Revista Literaria Trimestral. Año X. Enero 2010. No. 44
Cuento de Aurora Arias Poemas de Oliverio Girondo La tierra tembló
Jean-Dany Joachim
La narratividad de las imágenes.
Manuel Llibre Otero
Dominicanidad en rigor Revista de Arte y Literatura
Revista de Arte y Literatura
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E
l hombre, no la tierra, es el arquitecto de la civilización, dice Durant. Su genio lo ha llevado a través de los siglos a construir grandes ciudades, primer símbolo del desarrollo, donde suele agruparse buscando el beneficio del agua, que es la vida. Toda ciudad surge y crece donde un río, un lago, o un océano la invita a establecerse y la ata a sus márgenes. En los siglos recientes, el avance acelerado de la tecnología ha llevado a la raza humana a desarrollar inventos portentosos, naves con las que atraviesan los océanos como peces, con los que remontan los aires como aves y se elevan al vacío como dioses pisoteando los astros. Hemos sido testigo, las generaciones recientes, de obras de infraestructura que convierten la torre de Babel en un sueño cien veces realizado, obras cuya contemplación nos deja sin palabras. El planeta impasible parece permitir al hombre domesticar cualquiera de sus zonas. Lo perforan, lo explotan, lo socavan, lo depredan, lo represan, lo desvían, lo maltratan, lo irrespetan, lo ignoran…hasta un día. El día que impredecible en el tiempo y el espacio, sin anunciarse aparece doña esfera con las hormonas revolteadas y explota y dice basta, dispara sus ardores de entrañas, escupe, eructa, se agita, ruge, vomita, se enfogona, le salen úlceras, y todo esto sin que se sospeche dónde y cuándo. En esos momentos, en esos días, en horas, y a veces en segundos nos deja madre tierra sin habla, muy conscientes de quién es la que manda, de quién puede derrumbar en un instante lo que al afán del hombre le ha tomado siglos erigir. Este asombro que nos pasma ante los resabios de esta madre que aplica disciplina, con los castigos dolorosos de los cuales dispone, el huracán, el tsunami, la inundación, el incendio, la erupción de los volcanes y el terremoto, el más temible de los desastres naturales, parece mantenerse ajeno al avance tecnológico y al trascurso de los siglos. Con la misma perplejidad con que se contempló a los 2
Palabras habitantes de la avanzada Pompeya ser sepultados por la ira del Vesubio en el primer siglo cristiano, con esa misma impotencia contemplamos en este último lustro, el lodazal con que Katrina inundó a Nueva Orleans, al Océano Índico volcado sobre Indonesia, y el siniestro Enero que arrasó con Puerto Príncipe, llevándose con ellos miles y cientos de miles de seres humanos y obligando a millones a desplazarse. La frecuencia reciente de estos mortíferos episodios naturales y los cambios climáticos extremos que hacen insoportables el hielo de las puntas y el infierno en la panza, son malas señales, prueba obvia de cambios de humor, indicio claro de que la señora azul está harta, y enferma, y aburrida y enojada. Y que a sus criaturas no le queda más remedio que buscar la forma de calmarla. Y que este es un problema de todo el mundo, no de los tres gatos que asisten a las cumbres ni de los decorativos ministros de medioambiente.
Pero ese es un tema extenso y complicado y lo que intento aquí es hablar sobre Haití, sobre como la tragedia nos tocó bien de cerca, nos pegó donde duele, donde se puede palpar la pena en directo, sin la desconexión y la distancia emocional de observarlo a través de una pantalla mientras sigue el ritmo de la vida. Se ha palpado de cerca esa mano rasante que igualó en el dolor a obispos, pordioseros, ministros, empresarios, escolares, obreros, venduteros, creyentes, sin credo… cubiertos de escombros sin distinción de género, ni edad, ni jerarquía, ni posesiones, ni creencias. Es como una bofetada que te deja mirando el futuro con escepticismo y cuestionando si algo podrá sacarse de provecho de esta elevada cuota de víctimas. Haití es un país que necesitaba reconstruirse desde las bases, ese palacio de gobierno destrozado y la catedral en ruinas son talvez el símbolo más elocuente de que hay que empezar de cero, ahora que el mundo entero Revista de Arte y Literatura
el argumento, no hubo ninguna barrera, cada dominicano aportó alguna cosa para paliar sin descanso tanto daño, desde el médico voluntario, al empresario proveyendo helicópteros y equipos y trabajo, hasta el ciudadano humilde que se privó de un alimento para enviarlo. El pueblo dominicano se manifestó como es su naturaleza, noble, cálido, solidario. Este es un pueblo que reza y que convive con la amenaza de una falla; después de este holocausto es probable que encamine sus oraciones para que la suprema energía que rige el orden del universo, le indique a las criaturas que la habitan, cómo tratar la tierra, y que mientras lo aprenden, preserve a esta zona del Caribe de ser foco de atención de esa doña cuando los malos humores a veces se le montan .
quiere ayudar en eso. Ojalá, así es como bebe ser, toda esta muerte y destrucción contribuya al bienestar de las generaciones futuras. También es positivo que centrándose tanto en la pobreza de ese país nadie tomaba en cuenta la gran belleza natural de las tierras de Haití, como si no estuviéramos enterados de que son parte de esta isla hermosa que enamoró a los descubridores. Esos paisajes de maravilla que ni años de mal uso han hecho desaparecer están ahí circulando en Internet invitando al turismo a su debido tiempo. Y también el derrumbe ha sepultado un mito de más de un siglo, la capciosa cantaleta de que había odio entre estos dos vecinos. Cuando fue necesario se cayó
Foto de Portada: Mariano Hernández Enero 2010. Año X. Número 44 Revista Trimestral. Fundada en Santiago de los Caballeros. Noviembre de 1999 Directora: Rosa Julia Vargas Comité editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Altagracia Pérez Almánzar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez. Redacción: Fiordaliza Taveras Arlín Abreu Diseño y diagramación: Marleny Genao Edma’s Grafics / 809-226-5580
Revista de Arte y Literatura
Impresión: Editora de Revistas Colaboradores de los primeros números: • Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega. Mythos recibe con aprecio las colaboraciones de escritores y se reserva el derecho de publicar aquellas que considere oportunas. Cor reo electrónico:
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Contenido Biografía de Juan Daniel Balcácer
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Libros Publicados por JDB
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Ensayos de JDB - Acerca del Gentilicio 10 Raíces del Autoritarismo Dominicano 12 Cartas memorables 15 Del Léxico Deportivo 18 Una carta de Supermán 22 La Poesía de Oliverio Girondo 24 La tierra tembló por Jean-Dany Joachim 26 Fin de Mundo por Aurora Arias 29 Entrevista a Fausto L. Henríquez 34 8 Años de La 37 por las tablas 36 Décimo aniversario de Mythos 37 Lo que pasó 38
La Pintura de Dionisio Peralta
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Narratividad de las imágenes, Manuel Llibre
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Juan Daniel BALCÁCER Biografía
N
ació en Santiago el 28 de Marzo 1949, hijo de Don Daniel Balcácer Collado y Doña Luisa Estela Jiménez Portorreal. Su niñez y parte de la adolescencia las vivíó en Santiago. A los once años se traslada a la capital, donde reside hasta finales de la Guerra del 1965, año en que emigra a New York donde reside por once años para regresar al país en el 1975, cuando contrae nupcias con la licenciada Kenia Kury. Padre de tres hijos: Raquel Balcácer Cordero, Saghíe Balcácer Kury e Igor Balcácer Kury. Historiador y ensayista, Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia, Miembro de Número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y Miembro del Instituto Duartiano. Ha sido presidente de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Inc., así como Catedrático en varias universidades. Ha dictado numerosas conferencias sobre temas históricos en universidades nacionales y extranjeras, al igual que en diversos centros culturales de Santo Domingo. En 1978 participó en el V encuentro de académicos del Caribe, realizado en Morehouse College, Atlanta; y fue profesor invitado en el departamento de historia de la Universidad de
Alabama. Ha sido colaborador editorial de los principales periódicos y revistas dominicanos. Desde enero del 2006 es Presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias. Un listados de todas sus obras aparece en la página 9 de esta edición. Su libro, Trujillo. El tiranicidio de 1961, publicado por el prestigioso sello editorial Taurus, del Grupo Santillana, fue galardonado como “Mejor libro del año 2007”, mereciendo el Premio Nacional “Eduardo León Jimenes”, que se otorga dentro del marco de la Feria Internacional del Libro, celebrada en abril de 2008. En su trayectoria como escritor e historiador ha recibido diversos reconocimientos y distinciones de instituciones académicas y culturales, entre los que cabe destacar los
siguientes: 1979, Premio Supremo de Plata, que otorgan los Jaycees a los jóvenes sobresalientes de República Dominicana. 1995, medalla Círculo Supremo de Plata, otorgada por los Jaycees por haber mantenido la misma trayectoria pública por la que mereció el Supremo de Plata quince años antes. 1999, reconocimiento de la Asociación de Egresados de la Universidad APEC por su colaboración con los egresados sobresalientes de la XXXII Graduación Ordinaria de esa alta casa de estudios. 1999, Noviembre 5, placa de reconocimiento de la Suprema Corte de Justicia por su disertación titulada “Evolución histórica de la Constitución dominicana”. 2001, julio 28, Proclamación emitida por el Consejo de la Ciudad de New York (donde residió durante casi once años) en reconocimiento a la labor de difusión cultural e histórica realizada tanto dentro de la comunidad de los dominicoamericanos como en su propio país. 2008, noviembre 29, el Ateneo Dominicano, mediante la Resolución No. 49, reconoció los aportes culturales, políticos y sociales realizados en beneficio del país. 2008, diciembre, el Instituto de Dignidad
De izquierda a derecha, Saghíe Balcácer Kury, Kenia Kury de Balcácer, Juan Daniel Balcácer, Rosalyn Acosta de Balcácer e Igor Balcácer Kury.
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Revista de Arte y Literatura
Humana le otorgó un reconocimiento por su labor al frente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias. 2009, Medalla Onofre de Lora de la Alianza Cibaeña de Saniago por sus aportes a la historia dominicana. Durante la XII Feria Internacional del Libro, que auspicia el Ministerio de Cultura de República Dominicana, se le dedicó una calle en la Plaza de la Cultura, el jueves 30 de abril de 2009.
Juan Daniel Balcácer habla en el acto-homenaje organizado por Jaycees’72 al conmemorarse el 144 aniversario de la fundación de la Sociedad La Trinitaria, a la derecha cadetes y guardamarinas rinden honores correspondientes al expresidente Jacobo Majluta, 1982
Con su madre Estela Luisa Jiménez (facllecida) en foto del año 2007
En la graduación de su hija Saghie, en compañía de sus otros dos hijos Raquel e Igor Balcácer
Juan Daniel Balcácer es condecorado por el padre Ramón Alonso, rector de la Universidad Católica de Santo Domingo, en reconocimiento a los servicios prestados al centro docente. Balcácer recibió la condecoración tras dejar inaugurada la cátedra extracurricular “Juan Pablo Duarte”, con una conferencia sobre el pensamiento político del prócer
Juan Daniel Balcácer conversa con el historiador monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, a quien posteriormente le cupo el honor de sustituir como Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia, cierto tiempo después de que falleciera Polanco Brito, quien entonces presidía dicha corporación académica.
Juan Daniel Balcácer conversa con Mario Vargas Llosa durante un coctel celebrado en la residencia de los esposos José Israel y Lourdes Cuello, después de la puesta en circulación en República Dominicana de la novela La fiesta del chivo. Sus hijos Igor y Saghíe Balcácer Kury con sus nietos Rosalía, Juan Daniel y Sofía Balcácer Acosta.
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El debate Duarte-Sánchez El 19 de febrero de 1980 los historiadores Juan Daniel Balcácer y José Aníbal Sánchez Fernández sostuvieron un resonante debate público en torno al papel desempeñado por Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez en el proceso de fundación de la República. Se trató de todo un acontecimiento intelectual y académico que concitó expectativas en diferentes sectores de la sociedad dominicana. Los diversos medios de comunicación reseñaron con amplia cobertura todo lo relacionado con la polémica, antes y después del panel celebrado en la Casa de Bastidas con el título de “La problemática acerca de la fundación de la República”, en el que participaron, además de los profesores Sánchez Fernández y Balcácer; Juan Bosch, Francisco Antonio Avelino, Jorge Tena Reyes, Francisco Henríquez Vásquez y Enriquillo Sánchez. Como moderador fungió el doctor Euclides Gutiérrez Félix. Debido a que no fue posible agotar todos los temas durante una noche, y dada la para entonces asombrosa cantidad de público que colmó los jardines de la Casa Bastidas, el panel se extendió por otra noche más. El jueves 21 de febrero de 1980, un día después de finalizado el panel (que se realizó en dos noches consecutivas), el Listín Diario, en reportaje firmado por el periodista Santiago Estrella Veloz, bajo el título “GRAN INTERÉS RODEA DEBATE HISTÓRICO”, reseñaba lo siguiente: “La moderación, el respeto recíproco, las pruebas documentales
y el expectante interés de más de un millar de personas en un acto cultural caracterizaron hasta anteanoche el debate entre dos historiadores dominicanos sobre la paternidad de la fundación de la República. “El encuentro de ideas entre Juan Daniel Balcácer y el profesor José Aníbal Sánchez Fernández giró en torno a las figuras de Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez, ambos próceres de la Independencia. “Balcácer fue el defensor de Duarte, Sánchez Fernández el apologista de Sánchez, de quien es biznieto. El debate fue suspendido a las 11:08 debido a una llovizna en el área de la Casa de Bastidas, donde se celebró y continuaría anoche. “La nueva polémica sobre si fue Duarte o fue Sánchez el verdadero fundador de la República tiene ahora su origen en un folleto del profesor Sánchez Fernández en el que cuestiona a Duarte en tal calidad, fundamentándose en lo que dice son documentos irrefutables. “Balcácer lo contradice diciendo que todo cuanto Sánchez Fernández suele afirmar lo respalda con fragmentos de pasajes de documentos que reproduce a manera de prueba, relativos al tema o personaje objeto de su estudio. “No siempre –sostiene Balcácerel doctor Sánchez Fernández le da un uso racional al documento o fragmento de éste que utiliza en sus análisis; procedimiento que lo fuerza a torcer, tal vez de manera inconsciente, el significado de ciertas fuentes para justificar sus conclusiones.”...
Debate en torno a los fundadores de la República, aparecen Ligia de Espaillat, Jorge Tena Reyes, Juan Daniel Balcácer, Juan Bosch, Euclides Guitérrez Félix, José Aníbal Sánchez y Francisco Antonio Avelino
Al momento de recibir el Premio de la Feria Internacional del Libro Eduardo León Jimenes por su libro Trujillo. El tiranicidio de 1961. De izquierda a derecha, José Manuel Guzmán Ibarra, José Mármol, Mu Kien Sang Ben (Miembros del Jurado), José León Asensio (Presidente del Grupo E. León Jimenes), Juan Daniel Balcácer, el ministro de Cultura José Rafael Lantigua y Alejandro Arvelo, Director General de la feria Internacional del Libro.
En una amena conversación con colegas comunicadores e historiadores. De izquierda a derecha, Andrés L. Mateo, Frank Moya Pons, Rafael Molina Morillo, Anibal de Castro,Juan Daniel Balcácer y Adriano Miguel Tejada.
En la Academia de la Historia, Juan Daniel Balcácer, José Chez Checo, Amadeo Julían, Julio Genaro Campillo Pérez, Jorge Subero Issa, Francisco Henríquez y Avelino Ant. García
Revista de Arte y Literatura
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JU IBR A BA N OS LC DA D ÁC NI E ER EL
Aclaraciones históricas de Santo Domingo, 1977
Pedro Santana: historia política de un déspota, 1974
Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, 1978
Américo Lugo: el patriota olvidado, 1984
Manuel Arturo Peña Batlle, Ensayos históricos, 1989
El pensamiento político de Juan Pablo Duarte, 1993
Acerca del nombre de nuestro país, 1977
Papeles y escritos de Francisco J. Peynado, 1994
Algunos de sus libros en Co-autoría • La independencia dominicana, 1992 • El siglo XX Dominicano, 2002
Economía, política, pensamiento y literatura (Co-autoría con Frank Moya Pons, Soledad Alvares y Mu Kien Sang Ben)
Pensamiento y acción de los Padres de la Patria, 1995
Ensayos de la Restauración, 2007
Por: Luis Beiro
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on él aprendí la historia dominicana. Me llevó de la mano por la vida de Duarte como no lo hubiera hecho nadie. Me enseño el coraje del país, la abnegación y el sacrificio de cada dominicano por alcanzar la libertad al precio que fuera necesario. Me mostró el camino para adentrarme por mí mismo en las páginas heroicas de nuestra nacionalidad. Me preparó para leer a otros autores. Para discernir entre realidad y ficción. Entre amor y entusiasmo. Entre acción y tolerancia. Gracias a él nunca anduve a ciegas. Lo descubrí hace más de 15 años en la Fundación Barceló. Allí comencé a descubrir su generosidad y su solidario apoyo a todo proyecto que signifique un aporte a nuestra cultura. El nombre de Juan Daniel Balcácer Revista de Arte y Literatura
Trujillo. El tiranicidio de 1961, 2007
Ulises Espaillat, el Presidente Mártir, 2008
• Marcos A. Jorge Moreno, el último ayudante militar de Trujillo, 2008 (Co-autoría con el historiador José Chez Checo)
Mis “memorias” de Juan Daniel
está ligado también a la historia del libro dominicano. Su mecenazgo ha hecho realidad la publicación de textos fundamentales para nuestra cultura. Entre sus méritos también cuenta la tarea de convencer a muchos empresarios e instituciones a invertir en favor de la letra impresa. Pero aquí no vengo a hablar del gestor, sino de la importancia en cantidad y calidad de una obra histórica que ocupa un espacio preferencial en nuestra historia contemporánea. Sus libros se estudian en las escuelas y universidades por sí solos. Él no ha tenido que apelar a influencias para lograr la masividad escolar, en primera instancia porque no lo necesita. Junto a Roberto Cassá, Emilio Cordero Michel, José Chez Checo, Frank Moya Pons y otros pocos, es uno de los grandes maestros de nuestro presente. Desde este breve espacio lo aplaudo
y lo renuevo porque ha sabido ser un profesional. Ha trabajado, como los grandes, en silencio y con una metodología ejemplar. Por eso ha conformado una obra sin fisuras que es reconocida en todos los estrados y que aporta una singularidad a prueba del tiempo. Con esta exaltación no lo venero, sino lo presento como lo que es. Solo destaco al autor por sus frutos, por ese legado que ha sabido poner en las manos de su pueblo. Por esa vida dedicada al trabajo creador sin pretensiones ni ofrendas. Juan Daniel Balcácer se encuentra en su plena madurez intelectual. Su lucidez y su sapiencia lo seguirán llevando por los caminos del deber cumplido. Y el mejor homenaje que podemos hacer es leer su obra. Perdernos dentro de las páginas de sus libros. Mucha falta que nos hace.
Juan Daniel Balcácer
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Historiador y Ensayista Dominicano
a nacionalidad es una dinámica en evolución permanente. No surge al azar ni se adquiere exclusivamente por virtud de providencias jurídicas o legislativas: simplemente se forja con el devenir del tiempo en determinado espacio geográfico habitado por un conglomerado social que, por lo general, comparte comunes experiencias lingüísticas, históricas, antropológicas y culturales, entre otros factores. En el caso dominicano, el proceso de construcción de la nación y, lo que es más importante, la conformación de un ethos o sentimiento nacional, han sido fenómenos en gestación durante siglos. Andrés L. Mateo ha escrito que la dominicanidad “es un pendular entre el parecer y el ser”, una especie de gerundio, un “siendo”, o, más bien, una realidad mutable en constante evolución y transformación. En el presente artículo no pretendo adentrarme en el examen de los conceptos de nación y de nacionalidad. Me limitaré a brindar una explicación en torno al origen de nuestro gentilicio y a establecer a partir de qué momento, en el discurrir histórico de nuestra nación, se comenzó a usar el vocativo que nos identifica como pueblo: me refiero al gentilicio nacional de “dominicano”. ¿De dónde proviene y desde cuándo se usa? Hay quienes equivocadamente creen que a los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo se les comenzó a identificar con el gentilicio de “dominicanos” a partir del 27 de Febrero de 1844 cuando fue proclamada la República Dominicana. Se impone precisar que el origen y uso de nuestro gentilicio es anterior a la fundación del Estado nacional. Es más: por haber sido el pueblo de Santo Domingo, o lo que es lo mismo, el pueblo dominicano, el que inició y 10
Acerca del gentilicio de los dominicanos concluyó exitosamente el movimiento de separación de Haití, constituyéndose en una nación independiente y de fundamentos democráticos, fue que el general Juan Pablo Duarte dio el nombre de República Dominicana al nuevo Estado que nació en 1844. El gentilicio “dominicano” deriva del nombre de Domingo. Recuérdese que el Adelantado Bartolomé Colón –hermano del Almirante Descubridor de América- entre 1496 y 1498 fundó sobre la margen oriental del río Ozama una pequeña ciudad en el área en donde hoy se encuentra la iglesia del Rosario (contigua a los Molinos Dominicanos). Esa nueva ciudad fue bautizada con el nombre de Santo Domingo, designación que, según las crónicas antiguas, obedeció a tres razones. La primera razón fue que el día en que el Adelantado Bartolomé Colón llegó al lugar escogido se festejaba el onomástico del Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores conocida como “dominicos o dominicanos”; la segunda, que ese día, por coincidencia, era domingo; y, la tercera, que el padre de los Colón se llamaba Domingo. Los amantes de la historia dominicana recordarán que la primera ciudad de Santo Domingo fue destruida por un huracán en el año 1502, y que el nuevo Gobernador de la colonia, Frey Nicolás de Ovando, dispuso su traslado a la margen opuesta del río, esto es, donde actualmente se encuentra la ciudad colonial. Es fama que el nombre de Santo Domingo, dado a la ciudad Primada de América (que en una ocasión fue llamada “la Atenas del Nuevo Mundo” y no tardó en adquirir gran esplendor y
prestigio en Europa), se extendió a toda la demarcación isleña desde el año 1508. También se sabe que Cristóbal Colón, el Gran Almirante de la mar océana, originalmente bautizó nuestra isla con el nombre de Española. Paulatinamente, la isla Española, erróneamente llamada Hispaniola (tema a dilucidar en otro artículo), primero fue conocida como Isla Española de Santo Domingo hasta que, finalmente, sólo quedó el nombre de Santo Domingo. Tal circunstancia explica el hecho de que desde mediados del siglo XVII lógicamente se comenzara a aplicar el gentilicio de “dominicano” a todo aquel ciudadano nacido en la isla de Santo Domingo. El historiador Emilio Rodríguez Demorizi, en su libro Seudónimos dominicanos consigna que en una Real Cédula, fechada en 1621, se afirma lo siguiente: “Y este Concilio Provincial le podréis intitular dominicano…” Luis José Peguero, el primer nativo de la isla en escribir una historia local hacia 1762, que tituló Historia de la conquista de la isla Española de Santo Domingo, afirmó que “los valientes dominicanos” habían sabido defender su Isla Española. Más adelante, cuando el padre Antonio Sánchez Valverde escribió su Idea del valor de la Isla Española, publicada en Madrid en 1785, llamó a sus compatriotas “dominicanos o españoles criollos”. En el impreso más antiguo hecho en Santo Domingo, la Novena para implorar la protección de María Santísima por medio de su imagen de Altagracia, que data del año 1800, se habla de que “al compás de los reverentes cultos se continuarán los favores, y beneficios, que confiesan debidos a María los dominicanos...” Revista de Arte y Literatura
Un cuidadoso examen de la historia colonial dominicana revela que fue durante la primera mitad del siglo XIX cuando nuestro gentilicio comenzó a popularizarse, tal vez como una manera de establecer diferencias étnicas entre los habitantes del Santo Domingo español y los naturales de la parte oeste de la isla (también conocida como Santo Domingo francés) quienes, después de una cruenta guerra revolucionaria, que duró casi quince años, se constituyeron en la República de Haití. De igual modo, el uso del gentilicio “dominicano” adquirió mayor auge en la medida en que nuestros antepasados de la primera mitad del siglo XIX sentaban las bases para cohesionar una comunidad política que merced a similares características lingüísticas, geográficas e históricas se hallaba inmersa en el proceso de definición del sentido de pertenencia a una colectividad producto de lo que Ernest Renán ha llamado “la consecuencia de un largo pasado de esfuerzos, de sacrificios y desvelos”. Hacia 1815, el gobernador Carlos Urrutia, célebre personaje de los tiempos de La España Boba (1808-1821), al que también se le conocía como Carlos Conuco, en una Proclama se refiere a los “fieles y valerosos dominicanos” que participaron en un asalto protagonizado por sus tropas colecticias. El 10 de diciembre de 1820, el gobernador Sebastián Kindelán, en un Manifiesto público elogió a los “fieles dominicanos”; y cuando el primero de diciembre de 1821 el doctor José Núñez de Cáceres, el caudillo del frustrado movimiento conocido como La independencia efímera, dio a la luz pública el Manifiesto Político mediante el cual los dominicanos Revista de Arte y Literatura
se separaban de España y crearon el Estado Independiente de Haití Español, lo intituló Declaratoria de independencia del pueblo dominicano. En el decurso del período de la Dominación Haitiana (1822-1844) y que algunos autores llaman la Unión con Haití, los legisladores haitianos pretendieron absorber la parte española de la isla integrándola a su República, hasta el punto que en los documentos oficiales, al referirse a los habitantes de la parte del Este de la isla, se los llamaba
“hispano-haitianos”. Afortunadamente, la herencia cultural, lingüística e histórica del pueblo de Santo Domingo ya había arraigado en lo más profundo de la subconsciencia colectiva y correspondió a Juan Pablo Duarte la gloria de eternizar el gentilicio dominicano disponiendo su inclusión en el nombre del Estado que emergió del grito independentista en el Baluarte del Conde, esto es, República Dominicana. Nuestro gentilicio también aparece en el Juramento de los Trinitarios de 1838. Seis años después, el vocablo fue incorporado a la Manifestación del 16 de enero de 1844, documento considerado como nuestra Acta de Independencia y que fungió como base jurídica del
gobierno colegiado conocido como Junta Central Gubernativa. El gentilicio fue definitivamente consagrado en la primera Constitución Política de la nación, sancionada el 6 de noviembre de 1844 en la villa de San Cristóbal, en cuyo artículo primero se consignó que “Los Dominicanos se constituyen en nación libre, independiente y soberana…” Postreramente, el legislador modificó ese primer artículo de la manera como actualmente figura en nuestra Carta Magna: “El pueblo dominicano constituye una Nación organizada en Estado libre e independiente, con el nombre de República Dominicana”. Como puede comprobarse, el gentilicio nacional dominicano proviene del nombre de nuestro país, que es Santo Domingo, y ha estado en uso desde principios del siglo XVII. De esta designación también deriva el nombre oficial de nuestro Estado, que es República Dominicana, el cual solo existe desde 1844. No deben confundirse los conceptos de país y Estado, toda vez que por lo general el primero precede al segundo. Existe otro gentilicio que también se aplica a los dominicanos y es quisqueyano, derivado de la voz indígena Quisqueya que, según algunos cronistas de Indias, los taínos dieron por nombre a una región de la isla. Conviene precisar que este segundo gentilicio es el preferido por Eugenio María de Hostos y también el que casi siempre utilizan los poetas y escritores en sus composiciones literarias. Por ejemplo, todos los dominicanos saben que con el gentilicio quisqueyano el poeta Emilio Prud´Homme dio inicio al primer verso de nuestro glorioso himno nacional, sublime canto patrio que, de conformidad con nuestra Constitución, es “único, invariable y eterno”. Pero eso es tema de otra historia…
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Juan Daniel Balcácer
Historiador y Ensayista Dominicano
I
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os pueblos latinoamericanos compartimos una historia común en no pocos aspectos esenciales de la evolución de nuestras identidades nacionales. Las similitudes culturales e históricas entre nuestros países son mucho más sólidas que los contrastes, rasgos y características que nos diferencian como colectividades. El descubrimiento, la conquista y la colonización constituyeron una experiencia histórica común a los pueblos latinoamericanos. De la mixtificación entre el español con el indio y con el negro brotó el mestizaje, experiencia también compartida por nuestros pueblos. En algunos casos, como aconteció en Santo Domingo, el elemento indígena fue borrado de la faz isleña, consecuencia de la exterminación a que fue sometido y debido a que la demografía aborigen, al momento del descubrimiento, no excedía de 370,000 personas. En otros países, como México y Perú —para sólo citar dos casos— no ocurrió así. Semejante fue también la experiencia del encuentro desigual entre las culturas española y la indígena que —gradual pero traumáticamente— dio al traste con formidables civilizaciones, como la de los mayas, aztecas, incas y chibchas, para dar paso a una nueva realidad cualitativa que devino en el germen de las sociedades criollas que, con el tiempo, conformaron los países hispanoamericanos. El descubrimiento, conquista y colonización de América Latina fue una empresa netamente española, excepto los casos del Brasil, país que, como se 12
sabe, fue posesión portuguesa y también de algunas islas del archipiélago antillano que resultaron colonizadas por Francia, Inglaterra y Holanda. En la América hispana la conquista precedió a la colonización, mientras que en la América anglosajona fue al revés: la colonización antecedió a la conquista. Los anglosajones primero poblaron y, luego, extendieron su dominio al través del vasto territorio que hoy ocupan los Estados Unidos. Pero los peregrinos del Mayflower, contrario a la expedición de Cristóbal Colón, n o f u e r o n
a Norteamérica en representación del imperio británico y en plan conquistador. El proceso, por tanto, en Norteamérica fue totalmente diferente del que tuvo lugar en los países de la América hispana. Los p e r e g r i n o s puritanos, en principio s ó l o s e
establecieron en determinado territorio y no fueron colonizados por nadie; mientras que nuestros ancestros, en cambio, padecieron el escarnio del coloniaje, las consecuencias del mestizaje y la implantación, entre otras cosas, del sistema administrativo centralista español, del cual derivó gran parte del autoritarismo latinoamericano. La España imperial de los Reyes Católicos trasplantó al Nuevo Mundo sus instituciones políticas, militares, religiosas, culturales y sociales. La organización administrativa de los territorios descubiertos se hizo conforme al esquema monárquico absolutista español, sin tomar en cuenta que los pueblos recién descubiertos e incorporados al reino ibérico no habían alcanzado las condiciones subjetivas y objetivas necesarias que les permitiera asimilar la cultura política del dominador. Desde los albores de la colonización nuestros pueblos estuvieron administrativamente divididos en virreinatos, al tiempo que dirigidos por funcionarios que ostentaron títulos de adelantados, gobernadores, capitanes generales, alcaldes mayores, corregidores y otros. Esos funcionarios, al través de instituciones como la Casa d e
Real
Contratación de Sevilla, el Consejo de Indias, la
Audiencia
y
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las sedes Arzobispales, sentaron las bases jurídicas, religiosas y hasta sicológicas de los colectivos que surgirían en las zonas sometidas al dominio europeo. La conquista, sin embargo, y en este punto está de acuerdo la casi totalidad de los especialistas en historia colonial, fue una empresa fundamentalmente económica. Los pueblos descubiertos y colonizados —y esto también forma parte de las analogías históricas latinoamericanas—, fueron sometidos a un régimen de esclavitud dentro del modelo medieval que conocía Europa: la explotación de la tierra con fines de extracción de metales preciosos (oro y plata), repartición de terrenos para desarrollar plantaciones, fueran azucareras o de otros cultivos y especies apreciados en las metrópolis. El modelo pronto se debilitó debido a varias razones: en algunos casos los metales preciosos sencillamente se agotaron; y, en otros, la metrópoli ibérica, en virtud del debilitamiento de su industria, no tardó en devenir incapaz para suministrar a tiempo, y en las cantidades adecuadas, los productos que necesitaban para su subsistencia las colonias del Nuevo Mundo. El comercio fue, pues, unilateral, y tal circunstancia obligó a muchos pueblos del orbe hispanoamericano a poner en práctica un comercio intérlope con representantes de otras naciones, contrarias a España, cuyos súbditos fueron capaces de aprovechar esas debilidades, estableciendo relaciones comerciales con los pueblos hispanos semi abandonados por la corona española. Otro ingrediente de gran similitud que aflora en la sociología latinoamericana, sin duda heredado de los conquistadores hispanos, lo constituye el carácter autoritario de nuestras sociedades. La concentración de los poderes políticos y militares en los gobernadores y capitanes generales dio lugar al surgimiento de una cultura autoritaria que en la América hispana predominó durante tres siglos e, incluso, sobrevivió aún después de la eclosión de las independencias de las repúblicas de Sur y Centro América. De los movimientos independentistas, que en su gran mayoría tuvieron lugar Revista de Arte y Literatura
durante la primera mitad del siglo XIX, emergió un fenómeno sociológico, típico de las sociedades agrarias del medioevo, que se manifestó en la casi totalidad de nuestros países: me refiero al caudillismo. El caudillismo fue un tipo de liderazgo carismático, en muchas ocasiones de trasfondo pretoriano y de orientación dictatorial, esencialmente antagónico al liberalismo y al sistema de la democracia. Cuando nuestros pueblos se separaron de la Madre Patria y se declararon independientes, también fueron testigos del surgimiento de ese liderazgo que tuvo sobre sus hombros la dirección de las luchas contra la metrópolis, al tiempo que protagonizaban las pugnas intestinas por el control del poder político. El caudillo, apoyado por una clientela personal, se oponía a todo vestigio de pluralismo y apertura; por lo general tenía su propio ejército, y cuando no era un potentado económico, se aseguraba de contar, entre sus prosélitos, con el respaldo de quienes fueran capaces de sustentar financieramente sus actividades; servicio éste que solían honrar y reciprocar con sinecuras, canongías y privilegios.
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na característica peculiar del caudillo es que no estaba en disposición de compartir con nadie el poder que había obtenido por medio de las armas o de las urnas. Los primeros héroes de las independencias latinoamericanas primero lucharon contra España, y luego contra los tiranuelos que surgieron en el entorno; pero muchos de ellos mismos, esto es, los precursores de los movimientos independentistas, en determinadas circunstancias devinieron en caudillos y se vieron precisados a hacer uso del poder absoluto a fin de imponer el orden. Dentro de las similitudes latinoamericanas también aflora el hecho de que, luego de proclamada la independencia, nuestros pueblos padecieron los rigores de sucesivos despotismos, en razón de que algunos de los líderes políticos de las
emergentes repúblicas, una vez lograban el control del gobierno se aferraban a él como la hiedra a la pared convirtiéndose, además, en perseverantes continuistas. Un ejemplo ilustrativo es Venezuela, en donde desde 1830 a 1935 predominaron los caudillos: Páez (1830-1846); luego los hermanos Monagas (1846-1861); Páez, de nuevo (1861-1863); Guzmán Blanco (1870-1887); Crespo (1887-1898); Castro (1899-1908); y, finalmente, Gómez (19081935). Similar caso al de Venezuela es República Dominicana, en cuyo devenir histórico, entre 1844 y 1978, puede constatarse una sucesión permanente de caudillos, déspotas y tiranos, así como las pugnas entre Santana y Báez, (1844-1861); luego entre Báez y Cabral; posteriormente la hegemonía de Lilís (1886-1899); o el período turbulento de los caudillos de principios del siglo XX, Jimenes y Vásquez, hasta el advenimiento al poder de Rafael L. Trujillo, quien gobernó el país con mano de hierro desde 1930 hasta 1961 y, finalmente, los gobiernos iliberales de Joaquín Balaguer, especialmente durante el período 19661978. Como se puede advertir, el caudillismo fue un fenómeno general en América Latina y al través de ese tipo de liderazgo se robusteció en la subconsciencia colectiva de nuestros pueblos la noción del ejercicio autoritario del poder. En este sentido no puede afirmarse que sólo una clase social asimiló este tipo de cultura política: se trató, más bien, de un fenómeno consustancial a todas las clases sociales latinoamericanas y a los más diversos tipos de personalidades. Permítaseme el siguiente ejemplo: el doctor Gaspar Rodríguez Francia, en Paraguay (1811-1840), al decir del profesor Jacques Lambert, “era un notable culto de espíritu paternalista; Santa Ana (1828-1844), en México, era un rico criollo, seductor e inestable, que soñaba con la gloria militar: Santa Cruz (1829-1839), en Bolivia, era un oficial de carrera, honrado y vanidoso, que se creía heredero del inca por parte de su madre; Portales (1830-1837), en Chile, era un rico comerciante preocupado por 13
el orden en Guatemala, era un general, pero Fulgencio Batista (1934-1959), en Cuba, era un suboficial sublevado contra los generales; Guzmán Blanco (18701890), en Venezuela, era un caballero educado, pero Cipriano Castro (18891908), que le sucedió, no era sino un inculto conductor de ganado”. Pero no todo el panorama latinoamericano es tan deprimente en la esfera de la política. El siglo XX significó, para nuestro continente, un siglo de esperanzas, de notables logros en el plano de las ciencias y de las ideas, así como también un período propicio para el desarrollo y crecimiento sostenido de nuestras economías. Sin embargo, un cambio operado a escala mundial en el ámbito de los imperialismos, también tuvo similares repercusiones en nuestras sociedades, retrasando, en cierto modo, la transición de la sociedad de base agraria o semi feudal hacia un modelo avanzado de prosperidad económica que sirviera de fundamento a un tipo de dominación política más participativa. El repartimiento colonial que tuvo lugar durante el apogeo de los conflictos imperialistas modernos, también tendría un impacto decisivo en el fomento de regímenes autoritarios, despóticos y militares en África, Asia y América latina. Se recordará que el siglo XX fue el de las dos grandes conflagraciones mundiales; el de la Revolución mexicana de 1910 y el de la Revolución bolchevique de 1917, que bajo el imperio de la Unión Soviética enarboló la ideología marxista. Fue también el siglo del surgimiento del fascismo y del nazismo, bajo cuyos estandartes se cometieron los crímenes más horrendos que recuerda la humanidad. Fue el siglo de los imperialismos norteamericano y europeo, en Latinoamérica, en África y en Asia. Fue la era de la descolonización de África, Asia y algunos países del medio oriente. En América Latina fue una época turbulenta, de abominables dictaduras (recordemos tan sólo algunos ejemplos: Getulio Vargas, en Brasil (1930-1945), 14
Jorge Ubico, en Guatemala (1931-1944), la dinastía Somoza, en Nicaragua (19341978), Isaías Angarita en Venezuela (1941-1945), Alfredo Stroessner, en Paraguay (1954-1989), y Rafael Trujillo, en República Dominicana (19301961). Países como México, Argentina y Colombia, pese a que tuvieron sus etapas de dictaduras (Porfirio Díaz, Juan Domingo Perón y Rojas Pinilla), también experimentaron, al igual que Chile y Costa Rica, genuinos ensayos democráticos que posteriormente devendrían casos de estudio por los académicos especialistas en América Latina. En los albores de la década del 60 nuestra América —como la llamó Martí para diferenciarla de la anglosajona—, no estuvo ajena al fenómeno de la revolución cubana y de los movimientos insurgentes, de contenido ideológico izquierdista; pero también durante estos últimos cuarenta años hubo etapas de lamentables retrocesos, del retorno de élites militares al ejercicio del poder a través de métodos no democráticos, confirmándose así la clásica tesis de Claudio Véliz sobre la persistencia de la tradición centralista de Latinoamérica. Sin embargo, es menester destacar que este siglo que recién concluye ha sido, para alivio de todos, la centuria del resurgimiento del movimiento democrático continental, ahora en pleno apogeo en casi todos nuestros países como en un retorno al proyecto original de los padres fundadores de nuestras naciones. De modo, pues, que si bien hemos sido un continente unido por las mismas venturas y desventuras; si la cultura autoritaria ha sido un denominador común entre los latinoamericanos, por virtud de las similitudes de nuestros procesos históricos; también es verdad que en la actualidad, cuando nos encontramos en la época de la globalización, la apertura económica y en la era de los más asombrosos avances científicos y tecnológicos, nuestros pueblos escenifican una firme batalla contra los remanentes de la ideología conservadora
que durante siglos ha impedido el pleno desarrollo de nuestras naciones. En 1942, el poeta Tomás Hernández Franco, en una conferencia que pronunció en Honduras acerca de la poesía popular y la poesía negra en las Antillas, afirmó que “las Antillas no han tenido jamás un solo problema que, en su esencia, no haya sido, antes o después, problema de América”. Ciertamente, los pueblos de América del Sur o Central y los del Caribe han compartido similares experiencias históricas casi en igual proporción o magnitud. Y es por eso que, desde la época de las guerras independentistas, hemos tenido parecidos tiranos, sátrapas o dictadores; pero también conspicuas figuras del pensamiento o de la acción que nos han legado admirables ejemplos de lucha y sacrificio a fin de conquistar la libertad y lograr el bienestar de nuestros pueblos y de todos sus ciudadanos. La antítesis de la cultura autoritaria que ha prevalecido en nuestras sociedades no es otra que la educación cívica o cultura política entendida, al decir de Norberto Bobbio, como “el conjunto de actitudes, normas y creencias, compartidas más o menos ampliamente por los miembros de determinada unidad social y que tiene como objeto fenómenos políticos”. En la medida en que profundicemos en el estudio de nuestras historias locales, intercambiemos experiencias y fomentemos la aplicación de programas regionales que propendan a robustecer la educación cívica y el sentimiento de identificación del individuo con el sistema democrático, estaremos contribuyendo a desterrar para siempre el nefasto autoritarismo que hemos padecido durante casi dos siglos de historia. (Ilustración y texto originalmente publicado en el Listín Diario en dos entregas, mayo 21 y 28 de 2000, respectivamente).
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Cartas memorables
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Juan Daniel Balcácer
Historiador y Ensayista Dominicano
l apreciado académico Manuel García Arévalo publicó sendos artículos en el Listín Diario en los cuales, con profundidad y donosura, evocaba la época dorada en que el género epistolar ocupó un lugar privilegiado en la comunicación interpersonal. En ambos artículos, “A veces llegan cartas que no son lo que eran”, y “Algo más sobre aquellas cartas famosas”, su autor plantea que los avances científicos, la evolución tecnológica y de la informática, al tiempo que constituyen un admirable progreso del género humano también han contribuido a la casi total desaparición del encanto y privacidad que, desde los albores del lenguaje escrito, caracterizaba a la comunicación por medio de cartas, fueran de amor, de amistad, filiales, de negocios, diplomáticas o políticas. En estos tiempos modernos el correo electrónico y el fax han despojado a la carta de su privacidad y peculiar encanto. Por lo general, la carta ya no es secreto personal, su contenido se comparte con muchas personas y hasta es leída por otros antes que por el destinatario. García Arévalo también rememora, con no disimulada nostalgia, la época cuando personalmente se acudía al correo para depositar o buscar una carta anhelada. Estas evocaciones nos recuerdan que, en el plano sentimental, por ejemplo, la carta ha sido el medio por excelencia de los enamorados. Fueron célebres las “Cartas de amor de Napoleón a Josefina”; y raro sería encontrar una persona quien tras haber experimentado la sublime sensación de amar, no haya exteriorizado sus sentimientos
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—antes, durante o después de la relación amorosa— al través de una o varias cartas. “Dos letras tan sólo te escribo, / y te diré por qué de ti me separé/ haciendo un sacrificio...”, dice una nostálgica canción de los dorados 50, titulada “Traición”, de Alfredo Sadel, en la que por medio de una misiva el amante angustiado explica a su adorada por qué ha terminado el idilio: “Por eso te escribo esta carta,/ porque ella contará, todo lo que yo/ no te pude decir./ Yo no merezco tu perdón, soy un cobarde,/ no tengas compasión, no soy digno de ti.” Para los amantes de la música de los años 60 resulta familiar una canción del reconocido compositor puertorriqueño Pedro Flores, y que fuera popularizada por el inquieto anacobero Daniel Santos. Es la historia de Linda, una mujer que abandona a su enamorado y desaparece sin dejar rastro. En el entretanto, el desventurado mancebo, acongojado, se mantiene a la expectativa, anheloso de recibir noticias de su amada, aunque sea a través de una carta: “Menos el domingo, todas las tardes, salgo a ver al cartero, a ver si trajo algo para mí, Oh Virgen de Altagracia, quizás algún día se acuerde de mí”. Postreramente, en los 70, la potente y varonil voz de Nino Bravo, en los albores de su carrera artística –truncada por fatal accidente-, evocaría la ausencia de la mujer de sus amores, cuya mirada en sus sueños buscaba y no hallaba, entonces, “sentado en la playa del olvido/ formé con la arena/ tu imagen serena,/ tu pelo con algas dibujé./ Y busqué entre tus cartas amarillas/ mil te quiero, mil caricias/ y una flor que entre
dos hojas/ se durmió.” La carta tiene la particularidad de que, en la mayoría de los casos, se concibe como un documento personal, íntimo, casi siempre escrito con la sencillez que caracteriza lo cotidiano. Al través de la carta su autor o autora acostumbran a expresar sin aprehensión todo cuanto emana de lo más profundo del alma. Por eso, cuando se reconstruye determinado período en la vida de un hombre o de una mujer, sean figuras públicas o no, las cartas personales constituyen documentos de una importancia capital. Conspicuas figuras del pensamiento universal, estadistas, revolucionarios o conservadores, en fin, todo hombre o mujer, excepcional o no, nos han legado un acervo epistolar al través del cual se ha podido juzgar con mucha mayor objetividad su manera de pensar y de actuar. Hace más de 500 años, el Descubridor de América, el Almirante Cristóbal Colón, admirado por la belleza y exuberancia de nuestra isla (que lo aborígenes llamaban Bohío o Haití y, tras breve lapso, se llamó Española para finalmente adoptar el nombre de Santo Domingo), plasmó sus primeras impresiones en una carta impresa en 1493. Cuando el Sumo Pontífice se dirige al orbe católico en ocasiones lo hace a través de cartas solemnes llamadas Encíclicas. El Episcopado Dominicano también estila dirigir al país mensajes, conocidos como Cartas Pastorales, que invitan a honda reflexión acerca de temas políticos, sociales, económicos y morales. En el género literario merece citarse acaso una de las más extensas epístolas que se conoce: 15
la que Oscar Wilde escribió desde la cárcel a su amigo íntimo Lord Douglas, titulada Epístola: in carcere et vinculis (De profundis). Igualmente, cuando “en una lúgubre noche de noviembre” de 1831 Mary W. Shelley concibió su célebre novela Frankenstein o el moderno Prometeo, adoptó el estilo narrativo epistolar para revelar su terrible y conmovedora historia. No puede soslayarse la célebre Carta al Padre, de Franz Kafka, en la que éste revela a un tiempo sentimientos de afecto y de repulsión hacia la figura de su padre, por la influencia que ejerció sobre su persona y por el tipo de educación que le impartió. Entre no pocos reproches y reflexiones, en parte Kafka le dice a su padre: “En ti aprendí lo que poseen de enigmático los tiranos, cuyos razonamientos se basan en su persona no en su pensamiento. Al menos, así me parece.” En la bibliografía dominicana disponemos de un valioso acervo epistolario. En adición a la correspondencia entre Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña, cabe mencionar el Epistolario de la Familia Henríquez Ureña, revelador, entre no pocos episodios importantes, de la angustiante soledad y enfermedad de Salomé Ureña. Igualmente valiosa es la obra, en tres volúmenes, del erudito sacerdote Oscar Robles Toledano quien durante años, bajo el seudónimo de P.R. Thompson, publicó en El Caribe sus artículos de opinión en forma de Cartas al Director, posteriormente reunidas en tres volúmenes. En las páginas del suplemento cultural de El Siglo el historiador Bernardo Vega ha publicado diversas cartas de personalidades dominicanas bajo el título de “Cartas que hicieron historia”. Una novela del doctor Freddy Reyes Pérez, Las epístolas, narra el caso de un extraño sujeto quien revela al protagonista que en algún lugar lejano del planeta le entregarán unas cartas que lo harían famoso. Y una serie de profundas reflexiones en torno al ethos dominicano, hacia 1946, el doctor Francisco Moscoso Puello publicó su conocida obra Cartas Evelina. Memorable también son dos epístolas del 16
Padre Fundador del Estado-nación que se llama República Dominicana, el general Juan Pablo Duarte y Diez: la que dirigió a su madre y hermanos, hacia principios de febrero de 1844, solicitándoles vender parte de las propiedades que tenían a fin de recabar dinero para financiar el movimiento independentista; y la que escribió al Ministro de Relaciones
Exteriores d e l Gobierno Restaurador, Teodoro Heneken, el 7 de marzo de 1864, que yo he llamado la Carta del Patriotismo en la que por diversos motivos renuncia a su posición de Ministro Plenipotenciario de la República Dominicana ante el gobierno de Venezuela y expone su firme convicción nacionalista y revolucionaria en relación con la política exterior dominicana. Célebre también fue la carta pública que
en 1936 le escribió el doctor Américo Lugo al dictador Rafael L. Trujillo, en la que le informaba que no podía escribir la historia
dominicana que le había solicitado el Gobierno, porque para ello habría tenido que plegarse a exigencias de carácter oficial, a lo que él no podía consentir. Además, adujo el autor de Heliotropo, “escribo en un rincón de mi Revista de Arte y Literatura
casa y no recibo órdenes de nadie.” A propósito de cartas memorables deseo compartir con los lectores el caso de dos espléndidas misivas. Una de ellas fue escrita por Ernesto Che Guevara, el guerrillero heroico que combatió hasta la muerte al sistema capitalista y, sin embargo, ese mismo sistema, o lo que el sociólogo español Vicente Verdú ha llamado “el capitalismo de ficción”, ha convertido su imagen en un artículo mercadológico que produce beneficios. Pues bien, del Che Guevara sabemos que cuando hacia 1965 emprendió su última aventura guerrillera, primero se dirigió a El Congo y
posteriormente se trasladó a Bolivia, en donde finalmente encontró la muerte. Antes de acometer su último proyecto, el Che envió cartas a sus padres, a algunos amigos, a Fidel Castro y también a su esposa e hijos. “Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante; vuelvo Revista de Arte y Literatura
al camino con mi adarga al brazo...”. “Muchos me dirán aventurero, y lo soy; sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades”. “Los he querido mucho, sólo que no he sabido expresar mi cariño...”, confesó a sus progenitores. A Fidel le manifestó que: “Otras sierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”; y que si le llegara la hora definitiva bajo otros cielos, “mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti”. Y en la escueta misiva que dirigió a sus hijos se expresó de esta suerte: “Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto: Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada. Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones. Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario. Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá.” La otra carta a la que deseo referirme fue escrita por el anarquista italiano Nicola Sacco, quien fijó residencia en Massachusetts, Estados Unidos, en la segunda década de principios del siglo XX. Se sabe que en 1927 Nicola Sacco y su compañero Bartolomeo Vanzetti fueron sentenciados a la pena capital, acusados de un delito que nunca cometieron, según pudo comprobarse incluso antes de aplicarse la severa condena. El proceso judicial contra Sacco y Vanzetti duró siete años y tuvo una notoria repercusión internacional. Los reclamos y protestas, lo mismo en Estados Unidos que en muchos otros países, para salvarles la vida resultaron
inútiles y el 23 de agosto de 1927 Sacco y Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica. Cincuenta años después de esa incalificable injusticia, se intentó un acto de reparación moral a fin de “limpiar de manchas e injurias, para siempre, el nombre de sus familias y el de sus descendientes” cuando el gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, tras admitir públicamente que esas ejemplares víctimas —como les llamó el periodista alemán Helmut Ortner— no tuvieron un proceso justo, declaró el 23 de agosto como Día Conmemorativo de Sacco y Vanzetti. Días antes de que se cumpliera la terrible sentencia, Nicola Sacco escribió a Dante, su pequeño hijo, una conmovedora carta de la cual ofrecemos un extracto: “Querido hijo: nunca creí que nuestras vidas hubiesen podido ser desgarradas, que nos hubiesen podido separar... Separaron nuestras vidas pero no alteraron verdaderamente la inquietud y el palpitar de nuestro amor... Hemos padecido mucho durante este martirio. Abogamos hoy por lo que siempre hemos abogado, por nuestra libertad. Piensa siempre que en el juego de la felicidad no puedes tomar todo para ti, da un paso hacia atrás y asiste al desamparado que clama por ayuda, tiéndele la mano al perseguido y socorro a la víctima, ya que éstos son tus mejores amigos; son los compañeros que luchan y caen, así como tu padre y Bartolo lucharon y cayeron en el pasado para alcanzar la dicha de la libertad de todos los oprimidos, de todos los pobres trabajadores. En esa lucha vas a encontrar más amor y vas a ser amado... Sí, mi adorado Dante, ellos pueden martirizar nuestros cuerpos como lo hacen hoy, pero no pueden acabar con nuestras ideas que serán conservadas para las generaciones venideras... Mis más sinceros saludos a todos nuestros seres queridos, amor y besos para Inés y tu madre. Te besa y te abraza con todo el corazón, tu padre y tu amigo.” Después de cuanto antecede, se impone evocar la sentencia del príncipe Hamlet: “Todo lo demás es silencio”.
(Ilustración y texto originalmente publicado en el Listín Diario, 2 de abril de 2000).
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Del léxico DEPORTIVO criollo Juan Daniel Balcácer
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Historiador y Ensayista Dominicano
n una de las series del Caribe, celebrada en México, se cuenta que cuando la delegación dominicana descendió de la aeronave que la transportó al país azteca, uno de nuestros representantes pronunció esta familiar expresión del béisbol: “Estoy a ley de un hit para anotar”. En ese preciso instante, refiere la anécdota, ninguno de sus compañeros de viaje pudo entender a cabalidad el meta mensaje; pero, pocos días después —según se supo— el personaje desapareció del territorio mexicano y logró penetrar a los Estados Unidos, al parecer de manera ilegal a través de la frontera que une a la nación mexicana con la norteamericana. Tras enterarse de ese episodio, fue que el resto de la delegación comprendió a qué se había referido el fanático “desertor” cuando afirmó que sólo necesitaba de un simple “hit” para “anotar” o llegar al home, en este caso, a los Estados Unidos en busca
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de mejor suerte. Y es que para cada situación, de acuerdo con el deporte de moda, los dominicanos solemos emplear un léxico deportivo...
Los gallos En el siglo XIX y parte de la pasada centuria, por ejemplo, el juego de gallos fue el deporte nacional por excelencia. Se dice que el presidente Manuel Jiménez era tan aficionado a la lidia de gallos, que en ocasiones fue menester llevarle decretos a la gallera para que los firmara. Samuel Hazard, un viajero norteamericano que visitó nuestro país hacia 1870 y a quien debemos un interesante estudio titulado Santo Domingo, su pasado y presente, constató asombrado que en una escuelita de la ciudad, el maestro solía acudir a impartir docencia con su gallo, porque luego de cumplir con su trabajo como docente se dirigiría a las lidias del día. Durante la primera Ocupación Militar Norteamericana se pretendió prohibir el juego de gallos y fue tal la oposición que mostró la población que, al cabo de cierto tiempo, los interventores desistieron de sus propósitos.
A principios de siglo XX, los partidos políticos que lideraban los genérales Juan Isidro Jimenes y Horacio Vásquez, respectivamente, adoptaron como estandarte un gallo. Los jimenistas exhibían un gallo sin cola y se llamaban “bolos”; mientras que los horacistas mostraban un gallo con cola y fueron conocidos como “coludos”. Todavía en la política criolla el PRSC usa el gallo como emblema. En el español dominicano existió, y existe, toda una terminología gallística, según consigna José M. Pichardo en su hermoso libro Gallos y Galleros. Cuando un viejo es sorprendido mirando con lascivia a una mujer atractiva, irónicamente le dicen: “tira para que pierdas”, “expresión gallística, netamente dominicana, que significa la impotencia de un gallo en la pelea con un contrario más grande y vigoroso...”. A un hombre guapo, intrépido, de “pelo en pecho”, se le llama “gallo”, “que es el elogio más elocuente para exaltar la masculinidad”. A una mujer imponente la llaman “gallina”. En una riña, al hombre que se destaca por su valor, le dicen que “peleó como un gallo”; y cuando a una persona le frustran algún plan, “le matan el gallo Revista de Arte y Literatura
en la funda”. Entre los dominicanos las peleas de gallos son muy populares; pero ya no constituye el deporte nacional.
El beisbol Hay consenso, sin embargo, en que el beisbol, desde hace más de siete decenios, se ha constituido en nuestra principal atracción deportiva. Es tal el fervor de nuestro pueblo por este deporte, que muchas de sus expresiones técnicas ya forman parte del vocabulario popular. He aquí algunas. Si una persona es sorprendida en alguna actividad, se dice que ha sido atrapada “fuera de base”, “a media base” o “le tocan por tercera”. Cuando se resuelven dos asuntos a la vez, se hace “una doble matanza o un doble play”. Quien comienza el día sin desayunarse, “no ha pisado primera”. Una situación delicada y de difícil decisión se describe como “bases llenas y sin out”. “Sutano le hizo swing a fulana”, se emplea cuando alguien intenta conquistar una mujer. En caso de triunfo dicen “perencejo dio un palo por los 411 y la bola no ha caído todavía”; pero si fracasa, se afirma que “abanicó”, “se ponchó” o “le cantaron el tercero”. Si alguien está en situación de incertidumbre, lo definen como “en la cuenta de tres y dos”. Cuando es inminente el desenlace de cualquier situación, se dice: “a ley de un out”, “a tiro de hit” o “con un toquecito anota”. Algo que resulte fácil de obtener o de resolver se define como “fly al infield” o “fly al catcher”; y si es todo lo contrario, entonces se trata de “coge ese rolling” o línea entre dos”. Si se está en fiesta y la intención es continuar hasta amanecer, se trata de un “bateo y corrido”; y cuando una persona fallece, se dice que “firmó con los Cachorros”. En el caso de una persona proclive a las bebidas etílicas que comienza a beber moderadamente, para luego continuar en parranda, se dice que “está calentando el brazo”. En política un candidato poderoso se define como un “cuarto bate”. Y así, sucesivamente, cada caso de la vida real tiene un símil con situaciones del beisbol.
Un limpiabotas sociólogo Desde mis años de adolescente he utilizado, los servicios del mismo limpiabotas. Es un personaje peculiar, auténticamente de pueblo y con una formidable percepción de la realidad, típica de la sabiduría popular. Además de lustrar zapatos, vende periódicos y los lee, pues en cuanto se refiere al acontecer nacional es una persona bien informada. Poco después de las elecciones de 1990 le cuestioné sobre la situación política y me interesé por conocer su opinión acerca de la supremacía de Joaquín Balaguer sobre los demás líderes políticos, a quienes casi siempre vencía con aparente facilidad. Ante mi pregunta, caviló un instante y, empleando terminología beisbolística, más o menos esbozó la siguiente teoría: “Es noveno inning con dos outs. Balaguer está al bate y es home club. La oposición ocupa el cuadro. Balaguer da un toquecito por tercera y todo el infield —con excepción de la primera base— se abalanza sobre la pelota. Sorpresivamente, Revista de Arte y Literatura
ninguno intenta atrapar la bola, que se desplaza lentamente sobre la línea de tercera, sino que esperan a que se interne en zona de foul. Balaguer, mientras tanto, ha pisado primera y continuado su carrera hacia segunda y tercera. La oposición, entonces, inicia una airada discusión con el árbitro de la tercera base acerca de si la bola es fair o foul. En el entretanto, el corredor, o sea Balaguer —como quien no quiere las cosas—, enfila hacia el home, adonde llega sin necesidad de deslizarse y el umpire, en lo que se averigua el caso, declara que el hombre llegó “safe”. Para el bateador, el partido ha terminado y junto con su fanaticada se retira a celebrar la victoria, al tiempo que en el terreno de juego deja un verdadero sismo que, con el tiempo, se aplaca...”. Escuché atento esa curiosa reflexión que, si bien brindaba una explicación acerca de una determinada situación política, adolecía de una posible solución. De nuevo, pues, abordé a mi interlocutor de la siguiente manera: ¿y qué tú crees —le cuestioné— que en un futuro encuentro debe hacer la oposición para evitar que eso ocurra otra vez, en el supuesto de que se desee triunfar? Me miró fijamente a los ojos y me espetó su respuesta fulminante: “¡Oh, es sencillo! Lo que la oposición tiene que hacer —argumentó con aire de experto comentarista deportivo—, es integrar un equipo “todos estrellas” e intentar hacerle “out” al bateador contrario, antes de que éste llegue a la primera almohadilla; porque si logra alcanzar la primera base, entonces podrá robarse las demás almohadillas —lo cual está permitido en el juego— y, desde la tercera base, con cualquier “flaicito” anota con un pisa y corre...” Comprendí que estaba frente a un singular análisis sociológico del panorama político criollo expresado en términos sencillos, asociados con el deporte preferido de los dominicanos. No se trataba, lo supe entonces, lo sé ahora, de una disquisición académica; pero reconocí que era un punto de vista objetivo y de estructura lógica. Los dominicanos, nadie lo pone en dudas, somos muy aficionados a los deportes y con frecuencia utilizamos un “léxico deportivo” para expresar nuestras ideas acerca de los hombres y de las circunstancias. Para concluir, permítaseme utilizar algunos términos del léxico deportivo criollo, a propósito de la actual coyuntura política. A estas alturas del juego, nos disponemos a concurrir a unas nuevas elecciones presidenciales, a un nuevo desafío. Los equipos que terciarán en el próximo”play off ” comicial son los tradicionales rivales que clasificaron en las series de 1990 y de 1994, respectivamente. Los jugadores estelares, empero, han variado, aun cuando algunos “big leaguers” de anteriores temporadas fungirán como “managers” de nuevos prospectos. Sólo falta por comprobar si la oposición intentará ganar mediante “una blanqueada”, un “no hit no run”; si habrá “extra innings” o, si por el contrario, se recurrirá ante los “árbitros” para que éstos decidan, tras la ocurrencia de “una jugada forzada”, quién ganará el partido. ¡Play ball fanáticos y que gane el más hábil!
(Ilustración y texto originalmente publicado en el Listín Diario el 12 de mayo de 1996).
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Dionisio Peralta “Al arte criollo le hace falta mas identidad para ser universal
Por Fior D´Aliza Taveras Redactora Revista Mythos
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on murales y esculturas en las principales vías de la Ciudad Corazón, el artista plástico Dionisio Peralta, se encuentra en uno de sus mejores momentos como exponente del buen arte. Su versatilidad en el quehacer artístico, le ha valido para posicionarse como uno de los más demandados artistas, tras haberse formado en la Escuela de Bellas Artes de Santiago en el decenio de los ´80 y de haber bebido de esa gran fuente del arte. Cuatro exposiciones individuales y diversas muestras colectivas, han acompañado la fructífera trayectoria de un artista que inició su carrera en la pintura -con figuras mesiánicas- para luego “coquetear” con la escultura, manifestación que le ha dado grandes satisfacciones como la que identifica La Plaza de la Marchanta, también obras que embellecen los principales centros de salud y entidades y museos que acogen las obras con su estilo peculiar. Con décadas encima dedicado a la defensa del buen arte santiaguero, Dionisio Peralta es uno de los más acreditados de la Ciudad Corazón, el gran trabajo desarrollado en los últimos años le ha permitido una gran evolución como artista y ser humano. ¿Eres un artista que conjuga varias manifestaciones, pero háblanos primero de qué es la pintura en tu vida? La pintura es con lo que me identifico y es mi modo de expresión más íntimo,
porque inicié el arte con ella. Con la escultura tengo la sensación de llevar la pintura al plano tridimensional. ¿Qué obra te llena de orgullo y no te cansas de apreciarla? La marchanta, que realicé en escultura en metal reciclado para la Plaza de La Marchanta en la ciudad por
de Yoryi Morel, de Jancinto Domínguez, y la veo como una pintura siendo una escultura. Muchos artistas me dicen que ven el dibujo de una pintura sobre ella. ¿Cuál es tu propuesta como artista, tu sello? Social, vinculada a nuestra realidad. Precisamente busco eso en mi vida, que pueda tener una importancia universal, trato de darle valía en esa dimensión. ¿A tu juicio que le hace falta al arte criollo para trascender a lo universal? Identidad. Es decir entendemos que para el arte trascender debemos agregarle tecnología, pero de esta tecnología no debe quedar fuera lo ancestral. Debemos partir del legado indígena y estar conscientes de cómo ellos hacian arte. Entiendo que no debemos conformarnos con la modernidad, que en la mayoría de los casos, lo que hace es confundir al artista con relación a su propia identidad artística, así como con otra cultura. El Caribe es otra cosa y eso debemos reflejarlo en el arte criollo y tenemos que dejar ver la realidad y tener la referencia que es la luz, que es totalmente distinta a la europea.
encargo del Ayuntamiento de Santiago. Por esa obra siento algo especial, porque es la marchanta
¿En el país se realizan varios concursos de arte, consideras que favorecen a los artistas del patio? Mi opinión es que esos concursos son para orientar sobre arte, pero orientan mal y ello contribuye a que los artistas sean extranjerizantes. Además han orientado hacia una estética industrializada y no nos representan. Ellos promueven un
Revista de Arte y Literatura
arte de moda pasajera y por lo tanto no trasciende ese tipo de arte. ¿Que preocupación pueden externar para Mythos, con relación al arte dominicano? Considero que la verdadera escuela de arte del país, está en Santiago y no está sujeta a moda pasajera y a los cambios que se imponen ahora. El artista de Santiago está forjado por los maestros como Yoryi Morel, Juan Bautista Gómez y Federico Izquierdo. El arte de esta ciudad es una reserva para el país y me preocupa que algunos críticos extranjeros quieran cambiar esa realidad, que es nuestra grandeza. ¿El arte público o murales que realizas en la ciudad, que satisfacción te producen? Mucha satisfacción, porque la gente aprecia y permite ese acceso al arte, porque la obra lo va tocando y la estética del mural lo seduce. Además cambia el pensamiento de quien lo aprecia con relación al arte. Es una gran oportunidad para la gente que desconoce sobre el arte. ¿Qué proyectos tienes en carpeta, ahora que inicia un nuevo año? Bueno, hacer una exposición en la ciudad de Nueva York, estamos haciendo todo el trabajo para esa individual en los Estados Unidos, que sería mi primera muestra en ese país. Tengo muchas expectativas con esta nueva colección de pintura que deja entrever mi evolución como artista y la simplificación de mi pintura. Busco con esta propuesta mi expresión en todos los ámbitos.
Nombre: Dionisio Peralta Casado: Si y tengo cuatro hijos (el más pequeño es un gran dibujante) Ritual para pintar: Ninguno Color favorito: Amarillo Obra que admira de otro artista: Guernica de Pablo Picasso Admira : Osvaldo Guayasamín De tu obra no venderías: Todas las de mi primera colección. Tienen un gran valor para mí Revista de Arte y Literatura
Música preferida: Todo tipo, en especial el merengue clásico. Mientras mas “viejo” mejor Te preocupa: La identidad del arte criollo Perfume: Cualquiera que sea varonil Meta: Que el arte me permita ser un hijo de mi país y que pueda llegarle a la gente con lo que hago.
Juan Daniel Balcácer
L
Historiador y Ensayista Dominicano
os integrantes de mi generación familiarizados con los célebres “comics” o paquitos que formaron parte de nuestras fantasías juveniles, recordarán que Supermán, nacido en el planeta Krypton, fue enviado por su padre (un eminente científico llamado Jor El) en un cohete a la Tierra poco antes de que su pueblo se desintegrara debido a una explosión de magnitudes planetarias. Al llegar al planeta tierra, el niño de Krypton adquirió super-poderes que luego utilizó al servicio del bien. Desde joven, pues, se vio a Supermán enfrentar a cuantos malhechores intentaron aplicar su astucia e inteligencia en detrimento de la colectividad. El ámbito de acción de ese superhombre, naturalmente, fue siempre Norteamérica, una superpotencia, pues la nave que lo transportó a la tierra cayó en un pueblo de Kansas, en donde fue adoptado por una pareja de esposos, que lo educaron bajo el nombre de Clark Kent. Hace varios años, uno de los canales del telecable, exhibió un filme de Supermán. Tras presenciar las hazañas y la forma espectacular en que el héroe de Villachica o “Small Village” enfrentó a sus enemigos, casi me convencí de que ese personaje realmente existía. Acaricié entonces la idea de que tal vez el héroe de Luisa Lane podría venir a Santo Domingo y socorrer a los dominicanos: y fue así como —sin consultar ni pedir permiso a nadie— decidí enviarle una misiva a su fortaleza secreta en el Polo Norte, en la que escuetamente le planteaba la situación que padecía nuestro país y le imploraba que por favor acudiera en nuestra ayuda. La gran mayoría de los dominicanos, le enfaticé, sólo anhela echar el país hacia adelante y le estará eternamente agradecido por su proverbial generosidad. Pocos días después de haber escrito aquella atrevida carta, para mi sorpresa, recibí respuesta del formidable paladín
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Una carta de Supermán de la libertad. En su epístola Supermán me expuso las causas que le impedían corresponder con mi solicitud, a la vez que exteriorizó interesantes consideraciones sobre la realidad pretérita y presente del pueblo dominicano. Sin más circunloquios, procedo a reproducir el texto de la mencionada misiva. “Distinguido señor Balcácer: A no ser por el tono alarmante y desesperado de su telegrama, no me hubiera molestado en contestarle, pues actualmente me hallo involucrado en trascendentales proyectos para la humanidad y tengo, por tanto, una agenda muy apretada. No escapa a su conocimiento que los norteamericanos “dispusieron” terminar mi carrera, pero al cabo de poco tiempo se convencieron de que tal cosa era un contrasentido y fue necesario “revivirme” para beneficio, claro está, de la Industria de los “comics” y de los filmes de ficción. Como habrá podido constatar en mis últimas películas, mis relaciones son del presidente norteamericano en adelante. De todos modos, su mensaje de S.O.S. me conmovió sobremanera y como no me es posible acudir en ayuda de su pueblo, quiero excusarme para evitar una campaña de desprestigio pues, como bien ha dicho un historiador de ustedes, en su país hay verdaderos expertos en “sepultar reputaciones”. “Al enterarme que es oriundo de Santo Domingo, de inmediato procedí a echar un rápido vistazo a la historia dominicana. Me pude enterar de que los Colón y el grupo de aventureros que los acompañó al llamado Nuevo Mundo, se asentaron en su isla y en menos de 50 años esos señores extinguieron más de 350,000 indígenas que vivían tranquilamente allí. “Pude notar que el pirata Francis Drake saqueó la ciudad de Santo Domingo, que ustedes gustan llamar Primada de América, y que unos cuatro lustros después un tal Antonio Osorio realizó unas devastaciones de las cuales todavía se lamentan algunos de sus compatriotas. “Aprendí, también, que al través de los siglos XVII y XVIII se escenificaron constantes choques bélicos entre dominicanos y franceses luchando por el control del territorio insular, y que por virtud de esos y otros conflictos se originaron profundas crisis económicas y políticas
que sumieron al Santo Domingo español en un atraso social espantoso. “Comprobé, además, que en 1795 España —país al que muchos de ustedes llaman Madre Patria— cedió la parte española a Francia y que a raíz de ese acto contractual, ustedes padecieron los efectos de varias invasiones haitianas; que durante unos seis años formaron parte del imperio francés: que experimentaron un crítico período que ustedes mismos denominan de “La España Boba”; que en 1821 el señor Núñez de Cáceres acaudilló un frustrado movimiento independentista: y que al cabo de un mes de ese intento, el presidente haitiano Jean Pierre Boyer incorporó Santo Domingo a Haití y los dominicanos, desde 1822 hasta 1844 formaron parte de la república haitiana. “El caso del infeliz Duarte —disculpe que le llame así, pues me consta que usted le profesa gran admiración—, realmente da pena y parte el alma. Duarte lo sacrificó todo para proporcionarle a los dominicanos una república libre y democrática. Sin embargo, el general Pedro Santana hizo del país cuanto le vino en ganas e igualmente procedieron Buenaventura Báez y un tal Ulises Heureaux, a quien apodaban Lilís. ¡Cáspita! Este último ejerció el poder durante poco menos de 20 años y sus maniobras políticas sencillamente me dejaron boquiabierto. “Pero ahí no se detiene el largo rosario de padecimientos de ustedes los dominicanos. Me enteré que en 1916 fueron intervenidos por los norteamericanos, quienes implantaron un gobierno militar que duró ocho años. Leí que los interventores ni siquiera hablaban español y que hasta pretendieron prohibir el juego de gallos. Después de la desocupación se ensayó un gobierno democrático, con un general de apellido Vásquez, quien pretendió extender su período más allá de lo que estipulaba la Constitución. Ese jueguito les salió muy caro a ustedes, pues en 1930 el general Rafael Leonidas Trujillo se instauró en el poder y se mantuvo gobernando al país nada menos que durante ¡30 años! “No voy a abundar en detalles sobre ese tétrico período que ustedes llaman “La Era de Trujillo”. Supe que en 1961 lograron deshacerse del Jefe y renació la esperanza nacional en el sentido de construir la anhelada democracia. Pero entonces Revista de Arte y Literatura
fue cuando les cayó gas del morado. Como “en fila india” se sucedieron: un Consejo de Estado, unos mellizos de una Palma que no era tan Sola, las primeras elecciones libres, un tenebroso golpe septembrino, un triunvirato que después se redujo a un solo hombre, la frustrada sublevación en Las Manaclas, la revuelta armada de abril de 1965 y otra intervención norteamericana con 42,000 marines. “Luego advino el período de los Doce Años. Me llamó especial atención, empero, que en 1978 inauguraron ustedes una época de cambio político, pero la misma se vio amenazada por un “juntazo” y un “gacetazo”, así como también por los azotes de dos fenómenos atmosféricos, David y Federico; la fiebre porcina, la roya de la caña y otras calamidades, como el alza de la gasolina, el aumento del costo de la vida, etc., y el triste desenlace de su presidente. “En 1982 el PRD mantuvo su hegemonía política y de nuevo ganó las elecciones. Entonces se tuvo que jugar una “pelota bien caliente”, con el doctor Balaguer en la oposición y con la división interna que mermó las bases del partido en el poder. La administración perredeísta de ese período parece que no pudo permanecer inmune al virus de la corrupción administrativa y ello, junto a las pugnas internas, contribuyó a desgastar la imagen de esa organización ante el electorado. “En las elecciones de 1986, para sorpresa de muchos el candidato declarado ganador fue el doctor Balaguer, y no el licenciado Majluta, como algunos dicen que fue. A partir de ahí ocurrieron cosas que usted sabe perfectamente mejor que yo, aunque le confieso que al evocar cuanto aconteció en 1990, después de las elecciones, experimento un pavor similar al que producen las espeluznantes historias de Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe o Guy de Maupassant. “Desde el 86 hasta el presente, el doctor Balaguer, el mismo que gobernaba en 1961 y el mismo del período 1966-1978, es el actual incumbente del capitolio dominicano, sólo que con 89 años de edad, casi ciego y según me informaron él mismo afirmó que es mudo. Las elecciones de 1994, también supe, resultaron muy traumáticas, y consecuencia de la crisis que se originó fue necesario que los principales partidos pactaran y se redujera el período de gobierno de cuatro a dos años. “Así las cosas, me he enterado de que nueva vez se preparan ustedes, el próximo mes de mayo, a concurrir a otra consulta electoral, y que en esta Revista de Arte y Literatura
ocasión han separado las elecciones congresuales de las presidenciales, además del nuevo ingrediente de una segunda vuelta. “Que Dios y la Virgen de La Altagracia los acompañe. Acostumbrados como están ustedes a lo peor, se espera que el proceso no sea del todo diáfano y que ocurran allá acontecimientos que estremecerán al país y a la comunidad internacional, pues rumores hay en el sentido de que ciertos grupos se proponen incidentar el proceso comicial con tal de que no haya cambios en las estructuras del poder. Como buen cristiano les aconsejo que cuanto antes comiencen por rezar su Padre Nuestro y su Ave María. “Con la ayuda de mi vista de rayos X me he dado cuenta de lo complejo que está ese “imbroglio”. Pese a que sólo hay tres fuerzas principales y tres candidatos, las encuestas revelan una estrecha lucha entre uno blanco y uno morado, mientras que el colorao, dicen, se mantiene a lejana distancia. Para utilizar terminología del béisbol, deporte del que tanto gustan ustedes, se comenta que hay quienes intentarán una especie de “doble play” para evitar que el blanco “anote” y permitir así que el morado se deslice en “home”. “Gracias a mi supervelocidad viajé al futuro inmediato y le puedo asegurar que lo que les espera a ustedes, si no se organizan como corresponde a un país civilizado, es cosa de no contar. “Para finalizar, señor Balcácer, usted comprenderá que soy un hombre acostumbrado a no quedar de ridículo y por las razones antes expuestas (y por otras más que no puedo citar), es que me veo impedido de ir en ayuda de Santo Domingo, un país en donde hasta por un simple chiste someten a cualquiera. Además, muchos problemas he tenido yo con Lex Luthor, Braniac y otros “adalides del mal” —si se me permite el término—, para dedicarme a luchar contra ciertos “jureles” que ustedes tienen frente a los cuales mis archienemigos son verdaderos angelitos. De ahí que, muy a mi pesar, me veo precisado a declinar su amable invitación. Averígüensela como puedan. Sin otro particular, queda de usted,
atentamente, Superman. “P.D. Esta carta le parecerá desesperanzadora, mas no es así. Es posible que allá, entre ustedes, esté la solución. Le sugiero procurar los servicios de un héroe local, a quien admiro, de nombre Jack Veneno, de quien se dice que es nada menos que campeón de lucha “de la bolita del mundo”. La misiva del hombre de acero me hizo reflexionar lo suficiente como para comprender que los dominicanos debemos y podemos buscar soluciones positivas a nuestros problemas, sin necesidad de gestionar ayuda foránea, que siempre suele ser comprometedora. Confieso, sin embargo, que aun cuando en principio me deprimí, recordé que en nuestro país muchos fenómenos ocurren como si dijéramos invertidos. El subconsciente, que -como dijo Freudnunca se equivoca, me permitió recordar cierto personaje de aquellos “comics”, especie de antítesis de Supermán, que sí está acostumbrado a hacer las cosas al revés: se trata de Bizarro, ¡quizás él pueda entendernos y ayudarnos! (Ilustración y texto originalmente publicado en el Listín Diario el 21 de mayo de 1996).
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Poesía Oliverio Girondo, poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una familia adinerada que le procuró una esmerada educación en importantes centros educativos europeos. Estudió Derecho, y muy pronto, a raíz de sus contactos con los poetas exponentes de la vanguardia europea, publicó en 1922 su primer libro de poemas, «Veinte poemas para ser leídos en el tranvía», seguidos luego por «Calcomanías» en 1925, «Espantapájaros» en 1932, «Persuasión de los días» en 1942, «Campo nuestro» en 1946 y «En la masmédula» en 1954, obra que constituye en su trabajo más audaz en el campo de la poesía. En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas. En 1965 viajó por última vez a Europa y a su regreso a Buenos Aires, falleció en 1967
Oliverio Girondo La Poesía de
Que los ruidos te perforen los dientes...
Poema 12
Se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan, se desnudan, se respiran, se acuestan, se olfatean, se penetran, se chupan, se demudan, se adormecen, se despiertan, se iluminan, se codician, se palpan, se fascinan, se mastican, se gustan, se babean, se confunden, se acoplan, se disgregan, se aletargan, fallecen, se reintegran, se distienden, se enarcan, se menean, se retuercen, se estiran, se caldean, se estrangulan, se aprietan se estremecen, se tantean, se juntan, desfallecen, se repelen, se enervan, se apetecen, se acometen, se enlazan, se entrechocan, se agazapan, se apresan, se dislocan, se perforan, se incrustan, se acribillan, se remachan, se injertan, se atornillan, se desmayan, reviven, resplandecen, se contemplan, se inflaman, se enloquecen, se derriten, se sueldan, se calcinan, se desgarran, se muerden, se asesinan, resucitan, se buscan, se refriegan, se rehuyen, se evaden, y se entregan. 24
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas. Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato. Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un madero. Que cuando quieras decir: “Mi amor”, digas: “Pescado frito”; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas. Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa. Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni por un solo instante, de lamerle la cerradura.
Solo
Solo, con mi esqueleto, mi sombra, mis arterias, como un sapo en su cueva, asomado al verano, entre miles de insectos que saltan, retroceden, se atropellan, fallecen; en una delirante actividad sin rumbo, inútil, arbitraria, febril, idéntica a la fiebre que sufren las ciudades. Solo, con la ventana abierta a las estrellas, entre árboles y muebles que ignoran mi existencia, sin deseos de irme, ni ganas de quedarme a vivir otras noches, aquí, o en otra parte, con el mismo esqueleto, y las mismas arterias, como un sapo en su cueva circundado de insectos.
Testimonial
Allí están, allí estaban las trashumantes nubes, la fácil desnudez del arroyo, Revista de Arte y Literatura
la voz de la madera, los trigales ardientes, la amistad apacible de las piedras. Allí la sal, los juncos que se bañan, el melodioso sueño de los sauces, el trino de los astros, de los grillos, la luna recostada sobre el césped, el horizonte azul, ¡el horizonte! con sus briosos tordillos por el aire... ¡Pero no! Nos sedujo lo infecto, la opinión clamorosa de las cloacas, los vibrantes eructos de onda corta, el pasional engrudo las circuncisas lenguas de cemento, los poetas de moco enternecido, los vocablos, las sombras sin remedio. Y aquí estamos: exangües, más pálidos que nunca; como tibios pescados corrompidos por tanto mercader y ruido muerto; como mustias acelgas digeridas por la preocupación y la dispepsia; como resumideros ululantes que toman el tranvía y bostezan y sudan sobre el carbón, la cal, las telarañas; como erectos ombligos con pelusa que se rascan las piernas y sonríen, bajo los cielorrasos y las mesas de luz y los felpudos; llenos de iniquidad y de lagañas, llenos de hiel y tics a contrapelo, de histrionismos madeja, yarará, mosca muerta; con el cráneo repleto de aserrín escupido, con las venas Pobladas de alacranes filtrables, Con los ojos rodeados de pantanosas costas y paisajes de arena, nada más que de arena. Escoria entumecida de enquistados complejos y cascarrientos labios que se olvida del sexo en todas partes, Revista de Arte y Literatura
que confunde el amor con el masaje, la poesía con la congoja acidulada, los misales con los libros de caja. Desolados engendros del azar y el hastío, con la carne exprimida por los bancos de estuco y tripas de oro, por los dedos cubiertos de insaciables ventosas, por caducos gargajos de cuello almidonado, por cuantos mingitorios con trato de excelencia explotan las tinieblas, ordeñan las cascadas, la adulcorada caña, la sangre oleaginosa de los falsos caballos, sin orejas, sin cascos, ni florecido esfínter de amapola, que los llevan al hambre, a empeñar la esperanza, a vender los ovarios, a cortar a pedazos sus adoradas madres, a ingerir los infundios que pregonan las lámparas, los hilos tartamudos, los babosos escuerzos que tienen la palabra, y hablan, hablan, hablan, ante las barbas próceres, o verdes redomones de bronce que no mean, ante las multitudes que desde un sexto piso podrán semejarse a caviar envasado, aunque de cerca apestan: a sudor sometido, a cama trasnochada, a sacrificio inútil, a rencor estancado, a pis en cuarentena, a rata muerta.
¡Todo era amor!
¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor. Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre. Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas. Amor con una gran M, con una M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas... Amor espermatozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso... Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas. Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y de ensalada. Amor impostergable y amor impuesto. Amor incandescente y amor incauto. Amor indeformable. Amor desnudo. Amor-amor que es, simplemente, amor. Amor y amor... ¡y nada más que amor!
Visita
No estoy. No la conozco. No quiero conocerla. Me repugna lo hueco, la afición al misterio, el culto a la ceniza, a cuanto se disgrega. Jamás he mantenido contacto con lo inerte. Si de algo he renegado es de la indiferencia. No aspiro a transmutarme, ni me tienta el reposo. Todavía me intrigan el absurdo, la gracia. No estoy para lo inmóvil, para lo inhabitado. Cuando venga a buscarme, díganle: “se ha mudado”. 25
Poesía
La tierra tembló
Por Jean-Dany Joachim* Tiembla la tierra Se derrumban las casas Gritos ahogados en los escombros Mi corazón en pedazos Yo espero… Espero por el grito rebelde Que me devuelva la esperanza Espero por mis lágrimas que aún se resisten Espero por las palabras necesarias Y por la música Las palabras que Magalie jamás leerá Y las canciones que no cantaremos juntos Yo espero… Espero que las imágenes desaparezcan de mi mente La catedral que huye de su propio colapso Los ángeles que se aferran al Sagrado Corazón para evitar su caída El Palacio Nacional que de un salto Se alza y toma su lugar en el Champs de Mars Puerto Príncipe que despierta de su siesta para descubrir que no ha sido una simple pesadilla Yo espero… Yo espero finalmente poder dormir Escuchar las voces de mis seres amados Lasirén, que ríe y espera Mi hermano Pól, hablando de resurrección La dulce voz de Lo, que me recuerda a sus padres Espero una señal de la pequeña casa azul En la quinta avenida Bolosse Espero el último conteo El último nombre La última llamada Las últimas víctimas Espero que se seque la sangre Que se cubra el último cuerpo Para hacer la última señal de la cruz Yo espero… Espero para aceptar finalmente Que realmente sucedió Que mi tierra tembló 26
Que las casas colapsaron Que mis seres amados murieron Que sus gritos fueron ahogados Yo espero Espero para aceptar finalmente Que es el mismo espacio Que los huracanes devastaron Que es el mismo rincón del planeta Que las inundaciones destrozaron Oh! Tierra que mi madre llevaba en su corazón Espero comprender Como llenar estos vacíos Todos estos nombres borrados Todos estos recuerdos Todos estos proyectos Y esta tarde tan abruptamente Tornada en la noche más oscura Espero por la mano que toque las almas Espero la palabra justa para comenzar de nuevo Espero que retorne la esperanza Espero el nuevo amanecer Que nazca la primera flor Espero la habilidad de finalmente poder llorar Llorar un río con la multitud y ser libre Lágrimas de muerte Lágrimas de palabras De música y silencio Lágrimas de tierra temblando Lágrimas de casas cayendo que ahogan los gritos Lágrimas de alegrías por llagar y de resurrección Y aún espero… Espero desesperadamente El primer avión Que me lleve con mi gente Espero… Espero… (MediaIsla, Enero 30, 2010 Voces) La Terre temble, traducción al español para mediaIsla cortesía de Marisol Espaillat Pineda. Jean-Dany Joachim, Haití, es el Poeta Populista de Cambridge de 2009-2011.
Lenguaje, Arlyn Desire Abréu
D
esde que inicié las primeras lecturas de este libro pude percibir inmediatamente que su carrera de profesor la lleva a flor de piel. Y es que, quien es maestro tiene una habilidad para hacerse entender. Salta en su prosa la didáctica, la claridad y la espontaneidad. Los ensayos contenidos en Lenguaje, utopía y creación son un homenaje al lenguaje; una apuesta a la ilusión y a la poesía. Una defensa del lenguaje: el lenguaje como mecanismo de comunicación y medio de formar el pensamiento. La obra de Pedro Ovalles, reflexiona sobre el quehacer poético en todas sus dimensiones. La obra literaria, la creación, la poesía, son algunas de las inquietudes que nos presenta como escritor. Y con bastante diafanidad nos muestra su posición al respecto del oficio escritural que asume como un compromiso, no consigo mismo como persona física; sino, con su espíritu, para el espíritu, para la sociedad. Toda la fuerza interior que tiene como creador de ideas es recreada en Lenguaje, utopía y creación. El ser es eternizado a través de la poesía, del arte en si mismo. No es un mero estilo de vida, sino, la vida misma. Dice: (…) el poeta propone otras alternativas de morir y vivir (…) otra insospechada nostalgia para el no-ser. El alma creativa en su exploración interior se convierte en una dualidad del Revista de Arte y Literatura
utopía
y creación
ser. Ovalles en estas reflexiones plasma bien ese buscar íntimo mediante la realización del arte, de la poética. El apremio de la fugacidad es como una sombra inquieta e irónicamente perpetuada que debe ser superada por la poesía, y por la vida misma de quien construye neonatos universos de significación espontánea. Esta preocupación existencial es una dolida, pero, no menos cierta saboreada virtud que el escritor vive. Ovalles se declara un hombre de fe, no fanático de la fe. Es él un hombre de observación constante hacia una relación con la divinidad. Pedro Ovalles es Pedro Ovalles en su intensa búsqueda de reencontrarse con esa persona única e irrepetible: la individualidad del yo poético o el otro “yo”, como bien puntualiza en sus aseveraciones. Es importante destacar que este libro de ensayos es un reconocimiento a las letras mocanas en toda su expresión. Una distinción al quehacer poético de la ciudad que dio los héroes que ajusticiaron tiranos. También es una canción a la poesía Dominicana Lenguaje, utopía y creación es la sonante voz de un ser con alto grado de espiritualidad, que dibuja el soneto de sus compueblanos y de él mismo. Sus ensayos están cargados de una colorida sagacidad que nos penetra hasta el más insondable misterio de la vida. Solamente queda pues, invitarles a que se dejen llevar por la pluma de este destacado escritor. Que entren en contacto con sus profundas líneas que develan las indagaciones de un ser consciente que crea. Que sus dedos se deslicen sobre estas páginas y sus ojos naveguen en esta constelación semántica: Lenguaje, utopía y creación.
Revista de Arte y Literatura
Libros
En el temblor de las visiones de Valentín Amaro, inocencia y perfección Por José Alejandro Peña Premio Nacional de Poesía 1986
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n su libro “En el temblor de las visiones”, V a l e n t í n Amaro pone al descubierto una clave (la misma que pusieron Rilke, Huidobro, Lezama Lima, Del Cabral, etc…en un pedazo de tiempo o de papel espléndido): La poesía es un crisol de visiones y previsiones marcado, al mismo tiempo, por una sospecha, y por una certeza que comunican una angustia con otra y un goce reciente con uno antiguo, es un despertar en un sueño más poderoso que los residuos perdidos de la realidad fundamental del hombre, sin la cual todo intento poético está destinado a la superchería, a la chapucería, al sentimentalismo vano, al balbuceo estrepitoso, a la blandura de espíritu, a la dejadez expresiva que se vuelve asquerosa y anémica…Hay en sus poemas fortaleza, agudeza, armonía y limpieza ¿qué más se le puede exigir si ya lo tiene todo consigo? “Temblor” y “visión” definen su poesía desde el comienzo hasta el final del libro. Temblor, que indica la inocencia desprevenida y ardiente y visión, que indica la experiencia del que anuncia las cosas futuras y presentes. El mundo hace tiempo que perdió su inocencia, ahora la busca con angustia sin poder dar con ella. Para ir mucho más acorde con la corazonada de Rimbaud ante el golpe que neutraliza o parte en dos aquello de que no se sabe su existencia real, mas sin embargo, se le puede presentir mediante el juego y la forma, ¿y qué es el poema sino lo manifiesto y lo hermético, es decir, lo recóndito, lo amplio, lo lacónico,
lo que se hace mortal a cada hora para que el tiempo no se sienta humillado? Ya que toda forma secreta su juego, y todo juego, manifiesta la forma de un mundo igualitariamente desigual o humano, esta poesía se completa así misma al fragmentarse en formas, en repeticiones de siluetas y crisálidas, brotes prófugos y sentencias espesas, sueltas o hermanadas…Valentín Amaro es un poeta que sabe convocar y unir mundos disímiles, sabe que toda gran metáfora no podría serlo sino a cambio de un devastador intercambio de cosas comunes, que dejan de serlo para convertirse en algo mucho más perfilado y profundo, más pleno y más vital.
Reserva de la Biósfera
L
a Fundación Eduardo León Jimenes, el Centro León y la Fundación Propagás pusieron a circular el libro de cuentos infantiles Reserva de la Biósfera: Jaragua, Bahoruco y Enriquillo. María Amalia León de Jorge, María Teresa Ruiz de Catrain y Natacha Calderón Cabral son las autoras de este libro que promueve la biodiversidad y la identidad dominicana. Los fondos recaudados con la venta de libro serán destinados a proyectos de conservación medioambiental.
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LA HERENCIA DE ROMA del Dr. Rolando Forestieri
Por: Juan Luis Guzmán
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s usted amante de la cultura romana? O desea cultivar conocimientos relativos al legado de Roma al mundo occidental? Mythos recomienda la lectura de “La herencia de Roma” cuya autoría corresponde al Dr. Rolando Forestieri Sanabia. En este interesante libro, Forestieri -quien vivió 18 anos en Roma- nos adentra en el mundo mágico de “la ciudad eterna” emblema del Imperio cuyo gentilicio se debe a ella. Esta obra es un verdadero paseo por las anchas avenidas del espacio y el tiempo de Roma, en ella usted encontrara: El Derecho, La Política, El Alfabeto y la Lengua Latina, La agricultura, Economía y comercio, La familia, la educación y la mujer, Costumbres, tradiciones y símbolos, La experiencia militar, Servicios sociales, La medicina social y la higiene pública, La ingeniería civil, el urbanismo y la arquitectura monumental, Artes plásticas, la música y la gastronomía, El humanismo y los escritores latinos, “La
Pax Deourum” o “la Paz con los Dioses”, Romanización y tolerancia; y por último, las causas del colapso del poder imperial de Roma en el siglo V de nuestra era. En la misma el lector encontrará cerca de un centenar de fotos, grabados, planos y maquetas de la ciudad de Roma y otras ciudades, así como de obras pictóricas y estatuas. De padre italiano y madre dominicana, Rolando Forestieri demuestra una vez más su talento y entusiasmo por transmitir la cultura grecolatina en nuestro medio. De su amplio curriculum solo destacaremos que es Presidente y socio fundador del Instituto Cultural Dominico-Italiano Inc. (1979) y la Sociedad Dominicana de Estudios Helénicos Inc. (1992), en la sede de esta última institución instaló el Museo Griego de Santo Domingo (fundado en 1995). De las numerosas distinciones que ha recibido se destacan la de “Caballero” de la orden “Al mérito de la Republica Italiana” en 1981.
El poeta Mateo Morrison M
ateo Morrison, fue el ganador del Premio Nacional de Literatura 2010. La decisión causó alegría entre jurados y periodistas presentes en el anuncio del galardón. El máximo reconocimiento nacional a la obra literaria de toda una vida, es otorgado por la Fundación Corripio y la Secretaría de Estado de Cultura, dotado de un millón de pesos y un certificado, a ser entregados el 17 de febrero en el Teatro Nacional Eduardo Brito. El poeta, es uno de los gestores literarios más importante del país. El anuncio lo hizo, a nombre del Jurado, el secretario de Estado de Cultura, 28
Libros
En el 2008 fue honrado con otra distinción en el grado de “Oficial” de la misma orden italiana.
Gana Premio Nacional de Literatura 2010
licenciado José Rafael Lantigua, quien indicó que la decisión fue unánime ante la fortaleza de la postulación del escritor. Morrison fue informado de inmediato por Lantigua, y se dirigió a la Fundación Corripio para recibir la felicitación personal del jurado. El Jurado estuvo integrado por los rectores de las Universidades Autónoma de Santo Domingo, Pontificia Madre y Maestra, Nacional Pedro Henríquez Ureña, y Central Del Este, además del Instituto Tecnológico de Santo Domingo. JRS
Revista de Arte y Literatura
Fin de mundo Por Aurora Arias
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esayuno con Pierre Cardin, dispuesto a trasladar su atelier, porque un viejo satélite ruso se acerca vertiginosamente a París. Abro la puerta de mi casa y noto que he recibido una tarjeta de invitación para la interesante charla: “El Anticristo: ¿ya está entre nosotros?”. Salgo, y mi vecina me comenta que mañana habrá un eclipse, el último del milenio, “y es posible que hasta se acabe el mundo”. Llego a la oficina y mi madre me llama desde Nueva York para advertirme que compre mucho conflé, pues pronto comenzarán tres días de oscuridad, “pero sobre todo, mi hijo, consíguete dos o tres cajas de velas, que sean benditas, porque si no, no prenden”. Almuerzo en un restaurante, y un par de telépatas ambulantes se acercan a mi mesa gritando: “¡Concéntrese profesor!”, “¡Estoy concentrado!”, “¿Qué clase de futuro le espera a este caballero?”, “¡Incierto!”. Esa tarde, en la sala de espera de mi dentista, escucho sin querer una conversación acerca de una Gran Cuadratura Astrológica. ¿Qué significa eso?, pregunto por curiosidad. Que lo que viene mañana es tan grande que ni los televisores van a funcionar. De regreso a casa, un tipo parado en la esquina me agrede con un altoparlante: ¡Arrepiéntase que Cristo viene! Enciendo el televisor mientras ceno, y me topo con las profecías de Nostradamus, según las cuales, se acerca una tercera guerra mundial. Apago el televisor, y perdido el apetito, me siento en la santa paz del inodoro, mientras hojeo el más reciente ejemplar de la revista Karma-9, cuyo artículo central se titula: “La inminente llegada del fin”. La cierro rápidamente y tomo la del mes pasado: ¿Por qué la Nasa oculta que existe vida en el planeta Marte? (¿Existe vida en Marte?, menos Revista de Arte y Literatura
mal). Chequeo el correo electrónico y encuentro un e-mail de un viejo amigo, anunciándome que acaba de mudarse de Los Ángeles a Colorado, porque los de su secta ya se comunicaron con los extraterrestres, y es seguro que el fin del mundo comience por San Francisco, posiblemente mañana. Decido acostarme a dormir, y para terminar el día, busco refugio en una lectura edificante. Abro la Biblia, sólo para cerciorarme, de muy buena fuente, acerca de lo que sucederá mañana, o cuando sea. Y entre “Dios dijo: “Hágase la luz”, del Génesis, y “el sol se puso tan negro como vestido de luto, la luna toda se volvió como sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la tierra… El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla, y no hubo cordillera o continente que no fuera arrancado de su lugar…”, del Apocalipsis, casi me caigo muerto. Qué vaina. ¿Qué clase de futuro le espera a este caballero? Tres días de oscuridad. Y lo que viene es tan grande que ni los televisores van a funcionar. ¡Mamá! ¿Por qué la Nasa oculta que existe vida en el planeta Marte? ¡Pero sobre todo, mi hijo, consíguete dos o tres cajas de velas! Un viejo satélite ruso se acerca vertiginosamente a la Tierra. ¿Qué significa eso?, pregunto por curiosidad. Un eclipse, el último del milenio. Tan negra como vestido de luto. ¡Arrepiéntase que Cristo viene! Y no hubo cordillera o continente que no fuera arrancado de su lugar. ¡Ni los televisores van a funcionar! ¡Ni los televisores van a funcionar! ¡Ni los televisores van a funcionar! Concéntrese, profesor. Estoy concentrado. El Anticristo: ¿ya está entre nosotros? Y es seguro que el fin del mundo comience por San Francisco. Nostradamus nunca se ha equivocado. ¿Tres días de oscuridad? ¡Qué vaina! Casi me caigo muerto. Como un
pergamino que se enrolla. ¿Qué clase de futuro le espera a este caballero? La inminente llegada del fin. ¡Mamá! ¡Mamá! Existe vida en el planeta Marte, menos mal… “pero que sean velas benditas, porque si no, no prenden”. Se acerca una tercera guerra. Que compre mucho conflé. Y es posible que hasta se acabe el mundo. ¡Arrepiéntase! “La inminente llegada del fin”. Si, si, mañana, mañana. Las estrellas del cielo cayeron. ¿Qué significa eso?, pregunto. ¡Que compre mucho conflé! Pierre Cardín, por favor, comunícate con los extraterrestres. ¡Mama!, la luna toda se volvió como sangre. ¡Estoy concentrado! ¡Y ni los televisores van a funcionar! Y es posible que hasta se acabe el mundo. ¿Qué clase de futuro le espera a este caballero? Tan negro como vestido de luto. ¡Incierto!... ¡Incierto!... ¡Incierto!... Nostradamus nunca se equivoca. Y ni los televisores van a funcionar. Arrepiéntase. ¡Arrepiéntase, le ordeno! Si, mañana, mañana, si, mañana, mañana, mañana… ¡Mamá! ¡Mamá!, el sol se puso tan negro como vestido de luto, y Dios simplemente dijo hágase la luz. (MediaIsla febrero 2008.-)
La narratividad de las imágenes
Instantáneas sobre literatura y fotografía 1
Manuel Llibre Otero
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Narrador y Poeta dominicano
Conferencia magistral, presentada por el Subministerio de Cultura Zona Norte, realizada por el escritor e intelectual Manuel Llibre Otero, el 28 de Enero de 2010, en la biblioteca Pedro Francisco Bonó del Monumento a los Héroes de la Restauración de Santiago.
as fotos revelan la verdad, al menos así ocurre en nuestro conciente colectivo. Pero una foto puede ser mucho más que la evidencia de un instante congelado en el tiempo. Desde sus inicios, en una mezcla casi mágica de mecánica, química e ingenio, hasta los sorprendentes productos digitales que impulsan las tecnologías de la información, la fotografía es, sin dudas, una de las áreas de intervención de la realidad que más pasión causa a los seres humanos. El 6 de enero de 1839, el diario francés La Gazette de France anunciaba públicamente la aparición de un descubrimiento avalado por prestigiosos científicos (Arago, Biot y Humboldt) capaz de fijar las imágenes que “se pintan por sí mismas dentro de una cámara oscura”. Era el daguerrotipo, así bautizado por su inventor, M. Daguerre, como perfeccionamiento de las experimentaciones de su socio Nicéphore Niepce. Un descubrimiento que revolucionaría las teorías científicas de la luz, de la óptica y también del arte del dibujo. La fidelidad con la que el daguerrotipo reproducía la realidad respondía a un nuevo concepto de “verdad”, la científica y objetiva, alejada de la verdad artística, de los lápices y pinceles del artista. En una pretendida oposición a la creación literaria, que ilustra el dicho popular de que “una imagen vale más que mil palabras”, bien puede darse vuelta a la frase y jugar con esta ambivalencia ya que por igual se puede declarar que hay palabras que valen más que miles de imágenes. Entonces la relación entre escritura y fotografía no resulta en un hecho antagónico, crea en cambio una simbiosis donde ambas actividades humanas se complementan e incluso colaboran para crear nuevas formas de expresión. En su contexto, fotografía y literatura conviven con sus orígenes vinculados a la representación de la realidad, a su condición de documentalidad y su constante lucha entre ser depósitos de verdad y también crear mundos de fantasía. Si bien la literatura se vale del manejo de las palabras y la fotografía del manejo de la luz, ambas utilizan su poder comunicacional para narrar las múltiples versiones de lo que a priori consideramos un hecho fáctico asociado a una realidad conocida. Al mirar con más detenimiento, vamos descubriendo que los valores de veracidad y ficción se mueven en las diferentes dimensiones de la imagen misma y sus múltiples contextos, haciendo que nuestro imaginario complemente la obra creada. El siglo XX, como resultado directo de las invenciones relacionadas con la fotografía y el cine, se convirtió en el siglo de la imagen. Todos su resultados históricos y sus cursos de acción se encuentran narrados y asociados a imágenes emblemáticas, icónicas de la existencia humana, las cuales nos permiten mirar más allá de la imagen misma y descubrir las verdades y secretos, las mentiras y las fantasías aparentemente congeladas, pero nunca muertas, que habitan en el interior de las fotos. Revista de Arte y Literatura
La fotografía... ¿Es la verdad? Las fotos revelan la verdad, al menos así ocurre en nuestro conciente colectivo. Un documento, por ejemplo, no tiene un dibujo, una pintura al óleo de nosotros, tiene una fotografía; sin dudas entonces, el principal poder atribuido a la imagen es su inequívoca veracidad. Decía un famoso fotoperiodista que encantado cambiaría todo el arte (pinturas, dibujos, esculturas) que representan a Jesús, por una simple instantánea de Cristo, aunque fuese una típica foto para documentos. Pero esta “certeza de la documentalidad”, a medida que la fotografía se convierte en una forma establecida de arte va generando apropiadamente un sentido de ambigüedad. Para que la fotografía trascienda su sentido formal de mera representación fiel de la realidad, ha supuesto el paso de la fotografía documental a la fase artística, la cual se produce de forma paulatina, como un proceso del tiempo, cuando se descubren nuevas posibilidades y se va creando un “lenguaje” propio de este medio expresivo. A lo largo de su historia, ambas, literatura y fotografía, han interaccionado en periódicos, revistas, llegando incluso a un producto, la fotonovela. Pero no nos ocuparemos de la cuestión de una al lado de la otra, sino más bien de una dentro de la otra. La escritura con la luz Fotografiar es escribir con la luz, vencer la gravedad contenida en el instante para lograr una representación donde cohabite el sujeto o motivo de la foto con la imaginación y la fantasía del espectador. Siempre que el fotógrafo concibe en su fantasía, una imagen, está escribiendo una página literaria. Las imágenes se convierten en letras y los objetos fotografiados rebasan la realidad. Una toma ambiental se convierte en página lírica cuando, el fotógrafo, ha logrado meter en la escena todo lo que no se ve. El fotógrafo, como el escritor, en su mundo fantástico, ve muchas más realidades que el objetivo de su cámara. Hay fotografías que pasan a ser páginas breves y a veces grandes relatos. La primera lectura de una imagen fotográfica, se percibe en el mundo de las emociones. A veces esta emotividad es tan afectiva que se pierde cualquier otra percepción. Si se supera o abandona esta primera impresión, otras facetas aguardan nuestra atención. Encuadre, contraste, textura, enfoque, contenido. La primera lectura irrumpe en nuestra sensibilidad personal. “Me gusta o me desagrada”. “Me implico o abandono la escena”. Es una visión subjetiva, vista con los prejuicios del observador. Un desnudo femenino o masculino, conquista la sensualidad y sexualidad íntima de quien la contempla. Un ambiente de un pueblo, “me llega o no me llega”. Pero si descubro que este pueblo es el mío y en la calle veo reflejada toda mi adolescencia, entonces esa imagen invadirá mis emociones. Una imagen nos puede catapultar hacia lo abstracto y hacia mundos que nunca imaginamos, al igual que lo hace la buena narrativa. Un buen texto de igual forma es capaz de recrear en nuestra mente imágenes de gran nitidez, llenas de sensaciones y ternura. Cuando ambas situaciones confluyen, se crean nuevas formas de expresión y ocurren transformaciones de los actuales formatos formales de la expresión artística.
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La intervención de la realidad La realidad, el paisaje, el sujeto fotografiado, representan una realidad continua, problematizada y altamente compleja. Cuando se toma una fotografía se está generando una simplificación de lo que ve, ocurre una grave “simplificación del instante”. Esta intrínseca condición de la complejidad del instante, hace que la fotografía sea un serio acto de intervención de la realidad ya que actúa como una acción eminentemente excluyente, donde utilizando las técnicas y elementos propios de su lenguaje, se procede a simplificar esa realidad reduciéndola a lo captado en el encuadre. La realidad y por ende la historia constituyen un flujo constante y lineal del tiempo, Revista de Arte y Literatura
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11 hasta que se demuestre lo contrario. La fotografía toma esa realidad lineal y la interrumpe reduciéndola a los límites del momento captado y sus atributos, consiguiendo así uno de los principales atributos de la fotografía, que es la preservación de una memoria. Pero al mismo tiempo que simplifica, aísla, congela, preserva un momento de la historia, también ocurre una bifurcación donde le atribuye a ese instante verdades alternas, las cuales darán nuevos significados a las fotos cuando se interpretan y se contrastan con los espectadores de diferentes realidades, momentos históricos y culturas diversas.
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Como narran las imágenes Una fotografía congela el tiempo, interrumpe las apariencias del suceso y hace que su significado se vuelva ambiguo. La descodificación de la información contenida en la foto se hace mediante un doble juego de poder donde se enfrenta la intención del fotógrafo contra las concepciones culturales del espectador. Como no manejamos toda la información disponible de ese instante, apenas lo que se nos permite conocer, entonces tenemos lugar para las apreciaciones, las miradas distintas y las hipótesis. He aquí donde la fotografía concede verdadero poder al espectador, contrario a lo que podría pensarse, un poder incluso superior al de otras formas de la expresión artística, porque la foto “no quiere decir”, de hecho “ya dice”, el público entonces puede reinterpretarla liberándola de sus márgenes. Es necesario que sea el espectador quien conceda a estas apariencias congeladas, un significado interpretado en su tiempo presente, pero en referencia a un pasado y un futuro usando únicamente la información que contiene la imagen como pie forzado, pero contrastada con su imaginación. Como la información contenida en la imagen no es lineal, como su proceso de captura, sino circular o dispersa, cuanta información contiene una foto dependerá no sólo de cuanta simbología fue capaz de abarcar o de incluir la imagen misma, sino de las interpretaciones del espectador y de su capacidad de realizar “interconexiones” que amplían la información limitada que poseemos. En la imagen reside una información instantánea, con la cual se puede llegar incluso a inferir otros sucesos por vía de la confrontación de las apariencias; así el significado de la imagen se amplía casi infinitamente. La instantánea capturada preserva una serie de apariencias que nos permiten ser interpretadas y encontrar una coherencia que las relaciona. Esta coherencia no narra de forma directa, sino que provoca ideas. Las apariencias pueden llegar a extender el significado de una imagen, tienen esa capacidad porque se aproximan a lo que sería una especie de semilenguaje.
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El poder de la imagen Cuando el fotógrafo enfoca, selecciona un tono, una textura, un encuadre, una escala, un tono de luz, pero lo que es más importante será siempre fotografiar, ya sea elegido o no, el momento exacto en el que se producirá esa interrupción en el flujo de tiempo y creará con la mirada precisa y el momento perfecto, un ícono, un mito, una leyenda. Como mencionamos anteriormente, esta simplificación viene dada por los parámetros técnicos y se eligen con la idea de persuadir al espectador para que conceda a ese instante congelado un pasado y un futuro. La dimensión narrativa de cada imagen, lo que llega a explicarnos la imagen, lo que nos da la falsa sensación de ir hacia atrás o hacia delante en el tiempo, dependerá de la imagen en sí y aunque nos parezca que somos capaces de movernos temporalmente, hay que entender que sólo lo estamos haciendo a nivel de significado. Con la experimentación de arte, literatura y fotografía, impulsada desde las primitivas técnicas del collage hasta las modernas tecnologías, asistimos a una fascinante aventura de significados, donde las imágenes no son ya más simples y frías representaciones de un instante congelado en el tiempo. En muchos casos, convierten a seres humanos en seres eternos, mitos que viven cotidianamente con nosotros, como la famosa foto “Guerrillero Heroico”, que convirtió al Che Guevara en ícono, asumido incluso como un elemento de la cultura Pop.
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Esa interpretación no tiene una relación directa con lo que realmente pasó. Es una lectura que no existía en el momento de crear la imagen, pero que el fotógrafo es capaz de introducir en la imagen forzando una situación cotidiana y codificando una serie de señales que nos sirvan de punto de referencia para una interpretación posterior a partir de nuestra reflexión narrativa, creando además una versión literaria como extensión y resultado de ambos lenguajes. 1. 2. 3. 4. 5.
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Albert Einstein en la playa, 1945. Guerrillero Heroíco, foto de Alberto Korda, La Habana, 1960. Bodas en medio de la guerra. Desfile nupcial del combatiente Onelio Espaillat y su novia en la zona constitucionalista. Foto Milvio Perez. Francisco Caamano habla con su esposa. Foto de Bill Eppridge, 1965 (aparece en la foto el combatiente francés Andre Riviere). Agim Shala, de 2 años, refugiado de Kosovo, es pasado a sus abuelos, foto de Carol Guzy, 2000. Detrás de la Estación del Tren de San Lázaro, foto de Henri Cartier-Bresson, 1932. Llamada angelical. Dali Atomicus, foto de Salvador Dalí en colaboración con Philippe Halsman, 1948. “La Muerte”, foto de Kevin Carter durante hambruna de sudan en 1993, ganadora del premio Pulitzer en 1994. “Hombre con ratón”, foto de Don McCullin, 1970. “Fuente de agua”, foto de Elliot Erwitt, en Carolina del Norte, 1950. “Skin, detalle”, foto performance e instalacion del artista chino Zhang Huan, 1998. Ruinas en el campo mexicano, foto del escritor y premio Nobel Juan Rulfo. Clarence Hailey Long, de Texas, considerado la inspiración para el “Marlboro Man”, foto de Leonard McCombe, 1949. “La Oración”, foto de Man Ray, 1930. Soldado Ibo, durante la guerra civil de Biaffra, Nigeria, foto de Don McCullin, 1968. Monumento de Santiago en 1959. Foto de Hank Walker, archivo revista Life. La niña Kim Phuc, de Trangbang, Vietnam del Sur, huyendo horrorizada luego de que su aldea fuera atacada con Napalm por error. Foto de Nick Ut, Premio Pulitzer, 1972. “Perversa Rutina de los Sábados”, Manuel Llibre Otero, 2007. “Chica de la flor”, durante una marcha Hippie contra la guerra de Vietnam, foto de Marc Riboud, 1975. La muerte de un soldado durante la guerra civil española, foto de Robert Capa, 1936. Africa, foto de Sebastião Salgado, 1995. Foto de una campaña publicitaria contra el SIDA, motivando el uso del condon. Foto campaña publicitaria contra el SIDA Trinchera durante la Segunda Guerra Mundial.
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Entrevista a Fausto Leonardo Henríquez premio mundial “Fernando Rielo”, 2009 Por Altagracia Pérez Almánzar
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ay una noticia que ha cobrado la atención de importantes medios de prensa y se ha esparcido por toda la Red, una noticia que nos coloca mas allá de nuestros posibles bordes insulares, que desenlaza reconocimientos y alegría, que engrandece el espíritu de nuestra nación. “El dominicano Fausto Antonio Leonardo Henríquez obtiene el XXIX Premio Mundial Fernando Rielo, de Poesía Mística, 2009...”. El pasado diciembre, se constituyó en un momento trascendental para nuestras letras, un motivo de verdadero orgullo para nuestra país, un hecho singular, que impulsa con notoriedad la carrera de este joven escritor, oriundo de La Vega. Sin embargo, Fausto Leonardo Henríquez, quien es además sacerdote misionero, actualmente establecido en Valencia, Espaňa, no es un escritor de hace de unos días, su incursión en la Literatura abarca ya una gran trayectoria de trabajo e historial de libros publicados. Claridades, 1994; Sucesiones, 1995; La Seducción del Aire, 1999; La Otra Latitud, 1999; y Muestra Poética, 2002; La Antología Mayor del Movimiento Interiorista, 2007, y diversas antologías de renombre, engrosan con dignidad su bibliografía. Así como columnista de opinión, fundador y editor de la revista CriticArte, en San Pedro Sula, Honduras; y activo promotor del Movimiento Interiorista en el Exterior, del cual es miembro de la Comisión Intelectual; lo erigen sin lugar a dudas, en el grupo de figuras más carismáticas de nuestra Literatura contemporánea. Sus convicciones, y puntos de vista con relación a su trayectoria y a todo lo concerniente a su libro ganador, tratamos de captar, a través de esta entrevista:
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APA.- ¿Cuáles sentimientos se despertaron en usted, a partir de que le comunicaran la noticia de que figuraba entre los finalistas del Premio Mundial “Fernando Rielo“?
FLH.-Sabía que en algún momento debía quitarme la máscara y con este libro considero que me inicié en ser sincero, porque como dice el poeta Rubén Darío, “ser sincero es ser potente”. Cuanto más naturales seamos, quiero decir, cuanto más transparentes nos mostremos, más se valora lo que somos. La gloria de Dios, dice san Ireneo, es que el hombre viva.
APA.- El Jurado de este premio deliberó
APA.- A pesar de la crisis, por ratos se siente que hay una respuesta de lo Divino. ¿Cómo explica las vivencias que originaron este libro?
FLH.-Como todas las sorpresas, la noticia del premio me dejó por unos instantes sin cobertura, hasta que pronto la relacionadora pública del evento me hizo caer en la cuenta de que había ocurrido algo de mucho alcance en el panorama literario. finalmente por “Gemidos del Ciervo Herido“, por considerar que presentaba mayor dominio y destreza literaria, y reflejado en tres partes bien estructuradas, ¿cuánto tiempo le costó construirlo? ¿Cuáles elementos trató de plasmar? FLH.-El texto en sí unos seis años, con intervalos para otras creaciones (cuentos, ensayos literarios). Sin embargo, desde bastante joven venía amasando la idea de explotar la veta mística. A la hora de expresar esta vasta y honda realidad humana y divina, me encontré como el oro mezclado con fango. APA.- Además del carácter estético que presenta esta creación, aquí se perciben ejercicios, meditaciones espirituales. ¿Alguna vez se sintió convencido de que era un libro potencialmente ganador? FLH.- No. Nunca escribí «Gemidos del ciervo herido» con el propósito de ganar un certamen. Eso llegó después, cuando Teodoro Rubio, doctor en filología, poeta místico, interiorista español, me invitó a presentar el libro pues tenía suficientes elementos artísticos para ser valorado. Él me había dado ya su veredicto. APA.- Hay momentos muy íntimos, de ruegos, de una angustia mística pero también existencial. ¿Titubeó en algún momento de denudarse así, de mostrar esos aspectos de su humanidad?
FLH.-Qué te puedo decir, en el libro hay soledad, aridez, ternura, tempestad, amor, tacto divino, necesidad vital de Dios. Hay también un ansia terrible de abrazar a Dios “físicamente”, ¿me explico? Y esa ansia es como un fuego que me consume. Mientras me conformo con los trazos de belleza y ternura yacente en las criaturas. APA.- Usted no es solamente poeta, escritor, también es un incansable promotor de la Literatura, ha trabajado en la creación de grupos literarios en el Extranjero; creó una revista en Honduras, trabaja la Crítica y ya ha recibido diversos reconocimientos. ¿Cómo maneja un sacerdote, el ego y las expectativas que genera el mundo del Arte? FLH.-Un cantante, un actor, un pianista, necesitan del reconocimiento y del aplauso. El poeta también. Yo, la verdad, he tomado conciencia de que la gloria del mundo pasa, que el laurel se marchita. Sé que el ego se hincha fácilmente si uno no cuida la virtud de la humildad y la sencillez. APA.- Hay un movimiento más tendente a la secularización y es cada vez más creciente, los grupos intelectuales empeñados en erradicar la idea de Dios, el Dios del Cristianismo. ¿Cuál es la primera reacción que usted siente cuando
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los lee? ¿Qué opinión le merecen? FLH.-Veo que me estás haciendo un torniquete, Altagracia. Mira, en mi lectura de los intelectuales de mediados del siglo XIX, que es la avanzadilla post Ilustración Francesa, (pienso ahora mismo en Chateaubriand, Lamartine, Ozanam, Montalembert, Ampère, Lamennais, Lacordaire, entre otros), he encontrado un talante para dialogar con el hombre de hoy sin que me tiemble el pulso. Ellos tenían sus tertulias, discutían de historia, filosofía, arte, literatura, religión sin ruborizarse ante los que tenían ideas contrarias a las de la cultura cristiana.
actual, me siento interiorista y si hablamos en términos teologales, profundamente creyente, profundamente humano. APA.- Usted ha sido uno de los más persistentes promotores del Interiorismo en el Extranjero. Sin embargo, como corriente literaria, mucha gente en el país, ha dicho que no ofrece nada nuevo, y que no se han visto los resultados en las creaciones. ¿Cómo usted respondería a estas críticas?
APA.- ¿Qué opinión le merece la literatura que se está haciendo en el país, y cuáles son las razones, por lo que la Literatura dominicana, no ha generado una posición en el mercado Exterior?
FLH.-En Rep. Dominicana hay un gran desarrollo cultural, diverso, confrontativo y a la vez rico en obras. En mi opinión, considero que podemos ir de lo particular a lo universal. Sin embargo, hemos de cuidar no caer en el insularismo, es decir, en la cortedad de visión. Los “guardianes del espíritu” de la cultura dominicana tienen que promover los valores dominicanos y “vender” una imagen que trascienda los mares.
APA.- En su trabajo de creación de grupos literarios juveniles en el Extranjero. ¿Cuál es la diferencia que usted nota en los jóvenes escritores latinoamericanos, con respecto a los de Europa?
FLH.-Las diferencias las veo más en relación a la cultura, al contexto social que los configura, y a la sensibilidad artística que los mueve. En el fondo, la juventud, sea de un lugar o de otro, empuja fuerte, rompe fronteras, supera la inamovilidad de visiones establecidas y busca su propia expresión. Otra cosa es el resultado, que a veces puede ser audaz e innovador o puede ser más de lo mismo.
APA.- Desde el poeta metafísico que desplegó en su primera producción poética hasta este último, -más diáfano y religioso-, ¿cuáles aspectos quiere usted mantener en sus creaciones?
FLH.-He llegado a la convicción de que he de seguir remando hacia las profundidades del alma humana. Sobre todo en su relación con la trascendencia y lo divino, pero también del influjo de Dios en esta realidad que nos desborda con su belleza y sus contracciones.
APA.- Tras la vida intelectual y sacerdotal, ¿cómo define usted la persona que hay en Fausto Leonardo Henríquez?
FLH. Si hablamos en términos literarios me identifico con el espíritu de los poetas románticos franceses; si hablamos en términos de poesía Revista de Arte y Literatura
agua viva” y de Teodoro Rubio, con su obra capital “La fría desnudez del calendario”. De reciente aparición es el poemario de Guillermo Pérez con su inigualable poema “Cementerio de la tarde” y el libro “Memoria de la tarde” del interiorista de nuevo cuño, Henry Santos Lora. Altagracia, ¿me podrías decir si con estas pruebas es suficiente para responderle a los detractores de la Poética Interior?
APA.- ¿Cuál es su exhortación para los jóvenes que se sienten inclinados por el oficio de escribir?
FLH.- Te voy a mencionar unas cuantas obras fundamentales del Interiorismo, sin contar las antologías del Ateneo Insular, con las que se puede hacer más de una tesis doctoral: “Las voces” de Pedro José Gris; “Huésped en la noche” de Julio Adames; “Un latido en el bosque” de Yky Tejada; “La sed del junco” de Tulio Cordero; “Territorios extraños” de José Acosta; “Luz de los cuerpos” de Sally Rodríguez; “Ángel de luz” de Ángel Rivera Juliao; “Ritual de la lluvia” de Jaime Tatem Brache; “Entre el polvo y la ceniza” de Frank Rosario, “Nostalgia de lo eterno” de León Silverio; “Crónica circular” de Ramón Antonio Jiménez y de los españoles en plena producción te puedo hablar del poeta Juan Miguel Domínguez con su obra “Iconos del
FLH.-Una joven poeta hondureña, Claudia Orellana, que en aquel entonces contaba 18 años, acuñó una memorable frase en el grupo “Los novísimos”, que fundé en mi estancia en San Pedro Sula, que hoy se la digo a los escritores en agraz: “hay que calentar el brazo”, es decir, hay que escribir sin desanimarse, que siempre hay una recompensa por el trabajo realizado.
APA.- ¿Cuáles son sus reales sueños en la Literatura?
FLH.-Yo escribo desde la diáspora y me siento dominicano traspuesto en otras orillas. Mi compromiso con la palabra poética, cuentística y ensayística, todavía en curso, es un compromiso con la patria que cantara Salomé Ureña. Escribo para que no se “hunda la isla” en mi memoria, para sentirme hijo de Quisqueya y para decirle a mi tierra: “Te dejaré en alto”.
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años siendo más que la casa de las artes escénicas
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bicada en el Centro Histórico de Santiago de los Caballeros (calle Benito Monción), y marcada con el número 37, se encuentra la casa de las artes escénicas: La 37 por las Tablas. Nace con el objetivo de brindar un escenario para la formación y la promoción del teatro y sus diversas expresiones, desde una visión comunicativa, reflexiva y exploratoria, con una perspectiva caribeña. El proyecto se inició en 1999 por iniciativa de María Ligia Grullón y familia, y miembros del Teatro Estudio de la 37. Es sin embargo, en el 2002 que sus 36
puertas se abren al público general. Independiente y de carácter privado, La 37 por las Tablas ofrece a la ciudadanía un amplio programa que incluye talleres y clases de formación, dentro de estos están: la Escuela Experimental de Teatro Integral, Capoeira (arte marcial brasileño), Vida en armonía (sesiones de Yoga), Satsang (prácticas de respiración), clases magistrales y representaciones abiertas al público (Teatro Estudio de la 37 por las Tablas) para los que buscan tener un acercamiento al teatro. Dentro de sus programas educativos han iniciado la implementación de talleres
Por Arlyn Abreu de circo contemporáneo y el teatro de calle, como una forma de promover y fomentar estas variables del teatro. La 37 por las Tablas coordina desde el año 2006 el Festival de Teatro Escolar, que auspicia la Oficina Senatorial de Santiago. Su directora general, la arquitecta María Ligia Grullón, expresa que estos ocho años han significado “una oportunidad de desarrollarse como artista y de educar”. Manifiesta que uno de los mayores logros de La 37 por las Tablas es el reconocimiento de la sociedad y de los artistas de las artes escénicas. Y que conquistar el corazón de la gente y autosostenerse (mantener el proyecto) ha sido un logro asumido con seriedad que le ha permitido colocarse en el lugar que ocupa. Dice entusiasmada, que poseen futuros proyectos que van a permitir desarrollar y fortalecer las artes escénicas. Israel Arias, estudiante del centro cultural, expresa que su acercamiento a La 37 por las Tablas, fue su identificación con el arte escénico. Cuenta de su experiencia en la casa de las tablas, que “La 37 trabaja un teatro vanguardista y experimental. La casa trabaja para desarrollar un actor para diversas facetas”. El principal aporte que ha recibido es crecer como artista y ser más responsable, nos comenta. Dentro de la institución lleva bastante responsabilidad pues es asistente técnico, asistente de producción local entre otras actividades que desarrolla. La 37 por las Tablas, ocho años brindando un espacio cultural de estudio y disfrute del teatro. Ocho años siendo una casa del arte y para el arte. Revista de Arte y Literatura
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n Noviembre de 2009 se celebró el décimo aniversario de esta Revista Mythos, acogidos en el espacio El Oficio de la palabra, que dirige Marcela Mirabal. Se realizó para la ocasión un encuentro cultural en el bar Moisés Zouian del Gran Teatro del Cibao. En esta actividad se puso a circular la edición 43 de la revista, dedicada a Juan Bosch con motivo del año de su Centenario, una edición ampliada que contó con la colaboración de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias. El director de esa institución, el distinguido historiador Juan Daniel Balcácer y otros intelectuales y escritores de Santiago y la Región estuvieron presentes en la celebración. Participaron en la mesa principal, Juan Alberto Peña Lebrón, Juan Daniel Balcácer, Máximo Vega, Manuel Llibre, Carmen Comprés, Marcela Mirabal y Rosa Julia Vargas. Una nota de salutación enviada por Don Bruno Rosario Candelier, presidente de la Academia Dominicana de la Lengua fue leída por Juan Luis Guzmán. A continuación el texto de la misma:
Salutación a la Revista Mythos:
Por Bruno Rosario Candelier
Un reclamo previo me impide estar presente en la celebración del primer decenio de Mythos, pero mi aliento espiritual, mi identificación afectiva y Revista de Arte y Literatura
mi apoyo intelectual secundan y alientan estos festejos en honor a una visionaria como Rosa Julia Vargas, que supo articular un proyecto editorial a una necesidad comunicativa que le ha dado cauce y fervor a las letras cibaeñas. La idea de Mythos se gestó en una reunión del Ateneo Insular en Santiago, una memorable tarde en que la inspiración de Rosa Julia, el entusiasmo de Carmen Comprés y la sugerencia del suscrito se aliaron bajo el fragor de un designio fraguado a la luz de la motivación interiorista de la creación. Revelar el misterio de lo que acontece en su origen es el significado etimológico de la palabra Mythos, en la lengua de los helenos. Mythos es un cauce abierto al talento y la creatividad. Mythos es la expresión de la energía creadora que se manifiesta en el relato, la poesía, el artículo o el examen crítico de nuestros escritores y es también testimonio de la voluntad de convocatoria, la gestión promotora y la valoración de una mujer que ha sabido compartir su entusiasmo literario a favor del desarrollo de las letras dominicanas. Al conmemorar estos diez años de la revista Mythos, saludamos y felicitamos a su dinámica, talentosa y agraciada directora, que ha hecho de la palabra el vehículo de una vocación humanizante y, de las letras, la huella de un ideal fecundo, edificante y luminoso. 37
Por Fior D’aliza Taveras VIRTUDES ALVAREZ PRESENTA SU AGENDA MUJER DOMINICANA EN LA CIUDAD CORAZON La Sociedad Cultural Alianza Cibaeña en unión a la Coordinadora de Mujeres del Cibao, realizaron un acto para poner en circulación en la Ciudad Corazón la “Agenda Política Mujer Dominicana 2010” de la autoría de Virtudes Álvarez, reconocida dirigente de izquierda y vicepresidenta del Movimiento Unidad y Cambio (MIUCA). Las palabras de bienvenida del encuentro, fueron pronunciadas por el presidente de la centenaria institución, Jhonny Guerrero, quien resaltó la utilidad de la agenda, que recoge la vida y obra de insignes mujeres de la sociedad dominicana, tanto del pasado como de la actualidad. De su lado, el directivo aliancista, Juan Núñez se refirió a la hoja de vida de la dirigente de izquierda y defensora del género. La autora de la agenda tipo calendario, expresó que sus pretensiones son resaltar la labor y conquistas de grandes mujeres como Anacaona, las Hermanas Mirabal, Ercilla Pepín, Milagros Ortiz Bosch, Mamá Tingo, Chiqui Vicioso, Yolanda Santana, Rosa Duarte, entre otras que han trabajado por mejores condiciones del género, por la libertad y por la paz. La agenda enfatiza el rol de las mujeres en la construcción de la nueva sociedad, así como la perspectiva de género de reforma institucional del Estado. La mesa de honor estuvo integrada por Jhonny Guerrero, Virtudes Álvarez, Juan Núñez y Yolanda Santana, quien presentó la obra.// CENTRO LEON Y ACROARTE CONVERSAN SOBRE EL MERENGUE El Centro León y la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE), realizaron una interesante y amena conferencia sobre “La supervivencia del merengue”, con la participación de Huchi Lora y Rafael Chaljub Mejía, en un encuentro celebrado en el auditorio de la entidad cultural. El encuentro se desarrolló amparado en el libro “Antes de que te vayas” de la autoría del investigador Rafael Chaljub, quien habló sobre el contenido literario del merengue y su importancia en los procesos históricos de la República Dominicana. La presencia de los ex presidentes de Acroarte fue notoria, así como la directiva completa de la filial de Acroarte en Santiago, encabezado por su Secretario General, el periodista Ney Zapata. De igual manera integrantes del Comité Ejecutivo de la directiva nacional, encabezada por su presidente, Feliz Vinicio Lora; Darío Fernández, vicepresidente, y Máximo Jiménez y Arismendy Vásquez.
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Contó con la moderación de Luis Felipe Rodríguez, Gerente de Educación y Animación Sociocultural del Centro León. Tanto Feliz Vinicio como Ney ratificaron su compromiso de trabajar unidos, y extender estos planes de educación y formación a las filiales de La Florida y Nueva York. Al final de la actividad Acroarte entregó una placa de reconocimiento a Huchi Lora, de las manos de Darío Fernández, Ney Zapata y Yamira Taveras. La membresía de Acroarte, luego de la conferencia, realizó una visita a la exposición “El eterno retorno” de Fernando Peña Defilló, exhibida en los salones de la institución, con obras inéditas del destacado pintor dominicano. TONY RODRIGUEZ PONE A CIRCULAR LIBRO DE CUENTOS El periodista y escritor Tony Rodríguez presentó su nuevo libro “La virgen de los milagros”, un compendio de cuentos basados en personajes y ambientes, mitos y realidades, de Santiago de los Caballeros. El acto celebrado en el Gran Teatro del Cibao fue organizado por el Colectivo Irazú, una organización sin fines de lucro que promueve la cultura y el liderazgo. El licenciado Marún Quezada leyó el prólogo autoría del escritor y crítico Manuel Llibre, en el que se resalta que “en el libro La Virgen de los Milagros, los cuentos cabalgan sobre la línea de la calle, realistas y urbanos, trabajados con un lenguaje escueto y calculado donde se privilegia la agilidad sobre lirismo”. “La virgen de los milagros, como libro, hace gala de un profundo sabor localista y se muestran claras referencias a la ciudad de Santiago de los Caballeros. No es nuevo en el ámbito literario, y concretamente en el de la narrativa breve, la construcción de un libro de cuentos alrededor de un asunto central, como lo constituye en este caso una ciudad y un puñado de sus mitos. Tony Rodríguez logra desplegar su sentido de Santiago en piezas diversas hasta constituir un paisaje general de una determinada sensibilidad”, refiere Llibre en el prólogo. En el acto del Colectivo Irazú también fue presentado el libro “Memorias de Principiantes al género cuento”, la obra de doce estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Dominicana O&M, recinto Santiago, que coordina el licenciado Tony Rodríguez. Los autores son José Manuel Martínez, Jessie Liriano, Ross Núñez, Chavely Chávez, José Miguel Ceballos, Eduardo Guerra, Freddy Franco, Santo Rodríguez, Massiel Espinal, José Ramón Capellán, Martín Domingo Genao e Inocencio Encarnación.
REALIZAN CORREDOR CULTURAL EN ALIANZA CIBAENA
La Subsecretaría de Estado de Cultura para la Región Norte y la sociedad cultural Alianza Cibaeña, realizaron una interesante conferencia en el marco del Corredor Cultural de la Secretaría de Estado de Cultura, sobre el ‘Desarrollo e Impacto de la Microficción en República Dominicana’’ dictada por el escritor Fari Rosario. En la actividad, el presidente de la entidad anfitriona, Jhonny Guerrero pronunció las palabras introductorias en las que resaltó la importancia del Corredor Cultural y su paso por la centenaria institución. Indicó que estas importantes conferencias sobre temas literarios que desde hace unos años organiza el Ministro de cultura, permiten que llegue a un público ansioso de informaciones y conocimientos sobre temas diversos que competen el quehacer cultural de la nación en voces autorizadas como la del escritor mocano Fari Rosario. En su exposición previo a la presentación de su hoja de vida leída por Yaniris Espinal de la Subsecretaria de Cultura, el expositor manifestó que el desarrollo de esta denominación-microficción- usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido, ha sido limitada en ciertos aspectos, aunque cuenta con dignos representantes. Agregó que la microficción como término no es de dominio común, aunque sí las denominaciones de “microrrelato’’, “cuento brevísimo’’ y “minicuento’’, son más conocidas por la población que tiene preferencia hacia la literatura. El joven escritor Fari Rosario, nació en Moca, escenario donde ha desarrollado su versátil trayectoria. Actualmente es profesor de Introducción a la Estética en el Recinto Santo Tomas de la Universidad Católica Madre y Maestra. Ha publicado las obras “Cuentos Profanos’’, “El Coleccionista’’, “El discurso de la Interioridad’’, entre otros más. En la actualidad prepara la publicación de su mas reciente producción “El Columpio de los Sonámbulos’’, una antología de microcuentos dominicanos.//
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