Revista Mythos 38

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Revista Literaria Trimestral. Año VIII. Julio 2008. No.

Cuentos:

Fari Rosario Magdiel Núñez

Máximo Vega

Comenta a Crisantemos y Margaritas

La Tecnología por Alexis Colón

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Palabras

S

i quiero, dijo el pueblo dominicano en la reciente cuestión. Si quiero, dejar al mismo hombre a la cabeza de las decisiones que afecten el destino de nuestra sociedad por los próximos cuatro años, y sus efectos subsecuentes. Si quiero, como todas las encuestas opinaban. Al pueblo dominicano le gusta que el presidente parezca presidente, que actúe y hable como tal, que demuestre que para dirigir hay que cultivar el intelecto y que lo haga sentir orgulloso de estar bien representado fuera de su territorio. Así que la elección y el proceso, dieron cuenta de un pueblo evolucionado.

El tétrico panorama del globo demanda un hombre con atributos. Un grupo considerable de la nación debe dejar de lado “esa innoble incredulidad que impide reconocer la grandeza de un hombre que se conoce bastante”. Este tiene la energía y el buen juicio y parece estar consciente de su papel en la historia. Por eso en mayo se respiró con alivio. Por mucho que se pregonara que era cuestión de elegir al menos malo o al malo conocido, hubo un organizado acto de fe en que éste es el hombre que podrá afrontar la situación

en este momento en que el porvenir de la humanidad nos mantiene expectantes, pesimistas y confusos. Se sabe que para enfrentar tantos retos hace falta más de uno. La política es a veces una dama inspiradora en cuyo vientre se incuban los grandes cambios sociales, pero también es a veces una cualquiera con quien comparten a sus anchas corruptos, mercaderes, patanes, traficantes, nepotistas y el largo etcétera con que ya ni nos sorprende diariamente la prensa. El sendero hacia el poder y el poder mismo obliga a manejarse en esta compañía y hasta a salpicarse de lodo para lograr el primer objetivo del poder, que es mantenerlo. Hay que echar mano de los trucos sucios, de la tradicional humillación disfrazada, de lo que hay de impío “en la mano que se extiende para dar una limosna”, la tarjeta, la funda, las diferentes y más sutiles formas de lanzarle pollos a muchedumbres o repartir papeletas, la dádiva, los subsidios temporales, las botellas presentes y futuras. No hay quien llegue hasta arriba, o se quede, sin repetir ese dispendioso y feroz carnaval. Y ya sentado, comenzar a bregar con alfileres. Los elegidos como los buenos y los válidos para investigar la corrupción y que se suman a ella sin decoro, los aviones cargados de ilegalidades bajo la sombra de otro poder, las cajas fuertes desbordadas debajo de las camas de funcionarios, expuestos por quienes merecen cien años de perdón. Ni supermán puede con todo eso, aunque exista la mejor intención. Debe ser duro calzarse esos zapatos en tan mala hora. Se necesitan muchos más buenos hombres. Existen algunos de capacidad comprobada, en las dependencias monetarias y fiscales por ejemplo, y que son quienes nos mantienen en buena lid con la ineludible y nerviosa prima aquella. Pero hacen falta más, más individuos honrados, eficientes y completos. También los habrá muy buenos en otras dependencias, pero nadie ha votado por reelegir a todos esos que no han dejado su marca en cuatro buenos años.

Y están además esos fallos tan obvios, esa contradictoria y aguada asignación presupuestal en el único ministerio que no debe descuidar un hombre que ha usado esa vía para llegar al tope. Talvez es que no está demostrado que la educación es la clave del progreso de los pueblos. Será que la miseria de toda una población sobrecalificada en la Antilla más grande desmerita a este factor de producción. La balanza, sin embargo, está inclinada hacia el lado de los aciertos, lo dijo el si quiero y el suspiro de alivio que nos regaló esta primavera. Hay que dar gracias porque este pueblo eligió sabiamente y hay que orar, por un futuro donde haya muchos más hombres buenos y que se hagan notar.


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Contenido Biografía de José Mármol

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Carlos Ardavín entrevista a José Mármol para Mythos

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Aforismos de José Mármol 10 Ensayo de José Mármol 12 José Mármol - Sus libros 13 La trinchera secreta - Cuento 20 Arte vivo 21 Lo extraño de la tecnología 22 Máximo Vega presenta libro 24 Cuento premiado de Magdiel Núñez 25 Las nuevas exposiciones del Centro León 26 Nueva tertulia en la Academia de la Lengua 27 Mythos recomienda libros 28

Poesía de José Mármol

Yendo al Sur 16

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Mythos Julio 2008. Año VIII. Número 38 Re­vis­ta Tri­mes­tral. Fun­da­da en San­tia­go de los Ca­ba­lle­ros. No­viem­bre de 1999 Directora: Ro­sa Ju­lia Var­gas

Co­la­bo­radores de los primeros números: • Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega.

Comite editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al­ta­gra­cia Pé­rez Al­mán­zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez.

Myt­hos re­ci­be con apre­cio las co­la­bo­ra­cio­nes de es­cri­to­res y gru­pos li­te­ra­rios y se re­ser­va el de­re­cho de pu­bli­car aque­llas que con­si­de­re opor­tu­nas.

Di­se­ño: Daniel Martínez Maxan S. A. / 809-583-0344

Co­r reo elec­tró­ni­co: myt­hos­re­vis­ta­@hot­mail­.com Te­lé­fo­no: 809-971-0094 • San­tia­go

VENTAS: Li­bre­ría La Tri­ni­ta­ria Ar­z. Nouel esquina Jo­sé Re­yes, Santo Domingo. Cues­ta Cen­tro del Li­bro Su­per­mer­ca­dos Na­cio­nal. San­tia­go y S­to. Do­min­go. Li­bre­ría Thesaurus Santiago y Santo Domingo. Philobiblia Al­ma Ma­ter esq. Jo­sé Do­lo­res Al­fon­se­ca, UASD, Sto. Do­min­go.



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José Mármol Biografía

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oeta y ensayista. Nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1960. Sus obras han sido galardonadas en prestigiosos concursos nacionales e internacionales. Estudió Filosofía y Lingüística Aplicada. Fue profesor de filosofía y coordinador de esa cátedra en importantes universidades dominicanas. Fundador de la Colección Egro de Poesía Dominicana Contemporánea, que ha publicado varios títulos de autores de las últimas generaciones. Miembro fundador y coordinador-director en varios períodos, entre 1979 y 1992 del Taller Literario César Vallejo, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y director del Círculo Literario del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), entre 1985 y 1990. Ha publicado los siguientes libros de poemas El ojo del arúspice (Colección Luna Cabeza Caliente, 1984); Encuentro con las mismas otredades I (Colección Egro de Poesía Dominicana Contemporánea, 1985), Encuentro con las mismas otredades II (Editora Amigo del Hogar, 1989), La invención del día (Ediciones Intec, 1989) con el cual obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1987; Poema 24 al Ozama (Madrid, 1990, con grabados del artista español Rufino de Mingo); Lengua de paraíso (Ediciones UNPHU, 1992), que fue galardonado con el Premio de Poesía Pedro Henríquez Ureña 1992; Deus ex machina (Casa de Teatro, Editora Taller, 1994, con ilustraciones de German Pérez), libro que recibió simultáneamente los premios Casa de Teatro 1994 y el Accésit del Premio Internacional “Eliseo Diego” 1994, de la revista Plural, perteneciente al diario Excelsior de México, y una antología personal titulada

Lengua de paraíso y otros poemas (Editora Amigo del Hogar, 1997). Además, Voz reunida (poesías de 1984 a 1994), volumen publicado por el Consejo Presidencial de Cultura, en 1999, Criatura del aire (Colección Egro, Nueva Etapa, Ed. Amigo del Hogar, 1999, con ilustraciones de Ada Balcácer), Premisas para morir. Aforismos y fragmentos (Colección Egro, Nueva Etapa, Ed. Amigo del Hogar, 1999), La invención del día (Bartleby Editores, Madrid, 2000), Deus ex machina y otros poemas (Colección Visor de Poesía, Madrid, 2001), Premesse per morire (Stampa Alternativa, Italia, 2001). Además, Torrente sanguíneo (Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea, 2007), con el cual obtuvo, nuevamente, el Premio Nacional de Poesía “Salomé Ureña” 2007 y Maravilla y furor (Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea, 2007). Su prosa ensayística fue parcialmente recopilada en un volumen titulado Etica del poeta (Editora Amigo del Hogar, 1997). Además, Rufino de Mingo (monografía), en colaboración con José David Miranda (Arte Español Contemporáneo, Madrid, 1991). Sus más recientes obras publicadas son Las pestes del lenguaje y otros ensayos (Editorial Letra Gráfica, R. D., 2004), El placer de lo nimio (Editorial Letra Gráfica, R. D., 2004), Cansancio del trópico (Bartleby Editores, Madrid, 2006) y La poética del pensar y la Generación de los Ochenta (Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea, 2007). Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés e italiano. Poemas y ensayos suyos han sido antologados en más de veinte volúmenes nacionales e


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internacionales. Produce y conduce el programa cultural Conversación en La Catedral, que se transmite cada semana por las frecuencias de televisión de CDN (Canal 37) y CTN (Canales 30 y 70), y ha colaborado con la edición dominical del periódico El Caribe. Ha participado en congresos literarios internacionales y ha dictado conferencias en universidades y centros culturales de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Ha representado su país en numerosas ocasiones, en los más relevantes festivales y encuentros internacionales de poesía de Iberoamérica, Estados Unidos y otros países del mundo. José Mármol está casado con la reconocida psicóloga Soraya Lara. Sus hijos son: Yasser José y Alberto José Mármol Lara.

José Mármol en los 70’s.

José Mármol con Manuel Mora Serrano y Víctor Villegas

Más información del autor en www.josemarmol.com.do

José Mármol con Vargas Llosa y José Israel Cuello.

José Mármol y su esposa Soraya con Plácido Domingo.

Cumbre Poética Iberoamericana de 2006, que precedió a la Cumbre Iberoamericana de Presidentes. José Mármol en representación de República Dominicana acompaña a otros importantes poetas de Iberoamérica.


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La fascinación del fragmento:

LA AFORÍSTICA DE JOSÉ MÁRMOL ENTREVISTA - JULIO 2008

Carlos X. Ardavín

A

Escritor cubano. Profesor de literatura en la Universidad de Trinity, Tejas.

mediados del pasado año publicaste tres libros: La poética del pensar, que recoge algunos de tus ensayos teóricos más conocidos sobre poesía dominicana; el poemario Torrente sanguíneo; y Maravilla y furor, este último un breve libro de aforismos y fragmentos. Este hecho parecería indicar que la escritura en ti constituye un proceso de lenta gestación, que asume múltiples trayectorias creativas y que a la hora de darse a conocer se manifiesta en diversas publicaciones conjuntas. Poesía, ensayo, aforismos, son, a mi entender, avatares de un poderoso y único núcleo de creación y reflexión. ¿Estás de acuerdo con esta somera valoración? La escritura sigue siendo, para mí, un acto único e irrepetible de soberana invención. Ese instante mágico de brote imaginativo de la palabra es libérrimo per se. No siempre tienes claro si será un poema, un ensayo, un aforismo… En mi caso todo ello es, como bien indicas, parte de un irresistible núcleo de creación y de reflexión. Aprendí de Fernando Pessoa, sin necesitar sus heterónimos, que se puede trabajar en más de un proyecto creativo simultáneamente, al margen de que se trate de formaciones discursivas o géneros expresivos radicalmente distintos. En más de una ocasión he publicado varios libros juntos sin que, sin embargo, en ningún caso haya respondido a la prisa, la presión del medio o el afán de vigencia intelectual. La creación es, para mí, un acto de humildad, antes que de temeridad o de arrogancia. Se ha tratado de proyectos literarios cuyos procesos de génesis y evolución se han inscrito en momentos particulares de mi modesta trayectoria, habiéndome exigido, en forma

inexcusable, sacarlos tomados de la mano a la vista del público. No importa en cuántos proyectos se trabaje a la vez. Lo importante es no precipitarse y hacer de la literatura ese acto de tachar del que nos habló con convencimiento Guillermo Cabrera Infante. Publico, al fin y al cabo, aquello que se salva de mi incorregible manía de tachar. Definitivamente, las distintas formas de escritura responden a un impulso único, irresistible e irrepetible de ese intrincado núcleo de reflexión e imaginación.

nuevos temas. Sin embargo, creo que es la plasticidad, el brillo del lenguaje estético a lomos de la reflexión aguda lo que, en caso de haberlo logrado, distinguiría a Maravilla y furor de mi primer libro de aforismos. Es evidente el mecanismo del escalpelo crítico en medio de una imagen o de un giro idiomático que revienta los límites del lenguaje ordinario o de la intuición profunda.

Quiero fijar mi atención en Maravilla y furor y en tu faceta como escritor de aforismos, que ha sido una constante en tu quehacer literario. En 1999 publicaste Premisas para morir, un libro también de aforismos y fragmentos. ¿Qué lo distingue de Maravilla y furor?

Aventuro que tu gusto por el género aforístico te viene sobre todo de la frecuentación de la obra de Nietzsche. ¿Cuándo y por qué comenzaste a escribir aforismos y fragmentos? ¿Qué autores de este género frecuentas o relees? ¿Es el aforismo en ti una forma menor de la poesía o del ensayo; en qué medida se relaciona el aforismo con el poema o el texto teórico?

Algunos críticos que han leído con cierto detenimiento mi modesta obra literaria han afirmado que el estilo aforístico y sentencioso ha sido parte de mi escritura desde mi primer libro de poemas, El ojo del arúspice, publicado en 1984, en la Colección Luna Cabeza Caliente que creó y dirigió mi amigo y excelso poeta Alexis Gómez Rosa. Tal vez lo deba a mi afición por las tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente, sobre todo por aquellas etapas primigenias en que el mito y el razonamiento, el poema y el silogismo eran una misma e indisoluble expresión. El aforismo y el fragmento son fórmulas expresivas. Es la característica especial, la especificidad en la evolución del pensamiento, la sensibilidad y el estilo lo que permite establecer diferencias entre un libro y otro que responden a equivalentes fórmulas expresivas. Median cerca de diez años entre Premisas para morir y Maravilla y furor. Hay temas esenciales que permanecen, hacen de puente entre ambos libros. En el último aparecen

Voy, sobre tu pregunta, de atrás hacia delante. Un poema, te decía, se nutre de elementos aforísticos. Un aforismo es capaz de condesar la intensidad y la tensión, aunque no la extensión, de cualquier otra forma de expresión del pensamiento y las emociones. Su razón de ser es la síntesis en forma de agudeza. Un gran maestro en el empleo de este recurso, capaz de haber estructurado toda una inmensa obra poética cargada de racionalidad y belleza aforísticas lo es el argentino Roberto Juarroz, quien fue, a su vez, discípulo del maestro italoargentino de la brevedad y la hondura Antonio Porchia. Toda la Poesía Vertical de Juarroz representa un ir y venir del pensamiento a la imagen, del mito al logos, de la racionalidad a la poeticidad. Es la forma prístina de interpretación y expresión del mundo, aquella que no diferencia entre concepto e imagen, entre silogismo y poema. La obra Voces de Porchia, brevísima y sustancial, contiene la densidad del pensamiento más hondo y el dominio ingenioso de


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los recursos del idioma. Nietzsche ha sido, sin duda, un pensador y poeta troncal para mi interés por el aforismo. Casi la totalidad de su obra, salvo algunas como El origen de la tragedia y La genealogía de la moral, entre otros ensayos de juventud, es fragmentaria, sentenciosa, aforística. No hay en ella un sistema cerrado de pensamiento, sino la pluralidad de un torrente abierto de reflexión crítica y redefinición de todo lo establecido en la cultura occidental, desde el intelecto y las formas de saber, hasta la espiritualidad, la ética y la moral. Schopenhauer, otro fragmentario empedernido, fue su gran maestro. Este último bebió de fuentes múltiples del saber oriental, de donde, al parecer, aprendió las fórmulas breves y lapidarias de expresión de ideas profundas. De esa tradición se desprende el autor francés de origen rumano E. M. Cioran, el aforista por excelencia del pasado siglo XX. Enumerar autores leídos y estudiados podría resultar odioso al lector y parecería petulante de mi parte. Además, habría que remontarse a Hipócrates, pasando por Larochefoucauld, Thorow, Wittgenstein y otros en distintas culturas y épocas. Empecé temprano a escribir aforismos, aunque no los publicara sino muchos años después. Sin embargo, apenas empiezo. En Premisas para morir creo que predomina una impronta reflexiva, teórica y filosófica que en Maravilla y furor encuentro también, aunque un tanto atenuada y menos vigorosa, en su primera parte, «Frenesí descalzo». No obstante, su segunda parte, «Amagos de optimismo», parecería una paradoja, al contener una crítica acerba y radicalmente desencantada de la actual sociedad dominicana, de sus políticos y de su futuro democrático. En uno de los fragmentos, te autocalificas de “demócrata esperanzado”. ¿En qué áreas o espacios fundas esta debilitada esperanza? Fue precisamente Nietzsche quien se erigió como verdugo y aniquilador con su sentencia “Dios ha muerto!”, la cual pretendió siempre ir más allá de lo

meramente teológico para instalarse de lleno en el ámbito del pensamiento. Lo que estaba muriendo con ese grito era el Logos; es decir, el pensamiento, la época y la cultura establecidos en la Europa de hasta el siglo XIX. Yo, particularmente, descreo en forma visceral del discurso huero y demagógico de los políticos criollos y, prácticamente, del oficio de la política en general, esa degenerada elocuencia de la simulación. Pero, en Latinoamérica todo lo malo es siempre peor. Lo mismo pasa con el régimen de gobierno que llamamos democracia, que quienes hacen del ejercicio político el más lumpen y a la vez lucrativo de los negocios burdos pretenden reducir al dicho de elegir y ser elegidos libremente, sin siquiera existir libertad real para esa elección, pues, el corrupto y corruptor sistema de partidos te condena, en el absurdo del sufragio universal, a escoger lo menos malo de una casta inservible. Vivimos la era del vacío ideológico y de los principios éticos. Vivimos el grado cero del romanticismo o la furia de las ideologías. Vivimos con un inconmensurable déficit de ideales. El fragmento que citas aspiró a colocar un contrapeso irónico a la noción de demócratas insatisfechos que elabora Mark Mallock Brown, inventando la noción de demócratas esperanzados, que somos nosotros, los dominicanos, víctimas de la marginación, la ignominia y la miseria; pero, con un gozoso sentido de la vida, capaz de soliviantar los más terribles pesares con un trago de ron, un merengue al fondo o una bachata en ristre en el más cercano colmadón. Nuestra democracia, tú lo sabes bien, se vende en cualquier vitrina al mejor postor. Tanto sacrificio y tanta sangre que ha costado, para que ni siquiera se la respete como tal. Vivo, en términos políticos, la esperanza del que se resiste a ser, como se le exige, un desesperanzado. Uno de mis aforismos predilectos de Premisas para morir reza así: “El pensamiento es un artefacto de volar”. Maravilla y furor está lleno de aforismos consagrados a desentrañar el quehacer poético: “No hay soledad más verdadera que la del poeta sumido en la

elección de una palabra”. Ambos aforismos transcritos condensan dos términos ineludibles de la escritura de tu poesía: soledad e imaginación. ¿Cómo las compaginas? El de la creación, y eso, Carlos, lo sabes tú muy bien como creador, es el oficio que más reclama de la soledad. La soledad es la enfermedad por excelencia de la imaginación. No es que el escritor se proponga ser el estepario lobo que quiso ser H. Hesse ni el ermitaño en que se convirtió Thomas Merton. Sin embargo, al creador se le adhiere la soledad de una forma especialmente parasitaria. La soledad es el círculo virtuoso de la imaginación. Igual da en la música, la pintura, las letras, la ciencia, en fin. Estar en soledad, aun te rodeen multitudes, es lo que más se parece a imaginar y crear. ¿En qué proyectos literarios trabajas actualmente, cuáles son tus planes con relación a próximas publicaciones? Estarán pronto en prensa dos proyectos editoriales que combinan el arte fotográfico y el arte de la palabra poética. Los libros Miradas paralelas y Voz propia consisten en la conjugación de sendas series de textos motivados por fotografías artísticas del español Ángel Martínez y del dominicano Ramón Peña, respectivamente. Tengo más ilusión con ver esos libros impresos que la que haya tenido antes con alguno de mis libros. Son fotografías de una calidad y belleza simplemente extraordinarias. Ojalá que mis textos honren esas virtudes de esos dos talentosísimos artistas del lente. Trabajo, además, en un compendio de aforismos y fragmentos que he titulado Tour de perplejos, y también en un libro de poemas que, en principio, he denominado Frecuencia modulada. Tengo también en proyecto, y voy a pasito de hormiga sobre ello, la publicación de una serie de entrevistas de mi programa de televisión “Conversación en La Catedral”, las que he ido reuniendo bajo el título de El libro de las conversaciones. Esta dinámica creativa es la que me gusta llamar palabra en movimiento.


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Maravilla y furor Aforismos y fragmentos Carlos X. Ardavín

Escritor cubano. Profesor de literatura en la Universidad de Trinity, Tejas.

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osé Mármol, como su admirado maestro Nietzsche, ha incurrido a lo largo de su trayectoria literaria en la saludable costumbre de vaciar sus pensamientos y más íntimos anhelos en los antiguos moldes del aforismo y el fragmento. Costumbre que ya en 1999 dio sus primeros frutos en un volumen de bella factura e inestimables contenidos, Premisas para morir. Ocho años después, se publica Maravilla y furor, que constituye una prolongación de la citada colección. De empaque austero y sobria presentación, Maravilla y furor reitera las principales preocupaciones y temas del autor de Lengua de paraíso, agrupándolas

Del libro Maravilla y furor (Aforismos y fragmentos) Por José Mármol

El aburrimiento es la expresión concreta de la más encumbrada capacidad de raciocinio. Hay en él un dejo de vacío, de sordo espanto privativo de lo humano. Las bestias rebasaron ya ese estadio de su historia. Están más allá de tan absurdo y epidémico déficit de optimismo. Toda guerra es absurda, aún si de ella dependiera la paz duradera. La guerra es la expresión fatal de la imposibilidad del raciocinio.

en dos secciones diferenciadas temáticamente y caracterizadas cada una por los sustantivos que componen el título. La maravilla, de profundo sesgo filosófico, se configura en la primera parte, titulada “Frenesí descalzo”, en la que los asuntos predominantes de reflexión son la soledad, el tedio, la melancolía, la muerte, la fe y la religión, el oficio de la escritura y la poesía. Esta última es, para Mármol (como aparece en sus poemas y ensayos), una actividad esencialmente ligada a la inteligencia: “Sentir el pensamiento. Pensar el sentimiento” (p. 32); o bien, “El genio de la filosofía está en la curiosidad. El de la poesía, en el asombro”. Síntesis, por otra parte, de su conocida poética del pensar. “Amagos de optimismo”, la segunda sección de esta nueva colección aforística, está signada por el furor y la rabia, por el descontento y la actitud

crítica frente a las severas realidades sociopolíticas que padece la República Dominicana. A pesar de que el poeta se declara un “demócrata esperanzado” (p. 46), sus reflexiones –de carácter menos fragmentario que las contenidas en la primera parte– se inclinan de forma notable hacia un pesimismo sin paliativos ante la política, la democracia y el futuro dominicanos. El camino colectivo de la patria se revela como uno de perdición (p. 49); la impunidad es el peor de los males que aquejan a la democracia criolla (p. 52); que es catalogada de bananera y carnavalesca (p. 53). Con estos atributos, poco espacio resta a la esperanza. Con Maravilla y furor, José Mármol vuelve a ubicar su aforística mirada sobre las llagas más visibles de la realidad de su país, a la par que nos brinda un maravillado ejercicio de cavilación sobre cuestiones esenciales y una comprimida autobiografía intelectual.

Más que la vida de una persona, la obra de arte desvela la presencia única del lenguaje en la sensibilidad irrepetible de esa persona.

Hay desastres del espíritu que mientras no se hacen realidad no dan nada de sosiego ni al pensamiento ni al cuerpo ni al atardecer.

Vivo atosigado de vacíos, de ausencias, de horizontes sin veredas. Vivo en la cresta de la interrogación y aborrezco las respuestas resignadas al acierto y las conclusiones felices. La plenitud del vacío es el vértigo vital.

La verdadera muerte es la imposibilidad de amar. Un suicida por amor se ausenta, pero, nunca muere. La verdad es un probable acierto, cuya mayor virtud consiste en provocar desaciertos. El conocimiento de las personas nos revela un fiasco, porque apenas se recubren por un tiempo la ignorancia y el olvido.

¿Es posible la paz sin temor a la guerra? ¿Es posible la guerra a no ser como temor? El miedo es, en consecuencia, la esencia de la vida. De lo único que se tiene certeza es de la muerte. Un dicho popular.

No es el tiempo el remedio de las penas. Es la convicción de su inexcusabilidad. Cuando el vacío que funda la existencia te da una tregua, te sobreviene la ilusión de haber sido feliz.


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No temo a la muerte. Aborrezco su recuerdo.

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Un novelista es un burlador que hace de la mentira la verdad de su palabra. Lo dijo Ortega y Gasset, y yo lo he escrito y practicado con mi sangre: “Filosofía es, pues, ante todo conciencia hiperestésica de los problemas, no seguridad petulante en las soluciones”.

La muerte sigue a la vida, y viceversa, como el predicado al sujeto, y viceversa. Lo tedioso no deriva de la ausencia de labores o del exceso de ocio. Esta enfermedad es algo peor. Se descubre el contagio en uno mismo, cuando el pensamiento ahonda en el desgarro, en la desesperanza de advertir que de nada vale hacer y hacer.

Un mediocre es un desesperado con un fino grado de instintualidad y una total carencia de ilustración y tacto. No la espero nunca. Está siempre conmigo. En la dilación estriba su manera de estar. ¡Oh, melancolía! Es más intensa la verdad del amor cuando el ser amado muere ignorando esa dicha. La escritura es la huella visible del pensamiento invisible. Escribir es una forma de sacar a flote, en primera persona del singular, la imaginación y el pensamiento de la tercera persona del plural.

Para un espíritu posmoderno la fidelidad es una quimera enraizada en el fanatismo medieval.

Tentadora es la condición de hombre. Hasta Dios quiso serlo, para sentirse Dios.

La pasión envilece, de igual forma, al odio y al amor.

Un gato que escudriña el misterio del amanecer desde una ventana. Figo, así se llama, es un copo de nieve espectacular. Algún día me dirá cuánto le asombró nuestro mundo.

Lo que más desconcierta a un desesperado no es el sufrimiento por la espera, si no, el sinsentido mismo de la desesperación. Ningún credo hará que me avergüence de mí mismo. Sólo la amorosa ira de un Dios solidario podría someterme. O se es apasionado o se es justo. Ningún hombre podría sobrellevar esas dos virtudes al mismo tiempo. El estruendo matinal de la Zona Cero de New York; el polvorín de odio en Afganistán; el resentimiento judaico y la obcecación arábiga; la demagogia tiránica de Cuba y la humillación colonial boricua; la carnicería de asombro y estupor en Irak no son más que un reflejo de la degradación humana, que ve en su propia destrucción un espectáculo estético, narcisístico, y sobre todo, informativo. En toda religión habitan una extensa metáfora y un chantaje emocional. La fe es harina de otro costal.

Si no es dicho con su propia y tibia sangre, nada podrá interesarme de un escritor. La fuerza de la sangre traza el camino de la verdad Luego de embriagarse del pasajero poder del Estado y llegada la hora final de la derrota, los intelectuales de servicio, humillados y llorosos, se arrodillan en silencio ante la sociedad. Olvidan, los imbéciles, que salir de la escena no equivale a borrar la historia. De la fuerza expresiva del arte es el testimonio lo que tiene valor. La comprensión y el conocimiento han de ser atributos del artista. Nada aportan a la obra en sí misma.

Nada más completo que el dolor. La felicidad es un eclipse de tedio. ¿Qué puede valer un hombre si ha mentido? No es por la sinceridad que vale un creador. En esto se equivocó Tolstoi contra Shakespeare. El poder del genio está en la simulación. La escritura es un recurso lúcido de la esquizofrenia.

Su vida es ya ceniza y vacío verdaderos.

La escritura es borradura de las huellas del alma. Quien tacha más de lo que escribe tendrá luego poco de qué arrepentirse.

En toda guerra triunfa la ignominia sobre la razón.


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Apuntes inconclusos sobre el amor José Mármol

L

Poeta y ensayista dominicano.

os nuestros son días en los que predomina una atmósfera de caída, de derrota, de fracaso existencial y remordimiento histórico. Un aire de hecatombe y vaticinios apocalípticos. Lacondiciónhumanahaidoavanzando aceleradamente hacia una trabajosa cultura de muerte, de incertidumbre vital, de tórrida expectación, aunque de aciertos tecnológicos y de relativo conforte. Todo esto nos brinda concierto y desconcierto; certezas y dudas; razón y cerrazón. La cuestión clave es la pregunta sobre el amor. Más que por erudición o por establecimiento de incontrovertibles criterios de autoridad, creo conveniente recordar algunas reflexiones clásicas sobre la materia. El amor es, a grandes rasgos visto, un impulso vital identificado, casi siempre, con el sentimiento de felicidad. De acuerdo con Aristóteles, la felicidad es actuación, energía, esfuerzo. De ahí el sentido de equivalencia que las personas y la sociedad otorgan a las manifestaciones espirituales e instintuales del amor y la felicidad. En un curioso ensayo que Ortega y Gasset (quien trata en otro momento y de manera particular el tema del amor) escribió como prólogo al libro Veinte años de caza mayor, de la autoría del Conde de Yebes, el filósofo español sustenta que la vida, que es mero estar ahí, se ocupa, se llena con actividades que pueden ser, de acuerdo a como se logre combinar el oficio con el ocio, actividades trabajosas y actividades felicitarias. El trabajo, se infiere de este aserto, es un tormentoso esfuerzo, por demás, condicionado, no libérrimo. La felicidad, en cambio, es aquello que se obtiene al ocupar la vida en asuntos libres, lúdicos, poiéticos. El amor es, pues, una actividad felicitaria, si seguimos esta perspectiva orteguiana, coincidente, además, con la aristotélica.

El amor es conocimiento, ha dicho Paracelso. No puede ser grande el amor que sentimos hacia una persona o cosa si no es grande, a su vez, el conocimiento que de ella se tiene. André Maurois y Erich Fromm, en lecturas que recuerdo, definen el amor como un arte. El amor es un arte cuya realización requiere del amante conocimiento y esfuerzo, antes que espontáneo tropiezo o capricho azaroso. Pero todo arte es, al mismo tiempo, un talento, vale decir, una capacidad. Y sobre todo, una capacidad creativa. Es, pues, el amor, creación, invención que se cristaliza en la capacidad de amar, y no precisamente en la pasividad de ser amado. El que ama incondicionalmente es el creador, el auténtico capaz. El que espera ser amado con pasividad hace uso de ciertos mecanismos de poder, y no de saber; se solaza en la convicción de tener y no en la plenitud de ser. En cuanto que arte, el amor necesita ser aprendido y cultivado, pensado y practicado. El proceso de concreción del hálito amoroso echa por la borda la preeminencia del éxito material. Entiendo que el amor es conjugación y no conjunción. Es unidad y no identidad. Unidad de lo diverso, conjugación de entidades libres y diferenciadas. El amor es síntesis armónica de diferencias y contrastes. Es lo diametralmente opuesto al desamor. Es comunidad de proyectos vitales, de sentimientos e ideales y no invasión o eliminación de las individualidades respectivas. Mi amor ha de acrecentarse y liberarse en su realización con el crecimiento y la libertad del ser amado. Amar es el arte de dar a los demás sin esperar recibir. Esto significa que el espíritu amoroso ha de estar en actitud y aptitud de dar al prójimo como si se diera a sí mismo. Me doy siempre sin esperar nada de mí. En la concreción del amor hay que hacer de esta ascesis una verdadera praxis. El amor encierra un arte y una filosofía de desprendimiento y entrega; de despojo del yo en la sublimación del otro. El amor deviene, pues, como deviene Dios en los

sermones del Maestro Eckhart: un fruto de la nada. Platón define el amor, en palabras que Diotima dice a Sócrates en el Banquete como “el deseo de poseer siempre el bien”. Dado que el objeto del amor es la posesión del bien, entonces, y por necesidad, “el amor es también amor de la inmortalidad”, dice el filósofo griego antiguo. La mayor capacidad del amor estriba en su fuerza para generar y crear en lo bello, más que ser culto de lo bello. Esta capacidad creadora está facultada para hacer pasar cosas o ideas del no ser al ser, de la nada a la objetuación o concreción. El amor es capaz de engendrar una fuerza propulsora que se maravilla ante el esplendor del cuerpo, ante la seductora volumetría de la carne armonizada. A este goce, a veces impúdico, también se le ha de llamar amor, siempre que su deleite descanse en la veneración, el respeto y la consideración del ser amado. Esta acepción difiere del culto al sexo y su degeneración. En la incapacidad de amar, a veces representada como enajenación sexual, estriban la arbitrariedad, la confusión y el jaez suicida y depravado de la sociedad actual. Para evitar esta degeneración, hay que amar intensamente aquello por lo que se trabaja y trabajar incansablemente por aquello que se ama. De manera que, aquí, la trabajosidad orteguiana, vista más arriba como actividad de la vida, adquiere una configuración afirmativa. Joaquín Sabina es, para mí, además de un ácido y certero cronista de la vida contemporánea, un filósofo vestido de cantor. Su trova descansa en la sabiduría, en la reflexión. En una de sus canciones (o silogismos libres, si se quiere) afirma que “amor se llama al juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño”. El trasunto de esta concepción del amor consiste en asumirlo como necesidad mutua, en la dinámica de los amantes, de abandonar o romper con su condición originaria de seres unitarios y solitarios. El amor invita a la auto separación y el auto abandono en procura de la ilusión y redención del ser amado. Lo natural y,


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consecuentemente saludable, es, pues, la soledad, la mismidad del yo. Con el acto y arte de amar ese yo, solitario per se, se embarca en la tarea de abandonar su íntima soledad para compartir alma, tiempo y espacio con otro sujeto con alma, tiempo y espacio propios y diferentes. De ahí, la probabilidad del daño mutuo que refiere Sabina. De ahí el desarraigo que produce la suplantación (imaginaria o real, pero, definitivamente sentida) de una condición existencial que se había asumido como natural y originaria: la soledad. Todo amor es compasión llegó a decir Schopenhauer en su enjundioso análisis sobre la estructura metafísica de las costumbres, en el cual riposta principios básicos de la filosofía kantiana. Esta es una percepción honda y poco festiva del amor. En cuanto que compasión, el amor es, pues, una flaqueza y no precisamente una virtud. Es una carencia, una aflicción. El amor tiene así una naturaleza negativa. Por ser una carencia en los seres humanos, una misión vital importante es la de satisfacer esa carencia; pero, esa satisfacción

supone un dolor difuminado, y por tanto, una desdicha antes que una dicha positiva. El sentimiento de compasión implica una dinámica mediante la cual el ser que ama intenta aliviar, con el ser amado, sus propios sufrimientos y los sufrimientos de quien ama. El amor es, así, comunión de sufrimientos y no felicidad. Esta acepción de un filósofo no cristiano tiene un tinte cristianamente compatible con la noción de culpa y la ética amorosa y caritativa del cristianismo. No hay amor puro y verdadero sin compasión, y de no ser así, entonces de lo que se trata es de un mero egoísmo. El amor y su opuesto, el desamor, conllevan pues a una mixtura de lo puro y lo impuro, de la compasión y el egoísmo. En definitiva, nada peor para un amante que en vez de auténtico amor encuentre en quien supuestamente le ame tan sólo piedad. La piedad es el reverso incandescente del amor; no así de la caridad, que es otro universo. En la Grecia antigua enamorarse era asunto de mujeres; el hombre evitaba el enamoramiento por considerarlo

una enfermedad, una manía, una irracionalidad cargada de cierta posesión demoníaca. Lo que importaba era la adoración del cuerpo y del sexo; sobre todo, fuera del matrimonio y sin que importase mucho el género (masculino o femenino) del amado. Costó siglos que esa cultura alcanzara la dimensión espiritual del amor. Creo que hoy día es esa dimensión espiritual la que predomina en la concepción del acto amoroso en sus múltiples manifestaciones. Los antiguos vivieron ya nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Lo que a la sociedad actual resta es superar los límites de aquellas concepciones del mundo y sus ideales. El amor es, en definitiva, una paradoja que envuelve en una simultaneidad relativa la alegría y la tristeza, la pasión y la fatiga, el compromiso y la libertad, la cordura y la locura, el deseo y el rechazo. El amor es un constante cambio, cuyo movimiento pendular oscila entre la ilusión y la realidad. Del libro “El Placer de lo nimio” 2004

Libros de José Mármol Poesía • Torrente

Sanguíneo José Mármol (2007)

Antología Poética Selección y Prólogo de Médar Serrata José Mármol (2004)

Deus ex Machina y Otros Poemas José Mármol ( España, 2001)

• La Invención

del Día José Mármol (España 2000)

• Voz Reunida

(Obras) José Mármol (1999)

• Criatura Del Aire

José Mármol (1999)

Ensayo •

Deus ex Machina (Premio de Poesía 1994, Casa de Teatro) José Mármol (1994)

• La Poética del Pensar y la Generación de los Ochenta José Mármol (2007)

Lengua de Paraíso y Otros Poemas José Mármol (1992)

• La Invención del

Día (Premio Nacional 1987) José Mármol (1989)

Encuentro con las Mismas Otredades (2) José Mármol (1989)

• Encuentro con las

Mismas Otredades (1) José Mármol (1985)

El Ojo del Arúspice (Poemas) José Mármol (1984)

• Cansancio del Trópico José Mármol (2007)

• Las Pestes del Lenguaje y Otros Ensayos José Mármol (2004)

• El Placer de lo Nimio

Aforismos •

Maravilla y Furor José Mármol (2007)

Premisas para Morir José Mármol ( Italia 2001)

Premisas para Morir (Aforismos y Fragmentos) José Mármol (1999)

Otros escritores escriben sobre José Mármol

• Anatomía de un Poeta

José Mármol (2004)

José Mármol Carlos X. Ardavín [editor ](2005)

• Ética del Poeta

• El Búho y la Luna. Entrevistas

José Mármol (1997)

a José Mármol Basilio Belliard [ editor ] (2005)


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Revista de Arte y Literatura

Poesía de

José Mármol

Del Libro Torrente Sanguíneo La fiesta Nuestra fiesta ha terminado. Se han marchado la risa, el deseo, los milagros. Nos duele un ademán, una palabra escasa, un secreto. Respiramos en un bosque de raíces iracundas. Pena es ir al alba juntos por un follaje denso, por un puente vencido, por un río sin lecho ni rumor. Angustia descender el camino de la noche, si tu vientre no respira, si no descansa el ángel en la bruma de tu sexo. Nuestra fiesta ha terminado. Queda el aire aciago de la muerte, el orden congelado de la desolación. Nuestra fiesta ha terminado. Ya vuelan, sobre nuestras miradas, los murciélagos tristes de la putrefacción. Táctica de vuelo (I) Si estremece las nubes un 737 ¿por qué sostenerme no pueden a mí? El estrépito del lince metálico en sus bosques, el estruendo en las turbinas, virulencias, la orden de amarrarse el cinturón. ¿Por qué no sostenerme, si saltara? ¿Acaso no se trata de húmedo vapor y consistencia táctil del aire lo que vuela? Las nubes se compactan como rocas de algodón. Perfecta simetría, extendida y desértica llanura de quietud. El 737 se desliza solitario, suspendido casi, elegante y rapaz. ¿Por qué no sostenerme, si saltara? La sobrecargo roza su muslo en mis rodillas, me sonríe y rescata del letargo y el pavor. ¿No es, me pregunto, consistencia táctil del aire lo que vuela? Para cuando regreses Llegas sin por qué, así no más, como suelen ocurrir los accidentes. Llegas y te instalas en mi plexo una hierba silvestre, un frágil de amarillo, un surtidor de augurios en vacaciones muertas. Tu llegada es señal de victorias y derrotas, indeciso acontecer de inequívocos fracasos. Vienes de mares desbordados y monstruos de neblina. Vienes del centro de la noche y sus caminos ciegos. De la nada vienes, la ruta más precisa del hastío al furor. De todas partes vienes, porque sí, por un tal vez, por lo inesperado del destino y sus conciertos. Llegas sin por qué ni para qué, así no más, como suelen llegar los accidentes. De inadvertida te disfrazas, con harapos de ti misma. Llegas sin venir, como las premoniciones. Llegas y no estás y no te has ido y nunca más por siempre y para qué.

Suite B, Hotel Da Vinci Al concierto barroco de tus iras. Al susurro dilatado de tu voz en penumbra. Al verano puntiagudo del mar que llevas dentro. A la blanca piel delgada que recubre tus pisadas. A la gracia de tu caos, de lunes a diciembre. A la caída lenta de tus ropas al tobillo. A la cuadratura marina de tu cama paraíso. Al cereal comido en sus orillas amansadas. Al yogur removido por la magia de tus dedos. A las uvas congeladas por la ira y el furor. A la consagración del naufragio, a la espiga ritual de tus ancestros. A todo eso canto con arpegios de dolor. Vencido ya y tirado contra el polvo y las cenizas, lo presiento, este lugar es bello como un cementerio añejo. Barrocos grabados con historias de pasión, catedral de objetos nimios, la selva de metal que inventara Giacometi, el libro de Kundera, el resplandor tranquilo de tu rostro en el espejo. ¡Poderoso caos, deidad de los reinos que van a perecer, no me robes el prodigio de morir entre sus muslos! Este lugar es tibio como un beso de tu sed. Monólogo de las hermanas A Tatá, Elita y Rossi Ladra el amanecer, inconsolable y gris. Perro viejo con miedo a la invención del sueño. La carroza del olvido disminuye su presencia, la llegada se vuelve materia suspendida: tiempo que no atina en el tiempo a suceder. Una estación es siempre lugar de la nostalgia, lugar del hasta aquí, del adiós, de allí me muero. Vengo del devenir y cada incertidumbre ya es recuerdo. La memoria es un charco de incumplidos deseos. Ladra el amanecer. Estoy tan lejos hoy de todo cuanto adoro. ¿Quién nos dictó un destino? ¿Quién separó las rutas de aquel viaje soñado? Escucho sus voces. Prefiguro en la distancia sus rostros sonreídos. Y no ha pasado el tiempo, todavía. Y los niños que fuimos no han salido a jugar. La casa diminuta en calle firme, ¿la recuerdan? La solariega casa del parque, frente a Elsie, la niña que moría de tétanos y sed. Vengo del porvenir incierto. Estoy tan lejos hoy. Y sin embargo son premoniciones los recuerdos. Tiempo que no atina en el tiempo a suceder. Concertino en Re Menor Para Yasser y Alberto Nunca vieron la luna resolver su semblante en el agua temblorosa de un cristal. Misteriosa, si la botella verde; fascinante, si blanca o en pulido espejito de oración. Nacieron a orillas del mar, en claros días de asombro, cuando ya toda la sangre inocente había secado.


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Pudieron, pequeñines, abrir los ventanales del alba con llovizna y tocar sonreídos la llegada de la luz, el sigiloso paso de la niebla entre los pinos. ¿Qué será del hombre?, me pregunto, mirándolos crecer, y reordenar el cosmos con la punta de sus dedos. Sus manos hacen nudos tan hermosos, con madejas sonoras de galácticas batallas, con palabras, imágenes y nutrido color. Mis manos conocieron las entrañas del suelo, buscaron, temerosas, lombrices y maíz; lustraron las botas austeras de mi padre y las ubres calientes de las vacas del establo. Afanadas mis manos, tras un poco de luz, persiguieron la forma incontenible de las cosas. Sus pequeñas manos, por fortuna, exploran con astucia la selva digital. ¿Y del mundo qué habrá sido?, me pregunto, mirándolos crecer y crecer y estar despiertos. Amanecer de montaña A Miguel y Arailda La cabaña del poeta es un suspiro acaso en mitad del esplendor. Demasiadas son e indescifrables las leyendas que guarda la madera de los techos. Testigos de lluvias torrenciales, de crímenes ocultos, de fugas juveniles en que las muchachas tiernas descubren las delicias del sexo. Vigías de funestos incendios veraniegos, esos troncos de pino silvestre son un sueño. Arrugadas y firmes, con maltratados bordes y golpes de pobreza, benditas sean las manos que pulieron esas piezas, olorosas aún, ricas en vetas, en cuya difícil geometría de lo alto (como en los obeliscos de piedra del imperio) mil hazañas se cuentan, mil amores perduran. Sólo tienes que mirar fijamente las texturas. Sólo tienes que olvidar los demonios citadinos. La cabaña del poeta es un acento breve en mitad del esplendor. El rocío se ha vuelto puro hielo y reposa sobre la piel tan nueva de la fruta demorada en su caída. Y mientras canta el gallo, calienta una hoguera, los gansos atizan la llegada espesa de la luz entre la niebla, quédate fija allí, sobre la blanca sábana, en silencio, y podrás conocer lo que en su idioma cuentan las infinitas voces del tiempo en la madera.

Selección de poemas del libro Criatura del aire Mentira Era un amor de furias y ternuras felinas, de aves de rapiña y playas coloridas. Ola trotando al centro de un jardín sublevado. Un amor que dijo a la llama: “ahora brilla, ilumina las crines del oscuro”. Un amor con lenguas posesas de una rabia, una historia mentida de ninfas congeladas. Ella estuvo, yo miraba, tan segura de ese amor. Sembró sus ascuas rojas en un trozo de aire y en la extensión de un soplo su duración moría. Ella estaba, lo quiso, podrida en ese amor. Su desmayo dejó, resbalosos y fríos, dos pececillos blancos, sus manos, en mis dedos. Era un amor de potros salvajes, mantarrayas, pájaros nocturnos, blasfemias, liebres, grillos. Era un temor de inútil ceniza y tierra helada. Era un amor, es triste, era un fervor y un trueno. Abandono Dios está muy triste, inconsolable, solo. Ya no habla el idioma secreto de las cosas, no se hincha su mano si a la flama del mundo la entrega, no lacera su piel un látigo que asedia, ni sus labios enjuga ni su mirada honda predice los percances. Nada hace derramar volcanes en su verbo, ni presunción humana que importune su fatiga. Dios está muy triste, abandonado, frágil, a pesar del ancho caudal de sus misiones. Dios está muriendo, nuevamente, Dios está muy triste, desarraigado, mudo. 5) Los artistas se nutren del desasosiego. Las guerras los revientan, mas encumbran el genio. La muerte los seduce, los encanta, los aterra con la misma pasión que un cuerpo bien desnudo. Los artistas presagian estaciones de desastres, las amenazas ígneas, las rabias siderales, la fría ceniza en los polos del amor. Mientras los hombres lloran por lo acontecido, los artistas padecen tragedias por venir. A tu manera Virgen a tu manera, la manera mejor y más hermosa de ser virgen Julio Cortazar Tu boca me dice que jugamos con fuego desde un fuego y las manos son icebergs luminosos, hacia el fuego atinan, mas encienden su juego. Los ojos son naves distraídas timoneadas por ráfagas y bramidos de fuego. Las piernas son ascuas extendidas, dos lenguas de fuego y dos lenguas más de fuego. Tu boca dibujada por el mástil de mi dedo, tu boca como barca de fuego sobre un fuego. Ese murmullo, el trazo de tu lengua por el aire, esa ingrávida forma de bañarme con tu fuego. Tu boca me dice los peligros del juego, mientras los cuerpos abren, sin temor, todas sus llamas.

Ilustraciones de Ada Balcácer para el libro Criatura del Aire.

Continúa en la página 19.


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Yendo al Sur Rosa Julia Vargas

E

l reciente Abril de 2008 concretó un viaje al Cono Sur un grupo muy singular. El único requisito para calificar era tener los abuelos en común. Una de las primas lo organizó en un par de meses después de quedar deslumbrada por la belleza del paisaje chileno, y después de confirmar el interés de los demás por agregar a Argentina y a Brasil, ya que volar 8 horas hacia la Antártida amerita tratar de apreciar en parte a todo el Cono. Así que vinculados por la sangre y los recuerdos infantiles nos fuimos hacia el Sur. Después de la escala en Panamá, llegamos a Santiago, la capital, donde nos topamos con la sorpresa de que a pesar de estar entre cordilleras esa es una de las ciudades más contaminadas, a decir del guía, por no sé qué fenómeno que deja sin escape la polución. Pero lo olvidamos pronto y nos fuimos de visita a la casa de

Neruda y entre versos y anécdotas de sus amores con Matilde y su casamiento con la Delia tan madura, nos llegó la hora de un show nocturno con parrilla incluida, sin acordarnos de que sólo se había dormido un poquito en el avión. Ahí se bailó hasta merengue y por bullosos nos buscaron la bandera de RD. Al otro día el City tour, los cerros altos de la ciudad, los perros realengos que deambulan protegidos y a sus anchas, las peleas históricas con los mapuches y la visita a un viñedo, para mostrar las peculiaridades de uno de los mayores productos de exportación de ese país. Nos dieron una copa con el nombre Concha y Toro, que milagrosamente sobrevivió por dieciocho días en la maleta atestada con ropa de invierno, y nos llevaron al casillero donde vive el mismo diablo y lo vimos entre las barricas y en la oscuridad, con tridente y todo, después de habernos tragado las muestras de tres diferentes vinos.

Después en un bus-cama enfilamos de noche hacia el Sur, hacia la región de la araucanía lacustre (para mi fue muy gratificante estrenar términos en español que no se requieren en nuestra geografía). Aquí nos escoltó el único chileno desagradable que nos topamos en todo el viaje, posiblemente trasnochado, pues todos los demás eran educados y agradables. Los sillones para dormir estuvieron sabrosos y el viaje transcurrió sin novedad, arrullados a veces por ronquidos decentes provenientes de los más insospechados. Y al llegar caímos en los brazos amables de Cristian Bragado, quien nos acompañó, para satisfacción de todos, durante el resto de la travesía por su país. Arribamos al hotel de Pucón, construcción antigua y palaciega equipada modernamente, enclavado entre dos paisajes deslumbrantes disponibles desde las habitaciones, al fondo el lago Villarrica y al frente el volcán del mismo nombre, inédito para la mayoría de nosotros, quienes observamos con respeto y con reparo ese desahogo de las entrañas del mundo cuyo embrujo es tanto que atrae a la gente a convivir con el riesgo


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de ser arrasados por su destructiva y ardiente descarga o lo que es peor, con el de ser asfixiados por sus cenizas. De ese rastro de rocas abrasadas de antiguas erupciones recogimos algunas muestras mientras nos confundíamos con los lagos, los saltos y volcanes que abundan en la Cordillera Caburgua en camino a las termas de Huife donde disfrutamos a medio día de un baño ardiente que nos lavó los trasnoches y estropeos. Continuamos dirección Sur hacia Valdivia tratando de pronunciar en mapudungún, lengua de los mapuches naturales de esas tierras, los pintorescos nombres con que nombraban la naturaleza que los circundaba. A la llegada, todos reaccionamos emocionados ante el anunciado fenómeno de observar a los lobos marinos con sus pesados cuerpos arrastrarse por las aceras y los muelles, compartiendo en prudente cercanía con los humanos. Dijeron que está en estudio descubrir las causas del comportamiento de esa especie, pues debe haber algo más que las sobras que les tiran del mercado fluvial para tomarse tanta confianza en las costas del río de Valdivia. Nos quedamos en el Hostal Río de Luna, romántica estancia frente al apacible río Calle-Calle, con muchas escaleras para muchas maletas, inconveniente superado

por la extrema cortesía del personal y el propietario. En la noche una visita a la fábrica de cerveza, otro de los aportes de la presencia alemana por la zona, quienes llegaron a poblar toda esa área durante el Siglo XIX. Noche memorable que a causa de cuatro cilindros de Kunstmann y algunas diferencias de criterio para percibir estampas del pasado, se usó como terapia familiar y acabó sirviéndole al grupo para descubrir que con el tiempo se hace cada vez más sólido el pedestal sobre el que descansan los perfiles de los ancestros. Después de la sesión de terapia, al otro día un reconfortante paseo en barco, con almuerzo a bordo, por ríos y bahías y desembarco en varias islas, donde nos metieron en una tumba de esclavos en una y en otra una anciana nos contó, hasta casi hacernos perder el barco, su historia de amor platónico con un marinero del caribe con quien todavía se cartea. Nos adentramos en la Patagonia pasando los días, en ciudades y puertos con arquitectura de marcada influencia alemana, pues por ellos fueron fundadas cuando no existían carreteras y era más fácil comunicarse en embarcaciones de lago a lago. Aquí se nos confundían los puertos, Puerto Octay, Puerto Varas, Puerto Montt. En las cocinerías de Angelmó, frente al estuario de Puerto Montt, se bebió y se comió pescados y mariscos de tanta variedad en un ambiente tan impresionante que averiguamos si podía volverse hasta allá directo por avión, pues todo el mundo quería repetir esa fiesta de los sentidos, esa explosión de sabores y de éxtasis visual, en compañía de lazos mas

estrechos. Esa noche dormimos en Puerto Varas en el Colonos del Sur, situado en un punto muy alto, con una vista espectacular. Nos dirigíamos al otro día a la Isla Chiloé, descrita por Marcela Serrano en uno de sus libros. El recorrido por la isla, con paradas frías y envueltos en vientos tormentosos nos hizo merecedoras del adjetivo mapuche de Neruda cuando las féminas acabamos todas convertidas en chasconas. Todo el trayecto lo utilizó el encantador Cristian para narrarnos historias y leyendas del folclor de esta isla plagada de seres mitológicos y supersticiones. El trauco fue el personaje que más gustó,


18 Mythos un enano deforme y seductor, culpable de desflorar doncellas y responsable de todas las barrigas de paternidad desconocida. Algunas de las damas presentes se interesaron por los bosques donde suele aparecer, pero se aclaró que lo del hombrecillo son las vírgenes. Y por fin cambio de fronteras, a cruzar los Andes hacia el oriente para llegar a Bariloche, tierra argentina. Este trayecto, el cruce de lagos, que una vez leí lo realizó el Nóbel de Chile en mula, deteniéndose en refugios durante meses mientras escapaba de la convulsionada política, me pareció una experiencia única. Se hace alternando autobuses y barcazas, algunos modernos con calefacción y otros primitivos, por senderos altos a través de la feraz vegetación, ante un panorama tan grandioso y deslumbrante que no permite fijarse en detalles como los precipicios que bordean. En la parte de navegación se llega a creer que si hay un paraíso debe lucir así, como esa mezcla de lagos y montañas bautizadas con nombres indígenas, Llanquihue, Petrohué, Peulla… hasta el paso de la frontera, un trayecto que todavía se nota casi intocado por el hombre excepto por algunas casas que desafían la naturaleza, con acceso sólo a través de embarcaciones. Bariloche es una ciudad de encanto donde se observan preciosas casas, cada una con colores y toques particulares, enmarcadas en el mismo y peculiar estilo de chalet de vacación invernal. De inmediato te ofrecen productos de Rosa Mosqueta para alisar la piel estrujada por los años, y te suben en aerosilla al Cerro Campanario, donde se observa desde arriba el trayecto paradisíaco antes descrito. Se siente que definitivamente hay que volver ahí. Lavandas, hortensias y el arbusto de la rosa mosqueta crecen silvestres. Y en las plazas ofrecen mansos y suaves San Bernardos para retratar por paga. Aquí hubo que sacar los abrigos de verdad, puesto que la primavera boreal coincide con el otoño austral, y con nuestra naturaleza del trópico, el otoño es puro invierno. Nos dijeron que allá en el Polo Sur son los únicos que sudan en navidad. Y les cuento, como dirían los boludos, que llegamos a Buenos Aires por avión. Ellos al parecer han perdido

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su emblemática arrogancia. Los guías saben poco de Borges y la primera impresión fue fatal. Nos quedamos en el Rochester, en pleno centro de la ciudad. Entrar al mar de gente de la calle Florida es correr el riesgo de que te dejen la cartera vacía. Buscones por doquier atrayendo al turista hacia sus tiendas de carteras y chaquetas de cuero. Niños descalzos por las calles me inspiraron el consuelo de tonta de que nuestros pedigüeños tienen zapatos y no tienen invierno que soportar. Lo mejor de Buenos Aires, y que me excusen los adoradores de esta ciudad -de tangos y caminitos, de indiscutible atractivo arquitectónico y cuna de ilustres escritoresfue un letrero en una calle que no sé porqué me recordó una frase acerca de las semejanzas y las puras coincidencias: “Dicen que llueve pero nos mean”. Del aeropuerto de Buenos Aires despegamos casi al punto de congelación las que proseguimos al Brasil, no tenían calefacción y descubrí que las chaquetas de cuero no funcionan con frío real. Para colmo sólo permiten una maleta o 22 kilos, lo que debieran advertir antes de meterle por las narices al turista tan buena carga de piezas de cuero. Y ya llegando a Brasil, nos lamentamos por los que se perdieron la mejor parte. En el Luxor Regente, frente a Copacabana, descubrimos que éramos vecinas de Paulo Coelho, cuando fuimos por él, nos dijeron que su balcón era el del piso 9 como dijo en una entrevista y que estaba en Francia. Entendí su creatividad ante ese horizonte brillante plagado de gaviotas, pura y extensa playa en medio de la ciudad. Y luego al Monte Corcovado en tren, por vía de lo que llaman, con razón, La cremallera. Un vendedor de CD’s nos grabó integrándonos al impresionante

lugar, mientras nos llamaba las guapas de Dominicana. Con complejo de actrices llegamos al tope, para descubrir que hay puntos en el mundo que suelen llamarse maravillas, donde la grandeza del hombre parece hacer tangente con la grandeza divina, y uno de esos puntos es el Cristo sobre el Monte Corcovado en Río de Janeiro. Hay a sus pies una capilla con música del cielo. Agradecí los lentes oscuros para disimular lo que sentí, pero dejé de sentirme mojigatosa cuando vi a otros secarse los ojos. Un baño en Copacabana que es buena de verdad, compras de bisutería, figuras en piedras, y todo lo que hay en la feria artesanal a todo lo largo de la playa todas las noches, sin alejarse mucho del hotel para no ir a caer en medio de una favela después de que lo advierten tanto y después de haber visto Ciudad de Dios. Al otro día nos despedimos del olor y del contacto con las tierras lejanas; felices y satisfechas de haber contemplado tantos lugares increíbles, pero impacientes ya por dormir en el lecho que es de uno y volver a la certidumbre de los hábitos. Terminamos el viaje al Sur como acaban todos los viajes, cargados de nostalgia por esta tierra tibia, por el abrazo de los queridos, las llamadas de bienvenida, los perros moviéndonos la cola, las plantas sonriendo florecidas, el café de la tarde en compañía y cada quien a lo suyo y a los suyos.


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Revista de Arte y Literatura Viene de la Pág. 15

Poesía de José Mármol. (Continuación)

Del Libro El ojo del arúspice Pecado genial más perfecto que Dios es Genaro Dios crea... sí pero no trabaja Genaro trabajando creó a Dios fundó la magia de la harina que no ha comido Dios la trampa fue Dimas del espejo en el que nunca Dios ha podido mirarse ________________ Genaro: panadero, hombre sensato que llevaba a mi infancia el pan por las mañanas. Dimas: creador de sublimes vidrios baratos, marcos para cuadros, reparador de espejos.

Residuo de esperanto el signo agarra su objeto y lo desfonda lo niega se distancia la poesía nos indica permanente vislumbre el poema infinita torre de Babel diana del ser puente del idioma al mundo hecho imagen la palabra permanece a un minuto del sentido el cuerpo de la idea es el poema la carne de la historia brota del lenguaje como un chancro sucesos y tú somos un mismo acaso trozo firme de sílex sobre un viento de abril mi póstuma batalla es el poema que nunca retrocede ni se acaba nunca.

José Mármol, poeta y filósofo. Maravilla y Furor, Aforismos y Fragmentos. Torrente Sanguíneo. La Poética del Pensar. Por Ligia Minaya

"

El destino es el hombre mismo. Su derrotero está en el mapa de su determinación." Dice el poetafilósofo José Mármol. Ha sido el norte que sin lugar a dudas se ha trazado y lo ha llevado a ser unos de los mejores en el género. Me aterra, me intimida y le lacera todo el sentido de la vida contra el vasto sinsentido de la muerte. Hay tal vez, un cada día nuevo, un quizás en el que escribo y pienso, un último suspiro como rastro de la vida en el infinito paréntesis de la muerte. Me aterra, intimida y lacera el sinsentido útil de vivir para la muerte. Es la palabra profunda de un hombre que lleva su determinación de vivir, cada día, cada instante, como si su vida, y también su muerte, sea el destino consciente en que se mueve. Un destino forjado por sí, con la noble determinación de dejarnos el placer de leerlo, de meditar frase a frase lo que escribe.

Es sin duda uno de nuestros mejores poetas. Poesía que, además, encierra una sutil y bien tratada carga erótica. Así lo expresa en Torrente Sanguíneo, un libro que nos lleva al estado de gracia más sublime y del que nos es difícil escapar: "En el centro no, de las ingles diagonales. / Allí, la desmesura donde habita su sexo, / en la sombra estremecida por la claridad del agua./ Habla el cuerpo con vocablos de lluvia repetida,/ inclinado frágilmente a la izquierda de los deltas./ Habla en cuerpo, bellísimo, que nadie más sorprende. Y es que para escribir poesía no basta la métrica, la inspiración, el deseo, es preciso haber nacido con ese don que, según algunos, sólo tienen los elegidos por los dioses de un Parnaso construido con un poco de tierra humana, otro poco de las musas y mucho de saber lo que se quiere.

Algo que preocupa al poeta en el marco de nuestra literatura, es que ésta se relaciona con la idea de cambio, de revolución, y cree que hemos sido muy proclives a llamar revolucionarios a ciertos actos que, a todas luces, no han provocado transformaciones o cambios sustanciales, y se pregunta ¿Cuándo y cómo hay revoluciones en literatura? Y el mismo José Mármol se contesta en La Poética del Pensar: Lo primero es entender que el lenguaje es facultad elevadísima y humana, y que la obra literaria y el acto poético constituyen la concreción de aquella facultad, por la lengua. A José Mármol es preciso leerlo en una apacible tarde de domingo, sin apuros. Publicado en diciembre de 2007. En Diario Libre.

“Habla el cuerpo con vocablos de lluvia repetida, inclinado frágilmente a la izquierda de los deltas”.


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La trinchera secreta (APUNTES PARA UN CUENTO)

Fari Rosario

Joven narrador mocano.

“Mambrú se fue a la guerra: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena! Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá”. -Son las cinco y treinta. -Lo sé. Y dime, ¿por qué no te has bebido la leche? -No tengo hambre. -Debes bebértela… -Mami, son las cinco y treinta… por qué no ha llamado papá? Todas las puertas de la casa estaban abiertas. Una brisa perezosa se deslizaba sobre el dintel de la ventana que comunica con la antesala. Aunque allí había dos seres humanos, la casa guardaba esa apariencia de desolación y atmósfera solariega que tienen las casas de veraneo. El pavimento está congestionado. Se observa un jarrón de flores tirado por el suelo, también hay ropas, platos, algunos juguetes de madera, hojas y revistas: todos en desorden, tirados en algún rincón. La antesala de la casa tenía ese aire caótico, ese arraigado sentimiento contra la entropía… Pero eso a nadie importaba. Claudia Savater seguía sentada en el sillón de mimbre; con su rostro pálido y constreñido mirando a su hijo sentado en el suelo. De vez en cuando, miraba hacia la puerta, como quien espera algo. ¿Acaso, esperaba algo? Pero de nuevo su mirada se encontraba con la de su hijo: él la interrogaba y la miraba fijamente. Ella lo mira con ternura y hace un esfuerzo por contener las lágrimas. Claudia Savater mira a su hijo, como queriendo decir algo: debía decírselo, pero no sabía cómo. -¿Mami, por qué no llama papá? Quiero decirle a papá que tengo un caballito. Que me gusta jugar con mi caballito... Pero no llama, no llama, no…

-Lo sé, Juan…. -Mami, por qué estás llorando? -Por nada hijo. Es que… Vamos a rezar a la Virgen de la Altagracia para que regrese papá. Sí, vamos a rezar… -“Debes dejar la milicia Marcos. Siempre te lo dije; también te lo dijo incansablemente tu madre, pero no hiciste caso. Los hombres son tercos por naturaleza”; se decía Claudia Savater, mientras se enjugaba las lágrimas con una mano, y con la otra acariciaba la cabeza de su hijo. -“Mi intuición de mujer me lo decía; siempre tuve un presagio desde que te fuiste a esa maldita guerra. No soporto tu ausencia. No lo puedo creer; no puedo creer que esa carta haya sido tu despedida”-. La mente de Claudia se nublaba de pensamientos: un pensamiento tras otro, entre lágrima y silencios. El sol se ocultaba tras la ventana anunciando el ocaso de la tarde. Claudia Savater se levantó del viejo sillón de mimbre, se quitó los zapatos, y aproximándose a la mampara, tomó la carta que estaba allí y comenzó a leer: “Querida Claudia: Ya no estoy en Bagdad. Ahora estoy en la Provincia de Salahuddin, al norte de Bagdad, a unos 270 kilómetros. El incontenible general McCarthy guió nuestra tropa hasta aquí, en plan de refuerzos: pues los bombardeos y los ataques no dan tregua. Aún estamos haciendo trincheras con el objetivo de fortificar la defensiva. Querida Claudia, esto es horrible. Te cuento que anoche me alejé un poco del campamento con el pretexto de fumar. Mientras caminaba me encontré con un hombre raquítico y estrafalario. Me dijo que se llamaba Alí Mushin, y de inmediato replicó en lengua árabe: “no quiero hacerle daño, solo deseo un dedazo de pan”. El dolor y el sufrimiento nos asaltan por los 4 vientos. Algo semejante a la escena de anoche, lo viví en el ataque de “los tres días en Kirkuk”: sólo que en aquel

lugar no tuve un hombre ante mí, sino a una mujer madre de tres niñas ciegas. Aquí nos asalta el hambre por doquier; las mujeres lloran por las calles, mientras arrastran a sus niños en busca de un “refugio subterráneo”. Y es vaho a pájaros muertos que llega a nuestro campamento durante las noches. Escribo todo esto, con sudor y temblor. Claudia mía, aquí las noches son infinitamente largas. Y yo no hago más que pensar en ti; pienso en el pequeño Juan… Si supieras, cuánto anhelo estar junto a ti. El cielo de Irak, a diferencia de otro, parece estar más cerca de la tierra. El cielo de lo que fue antiguamente Babilonia sobrecoge de asombro. Así que durante las noches, miro las estrellas, y evoco nuestra primera cita en el Centro Cultural Español de Santo Domingo: el mismo lugar donde te conocí. Evoco aquella noche tan agradable; recuerdo que al salir del Centro, se te rompieron los zapatos, así que tuve que cargarte a caballito y llevarte al malecón para contemplar el mar. Allí estuvimos, casi, durante toda la noche. .. embriagados con las olas y el juego de la noche preñada de estrellas. Aquello fue el paraíso! Claudia, conejita mía, sé que en esta atmósfera no es bueno pronunciar las grandes palabras, pero quiero decirte que te amo. Quisiera estar contigo y mi hijo Juan en este preciso momento… Les quiero. ¡Por favor, cuida al pequeño Juan! Tuyo, MARCOS”. -Quizás papá no llamará hoy… -Juan, hijo mío, tu papá te quiere mucho-, dijo Claudia, apretando el puño y tratando de contener las lágrimas. -Sí, mami, pero quiero decirle que… -Sé que papá llamará en cuanto termine su trabajo en la trinchera. -Mami… qué es una trinchera? -Juan, hijo mío, no sé como decir, pero


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es algo así como una máscara que se han inventado los hombres para ocultar sus miedos. NOTA: Al principio, esto era una “nota preliminar” a esta historia, pero el destino y el rejuego del tiempo y el espacio: mejor dicho, el rejuego del espacio-tiempo han convertido la nota

en un apéndice. Sólo que cuando tú lo leas, dejará de ser un “apéndice” y se convertirá en una “advertencia mortal”. No hay brecha ni distancia: esto no será una nota, ni un apéndice ni un cuento, sino la realidad en su tono frío e incisivo. QUIERO que tú sepas que el cuento es una presunción de la burguesía: es algo

dañino y peligroso. Ninguna invención, estructura o género supera la realidad; la realidad lo desborda todo. Nada puede la invención contra el dolor o la decadencia humana. Doy gracias al cielo y a Claudia Savater por hacerme partícipe de su historia.

Festival Arte Vivo 2008 Casa de Arte

Del 26 de mayo al 7 de junio de 2008 se desbordó el arte en todas sus manifestaciones en la ciudad de Santiago con la tradicional celebración de la primavera, el Festival Arte Vivo, que este año arribó a su versión número XIV. En esta ocasión tuvo como invitado especial a Danny Rivera y a la Orquesta Criolla Nacional de Puerto Rico. Y contó como siempre con un despliegue de artistas nacionales de diferentes vertientes. La música, el teatro, la literatura, la pintura, la escultura, el ballet… se dieron cita en esta ciudad para este acontecimiento dirigido por el poeta Fernando Cabrera. Casa de Arte define desde adentro este Festival cuya versatilidad y dinamismo lo convierten en una tradición. “Arte vivo consiste en la comunión de la belleza y la creatividad de los artistas en contacto íntimo y directo con el pueblo. Música, poesía, pintura, fotografía, cine, danza, teatro, artesanía,

ballet y autenticidad en el instante mismo de su concepción. Desde el amanecer hasta la media noche, cada artista con su arte y cada gente con su interpretación de la vida. En Arte vivo se empapelan las paredes y techos, se habitan los vacíos de esos hogares de arte que son corazón, se cierran las calles, se colonizan los parques y plazas, se potencian los sentidos y se desnuda el alma. No hay en el país otra expresión de creación abierta como esta. La celebración sabatina final en la Benito Monción, Calle de los Portales de los Artistas, abarca más de 16 horas de paroxismo estético colectivo, en dinámica que, salvo la evidencia en el celuloide fílmico o en la magia digital, apenas pierde vigencia material metamorfosea en inefable memoria.” “Este festival debe su concepción al Colectivo de Artistas o Grupo “Ideas”, fundado en 1985 en los predios de la

Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra; en especial a los aportes significativos para su definición de sus miembros fundadores José D’Laura, Luisa Rebeca, Ernesto Rodríguez, Leo Ovalle, Gina Rodríguez, Hergit Penzo, Franklin Hernández, Miguel González, Teodoro Ureña y Fernando Cabrera, quien lo ha presidido en todas sus versiones. Este grupo al cumplirse sus programas académicos e incentivados por la Directiva de Casa de Arte, Inc., encabezado por el Dr. Emilio Martínez, reubicó sus actividades a los salones de la vieja casona, desembocando sus acciones en la realización de la primera versión de este festival, llamado Arte Vivo por iniciativa de la Crítica de Arte Myrna Guerrero. Desde su primera entrega, el 21 de marzo de 1987, Arte Vivo ha fascinado por su singularidad a críticos, artistas de todas las manifestaciones y público general”


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ALGUNAS COSAS EXTRAÑAS DE LA TECNOLOGÍA Alexis Colón

Mythos Santiago

Algunas mentiras y algunas verdades No es verdad que el Internet ha cambiado la forma de expresarnos: somos nosotros los que hemos cambiado cómo expresarnos; después de todo, somos los seres humanos los que cambiamos, actualizamos o volvemos a formas del pasado los giros y vocabularios que usamos en nuestra expresión oral y escrita. La academia metodizada, sólo regula (mientras puede), y ya parece ser que es ella la regulada. Antes, el habla popular mantenía dichos giros y expresiones por un tiempo más o menos estable —la estabilidad era la palabra clave en la economía, la física, la sociología…—; todo se desarrollaba de manera lineal; hoy sin embargo, lo que reina es el caos y a una velocidad tal, que todavía no sabemos hasta donde nos llevará la tecnología del Internet y la miniaturización; todo tiende a la nanotecnología: mientras más chico: ¡mejor! Si los artefactos son cada vez más pequeños y hacen más cosas: ¡mejor! Si la familia es menos numerosa y hace más cosas: ¡mejor! Y: ¡mucho mejor si se dice más con menos! Y cuidado con las emociones: mientras menos manifiestas: ¿menos conflictos o más control? Un golpe duro que recibió la seudo teoría de la Inteligencia emocional del afamado escritor estadounidense Coleman —según encuesta realizada por CNN en español— arrojó unos resultados increíbles: ¡la gente está harta de que la manipulen y le controlen sus emociones al mínimo requerido! Además, dicha teoría ha elevado los gastos en calmantes, medicinas y psiquiatría a niveles jamás conocidos; y no sólo por el aumento de los precios, sino por mayores niveles de consumo. Pero: ¡cuidado! La tecnología

puede convertirnos en más taimados y astutos de lo que solíamos ser, y por una sencilla razón: hablar breve y sustancioso siempre ha sido elegante, pero, ¡cuidado con la sustancia! El veneno nunca se da en grandes dosis. Robert D. Kaplan señala: La palabra «moderno» sugiere un deseo de separar nuestra vida y nuestro tiempo del pasado. Las ideas, la política, la arquitectura, la música «modernas» no implican una prolongación del pasado ni una reacción contra él, sino su rechazo. El término es por tanto una celebración del progreso. No obstante, cuanto más modernos seamos nosotros y nuestras tecnologías, más mecanizadas y abstractas serán nuestras vidas, más probabilidades habrá de que nuestros instintos se rebelen y más astutos y taimados nos volveremos, aunque sea de manera sutil. El verdadero tesoro del hombre es el tesoro de sus errores, apilados piedra sobre piedra durante miles de años. (…) Romper la continuidad con el pasado, querer empezar de nuevo, denigrar al hombre y plagiar al orangután […] DupontWhite […] se atrevió a exclamar: «la continuidad es un derecho del hombre: es un homenaje a todo aquello que lo distingue de la bestia» —como muy bien escribió Ortega y Gasset—. Y fue Maquiavelo quien dijo: Todo aquel que desee saber qué ocurrirá debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la antigüedad. A cada cambio tecnológico, le han sucedido cambios en el comportamiento humano; cuando Johannes Guntenberg inventó los tipos móviles, no sólo condujo a las reformas sino también a las guerras religiosas posteriores, por cuanto la repentina proliferación de textos suscitó controversias doctrinales y despertó agravios largo tiempo olvidados. Igual sucedió con la teoría de la evolución de Darwin, que los ingleses interpretaron como el dominio de razas superiores sobre otras, y como consecuencia se lanzaron en una lucha encarnizada y despiadada contra la raza humana, apalancados por su ideología colonizadora; y así,

diferentes adelantos tecnológicos y descubrimientos, provocan cambios en el comportamiento humano siempre de una manera más perversa e inhumana. Recientemente, en un barrio de Santiago, una joven que rechazaba las pretensiones de relación marital con un joven, fue victima de la perversidad tecnológica mediante un montaje de acto sexual cibernético, que nunca sobrepasó la pared virtual, como igualmente le pasó a una connotada cantante puertorriqueña unos años atrás. Hoy, cualquier irresponsable se arroga el derecho al uso indiscriminado de la tecnología y pueden ser desviados los instintos induciéndolos a actos criminales o contrarios a los habituales, o como le llaman los siquiatras a un acto de perversión; y hasta una bolsa de explosivo manipulada por un celular, puede teledirigir sin ser visto su objetivo y destruirlo, y sobre todo, sin el contacto personal. Las ciudades siempre han vivido más allá del bien y del mal en esplendor y fealdad, creatividad y terror, con ideas y dispositivos nuevos […] pasando de una moda a la siguiente condicionada por la opiniones de los demás a través de unos medios electrónicos en continua expansión hasta el punto de poner en peligro su personalidad aunque se empeñen en proclamar lo contrario […] Las comunicaciones electrónicas al permitirnos evitar los encuentros cara a cara hacen que resulte más fácil cometer crueldades por cuanto accedemos a un campo abstracto de pura estrategia y engaño que comporta pocos riesgos sicológicos […] Me fijo en el lado oscuro de cada acontecimiento, no porque el futuro tenga que ser necesariamente malo, sino porque es así como se han producido siempre las crisis de la política exterior —se transfieren, indefectiblemente, al uso cómodo de trapacerías, conatos, triquiñuelas y demás travesuras y mezquindades; la ausencia del cuerpo a cuerpo y la confrontación de pensamientos aíslan cada vez más a los hombres de su objetivo a través de un dispositivo.


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¿Será por esto, que cuando la tecnología desarrolla un nuevo artefacto, antes de pensar en el bienestar general y la facilid ad que traerá al ser humano, la primera reacción de el Establishment que condiciona las mentes a través de la comunicación masiva es destacar primero la importancia que éste tiene para la guerra con el único y sólo fin justificativo de lo que se llama en el argot financiero retorno de la inversión? En el 2004, un avión llamado X-4A sobrevoló el Pacifico a casi 8000 kilómetros por hora, proyecto que dirigió el señor Vincent Raucsh en la NASA y se determinó que éste podría revolucionar el mundo de la aviación y de los vuelos espaciales a velocidades hipersónicas, superiores a cinco veces la velocidad del sonido propulsado por un motor de hidrógeno conocido como «traga aire». Hasta ahí está bien, un triunfo de la inventiva humana, pero las consecuencias de este gran adelanto tecnológico ya tiene sus aristas: “La tecnología tiene particular interés para el Pentágono, donde los planificadores “ya han soñado” con bombarderos que podrían alcanzar objetivos en cualquier parte del planeta en menos de dos horas. ¿Qué pueden esperar los «dirigidos» si así es como piensan sus «dirigentes»? Dice James Petra: «Los terroristas islámicos aprendieron bien de sus mentores norteamericanos a manejar el arte de la guerra de alta tecnología, y asimilaron de sus mentores religiosos la decidida voluntad de sacrificar sus propias vidas en aras de la guerra santa. Esta explosiva combinación quedó en evidencia en Nueva York y Washington […]». Esto debe ser interpretado como el peligro inminente que se cierne sobre la humanidad cuando los creadores de tecnologías son a un tiempo mentores de los usuarios; pero además, el otro gran peligro es que el «crimen organizado» puede ser combatido más eficientemente que aquél que se basa sobre «oportunidades» y que se ejecuta subrepticiamente y a hurtadillas; al primero —aunque más que ocasionalmente también actúe de modo sigiloso— se le puede combatir oponiéndole resistencia de múltiples maneras, mientras que al segundo,

sencillamente no se sabe como contrarrestarlo, y de ahí, los diferentes grados de perversidades entre uno y otro. La tecnología de la guerra rápida con los artefactos modernos y apalancada por la prensa mediática perversa, quedó evidenciada en Panamá, donde detrás del objetivo Noriega, se arrasó con una comunidad en las villas de negros pobres que murieron en la misma cantidad que en New York y nadie levantó la mano para decir que EU cometió un acto de guerra contra el pueblo panameño cuando tiró las bombas teledirigidas en Panamá, y no fueron condenados como fanáticos capitalistas, y dice JP, con razón, que uno no debe usar una doble moral. Todo va bien cuando estoy correcto y sigo bien cuando es lo contrario, sobre la base de un neofascismo perverso: ahí está la mediación irracional de la tecnología «solucionadora», y a la vez, «creadora» de conflictos. ¿Qué hacer cuándo la situación de cara a la tecnología es el viejo adagio de que «no puedo vivir contigo ni puedo vivir sin ti: contigo porque no puedo, sin ti porque me muero»? Lo primero es, que nos guste o no, la tecnología vino para quedarse y nos vemos más que obligados a vivir con ella; y gracias a ella se facilita la capacidad creativa del hombre, llevando el pensamiento a formas dialécticas superiores de interpretación de la realidad, puesto que ahorra pasos importantes en la solución de problemas menores, y este hecho es un postulado de aceptación general. Lo segundo es, que tengamos o no la posibilidad de acceso a ella, todos nuestros pasos e incluso nuestra intimidad, son regulados por ella, y contra esto no hay nada que hacer; después de todo, somos parte de partidas estadísticas importantes para el buen funcionamiento de la sociedad; de manera que es importante también desde este punto de vista el «no puedo vivir sin ti». Lo tercero es, que por más que tratemos de alejarnos de ella, las presiones mercadológicas y publicitarias, nos imponen su sello y eso posiblemente provoque adhesión —muchas veces subconscientemente— a algo que ya es parte de nosotros e incluso de aquellos que no tienen alcance a la misma, pero que indiscutiblemente aspiran a ella a través

del efecto demostración de los otros. Ante estos hechos incontrovertibles, y pese a las perversidades que puede provocar, siempre es mejor el desarrollo tecnológico que la mentalidad de la Edad de Piedra; pero eso sí, de usted depende el buen o mal uso que se haga de ella, así como también de ejercer el poder que ella le da para devolver a los perversos los dardos malignos y venenosos que envían, no importa el pedestal en que se encuentren. Mayo 30, 2008. Resumen de la monografía: Algunas cosas extrañas de la tecnología, de Alexis Colón.

la: La aplan seña K . D rt e b Ro sugiere un » o rn e d o m ida y palabra « r nuestra v ra a p e s e d s deseo pasado. La l e d o p m e ra, nuestro ti la arquitectu , a c ti lí o p » no ideas, la «modernas a ic s ú l m la ngación de lo ro p a n u ntra implican reacción co a n u i n o pasad chazo. él, sino su re

«Los terr oristas is aprendiero lámicos n bien de sus mentores norteameri a manejar canos el arte de la guerra de alta tec nología, y asimilaron de sus mentores religiosos la decid ida volu ntad de sacrificar sus propia s vidas en aras de la guerra sa nta. Esta explosiva combinac ión quedó en eviden cia en Nu eva York y Washingto n […]».


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Presentacion del Libro

Crisantemos y Margaritas

de Rosa Julia Vargas

Máximo Vega

L

Narrador y ensayista de Santiago.

a lectura de este libro ha resultado ser una agradable sorpresa para mí. Al principio, lo admito, pensé que iba a encontrarme con alguna obra de inspiración romántica, debido a que algo como eso presagiaba el título del libro: “Crisantemos y Margaritas”, pero por suerte no ha sido así. A Rosa Julia Vargas apenas la conocía como escritora, no sabía qué esperar, puesto que su primer libro publicado fue una novela: “El Rastro de Caín”, de 1998, y no había vuelto a publicar más. Pero no son flores las que nos lanza Rosa Julia en este volumen de cuentos, no son crisantemos, mucho menos margaritas. Este libro ha colocado a Rosa Julia en una línea común de la buena narrativa dominicana. Los cuentos están escritos con un estilo directo, crudo a veces, sin ambages, sus cuentos revelan un gran conocimiento del alma dominicana y, por supuesto, un gran conocimiento del lenguaje dominicano, de la dominicanidad. El libro está dividido en dos partes con títulos casi irónicos: la primera, Los Crisantemos, compuesta por tres cuentos: “Tanto lo Querían”, “Herencia” y “No Fue Mi Carlitos”, y la segunda, Las Margaritas, con los cuentos: “Sábanas Dobladas”, un título muy hermoso para un cuento, “Jueves en la Tarde” y “Rearmando a Estela”, que dicho sea de paso ya se encuentra en una antología de narradores caribeños, y ese cuento yo lo conocía anteriormente de esa antología en la cual también aparece un cuento mío. Decimos que los títulos son irónicos porque nada nos advierte, muchos menos estas flores que adornan cada parte, acerca de estas historias tan vivas, tan dominicanas, actuales y reales que vamos a leer al abrir el volumen. Con un lenguaje de formas coloquiales, como si hablara con nosotros algún tíguere de barrio o un jevito santiaguero o una jamona

amargada que vive de sus recuerdos, pero al mismo tiempo sin perder sus formas literarias imprescindibles y bien escritas, las historias se desenvuelven con un realismo que nos deja con la boca abierta, mientras escuchamos de fondo alguna canción de Joaquín Sabina o alguna música feliz, o infeliz, de nuestra infancia. Puesto que en estos cuentos de Rosa Julia puede aparecer Sherezada y Cien Años de Soledad, La Ilíada y el Génesis, pero también el cine pornográfico Apolo de la calle San Luis, la cárcel de Rafey o la urbanización el Embrujo.

Con un lenguaje profundamente dominicano, lo que supone no una investigación léxica sino un conocimiento de primera mano del habla popular y santiaguera, las historias que nos cuenta la autora no son banales en el sentido light, ni banales porque cuentan la realidad y la cotidianidad a veces más rampante, a veces extraordinaria y atroz, no: por ejemplo, en el cuento “No Fue mi Carlitos”, que es mi preferido del libro, se nos refiere al Génesis, así como

al rey griego Agamenón, a Ifigenia y a Clitemnestra, para tratar de explicar una historia filial mezclada con un crimen por motivos pasionales. Les sugiero que lean ese cuento para que comprueben directamente con la naturalidad con que la autora aborda una historia familiar ensangrentada por un amor enfermo y una mujer fatal, bajada de su pedestal mítico hasta la realidad más verdadera y cotidiana, en un acto de desmitificación que sucede simplemente porque Rosa Julia llama a las cosas por su nombre y no trata de engañarnos con falsas promesas ni con dioses griegos que vendrán a salvarnos el día o a rescatarnos de la guerra. Pero la desmitificación es el pasado: la autora simplemente ha escrito una historia sobre una mujer fatal y dos amores corrosivos; la ha escrito desde nuestro punto de vista, culturalmente hablando, como dominicanos. En ese cuento, que tiene un final sorpresivo, se dan las claves de todos los demás cuentos del libro –como Rearmando a Estela, por ejemplo, o Sábanas Dobladas –en el sentido de que representa el estilo de la autora: es decir, la tremenda cotidianidad, con toda su carga de vulgaridad y tedio, es posible debido a que las historias están contadas con una gran naturalidad, sin juzgar a los personajes, sin estigmatizarlos como malos o buenos, sino simplemente admitiendo que son personajes que se dejan llevar por su propia naturaleza humana; es más, a veces da la impresión de que son personas reales, que podemos tropezarnos con ellos de repente caminando por la calle. Al mismo tiempo, debemos reconocer en Rosa Julia que no escribe con ese “ojo femenino” del que se habla tanto ahora, refiriéndose a la literatura escrita por mujeres. A pesar de que la mayoría de los personajes son femeninos, no podemos decir, al leer los cuentos, que han sido escritos por una mujer, y tampoco nos importa. El erotismo intenso de algunas historias escritas por mujeres de esta época, o poemas escritos por mujeres en esta


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época, no se encuentra presente en este libro, también por suerte, y no reconocemos necesariamente en este volumen la pluma de una mujer, o una mirada femenina sobre las historias. Si leyésemos este libro sin saber quién es el autor, o la autora, no podríamos precisar si ha sido escrito por una mujer o por un hombre. Entonces, debemos reconocer dos elementos importantes en este volumen de cuentos: la correcta utilización, desde el punto de vista literario, estético, de un lenguaje santiaguero que la autora escoge como propio, como parte de su estilo y

de su personalidad como escritora, sin instrumentalizar ese lenguaje como sucede muchas veces con los escritores que no conocen el habla que están utilizando, sino que investigan, que buscan superficialmente, y segundo, el realismo más visceral para contar sus historias, que no dejan espacio para la fantasía ni para la metafísica. Aunque por supuesto queda algún resquicio para la invención, y esto lo demuestra el mecanismo preciso de las historias, es decir, la complicación del relato, y la precisión con que se encuentran escritas y contadas. El agradable encuentro con

este libro, que posiciona a Rosa Julia dentro de las escritoras importantes de la República Dominicana, si continúa con una carrera literaria que a veces es muy difícil, casi imposible en nuestro país, ha sido el motivo principal de estas sinceras palabras y de este reconocimiento a su volumen. Pero, a los lectores, debemos recordarles lo que les dijimos al principio: no son flores, no son crisantemos, ni margaritas, lo que nos lanza Rosa Julia con estas historias tan realistas y tan duras.

Inéditos Inéditos Inéditos Inéditos Inéditos CUENTO

PREMONICION

POEMA ROSA SANTIAGUERA

Por J. Magdiel Núñez.

Por Puro Tejada

T

Hay una rosa en Santiago de Cuba no la rosa-rosa de Mecano o la simple,evidente y profunda de Franklyn tampoco la maldita de Rilke: es la rosa roja de Erika tatuada en su soberbia espalda.

e levantas. Vas al baño y te lavas. Luego te diriges a la cocina, cuelas un poco de café que mas tarde te sirves y endulzas. Respiras hondo y lo bebes despacio. Miras el reloj colgado en la pared, te das cuenta que se te hace tarde para ir al trabajo. Sales a la calle con un nudo en la garganta. Caminas con miedo presintiendo que te observan. No quieres voltear. Un niño te arroja una goma de mascar. Te enojas, pero te aguantas. Aceleras el paso. Escuchas, detrás de ti, una risa burlona que se aleja. Entonces volteas y te das cuenta que te observan. Miras a ambos lados, bajas la cabeza y notas que todavía traes el pijama puesto. Tu corazón palpita más rápido. Sientes que te sofocas. Entonces despiertas. Como todos los días despiertas con miedo. Vas al baño con miedo. Te lavas la cara y las manos con miedo. Luego, te diriges a la cocina. Cuelas un poco de café que mas tarde te sirves y endulzas. Respiras hondo y lo bebes lentamente mientras meditas en silencio. Ves el reloj colgado en la pared. Te diriges presuroso a tu habitación. Halas una gaveta. Lo tomas y lo introduces en uno de tus bolsillos. Entonces decides salir. Abres la puerta lentamente. Comienzas a caminar y por primera vez te sientes liberado. Lo sacas de tu bolsillo, allí, parado en medio de la calle. Todos te observan atentos y aterrados. Entonces disparas. Disparas a la maldita que se burló de tu pijama. Disparas al niño de la goma de mascar. Disparas en todas direcciones. Al final, cansado, te quedas viéndolo fijamente. Aun te queda una bala. Escuchas las sirenas que se acercan más y más. Caes al suelo, y expiras sin miedos.

Es la rosa que brinca con su risa su espasmo luminoso y limpio ajena a la serenidad de sus ojos antiguos. Ella no lo sabe pero mientras curan sus largas manos su rosa desata sus pétalos en los sueños, sobrepasan los muros, el mar y llegan hasta mi con promesa de eternidad. Santiago, República Dominicana Julio de 2008 (A Erica Castellanos)


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Centro León

Geografías (in)visibles. Arte contemporáneo latinoamericano en la Colección Patricia Phelps de Cisneros El Centro León dejó inaugurado Geografías (in)visibles. Arte contemporáneo latinoamericano en la Colección Patricia Phelps de Cisneros, que estará abierta al público desde el 25 de Junio hasta el 21 de septiembre de 2008. Es la segunda exposición que el Centro León presenta con la Fundación Cisneros y es una muestra que va más allá de la Sala de Exposición y de la representatividad territorial de los países para referirse a un concepto espacial de América Latina. Con la presencia de reconocidas figuras nacionales e internacionales vinculadas al arte, el Centro León dejó abierta Geografías (in)visibles. Arte contemporáneo latinoamericano en la Colección Patricia Phelps de Cisneros, una muestra que incluye una selección de obras provenientes de artistas latinoamericanos, europeos y norteamericanos, que ponen en manifiesto las paradojas de invisibilidad y presencia de América Latina, conjugadas en el arte contemporáneo.

Conformada por 88 obras de 66 artistas, esta exposición se convierte en la muestra de arte contemporáneo proveniente de la reconocida Colección Patricia Phelps de Cisneros de mayor envergadura realizada hasta la fecha. La muestra constituye el segundo proyecto previsto en el convenio de intercambio cultural firmado entre la Fundación Cisneros y el Centro León, con el fin de desarrollar eventos museográficos y pedagógicos en conjunto, siendo De oficio pintor. Arte colonial venezolano. Colección Patricia Phelps de Cisneros el primer proyecto expositivo presentado en el 2007. Esta Exposición muestra la multiplicidad de significados atribuidos a una geografía visible o invisible, no solo como un espacio físico, sino a cómo los artistas han registrado en sus obras a Latinoamérica, invitando al espectador a una libertad de su propia interpretación, para que encuentre las respuestas que se esconden detrás de la forma, la identidad geográfica y cultural.

De Enero a Mayo de 2008 el deporte rey de los dominicanos estuvo festejado en una de las salas de exposición del centro León, el lugar donde todo el mundo se encuentra, en la ciudad de Santiago. La exposición ¡Nos vemos en el play! Béisbol y cultura en la República Dominicana hizo vibrar a todos los seguidores del deporte nacional, desde sus protagonistas

La misma promueve el diálogo entre artistas de todo el mundo y de América Latina, cuyas obras hacen una referencia paisajística, política o conceptual sobre la región, con trabajos de Anselm Kiefer, Alemania; Eduardo Costa, Argentina; Adriana Varejão, Brasil; Juan Manuel Echevarria, Colombia; Los Carpinteros: Marcos Antonio Castillo Valdés; Dagoberto Rodríguez, Cuba; Juan Downey, Chile; Melanie Smith, Gran Bretaña; Sigfredo Chacón, Venezuela; Carlos Amorales, México y los dominicanos Quisqueya Henríquez y Jorge Pineda, entre muchos otros más. Esta importante muestra de la Colección Patricia Phelps de Cisneros constituye la antesala al XXII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, certamen que ha registrado la evolución de las artes dominicanas, desde su creación en 1965, cuyo fin primario es promover la creatividad y los valores culturales de la nación dominicana.

hasta sus fanáticos, quienes la convirtieron en la más exitosa de las exposiciones presentadas hasta ahora en esa prestigiosa institución desde su fundación en el 2003. Fueron rotos todos los récords de asistencia con más de 50,000 personas recorriendo la sala que albergaba una de las investigaciones más vigorosas y completas sobre el béisbol dominicano. Dos años de preparación, infinidad de actividades paralelas y la convocación de las figuras emblemáticas de nuestro béisbol confluyeron para el gran logro de la exposición. Como documento para la posteridad se editó un Catálogo en español, con traducción al inglés “que constituye un valioso material histórico sobre béisbol dominicano, sus protagonistas y su singular forma de vivir en República Dominicana.” Editado por Rafael Emilio Yunén, Director General del Centro León, este catálogo se realizó con la calidad de la prosa ensayística de Tony Piña Cámpora y Andrés L. Mateo.


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Academia Dominicana de la Lengua Por Ofelia Berrido LA ADL CREA TERTULIA LITERARIA: Letras de la Academia, coordinada por la Dra. Ofelia Berrido y dirigida por el Dr. Bruno Rosario Candelier, a realizarse en la Casa de las Academias, C/Mercedes 204, Ciudad Colonial Santo Domingo, Rep. Dom., Tel.: 809-687-9197. Esta tertulia es un espacio que propicia la reflexión, el debate de opinión y genera acuerdos sobre asuntos que tocan de forma importante no solo a los dominicanos, sino a los seres humanos en general. Se discuten temas -sobre la lengua, la literatura y ciencias afines- que impactan a nuestra sociedad, y se procede a revisar y enfocar las posibilidades alrededor de los mismos. Para estas tertulias se cuenta con la colaboración y el apoyo de reconocidos intelectuales, artistas y científicos: hombres y mujeres abiertos al debate. Las presentaciones de estos invitados tienen un sabor de voz autorizada, es decir, de especialistas, lo cual será altamente valorado por los contertulios. Se alternan los invitados con escritores miembros de la Academia, de otras instituciones y escritores independientes. Las reuniones brindan como beneficio a los escritores y al público en general la posibilidad de compartir con grandes figuras de la literatura -local e internacional- y de participar en magníficos debates entre miembros de diferentes escuelas y tendencias. Por otro lado, la espiritualidad y la racionalidad siempre están presentes como representantes de la dualidad de la vida y forman parte importante del tiempo de estas reuniones. La Academia Dominicana de la Lengua, sede de la tertulia, es un lugar de intercambio de conocimientos e ideas, donde se enseña, se aprende, y se comparte. Se despierta el interés y en ocasiones hasta se provoca el compromiso de la gente que allí acude con las más variadas motivaciones. Finalmente, la tertulia literaria: Letras

de la Academia coadyuva a que se aborde la cultura con entusiasmo, como algo sustancial que nos nutre y que nos permite además socializar con gente nueva e interesante mientras pasamos un momento provechoso y ameno. Porque… ¿qué existe más fructífero que el cultivo del alma y del intelecto? En el marco de esta tertulia se realizó en el mes de junio la conferencia ¿Cómo se escribe un ensayo? dictada por el intelectual, académico, lingüista, catedrático universitario, y ganador del Premio Nacional de Ensayo, Manuel Núñez.

RECONOCIMIENTO A LEON DAVID Por Minerva Hernández La Academia Dominicana de la Lengua celebró el miércoles 28 de mayo en el marco de la tertulia “Letras de la Academia” un acto para reconocer al escritor y poeta Juan José Jiménez Sabater, mejor conocido como León David, y a su obra; contó con la participación de su madre y de su esposa, académicos, y una gran diversidad de público quienes disfrutan y admiran la obra del reconocido escritor. La escritora Ofelia Berrido, coordinadora del programa “Letras de la Academia”, leyó la semblanza sobre el académico, poeta, ensayista, crítico y narrador. Destacó las cualidades que adornan a León David y sus virtudes

humanas, como hijo, padre y esposo, definiéndolo como un esteta, amante de la belleza, la cual manifiesta en cada una de sus obras. Continuó, diciendo que su palabra encanta, capta todos los sentidos, deleita y nutre, porque la verdad envuelta en su poesía toca las fibras más profundas del ser. Añadió que el canto sublime y único de su poesía nos deslumbra y subyuga guiándonos como hechizados por el camino de la verdad que yace en la belleza del universo y concluyó citando las obras publicadas y los reconocimientos obtenidos por el escritor. A seguidas, Bruno Rosario Candelier continuó con la disertación titulada “La poesía metafísica de León David”, destacando las grandes virtudes que encarna el poeta en el sentido estético, literario y metafísico; señaló que su poesía plasma sus vivencias entrañables y que instalándose en el interior de las cosas, expresa su propia percepción del mundo y todo lo que ocurre, de forma auténtica y original. Además leyó, con una especial entonación algunos de los textos poéticos del homenajeado, significando que logra la expresión de la voz interior, mediante la cual canta con el lenguaje de la intuición lo que da sentido y trascendencia a la vida, entre otros tantos análisis en tres vertientes, de las creaciones del poeta. León David, agradeció la semblanza diciendo sentirse feliz y jubiloso por las palabras tan bellamente expresadas sobre él. En cuanto a la disertación de Bruno Rosario Candelier, reconoció con deleite, que en sus palabras, con su capacidad analítica, le hizo ver facetas de su obra sobre las que no había reflexionado. El homenajeado escritor enriqueció la tarde con la lectura de una selección de sus bellas creaciones, con lo que finalizó la actividad.


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El placer de la lectura

Ubres de Novelastra. Federico Henríquez Gratereaux. © 2008 He tenido el privilegio de leer recientemente como primicia al que se convertirá en el libro de cabecera de los dominicanos, salido de la prensa en este mes de julio con la firma de uno de los pocos en nuestro país que está en capacidad de ser autor de un libro al que habrá que volver una y otra vez, como a una ubre de la que hay que alimentarse. Haciendo gala de su emblemático don para titular sus ensayos y consciente de la calidad de su obra, el autor, notable pensador actual dominicano, lo titula de esa manera, Ubres de Novelastra. Lo de novelastra, ya lo ha comentado Don Federico Henríquez Gratereaux se debe a que ha inventado un nuevo género, algo así como ensayo novelado, al que no se atreve a llamar novela, sino madrastra de novela. Aquí estamos entonces ante una madre y madrastra de novela donde brillan intactas la pericia y la gracia del ensayo de don Federico, quien al mismo tiempo nos descubre su capacidad para crear personajes Trujillo. El Tiranicidio de 1961. Juan Daniel Balcácer. © 2007 Grupo Santillana. La atmósfera que envolvió a esa fecha que marcó el destino del pueblo dominicano, con un hecho que nos hace sentir héroes, que nos hace sentir gente de pantalones, después de un largo periodo de oprobios; fue narrada en ficción mejor que nadie por Mario Vargas Llosa en La Fiesta del Chivo. Ahora, volviendo históricamente al hecho, con una veracidad documentaria minuciosa, el historiador Juan Daniel Balcácer nos entrega una obra que con toda justicia ganó el Premio Feria del Libro E León Jimenes 2008, otorgado al mejor libro publicado en el año anterior. Este tema resulta de gran interés para las nuevas generaciones, incluida ésa que ya estaba nacida cuando ocurrió la muerte de ese oscuro personaje, pero que era todavía incapaz de juzgar con la imparcialidad que sólo el paso del tiempo le otorga a

con perfiles definidos, situados con sus peculiaridades en diferentes puntos del globo, para darnos una sabia visión de lo que fue para la humanidad el doloroso siglo XX, un verdadero Memorial del Siglo XX. La reflexión, la sabiduría, el pensamiento, son la verdadera materia prima de esta obra, al puro estilo de Memorias de Adriano de Yourcenar, reminiscencia que nos llega a través de Marguerite de Bertrand, uno de los personajes. Desde los extremos en América: Estados Unidos y Cuba, y desde Europa del Este, los perfiles creados se entremezclan a lo largo del texto y le sirven al autor para analizar y hasta ridiculizar a los sistemas políticos, a las guerras, a la sociedad postmoderna y a la mayoría de los acontecimientos trascendentes del Siglo que recién finalizó. Sus poéticos títulos -si poesía es lo que no puede decirse de mejor manera- abundan en la obra, insinuando al lector la reflexión y el regreso al tema. No digo más. Hay que esperar que esté disponible en el mercado. Les aseguro que habrá Ubres para muchos y por mucho tiempo. RJV los acontecimientos. Es un libro que por la calidad de la documentación y por el estilo ameno y atractivo de conducir al lector sin descuidar la rigurosidad, se le puede pronosticar un futuro de muchas reediciones, un acierto de Santillana, que debiera ser lectura de referencia obligada dondequiera que se hable de Historia dominicana. El autor no bordea ninguna de las fuentes que abundan sobre el tema y presenta en su libro una investigación completa que va desde los antecedentes, el hecho, los héroes, los testimonios de los sobrevivientes y sus familiares, y la masacre. Además de un análisis de los elementos en que difiere la historia y la ficción, con el mérito de haber logrado recrear en toda la obra y como en las mejores novelas, el ambiente de suspenso que se respiraba en la época. Este libro debiera ser el broche de oro que cierre el ciclo sobre ese socorrido tema. RJV


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La nave de los muchachos griegos Luis Antonio de Villena Santillana 2003 Esta obra, comienza diciendo el mismo libro, no es recomendable para jóvenes y menos para niños. Es un libro para un público adulto cuya curiosidad por la historia y cuyo respeto por la calidad de la prosa esté por encima del rechazo natural que le provocará la forma de abordar ciertos temas. El libro es una apología a la homosexualidad, que al ser abordada de una forma tan cruda, hace que el lector entre en sospecha de que sólo podrá leer un par de párrafos. Pero es indiscutible que de Villena es un artista, tan lírico como Lezama en Paradiso para compararlo con alguno del siglo XX o tanto como Petronio en su Satiricón para citar uno de dos milenios atrás. Precisamente Petronio y su amistad con Nerón, el sexto de los césares, es el gancho histórico que usa el autor para retener en estas páginas cargadas de evidente genio literario. Estas dos figuras, tan utilizadas en literatura

como personajes –en Quo Vadis la de más renombre, valiéndole el Nóbel al polaco Sienkiewicz en 1905- siempre atraen, el segundo por su crueldad y el primero por su peculiar modo de vivir la vida apegado a lo que de Villena llama el mundo luminoso de los griegos. Mundo en el que el amor se consideraba una irracionalidad y se promovía la adoración de una belleza que alcanzaba su máxima expresión en los cuerpos musculosos y brillantes de especímenes masculinos en la más tierna juventud. El autor es un gran administrador del suspenso y nos introduce al mundo de los que nacen “tentados por el vicio de sodoma”, narrando las costumbres de varios ilustres artistas a través del tiempo e invitando a comprender una realidad que se mira de reojo pero que nos rodea por todos lados. “Es el retrato de una época, y el anhelo de un orden distinto, mítico y pagano, provocador y contrario a la moral establecida” dice la contraportada, pero ese retrato no logra ocultar el trasfondo torcido y doloroso de esa realidad. RJV


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Lo que pasó Secretaria de Estado de Cultura

La Subsecretaría de Estado de Cultura y La Dirección Provincial de Cultura de Santiago, efectuaron su proyecto: Murales Urbanos: por una ciudad más creativa, con el fin de reconocer mediante homenaje a respetados pintores de esta ciudad, y crear mediante estos murales un efecto visual agradable en el público que

A

ltagracia Pérez Almánzar, colabo-

radora desde sus inicios de la Revista Mythos, acaba de partir hacia Eslovaquia. Altagracia se dirige al Este siguiendo el sendero trazado por el dios del amor quien la conduce hasta la ciudad de Bratislava donde reside su ya esposo Martin Pytel. En esta era electrónica en la que nos ha tocado vivir estamos conectados a través de los océanos tanto como en una pequeña aldea; el satélite nos permite permanecer en contacto sin importar las distancias. Mythos sigue contando con la colaboración de Altagracia ahora desde Europa, y valora en todo lo que vale el aliento constante que le infunde a este proyecto. ¡¡Enhorabuena para los desposados!! Y toda la felicidad que se merece este cálido y valioso ser humano que ha contribuido en gran medida a la permanencia de la Revista Mythos.

transita por las calles. Este proyecto inició el 18 de abril del 2007, donde se realizó el primer mural dedicado al maestro Yoryi Morel, creado por el pintor Víctor Tavárez en la calle Sánchez, el segundo mural fue dedicado al maestro Mario Grullón, el 31 de mayo del 2007, realizado por Víctor Tavárez, en una de las paredes de Acción Callejera, el tercer mural se dedicó al también maestro de la pintura costumbrista de Santiago, Federico Izquierdo, el 26 de julio 2007 , realizado por el pintor Nelson Batista con la asistencia de Jairo Ferreira y Waly Vidal, el cual está ubicado en la Ave. Antonio Guzmán Fernández, con 16 de agosto, el cuarto mural se dedicó a Clara Ledesma, una maestra de la pintura de Santiago; éste fue realizado

por el pintor Jairo Ferreira y Nelson Batista, situado en la calle 30 de Marzo, esquina 16 de agosto. El quinto mural fue dedicado al pintor Juan Bautista Gómez, está ubicado en la calle Mella esquina Restauración, realizado el 26 de marzo, 2008, por el pintor Eridelvis López. En esta ocasión, el sexto mural fue dedicado al pintor Hilario Rodríguez y está ubicado en la Calle Mella Esq. General Cabrera realizado por el pintor Víctor Jiménez. El develamiento del mural fue el jueves 26 de junio del año en curso. Hilario Rodríguez, nace en Santiago en 1936. Es otro pintor atado a la figuración tipificadora de las costumbres, el folklore, la naturaleza y la tipología social, preferentemente la de tierra adentro, aunque su hacer pictórico ofrece otras variables temáticas. Inicia su formación pictórica en la ciudad natal, bajo la orientación del pintor Félix Negro Disla, realizando en sus años estudiantiles algunas decoraciones en la Escuela México. Becado por la Secretaría de Estado de Educación, se traslada a Santo Domingo en 1968, para estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue orientado por cuatro años por Hernández Ortega, Yoryi Morel, José Gausachs y Vela Zanetti. Es a partir de la década de los 70 cuando intensifica su labor publica de artista, efectuando su primera

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individual en Casa de Teatro (1975), y luego en Galería Auffant (1977), Galería Nader (1981), Galería Deniel’s (1982), Galería Nader(1985) y Galería Crissa, de Miami (1986). Simultáneamente su obra está presente en concursos y colectivas de importancia. En 1979 obtiene el Premio en el Concurso de España Maja Internacional, y en 1982 su obra “ La Colecta ” lo hace merecedor de un tercer premio en el Concurso Nacional de Pintura, Centenario de San Pedro de Macorís. En 1983 gana el tercer premio de pintura en el Concurso de Arte E. León Jimenes.

Taller Literario Virgilio Díaz Grullón conmemora XIV aniversario

El taller literario Virgilio Díaz Grullón del Centro Universitario Regional de Santiago (CURSAUASD) conmemoró su XIV aniversario el 27 de junio en el Gran Teatro del Cibao. Se realizaron las acostumbradas premiaciones a personalidades de las letras, instituciones y periodistas dedicados al quehacer artístico, gestión y difusión cultural, entre los que se encuentran: Medalla al Mérito Virgilio Díaz Grullón, entregada a Rafael Alcántara


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Almánzar, director de Cultura del Banco Central. El premio Narciso González, a Apolinar Ramos, el Premio Joven Intelectualidad a Ramón Gil y el Premio Nelson Julio Minaya a Carmen Comprés. El premio que se le otorga a un periodista por sus aportes a la difusión de las actividades culturales, llevará por nombre “Premio Menelio Almonte”, en homenaje a ese destacado trabajador de la comunicación y locución, ya desaparecido. El periodista Carlos Manuel Estrella se le reconoció con este galardón. También el Premio a una institución cultural, por su destacada labor en la gestión y difusión cultural, es para el Centro León. Además se puso a circular la novela “Jando”, del escritor recién fallecido, Francisco Nolasco Cordero, quien fue reconocido en el aniversario anterior con la Medalla al Mérito Virgilio Díaz Grullón. Esta actividad tiene el apoyo de la Subsecretaría de Estado de Cultura para la Región Norte.

E

l Premio Nelson Julio Minaya se

creó con la celebración del décimo aniversario, en reconocimiento al intelectual ya desaparecido, otorgado por primera vez a Pedro José Gris y en esta ocasión a la poeta Carmen Comprés, quien así se expresó: “Cuando nombramos a Nelson se

encienden lámparas del espíritu. Profundidades y abismos nos advierten de claras estancias que a ratos se tornan oscuras, confusas; a ratos, como divinizadas. Sé que existe expectación por saber cosas de él, del Nelson verdadero. Aunque tuve la suerte de ser un poco confidente suyo en el último tramo de su ciclo y aunque alguna vez creí alcanzar atisbos de su hondura, un hombre siempre es misterio para el otro o la otra, y él lo fue también para mi, en alto grado. Deslumbrada quedé, eso si, como todos los que probaron su cercanía atormentada. Talvez lo que escrito dejó para nosotros contenga alguna clave para adivinar el tesoro profundo de su humana, irrepetible personalidad. Se me otorga esta noche el Reconocimiento anual Nelson Julio Minaya. No podía yo ambicionar distinción más honradora, que también me toca hondo en lo personal. Asumo aquí la responsabilidad de seguir trillando, según mis fuerzas, caminos del pensamiento; transitar sedes de espiritualidad en lo sensible, alentada por el honor de esta noche. Al taller literario Virgilio Díaz Grullón, a su Director-Fundador Enegildo Peña, con toda el alma: Gracias!”

Centro de la Cultura de Santiago

U

n conversatorio en torno al reciente poemario de Rosa Silverio: Rosa íntima, se realizó el Jueves 19 de junio en la Mediateca del Centro de la Cultura de Santiago. La actividad fue dirigida por el crítico de cine José D´Laura y el escritor Máximo

Radio Santa María

E

Vega. El dúo Gente Común, formado por los artistas Emmanuel Bretón y Waldo Rincón, amenizó la actividad interpretando varios poemas del libro que musicalizaron. La joven escritora, periodista y poeta Rosa Silverio nació en Santiago de los Caballeros. Durante algunos años fue coordinadora del taller literario Tinta Fresca, también obtuvo premios por sus cuentos destinados al público infantil “El ave que no podía volar” y “Niki”, y posteriormente en el concurso de cuentos de Radio Santa María por un relato titulado “La mueca”. En su inventario figura también haber sido declarada vencedora absoluta del XXI Premio Internacional Nosside, que organiza el Centro de Estudios Bosio en Reggio Calabria, Italia. Comentando el libro reciente de la autora Santiago Almada, de Clave digital expresa: “La poesía de Rosa Silverio es una amalgama de elementos intensos que la artista conjuga con notable maestría. La musicalidad de los poemas, que prescinden de la rima, es lograda con un excelente manejo del vocabulario sensorial que se hace presente en la combinación de imágenes, en la evocación de sensaciones que remiten a los sentidos y a las profundidades del alma.”…

n el mes de mayo, Radio Santa María celebró el acto de premiación de su prestigioso Concurso de Cuentos, el cual arribó este año a su versión número XV. El concurso de Cuentos Radio Santa María ha sido la cuna de muchos cuentistas en toda la geografía nacional. En esta ocasión se recibieron 104 obras de 56 autores diferentes resultando ganador del primer lugar el señor Juan Ramón Pouriet, oriundo de Valverde Mao y quien se expresara a nombre de todos los participantes. El Padre Eduardo García Tamayo pronunció las palabras de apertura y Carlos Fernández Rocha, en su calidad de presidente del jurado, habló sobre las obras presentadas. Rocío Araujo, coordinadora de comunicaciones y Relaciones públicas del Grupo León Jimenes, empresa auspiciadora de este evento desde sus inicios, pronunció sus palabras de salutación. Con la calidad que caracteriza las actividades realizadas en la ciudad de La Vega se disfrutó luego de una presentación artística. En este acto, se pusieron también a circular los volúmenes XIII y XIV de cuentos premiados en sus respectivas versiones, y se contó con la presencia de distinguidas personalidades de esta ciudad. Estuvieron también presentes los otros miembros del jurado, Luis Beiro y Emelda Ramos.



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