CHICONTEPEC:
Respecto a este tema, el G-17 declara: 1. Pemex Exploración y Producción no ha cumpli-
do en Chicontepec con el mandato constitucional del artículo 134, al no administrar los recursos económicos que ha dispuesto con eficiencia, eficacia y honradez para satisfacer los objetivos a los que se destinaron. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
101
DEBATES l GRUPO INGENIEROS PEMEX CONSTITUCIÓN DEL 17 2. Las mayores reservas probables (2p) y posibles (3p) se encuentran en Chicontepec. Ascienden a unos 9 mil barriles de petróleo como 2p y otros 9 mil barriles de 3p, por lo que ha sido el principal objetivo de Pemex la incorporación de estas reservas al conjunto de probadas, mediante la aplicación de procedimientos que hagan rentable su explotación. 3. La información solicitada al IFAI muestra que la compañías Schlumberger, presentada como “líder mundial en proporcionar tecnología y soluciones a la industria de petróleo y gas”, y Halliburton, “una empresa que proporciona tecnología innovadora y servicios de calidad sobresalientes”, no han encontrado la forma de hacer rentable la explotación de las reservas 2p y 3p reportadas para Chicontepec; lo cual pone en evidencia que las infundadas “bondades” que ofrecen Pemex y la SENER en la apertura indiscriminada al contratismo. 4. Mediante la asesoría gratuita, brindada por un ingeniero jubilado de Pemex miembro del G-17, Pemex ha logrado recientemente multiplicar la producción de los pozos de Chicontepec, lo que indica que finalmente será factible hacer rentable la explotación de las reservas 2p y 3p de los campos del Chicontepec y aumentar substancialmente las reservas probadas de la Nación. 5. Los informes mensuales y anuales que pública Pemex no transparentan la rentabilidad de los recursos usados por Pemex y los resultados del desempeño de las compañías contratistas que realizan actividades integradas de explotación en las regiones petroleras. 6. Es muy importante difundir la información anterior, para que a la brevedad llegue al mayor número de mexicanos; esto con el propósito de que se enteren sobre la forma en que se están dilapidando los recursos de la Nación y también que las empresas extranjeras, supuestamente líderes en tecnología, realmente no lo son, como se puede constatar por la asesoría gratuita otorgada a Pemex por un ingeniero del G-17.
2.1.4. AGUAS PROFUNDAS
En relación con el contenido del “Diagnóstico”, el G-17 presenta los argumentos siguientes: METAPOLÍTICA
102
núm. 60 | julio-agosto 2008
El “Diagnóstico” divulga la idea de que tenemos grandes recursos prospectivos, o sea reservas por descubrir, en aguas profundas en el Golfo de México. Por otra parte, y esto casi es desconocido, las grandes petroleras transnacionales, estatales o privadas, están buscando en qué países pueden o podrán usar los variados y grandes recursos que han desarrollado. La producción de hidrocarburos en el Mar del Norte está en franca declinación. Más pronunciada es la disminución de la capacidad de producción en las regiones petroleras de Estados Unidos. Por lo tanto, a quien mucho interesa que en México se permita la participación de empresas transnacionales en actividades de explotación en aguas profundas, es a los países que ahora son o serán deficitarios de hidrocarburos y desde luego a sus compañías transnacionales. La incorporación a sus inventarios de parte importante de nuestras reservas es el objetivo fundamental de esos países; sin embargo, no es un negocio atractivo para ellos usar sus recursos en nuestras aguas profundas, si antes no se modifica la Constitución o las leyes secundarias. A continuación varios argumentos para diferir, en una visión de largo plazo, el desarrollo inmediato de actividades de explotación en nuestras aguas profundas y ultra profundas. 1. Sólo se ha explorado el 30 por ciento del territorio nacional susceptible de contener hidrocarburos. En la región marina, en la plataforma continental, con tirantes de agua menores de 300 metros, la situación es similar. La tecnología para descubrir y extraer reservas en estas dos regiones las domina Pemex. Se tienen identificadas en esas áreas unas 300 localizaciones para perforar pozos de exploración. Lo lógico es que antes de explorar y explotar recursos en aguas profundas y ultraprofundas, Pemex invierta en esos lugares. 2. Pemex ha diferido extraer 20 mil millones de barriles de petróleo crudo de reservas probables y posibles, localizadas en yacimientos en explotación que pueden convertirse en probadas, mediante la aplicación de procedimientos de recuperación mejorada. Esto a pesar de que es obligatorio en otros países aplicar esos procedimientos, ya que permiten aumentar la recuperación final de petróleo. La recuperación mejorada se define como “las operaciones de mantenimiento de presión, la recuperación secundaria y terciaria, la recirculación de gas y operaciones similares que alteran las fuerzas
UN DIAGNÓSTICO FALLIDO l DEBATES
naturales en un yacimiento para incrementar la recuperación de petróleo o gas.” 3. La tecnología de explotación en aguas profun-
das todavía no ha madurado. En forma continua se incorporan importantes desarrollos que permiten realizar las operaciones con mayor seguridad, abatir los costos de explotación y aumentar la recuperación. Recientemente, en el 2005, los huracanes Katrina y Rita destruyeron 123 plataformas fijas en el Golfo de México y ocasionaron grandes daños en más de 180 plataformas. El impacto de estos huracanes ha provocado la modificación de las prácticas recomendadas de ingeniería, construcción y anclaje de plataformas. La producción de petróleo bajó de 1 millón 600 mil barriles por día a 400 mil barriles por día, debido a los efectos de Katrina y Rita. En 2004 el huracán Iván provocó una disminución en la producción de 200 mil barriles por día. 4. En México la exploración y explotación se ha concentrado en yacimientos localizados en trampas estructurales. Por ser más difíciles de localizar y de mayor costo de producción, se ha diferido la realización de estas actividades en trampas estratigráficas. Sin embargo, se ha determinado que más del 30 por ciento de las reservas de hidrocarburos se encuentran en este tipo de trampas estratigráficas. 5. Las cuencas de Macuspana en Tabasco, las de Veracruz y las de la salina del istmo con un espesor de sedimentos de unos 10 mil metros, sólo han sido exploradas hasta una profundidad de 7 mil 200 metros. La exploración profunda en dichas cuencas petrolíferas del país no se ha iniciado. A estas profundidades se encuentran yacimientos carbonatados con probabilidad de tener una alta capacidad de producción de petróleo ligero o hidrocarburos gaseosos. 6. Tanto en tierra como en aguas someras hay gran-
des recursos prospectivos debajo de cuerpos salinos. La explotación en estas regiones es también más segura y económica que la de aguas profundas y ultra profundas. 7. Petrobras acaba de descubrir bajo sedimentos salinos, en la región llamada pre-sal, reservas que estima entre cinco y ocho mil millones de barriles de petróleo, por lo que retiró de licitación 47 bloques de los campos
Tupí y Júpiter, para evitar compartir la explotación de esa riqueza con otras compañías transnacionales. Esta acción y la negativa del Senado de Estados Unidos de Norteamérica, a vender la compañía UNOCAL a la petrolera estatal de la República China, confirma que los países extranjeros defienden sus hidrocarburos, aunque promueven la globalización para participar de la producción y reservas en otros países subdesarrollados. 8. La secuencia lógica mundial de desarrollo consiste en avanzar del litoral a aguas someras y después a aguas profundas. Así se va construyendo y aprovechando la infraestructura existente para avanzar hacia aguas más profundas y ultraprofundas. Pemex debería seguir esta secuencia, que es la más racional. 9. Es importante recordar que Pemex ha procedido a realizar grandes inversiones en proyectos que, basados en recursos prospectivos muchas veces ilusorios, han fracasado en forma contundente. Al respecto se mencionan los siguientes:
a) La construcción en los años setenta del gasoducto de 48 pulgadas de diámetro para exportar 2 mil millones de pies cúbicos diarios de gas a Estados Unidos. b) El megaproyecto Chicontepec, que fue justificado inflando en forma exagerada sus reservas, su capacidad de producción y su rentabilidad. c) La solicitud de las transnacionales para regresar áreas importantes concedidas inconstitucionalmente por Pemex para realizar actividades de explotación en la cuenca de Burgos en el noreste del país. d) El proyecto Fénix de Petroquímica y el promovido por el ex presidente Vicente Fox para construir una refinería en Centroamérica, comprometiendo a Pemex a proporcionar 280 mil barriles diarios de crudo maya. 10. En aguas profundas y ultraprofundas, el tiempo requerido para incorporar reservas probadas, que están por descubrirse, es del orden de cinco a siete años, dependiendo de la magnitud y complejidad de los yacimientos. Mientras que en proyectos de recuperación mejorada es generalmente menor de tres años, porque Pemex cuenta con recursos muy importantes para iniciarlos en menor plazo. Conclusiones del G-17 para el tema de Exploración y Producción: METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
103
DEBATES l GRUPO INGENIEROS PEMEX CONSTITUCIÓN DEL 17 • La contratación de compañías transnacionales para evaluar y certificar nuestras reservas de hidrocarburos ha permitido desacreditar la capacidad técnica y la honestidad de las instituciones nacionales como el Instituto Mexicano del Petróleo. Del mismo modo, la contratación por asignación directa de asesores transnacionales, sin recursos técnicos apropiados, ha dado lugar a la ejecución de proyectos de inversión caros y perjudiciales por ser innecesarios o deficientes, como la inyección de nitrógeno en Cantarell, propuesta por la compañía Netherland Sewell, ordenada por Adrián Lajous Vargas, ex director general de Pemex y actualmente funcionario y accionista de la compañía Schlumberger. • La “inflación” sin fundamentos de recursos prospectivos en aguas profundas y ultraprofundas ha abierto la codicia de las transnacionales, incrementando las presiones al gobierno para tratar de justificar que nos “acompañen” en la explotación de dichos recursos prospectivos. Los argumentos presentados en contra de lo que se indica en el “Diagnóstico”, clarifican las causas y la problemática de Pemex Exploración y Producción, y por otra parte muestran el camino de lo que debe hacer en México. Conviene, eso sí, como lo hizo Brasil, que Pemex, el IMP y los centros de educación superior nacionales formen los recursos humanos y tecnológicos necesarios para que Pemex realice, sin “alianzas estratégicas”, “asociaciones”, “contratos de riesgo”, “contratos de servicios incentivados” o cualquier modalidad que injustificadamente ceda la renta petrolera a terceros que participen inconstitucionalmente, la explotación de nuestras reservas en aguas profundas y ultraprofundas.
2.2. REFINACIÓN
En cuanto a los contenidos del “Diagnóstico,” el G-17 establece lo siguiente: Es falso lo que el “Diagnóstico” dice en cuanto a que faltan tres reconfiguraciones, cuando en realidad sólo faltan las de la refinería de Salina Cruz, Oaxaca y la de Salamanca, Guanajuato, ya que la refinería de Tula, Hidalgo se terminó en 2004. Cabe comentar que el G17 estaría a favor de la reconfiguración de las refinerías de Salina Cruz y Salamanca, siempre y cuando no se eliMETAPOLÍTICA
104
núm. 60 | julio-agosto 2008
mine la producción presente ni futura de combustibles líquidos para producir electricidad. La refinación del petróleo es uno de los mejores negocios del mundo. Países como Japón, que no tienen petróleo, compran crudo y lo refinan. Se conocen las causas de por qué en México eso no sucede, pero los argumentos del “Diagnóstico” son omisos a este respecto. Es muy importante resaltar, y en alguna medida se concuerda con lo que se menciona en el “Diagnóstico”, que no debe perderse la integración de la cadena de valor de las actividades industriales de la refinación a cargo de Pemex, cuyos procesos consisten en el trasporte de petróleo crudo, la transformación industrial del petróleo, el transporte, la distribución, el almacenamiento y la comercialización de ventas de petrolíferos de primera mano; pero debido a que en el “Diagnóstico” no lo asienta contundentemente, el G-17 confirma que tales procesos deben estar a cargo exclusivamente de Pemex, tal como lo disponen los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la actual Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo y su Reglamento. En cuanto a lo que se afirma en el “Diagnóstico” en relación a los retos que tiene que enfrentar Pemex en muy corto plazo para garantizar el abastecimiento de gasolinas de importación para abastecer la zona del altiplano de la Republica Mexicana, se observa que este argumento está basado en premisas falsas, pues los volúmenes de gasolinas requeridos por las ciudades y poblaciones hasta el año 2020, quedarán cubiertos si se ejecuta y concluye el proyecto de inversión autorizado y actualmente en ejecución por Pemex para la modernización de la terminal marítima de Tuxpan, Veracruz y el poliducto Tuxpan-México. A diferencia de lo que se expone en el “Diagnóstico”, la consideración estratégica de la refinación en Pemex se afectó por la falta de inversiones suficientes en los últimos veinte años, lo que ocasionó que se tengan que importar gasolinas, y que por las políticas erróneas de los diversos titulares del Ejecutivo federal, que impusieron por encima de todo lo demás el objetivo de maximizar el valor de los activos de hidrocarburos asignados a Pemex, se convirtió a México en un exportador del mejor petróleo crudo que posee, obligando a que las refinerías nacionales procesaran cada vez más una mayor cantidad de crudo pesado. Esta es la verdadera razón de las llamadas reconfiguraciones que se han realizado en las refinerías de Tula,
UN DIAGNÓSTICO FALLIDO l DEBATES
Cadereyta y Ciudad Madero, así como la que actualmente se encuentra en construcción en Minatitlán, y como queda de sobra demostrado: con las costosas reconfiguraciones de dichas refinerías, el incremento en la producción de gasolinas y diesel ha sido muy marginal en el abatimiento del déficit de las gasolinas. Debido a que el “”Diagnostico” sólo insinúa la opción de abrir inconstitucionalmente la participación de compañías privadas como productores independientes de refinados, el G-17 lanza una propuesta concreta de lo que podría hacer el Ejecutivo federal con voluntad política y sin necesidad de modificar la legislación. Los recursos de los excedentes petroleros bien podrían utilizarse en forma jerarquizada y con base a la experiencias de lo realizado en Pemex desde 1965 a 1984, cuyo periodo representó la mayor expansión de la industrialización del petróleo y gas, cuando las instalaciones se construyeron con un gran contenido de integración nacional en forma simultánea por etapas, concretando múltiples plantas de refinerías, de complejos de tratamiento de gas y petroquímicos, de plataformas marinas, puertos petroleros, terminales de almacenamientos y ductos submarinos y terrestres. En primer lugar se deberían construir nuevas refinerías, empleando los módulos conocidos como de “150 mil barriles por día de carga a la planta combinada”, con base en la utilización de crudo 100 por ciento maya, incluyendo plantas hidrotratadoras que servirían para producir combustibles limpios que reducirían sustancialmente la contaminación ambiental, incorporando también tratamientos de fondo de barril para optimizarlas. En segundo lugar, sería necesario programar las reconfiguraciones faltantes en las refinerías de Salina Cruz y Salamanca, para procesar sus residuales a fin de cubrir los faltantes nacionales de asfalto y lubricantes, sustituyendo las importaciones actuales. Como una consideración adicional, se informa que ahora que se puede desulfurar el diluente del residuo de vacío en la preparación del combustóleo, por lo que sería muy conveniente para el país que se obligara, mediante una política pública o una nueva legislación, a que la Comisión Federal de Electricidad lo utilice en algunas regiones del país de bajo impacto ambiental; esto permitiría reducir o incluso sustituir de inmediato las importaciones de gas natural. Estos dos pasos se deben hacer con la forma siguiente, en la cual Pemex, tiene una amplia experiencia:
1. La ingeniería se podría realizar con el apoyo del IMP y firmas de ingeniería nacionales, que pueden cubrir
perfectamente estas necesidades. Como en ocasiones anteriores, se comprarán las licencias de las ingenierías básicas de procesos con la tecnología de punta que se requiera. 2. El suministro de equipos y materiales, se po-
dría realizar mediante fabricantes de bienes de capital mexicanos, propiciando que vuelvan a abrir sus talleres, ya que este momento de altos precios del petróleo es el idóneo para reactivar las industrias de bienes de capital del país y crear fuentes de trabajo tan necesarias. 3. La construcción se podría realizar contratando las
obras con compañías mexicanas que empleen técnicos y obreros del país, utilizando materiales e insumos nacionales, bajo licitaciones que permitan su participación, evitando los mega proyectos llave en mano con compañías extranjeras, cuyos resultados han sido dañinos para el país. Para tal fin, deberán reestructurarse también los procedimientos de contratación con recursos propios de la empresa. 4. La dirección de estos proyectos deberá imperativamente estar a cargo del personal experimentado que está actualmente dirigiendo actividades similares en la refinería de Minatitlán y en las áreas de mantenimiento de los Organismos Subsidiarios, ejerciendo en este momento funciones diferentes para las cuales fueron capacitados.
CONCLUSIÓN PARA LA REFINACIÓN
Efectivamente, el reto que enfrenta Pemex en este momento es de grandes proporciones; similares a los que se superaron en tiempos pasados mediante el trabajo de los obreros, ingenieros y buenos administradores petroleros mexicanos comprometidos con el progreso de nuestro país. De ninguna manera se debe permitir la participación de capital privado para que intervenga directamente en la infraestructura de transporte y distribución por ductos, en el almacenamiento de petrolíferos de la cadena de refinación, y menos se debe tolerar el establecimiento de refinadores independientes, que después le venderán METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
105
DEBATES l GRUPO INGENIEROS PEMEX CONSTITUCIÓN DEL 17 los refinados a Pemex para que éste el los distribuya, en forma análoga al pésimo negocio que actualmente esta haciendo la CFE a costa de la Nación. El problema del diagnóstico es que el sector petrolero, en particular el de refinación, se analiza como una unidad separada de la generación eléctrica, buscando únicamente la mayor rentabilidad del sector refinación, con lo que lógicamente los resultados son radicalmente distintos a los que se obtendrían analizando el sector refinación-generación eléctrica integrado, como es su naturaleza.
2.3. PETROQUÍMICA
El G-17 observa que en el diagnóstico detallado la SENER y Pemex admiten que las ventas de producción de petroquímicos bajaron de 1998 a 2007 en 1.8 millones de toneladas, que ya es bastante malo, pero no menciona que las importaciones de petroquímicos por el país —incluyendo a particulares— aumentaron considerablemente. La baja producción de petroquímicos es una consecuencia de las políticas del Ejecutivo federal, aplicadas en detrimento de los intereses nacionales. La ley permite a los particulares invertir al 100 por ciento en la mal llamada “petroquímica secundaria”, no como dice el “Diagnóstico”: que permite la “posibilidad de que los particulares participen”. Los particulares no han invertido; estos son hechos que demuestran el fracaso de privatizar sectores de la industria petrolera. En cuanto a lo que dice el “Diagnóstico” de que la irregular división de petroquímica básica y secundaria ha dificultado el poder garantizar el abasto de materias petroquímicas a la petroquímica secundaria”, el G-17 señala que el problema de esta situación, y que es seguramente la más importante, está relacionado con los “precios de transferencia” a los que Pemex Exploración y Producción y Pemex Gas y Petroquímica Básica venden materias primas a Pemex-Petroquímica. Con los precios interorganismos impuestos a Pemex, ninguna actividad petroquímica en el mundo puede ser rentable. Esta es la razón del fracaso del proyecto “Fénix”, en el que los potenciales inversionistas privados expresaron claramente que con los precios de transferencia con que opera Pemex-Petroquímica, las rentabilidades de las plantas del proyecto Fénix no serían positivas. Es decir, a Pemex-Petroquímica se le está obligando a operar con números rojos. METAPOLÍTICA
106
núm. 60 | julio-agosto 2008
Recientemente se anunció el replanteamiento de un nuevo proyecto Fénix, en el que los privados invertirían solamente si obtienen precios de materias primas inferiores a los que obtiene Pemex Petroquímica de las otras subsidiarias de Pemex. El presidente Felipe Calderón ya anunció que se darán facilidades a la iniciativa privada en el suministro y precios de materias primas. Se obsequia a externos lo que se niega a las entidades propias de Pemex. Debe terminarse con esta absurda situación de precios de transferencia basados en la referencia del mercado del sur de Estados Unidos al volver a reunificar a Pemex en una sola organización, para que se analice toda la cadena productiva de manera integral y no en segmentos por separado, como bien dice el diagnóstico detallado…”la segmentación de la cadena……ha frenado la producción”. Pemex debe retomar la obligación de producir petroquímicos mientras sean hidrocarburos, tal como lo ordena la Constitución, y eliminar la participación privada en este sector, ya que fehacientemente se ha demostrado que históricamente no han invertido; sólo han colocado en el mercado nacional la producción de sus plantas en el extranjero, por lo que la industria petroquímica nacional y la de transformación industrial en general han resentido los efectos negativos de esta política de Estado. El G-17 observa grandes inconsistencias en lo expresado en el “Diagnóstico”, ya que se propone dar precios competitivos a los privados, pero no se propone reactivar la capacidad ociosa de producción de fertilizantes en donde antes éramos exportadores y ahora somos importadores, mientras que las plantas existentes están paradas. A nuestro juicio, la versión oficial es falsa porque aduce que no son competitivas con los precios del gas actuales. Por lo que el G-17 se pregunta: ¿por qué para los privados si se consideran “precios competitivos”, pero para Pemex Petroquímica no? Los fertilizantes son productos vitales para la seguridad alimenticia de la Nación. ¿Por qué siguen ociosas las plantas de amoniaco de Cosoleacaque, Salamanca y Camargo? El diagnóstico detallado no indica las verdaderas causas. A este respecto, no cabe el pretexto de obsolescencia; una planta idéntica a las de Cosoleacaque, que no se instaló en México a pesar de que se adquirió todo el equipo, se le vendió a China y actualmente está operando. Estas decisiones absurdas que no se incluyen en el “Diagnóstico” deberían de ser aclaradas por la SENER y Pemex. Q
La otra reforma: EL FISCO Y EL SINDICATO Armando Román Zozaya*
D
esde hace tiempo, los mexicanos nos encontramos atrapados en un crucial debate: qué futuro queremos para Petróleos Mexicanos (Pemex). Justo en estos días en el Senado de la República se está discutiendo la propuesta de reforma energética —esta propuesta se trata, sobre todo, de una serie de modificaciones legales que impactarían directamente a Pemex— que el presidente Felipe Calderón hizo llegar al Congreso de la Unión semanas atrás. Los temas que se están debatiendo en el Senado cubren casi todo lo que es necesario analizar. No obstante, dos cuestiones de gran relevancia se han quedado fuera de la discusión: la política fiscal —no nos referimos al régimen fiscal de Pemex sino a la política fiscal como tal— y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Al discutir Pemex, la política fiscal es de gran y particular importancia, porque dicha empresa provee una parte sustancial de los ingresos del sector público mexicano; sin Pemex o con un Pemex mermado, las autoridades mexicanas contarían con considerablemente menos recursos que al día de hoy, lo que significaría, por ejemplo, menos gasto social y menor creación de empleo. Así, la discusión sobre la energía y sobre Pemex tiene que estar vinculada, necesariamente, a la cuestión fiscal. De otra manera, se trata de un ejercicio incompleto.
Profesor-investigador en la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Anáhuac México Norte; editorialista de Excélsior y comentarista de Cadena 3 Noticias. Correo electrónico: armando. roman@anahuac.mx. Agradezco a Karla Vera, mi asistente de investigación, por la ayuda que me brindó durante la elaboración del presente artículo.
En cuanto al STPRM, la situación es similar: no se puede conversar en serio sobre una reforma a Pemex sin poner en la mesa el tema de su sindicato. Y es que incluso si éste no es la fuente de corrupción y saqueo que muchos dicen es, los compromisos de la empresa con él —insistimos: nos referimos al terreno estrictamente legal— hacen de ésta una maquina oxidada, ineficiente, etcétera. De esta forma, si de lo que se trata es de que Pemex se fortalezca y mejore, es imprescindible replantear la relación entre la empresa y el STPRM. Por ello mismo, dialogar sobre una reforma a Pemex dejando de lado el tema de su sindicato es poco productivo. En el presente texto no vamos a discutir, entonces, el contenido de la reforma energética sino lo que creemos debería acompañarle, dos temas vitales: el fisco y el STPRM.
LA RELEVANCIA DE PEMEX EN EL TERRENO FISCAL
Por razones que discutiremos más adelante, el gobierno mexicano es uno de baja capacidad recaudatoria. Para ilustrar lo anterior, consideremos que, según datos disponibles en la página de internet de la Secretaría de Hacienda, los ingresos del sector público atribuibles al cobro de impuestos —los ingresos tributarios— en el período 2000-2007, promediaron cerca del 9.5 por ciento del promedio interno bruto (PIB) (sin incluir la seguridad social, la cual representa 1.3 puntos porcentuales de dicho producto), mientras que los ingresos petroleros rondaron el 8 por ciento: lo recaudado es tan sólo 18 por ciento más de lo que Pemex genera. Si a esta inforMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
107
DEBATES l ARMANDO ROMÁN ZOZAYA mación añadimos que la totalidad de los ingresos del mencionado sector en el período indicado promedió el 23 por ciento del PIB, tenemos entonces que 33 por ciento de dicho total (8 puntos porcentuales de 23) provienen de Pemex; si esta empresa decae, México también lo hará, ya que, con el actual sistema fiscal, las autoridades perderían una buena parte de su margen de maniobra, cuestión que se traduciría en menos gasto gubernamental, menos empleo generado por el gobierno —tanto directa como indirectamente—, menos recursos para la política social, para la seguridad pública, etcétera. En un país en el que de por sí se recauda relativamente poco —el promedio de los países de la OCDE supera el 30 por ciento del PIB y, en algunos casos, como el de los países nórdicos, está por arriba del 45 por ciento—, lo peor que puede pasar es que la principal fuente de ingresos de la autoridad se diluya (y, por supuesto, que lo recaudado, sea lo que sea, se utilice mal). Se dirá que aunque México es parte de la OCDE, no es apropiado compararlo con los miembros de esta organización: todos ellos son más ricos, cuentan con instituciones más sólidas, etcétera. Muy bien; consideremos, entonces, los siguientes datos: de acuerdo con la CEPAL, Chile recauda por vía directa 8.2 por ciento de su PIB, Argentina 8.5 por ciento, Brasil 11.2 por ciento y Venezuela 3.5 por ciento; México recauda 5 por ciento. Esto quiere decir que nuestro país está muy por debajo de naciones similares: pareciera que a la par de todo lo bueno que nos ha traído el petróleo, también ha resultado que nos hemos acostumbrado a tener un sistema fiscal débil. De hecho, no sorprende que Venezuela esté incluso peor que México puesto que ahí, como aquí, el petróleo permite que la autoridad no se sienta obligada a hacer un esfuerzo recaudatorio importante.1 El punto es, pues, que al hablar de Pemex no se debe dejar de lado lo fiscal, sobre todo desde la perspectiva de los ingresos (pero también de la de los gastos, cuestión sobre la que discutiremos más adelante).2 En concreto, es necesaMientras que en México los ingresos petroleros representan 8 por ciento del PIB, en Venezuela se ubican por arriba del 10 por ciento. Además, durante la década de los noventa llegaron a constituir hasta el 70 por ciento de los ingresos totales del gobierno venezolano (al menos eso es lo que se reporta en República Bolivariana de Venezuela, 2002, única fuente que nos fue posible encontrar para revisar al detalle los ingresos de las autoridades de Venezuela). 2 Para una descripción al detalle de las contribuciones de Pemex al fisco, es decir, de cada uno de los impuestos que Pemex paga al gobierno, véase Caballero (2008). 1
METAPOLÍTICA
108
núm. 60 | julio-agosto 2008
rio que el país deje de depender del petróleo o que, en todo caso, ya no utilice los recursos que de él provienen como su sostén principal sino como un extra: ¿cómo sería México si, sin contar a Pemex, se recaudara arriba del 30 por ciento del PIB? Pongámoslo así: ¿qué tipo de país sería el nuestro si lográramos recaudar por encima de ese 30 por ciento y, además, contáramos con los 8 puntos porcentuales que aporta Pemex?, ¿con qué red de transporte contaríamos, con qué universidades, escuelas, hospitales, etcétera?, ¿qué pasaría con las inversiones que Pemex requiere en términos de exploración, construcción de refinerías, etcétera, si, sin esa empresa, se recaudara, digamos, el 25 por ciento del PIB?, ¿acaso no se facilitaría la modernización misma de la empresa? Insistamos: ¿qué tipo de país sería México si recaudara más…y los recursos se utilizaran eficientemente, claro?
EL PROBLEMA DE LOS INGRESOS
De acuerdo con algunos cálculos (Flores et al., 2005), alrededor de 11 millones de mexicanos trabajan en la economía informal, por lo que no pagan ISR. Es evidente que la autoridad tendría que asegurarse de que todos estos individuos se incorporen al patrón de Hacienda y paguen impuestos. No obstante, hay quienes argumentan que esto sería contraproducente, puesto que cerca del 80 por ciento de los mencionados —11 millones de personas— gana menos de cuatro mil pesos al mes (Flores et al., 2005); en vez de contribuir al fisco, terminarían por “tomar” de él, dados los créditos al salario y otros subsidios. Sin embargo, también hay que considerar lo siguiente: …aún cuando el sector informal no aporte recursos tributarios significativos, es posible que la relación de este [sic] con el sector formal de la economía de [sic] lugar a una importante evasión en el pago de impuestos…en la medida que el sector informal –al interactuar en la compra y venta de bienes y servicios con la economía formal– facilite la evasión de impuestos del sector formal, es posible que tanto el registro como una mayor fiscalización del sector informal generen importantes ingresos tributarios de manera indirecta.(Tijerina y Medellín, 1999, p. 2)
De hecho, dichos autores presentan evidencia que permite apreciar que, en diferentes países, entre más grande es el sector informal, menor es la recaudación
LA OTRA REFORMA l DEBATES
fiscal. Aunado a lo anterior, hay que enfatizar que incluso si sólo 20 por ciento de quienes componen la parte informal de la economía están en posición de pagar impuestos, deberían hacerlo; es lo justo y es necesario. Además, evidentemente hay sectores de la economía informal que son muy rentables y que, por lo tanto, valdría la pena fiscalizar: el comercio al por menor, los servicios de reparación y los restaurantes (Flores et al., 2005). Vale subrayar que esto no sólo ayudaría al fisco sino también a la seguridad social, cuestión que no podemos soslayar: cada peso que estos sectores paguen a Hacienda y/o al IMSS es un peso que Pemex no tiene que proveer o que puede ser utilizado para algo más. Para complementar lo señalado, no olvidemos que, como ya comentamos, los ingresos tributarios directos del gobierno mexicano no superan el 6 por ciento del PIB. Si a eso añadimos el 1.3 por ciento que representan las contribuciones a la seguridad social, entonces tenemos que 75 por ciento de la población ocupada –la parte de ésta que es formal– contribuye directamente al fisco con menos del 7.5 por ciento del PIB, una cifra poco considerable si tomamos en cuenta que estamos hablando de tres cuartas partes de las personas que están trabajando y generando ingresos formalmente. Pero ahí no termina el asunto pues México recauda, en total, un poco menos del 11 por ciento de su PIB vía ingresos tributarios —incluye seguridad social—, lo que significa que la recaudación directa ronda el 6 por ciento y la indirecta, que es más difícil de evadir que la directa y se supone impacta a prácticamente toda la población que participa en los mercados —por ejemplo, vía el IVA, el cual representa 42 por ciento de los ingresos tributarios del gobierno—, no es mayor al 5 por ciento. En otras palabras, dado el tamaño de su economía –dentro de las primeras 15 del mundo– y dado el tamaño de su población, México recauda muy poco, lo que es un problema para el desarrollo del país, y representa una injusticia porque, si bien no todos los mexicanos que están en la economía informal podrían –de acuerdo con nuestro actual sistema fiscal– contribuir al fisco directamente, 20 por ciento de ellos sí estarían en condiciones de hacerlo. Además, como ya mencionamos, la informalidad genera que la recaudación en sí sea menor inclusive si quienes son informales no son afluentes. La situación fiscal mexicana es resultado de la poca capacidad del fisco para llegar a todos los individuos que generan ingresos, de la evasión fiscal que cometen quienes “sí” cubren sus impuestos y, por supuesto, de
las propias circunstancias económicas del país: en términos de PIB/cápita, México está lejos de ser un país rico; de los mexicanos pobres —15 millones de personas viven en pobreza extrema— no se puede esperar que paguen impuestos. Este problema está vinculado a otro: la desigualdad. Según la Secretaría de Hacienda, el decil X de la población tiene como ingreso promedio 66 mil 321 pesos mensuales por persona, lo que equivale a 28 por ciento del ingreso generado en el país, mientras que el decil I sólo 6 mil 454, equivalente a 2.7 por ciento de dicho ingreso, es decir, hay una diferencia de más de diez veces entre el uno y el otro (Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 2006) (por citar dos puntos de comparación, mencionemos que en el Reino Unido, nación sumamente desigual en el contexto de los países avanzados, la diferencia es de 5 veces, y en Alemania de 4). Esto refuerza lo que ya veníamos diciendo: la abrumadora mayoría de las personas que están en la economía informal —recordemos que 80 por ciento de ellas ganan menos de 4 mil pesos al mes— es parte del decil I: se trata de los mexicanos que menos ingreso generan y, por ello mismo, son los que menos impuestos deberían pagar, como sería el caso si se incorporaran a Hacienda. Pero si tomamos en cuenta a los deciles VIII, IX y X, tenemos que, entre los tres, cuentan con 53.5 por ciento del ingreso; los individuos ubicados en estos deciles son, sin lugar a dudas, quienes más impuestos deberían pagar. De hecho, esa es la situación: estos tres deciles sí pagan más que los demás puesto que contribuyen con 93.3 por ciento del total del ISR recaudado. Sin embargo, en términos de incidencia, el ISR representa 17 por ciento del ingreso bruto del decil X, 11 por ciento del decil IX y 7.2 por ciento del decil VIII (Secretaría de Hacienda, 2006, p. 19); definitivamente, las familias ubicadas en estos deciles, incluso si ya son las que más pagan, tienen que contribuir todavía más, lo cual es necesario dado que ellas son –insistamos– quienes tienen más de la mitad del ingreso del país. Las medidas precisas para lograrlo tendrían que ser discutidas y analizadas, claro, pero tal vez sería posible que, por ejemplo, al comprar un auto de lujo el comprador pague más impuestos que ahora, o que al consumir en un restaurante de alto nivel se cobre un impuesto especial, etcétera. Estas son sólo sugerencias; el punto es, en todo caso, que es necesario que, por lo menos, dialoguemos sobre la posibilidad de que quienes generan más ingreso paguen más impuestos que al día de hoy. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
109
DEBATES l ARMANDO ROMÁN ZOZAYA Con relación al IVA, es importante destacar que son también los deciles VIII, IX y X los que más contribuyen al mismo: 64 por ciento del total de lo recaudado vía este impuesto. Sin embargo, también es verdad que, dado que algunos productos están exentos del mencionado gravamen, el subsidio implícito que esto conlleva beneficia más a las familias que más ingresos generan (Secretaría de Hacienda, 2006, p. 24). Esto quiere decir, de nuevo, que hay espacio para redefinir la situación; quienes más tienen más deben pagar. Por ejemplo, los bienes de lujo podrían estar gravados con un IVA superior a la tasa general. ¿Y por qué no considerar que quienes más ganan no disfruten de exención alguna? No podemos dejar de mencionar que, apenas hace poco tiempo, se concretó una “reforma” fiscal. De hecho, se introdujo un impuesto nuevo –el IETU–, que se supone ayudará a evitar la evasión y a que se recaude más. Hasta el momento, este nuevo gravamen está funcionando adecuadamente pues, tan sólo en el primer trimestre de 2008, reportó una recaudación de 14 mil 200 millones de pesos, cifra que se ubica por encima de los 12 mil millones que se esperaban. Si se mantiene esta tendencia, el IETU habrá generado en todo el año alrededor de 60 mil millones de pesos, cantidad nada despreciable, pero muy lejana a los cerca de 450 mil millones que reportó el ISR en 2006 y 2007 (más de la mitad de lo recaudado vía impuestos tributarios), así como a los 380 mil generados por el IVA. Además, el IETU representa toda una maraña administrativa, tanto para el SAT como para los contribuyentes que tienen que cubrirlo (de hecho, a la fecha, muchos de ellos no saben si tienen que pagar IETU o ISR, o ambos). Asimismo, no está claro cuáles serán sus efectos sobre el crecimiento de la economía. Por un lado, están quienes sostienen que representa un aliciente para éste pues la tasa que cobra (16 por ciento; en unos años será el 17.5) es menor a la del ISR (28 por ciento). Además, permite que se deduzcan los gastos de inversión. Pero, por otro lado, están quienes opinan lo contrario: el IETU va a aniquilar a las pequeñas y medianas empresas pues éstas no invierten tanto como las grandes. Además, les perjudica mucho el hecho de que el IETU, al contrario del ISR, no permita deducir los salarios pagados.3 Queremos dejar claro que no estamos tratando de negar los beneficios de los ajustes fiscales que se han Este párrafo está basado en información proveniente de diversas fuentes periodísticas. 3
METAPOLÍTICA
110
núm. 60 | julio-agosto 2008
dado durante el presente sexenio –mencionemos, por ejemplo, que gracias a ellos se espera que el gobierno recaude alrededor de 2 puntos porcentuales más del PIB cada año, lo cual es útil y necesario– sino resaltar que no son la solución de largo plazo que nos hace falta; ésta pasa necesariamente, mas no exclusivamente, por la ruta que ya hemos dejado ver: 1 ) las personas que son parte de la economía informal y ganan lo suficiente para pagar impuestos deben hacerlo; es justo y hace falta; 2 ) estén en condiciones de pagar impuestos o no, es importante que los individuos que constituyen dicha economía se unan a la formal; esto podría generar mayor recaudación indirecta. Además, al estar todos los individuos dentro de la formalidad, será posible —y relativamente fácil— que quienes logren comenzar a generar ingresos suficientes para pagar impuestos, lo hagan, y 3 ) hay que considerar la posibilidad de que los individuos que más ingresos generan paguen más impuestos, es decir, más que en la actualidad. Por último, vale subrayar que, más allá de si las sugerencias aquí presentadas, así como las que se introducirán en las secciones siguientes, son o no adecuadas, lo que deseamos resaltar es que, al hablar de Pemex, es imprescindible incluir la cuestión fiscal. Y es que mejorar la recaudación haría posible que esa empresa cuente con más recursos propios para invertir y modernizarse. Igualmente, nos permitiría contar con servicios públicos de mayor calidad, cuestión que, al menos en teoría, es necesaria para lograr más y mejor crecimiento económico, lo que a su vez haría posible que cada vez más personas contribuyan al fisco y se cree un círculo virtuoso que, poco a poco, nos ayude a progresar, incluso si, algún día, Pemex se nos llegara a acabar.
EL PROBLEMA DEL GASTO
Como ya hemos visto, México es un país con baja capacidad recaudatoria (por eso Pemex es tan relevante). De esta manera, lo sensato sería que los mexicanos seamos cuidadosos con nuestros gastos, es decir, que el gobierno supiera aprovechar al máximo cada peso que tiene a su disposición. ¿Es ese el caso? Hace unos días, un periódico de circulación nacional reportó lo siguiente: Al margen de las prestaciones que tienen relacionadas con los alimentos, los diputados gastan en promedio un millón de pesos al mes en comidas para comisiones,
LA OTRA REFORMA l DEBATES
comités, Junta de Coordinación Política, Mesa Directiva y órganos administrativos… Además de su salario de casi 150 mil pesos mensuales y vales por 3 mil pesos, los diputados reciben vales de comida canjeables en los tres restaurantes de San Lázaro por 500 pesos a la semana. A estas prestaciones se suman presupuestos internos para la organización de comidas, también con servicio de los restaurantes que hay dentro de las instalaciones legislativas…. las comodidades de alimentos que tienen los diputados se suman los servicios de cada bancada. PRI, PAN y PT cuentan con sus propias cocinas, chefs y meseros. El cocinero venezolano del PT es reconocido entre los legisladores por sus platillos y conocimiento de los vinos. (Merlos, 2008) Ahora bien, de acuerdo con el INEGI, el ingreso medio de una familia mexicana no supera los 10 mil pesos al mes. Esto significa que un diputado gana 15 veces los ingresos promedio de toda una familia. En otros países, por ejemplo el Reino Unido, un miembro del Parlamento no recibe como pago ni siquiera 4 veces los ingresos de un hogar típico. De hecho, no hay un solo país considerado avanzado en el que ocurra algo similar a lo que ocurre con los diputados mexicanos. Y lo mismo vale para los gobernadores y los funcionarios de alto nivel, tanto en los estados como en la federación. Pero más allá de los salarios exorbitantes de muchos funcionarios, no podemos dejar pasar todos los gastos “paralelos” a éstos, de los cuales la nota periodística ya citada da buena cuenta: ¿es en verdad necesario que un legislador que cobra lo que cobra además reciba vales, comidas gratis, etcétera? Pongámoslo en perspectiva: una familia beneficiaria de Oportunidades recibe 510 pesos al mes —630 a partir de julio de 2008—: una familia. Además, hay millones de mexicanos que no tienen acceso a servicios de salud, pensiones, educación, vivienda digna, electricidad, agua potable y alcantarillado, seguridad pública y jurídica, etcétera. ¿En serio no es prudente preguntarnos si está bien que el erario gaste tanto en sus funcionarios al mismo tiempo que millones de personas sufren de carencias vitales? Evidentemente, no por reducir los salarios de los servidores públicos, así como sus otros dispendios, se van a resolver los problemas de México, pero, ¿eso justifica que la administración pública gaste como lo hace? Cuando se desperdicia parte de lo poco que se tiene, no hay sistema fiscal que aguante, mucho menos si se trata de uno que recauda poco y depende de un recurso no renovable, como es nuestro caso. Además, ¿qué
mensaje se le envía a la población de parte de la autoridad, es decir, qué le está diciendo un gobierno que dilapida recursos, para que los funcionarios la pasen bien, a la sociedad que gobierna?, ¿qué tipo de vínculo ciudadano-autoridad se produce cuando hay millones de personas en la miseria a la par de que los servidores públicos se dan una vida llena de lujos a las costillas de la sociedad?, ¿en verdad será posible que algún día creemos conciencia ciudadana, especialmente que entendamos la importancia de pagar nuestros impuestos, cuando vemos lo que la autoridad hace con parte de ellos?, ¿podemos hablar de una reforma petrolera, de una fiscal, etcétera, sin detenernos a pensar en qué estamos gastando y cómo? Como decíamos hace unas líneas, cada familia beneficiaria de Oportunidades recibirá mensualmente 630 pesos en efectivo (como los precios de los alimentos se están incrementando, el gobierno ha decidido que el apoyo que brinda ese programa también lo haga). Dado que estamos hablando de cerca de 5 millones de hogares, el monto total anual de la transferencia en cuestión es de 37 mil 800 millones de pesos. A la par de lo anterior, el gobierno federal, a partir del presente, va a utilizar más de 200 mil millones de pesos cada año para subsidiar el consumo de gasolina y diesel. En otras palabras, para los más pobres 37 mil 800 millones y para las clases medias y altas, que son las que más gasolina consumen, 200 mil. ¿Es esta una distribución prudente de una parte del gasto gubernamental?, ¿es adecuado utilizar el dinero de todos para subsidiar parte del consumo de quienes más tienen? Podríamos seguir presentando ejemplos de cómo el gasto gubernamental no es necesariamente el más eficiente ni el más productivo posible, pero los ya comentados bastan para ilustrar lo que queremos transmitir: si vamos a discutir una reforma energética/petrolera, es imprescindible que, en paralelo, dialoguemos sobre cómo cobramos impuestos y cómo los usamos. De otra forma, no estamos atacando el problema de manera integral.
EL SINDICATO DE PEMEX
Así como es necesario considerar la cuestión fiscal a la hora de discutir Pemex, es también importante tener en cuenta otro tema: su sindicato. Aquí no nos interesa discutir si el sindicato está o no involucrado en corruptelas –dicho sea de paso, todo METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
111
DEBATES l ARMANDO ROMÁN ZOZAYA parece indicar que lo está; por eso el Pemexgate, por ejemplo– sino el hecho de que, aun dentro del marco de la ley, el STPRM absorbe por lo menos una parte de lo que Pemex genera, es decir, se trata de recursos que no llegan al gobierno federal y, por lo tanto, tampoco al país, pero que tampoco son utilizados por Pemex para ser invertidos. Estamos hablando, entonces, de millones y millones de pesos que se supone son de todos los mexicanos, pero que se quedan en manos de los trabajadores afiliados al STPRM. De acuerdo con el Contrato Colectivo de Trabajo Pemex-STPRM 2007-2009, estas son algunas de las prestaciones que disfrutan los trabajadores de la industria petrolera: 1) bastan 2 años de antigüedad en la empresa para obtener un crédito hipotecario —Pemex lo tramita ante alguna instancia financiera en nombre del trabajador— a una tasa de interés de 4 por ciento anual; la diferencia entre esta tasa y la que realmente cobra la instancia en cuestión la cubre la empresa; 2) a la hora de comprar su vivienda, o ampliarla, el trabajador recibe 90 mil pesos para ayudarle con los gastos que esto conlleva; 3) los trabajadores de Pemex tienen derecho a comprar una cierta cantidad de litros de gasolina al mes con un descuento del 50 por ciento. Igualmente, reciben 135 kilos de gas doméstico sin costo alguno; 4) además de su salario, cada trabajador percibe 2 mil 64 pesos mensuales para gastos de canasta básica; 5) Pemex aporta cada mes 30 por ciento del salario del trabajador al fondo de ahorro para el retiro de éste, y 6) las empresas que Pemex contrata —los contratistas— se ven obligados a utilizar trabajadores sindicalizados, es decir, no pueden trabajar dentro de las instalaciones de Pemex a menos de que lo hagan con personal que ya es de la empresa y que está afiliado al sindicato Si Pemex y el petróleo son de la nación, ¿por qué nuestros legisladores todavía no han pasado una ley que diga que toda persona puede disfrutar de una hipoteca de bajo costo con la ayuda de la empresa?, ¿por qué no se establece que, cuando compremos una casa, Pemex nos regale 90 mil pesos para gastos asociados a la compra?, ¿a partir de cuándo se nos va a dar gasolina a mitad de precio y gas gratis, más 2 mil pesos para canasta básica? Pero de lo que hemos mencionado, lo más grave es el hecho de que los contratistas tienen que utilizar trabajadores afiliados al sindicato. ¿Esto significa que, asumiendo que la propuesta del presidente Calderón fuera aprobada, le vamos a decir a los probables socios de PeMETAPOLÍTICA
112
núm. 60 | julio-agosto 2008
mex que no les queda más remedio que someterse al STPRM?, ¿y qué tal si la razón por la que los contratistas que pudieran llegar en el futuro son rentables está dada por el hecho de que sus costos laborales son menores a los de Pemex? El problema indicado en el párrafo previo es sólo uno de los muchos que tornan ineficiente a Pemex. Por ejemplo, existe un manual de operaciones —de hecho, en Pemex abundan los manuales de todo tipo—, el cual nunca pudimos encontrar, en el que se le indica a los contratistas cómo trabajar. Tenemos entendido que en dicho manual, se especifica lo que pueden y no pueden hacer dichos contratistas, cuestión plenamente ligada a lo que el sindicato considera “adecuado”. Por mencionar una circunstancia concreta: en el manual se establece qué proveedores deben ser contratados por los contratistas con los que Pemex trabaja, incluso si se trata de proveedores que venden más caro que otros. ¿Y esto por qué importa? Porque además de que se obliga al contratista a adquirir sus insumos de proveedores caros, éstos, a su vez, “gratifican” al sindicato por permitirles tener acceso a Pemex, es decir, a final de cuentas, es el sindicato, y no Pemex el que “orienta” el trabajo de los contratistas. Además, evidentemente, esto implica que el sindicato se está haciendo de recursos de manera, por decir lo menos, más que cuestionable. Lo mismo vale para los proveedores.4 ¿Le vamos a decir a los inversionistas privados que, porque así lo dice un determinado manual, tienen que hacer lo que el sindicato exija? Está más claro que el agua: no habrá reforma a Pemex que funcione si no incluye una redefinición del vínculo entre la empresa y el sindicato, si no estipula que hay que investigar a los líderes de éste —algo que, obviamente, se tendría que hacer con reforma o sin ella pues sobran los indicios de que están metidos en corruptelas (si no lo están pues qué bien, pero, es necesario deslindar responsabilidades)— y si no toma en cuenta que es importante analizar la viabilidad de que los trabajadores petroleros continúen disfrutando de los enormes beneficios con los que cuentan: si Pemex es de todos, no se vale que quienes ahí laboran gocen de lo que gozan; lo están haciendo con recursos de México, Obtuvimos esta información gracias a una entrevista con un exfuncionario de alto nivel de Pemex. Su validez es la de la palabra del funcionario en cuestión, de la cual no dudamos. Vale aclarar que, si bien pudimos encontrar muchos de los manuales que se utilizan en la empresa, no dimos con el que estamos comentando: ¿será casualidad? 4
LA OTRA REFORMA l DEBATES
con recursos que no son de ellos, ni de su empresa, sino de la sociedad; así es como tienen que ser concebidos dichos recursos y, por lo tanto, esto es lo que hay que tener en cuenta a la hora de darles destino. Además, cada peso que el sindicato deje de absorber estará disponible para otros fines.
DOS PROBLEMAS PENDIENTES
¿Por qué la cuestión fiscal y el STPRM no están considerados en el debate correspondiente? Si se comienza a hablar de la política fiscal a la par que se habla de Pemex, eventualmente se llegará a la conclusión de que hay gastos del sector público que son, por decir lo menos, cuestionables en cuanto al monto que representan. En particular, nos referimos a todos aquellos que son para los partidos políticos, para los funcionarios, etcétera. Así, no hay incentivos ni para la oposición ni para el gobierno para discutir estos temas. De igual forma, en el momento que se toca el tema fiscal, de inmediato surge la cruda realidad: las autoridades no son capaces de fiscalizar a toda la ciudadanía; por eso el asunto de la economía informal y su enorme magnitud: ¿el gobierno mismo va a reconocer su total incapacidad para formalizar a más de 10 millones de mexicanos? Aunado a ello, discutir lo fiscal implica que, tarde o temprano, se tiene que plantear esta cuestión: dado que muchos mexicanos son pobres, los pudientes tienen que pagar más impuestos: ¿estará dispuesta la clase política a absorber el costo electoral que una medida como la sugerida conllevaría? Con relación al sindicato, nos parece que nadie lo menciona porque hay temor. No nos referimos a que
haya temor de que los líderes procedan violentamente en contra de alguien en particular, sino a que lo hagan en contra de la sociedad, en compañía de otros sindicatos, grupos radicales, etcétera: toma de calles, protestas masivas, paralización de Pemex mismo. No seamos ingenuos: en el momento que se plantee que hay que evaluar los beneficios del sindicato, su relación con Pemex, su vida interna —así como la de otros muchos sindicatos—, etcétera, se nos vendrá encima un grave conflicto. Pero tarde o temprano habrá que encarar el problema. Además de lo anterior, es evidente que el STPRM le sabe muchas cosas de muchas personas, sean éstas priistas, panistas, perredistas, etcétera: ¿si los líderes sindicales sienten que pueden perder sus privilegios, o por lo menos parte de éstos, se van a quedar callados?, ¿no buscarán defenderse de cualquier manera posible?, ¿no podrían acusar, y demostrar, que ha habido corrupción por parte de funcionarios y exfuncionarios de Pemex, políticos, empresarios, etcétera?, ¿a cuántos de nuestros actuales legisladores, exlegisladores, políticos en general y demás no les conviene tener un conflicto con Romero Deschamps y el sindicato petrolero? Como hemos visto, Pemex es, en gran medida, el alma de la nación: si no hay Pemex, no hay ingresos públicos suficientes y padeceremos todo lo que esto significa. Por eso, es urgente que la empresa esté sana pero también que comencemos a discutir cómo quitarnos la Pemexdependencia que nos aqueja; hay que debatir sobre, y actuar con relación a, la cuestión fiscal: quiénes y cómo pagan impuestos, en qué gastamos el dinero público, etcétera, son temas cruciales para el futuro de Pemex y de México. Lo mismo vale para el papel del STPRM: a ver, pues, para cuándo. Q
REFERENCIAS Caballero, E. (2008), “Ingresos petrolizados”, Voz y Voto, núm. 180, marzo. Flores, D. et al (2005), “El sector informal en México: medición y cálculo para la recaudación potencial,” Ciencia UANL, Vol. VIII, núm. 4, octubre-diciembre. Merlos, A., (2008), El Universal en línea, 1 de junio. República Bolivariana de Venezuela, (2002), Ingresos Fiscales 2001, Ministerio de Finanzas, Oficina Central de Presupuesto.
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2006), “Distribución del pago de impuesto y recepción del gasto público por deciles de hogares y personas. Resultados para el año 2006”, disponible en la página web de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público http://www.shcp.gob.mx Tijerina Guajardo, A. y A. Medellín Ruiz (1999), El tamaño del sector informal y esfuerzo fiscal en nivel internacional, Documento de Investigación núm. 7, Centro de Análisis y Difusión Económica.
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
113
UNA TEMPORADA FLOTANTE
BREVIARIO DE
urbanidad Luigi Amara* A partir del gruñido animal se originó la risa, en la que todavía es audible un eco de crueldad.
Burlarse de la estupidez humana termina por entristecernos, pero en todo momento nos debilita y envilece.
Censuramos sobre todo aquello que no tenemos el talento o el valor de realizar.
Debemos cuidarnos de quienes nos alaban con el único
Hay en el oído humano un sentido milimétrico de la tardanza que hace que la risa a destiempo se convierta en un espasmo o bien distraído o bien sardónico —a veces estrafalario—, pero casi siempre idiota.
Interlocutores imbéciles son una ofensa que despierta y acaso justifica nuestra maldad.
Jamás hay que mostrarse comprensivo frente a la exas-
fin de, más adelante, reprocharnos nuestra ingratitud.
peración de los otros. La tolerancia, en tales casos, suele entenderse como una provocación.
El desprecio, mucho más que el insulto o el sarcasmo,
Kamikazes, simples kamikazes, no otra cosa son esos
cae como una piedra en las aguas de la conciencia produciendo una infinidad de ondas.
Falsos
elogios que nos lanzamos los unos a los otros como papas calientes que nunca han de tocar el suelo.
Guantes que adoptan por sí solos posturas insolentes. * Ciudad de México, 1971. Poeta, ensayista y editor. Tal vez escriba y lea porque esas son dos de las actividades más asequibles que permiten estar con uno mismo. Otra, más elemental, según dice un aforismo de Luigi, es el tedio, un columpio exasperante cuya sombra se parece a la guillotina. http://www.tumbona.blogspot.com METAPOLÍTICA
114
núm. 60 | julio-agosto 2008
dardos de buenos propósitos con los que uno se aguijonea al comienzo de cada día y al final de todos los años. Una hilera de buenos propósitos dispuestos a morir por una causa hace tiempo perdida.
La resignada, miserable y obscena mueca de enajenación
con la que los hombres tachan como una pérdida de tiempo las horas que han dedicado a estar consigo mismos.
Mr. Hyde también se mira en el espejo: pasa la noche en vela
ocultando con costras y mechones cualquier signo de debilidad, cualquier asomo de arrepentimiento o de mesura.
BREVIARIO DE URBANIDAD l SOCIEDAD SECRETA
Nueve de cada diez veces que mentimos lo hacemos porque nuestras anécdotas no están a la altura de la idea equivocada que tenemos de nosotros mismos.
Ñoñerías crueles son todos esos halagos que decimos por compromiso y por temor a ofender. Mucho más piadoso es el golpe artero, la crítica implacable que corta de tajo esa cabeza que amenazaba con convertirse en una hidra fastidiosa por culpa de jueces pusilánimes. Observar de reojo es, curiosamente, la forma suprema de la atención.
Por timidez, más que por indignación o por afán de
befa, es que muchas veces nos vemos arrastrados a la majadería.
Quién
puede acostumbrarse a la idea de que alzarse de hombros se haya convertido en un gesto crítico y contestatario.
Reverencias, amabilidad y cortesías, llevadas al límite, no se distinguen de la burla.
Sólo
en manos delicadas surten efecto los ademanes obscenos.
Tiempos presurosos los de hoy, en que las mujeres no tienen ni la cortesía de ser groseras.
Un solo imbécil que hace gala de suficiencia y altanería
basta para que el planeta se empequeñezca un poco en el desierto del cosmos.
Vanas lisonjas las que nacen del entusiasmo y la efusividad; de nada valen al lado de los murmullos que son fruto del pesar y de la envidia.
Whisky es lo que clama el hombre que toca a nuestra
puerta en busca de consejo. No seamos tan descorteses como para entretenerlo con el trago amargo de los sermones.
Xenófobos que escupen y aborrecen al extraño en el que podrían convertirse si llegaran a traicionarse a sí mismos.
Ya que no podemos saber si la muerte del prójimo ha cau-
sado en los deudos sentimientos de dolor, alegría o alivio, entendamos el abrazo del pésame como un tanteo.
Zángano es todo aquel que abraza cada nuevo día de
holganza como un logro, y no aquel que ha renunciado a sus aspiraciones para así nunca conocer el fracaso. Q
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
115
A UNA
máquina DE GUERRA Luis Jorge Boone* Era un sueño con demasiados autos. Y todo era rapidez, embragues metidos a la fuerza, choferes daltónicos y antiguos gritos escoceses de combate —¡slaugh-ghairm, slaugh-ghairm!— una invocación en gaélico a los muertos, un eslogan de fonética gastada con el que los motores rebasan por la derecha, los conductores le suben al estéreo frente a los hospitales y hablan por celular, beben café —ángel negro y sin azúcar de la mañana— mientras se adentran por el misterio de un callejón sin salida.
* Monclova, 1977. Contemplando el desierto se preguntó: “Si un árbol cae y nadie lo escucha,/ ¿cae realmente?”. En el 2007 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Elías Nandino. Es autor de Galería de armas rotas (FETA, 2004). ljboone@hotmail.com METAPOLÍTICA
116
núm. 60 | julio-agosto 2008
Había demasiados trailers y moticicletas jugando carreras en el sueño. Las percusiones del carburador —había, en el sueño, modelos viejos, vi la maltrecha Dodge 69 roja de mi padre, sobreviviendo—, los velos del humo cubriéndonos los ojos. Ahogándonos en ese sueño de tantos carriles.
A UNA MÁQUINA DE GUERRA l SOCIEDAD SECRETA
Había taxis desfilando su marcial banderazo, su atajo, su mordida y doble fila. Había un cementerio de bicicletas que veíamos de reojo. Era un sueño con demasiado parque vehicular: desviaciones, vueltas prohibidas, neumáticos jugándose el pellejo, estallando, y muletas y ancianos esperando la colisión: la sombra del camión que se acerca, acelerando. Recuerdo los choques en el sueño: tanta lámina torcida —qué belleza de Venus y Niqués de Samotracia posmodernas (Crash)—, tanta sangre en los parabrisas de un happening crepuscular y sin acotaciones. Los accidentes, las mentadas de madre y los rezos: era el Apocalipsis o un suicidio colectivo de seis velocidades, sin reversa. Pero era sólo un sueño. Desperté a salvo, y era un expulsado habitante del horror: tuve un auto, sí, pero hace muchos años tuve que venderlo; hoy cruzo calles, llego tarde a todos lados, viajo en metro, voy —Eli, Eli, lama azavtani— admirando a los señores que han vencido a tantos en sus máquinas de guerra. Q METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
117
INTERRUMPIMOS ESTA
publicación Teresa Avedoy*
En Texas dos vacas fugitivas cruzan el freeway y aparcan junto a un mc’ donals. (Pensábamos en los otros para ser vistos desde la velocidad de la autopista, que no se escapara nunca la casa por la ventana ni nos mirara a los ojos el plato de sopa). Los vaqueros se extinguieron en los setenta y la migra no ofrece voluntarios para repatriarlas al campo; los policías nunca han arrestado a una vaca. *Responsable del proyecto de poesía En esta ciudad sólo se deberían escribir novelas negras, Foeca-Baja California 2007-2008. METAPOLÍTICA
118
núm. 60 | julio-agosto 2008
En el interior, miedo con beacon que por cincuenta centavos extra, podría ser más grande.
INTERRUMPIMOS ESTA PUBLICACIÓN l SOCIEDAD SECRETA
LAS CUADRAS SABOTEAN EN VOZ MUY ROJA
(dibujo a priori) para E. V. Detrás de cada puerta habitan vecindarios; también una luz, tan roja; y ya no es tu suéter ni las puntitas de tu pelo. Hay ventanas incrédulas y rojas, de ellas cuelgan escaleras con polvo endémico. (En tus dibujos siempre hubo matorrales de rayitas y no me había dado cuenta.) Los mezquites me organizaron este recuerdo: yo fui feliz junto a ti una mañana comiendo queso en el bordillo de una acera en la colonia Juárez. Hace días que los semáforos me dosifican la añoranza, es cierto. Entre nosotros lo único que se actualiza es el tipo de cambio. Hoy hubo fenómeno Santana y las grapas en un poste me recordaron tus zapatos rojos, como aquel auto al que quisimos reparar subiéndonos las mangas del destino. Q
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
119
LA CIUDAD DE MÉXICO. ÉXODOS CENTRÍPETOS Brenda Ríos*
U
na ciudad, cualquiera, se ve sólo desde su exterior. Verla por dentro no es imposible pero es incierto. La Habana, Chicago, San Francisco, Buenos Aires, Los Ángeles, son visibles desde la ventanilla del avión. Una vez en ellas, abajo, perdemos el tamaño, el contexto, el color de su dimensión. Es en el exterior, en su orilla incluso, donde uno puede observar el contorno, lo sinuoso y fatal de su condición ambulante y lo frágil de su inmovilidad. Decir amar la ciudad, conocer la ciudad es una mentira piadosa. Cómo amar lo que no se ve, lo que no se comprende; quizá en ese fragmento amoroso radica, pues, el habitar una ciudad que parte hacia sí misma. En muchos trozos disímiles. Porque, siendo francos, uno se desplaza por circuitos minúsculos: el lugar de trabajo, la escuela, la casa, los lugares de esparcimiento. Pocos son aquéllos que exploran la ciudad, su laberinto colorido de líneas del Metro sólo por curiosidad o vagancia productiva, las zonas conurbadas con sus encantadores suburbios; pero si las personas no tienen asuntos que tratar fuera de sus lugares cotidianos, se mueven por circuitos cerrados. Millones de habitantes en la Ciudad de México, una de las más grandes y contaminadas del planeta, vivenrespiran, se desplazan, se enamoran, compran helados, toman café, tienen arranques de furia controlables, sufren de ataques de pánico, hablan caminando con los amigos imaginarios del celular, escuchan música, bailan mientras esperan el Metro o la pesera, como hamsters corriendo sobre la misma rueda generosa que proporciona el alimento; podríamos ver de lejos la salida del laberinto acostumbrado, pero la inercia de la costumbre es poderosa. Caminamos en la misma dirección cada mañana, llenamos las horas pico con una simultaneidad abrumadora, no cabemos en los vagones a las seis, siete, ocho *Acapulco, 1975. Además de disfrutar del sol, le gusta mirar dentro de la escritura. Es autora del libro Del amor y otras cosas que se gastan por el uso. Ironía y silencio en la narrativa de Clarice Lispector (México, Tierra Adentro, 2005). METAPOLÍTICA
120
núm. 60 | julio-agosto 2008
de la mañana. Nos separan por género como en una enorme arca de Noé urbanizado: “sólo damas, caballeros a la derecha”. Ahora, en este siglo tan vilipendiado, hay campañas para detener el acoso sexual a las mujeres en el transporte público: “fuera manos”, dicen los carteles. Y por primera vez desde que vivo aquí, he visto en algunas estaciones de líneas en las que se hace transbordo, a policías subidos en unas tarimas: vigilar y castigar, pienso en Foucault, pero él no está aquí para ver estas estatuas vivientes como las de Barcelona, y quiero pensar que sus armas no funcionan: y qué podrían hacer además: ¿contener los motines de los que perdieron el convoy, detener a los cientos de ambulantes diarios que son los verdaderos movilizadores del capital porque son ellos los que sacan las monedas de los bolsillos obreros? Microeconomía que mueve las grandes corporaciones en China y afectan la bolsa de valores, sólo por comprar el último cd pirata, Los éxitos inolvidables del momento. A quien se le olvide cuánta gente puede caber en una ciudad, que la conozca en su lado más oscuro: la hora pico en Pino Suárez, Hidalgo, Balderas, Insurgentes o Chilpancingo, tanto en Metro como en metrobús. Los mismos rostros a las mismas horas tomando el mismo transporte porque no hay muchas opciones: llenamos los vagones, las oficinas, los cubículos de la universidad, las bancas de los parques, cientos de personas compartiendo el mismo aire viciado que disfrazamos con uno que otro metro cuadrado de verde y les llamamos jardines; somos los mismos, codo a codo, todos juntos, tan juntos que sería imposible no tocarse, pero nos molestamos al mínimo roce corporal. La concepción del cuerpo se transforma en la hora pico: uno es dueño de su pierna, de su brazo que está muy cerca del pecho de una señora, del ojo del señor bajito, y así sucesivamente defendemos el cuerpo que nos pertenece para después, ya liberados de la multitud encerrada, dejarlo suelto, olvidado, llevado a fuerzas a la implacable lucha del día. Un joven escucha música y lee un libro. Yo lo veo desde mi asiento enfrente; se ve tan calmo, como si ha-
ÉXODOS CENTRÍPETOS l SOCIEDAD SECRETA
bitara otro lugar: él no está en el mismo vagón que yo, sonríe porque habita el libro y la música, maneras de evadirse tan necesarias como difíciles de construir. Sonrío porque ya veo venir al ambulante con su grabadora infame a alterar la paz de los últimos cinco minutos. Entonces la histeria da comienzo: la señora compra el cd y regaña al hijo pequeño al mismo tiempo, una mujer discute a gritos con un hombre porque jura que la tocó de manera inapropiada. El vendedor ambulante es una señora gorda vestida de licra, trae un chicle y tenis de marca. Pero detrás de ella vienen los ciegos, los travestis que piden dinero para las medicinas caras que necesitan en los centros de ayuda para enfermos de sida, los maltratados de la calle, los fakires improvisados de espaldas sangrantes, las mujeres embarazadas o de hijos pequeños, y los vendedores de cds, de bolígrafos, de archiveros plásticos, del recuerdo para el niño para la niña, de las pasitas con chocolate, paletas, de libros de oferta de Montemayor o Fuentes (los Carlos de moda, aunque no he visto de Monsiváis, seguro lo venden en otra línea). El joven no deja el libro a pesar de los volantes en su regazo que hablan de que si uno ama debe dejar ir, si regresa… o las oraciones plastificadas que cuestan cinco pesos para ayudar a los sordomudos. Pese a todo, cada uno de nosotros se aferra a la idea de una individualidad irrenunciable, férrea, casi pacífica. Algo no pasa en la ciudad. Lo que sea que deba pasar no pasa. La violencia va en aumento: basta ver a los conductores. Como animales heridos responden a la provocación inexistente o mínima. Contestan con furia en el claxon. A diario somos testigos de las escenas caóticas, sentimentales que alimentan las pasiones colectivas, las que nadie recuerda una semana después. Las pasiones viven en la cuerda sensible del abandono elemental de una sociedad sin orden. La ley es inoperante, no como un aparato descompuesto sino inexistente: sólo está su nombre y su tramitología inacabable. Algo no pasa en la ciudad porque aún hay cordura. Nos vestimos, nos conducimos a los lugares donde nos esperan, nos dejamos llevar por la prisa o las circunstancias del ocio. Nos alimentamos a todas horas gracias a los puestos de comida las veinticuatro horas: vísceras fritas, jugos de apio con nopal, cinco tacos de algo por doce pesos, camarones de Tlalpan, tortas de quesos plásticos, tamales fritos, cocidos, ricos y deliciosos tamales oaxaqueños, inventos de la ciudad de la comida de provincia, pero sobre todo tacos. De lo que sea. Tacos. Qué sería de este país res-
petable sin el maíz que la da historia y esplendor en sus libros de texto gratuitos. Vivimos la ciudad inventada. Individual. Hay quienes creen vivir la ciudad de cafés y restaurantes lounge de Polanco o de la Condesa, la ciudad de la clase ilustrada, egresados de escuelas activas, blancos en su mayoría, y bilingües si no políglotas. La ciudad del ligue los viernes en la noche, chic, de los excesos que una familia comprensiva y tolerante perdonará, una familia nacional, católica de iglesias de Polanco, pero quién cuestiona los grados de la fe. La ciudad de la clase trabajadora, cuya segunda o tercera generación ya nace en el Distrito Federal y tiene acceso a las universidades públicas. La ciudad de universitarios de periferismo tangible: viven en las orillas o en las colonias proletarias, saben de las rutas de los peseros, dónde están las cantinas que no salen en las revistas de la Condechi. La Portales y la Jardín Balbuena o Villa Coapa, los centros comerciales, las placitas más concurridas porque recuerdan la provincia idealizada; entre los distintos espacios hay múltiples ciudades. Habitamos, pues, una ciudad dividida en capas sociales, raciales, económicas, simbólicas, apáticas, circulares, neuróticas, surrealistas, hiperrealistas, hippies, determinadas por una naturaleza indisoluble. La ciudad de los peatones no es la de los conductores. Los lectores de transporte público contra los vendedores ambulantes contra los comedores compulsivos de la calle. La ciudad donde las mujeres de minifalda no circulan en el Metro en las noches, donde los espacios públicos siguen siendo dominados por hombres; basta ir a una cantina en el centro un jueves a las nueve de la noche para dar cuenta de ello. Una ciudad que no vemos en su dimensión torrencial. La ciudad encierra y excluye, no hay un desarrollo de hábitos democráticos o de integración. Hay lugares donde parece que todo se concentra: Coyoacán, la Condesa, la Roma, la Zona Rosa, el Centro Histórico, dejando los márgenes del Sur y el Norte más divididos. Pero son esferas ilusorias. Esta ciudad no se habita ni se pertenece, ni se ama. Uno se queda aquí por la rueda de la inercia hasta que encontramos la clave, la palabra secreta, y decidimos que no hay quien aguante más el tráfico y el estrés y nos vamos a vivir a una ciudad pequeña que podamos recorrer en cuarenta minutos, que podamos hacer citas y estar ahí en diez minutos, como sueñan los capitalinos: estar ahí, donde uno pueda ser accesible y franco. Q METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
121
Ciudad interior Jezreel Salazar* la ciudad que no veo, la ciudad que entra por todas partes... se llena de pasillos, de muros movedizos, de puertas secretas José Carlos Becerra, Las reglas del juego
I
R
espiro una atmósfera enclaustrada. Amanezco enfermo y con fiebre. Medicamentos, dolor de cabeza, cerrazón de ideas. Me asomo a la ventana como un preso de su propio cuerpo. Me hallo en una especie de limbo. Mi gato maúlla: olvidé poner su comida. Palpo el piso con mis pies descalzos pero me siento fuera, sin anclaje posible. Duermo a ratos, veo películas, abro un libro u otro sin lograr avanzar. Como y ceno cereal con leche. Despierto a las tres de la mañana y escribo esto.
* Ciudad de México, 1976. Fanático de los espacios abiertos, recorre la ciudad en busca de orificios por donde escapar. Obtuvo el Premio Nacional de Ensayo “Alfonso Reyes” por su libro La ciudad como texto. La crónica urbana de Carlos Monsiváis, y el Premio Nacional de Crónica Urbana “Manuel Gutiérrez Nájera” por su libro Sentido de fuga. La ciudad, el amor y la escritura. METAPOLÍTICA
122
núm. 60 | julio-agosto 2008
II
Prendo el televisor y cada anuncio le hace señas al rumor de tu partida. ¿Quién tiene el valor de huir, la cobardía de quedarse y enfrentar al enemigo que eres tú misma; que soy yo? Cambio de canal, una y otra vez. Entro al zapping, al abismo del zapping. De vez en cuando, me asomo a la calle. Vertedero infame de luces sin destino. En algún lugar está tu cuerpo. Lo imagino incansablemente bajo algún toldo, enterrado en el corazón de otro. Recorro la ciudad en perentoria búsqueda. Salir, respirar... abrir los brazos en todo su compás. Pegar un grito y echar a correr hacia la avenida más cercana, buscando ver el mar de concreto. Imposible: más calles y muros, nombres, pasos en falso. Es la ciudad con su rictus antiguo, esa máscara de piedra que es un espejo y un vértigo. Tras el edificio más alto, una muralla se repite, como si las paredes fueran reproduciéndose en círculos concéntricos infinitos. Todo ocurre en mi cabeza en el interior del cuarto, del que no he salido sino imaginariamente. Allá afuera, tu destino en constante desplazamiento. En ese aleph indómito llamado DF te extraviaste, pero al cerrar los ojos, la luz no me dejó su fuego. Sólo me queda el resplandor de la pantalla. Retomo el control remoto y busco algo.
CIUDAD INTERIOR l SOCIEDAD SECRETA III
Sucede a veces que uno abre los ojos al despertar y la mirada es tan borrosa que el mundo pareciera ser otro; la luz nos habla con nombres distintos, y los rostros y el perfil de los objetos no atinan a encontrar su nitidez, a tal grado que ya no dan ganas de volver a dormir y soñar. Uno siente que algo lo llama del otro lado de la puerta y se apura a levantarse, salir a verlo todo, y correr y correr en busca de cansancio; pero de pronto vemos cómo el horror renace en cada cosa hecho desidia, voraz rastrojo de sí misma, impenetrable misterio que no cambia. Y ya despiertos, la luz apaga nuestros ojos y no queda sino inventar un canto o un murmullo, una forma de caminar entre las ruinas o un simple silbido a través del cual los ojos vean no lo que existe fuera de nosotros, no el triste verdor ni la sal que nos llama en las espaldas, sino una luz amarillenta en cuya sombra los pies no hundan su pasado. Entonces es posible seguir, vivir un día más con la esperanza de encontrar aquella penumbra, aquella atmósfera borrosa en que los ojos se esmeraban para, de vez en cuando, en un hallazgo formidable e incomunicable, clavar su brillo en una calle o en el color enigmático del cielo, y decir “por suerte he despertado”, aunque el resto del día el ansia de regresar a la cama pese demasiado.
otra vez arremete con rítmico deseo, pasión no contenida que sería capaz de codiciar. Reconozco, sí, el sonido del mar. Las olas rompen, se forman a la distancia y se acercan al oído fortalecidas por la suma de partículas condensadas, bajo el impulso de la fuerza del viento. Incansable voluntad de agua que se repite una y otra vez, como el amor. En medio de la marea, veo los cristales líquidos convertidos en piedra, lanzados contra mí por mano divina o atmosférica cólera. Apuntan a mis ojos iluminados por el relámpago. Al fondo, el sonido de un avión —cuyo destino no puede ser sino la huida— me habla de otros como yo, atenidos al estado del tiempo. Esta tempestad que va y viene, me mantiene prisionero en mi habitación, no cuarto de Las Lomas, sino apenas cuatro paredes repletas de garabatos, sueño del pintor que no seré. Abro un poco la ventana y el viento enfría de inmediato mi rostro, un golpe hueco que se mete en los huesos, a mis brazos desnudos. La calle se convierte en blanca pista de patinaje, con pequeñas manchas verdes: las hojas de los árboles rememoran la profecía; de aquí nadie saldrá ileso. Sin embargo, de pronto, la calma vuelve; queda la llovizna, hasta la siguiente oleada, cuyo rumor comienzo a oír. Y en una esquina lejana, bajo el templete de un banco, una mujer espera las caricias de mis manos frías.
VI IV
He querido despertar al vecindario. Abrir una puerta que no me lleve a su cuarto. Correr desnudo como un infante sin pudor. La imaginación es infructuosa. Toda tentativa feliz me remite al recuerdo de su tacto.
V
Como el anuncio de una batalla o de un dificultoso romance en ciernes, golpean la ventana las gotas de hielo. Una, dos, cinco. De pronto se multiplican hasta ser incontables: lo que era calma se convierte en infierno ensordecedor, estudio de grabación ausente de silencio. Llega como oleaje, toma fuerza desde la lejanía y azota su rabia contra los vidrios, cuyo estruendo aquilata su fuerza y necesidad de caer. (¡Oh, gravedad, no cesas de retenernos aquí, en este punto de la tierra, atados al piso, indefensos ante cualquier providencia celeste!). Se detiene un poco, reduce su multitudinaria violencia y
Otra vez amanecer como si el día hubiera comenzado justo en el momento en que se pone el sol. La temporada de lluvias no es propicia para los noctámbulos, a quienes les es arrebatado el privilegio de vivir a media luz. He intentado llamar por teléfono al contador, pero nunca está o no responde. Siguen llegando las requisiciones hacendarias y yo vivo en casa como un fantasma. Rara vez cruzo el umbral para abandonar estas cuatro paredes. Cuando me atrevo a salir, verifico que nadie me observe y me muevo a paso veloz, para regresar lo antes posible. Este encierro es mi condena pero también un entrañable resguardo. Desde aquí veo el mundo, al que aprecio y anhelo… pero con el cual, cuando me lo propuse, no logré intimar. Hubo una vez una mujer. Ella vivió en este espacio conmigo. Prometió volver. Sé que si decido escapar y dejar esta madriguera, aquella promesa no tendrá ninguna esperanza de verse cumplida. La espera no es mejor que la ausencia. Alguien toca a la puerta. Será mejor que vaya a esconderme en la cocina. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
123
SOCIEDAD SECRETA l JEZREEL SALAZAR VII
Los vecinos espían cada uno de mis actos. Como girasoles en busca de un destello. Por eso camino de puntillas, cual ratero cuidadoso. Ellos me observan por las mirillas de sus puertas —amarillos chapulines congelados. Me meto en mi cama y por fin cierran los ojos. Vuelven a sus rutinas, sintiéndose culpables. Como si estuviesen absolviendo a un asesino.
Algún día te vislumbre en cierta esquina, pero incluso eso se ha vuelto imposible: los automóviles me han desplazado de las banquetas y no me atrevo a retarlos. Ante la lluvia y el miedo, he preferido enclaustrarme en esta casa que urge de ventanas. Desde que te fuiste el mundo externo se me ha vuelto un espacio íntimo en donde todavía puedo fingir que existes. Y toda la ciudad es ya sólo espacio interior, búsqueda invisible.
X VIII
Tú no lo sabes pero te busco de múltiples maneras. Cierro los ojos para deletrear las líneas de tu rostro. Me sumerjo en mis recuerdos tras tu boca. No te hallo. Pareces esconderte mientras añoro tus labios. Intento dormir para que en algún destello de mis sueños aparezcas. A veces sólo consigo pesadillas. Abro las ventanas para ver si un vendaval trae consigo tu aroma. Subo a la azotea en busca de algún signo lunar, un mapa cósmico que establezca tu ubicación en mi planeta. En situaciones límite levanto el teléfono, ese aparato que apresura las distancias. Pero nadie responde. Tomo un vodka y otro y otro, para ver si al fondo de la botella descubro la respuesta. Lanzo volados al aire con la esperanza de que la moneda no caiga sobre una de las caras, sino sobre la delgada orilla curva: milagro que seguro abriría el mundo y me traería alguna esperanza. Voy de tienda en tienda buscando linternas mágicas, el favor de algún genio capaz de compadecerse de esta soledad nostálgica. Me paro frente al espejo, acerco mi mano a su superficie plateada e intento atravesarlo en busca de una dimensión alterna en la que acaso te encuentres. Cuento mis lunares como tú lo hacías, como si así se repitiera un ciclo y todo volviera a comenzar. IX
Desde tu huida, me resguardo lejos de ti, atado a ti. Ya mis pasos no te recorren. Tu faz me ha sido expropiada.
METAPOLÍTICA
124
núm. 60 | julio-agosto 2008
A veces me gustaría saber por qué uno tiene que vivir épocas de humo, por qué ciertos días se alargan demasiado y pesan el resto de la vida. Son aquellos instantes de los que uno gustaría deshacerse por completo, sin otro motivo que su recuerdo doloroso. Y entonces viene el ansia por el olvido, ganas de asesinar a la memoria y días lentos que la ahondan. Pero después de un tiempo necesario esos momentos duros, hondos, agudos como una aguja que corta el agua, de pronto esos recuerdos comenzarán a ser otra cosa, no sé qué, una especie de dolor acompasado pero que no daña más, como música en la distancia, allá lejos, fuera de aquí, en un tiempo ya perdido; sí, música antigua como las fotos de los abuelos con rostros desconocidos pero familiares, y es cuando lo que era frustración del deseo, se volverá nostalgia, y cuando nos llegue eso, aunque aun no podamos sentirnos bien, cuando llegue eso, será como una señal de que vamos a salir, y entonces podremos reír y mover el cuerpo, a cualquier ritmo, con otra música ya, no importa cual, a la que uno tardará en acostumbrarse, pero que por mucho tiempo no dejará de resonar como una melodía que nos refresca la boca, y entonces comenzaremos a hablar, y el silencio en que nos habíamos refugiado no nos servirá más, y el agujero en que habíamos metido la cabeza nos resultará incómodo y pequeño e incluso vergonzoso, y de pronto entenderemos que debemos salir ya para mirar el mundo y otra vez caminar por la ciudad... Q
Éxodo José L. González* We know where we’re going We know where we’re from Bob Marley, Exodus
V
ivíamos a dos cuadras de la playa, en una casa blanca de tres recámaras y dos baños. Manejábamos una camioneta roja todo-terreno. La compramos porque el niño la confundió con Clifor, el nombre de un perro rojo (protagonista de un programa infantil sindicalizado en cuatro continentes y traducido a treinta idiomas). La niña dijo que no era Fifo sino Cesa. Nos reímos porque sólo balbuceaba, pero no dudé en que quizás quiso decir César. Después supe que decía, Cereza. Que la camioneta parecía una cereza.
* Tijuana, 1976. Acaba de publicar 13 Re-corridos al cuento del Gran V1 (México, Editorial sitiohabitable, 2008).
Esa noche golpeé a mi mujer con un ladrillo mientras le preguntaba: —¡Quién es César, hija de puta madre! Muchos años después, durante un baño en temascal, descubrí, cortesía de un indio, que aquel altercado se debió al tamaño de mi pene. Le dije “Ja. Pinche indio, si de aquí estoy viendo la tuya”. Me contestó: —Es verdad, la suya es más grande. Pero usted mide dos metros, yo nomás uno. Reparé los golpes de mi mujer con unas vacaciones. Llegamos a la frontera. Acordamos realizar nuestro secreto más íntimo: polarizar los vidrios del carro para conducir a toda velocidad y proporcionarnos momentos de sexo oral. Los niños también pidieron hacerle modificaciones a la camioneta. Pidieron llantas gigantescas que alzarían la camioneta doce pulgadas por el cielo; así, la policía no descubriría que durante los viajes largos, el niño maneja la camioneta mientras yo tomo METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
125
SOCIEDAD SECRETA l JOSÉ L. GONZÁLEZ un descanso y la niña se desabrocha el cinturón, y junto con mamá cocinan un pastel o preparan botanas. Juegan a que un policía aparece y ejecutan el plan de contingencia. El niño grita: — ¡La policía! La niña toma la escopeta debajo del asiento, le sube cartuchos y se la pasa a mamá. Mamá baja la ventana y dispara contra policías imaginarios. Se ríen y despierto. Un carrocero ofreció hacer las modificaciones y por veinte dólares prometió pintar el Calendario Azteca en el cofre. Fue un acuerdo improvisado, un apretón de manos bastó para cerrar el trato. El buen amigo cerró el ojo y dijo: —¡Simón, paisa! Ya está. Ya está. Se acercó una mujer amable que pidió ser testigo del acuerdo. Su desinterés y fraternidad me conmovió tanto que le expliqué el motivo de nuestras vacaciones, y le pedí que me ayudara a encontrar Aztlán. Le mostré la copia del folleto y le enseñé los boletos. Apuntó al Oriente; la luna llena se apreciaba en la cima de un cerro rojo, detrás de ahí encontraríamos el destino. Estreché su mano y agaché la cabeza. Le ofrecí mi absoluta humillación por no haberla reconocido. Hice un saludo de rodillas y mientras me levantaba tomó mi codo y dijo: —Y vieras cómo sufro reumas, no traerás para un remedio, ya sabes. Ordené que la chequera se pusiera a disposición inmediata de la gran Malintzin; si fuese necesario, autoricé a mi esposa que hiciera movimientos en la cuenta de ahorros. Algo asustada, mi esposa preguntó que si ya había preguntado cuánto costaba el taxi. Nos rodearon cientos de caballeros. Descendieron sobre nosotros vestidos en ropajes amarillos decorados con insignias que decían “TAXI”. Parecían verdaderas águilas.
METAPOLÍTICA
126
núm. 60 | julio-agosto 2008
Despegamos con rumbo a Aztlán. Cruzamos la ciudad. Qué maravillas vimos. Por la autopista que conduce al rumbo del oriente mujeres y hombres encendían hogueras. Intuí que pronto se formaría una danza de guerra. Comenté mis observaciones con el chofer y me dijo: —Quién sabe, pero no creo. Esos nomás son teporochos enviciados. La niña dijo: — ¡Fifo! El niño me jaló del brazo y señaló un vehículo parecido al nuestro. Era remolcado por una grúa. — ¡Es la camioneta!— gritó mi esposa. Le dije que se tranquilizara y le recordé que íbamos a Aztlan. Aparecimos en un lugar difícil de describir. Imágenes de hombres de cobre y sangre llenan mi mente. Ni un solo ruido. Un silencio absoluto, sonaba a computadora en stand by. —Llegamos, amigo. Aquí es el ejido Aztlán. Son quinientos dólares. Tomé a los niños de la mano y descendimos al suelo. Con lágrimas en los ojos entregué el tributo. Me hinqué a los pies del chofer, le dije gracias y escuché los sabios y ancestrales consejos de ese hombre: —Amigo, no tome tanto. Y hágale caso a su mujer de vez en cuando. Aztlán no fue lo que esperamos, pero nada superara lo que atestiguamos esa noche. Una explosión iluminó el cielo, como los cohetes de Disney. Corrimos dentro de un arbusto. Ahí durmieron los niños, junto a una víbora de cascabel. Ella encontró una piedra y lo hicimos siete veces. Cuando se venía, un coyote aullaba. Fue curioso. Por la mañana caminamos hasta la carretera. La niña gritó ¡Fifo! mientras apuntaba a un montón de láminas rojas y enmohecidas de donde salió un buen hombre que nos preguntó si andábamos perdidos. Q
LA DANZA,
el abismo Rafael Toriz* Acto instantáneo, forma que se disgrega, palabra que se evapora: el arte de danzar sobre el abismo. Octavio Paz
N
o existe metáfora alguna que pueda comprender la inmensidad y tesitura de la danza. Su acontecer, irrepetible e irremediable, es el testimonio del tiempo en movimiento. La danza, como las prácticas sublimes —es decir la música y teatro— es un arte negativo y transitorio. La danza, por aguda, no consiente la memoria. El bailarín, como el actor y el músico, es ejecutante sólo en la medida en que ejecuta su arte. La riqueza de su oficio consiste en tornar los instantes infinitos y suspender la realidad con el embrujo del cuerpo: la danza dura la eternidad del latido y el parpadeo. Escritura coreográfica —lluvia de perseidas en el texto de la noche— la danza es el rumor convulso de la sangre que hace de la carne un aliento. Escribe López Velarde: “El bailarín comienza en sí mismo y concluye en sí mismo, con la autonomía de una moneda o un dado. Su alma es * Xalapa, 1983. Ensayista mexicano. Premio Nacional de Ensayo “Carlos Fuentes” en 2004. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (2003-2004) y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (2006-2007).
paralela de su cuerpo, y cuando el bailarín se flexiona, eludiendo los sórdidos picos del mal gusto, convence de que entrará al Empíreo en caudalosas posturas coreográficas”. En mi opinión, un arte verdadero y vigoroso, intenso y efectivo es aquel que se consume, el que no deja más rastro que una huella de luz o de noche en la mirada del otro. La danza, junto con el teatro y la música, es un arte consumado en la medida en que cifra su belleza en lo que se desvanece y no en lo que permanece. Bailar es conjugar el presente con la presencia. Bailar, en lo que tiene de finito, es una afirmación categórica de la vida profana (recuérdese el espléndido final de El séptimo sello: un baile desaforado orquestado por la muerte). La danza es también la antesala de la cópula, deseo de comunión con los otros y con uno mismo. La pareja que ha bailado se encuentra a un paso de la alcoba; la pareja que baila se disuelve y evapora con la respiración del universo. Y si ella finalmente baila sola, sus movimientos algo tienen de traslúcido placer solitario, de lúbrica ensoñación. Una mujer rotando sobre su eje con la respiración agitada es la expresión de la vida en toda su majestad y su gloria. Otro rasgo distintivo de las artes negativas es su mutua interdependencia. Si bien se puede bailar en silencio, la danza necesita música, vibraciones. El baile METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
127
SOCIEDAD SECRETA l RAFAEL TORIZ implica, para su cabalidad, el concurso del oído. Exige también una mirada activa, deseosa y acaso lasciva: los ojos-espada de quien no baila más allá de sus pupilas. La danza, el baile, nos religa a esa experiencia estética que da sentido y luz a nuestra miseria e incluso cobija soledades: al danzar sonreímos y con suerte comulgamos. Pero no sólo eso. La danza también es consciencia de la tragedia, protesta y luto. El butoh, que consiste en técnicas dancísticas de manufactura japonesa, surgió como representación de los cuerpos destrozados pero vivos que pululaban por las calles después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. El butoh demostró que un cuerpo quebrantado y purulento es capaz de expresar la gracia y el movimiento. América Latina, como pocos lugares del globo, ha legado al mundo una cosmogonía dancística además de sabrosa muy diversa. Ha sido el nuevo mundo quien ha confeccionado, gracias a la riqueza interracial y multicultural que la compone, ritmos como la salsa, el merengue, la rumba, la samba, el tango y muchísimas otras fusiones musicales que observan gramáticas específicas e incluso delirantes. Que la danza es un juego que demanda reglas muy precisas es un hecho que todo aquel aventurero que haya intentado bailar a ciegas conoce perfectamente. Se puede improvisar o bailar con la timidez propia del aprendiz, pero no se puede disfrutar la sicalíptica lambada con valses de Strauss ni sentir la tenue calidez del danzón con los compases de una cumbia atronadora. La samba, por ejemplo, es el arrebato exquisito de las nalgas y la borracha celebración de la maraca. El vals, por su parte, es el triunfo del ser humano sobre la rigidez de su columna vertebral, una manera indiscutible de flotar con embeleso. Para fortuna de nuestra especie existen ritmos embriagadores para casi todos los temperamentos: el baile, en cualquiera de sus formas, es el grito libertario del espíritu contra la tiranía del cuerpo.
EL BAILE, EL ROSTRO
Fue George Louis Leclerc, conde de Buffon, quien sostuvo con imperecedera verdad que el estilo es el hombre mismo. Al bailar expresamos particularidades irrenunciables, personalísimas. El baile es una característica de reconocimiento como las huellas digitales, el timbre de
METAPOLÍTICA
128
núm. 60 | julio-agosto 2008
la voz o el mapa del rostro. El baile, pese a la formación profesional, es la expresión decantada de uno mismo. Así, al ver la magia corporal de un Nureyev sólo es posible sucumbir al encanto de la gigantesca y helada Rusia capaz de producir la más bella mariposa que jamás ha visto el mundo; o bien, cuando admiramos los mambos y las rumbas ejecutados por la infinita Tongolele, sólo resta caer rendido ante la seducción de una pantera metafísica que nació para hechizar con la cadera. Desde luego, es posible reconocer, siquiera como cliché —aunque en ocasiones parecieran arquetipos— ciertas generalidades que ayudan a construir imaginarios colectivos e identidades regionales. Así, para nadie es un secreto que la diferencia entre la salsa que se baila en Cuba y Puerto Rico, por oposición a como la bailamos en México, tiene que ver con el hecho de que los insulares enfocan el movimiento de la cintura para arriba mientras que en nuestra tierra las piruetas cruciales se ejecutan de la cintura para abajo, de allí nuestro folclórico “paradito”. El sabor y la intuición al momento de bailar, más que una capacidad a desarrollar, pareciera un talento innato de determinadas geografías. Hace algunos años fui testigo de cómo una antropóloga noruega —en un principio con las mismas aptitudes de un koala para bailar música tropical—, luego de una breve estancia en Santo Domingo, regresó a su país convertida en una profesional del ritmo. He visto también a jóvenes estadunidenses moverse con la misma gracia de un yunque y he bailado con alemanas que ante el más infame de mis pasitos estándar (no bailo mucho pero tampoco me arredro) se han maravillado con auténtica alegría. He sentido temblores oscilatorios al vivir con la mirada los trepidatorios movimientos de las brasileñas y he sopesado con detenimiento lo que años de terapia psicoanalítica pueden ocasionar en el ritmo de las argentinas. Sin embargo considero que la esencia de la danza, por fortuna, radica en que es propia de todos los pueblos. Finalmente, me parece necesario remarcar que la danza es todo menos una competencia. Más que una exposición de habilidades, cosa que también sucede, danzar es recordar que somos pasajeros y que estamos en el mundo de paso y de prisa con dirección a quién sabe dónde. Me alegra saber, pese a lo poco que duramos, que estamos vivos como nunca al danzar sobre el abismo. Q
LA LEY EN LOS ABISMOS DEL PRESENTE Óscar Martiarena* [Cesáreo Morales, Fractales. Pensadores del acontecimiento. México, Siglo XXI, 2007.]
C
asi al final del ensayo con el que abre este libro, poco después de sostener que “el encuentro con el otro y conmigo mismo se sostiene en una trama de agresiones” y “que la política representa esa conflictividad y la apresan los riesgos de la proximidad, la contaminación y la hipocresía, en el intento de salvaguardar la libertad”, Cesáreo Morales se pregunta: “¿cómo podremos ir más allá de la república de la expiación y de las ciudades en donde todos somos rehenes de la violencia absoluta y seres amenazados?” Y tal vez para prevenir a todo aquel que se acerque al libro buscando respuesta, afirma: “No hay que abrigar ilusiones edificantes” (p. 41). No obstante, para Morales los nombres de Sartre, Althusser, Foucault, Deleuze y Derrida, deambulando entre los espectros de Marx, Nietzsche y Freud, si bien sin reclamar herencia alguna, son avisos, quizá señales, “desde el interior y en el afuera del torbellino vida/muerte” (p. 44). El sentido de la advertencia se barrunta ya en el ensayo introductorio. Muy pronto, el autor observa: “La política no es la mediación esperada, se aleja de manera irreme
Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
diable de la luminosidad fugaz ya no del vivir bien, sino del simple y desnudo vivir. Cada quien ha de asumir su ser desechable” (p. 9). Y cada quien habrá de asumirlo, porque ni el Estado ni la ley, dice Morales, a pesar de estar obligados a librar a mujeres y hombres del desamparo, pueden cumplir su tarea; de hecho, no la han cumplido nunca. Si bien su descubrimiento promete diferir la violencia, en su discurso la propia política la incorpora constituyendo al Estado, al que más de una vez ha fundamentado: “No dejar en la orfandad al Estado ha sido la consigna que recorre el discurso sobre la política de Platón a Hegel” (p. 15) En Platón, el Estado “funcionará como un antipolemos, un pacificador a través de la razón que impone el orden del Uno, Bien, Verdad, Belleza. Enmascarado del logos, el rey será el artífice de la unidad en el acto de representar que hace desaparecer amigos y enemigos” (pp. 14-15) Y en Hegel: “La herencia es la condena a repetir ad infinitum el vía crucis, subir una y otra vez el monte de la calavera cargando el fardo aplastante, ser crucificado y morir. Cada generación cumplirá el rito. ¿Hay salida? El sacrificio aniquila y, una vez cumplido, el resto no es más que eso, restos” (p. 33). De modo que, no lejos de su inicial prevención, Morales apunta: “En el apocalipsis cotidiano, poderosos y sin poder descubren que comparten la misma herencia, cenizas, sólo cenizas...” (p. 37). Ni si-
quiera retirarse al desierto suspende el exilio; tampoco la acción permanente. ¿Qué hacer?, es la pregunta. Y un subtítulo sugiere, todavía en el ensayo de apertura: “Otra política”. La interrogación por el ¿qué hacer? en el abismo del presente y la búsqueda de “otra política”, está en la base del recorrido que sugiere el libro. De hecho, es en el espacio abierto por la propia pregunta donde Morales, muy cerca de Derrida, evoca los espectros de Sartre, Althusser, Foucault, Deleuze y, por cierto, del propio Derrida, quienes apostaron precisamente por la posibilidad de “otra política”. Así, después de la muerte del marxismo en los ochenta, la caída del socialismo en los noventa, la globalización contradictoria y virtual en la que todavía respiramos, el autor se encuentra con el espectro de Sartre, aunque no con el del filósofo humanista, porque “no es el humanismo el que podría recuperar la iniciativa de la acción, sino las experiencias de lo inhumano, violencia, dolor, injusticia” (p. 50). En todo caso, Sartre está, en la evocación de Morales, de nuevo en la concreción de la historia, en una praxis ligada a la necesidad y al porvenir, como testigo, dice, “de la emergencia de la libertad y la acción grupal que deja atrás soledad y aislamiento propios de la serie de los individuos” (p. 58), aunque también quizá como aliento de la “sublevación de los diferentes” ocurrida en los suburbios de París en el otoño de 2005. METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
129
IMPRENTA PÚBLICA l ÓSCAR MARTIARENA Paralelo al de Sartre, acaso cercano a él, el espectro de Foucault es evocado en la dimensión de la resistencia. Resistir, dice Morales en palabras de Foucault, sería el despliegue de “la voluntad de fundar enteramente de nuevo lo uno y lo otro, lo uno por lo otro, descubrir una partición completamente distinta de lo falso y lo verdadero a través de otra manera de gobernarse, y gobernarse de manera completamente distinta desde otra partición de lo verdadero y lo falso: eso es la espiritualidad política” (p. 72). Pero si los de Sartre y de Foucault reclaman, de una u otra manera, la acción, el espectro de Althusser deviene, en la pluma de Morales, testimonio de práctica teórica y política: “el pensamiento de Althusser en México, dice, sólo encuentra su lugar en el interior de la producción intelectual que siguió al movimiento de 1968...” (p. 77); añade que las del filósofo francés eran ideas “incómodas y sorpresivas” que obligaron, más allá de la religión estalinista, a pensar a Marx y, con ello, a liberarlo del dogmatismo. A partir de Althusser, sostiene Morales, el marxismo contó con recursos para reflexionar sobre el Estado, los conflictos internos del gobierno y la posibilidad misma de la democracia en un país como México. No sin entusiasmo, recuerda: “El marxismo althusseriano abrió las compuertas de enormes ríos de pensamiento. La teoría del discurso, la historia y la filosofía de las ciencias, el análisis literario y la teoría del Estado, todas esas brechas serpentearon en facultades y escuelas, aunque también en el terreno de la política. Fueron momentos de siembra de recursos teóricos inmensos que todavía producen efectos” (p. 85). Aunque sin vínculo directo con la política —interés cardinal de MoMETAPOLÍTICA
130
núm. 60 | julio-agosto 2008
rales por muchos años—, al detenerse en Gilles Deleuze con motivo de su muerte, el autor asevera: “Esta sesión pública... sólo puede ser convocada por la memoria. La memoria de un amigo, lo hayamos conocido o no, pues muchas veces los amigos secretos son los más verdaderos. Un amigo en la palabra compartida que nos ofreció y nos ofrece para entablar abierto y sin el propósito de llegar a acuerdos, el diálogo imposible y siempre espasmódico sobre el hombre, ser de experiencias contradictorias, incompletas, separadas, trabajado por la diferencia y la repetición en su habitar y deshabitar el lenguaje” (p. 89). De modo que, al rememorar a Deleuze, Morales invita a pensar desde la singularidad, desde la potencia única y persistente del individuo, es decir, desde la fragilidad de nosotros mismos. Al final del recorrido, un último espectro es convocado, si bien está presente a lo largo de todo el libro. En la tarea a la que se dio Jacques Derrida, dice Morales, “Marx, Nietzsche, Freud son llamados..., aclarando sospechas, complicidades y deudas, herencias, labor inmensa, al lado del Lévinas el hermano, y de Foucault, con quien disputaba sobre el cogito, y de Lacan, difiriendo en ‘lo insondable’, y de Althusser, repensando lo que se pensó en Marx, y de Lyotard y de Deleuze, una época, como se le ha llamado, todos, de una manera u otra, ante la carga que aún nos pesa, como lo expresaba Derrida, de pensar de manera distinta a Platón, precisamente, porque seríamos los contemporáneos de Hegel y su bedeuten, su querer-decir” (p. 104). En sus últimos textos, sigue Morales, Derrida “convoca a la política a un acto impensable de perdón incondicional que ‘no es, no debería
ser, ni normal, ni normativo, ni normalizante. Debería permanecer excepcional y extraordinario: como si interrumpiese el curso ordinario de la temporalidad histórica’” (p. 105). Desde Derrida, Morales sostiene que la promesa de la democracia es la garantía de vivir sin tener que matar y, por ello, la democracia misma conlleva una apelación a la responsabilidad: “Derrida habla en secreto de una democracia más allá de la enemistad y de cualquier frontera, una democracia más allá de la fraternidad que excluye y margina al extranjero, al migrante, al diferente, una democracia de la promesa” (pp. 115-116). Y es acaso desde aquí que podemos volver al ensayo que abre el volumen. Decíamos que la interrogación por el ¿qué hacer? en el abismo del presente y la búsqueda de “otra política”, se encuentran a la base del recorrido emprendido por Morales. Acaso el libro debe leerse precisamente como la búsqueda de esa “otra política” desde el imperativo que conlleva la pregunta: ¿qué hacer? La respuesta de Morales, no lejana a la de Derrida, quien también evocó los espectros que nos enseñaron a pensar, se enuncia: “hay que edificar un nuevo mundo legal y el Estado de la sobrevivencia de todos, sin exclusiones fatales y con capacidad para evitar en esta hora la muerte impuesta a millones de seres humanos”. Y añade: “Vivir en el entretanto, sin deslumbrarse por el espejismo de vivir mejor sino movidos por la sed de justicia..., en una sociedad en la que se salvaguarde la dignidad incondicional del hombre...” (p. 43). Aunque, conviene recordar, estamos advertidos: no hay que abrigar ilusiones edificantes. Y Morales añade: “nunca hay buenos finales y todo depende del quizás” (p. 43). Q
EL PALACIO DE CRISTAL DE
Sloterdijk Pablo Gaytán Santiago*
[Peter Sloterdijk, En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización, Madrid, Siruela, 2007.]
E
n su libro más reciente, Peter Sloterdijk propone pensar al capitalismo bajo la metáfora del Palacio de Cristal, el cual se caracteriza por la hegemonía de las relaciones emocionales de mimo (pp. 254-255): Mimo, como término de la antropología histórica, designa los reflejos psicofísicos y semánticos del proceso de alivio o descarga que resulta inherente al desarrollo de la civilización desde su origen, pero que sólo en la época de la radical des-escasez de bienes pudo aparecer *Urbanista, sociólogo y videoasta. Entre sus publicaciones se encuentran Apartheid social en la ciudad de la esperanza cero. Capitalismo y cinismo (contra)cultural (2004), y Desmadernos: crónica suburpunk de algunos movimientos culturales en la submetrópoli defeña (UAEM, 2001). 1 Retomo el nombre genérico que Norman Spinrad da a las masas adormecidas de su novela El agente del caos.
a plena luz… Las fuerzas efectivas de mimo constituyen un espacio de inmersión que sensibiliza a sus habitantes con las ventajas atmosféricas de un aseguramiento de la existencia ya producido fundamentalmente de antemano.
Tras la caída del muro de Berlín, las torres gemelas de Nueva York y las explosiones de los subterráneos de Madrid y Londres, los “protegidos”,1 sujetos de estas relaciones, son movilizados tanto por el Estado “moderador” posmoderno como por los medios masivos de comunicación a través de las estrategias inmediatistas del mimo. Así, estas masas infantilizadas fluyen desbocadamente en los espacios inmateriales y líquidamente urbanos de la americanósfera, viéndose a sí mismas como habitantes del Gran Palacio de Cristal. En otras palabras, han desertado del mundo exterior para cultivarse a sí mismos e introducirse al invernadero del confort convertido hoy en el gran útero de la felicidad paradójica. Tal constreñimiento tiende a no dejar nada fuera, ni siquiera las lejanas fantasías de los novelistas de
ciencia ficción, quienes a estas alturas se han vuelto cronistas de la Gran Instalación como gusta definir también al ambiente planetario el maestro alemán. Para decirlo en tono sociológico, los individuos, auténticas moléculas gasificadas, pasean ansiosamente en las atmósferas maternales de los centros comerciales para calmar sus depresiones adquiriendo algún producto efímero; asisten a los festivales de entretenimiento para saciar el aburrimiento impuesto por la vida doméstica; festejan a la menor provocación cualquier suceso con tal de no interrumpir la infantil fiesta intermitente. Es más, hasta en las conmemoraciones por los derechos humanos sienten la emoción de la conversión de la memoria histórica social en parque temático. Esta nueva situación marca, según Sloterdijk, el flujo hacía una nueva era capitalista de grandes consecuencias histórico-filosóficas, donde el relato sobre el ser ya no tendría nada que ver con aquélla idea de ser-en planteada por Heidegger (El ser y el tiempo, 1927) en el que en se asienta como expresión de posición de la ex-sistencia (como el METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
131
IMPRENTA PÚBLICA l PABLO GAYTÁN SANTIAGO estar fuera, en lo abierto), sino con el éntasis del hombre contemporáneo, quien está al mismo tiempo adentro y afuera de él mismo. En su relato filosófico El mundo interior. Rainer María Rilke casi se encuentra con Adam Smith, Sloterdijk plantea que el exterior pierde su extrañeza para convertirse todo en él “casa del alma”. Vamos pues, si encendiéramos la pantalla de nuestra inmediatez observaríamos a millones de televidentes extasiados ante los fragmentos visuales del planeta Marte, dejándose llevar al mismo tiempo por el barullo hedonístico que reina en su interior debido a su desatada fe consumista. A contracorriente del sedentarismo mental de los catedráticos vitalicios, el autor de la Crítica de la razón cínica (1989) pone en movimiento palabras clave como aburrimiento, existencia de invernadero y reconstrucción psicopolítica de la fracción de la humanidad como poder adquisitivo con el propósito de conectar relato histórico y filosofía, y así desenmascarar el aburrimiento del “existente sin retos” que hace de la cultura de masas, el humanismo y el biologicismo el ancla de su narcisismo primario poshistórico. En el mundo interior del capital, ensayo filosófico-hiperbólico del crítico de los grandes santones de la escuela de Frankfurt, está estructurado en dos secciones. En la primera, titulada “Sobre el surgimiento del sistema mundo”, el filósofo nos introduce a otra visión de la historia del capitalismo en sus procesos de constitución como sistema mundo, sistema globo y la poshistoria, así como a los viajes de la imaginación de Julio Verne. Finalmente, Sloterdijk retoma la metáfora dostoyevskiana del Palacio de Cristal para evidenMETAPOLÍTICA
132
núm. 60 | julio-agosto 2008
ciar las nuevas formas que adquiere la existencia humana en el capitalismo. Esta primera parte del ensayo debería interesar particularmente a todos aquéllos historiadores del capitalismo que han visto hasta ahora su historia como si fuera un movimiento de estructuras económicas sin el concurso de la imaginación humana que construye metáforas para configurar la subjetividad capitalista desde la interioridad o la exterioridad del narcisismo humanista. En la segunda parte, titulada “El gran interior”, Sloterdijk aborda la configuración del tiempo, el mundo acuático, los riesgos del comercio y el imaginario de la fortuna como fuerza constitutiva del interior subjetivo del capitalismo. Ahí mismo, el autor del Extrañamiento del mundo (1998) propone su teoría filosófica de la posglobalización y disecciona como si fuera un crítico del capitalismo cognitivo y conceptual, la emergencia del nuevo arquetipo antropológico del capitalismo poshumanista del siglo XXI. El autor teoriza la filosofía de la Ecúmene y el confort, se arriesga a configurar el dominio de las atmósferas en el Palacio de Cristal, pero sobre todo, llama la atención sobre el mimo y la transvaloración de todos los valores en medio del aburrido mundo capitalista. En “El palacio de cristal”, Sloterdijk refiere que en el actual espacio interior del capital surge una novísima subjetividad enraizada en la éntasis, en el cual el yo sería el recipiente integral o el lugar universal del ser. En este lugar, el superhombre de la existencia estática se guía por la máxima del “uno no gana porque vale, vale porque gana” para transitar en las carreteras de la inestabilidad laboral, ahí en donde el
ejecutivo —armado de su capacidad de innovación— oportunamente se cuela en las esferas de los cuartos de guerra de alguna empresa de la comunicación o la información. Con su facha desenfadada mueve índices económicos, especula financieramente o autogestiona su emocionalidad. Además sabe que el virtuosismo lingüístico, las relaciones interpersonales y la simulación social son las herramientas con las cuales hacer valer su interminable y efímero éxito en el gran Palacio de Cristal. La afortunada metáfora del Palacio de Cristal que Sloterdijk retoma de las Memorias del subsuelo de Dostoyevski (a quien considera un precursor de la crítica a la globalización), resulta útil para que el lector acostumbrado a las desgastadas visiones de las industrias culturales en la era del neoliberalismo, aterrice en el espacio interior del capital para comprenderlo como “expresión socio-topológica, que se introduce aquí para la fuerza creadora de interior de los medios contemporáneos de tráfico y comunicación: circunscribe el horizonte de las oportunidades, que abre el dinero, de acceso a lugares, personas, mercancías y datos…la forma determinante de subjetividad dentro de la Gran Instalación está determinada por la disponibilidad de capacidad adquisitiva” (p. 236). En esta concepción podemos leer la influencia de Gaston Bachelard y el guiño del aficionado al arte contemporáneo que en tono irónico nos propone Sloterdijk para aproximarnos al espacio interior del capital como si fuera una Gran Instalación; una videoinstalación donde nos observamos como espectadores atrapados en la inmovilidad
EL PALACIO DE CRISTAL DE SLOTERDIJK l IMPRENTA PÚBLICA
y la trivialidad. Esta concepción sobre el espacio ya no se limita al espacio flujo que habían planteado hace décadas los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari en su obra El antiedipo, ni en el espacio flujo como operación técnico-electrónica ofrecida por Manuel Castells en La era de la información; ahora Sloterdijk nos propone la idea de espacio éntasis. Ese espacio que hace sentir al hombre contemporáneo como si flotara como basura cósmica en el espacio exterior del globo terráqueo pero viéndose en una pantalla plana que no le permite distinguir entre el adentro y el exterior. Con esta definición de la subjetividad capitalista espacializada, el autor se opone a aquella idea dicotómica tan en boga de que el “neoliberalismo” —como gustan llamar al capitalismo algunos analistas académicos—, es una “cosa” que imponen los dueños del dinero, y que mediante la democracia y la participación ciudadana los sin-dinero pueden reorientar las desigualdades sociales, económicas y políticas, como si la antigua conciencia de clase convocada por los militantes socialistas se hubiera convertido en una conciencia ciudadana que asaltará el poder con su voto intercambiado por un cheque extendido por alguna institución estatal asistencialista. El estresado hombre extático es un sujeto a la deriva que ya no busca ni tiene aquélla identidad de clase que el proyecto marxista proponía, ni mucho menos busca la ciudadanía que los doxosofos de la democracia liberal le imponían ante el supuesto fin de la historia. No, el sujeto de la innovación no busca identidad, busca opciones, tal y como el triunfante capitalismo cognitivo le propone a través de mensajes iróni-
cos y sarcásticos. Al mismo tiempo, estimula al sujeto de “cabeza reducida” estar al día, a elegir el color de temporada o el modelo de celular más actual. Es decir, el sujeto ciudadano consumidor autogestiona la estrategia de reconstrucción psicopolítica de mercado. Es un cliente tan propositivo que es capaz de inventar soluciones a la empresa que le brinda los bienes y servicios de su preferencia. Así, el mercado es el gran centro de capacitación e innovación donde el individuo ejerce su soberanía, quien elige este o aquel producto. De ahí que el síntoma último de la pérdida de identidad sea la proliferación de las estrategias mercadológicas para encumbrar líderes políticos. A contracorriente de la hegemonía académica lacaniana o de los estudios culturales que siguen considerando al individuo como un ente que se sujeta al orden simbólico de un Gran Otro —sea Dios Padre o la Patria—, Sloterdijk considera al ser-sujeto como el “actuar por decisión propia”. Por ese motivo considera al emprendedor como el arquetipo posmoderno dispuesto a actuar por sí mismo, desinhibiendo todo obstáculo interior y exterior que limite su capacidad de elección en el mercado. En ese sentido, hoy día los miembros gasificados de las masas consumistas están dispuestos a cualquier cosa con tal de elegir cualquier producto en el mercado. Con el propósito de evitar la caída del ánimo mercantil los empresarios de la excelencia y la innovación se dirigen a millones de potenciales emprendedores con el fin de estimularlos a proseguir su magna tarea de competir por la fama, único y gran valor de los tiempos poshistóricos. De ahí que podamos entender el
nihilismo juvenil como un estado extático capitalista que sólo busca a través de la moda o el consumo en general, no parecer menos que sus pares. Mimo y aburrimiento serían dos momentos de la constitución del sujeto poshistórico. Por ejemplo, al sujeto extático joven sus padres filiales lo miman inhibiéndole toda posibilidad de sufrimiento; ¡Que ellos no sufran las carencias que tuve cuando fui joven! suelen decir los padres cincuentones. Además, al soberano consumidor le brindan múltiples opciones de confort, incluida la rebelión que puede manifestarse al tomar un café orgánico, portando una playera con algún estampado revolucionario e incluso soñando despierto con algún documental de crítica social. A ello podemos sumar las facilidades que dan al soberano las instituciones financieras a través de tarjetas de crédito, las becas de instituciones estatales para estudiar, los programas sociales de entretenimiento y los proyectos de capacitación para que las nuevas generaciones puedan aprender saberes para el mundo laboral del entretenimiento. Mimo por doquier para suavizar la omnipresencia difusa del aburrimiento. Si hasta en la modernidad de la década del sesenta el aburrimiento provocaba revoluciones según rezaban las viejas consignas situacionistas, en los actuales tiempos de la Gran Instalación, el aburrimiento se alivia consumiendo la inmensidad del inacabable mundo ofrecido por las empresas de la descarga emocional. Y es que los fenómenos del estrés aparecen debido a que el soberano consumidor día a día se autoasesora, se autopersuade, se autodesinhibe para lograr el éxito, al mismo tiempo que busca herramientas para desMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
133
IMPRENTA PÚBLICA l PABLO GAYTÁN SANTIAGO cargar su estrés. Para ello, un ejército de orientadores mediáticos le brindan soluciones cuando no logra el triunfo: puede adquirir un best seller para tomar las cosas con calma, tomar un diplomado para hablar en público, un spa para desestresarse, el gimnasio o algún complemento alimenticio. Con ello, el sujeto arquetípico del Palacio de Cristal consigue ejercitarse hasta llegar a ser dueño y propietario de sus propios padecimientos y pasiones, nadie más que él es el constructor de su fama o mediocridad. El principio del menor esfuerzo, el analfabetismo funcional, el oportunismo y el virtuosismo son algunas de las características del sujeto extático en proceso de psicologización. Lo único que vale la pena para él es la búsqueda del poder adquisitivo. Es portador de la subje-
METAPOLÍTICA
134
núm. 60 | julio-agosto 2008
tividad del sí-mismo-user (definido por Sloterdijk como “el agente que ya no tiene necesidad de hacerse sujeto configurado al modo formativo, dado que se puede liberar de la carga de reunir experiencias. Ahora no adquiere conocimientos, tan sólo los convoca. Ya no acumula experiencias, más bien agrega direcciones, ventanas, descargas informáticas”). En suma, el sujeto-user se caracteriza por ser cognitivo de operaciones mentales concretas, ya que le basta con aprender el manejo de técnicas de acceso eficientes, es un ser introvertido en términos de conocimiento. El término informático downloading ilustra la liberación de la exigencia de hacer experiencias. La figura máxima de este sujeto es ser como algún actor del entre-
tenimiento, quien se mueve en la superficie del bienestar como auténtico soberano de la vulgaridad. Así es en el tiempo obscuro de la transparencia del Palacio de Cristal, que sólo ofrece a sus habitantes el conformismo aburrido de una sociedad en ruinas. Finalmente, Sloterdijk, el filósofo hiperbólico que es capaz de extrañarse del mundo cuando escucha el sonido prodigioso de los acantilados escandinavos, nos exhorta a desertar por unos momentos no sólo de las mutaciones del confort, sino también de los sedentarios marcos teóricos dominantes que nos invitan a sumarnos a la democracia de mercado como única salida a la mediocridad del pensamiento. Sólo para extrañarnos del universo del entretenimiento. Q
Foucault Y EL LIBERALISMO María Luisa Bacarlett Pérez* [Michel Foucault, Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France (1978-1979), México, FCE, 2008.]
U
no de los riesgos que ha traído consigo reducir el pensamiento foucaulteano a un conjunto de temas y lugares comunes es que, al abordar tópicos *Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México.
que no están dentro de dicho cuerpo teórico habitual, no se haría más que desmerecer y desfigurar la pureza de un pensamiento que a lo lejos parece estar bien sujeto a perspectivas rutinarias. Es común, por ejemplo, escuchar que en Foucault el poder no puede pensarse como una sustancia u objeto que pueda poseerse; bien al contrario, el poder es algo que se ejerce, que cruza los cuerpos y que no tiene un lugar donde pueda localizársele de manera precisa. En este marco, el Estado
no sería el lugar privilegiado del poder, no le pertenece ni exclusiva ni privilegiadamente, sino que habría más bien una “capilaridad” del poder que lo instala en lo microfísico, en las relaciones cotidianas, familiares. Esta concepción del poder es, sin duda, cara a Foucault, pero ello no puede llevarnos a afirmar que por tales razones su obra jamás se ocuparía del Estado, de sus funciones frente al despliegue de aquello que conocemos como poder disciplinario y, más recientemente, del METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
135
IMPRENTA PÚBLICA l MARÍA LUISA BACARLETT PÉREZ poder que se ejerce en las sociedades liberales. Muestra de ello es este libro, Nacimiento de la biopolítica, que constituye la trascripción íntegra del curso impartido en 1979 en el Collège de France. De inicio el curso parece prometer otra cosa, se espera un desarrollo más amplio del concepto de biopolítica y de la manera cómo el Estado moderno ha tomado bajo sus manos la gestión de las poblaciones; sin embargo, no deja de sorprender que casi la totalidad del texto se refiere a la emergencia del liberalismo, a la forma que toma el Estado liberal y del cambio que representó tal teoría económica y forma de gobernar frente al poder disciplinario. En principio, para Foucault las sociedades disciplinarias han desplegado una forma minuciosa y detallada de vigilancia y gestión de los cuerpos, de las conductas y las desviaciones. Sin embargo, tal esquema será puesto en entredicho por la economía política; de hecho, de acuerdo a Foucault el principio con el que nace la inquietud liberal en los textos clásicos de la economía política es el de “gobernar menos”; en otros términos, nace la inquietud de que frente a la pujanza del mercado mundial se hace necesaria una menor intervención del Estado, sobre todo en cuestiones económicas. Aunque el término “economía política” fue introducido por vez
primera en 1615 por Antonie de Montchrétien, el movimiento despega de manera contundente con la obra de Adam Smith en el siglo XVIII, en la que se hace patente esta necesidad de poner límites a la intervención estatal. Para Foucault, dicha demanda de limitación fue más allá produciendo una verdadera inversión de roles, porque será ahora el mercado lo que se convertirá en el “lugar de veridicción” del Estado; es decir, será ahora la actividad económica la que hablará del buen o mal manejo del gobierno, de su capacidad administrativa, de su desempeño, en suma, será el mercado el lugar donde el Estado alcanzará, o no, su legitimación. Habría que preguntarnos ahora qué significa gobernar menos. Para Foucault no es erróneo emparentar al liberalismo con una cierta forma de “naturalismo”, en tanto no se trata de bloquear, dirigir o coaccionar los procesos económicos, sino de conocer su naturaleza íntima y acompañarla con la menor interferencia posible: al mar no se le mete en una canal, se le surfea, se siguen sus olas y se sacan beneficios de su oleaje. Este naturalismo también se expresará en otro rasgo distintivo del Estado liberal, ya que éste no tiene como cometido coartar o bloquear las libertades, sino más bien lo contrario: su fin es producir libertades o, como lo expresa el propio Foucault, el liberalismo necesita
libertad, consume libertad; es decir, está obligado a producirla, a gestionarla, a organizarla. El precio a pagar por tal producción de libertad —obviamente una libertad funcional al mercado y a la gestión de las poblaciones— será la pululación de riesgos, peligros, tanto globales como cotidianos; en suma, los principales problemas a los que tendrá que enfrentarse el Estado liberal son problemas de seguridad producto de esta producción funcional de libertades. Es precisamente ahí donde entra la biopolítica, porque ¿de dónde vendrá el mayor riesgo y amenaza al correcto funcionamiento del mercado y de las libertades, si no de la vida y de lo que ello implica: enfermedades, epidemias, crecimiento demográfico, hambrunas, muertes, etcétera? De ahí que Foucault no dude en reducir el papel del Estado en las sociedades liberales al de mero gestor de política social: desplegar todos los dispositivos y políticas que estén en sus manos para reducir los riesgos —de estallido social, de catástrofe biológica, de crisis política—, garantizando así la seguridad y el buen funcionamiento del mercado. La lectura de este texto —que en un principio resulta un poco árida— al final nos deja un saldo no de espanto, ni siquiera de inquietud, sino de zozobra al reconocer que aquello que Foucault afirmó en 1979 nos sigue siendo tristemente actual. Q
Notas y noticias en línea:
Visita el blog de la revista: metapolitica.blogspot.com
METAPOLÍTICA
136
núm. 60 | julio-agosto 2008
China en el siglo XXI. ¿HACIA UNA NUEVA BIPOLARIDAD? Wendy Jazmín Juárez Soto* [María Cristina Rosas, China en el siglo XXI: ¿hacia una nueva bipolaridad?, México, UNAM/Australian National University, 2007.]
A
l estudiar las Relaciones Internacionales en la actualidad, no podemos dejar de hablar del papel que China juega en este escenario. Sin duda, resulta inquietante conocer cuál es la receta que ha seguido la República Popular China para llegar a tener el impacto que posee en la actualidad en el orden mundial. Precisamente en esta tesitura, y para entender la dimensión del poderío chino, se ha publicado este libro que nos da una visión general de lo que ha sido, es y quizá pueda llegar a ser esa nación. La autora de esta obra aborda de una manera completa la evolución de China, así como sus relaciones con las diversas regiones del mundo, inclusive las que algunos consideran “periféricas”, como Asia * Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Central, África y América Latina, para terminar con una reflexión necesaria sobre las relaciones de México con el gigante asiático. China se ha preocupado por forjar alianzas con un gran número de países con los que históricamente había tenido brutales rivalidades, incluyendo Rusia, India, Japón y las naciones europeas. Con Estados Unidos existe una relación sumamente equilibrada, no sólo por las evidentes capacidades militares y diplomáticas (hard y soft power) de que dispone Beijing, sino también por la fortaleza económica que le permite a los chinos mantener un abrumador superávit comercial respecto a la nación más poderosa del planeta. Con una política exterior que intenta revertir la imagen de amenaza que tradicionalmente se percibe en Occidente, el gobierno chino se ha esmerado en popularizar la política de desarrollo pacífico, que le permitirá tener vínculos menos conflictivos con el mundo exterior. Hoy por hoy el país asiático goza de fortalezas internas que le permiten una proyección internacional incuestionable, la cual vaticina, en
principio, una nueva bipolaridad en el mundo del siglo XXI. Es evidente que cada vez hay más estudios que destacan el espectacular crecimiento económico de China, y si éste poder es el principal instrumento para la obtención del poder político, entonces el país asiático se estaría ubicando en la cúspide de las naciones y conglomerados de entidades consideradas como las más poderosas a nivel regional y mundial —como Rusia, la Unión Europea, Japón e India— frente a Estados Unidos, que actualmente es la superpotencia del planeta. En este sentido, China compite con éstas naciones para definir su supremacía, lo cual le permitiría desafiar a Washington con mayor solidez. Para ello Beijing ha creado una red de alianzas con los rusos, los europeos, los japoneses y los indios, en el entendido de que sólo a través del desarrollo de relaciones de cooperación es que China puede consolidar su poder económico, político, militar e incluso cultural. Esta situación es reforzada, dice Rosas, porque Estados Unidos ha perdido liderazgo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, con lo que se ha METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
137
IMPRENTA PÚBLICA l WENDY JAZMÍN JUÁREZ SOTO puesto de manifiesto su vulnerabilidad y su empleo constante de poder duro, que le ha restado prestigio a nivel internacional. Además, con la decisión de ir a la guerra con Irak ha perdido legitimidad y ha vulnerado las relaciones con sus aliados, situación que ha sembrado dudas respecto a la capacidad de Estados Unidos de conducir al mundo por el camino más acertado. De ésta manera, aun cuando las relaciones internacionales del siglo XXI tienden a una multipolaridad, en los hechos hay una confrontación entre Estados Unidos y los cinco rivales estratégicos antes mencionados; adicionalmente, hay una disputa entre esos cinco en aras de definir al vencedor que habría de confrontar a Washington, según lo plantea la autora. La reflexión que destaca en este sentido es que el camino a la nueva bipolaridad pasa por la multipolaridad. Para que China arribe a condiciones de poder equivalentes a las de Estados Unidos, pasará mucho tiempo; pero es claro que trabaja cotidianamente para concretar una gran estrategia en esa dirección. Claro está que Estados Unidos no desea una bipolaridad, dado que ésta acotaría sus márgenes de maniobra en el mundo. Sin embargo, mientras que Washington privilegia el poder absoluto, sobre todo con un cariz militarista, China, en cambio, pone énfasis en el poder relativo y en una combinación de los recursos de poder duro y suave de que dispone para la consecución de sus objetivos nacionales. Un capítulo de lectura obligada es el que se refiere a las relaciones entre México y China. Aun cuando los dos son países en desarrollo, los vínculos que han mantenido se caracterizan por la desigualdad. Es impresionante que la lejanía geográMETAPOLÍTICA
138
núm. 60 | julio-agosto 2008
fica no haya sido una dificultad para el país asiático: el que China tenga una presencia comercial legal o ilegal tan importante en México, elimina cualquier argumento en torno a las distancias geográficas. Es verdaderamente preocupante observar que México se ha dedicado a negociar tratados de libre comercio al por mayor, y que pese a ello no alcanza a utilizarlos en aras de incursionar en mercados no tradicionales, en tanto que China, que apenas empieza a interesarse en los tratados comerciales, conquista al mundo y a Estados Unidos incluso a costa de México. Es evidente que, dada la situación geográfica de México, China considera como estratégica la relación y no sólo por la cercanía con el mercado de Estados Unidos, sino por el hecho de que gran parte de los países centroamericanos siguen manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán, situación que China intenta revertir. Ahora bien, en el rubro de los intercambios comerciales, desde 1990 la balanza comercial bilateral ha sido deficitaria para México. Es necesario señalar que el crecimiento geométrico que se observa en la balanza comercial entre México y China es resultado solamente de las acciones chinas, puesto que, a pesar de ser un mercado en expansión, la comunidad empresarial mexicana en lo general tiende a ignorar las oportunidades que ofrece el país asiático. Es cierto que México ha debido lidiar con las propias insuficiencias económicas emanadas de la rápida apertura comercial (Consenso de Washington) y de la imposibilidad, sobre todo por parte de las pequeñas y medianas empresas mexicanas, de ajustarse a las nuevas condiciones de competencia internacional.
También es cierto que, en el plano comercial, China no siempre juega conforme a las reglas e incurre en numerosas prácticas desleales; sin embargo, las autoridades mexicanas sólo se quejan, sin tomar en cuenta su propio trabajo. Siempre es más sencillo pensar que todo lo hicimos bien y los otros son los que se equivocan. De esta forma, México enfrenta numerosos retos tanto en el plano interno como en el externo, como desarrollar una política industrial que le permita planear a largo plazo, así como una mayor participación del Estado en la gestión económica, educativa y de desarrollo científico y tecnológico. De igual manera debe incentivar el ahorro interno y desarrollar una política fiscal mucho más apropiada, todo esto proyectado en el ámbito internacional, utilizando los foros internacionales y aprovechando la cooperación. En su relación con China, México deberá priorizar estos desafíos, que se enfocan en el acercamiento informado y concienzudo de las relaciones entre ambos, así como la creación de una estrategia de acción para acceder al mercado chino capacitando a los empresario mexicanos en torno a las oportunidades que ofrece China y estimularlos a acercarse a dicho país. Sin titubeo, puedo decir que ha sido un deleite poder recorrer, con este libro, siglos de historia y acontecimientos, de una manera clara, digerible y sobre todo bien argumentada. En inevitable que como lectora termine sintiéndose atraída por el tema, se interese o no en el caso de China. Es un libro que debe ser leído por todos aquellos que quieren tener una visión clara sobre lo que será, sin duda, el orden mundial de las próximas décadas. Q
EL VERDADERO OFICIO DEL LIBRERO Santiago Ruiz Velasco* [Mijaíl Osorguín, La Librería de los Escritores, México, Sexto Piso, 2008.]
O
tra más de las intuiciones equivocadas: los libros son eternos. Y si no los libros, sus contenidos. Las ideas ahí están, cualquiera, si quiere, puede consultar lo que escribió Voltaire, cualquiera puede alcanzar unos veintiocho siglos después a Homero, o acercarse al más reciente manual de neurotología. No hay vuelta atrás. Scripta manent. La frase latina parecería confirmar esto, viene de cuando ese idioma era de uso común. Pero antes de echar las campanas al vuelo, hay que detenerse a pensar un momento: sobrevivió una frase, no el idioma. De la escritura latina sobrevivió mucho, más de lo que uno puede abarcar, aun siendo especialista, pero mucho más se debe haber perdido. Y eso que fue la lengua imperial. ¿Qué queda de los etruscos, del resto de los idiomas que se hablaban en Europa antes del imperio? Poco, alguna inscripción en una vasija o en una tumba. *Nació en el D. F. en 1983. Para no hablar de su extraña situación académica dice que es pasante de Lengua y Literaturas Hispánicas de la UNAM. Es tallerista en el taller de minificciones de Ficticia.com.
Lo escrito no permanece: tiende, como todo, a desaparecer, y cuando sobrevive, es gracias al esfuerzo de mucha gente que cuida los textos, los copia, los empasta, los memoriza, los recita, los almacena o los vende y, en fin, se encarga de que duren un poco más. En algunas bibliotecas hay un fondo antiguo, con la humedad y la temperatura controladas, tan frágiles son sus libros. En cambio, puede darse que las condiciones más bien sean adversas. Imagine un país en quiebra, con unos inviernos largos, helados y húmedos, con un gobierno que quiere controlarlo todo y una población que sobre todo quiere comer. También ahí hubo quien se empeñó en mantener viva la palabra. Moscú, 1918. Un grupo de intelectuales, criados en el zarismo y rápidamente desilusionados de la Revolución, buscando un trabajo para el que sean aptos, pero en realidad en un acto de resistencia contra la desaparición de esos trabajos, decide unir fuerzas y talentos y fundar una librería. Tras invertir sus pocos recursos, y con la ayuda de unas personas más, consiguen un local, lo amueblan y obtienen el primer fondo bibliográfico para comerciar, así que abren las puertas. Son Pável Murátov, Mijaíl Lind, Nikolái Mináiev, Vladislav Jodasévich, Boris Griftsov, Alexandr
Yákovlev, y después también Borís Záitsev, Nikolái Berdiáiev, Alexéi Dzhivelégov, y la señora Dilévskaia, la cajera, sin olvidar a Mijaíl Osorguín, que estuvo desde el principio, el autor de (casi todo) el libro que nos ocupa, llamado, como el lugar, La Librería de los Escritores. Nombres desconocidos para la gran mayoría —quizá un estudioso o aficionado a la literatura rusa reconozca alguno—, pero dignos del mayor homenaje, y es probable que ese sea el que hizo Osorguín: contar su historia, pues es una historia que merece ser repetida y escuchada todas las veces que sea posible, para no olvidarla, porque precisamente trata del rescate de las historias. Aprovecharía este espacio para contarla a mi vez, pero cualquier resumen palidece ante el recuerdo de primera mano, lleno de anécdotas, y la prosa ágil de Osorguín. Sólo decir que, durante cuatro años, de 1918 a 1922, cuando al fin no resistió las presiones tributarias del nuevo régimen, la Librería fue la primera, y por mucho tiempo la única, en la que el intercambio de ideas no estaba restringido ni mediado por el Estado, ya que, mientras todas las demás estaban sujetas a un censo estricto y tenían que pedir permiso al sóviet correspondiente para tal o cual transacción —cuando no habían sido confiscaMETAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
139
IMPRENTA PÚBLICA l SANTIAGO RUIZ VELASCO das, “municipalizadas” y eran atendidas por gente “transida de frío y hambre, incapaz de trabajar y obsesionada con las raciones” alimenticias que otorgaba el gobierno a sus funcionarios, según su jerarquía—, ellos, por negligencia o indulgencia, por ser un negocio pequeño y nuevo o por ser una cooperativa de escritores afiliados al gremio, por suerte en fin, no se tuvieron que someter a la municipalización, y, siendo gente de libros, de pronto eran con quienes ir si uno quería vender su biblioteca sin temores, y obteniendo precios que aun si a veces no podían ser justos, al menos eran decentes y humanos. En medio de una crisis económica atroz, con el rublo devaluándose a diario, hasta volverse inútil como medida del valor de las cosas, esto era sin duda loable. Porque, entendámonos, por cinco volúmenes de una historia del arte ruso muy prestigiosa, se pagaban “por lo general, hasta dos puds de harina de centeno”. Un pud son poco más de dieciséis kilos, así que se mercaban alrededor de seis kilos de harina por volumen. Otros pagaban con papas o arenque. Morris Berman, en El crepúsculo de la cultura americana, plantea que lo mejor que se puede hacer en esta hora por la cultura estadounidense es preservarla, y propone “la opción monástica”, en analogía con las órdenes medievales, a través de las cuales se preservó la cultura grecolatina en Europa. No tanto crear como conservar lo valioso en espera de mejores tiempos, más fértiles, a la vera de la cultura de masas que no lo necesita y que lo desprecia. ¿No es precisamente eso lo que hicieron Osorguín y compañía? En cierto sentido sí, pero aun diría más: no sólo conservaron lo valioMETAPOLÍTICA
140
núm. 60 | julio-agosto 2008
so, lo distribuyeron; no esperaron un tiempo mejor, construyeron un espacio bueno. Su librería se convirtió en el lugar de reunión de los lectores, de estudiantes y profesores, de los que buscaban una traducción de Nietzsche (el segundo texto de Osorguín, “De cómo vendíamos libros”, se extiende sobre esa anécdota), de los que vendían sus bibliotecas y de los que las extrañaban, de quienes querían una novela rosa y quienes invertían en libros antiguos para salvar las devaluaciones. Preparaban la tierra para el futuro, pero ya en su presente cosechaban. Y no sólo se dedicaron a la compraventa de libros y al diálogo con la clientela (algo que se extraña en nuestras librerías), sino también fueron editores. Los libreros y bibliófilos no fueron los únicos en sufrir las condiciones del país. También los escritores la pasaban mal, y las editoriales, con las imprentas clausuradas, caían como moscas. En esos momentos, los cooperativistas de la Librería emprendieron uno de sus proyectos más encomiables: editaron una serie de libros únicos (ciento noventa), un solo ejemplar, escrito a mano, de una obra de alguien que no tenía otro modo de darla a conocer, puesto a la venta con el único fin de que circulara. De cada autor que publicó con ellos sus autógrafos, la Librería compró un ejemplar para su colección, y así lograron conservar por esos años un poco del pensamiento ruso; el resto se dispersó entre los lectores. En este volumen se reproducen facsimilarmente unos poemas de Marina Tsvietáieva, traducidos por Selma Ancira y Francisco Segovia (por si fuera poco, también hay, repartidas aquí y allá, unas ilustraciones de Alexéi Rémizov). A eso
me refería arriba al decir que casi todo lo escribió Osorguín. Imagine ahora, si hiciera falta, un país donde no se lee, con serios problemas de distribución para los libros, en donde las librerías más importantes están llenas de novedades pero un libro de hace diez años parecería no haber existido nunca. Si la narración de Osorguín le pareció un simple elogio del libre mercado, debe ir más allá: habla de conservar libre el pensamiento, y la experiencia basta para mostrar que se le puede oprimir con la misma facilidad en un sistema liberal que en el que vivieron ellos. El resultado es el mismo cuando el Estado decide qué libros se venden, o incluso cuáles existen, que cuando lo hacen “las exigencias del mercado”. Era poco pasado el mediodía cuando empecé a leer La Librería de los Escritores, viajaba en un camión y un albañil se sentó a mi lado, se recargó en la ventana y se durmió. Entonces me entró una duda: ¿qué hago leyendo esto?, ¿de qué sirve?, ¿este librito qué vale frente a un hombre que aprovecha los minutos del viaje para descansar lo que probablemente no le alcanza la noche, y que sin duda no ganará en el día lo suficiente para pagar lo que mi ejemplar cuesta? O, resumiendo, ¿no es vano leer historias de lejos y hace mucho cuando hay quien vive así?, ¿por qué no hacer algo útil? La respuesta, por suerte, la encontré en la misma lectura, al retomarla con un poco de culpa: no sólo no es vano, es útil. Aunque estoy casi seguro de que mi compañero de viaje nunca intentó echar una ojeada al libro (me hubiera encantado poder contar que lo caché espiando sobre mi hombro), casi igual de seguro estoy de que algún bien le hará que haya más gente a su alrededor que conozca La Librería. Q
Pecado Y MALDAD Marco Tulio Aguilera Garramuño* [Jorge A. Abascal Andrade, Cuentos de conjuros, amanuenses y demonios, México, Ediciones de Educación y Cultura, 2006.]
H
e leído tres veces seguidas esta noveleta de este escritor residente en Puebla, y debo decir que ninguna otra novela me había encantado al punto de leerla tres veces ininterrumpidamente. Recuerdo que Farabeuf la leí dos veces. La novela de Abascal me obligó a volver a comenzar varias veces, atrapado como estuve por un ambiente de encantamiento y deleite, personajes inolvidables y un estilo subyugador por poético e inteligente. Sólo en una ciudad como Puebla, en la que el pasado se halla tan presente, agazapado en las arquitecturas y los infolios ocultos en bibliotecas arcanas, se podría haber producido una obra como ésta. En tiempos medievales el pueblo de Huesca —conjeturo que en España o Portugal (por ahí se menciona Lusitania)— se ve arrasado por un viento gris que borra toda posibilidad de recato y lanza a sus pobladores a un desenfreno absoluto, que aparentemente tiene que ver con el universal dominio del mal, pero que muy sutilmente insinúa la *Escritor. Su último libro es Cuentos para antes de hacer el amor (México, Ediciones de Educación y Cultura, 2007).
búsqueda de un conocimiento otro, lejano a las teologías y dogmas. El amanuense Teclo, que descifra la versión obscena de la legendaria Disciplina clericalis, la heteira Pitania, el enano Fito —con su descomunal parte poco sentimental— el judío Elías y su gélida mujer Kyra, los barones que poseen el pueblo, doña Sol, la mujer del barón Gome, todos son arrastrados por un viento de lujuria del que no escapan ni siquiera los huertos y los jardines, que poseen desaforadamente a hombres y mujeres. Abascal, el autor, debe ser un buen lector de textos medievales y de infolios crípticos, así como un erudito en lenguajes arcaicos, además de conocedor pleno del Quijote y sus antecesores, pero no por ello configura una novela rebuscada, alambicada o prepotente: antes por el contrario logra un estilo ágil, elegante, con frecuentes y deslumbrantes imágenes, ocasionando el placer intenso del lector (o por lo menos de este lector que soy yo). Huesca, el pueblo, es un lugar sin Dios, visitado solamente por el demonio Azaquiel, sin duda un ángel caído y vengativo, que quiere someter a los humanos a nuevas reglas, lejanas de los cilicios y cercanas a toda sensualidad, a todo exceso, a toda falta de remordimiento. Es claro en esta novela el irracional atractivo que tienen el mal y el
pecado para los hombres. La apoteosis de la novela se halla en dos puntos: cuando el judío y su antes gélida mujer, se funden en un solo cuerpo tras fornicar ciclópeamente por muchas horas, configurando una nueva imagen (ya prefigurada por Platón): la del andrógino: un solo cuerpo, dos sexos. El otro momento se halla cuando Fito, el enano bien dotado, bebe de la fuente de agua turbia, tornada clara por arte de encantamiento, y se ve transformado en un hombre de proporciones normales. Intentar una lectura alegórica de esta obra sería perfectamente lícito y sin duda hay trasfondo suficiente, pero para este lector que soy, me basta con los pases mágicos de este narrador pasmoso que es Andrade, me basta con ese aire gris que azuela a Huesca, con esos personajes que no son esperpénticos, sino simplemente humanos, pecadores, comme il faut. Dice Anatole France que no hay castos; solamente enfermos, hipócritas, maníacos y locos. Estoy de acuerdo. Supongo que Andrade también. El placer que ocasiona la lectura de esta noveleta no tiene precedentes para mí en la literatura mexicana —si leí dos veces seguidas Farabeuf fue por curiosidad, la más elemental de las incitaciones; si leí tres veces Cuentos de conjuros, de amanuenses y demonios, fue por puro deleite sibarita. Q METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
141
LAS PROYECCIONES INVERSAS DE
Philip Roth Mauricio Salvador*
[Philip Roth, Sale el espectro, México, Random House, 2008.]
¿En un mundo más estricto no seríamos fantasmas? Marco Antonio Montes de Oca
C
uando la crítica literaria vuelva a caer en los excesos en los que cayó el biografismo de fines del siglo XIX (algo no del todo imposible), Philip Roth será un problema exquisito. Tras casi cincuenta años de escribir novelas cuyas páginas exudan cada una de las emanaciones y eyaculaciones de su creador, sigue siendo una tentación pensar en Roth como Alex Portnoy, David Kepesh, Peter Tarnopol o, mejor, como Nathan Zuckerman. Sus personajes tienen algo tan convincentemente rothiano que es fácil establecer comparaciones entre ellos y su creador. ¿Qué tal, en Zuckerman Unbound, cuando el joven Nathan escribe un libro tan impactante y sexual, Carnovsky, como el que en su momento escribió Roth, su Portnoy’s Complaint?, *Últimamente ha tenido calambres en los dedos y en la espalda. Es porque se mudó de casa y ahora vive en el centro de la ciudad de México. Las cajas de libros esconden jubilosos proyectos de lectura. Tiene 28 años y Oveja es su año zodiacal. Es editor de la revista digital HermanoCerdo: http://trapoviejo.blogspot.com METAPOLÍTICA
142
núm. 60 | julio-agosto 2008
¿o el retiro de Nathan Zuckerman a los Berkshires, un fiel reflejo del retiro del propio Roth a su cabaña en Conneticut?, ¿o, en I Married a Communist, donde Ira Ringold vive un tormentoso romance con la actriz Eve Frame, vista por muchas como un retrato de la ex esposa de Roth, la también actriz Claire Bloom? El mismo Roth ha enredado aún más nuestros afanes en varios libros cuyo personaje principal es nada más y nada menos que Philip Roth. Operation Shylock es el epítome de este embrollo, cuando otro Philip Roth suplanta al Roth de la novela y dicta conferencias en Israel promoviendo la diáspora y obligando al verdadero Roth a viajar a Israel para enfrentarse con el impostor. En su última novela, Sale el espectro, Nathan Zuckerman pone estas preguntas sobre la mesa al reflexionar sobre la vida y el arte de otro escritor ficticio, E. I. Lonoff: ¿Es válido que la vida privada de un autor sea lo que juzgue la obra de un autor? La respuesta de Zuckerman, si es que podemos inferir alguna, es no, no es válido. Uno podría traer a cuento el caso de Saul Bellow, cuyos esbozos biográficos sirvieron más para desprestigiar sus novelas que para ofrecer una nueva comprensión de su obra. Las voces políticamente correctas que criticaron su vida (¡cinco esposas, por el amor de Dios!) vieron en sus novelas y en sus personajes principales, al
mismo Bellow. Y si Herzog era una especie de reprimido sexual y emocional, ¿quién podía probar que Bellow no era justamente Herzog? El resultado es que resulta difícil leer a Bellow sin tomar en cuenta las opiniones de avanzada del feminismo y del multiculturalismo. En Sale el espectro Zuckerman, 71 años, sufre de incontinencia e impotencia. El mítico falo de su juventud es ahora sólo un bulto de “carne arrugada”. Una nueva oportunidad para su problema es la que lo lleva de vuelta a Nueva York, después de haber pasado los últimos once años escribiendo sin cesar allá en los Berkshires, sin contacto con el mundo exterior (apenas unos viajes rápidos al pueblo vecino para comprar provisiones o visitar la biblioteca), sin televisión, sin internet, sin periódicos. En tal aislamiento apenas sabe quién es Tom Cruise. Y cuando se encuentra en las calles de Nueva York no logra comprender que la gente pase la mitad del día atenta a sus teléfonos celulares. Siendo como es, imagina la posibilidad de un relato en el que “Manhattan se ha convertido en una siniestra colectividad en la que todos espían a todos, cada uno es perseguido y controlado por la persona que está al otro extremo de su línea telefónica”. Hojeando el New York Review of Books encuentra el anuncio de una joven pareja de escritores que desea prestar su departamento a cambio de una casa en las afueras. Impulsi-
LAS PROYECCIONES INVERSAS DE PHILIP ROTH l IMPRENTA PÚBLICA
vamente Nathan ofrece su casa en los Berkshires, y así pronto se ve atraído hacia la joven y etérea Jamie Logan, escritora de ficción, casada con Billy Davidoff. Jamie Logan, que despertará en Zuckerman deseos que él creía perdidos para siempre, no es tanto un personaje como una representación del deseo de Zuckerman. Incluso Billy, con toda su ternura y adoración hacia Jamie, parece estar ahí sólo para contrastar con Richard Kliman, el ex amante de Jamie, y el hombre joven y decidido que pronto entablará contacto con Zuckerman con el fin de escribir la biografía de E. I. Lonoff, el escritor asceta tan admirado por Zuckerman en su juventud. De la misma manera que Jamie y Billy, Kliman es menos un personaje que un motivo para reflexionar sobre la pertinencia de juzgar una obra literaria a partir de la biografía del autor. Para Nathan el problema es el mismo: Cuando hubiera muerto, ¿quién podría proteger de Richard Kliman la historia de mi vida? ¿No era Lonoff su peldaño literario para acceder a mí? [...] ¿En qué aspectos no habría sido un ser humano modélico? Mi grande e indecoroso secreto. Sin duda existía uno. Sin duda existía más de uno. También es sorprendente que la destreza y el éxito que has tenido, sean los que fueren, hallen su consumación en el castigo de la inquisición biográfica. El hombre que domina las palabras, el hombre que crea los relatos durante toda su vida, al morir acaba recordado, si es que se le recuerda, por un relato inventado acerca de él...
Es como si Roth nos marcara la línea que no debemos cruzar, siem-
pre y cuando creamos que es Roth quien habla a través de Zuckerman. ¿Pero quién puede asegurar que las opiniones de Nathan Zuckerman son las de Philip Roth? Al hablar de las concepciones de Roth sobre el arte y la literatura, el crítico tendrá que abrirse paso entre esta maraña posmoderna. Porque si algo es seguro es que Zuckerman no es un narrador confiable, pues al contarnos la historia de Amy Bellete, Jamie Logan, Billiy David y Richard Kliman, también nos muestra su curiosa manera de trabajar, apropiándose de cuanto le pasa para ficcionalizarlo más tarde en la habitación de su hotel. Zuckerman ya no es el fálico escritor moviéndose entre camas y libros; ahora su atención se centra en el funcionamiento psicológico de las personas que lo rodean así como del suyo propio. Pero a la pérdida de su falo y de sus capacidades de continencia urinaria, Zuckerman añade un nuevo problema: Cuando decidí buscar ayuda médica en Nueva York, el escape que experimentaba no era sólo el de mi pene, ni el mal funcionamiento estaba restringido al esfínter de la vejiga; ni tampoco podía seguir confiando en que la crisis que se disponía a alterar mi vida confinaría la pérdida únicamente al ámbito del cuerpo. Esta vez era mi mente [...]
En una curva natural que va de sus primeros libros hipersexuales y energéticos, propios de los jóvenes Kepesh o Zuckerman, las últimas dos entregas de Roth, Elegía y Sale el espectro, son la viva descripción de la tribulación de la última edad. En Elegía, el héroe sin nombre de
la novela es hospitalizado siete veces por diversos males: una hernia, el apéndice, el corazón, etcétera. La humillante debacle de un hombre mayor la había ya mostrado Roth en libros como Patrimony y Sabbath’s Theater. En este tema Bellow también ofreció un ejemplo, el problema de colon, en The Dean’s December, o más claramente en Ravelstein, en la que Chick (trasunto de Bellow) narra el auge y la caída (por sida) de Ravelstein (trasunto de Allan Bloom). Pero la novela, situada durante la elección presidencial de 2004, es también un reflejo del estado mental de los liberales que vieron cómo Estados Unidos votaba por el desastre. Jamie Logan y Billy Davidoff —así como buena parte de sus amigos— lloran al conocer la derrota de Kerry. Zuckerman, que jamás “había contribuido a situar a un republicano en ningún cargo”, no se preocupa por las elecciones. Su mente, aunque atribulada por sus nuevas incapacidades, se concentra en la joven Jamie. Y en su habitación de hotel escribe largos diálogos imaginarios entre un Él y una Ella, que añaden una capa más de ficción a la novela. Así, tenemos al escritor de ficción Nathan Zuckerman, creado por Roth, que ficcionaliza en la misma novela a dos personajes, él y Jamie Logan, que viven una realidad paralela donde los deseos de Zuckerman se cumplen —mediante la ficción— pero donde también muestran sus contradicciones. La maestría de Roth consiste en haber escrito una novela en apariencia anodina, pero que vista en el conjunto de su obra ofrece una serie de problemas que pocos escritores contemporáneos pueden ofrecer. Q
METAPOLÍTICA
núm. 60 | julio-agosto 2008
143
ÚLTIMA PÁGINA
METAPOLÍTICA
144
núm. 60 | julio-agosto 2008