Revista Mythos 54

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Revista Literaria Cuatrimestral. AĂąo XII. Septiembre 2012. No.

MarcallĂŠ Abreu

Revista de Arte y Literatura

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Del azar y las lecturas

iempre he creído que e l me jor c on s e j e r o - e n materia de lecturas- es el azar. Lo sospechaba desde temprano, desde aquella vez -lustros atrás- cuando decidí acechar a una compañera de trabajo mientras mantenía la vista clavada en una gaveta semiabierta de su escritorio como si guardara ahí algo muy valioso, que al mismo tiempo se le podía escapar. La curiosidad a poco descubrió que lo que había escondido adentro era contagioso, que con sólo comentar que Ana se acababa de fugar con Wronsky, me salpicó con sus síntomas, un exceso de entusiasmo por la gaveta en cuestión y la misma indiferencia por el riesgo que implicaba el uso para otros fines del horario de trabajo. Así fue cómo adqu irí la f iebre por Tolstói y de ahí sin parar por toda la excelencia clásica del Siglo Diecinueve. Quién dice que eso no es puro azar. S i n e mb a r g o, r e cono c e r l a importancia de encuentros casuales con obras y autores de los que influyen para siempre, no significa que no se le otorgue el justo valor a la orientación que proviene de a l g u nos entend idos que deja n impresa su marca en la existencia del lector consuetudinario, esos que llegan enriqueciéndolo con sus señalamientos, después de haber 2

transitado por más tiempo, o con mayor interés, por los siempre reconfor t a ntes senderos de l a lectura. Explorar entre los tramos de alguna librería, guiados por la mano experta de alguno de estos mentores a quienes les reconocemos mayor conocimiento y sabiduría, se puede convertir en una aventura de las que marcan con hitos el pensamiento del que pone interés y atención. Momentos claves cuando presencias luminosas marcan el antes o el después de haber leído a un autor o de haber conocido a quién lo recomendó. Momentos que resultan aún más valiosos cuando tomamos conciencia de la brevedad de la vida, y al mirar atrás notamos que el sendero recorrido resulta mucho más largo que el lapso que las estadísticas nos tiene reservado, incl inándonos entonces a recapitular y de paso poner empeño en no desperdiciar el tiempo y los recursos en buen estado de los que todavía disponemos, en lecturas insustanciosas o en gente insulsa, por poner un par de ejemplos. Pero continuemos con el elogio del azar y las mañas con que nos impone sus jugarretas. Saliendo de la Feria anterior me fui bien abastecida a dormir a Juan Dolio a la estancia de playa de familiares cercanos. Al llegar, no tuve oportunidad de destapar mi pesada funda de obras Revista de Arte y Literatura


elegidas a vuelo de pájaro en la fiesta internacional del libro dominicano, porque el entusiasmo por revisar mi carga quedó rezagado ante un tomo que nomás entrar descubrí sobre un mueble, casi oculto entre adornos marinos, Los sueños de mi padre de Barack Obama ¡y en qué momento! en pleno fragor de nuestra siempre tortuosa contienda electoral y en el preámbulo de la reelección de este hombre que adelantó medio siglo a la historia de la democracia americana poniendo como huésped de la Casa Blanca al representante de una minoría que recién hace unas décadas salía de la esclavitud. Una historia absorbente, honesta y amena, que explica todas las coincidencias que hicieron posible que este joven inteligente y carismático esté a la cabeza del mundo en el momento en que más se necesita su inclinación hacia la paz. Y otra vez el azar atentando contra mi racional selección que continuaba empaquetada. Al buscar espacio en un librero para colocar libros nuevos, me topé con La insoportable levedad del ser y teniendo en mente que todo buen libro merece relectura, y que por donde quiera me salía una cita de Kundera, empecé a releer este libro del que sólo recordaba - de cuando lo leí hace años, regalo de una monja Revista de Arte y Literatura

que también for ma par te de la hermandad secreta de los lectoreslos amores de un Tomás polígamo que hacía el amor con cualquiera y sentía una pasión distinta por una angustiada Teresa, con la que aparte de dormir también quería amanecer. Ahora dejé a un lado el señuelo de las masas, y me centré en los aspectos filosóficos de esta obra que en verdad merece ser citada y de paso me di cuenta que la primera vez ni siquiera noté lo que encerraba el título, que el hombre está hecho para las cargas, y que lo verdaderamente insoportable es alcanzar la gran libertad que implica no tener ninguna. Y por fin llegó la hora de desatar el paquete traído de la FIL. Los cuentos completos de la Yourcenar fue la gran sorpresa, lo compré por tenerlo y por el atractivo precio, pensando que nadie que sea tan bueno en novela podía conseguir lo mismo en cuento. Pero sí. El mismo asombro ante tanta calidad en los textos y en los comentarios con que la autora solía complementar sus reediciones. “Conocedora f ina, prosa antigua de modernidad rabiosa, clásica, de estilo convulso, de arrogancia confesa y audacia verbal…fructificada en piezas de alta poesía”, tomo prestado de párrafos diferentes del prologuista MartínezLage, en la edición del 2010 de

Alfaguara, que todavía no acabo y que permanecerá en la cabecera para ser lentamente resaboreada. Y como complemento, para no salir a buscar qué leer hasta fin de año, llegó la ya codiciada Funda de Cultura, que según parece no viene por casualidad. Meto la mano como para sacar el número de un globo y encuentro los cuentos reunidos de Marcallé, ahora que lo tenemos en esta edición 54, ¡afortunada casualidad!. Ahí también encontré una Antología de Pedro Mir y otra de los Cuentos de Enriquillo Sánchez, obras que pasan a exhibición como art ícu los de lujo, la ú lt ima una edición l imitada con el nombre grabado de cada destinatario, fino detalle de despedida del saliente Ministro de Cultura, que siempre se ha de agradecer. Y si todas estas coincidencias no son suficientes para reafirmar la idea de que hay mucho de cierto en el postulado con que iniciamos estas palabas, me parece conveniente que también acabemos achacándole al azar la presencia de esos espíritus evolucionados a quienes siempre echamos de menos después que se cruzan por vías impredecibles en la accidentada vida de un lector.

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Contenido Revista Septiembre 2012. Año XII. Número 54 Re­v is­ta Tri­mes­t ral. Fun­da­da en San­t ia­go de los Ca­ba­l le­ros. No­v iem­bre de 1999 Directora: Ro­sa Ju­l ia Var­gas

El Museo de Sissí 18

Comité editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al­ta­g ra­cia Pé­rez Al­mán­zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez. Redacción: Fiordaliza Taveras Arlyn Abreu Di­se­ño y diagramación: Marleny Genao Edma’s Grafics / 809-226-5580

Roberto Marcallé Abreu

Impresión: Editora Nani

Roberto Marcallé Abreu, biografía

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Los libros de Roberto Marcallé Abreu

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Comentarios sobre lar obra de RMA

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Alex Ferreras comenta cuentos de RMA

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Las pesadillas del verano, cuento de RMA

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Palabras de Marcallé Abreu

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Poesía de Jean Alexander

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Artículo de Luis Beiro González

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Onirias de Ángela Hernández

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Merceditas de Bárbara Moreno

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Domingo Caba comenta Yelidá

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Remembrazas de Minerva Hernández

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XIV Concurso Radio Santa María

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Lo que Pasó

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Co­la­bo­radores de los primeros números: • Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega. Myt­hos re­ci­be con apre­cio la co­laboración de es­cri­to­res y grupos literarios y se re­ser­va el de­re­cho de pu­bli­car aque­l las que con­si­de­re opor­t u­nas. VENTAS: Li­bre­r ía La Tri­n i­ta­r ia Ar­z. Nouel esquina Jo­sé Re­yes, Santo Domingo. Cues­ta Cen­tro del Li­bro Su­per­mer­ca­dos Na­cio­nal. San­t ia­go Tienda Centro León Av. 27 Febrero, No.146, Santiago

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Roberto Marcallé Abreu Biografía 6

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oberto Aníbal Marcallé Abreu nació en Santo Domingo, República Dominicana en la calle Marcos Adón del barrio de Villa Juana, el 30 de marzo del 1948. hijo de Pablo Marcallé González, capitaleño y Aurel ia A ltagracia Abreu de Marcallé. Estudió en la escuela República Dominicana de ese barrio, posteriormente en el Colegio Don Bosco, en el Colegio Loyola y en el Colegio Calasanz donde se graduó de bachiller en Filosofía y Letras. Revista de Arte y Literatura


Estudio de Roberto Mercallé Abreu

Realizó estudios de Economía, Letras y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Universidad de la Tercera Edad. En este último centro académico se graduó Magna cum laude. Obtuvo el promedio de notas más alto de toda la matrícula u n iversitaria del año 20 01 y le correspondió pronunciar el discurso en representación de los graduandos. Del 1973 hasta el 1987 laboró en el Departamento de Redacción del periódico El Nacional de Ahora. Una de sus iniciativas consistió en i nt roduci r los repor tajes en profund idad en ese med io. Por muchos años escribió la columna En primera persona. En esos años escribió numerosos análisis y entrevistas que han servido de información sobre la vida del país durante las décadas del sesenta a los ochenta. Del 1984 al 1987 se desempeñó como director en jefe de la edición exterior de dicho periódico y durante esos años vivió en la ciudad de Nueva York. De sus vivencias de esos entonces, data el ensayo titulado La comunidad dominicana en el exterior: el desafío de la década. Revista de Arte y Literatura

Es padre de seis hijos; Nathan, Amín Roberto, Howard, Vanessa, Dulce y Madelyne Marcallé. Está casado con la licenciada Yolanda Jiménez R ichetti. Es autor de numerosos títulos entre los que figuran novelas, cuentos y ensayos. Ha obtenido numerosos premios entre los que se mencionan el Primer Premio en la categoría cuento en el Movimiento Cultural Universitario, el Primer Premio en Cuento de la Sociedad Renovación, y en dos ocasiones, ha sido Premio Nacional de Novela.

Joshwa Roberto Marcallé (hijo) junto a su esposa Krista y Nathan (nieto)

El escritor en su adolescencia

Roberto Marcalle y su esposa Yolanda Jimenez.

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De sí mismo dice que es un lector insaciable y que escribe todos los días. Afirma que ha elaborado un programa personal de trabajo para los años venideros que incluye la elaboración de numerosas novelas, ensayos y libros de historias. Es autor de los siguientes títulos: CUENTOS • Las dos muertes de José Inirio. 1972 • El minúsculo infierno del señor Lukas. 1973 • Sábado de sol después de las lluvias. 1977 • Ya no están estos tiempos para trágicos finales de historias de amor. 1982 • Alternativas para una existencia gris. 1987 • Desdicha, enfermedad y muerte cortesía del señor Marcelino Ozoria. 2005 • Confidencias en torno al oscuro destino.... Cuentos reunidos. 2012 NOVELAS • Cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado. • Espera de penumbras en el viejo bar. • Estas oscuras presencias de todos los días. • Las siempre insólitas cartas del destino. • Sobre aves negras, cortes de media luna y lágrimas de sangre. • Contrariedades y tribulaciones en la mezquina existencia del señor Manfredo Pemberton. • No verán mis ojos esta horrible ciudad. • En honor a mi muy querida Stella. 2010 • La manipulación de los espejos. 2012

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ENSAYOS • La comunidad dominicana en el exterior: el desafío de la década. • Haití: una vecindad peligrosa. • Peña Gómez: Vida y pensamiento. • Joaquín Balaguer: Pensamiento y obra. PREMIOS OBTENIDOS • M o v i m i e n t o C u l t u r a l Universitario. Primer premio en cuento. (1972) • M o v i m i e n t o C u l t u r a l

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Un iversitario: menciones en novela y poesía. (1973) Agrupación cultural La Máscara: mención en cuento. (1974-1976). Secretaría de Educación. Premio Nacional de novela (1978). Secretaria de Educación: Premio Nacional de novela. (1999). Fundación JFPG: premio ensayo, 2005. Fundación JB: premio ensayo 2006. Sociedad Renovación, Puerto Plata: premio cuento 2005.

• Educarte: Premio novela inédita 2006.

Recibiendo Premio Nacional de Novela de la Secretaría de Educación, Recibiendo premio de la Fundación José Francisco por Ligia Melo de Carmona y Bruno Rosario Candelier al libro Las Peña Gómez siempre insolitas cartas del destino.

Recibiendo premio de la Sociedad Cultural Renovación de Puerto Plata por el libro de cuentos Desdicha, enfermedad y muerte cortesía del señor Marcelino Ozoria.

Con el poeta Tomás Castro Burdiez

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LA OBRA de Roberto Marcallé Abreu

Comentarios Bruno Rosario Candelier. “Realmente, Roberto M a rca l lé Abreu es muest ra del nuevo e s c r it o l a b or i o s o , constante, persistente. En un escritor como él tiene la novelística dominicana puestas sus esperanzas… después de publicar tres libros de cuentos exitosos si los medimos por los galardones obtenidos, Marcallé Abreu se lanza de la narrativa corta a la narrativa larga… la temática de sus novelas como de sus cuentos bordea la vida del bajo pequeño burgués en los barrios de la capital y los procedimientos narrativos modernos casi todos, tienen la particularidad de que, lejos de lo que ocurre en otros, comunican y eso es mucho decir”….

“… en este autor, en sus múltiples narraciones, se nos ofrece una visión del mundo que el novelista atrapa en imágenes ágiles, significativas, reveladoras. Y a menudo el fragmento de vida que nos dan sus historias, supera el contexto realista de sus temas y motivos para adquirir una connotación que potencia con el alcance simbólico de su narrar un mundo intrascendente y cotidiano”.

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Josefina De La Cruz. “…Si tienen razón los que auguran que el auge de la narrativa en nuestra época se debe a la posibilidad de reconocernos a nosotros mismos en personajes literarios con quienes compartimos las mismas inquietudes y los mismos problemas… Roberto Marcallé Abreu… plantea serias i nterrogantes con relación a la sociedad dominicana”. Fernando Infante. “Marcal lé Abreu ofrece una patética visión de este mundo que componen aquellos seres anónimos, aquellas a l mas si mples con sus viudas opacas e inquietas, sin muchas metas para lograr. Esa multitud variada, colorida e indescriptible, que conforma el gran pueblo… los personajes de cada una de estas historias, están entre nosotros, nos rodean, los vemos a diario, pero no los sentimos. El escritor sí los siente. Conoce profundamente su sentimientos, su rutina diaria, sus desencantos e ilusiones y, como una protesta hacia nuestra indiferencia o ignorancia, nos golpea y nos enrostra su existencia…”

Alberto Malagón “Para mí, Marcallé es el cronista de l a g ra n a ldea que es Sa nto Domingo…muchas de las historias de Marcallé tienen una gran fuerza melodramática. El escritor las cuenta con la frialdad de un cirujano y con una gran calidad literaria”. Luis Beiro

“Marcal lé Abreu me parece no s ól o u n n ov e l i s t a excepcional, sino un ta lento que at rapa sin concesiones las realidades más hondas y desconcertantes de nuestras almas. Lo leo con actitud expectante, tanto por el placer estético que me provocan sus libros como por el hecho de que son para mí una relevación, una fuente única de reflexión y de asombro”. María Del Carmen Prodoscini “Marcallé incorpora en sus últimos escritos el fatalismo y la tragedia, cierta predestinación cruel, casi irónica…existen varios puntos en común entre estos seres que pueblan las ficciones del escritor, la laga carrera hacia la nada de sus vidas, en las que la monotonía se reitera en las charlas con los amigos, los gestos casi rituales del amor y el odio, las pesadillas y las creencias en demonios, posesiones, auras malsanas y malditas…el escritor consigue comunicar el proceso de migración urbana y las alteraciones pol ít icas en la aldea, el inf lujo de creencias y los problemas de adaptación, pero más que eso, de l i ne a p e r son ajes v i g orosos , captados desde su interioridad y en su medio ambiente”… 9


“Marcallé Abreu logra despojarse de u n género para i n iciarse en otro, problema grave en muchos narradores que titubean entre la novela corta y el cuento. Tanto Los cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado como Espera de penumbras en el viejo bar tienen la estructura de novela sin lugar a dudas y con sus personajes trabajados con firmeza. No nos parece estar ante obras primas y esto sorprende en un autor joven y en un medio donde la novelística no se ha desarrollado plenamente”. José Alcántara Almánzar “… en Marcallé Abreu reconocemos su capacidad para captar los matices humanos de lo cotidiano en los barrios. Ya en otra ocasión af irmamos que él se ha ocupado como pocos en fabular a part ir de un mundo aparentemente sin trascendencia pero que constituye una parte importante de la vida citadina. La ciudad es, en Marcallé Abreu, un marco en que sitúa la acción. La ciudad es al mismo tiempo la casa que alberga lo bueno y lo malo. Los que llegan llenos de ilusiones ven que la realidad les golpea y que las esperanzas se esfuman. Es a través de la ciudad que Marcallé Abreu inserta su crítica a los desniveles de nuestra sociedad. La descripción de una calle o un ambiente de un bar de mala muerte le permiten ofrecernos una fiel impresión de las desigualdades sociales, el abandono y la miseria en que viven muchos”…

Abreu un perfil amplio, sistemático, acerca de lo que podría llamarse la psicología del pueblo dominicano, que es el pueblo caribeño, que es en su medida el pueblo latinoamericano… como psicólogo profesional, me atrevería a decir que textos como Sábado de sol después de las lluvias, Cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado, Estas oscuras presencias de todos los días y ahora Las siempre insól itas cartas del destino, representan una inmersión sin concesiones sobre la conducta, las razones y sinrazones los traumas y la forma en que el ser nacional enfrenta las complejidades de la vida y su destino”… Guillermo Piña Contreras “En Marcallé Abreu el diablo convive entre nosotros. Sugiere que el dinero fácil e ilícito prov iene de esos pactos diabólicos. Los pactos que se hacen con los poderosos, con la mafia, la droga…El mito es destruido e incluso rechaza la existencia del alma. La cataloga de invención e insiste en la entrega: Lo que te exijo es entrega. Es decir, tú podrás disfrutar de la vida, pero habrás de hace ciertas cosas por mí, habrás de seguir cierta línea de conducta, porque eso es parte del juego, es parte del fatalismo a que todos estamos sometidos. El infierno son los demás y el d iablo pasa factura”.

Aurora Arias, Carlos Fernández Rocha y Emelda Ramos. “El Jurado del género cuento “Jaime Mauro Castillo Colson” del concurso literario Por “…Más que en una multiplicidad de nuestro país primero 2006 de la textos que ameritan todo mi respeto, Sociedad Cultural Renovación Inc. encuentro en los libros de Marcallé …luego de haber leido los trabajos 10

pa r t ic ipa ntes en est a se g u nd a convocatoria a los Premios a nivel nacional de la categoría adultos…. “Se otorga, a unanimidad, el Premio Unico …al libro titulado “Gente de estos tiempos”, el cual participó bajo el seudónimo de Julián Roberto… “Ello así, pues la obra muestra un estilo ágil e impecablemente escrito, es un ejemplo de prosa moderna, de honest idad atrevida, madura y profunda y por poseer un valor tanto local como universal, entre otras cualidades significativas que hicieron destacar su participación en el certamen”. José Rafael Lantigua “…a mbie nt a d a e n planos que alternan con la realidad de los hechos y crean u n contrapunto donde se dirimen los sucesos q u e l a for m a n , l a novela de Marcallé, un narrador veterano, se balancea entre la sordidez de acciones criminosas y el laberinto que crea una cadena de sospechas y de inseguridades manifiestas que concluyen en ardides de asombrosa peligrosidad… “la suma de penalidades humanas y de crímenes en cadena…introducen al lector en un laberinto de ruindades y sospechas sin fin… “la novela de Marcallé pone en entredicho conflictos existenciales agudos que están siempre tras los meandros de realidades criminosas… sospechas que se retuercen y halan el conflicto humanitario hacia distintos vértices, mientras los temores, las dudas de los personajes envueltos en la trama crean un ámbito de cerradas y complejas urdimbres… “..buen narrador, Marcallé Abreu d e s c r i b e h e c ho s , s it u a c i on e s , personajes y ambientes con solvente Revista de Arte y Literatura


precisión al tiempo que urge al narrador a develar las razones e interioridades del crimen-eje de la historia. La novela de Marcallé abre así una posibilidad argumental a ser tenida en cuenta por los narradores nuestros que deseen aprovechar los filones que proporciona el tema policíaco para generar piezas en este género novelístico. Las siempre insólitas cartas del destino es una muest ra v iva y va l iosa de este nacimiento de la novela policial en nuestro quehacer literario”. Giovanni Di Pietro “A pesar de su todavía joven edad, Marcallé Abreu ha conseguido r e a l i z a r u n a ob r a narrativa vasta y de alcance que va desde los años setenta hasta la fecha. “ M a rca l lé log ra siempre crea r personajes bien delineados, con resonancia interior y que actúan de la forma más natural posible. De ahí que resalten de la página y que se queden en la memoria del lector. “…hasta en una novela existencial como Espera de penu mbras podemos encont rar este rasgo, pues su protagonista central no logra situarse por encima de las limitaciones de su propio carácter. “Creemos sinceramente que es este aspecto lo que hace de Marcallé Abreu, en el momento, quizás el único narrador de altura en el país. Esto es así porque esta postura moral que ha tomado desde un principio, y que practica hasta el presente, le proporciona una indudable ventaja sobre los demás narradores, ya que estos han extraviado el camino al adoptar una postura estrictamente sociopolítica lo que los ha llevado irreparablemente al reduccionismo, Revista de Arte y Literatura

a la repetición de sí mismos y al a su alrededor. Me consta que es silencio”. un lector insaciable. Escribe todos los días quizás hasta doce horas. Carlos Lebrón Saviñon Reescribe una y otra vez. Corrige “Roberto Marcal lé sin concesiones. En su agenda él Abreu es un narrador posee una extensa lista de obras por d e c a l i d a d . D e é l ejecutar y ejecutadas de las cuales siempre esta mos a nos enseña una, otra y otra más y no l a e x p e c t a t i v a d e se detiene. No termino de leer La un nuevo texto. Sus manipulación de los espejos y, con novelas son todas ellas una sonrisa nos muestra los frutos importantes. Marcallé de una producción extraordinaria, Abreu es un orfebre que entreteje una visión honda y vibrante de la drama, profundidad, imaginación. realidad nacional y universal, un Estamos en presencia de un narrador estilo refinado y detallista, unos consagrado, de carácter universal. personajes y un ambiente que, ni Esa es una de las razones por las que aún esforzándonos, logramos apartar ha obtenido numerosos galardones de nuestra mente. Este último libro literarios. En definitiva, cuando que he citado, La manipulación de un texto de Marcallé Abreu me los espejos, desborda el concepto llega a las manos siento de manera mismo de la novela y se encamina apriorística que debe ser un libro de a lo q ue se nc i l l a me nt e pu e de calidad superior”. calificarse casi como la perfección. Realmente, me siento asombrado y desbordado. Marcallé Abreu es un Dr. Diógenes Céspedes. escritor extraordinario y totalmente “Solo por el estudio fuera de serie”. del problema ét ico nacional que se registra en todas sus obras, Marcallé Abreu es digno de recibir el remio Nacional de Literatura”. Dr. Rafael Ciprián. “Asombra la manera en que Marcallé A br e u a d m i n i st r a no solo su quehacer literario sino su vida p e r son a l . Ade m á s de v iv i r ent regado a l as let ras, es u n creador que existe en un marco de silencio casi absoluto, de discreción, si n h acer r u idos i n necesa r ios. Observa e interioriza cuanto sucede

La manipulación de los espejos, la más reciente novela de Roberto Marcallé Abreu. 11


Sobre LAS HISTORIAS de

Roberto Marcallé Abreu reunidas en

Alex Ferreras

Escritor Dominicano

“Confidencias en torno al oscuro destino de la única mujer fatal”

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e s pu é s de u n a le c t u r a ref lexiva de seis de sus novel as (Estas oscuras presencias de todos los días, Sobre aves negras, cortes de luna y lágrimas de sangre, Las siempre insólitas cartas del destino, Contrariedades y tribulaciones en la mezquina existencia del señor Manfredo Pemberton, No verán mis ojos esta horrible ciudad y En honor a mi muy querida Stella) y haber tenido la oportunidad de leer unos treinta de las cuarenta y ocho historias o cuentos que integran Confidencias en torno al oscuro destino de la única mujer fatal, me pregunto las razones por las cuales este autor, Roberto Marcallé Abreu, ha sido tan poco estudiado por la crítica en la República Dominicana. Estamos hablando de un escritor que es un maestro, un artista en su oficio. No un improvisado. Página t ras pág i na, se puede seg u i r el despliegue de su genio narrativo. Su conocimiento de la condición humana no solo se lo ha dado su arte sino también los años, el estudio consciente y sesudo de la realidad y la aguda observación del comercio humano. Demuestra tener un vasto 12

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conocimiento sobre la experiencia humana tanto en sus cuentos como en sus novelas; penetra en el fondo de las marañas entre las que se mueven las relaciones de las personas. Va más allá del empleo de los cinco sentidos y este ejercicio le permite intu ir, contemplar y ref lex ionar de manera pausada y profunda sobre la e x i st e nc i a d e lo s personajes y las tramas de sus obras. Es de admirar su gran capacidad para poder d e s l i z a r s e c on s u imaginación creativa por los más diversos dominios en que se tejen las sombras y osc u r id a des , en el entramado del poder político y social. Los dominicanos, ta n azotados, ta n acosados en su diario vivir, no se sienten con dignidad de vivir en su misma tierra, es lo que situaciones, realidades y personajes nos relatan. No conciben, como debe ser, una vida transparente y, dentro de las posibilidades, en un contexto racional, lógico. Siente que hace mucho que perdió su país. Otros creer que no lo ha poseído nunca. Ese, su país, nuestro país, que se nos figura como una realidad sin rostro, sin definiciones claras, como canta un joven poeta dominicano. A grandes rasgos, podemos hacer una apretada síntesis de los seis libros que integran este voluminoso texto. En Las dos muertes de José Inirio, Revista de Arte y Literatura

nos encontramos al ser humano impotente en su lucha contra la realidad ominosa que enfrenta, lo cual nos recuerda a Gregorio Samsa de Kafka; en El minúsculo infierno del señor Lukas sentimos la incapacidad del i nd iv iduo de penet ra r u na

realidad de intereses creados frente a los cuales él carece de todo valor; en Sábado de sol después de las lluvias, se explora la maldad y la perversidad en una situación de aparente inocencia; en Alternativas para una existencia gris, nos estremece una realidad espantosa que se incuba en el alma del hombre y la mujer que se ven obligados a vivir

en un ambiente que desconocen, un ambiente extraño y despiadado, pero que posee reglas muy claras sobre la confrontación y la maldad y el desdoblamiento que provoca en el ser humano la necesidad de sobrevivir ; en Ya no están estos tiempos para trágicos finales de historias de a mor, el en foque de Marcallé Abreu se centra en la soledad y, finalmente, en Desdicha , enfer medad y muerte cortesía del señor Marcelino Ozoria el tema cent ra l es el de cómo las inf luencias extrañas provocan una respuesta que trastorna la vida de las personas. Nuestro autor, debemos decirlo con toda claridad, es un artista de cuerpo entero, un hombre de grandes ideales, de un gran carácter y una conv icción profu nda, además de su reg io espí r it u de decencia. Su gen io creat ivo es e x t r a or d i n a r io , u no que – creemos- puede transformar multitudes. Es la suya una mirada penet ra nte de á n g el vengador al que le han puesto en grave peligro su espacio vital y el cual hace el intento de recuperar por medio de su fuego narrativo. Es radical su posición de condena al desbarajuste en que ha degenerado su país y que lo sepulta y arropa. Frente a Marca l lé Abreu, el g r ueso de los narradores dominicanos contemporáneos debe mirarse en el espejo y empezar a hacerse preguntas cruciales sobre el 13


tratamiento que es preciso darle a la complejidad de la narración artística y a lo que ciertamente hacemos cuando trabajamos el oficio del cuento y la novela. Esto así, porque Marcallé Abreu tiene toda una formación, una visión sobre la vida, toda una perspectiva filosófica del mundo. Está consciente de la dimensión sicológica de los personajes que crea. Pensamos justamente que es esa perspectiva y esa dimensión que les falta de manera particular a los jóvenes narradores dominicanos, los cuales se quedan cortos al tratar de abstraer e idealizar los temas que tratan. Los temas de carácter universal de estos cuentos ag r upados e n Conf id e nc i a s…, d a r á n p a so, posteriormente, a lo que sería el tema predominante en la mayor parte de la narrativa de Roberto Marcallé Abreu:el descalabro de la sociedad dominicana. Ese tema ya empezó a prefigurarse en sus trabajos de los setenta. Siempre está presente la preocupación por el dest i no nacional, preocupación, claro está, que el autor comparte con otros narradores dominicanos desde el siglo XIX hasta la fecha. Sus cuentos, como sus novelas, tienen el denominador común que es las sociedad dominicana y sus g randes problemas, a l ext remo que nos hemos planteado dividir en cuatro grandes momentos la totalidad de nuestra narrativa: el primero, que empieza con Manuel de Jesús Galván y el Enriquillo; el segundo, con Tulio Manuel Cestero y La sangre; en el tercer momento se destacan las figuras de Juan Bosch con su obra La Mañosa, por un lado, y por el otro, Ramón Marrero Aristy y su novela Over; y por último, Roberto Marca l lé Abreu y toda su obra narrativa, desde el cuento Anecdotario 14

de la Comunidad Fantasma (1970) hasta su última novela La manipulación de los espejos. E mp e ro, e n lo to c a nt e a l a amplitud de miras, a la forma de const r u i r na r raciones de la rgo a l iento, a la sistematicidad en la preocupación por la suer te del país y al profundo conocimiento de la condición humana, creemos que Marcallé Abreu supera a sus predecesores. M a rca l lé Abreu nos d ice de modo sostenido que el problema de fondo del descalabro del país no es social, ni político, ni económico. Es de naturaleza ética y moral. He ahí la razón de la falla principal en el carácter del dominicano de todos los tiempos, lo cual, según lo lamenta el escritor, ha evolucionado muy poco desde la caída del régimen de Trujillo. |La lucha precaria por la existencia le ha l levado a encanal larse, es decir, a degenerar diríamos que en un ser de mala muerte al que le han arrebatado el derecho a vivir. Contrario a otros narradores del presente, el autor penetra de manera profunda e implacable en el origen de la barahúnda del país. Su pluma es un bisturí. Y es también un haz de luz. Es exhaustivo, minucioso. Por eso, logra con maestría colocar nuestros grandes males en su justa perspectiva. M a rca l lé Abreu es el ú n ico narrador que se ha consag rado en da rle t rat a m iento de for ma constante y sistemática a la cuestión nacional. Y no sólo se concentra en la penetración profunda de estos males sino que vislumbra opciones u alternativas probables, claro que en un marco literario, en la angustia y el acoso que desbordan situaciones y personajes. Y esto así, porque el autor ha construido sus cuentos y novelas

desde los ent resijos, desde l as mismas piezas del engranaje sobre el que se levanta el descalabro y la podredumbre sociales que atestigua la historia dominicana. Como si estuviera haciendo un diagnóstico, le toma el pulso hasta la más mínima expresión que se manifiesta en el cuerpo de la degradación y disipación de la sociedad dominicana. Son muy contados los escritores dominicanos que se refieren a este estado de descomposición nacional y sí muchos los intelectuales que han optado por adoptar el complejo del avestruz y mantener sus cabezas cómodamente bajo la arena para permanecer ciegos ante la vergonzosa realidad que los rodea. Creemos, además, que no se debe limitar el alcance de toda esta obra literaria a nuestro país. El que Marcallé Abreu las ambiente en la República Dominicana, es solo un pretexto, un escenario, un telón de fondo. Tomemos por caso un autor de todos conocidos por su trascendencia universal: James Joyce que ambientó sus novelas y cuentos en Dublín, su país de origen y no por eso sus temas dejan de ser universales. Tanto en la visión filosófica que evidencian sus narraciones como en la compleja dimensión sicológica de sus personajes, nos atrevemos a afirmar que Marcallé es un narrador que de por sí ya ha trascendido los linderos nacionales y que, por la fuerza de las circunstancias, su obra es una obra destinada a trascender y a ser conocida y discutida en otros litorales.

Alex Ferreras. Tiene una Maestría en Literatura Comparada en la Universidad de Massachusetts y la Universidad de Amherst Catedrático en Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo Revista de Arte y Literatura


CU ENTO

Las pesadillas del verano Roberto Marcallé Abreu

Narrador dominicano

A Sagrario Díaz Santiago Asesinada en el campus de la Universidad del Estado.

M

e a rden los ojos; las lágrimas se rompen contra los vidrios de los lentes; apenas si puedo respirar. Veo a todos correr, lanzándose al asfalto, gritando, huyendo aterrados. La piel me arde, tengo miedo, siento como un calor inmenso que me ahoga, ¿por qué el cuerpo me pesa tanto? Será la última vez, lo juro, será la última vez... Miro y adivino ese crecimiento áspero y ag udo, bri l lante e indomable de las nacientes barbas que oscurecen su rostro varonil, perfecto. Disfruto el ritmo tan suave de su respiración. Los labios, un poco abiertos, sensualmente abiertos, y los párpados, maltratados por la fatiga, cubren sus ojos como dos manchas sombrías. Lo miro recostado en el respaldo de caoba de la cama de hotel mientras el frío y el amor me hacen temblar… A manece. Las montañas presumen de su mágica belleza. Pinos muy verdes compiten por alcanzar el cielo. Me levanto. Él no despierta aún. No me atrevo a correr la ventana de vidrio, el frío es demasiado intenso. Aparto un poco las cortinas azules de seda.

Revista de Arte y Literatura

Debajo, las aguas tranquilas del arroyo reflejan la claridad del día y el color del infinito. Una escalera de adoquines rojos desciende hasta una terraza techada de cana. Y después, la tierra, negra, otra vez los pinos, el viento inclemente. Vuelvo el rostro. Él, despierto, me sonríe. Contemplo sus anhelantes labios y sus dientes perfectos... La luz de los postes es demasiado tenue, demasiado débil. Apenas si ilumina sin intensidad el asfalto, las casas. Camino con rapidez. Las escuálidas viviendas, en obligadas hileras en torno a la calle estrecha, dormitan en las penumbras. La vía es un laberinto que no parece terminar nunca. Camino cada vez más veloz. Temo algo. En el aire, siento el peso de la oscuridad, de la sospecha. El corazón me dice que esquivas sorpresas aguardan en alguna parte. Miro hacia atrás. Abro los ojos, asustada: tengo miedo. Es como el nudo de una soga áspera que me aprieta el cuello. Él está ahí, es alto, delgado, y tiene los ojos cerrados. El cuchillo brilla en su diestra, en monstruosa complicidad con la débil luz amarilla de los postes. Corro con todas mis fuerzas. Ya no vuelvo a mirar pero sé que me sigue, que quiere herirme de muerte. Las casas,

los callejones, van quedando atrás en mi alocada y desesperada huida. Corro aún más, escucho sus pasos, piso en falso, ruedo por los suelos. Procuro levantarme sin poder; él se acerca; trato de arrastrarme, alejarme del peligro inminente, él se acerca más aún. Camina con paso decidido. No quiero volver el rostro aunque adivino su siniestra presencia. Sé que su brazo se extiende y que ha llegado el instante definitivo en que sentiré el metal filoso abriendo mis carnes, 15


el ahogo de mi inútil y desesperada huída en sangre; tiemblo; quisiera gritar, pero no puedo. Dios mío, me va a matar... Me acerco. Ligero, me lanza sobre el lecho, que se hunde ante mi peso, me acaricia los desordenados cabellos, me besa con ímpetu, me quita la bata de mil colores, siento su boca ardiente cuando recorre mi cuello y mis hombros, se detiene con inteligencia en mis pechos, me agobia, me asalta, mis manos enloquecen en su cabeza hermosa y sus cabellos; entonces, él asciende sobre mí, me penetra con suavidad transformando todo m i cuer po en u n torbel l i no de sensaciones gratas, danza sobre mí, grita sobre mí, me arrastra al borde del abismo, siento el descenso brusco hacia las profundidades, cruzo las fronteras del vértigo, la comunidad absoluta de los cuerpos, el cansancio... Abro los ojos, despierto de mi delirio: veo el libro de Economía abierto sobre la hierba que se ext iende como una alfombra alegre por todo el parque, los arbustos, los viejos árboles polvorientos, los caminos z i g za g uea ntes de cemento, l as fuentes. El día avanza, y apenas si he leído dos páginas: un parque no es un buen sitio para estudiar. Los sueños me estremecen, pienso, deseo, los ojos cerrados son una puerta abierta a tantas cosas para una muchacha de veint iséis años que no t iene novio pero cuyos anhelos se agitan, en violenta erupción, dentro de su espíritu. ¿Pudo ser Federico? Su imagen llega a mí con lentitud, con sus rasgos un poco desvaídos por efecto del tiempo. Lo recuerdo, sentado en el balcón del segundo piso donde vivía, aguardando mi llegada de la universidad. No puedo dormir, me decía, hasta no verte volver de la capital. 16

Entonces, ambos vivíamos en San Cristóbal, a unos pocos kilómetros de aquí... Su amor abnegado de visitas diarias, esperas y anillos de compromiso, su amor purísimo de hombre infecundo e ilusionado, su amor que me obligó a abandonarlo –no era el hombre en el sentido que yo lo entendía –. Ahora, contemplo estas manos vacías, me conformo con desear y soñar en cualquier lugar en ese amante desconocido que me hará sentir una mujer... Nadie sabe de dónde vino. Apareció sin que nada adelantara su horrible presencia. El grupo conversaba en la parte de atrás de la casa, en medio de paredes un poco derruidas, debajo de un almendro, sobre una pequeña acera y tierra roja, algo mojada. Velábamos a mi abuela, muerta de un ataque al corazón. Era tarde ya, quizá las tres de la mañana. Hacíamos cuentos para no dormirnos. Yo lo descubrí en las penumbras del patio. Sentí como un golpe de viento que bruscamente golpeó una rama con cierto estrépito. Tenía el aspecto de un murciélago pero era demasiado grande para serlo. Descendió lentamente al suelo y la vaga luz de las casas vecinas descubrieron una boca repugnante de dientes inmensos; alas enormes, negras, brillantes. Una cola que parecía tener vida propia, larga y brillante. Aquella cosa reflejaba la luz despidiendo a la vez un fulgor desconcertante en las tinieblas. Gritamos, aterrados. En desorden, tropezando y cayendo, tratamos de alejarnos, de huir. De repente me sentí paralizada en medio del caos. Estaba como clavada a la tierra, suspendida, incapaz de moverme. La bestia, que por un momento dio la impresión de reaccionar al tumulto, se detuvo inmóvil sobre la tierra roja y húmeda. A hora, ante el terror mortal

que me paral izaba, descubrí las pezuñas de buey, la faz de ojos rojos y desproporcionados. De nuevo se acercaba con pasos torpes, lentos, definitivos. Estaba sola. Hice un esf uerzo por recuperar me, por vencer la parálisis, huir; pero mis piernas no respondían. Su cercanía, su olor, me decían con toda claridad que pronto perdería la vida, que en cualquier momento sería víctima de aquel demonio sin nombre… Había llovido, a eso de las cuatro. Las hierbas del campus estaban mojadas, y los árboles, que nosotros llamábamos árboles universitarios, permanecían muy quietos. Miriam y yo subimos hasta la Biblioteca Central a solicitar algunos libros. El salón estaba casi vacío. El sol caía, ya, yo podía ver su agonía a través de las ventanas. Una neblina suave dominaba el campus y los rayos de oro se deslizaban en ella creando un ambiente de magia… Estaba tan distante que Miriam tuvo que sacudirme, llamarme la atención. Bajamos nuevamente. Nos sentamos en los bancos cerca del edificio de Farmacia. La neblina se extendía por todo el área de deportes, se colaba entre la arboleda del centro y casi besaba la tierra en un montecillo que se avecina a una de las calles que rodean el recinto. Miriam me advirtió: sueñas mucho hoy. Sonreí. Recordaba mis primeros días universitarios. La Facultad de Ciencias Económicas, las amplias aulas, la multitud de muchachos con libros bajo el brazo, charlando, discutiendo de política, enamorándose. Yo, muchacha de pueblo, contemplaba con miedo todo aquello, me horrorizaban las multitudes, los edif icios y aulas de colores feos y embarrados de consignas y afiches. Pe n s é h a s t a e n n o v o l v e r . Revista de Arte y Literatura


Después, las sugerencias de las amigas recientes, de los nuevos compañeros con el paso de los días terminaron transformándome en una asidua de las cafeterías repletas, de las discusiones en grupo y en las cátedras, del repaso de las materias bajo los árboles, todos nosotros en silencio sobre los bancos de cemento o en pupit res que l l a mába mos secuestrados. Recuerdo las noches en que nos quedábamos hasta la madrugada e st u d i a ndo M a c r o e conom í a o Geometría Analítica en mi casa. M iriam y yo hacíamos de todo: criticábamos a todo el mundo, nos reíamos del compañero buen mozo que llevaba los pantalones demasiado aju st a do s d e j a n do v i s lu mbr a r pel ig rosamente sus mascu l i nas formas. Le enseñaba l ibros que había descubierto en una librería en quiebra, los vestidos recientemente adquiridos. Hablábamos de las fiestas Revista de Arte y Literatura

a que nos habían invitado para el próximo fin de semana, y de la más grata de las noticias: cómo se iban acercando los días en que tendríamos que decir adiós a la Universidad – nos f a lt ab a u n a ño – con u n título, imaginábamos la ceremonia de g radu ac ión , todos vest idos formalmente de negro, en compañía de nuestros padrinos, muy solemnes y el Rector Magnífico leyendo un discurso en que evaluaba la situación universitaria y nacional... Y, como era de esperarse, los planes para abrirse camino, ascender, ocupar posiciones, las apariciones ante la opinión pública. A veces, nos íbamos Miriam, Dolores y yo a un pequeño restaurante que queda junto al mar, frente al Banco Agrícola. Bebíamos cerveza, comíamos hamburguesas, escuchábamos a Raphael cantando Acuarela del río, y soñábamos con los cruceros que cortaban la oscuridad cerrada del mar, cuyas olas lamían

con atrevimiento los bordes de piedra, t ierra y algas... De repente, a lgo mu e ve nu e st r a mesa; los paraguas que protegen a los c l ie nt es de la lluvia y el sol se est remecen , hacen giros peligrosos sobre nosot ras; sa len disparados con u na fuerza terrible; caemos a la tierra; gritamos alarmadas; las palmeras se qu iebran y amenazan con matarnos bajo su peso; rodamos, c a s i c a e mos a l mar Caribe, que golpea la playa, enf u recido; l lora mos, va mos a ahogamos, a morir; todo da vueltas, no sabemos... la universidad, la estat ua de la mujer también da vueltas en torno a mí; mis lentes se desprenden, caen, se rompen, veo los vidrios partidos en mil pedazos; ya no veo; trato de alcanzar a Fidias; el gas lacrimógeno me quema los ojos; mareos, náuseas, trato de correr; caigo, me arrastro en la tierra, todos se arrastran, lloran, ¿de dónde ha surgido esta multitud? Se escucha una atroz explosión; quiero gritar, no puedo, tengo miedo, un miedo incontrolable, quiero gritar, algo rompe mi frente, la cabeza me arde, me quema, no tengo fuerzas, no siento mis brazos, mis piernas, mi vientre, no me abandonen, me siento desfallecer, sin sangre, mi sangre, todo da vueltas, yo... 1972 17


El Museo de

E

Altagracia Pérez Pytel Escritora dominicana, residente en Eslovaquia

xplorar a Viena comprende esencialmente, descubrir a dos grandes íconos de la cultura austríaca: el genio musical de Mozart y a la emperatriz Elizabeth, mejor conocida como Sissí. Elizabeth de Wittelsbach, la joven duquesa alemana que con su gran belleza, y sólo 16 años, cautivó al emperador Francisco José I de Austria; con el legado de su vida enigmática y trágica cada vez atrae más público al Museo que se ha erigido en su honor y que reúne parte de sus objetos personales. Este museo, se erige en las instalaciones del palacio Hofburg y fue inaugurado en el año 2004. Según explican, el Hofburg fue durante más de 600 años, residencia de la dinastía de los Habsburgo, y comprende 19 alcobas oficiales del emperador Francisco José y la emperatriz Elizabeth. Recorrer sus salas, es adentrarse al exquisito mundo que acogió la corte vienesa, en el reinado de la dinastía Habsburgo. En especial, el primer piso del Museo de Sissí, que está destinado a exhibir gran parte de las piezas de la fina cristalería y Platería de la corte.

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Revista de Arte y Literatura


Dentro de las piezas de mayor renombre se encuentran el servicio de mesa de los Habsburgo, los centros de mesa de hasta 30 metros de largo, los servicios de las manufacturas, de Herend, Sévres y Minton; la vajilla de plata de la corte vienesa, la porcelana de Imari, el famoso servicio de Grand Vermeil; numerosas piezas que f ueron propiedad de las emperatrices Elisabeth, María Teresa y de otros Habsburgo.

Sin embargo, tras el f inal de la mon a rq u í a de los H absbu r g o, los objetos de la Platería de la Corte, pasaron a ser propiedad de la República de Austria. Allí están vajillas en porcelana china, porcelanas con incrustaciones en oro, y orfebrerías en plata, oro, elaboradas por los mejores orfebres de Europa, especialmente de Venecia. Muchos de los utensilios de cocina y de mesa elaborados en plata, porcelana, constituyen regalos que los reyes de Europa, obsequiaron para las nupcias de Sissí y Francisco José. El museo Sissí comprende seis salas que exhiben aspectos y Revista de Arte y Literatura

momentos cumbres de la vida de esta emperatriz. Entre éstos se encuentran, la muestra permanente de sus objetos personales, que incluye retratos, sombrillas, guantes, joyas, la diadema y el vestido [recreación] que llevó la noche de su despedida de soltera. Las habitaciones rememoran gran parte de situaciones privadas de esta pareja; por ejemplo, las habitaciones

de la Emperatriz, donde se puede encontrar un cuarto de ejercicios, una bañera diseñada a su estilo, para una mujer considerada como adelantada, para su tiempo. Además, un cuarto destinado sólo para los rituales del mantenimiento de su belleza y aún, se encuentran algunas recetas en el palacio, que ella usaba para adelgazar y para el mantenimiento de la juventud. Sissí era obsesionada con su figura, inventó sus propias dietas, a base de jugo de carne y algo de fruta. Pues tenía una preocupación por no aumentar de peso, tras cada maternidad. Se dice que pasaba 19


muchas de las decisiones políticas de su marido, aunque parte de su vida la pasó viajando, huyendo del ceremonial de la corte, al que detestaba profundamente. Su vida que tal vez no deseó a plenitud por el rol que le tenía reservado el destino, de muchos deberes que le exigía su rango, se vio marcada por varios incidentes funestos, como la muerte de su primera hija, el suicidio de su único hijo varón y luego su propia muerte, asesinada por un anarquista italiano.

L os d est in os son ún ica me nt e codiciables porque el viaje está de por medio. Si llegase algún sitio y supiese que nunca Pero sorprende, que una mujer que más me iba alejar de ese lugar, lo tuvo todo, no fuera feliz y sobre cualquier paraíso se convertiría todo, que tratara de refugiarse en en un infierno.

largas horas, en un cuarto ante su peinadora, donde alisaba su cabello que le llegaba a una cintura, de un grosor de 47 cms, para una altura de 1,72 metros. En tanto, las habitaciones destinadas al despacho del emperador Francisco José I, -según explica la guía- revelan a un hombre disciplinado, riguroso, que sabía levantarse muy temprano, ya que se consideraba como un funcionario al servicio del pueblo. Sissí, mujer de una gran personalidad, que hablaba varios idiomas, fumaba y era una apasionada de la equitación, al parecer ser tuvo gran influencia en 20

el mundo de las letras. Se dice que se hizo rodear de hombres cultos, ya que estaba muy interesada en las letras. Su poeta preferido fue Heiner y sus intentos de poemas, los cuales yacen expuestos en este Museo, de muest r a n u n a p e r son a l id a d misteriosa, atrapada en sus propias circunstancias, que buscaba de la poesía, y los viajes, como una manera de escapar del ritual de la corte y tal vez, de sí misma.

Yo huyo del mundo y todos sus placeres, y su gente son remotas de mí, hoy. Sus alegrías y sus penas son extranjeros a mí, Yo, permanezco sola como una estrella. Soy una gaviota, no de la tierra, No llamo a ninguna orilla mi casa, No me limito a ningún lugar, Yo vuelo de ola en ola. Canciones del mar Del Norte. 1885. Revista de Arte y Literatura


Palabras de ROBERTO MARCALLÉ ABREU Pronunciadas en la puesta en circulacion de

Confidencias en torno al oscuro destino de la única mujer fatal ... M iro hacia atrás. Décadas atrás. Me encuentro con una ciudad de calles estrechas y personas que se saludan con gestos familiares. Con casas de numerosos colores que son como murallas. Contemplo en la distancia esos días de la Marcos Adón, la Peña Batlle, la entonces Otilio Meléndez, los barrios de Villa Juana y Villa Consuelo, la escuela República Dominicana, las calles indecisas del San Juan Bosco o las siempre memorables de Gazcue, sus árboles empolvados, sus postes de luz pintados de negro en los que, en las noches, danzaban mariposas de polvo, sus aceras marrones, sus aguaceros y días de intenso sol. Todavía escucho, como un río desbordado, las voces elaboradas de los locutores de oficio, los boleros y merengues de La Voz Dominicana, recuerdo los aspavientos de Paco Escribano y la Semana Aniversario, a Lucho Gatica y Sus muchachas de la Plaza España, a José Luis Martínez y su Señorita Luna, al Indio Araucano entonando Soy marinero y fíjate qué lindo el mar, uno de muchos sábados de sol después de las lluvias. Miro a los adultos en sus afanes de todos los días: el trabajo, las relaciones de vecindad y de conflicto. Las jefas de familia y sus horas i nter m i nables de dedicación domést ica. Revista de Arte y Literatura

Los muchachos, sus peleas y juegos inocentes y no tan inocentes, sus inseguros y minúsculos conflictos de poder, las pandillas: era todo tan familiar, tan cercano, tan pequeño, entonces. Hago un esfuerzo por recuperar las actitudes y sentimientos de esos rostros y figuras que ahora me lucen fantasmales y siento que penetro en un ámbito de penumbras en el que en realidad lucho por encontrarme a mí mismo.¡Hay tantas cosas qué recordar! Volver a estos seis libros que acumulan en sus páginas tantas vivencias, que se rehúsan a dejarnos y que parecen tan lejanos en el transcurrir de los días, volver a esos ambientes, a esa forma de vida, a esos personajes, a esos acontecimientos, resultó para mí complicado, difícil y agobiante. Rev isa r los l í nea por l í nea , palabra por palabra, fue como viajar en el tiempo y hacerme numerosas preguntas que todavía hoy carecen de respuesta. Sí debo confesarles mi conmoción y desconfianza al encontrarme con esas presencias que asoman sus

rost ros pavorosos desde la oscuridad siempre con ánimos inconfesables. Ese escenario, salvo contados recuerdos que pueden ser gratos, es en realidad un ámbito de graves conflictos. Releo Las dos muertes de José Inirio. Y miro apenado ese hombre que debe volver a su trabajo con el recelo y la impotencia e n el ánimo porque ha ocurrido un golpe de Estado y h ay av ione s ametrallando y bombardeando en el puente Duarte, y explosiones y disparos por d o q u i e r y soldados enfrentados c o n 21


ENSAYOS civiles todos ellos con rostros de miedo, en medio de calles huidizas y abandonadas. Miro a ese muchacho infeliz al que se pensaba en Nueva York y que, tras la muerte de Trujillo, un carro público deja en la puerta de su humilde vivienda donde, física y moralmente destruido, muere, a consecuencia de las torturas brutales e implacables que ha sufrido. En l a ca l le Peña Bat l le y l a Marcos Adón, al lado de la escuela República Dominicana, contemplo el deambular desaforado y torcido de aque l sujeto que apod aba n Malapalabra, integrante del Frente Antiterrorista, degenerado y asesino, que, desde su absoluta derrota como ser humano, ataca a balazos a jóvenes a los que caprichosamente ese monstruo califica como antisociales. Camino en el campus universitario con sus acacias, almendros y pinos inconmovibles y sus campos de grama húmeda y entonces veo caer a la amiga Sagrario Díaz Santiago fulminada por una bala de fusil que se aloja en su cabeza, la veo luchando contra su propia debilidad y agonía, la contemplo en sus sueños elaborando fantasías sobre el hombre que aguardaba y que sería como realización de su vida, con ese amor que debía llevarla de manos por los caminos de la alegría y la felicidad. Miro a Amarilis, con sus bellos ojos amarillos y una sonrisa capaz de arrasar una ciudad entera con todos sus habitantes, para contemplarla d e s p u é s v i ol a d a y ofe n d i d a a consecuencia de u na veng a n za irracional y perversa. Camino junto a aquel universitario asediado y acechado por un agente del servicio secreto que termina por asesinarlo apoyándose en situaciones nebulosas al imentadas por la envid ia y la arrogancia que le han inculcado sus 22

administradores y mandantes. Observo a Aura, envenenada por la mala suerte, por la desdicha y la desidia de los barrios aterradores de la parte norte de la ciudad. La veo en el momento culminante en que una pariente y compañera que se abandonó a sus pasiones acaba de morir en una sórdida clínica de barrio. Me veo caminando por la calles de Nueva York, sintiendo dentro de mí, abatimiento e impotencia, al descubrir esos ojos, esos corazones, esas almas plagadas de soledad, en las que el abandono y la ausencia de la Patria que los vio nacer, han marcado en su frente a sangre y fuego estigmas atroces y han arrastrado a esa pobre gente a conductas tan repugnantes como suicidas. Toda una vida. Pertenezco a ese grupo de mujeres y hombres a los que correspondió ser testigos de una época. Testigos de primer orden en un escenario en el que los rostros de Trujillo, de Balaguer, del profesor Juan Bosch, de Donald Reid Cabral, de Manolo Tavarez Justo y Francisco Caamaño se confundían los unos a los otros con un fondo de golpe de Estado, de guerrillas, de insurrección, de ocupación extranjera y la lenta pero firme instauración de prácticas de depredación y crimen, de acechanzas y peligros, de conflictos ideológicos que no comprendíamos del todo, pe ro que nos a r r a st r aba n a l a violencia, a la cárcel, a la tortura, a la muerte inesperada. Quisiera que todos y cada uno de ustedes compartan conmigo estas h istorias que estremecen, entristecen, agobian, que poseen el vigor de arrojarnos al abismo de los recuerdos. Me detengo a mirar este personaje o aquel.

Sobre todo, porque en esos días distantes, el mal, la perversidad, las peores lacras de la condición humana estaban a l l í, a l acecho como fantasmas que se quejan en las penumbras. A la espera para darnos su zarpazo mortal. Y qué triste es hasta imaginar que esos monstruos han permanecido, que permanecen en las sombras, i nsat isfechos, voraces, siempre a la espera de una oportunidad. Estos seis libros que llenan este tomo, son complejos y difíciles. Pero y por encima de todo son reveladores. Tal y como dije en una ocasión, corregirlos para mi, reducir en alguna medida posibles defectos, errores y desconocimientos propios del momento en que vieron la luz, no fue tan traumático. Más lo fue el reencuentro con todo un panorama capaz de conmovernos, a pesar del tiempo transcurrido. Así se los entrego a ustedes, a quienes me leen desde aquellos días distantes, a quienes siguen fieles, a quienes me encuentran en la calle y, sin conocerme, me saludan como a un viejo amigo con el cual comparten muchos secretos y muchos temores. Creo que su lectura será un ejercicio para quienes ya los conocen y abrirá las puertas de un universo incierto y a veces desconocido para los que no les correspondió vivir muchos de esos momentos complicados y difíciles. Frederick Beigbeder, en su novela 13,99 euros nos dice: “En cuanto a mi, estoy hasta las narices, mis dientes chirrían, mi rostro se ve sacudido por constantes tics y me sudan las mejillas. Pero proclamo lo siguiente: en nombre de esta legión de miserables mi libro vengará todas las ideas asesinadas”.

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ESE NOMBRE Puro Tejada

Escritor dominicano residente en Cánada

“Algo que tiene que ver con el nombre de Laura va a significar tu muerte”, le dijo Carmen la azuana cuando era casi un niño. Y justo por eso mismo, por llevar siempre la contraria, José Rafael Méndez comenzó a perseguir todas las Laura que conociera, se enredó con varias y se casó (y divorció) de una que le parió una hija: Laurita. Pero eso no le bastó: cambió su nombre a José D’Laura y luego de variados oficios, de ser amado, od iado y olv idado, fue crít ico de cine, de los mejores según el consenso. Apenas fue ayer, alegre por el nacimiento de su primera nieta (que debía de llamarse por obligación L au ra), que f ue a r rol lado por una camioneta Dodge Ram de la Repostería Laura a la que se le fueron los frenos. Le acompañé en su breve agonía, y en un momento de lucidez, me miró y dijo: “esto es absurdo” y expiró. En mi presencia, por favor no mencionen ese nombre.

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Poesía de Jean Alexander Jean Alexander Nació el 28 de diciembre 1963 en Santiago de los Caballeros. Desde muy joven escribe poesía, perteneció al grupo literario “Jóvenes Poetas de Provincias”. Actualmente prepara libro de poesía “Voces de Arcoiris” VIEJO ÁRBOL Viejo árbol que llenabas mi alma como un proscrito sol enamorado, con un diluvio de claridad haciendo nacer la plenitud.

EL CANTO DE LA PRIMAVERA Yo quiero el canto de las hojas que dormir en el tiempo, las firmes guitarras que besan el viento que las cruces que gimen en la brisa. quiero la infinita luz del corazón que ama el río que corre bajo la tibia sombra del atardecer la lluvia empapada de labios que besan la tierra la mágica palabra que resucita el cielo en cada sonrisa.

Viejo árbol que trepabas las paredes grises buscando la brillante piel de las doncellas, con mis venas desnudas de una caricia sin tiempo……

PEQUEÑA ELEGÍA Mi vieja olvidada viene de muy lejos una antigua nostalgia en su alma de luna dibuja naufragios en el crepúsculo de su frente su amor descontaminado descarga la esencia del tiempo.

Viejo árbol de mis añoranzas, cuantas veces se quebraron en el viento tus alas circuncidadas y me dormía en los recodos de tu verdor infinito, en la extensa quietud de tu nostalgia. Oh v ie jo á rb ol q u e a m a st e e l universo, déjame volar hasta tus cumbres sangrando contigo tu antiguo dolor , cantando la i néd ita voz de t us pájaros.

Me hablan casi sin quererlo los perfumes del LENGUAJE los íntimos recuerdos de su corazón se posan en la vida cerrando mis heridas. El amor perdura por encima del olvido sus fósiles son espejos del tiempo luz de la eternidad…..

Eso es mi vieja olvidada su cuerpo de aire besando mi piel, Déjame subir hasta el último escalón ósculos de plenilunios en el atardecer de tu sonrisa y como casi sin quererlo soñar con las barcarolas de tu verde consiente este mar de cosas rocío que vive en mi alma……. hasta beber de golpe t u ú lt ima sombra. Jean Alexander febrero 2001

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La Poesía De Roberto Cazorla Por Luis Beiro González

Publicado en la revista literaria “Aerovoz”. Octubre 1959. La Habana, Cuba.

y hasta extraña emoción interior. Este artista nos ofrece una poesía de nostálgico disfrute y conmovida ue la poesía nueva es savia comun ión, en cuya esencia hay nueva, visión transfigurada una interrogación que él mismo se en lo externo y en lo interno plantea bien como un atormentado es una real idad que se impone. o u n v idente. L a a ng ust ia , los Poesía que anhela más la música oscuros parlamentos de la soledad, subjetiva que objetiva, porque busca se mezclan en su mundo con cierto horizonte más amplio a las disímiles sabor de interiores sombríos. palpitaciones de la vida interior. Con el propósito de que seamos Lo importante es sentir el verso: colocado en el pentagrama de una nosotros los primeros en desflorar ese cuartilla sin ordenamientos casi, manojo de visiones abstractas que el pero pletórico de lirismo y emoción. poeta ha acuñado para la posteridad. Es por ello que las rígidas normas Roberto Cazorla nos entrega un de la academia van cediendo paso a ejemplar mecanografiado de su libro una revolución casi total dentro de la inédito “Escombros”. Son estrofas para meditar, para auscultar, para nomenclatura estética. desentrañar los íntimos secretos de Cuando el bardo quiere embotar su alma joven y sutil llena, como una sus sent imientos interiores, sus caja de música, de dulces melodías. visiones fantásticas, sus estados Su pórtico lo dice todo en breve de á n i mo, no puede mod if ica r acopio: esos mensajes atendiendo “¿Y esta cosa que cargo sin ser preferentemente al metro, a la rima Cristo?/ ¿Y esta cosa que me hinca y y a los accidentes retóricos. Esa es la opinión de los poetas de hoy. no es espina?/ ¿Y esta cosa que corre Consideran, con sobrada razón, y no es de sangre?/ ¡Esta cosa tan como opinaba el Apóstol, que la triste… es un poema!”. poesía no puede ordenarse mucho, Su int imismo se perf i la aqu í componerse mucho, pulirla mucho, so pena de que pierda, en definitiva, con visiones que el poeta, con una el verdadero mensaje de su creador y, simplicidad de medios, hacer caer por ende, la fluidez inspiradora que le perpendicularmente, en el tema eterno del amor, pero con ribetes dio vida. de drama: “Aquí, solo…/ huyendo de Hechas estas apostillas, pasemos la noche/ para evitar que las hojas/ se a presentar a la consideración de vuelvan mariposas…/ Para evitar que se nuestros lectores una figura nueva caigan las estrellas,/ y que mis manos se dentro del verso moderno: Roberto alejen solitarias./ ¡Presiento que he muerto Cazorla, cubano y joven, verdadero de vivir!/ que el mar se ha quedado quieto artífice en eso de hacer saltar, por un instante./ Presiento que soy de carne y medio del verso, su inconforme no de mí./ Que me envuelvo con el frío de

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tu beso/ indeciso…/ Que el crepúsculo se ha robado/ a la tarde para siempre./ Así, solo…/ huyendo de aquí para no ser”. El poeta l lama a la hembra, la quiere a su lado, quiere amarla intensamente en su intimidad. Es el grito de la carne quien lo exalta: “Hoy te necesito aquí: / sobre la piel que se esconde/ por mi nombre. / Sobre la posible tumba de estar vivo. / En el aliento que cuelga en las paredes. / Hoy te necesito aquí, / en este verso que llevo con apuro. / En este andar que nunca he conocido. /Hoy te necesito aquí…/ Te necesito”. En Roberto Cazorla se perfila una honda frustración sentimental. En los versos que siguen descuellan estos ángulos: nueva expresión para denunciar el dolor; figuras estilizadas que van desde lo horrendo hasta lo banal; desde lo repugnante hasta lo sublime. Oigamos al poeta: “Anoche he matado un pensamiento./ Lo he visto saltar,/ lanzarse contra las paredes,/ trepar como un parásito./ Echaba una sangre espesa como esta mañana indecible./ Anoche he sentido cómo se raja la carne./ Respiré un humo que era el vaho de la muerte./ He visto lágrimas…/ cabellos ardiendo como cirios./ He visto temblar las palabras en mi abdomen./ He sentido el olor repugnante de los insectos/ que se comerán tus uñas, las mías… las de todos./ Escupí al suelo para hacerlo más nefasto,/ más osado, más ruin./ Oí un grito recóndito que venía hacia mí,/ era el final de todo./ Eras tú que desaparecías para siempre”. Pudiera decirse, al leerse los versos sig u ientes, que Roberto Ca zor l a es u n i n a d apt a do, u n perenne negador de las exquisiteces Revista de Arte y Literatura


que Dios ha puesto en este pícaro, si se quiere, mundo en que vivimos. No es así. Cazorla, joven aún, atraviesa por un período tétrico en su poesía. Eso pasa. Todo artista ha vivido esa etapa. Con la madurez irán surgiendo de él cantos de vida y esperanzas, hijos del optimismo que los años maduros hacen germinar en todo esteta. “¡Esta inconformidad creciéndome por momentos!/ esta ansia de ser un paisaje…/. Algo sin sangre y sin sentido. / ¡Este aborrecer de las cosas!/ ¡Hasta cuándo la soledad tocando a mi puerta?/¿Hasta cuándo la obligación/ de pertenecer a esto?/ Señor, si pudiera hablar contigo!/. Si pudiera decirte que renuncio a la claridad/ constante!/ Si pudiera tener tu perdón por haber nacido”. La inf luencia dejada por José Martí -anticipador del modernismoen los poetas de hoy es visible en estas dos cuartetas donde Roberto Cazorla sigue la música, el giro y el contenido pintoresco y humano de los Versos Sencillos, sin que por ello deje de tener imágenes propias y contenido original: “Hoy está gris la mañana/ como un féretro ocupado. / Como un adiós que ha dejado/ una flor en la ventana. / Hoy está gris la mañana/ para el sol que no se siente. / Para mirar una fuente/ o descubrirse una cana”. El espacio, cruel, nos inhibe de continuar deshojando este precioso ramillete de versos que encierra “Escombros”, y en el cual su autor nos ha demostrado dos cosas: que es un exquisito poeta y que marcha por un camino no trillado, abierto para la lírica americana desde hace más de medio siglo por esa trilogía inmortal del verso americano que la integran José Martí, Rubén Darío y Julián del Casal. Revista de Arte y Literatura

Luis Beiro González, periodista y escritor cubano, fallecido en los 90s. 25


Prólogo de Onirias

Auto retraro de Ángela Hernández

O

n i r i a s c o nj u g a p o e m a s e imágenes; dos manifestaciones del mirar con i ntención comu n ica nte. L a primera, de lenguaje; la segunda, de forma y luz. Pero, ¿acaso los poemas no se componen también de forma y color? ¿Y la imagen? ¿No cifra ritmos y presencia tributarios a la imaginación? A mb o s do m i n io s c o mp r e n d e n acústica, pausas y sugerencias y ellos mismos sustentan y portean la poesía, ese indescriptible fruto que a nada conocido se reduce. …L o s p o e m a s i n c lu i d o s e n esta obra han cristalizado en un periplo extenso. Las fotografías corresponden a cuatro proyectos dist intos y conectados, a la par; concebido cada uno como un poema visual y poliédrico. Conversaciones y obser vaciones, en el momento oportuno, contribuyeron a nombrarlos o a idearlos. “Poét ica de lo n imio”, fue el primero. Para ejercitar la atención —y el sentido de comunidad con cuanto existe—, quise retratar lo insignificante o desdeñado; aquellos elementos, a menudo fugaces, ante los cuales muy raramente se detiene u na m i rada. Como muest ra, las huellas humanas en una pared que al día siguiente será derribada. En 26

Por Ángela Hernández “Manuscrito del ojo”, procuré captar ...Por último, “Desde mi ventana el sentido recóndito de la caligrafía. interior” surgió retratando mi entorno Papeles, cuyo destino último es el o lo circundante, en horas en las zafacón, contienen un fino registro que precisaba mudar de actividad, de nuestras emociones y nuestros a b a n d on a r e l or d e n a d or , p a r a latidos al momento de escribirlos. “descansar”. Estos proyectos siguen —También es un nostálgico elogio a en curso. una forma de escribir desplazada por A veces creo escuchar que Dios me los ordenadores—. Las fotografías susurra: “De la cuidadosa sensibilidad del proyecto “Doméstico Auto retraro de Ángela Hernández Viajero” nacieron de un hecho y una t ra nsmut ación. La poeta Pastora Hernández, en horas de ocio, teje, con pasmosa habilidad, pañitos para rega larlos a amistades y famil ia. El la me h a cont a do que mientras elabora puntadas, se mantiene pensando en que muestres por este mundo depende la persona a quien está destinado el tu acceso a los cielos”. Por el lo adorno. Tejer conlleva significados practico, tan amorosamente como históricos para la mujer. Basta pensar puedo, la poesía y la fotografía. Y me en Penélope. Tejer ha sido una labor gusta creer que a través de ellas, que distintiva del ángel del hogar, esa comportan contemplación y acción ama de casa hacendosa, replegada y a partes iguales, sostengo un dialogo prudente descrita con precisión por fehaciente con el prójimo, mientras Virginia Woolf en “Una habitación me extiendo intentando palpar todo lo propia”. que veo, todo lo que percibo. Revista de Arte y Literatura


de Ángela Hernández

Una gran obra, abierta a las lecturas

Por Marianne de Tolentino

¿

Es un libro de poesía o un libro de imágenes? ¿Cuál es la parte perteneciente a cada modo de expresión? En principio, la fotografía, que f ija la realidad, se aparta de la poesía, que es pura creación y género literario. Pero ya no vale esa distinción, pues la fotografía de hoy se aventura fuera de lo real observable y busca efectos ignotos de belleza y espiritualidad, siendo esa afirmación pa r t icu l a r mente cier t a pa ra las Onirias de Ángela Hernández. La escritora nos revela, paralelamente, su virtuosismo en el manejo de la cámara y de la palabra, y espontáneamente identificamos ambos en el proceso creativo. Los ejemplos de esa simbiosis lírica, homogénea y reversible –podemos leer y hojear sus páginas como nos dé la gana–, aparecen prácticamente en cada poema, cual sea su extensión, ya que el texto corresponde a una experiencia íntima donde la imagen a menudo abre un espacio lúdico, donde l a fotog raf í a revel a u n a realidad que una simple mirada no percibe nunca. Cuando ella afirma en «Claresa»: «Muerdo el rojo misterio en Revista de Arte y Literatura

mis labios / Cada mata representa a un amigo o a una amiga / Por tiempo pasan días sin que riegue mi jardín / Entonces las plantas se pronuncian hasta marearse», hay una perfecta correspondencia entre la sensación pura del verbo y la metáfora visual plasmada por la foto: unas vainas secas y u n hue vo ac u r r uc a do e n el n ido. E l lector org a n i za libremente sus asociaciones, magia conjugada de la poesía y la fotografía. Definitivamente, Onirias es una obra abierta donde se entrecruzan los circuitos del texto y de las formas no verbales, y se integran las fotos en el poemario, constituyendo una sola obra indisociable. Ahora bien, si encontramos aquí una unidad orgánica de las fotografías con los textos, si obser vamos la fecundidad de una acción recíproca, Ángela nos deja también libres de obviar las referencias. Según nuestra receptividad participativa, se supera la impresión de que Onirias es un libro ilustrado de fotografías, o, llegando a más lejos, que la imagen se convierte en una amenaza para la palabra, desviando la atención del lector. Si así lo preferimos, se nos ofrecen entonces dos lecturas, dos goces estéticos independientes, dotados de una equivalencia cualitativa. Ojalá se celebre una lectura pública de Onirias con una proyección de las fotografías, para que apreciemos el embrujo especial de la iconografía y el poder evocador del lenguaje. Si empleamos el vocabulario de la plástica, la escritora y artista compone

un díptico foto/poesía, en el que cada parte no se asimila a la otra, sino que transmite sus encantos propios al mismo tiempo. Así, en «Dibujo mi imaginación», poema corto a la vez hermético y fascinante, la fotografía sa lpica de ma nchas u n mu ro, recorrido por graffiti. La sinceridad absoluta de Ángela Hernández y el compromiso que le caracteriza en cada tarea que ella asume, nos introducen a los territorios del sueño, de lo no directamente perceptible, de la palabra a la fotografía. Recordemos que el ensayista, lingüista y filósofo Roland Barthes afirmó cómo, para acceder a la rea l idad de cier tas fotografías, había que cerrar los ojos. Nos ocurre en varias de las tomas, sino en una mayoría, que se suceden al filo de las páginas. Que nos permitan dejar la conclusión a Á ngela en su impresionante prólogo. Dice nuestra t a lentosa a m ig a: « A veces creo escuchar que Dios me susurra: ‘De la cuidadosa sensibilidad que muestres por este mundo, depende tu acceso a los cielos’. Por ello, practico tan a morosa mente como puedo, l a poesía y la fotografía.» Ella agrega que, a través de éstas, ella pretende sostener un diálogo con el prójimo. Ciertamente, lo sostiene, para nuestra fruición y nuestra emoción. Onirias es un texto cimero en la Colección del Banco Central de la República Dominicana, y en una bibliografía que concilia indiscutiblemente «las sonoridades y las texturas», según lo afirmó la propia Ángela Hernández. 27


PO ESÍ A

A propósito de la novela

Juicios críticos LA CAUTIVANTE SAGA DE MERCEDITAS por León David La novela Merceditas que da pie a estos comentarios a vuela pluma no sólo cumple a cabalidad con los requisitos que la rigurosa preceptiva suele establecer para semejante género, sino que –en ello va nuestro crédito—la reputo por creación artísticamente levantada, digna, fresca, que remite a una honda y genuina sensibilidad y a un gusto acendrado de romántico viso. Dificulto, en efecto, que quien se avecine a estas páginas salga defraudado; sólo un temperamento refractario al soplo acariciante de la armonía se atrevería a poner en entredicho los méritos incuestionables de la narración que estamos haciendo objeto de nuestro infractor escrutinio, narración cuyo superior abolengo cualquier persona que ande en tratos con el sentido común incontinenti advertirá. Dicha obra –por la que sentí amor a primera página—pertenece a ese privilegiado cuanto exiguo cuerpo de escritos que apenas rozas con la pupila sus renglones primeros, interesa, atrae, convence, seduce. Como no consiste la empresa aclaratoria a la que me he comprometido en prodigar elogios, por justificados que estos nos parezcan, sino en abrir un espacio de reflexión que dé pábulo a un entendimiento más profundo del real significado e importancia de la novela Merceditas, arriesgaré a continuación dos o tres planteos cuyo claro objetivo es apuntalar en el más firme terreno del análisis hermenéutico las encomiásticas expresiones acuñadas líneas atrás. A tenor de lo expuesto, daré inicio a estas observaciones destacando que Merceditas nos brinda lo que en ninguna novela debe faltar: un retrato amplio, preciso, fidedigno y detallado de la vida de una comunidad en un período histórico determinado; para el caso que nos concierne, de la manera cómo se comportaban, pensaban y sentían los hombres y mujeres de los campos y pueblos 28

dominicanos de las primeras décadas de la pasada centuria. De las páginas de la referida narración aflora una pintura memorable por su exactitud y colorido de los hechos y costumbres rurales durante la nefasta era de Trujillo, por modo que no caminará lejos de la verdad quien sostenga que pareja recreación de lo que fuimos, llevada a término con mano diestra y segura, es una de las virtudes que más nos gratifican en la novela que estamos apostillando. Empero Merceditas no es pura fabulación fruto de la exuberante fantasía de la autora; el grueso sino todos los personajes que en ella figuran, empezando por la protagonista que da nombre a la novela, son reales y existieron o existen. Henos pues ante una elaboración literaria o recuperación artística de una verdad histórica. Y ese plus testimonial añade a las páginas en cuya glosa nos hemos embarcado un nuevo sabor del que extraemos satisfacción, sorpresa y enseñanza. Merceditas, el cautivante personaje en torno al que se desarrollan los acontecimientos y conflictos del relato, se nos impone merced a sus acciones, lucidez y carácter en tanto que uno de esos seres excepcionales cuya sencillez y rectitud cobra dimensiones heroicas que la cotidianidad doméstica de una existencia anónima, humilde y sin alardes tiende a hacernos olvidar. … Merceditas es creación literaria que si ponemos las cosas en punto de verdad, posee todo lo que se Revista de Arte y Literatura


requiere para ocupar un lugar preeminente en el orbe de la novelística dominicana. Esa es la opinión del comentarista que estas líneas emborrona, quien al leerla ha hallado en ella una afinidad secreta y central; y que si algo ha logrado aprender es que sobran las estériles precisiones de la ciencia y los arduos protocolos de la erudición para reconocer en un escrito la presencia de la superioridad.

PRESENTACIÓN DE LA NOVELA “MERCEDITAS” por Andrés L. Mateo “Merceditas” recupera a un personaje singular que se inserta desde la ficción en un peregrinaje épico que tiene infinitas aristas. Quisiera comenzar diciendo que es una novela de largo aliento, un vasto panorama histórico que atraviesa la ficción, y que va dibujando una larga secuencia de hechos. El desenvolvimiento de lo narrado se sustenta en una redacción nítida, con un cuerpo adjetival preciso y una clara intención de comunicación diáfana y fluida. Bárbara Moreno García, en este aspecto, como autora, tiene en sus manos todo el tinglado del universo de sentidos que construye en el texto. La novela comienza en acto, vale decir, Merceditas es presentada en un cuadro de insurrección civil que ella misma encabeza, y que suscita la admiración de muchas otras mujeres que observan la escena. Es un personaje recio, repujado desde el sacrificio y la pasión. Luego sabremos que su desafío se engarza con una lucha antigua que tiene que ver con el tipo de dominio de la tierra, y con la explotación en las relaciones de producción que se ejercían en el campo dominicano desde f inales del siglo X IX y principios del XX, y sobre todo con una idea de la libertad. De entrada, lo que Merceditas encarna es un arquetipo completamente opuesto al de la mujer dominicana de la época, y a partir de este cuadro inicial el perfil decidido de su t a l a nt e i mpre g n a r á l a historia. “Merceditas” emplea una recuperación temporal, que técnicamente se llama Flack-back, y luego del primer fotograma de Merceditas recula en el tiempo para situar la historia. La novela Revista de Arte y Literatura

moderna se inicia con el “Ulises”, de James Joice, un texto de narración zigzagueante que inaugura la ruptura del desplazamiento temporal del tiempo. Es en la mente del lector que todo el universo de significación de lo narrado adquiere una lógica propia, y los sentidos del texto se armonizan. Y es por ello que modernamente, el lector de una novela ya no es un sujeto pasivo, sino que en el acto de la lectura re-crea lo leído, y reinstala otra dimensión de lo narrado. Eso es lo que ocurre en “Merceditas” a partir de este salto en el tiempo todo se comienza a reconfigurar desde el pasado, incluso en el sentido fundacional, y hasta nuestros días. En cierto sentido ésta es una novela histórica, pero esa definición sólo es suficiente si atendemos al hecho de que lo narrado está fuertemente atado al testimonio. Uno percibe mientras lee que la autora narra desde la memoria, que se apega al testimonio de lo vivido, es el frenesí de la memoria el que lo determina todo en esta multiplicidad de relatos. Lo que sostiene la novela “Merceditas” es el secreto encerrado en la vida de los demás, la necesidad de volver inteligible algo que se presenta como una multitud incongruente de hechos de todo tipo, los numerosísimos personajes que pasan por sus páginas y despliegan sus vidas. La memoria gigantesca que se abre en esta novela como una urgencia inaguantable e íntima de contar el mundo para sustituir, de algún modo, la fragmentación por la totalidad, y porque de otra manera todas éstas vidas se perderían en el olvido. Y son numerosas, incluso fundacionales. Todos circulando alrededor de la vida de Merceditas, quien terminará la historia como un personaje de evolución ascendente y enormemente enriquecido. Un relato que uno siente al terminar de leerlo, que va más allá de la historia objetiva, que infecta la conciencia y ha penetrado inexorablemente la historia verdadera, recreación afortunada de una época en la cual se ha jugado nuestra propia aventura. La novela“Merceditas” fue puesta en circulación el 15 de agosto 2012 en el Gran Teatro del Cibao, en Santiago y el 23 de agosto en el salón APEC de la Cultura, en Santo Domingo, participando entre otras personalidades, los distinguidos escritores dominicanos, León Dav id y Andrés L. Mateo. La novela está en venta en la Librería Cuesta de Santiago y de Santo Domingo y en la librería La Trinitaria, en la zona colonial, Santo Domingo. 29


PO ESÍ A

Yelidá:

el poema del mulataje antillano Domingo Caba

Escritor y profesor universitario

«Tomás Hernández Franco, natural de Tamboril, Santiago de los Caballeros, República Dominicana, publica Yelidá en 1942, poema en el que proyecta el aliento paradisíaco de la topografía entroncada en la epopeya racial de la mulatía» (Bruno Rosario Candelier)

Y

elidá, de Tomás Hernández ( Ta mb or i l , 2 9 de abr i l de 1904 - Santo Domingo, 1 de septiembre de 1952), junto a Compadre Mon, de Manuel del Cabral; Poema de la hija reintegrada, de Domingo Moreno Jimenes y Hay un país en el mundo, de Pedro Mir, entre otros, forma parte de los textos capitales de la poesía dominicana del siglo XX. Fue compuesto en 1942 en El Salvador, año en que su autor desempeñaba funciones diplomáticas en esa nación suramericana. ¿Cómo fue escrito Yelidá? L a r iqueza léx ica , así como el extraordinario valor simbólico, literario y cultural que se aprecia en el poema contrastan poderosamente con la forma acelerada, repentista o casi improvisada como fue escrita dicha composición. Así lo testimonia la viuda del poeta, doña Amparo Tolentino, en una entrevista concedida al autor del presente artículo en 1990, años antes de su sent ido fallecimiento: « To m á s e s c r i b i ó a Ye l i d á prácticamente de un tirón - afirma doña Amparo. Recuerdo que esa tarde llegó de la Embajada, se sentó frente a su maquinilla y como si alguien le estuviera dictando los versos comenzó 30

El poema Yelidá fue publicado íntegramente en Mythos 46, pags 13-16

a escribir. El sonido de la máquina parecía una metralleta. No se detuvo hasta que llegó la hora de asistir a una de las habituales recepciones propias del servicio diplomático. El poema quedó así iniciado, el papel donde escribía lo dejó en la maquilla para continuarlo a su regreso. Y así fue, cuando regresó en la noche, reinició el trabajo poético antes suspendido, y no se paró de la silla hasta que la obra quedó felizmente terminada. Esto ocurrió de manera rápida - cont inúa expl icando doña Amparo. Me pidió que le corrigiera un verso, no recuerdo cuál. Le dije que estaba bien así. Extrajo el texto de la máquina y sin corregir una sola palabra lo envió a la imprenta, y ese texto es el que hoy todos conocemos con el título de YELIDÁ» ¿De que trata el poema? Estructuralmente conformado por 211 versos distribuidos en seis partes: “Un antes”, “Otro antes”, “Un después”, “Un paréntesis”, “Otro después” y “Un final”, Yelidá es un poema narrativo de carácter épico - lírico en el cual se cuenta una historia principal: la historia de una mulata, Yelidá, y otras dos historias secundarias: las del noruego Erick y la haitiana Madam Suquí, padres de Yelidá. En los dos primeros “antes” (antes de la historia de Yelidá) se nos cuenta ( Un antes) la historia de Erick, “el muchacho noruego que tenía alma de fiord y corazón de niebla…”, quinto hijo nacido a orillas del mar, “en la pesquera choza de brea y redes salpicada casi por las olas…”

Hijo “de padre ausente naufragado”, “nadador de algas profundas y arenas sorprendidas”, en fin, criado para los afanes del mar, Erick, adolescente aún, había desentrañado todos los misterios del mundo marino. Además de conocer “los nombres de los peces, de las puntas y cabos…”, así como “la oración del canal y la bahía…”, cuando apenas tenía quince años ya “conocía mil golfos…” Ese gran dominio de su entorno o hábitat contrasta significativamente con su inocencia, ingenuidad y carencia de experiencia y conocimientos mundanos. Tan inocente era que a los veinte años, Erick todavía “era virgen dentro de sus botas de hule/ y creía que los niños nacen así como los peces/en la noche quieta de los reposos del mar…” La tranquila o ausencia de mundanas inquietudes del muchacho termina cuando su t ío piloto le cuenta, en secretos, tentadoras “historias de islas/ con puertos bruñidos y azules/donde centenares de mujeres subían carbón al barco/y donde en la noche florecía el burdel con hondo aliento de tam -tam”. Estas eróticas historias crean un “remolino” en la mente Erick, quien a los veintidós años decide abandonar a Noruega y viajar a una de esas “islas de las montañas de azúcar” (Haití), y donde según su experimentado tío “las noches olían a cedro como las barricas de ron…” Ya en Haití (Otro antes) el rubio europeo se relaciona conyugalmente con Madam Suquí (antes Mamuasel Suquiete), “virgen suelta por el muelle del puerto”, y se dedica a la venta de arenques en Fort Liberté. Revista de Arte y Literatura


Suquí amó como pasión a Erick atraída, no por su nobleza y rasgo de hombre bueno, sino por el blanco de su piel y el rubio de sus cabellos. Por eso rezaba a sus dioses (Legbá y Ogún) para no dejar de sentir en su piel negra el calor de su hombre blanco. Comienza la historia Erick sucumbe ante los embrujos sexua les e irresist ibles encantos y “encantamientos” de su negra esposa. Afectado por los estragos de la fiebre y los escalofríos se enferma y un día muere, “su alma sin brújula voló para Noruega/ donde todavía le quedaba el recuerdo”; pero antes, “varado sobre la carne fría y nocturna de Suquí”, ya había plantado la semilla que contribuyó al embarazo de esta y posterior nacimiento de Yelidá. Este acontecimiento, marca el punto de partida de la tercera parte del poema (“Un después”) e introduce al lector en la verdadera historia de Yelidá. “Y así vino al mundo Yelidá en un vagido de gato tierno” La niña recién nacida aparece “inerme entre los trapos”, “mientras se soltaba la leche blanca de los senos negros de Suquí”, la cual estaba muy regocijada por el gran regalo que le había dejado su “marido rubio”. Empezó a crecer con lentitud de espiga”, y en la medida que crecía iba mostrando los rasgos característicos de la raza mulata. Se trata de una joven doncella que no es ni negra ni blanca, sino el producto étnico resultado de la síntesis o fusión de estas dos razas: el mulato. “Negra un día sí y un día no/ blanca los otros/ nombre de vudú y apellido de kaes…” La aventura de los dioses y el triunfo de la mulata. En la cuarta parte (“Un paréntesis”) se narra la aventura de los dioses noruegos en las Antillas. Al enterarse de que Erick había fallecido, estas divinidades emprenden viaje hacia Haití, y ya aquí buscan a los dioses caribeños ( Wangol, Badagris, Agoué, Ayidá – Queddó) a quienes les piden, implorantes y llorosos, salvar la Revista de Arte y Literatura

última gota de la sangre de Erick que circulaba por las venas de Yelidá,“la escandinava inocencia de una gota de sangre”, generándose de esa manera un conflicto racial entre dioses negros y blancos, cada uno de los cuales luchaba por preservar la porción de la sangre de sus respectivas etnias, aprisionada en el cuerpo de Yelidá. Los dioses nórdicos temían y se lamentaban del cruce biológico, de que su sangre, trasplantada en otro cuerpo ajeno a su mundo, por “la aventura de cosas de hombre” y “cosas de mujer “: Ese conf l icto, se nos present a como la más auténtica representación simbólica de la lucha histórica que t uv ieron que l ibrar los pueblos a me r ic a nos , colon i za dos p or l a s grandes naciones europeas, en pos del logro de su independencia o de su autodeterminación. Pero el poder sobrenatural de los dioses afroantillanos se impone, vale decir, los dioses blancos fracasan en su intento, porque la noche en que llegan, “Yelidá había tenido su primer amante…”, y este hecho consolidaba sus v í nc u los i nsu l a res o l a at aba fuertemente a la realidad sociocultural donde nació y creció. Por esa razón los dioses noruegos, “rota toda esperanza”, regresaron a su tierra. Triunfan los dioses negros, y esa victoria entraña un significativo valor simbólico por cuanto representa el triunfo de nuestras raíces culturales, el triunfo de la raza mulata, el triunfo del ser americano. E n “ Ot ro después” el poet an a r r a dor no s p r e s e nt a u n p e r f i l descript ivo acerca de los atributos sensuales y seductores de Yelidá: “Con alma de araña para el macho cómplice del espasmo Yelidá por el propio camino de su vientre asesina del viento perdido entre los dientes de la gruta ahí se estaba vegetal y ardiente en húmeda humedad de hongo y de liquen caliente como todo lo caliente…”

El poema termina, pero no la historia Un solo verso, “desconcertante”, al decir de Baeza Flores: “Será difícil escribir la historia de Yelidá un día cualquiera”, confor m a l a parte última del poema (“Un final”), y cierra los diferentes estadios de la épica h istor i a . Es como si Hernández Franco quisiera dejar sentada en la mente del lector, la idea de que l a h istor i a de Yel idá quedó inconclusa y q ue oja l á surja alguien que un día cualquiera pueda terminarla. El asunto cent ra l que s e d e s c r ib e en Yelidá es la síntesis racia l, la

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fusión de las razas blanca y negra que dan como resultado un nuevo engendro étnico: la raza mulata, expresión racial del continente americano. De ahí que esta composición, al decir del ya citado crítico, Rosario Candelier: “…entraña una defensa de la cultura mulata y, simbólicamente, una forma de representar una parte muy significativa de nuestra idiosincrasia biológica, social y cultural. Lo que Yelidá representa – continúa el destacado escritor mocano – es la expresión de lo criollo en su doble dimensión histórica y mitológica, la epifanía de lo auténticamente mulato en su vertiente caribeña, antillana e insular». Pero la unión del negro con el blanco no solo va a engendrar un nuevo tipo racial, el mulato, sino también, una nueva cultura, la cultura mulata. Y es esa cultura la que magistralmente aparece descrita en el poema. C on Yel id á, Tom ás Her n á ndez Fr a n c o a p o r t a u n a d e l a s o b r a s poét ica s de m ayor t ra sce nde nc i a artística y significación literaria de la literatura dominicana. De perceptible y hondo a l iento va n g u a rd ist a , el poema constituye un fiel retrato de la realidad social, histórica y cultural de los pueblos afroantillanos, con sus rasgos entrañables: con sus magias y sus misterios; con sus religiones y sus mitos; con sus ritos y sus danzas; con sus costumbres, creencias y tradiciones. Nos presenta este singular texto la visión panorámica y poetizada de una franja insular, en la que lo racial y lo sexual aparecen en primer plano, y en donde lo mágico y lo mítico se funden con la realidad, conformando, en última instancia, las bases de nuestra identidad, así como los lazos o raíces que definen y nos atan al ser americano. Unos nexos culturales que nos vinculan a un paisaje histórico que no ha sido, al parecer, del todo explorado. Un mundo, América, cuyos máximos anhelos faltan por materializarse, y cuya historia falta por escribirse en forma íntegra, razón por la cual el poeta decide terminar el relato afirmando que: “Será difícil escribir la historia de Yelidá un día cualquiera” 32

Remembranzas H

ace más de u na década me regalaron un libro de pequeñas d i mensiones, pocas pá g i n as, con conten ido grandioso, estremeció mi pensamiento y sentir: “Cinco panes y dos peces”, escrito por el Obispo Javier Van Thuan, prisionero desde agosto de 1975 hasta el año 1988 en Vietnam, por su fe; fallecido en el 2002. Ese libro evidencia la fuerza y energía que encontró Van Thuan v iv iendo a fondo su vocación, para seguir adelante con pruebas difíciles; encerrado entre cuatro paredes sin ventilación, una luz encendida durante días enteros o en completa oscuridad durante semanas. Caminaba el pequeño espacio para evitar entumecimiento de los músculos; respiraba gracias a un pequeño agujero en la parte baja del muro, orificio que permitía al lugar llenarse de agua con la lluvia. Doce años encerrado, nueve de ellos aislado de forma total, por el crimen de ser sacerdote. Encontró valor en las cartas de San Pablo: las memorizaba todas y los salmos, uno tras otro. Cuando fueron asesinados miembros de su

Minerva Hernández

familia pensó que no podía seguir a Cristo si no perdonaba sin guardar rencor. Un carcelero le preguntó si los amaba con tantos años que le habían mantenido encerrado y él le contestó: “Sí, claro que los amo, aunque me maten, porque Jesús me ha enseñado a amar a todos, también a los enemigos, si no lo hago, no soy digno de llevar el nombre de cristiano». Guardias y compañeros prisioneros lograron la conversión gracias a su testimonio de vida. Decía el Obispo Javier Van Thuan: “La gracia de Dios me dio la energía para trabajar y continuar, aun en los momentos de más desesperanza”. Su vida y obra apostólica son estímulo para vivir desde el corazón, con coraje y todas las fuerzas la vocación y un estandarte para católicos del mundo que son juzgados por algunos mediocres, donde algunos enarbolan la santidad en sus vidas. La vocación genuina, auténtica, independiente de creencias, es apoyo para rebasar los escollos y desde el fondo de nuestro ser encontrar las fuerzas para luchar por lo que creemos y queremos lograr. Para comunicarse con la autora minerhe@gmail.com Revista de Arte y Literatura


Entregan premios

XIX Concurso de Cuentos Radio Santa María

R

Carlos Fernández Rocha, Padre Eduardo Tamayo, Emelda Ramos y Luis Beiro

adio Santa María entregó los premios y menciones honoríficas correspondientes al Décimonoveno Concurso de Cuentos, en un acto celebrado en el auditórium de la Cooperativa Vega Real, en la ciudad de La Vega. El ganador del primer premio fue Keiscelim A. Montás, quien presentó el cuento titulado “Sin Lágrimas”, utilizando el seudónimo de Anais Nin. El segundo premio correspondió a Valentín Amaro, quien presentó el cuento “Mariposas Negras” bajo el seudónimo de “Piragua”. El tercer premio fue ganado por Oscar M, Zazo Martín con la obra “Héroes” y el cuarto por Sara Amaro Alemán con el cuento “Vivir”. El jurado entregó menciones de honor a Menoscal Reynoso por el cuento “La Historia Incautada”, a Altagracia Pérez Pytel por el denominado “La Cid Campeadora”, a Franz Manuel García Morilla por el cuento “Coleccionistas” y a Revista de Arte y Literatura

Adalberto Morillo Pichardo por el cuento “Felicidad Fugaz”. La invocación a Dios, al inicio del acto, estuvo a cargo del reverendo Ne l son P ic h a rdo, d i r e c tor de Pastoral Universitaria de UCATECI. E l Pad re E du a rdo G a rcía Tamayo, SJ, Director General de R ad io Sa nt a M a r ía , pronu nció las palabras de salutación en la actividad. Presentó un resumen de la procedencia de los autores que presentaron sus obras en esta versión del Concurso, destacando el aumento en el número de escritores del Cibao y de los que residen en el extranjero. Precisamente dominicano residente en New Hampsh ire, EE.UU.A, resultó ganador del primer premio en la presente versión del Concurso de Cuentos. La proclamación de los cuentos g a n a dore s e st u vo a c a r g o de l Licenciado Carlos Fernández-Rocha, presidente del ju rado del X I X Concurso de Cuentos. FernándezRocha valoró el contenido de los

cuentos ganadores y del grado de participación de autores y autores en el presente concurso, situándolo en la perspectiva de las diecinueve versiones del Concurso que han pasado por sus manos. El primer lugar obtuvo un premio de $65,000.00 pesos, más certificado y los t res rest a ntes rec ibieron $40,000.00 pesos más certificado. Así mismo se concedieron cuatro menciones de honor. El jurado estuvo integrado por los licenciados Emelda Ramos, Luis Beiro Alvarez y Carlos FernándezRocha Las palabras de agradecimiento a nombre de los participantes de XIX concurso fueron pronunciadas por el ganador del primer premio, Keiselim Montás, residente en el extranjero, quien se hizo presente a través de una proyección audiovisual. La ambientación artística estuvo a cargo del artista Silverio Hidalgo. La mesa principal est uvo conformada por el P. Eduardo García Tamayo, SJ, Director de Radio Santa M a r ia , P. Nelson Picha rdo, de UCATECI, Lic. Danilo Mirabal, Gerente de Servicios Territorio Norte y Este del grupo León Jimenes, Lic. Carlos Fernández-Rocha, Presidente del Jurado, Emelda Ramos, miembro, y Luis Beiro, miembro. El Concurso de Cuentos v ie ne re a l i zá ndose de m a ne r a i n i nter r u mpida desde el a ño 1993. Las d ieci nueve versiones del Concurso han producido ya dieciocho volúmenes de cuentos ganadores, que han llegado a las bibliotecas de las universidades del país y a los amantes de la narrativa corta que es el cuento. 33


Gran Teatro Juramenta Nueva Directora

La comunicadora Brenda Sánchez es la nueva funcionaria La comunicadora Brenda Sánchez fue juramentada por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez como la nueva directora del Gran Teatro del Cibao (GTC), en un acto concurrido por artistas y empleados del centro artístico-cultural de la región del Cibao. Al ser posesionada la conductora del programa “Brenda”, que se difunde por el canal Teleuniverso, agradeció la confianza depositada para dirigir los destinos del GTC y destacó el equipo de trabajo que le acompañará como Mery Collado, Pachy

Méndez, Víctor Liriano, Claudio Marte, Juan Estévez y Denis Lockward, entre otros que de manera gratuita y honorífica contribuirán con su gestión. Ta m b i é n d i j o q u e t r a b a j a r a conjuntamente con la dirección del Teatro Nacional, para desarrollar programas en conjunto y que las atracciones que se presenten en el escenario capitalino, puedan llegar a la Ciudad Corazón. El director saliente Lincoln López, presentó informe de su gestión en donde abarcó todas las actividades desarrolladas en su estadía como director artístico y general del Gran Teatro del Cibao El ministro manifestó su confianza en la comunicadora, por su gran experiencia y por el equipo que le acompañará. Branda Sánchez fue designada como directora del GTC mediante el decreto No. 539-12, se convierte en la cuarta mujer en ocupar la posición seguida de Consuelo Bonnelly, Ivonne Cocco y Gina Rodríguez. También los hombres han dirigido el centro cultural como Pedro Leoni, Ramón Pichardo y Lincoln López, entre otros.

Negro Veras y Rene Fortunato reciben Premios De Alianza Cibaeña El presidente de la Alianza Jhonny Guerrero en su discurso central, destacó los grandes aportes de los ho m e n aj e a d o s y d e q u e a mb o s coincidían en incidir en la sociedad dominicana con valiosos trabajos y con el tema de la Era de Trujillo. Ta nto Ne g ro Ve r a s como Re ne Fortunato, agradecieron a la junta directiva la escogencia de su persona para tan importante reconocimiento Fue en ocasión del 128 que lleva los nombres del fundador de aniversario de la entidad la entidad Eugenio Deschamps y de su La Sociedad Cultural Alianza Cibaeña primer presidente Onofre de Lora. entregó el Premio Eugenio Deschamps y la Medalla Onofre de Lora al jurista La Alianza Cibaeña se fundó el 22 Ramón –Negro– Veras y al cineasta de agosto de 1884 por el orador y René Fortunato por su destacada labor periodista Eugenio Deschamps con en pro del arte y la cultura dominicanas, el objetivo de incrementar el acervo en el marco de la celebración de los 128 cultural de los cibaeños y es una de las años de fundación de la Institución más antiguas bibliotecas públicas de santiaguera. Las semblanzas fueron leídas Santiago y el país.// por el abogado Yordi Veras y la periodista Grisbel Medina. 34

Periodista pone a circular Libro Narrativa Deportiva El autor es el veterano cronista Rafael Baldayac Con el título “De la Fama a la Tragedia´”, fue puesto en circulación el libro de la autoría del reconocido periodista e historiador deportivo Rafael Baldayac, acto celebrado en la sala Julio Alberto Hernández del Gran Teatro del Cibao. La obra es un texto documental basado en hechos reales, narra todos los accidentes aéreos en los que han perecido deportistas en el mundo desde hace más de un siglo, teniendo como punto de partida la Tragedia de Rio Verde, donde murieron los integrantes del Santiago Baseball Club el 11 de enero de 1948, según las explicaciones del autor. La actividad se inició con un mensaje espiritual a cargo del ingeniero David Beltrán, director nacional del Centro Internacional de Teoterapia Integral (CENTI), seguido de las palabras de bienvenida por la periodista Gladys Pérez, relacionista pública del Gran Teatro del Cibao. Mientras que la semblanza sobre la vida de Rafael Baldayac, autor de la obra, fue introducida por el doctor Piero Espinal Estévez, editor de esta publicación, que registra hechos trágicos aéreos nunca antes recogidos en la historia del deporte. Es una obra sin precedente en la historia de la literatura deportiva mundial, que recopila los 35 grandes accidentes aéreos del mundo de los deportes. Al cierre fue presentado un interesante documental sobre la Tragedia de Rio Verde, producido por el propio Baldayac con la edición Keily Perez. La obra también se presentó en la ciudad de Nueva York en el Centro Deportivo y Cultural Dominicano ubicado en Manhattan. Además está contemplada la presentación en varios países latinoamericanos.///

Revista de Arte y Literatura


Por Fior D’aliza Taveras

VICEMISNISTERIO DE CULTURA RECONOCE PADRES CULTURALES

UAPA dedica V Feria de Medio Ambiente a SOECI

La versión fue dedicada a la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI) Fueron distinguidos Rafaelito Román, como son: acordeón, tambora, güira, Víctor cabrera, Johanny Sosa y Luis saxo, guitarra, piano, bajo, conga, lo que le permite dar clases a los aficionados de Emilio Sosa la música típica. Es considerado como En el marco de la celebración del Día de los uno de los mejores músicos del género Padres el Viceministerio de Cultura para típico la actualidad. La Familia Román, la Región Norte, reconoció a los artistas integrada por tres generaciones de Rafaelito Román, Víctor Cabrera, Johanny músicos típicos: Monguito, Rafelito y Sosa y Luis Emilio Sosa en un concurrido sus hijos Raúl y Nixon, Javier y Jorlyn Román. acto en la Institución. El poeta y escritor Enegildo Peña manifestó que por iniciativa del Viceministerio se creó la distinción con el objetivo de reconocer a los artistas y gestores culturales que también son padres de familia y que han jugado su doble rol en la sociedad. Luís Emilio Sosa Herrera Inició su trayectoria en el Club Luz y Progreso, en el año 1977 y luego estudió Ballet Folklórico en el Centro de la Cultura. Fue el primer miembro del Ballet Folklórico Nacional. Desde 1987, se l a n zó como músico perc usion ist a . Hoy en d í a t iene u n proyecto exitoso y como nombre lleva Son Santiaguero, con el cual ha hecho dos producciones discográficas entre Son, Salsa y Merengue. Actualmente dos de sus hijos se dedican a la música siendo miembros de su agrupación, la cual tuvo una gira internacional a Estados Unidos.

Víctor Cabrera (Cuqui), ha participado en seminarios fotográficos con el maestro Adolfo Bachier, en seminarios de bodas y cumpleaños en puerto R ico, realizó diversas exposiciones en lugares como, Alianza Francesa de Santo Domingo, en el Centro Cultural Leo-Lagrance en Marsella Francia, en Altos de Chavón en la Romana. Cuqui se dedica a ampliar los servicios de “Foto Estudio A”, sus hijas Eloine y Mirian Cabrera dirigen su Galería de Arte. Además Rafelito, Luis Alberto, Yudelka y Vitico Cabrera han heredado esa vena artística.

Johanny Sosa se ha destacado por su carisma y buen manejo teatral, por su participación en las películas Andrea y Lascivia. Sus hijos le han dado continuidad a su padre tal es el caso de Ronny A. Sosa estudiante de teatro desde los 13 años. Graduado de la 37 por las Tablas. Ronny ha sido director y escritor de más 20 cortometrajes y una película, entre estos Rafelito Román es uno de los grandes varios premiados en diversos festivales de maestros de generaciones de música típica cine. dominicana. Ejecuta varios instrumentos, Revista de Arte y Literatura

Con más de 4 0 0 expositores, act iv idades formativas y reconocimientos a entidades que contribuyen con la preservación del planeta tierra, la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), celebró su V Feria de Medio Ambiente “Reciclando por un Mundo Mejor”, versión que se le dedicó a la trayectoria de la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI). La Feria que es una iniciativa del Departamento de Ciclo Básico de la entidad educativa, celebró por dos días consecutivos una apretada agenda de exhibición de artículos reciclados elaborados en materiales como el cartón, papel, hierro, plástico, madera, tela, vidrio, semillas y otros que demostraron todo el aprendizaje de la asignatura “Medio Ambiente y Sociedad”, que imparte la UAPA a todos los participantes de distintas carreras. En la jornada también se incluyeron las conferencias “Comunicación Ambiental” a cargo del especialista ecuatoriano y parte del equipo de la entidad La 37 Por las Tablas, Roberto Guzmán y “Arte y Reciclado” con el artista plástico santiaguense, Ernesto Rodríguez. Ambos en sus respectivos temas exhortaron a los f ut u ros profesiona les a asu m i r con responsabilidad el tema del medio ambiente y a contribuir a que el planeta se preserve con una cultura de reciclaje de los desechos-basuras, que pueden atentar con la salud de todos. El artista presentó a la concurrencia en el Salón Principal del Edificio Arte y Cultura de la referida universidad, todo la creatividad que se puede desarrollar con elementos que rodean a los seres humanos y que muchos le llaman basura: “mis obras las hormigas, son elaboradas con cucharas viejas y pinchos de los que usan las mujeres en el cabello”, dijo con cierto dejo de orgullo por la creación de las piezas.

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Invitación al 3er. Congreso Internacional de Escritores y Grupos Literarios, Sosúa 2012 E l 3er. Cong reso I nter naciona l de Escritores y Grupos L iterarios, se efectuará por tercer año consecut ivo, con conferencias, temas de debates e intercambios de grupos y talleres sobre la actualidad de los diferentes géneros l iterarios abordados desde una ópt ica nacional e internacional. La actividad de carácter formativo y de orientación literaria se llevará a cabo el viernes 19, sábado 20 y domingo 21 del mes de octubre, en el Hotel Casa Marina Beach and Resort, Sosúa Puerto Plata. El acto iniciará con la proyección de una conferencia del escritor Mexicano Carlos Fuentes. Entre los invitados especiales estarán el intelectual y poeta Andrés L. Mateo, Premio Nacional de Literatura 2004 y el escritor José Alcántara Almánzar, Premio Nacional de Literatura 2009, Así como también integrantes de diversos grupos literarios de todo el país. Al congreso están invitados escritores, intelectuales, miembros de talleres y grupos

literarios, profesores y estudiantes, la sociedad civil, y el públ ico interesado en los temas a debatir, a los cuales se le expedirá un certificado de participación y entregará material del congreso. Este año además, en el con g reso est a rá habilitado un stand para la colocación de obras de los escritores participantes p a r a su pr e se nt a c ión , promoción y venta. El costo del hotel por persona por dos noches y tres días y su participación en el congreso es de 3,200.00 pesos (80US$), el cual solo aplica para los participantes del congreso. Para reservaciones puede comunicarse directamente al Hotel Casa Marina Beach and Resort, a el teléfono 809-571-3690,

pueden reser va r desde ya. Pueden solicitar información sobre tarifas diaria. Y para más información puede comunicarse con Omar Messón a 809 387 9687, mail omar.messon@hotmail. com.

MINISTERIO DE CULTURA República Dominicana

CENTRO DE LA CULTURA DE SANTIAGO “Srta. Ercilia Pepín” El primer Centro Cultural de la ciudad de Santiago Trabajando por el arte y la cultura. • Animación Cultural. • Departamento Académico. • Exposiciones de artes plásticas. • Mediateca. • Sala de Teatro Héctor Incháustegui Cabral Calle Del Sol esq. Presidente Ant. Guzmán

Tel.: 809-226-5222 • E-mail: cultura.ccs@codetel.net.do 36

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