Revista Mythos 40

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Revista Literaria Trimestral. A単o IX. Enero 2009. No. 40

Historia viva Revista de Arte y Literatura

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n plena navidad, en esas semanas que nos invitan a compartir, a dar, a festejar, en las que nos rendimos de buena gana al bombardeo publicitario que nos llega desde todos los medios para insinuarnos el modo y el objeto de agradar a los cercanos. Precisamente ahí, como si no fuera suficiente para despedir el año que el suflé de la economía mundial bajara a su nivel de consistencia, ahí mismo, compartiendo las pantallas y las primeras planas con whiskys y bombones y juguetes y pavos y pasteles; ahí estaba, la mayor de las vergüenzas tiñendo el momento de un rojo que no era de temporada, agriándole las fiestas a la gente con el abuso, con la impotencia, con la pena por la humanidad y la tristeza por los que viven cobijados bajo la maldición de poblar tierras sagradas. Una gran prueba de la pequeñez del ser humano es este trozo de tierra cuyo suelo nunca se ha visto libre de sangre a través de los siglos. Ese ombligo del mundo donde convergen continentes, posee una indiscutible aura mística que sobrecoge a sus visitantes y lo convierte a la vez en apetecible manzana de discordia, en imán de césares, papas y emperadores, en la obsesión de imperios y potencias invasoras; ahí dejaron sus huellas los más grandes profetas, y ha sido la cuna y es el templo de las más difundidas religiones. Estas se disputan el mismo Dios regidos por leyes que vienen de un mismo libro, el Antiguo testamento que narra el origen y la historia del pueblo judío y sus profetas, el Nuevo testamento con la vida y el calvario del Mesías que transformó al mundo hace dos milenios y el Corán con los predicamentos de hace un milenio y

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Palabras

medio con que el profeta Mahoma originó el islamismo. Todos textos donde se respeta el carácter sagrado de las escrituras y profetas que anteceden, y que con la diferencia de algunos ritos exaltan los mismos valores. La ambición de algunos grupos ha creado el concepto de Oriente y Occidente para tratar de repartirse esas tierras donde igual que en cualquier lugar del mundo la gente sólo desea vivir en paz, tener un gato y colgar alguna foto en la pared. El holocausto le ha dolido y ha avergonzado a toda la humanidad y

muchas veces se ha llorado con su recreación a través de medio siglo de películas, testimonios y reportajes. La gran excusa utilizada para que el mundo y ellos mismos permitieran tan pacíficamente el exterminio de gran parte de este pueblo bíblicamente sufrido, errante y esclavo, es que la comunicación no existía a mediados del siglo XX, como esa herramienta mágica que es hoy día para transportar al instante los acontecimientos. Y es esa rapidez la que nos enfrenta a la chocante realidad de ver a la víctima convertida en el peor de los verdugos ante los ojos de una sociedad evolucionada que parece tolerar las barbaries como en los tiempos primitivos. Sin embargo es la bondad la que anida en el corazón de la mayoría de los humanos, y es lo que ha permitido la sobrevivencia de la especie a pesar de algunos demonios que han marcado hitos en la historia con sus nombres malditos. Dicen que Operación Plomo Fundido fue el último de los actos apañados por uno de esos hombres malignos que a veces suelen estar a la cabeza del mundo. Prisa y destrucción justo antes de retirase con la sonrisa cínica que no se despintó por 8 años, ni ante los reclamos de las madres, ni ante los cadáveres de su guerra fallida, ni ante la economía colapsada, ni ante la embestida de un par de zapatazos. Y como siempre ocurre, después del momento oscuro llega el amanecer, en el mismo enero, a través de otra sonrisa, la diáfana con la que ha cautivado al mundo y bien armado de un discurso inteligente y preciso que expresa el ideal de los grandes cambios que la era amerita. Pero no, no me atrevo a que sea mi prosa chamuscada quien le dé la bienvenida, me basta con desear que en su tiempo de liderazgo el único rojo que veamos sea el color de la navidad. Por lo demás, de todo lo mucho y abundante que se ha escrito sobre este hombre, su talento, su honestidad y la carga de esperanza que ha depositado el mundo en él; me quedo, para compartir, con las palabras del poeta. (Poema del Nóbel Derek Walcot para Barack Obama traducido al español por el poeta dominicano León Félix Batista, publicado en Diario Libre el 20-01-09) Revista de Arte y Literatura


Cuarenta acres de tierra Dereck Walcot Emerge un emblema del tumulto, un grabado: un joven negro al alba con sombrero de paja y overol, un emblema de imposible profecía, muchedumbre dividiéndose como el surco arado por una mula, separándose para su presidente: un campo de algodón nevado de cuarenta acres de extensión de cuervos con presagios predecibles que el joven labrador desdeña por sus memorables ancestros de cabellos de algodón, mientras, alineada en una rama, hay una tensa corte de búhos con gafas y, en el borde lejano del campo, un espantapájaros burlón apunta hacia él con rabia. El pequeño arado continúa en esta página con líneas más allá de la tierra quejumbrosa, el árbol del linchamiento, la venganza negra del tornado, y el joven labrador siente el cambio en sus venas, corazón, músculos, tendones, hasta que la tierra yace abierta como una bandera cuando la firme luz del alba raya el campo y los surcos esperan al sembrador.

Enero 2009. Año IX. Número 40

Ilustraciones: Carlos R. Corona

Re­vis­ta Tri­mes­tral. Fun­da­da en San­tia­go de los Ca­ba­lle­ros. No­viem­bre de 1999

Co­la­bo­radores de los primeros números:

Directora: Ro­sa Ju­lia Var­gas Comité editorial: Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al­ta­gra­cia Pé­ rez Al­mán­zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez. Redacción: Fiordaliza Taveras Di­se­ño y diagramación: Marleny Genao Edma’s Grafics / 809-226-5580

• Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega. Myt­hos re­ci­be con apre­cio las co­laboraciones de es­cri­to­res y gru­pos li­te­ra­rios y se re­ser­va el de­re­cho de pu­bli­car aque­llas que con­si­de­re opor­tu­nas. Co­r reo elec­tró­ni­co:

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Contenido Biografía de Manuel Salvador Gautier

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J. Freddy Armando escribe sobre Manuel Salvador Gautier

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Entrevista a MSG por Altagracia Pérez 13 Fragmento de la novela Un árbol 18 para esconder Mariposas Las décimas de MSG 20 Toda la vida, comentado por 21 Juan Luis Guzmán 22 Por la unidad latinoaméricana 25

Lo nuevo de Fausto Leonardo 26 El español Teodoro Rubio 27

Cuentos de Aurelio Polando y Néstor Medrano 30 Lo que pasó

Los libros de Gautier 8

La Pintura Eusebio Vidal 16



Manuel Salvador E

Gautier

s Ingeniero Arquitecto de la Universidad de Santo Domingo, República Dominicana, y Doctor en Arquitectura de la Universitá degli Studi, de Roma, Italia. Habla, lee y escribe español inglés e italiano. COMO ARQUITECTO es autor de varias obras y trabajos de arquitectura, siendo las principales: Conalco (1965), Capilla de los Salesianos en el Km.9 1/2 de la autopista Sánchez (1965), restauración del conjunto de Las Mercedes (1972hoy), remodelación del Club de Arroyo Hondo (1987). En 2008 participa como coordinador del diseño del Museo Memorial de la Resistencia. Fue el primer director de la Dirección de Planificación Urbana (OPU) (1962), en el Ayuntamiento del Distrito Nacional; subdirector técnico y subdirector general del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) (1979-1986). Dirigió el Plan Maestro de Costa Sur Dominicana (1974), el Plan Regulador de la Ciudad Colonial Santo Domingo (1989-90) y el Plan de Ordenamiento 6

del Centro Histórico de Santiago de los Caballeros (1990-92). Ha participado en otros estudios de planes reguladores de Santo Domingo: Padco Borrell en 1978, De los italianos en 1986, Del BID en 2004 – 2005. Inició el magisterio en 1965, en el Instituto de Formación Integral. En 1966, pasó a la UASD, donde impartió las cátedras de Composición y Diseño

Arquitectónico; fue director de la Escuela de Arquitectura y Decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura; se trasladó a la UNPHU, donde impartió la cátedra de Diseño Arquitectónico de 1978 a 2000, luego fue Coordinador de Tesis de la Maestría de Restauración de Monumentos hasta 2002 .

Biografía

Ha organizado varios seminarios y conferencias; participó como ponente en varios eventos nacionales e internacionales; promovió la visita del crítico de arquitectura inglés Geoffrey Broadbent, dando inicio a la crítica de la arquitectura en el país (1972). Ha escrito artículos sobre temas de arquitectura en el Boletín del Museo de las Casas Reales, Revista CODIA, Revista GNA, ARQUITEXTO y el periódico La Noticia. Es fundador de varias instituciones sin fines de lucro, afines a su carrera, entre ellas: CODIA para la organización profesional (1962); CETAVIP, CII Viviendas (1982), e IDDI, para el estudio de la vivienda popular (1986); Comité Dominicano de ICOMOS, para la conservación y restauración de monumentos (1975). En 1992 fue considerado uno de los 30 Codianos Sobresalientes, durante la conmemoración del XXX Aniversario del CODIA por su obra profesional y magisterial. En 1995 fue honrado con la Orden al Mérito Santo Domingo Revista de Arte y Literatura


de Guzmán, por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, por su obra a favor de la planificación de la Ciudad de Santo Domingo. En junio de 1995 le fue otorgado el Premio “Excelencia profesional Ing. José Ramón Báez López Penha (Don Moncito)” por la Fundación “Jóvenes en desarrollo”, por demostrar, por más de cincuenta años, gran profesionalidad en su carrera. En 2007 tuvo un homenaje de reconocimiento por la Cámara Dominicana de la Construcción (Cadocom) por su labor didáctica, profesional y empresarial. EN LITERATURA Manuel Salvador Gautier inició su obra literaria en 1993, cuando publicó la tetralogía Tiempo para héroes, con las novelas El atrevimiento, Pormenores del exilio, La convergencia y Monte adentro. Esta obra fue ganadora del premio de Novela Manuel de Jesús Galván1993,de la Secretaría de Estado de Educación, entregado en 1994. En 1995 publicó la novela Toda la vida, ganadora también del Premio de Novela Manuel de Jesús Galván 1995. En febrero de 1999 público su novela

Serenata, escogida por la Pontificia Universidad católica Madre y Maestra (PUCMM), Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y Universidad Iberoamericana (UNIBE) para ser leída por los estudiantes en sus cursos de literatura. En octubre del 2001 recibió el Premio de Novela de la Universidad Central del Este por su obra Balance de tres, que fue publicada y puesta en circulación en el 2002, en Santo Domingo y en Santiago. En noviembre del 2002 fue declarado ganador del “Premio Víctor Hugo en la Historia”, con el ensayo “La fatalidad no está en un campanario de París”. Este Premio se convocó para celebrar el bicentenario de nacimiento del famoso intelectual francés y fue patrocinado conjuntamente por la Secretaría de Estado de Cultura y la Embajada Francesa en la República Dominicana. En enero de 2005 presentó siete relatos en Historias para un buen día, escogida por la PUCMM para la lectura de los estudiantes en literatura. En agosto de 2005 su cuento “Urías” ganó el Segundo Premio en el concurso internacional de cuentos y poesía Premio “Citta de Viareggio”, en Italia, promovido por la editora Il Molo. Concursó traducido al italiano. En febrero de 2006 publicó el ensayo Jaime al descubierto y en octubre, Ediciones Cedibil publicó su novela El asesino de las lluvias, que fue traducida al italiano por Maria Antonietta Ferro y publicada en 2007 por Giovane Holden Editori de Lucca, Italia. Ha publicado ensayos cortos

en las revistas literarias Isla Abierta del Periódico Hoy, Vetas, Mythos y otros medios de comunicación. Ha sido panelista en varias ocasiones en la Feria del Libro, y participado como conferencista en la presentación de varias obras literarias. Pertenece al grupo literario Ateneo Insular, del Movimiento Interiorista, dirigido por Bruno Rosario Candelier, donde participa activamente, y donde ha realizado una obra intensa presentando ensayos cortos sobre la Revista de Arte y Literatura

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novelística nacional e internacional.. En el 2005 fue nombrado Coordinador del Grupo Mester de la Academia de la Lengua, que tiene como objetivo difundir la narrativa dominicana. En julio de 2007 dictó la conferencia “Los procesos creativos en la literatura (elementos comparativos entre la cuentística de Juan Bosch y la de Virgilio Díaz Grullón)”, En 2008 con el grupo Mester, participó en la mesa redonda sobre “La novela dominicana, la importancia de su lectura” en la PUCMM. En 2006, fue Jurado en el Premio Anual de Novela Manuel de Jesús Galván 2005, de la Secretaría de Estado de Cultura. En diciembre de 2007 fue seleccionado Miembro Correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua, Correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua. Presentó su discurso de entrada a la Academia en enero de 2009 con “La narrativa dominicana y las expresiones de la lengua”.

En la presentación de la novela Tiempo para héroes. Ing. Orlando Haza, Dña. Guillermina de Puigsubirá, Arq. Anselmo Brache (Chemito), Manuel Salvador, Dña. Rosa María Vicioso, en 1993.

En la Feria Internacional del Libro 2006, en el Café Bohemio. Romina Bayo, Manuel Salvador, Ligia Minaya y Taty Hernández.

Encuentro del Ateneo Insular, en Jarabacoa, casa de Esteban Gómez, el 17 de junio de 2006.

Grupo Mester de Narradores, de la Academia Dominicana de la Lengua. Miguel Solano, Ángela Hernández, Manuel Salvador, Emilia Pereyra, Rafael Peralta Romero. En 2007.

Los libros de Gautier Toda la vida diciembre 1995

Tiempo para héroes octubre 1993

Historias para un buen día agosto, 2003

Serenata diciembre 1998

Jaime al descubierto febrero, 2006

Balance de tres octubre 2002 2da. ed. octubre 2007

L’assassino delle pioggie septiembre 2007

El asesino de las lluvias septiembre 2006 2da. ed. agosto 2008

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Presentación de

es útil para responderle a la esposa en la casa o al que va a su lado en la guagua o el tren, si quieren saber qué tipo de cosa lee.

Historias para un buen día de Manuel Salvador Gautier diciembre de 2004

A Mencía no le gusta la poesía Mencía, la niña que vivía en casa de un escritor, y que probablemente era su hija, opinó una noche sobre la poesía algo que me quedó grabado para siempre en el pensamiento. En esa casa acostumbraban a darse veladas a las que iban y venían autores leyendo poemas, cuentos, ensayos y otras formas de literatura. A la niña le preguntaron si le gustaba el cuento, y dijo que sí. Al interrogarla sobre la poesía, dijo: “La poesía no me gusta, porque en ella no sucede nada”, Es decir, que los poemas que leían esos poetas es muy posible que fueran de estos llamados versos innovadores donde lo dicho queda sólo en palabras, donde al lector no se le cuenta nada, donde se busca sólo que oiga palabras y palabras y palabras, como si su malabarismo fuera en sí valioso. Como si el relincho de un caballo bastara para satisfacer los deseos de una yegua, como si la a, la r, la b, la o y la l, fueran la palabra árbol. Y como si la palabra árbol fuese un árbol. Precisamente, la virtud del verdadero poeta consiste en lograr esa magia, la de que cuando se diga árbol, el espíritu pudiera trascender las letras, las sílabas, la fonía del fonema, y nos hiciese saltar de repente al árbol mismo, emocionados por su delicia y su delirio, sintiéndolo como algo vivo y próximo, tan nuestro que consiguiera el escritor, si se lo propusiese, incluso, que nos sintiéramos ver el árbol mismo. Ahí reside la virtud, la maravilla, el encanto, el rapto, el transporte, de una buena literatura. Si un texto logra eso, no importa que sea poesía, cuento, novela, ensayo, Revista de Arte y Literatura

artículo, teatro o cualquier otro género o forma que los críticos hallaran para ubicarlo en la historia de la literatura. Que sólo para eso sirven los género literarios: para los críticos organizar y clasificar la letras en su diacronía y sincronía, en su movimiento temporal o espacial, quiero decir. Pero al lector, eso no le importa mucho. Eso apenas le importa tal vez para saber cómo pedir la obra en la librería o para saber en qué apartado de su biblioteca habrá de colocarlo con fines de que no le pase como a mí, que se me pierden los libros en ella por no tener los géneros claramente establecidos. O le

¿Por qué gusta más la novela? Y si es así, se pregunta uno entonces, ¿cómo es posible que en estos tiempos modernos, finiseculares y princiseculares, después de haber pasado tanta letra bajo los ojos, la novela se lea y venda más que el cuento? No obstante que se supone que éste es más fácil, que se adapta mejor a la rápida vida moderna, por breve, porque para divertirse no hay que seguir mañana leyendo la continuación de la historia, sino que se acaba ahí mismo, como un buen orgasmo, que no puede dejarse para continuar mañana. ¿Por qué se produce esta escalera bajante de los géneros, en que el cuento se lee más que el teatro y éste mucho más que el ensayo y éste mucho más que la poesía, la cenicienta de la literatura? Indudablemente que la respuesta, como casi todas las respuestas de la vida, tiene un buffet de razones, un banquete de explicaciones, un cóctel de causas. Pero de entre ellas tenemos que poner como importantísima la imagen que la gente se ha hecho de todos esos géneros, generada por la evolución sufrida por ellos en el devenir de los años. Algunos, como es el caso de la novela, han ido renovándose positivamente, haciéndose más atractivos a la gente, más eficientes en su comunicación de valores, tanto artísticos como técnicos, tanto éticos como creativos, tanto humanos como filosóficos. Las exigencias de producción que supone la hechura de una novela, los requerimientos de extensión, de aplicación económica para publicarla, los factores comerciales que pululan a su alrededor, han hecho que el género tenga que responder a unos estándares de interés del público, que en 9


algunos casos han sido degenerativos, la han hecho perder calidad en beneficio de las exigencias de ventas. Pero en la mayoría de las veces, a mi juicio, la influencia del comercio sobre la novela ha sido positiva. La lucha por lograr un lugar, un nicho en la mente de los lectores, la ha obligado a hacerse competitiva, y el resultado ha sido, como siempre en estos casos, una mejoría en la calidad. Se le ha aplicado a ella uno de los beneficios de la competencia mercadológica limpia, que es la de que la calidad del producto vecino nos obliga a mejorar los atributos del producto literario. Con más calidad, entendida ésta como la conjunción del gusto del consumidor más el de las otras novelas y las expectativas de la época y los elementos en boga, armonizando el producto literario, con la visión escatológica, de largo plazo, con las claves de perennidad que nos dan los ejemplos clásicos. Es decir, la popularidad de la novela moderna se debe, entre otros factores, a una vuelta del espíritu a lo clásico, conduciendo la literatura a refugiarse de nuevo en los elementos que han permitido a los grandes textos permanecer por siglos y siglos en la preferencia humana. Las artes que han ido alejándose de este arte de tocar la sensibilidad humana profunda, como ha ocurrido con una considerable parte de la poesía de los últimos años, han sufrido el fenómeno de la degradación, de la pérdida de calidad y de calidez, que en las letras no dejan de andar juntas. Esos poetas, con gustos de ghetto, de élites influenciadas por los técnicos de la lingüística, de la gramática, del estudio de los textos, de los filólogos, han ido creando o descreando un verso flaco de sentimiento y gordo de retruécanos, oscuro y complejo, convirtiendo el placer de leer en la lucha por descifrar. El deleite por lo escrito se ha convertido en una competencia retórica, en una licenciatura en verso, y eso pseudodivierte a una minoría que habla hermoso pero siente poco, que dicta cátedra en los salones teóricos, el de los areópagos del significante, pero no en el jardín de los sentimientos, ni en 10

el campo del significado. La rosa es más que la palabra Porque al llegar al jardín, sus ojos pueden ver pétalos, estambres, pistilos, tallos, polen, y con dificultad su olor, pero jamás podrán ver y vivir la rosa. Sus ojos cegados por las letras y las fórmulas y la preceptiva, jamás podrán entrar a ese misterio insondable por el que cuando la rosa de Franklin Mieses Burgos muere deja un hueco en el aire que no lo llena nada, o descubrir con Huidobro —tal vez sin usar los ojos para verlo— que lo importante no es hablar de la rosa sino hacerla florecer en el poema, o Borges, que estando ciego desde los quince años pudo ver a los setenta que el valor de la vida está en que la rosa prodiga color y no lo ve.

pueda aprovecharla mientras espera en un consultorio médico o hace fila en un banco o descansa una prima noche luego de regresar del trabajo. Algo parecido han hecho con el cuento, con el teatro y el ensayo. Los han sacralizado, los han divinizado, los han hecho entrar a la ciudad prohibida, y los lectores, que hasta los años 70 eran asiduos al cuento, fueron alejándose de él en la medida en que él se internaba en sus laberintos. Fueron abandonando el terreno tanto este se hacía escabroso, en que les dañaba las gomas del pensar, en que hacía patinar los sentimientos en un resbaladizo lodo abstracto que convertía el camino al trabajo en un dolor de cabeza mayor que la tareas que le esperaban todo el día, que les hacía pesada su siesta o su descanso de fin de día.

Sólo aquellos verdaderos poetas que conocen las raíces de ella, que han viajado a lo eterno y traído a nuestro tiempo sus secretos, escriben una poesía digna de ser buscada y leída por la humana especie, y requerida por los hombres de todos los tiempos y culturas. La poesía requerida y gozada en el libro de la misma forma que se goza en la declamación o cuando interna su lirismo en los montes del cuento o en las alcobas de la novela. La vida que en sí misma debería tener la poesía, la ha perdido por culpa de la mala imagen que le han dado los que han dominado los cenáculos y los tabernáculos de las letras, por presumir de que la buena poesía ha de ser difícil de entender, vacua, de logia, de zona prohibida al ojo sencillo del mortal que

Salvador Gautier salva al cuento Pero autores como Manuel Salvador Gautier rompen estas limitaciones del tránsito por la lectura, porque en sus cuentos, el ojo rueda como goma en pista fina, sin riesgos de accidentes dormitantes, de aburrimiento tanto en el sentido de sentirse burro como en el de recostarse en la dejadez y la caída del libro de sus manos, en un rapto no de pasión y catarsis lectural sino de sustracción del interés por lo escrito. Estos cuentos de Historias para un buen día, reivindican la imagen del género. Lo hacen volver a sus causes en los que el lector cuenta a la hora de escribir. Porque sus siete historias responden al buen gusto, pergueñan la psicología del lector y le encuentran el secreto a su gusto. No porque el lector busque acomodarse a determinados cánones para ser leído o vendido, que ese no ha sido el propósito de Gautier, ya que no vive de sus libros. Lo ha hecho a manera de lo que decían los viejos textos de management, al señalar que quien no sabe obedecer no sabe mandar. Es decir, que quien no sabe ser un buen lector, jamás será un buen escritor. Quien no ha vibrado una noche entera sin poder soltar un gran libro de cuentos, de poema o novela o ensayo de un maestro de las letras de cualquier tiempo, sin afán Revista de Arte y Literatura


de lucirse en público, sino en auténtico gozo íntimo, no sabrá nunca ponerse en lugar del lector, y tocar sus fibras esenciales. Nunca será un buen escritor, su pensamiento no ha sido amarrado al libro por las sogas de pasión y encanto, sogas que no varían en el tiempo, pues lo que cambia es la forma y enfoque de los temas básicos que conmueven al humano. Por eso, cuando uno lee a los escritores verdaderamente grandes, se nota cómo han leído a los otros grandes, cómo han bebido su pócima creadora y los han hecho temblar, cómo los ha congelado el frío de Dostoieski o les han caído las flores de la primavera de Pasternak, para poner sólo dos ejemplos de la misma vieja Rusia. Las altas notas del libro La primera nota interesante de esta obra viene dada cuando terminamos de leerla. Porque un libro de cuentos debe ser un manojo de textos unidos no sólo por el papel, la costura, la tipografía, el diseño. No. Deben tener una cierta unión formal y temática, de enfoque o de estilo, de atmósfera común que haga al espíritu no chocar con cambios bruscos de temperatura literaria que produzcan una especie de gripe del gusto o el efecto de ceguera repentina que sufrimos cuando saltamos repentinamente de la oscuridad a la luz. Hay una temporalidad en ellos, que los cohesiona, y unos personajes y épocas que nos hacen sentir por momentos que una historia es continuación de la otra, que está empalmada por lugares, personajes, ambientes, cuadros de carácter y vicios de personalidades. Como una novela que podemos comenzar a leer por cualquier capítulo, pues cada uno tiene vida propia. La segunda nota que vemos en estos textos es su “historicidad”, que es de las señales más valiosas de un texto. Es decir, consigue ser verosímil, capaz de hacernos creer que ocurrió, que fue así, que no es un cuento sino un hecho sin que dejemos de saber que es creación. Y en este aspecto, yo diría que Revista de Arte y Literatura

así como Neruda en su Canto general hace avanzar la poesía del mundo al reenfocar la epopeya e inventar lo que yo llamaría la poesía histórica, así Manuel Salvador Gautier, que es el inventor de nuestra novela histórica moderna, es también el creador del cuento histórico actual. Nuestros viejos caudillos –Santana, Lilís, Báez, Trujillo- reviven en la punta de los dedos de Gautier, no como fueron sino como el autor nos los pinta, dándoles rasgos de carácter acordes con la trama de sus historias sin que se desnaturalicen, dejando de ser ellos para regresar de ese espejo cóncavo o convexo a ser otra vez ellos, hechos a mano por el autor. De esta manera maneja también a los personajes populares de los tiempos de concho primo, logrando traspasar su espíritu tan bien hacia ellos que no podemos dejar de sentir que verdaderamente el ordenanza Andújar y el alférez Félix Manuel son seres de carne, hueso y pensamiento, que existieron. La tercera interesantísima nota: la narrativa erótica dominicana gana un texto exquisito con ese gran cuento de Teonil Ubiera, la dominicana que se va a París y se hace modista famosa. Tengo que confesar que no me imaginaba que don Manuel Salvador Gautier dominaba con tanta maestría la técnicas de hacer el amor. Dicta cátedras de narrativa erótica de un modo que nada tiene que envidiarles a García Márquez, Cortázar o Jorge Donoso. El secreto consiste en encontrar una manera distinta de la habitual de ver el acto amoroso, que tantas veces se repite de la misma forma, con los mismos cuerpos y movimientos. ¿Cómo ver el acto sexual de forma nueva, con las naturales limitaciones impuestas porque siempre son un hombre y una mujer, cuatro manos, veinte dedos, un órgano penetrante, uno penetrable,

cuatro labios, cuatro ojos, dos traseros, cuatro piernas, dos cinturas, dos tetillas, dos senos? Gautier lo resuelve al encontrar un enfoque poco habitual del hecho. Escenifica las consecuencias psicológicas –agradables, a pesar del trauma que deberían de producir- de un hombre que estrena y entrena en el amor a una muchacha tierna, a la que ha visto crecer y que incluso la ha cargado, a la niña que ha dormido entre sus brazos con su “arrorró, arrorró, duérmete mi sol” y dar los chispazos comparativos de una situación y otra, no como contradictorias sino como aliadas. El contraste que produce en esas primeras experiencias entre el hombre con ropa y sin ella. El encuentro armonioso en ves de conflictivo entre la piel dura del trabajador jardinero campesino y la tersa piel de una límpida niña añoñada y rica, sin que ella lo rechace en lo más mínimo. Lo que ocurre desde la página 199 a la 202 es una cátedra húmeda de una danza erótico de dolores placenteros. La cuarta nota es la maestría con que mezcla la imaginación gauteriana el ambiente del ballet clásico y la música culta de la europea Bulgaria con la danza y música popular dominicana de forma tan equilibrada y placentera. Así, su séptima historia no deja de ser búlgara siendo 11


también dominicana y latinoamericana, donde la pasión y el amor pelean y se reencuentran, los intereses y el bajo instinto se revuelven juntos en la misma cama en que el amor lucha porque le dejen un ladito, aunque sea para los pies. Además de la proeza de que el deseo amoroso conviva secretamente con una hermandad y afecto casi paternal sin dejar de ser discretamente lascivo. La nota número cinco es la destreza que hace convivir aquí las historias de amor con las de familias y las históricas con el cotilleo típico, salpicado de un fino humor. Esto da un giro nuevo al enfoque de las historias de amor, le encuentra una veta distinta de la común y de la forma en que nos tienen acostumbrados los que trabajan este tipo de tema. Una historia de amor que no se nutra sólo de los avatares y episodios de la pareja, difícilmente trasciende lo cursi, lo corintelladezco. Pero estas narraciones de Manuel Salvador Gautier alcanzan a superar el hecho fortuito de una pareja que se ama o desama para convertirlo en parte de la frustración de una madre que fue dejada esperando por un marido que se fue y no volvió y transmite la suerte a la hija, quien busca nuevas soluciones al drama, que se repite a la manera en que corregía Marx a Engel: una vez como tragedia y otra como comedia. En otra, los amores son intercambiados por el juego de los negocios, y la amada clandestina es una baraja que se tira en la mesa de las transacciones internacionales lo mismo que la pareja oficial. La nota sexta es la del concepto de narración que diseña Manuel Salvador Gautier. No son cuentos a la manera convencional, porque hay disgregaciones propias de la novela o noveleta. No es la típica narración de intenso lirismo que se torna como huracán verbal alrededor de un hecho, que es el típico cuento. Tampoco son la estampa de situaciones o acontecimientos sucesivos divagando en referencia a un tema, que definen el relato. Vienen a ser una mezcla virtuosa de las virtudes del novelista experimentado que es, con las del 12

cuentista aliadas al discreto y clandestino poeta que lleva Manuel Salvador Gautier en lo profundo de sus letras, y que sale en forma viva y feliz, ardiente y cálida, aguda y peliaguda, en cada situación en que el autor se enfrenta a hechos emocionantes y se transmuta en un delirante lírico. Lirismo sin el cual ningún escritor de cuentos, novelas o ensayo puede salvarse, pues esas bellezas de la lengua son como el aceite sobre el que resbala suave la concatenación de hechos de la historia que se cuenta. La más importane nota La séptima nota alta de estas Historias para un buen día, número siete, la de la suerte, como siete son las historias, es esta: Que están armadas con la mejor materia prima de un escritor, que no son sólo las técnicas que aprende de otros escritores, ni únicamente el recuerdo de historias que ha leído o le han contado, ni quedarse en la sapiencia del que busca los puntos débiles de la psiquis del lector para moverlos y estremecerlos. Contiene todo eso. Pero no sólo eso. Son construcciones —y Doy sabe de esto, porque no en vano es un destacado arquitecto urbanista— sacadas de esos planos mentales, de esas ciudades internas que son sus vivencias. Son bloques de ocho de su biografía que se empalman con las arenas de sus lecturas, con el cemento de su aprendizaje como

lector y con varillas de sentimientos que les son a él tan caras como al lector, concebidas siguiendo la cartografía de su gran cultura, y que por eso el lector puede viajar en esas urbes fantásticas que él también tiene construidas en el interior de su espíritu. Porque hay que estar claro: todo buen escritor debe trabajar con sus vivencias, que pueden ser librescas como las de Bioy Casares o montaraces como las de Hemingway; de prostíbulos, como las de García Márquez; de techos y escaleras, de polvorosa soledad, como las de William Faulkner. Pero vivencias, que salen de las lecturas de sí mismo, y no de la falsa pose o la huera erudición. Cada ser humano es único y sus vivencias también, y si sabe buscar las mejores, las que siendo únicas pueden ser compartidas con los demás, logrará el estilo propio indispensable en un escritor, sin perder la oportunidad de hacerlas propias del lector. A sus vivencias familiares, sociales, políticas, Gautier suma su hondo conocimiento del alma humana y el conocimiento de su país, visto desde la perspectiva que permita que cualquier habitante del planeta pueda apropiárselo, sin desmedro de los detalles que le son exclusivos y propios. Como Cervantes es más español que nadie en su Quijote, sin dejar de ser más universal que nadie en el mismo. Por eso, estas Historias para un buen día pueden disfrutarlas desde un esquimal de Groenlandia hasta un campesino de Sabana Iglesia o un intelectual que toma un descanso en el café de las Flores en París. Que son comunes a los cartagineses y tesalonisenses, a los egipcios como a los samaritanos, a los indígenas del Perú o de México, semejante a los bantús. Historias que emocionan a los bengalíes que amaron a Rabindranath Tagore o a los angoleños que mojaban de lágrimas los versos de su Agunthino Netho. Pues, como diría la niña que mencionamos al comienzo, en las Historias para un buen día de Manuel Salvador Gautier, siempre sucede algo, algo que nos importa, y por ello, perdurarán. Revista de Arte y Literatura


ENTREVISTA a Manuel Salvador Gautier

Por Altagracia Pérez Almánzar Enero de 2009 Para Revista MYTHOS

C

uando por primera vez, tuve la oportunidad de escuchar una de sus magistrales ponencias, en un encuentro que realizara El Ateneo Insular en diciembre del año 1999, yo apenas una iniciada, en mis modestos intentos de convertirme en escritora, me diría a solas, sin dudas, este hombre proyecta todo el bagaje intelectual, la fuerza mística y creadora, que debe poseer un escritor. Más tarde, cuando al final de cada mes, estos encuentros se harían cotidianos, llegué a comprobar otras de sus tantas virtudes -porque muchos de los que han tenido la oportunidad de conocerle, de tratarle de cerca- con toda certeza, sé que pueden afirmar que él, además de imantar con su prosa, posee toda la distinción que da la estirpe, y la gentileza de un verdadero caballero. Hoy, que tengo en mis manos, esta retadora tarea de entrevistarlo, traigo a colación algunas de las impresiones que extraje de la lectura de su libro “Tiempo para Héroes“, premio de novela Manuel de Jesús Galván, 1994. Al ser tocada, por la fuerza emotiva del accionar de los personajes

Revista de Arte y Literatura

de esta ficción literaria, yo meditaba sobre el esfuerzo físico e intelectual que significó esta Tetratología. Y pensaba que tal vez, por motivo de lo costoso, que supone este ambicioso proyecto, no muchos lectores podrían tener la oportunidad de conocer estas páginas, y así aquilatar todo su contenido social histórico. Sin embargo -terminé por concluir- con toda probabilidad en el presente y en futuras generaciones, no sólo hambrientas del pan espiritual que contiene la Literatura, a sabiendas de la reputación de este escritor, demandarán constatar todo el legado, la pasión que siente este hombre, por la memoria histórica de su país. De hacerlo, no se detendrán en este solo libro, ellos más tarde, querrán adherirse a la búsqueda de la larga cuenta bibliográfica, que este escritor cuenta en su haber. Cuando usted incursiona en la Literatura, lo hace con una tetralogía, Tiempo para héroes; ¿qué significó para usted enrumbarse en este proyecto? MSG.-Significó realizar un impulso creador que sentí desde niño. Desde muy pequeño, me interesé por la literatura; adolescente, escribía (malos) poemas; leía mucho, especialmente las novelas del siglo XIX que venían en colecciones económicas (La dama de Monseureau de Alejandro Dumas, Los hijos del capitán Gran de Julio Verne). Cuando fui a estudiar a una escuela secundaria en los Estados Unidos, me inscribí en el Club de Literatura, y escribí cuentos y poemas en inglés. En la Universidad de Cornell, donde comencé a estudiar medicina, me inscribí en un curso de literatura. Me interesé en la narrativa norteamericana y leí a John Dos Pasos, F. Scott Fitzgerald, Erskine Caldwell, John Steinbeck, Ernest Hemigway. Lamento no haberme acercado entonces a William Faulkner, uno de los escritores más

creativos. Finalmente, escogí como carrera la arquitectura, y me dediqué a ella. Pero en varias ocasiones me dispuse a escribir una novela, un propósito que nunca llegaba a materializarse porque me apremiaban los deberes. Seguía leyendo novelas, ahora como simple entretención o escape, especialmente, las históricas y de ciencia ficción, también en inglés, en las ediciones de pocket books. En 1986, sin mucho trabajo en la oficina de arquitectura, comencé a escribir la novela que siempre había deseado. Redacté el plan. Estuve más de un año dedicado a esa tarea. Cuando conseguí trabajo de arquitectura y debí atenderlo, saqué momentos para continuar; me levantaba en la madrugada y escribía por dos horas. Concluí con Tiempo para héroes. ¿Cuáles sacrificios tuvo que realizar para mantener coherente, vigorosa, esta larga trama? MSG.-Cuando terminé de redactar Tiempo para héroes, había acumulado un montón de papeles que no sabía si tenía valor literario. Necesitaba que alguien los leyera y los evaluara. Pensé en Virgilio Díaz Grullón, un literato consumado, retirado de su trabajo, amigo íntimo de mi cuñado, Orlando Haza, y casado con una prima, Aída Bonnelly, también literata. Llamé a Aída y le pregunté si ella pensaba que Virgilio 13


estaría dispuesto a leer mi novela. “En este momento acaba de terminar de leer un libro y podría comenzar con el tuyo; pero tráelo enseguida”. Lo llevé, puse las 1,400 páginas (¿o eran 1600?) sobre la mesa de la sala, vi a Virgilio echarle una ojeada y le oí decir: “Está bien. Yo te llamo cuando termine”. Virgilio me recomendó dos cosas: acortar el texto: “Como tú lo consideres, yo no te voy a decir dónde, pero hazlo”; y, una vez acortado, llevárselo a José Alcántara Almánzar, con quien él hablaría, para que me hiciera observaciones editoriales y de estilo. Hice las dos cosas. En la reducción del texto a unas 1000 páginas, eliminé personajes, escenas, situaciones, en fin, lo llevé a lo que yo consideré el límite para que mantuviera la coherencia y el sabor que yo deseaba. Recuerdo que eliminé un personaje que me encantaba, Silvina, una santiaguera que había dotado de todos los encantos de las mujeres cibaeñas. Me dolió tanto hacerlo que más tarde, en la novela El asesino de las lluvias, usé el nombre para la protagonista femenina, que luce toda la maravillosa belleza que había imaginado para la original. Hubo otros “sacrificios”. Guardé los pasajes que había quitado, un acto de nostalgia anticipada con el cual quise atenuar mi noviciado. He vuelto a leer la tetralogía y ya no me doy cuenta dónde ni por qué hice las reducciones. Todo fluye bien. Los recortes que realicé fueron precisos y necesarios. De hecho, los he seguido haciendo en mis otras novelas (aunque no tan drásticamente). Es algo que el autor tiene que lograr en cada obra: depurar hasta alcanzar la perfección (si es posible). Como recreación de lo que fue la realidad histórica, en Tiempo para héroes son los jóvenes que toman la iniciativa para enfrentar al tirano Trujillo; ¿qué opinión le merecen los valores de la generación actual? MSG.-Yo creo en la juventud. En mi novela Toda la vida, el protagonista Chuchú, viejo y vencido, trata de encontrar méritos en un joven, para que lo releve en la realización de sus ideales. Siempre habrá jóvenes que lucharán por imponer 14

la justicia social y las estructuras políticas que lo permitirían. En la época de Juan Pablo Duarte, se luchó contra el invasor de nuestro territorio; en mi época, contra el acaparador de las libertades públicas y la economía; en la actualidad, se deberá luchar contra los simuladores de lo que debe ser. Ya comienzan a sentirse movimientos renovadores jóvenes como el que propone el grupo Toy Jarto, que no acepta las manipulaciones políticas de los que están y han estado en el poder, para perpetuar la incapacidad, la falta de institucionalidad, el enriquecimiento ilegal y la corrupción. ¿Se necesita una dictadura para que se coseche una generación como lo fue la Raza Inmortal? MSG.- Se necesita una situación de crisis. Lo que debemos preguntarnos es si, hoy día, la situación económica local engendrada por la debacle económica norteamericana será suficiente motivación para animar la creación de una asociación de bienhechores (o patriotas, como eventualmente los llamarían, aunque el término ha sido desprestigiado por los políticos), que decidan hacer los cambios que se necesitan, que lo logren y que lo puedan mantener. Se podría afirmar que desde ese entonces —la Era de Trujillo hasta el presente— la República Dominicana ha logrado consolidarse como un estado de derecho, ¿o es cierto que se encuentra en un estado fallido? MSG.- La República Dominicana trató de erigirse como un estado de derecho en 1821, pero falló; lo logró y se consolidó desde 1844, cuando fue reconocida por las potencias de entonces, especialmente las europeas, aunque algunas pretendieron dominarla después, pero no pudieron, porque ya se había formado un pueblo, el dominicano, con sus características propias y su cultura. El querer denominar “estado fallido” a nuestro país en la actualidad proviene de países interesados que pretenden utilizar las flaquezas nuestras para imponer sus pretensiones espurias, como crear un sólo estado domínico-haitiano. Lo que se

ha demostrado es que si nosotros somos “fallidos”, lo son todos los demás, sin excluir a ninguno. La debacle económica norteamericana es una prueba. Usted, aparte de su oficio como escritor, también es doctor en arquitectura. ¿Cómo ha podido administrar su pasión por estas dos ramas del arte? MSG.-Con creatividad e inteligencia. Somos un menage a trois: yo, la arquitectura y la literatura. En la novela que usted escribe en torno a la vida de Salomé Ureña, uno puede sentir que su prosa se convierte por ratos en poesía. ¿Podríamos esperar en el futuro, un libro de poemas suyos? MSG.-En el Ateneo Insular, lo primero que se dice es que la poesía es la máxima expresión literaria del hombre. Prosa poética y poesía en prosa, según el Dr. Bruno Rosario Candelier, son la misma cosa. Me voy a mantener dentro de la prosa poética, porque lo que es la poesía en prosa o la alta poesía, no las alcanzo. En el Ateneo he oído y disfrutado los poemas de los interioristas Pedro Gris, Carmen Pérez Valerio, Guillermo Pérez, Julio Adames, Ángel Juliao y otros, pero nunca se me ha ocurrido hacer como ellos. Soy novelista, eso es lo mío. Creo que con la influencia poética del Ateneo he logrado un estilo que me identifica, y eso es lo que más aprecio. Usted ha ganado premios importantes no sólo en novelas, también en sus ensayos, ¿con cuál género se identifica más? MSG.-Tiempo para héroes lo diagramó mi sobrina María Josefina Álvarez, historiadora, que en ese momento trabajaba con el historiador Emilio Cordero, hermano de José Cordero, uno de los expedicionarios que cayeron en Constanza, Maimón y Estero Hondo. Cuando mi sobrina le dijo a Emilio que yo estaba publicando una novela sobre esa gesta, éste le respondió que quería ser el primero en leerla para determinar si yo había sido verosímil y justo. El primer Revista de Arte y Literatura


libro impreso fue a parar a sus manos, y él fue quien recomendó que lo entrara al Premio Nacional de Novela Manuel de Jesús Galván de ese año, 1993. En ese momento yo no tenía idea de su existencia, pero la recomendación me gustó y concurrí. Para mi gran sorpresa lo gané (todos los premios que he ganado me han sorprendido, pues considero que el juicio del jurado es siempre relativo; eso a lo interno, basado en mi experiencia como jurado en trabajos de arquitectura, artes plásticas y literatura). Los premios han sido un gran estímulo para mí y una comprobación de mi calidad literaria ante el público y ante los críticos literarios y colegas escritores. Usted ha militado fielmente en el Ateneo Insular, ¿de qué manera los postulados estéticos del Movimiento Interiorista han influenciado en su obra? MSG.-Los postulados del Movimiento Interiorista han sido siempre un misterio para mí. Estoy seguro que los he absorbido inconscientemente, pero conscientemente trato de captarlos y apenas los vislumbro. Me pasa siempre con la filosofía y la teoría, ya que soy más práctico que otra cosa. Sin embargo, la influencia del Movimiento es patente en mi obra. No soy el mismo escritor de Tiempo para héroes y Toda la vida, que publiqué cuando aún no militaba en el Ateneo, que el de Serenata, Balance de tres, Historias para un buen día y El asesino de la lluvias. En los dos primeros se siente la influencia de los novelistas norteamericanos que leí en la secundaria y en los pocket books. En cambio, en las otras entra el hálito poético que ya hemos tocado. Pero hay algo más que el estilo. El interiorismo también me ha influenciado en la escogencia de los temas. Hay tres novelas, una, La fascinación de la rosa, inédita, la segunda, Balance de tres, y la tercera, El asesino de las lluvias, que son auténticamente interioristas. En la primera, el protagonista alcanza un estadio místico de comunicación con Dios; en la segunda, el mito explota en el protagonista; y en la tercera el protagonista sucumbe ante un dilema metafísico. La Revista de Arte y Literatura

mística, el mito y la metafísica son las tres claves del interiorismo. María Antonietta Ferro, traductora de la novela El asesino de las lluvias al italiano, describe su prosa como “increíble”. ¿Qué se siente al ser traducido a otra lengua? MSG. -Hay siempre un temor: que la traducción no sea suficientemente apegada al original. He leído novelas como El jorobado de Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo, que se resienten de una traducción hecha posiblemente para cumplir con un sueldo y no bajo la responsabilidad de llevar la obra a otra lengua. Sin embargo, debo decir que Maria Antonietta es la perfecta traductora; tanto el cuento “Urías”, que tradujo y valió que ganara el segundo premio en el “1° Premio Città di Viareggio Il Molo” de 2005, como la novela El asesino de las lluvias, en 2007, han tenido traducciones perfectas. Lo puedo decir, porque hablo el italiano y conozco su literatura. También fue traducido al francés mi ensayo “La fatalidad no está en un campanario de París”, en una publicación bilingüe de la revista Cariforum, de 2003. Este ensayo fue ganador del premio sobre la obra de Víctor Hugo, en el concurso de ensayos de 2002 “Víctor Hugo en la Historia”, dedicado al Bicentenario del Nacimiento del autor francés.La realidad es que me gustaría que TODAS mis obras fueran traducidas a TODOS los idiomas posibles. Me encanta la idea. ¿Por qué hay tan poca literatura escrita por dominicanos en el mercado exterior? MSG.-Cuando fui a México, a presentar mi novela Serenata, en el 2000, encontré que a Pedro Henríquez Ureña los mexicanos lo consideraban mexicano, junto con Alfonso Reyes y otros intelectuales nativos de la época. Creo que sólo Manuel de Jesús Galván y Juan Bosch han tenido reconocimiento como grandes autores dominicanos. Ahora, Junot Díaz. Pero tres no hacen mella en un mar competitivo como el literario, a nivel comercial. La literatura dominicana no se vende porque la República

Dominicana no le interesa al mundo, y, peor aún, la República Dominicana no se da a conocer para hacerse interesante. Necesitamos una política cultural más agresiva a nivel internacional, y escritores que superen el localismo y creen obras que tengan interés universal. ¿Cuáles factores hacen que una obra literaria se convierta en universal? MSG. -Tengo por lo menos tres obras publicadas con interés universal: Serenata, Balance de tres y El asesino de las lluvias. Hay otras obras inéditas que también lo tienen. ¿Por qué? Están exquisitamente escritas; su trama es interesante; sus personajes son reflejos de la vida misma, y, sobre todo, tocan temas que serán siempre de interés humano, tratados con fuerza y sin ambigüedades: el machismo del hombre frente a una mujer superior; la lucha del hombre por sobreponerse a las supersticiones y lograr una meta en la vida; el conflicto del hombre entre sus deseos carnales y la trascendencia de su espíritu. ¿Con cuál de sus libros le gustaría ser recordado y por qué? MSG -No tengo favoritos, aunque sé que Serenata marcó un cambio en mi producción literaria, lo cual hace que la tenga de referencia para saber que debo superarla. Creo que he obtenido más reconocimiento literario del que jamás sospeché. En varias ocasiones me he encontrado con lectores que me hablan de la maravillosa experiencia que fue leer Toda la vida, o de su interés por Tiempo para héroes que los hizo volverlo a leer. Los intelectuales prefieren a El asesino de las lluvias o Balance de tres. Las intelectuales se han interesado en Serenata, por considerar que allí presento un cuadro real de la relación entre un hombre y una mujer. Por mi parte, creo que he escrito una obra literaria que será realmente evaluada en el tiempo, cuando pequeñas cosas, como el hecho de que soy un escritor improvisado y sólo he dedicado parte de mi vida a la literatura, no tengan ya importancia y no ofusquen el hecho del valor mismo de mi producción. 15


EUSEBIO VIDAL ´´COMO ARTISTA SIEMPRE BUSCO LA PERFECCION EN EL ESTILO´´

E

usebio Vidal es de esos artistas genuinos con los que cuenta la Ciudad Corazón. Sus tres décadas dedicadas al arte pictórico le han valido para ser uno de los pintores más cotizados en los últimos tiempos en el país. La demanda de sus obras de estilo costumbrista le ha permitido vivir de un arte que es su profesión y satisfacción. Recientemente obtuvo el primer lugar en la primera versión del Concurso de Pintura Warcar Rodríguez que organiza el Museo de la Fortaleza San Luis, con una de sus representantitas obras “ Verdurera” - parte de su propuesta temáticadonde demuestra su dominio en el color, la

sombra y la técnica, de manera magistral. El artista del pincel es considerado un excelente retratista y pocos de sus homólogos realizan trabajos de la calidad de E. Vidal como se le conoce al pintor. De hablar pausado como si se tratara de observar una pintura, el artista se confiesa en esta entrevista a Mythos...

¿Cuántos cuadros has pintado en tu larga trayectoria? Esa cuenta se perdió hace mucho tiempo, imagínate tengo casi 30 años pintando, es mucho lo que se puede hacer. Uno no termina de aprender y con el tiempo hay que mejorar, es lo que más tomo en cuenta. ¿De donde te viene ese arte, lo traes en las venas? Podríamos decir que desde niño y en esa etapa nace la inspiración y uno la va desarrollando. Además en la escuela siempre le asigna trabajos de dibujos y ahí empezó la inquietud de pintar. 16

¿Tu obra de mayor satisfacción, la

que te produce emociones cuando la admiras, cuál es? No podría decirte cuál de tantas que he pintado, pero como artista busco la perfección del estilo y busco una manera de que cada trabajo se diferencie de los demás. Siempre trato de redefinirme. ¿Como te defines como artista, o más bien como pintor costumbrista?

Soy eso un pintor costumbrista con inclinación hacia el impresionismo. ¿Tu mayor preocupación por lo que pasa en el arte actual? Aquí hay mucha falta de promoción y carecemos de todo, aquí en el país, pero sobretodo en Santiago, algunos se enganchan sin tener fundamento. Se cae en la pintura por moda, y no se le ve madurez en el trabajo, otra cosa que me preocupa es que se inventa mucho, se vende de todo y se crea muy poco, porque no tienen formación en una escuela donde se les enseñe a inspirarse en la naturaleza. Revista de Arte y Literatura


¿Tú tienes conciencia del sitial que te tiene la plástica y la sociedad en sí? No sabría decirte. ¿Que le ha afectado al estilo costumbrista, desde tu óptica? La falta de apoyo por parte de las instituciones competentes ha afectado al desarrollo del estilo, sumado al poco respaldo de los concursos de arte que no categorizan los estilos y el costumbrista es el más afectado, ya que algunos certámenes no los aceptan cuando los envían los pintores y se desconoce el motivo de esa situación. Soy de opinión que el costumbrismo se vende solo, ya que todo tipo de

persona sin tener el más mínimo conocimiento de arte lo puede apreciar. Muchos prefieren dedicarse a otro tema por considerarlo muy difícil, ya que hay que sacarle la proporción a los detalles y eso es una tarea difícil. ¿Que te satisface como artista? Trabajar y seguir haciendo lo que me gusta, pero sobretodo sentirlo.

¿Cuéntale a Mythos lo que significó haber ganado el primer lugar en el Concurso Wascar Rodríguez? Es una oportunidad para continuarme desarrollando. ¿Que metas tiene Eusebio Vidal para este año? Seguir en el arte y depurar bien el estilo y consolidarme como artista. ¿Qué no harías dentro del arte? Imitar a otros y falsificar trabajos, esas cosas nunca las haría. ¿A tu juicio, que puede hacer desaparecer a un artista? Cuando se afecta la calidad de tu trabajo y te olvidas de lo que te dio repunte como artista. Es cuando pintas lo dominicano y hasta cierto punto reniegas eso que te diferenció de los demás.

Más de su vida:

Muy Intimo... Nombre artístico: E. Vidal Ritual como artista: Inspirarme en grandes artistas Otros artistas en la familia: Wali Vidal y Joan Vidal Un libro: Todo los que traten del arte Color: Los brillantes Maestro influyente: Jacinto Domínguez Casado con quien: con el arte... hasta el momento Planes como pintor: Hacer una pintura poética donde se maticen los colores y trabajar para la belleza. Revista de Arte y Literatura

Eusebio Vidal nació en Santiago a principios del decenio de los ´60. Ha participado en numerosas exposiciones colectivas tanto en su ciudad natal como en Santo Domingo. A nivel individual ha expuesto en cuatro oportunidades en escenarios como el Centro de la Cultura, Hotel Santiago Camino Real, Casa de Teatro y en los XV Juegos Centroamericanos y del

Caribe, Santiago 86. Los temas que identifican a E. Vidal son las marchantas, los coches, ancianos y exóticas mulatas que reflejan la identidad cultural del artista. Como pintor se formó en la Escuelas de Bellas Artes, entidad que le permitió recibir una sólida formación en el dibujo y la pintura de manos de grandes maestros, en los que se destacan el consagrado Jacinto Domínguez. A nivel de la universidad realizó estudios de arquitectura y otros cursos que han ido complementando su formación hasta convertirse en un artista destacado de la Ciudad Corazón.

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Un árbol para esconder mariposas Ella, el encuentro

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a pareja abrazada camina por la Quinta avenida de Nueva York con las cabezas airosas, el paso firme. Los escaparates se suceden uno tras otro con su asalto al inconsciente. La pareja se detiene, se acerca a la inalterable transparencia del vidrio y contempla el maniquí con su posición retorcida, imposible de imitar por un ser humano. —Te gusta, ¿eh? —él señala el vestido vaporoso de novia que lanza su mensaje luminoso. —No lo necesitamos —ella ríe y lo besa en la boca. Él devuelve el beso. Los dos permanecen un rato frente al maniquí, los cuerpos entrelazados, las caricias insistentes. El trato contagioso entre ellos es una demostración de amor. Él es negro y ella es blanca; él viene de un poblado de negros y mulatos, por los alrededores de San Juan de la Maguana, en la República Dominicana; y ella de un barrio exclusivo de Santo Domingo, la capital del país. Al gentío que pasa por las aceras de la Quinta avenida, no le interesa el color de piel de la pareja, de dónde es o si desborda amor; sólo desea que se mueva, que no lo detenga en su meta indefectible hacia la diaria repetición de su inconsistencia. … Así actuábamos siempre durante el tiempo en que nos amamos. Había una naturalidad en hacer que iba más allá del entendimiento, un regocijo en estar que trascendía el lugar. Fueron momentos de manifestaciones sencillas y resultados encantadores. Lo entiendo ahora. … Ella pasa por delante de él todas las mañanas en su recorrido por la avenida de las Américas, del subway a la escuela de arte donde estudia. Mira siempre hacia donde él está, detrás de la banqueta de madera donde expone la artesanía que vende. Siente curiosidad por observar 18

Fragmento del capítulo Ella, el encuentro del más reciente libro de Manuel Salvador Gautier, Un árbol para esconder mariposas, que será publicado próximamente por Editorial Santuario.

estos trabajos; le encanta admirar una cerámica realizada con buen gusto o una talla de madera con detalles exquisitos; mas, en su prisa por llegar a tiempo a la clase, no puede detenerse a apreciarlos. Ésta vez él no la deja escapar. —¡Miss! La llamada la paraliza. Él sonríe; toma una pieza de la banqueta abarrotada de mercancía; le enseña una cajita de madera forrada con conchas de carey, y la abre mostrando su interior pulido. Ella se entretiene apreciando la tosquedad de sus dedos, el movimiento de los músculos en el arranque de su antebrazo. —¿No desea algo? Tengo de todo —él está mortificado por la indiferencia de ella, entonces saca un objeto del montón que está sobre la banqueta—. Esta es la pieza para usted, señorita. Mírela bien. Es justo su color. Es un abalorio rosa pálido, esférico, del tamaño de una avellana, con un gancho de plata incrustado en su masa que permite colgarla del cuello con una cadena. De lejos, parece una piedra semipreciosa. Tiene un bajorrelieve: el dibujo diminuto de una boca trazada en una sola línea. Ella se sonroja sin saber por qué y él cambia la pieza rosa por una encarnada. —Ahora le conviene ésta —ríe estrepitosamente. Es hermoso el negro, con sus facciones de talla etíope y su cuerpo de discóbolo griego. El pecho lo cubre sólo con una camiseta oscura que resalta sus pectorales

y deja a la vista los bíceps y parte de los dorsales, y ella siente un calor que la obliga a ruborizarse aún más. … Me acechaba desde hacía tiempo. Me veía alada, huidiza, y quería retenerme de alguna manera. El abalorio fue la excusa para lograrlo. Yo lo tomé entre los dedos y lo hice balancear como si fuera una campanita de plata. Era una bola de cristal, pequeña y hueca. Tenía dibujado un ojo que parecía examinarlo todo a su alrededor. Me sentí tonta y satisfecha al mismo tiempo. —¿Cuánto cuesta? Él no respondió. Rozó mis dedos para quitarme la pieza. Sentí la callosidad de sus manos. —Tome ésta. Ésta es la que le va. Volvía a ofrecerme el abalorio rosa pálido con el trazado de la boca. Un ojo no besa, me dijo después mientras me besaba, sólo contempla, y yo quería más. Eras como un pequeño colibrí que se me escapaba cada vez que lo veía. No lo permití. El negro me lisonjeaba, me hacía sentir bella, más bella que mis dos hermanas, Lucía y Mercedita. No voy a ocultarlo. Desde pequeña comparé mi rostro y mi figura con las de ellas, y no había dudas, yo no me acercaba a la delicadeza de su facciones ni a la proporcionalidad de sus cuerpos. Yo era el “patito feo”; había heredado las orejas grandes de mi abuelo Juan Manuel, los ojos saltones de mi papá Modesto y la gordura de Mamá Fella, mi abuela por parte de madre, no importaba que esta fuera una gordura balanceada, “estética”, como ella la describía. En realidad yo no me sentía fea, tampoco bonita. De hecho, me consideraba excepcional: una mujer de piel rosada, ojos verdes y pelo rubio, que había acaparado los genes de un antepasado europeo lejano, italiano o español, contrario a mis otras hermanas de piel tintada, pelo castaño y ojos oscuros. Esos atributos me daban confianza, me Revista de Arte y Literatura


hacían sentir que sería atractiva para algún hombre, de ésos que las prefieren “llenitas”. Lo cierto es que nunca me sentí obligada a ponerme al acecho en busca de “enamorados” para “conseguir marido”, como hacían mis hermanas y la mayoría de mis amigas y condiscípulas. Mi afán siempre giró alrededor de los libros sugestivos, los objetos hermosos, los ámbitos armónicos. En mi época de primaria pensé ser decoradora; luego en la secundaria me decidí por la arquitectura, una carrera más ambiciosa. Al final escogí el estudio de las artes. Compaginaba más con mi temperamento curioso e investigador. … Ella toma el abalorio rosa y, con la intención de pagarlo, saca su monedero del bolso. Él la detiene con la mano. —Es un regalo. De nuevo ella siente el contacto áspero de sus dedos, acompañado ahora por el espectáculo singular de una sonrisa de dientes blancos entre labios gruesos, hoyuelos en las mejillas, luminosidad en los ojos y una expresión de retozo que le brinca por todo el rostro, evidencia de un impulso indetenible hacia el juego. A pesar de un deseo inmenso que ella siente por poseerlo, deja el abalorio sobre la mesa. —Gracias, pero no puedo aceptarlo. … Me alejé de él; pero no logré deshacerme del efecto de su presencia. Había quedado fascinada con la intensidad de su masculinidad y una noción impaciente de apoderarme de él y disfrutarlo. Fue algo que me maravilló, nunca antes sentido: el deseo intenso por un hombre. En la clase de Arte Comparativo no pude poner atención a lo que decía el profesor. Sentí la necesidad de analizarme, de investigar sobre esta emoción que me acaparaba de pies a cabeza. ¿Por qué este hombre me había sacudido como lo hacía? ¿Qué poseía él en particular que me atraía? ¿Era una fantasía sexual por su cuerpo o una relación entre él y yo, muy extraña, que entreví cuando me ofrecía el abalorio en forma obsequiosa y al mismo tiempo desafiante? —Miss Nadal. Revista de Arte y Literatura

El profesor me obligaba a salir de mi ensimismamiento. —Excúseme, pero no puse atención a lo que usted decía. —Eso notamos. —¿Cuál era la pregunta? —No era una pregunta. Deseamos que usted explique la relación entre el rito y el arte como lo propone Hindemith en su Apología de la sacralidad. Además debe ofrecer su parecer al respecto.

Se impuso la disciplina. Me había preparado para la lección, así que respondí sin titubeos. —La “sacralidad” es una noción desarrollada por Joseph Hindemith a principios del siglo veinte, basada en los descubrimientos arqueológicos y las investigaciones antropológicas y sociológicas que se hacían entonces sobre distintas civilizaciones prehistóricas e históricas esparcidas por el mundo, donde se demostraba que varios grupos desarrollaron creencias similares, con variaciones de los mismos mitos y con rituales parecidos. Para Hindemith, el hombre tiene una disposición intrínseca a mitificar su relación con el mundo y lo demuestra por medio de la creación de las diversas religiones, tanto las existentes como las desaparecidas, y con la concretización de éstas en objetos significativos, usados en los rituales de esas religiones, algunos simplemente decorativos o didácticos, y otros, con poderes mágicos o simbólicos. El arte como nosotros lo entendemos tras varios siglos de racionalismo, o sea, el hecho de la apreciación del objeto por su valor puramente estético, despojado de simbolismos, entraría en contradicción con los significantes religiosos; sin embargo, Hindemith señala que cuando

los objetos religiosos son evaluados en nuestra época racionalista, si esa religión ha desaparecido se convierten en objetos de arte, donde su mayor valor radica en su esteticismo, y pasan a formar parte de una colección museística; si no han desaparecido mantienen su carácter sacramental, aunque sean en sí piezas de arte y se tengan fuera del alcance de los museos. Pausé, tomando conciencia de que el significado de la “sacralidad” de Hindemith, estudiado a fondo la noche anterior, era lo que había radicalizado mi experiencia con el negro. ¿Era parte de un ritual el abalorio que me ofreció? ¿Creaba yo un ritual, dándole un significado más allá de un encuentro entre un hombre que deseaba una mujer y la atraía con lo que tenía a mano, y una mujer que se dejaba sorprender por esta acción?...


Las décimas de Manuel Salvador Gautier A Ricardo Toribio

Me asomé a la décima después que oí con asombro y deleite las que improvisaba el pintor, psicólogo, poeta y decimero, Ricardo Toribio, en varias de los encuentros que tuvimos en el Ateneo Insular. Decidí incorporarlas como parte de la narración en Balance de tres, y creé varias para caracterizar los

tres personajes principales de la novela: Teonil, la mujer creativa y decidida; Nilo, el político voluble y negligente; y Herminio, el gavillero que debe asumir la responsabilidad de la lucha que abandonan los otros dos. Eventualmente decidí no incluirlas, pero me ha quedado el mal sabor de la decisión.

TEONIL Teonil está sobre el mar flotando sin darse cuenta. Una gran fuerza la alienta: quiere su mundo cambiar. Pero teme no lograr a plenitud su deseo pues es preciso un careo con el hombre, de rival, para probar que es su igual la mujer, no su trofeo.

NILO Alguien opinó una vez desconfiar de las palabras pues algunas son macabras y otras, una estupidez. Yo prefiero ser un pez que nada entre muchas aguas y va buceando entre enaguas los goces del corazón. Así cualquier opinión es salpique en el paraguas.

HERMINIO Herminio ningún provecho sacó de su rebeldía, ni fortuna ni alegría, sólo un furor en el pecho en reclamo a su derecho de vivir a su manera, comoquiera y dondequiera, a intemperie o en mansión, solitario de ocasión o con dulce compañera.

El viaje era un sueño crítico hacia un cónclave fantástico de seres que en coro orgiástico ofrendaban, a un dios lítico, holocausto, cruento y mítico. Más, alzó un hombre esquelético la voz con fervor patético y reclamó al dios uránico borrar el pecado adánico y volver al mundo ascético.

Desesperado el consejo que aturde tu mente loca y al momento te provoca un peligroso complejo. Anda y mírate al espejo, encara tu proceder. No te embriagues de poder o te enfades de tu suerte; y, sobre todo, al perderte, hazlo por una mujer.

El sol genera energía que la madre tierra absorbe para fecundar el orbe. Espanta pensar que un día, al final de su agonía, estallará el sol, e inciertos cataclismos, desconciertos convertirán en detritos planetas y meteoritos. Es mejor creer en muertos.

Ese día de maravillas en un lóbrego pantano un árbol volaba ufano hasta que cayó hecho astillas. Entre sombras y a hurtadillas, el hada de la región, no encontrando explicación, de amigos buscó el consejo. —Es simple —dijo el conejo—; un árbol no es un avión.

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No sé si hay un camino que no tenga distancia, o si pierde fragancia una flor sin destino. No sé si soy divino porque siento el efecto del sencillo trayecto que recorre una cigua, o si es mi mente exigua que aspira a un Dios perfecto. Papá sabía de todo: el por qué de las brújulas, las palabras esdrújulas y los huesos del codo. Nadie encontraba el modo de ganarle, por ducho. Al hacha y al serrucho también les daba cupo. Lo que papá nunca supo fue que lo quise mucho.

Lo más que puede el doliente es a Dios pedir perdón, pues por más buena intención que tenga de ser prudente siempre se vuelve indolente cuando el placer apetece y de repente aparece la gran oportunidad de pecar a saciedad y gozar lo que se ofrece.

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L

Toda la vida, una historia novelada.

a novelística de Manuel Salvador Gautier se inspira en la historia dominicana. Ya en su primera novela “Tiempo para héroes” lo demostró, ahora en su segunda titulada “Toda la vida” se confirma. Esta última obra abarca en sentido lineal –es decir sin alternar con el espacio y tiempo- desde 1930 hasta principios de la década de los 90’s del siglo próximo pasado. Con aliento biográfico el protagonista es Manuel de Jesús Serra (Chuchú) nacido el 16 de agosto del 1930, fecha natalicia que le otorga una diáfana simbología por la coincidencia con el inicio de la tiranía trujillista. En esta novela predominantemente omnisciente Chuchú no se destaca en términos individuales dentro de los acontecimientos acaecidos en los hechos narrados y en los que participó, más bien los acontecimientos son los que influyen en él. Su bautismo político se inicia a los 16 años como consecuencia de los acontecimientos que abarcan desde las huelgas de las centrales azucareras dirigidas por Mauricio Báez, Hernando Hernández, Freddy Valdez, entre otros, en la región Este, hasta la entrada al país del Partido Socialista Popular con la “anuencia” del dictador. El joven se afilia en la “juventud democrática” en 1946 asumiendo conscientemente riesgos, con una posición ideológica definida y radical como todos los adolescentes que nacen bajo las cadenas de la tiranía y desean romperlas con la fuerza de la agitación, idealismo y juventud. El escenario de reclamos lo constituían mayormente los liceos, escuelas y la universidad estatal, que era la única. Su posición radical va variando en la medida que debe tomar decisiones cotidianas sin renunciar a sus ideales. Estos vuelven a renovarse en los acontecimientos de 1965 pero vuelven a chocar con la realidad de la

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derrota, la frustración y la corrupción gubernamental. El escenario de la novela se

desarrolla casi en su totalidad en la ciudad de Santo Domingo, donde se describen sectores como Gazcue, San Carlos, Ensanche Ozama, así como calles y avenidas como la entonces José Trujillo Valdez –hoy avenida Duarte- edificios como Morey, etc. De manera dispersa aparecen narrados lugares como Jarabacoa, La Romana, Santiago y Azua. He aquí una muestra descriptiva del río Ozama y el Puente Duarte durante la guerra civil de 1965: “Amaneció. Las aguas del río Ozama pasaban con la placidez de siempre arrastrando en su superficie acumulaciones flotantes de lilas, escabulleándose sin tropiezos por los distintos vericuetos del lecho rocoso...el puente parecía una trampa desolada, puesta ahí para tentar a los inconscientes...”(pág. 185) . Hay una frase en la obra que aparece bien dispersa pero recurrente (en las páginas 7, 78, 84, y 434) “como una perla en su concha” con sabor a predestinación, protección y resguardo del personaje principal, testigo y protagonista de una vida larga, Chuchú. Además de historia novelada tiene ribetes autobiográficos y por momentos parecen las memorias de alguien que quiso testimoniar los sinsabores y obstáculos de no haber podido materializar sus ideales inconclusos por la ineptitud de los diferentes regímenes políticos –incluyendo a los distintos gobiernos democráticos-que le tocó presenciar. Tiene esta obra el valor de expresar y renovar nuestra identidad nacional y nuestra memoria histórica, medular arma para enfrentar un mundo que todo lo mide por el valor monetario, mercantilista y eficientista, y que pretende dejar a un lado lo único que nos dejan a los países pobres: La memoria y el paisaje. 21


Por la unidad LATINOAMERICANA

¿Sueño o Realidad?

Dra. Bárbara Moreno García

L

Escritora dominicana radicada en Alemania

a corriente americanista existe tanto en la historia del pensamiento latinoamericano como en su literatura y sus antecedentes remontan a la época del venezolano Andrés Bello (17811865), otros precursores fueron: José Martí y José Enrique Rodó quienes también desarrollaron y ampliaron el concepto y, por supuesto, no olvidamos la figura gigante de Simón Bolívar quien ya aspiraba en el plano político a una Confederación entre los pueblos latinoamericanos. Desde diferentes ángulos y perspectivas otros literatos y pensadores que también han realizado su aporte en este sentido fueron: Eugenio María de Hostos, Domingo Moreno Jimenes y Pedro Henríquez Ureña, estos dos últimos dominicanos. ¿En qué consiste esta vertiente americanista? Todos estos autores latinoamericanos recién mencionados se acercaron a la historia, al pasado, a los valores propios de nuestro continente, buscando entendernos, definirnos como pueblo, como cultura y viendo nuestro destino y nuestro papel en el futuro. Por ejemplo, Andrés Bello en 1823 proclamó la independencia intelectual y literaria de Latinoamérica en la primera de sus

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Silvas Americanas. Así, nos invita a que abandonemos a Europa y elogiemos nuestra tierra a través del intrínseco valor de uno de sus frutos típicos cuyo tono y esplendor nos recuerda la riqueza del sol y su maravillosa reserva, alimento principal de nuestras antepasadas culturas: “Cantemos al maíz cuyo tesoro es lingote cabal en la mazorca,”. El cubano José Martí (1853-1895) declaró que Hispanoamérica tenía la esperanza y el deber de encontrarse a sí misma poéticamente. José Enrique Rodó (18711917) del Uruguay, en su célebre ensayo Ariel dirige su discurso a la juventud latinoamericana, estando convencido que ella era la encargada de forjar la sociedad futura que tendría como blanco el espíritu y la invita a seguir los caminos del Ariel que representa “la belleza, la inteligencia, la espiritualidad misma“. Domingo Moreno Jimenes nos dice que tenemos que buscar en nuestras propias raíces y leyendas, en nuestra propia mitología, no teniendo necesidad de ir a buscar hasta el clasicismo griego. En definitiva, podemos resumir sus ideas americanistas en tres: América es el lugar de la esperanza, América es la patria del espíritu, América es el puente entre dos civilizaciones. Antes de continuar es preciso aclarar que cuando Moreno habla de su América no se refiere a los Estados Unidos sino a la sociedad latinoamericana, aunque en una ocasión aclaró que le gustaría que la sociedad norteamericana se “reformara” Revista de Arte y Literatura


para incluirla también en su proyecto futuro, en la “Nueva América” que decía estaba “construyendo”. En cuanto a Pedro Henríquez Ureña se refirió, en varias ocasiones, a la unión necesaria de la “gran familia hispanoamericana”, proponía a América como, Continente de la Solidaridad, Magna Patria, por ello nos dice en Patria de la Justicia: “Si nuestra América no ha de ser sino una prolongación de Europa, si lo único que hacemos es ofrecer suelo nuevo a la explotación del hombre por el hombre (...) Si no nos decidimos a que ésta sea la tierra de promisión para la humanidad cansada de buscarla en todos los climas, no tenemos justificación.” El panamericanismo de Ureña se presenta como un proyecto abierto a la humanidad sin barreras de razas y claramente vinculado a un progreso solidario con justicia y orden social. Volviendo al tema de la unidad latinoamericana, nos encontramos que las ideas y escritos que favorecen esta unión han conocido sus altibajos, para muchos todavía es un sueño utópico, empero, para los que creemos que los grandes proyectos y las grandes obras fueron y son muchas veces primero un leve pensamiento antes de llegar a ser consistencia, sí creemos en la factibilidad de su realización y que en esta fusión puede llegar a ser un hecho concreto. No es un sueño imposible América Latina puede unirse y debe unirse, esto es algo realizable y esta idea necesitamos recrearla cada día, mantenerla viva, hasta hacerla factible. Sin embargo, estamos conscientes que todo ello debe ir de la mano a un interés por lograr también el bienestar de todos para que tenga sentido la Unión. Si este continente reúne las condiciones ideales que facilitarían una futura integración se debe, paradójicamente, a lo que ha surgido de su controversial historia. Me refiero a que, sin tratar de ignorar ni olvidar la parte trágica de su pasado – el choque violento entre europeos y americanos ya que la Conquista significó también mucho dolor, el aniquilamiento de las culturas precolombinas, de sus valores religiosos y políticos y de su Revista de Arte y Literatura

concepción del amor y de la belleza– sin embargo, debemos inscribir nuestras reivindicaciones y orientarnos hacia el futuro. Somos un conjunto vasto de naciones, con un rico patrimonio cultural de orígenes diversos, de culturas milenarias, autóctonas india y mestiza, así también como europea, africana y hemos tenido también acceso al legado grecolatino y a la cultura árabe y judía, creo que porque tenemos un poco de todas estas culturas es precisamente que somos más abiertos y tolerantes frente a lo diferente y extranjero. Como hace siglos estamos acostumbrados a confrontarnos con la diversidad nos sentimos cosmopolitas y ecuménicos. Sin embargo, estamos conscientes que todavía hay que seguir luchando contra el racismo, los prejuicios, la discriminación y la diferenciación, reivindicando la indianidad y la negritud

compartimos una lengua común constituye en definitiva el ingrediente más sólido y profundo de nuestra definición cultural que facilitaría la unión entre nuestros países, incluyendo también a Brasil, que aunque su lengua sea el portugués, la sentimos muy cerca ya que es también una lengua romance que logramos entender ya que alguno algunos se comunican en “portuñol”. La unión nos pondría en una situación de conjunto cultural más compacto, respecto a los otros grupos comunitarios que ya se han conformado. La lucha hoy no debe librarse entre la hispanidad y el indianismo, tenemos la necesidad histórica de unirnos a nivel geopolítico, visto la tendencia a formar bloques y frente a los nuevos desafíos que se podrían agudizar más en el futuro en un mundo que enfrenta la guerra, la inestabilidad y el terrorismo. De esa manera, estaríamos en mejores condiciones para vencer nuestras deficiencias internas y ser de hecho un factor de dinamismo frente a las disyuntivas o problemáticas de diferente orden y de alzarnos con voz única presentando nuestras ideas. Empero, es indispensable que en el plano político nuestros países estén encabezados por hombres y mujeres que de verdad les pero no en el marco del pasado sino en el importe el bienestar de todos y que estén contexto del futuro. Cuando afirmo que dispuestos a favorecer los proyectos en los latinoamericanos conformamos una beneficio de una mejoría de la calidad única familia o identidad es porque resulta de vida de la mayoría, que tengan la muy palpable ver cómo los habitantes de clara meta de luchar contra los grandes nuestros países nos parecemos en una monstruos que nos aquejan: el hambre, cultura que la sentimos como la misma. la miseria, la corrupción, la desigualdad Nos parecemos mucho, por social y de género, el analfabetismo y las ejemplo, en nuestra visión del mundo, en condiciones precarias de la Educación la manera de vivir, de amar, de reaccionar, y la Salud; son desafíos que nos deben de luchar, de convivir, de vestirnos, de importar a todos. celebrar y de profesar nuestra fe. En Creo que la Comunidad este contexto suenan muy válidas las Latinoamericana como proyecto consideraciones de Pedro Henríquez viable augura un futuro prometedor Ureña cuando afirma: “La unidad de y aunque enfrente dificultades sólo su historia, la unidad de propósito en la tendrá razones para que triunfe dado vida política y en la intelectual, hacen de las condiciones privilegiadas a las que nuestra América una entidad, una magna hemos hecho referencia. Si a nosotros patria, agrupación de pueblos, destinados nos acerca la historia, la lengua común a unirse cada día más y más” (La Utopía y la misma identidad y cultura porqué de América). no convencernos entonces de que sí Además el hecho de que funcionará una unión en los planos 23


energéticos, políticos, comerciales e infraestructurales. Hace algunos años se han dado los primeros pasos hacia la unidad económica y política. Se ha creado el Mercado Común Andino, el Mercado del Cono Sur y el Mercado Común Centroamericano. Argentina y Brasil iniciaron un proceso de profunda integración económica al firmar un Tratado en 1986 y en 1988 de Integración, Cooperación y Desarrollo que más adelante fue extendido a Uruguay y Paraguay. Así también en Marzo del 1991 fue ratificado Mercosur (Mercado Común del Sur), un Acuerdo en el cual se establecía que a partir del 31 de diciembre de 1994 no habría más fronteras económicas entre estos cuatro países. En cuanto a Chile, sabemos que firmó un mutuo Acuerdo en 1990 con los Estados Unidos y México para liberalizar los intercambios mutuos y en 1991 fue incluido Venezuela. Además en 1991 fue firmado el Convenio de Caracas entre los presidentes de los países andinos: Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela y de esa manera fue sellado la completa unión entre los cinco países del Pacto Andino. No debemos olvidar que desde 1986 el Caribe ha realizado también pasos concretos en ese sentido con la creación de Caricom, una unión económica entre los países caribeños. A partir de 1980 se despertó un cierto interés comunitario para América Latina, al cual han contribuido también diversos acontecimientos: el retorno generalizado de regímenes democráticos en numerosos países latinoamericanos (el ciclo de dictaduras militares estando en retroceso). Estamos convencidos que esta nueva actitud o coyuntura histórica debe ser aprovechada para dar el salto definitivo en pos de la unión y de elaborar estructuras comunitarias. Aunque todavía todo es muy reciente, miramos con ojos optimistas todos los pasos que se están dando en favor del proceso de integración que está atravesando América Latina. Me refiero a los dos encuentros recién realizados en Cochabamba (Bolivia): la Cumbre Sudamericana de Naciones (8 y 9 de 24

diciembre de 2006) y la Cumbre Social por la Integración de los Pueblos (del 6 al 9 de diciembre). El presidente de Bolivia, Evo Morales, ofreció su propuesta de integración, los Tratados Comerciales de los Pueblos(TCP) en oposición a los bilaterales Tratado de Libre Comercio (TLC) propuesto por los Estados Unidos. O sea, la Comunidad es una propuesta no sólo en el plano comercial sino también en lo político, social, de energía y de infraestructura. Otro paso importante en favor de la unión ocurrió en el 2006 cuando los Presidentes de Bolivia, Venezuela y Cuba firmaron en la Habana el llamado “Pacto Comercial de los pueblos“ y ello como contraataque frente al Imperialismo tal y como lo expresara el jefe de estado venezolano Hugo Chávez. En esta misma línea de pensamiento deben entenderse las aspiraciones del Dr. Guillermo Moreno en la República Dominicana quien se une a esta nueva corriente política latinoamericana de acercamiento entre los pueblos y de interés mostrado por satisfacer las aspiraciones fundamentales de las grandes mayorías. El conocido profesor y abogado ha convocado recientemente a forjar una Alianza País dirigiéndose a todos los dominicanos interesados en cambiar el rumbo de la política nacional, teniendo como meta lograr “una patria más justa, democrática, solidaria y participativa en donde el estado garantice la calidad de la Educación para todos, el derecho a la Salud, así como el apoyo a la producción nacional como ejes fundamentales para el desarrollo económico-social y sustentable”. Y es que en los últimos 42 años se ha ejercido una política a espaldas de la mayoría y siguen sin resolver los problemas que aquejan a las grandes masas desposeídas. Así también en su programa insiste en “prevenir y castigar el delito común, la corrupción y el narcotráfico, grandes males de los que adolece la sociedad dominicana y desarrollar una cultura de respeto a la ley y en contra del clientelismo”, una propuesta que busca además impulsar el desarrollo de fuentes alternativas de energía y proteger la

ecología nacional. Apoyamos esta nueva opción tan prometedora y adecuada ya que la Alianza País es un espacio amplio y plural, independiente y convergente, que busca agrupar a los diferentes sectores del país con el objetivo de constituirse en una opción política real, asumir el poder del estado y resolver las grandes tareas que amerita el país. La apoyamos también porque tiene claro sus objetivos de trabajo y la impulsan principios de moral y justicia social, base sobre la cual se fundará su programa de acción. ¡¡¡Adelante dominicanos, unete convencido a la alianza país que se nos presenta ya como una vía concreta y limpia para salvar a la patria!!! La palabra Identidad es una idea en estrecha relación con el futuro, siendo la Integración el fundamento de la unión multirracial que a todos nosotros indios, árabes, negros, blancos, asiáticos y mestizos deberá unirnos, complementarnos, armonizarnos. No importa la religión, el origen o el aspecto físico, confrontamos todos el mismo desafío de ser Hombres y en este vínculo esencial es en el que debemos enfatizar para robustecernos, mejorarnos, comprendernos, tolerarnos, protegernos. “En Oriente nació el mundo, en el Occidente se contorsionó el mundo y en América se coordinará el mundo” evoco estas palabras de Domingo Moreno Jimenes y nace entonces la interrogante: ¿No cumplirá América su rol de coordinadora mejor si se encuentra unida a través de una Comunidad Latinoamericana? Confiamos en que este desafío histórico que consiste en viabilizar, concretizar, posibilitar la Unión Latinoamericana sea una realidad. Todo no se ha conseguido todavía pero necesitamos ser muy tercos hasta alcanzar la alta meta propuesta, todo esta en seguir, seguir y continuar. No se trata de un sueño, este proyecto común puede ser realidad ya, adelante hermanos latinos, luchemos por una América Latina Unida porque UNIDA JAMÁS SERÁ VENCIDA! Revista de Arte y Literatura


La nueva creación poética de

Fausto A. Leonardo Henríquez

Nació en La Vega, Rep.Dominicana, el 20 de noviembre de 1966. Pbro. de la Congregación de la Misión. Poesía: CLARIDADES, 1994; SUCESIONES, 1995; LA SEDUCCIÓN DEL AIRE, 1999; LA OTRA LATITUD, 1999; y MUESTRA POÉTICA, 2002; ANTOLOGÍA MAYOR DEL MOVIMIENTO INTERIORISTA, 2007. Fundador y Editor de la revista CriticArte. Miembro Titular y Dirigente del Movimiento Interiorista de cuya Comisión Intelectual forma parte. Fue columnista de opinión por diez años de La Prensa hondureña. Fundador de un grupo de creación literaria por internet, elfausto@yahoogroup.com Antologado en Juego de Imágenes, de Frank Martínez, Isla Negra Editores, 1995; La Creación Interiorista 1997; El Interiorismo 2001, El Ideal Interior 2005; Poesía Mística del Interiorismo, 2007, de Bruno Rosario Candelier, Rep. Dom.

La tina

He vuelto a la tina, ubre del campo. Un niño en mitad de la vida mira surtir de la peña el cielo. Tina pensativa, savia sin tiempo, abrevadero de calma, sin rencor, recibe a otros niños, hamaqueados por los árboles. La tina crece, se empeña en nacer, se hinchan sus senos. Los niños sacan transparencia de la tierra. Sus voces manan. Risas sin edad hacen al mundo inocente. Tina, quedaste con sed por dar de beber al sol, al asno, a la jaiba, al hombre. Aún manas sudor. Anciano es tu fluir. Generaciones muertas se sumergen en tu único ojo. ¿Qué tiene tu agua, tina, que hasta las hojas vuelan hasta tu frente? Los niños sacan a cacitos la vida inagotable. La única fuente que me salva es esta tina, boca de la peña, que aún mana en mi niñez. Revista de Arte y Literatura

Hora profunda Es profunda la hora. Presiento el Zorzal, mudo en la luz, a la espera de un ángel. El resto del día es ya cadáver, pasto de almas que abrevan en el último charco de sol. Es el aire un niño transparente, tina que sangra pureza, peña que mana edades allende el Lecteo. Descalza la palmera sube al cielo. La tarde se fue, y la lluvia.

El regreso de los zorzales

Has vuelto de la nada, Zorzal, al amanecer, con las luces cómplices de la ciudad. De rama en rama fuiste penetrando los contornos, secretamente, con timidez de ángel que no sabe estar en la tierra porque sus alas le tiemblan. ¿Por qué llegas de puntillas a estas horas de la madrugada? Dime, ¿qué te mueve venir a salmodiar en las frondas colindantes de la noche? Vienes a sembrar angustia en mi casa, a despertar un ansia insaciable de poseer tu reino. Te haces pequeño, Zorzal, invisible y me provocas, me torturan las llamas de tu buche en celos. Tu lira suena pura antes del amanecer, resguardas la flor de tu pico. En tu voz traes a todos los zorzales, la inmensidad del cielo, el abrazo del agua, de la luna niña. ¿Quién te llora en la penumbra? Los follajes embelesados y quietos. ¿Quién te besa la frente? Un hombre despierto, con vida en los ojos.

Sepultura

Me duele el hombre, su mirada caída, su voz sin asta, su noche deslunada. Niños taladrados, montañas

de

vergüenza, me duelen. Las urbes, las bocas como tumbas, me duelen; y las mujeres cortadas en flor, me duelen, me vuelven semilla. En la herida de los pobres entiérrenme, en el cementerio de sus lágrimas planten una cruz. Sube a mis hombros, apóyate en la columna que sostiene la noche, reposa.

Noche

Vuelo de la noche. Perdido arriba del mar, abiertas las alas, alto vértigo, extroyección cósmica, luz abierta en lo profundo. Ronca mi cuerpo, hendido por el viento. Gruñe la oscuridad, flamea el abismo, boca tánata de íncubos sin rostro. ¿Adónde me llevas, noche? En tus ancas recorro fauces, espacio indescifrable, huecos llenos de cielo, impalpables máscara yacentes en la abierta negrura. ¿Qué soy entre cielo y tierra? ¿Qué tierra soy o qué cielo? Sueño en línea recta. Un territorio nuevo es mi mente, antiguo reino encriptado en la bóveda de la memoria. 25


El zumbido del tiempo sepulta el cadáver, pájaro que traga insomnios. La aurora se postra frente a la verdad epifánica del rey boreal.

El pobre pescador de Pierre Puvis de Chavannes

Te niega su brazo el mar, y su abrazo. El viento apagó las emociones de la

Por Fausto Leonardo Henríquez

Dura pobreza golpea tu sangre, tu indefensa mansedumbre.

Oh cuna sin vida, mar sin cielo, reino de la tierra, madera y agua, ¿por qué no levantas la vista? ¿Por qué no te conmueve el clamor de esos brazos deprimidos? La pobreza se ha petrificado en el piel del mar, y la angustia es un mástil caído, lazo enrollado al desgaire de la ociosidad. Mar, madre, no me niegues la escama, las tráqueas. Préstame a las Nereidas, a Éolo para resucitar de esta herida que se llama pobreza.

La poesía de Teodoro Rubio

Teodoro Rubio es el autor del poemario “La fría desnudez del calendario”. Adonais. Ed. Rialp, S.A., Madrid, 2001. Este poemario es único y hay en él una fuerte dosis de humanidad, emoción y belleza. Pocas veces he leído una poesía que denomino vital. En los versos de Rubio confluyen la memoria, el tiempo y logra comunicar sus vivencias o su experiencia emocional -a veces desgarradora- con imágenes vitalistas. Porque canta lo humano se hace grande su poesía. Con un tono sereno, diáfano, sincero, el poeta te hace cómplice de sus versos. La poesía de Rubio tiene lo que tiene la poesía de los maestros de la lírica española. Si me equivoco en este juicio, admito que es posible, será por un margen muy corto. La estética de Rubio se desmarca de la estética de la Poesía de la Experiencia, cuyo canto consiste en narrar la vida misma, “literalmente”, al decir de Olvido García Valdés, para posicionarse en la Poética Interior. Si los poetas de la experiencia -como Luis García Montero- cantan el acontecer cotidiano, los poetas interioristas cantan lo que acontece en su interior, aquellas verdades profundas y trascendentes. La Poética Interior, puede decirse con certeza, tiene en Teodoro Rubio a uno de sus propulsores más genuinos. Hay 26

costa. No hay para ti, Pescador, más que un remo flaco y enjuto, como una costilla descarnada. El asta del mástil cuelga tu miseria, tu rostro de Cristo coronado que, frente al madero, abatido por los azotes, esperas que el hambre te cuelgue. La tristeza del agua es una llaga que supura desolación. Lástima encarnada, devora la orilla. Tumba la concha, el hueco de la barca, segura fauce de tu agonía.

que seguir muy de cerca a este poeta porque su poesía está entre lo mejor de su generación. Para muestra, un botón: SÍLABAS DE NIEVE: Cuando el aire desliza los contornos azules de la mar en cada impulso de su voz quebrantada por el eco, cuando el agua redime con sus olas la cintura de arena y desvanece la longitud de amor en sus orillas, me abandono en los brazos imperfectos de la tarde, sintiéndome pequeño como un ave que asciende la montaña graznando la tristeza de los días. Girando como un aspa de molino se consumen las horas, mientras sueño volar con la destreza de los pájaros y fundirme en el sol, entre sus pétalos de luz, desvanecerme en el silencio del bosque, entre los nervios de las hojas y ser la claridad en los temblores de las nubes que apagan las auroras. II ¿Y cuánta soledad tendrá la noche si sigues ocultando tus reflejos en esta densa bruma

que envejece la vida sin apenas respirarla? No negaré tu luz porque tuve cegado el corazón con tanto brillo. Sé que escribes con sílabas de nieve nuestro nombre, y tus pasos son fragmentos de un puzzle en el abismo

del otoño cuando todas las piezas se confunden y se vuelan al roce de la brisa sin poder descifrar tu paraíso. Pero vienes y vas por los caminos cosechando la mies, pluscuanperfecto de amor en tus alforjas invisibles y dejando destellos tan fugaces que parece la noche mansamente mis pasos sobre el mundo. Mientras vivo sintiéndote pequeño como el pájaro graznando la tristeza de los días. Revista de Arte y Literatura


Las Aristas de la (i)realidad Aurelio Manuel Polanco

Ganador del Concurso de Cuentos Alianza Cibaeña 2008

Aurelio Manuel Polanco Marte es el ganador del XII Concurso de Cuento Alianza Cibaeña (2008), con el libro Las aristas de la (i)realidad, al cual pertenecen estos cuentos. Es santiaguero, Licenciado en sicología (2002) y ganador del Premio de Ensayo del XI Concurso de la Alianza Cibaeña. La cuarta dimensión Donde hubo mar, lavan piscinas Donde hubo bar, sólo verjas Donde hubo multitudes, calles vacías Luis Días

Es el carro donde vas sentado. Es el chofer, con su prisa. El calor, con su grito de ambulancia. El sopor de las tres de la tarde devorándote los huesos lentamente, con sigilo. Piensas que, de ir más rápido, quizá podrían entrar, de repente, a la cuarta dimensión de la materia. Te la imaginas como un mundo igual a éste, pero sin nadie, sin nada. Imaginas tanto que te olvidas de que estás imaginando y en tu olvido vuelves a imaginar que estás ya en ese espacio desolado que llamas cuarta dimensión. No hay nadie, en efecto, el sol lo ilumina todo, pero de una forma muy elegante. No hace calor, el asfalto parece asfalto, pero hay algo más que no puedes expresar y que lo aprecias también en las paredes, en los postes del tendido eléctrico, en las chatarras detenidas en la acera. Digamos que sientes como si existieran de verdad. No es que te vayan de repente a hablar, no sientes eso. Es como si esos objetos inanimados fueran los verdaderos habitantes de este espacio en el que te sientes extrañamente fascinado. Piensas que eres la primera persona que ha penetrado hasta aquí, pero no puedes asegurarlo, porque ni siquiera sabes que estás aquí, no logras verte. Está sólo tu mirada, mirando, pero no hay nada más que se refiera a ti. Si volteas a constatar Revista de Arte y Literatura

tu existencia, vuelves a ver el asfalto que parece asfalto, los árboles que parecen árboles, pero que, al mismo tiempo, tu sabes, como que no lo parecen. De manera que oficialmente no existes, al menos en este mundo, en este universo cerrado, en esta cuarta dimensión en la que pensabas cuando ocurrió aquello de lo que no te enteraste por estar pensando en lugares imposibles. Aunque, en cierto modo, digamos que hiciste posible lo imposible, porque evidentemente el chofer pudo ir más rápido y de repente… de repente, pasaste a un mundo igual a este, pero sin nada, sin nadie: sin nadie vivo. Extraña gramática de la era En la página 49 de los Discursos de José Martí; una edición viejísima tipo bolsillo encuadernada en tela roja, alguien, quizá yo, encuentra un pequeño trozo de papel que parece ser una carta. Está amarillenta, por el paso de los años, es obvio. La caligrafía es precisa, clara, un poco inclinada a la izquierda, la tinta es azul. No está fechada, tal vez por la prisa del remitente o simplemente por descuido o porque talvez hacía un calor terrible y nadie piensa en detalles insignificantes cuando hace calor. El texto es el siguiente: Gobaira:Para saludarte y decirte que deseo me prepares para hoy mismo un discurso para pronunciarlo mi amigo Pichón Rodríguez el día 21 del corriente, quien está comisionado por la Junta Central del Partido Dominicano en esta ciudad para hablar en nombre del partido. El tópico del discurso trata sobre el sentenario [sic] de la urbanización de Guayubín, puente sobre el Yaque en esta ciudad y ratificar nuestra lealtad a TRUJILLO EL GRANDE. Y las dos avenidas que llevan por nombre Emilio Z. Mayer, gran munícipe que quiso con delirio a este pueblo, donde amasó su gran fortuna. La otra avenida se titula Presidente Trujillo. Sin otro particular, [Aquí la firma]

Algunas interrogantes: ¿Escribiría ese Gobaira el solicitado discurso? Y si lo escribió: ¿Estaría Pichón Rodríguez a la altura del texto escrito? Si no lo escribió: ¿Por qué lo hizo? ¿Por miedo, acaso? ¿Falta de tiempo, de tinta, de inspiración? ¿La carta no habla de honorarios? Suponiendo que sí lo escribiera: ¿Se identificaba Gobaira con Trujillo el Grande? ¿Se refleja esa admiración en el discurso escrito? ¿O no lo admiraba pero había que escribir? ¿Será que le debía un gran favor al solicitante? ¿O será que Gobaira era un gran orador y/o escritor de discursos? ¿Se ufanaría de ello? En definitiva, ¿por qué mi abuelo no escribió él ese discurso y por qué incurrió en tantas incorrecciones gramaticales en un texto tan corto? ¿O no lo escribió? Si fue así, ¿quién lo escribiría? ¿Gobaira, acaso? ¿Para que se escribiría Gobaira una nota a si mismo? ¿Para congraciarse con quién? ¿Con su ego? ¿Para salir de la 40? Y si no la escribió mi abuelo: ¿Cómo llegó esa carta a sus manos? ¿Por qué lleva su letra? ¿Quién fue Gobaira? ¿Mi abuelo? ¿Su alter ego? ¿Yo, acaso? ¿Dónde diablos fue a parar la fortuna de Emilio Z. Mayer? Tragedia casi griega Electra: ¡Oh hermano! Todo lo que te plazca me placerá igualmente, porque recibo de ti y no de mí misma la dicha de que gozo. Sófocles

Clitemnestra es tan, pero tan intolerante, que no sabe apreciar el gran poder del amor ni siquiera cuando lo tiene ante sus ojos. Se refugia en su rabia ancestral. Se encarama en su orgullo y lanza diatribas interminables contra todo y contra todos. Ahí se incluye a su hija Electra: joven, soltera, bella y embarazada y, por lo tanto, no exenta del amargo genio de su madre. Recuerdo el día en el que Electra llegó bañada en lágrimas a su casa, con la noticia (infausta, 27


según el dictamen de su progenitora) de que en su vientre llevaba una señal de los dioses, una extensión de su sangre. Ni siquiera el oráculo pudo prever la sarta de imprecaciones que la madre arrojó contra su hija, ahora herida por el rayo de la furia. Clitemnestra juró hasta por Plutón que ese bastardo no nacería mientras ella viviera; rasgó sus vestiduras, golpeó a su hija interminablemente, pero esta no se doblegó. Recibió esos golpes con temple estoico, mientras protegía su vientre y no dejaba de pensar: es fruto del amor. Yo viví todo eso, lo sufrí palmo a palmo, pero mis palabras, como la cólera de Aquiles, son secretas: yo soy Orestes, el padre de ese niño y no me alegra decir que Clitemnestra también es mi madre.

estoy cansando. Ella no cede y derrama dos lagrimas, pero no estoy fumando. Me dice que es el tedio. Yo le hablo, entonces de la posibilidad de una vida de lujo, lejos los dos del mundanal espanto de la noche. Ella me dice que ya basta de metáforas (se está poniendo la ropa lentamente). Yo insisto, imperturbable, y enciendo otro. Ella llora sin reparos. Ahora amenaza con marcharse. Yo le hablo de tigres y de espejos y de Borges. Ella no dice nada. Ahora comprendo y entonces lloro con el humo y me levanto y arrojo el cenicero contra un montón de estrellas apiladas. Ambos sonreímos.

Metáfora del hombre herido

Su larga espalda, su tersa piel, su aliento de otro mundo, sus nalgas y caderas infinitas, su pubis en llamas, su pelo negro, su inquietante caminar que nunca acaba. Esa extraña manera de pasar entre nosotros sin mirarnos. Y pensamos: Quien la toque un segundo, morirá. Quien la mire de frente y se atreva a respirar, morirá. Quien siquiera imagine su intocable sexo tibio, chamuscado ha de quedar en las brasas abruptas del infierno. Pero es un hecho que morirá feliz. Nadie lo duda. Pero nadie, también, se atreve a cruzar el insalvable abismo que hay entre su mundo y el nuestro. Y esperamos: inútilmente,

Mi alma no está en un cenicero José Lezama Lima

Ella me dice que el cigarrillo va a acabar con mis pulmones. Yo le respondo que el aire es azul y caminan despacio los camellos. Ella derrama una lágrima y dice que es el humo. Yo alabo detenidamente sus cabellos negros y finjo descansar. Ella se levanta y estira los brazos, diciendo que ya no puede más. Que no lo soporta. Yo le hablo de Sartre (aunque no lo he leído) y la invito a acostarse. También yo me

hay que decirlo, pero es el único recurso que nos va quedando. Y ella ahora se marcha, ya dobla la esquina, el aire se paraliza, nadie dice nada, nuestro morbo suburbano es ahora candela pura. Algún temerario, apostando a la muerte, logra hilvanar una frase inteligible, pero ella nunca escucha. La frase, (el requiebro, la casi súplica, el grito desesperado, la impotencia hecha palabras) es siempre la misma: Ahí va ella, toda ella…

Toda ella No la miren ahora, que ahora mira. Luis Rafael Sánchez

La última evocación

Néstor Medrano

Ganador del Premio de Poesía Alianza Cibaeña 2008

El autor es ganador del Premio de poesía de la Alianza Cibaeña 2008 y en la categoría de cuentos fue ganador de una Mención, con el libro que incluye La última evocación. Nadie, a propósito, es dueño de su destino. A. Bunsburry

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Nunca, como en ese momento, deseó tenerla tan cerca. Un viento frío de nostalgia y evocación se metió primero en su estómago y luego en sus entrañas. De repente su mente quedó despejada: la necesitaba a su lado. Sólo para amortiguar el vacío y las brumas de esos últimos 80 segundos. ¿Por qué ahora? ¿Para qué la necesitaba en un momento tan crucial en su vida? Era una locura. Más de 25 años respirando su transpiración medicamentosa, contemplando su rostro señorial y escuchando las insufribles

tonadas de sus ataques de tos en la madrugada, casi sufriendo un suplicio que sólo las escapadas milagrosas a los recintos prostibularios de ocasión amortiguaban. Ella, su esposa, una de esas mujeres que en la juventud gastó su belleza y su vanidad en complacerlo en todos los caprichos y que, posteriormente, cuando el paso del tiempo dejó marcados estragos en su piel y en su espíritu, la calle, la vida alegre y las mujeres fáciles, fueron el precio que con su hombría imponente, pagó el inefable Federico Navarro. Revista de Arte y Literatura


Se convirtió en un hombre de la calle. En las noches, específicamente los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábados, salía en su automóvil Lincoln negro y rechinaba los neumáticos, quemando el asfalto de las avenidas nocturnas y penetrando en los barrios céntricos de la ciudad, donde las mujeres, rebosantes y hermosas, feas, raquíticas o escuálidas- no había distinción- lo esperaban para, sin muchos ruegos ni esfuerzos superfluos, abrir sus piernas y darle, a cambio de buenos fajos de billetes, los placeres que ya no encontraba en el hogar. Esa rutina, como se dijo, consagrada de lunes a sábado, era suficiente, pues los domingos estaban destinados a vomitar durante horas y a tratar de librarse de las resacas faraónicas que le cuarteaban la cabeza. A pesar de su ingratitud en el hogar, odiaba a doña Miosotis Merejo de Navarro, su esposa, porque nunca pudo darle un hijo, aunque doscientos quince ginecólogos, refrendaron en todos esos años de búsqueda infructuosa que ella se encontraba en perfectas condiciones para la concepción. Permaneció atado al lazo matrimonial porque convenía a sus sagrados principios éticos y morales. En los minutos que pasaba en la casa la ignoraba. Sólo intercambiaba las palabras elementales y en una de esas madrugadas de domingo llegó a desear que un acceso de tos se la llevara definitivamente del mundo. Ella nunca lo entendió ni entendió su actitud. No podía asimilar que él, que había desplegado esfuerzos inauditos para que la encumbrada familia de ella lo aceptara y aceptara que la hija unigénita se marchara vestida de mujer en sus brazos, tantos años después la rechazara con tal fiereza. Ella se mantenía tranquila. Recibía en la casa a sus amigas de la alta sociedad a quienes atendía por su incondicional apoyo en las buenas y en las malas: “Miosotis, yo no quiero intranquilizarte, pero Polanco, el mecánico de Arturo, me dijo que vio a tu marido borracho, como con quince mujeres en el Malecón.” le decía Juana Aquelarre, una de sus más íntimas amigas, tan sincera y celosa de los engaños contra sus seres queridos. “Ay, pero Dios mío, lo levantaron de entre un charco de vómito Revista de Arte y Literatura

y mierda, el muy asqueroso amaneció como un perro con el carro atravesado en el bulevar de la 27”, le recitaba Jacinta Paniatowska, sin el deseo de sembrar la discordia en el corazón abrumado de Miosotis Merejo. Ella, con sus ataques de tos no había dejado de fumar nunca, y a veces, con el pretexto de cambiar las zapatillas, subía hasta su alcoba y lloraba, luego señalaba que el humo le irritaba los ojos. A Federico Navarro le importaba poco el sufrimiento de su esposa. Tampoco le interesaba guardar las formas frente a la sociedad, porque consideraba que en su seno reposaba como en ningún otro lugar, la tara de la hipocresía.

la evocó sorprendido, le hacía falta, por primera vez en la vida, transpirar su aliento alcanforado. Los 80 segundos transcurrieron. Miosotis no estaría junto a él. Las cosas se nublaron, se hacían espesas a sus ojos. Fue cuando la llamó. Desvalida, humillada y olvidada siempre. Mi Miosotis. Nunca como en ese momento deseó tenerla tan cerca, era un momento crucial en su vida. Deseó con todas las fuerzas de sus pulmones tenerla a su lado para pedirle perdón, para decirle que había sido un canalla, para reconocer ante ella su mezquindad. La imaginaba. Seguro estaba en la casa, sentada leyendo el libro de los salmos en silencio y reflexión. Sus ojos se apagaban. Oscurecía. Reporte policial

Sabía llegar a las fiestas de los clubes exclusivos de la calle San Agustín y romper la melancólica monotonía en los conversatorios sostenidos por los ejecutivos de importantes corporaciones, con los chillidos y vociferaciones vulgares de las mujeres pornográficas de las que se hacía acompañar y, en ese plano, armaba los más sonados escándalos que eran el festín de los diarios y medios de comunicación presentes. Muy tarde Federico Navarro comprendió que su esposa, lejos de ser una mujer anodina y sin carácter, poseía una fortaleza única. Había sobrevivido a él. Con estoicismo, en silencio; sin romper un solo plato. No supo qué hacer: no tenía calidad moral ni siquiera para desear que en ese momento estuviera presente: pero

El empresario Federico Navarro fue encontrado muerto en una de las habitaciones del hotel Cuasimodo Imperial, ubicado en las afueras de la ciudad de San Agustín del Río. Al momento del hallazgo del cadáver los agentes de la Policía Nacional que patrullaban la zona en su rutina nocturna, informaron que junto a él había una botella de ron semivacía, una cajetilla de cigarrillos Marlboro sin abrir y varias monedas de cinco y un pesos. La Oficina Nacional de Patología Forense, previo informe del Departamento de Balística, manifestó que el nombrado murió de inmediato por el impacto de un disparo en el pecho, que atravesó su corazón y dañó otros órganos vitales. El arma utilizada corresponde a un revólver calibre 38, que había sido robado a un oficial de la Marina por la conocida como Juana La Treceojos, quien fue detenida luego de haber confesado la comisión del crimen por razones pasionales. Sin mayores ponderaciones, por la contundencia de los resultados de la indagatoria, esta comisión sugiere traducir a la acción de la justicia a la inculpada, atendiendo su naturaleza reincidente con amantes que siempre resultan ser hombres ricos o políticos reconocidos.

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Por Fior D’aliza Taveras

EL II FESTIVAL DE CINE FUNGLODE En la jornada se realizaron paneles con importantes temas relacionados con el celuloide

ACROARTE Y EL CENTRO LEON SE UNEN La firma fue una iniciativa de la gestión de la periodista Marivell Contreras, presidenta de los acroartistas

Con el objetivo de aunar esfuerzos a favor del arte criollo, la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) y el Centro cultural Eduardo León Jimenes firmaron un acuerdo de colaboración para el diseño de proyectos y actividades. La firma rubricada por los directivos de las dos entidades, Marivell Contreras y Rafael Emilio Yunén, destacaron los beneficios del convenio, tanto para el arte como para los periodistas especializados en arte, en un período establecido de tres años. La alianza se enmarcó dentro de un encuentro ofrecido por la entidad cultural a los acroartistas en las instalaciones del Centro León, el cual incluyó un inolvidable recorrido por las salas de exposiciones de la muestra Signos de Identidad, guiado por los expertos José Fernández Pequeño, Carlos Andújar, Pedro Vega e Ia Estrella. El encuentro concluyó con una exquisita cena y un concierto a cargo de Samuel González y Karen Rodríguez en Vivo Café, quienes deleitaron a los presentes con selectos boleros que han marcado generaciones. 30

RUMBO AL CONGRESO DE BOLERO CON VIVO CAFE El concierto fue un preámbulo del Congreso del Bolero a celebrarse en el mes de abril en el Centro León Los cantantes Samuel González y Karen Rodríguez, deleitaron a toda la concurrencia que asistió a la noche de boleros, en el mágico espacio del Centro León denominado Vivo Café. Un concierto de canciones que marcaron épocas de oro en el género musical, fueron interpretadas por los jóvenes artistas, quienes lograron revivir viejas emociones en temas como Para decir adiós, Arena del desierto, Teatro, Que alguien me diga, Magia, Esta calle al final y otras tantas que demostraron la calidad interpretativa de ambos. Tanto Samuel González como Karen Rodríguez se hicieron acompañar de una banda de grandiosos músicos -que integran la orquesta del interprete de guiriguiri- integrada por Víctor Acosta, David Holguín, Francis Acosta, Tity Saleta y los jóvenes maestros Miguel Andrés Batista y Patricio Bonilla. El Centro León se apresta para la celebración del Congreso Música, Identidad y Cultura en el Caribe, los días 17, 18 y 19 del mes de abril del presente año, con el tema “El Bolero en la Cultura Caribeña y su Proyecto Universal”, con la participación de especialistas en el área musical del género. El centro León es una entidad que tiene como propósito la gestión de un espacio público para suscitar un amplia participación de la población en la construcción colectiva del patrimonio, la promoción y la difusión de manifestaciones culturales del país y el Caribe.

Con un total de 36 largometrajes de ficción y documentales fueron exhibidos por el II Festival de Cine Global Dominicano, el cual se desarrolló con gran éxito - de manera simultanea - en las ciudades de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata, Higuey y Nagua. La actividad cinematográfica bajo el lema “Temas Globales, Historias Personales, fue una iniciativa de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y reunió a lo mejor del cine internacional en suelo dominicano, ofreciendo oportunidades de aprendizaje, formación profesional y creación de redes tanto para el público como para los profesionales de la industria. Los filmes que se proyectaron en la Ciudad Corazón en el Auditorio del CURSAUASD fueron “El Capitán Abu Raed”, el cual aperturó el certamen y contó con la presencia de la actriz protagonista, Rana Sultán. Esta película es la primera dentro del cine independiente, que se produce en ese lejano país en los últimos 50 años, con un bajo presupuesto y una gran historia. La producción ha sido premiada en distintos festivales del mundo. Otras películas fueron Guerra Danza; La Zona, Sleep Daler, The Wave, I am Becauce We Are, Youn Heart y La Ceguera inspirada en el best seller del premio Nóbel, José Saramago, así como paneles sobre “Estrellas Dominicanas en el Firmamento Internacional”, “Cómo hacer películas que trasciendan” y “Escritura creativa: del libro al guión”, entre otras. Revista de Arte y Literatura


ALIANZA CIBAEÑA ENTREGA PREMIOS A GANADORES CONCURSO LITERARIO

El certamen fue patrocinado por la Secretaría de Estado de Cultura

La centenaria sociedad cultural Alianza Cibaeña entregó los premios correspondientes al Concurso Nacional de Cuento, Poesía y Ensayo, acto en que resultaron ganadores Aurelio Manuel Polanco, Néstor Medrano y Lilian Soribel Carrasco. En el reglón Ensayo con un único premio se alzó Lilian Soribel bajo el seudónimo “Canelia” y la obra “Los Caribes, pasado y presente de una cultura”; la ganadora recibió un diploma y una dotación económica de 50 mil pesos. En esa categoría recibió Mención de Honor, Francis Tomás con el trabajo “Pensar a contra corrientes en el final del Unilateralismo” El jurado seleccionador fue integrado por Carlos Fernández Rocha, Rafael D. Herrera y Minerva Calderón. En el acto celebrado en la legendaria institución cultural se entregó el premio único en el renglón Cuento a Aurelio Polanco Marte, con su obra “Las aristas de la (i) realidad”. El autor se identificó con el seudónimo “Némesis” y recibió su diploma y premio en metálico de 50 mil pesos. El jurado de esta categoría lo integraron Luis Martín Gómez, Luis Beiro y

Rosa Julia Vargas, editora de la revista cultural Mythos, quienes decidieron entregar Menciones de Honor a los periodistas Nestor Medrano, Lissette Rojas y José Martín Paulino. En la categoría Poesía resultó ganador el redactor del Listín Diario, Néstor Medrano con la obra “Escritos con Agua de Lluvia”. El escritor que se identificó como ´Pierre J. Merck, recibió un diploma y una dotación de 50 mil pesos. También se entregaron Mención de Honor a Gerardo –El CuervoMercedes y Randolfo Ariostto. El jurado lo integraron Pedro Antonio Valdez, Basilio Belliard y Taty Hernández. El presidente de la Alianza Cibaeña, Jhonny Guerrero agradeció el respaldo de la Secretaría de Estado de Cultura en la persona de Enegildo Peña, para la celebración del certamen literario.

ENTREGAN PREMIOS CONCURSO DE FOTOGRAFIA APECO

Erminio Alberty y Enegildo Peña

El poeta Enegildo Peña entregó un reconocimiento al maestro del blanco y negro en reconocimiento a su 75 aniversario de nacimiento y significativos aportes a las fotografía dominicana, la Subsecretaría de Estado de Cultura premió a los ganadores del Primer Concurso de Fotografía Natalio Puras “Apeco”. Los ganadores fueron el primer lugar a Erminio Alberty; segundo lugar recayó en Narciso Andrés y el tercer lugar para Roque Ferreiras, reportero gráfico del periódico El Caribe. Los ganadores recibieron pergaminos y premios en metálico de 50, 30 y 25 mil pesos. El jurado estuvo integrado por los artistas e intelectuales, Domingo Batista, Danilo de Los Santos y Carlos Acero Ruíz. El Concurso de Fotografía Apeco, Taty Hernández, Nestor Medrano y Jhonny Guerero es una iniciativa del subsecretario de cultrua Enegildo Peña para exaltar la calidad de la CONCIERTO DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR EN HOMENAJE A LOS fotografía nacional y rendir homenaje al 20 AÑOS DE ORDENACIÓN DE MONSEÑOR DE LA ROSA maestro santiaguero Un selecto repertorio de canciones musical, que permitió una universalidad interpretadas por el exquisito Coro de cultura en el concierto que fue del Arquidiócesano de Santiago. deleite del público asistente al templo católico. El vicario Carlos Santana, ex director En ocasión de celebrar los 20 años de de la agrupación coral, fue el director ordenación episcopal de Monseñor invitado de honor en ese grato Ramón Benito de la Rosa y Carpio, acontecimiento celebrado dentro de arzobispo metropolitano de Santiago, los Conciertos de la Catedral en su se presentó el Coro Aquidiócesano XIII versión. con su Concierto de la Epifanía De la Rosa y Carpio, se mostró del Señor, concierto polifónico a agradecido por el coro dirigido capella. por Alejandro Delgado, así Alrededor de 20 canciones como por el público que Enegildo Peña, Apeco y Danilo de los Santos de autores mundiales fueron celebraron sus dos decenios magistralmente interpretadas en el servicio episcopal . por las voces de la agrupación Revista de Arte y Literatura

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