Revista Mythos 39

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Revista Literaria Trimestral. A帽o VIII. Octubre 2008. No. 39

Talento y Organizaci贸n Revista de Arte y Literatura

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Revista de Arte y Literatura


Revista de Arte y Literatura

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Revista de Arte y Literatura


Palabras S

e oye hablar de Literatura femenina en muchas ponencias, a veces sustanciosas y abarcadoras, otras en un agresivo tono feminista y algunas en el tono de la eterna víctima de un mundo gobernado por el ala masculina de la humanidad. En todas puede percibirse el tortuoso camino que recorre una mujer para convertirse en escritora, así que cada vez que aparecen nombres femeninos en las portadas de los libros se despierta un sentimiento de solidaridad, admiración y cierta tristeza por lo que se sabe hay que sacrificar. En cierta ocasión escuché a un señor del público preguntarse en voz alta ¿Y porque será que las mujeres no escriben? Un comentario que lució cuando no misógino, al menos insensible e ignorante de la realidad femenina. Nadie debe extrañarse de la enorme desproporción de la literatura escrita por mujeres en relación con la escrita por hombres. Nunca me ha parecido una cuestión de guerra de sexos, o de lucha de géneros, sino una cuestión de naturaleza de los sexos. Y aún en la actualidad, en Occidente, cuando la mujer colma las aulas universitarias y los mercados laborales, cuando no se disfraza ni se pone camuflajes para expresarse plenamente desde su feminidad, aún ahora la desproporción es notoria. No hay que marear a nadie con la serie de anécdotas personales que describen el gran número de trabas y señuelos que pretenden dirigir a la mujer hacia cualquier otra cosa que no sea escribir y que es lo que en verdad provoca esa enorme desproporción en cuanto a cantidad.

Revista de Arte y Literatura

Pongamos un ejemplo para muestra, en esta revista de literatura que se hace en Santiago, valga la propaganda para Mythos, de 39 portadas publicadas hasta la fecha de escritores dominicanos del siglo XX, 6 son mujeres, lo que nos deja una razón que ronda: mujer una, por cada hombres seis, en base a este indicador. Y si buscamos otras señales en todo el mundo es muy probable que se obtenga la misma tendencia. Es una proporción que se reducirá en este siglo como en todos los otros ámbitos en los que participa la mujer pero es difícil que se empareje alguna vez. Por naturaleza tenemos muchos más señuelos para dedicarnos a otra cosa. El primero de ellos nos viene de fábrica, hemos sido seducidas por el milagro irrenunciable de la maternidad. Qué inminente torrente creativo no ha sido postergado por la fiebre de un niño? Esa responsabilidad directa de poblar el mundo le fue asignada al género femenino. La maternidad es una prioridad que relega a un segundo plano los versos más perfectos. No es casualidad que la mayoría de las más reconocidas escritoras de la humanidad provenían desde el claustro de los conventos o desde la imposibilidad - por elección o por naturaleza- de ser madres. Aida Cartagena lo dijo mejor, Se me ocurre que en este siglo/ a las poetisas/ se les va la matriz a los cabellos. Por suerte los hijos crecen, el promedio de vida aumenta y cabe la posibilidad de escribir desde la madurez. Otra de las trabas la señaló en la primera mitad del siglo XX, Virginia Woolf. Sin quinientas libras y una habitación propia no se puede escribir con calidad. Independencia económica y el respeto por su tiempo y por su espacio. La primera la obtuvo por herencia y la segunda por un marido excepcional que respetaba su talento y se dedicó a hacerlo crecer. Pero la mujer es esclava de la cotidianidad, su conciencia de que hay que ganar el sustento trabajando fuera y en la casa su afán de, barrer pasillos, lavar trastes y disponer el desayuno no le deja paz. En un medio como el nuestro, en que la mujer recién empieza a exigir que sus hombres cambien esa actitud de holgazanes contemplativos al llegar a un hogar en que ambos contribuyen económicamente, ese proceso tomará más tiempo. Junot Díaz dijo recientemente que si fuera su hermana la del talento, es probable que no ganara el Púlitzer, porque ella llega a la casa a ayudar. Él llega a cenar y a escribir. Muchos tienen la

conciencia de reconocerlo. Espero que esta frase de ese malcriado cara de loco genial, le sirva de respuesta a la pregunta exclamación que dio origen a estos párrafos. El rechazo de los allegados y conocidos que pretenden encontrarse sublimados en creaciones literarias, que son ficticias y aleatorias, les provoca pérdidas emocionales a las creadoras. Esa es otra de las trabas que no parece ser privativa de las mujeres ya que el mismo García Márquez habla de que su madre le dice el chismoso y Vargas LLosa ha tenido problemas que han trascendido con tías y madrastras. También hemos sufrido por eso en mayor proporción, y llegado a la conclusión de que no hay quien detenga a una fuente desbordada por mucho que se afane, se ofrezca o se amenace. El factor económico que hace parecer la actividad como cosa de locos que se dedican a lo que no deja ningún beneficio es otra limitante a considerar que tampoco es privativa de las mujeres, pero sí son más vulnerables a ella. Hacer entender a los que no sienten esa necesidad de expresarse a través de cualquier vertiente del arte, que cuando alguien se siente poseído de esa compulsión no hay cómo detenerlo, es como pretender explicar el verso aquel de Manuel Del Cabral, un hombre que en el pecho le entierran viva un ave, o abrir los ojos como Carmen, la Comprés, Hoy desperté / con estrellas rotas / en el pecho. Falta decir lo más importante. A pesar de todas las limitantes que hemos enumerado y desde esa realidad que hemos descrito, la calidad de la literatura escrita por mujeres no entra en discusión. Desde esa realidad, tenemos por los siglos de los siglos a muchos de los más ilustres, a Safo, a Sor Juana, a Teresa, a Virginia, sabemos que el nombre que domina la incipiente literatura dominicana del siglo XIX es Salomé, que la mejor novela escrita en el Siglo XX la firma Margarite, la Yourcenar, y el único personaje que en literatura ha sobrepasado la fama del Quijote es fruto de la galopante imaginación de una madre soltera que al iniciar el siglo XXI ha puesto a leer a todos los niños del mundo y se ha convertido con su talento y su Harry Potter en la mujer más rica de Inglaterra. Sólo son algunos ejemplos que comprueban que el talento no tiene género y que la cantidad importa en estadísticas y encuestas, pero no en el arte.

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Contenido Biografía de José Rafael Lantigua

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Bruno Rosario Candelier escribe sobre José Rafael Lantigua

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Ensayos y libros de José Rafael Lantigua 10 El hombre dominicano por JRL 12 XXII Concurso de arte E. León Jimenes 18 La poesía de Santiago de Cuba 20 Fátima, cuento de Lisette Rojas 22 Cuentos de niños dominicanos 23 Libros de la CPEP 24 Más de la novelastra 25 Reflexión de Facundo Cabral 26 Bestiario de la memoria de Wendy Muñiz 27 Mythos recomienda y Lo que pasó 29

Poesía de José Rafael Lantigua

La Pintura Ney Cruz

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Octubre 2008. Año VIII. Número 39 Re­vis­ta Tri­mes­tral. Fun­da­da en San­tia­go de los Ca­ba­lle­ros. No­viem­bre de 1999 Directora: Ro­sa Ju­lia Var­gas Comité editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al­ta­gra­cia Pé­rez Al­mán­zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez. Di­se­ño: Marleny Genao Edma’s Grafics / 809-226-5580

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Co­la­bo­radores de los primeros números: • Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega. Myt­hos re­ci­be con apre­cio las co­la­bo­ra­cio­nes de es­cri­to­res y gru­pos li­te­ra­rios y se re­ser­va el de­re­cho de pu­bli­car aque­llas que con­si­de­re opor­tu­nas. Co­r reo elec­tró­ni­co: myt­hos­re­vis­ta­@hot­mail­.com Te­lé­fo­no: 809-971-0094 • San­tia­go

VENTAS: Li­bre­ría La Tri­ni­ta­ria Ar­z. Nouel esquina Jo­sé Re­yes, Santo Domingo. Cues­ta Cen­tro del Li­bro Su­per­mer­ca­dos Na­cio­nal. San­tia­go y S­to. Do­min­go. Li­bre­ría Thesaurus Santiago y Santo Domingo. Philobiblia Al­ma Ma­ter esq. Jo­sé Do­lo­res Al­fon­se­ca, UASD, Sto. Do­min­go. Revista de Arte y Literatura


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José Rafael Lantigua Biografía

Latina-Biblioteca y del Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes. Se desempeñó como Secretario de Estado de Cultura en el periodo 2004-2008, realizando una gestión dinámica y abarcadora que conquistó su permanencia en el puesto para el periodo de gobierno iniciado en el 2008. Ha participado como conferencista en eventos nacionales e internacionales, y ha sido invitado especial de la State University of New York at Binghamton, Estados Unidos, donde dictó un grupo de conferencias sobre “Literatura Social en el Caribe”; y de la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde sus disertaciones sobre el “Relacionamiento Cultural entre América Hispánica y la Tercera América”, y sobre “Literatura dominicana dentro de la literatura hispanoamericana” fueron publicadas y traducidas al portugués por la Casa de España de Río de Janeiro, Brasil. Entre otras distinciones ha merecido las siguientes: Premio Nacional de Periodismo, Categoría Patrimonio Cultural, del Club de Prensa Extranjera, 1989; Premio Nacional de Ensayo, Centenario de Duarte, 1977; Canoabo de Oro, concedido por la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores, en el 2000. Como escritor sus trabajos poéticos y ensayísticos figuran en varias antologías nacionales y extranjeras.

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ativo de Moca, en la región Norte de la República Dominicana, donde fue fundador y directivo de diversas entidades culturales y grupos literarios. Fue además el co-fundador de la Escuela de Bellas Artes Arístides Rojas y del Liceo Secundario Eladio Peña de la Rosa de su ciudad nativa. Se trasladó a Santo Domingo en la década de los setenta, donde ejerció el periodismo y se graduó de licenciado en Ciencias de la Educación, Mención Letras, Cum Laude, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Durante veinte años dirigió el principal suplemento literario del diarismo dominicano, Biblioteca, constituyéndose en el principal promotor nacional e internacional del libro de autor dominicano, y logrando introducir en su país las obras de importantes autores contemporáneos. Fue Presidente de la Comisión Permanente de la Feria del Libro, de 1997 al 2000, siendo fundador de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo. Es miembro del Consejo Directivo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, allí fue director del Centro de Estudios de la Cultura y del Centro de Estudios de la Comunicación. Fue el fundador del Premio de Ensayo Unión 6

Familia Lantigua-Hernández, en la graduación del segundo de sus hijos Pablo José (al centro), al obtener un Professional Master in Busines Administration (PMBA) de la Universidad de La Florida. En la gráfica, figuran de izquierda a derecha: María Miguelina(estudiante de Publicidad de la Universidad Iberoamericana- UNIBE), el licenciado José Rafael Lantigua; Pablo José; la señora Miguelina Hernández-Bencosme de Lantigua; José Rolando (ingeniero civil con una Maestría en Administración de la Universidad de Valencia, España, y su esposa Elizabeth de Lantigua. Revista de Arte y Literatura


1980. Entrega del Premio Presencia Mocana a los hijos más notables de Moca. Figuran, el Dr. Antonio Rosario, quien fuera Rector de la UASD, ya fallecido; Ing. Pedro Porrello, quien fuera Secretario de Educación; Dr. Rubén Lulo Gitte, Lic. José Rafael Lantigua (quien fue seleccionado para pronunicar el discuso de gracias a nombre de los galardonados), don Julio Jaime Julia, ya fallecido; Tomás Hernández Alberto; José María Hernández; Luis Gutiérrez, entre otros. El acto fue presidido por el Presidente Antonio Guzmán. (Lantigua es el quinto desde la izquierda).

José Rafael Lantigua, a los 17 años, pronunciando el discurso central en un homenaje que se le hizo en Moca a la gran actriz Divina Gómez, quien figura al fondo. En su libro Semblanzas del Corazón, Lantigua afirma que pronunció su primer discurso a los 9 años cuando estudiaba en la Escuela Ecuador, luego Escuela Juan Crisóstomo Estrella, de Moca. El discurso se lo escribió un gran amigo de la familia, Winston Arnaud, luego dirigente Político y compadre de Lantigua al apadrinarle su primer hijo. Con los años, Lantigua le escribiría a Arnaud sus discursos cuando fue Secretario de Estado sin Cartera del gobierno de Jorge Blanco y luego Síndico del Distrito Nacional, durante la enfermedad de su titular José Francisco Peña Gómez.

1980. José Rafael Lantigua recibe el Supremo de Plata Jaycee’s como Joven Sobresaliente de República Dominicana. Entre otros, fueron premiados junto a Lantigua, el historiador Juan Daniel Balcácer, el comunicador Ramón Puello Báez y la feminista Milagros Caram. (Lantigua es el tercero desde la derecha). Diez años después, en 1990, Lantigua recibió la Medalla de Plata que se otorga a los mejores entre los galardonados anualmente con este codiciado premio. Revista de Arte y Literatura

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Semblanzas del corazón de J. R. Lantigua Vivencias Memorables de la Patria Chica

Bruno Rosario Candelier

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Director de la Academia Dominicana de la Lengua.

onocí a José Rafael Lantigua en la sacristía de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Moca, donde ambos éramos monaguillos en los días en que regía como párroco el bienamado sacerdote mexicano Pbro. Antonio Flores, de los Salesianos de Don Bosco. En aquel tiempo, estoy hablando de la primavera de 1957, eran también monaguillos los hermanos Quintino y José Luis Guzmán, Lucas y Pedro Porrello, Dionisio y Ángel Rosario Candelier. Tengo en mi memoria una vívida figura de José Rafael Lantigua: entonces era un imberbe inquieto, activo, vivaz, con paso rápido y muy bien presentado. Era quien mejor vestía y siempre andaba en forma impecable, pulcro y limpio, con pantalones bien planchados, zapatos lustrados y sonrisa generosa. En más de una ocasión he revivido la imagen de su buena madre, doña Lolita, que cada vez que su hijo salía de su casa para el templo de la iglesia, ella se quedaba pendiente de él, en el umbral de la puerta, siguiendo al hijo con mirada amorosa hasta perdérsele de la vista al doblar de la esquina. Lolita es la típica madre que cifra todo su horizonte en la crianza de sus hijos, consagrando su tiempo, su creatividad, su vida y su ilusión en la formación y el desarrollo de la criatura de sus entrañas con una entrega sin descanso. Por eso la he admirado siempre por su ejemplo de madre abnegada, modelo de esa fuerza genesíaca y geológica que hace de la madre la encarnación suprema de ternura, comprensión y gracia consentidas. Hay una escena en la vida de José Rafael que nunca olvidaré. Hacia mediados de 1957, a un año de la consagración del majestuoso templo de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Moca, se anunció que el entonces Presidente de la República, Rafael Leonidas Trujillo Molina, haría una visita oficial al recinto de la iglesia y los monaguillos fuimos convocados de urgencia. Esperamos al ilustre Jefe en el 8

presbiterio con nuestro traje de gala. A la llegada del distinguido visitante mi atención se centró naturalmente en el Jefe y me sorprendió cómo movía la cabeza de un lado para otro y el encendido de su rostro y el porte gallardo e impresionante de su prestante figura. Después de pasear por las naves laterales observando el hermoso arte vitral y las imponentes columnas interiores, se acercó a nosotros, que estábamos junto al área del altar mayor y, para sorpresa de todos, puso sus manos, con paternal cuidado, sobre la cabeza de José Rafael Lantigua. Quiero consignar ahora que siempre vi ese gesto como un augurio promisor a favor de nuestro compueblano y amigo. Medio siglo después de esa jornada singular, para nosotros histórica, José Rafael Lantigua pone a circular la segunda edición de su obra Semblanzas del Corazón, un libro de evocación y nostalgia, de hechos y personajes de nuestra historia cultural y literaria y, sobre todo, una obra de vivencias entrañables durante los años de su crecimiento y formación en la heroica Villa del Viaducto, el sobrenombre con que es conocido el pueblo de Moca. Esta obra de Lantigua, escrita con la emoción de estampar en la página impresa aspectos y ocurrencias de un pasado que se siente presente en la memoria, recrea en episodios consignados con evocación nostálgica, el valor de la mocanidad desde la óptica y las vivencias de un mocano cuyo talento y cuya obra le han merecido un justo reconocimiento nacional. Autor de valiosas obras históricas, biográficas y literarias, José Rafael Lantigua tiene en su haber la organización y la celebración de las más relevantes Ferias del Libro que recuerden los anales de nuestras letras y dirigió “Biblioteca”, el más importante suplemento literario que en su tiempo se publicaba en el país. En sus años de formación intelectual, que inició en Moca, Lantigua dio sus primeros pasos en la actividad literaria y en esta ciudad cibaeña formó parte de organizaciones culturales, como el Centro Juvenil Don Bosco y el Ateneo de Moca.

Protagonizó un fecundo activismo cultural con José Frank Rosario en el teatro y con el Padre Vicente en la animación socioreligiosa, que con apoyo ayudó a gestar el más fructífero centro religioso y cultural que ha conocido la historia espiritual de Moca. José Rafael Lantigua comparte con Adriano Miguel Tejada el liderazgo cultural de su promoción literaria, que en Moca ha dado valiosos creadores en los diferentes géneros literarios. Moca está presente en la visión del Mundo, en la valoración emocional del paisaje y su historia, en la estimación afectiva, espiritual y estética de cuanto hace, dice o quiere, como una forma elocuente, generosa y auténtica de testimoniar el aliento que subyace en su sensibilidad y en su espíritu, abierto y caudaloso. El amor a su pueblo es una expresión tangible del amor a la patria, que es el sentimiento que nace con el entrañable vínculo telúrico mediante el apego a la tierra, al paisaje, a la historia de nuestros mayores. José Rafael Lantigua evidencia en este libro que es un buen hijo de su pueblo, amante de su tierra, fervoroso de su gente y un ejemplar ciudadano que ama el lar nativo con identificación, ternura y gratitud. Esta obra de José Rafael Lantigua confirma que el pasado es sustancia de creación para los que, prevalidos de intuición, pasión y lenguaje, cantan, pintan, componen o escriben lo que concita el sueño, el dolor o el amor en las alforjas de unas vivencias entrañables, que siempre tienen la inexorable marca y el indeclinable acento del corazón. Memoria, nostalgia y pasión fueron los factores que le inspiraron a José Rafael Lantigua a escribir esta obra de cordial evocación con la conjugación del lenguaje y las vivencias, las emociones entrañables impregnadas de amor al terruño y las ardientes evocaciones que hacen de sus inolvidables memoranzas unas deliciosas semblanzas del corazón.

Publicado en Listín Diario, Sección “Biblioteca”, Santo Domingo, 19 de agosto de 2001, p. 20.

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Premio de la Academia para José Rafael Lantigua (Fragmento de las palabras pronunciadas por el director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, al hacer entrega de la primera versión de este galardón en el 2003, al distinguido intelectual José Rafael Lantigua.)

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oy proclamamos, por vez primera, el Premio de la Academia, presea concebida para reconocer a un dominicano distinguido por el ejercicio de la palabra o el cultivo de las letras a favor de la nación. Me complace proclamar que el Premio de la Academia ha sido otorgado, en este año de gracia de 2003, al escritor dominicano José Rafael Lantigua. Autor de valiosas obras históricas, biográficas y literarias, José Rafael Lantigua tiene en su haber la organización y la celebración de las más importantes Ferias del Libro que recuerden los anales de nuestras letras y la dirección de “Biblioteca”, el más importante suplemento literario que se ha publicado en el país. Los méritos intelectuales y literarios de nuestro escritor se fundamentan en su trabajo de promoción y valoración de las obras de los autores dominicanos, su contribución al ensayo histórico y biográfico y la identificación con que asume la promoción de los valores esenciales de las letras nacionales. Los veinte años al frente de “Biblioteca”, un suplemento dinámico, vivo y abierto a todos los autores y corrientes estéticas, revelan no sólo la capacidad de trabajo de un estudioso de nuestras letras, sino que evidencian una labor encomiable, altruista y permanente de un intelectual preocupado por el destino del libro dominicano y el desarrollo de las letras. Como crítico literario, José Rafael Lantigua es un analista acucioso, riguroso y lúcido. Posee un instinto lingüístico que le permite reconocer al vuelo la calidad de una obra o la insuficiencia de un texto. Revista de Arte y Literatura

Tiene la capacidad para desentrañar sus valores literarios y el valor para señalar aciertos y desaciertos con objetividad y sinceridad. Ha dado reiteradas demostraciones de que siente y vive la pasión del libro por la cual despliega su talento intelectual, su clara inteligencia y su sensibilidad interpretativa. Concitado por una vocación humanista y un sentimiento de generosidad, estudia y valora la obra literaria con disciplina. Y al ser partícipe de un sentimiento de empatía con el texto literario, que le permite experimentar una identificación intelectual, afectiva y espiritual con la esencia de una obra, escribe y promueve sus valoraciones críticas con despliegue de erudición y rigor. Prevalido de formación literaria, de un carisma especial, de la vocación para la interpretación, es un agente entusiasta, objetivo y abierto a todos los valores y tendencias para estimular, con apertura exenta de motivaciones subalternas, las manifestaciones creativas de la sensibilidad estética. José Rafael Lantigua sabe asumir, desde el lenguaje de un texto, la voz del escritor y la significación sociocultural de una obra. Desde la onda de su sensibilidad espiritual, sabe captar y expresar la actitud mental que perfila y alienta el sentido de

una creación. Asimismo, sabe intuir y perfilar, desde la óptica de la interioridad, lo que subyace y permanece por su valor intrínseco y profundo. Y sabe captar, con su capacidad de comprensión y su criterio de valoración, la forma hermosa, el contenido trascendente y las verdades profundas. Su ejecutoria crítica confirma no sólo el encomiable servicio de José Rafael Lantigua a las letras dominicanas, sino el talento creador, la vocación literaria y el don de la interpretación que caracteriza a uno de nuestros intelectuales dignos del reconocimiento nacional. Se trata de una labor realizada con una fecunda pasión altruista, enalteciente y edificante. 9


LA CONJURA DEL TIEMPO memorias del hombre dominicano José Rafael Lantigua

Secretario de Estado de Cultura

Introducción al Libro La Conjura del Tiempo, de José Rafael Lantigua, © 1994

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ue un miércoles sombrío. La mañana de aquel día, 31 de mayo, había crecido con un aire frío, como de nostalgia, un silencio de comarca en trance de dolor y una brisa necia que hacia bambolear los espíritus. Extrañamente, a media mañana, los escolares habían sido despedidos a sus casas con la excusa de que

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En este libro el autor se expresa en el tono deleitable del que sabe de lo que está hablando y está al mismo tiempo apasionadamente involucrado con el tema, con lo que consigue entrar en intimidad con el lector desde la misma introducción, muestra condensada de lo que será el resto del libro. Un paseo por el ser dominicano donde no se escapa ni uno sólo de los rasgos que lo definen; el parto doloroso y los primeros tropezones de la democracia tras tres realizaría una reunión de profesores con el inspector de Educación, un funcionario regional que solía visitar con frecuencia las escuelas para llamar la atención sobre su funcionamiento y eficiencia. Sobre el mediodía, el sol había ido palideciendo y cualquier avezado en cuestiones del espíritu pudiese haber oteado claramente un presagio de muerte y asombro en el ambiente incógnito de aquel día triste. Al iniciarse la tarde, sobre las dos, el aire frío de la mañana se había consustanciado con un cielo encapotado y sereno del que germinaría, pocas horas mas tarde una llovizna ligera. Aquellos que, a causa de acontecimientos funestos de los últimos meses, habían estado a la caza de signos trágicos, comenzaron pasado el mediodía a percibir la presencia de un preanuncio raro y, de inmediato, se arremolinaron sobre las más variadas conjeturas, expresadas casi en susurros, en la soledad de las alcobas. Para dar solidez al presagio, al

décadas de absolutismo, los hombres que lideraron el poder político, la mezcla racial, la música, la actitud ante el vecino del oeste, el racismo relativo, el humor, el deporte, las ideologías… todo abordado en el estilo íntimo de un observador y talentoso testigo presencial de medio siglo de historia, que nos deja en un sólo tomo, el más completo, verdadero y ameno prólogo a nuestro futuro como pueblo. RJV

rumor y a la duda, alguien había observado la ocurrencia de aprestos militares y una bandera colocada a media asta en la fortaleza local. El día anterior, martes de mayo que el santoral dedicaba a San Fernando, rey de España, quien junto a sus esposa Isabel, tenia dedicada una de las principales vías capitalinas, la de los Reyes Católicos, la jornada había comenzado de manera aparentemente normal para el baladrón que había regido destinos del país por poco mas de treinta años. El Generalísimo se había levantado, como de costumbre, a las cinco de la mañana. En pocos segundos se había introducido al baño ribeteado de oro en sus marcos, para iniciar un proceso que le tomaba cerca de una hora, en que se aseaba con cuidado y meticulosidad propios de un príncipe medieval. En bata de casa, se sentaría luego para leer rápidamente El Caribe, sorber un café y prepararse para vestirse de civil y partir hacia su despacho palaciego. El teniente Amado García Guerrero, que fungía de ayudante ese día en la mansión ejecutiva, se aprestó, no sin antes hacer el saludo de rigor a su jefe, a abrir la portezuela del automóvil que conduciría al Generalísimo hacia su destino. Posteriormente, ese mismo día, sobre las diez de la noche, García Guerrero prepararía el terreno para que el Generalísimo acudiese a otro destino, al definitivo, a uno del que ya no podría regresar jamás a su habitual faena de perdonavidas. Revista de Arte y Literatura


Cuando el Oldsmobile de Antonio de la Maza, capitaneado al volante por Antonio Imbert Barrera, avanzó sobre la oscuridad y el silencio de la noche de aquel martes crucial, la mayoría de los dominicanos, cuyas capas sociales estaban en ese momento divididas entre una pelonería inmensa que arropaba a tres cuartas partes de la masa poblacional y una limitada cuarta parte con una riqueza mediatizada, ya que riqueza sólida y demostrable solo la tenían el Generalísimo y su cohorte pecaminosa, ignoraba que a esa hora –diez menos quince minutos- se estaba escribiendo el epitafio de una era. Todavía, mas de quince horas después de que el mocano De la Maza colocara un disparo de gracia en la cabeza del Generalísimo, ya agujereado con diecisiete impactos de bala, y de que con su verbo

incivil y maldiciente increpara al cadáver fresco aún, tras un escupitajo, la frase que cierra un ciclo clave de la historia nacional: “¡Hijo e´ puta, se te acabo tu hora!”, los dominicanos ignoraban -aunque muchos lo presentían- la tragedia y el drama consecuente vivido por los conjurados en aquella cita decisiva y decisoria. El miércoles 31, sobre las tres de la tarde -la brisa fría inquietante y necia, el cielo nublado, horas plomizas anunciando lluvia, sensación de hastío, inseguridad y duelo, tarde gris por la que corría presurosa una plática magullada de incertidumbres -la radio, de pronto, irrumpió para anunciar el “asesinato vil” del benefactor de la Patria, la muerte del Generalísimo, un ser incorrupto, sempiterno y divino, que muchos creían definitivamente –a un nivel de que seguirían dudando por meses,

y quizá por años, su muerte real- hecho para la inmortalidad. Un amigo de nuestro hogar, arrojado oposicionista, que más de una vez se había aventurado a forjar acciones de resistencia, llegó presuroso a la casa, la lluvia ya cayendo a raudales, todos recogidos en la comarca -por la lluvia, por el duelo y por las dudas- y sin mediar palabras se abalanzó sobre el viejo cuadro del Generalísimo y su hermano- bicornios, plumajes y medallas sobredimensionando los penachos de la egolatría- y lo lanzó junto a una palabrota, hasta caer, hecho añicos, en una de la habitaciones de la casa. Mucho tiempo después -al momento no pudieron entender el gesto mis escasos once años- alcanzaría a comprender que, en ese justo momento, concluía, sin dudas, la Era de Trujillo.

Otras obras de José Rafael Lantigua Domingo Moreno Jimenes, Biografía de un Poeta; © 1976

Sobre un tiempo de esperanzas (poemas), 1976

Islas en el Sol, antología del cuento cubano y dominicano (en colab. con Francisco López Sacha), 1999

Hacia una Revalorización del ideal Duartiano

Revista de Arte y Literatura

Semblanzas del corazón, Memorias y Nostalgias 2da Edic. 2001

La Conjura del tiempo, Memorias del hombre dominicano, © 1994

Los júbilos íntimos (poemas), 2003.

Duarte en el Ideal

El oficio de la palabra, 1995

Miroirs de la Caraibe: Douze poétes de SaintDomingue” (Espejos del Caribe, 12 poetas de Sto Domingo), publicado por la editorial Les temps de cerises, de París.

Buscando Tiempo para Leer. Los 10 derechos del posible lector

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José Rafael Lantigua

Secretario de Estado de Cultura

El Hombre Dominicano

Ensayo tomado del libro La Conjura del tiempo - memorias del hombre dominicano © 1994, 3° Edición 2007 José Rafael Lantigua.

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l hombre dominicano es la suma de muchas variables de personalidad e idiosincrasia. Los cambios ocurridos en el país en los últimos cuarenta años, después de la muerte de Trujillo, dieron origen a un ser nacional que fue, en alguna medida, una hechura de decenios de atraso social, de desconfianza personal y de fatiga moral. Durante esos cuarenta años siguientes al destronamiento de la Era, ocurrieron muchos desgarramientos, murieron muchas utopías, se extinguieron grandes mentiras y sobreseyeron muchas maldades. Al mismo tiempo, emergieron nuevas concreciones de la realidad cotidiana, brotaron renovadas espigas doctrinarias y se consumieron emergentes apetencias y desvaríos sociales. Desde 1961 hemos vivido una transición colectiva que no se detiene aún. Seguimos amarrados a ese devenir fortuito, a esa inclemente posteridad en la que abrevamos, solícitos, para aliviar las ronchas miserables del pasado. Si en los prolegómenos de nuestra definición nacional, José Ramón López, nos entendió imprevisores, violentos y fingidores, y Corpito Pérez Cabral nos explicó las variantes de nuestra mulatez, Américo Lugo nos forjó un pensamiento crítico para que pudiésemos crear un sistema de medidas históricas y un cuadro de dignidades patrióticas. Mas acá, Pedro Henríquez Ureña intentó facilitarnos diversas vías para encontrarnos con nuestra expresión, mientras Pedro Mir, haciendo la canción, nos considero “un país inverosímil… material…matinal. Y desterrado”, mientras crecía en el destierro la ilusión del regreso y del triunfo, sin que sepamos hasta ahora lo que pasó después en aquellos espíritus desarraigados por la ignominia, que 12

intentaron, agotados por la desesperanza, hacer su “nido de constructiva paz” y llenar sus nuevas auroras de besos y de olvidos. Luego hemos ido siendo. Nos hemos ido construyendo en la medida de las circunstancias y las posibilidades. Conformándonos en la realidad y en la aventura. Forjándonos como entidades acomodadas a las corrientes y a las pugnaciones. Hemos ido haciendo nuestras cualidades distintivas con la misma segura incertidumbre con la que hemos construido nuestros vaivenes históricos. Esta nota infatigable de coherencia nacional nos ha permitido abordar los ejes vitales de la historia con cierta practicidad edulcorada y con una voluntad plástica para contravenir las imperfecciones propias. Somos tal cual creemos que podemos ser. Tenemos un habla cantarina que se permea con facilidad. Podemos trocarla si se nos antoja y cubanizarla, puertorriqueñizarla, españolizarla o italianizarla, de acuerdo con nuestros movimientos. Hablamos con alto nivel de pronunciación, acentuando -y apocandolos vocablos con una permisividad divertidamente nuestra. Desdeñamos, en su momento, la comida que nos identifica por los menjurjes que descubramos en las mesas de comensales extraños y rápidamente dejaremos de echar de menos, aun sea en apariencia, las viandas de la mesa criolla. Nos acoplamos a todas las modas, nos embriagamos con toda las ofertas ideológicas o políticas y terminamos encontrándonos con una forma de ver y sentir la vida tan decididamente diversa y tan alegremente festiva. Pero el ser nacional no es, de ninguna manera, una definición precisa, ni debería serlo. Hemos ido cambiando de acuerdo con la andadura mutable de los tiempos. Esta actitud nos ha permitido forjarnos algunas licencias cambiantes, muy originales y distintivas. Desde las montoneras, en la manigua y en el jolgorio aldeano, en las borrascas de la ruralía y en las urdimbres citadinas, crecimos creyéndonos, y siendo en gran medida machos. Hombres bragados, donde el capote de donjuán

se llevaba con el garbo intransitable de la valentía y la rudeza varonil. El tiempo conjurado del postrujillismo, nos convirtió en liberados. La urbanidad profesional o la civilización epocal nos transformó radicalmente y dejamos los toscos pliegues del machismo por una actitud más en consonancia con la época y sus atributos. El feminismo, esa terrible enfermedad de nuestros tiempos, hizo también variar la esfera de los acontecimientos, abriendo la compuerta de muchas actitudes de vida y ayudando a clausurar las válvulas de la cerrazón machista y de la hombría pedestre de antaño. El humor no nos ha faltado, aunque le hemos temido. Sobre todo el humor incinerante de actitudes perversas y el humor irritante de poses políticas. Hemos preferido la comicidad al humor, el sarcasmo al chiste, la parodia a la caricatura. De Paco Escribano a Grullón Cordero, de Pildorín a Freddy Beras Goico, de Julio César Matías a Luisito Martí, el humor se introduce por diversos cauces, aunque entre los primeros -Paco, Pildorín y Grullón Cordero- el humor corrió por una pendiente agresiva de cuestionamiento social y político y, entre los segundos, el humor se permea en la recreación anecdótica y en la caricatura social. Hemos sido, en otra vertiente, irracionales, excesivamente extrovertidos, tendencialmente derechistas, entretenidamente morbosos, libertinamente mujeriegos, dominicalmente católicos, alegremente alcohólicos, peloterilmente chismosos. Cualquiera de estos rasgos pudo haber existido desde antes de esta época, pero no hay dudas de que han quedado acentuados en los últimos cuatro decenios. Hemos sido deportistas y faranduleros y procurado encender la chispa de la vida con una forma deportiva de entender y practicar la realidad y con la algarabía irreverente, plástica y, muchas veces, vulgar, de la música. Por estas condiciones, hemos cometido pecados sociales de difícil observación inmediata. Hemos permitido que la clase media y media-baja no se eduque Revista de Arte y Literatura


adecuadamente y que, apenas, se conforme con la deficiente formación profesional de las academias, sin elevar los conocimientos y aprovechar las variables de la cultura más allá de las obligadas tareas universitarias. En esos niveles, se ha reducido el sentido de urbanidad, se desprecia el haber cultural y se hacen ignorar los valores de las costumbres. En contraposición, la clase alta se educa adecuadamente, accede con fidelidad a los bienes de la cultura y se maneja familiarmente dentro de normas y costumbres que acrecientan su diferenciación social. Desde luego, hay evidentes excepciones, y una parte significativa de la clase media y mediaalta ha ido accediendo firmemente a estos niveles de altura cultural y formación social, en muchos casos, por encima de los niveles enunciados de la clase alta. La actitud formadora de esta clase social, de gravitante incidencia en la vida sociopolítica y cultural dominicana de los últimos lustros, marca la época de cambios graduales que han acontecido en la sociedad nacional y que han ido dando una configuración distintiva a la democracia dominicana y al cuerpo social de la nación. El retraso adrede de la educación que el estado ha patrocinado, conjuntamente con la ausencia de planes educativos complementarios, a más de la consabida indiferencia oficial por la planificación de programas culturales en todos los órdenes, han propiciado este deterioro sociocultural en estamentos diversos de la población dominicana y creado notables y perjudiciales diferencias en la percepción y aprovechamiento de los enunciados culturales entre los estratos sociales altos, medianos y bajos de la colectividad nacional. Cuando se conoció, en la segunda mitad de los años sesenta, el pensamiento educativo de Paulo Freire, el mundo latino americano comenzó a convencerse de la necesidad de forjar una educación que sirviese para la práctica de la libertad y para la formación de la conciencia. Fue entonces cuando la pedagogía se hizo antropología. El proyecto no se agigantó lo suficiente por las mismas razones de carencia de estímulo oficial a este esfuerzo de superación Revista de Arte y Literatura

liberadora de la conciencia humana, pero el enunciado fundamental de la doctrina pedagógica de Freire sigue indicándonos que es preciso atender los requerimientos ocultos de una sociedad en franco proceso de vulgarización y cualquierizacion, a fin de que la condición humana no se invalide ni sucumba ante estas degradaciones de la conciencia. “La diversidad de los hombres (Ha dicho en algún lugar Arturo Uslar Pietri) viene de la cultura, no de la naturaleza. Al nivel de los instintos y de los mecanismos psicofisiológicos somos básicamente todos iguales” El venezolano Luis Alberto Machado proclamó desde un libro muy difundido, la revolución de la inteligencia, considerando

Yo casi nunca dormí en la casa de mis padres, prefería la de mi abuela, por que casi carecían de lo necesario. Solo tení, cada uno, un baúl que sus ropas no llenaron nunca…Por la casa de mis padres pasaron duros vientos. Meses hubo en que solo se disponía de batata y leche. Alguna vez la dieta se interrumpía con un regalo de plátanos de los vecinos, porque alguien traía carne salada, porque un amigo que sacrificó un cerdo se acordaba de traer unos chicharrones y media botella de manteca. Era la pobreza de los años veinte. Una pobreza que marcó también los siglos anteriores, como la que describe para el centenio1600-1700 Frank Peña Pérez, y que siguió gravitando con fiereza durante los años de la dictadura y los cruentos momentos iniciales de la era postrujillista. Pero esa pobreza social, miseria alimenticia y de vestimenta, fue superada por muchos, como en el mismo caso de Incháustegui Cabral, con la riqueza de la cultura. Incháustegui cuenta que, a pesar de las calamidades familiares, su padre tenía una pequeña biblioteca y una imprenta donde se editaba un periódico, y allí, en esa biblioteca, él leyó a Vigil Díaz y a Moreno Jiménez, a Rousseau y a José Gabriel García, a Salgari y a Julio Verne y, por ellos, alcanzó a superar las estrecheces de su época hasta quedar erigido con el tiempo en uno de los hombres venerables de nuestra cultura. La pobreza de entonces no encuentra similitud en la que pueda vivirse hoy en algunos sectores sociales. Las facilidades de comunicación crean una cadena de propuestas informativas con la que puede construirse, perfectamente, un haber cultural sólido. Desde luego, resulta imprescindible considerar esas propuestas como viables sólo en la medida en que se acrecienten las posibilidades de formación del hombre dominicano desde el hombre dominicano mismo, o sea, desde cada cual y hacia cada quien, no con formulaciones masificantes, sino evitando que ellos arruinen las conductas sociales de relación cultural y desmejoren la calidad de entendimiento y la capacidad de inteligencia de nuestro ser nacional.

Hemos sido, en otra vertiente, irracionales, excesivamente extrovertidos, tendencialmente derechistas, entretenidamente morbosos, libertinamente mujeriegos, dominicalmente católicos, alegremente alcohólicos, peloterilmente chismosos. una necesidad atender y valorar el derecho a ser inteligente. “Cada hombre (afirmaba) por el mero hecho de existir, tiene derecho a ser inteligente. Y a que se le faciliten los medios para poder llegar a ser cada vez más inteligente”. Es indudable que en un ambiente de indiferencia o desprecio a este derecho esta tarea será ardua. En el caso del hombre dominicano actual se precisa de una actitud dinámica para mejorar su identidad desde los acopios de su diversidad cultural. La pobreza cultural siempre ser más gravosa que la pobreza social. “Éramos pobres, sencillamente pobres” recordaba Héctor Incháustegui Cabral de sus años de mocedad en Baní.

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Los júbilos íntimos

José Rafael Lantigua

Poemas del libro Los júbilos íntimos de José Rafael Lantigua © 2003 Ilustrado por Desiree Domínguez Fiallo

MI CASA Ella la casa convite y tenencia luz de albas solícitas

Abuela Mujer de temple augusto Maestra de certezas Congoja tu muerte.

La casa alegría de pobre guayabas cerezas parchas limones limoncillo macho que sólo alumbró sombras flor de campana té de apazote entre dichas atenuadas sorpresa de viento albergue soliloquio coloquio mudo de noches transparentes Cocina al patio retrete de pobre luz de albas solícitas Hambre: hilillo de ternura en cada arroz liviano Helado de frambuesa Refresco de avena Y un tiempo agreste donde compartimos la espera. Silencio de cuaresma batir de alas rumorosas amores tibios La casa Oficio de madre dureza de dueña

La estancia queda vacía de mi tiempo invicto He cruzado la sabana y he mirado atrás una estatua de sal me contempla y hay una muralla de sol que se abre a mi marcha.

Hartazgo de delicias hambre de tiempo faldas dominando el espectro luz del alba solícita que sigue alumbrando sueños La casa Mi casa

Creo ver ruinas sobre tejados y zaguanes Tal vez sólo hay una luz mortecina herida y vacilante que ilumina un camino donde un tiempo de vahidos sujeta la aurora. Está oscuro aún el día que nace Y yo sólo se que voy rumbo a la orilla

LA PARTIDA 2 de octubre de 1972. 5:00 AM. Ahora me he ido. Estoy partiendo del pueblo para estallar obuses en rosas maduras (lo aprendí de Huidobro aguijoneando días en canciones cortadas). Estoy partiendo cuando las naves quedaron incendiadas en el puerto de origen cuando no hubo más tiempo para mi tiempo intacto. Mejor vives junto al mar (dijo mi madre) y partí de madrugada dejando un silencio de dudas sembrado sobre tierra hosca donde los sueños ya no tuvieron libertad para su intriga sorda.

Un pino ondea tras una brisa ligera Un llanto me afirma que voy hacia lo eterno Un hogar de espacios sin edad me dice que me llevo un calendario sin cifras

Siento que mi piel presiente desafíos El follaje tiene voces que premian mi osadía Un alba risueña me oferta su músculo Y un ídolo de barro se contrae a mi ensueño Habrá cuervos que hoy amanecerán sin grito El alfabeto de un rumor que ignora fortalezas Una torre de iglesia saluda a mi paso Y una tijera siega mi andadura de hierba

El aula de la memoria Enriquillo Sánchez (1947-2004)

He recibido Los Júbilos Intimos. Lo tengo desde entonces sobre mi mesa de trabajo y acudo a él cada vez que deseo como premura desertar de la realidad. Cuando abro sus páginas inmarcesibles, es como si abriera los portones de la magia, del asombro, de la maravilla. Son poemas de regreso y no todos regresamos con generosidad y nobleza al niño que somos ni a la aldea 14

en que fuimos. No todos lo hacemos con esa tu pureza indeclinable. Arropas al lector en las liturgias de la patria chica, que crece ante nuestros ojos hasta ocupar el mundo con su luz y sus banderas y su música. Es el aula de la memoria. Hay allí maestras que se descalzan en otoño. El terruño crece sin cesar hasta convertirse en patria grande, en mundo, en universo. Nazcamos en

París o Buenos Aires, nacemos siempre en una aldea. La infancia es una aldea. Y regresamos a ella para regresar al poema. Yo te acompaño a diario en ese viaje. Al final del camino nos aguarda el mismo niño con el que iniciamos ha mucho la aventura. Quizá por eso lo escribimos con tiza verde en la pizarra de la eternidad, para que nadie luego alegue inocencia. Revista de Arte y Literatura


Una línea que llaman horizonte sin freno parece que dibuja su perfil de aventura Hoy he partido del pueblo para correr tras el viento y se que el mar me espera con su garganta seca. Llueve sobre el camino El conductor acelera su habladuría infecta Voy encendiendo cirios en mi corazón de barrancas Atado a mi barco navego en busca del mar que me recibe Mejor que vivas junto al mar (dice mi madre) Y ya estoy aquí llegando saturado de azul tras el agua y el sol el temblor y el abrazo reloj de horizonte que marca el recuerdo que ahora dejo atrás en el espejo de mi niebla insomne.

CIUDAD II EN ESTA CIUDAD Yo percibo una flor que muere un lejano trueno que cae sobre el mar olas embravecientes en un mar de ceniza y duelo, pájaros blancos que revolotean ungidos de infinito. En esta ciudad descubro pasos que ambulan sin destino otoños del tiempo acudiendo a su fin. En los turbios tumultos que cubren sus confines la ciudad tiene sed de viento y tempestad hambre de placer y codicia mientras espera un poema de amor y libertad sobre los paredones de su ansia suicida. Ella no es solamente mi ciudad. Hay muchas otras ciudades retratadas en ella, pues a esta hora en toda latitud quebradiza, informe, un perro ladra al sol desde la noche en fiesta y un mendigo acaricia su pan en la soledad de su esperma. Esta no es sólo mi ciudad. Revista de Arte y Literatura

Otra verdad asiste a su destino. Otro hueco se coloca en su mortaja. Otra latitud se baña somnolienta en su espejo. A esta hora por igual hay pasos sin destinos y otoños y flores marchitas y canciones de amor en cualquier ciudad donde también una niña me come los párpados para impedirme aleve retoce con el sueño.

FLOR DE TILA ENTRE LOS GERANIOS que esta mujer de labios gruesos me regala hay un perfume de querencias viejas que adormecen mi tránsito vital. Se que ya no he de volver al lugar donde alguna vez pensé que fui feliz porque ese tiempo pasó a ser un punto, tal vez sólo un minúsculo punto, en la memoria trashumante de la vida. Estos geranios que ahora entreveo en mis pupilas ardorosas y frescas me recuerdan años sin tiempo que ahora mueren junto a las buganvilias del patio casero mientras me transportan sin edad a las puertas abiertas de la heredad bendita, del camino desde donde la ciudad me convoca ahora a su convite.

LOS RETOÑOS A mis hijos

Remolino de luz y escarcha Todo sonríe a mi alrededor Es mi hora feliz Pascua de retoños Un mar desbordado atraviesa mi llanto guarnecido de esperanzas Una mujer me alumbra la heredad que me suscribe Y yo aguardo deslumbrado la aventura que comienza. NOCHE ESTA NOCHE quisiera ver llegar la sabiduría del necio ser encina que nutre y sol que alumbre, tarde gris saturada de memoria. Esta noche capricho que corretea ilusiones quisiera desprenderme de mis axilas, ser aurora que muere en los tejados manos que palpen mi desnudez nudo que quebrante mi pálida sombra. Esta noche quisiera verme en una infinita población de espejos, derrumbarme en el agobio de saber que soy solamente absurdamente un pedazo de tierra fragmentado en el otro un trozo de angustia inoculado de miedo una pinta de sueño pisoteado O simplemente tal vez un requiebro de luz sobre este corazón de noche oscura y solitaria.

Trono de vientos Un frió de amor que cruza la serena planicie de la luz Acento de purezas Reposo ligero donde la forma revela su encanto. Legaron Nacieron Desplegaron sus alas para respirar sobre los hastíos Candor primigenio Alas dormitantes Esplendor de luceros

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NEY CRUZ

Ser pintor impresionista es mi mayor orgullo ´´ Sus estampas irradian el alma humana. Constituyen una belleza perpetua, introvertidas y de tiernos matices, las cuales expresan una realidad lírica, envolvente, que se inmoviliza en un vasto escenario de símbolos e imágenes destacando una identidad real y evolutiva. ´´( Cándido Gerón, crítico de arte) que me estimuló a la pintura. Con relación a la edad, es precisamente a los 16 años cuando le doy seriedad a mi vocación hasta convertirla en mi profesión hasta nuestros días. - Y de eso que tiempo hace? Tengo más de 35 años en el quehacer de la pintura, la publicidad y todo lo que se relaciona con el arte visual.

E

l arte y la pintura, el maestro santiaguero Ney Cruz lo lleva en la sangre. Su pasión por la música y posteriormente por la artes plásticas son vestigios de su entrega hasta convertirse en uno de los pintores más demandados y representativos en la pintura criolla. Pintando lo dominicano, el maestro lleva mucho tiempo y ese estilo impresionista le ha merecido un nombre del que la plástica se siente orgullosa de que el forme parte de una historia multicolor y cargada de identidad con su emblemática obra, El Merengue. Con más de tres decenios de pulsar el pincel sobre el lienzo, el artista deja sentir su inquietud y sus intimidades en esta entrevista exclusiva para Mythos, como el haber formado parte -como cantante- de varias agrupaciones de la categoría de “Los Privones de Esperanza”, “Los Príncipes Azules” y la Orquesta de Ary Rosado. - Ney, a que edad descubrió su pasión por la pintura? Desde que vi a mi hermana Cristalia Antonia Cruz, ella sin haber ido a ninguna escuela tenía la habilidad de dibujar todo lo que veía y eso me llamó la atención, hasta 16

- Cómo define su estilo? Como impresionista universal, ya que no tengo una línea definida. Pinto lo que se me inspira. Lo defino como impresionista al punto de una búsqueda. Me inicie en el estilo abstracto, pero la crisis económica me obligó a cambiarlo. - Cuántas obras ha pintado a lo largo de su trayectoria?

Yo diría que miles de cuadros, pero el que más he pintado es El Merengue, que es una de las obras que me identifica como artista y como músico que toca los instrumentos como el bandoleón y el piano, que me inspiran a realizar mis obras. - Le ha servido la música para la pintura? Claro que sí, porque la música fue primero y ella me inspira para la pintura y creación de obras como Bodegón Musical, donde predominan los instruentos básicos del merengue, no así las frutas como se acostumbra. - Y ha pintado algún merenguero típico? Entre mis obras tengo pinturas de los principales merengueros con su acordeón, como Tatico Henríquez, Ñico Lora, Fefita La Grande, entre otros.

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- A su juicio los dominicanos valoran la pintura como arte o como elemento decorativo? Te diría que de los dos sectores; aunque predomina más el segundo, porque el país existen pocos coleccionistas, ante esa situación el mercado popular crece y es el que compra los cuadros.

No, ni los apoyo, porque no son más que un truco comercial.

- Qué grandes maestros influyeron en su arte? Puedo asegurar que los de mayor influencia en mi, son Yoryi Morel y Guillo Pérez. Del primero influyó el tema y del segundo la técnica del colorido.

- Usted está de acuerdo que los artistas -pintores- se involucren en la política? Para nada estoy de acuerdo, ya que se convierte en un artesano y deja de ser artista. El pintor se corrompe dentro de ese ambiente y hasta pierde su libertad como artista.

- Qué opinión le merece la crítica dominicana? Considero que esta muy comercializada y se basan en firmas muy renombradas y que tienen fama. Puedo hablar de un gran crítico como Cándido Gerón que conoce mis obras y las ha observado con mucho cuidado. - Y de los concursos de artes visuales, cree en ellos?

- Podemos decir que Ney Cruz tiene relevo en la pintura? Claro que si, es mi segundo hijo, se llama Alberto Cruz y promete mucho en la pintura. Lo veo como un futuro maestro.

- Qué le preocupa como doliente de la pintura? Después de ser un artista siempre uno espera un incentivo que no hay y está totalmente en el aire. No hay apoyo, no hay marchantes que apoyen a los verdaderos artistas. Eso me preocupa mucho que pase en el país.

Muy Intimo... Nombre real: José Manuel Cruz Pasatiempo: Tocar piano y escribir Color: El naranja y el azul ultramar Hijos: Douglas José, Alberto y Odalis ( pianista) Proyecto para el futuro inmediato: Crear una academia de arte, que sea un preparatorio para los futuros artistas

Más de su vida:

Nació en Santiago en 1953. Estudio pintura en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, siendo sus profesores Yoryi Morel, Jacinto Domínguez, Mario Grullón y Cuquito Peña, así como Guillo Pérez, Cándido Bidó y otros, en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo. Realizó estudios de Publicidad en la UASD. Graduado de Pendolismo y Serigrafía. Ha sido profesor de distintas instituciones culturales, entre ellas el Centro de la Cultura. Revista de Arte y Literatura

Además fue director creativo del Centro de Comunicaciones y fundador de la Escuela Ney Publicidad. Ha presentado varias exposiciones individuales en los principales escenarios del país y ha sido merecedor de importantes distinciones como maestro de la pintura. Sus obras se pueden observan en instituciones públicas y privadas. Continúa en la página 19.

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XXII C

Concurso de Arte Eduardo León Jimenes

on las palabras de Lidia León, directora de la Fundación Eduardo León Jimenes, dio inicio la ceremonia de entrega de los premios correspondientes a la XXII Bienal del Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, realizada en este mes de octubre en los jardines del Centro León, una concurrida actividad que contó con la presencia de los fundadores de la institución cultural, el Secretario de Cultura, las autoridades civiles de la ciudad, delegaciones de varias provincias, artistas, críticos, intelectuales, amantes del arte y representantes de diferentes sectores sociales del país y del exterior. “Este certamen considerado la iniciativa privada de apoyo a las artes de mayor permanencia en Latinoamérica, ofrece cada dos años un espacio de encuentro entre artistas, profesionales internacionales ligados al arte y la comunidad dominicana”, dijo la directora de la fundación patrocinadora del principal aporte al desarrollo de las artes plásticas en la República Dominicana desde 1964. Y luego se refirió a los programas de formación y animación sociocultural que le sirven de base al concurso así

Preámbulo Raquel Paiewonsky

como a la excelencia de la participación de los jurados de selección y de premiación. El señor Tony Saint Hilaire agradeció en nombre de los artistas seleccionados y en representación del jurado de premiación, el señor Luis Camnitzer, uno de los principales artistas del arte contemporáneo latinoamericano puso el toque de humor en la emocionante noche con la gracia de su palabra: Aquellos de nosotros que nos prestamos a ser miembros de jurados de arte constituimos una variedad muy articular y, por supuesto, muy culta de a lo que popularmente se conoce como masoquistas. Los miembros de esta categoría siempre nos vemos enfrentados al dolor de no poder premiar a casi todos. Y a veces tenemos que combatir la tentación de no premiar a ninguno. Sin embargo siempre reincidimos. Aquí sufrimos ambos dolores. Dimos premios a unos pocos, declaramos desiertos a otros y, tenemos que agregar, nos torturamos con las dudas de las posibles equivocaciones. En efecto cuatro categorías de las ocho disciplinas que compiten fueron declaradas desiertas, Escultura, Vidoeoarte, Grabado y Cerámica que no calificó en la selección. Cuatro premios con una dotación de un cuarto de millón de pesos fueron

Resistencia Femenina 2006 Indhira Rojas

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Revista de Arte y Literatura


Paraíso 2008 (Dominican York) Polivio Díaz Quiroz

otorgados, y cuatro menciones de honor y un gran premio de Cuatrocientos mil pesos. Artistas del género femenino y el arte de la fotografía fueron las grandes ganadoras del evento. Raquel Paiewonsky Di Franco se llevó el gran premio por segunda vez consecutiva con su obra Preámbulo, secuencia fotográfica que denuncia la injusticia de obligar a una niña a ser mujer antes de tiempo, una obra de valor obvio que probablemente le ahorró la angustia de la duda al jurado de premiación. El premio de Fotografía, que también deja sin argumentos de protesta a los más exigentes correspondió a Indira Susana Rojas por su obra Resistencia Femenina, una secuencia fotográfica sobre el temor femenino, la pérdida y el efecto posterior, Inés Tolentino

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(Des) Iluminación del Margen Histórico Colectivo 16-10 Lilve García y Pragmy Marichal

obtuvo el premio de Dibujo con una protesta a los feminicidios, en Pintura Wali Vidal por su obra La escolta y el de Instalación fue para Raúl Tamayo por su obra Degustando esencias condenadas. Las Menciones de honor correspondieron a: Jorge David Pérez por su dibujo Así Son Polibio Díaz por su serie fotográfica Dominican York. Luis Arambilet por su videoarte A imagen y semejanza. El colectivo 16-10 por su contrastante fotografía en serie (Des) iluminación del margen histórico.

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Poetas de

Santiago de los Caballeros

descubren a los de

L

a poesía contemporánea de Santiago de Cuba - Pedro López Cerviño, León Estrada y Enegildo Peña- ©Ángeles de Fierro 2007- es el nombre de la antología de poetas cubanos que se editara en el 2007 incluyendo a varios autores nacidos en el rango aproximado de 1940 a 1980 y de la cual se presenta aquí una selección. Influido por el gran entusiasmo que despierta la poesía de esa misma época y lugar se incluyen también los textos escogidos por Puro Tejada de la generación más reciente. Burócrata Raúl Ibarra Parladé No, no, compañero, por favor mire: Yo he venido aquí porque necesito una casa de agua en la superficie del mar. Yo he venido aquí porque necesito Cierta imagen antigua donde hacen melodías las estatuas de ojos ardientes porque necesito una niebla sobre la lenta diagonal de un campo de flores de nubes porque preciso la aurora, un cruzamiento de luces, un sobresalto es muy simple, compañero. Pero usted viene y me ofrece esta flaca planilla, esa flecha mezquina pintada en la pared estas palabras secas, los ojos torvos y un absurdo consejo de cordura. Pero ¿Qué es lo que tiene usted en la cabeza? ¿Qué estúpida conciencia tiene de los demás? ¿Qué sabe usted de nada? mire, váyase al diablo, por favor Muérase, compañero, muérase. Como un bolero Efraín Nadereau Maceo Esta mujer se echó en mis brazos como una estrella en los de un sol de cine; era, más que gordita, suculenta, de cuello muy espigado y pelo corto y grueso. Para que inventar bromas, 20

Santiago de Cuba

sólo me tenía a mí en aquel cuartico de una casa de huéspedes. Si acaso hubo algo trágico fue la falta de cámaras luces y maquillistas pero teníamos un rinconcito a oscuras -como en un bolero de los años treintay, entrambos, cincuenta y tantos caballos de fuerza que fueron suficientes para mover, en cada noche la inocencia, la parte que nos tocó del Universo. Parnaso Cubano Jesús Cos Causse Pobres bardos, cómo soñaron. Pulsaron la lira hasta el sufrimiento. El amor les fue fatal, la vida ni se diga. Sólo la muerte se los llevó de golpe. Si vivieran con nosotros en este tiempo de esperanza no estarían tan serios en los cuadros de los museos ni tan callados es las estatuas de los parques, mis viejos poetas, fantasmas soñolientos. Una historia común Nestor Leliebre Camué Esperando abrí los brazos para retenerte; pero antes de besarme las mejillas miraste el tiempo que te faltaba por morir y sonreíste luego del modo más extraño a la canción azul que únicamente tenía entre mis manos. Qué le vamos a hacer! estoy marcado por la huella de tus noches mas no para siempre, poco a poco se borra a medida que el sol va cayendo en el invierno. Los mediodías ya no son picoteados por el caos y mi tierra sin lluvia es como una dolida canción. Es así como la historia se revierte y un perro aúlla a la orilla de un monte perdido mientras una flor llena de aroma mis portales.

tus hijos se despiertan bajo un cándido sol y lloran al amanecer. No te lances al mar, es regalar la vida es entregar al viento tu memoria. Tus hijos abren sus brazos y te esperan cuando llega la noche; nunca es la hora de los parques ni del tiempo de las aguas saladas. No te lances al mar por el amor de Dios , espera, que allí, en el fondo los náufragos no encuentran su canción. Retrato Libertad Dearriba (al abuelo) Está ahí con su mano que parece aguantar la tierra la pipa no se cansa de quemar el aire corrimos para sentarnos a su lado como animales dóciles el mar aspira las arrugas de este hombre estatua de salitre héroe en el barco amarillo de los primeros juegos. Historia tan cruel Pedro López Cerviño Cuando al poeta lo llevaban al cadalso comprendió de pronto que la poesía no le ayudaría a morir y regaló sus versos al verdugo. Luego en su casa frente a los libros el verdugo diose cuenta que la horca no le ayudaría a leer y regaló la soga a la mujer del poeta. Esta se ahorcó al instante.

Bajo un cándido sol Nestor Leliebre Camué No te lances al mar, Romelia, puede tragarte; Revista de Arte y Literatura


POETAS SANTIAGUEROS Han llegado hasta nosotros desde las calles ardientes de Santiago de Cuba estos poetas y sus poemas, sin más alimento que su fe en las palabras. Les entrego, pues, estos ejemplares de la viva voz de la poesía santiaguera, que no se proclama en espacios manipulados sino en los parques, teatros y portales, que vibra de Cuba al mundo a través de sus hijos más humildes. Puro Tejada M. Seleccionador. MUJER Y SUS MASCARAS Una mujer estrena los temblores de la próxima madrugada, disfraza sus verdades e inventa un crucigrama. Envejece desnuda los sinsabores de la última partida y se deshoja en una canción. Camina la cuerda floja y viste de negro su esperanza. Bebe las lágrimas y brinda con ellas por el llanto que nunca más derramará. Contempla su consciencia y hace inventario de sus actos. Una mujer ya libre de ataduras alcanza la cúspide una mujer cada día una máscara no hay aplausos cae el telón. Nadia Ocaña ***** TUS OJOS BEBE IV Quizás un dia te preguntes qué ha sido de mi rostro aunque no sepas cómo en mi tercer octubre vi marcharse a tu abuelo dejándome tal pregunta y ahora puedo afirmar qué es ésto de vivir tu padre ha sido un intento y una realidad a veces pero nunca fui un papá más verdadero que al presumir de ese invierno en que llegaste Revista de Arte y Literatura

y cuando a tu manera -raro que es el amorme enseñaste a crecer. Eduardo Montalbán Q. ***** A PESAR DE MI VOZ A pesar de mi voz sigo urgando en la clarividencia pese a la borrasca a la ignominia Atado de quimeras sigue aflorando el poema y abona la alquimia su ingravidez Alicia estrecha en el Cascanueces su última lira esculpe un rosario El unicornio puede ser una bandera un músculo herido sobre el parto de la brisa Minotauro que dice sus únicas palabras A pesar de mi voz voy a cerrar latidos en los labios del miedo. Adelsa Martínez Labañino ***** PIELAGO Y SED Una chica se dibuja un barco entre las piernas y rie con los duendes hasta el amanacer con ella transpiran los hombres de sus cuadros. Veo seres que caminan sin pasar la noche y cruzan a despecho de la sal. Uno a uno signos y pieles se juntan en la franja donde comienzan sus veranos sus coartadas. Aquí están no importa el dia ni la sombra enemiga ellos pagan su cuota de imposibles. Martirologio allá o aquí les faltan libros y estaciones. Escriben su silencio en cualquier rostro arrugado y se despiden lanzando unas semillas al aire. Agustín Garzón ***** APUNTES A PROPOSITO DE VUELO Parecía que nos alcanzaban a fuerza de sed, aparentábamos esa costumbre de andar diluídos con ganas de hacernos reverencia, se nos limitaba el paso por sitios en exceso más de una vez probados, semejantes ente sí porque cuando fuimos

niños ocultábamos el pan y sus inciensos, a la vez extendíamos las manos sonrientes dispuestos a todo, a expensas de todo, huyendo por la ciudad. Erika Castellanos ***** HOMBRES DE MACEO Aunque me hayan derribado cien veces y beba la leche de una oveja para despertar el cuerpo, aunque me esfuerce por no caer más y entone un canto inmundo a la mujer que espera en algún lugar mi piel quemada, yo diría el alma vuela y aspira una puesta de sol, a un terremoto de paz. Pobre de quien ciñe con verdades las locuras del paraíso. He de profanar lo que me alimenta, lo que es agua y árbol, lo que condena al pueblo natal y a un perro que me extraña, aunque me hayan derribado cien veces y me levante buscando un enemigo invisible. Carlos Esquivel Guerra ***** PAJARO DE SOL II Un día mis manos fueron como una ciudad, un hueco con escaleras empinándose tratando de fraguar el amor consolidar la eternidad de las palabras. Y me hice pájaro en el viento sus manos me alcanzaron pudo acariciar mis alas y reventar de sol la madrugada. Me hice pájaro y no renuncio a la añoranza de ser golondrina, que lleva en el pico el mirto sagrado. Grecia Alfaro Vázquez ***** 21


Por Lisette Rojas Narradora y periodista de Clave digital

Fátima

M

e miran y sus ojos me dicen que soy una persona muy rara. Sólo porque me niego a sentarme de espaldas a la puerta, y porque les he pedido con cortesía que cambien la pizarra hacia la otra pared, de manera que yo no quede vulnerable ante una posible embestida. Estos sin alma que dicen que son mis compañeros estallan en una carcajada al unísono, y yo pienso que son muy crueles o no entienden de qué se trata. Juro por la cuchilla que llevo en la cartera que estamos en peligro. En cualquier momento ella vendrá, y no habrá más risas. A medida que se aproxima percibo, como un presagio, el temblor de mi ojo derecho y la parálisis del pie izquierdo. No son pasos los suyos, ni humanos sus movimientos. Hay algo siniestro en esta aula, una presencia que no inmola su ira contra un aparato vilmente afilado, aunque por ansiar exterminarla la acrecienta. En lugar de burlarse, más les valdría alejarse de la puerta o huir ahora que hay tiempo, aunque eso no asegura que logren salvarse. Vine a clases porque pensé que no me atacaría en un lugar lleno de gente. Veo que me equivoqué. Sólo hay una cosa que como una ley universal garantizo: El nivel de sufrimiento será mayor en cuanto más cercano a la puerta se ubiquen los cuerpos. Sí, ya lo imagino: la sangre latiendo con rapidez al presentir que pronto estará dispersa entre las butacas mientras su antigua fluidez se convierte en irrevocable parálisis. Reconozco que en condiciones normales Fátima no haría una cosa semejante. No es ahora la misma niña dulce que me enseñó a orar. Tengo un temor que no me deja, porque un abismo se abrió entre las dos desde la primera vez en que su voz adoptó los tonos de un ser extraño y sus ojos se tornaron de un color parecido al cristal. A un grito de ella, la familia y los vecinos corrían alarmados a socorrerla. Sin embargo, salían de esa casa más espantados cuando la escuchaban, en una lengua extraña, recitar lo que parecía una oración a un ser maligno, a juzgar por el aspecto 22

que ponía entre una jaculatoria y otra. Siempre constantes las mismas sílabas como en un funesto canto, como en una oscura plegaria. Los párpados bien abiertos no dejaban ver la pupila: sus ojos parecían invertidos, casi tanto como la posición que asumía antes de gritar con todo su ser esas enigmáticas palabras. Fátima no comía. Se conformaba con simular que aceptaba los alimentos, los masticaba hasta reducirlos y luego se los escupía en la cara a su madre, que para entonces era la única que se atrevía a acercársele. Los que la vieron con la cabeza pegada al suelo y los pies buscando el cielo, en perfecto equilibrio, no logran olvidar aquella escena, que sólo podía ser atribuida a El Maligno. Rumores de posesión se extendieron por todo Valle Esperanza. La locura estaba descartada. Y no tardaron en llegar los curiosos. La fiebre llegó hasta las ancianas que acostumbraban a rezar el rosario. Abandonaron sus mecedoras y se apertrecharon de velones y pinturas de santos ya vencidos y corroídos por los años. No dormían ya un sueño entre un misterio y otro. Su ruego era constante y a menudo se les veía deambular por la Plaza Mayor entre oraciones y delirios, siempre con una cara de desvelo y fatalidad. Recuerdo que unos viejos que se identificaron como parientes nuestros trajeron un cuadro en el que se veía un descolorido San Miguel lanzando a Satanás hacia el Infierno. Tuvieron que abrirse paso entre la multitud que ya rodeaba la propiedad con cara de miedo. A mis siete años, no pude evitar encontrar

una similitud entre esos tres forasteros harapientos que se acercaban y los Tres Reyes Magos. La única diferencia es que estos me inspiraban un terror que nunca había sentido: cada paso suyo se hizo un gemido del suelo. Un olor a incienso y a margaritas trasnochadas se introdujo en la vivienda antes que los ancianos pisaran el umbral para efectuar un ritual que sólo yo presencié escondida bajo la mesa cuando los adultos se marcharon, obedeciendo las órdenes de esta gente que traía “miles de años de sabiduría”. El murmullo que venía desde fuera cesó y apenas se oía el aleteo brusco de los abanicos con que las señoras pretendían aminorar el calor, como si fuera posible luchar contra el sol inmisericorde de un agosto como ese. El nerviosismo me azotaba y sentía que mi corazón colapsaría en cualquier momento cuando alguno de ellos se acercaba a la mesa. Eso sería un castigo seguro, suficiente mérito para ganar dos horas de sol con ladrillos sobre la cabeza y un guayo bajo las rodillas. Tal cosa no sucedería jamás pues los “magos” no repararon en mí y se dirigieron al cuarto donde los hombres más fuertes de la familia la amarraron con sogas para que no tratara de ahorcar a nadie y para que no se haga daño. Aún teníamos esperanzas de que se pusiera “normal” otra vez. Ilusos. Sólo una cortina tan vieja como transparente dividía la habitación aquella de la sala. Uno de ellos, el que parecía el líder, la levantó, y convirtió el lugar en un único salón. Las puertas y ventanas se habían cerrado y poca era la luz que entraba, pese Revista de Arte y Literatura


a la intensidad solar. Los ancianos empezaron a quitarse las pobres vestimentas, a regar incienso y a pronunciar unos rezos que yo desconocía. En nada se parecían aquéllos a los que nos enseñaba el cura cada sábado mientras nos instruía sobre las desventajas del fuego eterno. El más fuerte de los tres hombres, ya desnudo como sus compañeros, danzaba con unos largos collares que adquirían formas maravillosas ante mis ojos. Quise vomitar. El olor de los orines de ella, el agua bendita perfumada, el incienso y las malhadadas margaritas hacían una mezcla nauseabunda, definitivamente asquerosa y hostil. Una vergüenza ajena me invadió cuando la empezaron a desvestir. Instintivamente crucé los brazos sobre mi pecho como si al cubrir mi cuerpo la ayudara para que no vieran el suyo. Mi cara ardía de impotencia. Su físico quedó a la merced de aquellos señores y ella gritó con un alarido único, escalofriante. El líder, mientras tanto, hacía no sé que clase de extrañas figuras en el

piso. En ese momento el murmullo de afuera se reactivó, y yo creí escuchar pasos de gente que venía a impedir el ritual. Nadie llegó. Las voces callaron y los hombres siguieron en lo suyo. Lo suyo era invocar un dios extraño, “amo de la oscuridad”, o algo así. Le daban gracias por un banquete, aunque yo no recuerdo haber visto comida en ningún lugar. Uno de ellos le sujetó las piernas, y luego los vi tocarla con un gozo convulso, cual si poseyeran un lujurioso don de sanación. Fátima se quejaba pero sus gemidos morían ahogados por su propia blusa, ahora atada a su boca como una mordaza. Trataba de escaparse y lo único que conseguía era herirse con las sogas que la ataban. Sus muñecas sangraban más a medida que se agitaba, pero ese era un dolor menor comparado con el que sobre ella le infligían los “magos”. Cuando terminaron su ceremonia, los tres hombres volvieron a ponerse su ropa, abrieron puertas y ventanas y no dudaron en proclamar al pueblo la buena nueva: “La muchachita ya está libre de lo malo”.

El pueblo aplaudió. Unos se bebieron unos tragos para celebrar; otros, se volcaron en alabanzas al dios verdadero. Sólo las viejas rezadoras permanecieron incrédulas, como agobiadas por un peso extraño. Las tomaron por locas cuando coincidieron en que el estado de tranquilidad de Fátima era la calma antes de la tormenta. La familia las ignoró e insistió en llenar de regalos y agradecimientos a los curanderos, que tenían rostro de satisfacción, cara de deber cumplido. La madre lloraba y besaba las mismas manos animosas que antes recorrieron a su hija, las mismas que tomaron lo que no era suyo. Con los años, uno por uno pagó por su crimen. Cada seis años ella los asesinaba: aparecían atados, torturados y con la cabeza chamuscada dentro de una bolsa de plástico. Todos de espaldas a una puerta, sorprendidos cuando menos lo esperaban. Nunca se supo quién mató a los “nobles ancianos hechiceros”. Yo sí sé, porque de los que estuvimos en esa habitación sólo quedo yo. Y presiento que es inminente mi castigo, quizás por no actuar, quizás por callar.

Sueños, fantasías y más - Cuentos de niños y niñas dominicanos Editado por Liliana Montenegro, compilado por Equipo CETT-PUCMM, Santiago RD

L

os cuentos incluidos en este volumen fueron escritos por estudiantes de los primeros grados del siclo básico de las escuelas públicas de varias ciudades del Cibao y de Santo Domingo, quienes participaron en un concurso promovido por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) a través del Centro de Excelencia para la capacitación de Maestros (CETT, siglas del Center of Excellence for Teacher Training) programa que surge en el 2001 fruto de una iniciativa de la Casa Blanca de los Estados Unidos de América en el marco de la Cumbre de las Américas, Cánada. El programa implementado en varios países de Latinoamérica por la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo Internacional (USAID) está dirigido a reducir los índices de repetición escolar en los tres primeros grados de educación básica y lograr excelencia en el desarrollo

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de lectoescritura en los primeros grados. Este volumen de cuentos infantiles es la mejor muestra del exitoso manejo del programa dirigido por Liliana Montenegro en República Dominicana. El equipo de capacitadores del CETT-PUCMM, coordinado por Norma Mena, realizó la selección de los cuentos en base a la creatividad, originalidad y organización de la información. Bienvenido este precioso volumen que enriquece la bibliografía infantil dominicana. La estrella fugaz (Ismarlin Abrew Bautista, 7 años, La Vega) Había una vez un niño llamado Pedro que le gustaba mirar las estrellas todas las noches. Un día vio las estrellas moviéndose y se detuvo a ver una que se había fugado. Inmediatamente pidió un deseo, que cuando él fuera grande, lo dejara ser un hombre bueno, amable, cariñoso, inteligente y

amoroso toda su vida. Cuando amaneció, se levantó y vio el sol que le sonrió. Y pensó, el sol igual que la estrella fugaz, está feliz con el deseo que pedí, ya que fue algo bueno para yo vivir feliz siempre. Y colorín colorado, este cuento se ha terminado. 23


Son las siglas que identifican a la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, institución presidida por Juan Daniel Balcácer y dirigida por Edgar Valenzuela que cuenta además entre su membrecía con Rafael Pérez Modesto, la historiadora MuKien Sang, Virtudes Uribe y el General® Héctor Lachapelle Díaz. Este equipo realiza entre sus funciones una encomiable labor de edición en apoyo y difusión de las obras que constituyen el testimonio gráfico de nuestro acontecer histórico. Libros, opúsculos, cd`s, dvd`s, todo lo que constituye el material indispensable para las presentes y futuras generaciones que desarrollen interés y curiosidad por los hechos que nos definen como nación. Treinta títulos a la fecha, que incluyen algunos opúsculos, de una gama de escritores rescatados algunos y otros de la historia reciente conforman esta afortunada colección que en muchos casos reedita algunas obras que sólo con el tiempo alcanzan su correspondiente rango de importancia, y que están siendo colocadas en las bibliotecas del país y en otras instituciones culturales. Algunas de las obras correspondientes a esa colección son las siguientes: Juan Bosch- imagen, trayectoria y escritura -Guillermo Piña- Contreras ©2000, 2° Edición 2007- Constituye una invaluable y densamente ilustrada memoria del Siglo XX dominicano teniendo como eje la figura de uno de sus más nobles e ilustres representantes. Una valiosa joya creada por la admiración, la pasión y el talento de Guillermo PiñaContreras en el 2000 y que fue reeditada en el 2007 en una bien merecida presentación. Ensayos sobre la guerra restauradoraEditor Juan Daniel Balcácer, 2da Edición 2007, una colección de publicaciones acerca de la Restauración de la República y del Centenario de esa gesta, prologada por José Chez checo, presidente de la Academia dominicana de la Historia, que incluye una colección de trabajos realizados por diferentes autores y en distintos momentos, desde Peña Batlle en 1929 hasta la fecha. Cuenta además con la reproducción de apéndices tan valiosos como el Acta de Independencia firmada en Santiago en 1863 y otros documentos 24

concernientes a la creación de la incipiente república. Huellas de la Guerra Patria de 1965 Cuentos y relatos - Editores Miguel Collado y Eric Simó -2008, Una selección cuidadosa de nuestros cuentistas de renombre que han escrito narrativa corta relacionada con la revolución de Abril de 1965. Cuentos de Enriquillo Sánchez, Efraín Castillo, Alcántara Almánzar, Marcallé Abrew, García Romero, J. Miller, entre otros, componen esta interesante antología acertadamente prologada por Manolo Mora Serrano y que incluye además un poema sobre el mismo tópico y desde las entrañas de la gesta, de René Del Risco Bermúdez. Y también: • Ensayos sobre el 27 de febrero-Alcides García, Leonidas García y Vetilio Alfau2006 • Guerra de Abril, Inevitabilidad de la historia-seminario sobre la Revolución de 1965. ©2002, 3° Edición 2007. • Diario de la Independencia- Adriano Miguel Tejada ©1994, 3° Edición2007 • Informe Torrente- Ángel Lockward- Serie Documentos de la República- 2006 • La Victoria de los caídos- Delio Gómez Ochoa- 2° Edición 2007 • Caamaño frente a la OEA-Actas del gobierno constitucional-©1985- 2°Edición 2007. • El Presidente Caamaño-Discursos y documentos-2006. • Los orígenes del Movimiento 14 de JunioRoberto Cassá-©UASD 1999- 2° Edición 2007. • Ideas de Bien Patrio- Ulises Francisco Espaillat- Selección Emilio Rodríguez Demorizi- © 1962- 4°Edición 2006. • Buscando Tiempo para leer -José Rafael Lantigua y Lecturas recomendadas- Juan Tomás Tavares. © 1996- 2° Edición 2006. • Huellas de héroes-Abril 1965 Efemérides F Ayuso 2007. • Rasgos Biográficos de Juan Pablo Duarte, José Gabriel García- Cronología de Duarte, Emilio Rodríguez Demorizi-2007. • Ideario de Duarte y su proyecto de Constitución. Compilador: Vetilio Alfau Durán-2007. • Sobre el bien y el mal de la República, Escritos de Ulises Francisco Espaillat -Juan Tomás Tavares Kelner-2007. • Diario de Rosa Duarte- ©2006- 2° Edición 2006. Revista de Arte y Literatura


HENRÍQUEZ Y LA NOVELA QUE ROMPIÓ EL MOLDE

Por: Jesús Martín

La última obra del dominicano Federico Henríquez Gratereaux, “Ubres de novelastra”, es una radiografía del siglo XX, vista a través de un fugitivo intelectual que conserva las cicatrices de la Humanidad, cautivadora y cruel. Publicado en El Caribe, 5 de octubre de 2008

T

engo envidia de Federico Henríquez. Espero que esta bilis literaria no contamine mi más que discutible capacidad de análisis, pero me asisten razones legítimas para cometer este pecado fraternal. Nos ocupa, querido lector, una novela singular, dotada de un estilo propio, razón por la que, le aseguro, merece un espacio en su biblioteca. “Ubres de novelastra” es un híbrido de novela y ensayo magistralmente armonizado. Una historia hilvanada en el itinerario existencial de un hombre cuyas raíces y vivencias lo llevan a realizar un periplo fascinante, que se inicia en la Europa de dominio soviético, Praga y Budapest, hasta las urbes caribeñas de La Habana y Santo Domingo. Piensen en la dicotomía de sus perspectivas sociales, históricas, culturales y humanas, y traten de adivinar una convivencia enriquecedora, de cuyo fruto nacen pensamientos, experiencias y amores. El personaje principal de la novela es Ladislao Ubrique, un hombre cultivado que lleva en sus genes la lucha por los ideales durante la guerra civil española, una herencia paterna que, probablemente, lo condenó a acompañarse de cierta contrariedad por el resto de su vida. Su madre lo dotó de un hermetismo eslavo, de profundidad sigilosa, que, quién sabe, quizás fuera la antesala de la sabiduría. La lectura del texto revela que Henríquez lleva en su subconsciente a Ladislao Ubrique, es más que un personaje creado de su inventiva, es su identidad prolífica, heterodoxa, su baúl existencial, por eso creo que “Ubres de novelastra” es su obra cumbre. Quien conoce al autor sabe de su locuacidad caribeña y de su identidad intelectual, lo cual ejerce con un extraño hálito europeo, del que no se desprende, entre otras cosas, por su contradictoria Revista de Arte y Literatura

fisonomía eurocriolla. Tal vez sea esta la clave secreta del valor de este libro, me atrevo a ironizar. Y es que Ladislao Ubrique es un escritor

excéntrico, un investigador social, un explorador intelectual, vamos, un retrato silábico de su creador, aunque, paradójicamente, no se reconozca a sí mismo delante de su obra. El relato se extiende en el tiempo desde la revolución bolchevique, en 1917, a través de dos guerras mundiales y algunas dictaduras caribeñas, hasta desembocar en la época de entronización de los gobiernos militares de extrema derecha en Sudamérica. A lo largo de casi ocho décadas, los ciudadanos de grandes porciones del mundo han sufrido conmociones políticas y sociales, de izquierda o derecha, en ambos casos igualmente demoledoras. Es un excelente caldo de cultivo para una novela. Henríquez selecciona en su relato postales históricas del siglo XX con una habilidad extraordinaria para describir brevemente

paisajes reveladores de la Historia. Los sitúa en el contexto de sus personajes, ayudado por las circunstancias que rodearon la existencia de Ladislao Ubrique. Otras veces describe estampas evocadoras, tanto urbanas como rurales, que trasladan al lector a lugares tan cotidianos como extraños para su existencia, lo que se convierte en un atributo de la obra. Una de las razones por las que este libro me convierte en un simple palabrero es que su lectura nutre a la vez que deleita, eso sí, haciéndose de una forma reposada. Porque quien espere disfrutar de esta obra con una lectura atropellada, es preferible que abandone la idea hasta encontrar tiempo, espíritu y disposición para ello. No se conoce placer literario apresurado, menos en este caso. 25


Reflexión Facundo Cabral

N

o estás deprimido, estás distraído …distraído de la vida que te puebla, distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones. Además, no es tan malo vivir solo. Yo lo paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco...... algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa, sólo por citar dos casos conocidos. No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas... te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones. No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para 26

allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.

de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

No hay muerte... hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados. Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y, llegará naturalmente.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.

No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban tres o cuatro meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad? Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en él. Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella. El te manda flores cada primavera. Él te manda un amanecer cada mañana. Cada vez que tú quieres hablar, Él te escucha, El puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió tu corazón. Enfréntalo, amigo, ¡Él está loco por ti! Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino. “Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír”

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BESTIARIO DE LA MEMORIA

Un análisis de tres cuentos de Manuel Rivas y su adaptación fílmica

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Wendy V. Muñiz

Nació en Santiago en 1986. Summa Cum Laude de periodismo escrito y español en la Universidad de Miami. Con este ensayo condensado para Mythos ganó el premio José A. Balseiro en su Universidad.

n el año 1999, el director de cine José Luis Cuerda realizó una adaptación fílmica de tres de los cuentos de la colección de relatos cortos ¿Qué me quieres, amor?, obra del autor Manuel Rivas, publicada por primera vez en el año 1995. El largometraje condensa los hilos narrativos de las historias “La lengua de las mariposas”, “Un saxo en la niebla” y “Carmiña” bajo el título de la primera, produciendo un mosaico histórico que bien caracteriza una de las tendencias narrativas del autor: la reflexión y el recuerdo sobre la guerra civil española. No sorprende entonces que la crítica literaria haya colocado la colección de cuentos de Rivas en el cajón de la literatura de la recuperación de la memoria histórica. Los críticos Teresa García-Abad García y José Luis Castro de Paz han indagado el proceso de la adaptación fílmica de las obras, encontrando varias conexiones entre los relatos, incluyendo la noción de que “El cine modela la mitología literaria del autor gallego” (García-Abad García, 233). El objetivo de este estudio es explorar la animalización de los personajes en “La lengua de las mariposas”, “Un saxo en la niebla” y “Carmiña” y su función como punto de unión entre los tres cuentos que apoya la síntesis de estas tres historias en el cine. García-Abad García destaca la tendencia de Rivas a expresarse por fábulas (229). Esta propensión se puede ver disfrazada en los cuentos que conforman la película La lengua de las mariposas, donde podemos observar cómo diversas criaturas forman parte de la identidad de las figuras narrativas. Así, en “La lengua de las mariposas”, la identidad de Moncho está estrictamente ligada a su apodo: Pardal. El muchacho adopta el sobrenombre debido a su costumbre de corretear libre por la Alameda mientras “otros niños de mi edad ya trabajaban” (24). Tomando esto en cuenta, la concepción de la especie del gorrión en la historia, ya que se compara con el correteo libre de Moncho, se puede

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asociar con el concepto de la libertad. Ciertamente, si la simbología detrás del gorrión es la libertad, y la relación entre Moncho y su apodo es una ontológica, se puede afirmar que una de las principales cuestiones que definen a Moncho en la historia es su libertad. Entonces, analizando el relato se puede observar que la animalización de Moncho ocurre en los momentos en que éste disfruta al máximo de dicha independencia, o cuando ésta se ve interrumpida por el miedo. Primero, la animalización del niño ocurre cuando su libertad alcanza su máxima expresión: Cordeiro ve a Moncho como un pardal cuando el niño “corría como un loco y a veces sobrepasaba el límite” (24). En cambio, la animalización del muchacho vuelve a manifestarse cuando Moncho asiste a la escuela por primera vez y el miedo intenso que le invade le lleva a pensar que “nadie reparase en mi presencia, hasta que pudiese salir y echar a volar por la Alameda” (énfasis añadido, 25). Además, cuando más tarde lo hace describe que “eché a correr como un locuelo con alas” (26). Así pues, podríamos plantear que la animalización del personaje de Moncho está conectada con el símbolo del pardal, y ocurre cuando esta simbología se desarrolla a su máxima expresión, o cuando se ve enfrentada por el miedo. Es importante notar la edad del niño y la relación que existe entre ésta, la ingenuidad, el pardal como símbolo de la libertad y la inocencia truncada por la guerra ya que, como se verá más adelante, el ave como símbolo que acompaña a estas cualidades es un elemento que reaparece en “Un saxo en la niebla”, conectando así las dos historias a través de la animalización de los personajes. Tras leer el relato, al pensar en el maestro don Gregorio viene inevitablemente a la memoria la imagen de un sapo. La especie parece estar relacionada aquí con la fealdad, pues Moncho describe al profesor como “chepudo y feo como un sapo” (38). Al igual que en el caso anterior,

la relación entre especie y personaje es una ontológica, pues el personaje lleva a cuestas, al igual que Moncho, este apodo que dibuja su presencia frente al lector una y otra vez: “tenía la cara de un sapo” (27). No obstante, al final del cuento se podría decir que Moncho cambia este apodo, evolucionando al personaje del profesor desde “¡Sapo! ¡Tilonorrinco! [a] ¡Iris!” (39). Esta nueva relación entre personaje y especie es de suma importancia para estudiar la animalización del personaje de don Gregorio. Si bien ésta ocurre físicamente en relación al sapo, que es lo que la sociedad ve, psicológicamente se despliega en base a la mariposa, que es como Moncho lo conoce. Habría que recordar que el concepto de la mariposa en el cuento está vinculado a lo que Moncho nos dice apenas empezado el relato: “Qué maravilla. Ir por el mundo volando, con esos trajes de fiesta, y parar en flores como tabernas con barriles llenos de almíbar” (23). Deveny sostiene que “The image poetically manifests what he [don Gregorio] is doing with his students’ hearts and minds” (Deveny). Entonces, a pesar de que la animalización de don Gregorio corresponde, a un nivel literal, a la del sapo: “El sapo sonreía” (28), simbólicamente esta animalización se ve a través de la mariposa “que brillaba hermosísima” (33), cuya simbología recae, nuevamente, sobre la libertad. Teniendo esto en cuenta, se podría decir que aquí se presenta nuevamente una relación ontológica entre especie y personaje, donde la libertad, de la cual la mariposa es un símbolo, es una de las cuestiones que definen al personaje de don Gregorio, al igual que en el caso de Moncho. La imagen del profesor como mariposa, ya no tanto como sapo, es la que queda en la mente del lector/espectador, tal como la ofrece la perspectiva del niño. Tanto Moncho como “gorrión” como don Gregorio como “mariposa” quedan silenciados una vez empieza la guerra civil española. Este silencio acompañado de la animalización se repite nuevamente en 27


“Un saxo en la niebla”. La animalización del personaje principal en “Un saxo en la niebla” ocurre, al igual que en “La lengua de las mariposas”, tomando como punto de referencia al gorrión y manifestándose en un momento de miedo. Así, cuando el joven protagonista se ve envuelto en una ola de nerviosismo justo antes de tocar el himno español en la misa mayor dice que “sudoroso con el apretón, me sentí como un gorrión desfallecido e inseguro en una rama” (55). Asimismo, la animalización que causa el terror también se revela en el protagonista a través de sentimientos como “volví a encogerme como un caracol” (52). Teniendo como base el análisis anterior, puede verse aquí que existe una conexión entre los cuentos “La lengua de las mariposas” y “Un saxo en la niebla” a través de la animalización del personaje principal en instantes de miedo y coincidiendo en el uso que ambos relatos hacen del gorrión.

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En cuanto a la Chinita, Boal dice que “es como un pajarito” (57). Puesto que se utiliza el diminutivo, el concepto que se podría tener de esta especie en este cuento es la de un ser frágil, lo que se refuerza con las descripciones de la Chinita: “miraba hacia abajo como si tuviera miedo de la gente” (54). Así pues, se podría decir que la especie y el personaje guardan una relación simbólica donde la joven, como ave, representa una niñez y una inocencia truncada por la mano del hombre. Esto se puede ver cuando Boal la coge por el antebrazo y el muchacho describe: “temí que se quebrase como un ala de ave en las manos de un carnicero” (57). La edad de la Chinita, la mutilación de su ingenuidad e inocencia y la relación que guardan estas cuestiones con el símbolo de un ave constituyen un punto de unión con “La lengua de las mariposas” y el par MonchoPardal. Por otro lado, atada a la represión de este personaje se encuentra la animalización de Boal. Primero, se ha de notar que a la Chinita la llaman “la niña del lobo” (58). Aquí se establece una relación circunstancial entre Boal y los lobos, lo que dará paso a su animalización en la historia. La especie de los lobos se describe en el relato, entre otras cosas, como hambrienta. De igual forma, el chico describe que Boal “mastic[aba] de forma voraz” (57). Considerando los argumentos anteriores y el papel de Boal como una figura represiva, se podría sostener que la relación entre la especie y el personaje es directa y puramente semántica: la Chinita es la niña del lobo, que es como decir que es la niña de Boal. La animalización de este último personaje, de la que obtenemos detalles durante el relato, alcanza su máxima expresión al final cuando se rompe el status quo dentro del sueño, al chico llevarse a la Chinita: “Boal aullaba en la noche… con el chal de lana entre las pezuñas” (61). Según González Arce, esta animalización del hombre como lobo está relacionada con el individuo profranquista, por lo que podemos decir que éste es retratado en “Un saxo en la niebla” como el depredador que acecha y asedia a su presa (González Arce). Al igual que en el cuento anterior el personaje que a través de su animalización lleva, metafóricamente hablando, un par de alas, queda silenciado como es el caso de la Chinita, Moncho y

don Gregorio. Esto nos lleva a explorar el recurso de la animalización en el cuento restante, “Carmiña.” La primera descripción que se hace del protagonista de este tercer cuento, O’Lis de Sésamo, retrata “sus ojos de gato montés” (101). Así pues, apenas empezado el cuento se establece la animalización de este personaje. Al terminar la lectura, la animalización de O’Lis es eminente, puesto que Rivas deja al lector con la siguiente imagen: “en el serrín quedaron marcados sus zapatones. Las huellas de un animal solitario” (106). Según González Arce, esta frase nos indica que “al matar al perro, O’Lis de Sésamo se convierte él mismo en un animal” (González Arce). Esto es reforzado por el hecho de que el mozo del bar ve sus ojos “de gato montés” después de que O’Lis ha matado al perro. Por otro lado, durante el proceso de animalización se menciona el miedo que tiene O’Lis por el canino Tarzán: “era un miedo de niño el que yo tenía” (103). De esta forma, se produce así un vínculo con “La lengua de las mariposas”, “Un saxo en la niebla” y el miedo como factor presente en el desarrollo de la animalización del hombre. La animalización de O’Lis, como en los otros cuentos, trae consigo el silencio de uno de los personajes, en este caso Tarzán. De igual forma, existe aquí un vínculo con “Un saxo en la niebla” en la última escena, puesto que la animalización de las huellas de O’Lis recuerdan a las “pezuñas” de Boal al final de aquel otro relato. Finalmente, recordando que la animalización es un recurso típico de las fábulas, y que Rivas se caracteriza por expresarse a través de las mismas, en este análisis se ha explorado cómo los cuentos “La lengua de las mariposas,” “Un saxo en la niebla” y “Carmiña” están unidos a través del uso de este recurso literario, el cual es asociado aquí con el miedo, adoptando distintas fórmulas que se repiten, tal como la del gorrión, en los distintos relatos. Esta relación refuerza así la decisión que se tomó de que Rafael Azcona, como guionista, uniera estas tres historias en la película. La animalización del miedo también es una característica en común entre estas tres historias. Sin embargo, ya que este estudio se concentra en la animalización de los personajes, este tema podría ser objeto de otra posible investigación.

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El Placer de la Lectura

El Último Encuentro © 1999 Ediciones Salamandra Sándor Márai

Los libros buenos llegan al azar al buen lector, en el momento menos esperado y de las manos más impredecibles. Un libro, recibido o recomendado, es a veces la única huella palpable de que una persona valiosa cruzó en algún instante por tu vida. Un verso, por ejemplo, del Torrente Sanguíneo de Mármol despierta la curiosidad y al rato el azar te cuelga del brazo de Sándor Márai, un húngaro que nació justo con el Siglo XX y que falleció en el 1989. Un emigrante que huyendo del comunismo a los 48 años se radicó en los Estados Unidos, convirtiéndose en un escritor cuyas creaciones fueron condenadas al olvido por el régimen político de su país y cuya literatura tuvo que ser redescubierta después de su muerte, tanto en su patria como en el resto del mundo. Las traducciones al español de algunos de sus libros se realizaron en 1999. El regalo fortuito al que me refiero es la edición 35 del 2007 de El Ultimo encuentro, uno de esos libros que relegan las obligaciones y las otras lecturas a un segundo plano.

Lectura que atrapa por el encanto y la profundidad de la prosa y el toque personal que le imprime un gran conocedor del alma humana. Un autor que llena de curiosidad, que se expresa a través de un personaje diciendo que “uno vive hasta que se harta” o que “uno mismo decide morir o caer enfermo”. Un autor que fiel a lo predicado en sus creaciones se suicidó a los 89 años unos meses antes de la caída del Muro de Berlín. En las vidas narradas en esta obra, perdidas en el ámbito de la espera, puede distinguirse su perfil. Quizás este hombre murió y nació cuando él quiso y es después de cerrar alguna puerta cuando decide vivir en el lector, colgarlo de su brazo para que permanezca escuchando con toda la atención lo que tiene que decir tan sabiamente del amor y de la amistad, de la pasión, el orgullo, la envidia, de la fidelidad, de las diferencias de clase y de personalidad; y lo hace a través de casi un monólogo, una exquisita reflexión basada en unos cuantos personajes que conquistan con su individualidad. La trama, como en El

Lo que pasó UN ESPECTÁCULO DE LA INDIA EN LA CIUDAD CORAZON El grupo lo integran 5 balarinas y un coordinador, que cautivaron a la gran asistencia en el imponente centro cultural. Santiago.- La impresionante sala de la Restauración del Gran Teatro del Cibao, fue el escenario para la presentación del maravilloso espectáculo Living Arts del Grupo de Danzas Folklóricas de la Rajasthani de la India, el Revista de Arte y Literatura

cual contó con el auspicio de la Secretaría de Estado de Cultura, la Embajada de la India en Cuba y la entidad anfitriona. Este afamado grupo que mantiene en alto la preservación y la proyección de la riqueza de la herencia cultural de la India, presentó un selecto repertorio que incluyó Danza Kalbeliya en donde las mujeres encantadoras de serpientes cantan y bailan ritmo del Paing -instrumento de percusión de ese lejano paísvestidas con trajes bordados hechos de pequeñas cuentas de múltiples colores, realizando

túnel de Sábato, nos presenta la lucha de los seres humanos que admiran la libertad del espíritu y las cualidades elevadas pero no pueden evitar la pretensión de atar, doblegar o exhibir lo que admiran. El eterno concepto romo y envilecido del amor que se busca en otros y no en sí mismo, siguiendo a la vez la tradición literaria de hacer sucumbir el alma femenina ante los golpes emocionales. Un libro que basta leer el primer párrafo, una sugerencia del azar y el verso de Mármol por supuesto, para saber que hay que leerlo. RJV

movimientos de serpientes mientras se balancean y mueven inquietas. Una danza que llamó la atención de la concurrencia fue La Cari, donde las bailarinas folklóricas de la Comunidad de Mali, bailan portando sobre sus cabezas vasijas con fuego y bailando al ritmo de la música autóctona, así como dos vasos de cristal en los pies. Otras danzas fue Ghoomar, con ella los integrantes se desplazan en círculos en ocasiones felices como son las bodas, nacimientos y los festivales.

Los bailarines hindúes al final integraron al baile parte del publico que demostró la atención prestada, y se confundieron en la danza, como la niña santiaguera Perla Nicol Rosario de apenas tres años de edad, la cual se robó el show al ser ovacionada por los presentes.

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BANCO CENTRAL ABRE EXPOSICIÓN “Fichas de la República Dominicana”

El Banco Central dejó abierta al público

en septiembre de 2008 la exposición Fichas de la República Dominicana, para conmemorar un nuevo aniversario de la Guerra de la Restauración (18631865). El acto estuvo encabezado por el Gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu, quien afirmó que la exposición “Fichas de la República Dominicana”, bien podría subtitularse: “Medios de pago en la República Dominicana durante la primera mitad del siglo XX”, pues se trata de una muestra que recoge una serie de piezas de aluminio, acero, bronce, cobre, latón y madera (aunque también se hacían de cartón), correspondientes a la edad de oro de los ingenios azucareros en el país”. Valdez Albizu dijo que esas piezas tenían valor de monedas y eran respaldadas por las empresas que las emitían, a fin de que sus empleados pudiesen adquirir los productos de la dieta diaria necesarios para su subsistencia en las bodegas y establecimientos ubicados a tal efecto. Rememoró que para ese tiempo no existía un sistema monetario nacional que sirviera para canalizar las transacciones comerciales en el país, y que las empresas privadas, sobre todo los ingenios azucareros, funcionaban como verdaderas islas dentro de la geografía insular. Explicó que estas empresas operaban con sus propios sistemas económicos, casi

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autónomos, en los que elaboraban “fichas” o “vales” como medios de pago, forzando a los trabajadores a comprar en bodegas asignadas, alrededor de las cuales giraba la vida de miles de hombres y mujeres entregados a las duras faenas de la zafra, testimonio de lo cual dejó el escritor Ramón Marrero Aristy en su novela “Over”. La muestra, expuesta en el Museo Numismático y Filatélico del Banco Central, reúne fichas de los ingenios Santa Fe, Consuelo, Central Romana, San Luis, San Carlos, Angelina, Cristóbal Colón, Amistad, Porvenir, entre otros, así como de empresas diversas dedicadas a la fabricación de productos básicos. Estas entidades permitían a sus trabajadores, bajo condiciones restringidas, la adquisición de leche, carne, aceite, café, azúcar, pan y otros artículos de consumo. “Podemos, por tanto, considerar las “fichas” de ese tiempo como un medio de pago premoderno, que sería sustituido por las monedas y billetes nacionales luego de la creación del Banco Central de la República Dominicana en 1947”, explicó Valdez Albizu. En la actividad estuvieron presentes la Vicegobernadora del Banco Central, licenciada Clarissa de la Rocha de Torres, el Gerente, doctor Pedro Silverio, el Contralor José Manuel Taveras Lay, el Subgerente General Andrés Julio Espinal, y el Director del Departamento Cultural, licenciado José Alcántara Almánzar, entre otros funcionarios de la institución. Al acto también asistió la directiva de la Sociedad Numismática, encabezada por su presidente José Henríquez.

El Gobernador del Banco Central. Héctor Valdez Albizu, mientras corta la cinta para dejar formalmente inaugurada la exposición. Le acompañan la vicegobernadora, Clarissa de la Rocha, el Gerente, Pedro Silverio y otros funcionarios.

DECLARAN PATRIMONIO CULTURAL AL CENTRO LEON

La distinción fue realizada por la Sindicatura de Santiago, al arribar la entidad cultural al quinto aniversario de fundación Por sus merecidos meritos, la Sindicatura de esta ciudad, declaró con la distinción de Patrimonio Cultural del Municipio de Santiago al Centro León, en ocasión de este arribar a su quinto aniversario y de presentar su Anuario 2007. El director del centro cultural, Rafael Emilio Yunén y José León, del Grupo León Jimenes, recibieron el homenaje de manos de Rafael Cruz y Máximo Anico representantes del cabildo, quienes destacaron los logros y aportes culturales de este centro único en el país y el Caribe. En el acto, Don José León se remontó a los cien años de fundación del Grupo León Jimenes que el Centro Cultural Eduardo León Jimenes, se aperturó para tal memorable ocasión, con el objetivo de rendirle tributo a sus padres fundadores, así también de que el proyecto se convirtiera en el principal legado para el país por parte de la familia y el grupo empresarial. Un grupo de artistas locales crearon la obra titulada La Gota, en alusión al quinto aniversario, la creatividad se dejó sentir de manos de los pintores Nelson Batista, Juan Antonio Cruz, Lilve García Pragmy Marichal y Miguel Rivas, como evidencia del arduo trabajo del centro cultural. La mesa de honor estuvo integrada por Lidia León, Stela León, Alfonso Aguayo, Franklin León, Clara León y José León quien expresó el gran significado del Centro para toda su familia. De su lado, Rafael Emilio Yunén y Lidia León, destacaron el trabajo sistemático y de proyección a todos los niveles para mantenerse como un espacio donde el público encuentre el significado del mundo que existe a su alrededor. Esta actividad festiva celebrada en las instalaciones de la entidad, permitió una gran camaradería con la fina música de la orquesta Carengue, que dirige el maestro santiaguense Jochy Sánchez. Revista de Arte y Literatura


OJOS URBANOS INUNDAN A SANTIAGO Los pintores Tony Saint-Hilaire, Miguel Rivas y Juan Gutiérrez integran el colectivo Por Fior D´Aliza Taveras

- La creatividad de un grupo de artistas denominado Ojos Urbanos ha dejado pasmados a los santiaguenses con una serie de propuestas que dejan en evidencia su interés en ofrecer un trabajo distinto que refleje su preocupación en torno a la problemática del arte y de la vida misma. Los integrantes de Ojos Urbanos, son ampliamente conocidos como hacedores de las artes plásticas, además de su labor en la investigación y el diseño e instalación museográfica, la cual es conocida por todos, como es el caso de Tony SaintHilaire, Miguel Rivas y Juan Gutiérrez. Para Tony Saint-Hilaire, el grupo concibe las artes como el medio idóneo para expresar de forma creativa las necesidades del conglomerado en que se encuentra y proyecta su trabajo como el planteamiento local del arte contemporáneo. La ciudad ha sido invadida por los performance- una expresión poco utilizada por los artistas locales- “Lavado de Héroes”, “Agua, Sol y Sereno” y otros que integran el ciclo de propuesta llamada Ojos Urbanos Inundan a Santiago” La primera entrega se realizó en lugares estratégicos de la Ciudad Corazón, como es el Puente Hermanos Patiño y la Fortaleza San Luis, estos emplazamientos

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utilizando el río Yaque como elemento de nexo entre la realidad dominicana y su historia. El clímax del performance tuvo lugar en los bustos de los tres Padres de la Patria, localizados en la entrada de la Fortaleza San Luis. En Lavado de Héroes retrata la justicia social, la equidad, la libertad de expresión y el amor a lo propio, esta propuesta de una mejor nación se enturbia. Con el abuso de poder y el fácil enriquecimiento en una sociedad cada día menos honorable, es necesario volver a las ideas de los Padres de la Patria, expresan los integrantes del colectivo. En tanto que la segunda propuesta Agua, Sol y Sereno, refleja el trauma que vive el dominicano al ponerse en contacto de diversas formas con el agua contaminada. Desde las cañadas y cunetas en los barrios populosos, donde el mal manejo de aguas servidas ponen en riesgo la salud de los ciudadanos, hasta la cuestionada calidad del agua embotellada de algunas compañías envasadoras. Este performance representado por tres personajes sentados en sus sillas colocadas en la pared, a la altura del segundo piso, en la fachada oeste del Centro de la Cultura de Santiago, concitó la atención de todos los transeúntes de la vía, en acciones como leer el periódico, escuchar música o tomar café y otras actividades de la vida dominicana cotidiana que a esa altura parecía liberarlos de la mirada de la gente que se preguntaba con curiosidad, que inventarán estos?. Ojos Urbanos evidencia su preocupación social y artística como respuesta a que el arte va más allá de una exposición.

ALIANZA CIBAEÑA ENTREGA PREMIO EUGENIO DESCHAMPS Y MEDALLA ONOFRE DE LORA El periodista Adriano Miguel Tejada y el crítico literario Carlos Fernández Rocha fueron los beneficiarios.

SANTIAGO.- La centenaria sociedad cultural Alianza Cibaeña entregó su prestigioso Premio Eugenio Deschamps y la codiciada Medalla Onofre de Lora a los intelectuales Adriano Miguel Tejada y Carlos Fernández Rocha, durante un acto celebrado en ocasión de arribar al 124 aniversario de existencia de la Institución. Al recibir las distinciones, ambos homenajeados se limitaron a expresar que solo cumplen con su deber, al tiempo de agradecerle a la Junta Directiva de la legendaria casa de cultura. El presidente de la Alianza Cibaeña, Jhonny Guerrero valoró la trayectoria de los emulados quienes en sus distintos roles han desarrollado una labor encomiable caracterizada por la entrega, capacidad e innovación en las diversas posiciones que han ocupado en la sociedad dominicana. Las semblanzas fueron leídas por el directivo aliancista Charles Albino y el poeta Puro Tejada. La exquisitez de las melodías de la juvenil violinista Karina Guerrero, deleitaron a la concurrencia de la actividad cultural. El Premio Eugenio Deschamps fue instituido por en el año 1984, al celebrarse el centenario de la sociedad cultural. Este premio ha adquirido un prestigio nacional por la calidad de sus beneficiarios tales como: Juan Bosch, Rafael Herrera, Joaquín Balaguer, José Rafael Lantigua, Manuel del Cabral, Tomás Morel y el actual presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, entre otros.// 31


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