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Anochece por Asalia Mendoza González

por Asalia Mendoza González

Un cielo sin noche ni estrellas

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pudorosamente cielo

una noche sin cielo ni estrellas

impúdicamente noche

una estrella sin noche ni cielo

sencillamente estrella

ocaso que mezcla

tu audacia y mi seda

o seda que mezcla

tu ocaso y mi pena.

Es la tarde que deja

hendida en la arena

la oscura montaña

de mis frustraciones

o arena que vierte

en altiva montaña

la resaca de mis ilusiones.

Por tus rutas galopa

silenciosa mi estrella

y en un concierto de álamos

anochece la risa.

La vida naufraga

y mi sombra navega sin ruta

en silencio y en concierto

estrella y cielo

montaña y arena

ANOCHECEN.

LA NOCHE

No medí la noche

no conté sus dientes

solo quería un sedal

que rescatara mi alma

y en aquel laberinto

de escombros me perdí

desde la boca

del acantilado

se escurrió la tarde

asomó la noche

y la sima del abismo

sonreía…

dibujaba el ángulo

perfecto en el que

cabe mi vacío

y la guadaña canta,

como negras cloacas

sonreían

las cuencas vacías

de la nada.

VALLENUESTRO

En la primavera yungal del vallenuestro

desayuno la tibieza del espacio

y mis ojos se bañan todavía

en el azul perlado de tu tiempo.

El viento juega con despojos

y nos trae el himno reseco de la tarde

zumba en tus alas

de espléndida libélula

el eco amarillento y verdoso

de cañas y retamas.

La vida cabalga lentamente

en un hilo de luces polvorientas,

los verdes caminos van buscando errantes,

paralelos a las aguas

tus raíces de piedra

y tus ojos de cal y canto.

Intrepidas viajeras que dibujan

las curvas plateadas de tu talle

y resonantes aprisionan

el rumor generoso de la vida.

ÉRAMOS

Éramos la sombra del árbol

la sonrisa del ave,

cantaban las olas

en el fondo del lago

y en nuestra montaña

el sol recreaba

sus últimos rayos.

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