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Pesca
La gestión sostenible de los productos pesqueros y de los servicios asociados Pesca y acuicultura Fernando Torrent Ingeniero de Montes
Introducción y antecedentes
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La gestión sostenible de los recursos pesqueros en el medio acuático de la España actual debe permitir la optimización de la actividad de la pesca deportiva y recreativa del futuro, tanto para españoles como para extranjeros. Además, debería permitir aumentar las producciones de nuestra acuicultura para abastecer nuestro enorme mercado deficitario de productos pesqueros. Sin duda sigue siendo una oportunidad profesional única y pendiente para generar riqueza y es especialmente importante, ya que este recurso precisamente se encuentra dentro de nuestra “España vaciada”, tanto rural como litoral, áreas con necesidades de actividad económica. La explotación sostenible de estos recursos naturales siempre ha constituido el objeto de nuestra profesión forestal. Mi participación en la enseñanza dentro de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM de Madrid, se realizó dentro de lo que se denominaba “Unidad Docente de los productos forestales no madereros”. Entre estos recursos naturales asociados a los montes pero diferentes de la madera se encuentran el corcho, la resina, las setas, las trufas, los aceites esenciales, la caza, la pesca y la acuicultura, etc. La evolución reciente de la gestión en cada uno de estos recursos ha sido muy dispar, pero en lo referente a la pesca y la acuicultura, ha sufrido una evolución radical, paralela a los cambios de nuestra sociedad en el último siglo, y que considero interesante repasar para entender la situación. La pesca, tanto continental como marítima, siempre ha sido una fuente de alimentos muy apreciados en la sociedad española. Pero este abastecimiento se ha visto afectado con los cambios ocurridos en los últimos 100 años dentro de nuestras masas de agua y de nuestro medio acuático, que han sufrido una transformación radical. Como ejemplo, la construcción de 1.200 grandes presas; y paralelamente, un desarrollo industrial espectacular que ha cambiado nuestra sociedad. En contraposición, se han originado cambios y claramente un deterioro generalizado en la calidad ambiental de nuestras aguas (https://www.interempresas.net/Agua/Articulos/345898-Espana-referente-incumplimientos-materia-agua-esta-cada-vez-mas-lejos-alcanzar-ODS.html). La consecuencia directa de esta pérdida de calidad ha sido que, salvo excepciones, prácticamente no se consuma pescado de nuestras aguas continentales, y los productos pesqueros que hoy consumimos se extraigan básicamente de aguas litorales y oceánicas. El evidente decrecimiento de los stocks en nuestras costas nos ha obligado desde hace años a buscar caladeros lejanos. La realidad es que los productos pesqueros consumidos en España en la actualidad, son provenientes mayoritariamente de la importación de las producciones acuícolas de otros países y de las capturas de otras flotas. Todo ello, fruto de las limitaciones impuestas a nuestra flota pesquera con los cambios ocurridos en la posibilidad de acceso a las aguas internacionales. Hoy España tristemente, dada nuestra enorme historia y cultura pesquera, se ha convertido en un magnífico mercado de productos pesqueros de alto valor, pero estos consumos inmensos no provienen de producciones propias y ello nos ha convertido en el mayor importador de productos pesqueros de la UE. Esta a su vez importa el 63 % de su consumo de productos pesqueros. Por ello, nuestro sector actual de productos pesqueros es una industria fuertemente dependiente de las importaciones para su abastecimiento y que necesita cambiar en el futuro con producciones propias que generen riqueza en nuestra sociedad, para que se pueda paliar el déficit de nuestra balanza comercial en este sector, que es superior a 3.000 millones de euros anuales en la actualidad (MAPA; AEAT). En el caso de nuestra acuicultura, que nació en el siglo XX para la repoblación y el enriquecimiento de las pesquerías de nuestras aguas continentales, se ha centrado recientemente en la producción de pescados y moluscos frescos de alta calidad, para abastecer el tremendamente deficitario mercado español de productos pesqueros. Nuestra acuicultura se ha convertido en una industria de producción de alimentos frescos y de alta calidad, gestionada por empresas tecnológicas y donde la economía de escala empieza a dominar el panorama empresarial, especialmente en peces, concentrándose las grandes producciones en pocos grupos empresariales. Evidentemente, las empresas
productoras y comercializadoras tienen que garantizar unos productos de alta calidad, saludables y sostenibles, y son plenamente conscientes de la necesidad actual del consumidor que demanda que se utilicen los máximos estándares de calidad y sostenibilidad en la producción, y que lo que llegue al mercado esté correctamente certificado. Lo que actualmente denominamos “pesca recreativa y deportiva”, comenzó siendo una pesca en aguas continentales, que se realizaba con el ánimo de capturar y proveer de productos pesqueros a nuestra sociedad (salmón, trucha, anguila, esturión, …), y que hoy se ha transformado en una actividad que ya no es extractiva, pues casi nadie consume estos productos pesqueros; lo que hoy ofrece es un servicio lúdico-deportivo realizado al aire libre, que busca satisfacer las necesidades de contacto con la naturaleza de nuestra sociedad urbana actual, casi generalizándose el concepto de la “captura y suelta” de la pesca actual. Una característica fundamental en la gestión de estos escenarios es que son de titularidad pública y, salvo excepciones, no han permitido el desarrollo equilibrado de empresas profesionales y saneadas que den los servicios que la sociedad actual demanda. Es muy curiosa la diferente evolución de la gestión de escenarios de caza, donde con el correcto apoyo de las autoridades forestales en estos aspectos a mediados del siglo XX, se ha permitido desarrollar unos magníficos escenarios de caza con empresas importantes, reputados a nivel internacional y que son un recurso económico bien conocido dentro de nuestra España vaciada. Para el caso de la pesca, a pesar del enorme número de pescadores (que supera los 600.000), salvo casos aislados los administradores públicos no han sido capaces de generar un sector profesionalizado de gestión de escenarios, con empresas capaces de acometer certificaciones de sostenibilidad avaladas por empresas certificadoras. Creo que es un tema pendiente, muy especialmente conociendo los 25 millones de pescadores europeos existentes y potenciales clientes de nuestros escenarios de pesca, caracterizados por un magnífico clima mediterráneo.
Situación actual de estos recursos en España
Por lo anteriormente expuesto, nos encontramos con dos ramas bien diferenciadas: g Por una parte, la gestión de la pesca deportiva y recreativa, que no es una actividad productiva y que se ha convertido en una actividad lúdica y turística que da servicio a nuestra sociedad actual; g Por otra , el abastecimiento de productos pesqueros a nuestro deficitario mercado, que se realiza fundamentalmente por la acuicultura y la pesca comercial, esta última básicamente con capturas de origen marino que no vamos a analizar en esta revisión. Vamos a comentar el sector productivo acuícola español, que ha generado un sector empresarial productivo de importancia creciente.
Figura 1. Evolución desde 1986 a 2020, de la facturación o valor económico de las cosechas de la acuicultura española, en millones de euros y por especies. Fuente: APROMAR, Informe Anual 2021
Acuicultura actual
La acuicultura mundial actual abastece el 54 % del mercado de productos pesqueros, superando por tanto a las capturas (pesca marítima y continental, tanto comercial como recreativa) y está previsto que se incremente de manera importante en los próximos años. Con relación a España, podemos ver, en la figura 1, la evolución de las facturaciones del sector productor (https://apromar.es/content/ la-acuicultura-en-espa%C3%B1a-2021) Es uno de los sectores clave en la estrategia europea de crecimiento azul; la reciente memoria de sostenibilidad, presentada por el sector productor español, es un compromiso de futuro con la sociedad, y se relaciona con los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos en 2015 por Naciones Unidas, con el Pacto Verde Europeo (2019) y con la Estrategia de la Granja a la Mesa (2020), para contribuir al desarrollo de un sistema alimentario europeo sostenible. La acuicultura es un sistema enormemente eficiente de producción de proteínas, debido a las características fisiológicas de los organismos producidos en ella, pues no tienen que gastar energía en el mantenimiento de la temperatura corporal, ni requieren una estructura ósea para hacer frente a la gravedad, como es el caso de la ganadería terrestre. El pienso es la materia prima fundamental, y es importante conocer el Factor de Conversión, que relaciona el pienso consumido con cada kilo producido. En la figura 2 se visualizan comparativamente los distintos factores de conversión de la acuicultura y distintas ganaderías terrestres (https://acuiculturadeespana.es/wp-content/uploads/2021/11/ MEMORIA-DE-SOSTENIBILIDAD-2021-de-Acuicultura-de-Espan%CC%83a.pdf). La utilización de proteínas contenidas en los piensos en la producción acuícola es un proceso muy eficiente, y para medir su eficiencia se viene utilizando un índice que se denomina FIFO (Fish In - Fish Out), donde se relacionan los peces de captura utilizados en los piensos acuícolas con las producciones en acuicultura. En 2015 la Organización de Ingredientes Marinos (IFFO, https://www.iffo.com/es) informó de que la acuicultura utilizó 10 millones de toneladas de peces, capturados en el mar, para la producción de 40 millones de toneladas. En definitiva, con 100 kilos de pienso se producen 59 kilos de filete comestible de salmón. Para el caso del pollo, con esa cantidad de pienso se producirían 39 kilos de filete. En el caso de cerdos, serían 19 kilos de filete; y en el caso de vacuno, 7 kilos de filete comestible (Salmon-Industry-Handbook-2021. MOWI). En la actualidad, entre el 60 y el 100 % de las materias primas utilizadas en la fabricación de los piensos de España disponen de certificación ambiental (APROMAR). Las principales certificaciones que se utilizan son, para el caso de las harinas y aceites de pescado, Marine Stewardship Council (MSC), o Marine Trust; y para la utilización de proteína vegetal, PROTERRA o RTRS (Round table on Responsible Soy Association) Otras certificaciones utilizadas en el sector acuícola, y relacionadas con la seguridad alimentaria en la acuicultura, son Globlal G.A.P, Norma Mundial para las buenas prácticas Agrícolas y Ganaderas, IFS (reconocida por la Global Food Safety Initiative), BRC (Global standard for Food Safety) y las propias marcas sectoriales, como Crianza de Nuestros Mares, o la Denominación de Origen DOP Mexillón de Galicia. La sostenibilidad es una exigencia de nuestra sociedad occidental, y es permanente el debate con las empresas y los certificadores. Como ejemplo, los mejillones de Galicia tuvieron el año pasado un desencuentro con los certificadores de MSC tras años de trabajo, y finalmente prefirieron sus propias certificaciones de la “DOP Mexillón de Galicia”. Pero sin duda, una certificación efectiva va a ser protagonista imprescindible en el desarrollo de este sector. m
Figura 2. Comparativa del factor de conversión de la acuicultura, frente a otras ganaderías terrestres Fuente: APROMAR, Informe Anual 2021