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RETAZOS DE VIDA
Mi vida vocacional
¡Hola!... mi nombre es Esteban Pérez Alva, mis papás son Eustolio Pérez y Martha Alva y soy originario de Plateros, Fresnillo, Zacatecas.
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Mi vocación empieza a los 7 años de edad cuando conocí a la madre Lilia, de la congregación de oblatas de santa Martha, que me invitó al grupo de monaguillos del santuario de Plateros. Allí empecé a conocer cosas de la misa como los ornamentos, los vasos sagrados, los colores litúrgicos, etc. Después de 5 años, cuando entré a la secundaria, me salí del grupo de monaguillos y decidí ayudar como catequista, pero solo estuve medio año, después continué un tiempo sin pertenecer a algún grupo.
Cuando estaba en tercero, ya para finalizar el ciclo escolar, el padre José del Rosario acudió a la secundaria a invitarnos al preseminario para que conociéramos más sobre dónde se forman los sacerdotes. A mí me llamó la atención y decidí ir. Ese mismo día le di la noticia a mis papas y vi que la expresión de su cara era de felicidad, me apoyaron en la decisión que había tomado, lo que me gustó y doy gracias a Dios por ello y esta es una de mis motivaciones para seguir adelante en este llamado. Otra cosa que me motiva es algún día poder convertir la hostia y el vino en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Entré al seminario menor el día 5 de agosto del 2016 donde concluí mi preparatoria, un lugar donde tuve experiencias tanto buenas como malas, como se tienen en todos lados, pero fue muy agradable. Luego decidí seguir al Curso Introductorio Diocesano, una etapa de auto descubrimiento de la persona y un redescubrimiento más fuerte del llamado del Señor. En la actualidad estoy en primero de filosofía y sigo, día con día, descubriendo lo que Dios quiere de mí. Me encomiendo a sus oraciones y que Dios los bendiga.
Del 2 al 5 de agosto en nuestro Seminario se llevó a cabo el preseminario para los jóvenes que con la inquietud vocacional acudieron a responder al llamado del Sembrador. Los esfuerzos realizados, sobre todo por la pastoral vocacional, así como la ardua oración de todos los fieles, rindieron fruto que se ve palpable en nuestros nuevos compañeros.
Con la gracia de Dios el día 29 de agosto todo el Seminario volvió a estar en casa. Con las adecuadas medidas de salubridad el equipo formador decidió que volviéramos a la formación que se nos otorga en nuestro Seminario. Así, poco a poco nos estamos integrando en el ambiente de esta nueva normalidad con la corresponsabilidad que la situación amerita.
La semana del 31 de agosto al 4 de septiembre tuvimos la oportunidad de interiorizar en nosotros mismos gracias a los ejercicios espirituales que con gozo nos llevan a prepararnos por el nuevo curso que comienza. El Pbro. Manuel tuvo a bien guiarnos por el camino hacia nosotros mismos, la relación con los demás y con Dios.
La etapa discipular se vio engalanada al celebrar la fiesta de Nuestra
Señora de los Zacatecas, patrona de la etapa. Los días 6, 7 y 8 de septiembre preparamos un pequeño triduo con énfasis en la oración y la convivencia fraterna, siendo el último de estos días culmen, con la alegría de nuestros compañeros de primer año quienes recibieron la sotana, símbolo de servicio y entrega a la vocación sacerdotal.
Para conmemorar la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz el día 14 de septiembre nos unimos a la Iglesia universal y recordamos además los signos del fuego y la cruz que en Semana Santa se vieron interrumpidos por la contingencia sanitaria pero que nos llevan a tener la esperanza siempre puesta en Jesús luz del mundo.
Queridos lectores:
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Por Antonio Torres Martínez
Tercero de filosofía
Con mucha alegría y entusiasmo les saludamos en nombre del Señor resucitado. Esperando que se encuentren bien, nos comunicamos con ustedes por este medio desde nuestra casa, el Seminario, con las actuales condiciones particulares a las que nos remite la COVID-19. Confiados en el buen Dios continuamos nuestra formación inicial en un nuevo ciclo formativo. En esta ocasión queremos compartir con ustedes el entusiasmo que nos embarga a aquellos que formamos parte de la pastoral vocacional, a raíz del Pre-Seminario que vivimos junto con varios muchachos, del 2 al 5 de agosto del presente año. Hemos de decir que para llevarlo a cabo actuamos con medidas de seguridad debido a la crisis sanitaria por la que estamos pasando, y preparamos con cariño las actividades que propondríamos a los muchachos como herramientas que les ayuden a amar y seguir al Dios verdadero, escuchando su voz y cuál es su voluntad para cada uno de ellos. Lo anterior procuramos realizarlo confiando totalmente en el Espíritu divino que nos encomendó esta misión, pidiéndole, a través de la oración, que dispusiera los corazones de quienes asistirían a esta experiencia vocacional y actuara en estos encuentros que suelen ser momentos de gracia y decisión para los jóvenes candidatos.
A los muchachos que asistieron los dividimos en dos grupos: los que que iban con miras a entrar al Seminario menor, de aproximadamente 15 años de edad, y aquellos que entrarían a la etapa del Curso Introductorio, de 18 años en adelante. Ambos llevaron un programa similar, pero acorde a la etapa en que ingresarían, para responder, de una mejor manera, a la invitación que el Señor les hizo.
Al comenzar el Pre-Seminario notábamos nerviosos a varios de los pre-seminaristas, algo normal y que también nosotros vivimos. Así, con ilusiones y esperanzas, comenzamos a vivir los diferentes momentos que se planearon en tres “bloques”: en el primero de ellos procuramos que el joven fuera capaz de conocerse más a sí mismo, para que pudiese buscar, con mayor libertad, el proyecto que el Señor tiene para él. En el segundo bloque procuramos que cada muchacho apreciara la presencia que Dios ha tenido a lo largo de su vida, una presencia que, al descubrirla y experimentarla, diera un sentido nuevo a su vida. Y en el último bloque profundizamos en la vocación cristiana, para que, al discernir, cada muchacho respondiera al llamado divino con generosidad y alegría.
También procuramos que hubiera momentos de convivencia y de interacción entre los muchachos, a través de actividades recreativas, deportes y juegos organizados, desde emocionantes canastas y goles hasta las formativas escobas y podadoras. Y por supuesto, el rezo del santo rosario y la eucaristía, momentos especiales para hablar con aquel que les invitó. Todo ello como ayuda para el discernimiento vocacional del candidato, que al encontrarse con el Señor pueda amarlo y seguirlo libremente.
Les informamos que el Pre-Seminario se realizó con 50 jóvenes, 29 en el Seminario menor y 21 en el Curso Introductorio. De ellos decidieron iniciar un proceso formativo en nuestro Seminario 36 muchachos, 22 para el menor y 14 para el CID. Los encomendamos a sus oraciones, pues para algunos de ellos este Pre-Seminario será el principio de un proceso inicial que durará entre doce y nueve años, respectivamente, para continuar, si el Señor y ellos lo quieren así, en el ministerio sacerdotal ordenado, y servir al Evangelio en las diferentes parroquias de nuestra diócesis de Zacatecas, como trabajadores del Reino de Dios.
Pidamos por estos jóvenes que están iniciando su proceso formativo en nuestro Seminario, y por aquellos que han sido llamados a seguir al Señor desde otro lugar. La Iglesia nos necesita, y no solo eso, sino que necesita lo mejor de nosotros. Del mismo modo los animamos para que continúen siendo hombres de bien para nuestra sociedad, hombres de buena voluntad que reflejen la actualidad de la Buena Nueva al permitir que la semilla plantada por el Señor germine en su corazón de manera plena y santa.
Por último, les comentamos que el mes de octubre es el mes del Seminario, así que invitamos a todos aquellos jóvenes que tengan inquietud por la vida sacerdotal para que estén al pendiente de las actividades que realizaremos. Nuestras actividades pastorales se verán limitadas por la situación sanitaria, pero no nuestra oración, así que pidamos al Señor para que todos respondamos a su llamada de manera generosa, alegre y radical.
¡Dios los bendiga!
Para los que participamos en esta experiencia vocacional ha sido una muestra palpable de la providencia de Dios, que nunca nos abandona y que, a pesar de las adversidades que estamos viviendo, sigue enviando jornaleros a su viña que estén dispuestos a darlo todo por su Señor y Maestro, confiando plenamente en él y en su plan de salvación para todos los hombres.
Y tú, ¿conoces la lengua de señas?
Alguna vez te has preguntado . como se comunica una persona ? sorda?, como le hacen para ir a ? la escuela o para pedir algo en la tienda?
lPor Carolina del Rosario
Letechipia Meza
El hombre desde su creación tuvo una infinidad de problemas que poco a poco fue resolviendo para poder sobrevivir, y una de esas fue la necesidad de comunicarse, la cual es muy importante para solventar todo tipo de necesidades. Las personas sordas también se enfrentaron ante tal situación y buscaron la manera de comunicarse, así nació la lengua de señas mexicana (LSM), mexicana porque cada país tiene su propia lengua de señas, incluso en ocasiones podemos encontrar variaciones en los estados y municipios. No existen registros prehistóricos de las personas sordas y su forma de vivir, fue hasta la época de la conquista cuando se comenzaron a mencionar a estas personas y la educación que les darían. Hubo otra época en la que se pensaba que ser sordo era un castigo divino por algún pecado grave cometido por los familiares, hoy en día sabemos que es una discapacidad que, como todas, se puede y se debe apoyar para que vivan en la manera de lo posible igual al resto de la población. Licenciada en Educación Especial
La lengua de señas es la lengua natural que usan las personas sordas para comunicarse, ésta se encuentra basada en una serie de movimientos con las manos, los brazos, el cuerpo y en expresiones faciales que ayudan a esta comunicación.
La lengua de señas posee su propia gramática, sintaxis y léxico, para ello es necesario conocer y adentrarse en la cultura del sordo, pues muchos caen en el error de usar el español signado. Doy un ejemplo: una persona oyente podrá preguntar a otra “¿cuál es tu nombre?”, en cambio, si le preguntamos a una persona sorda simplemente haciendo uso de ideogramas diremos “tu nombre”; otro ejemplo: “estuvo buena la manzana que me comí el día de ayer”, mientras que en lengua de señas sería “deliciosa manzana comer ayer”.
Con estos ejemplos podemos darnos cuenta se omiten artículos, conjunciones, entre otras, por lo que nos debe quedar claro que no es lo mismo la Lengua de señas Mexicana que el español signado, pues la forma en que el sordo quiere dar a conocer sus ideas, no es igual que una persona oyente. El español signado no es malo, también es importante conocerlo, por ejemplo cuando a un niño sordo le queremos enseñar el español y la forma en que se escribe gramaticalmente, aquí si lo utilizamos.
En nuestro estado existen una gran cantidad de sordos que en muchos ámbitos sociales son discriminados porque las personas oyentes no conocen su forma de comunicación. Para que estas barreras puedan desaparecer es importante que cada día más personas se interesen por aprender esta forma de comunicación, así facilitaríamos el desarrollo educativo, profesional y humano de más de 800 sordos de nuestro estado.
La lengua de señas no debería ser solo una herramienta que permita la comunicación entre ellos, sino con el resto de la comunidad.
Cuando una persona quiere comenzar por aprender la lengua de señas lo primero que debe conocer es la dactilología, es decir, conocer el abecedario manual, así podrá transmitir a la persona sorda cualquier palabra. Una vez que la persona oyente realiza el deletreo inmediatamente la persona sorda comienza a tener una comunicación y la misma persona sorda realiza la seña de la palabra correspondiente, ya sea un verbo, sustantivo. A esta seña se le va conocer como ideograma, aunque cabe mencionar que existen algunas palabras que no poseen como tal un ideograma.
Una vez que se conoce y se domina la dactilología y algunos ideogramas, es indispensable que la persona oyente desarrolle habilidades tanto receptivas como expresivas, de esta manera va a adquirir una mayor experiencia y la única manera de adquirirla es comenzando a tener comunicación con personas sordas.
Adentrarse en el mundo del silencio es toda una aventura, es conocer totalmente otra forma de ver la vida, además es una manera de incluir al otro en esta sociedad tan cambiante, las personas sordas podrán tener acceso a la información y así mismo podrán interactuar con sus amigos y familiares. Ojalá que poco a poco nuestra sociedad se vea más interesada en esta parte de la sociedad que forman los sordos y se puedan destruir esas barreras comunicativas.
Recuerda: no solo es importante saber vocabulario, sino adentrarse en la cultura del sordo y que de verdad puedas aprender a comunicarte.
No olvidemos que ante los ojos de Dios todos somos iguales y evangelizar a las personas sordas también debe ser una responsabilidad para todos los que formamos parte de la Iglesia, evangelizar con nuestras manos es una oportunidad de ayudar al hermano a conocer el gran amor de Dios, pues en el silencio nos comunicamos con Dios.