7 minute read

ARTE MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

Guillermo Solana

“Ut pictura poesis”

Advertisement

Texto y retrato: Antonio Terán y Pando

Llego al despacho de Guillermo Solana, Director Artístico del Museo Thyssen. Era un lunes brillante.

El despacho es de un calmado color gris, sobre su mesa muchas carpetas primorosamente ordenadas. En sus paredes, limpias, me llama la atención una obra de Saura, cuya paleta en negros y grises armoniza a la perfección con la estancia.

Guillermo es un excelente conversador y tremendamente simpático. Le pregunto como un Doctor en Filosofía, Profesor Universitario (en Teoría del Arte, eso sí) , ejerce de Director Artístico de una Institución clave en el panorama dorado de Madrid.

-“Ahora es raro que alguien venga de Bellas Artes. Hasta 1960 era frecuente de que los directores de los museos fueran artistas en ejercicio. Si, ha habido un desplazamiento hacia los críticos o historiadores de Arte, y más recientemente hacia los puros gestores. Ahora hay una estructura directiva en muchos museos de carácter bicéfalo. Como pasa aquí. Un director artístico y un director gerente. Aquí, el Director Gerente tiene un perfil económico, proviene del Barclays, por ejemplo, yo vengo de la Universidad…”

-“Yo creo que la figura del director de museo, ha de ser un todo-terreno, una persona versátil. Sea o no economista, ha de saber “leer” un presupuesto…pero ha de ser un comunicador. No tan importante que sea experto en esto o lo otro… Yo, por ejemplo que he trabajado como responsable de la Sección de Arte de “El Mundo”, con Blanca Berasátegui como Directora, encuentro que las dos cosas tienen similitudes. Tienes que explicar…y no eres experto en todo!”

El análisis de Guillermo, me parece atractivo y acertado. Guillermo Solana

mentación. Él considera que su formación artística le ayuda a acometer esas labores de comisariado. El compara la labor multidisciplinar del director de un museo con el director de un teatro o de un medio de comunicación.

Con gran seguridad- Guillermo sabe de lo que habla, como no podría ser de otra forma- me asegura que:

-“El director de un museo es un defensor del público”

Como director de un museo, a Guillermo le llegan 40.000 ideas, proyectos, exposiciones…pero él considera que se tiene que poner en el lugar del público.

Ambos, enmascarados, por razones de seguridad, seguimos una fluida charla, que es transcendente en éste punto.

-“Como director de museo has de saber gestionar muchas cosas en las que no eres experto” -“¿Que va a tener gancho para el público?...Esto exige mucho realismo, que tengas los pies en la tierra.”

Y me comenta que el “Ilusionismo”, el trampantojo, le ha interesado siempre. Su misión, por tanto es ofrecer algo de calidad, y que interese al público.

-“Tienes que hacer algo que esté a la altura, de calidad, naturalmente.”

-“Lo difícil es no dejarte arrastrar, por el entusiasmo personal. No dejarte arrastrar por tus propios gustos es importante.”

Coincidimos en que el Arte y las Letras están muy comunicadas y he aquí que me justifico de la inclusión en el encabezamiento de la frase de Horacio. Quizá una pedantería por mi parte.

“Yo desde pequeño acudía a una academia para dibujar “de estatua”, a carboncillo…”

El Museo Thyssen, tiene características particulares, como el origen de la colección, por ejemplo. Le pregunto si esta circunstancia es fácil de llevar.

“Pues si es fácil de llevar. Los Thyssen, aunque coleccionaban según su gusto, el creador de la colección, Heindrich, el padre del Barón, tenía, ya, la idea que la colección tenía que terminar en un museo. Y quiere ofrecer al público el arte Europeo desde el Renacimiento al XVIII. Ya tiene una mentalidad de museo. De hecho a los cuatro años del comienzo de su colección, expone en Múnich y le da instrucciones a su asesor. Quiero que se muestre la evolución del

paisaje…desde Patinir a los holandeses…Es decir ya tiene una impronta museística. Mentalidad, casi de director de museo.”

Me confiesa que la bicefalia directiva a veces le ha dado conflictos, pero que con el actual Gerente, ha llegado a una sintonía y una sinergia fenomenal.

Estamos de acuerdo con la labor enorme de los coleccionistas.

“Hay muchos perfiles de coleccionistas, muy distintos. Pero sin coleccionistas no tendríamos Mundo del Arte” “Madrid está en el nivel más deseable, a nivel europeo, en cuanto a museística…El Prado, primero, y luego el Reina Sofía y nosotros, nos coloca en posición preferente, sin duda”

Charlamos acerca de la importancia de las colecciones y me comenta que el Museo Thyssen se nutre de las colecciones de la familia: Tita, la Baronesa, ha seguido comprando obra. Borja Thyssen está coleccionando obra y Francesca Thyssen también. Muchas de esas obras van a ser depositadas en el Museo.

“La actividad de Borja no es muy conocida, pero está coleccionando arte con mucha pasión y esto que te digo es casi una primicia: en Octubre vamos a dedicar una exposición, con obras adquiridas por él recientemente. Está comprando pintura hiperrealista americana. Yo quiero todos los años exponer obra adquirida por Borja. De la misma forma que hacemos dos exposiciones de la obra adquirida por Francesca. Obras adquiridas o financiadas por el coleccionista…”

El día soleado, irradia su color por las ventanas del despacho minimalista de Solana. Guillermo, tranquilo, moldea con sus manos la dicción. Nos divertimos comentando acerca del edificio del Banco de España, su trampa acuosa y su excelente colección de pintura.

Preferencias. Guillermo me comenta que la edad y el conocimiento les hacen a los humanos más sabios y que van adquiriendo gustos, antes ignotos, ahora admirados,

A Guillermo Solana le encanta Hopper, el rey de la soledad…Le encanta Magritte, ese extraño genio de la onírica naturalista.

“No dejes que tus preferencias te cieguen”

Hablamos del Saura que decora de forma desequilibrada su despacho y me comenta que es de su propiedad y que se lo trajo porque a sus hijos, de pequeños les daba miedo. Y lo puedo disculpar. Pasamos, como divertimento, de la colaboración con el Real Jardín Botánico, asesorando al Thyssen,

con objeto de identificar especies vegetales, presentes en cuadros que son ucrónicas: no todo florece al mismo tiempo. Y los artistas se toman sus libertades,

“En el museo hay mucho trabajo social. Aquí se reciben a muchos VIPS. Coleccionistas, políticos, visitantes extranjeros, Embajadas…Siempre hay algún evento. Los museos se convierten en anfitriones, corporativos, políticos a veces… Hay una buena proporción de viajes, para los encuentros de préstamos, basados en la confianza. Y la relación con los medios…”

“Mira, yo creo que los museos han pasado de ser meros almacenes de obras en productores de eventos, de cosas que suceden. Es una carrera frenética.

El Thyssen como didacta.

“Echo de menos el patrocinador que, sin fijarse en su lucro solamente, patrocina la exhibición de su coleccionismo. Está poco desarrollado”

Tita y el Barón, siempre estuvieron preocupados por la conservación de sus colecciones. El departamento de restauración siempre fue muy importante y vigilaban especialmente este aspecto.

“Es la llamada “Educa Thyssen.”

Solana considera que en ésta labor su museo es el más prestigioso de los museos españoles. Por ejemplo se fija en los desfavorecidos. Mujeres maltratadas, presos, excluidos sociales…La labor social de la institución es enorme.

“Tenemos un excelente departamento de restauración, dirigido por un gran profesional, Eduardo Sedano. Yo he tratado de darles alas a su trabajo-que a veces es secreto y misteriosos-llegara al público. Hacemos restauración “cara al público”. Restauración explicada. Ahora tenemos “El Joven Caballero” de Carpaccio, lo hicimos antes con Caravaggio”.

“Nuestro museo tiene el nombre de una familia, y eso puede confundir a la gente. No, Desde el primer momento hemos sido, hemos adquirido, una responsabilidad social.”

Echo de menos el patrocinio de salas nominativas, como en los museos americanos, y me corrobora que aun en España es algo extraño. Algo a explorar. Me comenta Guillermo, que un solo cuadro, atrae a la misma cantidad de gente que una muestra completa.

Guillermo es aficionado al campo, la música (Wagner especialmente, al que van a dedicar una exposición de su repercusión en las artes plásticas, de sus óperas. ¡Qué proyecto!)

Su ideal es conformar los gustos del público con las actividades del Museo Thyssen. Parece sencillo, pero no lo es.

Como colofón comentamos acerca de ARCO. La soledad de las galerías de arte y la fragilidad del mercado artístico español.

“Lo de ARCO, es un milagro”

Y me voy. Dejo el despacho de gris luminoso de Guillermo Solana, me obsequia y me pilota hasta la salida. Dejo lleno de responsabilidades al filósofo, que sabe “leer” presupuestos, vibra con Hopper y ama el desubicado surrealismo de Magritte. Y sobre todo un hombre encantador, lleno de conocimientos y de ese oro de los saberes.

(He de dar las gracias a Gema Sese, responsable de prensa del Museo Thyssen, sin cuyo empeño, cariño y dedicación esta entrevista no hubiera sido posible. Gracias, Gema)

This article is from: