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Revista Literaria Cuatrimestral. A帽o XIII. Septiembre 2013. No.

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Ram贸n

Marrero Aristy Revista de Arte y Literatura

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Revista de Arte y Literatura

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C

Religión

u a ndo m i h ijo me nor -ingeniero civil- comenzó a asistir a la Universidad, l legó una tarde de sus clases de Introducción a la filosofía, soltándome una frase acusatoria cargada de reproche y decepción, Me has engañado durante toda mi vida, me dijo, cuando toda su vida llegaba a los dieciocho. Acababa de descubrir que el Cristianismo, hasta entonces una verdad absoluta, no era más que uno de los tantos caminos hacia la divinidad, heredado de su familia como p a r t e de su for m a c ión . Recuerdo haber recurrido a la misma sonrisita culpable con que enfrenté años antes al mayor cuando fui confrontada por el asunto aquel del niño Jesús y los regalos de navidad. Llega el momento en la vida en que la verdad, al igual que todos los valiosos obsequios, ha de ser despojada de su preciosa envoltura. No todas las palabras son para todos los oídos y en mucho saber hay mucho pesar, eran los pasajes de nuestro libro sagrado que resonaban en mi cabeza buscando argumentos para justificar la facilidad con que aceptamos, sin cuestionarlos, los legados religiosos y culturales que nos 2

transmiten los ancestros. Fue tal vez en esa conversación cuando germinó la curiosidad por este delicado tema que ha originado tanta controversia a través de los siglos, y del que acababa de darme cuenta que no sabía ni jota. Los estudiosos de la historia están de acuerdo -citando a uno de los criterios más respetables en esta materia, Will Durant, filósofo, escritor e h i s t o r i a d o r estadounidense (18851981) a quien acudo constantemente por la brillantez y contundencia con que trata la materia religiosa y culturalen que “La historia ha dado la razón a la Iglesia en la creencia de que las m a s a s humanas desean u n a religión rica en m i la g ros, misterios y mitos.” Así que nunca podrá haber conciliación entre Revista de Arte y Literatura


religión que es fe, de muchos, y filosofía que es duda, de unos pocos. La iglesia no se atreve a alterar las doctrinas ante las que la razón sonríe condescendiente, porque esos cambios ofenderían y desilusionarían a millones cuyas esperanzas están cifradas en el consuelo inspirado por la imaginación, como mecanismo de defensa a nte l a pobreza , l a enfermedad, la vejez y la muerte. Remontándonos al origen, el miedo, ante las fuerzas incontrolables de los fenómenos naturales, hizo surgir el rezo, la ofrenda, el sacrificio, para calmar los enfados de esos seres poderosos y destructores que se presentaban de cuando en vez provocando caos y muerte. Los sacerdotes, o brujos, o intermediarios de esas fuerzas invisibles, utilizaron los temores y los rituales como sostén de la moral del grupo, convirtiendo a la rel igión en una fuerza que rivalizaba con las normas creadas para regular el comportamiento de las comunidades. En el transcurso de los siglos empiezan a surgir, tanto en los cultos paganos como en el credo que heredamos, dioses y ninfas ent regando d i rectamente a sus elegidos, en la zona de origen de la mayoría de las religiones importantes; leyes, cód igos y mandam ientos dictados directamente por ellos. Thot, Shamash, Egeria y Yahvev se manifestaron en reyes y faraones -Moisés no era propiamente un rey, pero si era el guía de una patria itinerante- dejando establecido el vínculo entre dioses y gobernantes, añadiendo el toque divino que hacía falta para reforzar la autoridad de los reyes. La tabla recibida por Moisés es el cimiento de la rel igión de Occidente. Del resto nos hemos pasado la vida empapados, de la llegada Revista de Arte y Literatura

del lu m i noso Cr isto a m able y revolucionario, que con su carisma y de la mano del imperio romano fue ganando adeptos hasta convertir su iglesia en un poder paralelo a la monarquía, la que deja atrás en su decadencia y sigue creciendo hasta alcanzar en la actualidad un tercio de la humanidad apegado a sus ritos, templos y ceremonias. Tendencia que se mantiene aún cuando haya tenido que afrontar toda clase de crisis, de donde sale a veces golpeada y deteriorada. La inquisición la deshonró. Los contactos con otras religiones, cuyos mitos precristianos son demasiado parecidos a las bases de nuestro credo se han usado con frecuencia como argumento para desacreditar la fe cristiana. Se ha proclamado la Ciencia como la religión del hombre emancipado y moderno. Un filósofo alemán, que murió joven y loco de remate, ensayando con la idea de un ser humano superior, divorciado de la moral y la fe, declaró muerto a Dios. Nazismo y comunismo, ideologías surgidas de la distorsión de las obras de este filósofo del siglo XIX, el célebre Nietzsche, fracasaron en el mismo siglo, después de cobrarse millones de vidas. Nu e st r o t i e mp o , e l d e l a transición hacia la era de la tecnología y la información, está lleno de excesos que aparecen hasta en el último rincón del planeta, y no se detienen ni ante los muros de las iglesias. Un papa, lo más cercano a la divinidad que conocemos en este mundo, acaba de renunciar. Una investigación que destapó el crimen de la pederastia, originada en la denuncia de unos jóvenes sordos a mer ica nos, ya adultos, acusa a la iglesia de encubrir a sabiendas y por décadas a estos depredadores. Se caen las catedrales cuando este t ipo de cargas tan

dest r uct ivas ex plot a n desde el interior. Dicen que en Irlanda se han quedado las iglesias vacías. Y a las nuestras les están sobrando asientos. Aunque la actual es una de las peores crisis enfrentadas por el catolicismo, pues se trata de un escándalo que involucra a la infancia, lo más sagrado de todas las culturas; aún así no se podrá opacar, con lo hecho por unos cuantos, todo lo bueno que se ha derivado de la iglesia y de la cristiandad. “La religión tiene muchas vidas y el hábito de la resurrección”, les diría Durant a quienes la vislumbran moribunda, y habría que creerle a este sabio de fecunda, lúcida, y larga existencia dedicada a escudriñar arte y civilización en los pueblos del mundo. Tampoco, dice él, ha habido un ejemplo, hasta la fecha, de una sociedad que haya logrado mantener la v ida mora l y hast a el orden social, sin la ayuda de una religión. La liberalidad y el desenfreno que nos rodea, nos inclinará, aún a los que se llaman agnósticos, y ateos, a continuar enviando a nuestros hijos a las escuelas religiosas para que les inculquen la disciplina de la fe, y reciban una formación donde se consideren las necesidades del alma. Como la gran mayoría de los habitantes de esta zona, educamos a nuestros hijos en la Fe. Cuando suelo observar a mis muchachos, consagrando -de cuando en vezsus compromisos en el templo, me hace feliz haberles regalado esa parte del legado inagotable que se trasmite de una generación a la otra. Tienen a mano un escudo para enfrentar muchos de los retos que su convulsionado mundo les presenta. Y les va a resultar valioso, por más que de un día en otro les de por filosofar, y decirle a la madre, Mentirosa. 3


Contenido Revista Septiembre 2013. Año XIII. Número 57 Re­v is­ta Cuatri­mes­t ral. Fun­da­da en San­t ia­go de los Ca­ba­l le­ros. No­v iem­bre de 1999 Directora: Ro­sa Ju­l ia Var­gas Comité editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al­ta­g ra­cia Pé­rez Al­mán­zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez. Redacción: Fiordaliza Taveras Arlyn Abreu Di­se­ño y diagramación: Marleny Genao Edma’s Grafics / 809-226-5580 Impresión: Editora Nani

Ramón Marrero Aristy Biografía

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Over de RMA, Fragmento

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Manuel Nova publica Biografía de RMA

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Ramón Marrero Aristy por Edwin Disla

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El Asesinato de Marrero Aristy por Font Bernard

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La Pintura de Carlos Baret

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Jueves Literarios de Sosúa

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Cuento de Ramón Gil

22

La poesía de Omar Messón

23

La Violencia por Reynaldo Vargas

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Primera década del Centro León por D. Caba

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E-Mail: myt­hos­re­vis­ta­@hot­mail­.com

Encuentro de Grupos Literarios

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Edición Digital

La Sentencia TC168-13 por Pura Emeterio

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El Narrador por Pascual Peña Nova

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Lo que Pasó

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Co­la­bo­radores de los primeros números: • Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega. Myt­hos re­ci­be con apre­cio la co­laboración de es­cri­to­res y grupos literarios y se re­ser­va el de­re­cho de pu­bli­car aque­l las que con­si­de­re opor­t u­nas. VENTAS: Li­bre­r ía La Tri­n i­ta­r ia Ar­z. Nouel esquina Jo­sé Re­yes, Santo Domingo. Cues­ta Cen­tro del Li­bro Su­per­mer­ca­dos Na­cio­nal. San­t ia­go Tienda Centro León Av. 27 Febrero, No.146, Santiago

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Ramón

Marrero Aristy Bio-bibliografía N

ació en San Rafael del Yuma el 14 de junio de 1913. Novelista, periodista e historiador. Hijo de Juan Aristy y Olivia Beltré. Cursó la educación primaria en la escuela pública de La Romana, ciudad donde vivió parte de su adolescencia y juventud. Allí también laboró en la bodega de comestibles del ingenio azucarero Central Romana hasta 1935 cuando se trasladó a la capital. En Santo Domingo concluyó la educación secundaria e ingresó a la universidad estatal a estudiar periodismo, pero no llegó a graduarse. Sin embargo, durante muchos años escribió para los periódicos La Nación, El Caribe y Listín Diario. Desde muy joven mostró interés por el socialismo clandestino enarbolado por la juventud progresista dominicana y latinoamericana de su época. Esos ideales revolucionarios lo motivaron a identificarse con los sectores desposeídos, especialmente con la clase campesina. Empero, en 1940 aceptó un cargo oficial sumándose así a los numerosos intelectuales criollos que colaboraron con la dictadura encabezada por Rafael Leonidas Trujillo Molina. Su destacada actuación como mediador del acuerdo firmado en 1946 entre Trujillo y los comunistas cubanos y dominicanos, mediante el cual el régimen de facto se vio obligado a permitir ciertas libertades civiles y a aceptar la formación del Partido Socialista Popular, lo hizo ganar la confianza del gobernante dominicano. A partir de entonces fue designado en varios puestos públicos importantes, entre ellos: Diputado al Congreso Nacional por Azua (1948-1950), por El Seibo (1950-1952) y por Santo Domingo (1954-1957). También se desempeñó como Secretario de Estado de Trabajo desde 1957 a 1959 y representó al gobierno dominicano en varias misiones diplomáticas en América Latina, Europa, el Caribe y los Estados Unidos. En 1954 Trujillo le encargó la escritura de la historia oficial dominicana, encomienda que había rechazado Américo Lugo en 1936 para no poner 6

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su pluma al ser vicio del tirano. El primer volumen de la referida historia apareció en 1957, el segundo en 1958 y el tercero, concluido por César Herrera, en 1961, bajo el título La República Dominicana: origen y destino del pueblo cristiano más antiguo de América. En 1957. Luego de haber elaborado un informe donde explicaba las penurias de los obreros cafetaleros asignados a uno de los monopolios económicos del tirano, su nombre fue inscrito en la lista negra del Archivo Particular del Generalísimo. Año y medio después Trujillo lo responsabilizó del contenido de un artículo publicado el 12 de Ju l io de 1959 en T he New York Times que acusaba a su gobierno de corrupto. A la semana siguiente su cuerpo fue hallado carbonizado dentro de su automóvil en un precipicio de la carretera Santo Domingo-Constanza. La versión más generalizada de su muerte es que lo asesinaron en el Palacio Nacional, a donde había sido citado la noche del 17 de julio de 1959, y lo trasladaron hasta el lugar donde apareció el cadáver. Su producción literaria abarca los géneros cuento, novela y ensayo histórico. Sus obras narrativas más notables son: Balsié, una decena de narraciones y estampas sobre política y costumbres dominicanas, y la novela Over, que relata la deplorable estrechez económica que padecían los trabajadores de los ingenios azucareros nacionales. Over sitúa a Marrero Aristy entre los novelistas nacionales más notables de la primera mitad del siglo XX y uno de los más importantes cultivadores de la tendencia denominada novela de la caña. Murió en Santo Domingo el 17 de julio de 1959. Dejó inédita la novela El camión rojo. Revista de Arte y Literatura

BIBLIOGRAFIA ACTIVA CUENTO • Balsié: narraciones, estampas y cuentos. Ciudad Trujillo: Editorial del Caribe, 1938. NOVELA • Over, 1939. Ciudad Trujillo: Imprenta La Opinión, 1939. ENSAYO. • Perfiles agrestes. La Romana: Imprenta Romana, 1933. • En la ruta de los libertado-res. Ciudad Trujillo: Editorial La Nación, 1943. • Trujillo, síntesis de su vida y su obra. Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana, 1949. • La República Dominicana. Origen y destino del pueblo más antiguo de América. Ciudad Trujillo: Editora del Caribe, [3 volúmenes: 1957, 1958, 1961]. BIBLIOGRAFÍA PASIVA Alcántara Almánzar, José.“Ramón Marrero Aristy: Over”, en Narrativa y sociedad en Hispanoamérica. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de santo Domingo, 1984: 55-57. | Alcántara Almánzar, José. “Ramón Marrero Aristy”, en Los escritores dominicanos y la cultura. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de santo Domingo, 1990: 193. | Alcántara Almánzar, José. “Ramón Marrero Aristy”, en Dos siglos de literatura dominicana (S. XIXXX). Vol. 2. Santo Domingo: Colección Sesquicentenario de la Independencia Nacional, 1996: 77-85. Baeza Flores, Alberto. “Ramón Marrero Aristy” en La poesía dominicana en el siglo XX. Santo Domingo: Biblioteca Nacional, 1986: 498. Balaguer, Joaquín. “Ramón Marrero Aristy”, en Historia de la literatura dominicana. Santo Domingo: Editora Corripio, 1988: 312. Di Pietro, Giovanni. “Ramón Marrero Aristy: Over, en Las mejores novelas dominicanas. Puerto Rico: Isla Negra Editores, 1996: 24-25. | Diccionario enciclopédico dominicano. Vol. 1. Santo Domingo: Sociedad Editorial Dominicana, 1988: 315. | Fenwick, M. J. “Ramón Marrero Aristy”, en Writers of the Caribbean and Central América. New York & London: Garland Publishing, 1992: 1281-1282. | Font Bernard, Ramón A. “Marero Aristy era una carga explosiva”. Hoy [Isla Abierta] 9 de abril, 2000: 6-7. Gerón, Cándido. “Freddy Gatón Arce”, en Diccionario de autores dominicanos 1492-1994. 2da. ed. Santo Domingo: Editora Colorscan, 1994: 242. Gutiérrez, Franklin.“Ramón Marrero Aristy.” Listín Diario [Biblioteca] 23 de septiembre, 2001. Incháustegui Cabral, Héctor. “Marrero y la discriminación, en Escritores y artistas dominicanos. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1978: 103-104. | Lantigua, José Rafael. La sordidez central: radiografía crítica, irritante y testimonial”. Ultima Hora [Biblioteca] 13 de marzo, 1994: 30. | Lebrón Saviñón, Mariano.“Ramón Marrero Aristy”, en Historia de la cultura dominicana. Vols. 1, 2, 3. Santo Domingo: Edición Sesquicentenario de la Independencia Nacional, 1994. Mateo, Andrés L. “Ramón Marrero Aristy”, en Mito y cultura en la era de Trujillo. Santo Domingo: Editora de Colores, 1993: 33, 83-84, 95, 99, 157, 186, 214. Mateo, Andrés L. “La narrativa de Ramón Marrero Aristy”, en Marrero Aristy, Ramón. BalsiéOver. Santo Domingo: Editora Corripio, 1993: 9-23. | Paulino Ramos, Alejandro. “Over, de Marrero Aristy: testimonio histórico de la depen-dencia del pueblo dominicano”. La Noticia [Aquí] 7 de noviembre, 1982: 4-5. Pimentel, Miguel. “Ramón Marrero Aristy: Over”, en Ideología de la novela criolla. Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1986: 187-198. Rosario Candelier, Bruno. “Ramón Marrero Aristy”, en Tendencias de la novela dominicana. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1988. | Sommer, Doris. “La ficción fundacional de Galván y las revisiones populistas de Bosch y Marrero Aristy”. Revista Iberoamericana 142 (1988) 99-128. Enciclopedia Virtual dominicana 2009 7


OVER

Fragmento

En el Centenario del nacimiento de Ramón Marrero Aristy (1913-1959), publicamos este fragmento de Over -1939, la novela que lo ubicó entre los novelistas más importantes de las primeras décadas del Siglo XX. Una novela de realidad social, de las denominadas “novelas de la caña”, que muestra el deplorable estado en que trabajaban los obreros, en los ingenios azucareros de la isla. La carrera de Marrero Aristy como escritor, fue tronchada a los cuarenta y seis años, en los estertores de una dictadura que ya casi sucumbía ahogaba en su propia sangre. RJV

OVER Fragmento

por Ramón Marrero Aristy

Parte I-I

I Heme aquí en una calle de mi pueblo. Por ella he transitado desde mi niñez, y todo esto tan familiar, tan amable ord i nariamente, de repente se me ha tornado extraño. ¿Extraño? He dicho bien. Todo ha cambiado para mí; y sin embargo, estas casas son las mismas de ayer, y las personas que ahora veo, las mismas que me han visto crecer. He ahí al obeso señor Almánzar. Cuando yo nací era regidor del Ayuntamiento y aún lo es. Allí se abanica tu brillantísima calva don Justo Morales, prestamista durante toda su vida y presidente del Club; alcanzo a ver dormitando la siesta en la acera de su casa, sentado en cómoda mecedora, al ventrudo señor Salustio, siempre enfermo del hígado 8

y quejumbroso de su situación. Yo me palpo y soy el mismo. Como el primer día me sigo llamando Daniel Comprés; o mejor dicho: Daniel, que es como me llaman todos. Y sin embargo, he de reconocer que todo esto que me rodea, visto por mí a cada amanecer hasta hacerme hombre, se ha tornado hoy en algo que me repele; y una gran sensación de soledad se ha adueñado de todo mi ser. Es i ndudable, hoy no es ayer n i ma ña na será hoy. Est a lógica sencilla, pero irrebatible e inmodificable, existe, es palpable. Aquí estoy solo. ¡No lo puedo dudar! ¿No me lo justifican las últimas palabras de mi padre? Lo dijo bien claro. Me parece oírlo. Lo oiré siempre: - No deseo que turbes más mi paz. Molestas a mi mujer, me molestas a mí; eres una sanguijuela que pretende chuparme la sangre. ¡Vete!

Sí. Eso fue lo que dijo. Y mientras sus duras palabras me pegaban en el rostro, mi madrastra, con cara de Mefistófeles, sonreía desde una puerta. Y si no fuera por el hambre que me atormenta, creería que todo f ue u n sueño, pero ¡demon ios! aquella repleta mesa se perdió para siempre... Mas, pienso a renglón seguido: ¿es esto para un hombre joven? Sí y no; o mejor dicho: no y sí. No, porque siendo joven, natural es que se tengan fuerzas, mucho orgullo y un aspecto agradable, por todo lo cual no se puede dudar que se es dueño de la vida. Sí, porque si se tiene orgullo no se pide, y hoy nadie ofrece; porque si se busca trabajo no se halla, y además, porque en este pueblo cualquier extraño les roba el alma a todos, para con los que conocemos nadie es aquel “noble y hospitalario Revista de Arte y Literatura


dominicano” que aparece en las crónicas y que según afirman existe en el Cibao. E l C ibao, ¡a h , el C ibao! Pero esa rica región está a muchos k ilómetros de aquí; endiablados k i lómet ros de carretera g ris, quemada por este sol tropical, que es ideal, cantado por los poetas, pero terrible cuando se le soporta de lleno. Si yo tuviera aquella lámpara de A lad i no en m is manos para frotarla :¡zis!... Y se abriría para mí el alma de algún mister del central azucarero, o me caería del cielo una buena mesa con algún lechoncito r ica mente asado, y platos de ensaladas, y pan dorado, y... ¡ay! ¿Para qué soñar? Cierto es que frente a mí está el central de aven idas hermosas y casitas de ensueño, pero sólo ofrece su “t ie mp o mue r to” como u n portazo a todo el que solicite trabajo. Pero, ¿se debe perder la calma porque su padre le haya dicho a uno cosas como sanguijuela, y luego faltara poco para que le despidiera a la francesa? Pensemos en ello. Es innegable que hoy no se tiene un centavo, que se está sólo en el mundo —aún en este pueblo donde se ha criado uno—, que ya los compañeritos de los dulces días de la infancia no aparecen. Unos son señores licenciados, doctores, o simplemente grandes propietarios; otros, herederos afortunados, por designios del destino o de la vida, ¡la vida! Ella nos junta en la escuela cuando somos inocentes, y a l l í llegamos a la intimidad, practicamos la camaradería. ¡Se necesitaría ser niño corrompido para tener noción de superioridad social en esa época! Pero después... ¡Oh , l as cosas cambian! Cada uno coge su rumbo. Unos nacieron para esto y otros Revista de Arte y Literatura

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pera aquello. Estos tienen dinero y aquellos no. Cada cual toma su senda, éste hacia arriba, aquél hacia abajo; quien se va metido en un cajón entre cuatro, hacia el cementerio. De ése no se habla más. Y luego, los que fueron en contrarias direcciones, se hallan un día en la vida: — “Adiós”. —“Adiós”. Al más dichoso le queda una duda: —“¿Nos conocimos?... Pero, ¿dónde? ¿cómo?... ¡A h , sí! ... ¡Fue en l a escuela!”. Y como en su rostro se ref lejara una emoción pasajera, la dama que va a su lado —bien esbelta, bella, traje fantástico— le pregunta mimosamente: — “¿Te m o l e s t ó e s e h o m b r e , querido?”. El responde: —“¡Oh, no, mi vida! Sólo me trajo un recuerdo...” Y sin decir más, siguen... hacia una diversión, hacia el hogar feliz. El otro, desal iñado, envejecido a ntes de t iempo, murmura: —“¡Es don fulano!”. Y también sigue, pero ¿hacia dónde?..: Me he desviado un poco de mi centro. Decía que no se debe perder la calma y trataré de conservarla. Allí viene el señor Andújar; le ofreceré u n sa ludo a m able. Este señor siempre me ha distinguido, porque es gran amigo de mi padre. Ya pasa rozándome... “¡Adiós!”, le he dicho con amabilidad. Me ha mirado a través de los cristales de sus espejuelos y simplemente ha inclinado la cabeza con aparente dignidad. ¡Qué raro es esto! ¿Qué podrá ser? ¿Le habrá dicho mi padre que yo una vez...? Pero no lo creo, 10

porque cualquier hijo dispone de unos cuantos pesos de su padre sin que esto sea motivo para merecer el desprecio público, y sobre todo si el padre no es amigo de dar y uno lo ha hecho con la idea de comprarse un traje nuevo, prestarle algo a un amigo en apuros y asistir a una diversión. ¡Qué diablos! Esto es poca cosa. Sin embargo, parece que le ha dicho algo, porque ese gesto no denuncia otra cosa. Estos señores

Yo reconozco que los muchachos que como yo tienen pretensiones de escritores, poetas y cosas por el estilo, son mirados como verdaderas alimañas y arrojados por inútiles e ilusos. son harto sensibles con sus bolsillos. Yo r e c o n o z c o q u e l o s muchachos que como yo tienen pretensiones de escritores, poetas y cosas por el estilo, son mirados como verdaderas alimañas y arrojados por inútiles e ilusos. ¡ Q ué g e nte t a n incomprensiva! Desistiré del señor Andújar. Pero pensemos en el señor Méndez, en don Justo, en el señor Almánzar...

¡Ah, ah, querido! Ya verás que no te hallas tan solo en la tierra. Esos señores tienen hijos a quienes aman, esposas, queridas. Pagan sus cuotas en el club; están suscritos al “Listín Diario” y a “La Opinión”; satisfacen sus contribuciones al gobierno; son personas civilizadas que comprenden que la sociedad está integrada por elementos que no pueden vivir aislados entre sí, como decía mi profesor de octavo grado. Ellos saben que la perfección del funcionamiento de los organismos más compl icados, se debe a la colaboración espontánea que existe entre todos sus miembros, y más aún, a la que existe entre las partículas vivas que forman los tejidos de esos miembros. ¡Gente así no me puede faltar! Voy decidido a emprender la agradable tarea de proporcionarles a mis semejantes una oportunidad de ser humanos, espléndidos, dando muestra de su comprensión…Han pasado unas pocas horas -¡unas pocas horas nada más!- y cuán arrepentido estoy de haber pensado que estas gentes eran como me las imaginé. Todo es diferente. Aquí sólo hay... ¡Nada! Que las cosas no son como uno las piensa. Y yo que creí... Pero sólo una cocinerita me sonrió en una de las casas que visité. Los hijos de esos señores parecían engolfados en importantes lecturas, mientras yo conversaba con sus pad res, exponiéndoles mis sencillos planes de ayuda mutua. Ellos me prestarían dinero, yo trabajaría y les pagaría sus haberes; luego yo quedaría solo, encarrilado, dueño de mi destino. Este sencillo plan reveló unas cuantas arrugas en las caras de algunas señoras esposas, y los demás... ¡tan distraídos! Revista de Arte y Literatura


Y luego, las frases de don tal o don cual: -“Joven, yo lo lamento, pero no me es posible; reconozco sus buenas cualidades, pero usted comprenderá... Yo n o p u e d o a r r i e s g a r m e . . . Además...”. Ya, cuando han llegado a esa parte, yo tenía el sombrero en las manos y me hallaba en disposición de marcharme. ¡Así es la vida! ** En estos momentos me hallo en la parte alta de la ciudad. Al fondo se ven las inmensas chimeneas de las factorías del central azucarero. No despiden humo. Parece que se caerán la una sobre la otra. Tan altas son que esta ilusión se produce constantemente. La arboleda cubre las viviendas de ensueño del central. Allí mora gran número de empleados que ante mí se presentan como los seres más felices de la tierra. Tienen esposas, hijitos. Son jóvenes en su mayoría; viven en esas casitas tan lindas, todas pintadas de un mismo color, con sus jardinillos en frente, llenos de flores, de vida. ¡Y con su pan tan a la mano! Rinden sus tareas en los diversos departamentos de la compañía y cuando terminan sus jornadas, vienen a sus casas, besan a sus jóvenes esposas, acarician a sus niños, toman el baño, y luego, ponen la radio a tocar y leen un periódico, u n l ibro... ¡Eso es v iv i r fel iz y humildemente! Y seguiría soñando, si no me atormentara tanto el estómago, pero... ¡Demonios! ¿Esto es lo que se llama hambre? Pues no tengo gusto en conocerla, señora. Mejor quisiera aquella maravillosa lámpara... Pero ya vuelvo a soñar y esto no es conveniente. Revista de Arte y Literatura

A hora rec uerdo que me queda un amigo. Se trata de un buen hombre que fue peón de mi casa. Se llama Julio. Yo le defendí muchas veces, le traté mejor que los demás y hasta le regalé alguna moneda. Ahora tiene un ventorrillo; voy a ocuparlo, pues por poca cosa que tenga un ventorrillo, allí se pueden hallar guineos, mangos y naranjas. Cuatro zancadas y ya veo la casa. Me acerco fingiendo que paseo, tal como corresponde a una persona de mi condición. Llego a la puerta y me detengo. ¡Oh, vale Julio! —exclamo en tono amable. -¿Qué tal, don Danielito? — me responde sonriendo—. ¡Dichoso los ojos que lo ven! Y al instante agrega solícito: -Epere que le l i mpie esa caja , caramba. Nosotro semo probe, pero uté siempre aquí está bien llegao. Ha d icho esto con tanta alegría, tan sencillamente, que me ha conmovido. ¡Si supiera este buen hombre que no he venido por él, sino por sus guineos! —No se apure, vale. Yo no soy pretencioso…Eso le digo, y luego, como quien acaba de comerse una gallina, preguntó: -¿Y esos guineos? Y él responde: —Son como azúcar. Y comienza a desprenderlos del racimo. —Vaya probándolo, —insinúa. Me lanzo sobre ellos con tal avidez que me olvido de encubrir las apariencias y trago desesperadamente, como un loco. —Dulces, vale Julio, dulces... — murmuró engullendo. A poco estoy lleno hasta la nuez. Ahora es lo serio. Tengo que simular. ¿Qué hacer? Me he creado una molesta situación. Pero logro

dormir mis nervios y permanezco durante media hora comentando la sequía o cualquier tontería con el vale. Hasta que por fin llega el momento más oportuno para partir. Entonces me pongo de pies, me llevo una mano al bolsillo y exclamo: —¡Ah! —y lo digo con aire de tonto —. Vale Julio, olvidé la cartera... ¡Qué cosa! —No se apure. No se apure —corta mi noble amigo—. Me lo paga luego. Eso no vale nada. Y el buen hombre sonríe, sonríe. —¡Diablos! ¿Por qué sonreirá así? ¿Sabrá el...? No es del todo imposible. Las cosas se comentan mucho en un pueblo. No puedo soportar esta idea y me marcho cuanto antes, verdaderamente avergonzado. ** La noche se me ha echado encima sin n ing una ceremon ia. Hay en las calles una profusión de vehículos, gentes y polvo, que me hace daño. Creo que en el único sitio donde se puede estar más cómodo es en el parque principal del pueblo y camino hacia allá. Las aceras desunidas, están salpicadas de vecinos que en chanclos y en mangas de camisa, leen los periódicos o comentan los chismes del día, despreocupadamente, a la criolla usanza, mientras toman el fresco. Los muchachos juegan a la luz de las bombillas del alumbrado público. A poco, la arboleda del parque se destaca a mi vista. Entre las ramas juguetean los rayos de la luz eléctrica. En los paseos se ven señor itas vestidas lo más elegantemente que les ha sido posible, luciendo sus encantos a los hombres del pueblo. En algún banco, una parejita integrada por los indefectibles “él” y “ella”, se 11


enamoran como pichones. El, casi abrazándola, le murmura cosas al oído. Ella, le oye como en un éxtasis y de rato en rato despierta riendo histéricamente. En otro banco, un grupo de contratistas, colonos y otros individuos que viven del central, hablan de política internacional o criolla, de toneladas de caña, precios del azúcar, del poder de sus equipos de trabajo, integrados por bueyes, carretas y hombres. Por allá, unos muchachos vociferan y corren detrás de un loco mendigo. Suena monótonamente el timbre del cine que está frente al parque. Las muchachas vestidas de seda, siguen su paseo con aspecto de pavos reales. Algunos mocitos tímidos, siguen tras ellas a una distancia que les deje entrever sus intenciones, sin ocasionar protestas hipócritas. L a s he mbr a s se sol a za n y su s carnes jóvenes y mórbidas tiemblan oprimidas por los ceñidos trajes. Yo , d e s d e u n b a n c o los contemplo a todos, fel ices, despreocupados, seguros de que esta noche ha l larán u na buena cama donde dormir. Los veo. Ellos desfilan indiferentes ante mí, como si yo no existiera. De momento, aparece una figura que me es conocida y que cruza el parque a largos pasos. No me equivoco, se trata de mi padre, el señor Lope Comprés. Ya casi lo había olvidado, pero al verlo pasar como un extraño cerca de mí, me siento sublevado y apenas puedo contener el deseo de gritarle:—”¿Qué has hecho? ¿Por qué me dejas así? ¡Debiste darme para el camino! Yo no estuviera en la tierra, si no fuera por ti; y ahora me dejas solo, ¡solo!, sin profesión, sin oficio, ¡sin nada!”

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Pero reprimo ese deseo y, a pesar de mi amargura, no digo nada. El profundo conocimiento que sobre mi padre tengo, me ha cerrado la boca. ¿Qué ganaría con hablarle? Nada. El viejo tiene sus ideas; no entiende esas cosas. El hecho alarmante de haberle gastado algún dinero en ciertas ocasiones y el no menor de haberle reclamado mis derechos de hombre y de hijo delante de mi madrastra en momentos en que ella pretendía humillarme, le han vuelto contra mí; o eso ha servido de pretexto para que descubriese sus deseos de echarme porque adivino que en el fondo ya hacía tiempo que tenía su resolución hecha. Se mostraba desconfiado. Me consideraba un sujeto peligroso pera sus intereses, y como es un hombre endurecido, jamás se ha explicado cómo a mi edad no vivo por mi cuenta. Ahora recuerdo una historia —la suya— que me he contado más de cien veces. Mi abuelo —su padre— no fue con él todo lo bueno que se debe ser con un hijo. Era hombre muy rudo, de campo, y desde pequeñín dedicó al hijo a faenas durísimas. Mi padre creció casi a la intemperie, perdido durante largos períodos, en los montes, en cortes de madera, en conucos solitarios, abiertos en el corazón de montes inmensos. Los cortos días que pasaba bajo techo, era sufriendo el desagradable trato de una madrastra irascible. Y así, explotado, desconocido como ser humano, llegó a hombrecito. Fue entonces cuando el viejo le dijo: —Amigo, ya lo he criado. Vaya ahora por ahí a ver cómo vive. Eso ocurrió en un campo. El muchacho se fue cabizbajo, mochila

al hombro, rencoroso, con ganas de incendiar la tierra. Luchó rudamente. Como tenía personalidad, se hizo dueño de una sección rural. Allí f ue u n verd adero cac ique. No había moza que no se le entregara, porque además de buena presencia, buenos caballos y dinero, poseía esos arranques de macho ante los cuales se desmayan las hembras sin condición alguna. Los hijos abundaron, pero n i n g u no v iv ió con él . Era n el producto de cualquier cópula salvaje bajo la lujuria de los montes. Uno de esos hijos soy yo. Y ahora, al compararme con mis otros hermanos, y al recordar cómo mi padre fue criado y en qué forma vivió, comprendo que mucho ha hecho con darme comida hasta hoy. Mi indignación se ha apagado ante la evidente razón. ** De un vagón de los que emplea el central para el transporte de caña, he hecho mi dormitorio. Mi americana tendida en el piso, yo sobre ella, y sobre mí, el cielo estrellado. Las horas van lentamente. El sueño se me ha fugado. Cerca, las grandes factorías muestran mil ojos sin luz, mientras las ranas croan, croan, croan... De rato en rato, un sereno lanza al espacio el grito de su silbato. Ladra un perro. Canta un gallo. Silencio… Educar.org Biliotecas virtuales .com

Revista de Arte y Literatura


Publican Biografía Entrevista realizada en Panorama digital .com.do en mayo 2012 al periodista Manuel Nova, con motivo de la puesta en circulación de la obra biográfica “Ramón Marrero Aristy. El negro más caro de Trujillo”: ¿Qué lo impulsó a escribir esta biog r a f í a de R a món M a r r er o Aristy? Lo primero es que cuando yo leí la novela Over, de Marrero Aristy hace bastante tiempo, me cautivó el estilo, los personajes, sobre todo que enfocaba a personajes muy humildes, muy del pueblo y que el libro, sus características, su propia fisonomía, era más bien una denuncia social que tocó mis fibras más hondas. Denunciar la situación de los trabajadores cañeros, que además de ser explotados, en las bodegas dejaban lo poco que le daban porque los esquilmaban, los engañaban con las ventas y, al final de cuentas, lo único que tenían para satisfacer sus necesidades era un simple vale. A mí me cautivó desde un primer momento el estilo de Ramón Marrero Aristy, y más cuando leí quién era Marrero, su origen social, que fue una persona que venía muy de abajo y que llegó a ser un intelectual de gran valía, con una obra de calidad elogiada por grandes intelectuales de la época, reconocida no solo aquí sino en el exterior, pero todo eso lo llegó a hacer con su propio esfuerzo, sobre la base del mérito propio. Vino de menos a más. Fue ministro de trabajo, pero sobre todo fue un gran defensor de los derechos de los trabajadores. Se llevó el mérito de ser el organizador del Primer Congreso Obrero en la época de Trujillo. ¿Qué tiempo duró documentándose para hacer esta biografía? Uno de los grandes problemas aquí en Santo Domingo es la escasa bibliografía. En el caso de Marrero la Revista de Arte y Literatura

gente que lo conoció, la gran mayoría ya estaba muerta cuando yo empecé a escribir hace tres o cuatro años. Las fuentes eran muy escasas, entonces tuve la dicha de conocer algunos de sus amigos. Incluso, tuve la suerte de conocer a una persona que me dio información de primera mano sobre Marrero y, tres meses después murió, porque era una persona de avanzada edad que había sido compañero en el periodismo, cuando Marrero fue director del periódico La Opinión, y fue quien lo acompañó cuando Mar rero qu iso i ndepend i zarse y fundó una revista que se llamaba Babeque, que tenía una dimensión internacional, y también acudía a una fuente primigenia, su viuda Beliza Mejía, que aún vive, tiene 94 años y nos va a apoyar en la puesta en circulación, y su hija, que tenía tres años cuando él murió, pero lo recuerda con mucho cariño y me sum in ist ró material fotográfico.

¿Cuál es el principal hallazgo que usted ha hecho? El principal hallazgo e s de most r a r q u ié n e r a R a món Marrero Aristy, una personalidad muy impactante, muy interesante. Yo pienso que fue un marginado de la intelectual idad domin icana posteriormente, a pesar de que muchos reconocieron la valía de su obra. También da algunas pinceladas de cómo murió, porque hay varias versiones de cómo fue su muerte. Él murió en medio de una trama que fue urdida por Johnny Abbes, que fue jefe de los servicios secretos de Trujillo, del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Él lo veía como un rival, pero no solo Johnny Abbes, sino muchísimas personas que veía n con celos la cercanía de Marrero con Trujillo, primero por su estrato social y segundo porque era un hombre que actuaba con mucha audacia frente a Trujillo. Yo diría que se confió demasiado de Trujillo y no se detuvo a estudiar ese carácter cambiante que le atribuyen personas que estaban cercanas a él. 13


Ramón Marrero Aristy,

tras la verdad de su historia

Periódico Hoy 11 marzo, 2008 Edwin Disla

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ucho se ha conjeturado sobre la vida y muerte de Ramón Marrero Aristy, pero pocos se han esforzado por encontrar la verdad. Marrero Aristy fue periodista, escritor, historiador, d iplomát ico y f u nc ion a r io del gobierno. Su ascenso a nivel social y político se debió al éxito de su novela Over, considerada por muchos la mejor obra narrativa escrita en la dictadura de Trujillo. ¿Cómo un aldeano de apenas veinte y seis años lo logró? ¿De cuáles bases literarias partió? ¿Y por qué fue vilmente asesinado? Éstas, entre otras interrogantes, originaron este estudio, el cual necesariamente parte de las raíces del escritor. Marrero Aristy nace en San Rafael del Yuma, H ig üey, en 1913, en una época en que la República Dominicana, dependiente ya de Estados Unidos, estaba su merg ida en u na etapa precapitalista caracterizada por la inestabilidad política producto de la lucha caudillista. Esta inestabilidad entorpecía la producción y comercialización del azúcar exportada hacia Norteamérica, una de las razones por la cual Estados Unidos invadió el país en 1916. Luego convirtió la nación en una colonia, cuya principal 14

función era el desarrol lo de su industria azucarera. El área vital para la empresa del nuevo imperio era el Este, por encontrarse el mayor número de ingenios azucareros. La respuesta patriótica no se hizo esperar: en varias zonas boscosas de San Pedro de Macorís, El Seybo y La Romana se levantaron en armas hombres decididos como Vicente Eva n g e l i st a y R a món Nat e r a , quienes iniciaron una epopeya que sería calumniada con el nombre de gavillera. El padre de Marrero Aristy, Juan Bautista, ganadero, igual que los de su clase, colaboró con los invasores, y según algunos testigos de la época, sirviendo de práctico de uno de los marines, sabiendo que los guerrilleros preferían matar más a los guías traidores que al yanqui, convenció al militar norteamericano de que se intercambiaran la ropa para que su vida estuviera más garantizada. Y ta l como prev ió, los guerrilleros atacaron al que creían traidor y ajusticiaron al marine. Juan Bautista, nervioso, volvió a intercambiar la ropa, la cual lanzaría al río, y reportó al soldado como muerto en una emboscada. Los norteamericanos, perplejos, notaron que el uniforme del caído no tenía agujeros, y después de encontrar la ropa de Juan Bautista, que se había enredado en las ramas de un árbol a la orilla del río, lo acusaron de la muerte.

Juan Bautista se vio obligado a salir del país. Con él se llevó a su esposa, Nuna, y a Marrero Aristy, que era hijo de otra mujer, Olivia Belt ré. Por est a descendenc ia , Marrero Aristy no era del agrado de Nu na , y tend r ía n mú lt iples diferencias. A éstas se añadirían las que tendría Marrero Aristy con su padre, porque el simpatizante del imperio se opondría radicalmente a la vocación literaria del hijo. A Juan Bautista le era imposible ver a ese bendito muchacho, a quien deseaba convertir en agricultor, leyendo y leyendo hasta el amanecer, todo lo que aparecía. Luego de vivir en Colombia, Ve n e z u e l a y e n l a s A n t i l l a s Holandesas, Juan Bautista regresó con su familia en el año 1922, aún con las tropas norteamericanas en el país, y discretamente se instaló en Barahona. Marrero Aristy tenía ocho años, y debido a las contradicciones, que se tornarían insostenibles, con su padre y esposa, se trasladaría a vivir a La Romana, a la casa de su abuela paterna Mariquita Marrero, de quien adoptaría el apellido. Con esfuerzo ( p or q u e Ju a n B aut i st a s e g u í a obligándolo a trabajar la ganadería en sus tierras del Este) completó sus estudios primarios y parte de los secundarios. En esos años quedó encandilado con los pasajes de la Biblia, y pensando hacerse pastor evangélico practicó la predicación. Revista de Arte y Literatura


Pero la dinámica de la vida, el gusto por el baile, el ron y las mujeres lo hicieron desistir. Ta m b i é n l o h a b í a n hechizado los pasajes de unos que ot ros l ibros ma r x ist as traídos del exterior por emigrantes trabajadores de los ingenios. Es decir, que debido al desarrollo económico del Este y, por ende, social y cultural, Marrero Aristy pudo adquirir un nivel de conocimiento elevado y seguro leyó a Víctor Hugo, Doestoyeski, Tolstoy y Chejov, escritores muy comentados por los intelectuales dominicanos. Así, revestido del nacionalismo reinante por la presencia de las tropas invasoras y por los escritos de Marx, se transformó en un tímido defensor de los humildes, principalmente de los campesinos, y en un serio aspirante a escritor. Los norteamericanos, tras garantizar sus intereses a través del plan Hughes-Peynado y crear una guardia nacional obediente a ellos, salieron del país en 1924 y dejaron instalado como presidente a Horacio Vásquez. Marrero Aristy, por su lado, descuidando sus deberes en la finca, empezaría a escribir crónicas para el periódico El Diario, de Santiago y el Nuevo Diario, de Santo Domingo. Sus escritos, conteniendo el sello de su pensamiento progresista, ret rat aba n l a v ida m iser iosa y angustiante de los obreros agrícolas. Juan Bautista, finalmente, lo expulsa de la finca y de la casa de Mariquita, y Marrero Aristy, para sobrevivir, labora en una de las bodegas de comestibles del ingenio azucarero norteamericano de La Romana, Revista de Arte y Literatura

administrado por la South Puerto Rico Sugar Company. A diferencia del personal del central, él es un joven consciente de su posición de clase, poseedor de una sensibilidad social parecida a la de los líderes revolucionarios. Esta sensibilidad lo hace más que indignarse al palpar y tener que participar del crudísimo sistema de explotación del ingenio, c o m p a r a d o c o n u n c e nt r o d e concentración nazi. Como narrador, es lógico que ideara plasmar su experiencia en una novela y mientras madurara el proyecto, les robara unas horas al trabajo para escribir cuentos. Al leerlos hoy, el lector se sorprende

de lo que éramos como pueblo: una aldea ahogada en la pobreza. En síntesis, un gran personaje poco conocido. Este texto ofrece informaciones valiosas sobre don Ramón Marrero Aristy, un destacado autor de cuentos y de la más famosa novela dominicana, Over; autor de un compendio de historia dominicana y figura de alto relieve político, víctima de la tiranía a la que sirvió.

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El asesinato

de Marrero Aristy

las travesuras amorosas y él no pod ía ig norar que, quince días antes, h a b í a d e s e mb a r c a d o all í la expedición que procedente de Cuba, i ntentaba derrocar la dictadura de Trujillo. Asistí R. A. FONT-BERNARD a su entierro, en el que participaron www.Provincias dominicanas.org los más a ltos f u nciona r ios del n una reciente conversación gobierno y se le t ributaron los c o n u n s o b r e s a l i e n t e honores militares, correspondiente a profesional de la medicina, un general de brigada. El ataúd estaba éste me test i mon ió que como cerrado y cubierto con la bandera estudiante del quinto año, encargado nacional. Dos días después me visitó el del servicio nocturno del hospital inseparable amigo doctor José Rijo Salvador B. Gautier, le correspondió recibir en horas de la madrugada para decirme, aterrado, que se había del 28 de julio del 1959, el cadáver tratado de un asesinato. El doctor del periodista, y entonces secretario José Rijo, me transmitió su terror de Estado del Trabajo, Ramón porque Marrero, recién llegado al M a r r e r o A r i s t y. P r e s e n t a b a país de su último viaje al extranjero, severas contusiones en la cabeza y se había reunido con ambos -con la quienes le condujeron al hospital, indeseable presencia de un tercero de identificándose como agentes de la cuyo nombre no quiero acordarmePolicía Nacional, informaron que le en la trastienda del colmado San habían rescatado, tras la ocurrencia Martín, situado en la calle del mismo de un accidente automovilístico, nombre, en donde sentados en sacos en la carretera que conduce al de arroz, consumimos una botella de whisky, con salchichón, que el municipio de Constanza. Al leer la noticia, publicada cortaba en pequeños trozos. En esa el día siguiente en el periódico ocasión, dijo con la indiscreción “El Caribe”, ref lex ioné porque que le era característica, que Trujillo conocía la afición de Marrero a estaba políticamente liquidado, y que

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él se lanzaría a la búsqueda del poder, para realizar una revolución pacífica, que sacaría del estado de indefinición social y económica, a la mayoría del pueblo dominicano. Marrero no sólo era valiente, s i no a de m á s se compl a c í a e n adversar determinados cortesanos palaciegos, que d isfr utaban de una gran influencia sobre Trujillo. Recuerdo haber presenciado una discusión, en uno de los pasillos del Palacio Nacional, en la que crespó al temible coronel Johnny Abbes, aliado de uno de esos poderosos, con un enérgico “cállese, carajo, que usted no sabe de lo que está hablando”. Se trataba de su opinión favorable, para que viniese al país una comisión de la Organización Internaciona l del Trabajo, con el propósito de i nvest igar u na violación al Convenio que prohíbe el trabajo obligatorio o forzoso. La investigación estaría centrada en el campo del Sisal de Azua, y en el cultivo de arroz de la región Noreste del país. Ambas actividades agrícolas Trujillo las usufructuaba, a través de interpósita persona. El poderoso, precedentemente señalado, me había ofrecido la dirección del periódico “La Nación”, con el compromiso de Revista de Arte y Literatura


que iniciase una campaña, destinada a denunciar una supuesta vinculación de Marrero con la Confederación de Trabajadores Cubanos, de tendencia comunista. Consulté la oferta con el doctor Joaquín Balaguer y éste me aconsejó que no la aceptase, con la excusa de que yo iba a ser ascendido a una elevada posición en la Secretaría de Estado de Trabajo. En el decenio cuarenta del siglo pasado, Marrero era reportero de l p e r ió d ico ve s p e r t i no “ L a Opinión”, y ya había publicado su celebrada novela “Over”. Y como lo recuerdo, una mañana fué a la Secretaría de Estado de Trabajo, en solicitud de audiencia al secretario de Estado, el licenciado Jesús María Troncoso. Este se la negó, bajo la excusa de que tenía que asistir a un Consejo de Gobierno, para el que había sido invitado. Pero Marrero presentó un telegrama, en el que se le designaba subsecretario de esa cartera. Y en lo adelante era él, y no el secretario de Estado, el que era convocado en consulta, desde el Palacio Nacional. Viajó a La Habana, con la misión de establecer contactos con los dirigentes del Partido Comunista Cubano y cuando regresó al país, trajo consigo una maleta llena de regalos, para todos los empleados, con preferencia para las del sexo femenino. Ya era en su vestimenta, otro Marrero, pues había adoptado la moda cubana de la época, con el traje blanco de dril 100, los zapatos de dos tonos y el sombrero Panamá. Tal una estampa del famoso pelotero Martín Dihigo. Identificándose a sí mismo como representante del Gobierno, en los foros laborables internacionales y en las reuniones anuales de la SIP, se convirt ió en un viajero permanente, portador de una cartera Revista de Arte y Literatura

repleta de dólares, que solía repartir pródigamente. Exuberante, buen comedor y mejor bebedor, amigo de los amigos, en pocos días Marrero se arriesgó temerariamente al propósito de liberalizar la dictadura, ignorando la habilidad zorruna de Trujillo, para dejarle hacer, de acuerdo con sus convenientes políticas. Conforme a ese “dejar hacer”, le autorizó para que organizase el Congreso Obrero del 1946, en el que participaron los representantes de las Confederaciones Comunistas de Cuba , Méx ico, C olombi a y Ecuador. Y complació su solicitud para la liberación de los líderes criollos Alberto Larancuent y Raúl Cabrera, ambos con un significativo protagonismo en el congreso, junto con el exiliado en Cuba, Mauricio Báez. A l retor na r a aquel pa ís, Mauricio fué asesinado allí, como lo fueron en el país Raúl Cabrera y Alberto Larancuent. No obstante, el Congreso tuvo un saldo positivo, por que comprometió a Trujillo, con la promulgación del Código del Trabajo y el establecim iento del salario mínimo. Nunca parecía comprender la duplicidad con que Trujillo manejaba a los exiliados que residían en Cuba, bajo la protección de los presidentes Ramón Grau, San Martín y Carlos Prío Socarrás. Trujillo asesinó a algunos, pero convirtió a otros en espías muy bien remunerados. En el año 1958, Marrero obtuvo la aprobación de Trujillo para instalar una oficina de prensa en Nueva York. Iría a residir allí, subvencionado por el Gobierno. Para ese proyecto me reclutó, con el señalamiento, muy característico en él, de que como me dijo, “allí había mucho dinero”. En retrospectiva se me ocurre creer que ya intentaba

desentenderse de la dictadura, como ya lo habían hecho otros servidores del servicio diplomático. Tal vez persuadido de que contaba con la más absoluta confianza del dictador. Decliné la oferta luego de consultar con el doctor Balaguer, quien me d ijo que me había propuesto a Trujillo, para una elevada posición en la Secretaría de Estado de Trabajo. En esa ocasión, arriesgándome, le advertí a Marrero que había leído en la Secretaría Particular de Trujillo, donde entonces yo trabajaba, un memorando, en el que su intrigante adversario palaciego, informaba que Marrero intentaba sal ir del pa ís, apoyado por l a Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), para adversar a Trujillo en el exterior. Su respuesta a mi advertencia me desconcertó: “Valito, Trujillo me necesita y no le conviene prescindir de mí”. Era el Marrero talentoso, audaz, pero ocasionalmente irreflexivo. Lo v í por ú lt ima vez, el 28 de jul io, cuando sal ía del despacho de Trujillo, visiblemente perturbado. Y al día siguiente, yacía en un lujoso ataúd cerrado, y sobre éste, una ostentosa corona fúnebre con la inscripción: “A mi amigo y colaborador R a món M a r rero Aristy. Generalísimo Trujillo”. El Trujillo a quien seis meses antes Marrero consideraba “liquidado políticamente” y veinticuatro horas antes había ordenado su asesinato en la cárcel “La Cuarenta”, ahorcado por los sicarios de Johnny Abbes. Marrero fue una víct ima intelect ua l de su adversario, el intrigante palaciego. Trujillo era ya “el príncipe loco”, que actuaba al conjuro del embrujo de un psicópata dominante en los últimos tres años, de la que alguien llamó “la trágica aventura del poder”. 17


Baret Carlos

Quise enviarle un email a Duarte

Por Fior D´Aliza Taveras Redactora Revista Mythos

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l arte como toda una obra realizada por el ser humano evoluciona y refleja el acontecer de los tiempos de su creador. Con la exposición individual del artista Carlos Baret se refleja que la juventud también lo adentra al mundo de la tecnología y de la información, como es el caso de su más reciente muestra “Email a Duarte” en la que describe la situación actual del país, al patricio Juan Pablo Duarte. La exposición y su arte en sí, refleja a un artista con sentido social, que va más

allá de un tradicional lienzo para recurrir a recursos que hablan por sí solos, al tiempo de contribuir al medio ambiente al reusar materiales de desechos. Además de que posee la estrategia del dialogo mudo-visual para lograr su propósito. K baret como se autodef i ne el polifacético artista oriundo de Moca y cuyo talento ha traspasado la frontera de su ciudad natal y de su país, con varias exposiciones colectivas e individuales, l a s c u a le s le au g u r a n u n f ut u ro promisorio en el arte criollo… ¿ Por qué utilizas facturas viejas del servicio eléctrico, en esta muestra? Utilicé facturas del servicio eléctrico, porque al momento de ir a pagar el ser v icio veía el d isg usto, la inconformidad, la necesidad, la agonía y la desesperanza de las personas al pagar, no estaban de acuerdo con el monto que se le exigía, porque no se les cumplía adecuadamente. Es de ahí que surge la idea de plasmar esta situación en un papel o lienzo y que mejor que en la misma factura. Como comentaba el día de la inauguración de la exposición en estas obras entro en mis personajes, y creo un dialogo mudo-visual, es un espacio sígnico-reflexivo y también una trampa que cerca al espectador con la

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misma estrategia que atrapó a su propio creador. Coméntanos de tu más r e c i e nt e e x p o s i c i ó n a Duarte, ¿porqué relacionas el término email con el patricio? Como en este año se celebra el bicentenario de Duarte quise enviarle un mensaje desde lo terrenal a lo celestial, explicándole la sit uación act ua l de nuestro país, y como en los momentos contemporáneos que transita nuestra presencia se utiliza enviar informaciones, imágenes, mensajes, entre otros a través de un email debido a que la tecnología está más avanzada quise también enviarle un Email a Duarte. ¿Cómo te defines como artista? Me considero un artista de vanguardia que pinto, instalo, dibujo y esculto las imágenes que pare el medio donde habito, el Caribe y Latinoamérica, me retroalimento de las acciones que me brinda mi pueblo. Consideras que el arte dominicano es valorado en el extranjero? Si.

¿Cuáles aspiraciones tiene Carlos Baret dentro del arte y todo lo que encierra el quehacer plástico? Revolucionar el arte y que mis obras sirvan de inspiración para cambiar el mal pensamiento de la sociedad, como dice Diógenes Céspedes en el libro Estudio sobre la Literatura, Cultura e Ideología que si el arte puede cambiar el pensamiento de un individuo este es capaz de cambiar el pensamiento del mundo. Háblanos de tu más reciente muestra individual presentada en los estados Unidos Waterproof Skin II fue una exhibición que se mostró en el George Museum & Park Center en New York, donde la exposición contaba con veintiocho obras de distintos formatos y abordando distintos temas presentes en la comunidad latinoamericana y el mundo, como son el calentamiento global, la desigualdad social y el racismo. Fue exhibida durante dos semanas y luego fue trasladada al Elixer Restaurant en Vermont donde los habitantes también disfrutaron de la muestra. Tu ciudad natal ha visto nacer grandes artistas de la pintura, el dibujo y la literatura, ¿qué elementos o atributos tienes para marcar la diferencia? Quiero ser un artista que aporte nuevos estilos y avances no solo en mi provincia y país, sino en el mundo. Eso soy un artista que vive revolucionando su obra y el arte, eso me distingue.

A tu juicio que le falta a la pintura dominicana, o lo tiene todo? Ninguna disciplina artística en nuestro país lo tiene todo, todavía quedan muchos surcos que sembrar y caminos por andar. ¿Tienes algún ritual para crear, cuál es? Claro que sí, mi ritual es la reverencia que hago a Dios antes de iniciar cada una de mis obras, él es la fuente de todo. En ese momento me siento un jaguar cargado de energía sobre todo bajo la música de contenido, como el jazz y el rock.

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EN PRIVADO: Nombre artístico o apodo: Kbaret Color preferido: Negro Fuera del arte: soy ingeniero civil Pintar es: Pasión, amor y desahogo Si fueras presidente de la asociación de los artistas plásticos, qué harías: Proyectar a los artistas dominicanos en el exterior. Un perfume: Polo Tu familia es: el centro de todo Al arte criollo le falta: Entusiasmo Una comida: Mariscos y pastas Un maestro: Jesucristo Un sueño por lograr: Ser una inspiración para los jóvenes de la presente y futuras generaciones.

¿Cuál es tu mayor orgullo y que has logrado con el arte en favor de tu pueblo? El sentirme satisfecho y ayudar a mi país, e interactuado con los niños y jóvenes de los barrios y campos de mi ciudad, San Víctor, en los cuales he tenido la oportunidad de pintar murales en las paredes de las calles abriendo nuevos horizontes, es decir descubriendo talentos. ¿Que tienes que decir con relación al Ministerio de Cultura, reciben apoyo los artistas del sector oficial? Si, hasta ahora hemos recibido apoyo por parte del Ministerio de Cultura y es un gran aporte a nuestro desarrollo. ¿A tu juicio el artista dominicano puede vivir de su arte? (Se ríe) Ja ja ja, no, lamentablemente es imposible, es muy difícil vender una obra en nuestro país debido a que muchos carecen de educación en cuanto al valor de las artes.

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Jueves Literarios de

por Mateo Morrison

Sosúa

Listín Diario 1 Diciembre 2013,

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ntre las iniciativas que surgen después de la generación del 80, los Jueves Literarios de Sosúa, ocupan un lugar importante. Han ido construyendo poco a poco, a fuerza de talento y trabajo su propuesta literaria. Cuando anunciaron el Primer Congreso de Literatura a todos nos pareció una exageración y una osadía creada por mentes literarias juveniles. Al participar en sus actividades me di cuenta que se trataba de una apuesta literaria muy seria; desde ese momento surgió una complicidad entre nosotros que produjo el pasado domingo la conf luencia de la II Semana de la Poesía y del Cuarto Congreso de Escritores en Sosúa. Este g r upo nace en el 20 04. L o i nteg ran R amón Gi l, Moisés Muñiz, Oscar Zazo y Omar

Ramón Gil

Miembro fundador del grupo Jueves literarios de Sosua

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Con Chiara en el Parque

se sábado me levanté a las ocho, porque la cita era las diez y siempre me toma una hora vencer la modorra del sueño. Había quedado en ver a Chiara. Ella insistía en que nos reuniéramos en la universidad, pero yo, hastiado de aulas, pizarras y tiza, sólo quería Revista de Arte y Literatura

la Universidad Autónoma de Santo Dom i n g o), que ded ica ra ocho días al disfrute, la divulgación y el reconocimiento de este género l iterario, compart iendo con los poetas internacionales invitados: Juan Manuel Roca, Roberto Fernández Retamar, Angie Camacho, Aurora Luque, Carmen Boullosa, Manuel Orestes Nieto, Renato Sandoval, V icente Rod r í g uez Niet zsche, Wenceslao Serra, Edgardo López Ferrer y Marcos Reyes Dáv i la. Cont i nuemos est a a l ia n za con todos los espacios y personas que verdaderamente defienden y valoran los cimientos de la identidad cultural dominicana y que esta interactúe II Semana de la Poesía con el resto del mundo para que Este año se sumó el congreso a la II construyamos una cultura de paz. Semana de la Poesía (auspiciada por la Fundación Espacios Culturales y Messón como núcleo básico, al que se adhieren otros creadores y creadoras. Lo que fue al principio una tertulia de amigos cristalizó en el Primer Congreso de Literatura efectuado en el 2010. Su cuarta versión proyecta una continuidad que todos debemos alentar. Es necesario que estas iniciativas tengan mayor apoyo de los poderes públicos, ya sean municipales, prov i ncia les o naciona les; solo así podríamos decir que estamos contribuyendo al estimulo de nuestros creadores, no importa el lugar de nuestra geografía donde estén.

un lugar apacible en donde pudiera rozarle el brazo o susurrarle alguna frase íntima sin la presencia de algún oído intruso, escuchándonos. Al final ganó mi propuesta. Cuando subíamos los tres o cuatro peldaños que conducían a un banco del parque, Chiara inició el diálogo. Empezó hablando de su soledad y de sus decepciones. Pero ya yo lo sabía porque me lo había contado Freddy cuando nos encontramos en el súper.

Cuento de su libro Desidia Después hablamos de mí, pero no por mucho tiempo porque le recordé las fotos que me había prometido. Entonces Chiara sonrió y pareció iluminársele el rostro. Abrió una carterita coquetísima de muñeca barbie y extrajo el álbum. En las primeras había una Chiara distinta a la muchacha que sentada a mi lado parecía hasta tímida. La Chiara de las fotos posaba en interiores blancos y rosa, en 21


seductores interiores negros, en fin, en todos los colores imaginables. En otras, Chiara si n sostén, con los senos cubiertos con las manos, o por una simple pluma que apenas cubría los pezones. Y más adelante, fotos de Chiara de frente, con la mirada de una gata en celo, o de espaldas con sus hermosas nalgas blancas al aire, gritando en un lenguaje de celuloide por un toque suave de manos. Cuando cerré el álbum Chiara me miraba y sonreía. Yo no sabía que hacer. “Ay, muchachita, tú no te quieres”, atiné a decirle. Chiara acent uó su son r isa. “ Tengo hambre”, dijo de sopetón, lo que me sorprendió muchísimo porque las mujeres rara vez dicen esto en una primera cita. Pasada la sorpresa, la invité a que comiéramos algo en una cafetería. Mientras caminábamos, me preguntó que cuál frase italiana me gustaba más si “ti amo” o “ti voglio bene”. Le dije que la primera y ella se decidió por la segunda porque era más secreta y se parecía menos al español. “Y qué tiene de malo el español”, me atreví a preguntarle. “Nada”, dijo ella, “pero hablar en español me hace sentir desnuda”. Sonreí. Me parecía extraño que le preocupara la desnudez del id ioma y se most rara tan poco recatada con la desnudez del cuerpo. “Tú no entiendes” dijo y pareció ponerse seria. Le pedí disculpas y ni siquiera sabía porqué. “Olvídalo” dijo Chiara y cuando entramos en la cafetería y ordenamos los jugos y los emparedados ya ella había olvidado el diálogo anterior. “Cómo te gustan las mujeres” se aventuró a preguntar. “Con dos tetas, dos piernas, una vulva y una boca” 22

le contesté. Chiara se echó a reír. “Eres un perro”, me dijo. Después el señor de la cafetería nos trajo todo y empezamos a comer. “Me gusta estar contigo”, susurró ella. “Buen provecho, Chiara”. Le contesté yo. Éramos los únicos clientes de la cafetería a esa hora. El señor que nos atendió, el dueño supuse yo, se entretenía mirando un programa de entrevistas en donde los políticos prometían una y otra vez, acabar con las miserias de este y del otro mundo. “Acércate un poquito”, dijo ella mientras se limpiaba la boca. Cuando peg ué el oído a sus labios, me preguntó en un susurro si la quería. “Mucho”, le contesté pensando de nuevo en las fotos y sin poder apartar de m i imag inación su ombl igo perfecto, la curva descendente de su vientre y esa mirada de pantera en acecho que t ransm it ían tan bien todas sus fotos íntimas. “Pues dímelo siempre”, reclamó ella.

Iba a decirle una frase en italiano cuando el señor que suponía el dueño, se nos acercó y nos preguntó si deseábamos algo más. “Sólo la cuenta”, le dije. Cuando el hombre se apartó ya había olvidado la frase. Pa g ué y sa l i mos de l a cafetería. Tenía pensado abordar el primer taxi que me encontrara, pues era todo cuestión de rutina: encontrar un taxi, invitarla a un hotel, hacer el amor, dejarla luego cerca de su casa, adiós y hasta la próxima cita. Pasamos frente a cinco o seis taxis y no me atreví a montarla en ninguno. Lo que hice fue todo lo contrario de lo que acostumbro. Me fui conversando con ella hasta su parada y sintiéndome un poco avergonzado por lo que había pretendido hacer. “ Ya t e q u i e r o ” d i j o e l l a deten iéndose de repente y mirándome de lleno en los ojos. “Anjá”, dije yo, incómodo conmigo m ismo y si n log rar apar tar las malditas ganas de revolcarme con ella. “Con que no me crees” se quejó ella. “No es eso”, le dije. Pero no me atreví más. Creo que ella me leyó la cobardía en los ojos porque no dijimos nada por un momento. Así llegamos a la parada. “Dame un beso antes de que venga la guagua”, me pidió Chiara. Se lo di suave como se da un beso de pena, pero sentí que algo empezaba a rompérseme dentro. En realidad, no tuve mucho tiempo para pensar en ello porque vino la guagua y no hubo tiempo para más. Al doblar la esquina, Chiara todavía agitaba la mano. Gesto que para mí era inútil, pues no calmaba en absoluto, la desazón de su partida. Revista de Arte y Literatura


PO ESI A

Poesía de Omar Messón Miembro fundador del grupo Jueves literarios de Sosúa

i “…pájaro agotado en los tonos de su vuelo….” José Mármol

Frente a la ventana un pájaro encumbra el último respiro de su vuelo Paréntesis de sol que columbra el rito obituario de luces intentos de escapar de aquellas sombras pájaro de rutilantes ataúdes y de trazos que se cubren Entre la inocencia del ser decapitado Y el infinito abandono del instante Pájaro visible al trasluz de lo que piensa Es cuerpo desfallecido que se desdobla en puntos intangibles Y al final nada queda solo las estrepitosas alas de un pájaro suicida.

ii “Yo debí haber sido un par de garras rotas barrenando el suelo de mares silenciosos” T. S. Eliot

Quiero un espacio tranquilo inmune Sin la incertidumbre del hacha que va y viene Quiero un parche de recuerdos Apilados en el viento de la ausencia Y unos hipocampos por el oído del mar encabritados Y unas luciérnagas que griten su luz hasta la aurora Y un perfume y un clavel entre las piernas De una legendaria arpía octogenaria Quiero un lápiz que trace estupendos giros de gaviotas Una estola que sacrifique algún venado Y un acierto que dialice la inquietud de toda muerte Quiero un poco de esa vara del aliento Y un cayado con señales de tropiezos Quiero esa luz que cubre las tinieblas Y ese mar que hacia su orilla nos empuja A procurar dolencias en lo eterno No quiero las sublimidades de las tarjas en los cementerios donde se abandona algún olvido Quiero un mando de cuerdas infantiles Y los últimos tiovivos del ensueño Anhelo una paz llena de buitres Exentos de su necrófaga indecencia no una espada sugerida en la derrota ni un átomo de sol quemando el precipicio Quiero una lacustre sensación de ausencia Revista de Arte y Literatura

Una agua estancada en la materia del silencio Y unas cosas y otras cosas atesoradas en el viento Quiero un insospechado grito entre las sombras Y una leve lisonja entre mis manos.

Omar Messón

iii

Estoy hastiado de muertes prematuras De hálitos vulnerados en las sienes De elípticos sucesos entreabiertos Estoy sangrantemente mudo A sopapos oculto las ausencias de los idos Los inciertos temores a la ausencia La abortada inconsciente de las nubes. Este tropel de cuerdas y artilugios se encalla entre los arrecifes de este grito Emula latencias lejanas de pésames batientes Desordena el rubor de las palabras Y somete a la nada la implacable sinfonía de la Espera. Estoy hastiado de puntos inconclusos De vorágines insomnes que estrangulan en las noches las paciencias estoy cansado de naufragios imprecisos de cuerdas vocales que ahorcan las palabras solo quiero tener un poco de libertad en este viento un poco de desahogo en la conciencia para gritarle al infinito mi tragedia.

iv

Aquella que intente perturbar esta inocencia Corromper las fronteras de estos miedos Que haga sondables los abismos que me aterran Los que me sufren Los que me acallan La que se interne con audacia en las selvas de mi cuerpo Que hurgue sin reparos entre estas vísceras cubiertas Y vaya hasta mis montes a despojarme de este fuego Aquella que con el tacto descubra mis paisajes Es porque lleva una mirada entre sus manos.

v

Pude haber sido un síntoma de los restos del odio Una columna de vértigos ardientes Una sola calma un solo intento una duda pude haber sido esclavo o socio de la espera 23


o devenir en acuarela en el azul desdibujada pude limitarme a ser solo una cosecha de besos una trunca pasión entre la carne un respiro de sangre un hematoma del tiempo pude haber resistido los cortejos del fuego pero heme aquí sentado en espera de una marcha sustituta de una condición de súcubo indecente de un esperma infeliz una tragedia pude haberme circunscripto a la palabra y quedarme encerrado en este manantial de sombras pero me deshice de todas mis vestimentas aleatorias

vi “Sólo una gran piedad Pudo crear los mundos eternos sin hastiarse Sólo una gran ternura Pudo sembrar la vida, como se siembra un árbol, La jubilosa voz de una semilla.” Franklin Mieses Burgos

Solo el desconcierto de un ser irrepetible Pudo lucir sus dones frente al viento Y apilar las cobrizas rosas sueltas En la materia tangible del amor Sólo un asombro mordaz y repentino Pudo verificar tanta insolencia En la fatal ausencia de las riadas de mi voz Solo una hecatombe de tristeza Pudo construir aprisa un huracán de flores Solo la mano abierta de un cundeamor de hortensias florecido Solo una divina tragedia pudo escanciar la verdad en la derrota Solo un trasplante de soles Pudo construir el mar como lágrima del cielo De todos mis conscientes aberrantes De toda mi parafernalia sensitiva. Estoy en la estación de enfrente Viendo pasar los trenes de la envidia Buscando algún sentido que me esconda De toda la sed en el vano repartida Que me suspenda un poco la licencia para odiarme Estoy en este muladar casi parido Preñado de tísicas infamias adheridas Invocando al dios de los designios Para quedarme bocabajo en el estreno Hasta procurar un hecho que me instruya En el arte de acallar estas maldades 24

Pero no todo se puede decir en un suspiro Aunque corran por las venas las palabras Y se tornen marcesibles las derrotas.

vii

A los poetas del coro

“ Yo vi el principio de esta especie de reptil y de nube” Gonzalo Rojas

Yo apacenté con ellos en su loca pirueta alucinante Yo estuve justo cuando empañaron el espejo con su aliento Y se besaron lúdicos entre sus murallas rotas Necesitaban ese calor de beso consentido Esa piedad Ese sustento Yo los vi caerse y levantarse hacia su sombra Y los vi alzarse con su vuelo Con todo su esplendor de lozas frías Yo los vi enmudecer sus atabales Yo pude vulnerarles sus misterios Sus atalayas de piernas imprecisas El tropel de sus rabias inconclusas Yo los reduje a llanto A difíciles situaciones de lamentos Yo fui hacia sus tarjas proferidas Y les develé sus paños solidarios La inquietud de sus condenas Yo en fin pude zafarles sus derrotas Y colocarlas justo en los pedestales de sus miedos.

viii “Un hombre es lo que hace Con lo que hicieron de él” Jean Paul Sartre

De mi no hicieron tiempo ni ermitas encendidas ni el carbón que quema la bondad del consentido no hicieron epístolas como escalinatas de dudas ni pies calcinados ni desiertos calumniados no me hicieron cargas de sapos resentidos ni barcas con convictos pescadores de almas ni construyeron cruces que sostuvieran la espina ni sudarios que atestiguaran la ingrávida mentira no hicieron sandalias para mis pies ateridos ni hubo mirra malgastada entre mi pierna púber no hicieron fiestas con mis harapos sucios ni temieron por mí a alguna rabia austera entonces no se extrañen que me extrañe de por qué tengo estos brazos extendidos. Revista de Arte y Literatura


LA NOSTALGIA POR CÉSAR ROMÁN

A Calderón de la Barca y a Federico García Lorca.

La nostalgia tiene un raro sabor agridulce Un anhelo tierno de los espacios dorados Resignación tranquila que apasiona y seduce Al que añora las mieles de los tiempos pasados. Es un gran eco vacío que ensimisma a la gente Como un espectro sutil de tonos contrastantes Un trayecto sinuoso de matiz reluciente Con la verde esperanza que anima al caminante. Es caricia azul cielo que derraman los vientos Es pensamiento sutil de una ilusión perdida Resignación inquieta con historias y cuentos Una canción que parece endulzarnos la vida. Es grito del alma por otro espacio en el tiempo La Itaca de Ulises; Penélope que espera Reminiscencia profunda que llena de aliento Es un viaje fortuito con pasión de quimera El encanto de lo ausente se vuelve más pleno Con datos imprecisos que revive mi ser Con mil estampas, palabras y alegres recuerdos Con la melancolía gris de los tiempos de ayer. Es un sentir profundo de múltiples colores Que atolondra la mente y excita los sentidos Una ilusión inquieta de los mil sinsabores Con memorias sublimes que resisten olvido. !Oh nostalgia, recuerdo difuso y persistente! De tiempos y momentos y seres adorables La alegría en tristeza se cambia lentamente Cada vez que un viajero va cruzando los mares. Conservar los momentos cual incauto persigo Memorias y vivencias que se ha llevado el viento En mi mente intactos, y en mi corazón cautivos Sepultados sin dudas por el polvo del tiempo. !Oh nostalgia silente de sopor que aletarga! Con desvelo te busco con ternura y empeño Mi optimismo se esparce por las noches amargas Al saber que eres mito convertido en un sueño. Revista de Arte y Literatura

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Por qué es el Hombre Dr. Reynaldo Vargas

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Ensayista Dominicano

N

o soy antropólogo -que más quisiera- pero, según veo cómo se está manejando el tema de la violencia -como médico que soy-, me siento compelido a especificar y explicar algunos puntos relacionados con el tema. El hombre por naturaleza es violento; puede esconder, puede modif icar y hasta sof ist icar esa condición, pero no la puede evitar, ni eliminar. Está lleno de testosterona y la produce hasta el día que deje de respirar; esta hormona distribuye

músculo (contrario a las hormonas femeninas que distribuyen grasa) y ha programado al varón para la agresión y la cópula; sí, léanlo bien, agresión y cópula. Hay tres principios instintivos básicos en los que se fundamenta nuestra existencia: comer, dormir y reproducirnos. Tres características primitivas que convergen en una propiedad que es esencial para conseguir lo que se quiere y retener lo que se consigue: la agresión, que -a su vez- tiene como hilo conductor a la Revista de Arte y Literatura


testosterona, la cual rige, además, la toma de decisiones para agenciarse el control inmediato de su entorno. El hombre nació cazador y, por cuya condición, tiende a crear objetos necesarios para la conquista y somet imiento de su objet ivo. Mientras se apareaba con las hembras que encontraba por su camino, hizo su primera arma para cazar; su otra herramienta –a veces la misma- fue para matar a su enemigo o a quien viera como tal. Si se extrapolan e s a s c u a l i d a d e s a n c e st r a l e s a nuestra dimensión actual, no habrá que ser un genio para descubrir convergencias mucho más allá del ADN que compartimos nosotros con aquellos homínidos. Por y desde sus orígenes, el hombre “hace cosas” y después de millones de años de evolución, inventa de todo; desde un tierno juguete para un niño -por ejemplo-, hasta la más terrible arma de destrucción masiva. Para bien o para mal, así está hecho el hombre, todo lo demás es secundario y modificable en términos antropológicos y sociales. ¿Habló alguien de raciocinio y educación? Esperen… Si le agregamos a lo que sabemos de la testosterona el no tan reciente descubrimiento del llamado gen de la violencia -catalogado científicamente como el gen M AOA de versión corta-, se complica un poco más el panorama y su comprensión. El no conocer todavía el porcentaje exacto de los hombres que lo poseen -pues no todos lo tienen- le da, sin dudas, un enigmático toque de “ruleta rusa” a la pareja. Aunque suene potencialmente peligroso -que no lo es-, podría resultar hasta provocativo para cierto tipo de hembras, amantes de lo aleatorio y de la violencia; esto puede ser un juego, pero, al final, nunca lo es. Revista de Arte y Literatura

No soy profeta ni “síquico”, pero puedo arriesgarme a agregar lo siguiente: imaginen el fin del petróleo y la escasez del agua -que, dicho sea de paso, muy posible en un futuro no lejano-, situación en la que las fronteras políticas y las normas de convivencia global existentes saltarían por los aires y no habría raciocinio ni educación que valga. Digo esto, porque estoy convencido de que la instrucción, la cultura, la gentileza, la erudición -o como se le quiera llamar a la educación- no nos hace más nobles, sí nos convierte en seres más cínicos y falaces. S t e ve n P i n k e r , c on o c i d o i nvest igador en el campo de la sicolog ía experi menta l de la Universidad de Harvard, mantiene la tesis de que los índices de violencia son mayores en pa íses que no tienen Estado que en aquellos que sí lo tienen. Aunque creo es una verdad a medias y suene elegante decirlo, hay que diferenciar, antes que nada, la violencia primitiva -típica de lugares no organizadosde aquel la que se ejerce desde países tecnológicamente avanzados, cuyos honorables presidentes –por ejemplo- serían incapaces de tomar un cuchillo y asestarle salvajemente treinta puñaladas a un individuo, desmembrarlo y decapitarlo, pero sí fácilmente dispuestos a dar la orden de enviar drones, cohetes, aviones -y lo que sea- para eliminar todo ser vivo que no le guste. No hay que abundar sobre esto, porque a buen entendedor… Desde luego, es imposible saber cuántas vidas se perdieron -y fueron muchas- a manos de las hordas de Gengis Khan, Ciro II, de Alejandro Magno, de Atila, de los Vikingos y de cuantos pueblos -nómadas o no- que han aniquilado otros pueblos en el transcurso de la historia. Lo que sí

puedo decir -con certeza absoluta- es que nunca será mayor que las muertes -sólo en el siglo X X y en lo que llevamos de este- ocasionadas por Estados bien organizados surgidos como p ot e nc i a s después de l a revolución industrial. Podría decirse que somos más cosmopolitas y más tolerantes que nunca, pero no por ello somos más pacifistas. Por ello, sería razonable poner atención en unos cuantos eventos en cu rso en a lg u nas zonas del mundo, suficientemente demostrativos de cómo el hombre “civilizado” es capaz de reventar al prójimo en situación de crisis. Si esto no es suficiente, saludable es recordar que han sido los pueblos más cultos, los más educados y mejor organizados del mundo, los que se destrozaron entre sí en los dos guerras mundiales pasadas y, curiosamente, los mismos de entonces, son quienes -de nuevo- se desafían como perros rabiosos, locos por despedazarse en una tercera ocasión. Opor t u no es recordar a Sigmund Freud –llamado padre del sicoanálisis-, quien decía que “el destino de la especie humana depende de la capacidad que esta tenga de dominar la pulsión de autodestrucción inherente a la agresividad que posee”. A lo mejor insinuaba que somos una amenaza para la coexistencia, no lo sé, pero, sospecho que murió sin saber cuánta razón tenía. Por desgracia, el mundo puede que esté muy cerca de saber cuán acertado está lo que dijo, cuando la más profunda y globalizada crisis económica jamás vista, libere la catarsis que todavía guarda en sus entrañas: conflagración. Ojalá me equivoque… y Freud también. Santo Domingo 2013

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Una Década

de constructivo trabajo Domingo Caba

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Escritor y profesor universitario

l Centro Cultural León, cuyo nombre honra la memoria de don Eduardo León Jimenes, est uvo rec ientemente (oct ubre 2013) de fiesta aniversaria. Para la ocasión, dicha institución realizó diferentes actos con el fin de celebrar, junto a amigos y colaboradores, su nacimiento o los primeros diez años de constructiva labor artística y cultural. Fundado el 3 de octubre del 2003, el Centro León, como bien reza su lema inst itucional, es, ciertamente, “un lugar donde todo el mundo se encuentra” para disfrutar y /o compartir el programa de actividades que semanalmente allí se lleva a cabo. “Un lugar donde todo el mundo se encuentra” para disfrutar y/o compartir un coloquio, una exposición, una conferencia, una publicación, un video, un panel, un concierto, un curso y una tertulia, entre otras elevadas manifestaciones del arte y la cultura. A par t i r de esta fecha -apunta su director, Rafael Emilio Yunén- «el Centro León comenzó una conversación con el pueblo dominicano que no ha terminado» Más que un museo, como pareció en principio, el Centro León –

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Artístico y Cultural al decir de Yunén - « … después se vio que era una institución de vanguardia, de innovación, una institución de encuentros y búsquedas en base a la creación de ambientes democráticos para la discusión, la creatividad, el debate y el aprendizaje colectivo…» . Desarrolla este una labor única en su género en la República Dominicana. Una labor dialogante, democrática, dinámica, incluyente, participativa y creativa que ha convertido a este centro cultural en el más prestigioso del área del Caribe y uno de los de mayor prestigio de América Latina. Est i mu la r la producción de conocimientos y el intercambio cultural a partir del estudio, difusión y promoción del patrimonio artístico y cultural de nuestro país en el contexto caribeño, constituye el propósito fundamental del Centro León. To d o c o n o c i m i e n t o y expresión que nos ponga en contacto con nuestras raíces y contribuya a reforzar los lazos de nuestra identidad cuenta con un espacio privilegiado en la agenda semanal de esta prestigiosa institución. « Por sus frutos los conoceréis» - reza la frase bíblica. Los frutos que en sus diez años de ejercicio le ha brindado el

Centro León a Santiago, al país, al Caribe y, particularmente, a la cultura dominicana, justifican el gran reconocimiento de que ha sido objeto dentro y fuera de nuestra nación : 77 exposiciones temporales, 13 exposiciones internacionales, 13 p r o g r a m a s d e s a r r o l l a d o s , 27 proyectos ejecutados, 2 ,136 act ividades real izadas y 42 publicaciones difundidas resultan acc iones más que revel adoras. Además, el Centro ha exhibido más de mil cuatrocientas obras y recibido la visita de dos millones de personas aproximadamente, entre estas, una elevada cantidad de estudiantes. El Centro León es «un lugar donde todo el mundo se encuentra». Un lugar ideal para el conocimiento y sano esparcimiento espiritual. Felicidades al dinámico y eficiente equipo de trabajo que hace posible cada una de las educativas actividades que allí se realizan, y, de manera muy especial, debo felicitar a su eficiente director, Rafael Emilio Yunén, así como a don José A. León y doña María Amalia León, presidente y directora respectivamente de la Fundación Eduardo León Jimenes.

Revista de Arte y Literatura


Máximo Vega, Rafael Castillo, Valentín Amaro, Marcela Mirabal, Carlos Fernández Rocha, Manuel Mora Serrano y otros miembros y dirigentes de grupos literarios

Celebran en Santiago Encuentro Regional Literario Por Arlyn Abreu

El Taller de Narradores de Santiago y la Tertulia el Oficio de la Palabra realizaron en el mes de mayo el Primer Encuentro Regional de Talleres Literarios Santiago 2013.

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l e nc ue nt ro si r v ió p a r a conocer el trabajo de cada grupo literario y su género (narrativa, poesía, teatro y libre), comprender el modo del cual ha podido permanecer y adaptarse a los cambios y necesidades de los nuevos creadores y consumidores literarios en un ámbito global, digital, cambiante. Máximo Vega y Marcela de Mirabal, organizadores del evento, pusieron de manifiesto la importancia de actividades como estas, que ayudan al engrandecimiento de la actividad literaria nacional. La presentación art íst ica estuvo a cargo de los destacados músicos Rafelito Mirabal y Cuquín Curiel. Se pl a ntea ron recomendaciones para los g r upos y las instituciones, como la creación de

Revista de Arte y Literatura

clubes de lectura como servicio social en los sectores marginados, dirigidos a los niños; un espacio dentro de las ferias de libro para los talleres; y encuentros regionales con la finalidad de propiciar un encuentro nacional, entre otras propuestas. Rosa Julia Vargas, directora de la revista literaria Mythos, y Clodomiro Moquete, director de la revista literaria Vetas, participantes del encuentro, se comprometieron a apoyar en sus páginas digitales y revistas impresas a los talleres literarios y a los escritores individualmente. Los talleres que participaron fueron: Taller Literario Triple Llama, de Moca, Jueves Literarios de Sosúa, dirigido por Ramón Gil, el Taller de Narradores de Santiago, el Taller Interiorista de Moca, la Fundación A n í b a l Mont a ño, e l Ta l le r de Narradores de Santo Domingo, El Taller Literario del Centro, entre otros y como invitados especiales el Taller de Narradores de Santo Domingo y la Fundación Aníbal Montaño de San Cristóbal.

Participaciones destacadas en el encuentro la tuvieron Carlos Fernández Rocha, Manuel Mora Serrano, Rafael Castillo, Máximo Vega, además del Director de la Dirección General del Libro y la Lectura y Director General de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, Valentín Amaro, y el Director del Sistema Nacional de Talleres Literarios, Eulogio Javier. Además de agotar el programa con evaluaciones y propuestas, se realizaron recitales de poesía y de cuento, conferencias, intercambio y venta de libros. La coordinación ejecutiva estuvo a cargo de la l icenciada Yaniris Espinal, quien propuso tomar en cuenta las necesidades de los escritores dentro de los talleres, para crear un plan de trabajo durante el año para dar seguimiento y posterior evaluación de los objetivos en un próximo encuentro que pretende realizarse anualmente. Este evento contó con los auspicios del Ministerio de Cultura, el Centro de la Cultura de Santiago, el Banco Popular y la Universidad Tecnológica de Santiago. 29


LA SENTENCIA

y sus CIRCUNSTANCIAS

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a sentencia TC/0168/13 del Tr ibu na l Const it uciona l , junto a las diversas reacciones que ha suscitado, es sólo la expresión jurídica de un tema nodal: la relaciones entre la Repúbl ica Dom i n icana y Ha it í. Dichas relaciones configuran un entramado absolutamente disímil y complejo, y por tanto imposible de abordar honestamente reduciéndolo a una 30

o dos de sus variables. Por tanto es necesario plantear la problemática desde todos sus ángulos, evitando la idea maniqueísta y simplificadora, por la que “tú eres malo y yo soy bueno”. Pero sobre todo, se i mpone hacer un esfuerzo por situar cada vertiente del problema en su lugar. Por ejemplo: responder a lo jurídico con lo jurídico; a derechos humanos

Pura Emeterio Rondón

Ensayista y Catedrática Universitaria

con lo concern iente a derechos humanos; a prejuicios raciales con ámbitos antropológicos, a hechos históricos, con interpretaciones y discursos históricos. Sólo con ese m ín i mo de honradez cient íf ica o sentido común, para el caso es lo mismo, podemos despojarnos, aunque sea momentáneamente de la ideologización y el apasionamiento que tanto distorsionan la realidad. Revista de Arte y Literatura


Esto no signif ica desconocer que el sentido de identidad y de pertenencia es en gran medida un sentimiento. En mi caso está claro y partiendo de este, me sitúo y sitúo mi enfoque del problema, como se podrá notar: en el país es muy frecuente que quien afirme que el Estado dominicano debería tener una política migratoria consistente y como cualquier país en el mundo, decidir soberanamente el ingreso y el estatuto de los ciudadanos extranjeros en su territorio, o quien dice que está de acuerdo con la Sentencia mencionada, en seguida encontrará a alguien que le acuse de racista o antihaitiano. Quien en este contexto afirme que República Dominica es un país pobre, con grados de institucionalidad endebles, con problemas políticos, sociales y económicos que su dirigencia ha sido incapaz de resolver y que por tanto, mal podría pretender asumir los de incontables contingentes de haitianos que huyen de esos mismos problemas en Haití; quien eso afirme fácilmente podrá escuchar que es insolidario con el pueblo haitiano. Quiero decir que con esta forma de abordar la problemática no es posible diálogo alguno, sino confusión total. Confusión para los dominicanos/as. Porque para los haitianos/as, pueblo y gobierno, las cosas son muy claras y ellos se unifican en torno a lo que son sus intereses y necesidades, como es lógico que ocurra. El principal estigma que amenaza y log ra la desmora l ización y la desmovilización de la identidad y sobera n ía ent re nosot ros es la constante acusación y autoacusación de que somos racistas. Y ciertamente, es obvio tenemos prejuicios raciales. Pero yo pregunto a quienes logran bajar nuestra moral con ese pretexto : ¿Existe algún pueblo en la tierra Revista de Arte y Literatura

que no tenga estos prejuicios? La pregunta no se encamina a justificar antivalores culturales. Significa que debemos saber ubicarnos frente a nosotros/as mismos y frente al mundo, en igualdad de condiciones y no con el lastre de complejo de inferioridad frente al o lo extranjero y el complejo de culpa (totalmente infundado), frente a Haití y sus ciudadanos. Porque, ¿Hasta cuándo vamos a cargar culpas históricas de las potencias que dividieron la isla y con las de Trujillo, quien perpetró una masacre contra ciudadanos haitianos en 1937, pero que antes y después también masacró al pueblo dominicano en todos los órdenes que supo y que pudo, durante 31 años? Pero es que, apartando lo anterior, una cosa es el prejuicio racial y otra la soberanía nacional. Esta es una isla habitada por dos naciones, con pueblos que tienen muchos elementos comunes, pero que son diferentes, empezando por la lengua, que es el factor principal en la creación y transmisión de la cultura. Pretender mezclar aspectos de ámbitos distintos es sembrar confusión, y esta sombra parece haberse enseñoreado de todos los ambientes del país. Ahora bien, reitero que las confusiones, las dudas, las inconsistencias, las ambigüedades y pusilanimidad, están de este lado. Pero este espinoso asunto, su origen, causa, efectos y posibles respuestas, según mi criterio, serán objeto de un próximo artículo. Hay otro elemento que se nos endilga, como si colectivamente todos y cada uno de los ciudadanos dominicanos tuviéramos igual grado de responsabilidad, es el asunto de la contratación abusiva y degradante de mano de obra haitiana, de parte de empresarios inescr upu losos. Contradictoriamente esto se aduce pa ra just if ica r la per m isiv idad

completa a la migración haitiana. Por otra parte, quienes reclaman los justos derechos del trabajador ha it ia no, casi siempre olv ida n que esos empresarios (y el Estado i r responsable) con l as m ismas acciones, v iolan también el derecho que tiene el trabajador/a dominicano/a a un trabajo digno y a u n sa lario justo, ya que en las cont rataciones no respetan la proporción entre trabajadores dominicanos y extranjeros, que establece la ley. Es ig ua l mente curioso que a estos críticos de las ejecutorias de la parte dominicana, difícilmente se les escucha alguna crítica al Estado haitiano y a sus gobiernos, en relación con los problemas que compartimos. Pero además, cabe otra ref lexión: los propiciadores de la cont i nua y masiva migración haitiana, ¿han medido las consecuencias, que para la convivencia ciudadana puede tener este fenómeno en un futuro no tan lejano, dentro de un país con tan amplios cinturones de miseria? Finalmente una vez aplicada esta sentencia esperemos que la confusión y las habituales presiones internas y externas, no obliguen a seguir repitiendo el indigno espectáculo de la vacilación y la pusilanimidad frente a lo que entendemos justo. Y a este propósito cabe preguntarse: ¿Y la diplomacia dominicana, qué? Un poco más de respeto por nosotras/ os mismos deberíamos tener y exigir. La autora es investigadora de literatura dom i n ic a n a y c a r ib e ñ a , e n say i st a y catedrática universitaria. Tiene varios libros publicados, entre otros EL derecho a la identidad y su expresión literaria. Ha sido dos veces Premio Nacional Ensayo en la República dominicana.

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El Narrador Por Pascual Peñanova

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os narradores sindicalizados se reunieron domingo en la mañana. Me ref iero a esas presencias misteriosas que nos revelan lo que pasa en los cuentos, relatos y novelas, y que se manifiestan como la voz en el fondo que advierte a los lectores sin que los personajes puedan escucharlos o sepan de su existencia. El narrador del “Génesis” tenía el priviliegio de iniciar la sesión. “Respetables colegas”, es bien sabido por ustedes que antes iniciábamos nuestra labor con un solemne “Había una vez”. En mi propio caso dije algo equivalente, ya que por ser la primera, no había aún ninguna otra, y por eso en el principio solo podía decir algo así como “Había una primera vez”. Continuó diciendo: Pero ahora estos novatos ególatras que andan por ahí ya no respetan, se hacen llamar narradores, pero se meten ellos mismos de actores en sus historias, y alguno que otro, incluso miembros de este congreso, incurren en la frescura de tutearse con el lector. Fíjense en este caso, un asno que comunica rebuznando su propio punto de vista ... Y es que allí, en la reunión, no había gente, brujas, fantasmas, animales ni nada como eso. Quienes hubieran alg una vez narrado en primera persona no eran admitidos (me refiero a los que dicen “me” o 32

El Ateneo Amantes de la Luz, la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y el Taller Literario Virgilio Díaz Grullón (CURSA-UASD) ofrecieron un curso taller sobre “Las Técnicas Narrativas”, en el aula Manuel de Jesús de Peña y Reynoso del Ateneo, que contó como facilitador con el escritor cubano Eduardo Heras León. Fruto de las técnicas aprendidas en este taller publicamos esta creación de Pascual Peña, un ensayo narrativo creado in situ, con el que debuta el autor.

“yo”), y los de segunda persona eran marginados. ¿Te imaginas?, llegas, te sientas y como si nada ¡ te ignoran por ser de segunda, por dirigirte al lector con un “te” o “tú”!. Sólo los omniscientes, los esnobs, que hablaban al éter sin referirse a nadie, creían merecer el título de verdaderos narradores, describiendo, informando, -sin interactuar-. Con esta introducción, los narradores presentes pasaron a debatir el tema, y otros que les concernían, como la moda de simplificar o la de ser glamorosos y usar palabras rimbombantes (“que es ella misma rimbombante” opinó un narrador poético). Como era usual, cayeron en comentar la desgracia ocurrida a una obra ilustre que fue contaminada por la inclusión de un simple “quier-o acordar-me”; El narrador, decían, metió la pata ahí. Y así, justo al llegar la media noche en el otro lado del planeta, procuraron un descanso, en el cual de seguro, caminando por los pasillos se dedicarían a chismear entre ellos mismos lo que no pudieron decir en la mesa principal de cara a cara a quien resultara afectado. Y fue entonces cuando ocurrió lo impensable. Un narrador de los de peor clase hizo aparición en el instante en que ya se levantaban de sus asientos, y los dejó atónitos. MUDOS.

Se trataba del narrador más singularmente -ambiguo- de todos, de una categoría única, a veces estaba en primera, otras en segunda, cuando entraba en ganas era omnisciente como la mayoría de los presentes, asumía posturas fantásticas, y podía suprimir la voz pasando en su lugar al flujo de consciencia. En esa situación en realidad, intentar definirlo era una labor inútil. Los narradores épicos fueron los primeros en reaccionar, en su pánico, asumieron una posición de guerra, el edificio del congreso estaba siendo invadido, por el narrador más temido. Y no se trataba del narrador más poderoso de un idioma, ni siquiera del más poderoso del u n iverso. Simplemente era el narrador de -éstaobra, que los había paralizado a todos. Cuando comenzó su discurso, en total silencio, amenazó con imponer cuanto quisiera y dispuso de cuanto narrador no fuera de su agrado, expulsó a 3 por aburridos, a 2 por pájaros, a 4 por pendejos y a 7 por capricho. Desvaneció a uno de los grandes, y puso a uno mediocre cualquiera en un pedestal. El conjunto de todos los narradores posibles, incluyendo los del pasado y el futuro, estaban a su antojo, aquí y ahora, según él. Un narrador de cuentos infantiles tomó entonces la pa labra (sonó como un duende): Amigo, usted está Revista de Arte y Literatura


equivocado, todos esos poderes son pura ilusión, a diferencia de nosotros, los que estamos claros en nuestros roles, usted está confundido más que indefinido ya que el narrador no es quien hace y dispone, sino el escritor. Usted es simplemente un intermediario. Por extraño que parezca, el narrador de esta obra, que quizás era yo, pero quizás no, palideció ante la posibilidad de estar sujeto a los designios de un teclado movido por dedos de carne y hueso. Ante su titubeo, los presentes recuperaron el valor y se dispusieron a despacharlo de la peor manera posible, y así comenzaron a narrar intensamente contra él. Murmu l los, conjuros, notas ma l iciosas, i nfa m ias, t rapos de aposento, poemas malditos... todo eso fue recayendo sobre el narrador en desgracia. Nuestro protagon ista en su desesperación soltó entonces una frase fulminante. Dijo: “Si ustedes se la dan de impersonales, omniscientes y desconectados de los personajes, ¿qué hacen entonces como actores en -éstecuento?. Fue un empate perfecto, ya nadie tenía propiedad moral para defender sus creencias. Por u n a p a r t e u n or g u l loso campeón derrotado, y por otra un colectivo al descubierto, cualquier siguiente palabra de ataque o defensa expresada por quien fuera sería no más que una contradicción. Luego de un rato, el equilibrio se rompió cuando el narrador de este asunto, lanzó unas palabras al viento para que su eco resonara unos segundos después, y antes de que su frase anticipada regresara como búmeran, dijo claramente: “Renuncio”. ... y así, fue ésta la primera vez que un cuento, relato o novela no tuvo narrador. Revista de Arte y Literatura

Departamento de Cultura y Educación del Ayuntamiento

rinde Homenaje a CHICO GONZÁLEZ

Por Andrés Acevedo

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Chico González

entro de la pol ít ica cultural que desarrolla el Departamento de Cultura y Educación del Ayuntamiento Municipal de Santiago, se contempla reconocer en su justa dimensión los aportes realizados en las áreas artísticas, la educación, cultura, trabajo comunitario y otros. En este sentido, el Departamento de Cultura de la Alcaldía, organizó un Acto Lírico- Cultural en Homenaje a Chico González. El mismo se efectuó, el jueves 3 de octubre, a las 7:00 pm, en la plazoleta que artistas y miembros de la comunidad han bautizado con su nombre, ubicada en la Avenida Antonio Guzmán, entre las calles Eladio Victoria y Máximo Gómez de esta ciudad de Santiago de los Caballeros. En el homenaje participó, r i nd iéndole t r ibuto a su compa ñero, el t a mb i é n c a nt a ut or R amón L eonardo, además de los artistas

pertenecientes al departamento. El cantautor Francisco Antonio González Silverio, mejor conocido como Chico González, nació en el municipio de Villa González, y desapareció misteriosamente de la República Dominicana hace 16 años, sin que hasta el momento se tenga noticias de su vida o muerte. Sus familiares, encabezados por la licenciada Genoveva González ( her mana de Ch ico), se ded icó durante meses a recorrer el territorio dominicano acompañada de amigos solidarios, en búsqueda del reconocido artista. Chico González fue un hombre emprendedor, de gran sensibilidad, dispuesto siempre a solidarizarse con los desposeídos, de sumarse a conqu istas reiv i nd icat ivas, denunciando atropellos e injusticias cometidas durante los 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer. Se destacó como compositor y cantante. Sus clásicas composiciones como “Francisco Alberto” y “Señor Gobierno Abra las Rejas”, se hicieron populares en la interpretación del cantautor Ramón Leonardo, con “Expresión Joven”, ag r upación musical que hizo historia en la década del 70, en la República Dominicana.

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SOCIEDAD CULTURAL ALIANZA CIBAEÑA PUSO EN CIRCULACIÓN LIBRO LOS MEJORES CUENTISTAS DOMINICANOS CONTEMPORÁNEOS DE AVELINO STANLEY La Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, institución Centenaria, fundada el 22 de agosto del año 1884, por el escritor, periodista y humanista santiagués don Eugenio Deschamps, puso en circulación el libro: Los Mejores Cuentistas Dominicanos Contemporáneos, el viernes 9 de agosto. La obra fue presentada por el político y escritor dominicano Ángel Lockward, quien en el mismo acto, presentó su libro:“El Haitiano Pierre”, obra que se dio a conocer en el mes de febrero del año 2010, en Bogotá, Colombia, en el marco de la programación cultural desarrollada por la Embajada de la República Dominicana en ese país caribeño. El escritor Avelino Stanley, expresó que su interés es dar a conocer fuera del ámbito literario dominicano, a nuestros escritores vivos. Los requisitos tomados en cuenta para esta nueva antología fueron: la calidad literaria y que el escritor tuviera un libro de cuentos publicado. Esta segunda edición de“Los Mejores Cuentistas Dominicanos Contemporáneos”, también tiene como objetivo, proporcionar a profesores y a estudiantes, una obra literaria estructurada para una mejor comprensión de la labor creativa de nuestros cuentistas. En la antología fueron incluidos los escritores de Santiago: Luis R. Santos, José Acosta, Manuel Llibre Otero, Máximo Vega, Ramón Gil y Johanna Díaz López. La obra es un aporte más a la bibliografía narrativa dominicana. Los cuentos reunidos en la misma, tratan sobre historias novedosas, sustentadas en un estilo propio de la cuentística moderna.

CÁMARA DE DIPUTADOS PRESENTA EXPOSICIÓN DE RETRATOS DE DUARTE

Juan Daniel Balcacer, Presidente de la Comisión de Efemerides Patrias, Ito Bisono, diputado y Abel Martínez, presidente de la Cámara de diputados, aprecian las imágenes del patricio, en la muestra en el GTC.

Es para expandir el pensamiento y la obra del insigne dominicano En ocasión del bicentenario del fundador de la Republica, la Cámara de Diputados, presentó una exposición del artista Miguel Núñez, con imágenes de Juan Pablo Duarte, basadas en la única fotografía que le tomaron en vida del patricio y que tiene como objetivo expandir el pensamiento duartiano. El Gran Teatro del Cibao fue el escenario para la muestra “Colección Bicentenario Retratos de Juan Pablo Duarte’’ colección fotográfica inspirada en la imagen del Padre de la Patria, en la postrimería de su existencia en la nación que lo acogió en su exilio, Venezuela. La exposición fue organizada por la Comisión Nacional de Efemérides Patrias y el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez. Las palabras de salutación estuvieron a cargo del diputado Víctor -Ito- Bisonó, quien preside la Comisión Especial del hemiciclo para el Bicentenario del Natalicio de Juan Pablo Duarte. Personalidades, historiadores, legisladores y público en general, apreciaron la actividad como un testimonio de respeto, admiración y valoración del patricio que vio la luz, un 26 de enero de 1813 y que junto a Sánchez y Mella, fundó la República Dominicana.//

LUZ Y RITMO DEL CARIBE

Con el titulo ‘’Luz y Ritmo del Caribe’’ la Embajada de Francia y la Alianza Francesa presentaron una exposicion colectiva de artes plásticas en la en la Sala Yoryi Morel del Centro de la Cultura Ercilia Pepín. Los artista expositores fueron Amaury Suárez, Fausto Ortiz, Angel Urrely, Wali Vidal, Angela Hernández, James Noel, Joan Padilla, Manuel Llibre y Raúl Morilla, quienes plasmaron el escenario caribeño en pintura, escultura, dibujo, instalación y video-arte. El directivo del centro cultural Máximo Vega, agradeció a la Embajada de Francia y a la Alianza Francesa el haber elegido la Sala Yoyi Morel, para exhibir la muestra de calidad que se enmarca dentro de una alianza de cooperación interinstitucional que ha favorecido el arte y a los artistas locales. En tanto el director ejecutivo de la Alianza Francesa -Santiago, Cyril Anis, dijo que ‘Luz y Ritmo del Caribe’’ es la propuesta de cada artista expositor, con obras que reflejan todo el potencial del Caribe. Artistas, hacedores culturales y público en general apreciaron la exposición colectiva.// 34

Revista de Arte y Literatura


CASA DE ARTE CELEBRA SUS TRES DÉCADAS DE LABOR CULTURAL La celebración incluyó el XVI festival de Arte Vivo Con un calendario de grandes actividades para todos los amantes de todas las manifestaciones, la entidad cultural Casa de Arte, celebró sus 30 años de fundación con su festival Arte Vivo 2013. Arte Vivo es la utópica fiesta del espíritu y no límites para la imaginación, según el poeta Fernando Cabrera, uno de sus organizadores del certamen que tiene 16 entregas y el cual ha contado con delegaciones y artistas de todo el país, así como de naciones como Puerto Rico, Cuba, Haití, Francia, Estados Unidos y Suiza. “Este es el festival de todos, que tiene la savia de la marginalidad y la pasión, con sobrado genio y apenas con recursos para materiales, los desheredados, ajenos a bullicio o vedetismo, se consagran a la expresión espontánea de la interioridad del ser”, expresó el poeta y pasado presidente de la institución. En la Casa de los artistas y en su patio mágico, se escenificaron exposiciones, presentaciones artísticas, danzas, ballet folklóricos, teatro, puestas en circulación de libros, funciones infantiles, conciertos de vanguardia, ventas de artículos artísticos y otros que revivieron la vieja casona para emprender un nuevo periodo a favor de la cultura, como dice Rafael Almánzar, su director.// Los anfitriones de esta actividad fueron Rosa Idalia García, Fernando Cabrera, Julio Martínez, Cesar Payamps, Danilo de los Santos, Rafael Almánzar y Raquel Pichardo.

MINISTERIO DE CULTURA RECONOCE PERSONALIDADES Y ENTIDADES DE SANTIAGO

Los directivos del diario La Información Yngrid González de Rodríguez y Enmanuel Castillo reciben el reconocimiento del periódico.

El Ministerio de Cultura mediante la declaratoria ‘’Santiago Provincia Cultural del Cibao’’, reconoció la labor de instituciones y personalidades que contribuyen con el desarrollo de la provincia y la región norteña, tales como La Información, Centro Leon, al empresario José Armando Bermúdez (Poppy), al chef Raudy Torres, al munícipe Manuel Ulises Bonelly y al mago Ramón Arturo Reyes, mejor conocido como ‘Cucharimba’’. El Ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez y la gobernadora Aura Toribio, coincidieron en destacar la importancia de la Ciudad Corazón como destino cultural y valoraron la preselección de los proyectos presentados por distintas organizaciones que buscan aportar al desarrollo cultural de la provincia. Con presentaciones artísticas y manifestaciones, la actividad se realizó en el salón Juan Pablo Duarte del Palacio de la Gobernación Provincial con la asistencia de las entidades culturales.// Revista de Arte y Literatura

ACROARTE Y EL MINISTERIO DE CULTURA FIRMAN ACUERDO

Se creará un premio anual de periodismo cultural para incentivar a los cronistas El Ministerio de Cultura se comprometió con la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) para capacitar a sus miembros en periodismo cultural, a través de un programa de diplomados, cursos y semanarios. En el acto, encabezado por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, y el presidente de ACROARTE, José Antonio Aybar, se consigna que los diplomados en periodismo cultural serán impartidos con el aval de una de las universidades del país. El Ministerio de Cultura se compromete a gestionar y patrocinar la participación de miembros de ACROARTE en seminarios y cursos internacionales sobre periodismo cultural, así como becas de estudios en esa materia, indica un comunicado emitido por ambas instituciones. Acordaron, además, instituir el “Premio Anual al Periodismo Cultural ”, que se entregará a periodistas y medios de comunicación que reseñen y divulguen las actividades que a diario se desarrollan en el sector de la cultura.//

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ATENEO AMANTES DE LA LUZ Y FUNGLODE REALIZAN TALLER DE NARRATIVA El destacado escritor cubano Eduardo Heras León fue el facilitador El Ateneo Amantes de la Luz, la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y el Taller Literario Virgilio Díaz Grullón (CURSAUASD) ofrecieron un curso taller sobre “Las Técnicas Narrativas”, en el aula Manuel de Jesús de Peña y Reynoso del Ateneo, que contó como facilitador con el escritor cubano Eduardo Heras León. Las técnicas para la narración para géneros como la novela y el cuento, también la historia y su evolución, fueron los temas centrales que trató el también Blas Caba, José Rafael Lantigua, Petrouska Smester, Eduardo Heras León, Carmen periodista y fundador del Centro de Formación Pérez Valerio, Enegildo Peña y Arelis Albino. Literaria “Onelio Jorge Cardoso” de Cuba. Con el rigor metodológico del académico y la sensibilidad del escritor, el profesor Heras León impartió sus conocimientos al público, adentrándolo en el inmenso y sutil universo de la Literatura y su significado y sentido en la vida humana. La jornada de formación abarcó un período de 10 días y contó con la asistencia de un numeroso público compuesto por artistas, escritores, maestros, periodistas, amantes del arte y hacedores culturales. La entrega de certificados de participación correspondió al profesor Heras León, el licenciado José Rafael Lantigua y la licenciada Carmen Pérez, presidenta del Ateneo Amantes de la Luz, quien valoró el taller de capacitación literaria.

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