PERIPLO VOL VIII. Flores Negras: diálogos sobre el género criminal

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ERIPLO VOL. VIII AÑO II. ABRIL 2011

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About Us PERIPLO somos un grupo de jóvenes, que por diversas circunstancias de vida, nos hemos visto envueltos en un periplo. Un periplo es un viaje, una circunnavegación y así, una exploración. Una revista es una propuesta literaria que sostiene un diálogo, a la manera antigua, que profundiza poco a poco en un océano virgen. Es la propuesta de un itinerario digital y bimestral en el que las letras naveguen con los vaivenes de nuestro tiempo. PERIPLO será, efectivamente, una tentativa de reconocer los mares que surcamos, uno a uno. Es nuestro objetivo abordar distintas temáticas que serán la columna vertebral de cada número, desde las más diversas disciplinas humanistas, con el desafío de ser transversales en el tiempo y en el espacio y con una óptica integradora. Somos cosmopolitas por surgir y habitar ciudades de todo el mundo: nuestros orígenes son diversos pero nuestra lengua es una y nuestra palabra plural. PERIPLO es además hijo de la posmodernidad por estar comprometido a dar testimonio al siglo que vive; considerando la trayectoria histórica de la humanidad, buscará reflejar el pensamiento de un tiempo y sus dudas, sus posibilidades, sus inspiraciones y bloqueos. En una época de cierta incertidumbre cultural, PERIPLO pondrá de relieve las inquietudes de unos cuantos; curiosidades de muchos que, como nosotros, buscan ver el otro lado de las cosas. En la medida en la que no huimos, nuestra pequeña embarcación literaria será un viaje que irá dejando rastro y huella por si, en algún punto, queremos regresar a una costa conocida. Viajar también es perderse; he aquí una brújula por escrito para aquellos que no teman desprenderse de sus raíces y busquen profundizar en nuevos mares. Las expediciones de los antiguos dejaban evidencias instructivas documentadas en sus περίπλους (periplous), porque cuando la humanidad quiere dejar asentado algo que considera importante, lo escribe. Nosotros aprendimos el gesto, y sin conocer el destino final de nuestro periplo, decidimos dejar testimonio de nuestro recorrido.

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Cul de sac Desde el puerto de las ficciones PERIPLO ha dado un salto hacia lo más oscuro del agua: el fondo. En este octavo número se sumerge en el género negro y lo hace, además, a cuatro voces. Mesa redonda es lo que prima en este número que pone a debate la vigencia y las tendencias de la literatura más criminal, sin olvidar sus proyecciones cinematográficas tanto clásicas como posmodernas. Honda ha sido la huella que los clásicos del género han dejado desde Arthur Conan Doyle con su mítico detective de Baker Street, pasando por Dashiell Hammett o Raymon Chandler, pero el género ha ido más allá y en PERIPLO nos ha interesado explorar hasta dónde.. Este recorrido, entonces, se propone en tres paradas: Argentina, México y España, donde recogeremos los testimonios de cuatro escritores que han cultivado el género negro o el policial, y nos dan sus reflexiones al respecto. No pasan desapercibidas otras propuestas que revisan la evolución de la figura detectivesca, el género en el cómico o incluso en la publicidad. Así, a través las palabras negras, las flores de la noche, nuestra tripulación atraca en el puerto de los misterios y, ataviada con sus gabardinas y lupas en mano, se adentra por los callejones misteriosos de este género, cual perseguidor de nuestro tiempo, para seguir las pistas a detectives, femmes fatales y villanos, no sin antes haber rellanado sus bodegas con un buen surtido de whisky barato y altas dosis de nicotina. ILUSTRACIÓN DE PORTADA: HELENA PÉREZ GARCÍA 4 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


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PERIPLO • JORGE DALLOS

Solucítr a ed ecidnÍ Cine en rama Ese oscuro objeto de deseo Eva Santos García Sin palabras: sobre El hombre que nunca estuvo Joaquín Bilbao El festín de David Lynch La carretera perdida Gonzalo Muñóz Agopián SÍNDROME DE STENDHAL Nadie te ha invitado Ángel Saiz González ET CETERA Mad Woman Natalio Stecconi Héroes de tinta negra Joaquín García Pedromingo 6 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

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GAVIA Tres detectives perdidos en México Rodrigo Pámenes Lero, lero Lilliana Alemán Román

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Mano a mano Gabriel Trujillo Muñóz: Rescatando la memoria Daniel Ruíz Luján

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Leonardo Oyola: La nueva estética del policial argentino Trinidad Moliterno

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Luis García Jambrina: El manuscrito digital Víctor Bermúdez

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Javier Sierra: De la cena al ángel Javier Voces

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PAPELES NÁUFRAGOS Mala puta Carlos Bello Oportunidad Iván Mazón Maraña

MICROTRAYECTOS Inevitable Claudia Sánchez Hotel room Belén Lorenzo Diamantes Xiana Teimoy

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PERIPLO • Mar ample

Ángel Saiz. Historiador y crítico de arte vallisoletano. Nómada y desarraigado. Conversador pausado y enemigo de la perfección. Cuando empezó a perder el norte decidió refugiarse en él para vivir hipnotizado con el vaivén de las olas. Es un buscador de musas, ya que su amor por el arte nunca fue correspondido.

angelsaiz@revistaperiplo.com

Belén Lorenzo. Santa Cruz de La Palma. Licenciada en Historia del Arte, pasea por las calles como si fueran ellas los escenarios de un inmenso cuadro en el que se desarrollan infinidad de sucesos. Cuando está tramando algo, siempre lleva su violonchelo: le gusta guardar en su interior las palabras que utilizará después en sus microrrelatos.

Carlos Bello. Periodista y fan de Rodrigo García en búsqueda [constante, infinita] de poco importa qué. Lo busca [constante, infinita, eso sí está claro] de cuellos hacia arriba, cuando hace de la noche, noche. Una iteración similar [, en realidad,] a cuando alguien [ir]reflexivamente sueña que [se] duerme, pero de signo opuesto. Lo de Rodrigo García lo dice en cuanto tiene ocasión. Bebe Quilmes

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Claudia Sánchez. Buenos Aires. 1965. Apasionada por la lectura y la observación minuciosa de la realidad cotidiana, disfruta recreando mundos fantásticos detrás de las palabras. Convencida de que una frase, al igual que los gestos inconscientes, expresa mucho más que lo que dice, escribe minificciones intentando que la realidad nunca supere a la ficción. Eventualmente recibe colaboraciones espontáneas de su hijo de 7 años. Gonzalo Muñoz Agopián. Buenos Aires. Psicólogo, de orientación junguiana, trabaja con autismo, sordera y clínica. Es también pintor y escritor, hijo de padre chileno y madre austríaca, de abuelos armenios, bávaros y mapuches. Mató al Pez, al toro, a la luciérnaga y nuevamente al Pez. Y, sin embargo, se deja llevar por la claridad del sol. El Panteísmo Empírico que profesa lo ha llevado a formular su máxima de vida y entendimiento: la realidad es expresión. Iván Mazón Maraña. Eterno estudiante de medicina terriblemente hipocondriaco que nunca ha conseguido viajar en el tiempo. Durante meses recorrió el confín del mundo buscando qué debía escribir sobre él en este texto. Ha escrito en internet, aquí y allá desde hace años, tiene un twitter de éxito bajo un pseudónimo que no dirá y le han otorgado éste o aquel premio intrascendente por contar cuentos tristes. Ahora gusta de crear ficciones que le refugien de sus miedos. Eva Santos García. Nacida, criada y echada a perder en Salamanca, 25 años atrás. Malasañera de adopción, hace un año decidió huir del omnipresente ‘Crimen de Cuenca’ y refugiarse en el cine Doré. En un futuro ideal, sueña con diseñar, dibujar y colorear. En el triste presente, sobrevive como informática. Eso sí, informática ilustrada.

Javier Voces Fernández Ponferrada (León). Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Salamanca, reparte su tiempo entre la docencia y la investigación. Como buen teórico, estudia la manera de estudiar la letra y es arrebatado a partes iguales por lo clásico y lo negro.

Joaquín Bilbao. Buenos Aires. Especialista en generalidades, vive fascinado por el baile de los planetas. Porteño cosmopolita, pasó por Bogotá, Bahía Blanca y Berkeley. Siempre que puede exclama que Paul es su Beattle favorito.

joaquinbilbao@revistaperiplo.com

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Joaquín García Pedromingo. Manchego o castellano según el día. Influido por la tierra y la familia, intenta ser artista al ver que eso no era asunto baladí. Sin carrera terminada, sin casa y sin perrito que le ladre, decide dedicarse a la mamarrachería y a los asuntos del clown, que tampoco le reportan mucho pero al menos son más divertidos. Actualmente se dedica a rematar alguna licenciatura, y los viernes decir lo que se le pasa por la cabeza en radio universidad. Liliana Alemán Román. Puerto Rico. Escritora, pintora y soñadora de clóset. Nació en los campos frescos de Trujillo Alto. Es fanática sin remedio del arte clásico. Lilliana es estudiosa de la cultura visual, ergo, es presa de la semiótica, que invade todo aquello donde se posa nuestra mirada.

Natalio Stecconi. Buenos Aires. Joven argentino abstracto y polifuncional. Docente, director, redactor, ex músico y especialista en salsas frutti di mare. Recolector de imposibles, ilusionista del desasosiego.

Pablo Doratti. Cauteloso observador de la antigüedad clásica y sus continuidades. Deambula a menudo por las ciudades y pueblos de la República Argentina, y es el tipo serio que ves en los cafés escribiendo en una montañita de hojas amarillas.

pablodoratti@revistaperiplo.com

Rodrigo Pámanes. Torreon, México. Licenciado en relaciones internacionales por el ITESM campus Monterrey, estudió historia, gastronomía y arte español en diferentes universidades de Europa. Entre la enseñanza y la escritura ha dado cursos de literatura y publicado en diferentes medios, textos sobre viajes, literatura y cocina. En 2006 se graduó de la escuela de escritores TAI con sede en Madrid y actualmente cursa el doctorado en literatura hispanoamericana en la Universidad de Salamanca. Xiana Teimoy. Vigo. Nostálgica del mar y del salitre. Reconvertida en nómada habitual del asfalto castellano. Prófuga de la ciencia y discípula del pincel, estudia Bellas Artes en la Universidad de Salamanca. Guitarrista aficionada y escritora eventual. Admiradora del arte, consumidora de bombones, amante de la palabra y entusiasta de la imagen. A una isla desierta se llevaría lápiz y papel y a un naufragio una bombilla.

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ἕστηκα δ᾽ ἔνθ᾽ ἔπαισ᾽ ἐπ᾽ ἐξειργασμένοις. 1380 οὕτω δ᾽ ἔπραξα, καὶ τάδ᾽ οὐκ ἀρνήσομαι: ὡς μήτε φεύγειν μήτ᾽ ἀμύνεσθαι μόρον, ἄπειρον ἀμφίβληστρον, ὥσπερ ἰχθύων, περιστιχίζω, πλοῦτον εἵματος κακόν. παίω δέ νιν δίς: κἀν δυοῖν οἰμωγμάτοιν 1385 μεθῆκεν αὑτοῦ κῶλα: καὶ πεπτωκότι τρίτην ἐπενδίδωμι, τοῦ κατὰ χθονὸς Διὸς νεκρῶν σωτῆρος εὐκταίαν χάριν. οὕτω τὸν αὑτοῦ θυμὸν ὁρμαίνει πεσών: κἀκφυσιῶν ὀξεῖαν αἵματος σφαγὴν 1390 βάλλει μ᾽ ἐρεμνῇ ψακάδι φοινίας δρόσου, χαίρουσαν οὐδὲν ἧσσον ἢ διοσδότῳ γάνει σπορητὸς κάλυκος ἐν λοχεύμασιν.

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MANO A MANO

Entrevista a Gabriel Trujillo Muñoz

RESCATANDO LA MEMORIA Por Daniel Ruiz Luján

Gabriel Trujillo es poeta, narrador y ensayista mexicano. Nació en Mexicali, Baja California, y ha publicado más de un centenar de libros como autor y compilador, lo que lo ha convertido en uno de los escritores más prolíficos del país. Es autor de las novelas Mezquite Road (1995), El festín de los cuervos (2002), La memoria de los muertos (2006) y Mexicali City Blues (1999). Entre sus reconocimientos están el Premio Nacional Abigael Bojórquez 1998 y el Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano 2005. En entrevista especial para PERIPLO nos habla sobre el estado de la novela negra latinoamericana y la importancia de la literatura como defensora de la memoria colectiva.

PERIPLO - Hay quienes dicen que la novela negra es un género mayor, literatura de alto rango. Otros dicen que ya no existe o que es un subgénero dentro del policial. ¿Es lo mismo la novela negra que la novela policíaca? ¿O cuáles son sus límites y diferencias? Gabriel Trujillo -– “La novela policial es una de las ramas del género de la novela criminal, el cual para mí, abarca mucho más. La novela policiaca es casi siempre aquella en donde hay una investigación policial hecha por la gente de la ley, el policía o el detective que forma parte del Estado y que representa la ley y el orden. En ese sentido, la novela en donde el policía indaga e investiga -porque es su trabajo, porque es el representante de la ley en la sociedadse le llamaría novela policial. La novela negra en cambio nace con Dashiell Hammet y, sobre todo, llega a su apogeo con Raymond Chandler como el género en el cuál el detective privado, en este caso el individuo de la sociedad civil, se define como el justiciero. En la novela negra, el protagonista no cree en la justicia del Estado, no cree en los sistemas, en los ministerios públicos o en los ‘presuntos culpables’, 12 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

como ahora han estado llamándosele en México; no cree que haya justicia dentro del aparato de justicia del país. Entonces, este protagonista se convierte, por un lado, en el investigador privado que indaga por su cuenta y riesgo, y que llega a encontrar, tal vez no la justicia -a veces es la venganza, a veces es la verdad nada más- pero sí qué ocurrió realmente cuando ni siquiera los aparatos del Estado o el poder judicial logran hacerlo. Entonces, en la novela negra, el protagonista es un outsider, es alguien que está fuera del aparato de la ley. Y en la novela policiaca es un insider, alguien dentro del aparato de la ley. Hay muchísima novela negra. Henning Mankell y muchos otros escritores tienen protagonistas que son policías, que tienen que enfrentar asesinos, violaciones, desapariciones y misterios en su propio pueblo. Además, viven en un recinto policiaco en donde tienen que atenerse a la ley para cumplir con su cometido. También, el detective privado puede ser muchas veces el que ayuda a la ley. En los primeros tiempos Sherlock Holmes lo es -es detective privado pero también un policía-. Un instrumento más del Estado. Hercule Poirot y Miss Marple son detectives privados que están unidos al


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no hay Dios, no hay una divinidad que determine qué es lo bueno y lo malo, aquí lo que hay es un ser humano que sabe qué raya no se cruza, qué cosas están bien o mal, pero desde lo humano, no de lo divino. Y, también, es algo que viene con El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, en donde el detective de la novela negra sabe que ha tocado el mal. En la novela policíaca clásica los detectives siempre son puros, el mal no los toca. Pero en la novela negra, el mal toca al ser humano. La convivencia con el mal siempre deja una sombra, una tiniebla en ti. Y eso es lo interesante, son personajes que no son blancos ni negros, son claroscuros y eso nos hace sentirlos más

PERIPLO • DANIEL RUÍZ LUJÁN

sistema de justicia. Pero en el negro no están unidos, al contrario, son opositores del sistema porque ellos buscan la verdad y descubren que en muchas de las cuestiones del crimen está la propia policía; el propio Estado está inmiscuido, es parte de los responsables de ese crimen. Entonces, ahí el investigador privado tiene mayor libertad para definir su propio juego frente al criminal, sea este un policía, un político o un líder de opinión. También, tiene la libertad de decirle sus verdades al Estado, al Gobierno y a la sociedad, mostrando un espejo en donde se pueda ver que detrás del criminal o del narcotraficante, está también el Estado y la corrupción del propio Gobierno”.

P. - ¿Cuáles son sus autores preferidos, y qué influencia han tenido en su obra literaria? G. T. -– “Lo obvio es Dashiell Hammet porque es el primero en iniciarlo, pero yo me quedo con Raymond Chandler. Él es el primero que toma en cuenta una conciencia existencial de por qué uno busca la justicia. Hay una brújula no moral, sino ética. O sea, aquí

humanos, más reales, más cercanos a uno. Eso es lo que me gusta de la novela policíaca. Lógicamente Raymond Chandler es uno, pero hay otro más: Ross McDonald. Él fue un escritor que inicia en los cincuenta, y cuando ya mueren los dos grandes, él continúa en los sesenta y setenta con esa misma tónica. A su detective, Lew Archer, no le toca ya la gabardina y los callejones oscuros con niebla, le PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 13


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toca ya la sicodelia de los sesenta, el constante cambio otros escritores que repetían el esquema de Sherlock de Estados Unidos. Los animales de presa ahí están, Holmes: el detective que ve, analiza, deduce qué es lo en esos brillos, en esos cambios, en esos momentos que hay en este cuarto y en esta persona, y saca una de euforia de la sociedad americana. Detrás de todo verdad que no la ven los demás. Y que gracias a sus ello están los animales de presa, nunca han dejado de poderes de deducción, puede dar con el culpable, con estar, son parte del territorio americano de vida que el responsable de un crimen. está también significado Yo creo que la por otro escritor que no La novela policíaca abre, igual nueva novela criminal es de género negro, pero latinoamericana inicia que toda ficción, un espacio. que para mí fue el que con Rafael Bernal y El Los escritores hacemos eso. complot mongol que es, para definió cómo debíamos de escribir: Truman Capote. Creamos más espacios de menos mí, la primera novela Yo creo que la otra idea contemporánea sobre cómo infierno en el infierno. que empieza a cambiar vemos el crimen. Es decir, en el género negro a es un guardaespaldas, un partir de los sesenta y los guarura, un achichinque setenta es que hay que hacer periodismo de nota de políticos que va contando la trama en la que se metió criminal, buscar a esos asesinos en serie, buscar a sin querer queriendo, una en la que aparece la KGB y esos criminales de masa y mostrarlos en un reportaje la CIA en un ambiente muy del 1968 en México, y en periodístico con tintes literarios, que es lo que hace donde este policía judicial, brazo armado de la ley con Truman Capote con A sangre fría y con Ataúdes tallados cartera para entrar y hacer lo que quiera -es decir, a mano, una noveleta corta que sale póstumamente. no es un personaje bueno, es un personaje brutal-, Son, creo, algunos de los mejores momentos de género es el que acaba llevando la justicia hasta las últimas negro que se ha transformado en periodismo crítico. consecuencias, incluyendo su propia vida. El complot Y en literatura también, porque cuando decimos mongol es extraordinario porque muestra que todo periodismo, también existe una visión prejuiciosa el sistema de justicia en México es uno de represión de que el periodismo no puede ser literatura. Pero masiva. Y estamos hablando de hace cuarenta años. por supuesto que lo es. Lo puedes ver en los textos La novela habla sobre cuestiones contemporáneas periodísticos de Mark Twain en el siglo XIX e incluso de su época. Y la ves ahorita y sigue siendo deliciosa en novelistas. Yo creo que Tobías Wolff y Normal de leer porque es un personaje sombrío que comete Mailer son gente que han logrado unir las ideas de muchísimos crímenes. Es un demonio justiciero. Y mostrar datos y mostrar literatura, o sea, jugar con ahí se nos dan a conocer, tal vez por vez primera, los eso. Es más real lo que se juega literariamente”. entresijos malolientes del sistema político mexicano, que siguen siendo idénticos al sistema político P. - ¿Cómo se ha dado la evolución de la novela mexicano del 2011: corrupción, negocios a rajatabla, negra en Latinoamérica y en México en la políticos que dicen un discurso y hacen otro, militares medida en que frecuentemente se le vincula a que desaparecen gente, etc. Y en medio, toda la lo social, alejándose del heroísmo personal e sociedad mexicana como un rehén, como una víctima individual de las novelas clásicas? propicia, como un chivo expiatorio”. G. T. -– “En Latinoamérica yo creo que todo mundo habla de la gran lección de los detectives de Borges y Bioy Casares. Aquí en México también hubo 14 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

P.- Desempleo, inmigración, economía sumergida, corrupción en las altas esferas políticas… ¿Es esto una pesadilla para los


G. T. -– “Sí y no. Yo creo que es un infierno también para el escritor de novela negra en el momento en que es ciudadano. Hay un sentido de indignación que también viene de otro escritor que aparece en esa misma época, un poco después de El complot mongol: Paco Ignacio Taibo II. Él empieza sus novelas como un sistema de indignación ante la situación política del país. ¿Cómo es posible que a los jodidos los sigan golpeando inmisericordemente? ¿Cómo es posible que sigan pasando por alto todos los crímenes de los privilegiados y nadie les diga nada? ¿Qué hacer, si estás en los setenta, después de la represión del 1968, después del 10 de junio del 1971, después de que se prohíbe el rock en México, después de que los espacios públicos se van cerrando? Lo único que queda es la literatura, es la imaginación. Si la realidad no se moldea, no se acomoda a tus sueños y a tus quimeras de un país justo, socialmente responsable y equitativo entre todas las clases sociales, entonces invéntalo. Inventa un justiciero que logre, al menos por un segundo, al menos por un momento, al menos por una situación específica, salvar el honor del país, salvar el honor de que hay justicia, de que hay gente responsable, de que hay honestidad en este mundo y en esta nación. Entonces, es una quimera, una utopía. Toda la novela policíaca latinoamericana es utopista. Podría decirse que es más ciencia ficción o fantasía que el resto. Es una utopía miserable, triste, melancólica, frustrada, pero es una utopía el que algún día el reino de la justicia estará entre los seres humanos llamados mexicanos. Que hasta ahorita, lógicamente, -como toda buena utopía- siempre va a estar en el futuro y nunca en el presente”.

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limitante que de alguna manera, fatigue el género de la actual novela negra que se hace en América Latina? G. T. -– “Yo te lo respondería con una pregunta terrible: ¿Crees que los criminales están ya cansados

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ciudadanos, pero un paraíso para un escritor de novela negra?

de tanto cortar cabezas y matar inocentes? ¿De que los policías agarren su parte en cada mochada de droga? No creo. Entonces, ¿quién se va a cansar de lo que siempre esta ahí? Tal vez estemos aturdidos moral y éticamente. Tal vez ya queramos que esto acabe pero, en términos generales, esto va a seguir. Es algo interminable, algo que no se va a acabar bajo los supuestos y presupuestos en los que están basados en este momento nuestro país. Entonces, volvería un P. - Muchas de las historias en la narrativa poco a la pregunta anterior. Es una edad de oro para policial latinoamericana giran alrededor la novela negra o policíaca en Latinoamérica por la de la corrupción, ya sea política, moral o terrible situación de nuestros países, llámese Colombia, económica. Es un tema que potencialmente Perú, México, llámese Centroamérica. Sí, es una mina siempre está presente. Esta recurrencia de oro, siempre y cuando entendamos que el escritor temática, ¿pudiese ser vista como una no copia la realidad. Un escritor policiaco, criminal o PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 15


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de novela negra no está viendo un evento y dice: ‘Ah, se compromete. ¿Podemos decir que en la hoy mataron a alguien y lo tiraron de un helicóptero novela negra siempre se tiene que mentir y entonces haré una novela basado en eso’. Yo creo para llegar a la verdad? que ninguno de los escritores de novela policiaca G. T. – “Yo creo que toda la ficción, como diría escribe sobre la realidad tal cual es. Creo que lo que sí Vargas Llosa, es una mentira que dice mejores utilizamos es la atmósfera, porque estamos viviéndola, verdades que la propia verdad de los datos. Creo que estamos respirándola, estamos contaminados de ella. no es sólo en la novela negra. Cualquier literatura Entonces, por ello entendemos, que si hoy ponemos necesita la mentira necesariamente. No la mentira a un asesino en serie que mata a tres personas, a por la mentira sino aquello que no existe, pero que nadie le va a interesar, si mata a mil, entonces está decides que existe. Es mentira que dos de las calles más o menos. Pero hay otros que han matado a dos de Rayuela de Julio Cortázar, se cruzan en París. Está mil. Es decir, también se está llegando a un nivel de mintiendo, pero no en el París que creó Cortázar para concentración de las Rayuela. La realidad en la cosas en las cuales la novela y en la ficción Nuestro México es un país gente ya no reacciona, es autónoma. Hace desmemoriado… A mí me interesa la sensibilidad ante poco estaba leyendo el terror ciudadano, rescatar la Historia de México a a Henning Mankell, cotidiano y cuyo protagonista través del género policíaco. comunitario, es una policía se llama Kurt sensibilidad que se Wallander. Y Mankell va perdiendo. Cada se enoja mucho cuando vez la gente quiere más sangre o cosas grotescas para le preguntan que si se parece a su detective. Él dice: sentirse aludido, para gritar de miedo. Yo no creo que ‘Yo no tengo nada que ver con mi detective, es un la novela policiaca sea una copia de la realidad. Es personaje de ficción. ¿Cuándo van a entender que una transformación de la realidad en materia literaria. la Suecia que creé es de ficción, que las oficinas Igual quitas asesinatos y pones viajes de exploración policiacas no son así, sino que es la oficina policiaca y es lo mismo. Puedes poner sueños fantásticos o que existe en un lugar de ficción que yo hice? ¿Que el personales y luego transformarlos a forma literaria. detective que yo puse es de ficción?’. No es que todo No pueden pasar en crudo, tienen que ser cocidos y no nazca de la realidad, pero lo que está ahí como transformados. Tienes que agregarles muchos otros novela, es un mundo autónomo, no en la verdad, no elementos, tu propia experiencia, tus lecturas, tu en la realidad, no es verosímil, no tiene que tener punto de vista sobre el mundo, tu ideología. Lo que los datos exactos. A eso me refiero con mentira, es conoces y no conoces, lo que deseas decir, lo que ni un lugar de la imaginación. No necesariamente siquiera te das cuenta de que estás diciendo, cosas tiene que estar exactamente unido a la realidad. conscientes e inconscientes. Se tiene un cierto dominio Pongamos como ejemplo a la novela histórica. La sobre el material literario, pero también hay una parte novela histórica puede tomar ciertos elementos de la que pasa. Pero, ¿por qué te pones a escribir sobre el realidad de la batalla de Waterloo de Napoleón, pero crimen? Porque es algo que te afecta y sobre lo cual no necesariamente es así como ocurrió la batalla, es tienes algo que decir. No es solamente lo que recibes, como tú necesitas que ocurra para tu novela. Tú creas es también lo que das”. otro Waterloo; cada Waterloo que se ha escrito, cada descripción de una novela, desde La guerra y la paz P. - En las novelas policíacas todos los hasta la que tú quieras, tiene que ver con la visión del personajes mienten. El que dice la verdad, escritor, es el mundo del escritor. Son sus fantasmas, 16 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


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son sus creaciones, sus creaturas. No es un reflejo de la realidad. El reflejo es que una luz pegue en algún sitio y yo vea esa luz. Es más bien la recreación de la realidad. Es decir, yo veo esa luz pero construiré otra con tonos azules y amarillos y le meteré aquellos rojos que me gustan. En la realidad nomás hay un tono, pero en la imaginación puede haber todos los que tú quieras, siempre y cuando sean necesarios e indispensables para lo que estás contando”.

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facto, sea el narco, sean los empresarios, la Iglesia o el Estado. Tienes que luchar por los derechos humanos de muchísima gente que pueden ser discriminados porque son indios, mujeres, migrantes, gente con preferencias sexuales diferentes o porque hayan abortado en algún estado en donde no se permita tal cosa. O sea, dependiendo de cuál sea la acción, el defensor de los derechos humanos está siempre del otro lado del orden establecido. No creo que sólo se aplique a los mexicanos. Hay una enorme desconfianza por las P. - Miguel Ángel Morgado se muestra siempre instituciones del Gobierno, pero eso no significa que alerta, en constante paranoia desde que se Morgado no sea un personaje que interactúe con el Gobierno. No podía ser un detective a la gringa que pudiese estar siempre fuera del Gobierno. En México nadie vive fuera del Gobierno. Si necesitas algo, necesitas encontrar quién te ayude para conseguir tal copia en tal oficina para esto o aquello. O sea, el mundo de los mexicanos es un mundo de amistades y complicidades, y en ese sentido intenté que Morgado no fuera una gente de fuera, sino alguien que conocía el sistema y podía trabajar con él, pero a la vez, en donde él pudiera determinar dónde trazar su raya con respecto a las mentiras y abusos del sistema. En ese sentido es un mexicano típico, no es un mexicano heroico, no es un detective duro. Nunca intenté que fuera la imagen arquetípica o estereotipada del detective privado americano; no involucra en los acontecimientos. ¿Es esto un es duro, fuerte, enérgico, capaz de recibir golpes y reflejo de México si tomamos en cuenta que devolverlos, sino alguien que trata de defender a ciertos históricamente, el Estado y sus instituciones grupos o personas que están en posiciones vulnerables han sido enemigos del pueblo en las que no en la sociedad. Y una de las cosas más vulnerables en suele haber confianza alguna? nuestra sociedad es la memoria. Cuando me preguntan qué es lo que defiende Morgado, yo les digo que lo G. T. – “Hay que ver cuál es el perfil de Morgado. que defiende, es la memoria colectiva y la memoria Él es un licenciado en Derecho que trabaja como individual. Recordar quién hizo qué cosas y quién es defensor de los derechos humanos. En ese sentido ya responsable de tales actos. Nuestro México es un país estás en contra del Gobierno o de cualquier poder de desmemoriado. Tiene ciertas memorias ubicadas en PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 17


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ciertos episodios de su historia, pero todo el resto no se recuerda. No se si pase lo mismo en España, allá se cuenta con un gran conjunto de obras literarias dedicadas a la Guerra Civil de donde se sacan cosas dolorosas del país, de la época contemporánea o de la transición política. Pero en México, los dos acontecimientos torales siempre fueron la Revolución Mexicana, hace un siglo, y, tal vez, el México del 1968. Fuera de ahí, todo el resto de eventos históricos locales, regionales y nacionales están completamente olvidados, exceptuando los que rescatan algunos cuantos escritores como Carlos Montemayor, uno de los pocos que ha escrito sobre situaciones, no del centro de México, sino sobre estados foráneos como Chihuahua. Historias como el ataque al cuartel Madera en 1965, que de alguna forma son historias olvidadas de México. A mí me interesa rescatar la historia de México a través del género policíaco”.

novelas de Morgado están muy relacionadas con la historia. En realidad, en La memoria de los muertos uno puede revisar el pasado reciente de Baja California a través de la anécdota -que además no sucede en ese año, sino que le pongo otro- de la muerte del Gobernador de Baja California en el Centro CA, de un síncope cardíaco. En otros casos, como en Mexicali City Blues, se trata de la guerra fría en Baja California, con espías rusos en los tiempos de la guerra nuclear y los escritores beats que anduvieron por la frontera. Es el rescate de historias viejas, pero también de historias contemporáneas. Morgado no siempre está excavando en el pasado, pero yo diría que la constante mayoritaria en la obra en la que aparece Morgado, es la exhumación del pasado: el pasado está enterrado y él destapa y encuentra los cadáveres que nadie quiere reconocer como propios, que nadie quiere decir por qué están ahí, y los saca a la luz pública. Yo creo que Morgado funciona como una mezcla de arqueólogo del pasado, periodista investigador de ciertos episodios de BC e investigador privado. Hay una mezcla de todo eso, y, al final, una especie de pátina, una forma PERIPLO • GONZALO AGUIRRE P. - Al final del libro de pintar un último brillo en la nos damos cuenta de que, más que la justicia que está la idea de los derechos humanos, de que todo o la injusticia que resulte, lo que trasciende ser humano, aunque esté olvidado por la comunidad, en realidad es la verdad. ¿Es esto una visión merece ser recordado por lo que hizo para bien o para constante en el resto de su obra literaria? mal. Y en ese sentido, el rescate de Morgado es uno de cuestiones que son profundamente de derecho, el G. T. – “No en el resto de mi obra literaria. Por ejemplo, derecho a saber quienes fuimos para saber quiénes en ciencia ficción y fantasía casi no hay esa búsqueda somos”. de la verdad. Existe la lucha entre poderes, la búsqueda de lo maravilloso. Yo creo que funciona muy bien en P.- ¿Considera imprescindible el compromiso dos narrativas mías: una es la policiaca o de género político en la novela negra? negro, y la otra es la narrativa histórica, porque ambas están correlacionadas. Incluso algunas de las nuevas G. T. – “No. Casi todas las novelas negras 18 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


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estadounidenses carecen de compromiso político. de los que están llegando de países del Este, árabes, Creo que solamente Jim Thompson con 1280 almas, africanos o turcos que sienten lo mismo que Estados un clásico. Incluso los contemporáneos como Michael Unidos ante los mexicanos y centroamericanos, que Connelly o Don Winslow. La novela negra no están siendo invadidos por una cultura en la que necesariamente tiene un compromiso político aunque no creen y que no entienden. Yo creo que en este en América Latina ha sucedido mucho, tal vez porque momento gran parte de la novela policiaca -no la Paco Ignacio Taibo II estableció ese compromiso estadounidense sino la de Europa y de Latinoamérica-, desde un principio. Su detective privado, de alguna es una novela sobre la confrontación de mundos. forma tiene una agenda social y política que reivindica Ahorita todos los países son crisoles, lugares donde los el sindicalismo obrero y los desaparecidos durante la migrantes clandestinamente están llegando y donde guerrilla en los años setenta la población activa hasta en México. Pero en buena La gran ventaja de la literatura, es hace poco, fue también medida, también hay migrante pero ahora se la memoria, es hacernos recordar muchos escritores del Cono siente dueña del país. que hubo alguien en algún lugar Los ven con horror, Sur que han escrito novela policíaca o novela negra que dijo no, no acepto este trato, como una invasión. con el afán simplemente Entonces, ahí es donde no acepto ser este México. de descubrir y de mostrar ocurren los crímenes la condición humana en más terribles porque sus facetas más sombrías, son crímenes de odio, terribles y obscenas. Y en ese sentido no necesariamente de discriminación racial, de trata de blancas. Aquí aparece ese compromiso. En los últimos tiempos se ha vuelvo con el periodismo: Gomorra de Roberto Saviano rescatado mucho el período de las dictaduras militares es una novela policíaca. La historia de la Camorra de de Sudamérica, sobre todo de Argentina y Chile, Nápoles cuando inicia el primer capítulo, la primera pero en términos generales, tal vez algunos escritores escena de este reportaje que se lee como novela, -Rubén Fonseca en Brasil- han buscado exponer, no podría decirse que pudo haber ocurrido aquí. Suben una conciencia política, sino social de que el crimen los contenedores en el puerto de Nápoles y al caer, no es solamente el criminal que mata. Es también la se rompen y salen decenas de cadáveres de chinos. sociedad que le permite matar o que se aprovecha de ¿Por qué? Pues porque hay una comunidad de chinos él, para usarlo para otras cuestiones, para restringir en Nápoles que es suficientemente rica como para las libertades civiles, por ejemplo. Entonces, sí hay enviar a sus muertos a enterrarlos a China porque no una conciencia social y política en mucha de la novela quieren que los entierren en Italia donde todavía no policíaca latinoamericana aunque no suceda en la los respetan. Entonces, los envían a China para ser novela policíaca mundial. Por ejemplo, Henning enterrados con todos los honores, tradiciones y ritos, Mankell escribe sobre cuestiones de cómo fue usada sean budistas, shintoístas o lo que sean, pero pasan Suecia durante la Guerra Fría por los Estados Unidos como contrabando inverso: son los muertos que se y por Rusia, cómo fue un peón entre dos grandes regresan a China. Y bien pudiera estar pasando esto potencias. En su última novela de Kurt Wallender, en los contenedores de Ensenada. O sea, tú lo lees y aparecen esos fantasmas de la Guerra Fría. Entonces, pudieras decir que esto está ocurriendo en la frontera hay una visión política de señalar que el Estado sueco, Norte con México. Ahorita todos los países son el mismo su Gobierno, no supo defender la soberanía nacional. país, todas las fronteras son las mismas fronteras. Por También, hay una cuestión que aparece mucho en la eso es que creo que la narrativa que escribo es una novela policíaca europea: la cuestión del inmigrante, que, aunque esté escrita local o regionalmente, ya PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 19


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es universal porque la vida de frontera es la vida de todos. Y eso lo ves en las películas como Biutiful, en donde ves que las maquiladoras están en todas partes, ya no nomás en las fronteras, porque todo lugar es frontera, todo barrio es una frontera”.

lado tratando de pensar que eso no nos afecta, que es mejor hablar de Hello Kitty, de la fiesta de despedida que le haremos a fulanito que se va a tal parte, de las vacaciones que tomaremos en Disneylandia. Es decir, somos una sociedad de ciegos, conduciendo a otros ciegos hacia el abismo. Y el abismo está feliz porque P. - ¿Cómo vislumbra el futuro de la novela lleguemos pronto a él. negra en México y Latinoamérica? Tú lees la novela de cualquier escritor contemporáneo europeo o estadounidense y vas a G. T. – “En ese sentido, sí vuelvo al punto que descubrir que en gran parte de la novela policiaca planteabas. En un país que se está deteriorando tanto, no existen criminales sin que las autoridades estén en donde la realidad rebasa la ficción, la novela negra corruptas. Es decir, sin que las autoridades den el no puede basarse en contar el morbo, sino que tiene que visto bueno, sin que las autoridades se hagan a un vivir de hacer un examen de la realidad, un análisis, lado para que ocurran. Te pongo el caso de lo que una interpretación, una acaba de pasar con crítica de la realidad En un país que se está deteriorando ésta película de Presunto en que vivimos. Por tanto, en donde la realidad rebasa culpable. Creo que hoy lo tanto, no es solo la ficción, la novela negra no puede sale la noticia de que un reportaje más en los hijos del judicial basarse en contar el morbo, sino donde se cuentan que aprehendió a esta que tiene que vivir de hacer un persona y lo acusó como datos, movimientos, personajes o examen de la realidad, un análisis, culpable del asesinato, escenarios, es un lugar una interpretación, una crítica de la son delincuentes y que es como la travesía se la pasan robando realidad en que vivimos. de La divina comedia de coches en la Ciudad Dante vas a pasar por de México. Entran a la todos los lugares pero al revés, del paraíso que alguna cárcel y al día siguiente salen porque son los hijos del fue tu ciudad, al purgatorio que es este momento, y al comandante. ¿Por qué los hijos del comandante no infierno que se avecina o que ya llegó. Es un viaje al son buenos ciudadanos? Porque de seguro siguieron revés desde el paraíso, al infierno en donde el paraíso el buen ejemplo de su padre. Si hay algo que perjudica es solamente un recuerdo nebuloso de que alguna vez a nuestras naciones es la impunidad, no es el crimen esta ciudad era tranquila, de que todos los vecinos se en sí, sino que la gente puede salir impune del crimen conocían -y eso es en cualquier ciudad del mundo- de que sea, sabiendo pagar, sabiendo tener las amistades que había orden, un lugar donde la gente respetaba correctas, sabiendo tener la protección necesaria con la autoridad y donde todo eso desapareció porque los políticos y los policías. El problema es el sistema la autoridad también desapareció como tal, como de justicia donde las víctimas son el último interés alguien en quien se puede confiar. Y, ¿qué acabó de todos. El interés del político, de las corporaciones pasando? Un purgatorio en donde todos vivimos, policíacas, de los periodistas es señalar a los malos: sabiendo que vamos de la sartén al fuego, que cada ‘Miren, ya los pusimos aquí, ya los capturamos y ya día va a ser peor, que cada día los crímenes van a ser somos buenos para eso’. ¿Y las víctimas qué? ¿Cuánto mayores, que la sangre derramada va a ser mayor y veces ha pasado que los que están ahí no eran? que somos responsables de ello. Pero como estamos Simplemente necesitamos poner a alguien ahí, ver en el purgatorio, todavía estamos volteando a otro que funcionamos rápido y que somos eficaces y que 20 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


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avisaron que te iban a matar, a tu niña, a tu prima, a tu abuelita y a tus papás. ¿Qué haces? Este es un país donde los criminales son los que dictaminan el poder. Están dentro y fuera del Gobierno. En realidad son primos hermanos, son gemelos. En esa realidad, la novela policíaca abre, igual que toda ficción, un espacio. Como diría Italo Calvino, vivimos en el infierno. Reconozcamos eso. El ser humano, si quiere ser leal y digno a sí mismo, tiene que crear y buscar espacios que sean menos infierno en el infierno. Y tiene que empezar a expandirse, hay que hacer que existan

Para eso, el personaje del detective, del defensor de los derechos humanos aparece como uno entre una multitud, como la excepción a la regla. En general nadie es ni quiere ser el héroe en México. A los héroes los matan. Tú defiendes tu patrimonio y todo mundo te felicita. A las dos semanas llegan a tu casa y te matan. Tú, jovencita de 20 años, decides ser la jefa de policía del municipio porque ningún hombre se atreve. A los dos meses estás exiliada en Estados Unidos porque te

más espacios en donde el infierno sea menos infierno. Los escritores hacemos eso. Creamos más espacios de menos infierno en el infierno. Sigue siendo el infierno, no nos hacemos patos, estamos en el infierno, pero el escribir nos permite respirar, nos permite pensar que hay esperanza, recordar que hay otras opciones, que la utopía por más miserable, pazguata, utópica, inocente, ingenua que pueda parecer a ojos de cualquier malicioso que ve la realidad tal cual es. Es un

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nos den nuestro ISO 900, o sea, administrativamente somos campeones, estamos en el primer mundo, nos certificamos como una gran corporación. Pero todo es mentira. La mentira de la literatura no daña nada. La mentira de la realidad, del poder, daña a todos. Mientras exista eso la novela policíaca va a seguir funcionando porque va a seguir diciendo: ‘Hey, este es el país que queremos, esta es la justicia que deseamos, ¿Esta es la impunidad que vamos a seguir soportando y aplaudiendo? ¿Vamos a estar sumisos a ella? ¿O queremos otro tipo de país, otro tipo de sociedad?’

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espacio para hacer que el infierno sea menos infierno. Y si logras eso literariamente, bienvenido porque el infierno sigue siendo el infierno. Y es el nombre que por cierto, le puso Luis Estrada a su última película. México es el infierno, uno en llamas. Ya lo dijo Rulfo en El llano en llamas, pero puedes quitar el llano y poner a México en llamas, y eso somos, un lugar en

revolucionarios. No hubo justicia para los cristeros que la Iglesia levantó en armas y luego los dejó morir, acribillados por las tropas de Gobierno cuando ya habían hecho su tejemaneje en lo oscurito entre Iglesia y Gobierno. Quedaron en el olvido la gente que murió en los cincuenta, los sesentas y los setentas en el México mal democrático. Entonces, estamos hablando de que

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donde todo el mundo se mata entre sí, donde no hay justicia, donde el poder sigue impune. Y, sin embargo, la narrativa policíaca es una donde se dice: ‘Hey, de todos modos sabemos lo que estás haciendo, sabemos que no vas a pasar inadvertido, que tarde o temprano alguien va a contar tu historia, tu impunidad, lo que estás haciendo en prejuicio de la nación mexicana, de México, de los mexicanos, de los seres humanos que somos tus compatriotas’. Seguimos ingenuos pensando que un día va a haber justicia. No la hubo para los muertos de la Revolución Mexicana que se alzaron en armas, muchos de los cuales murieron y nomás quedó una versión oficial de quiénes eran los

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la única forma es contar. Yo creo que la gran ventaja de la literatura es la memoria, es hacernos recordar que hubo alguien en algún lugar que dijo: ‘No, no acepto este trato, no acepto ser este México’. Eso es lo que la novela -y no la policiaca solamente-, cualquier novela que hable de México, tiene como razón de ser brindarnos la opción de qué otra cosa pudo ser, pero también explicarnos qué somos. O sea, más que un reflejo, es ponerte un espejo de frente donde te ves como el mounstro que eres, como Dorian Grey. Uno se cree que México es a todo dar, debemos hablar bonito de nosotros. Pero aquí está el espejo y yo lo que veo es medusa, los mounstros”.


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Ese oscuro objeto de deseo Por Eva Santos García

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a femme fatale. La feminidad arquetípica por excelencia. Musa, diosa, asesina. Pocos tópicos pueden evocar adjetivos tan contrapuestos y, a la vez, tan acertados. Figura tratada en la literatura, el cine, la música; cualquier disciplina artística ve en ella su inspiración. Rol adoptado por unas, odiado por otras, amado por todos. En definitiva, un bonito cliché. Definir los requisitos que debe cumplir una buena mujer fatal es, cuanto menos, complicado. Es un personaje tan recurrente que ha sido explotado en sus mil y una formas, con sus correspondientes mil y un matices. Sin embargo, como primera aproximación, podríamos definir “mujer fatal” como aquella que utiliza su poder de seducción para lograr un objetivo y que, invariablemente, acarrea un fin desgraciado a ella y a quienes la rodean. O lo que es lo mismo: obsesión, poder, erotismo y castigo.

Elsa en los que él sólo es un peón más. La historia acaba trágicamente y Mike pronuncia su último alegato: tras todo lo vivido, tras las consecuencias de su viaje y su experiencia, no puede dejar de amarla. Y morirá, intentándolo. Estas palabras nos muestran a un hombre engañado, manipulado y seducido que se resiste a olvidar. Un hombre obsesionado. Elsa, por su lado, es bella, inteligente, egoísta y ambiciosa. Para lograr su fin, es capaz de todo. Utiliza sus armas, su erotismo. Sexualidad sutil que la película muestra a la perfección, al igual que toda el aura que la rodea, todo ese misterio, toda esa magia. Todo ese poder.

II.

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.” (Nabokov, 1975). En esta cita de la novela Lolita de Vladimir Nabokov de 1955 “The only way to stay out of trouble is to grow se menionan ciertas características extrapolables a old, so I guess I’ll concentrate on that. Maybe, I’ll cualquier femme fatale. Sin embargo, en este caso, al live so long that I’ll forget her. Maybe I’ll die, trying.” tratarse de una niña, de una nymphet, se pueden detectar La frase anterior corresponde al monólogo final de algunas diferencias. Para empezar, el objetivo que Michael O’Hara, protagonista de La dama de Shanghai persigue esta femme fatale se vuelve, menos material y (1947), que revela uno de los rasgos que aventurábamos más etéreo. Lolita se prueba el traje de mujer, manipula al comienzo: la obsesión que una femme terrible causa en y utiliza, pero de una forma aún un poco inconsciente. el hombre. Hagamos memoria: Mike (Orson Welles), Es interesante observar el desarrollo, la metamorfosis un rudo marinero, conoce a Elsa (Rita Hayworth) de Lolita, su inmenso erotismo y el descubrimiento de mientras la salva del ataque de unos ladrones en el lo que puede conseguir a través de él. Y es que es fácil parque. Él queda perdidamente enamorado de ella observar en Elsa una Lolita adulta y experimentada, hasta el punto de seguirla en un extraño crucero con una figura a la que aspirar. Pasado y presente de una su marido y su socio. Pronto, se ve implicado en una misma mujer. Pasado y presente, reitero, porque ni serie de extorsiones, intrigas y asesinatos urdidos por una, ni otra tienen posibilidad alguna de un futuro.

I.

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cine en rama

La mujer es mala, vengativa y cruel, aunque también, es bella y encantadora, un objeto de deseo. Pero toda esa sexualidad, toda esa liberación y poder sobre el hombre (siempre víctima) merece un castigo. Ya nos lo advertía el Antiguo testamento al retratar a una de las primeras mujeres fatales de la literatura: “Si comes la fruta prohibida, serás expulsada del Paraíso. Si haces que tu hombre la coma también, te someterás a él y será tu dueño. Así que ya sabes: se buena, Eva”. ____ Bibliografía: NABOROV, Vladimir. Lolita. Barcelona: Ediciones Grijalbo, 1975.

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Una femme fatale no tiene futuro. Una femme fatale acaba su vida de forma trágica. Ya sea con una muerte temprana, como en los casos anteriores, o bien condenada o presa de cualquier otra desgracia. La culpa ha de ser redimida. Es curioso que, incluso en el caso de Lolita y a pesar de la dulzura propia de su edad, Humbert - el protagonista masculino al que seduce en la novela - ya la califica de nínfula, de diabólica. El clásico dark side of the moon femenino. Y es que, no está de más recordar que el arquetipo al que nos referimos es una figura total y completamente ideada por el hombre. La feminidad, su lado oscuro visto desde una perspectiva meramente masculina.

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Gavia

Tres detectives perdidos en México Por Rodrigo Pámanes

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a narrativa policiaca en México ha logrado instalarse en la tradición literaria como un género potente, expansivo y representativo. La cantidad de autores que cultivan este arte es amplia y los lectores que cautivan siempre han sido muchos desde sus primeros textos en los lejanos años cuarenta. Mucho se dice que la empatía entre lectores y artistas se debe a que las historias policiacas escritas en México son una representación casi hiperrealista de la cotidianidad mexicana; un estado fallido donde solo pueden hacer justicia ciudadanos valientes que están dispuestos a todo por desenmarañar un hilo negro lleno de sangre. Es posible estar de acuerdo en la apreciación, pero es necesario recordar que no siempre el policiaco mexicano ha sido protagonizado por héroes civiles, y no siempre se ha combatido la corrupción y el narcotráfico. Este breve escrito busca rememorar algunos textos que nos han otorgado detectives ajenos al estereotipo de la narrativa mexicana, esos que no son detectives privados, ni abogados, ni tuertos cargados de ideología; mostrará algunos de los raros, esos que muchas veces son relegados por la historia oficial por no pertenecer a esa extirpe que buscan conspiraciones gubernamentales. ¿Cuántos detectives “raros” habrá en México? No muchos, tal vez muy pocos. En esta ocasión nos ocuapremos de tres ivestigadores de los más peculiares en el policial mexicano: Filiberto García, Francisco Reyes Ibáñez y Leyenda Morgan. La peculiaridad de cada uno radica en diferentes continentes: Reyes Ibález es un profesor ultraeducado de clase media, Filiberto García es un antiguo revolucionario capaz de obedecer

a su coronel hasta las últimas consecuencias, y ni hablar de Leyenda Morgan, judicial egoísta que termina la investigación cuando sus bolsillos se llenan de pesos. Es necesario comenzar hablando de Filiberto García, personaje que Rafael Bernal trajo a la vida en El complot mongol (1969). Sobre esta novela y su protagonista se dicen muchas cosas: que fue la primera novela policiaca mexicana, que Filiberto es un detective privado o un matón a sueldo, e incluso algunos distraídos colocan al agente García como un investigador al más estilo clásico. El complot mongol dista de ser el primer texto policíaco en México, los libros La obligación de asesinar de Antonio Helú, y Ensayo de un crimen de Rodolfo Usigli de los años cuarenta y Diferentes razones tiene la muerte (1953) de María E. Bermúdez son solo algunos libros que demuestran lo contrario. El misterio más grande es lo referente a la identidad de Filiberto García. Siempre se le ha etiquetado como un bruto insensible capaz de matar a cualquier mosca que vuele de alguna forma que sea de su desagrado. Es verdad que es de gatillo fácil, pero recordemos que es un revolucionario triunfador (puesto que sobrevivió) y un agente policial sin entrenamiento ni recursos capaz de desentramar una serie de engaños y corruptelas que involucran a la más alta esfera de México y a dos gobiernos extranjeros. La cantidad de artículos en la red que circulan afirmando que Filiberto es un detective privado es sorprendente, se podría suponer que son aseveraciones hechas por aquellos que no han leído la novela, pero esos mismo artículos muestran más adelante un conocimiento del texto, lo cual solo genera más dudas en el lector. En todo caso, es precisamente el hecho de PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 27


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García es fiel a su profesión hasta la última letra de la novela: cuando ve que un empresario de alto vuelo y un general del ejército han construido un problema internacional para beneficiarse no duda en hacer que se maten entre ellos y dar parte a su jefe sobre lo sucedido. Pero Filiberto también es persona, y al más puro estilo del hardboiled, pistola en mano termina de ejecutar a aquellos que le jugaron una mala pasada. Después de este agente del gobierno no volveremos a ver este tipo de investigador perteneciente a

explicaciones y en todo momento busca cumplir con su misión en la lucha contra la ilegalidad. Filiberto

las fuerzas de la ley, rudo pero nunca visceral, preocupado por las personas y ocupado con hacer

PERIPLO • M AR AMPLE

que García no sea un detective privado y sí un agente del gobierno su prinicpal características para ser considerado un raro en la narrativa policial mexicana. Antes y después del El complot mongol hemos estado acostumbrados en México a observar ciudadanos valientes que hacen frente a las injusticias, o a detectives privados que mezclan su vida y su ideología con algún trabajo de investigación. Filiberto García porta placa y pistola oficial, trabaja junto con la KGB y el FBI, tiene licencia para matar y no dar

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justicia. Tal vez Gil Baleares de Joaquín GuerreroCasasola se aproxime en personalidad y profesión. Otro personaje perteneciente a las fuerzas del orden es Primitivo Machuca Morales, mejor conocido como Leyenda Morgan, que apareció por primera vez en Leyenda Morgan (cinco casos de sensacional policiaco) (2005). El teniente Morgan no solo tiene el mejor nombre que un personaje policiaco en México posee, también es parte de este pequeño grupo de investigadores fuera de lo normal. La rareza de Morgan se puede observar en muchas de sus actitudes, pasatiempos y pesquisas. Primitivo es un policía judicial y esto le da un matiz diferenciador importante pues su placa y su pistola hacen que cualquier paso que dé esté avalado por la ley. La gran diferencia con Filiberto García es que a Leyenda Morgan no le importa la ley ni mucho menos la justica social, (como a casi todos los detectives en México) este detective es un verdadero carroñero que cierra los casos cuando los culpables le ofrecen un soborno. Una de las grandes diferencias entre el neopolicial y la novela de enigma es que al contrario que en la primera, en la novela clásica siempre hay un final feliz. En el caso de las aventuras de Leyenda Morgan, pase lo que pase el final siempre es grato pues termina con los bolsillos hinchados de pesos. Podríamos suponer que el detective en cuestión está interesado en resolver los casos, que su actitud miserable no compromete su profesionalismo, pero sería mucho suponer. Leyenda Morgan presenta un método de investigación sencillo donde encuentra la punta de un hilo y lo va recorriendo con base en las pistas que los interrogatorios le indican, método muy parecido al de la mayoría de los investigadores mexicanos, la única diferencia es que en este caso parecer ser un pretexto ideal para recorrer todas las cantinas y los prostíbulos de la ciudad. Otra particularidad es su afición a las novelas policiacas semanales, de mala calidad que se venden en puestos de revistas y que según vemos en las ilustraciones del libro son acompañadas con lustraciones. Esto es importante porque las historias de Leyenda Morgan las conocemos por medio de los

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recuerdos del policía y él explícitamente se pregunta “¿Qué sería de esas historias si alguna vez tuviera (sic) la suerte de ser transformadas en novela policiaca semanal y la vendieran en todos los estanquillos de la república?” (Muñoz Vargas, 2009:12) La siguiente página a esta cita es la simulación de una portada de las novelas semanales que ilustra un caso del Teniente Morgan. Lo mismo pasará al inicio de cada relato mostrando un recurso divertido y eficiente. No podemos dejar de mencionar que Primitivo Machuca es un detective de La Laguna, zona geográfica ubicada al norte de México cuya ciudad principal es Torreón, situación que le da otra de sus dosis de rareza, pues en el panorama literario existen muy pocos detectives que pertenezcan a tan olvidada zona. No es el único, como veremos más adelante, pero sí uno de los pocos ojos de agua en el desierto. Morgan es un tipo extraño; no tiene apegos, no entabla amistad, la vida de los demás le tiene sin cuidado, fuma cigarros Raleigh y se mueve por Torreón como pulga en perro fino. Es un verdadero verdugo de la honestidad y la civilidad, y es por eso que Leyenda Morgan merece un lugar en este escrito. Es posible que el detective más raro de la narrativa mexicana sea Francisco Reyes Ibáñez, hijo de tinta del escritor lagunero Francisco Amparán, que apareció por vez primera en el libro de relatos Algunos crímenes norteños (1992). Estamos ante un investigador que rompe con todos los esquemas de personalidad, profesión, método de investigación y causas que combate. Francisco Reyes Ibáñez es un tipo culto perteneciente a la clase media por su cartera pero a la alta por su educación. Se mueve con solvencia lo mismo en un barrio bajo que en una reunión con millonarios. Su profesión de profesor en una preparatoria privada (ITESM) le da una de sus peculiaridades más características. Es un detective involuntario; el espacio escolar es relevante para conocer su personalidad (arrogante y divertida) y a la vez sus compañeros de trabajo le ayudan a resolver crímenes y son víctimas de sus quejas sobre el país. De esta manera no solo tenemos a un investigador que es profesor, también tenemos a un detective que PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 29


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recibe ayuda externa de forma constante dejando de lado la figura del detective autosuficiente y solitario. Al igual que Leyenda Morgan, los relatos de Francisco Reyes Ibáñez se desarrollan en La Laguna, principalmente en la ciudad de Torreón, lugar donde suceden muchos crímenes reales y muy pocos de papel. Tenemos pues al primer gran detective de esta zona de México donde las espinas y los granos de arena vuelan libres por el viento. Su método de investigación es una mezcla de los investigadores clásicos y los hardboiled, algo así como un Philp Marlowe que fue a la universidad. La mixtura de estilos es visible, pero Reyes Ibáñez es más cercano a la novela policiaca clásica por que su compromiso social no es tan generalizado como en el neopolicial ni su sed de justicia es tan clara como en el hardboiled. Está molesto con su país y las injusticias que se comenten, pero al final todos los crímenes que resuelve benefician a unos pocos ciudadanos pertenecientes a la clase media o alta. También podemos observar una exagerada confianza en el poder judicial mexicano (la intervención de Reyes Ibáñez termina cuando los culpables confiesan y son esposados por la justicia, incluso podemos leer en algunos relatos las sentencias que les dictan). Esta actitud, sin duda, lo hace alejarse de los demás detectives mexicanos que ven en el Gobierno un enemigo peligros del que hay que cuidarse. El detective lagunero tiende trampas a sus sospechosos y los va acorralando hasta que los hace confesar, un método muy cercano a Sherlock Holmes que nos arroja siempre finales felices. Las narraciones donde participa Reyes Ibáñez siempre comienzan una vez que el crimen se ha cometido, de esta manera la historia de la resolución es el marco donde el investigador, el narrador y el lector se encuentran. Este modelo donde: a) hay un crimen b); se investiga c); se resuelve, es contrario al modelo del neopolicial y del hardboiled donde la historia del crimen está presente en casi todos los relatos. De esta manera, podemos decir que mientras en las novelas de los contemporáneos de Francisco Amparán la historia puede nacer y crecer sin un crimen en la primera página, sus textos no podrían existir sin un 30 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

crimen pues la historia es la narración de la resolución. Un rasgo distintivo de los relatos donde aparece Reyes Ibáñez son sus intenciones finales. Mientras en los relatos clásicos el detective busca justicia social, en la literatura de Amparán su investigador combate a una variopinta clase de criminales y, la mayoría de las veces, es la clase media la que recibe la ayuda y no la sociedad en generala, pues nunca termina por descubrir grandes fraudes ni destapa actividades corruptas. Estamos, pues, ante el gran detective de la clase media que solo resuelve los crímenes que atañen a su más cercano círculo. ¿Habrá más detectives fuera de lo normal en el panorama mexicano? Seguro que los hay, pero este escrito busca presentar solo algunos de los que fueron cosidos fuera de la horma nacional. A Leyenda Morgan le aburre el sindicalismo, a Francisco Reyes Ibáñez le preocupa poco lo que pase afuera de su círculo íntimo y Filiberto García se jubiló del servicio cuando logró salvar al presidente de México por ordenes de sus superiores. No sabemos que camino le depara a los nuevos detectives mexicanos, sería grato que los investigadores de tinta y celulosa dejen de perseguir narcos, empresarios avariciosos y gobernantes corruptos para que se ocupen de otro tipo de misterios que nunca son resueltos en la república literaria mexicana: ¿estará naciendo ya el detective de los muertos?¿existirá alguna vez un investigador infantil que resuelva crímenes inocentes? Habrá que esperar que ese día llegue y que los investigadores raros en la narrativa mexicana se multipliquen.

_____ Bibliografía: AMPARÁN, Francisco José. Algunos crímenes norteños. México, D.F.: Universidad Autónoma de Puebla y Universidad Autónoma de Zacatecas, 1992. BERNAL, Rafael. El complot mongol. México: Booket, 2008. MUÑOZ VARGAS, Jaime. Leyenda Morgan (cinco casos de sensacional policiaco). México, D.F.: Ediciones Sin Nombre, 2009.


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PAPELES NÁUFRAGOS

POR CARLOS BELLO MALA PUTA

“No debiste ser tan bella. La primera será al corazón”. Arrugado entre el billete de metro y el pañuelo, al sacar la mano me pregunté cuánto llevaría esto aquí. Era de I., claro, ningún otro se hubiera atrevido, coffee, please, a amenazarme por servilleta. Sólo I, esas cosas sólo las hacía I. I. Pobre infeliz. I. El de los tequerrés edulcorados. I. I. Hace ya algunos años que decidí que lo único que debía ofrecer a los hombres era mi cuerpo Fue en 2003, en octubre, después de que el único hombre que he querido en mi vida, A. se llamaba el muy hijo de puta, empecé fuerte, me pisoteara de aquella manera, me dejara tiritando desnuda con el Orfidal flotando en el Jack Daniel’s, me arrojara, acantilado abajo, a mi [mala puta] suerte. Gracias a él, aquel día y todas las noches que lo siguieron descubrí que a los hombres había que tratarlos como mercancía como carne como seres inertes Como él me trataba como él me trató Que yo era guapa, sexy, lista, que ellos no Que había que usarlos. Utilizarlos. Instrumentalizarlos. Que esos seres inmundos pobres animalitos tan torpes babearían por verme gemir encima de ellos Encima, Encima, Siempre encima Noche tras noche tras noche tras un lunes un jueves un domingo un domingo un jueves un lunes. II. Todo era fácil, muy fácil, terriblemente fácil *con esta carita *con estos pechos *con estas piernas *con esta cintura *con este cuerpo que -a sus modos simples, necios, estúpidos de verlo- estaba hecho *con este coño, qué coño para gozar por las escaleras del séptimo. “Sexo pragmático” lo bauticé. De alguna manera tendré Casi perfecto, terapéutico PERIPLO • EUGENIA HER MIDA 32 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


que olvidarle desquitar romper vengarme.

PAPELES NÁUFRAGOS

Durante meses cada noche era Fue lo mismo Las sonrisas aprendidas los ojos ensayados mi guión de barra de bar con mirada qué tal ¿me invitas a una copa? ¿a qué te dedicas? ¿vives solo? y ¿nos vamos? Unas veces eran altos, otras interesantes, otras casados, otras sabían a chorizo, a veces ni siquiera les preguntaba su nombre Me los follaba. En sus coches, en sus casas, en las casas de sus novias, de sus mujeres, de sus ex mujeres, de sus hijos, pero nunca Nunca: nunca en hostales, en hoteles, en moteles [esos lugares no pertenecen, no son] a los que no regresaran en La noche siguiente o a la siguiente o a la siguiente. Por supuesto, yo no los tocaba Mi postura era la de la superioridad Me dejaba quitar la ropa, ellos se quitaban la suya y yo abría, mucho, las piernas Mucho Mucho Las abría mucho [Dos piernas detestan aquí una herida que las une.] Después no los volvía a ver los hacía tan minúsculos tan miserables tan estúpidos, desaparecer Me daban asco antes, durante y después Yo sólo los tocaba con mis [Importante_ me niego a decir ‘entrañas’, buscar otro] Mi boca, mis manos, eran demasiado delicadas para aquellos trozos de carne con pata[ta]s a los que yo sólo debía devorar, expoliar, follar sin compasión. III. A algunos imbéciles no les bastaba y decidían arrastrarse Era patético Buscarme al día siguiente en los bares de siempre Repetir. Hasta que mis bares de siempre empezaron siendo los de todo Huertas y acabaron siendo los de todo Madrid. Una de esas noches, la misma en que, mi [mala puta] suerte, me despidieron del trabajo, decidí no llevarme a uno sino a dos de la barra del 901 Nunca me lo había hecho a la vez con dos tipos y estos dos Lo necesitaba eran perfectos Unos insensatos, amigos. I. y L., los más grandes que encontré. I. era pintor, todos decían que era un gran pintor, decía él; vivía solo. L. era publicista, no vivía solo. Me llevaron a la casa de I., un estudio en Arenal PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 33


PAPELES NÁUFRAGOS

que, con el tiempo, se acabaría convirtiendo en mi casa. Lo hicimos a pelo, con coca, borrachos, escuchando The Ramones. Me ensuciaron bien por dentro y por fuera. Me gustó tanto Lo hicieron tan bien Se empequeñecieron tan bien que con ellos sí repetí, no me quedó otra. Nos intercambiamos los teléfonos, nos dimos los nombres Y a partir de ahí, la tríada se convirtió cada noche, cada día, cada metro de siglo, cedé y bolsita en la chaqueta, The Ramones y coca, en ritual La hora acordada Y siempre los tres. Yo Encima de I. Yo Encima de L. Yo Encima de I. y L. A la cuarta noche decidimos que yo ya no volvería a casa, que no merecía la pena, y que, hasta que a la hora de cenar llegara L., me pasaría todo el día pintándome los labios fumando viendo cómo trabajaba I. Dos semanas después, me di cuenta de que ya no iba a necesitar mi apartamento en Santa Isabel y que mi alquiler pasaríamos a fundirlo en píldoras, discos y coca. IV. Todo fue Era perfecto así, mojaba magdalenas en vino, arco borroso de arpegios de vida y caricias herrumbrosas de lumpen y salón Quizá me hubiera enamorado, no sé, nos pasábamos el día drogados y todo era perfecto así Quizá me hubiera enamorado, no sé, pero era Yo Encima de I. Yo Encima de L. Yo Encima de I. y L. Hasta que un día, tres meses después, que me quería, me decía, que me quería, que me quería, el imbécil, I. quiso acostarse, él solo, conmigo. Sentí, no sé Que me quería, decía Que me quería Se puso violento Que me quería, decía Que me quería y que si yo no … … … . Comencé a moverme; sin saber a dónde mientras me seguía por la casa Que me quería, Le escupí Le escupí Me seguía y Me movía y le grité mi abrigo Mi abrigo pero dónde cojones está mi abrigo ¿tienes tú mi puto abrigo? ¿por qué cojones tienes tú mi puto abrigo? Tuve que hacerlo, claro Tuve Tuve Respiraba pasado y aire La primera fue al corazón.

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NADIE TE HA INVITADO

Síndrome de Stendhal

POr Ángel Saiz GONZÁLEZ

N

o desvelaríamos un gran misterio al comenzar este artículo hablando sobre la influencia que la literatura, el arte y el cine han ejercido entre sí. Adaptaciones de grandes novelas, uso de encuadres pictóricos, construcciones narrativas y visuales se han intercambiado entre los grandes creadores de cada género. Sin embargo, resulta inevitable hacer esta afirmación a la hora de abordar la obra del pintor estadounidense Edward Hopper. Este artista fue, como tantos otros, un gran aficionado al séptimo arte. Algunas películas de los años cuarenta como El halcón maltés de John Huston tuvieron una gran influencia en el desarrollo de su obra posterior, consolidando uno de los puntos característicos de su pintura, la “mirada cinematográfica”. Con este concepto nos referimos a la manera que Hopper tenía de presentar la historia. En sus cuadros abunda la presencia de personajes y paisajes solitarios, escenas de la vida cotidiana estadounidense. Introduce al espectador dentro del cuadro a modo de voyeur, haciéndonos partícipes de la intimidad de los individuos, invadiéndola creando una gran tensión al percatarnos de que nadie nos ha invitado a estar contemplando el desarrollo de los acontecimientos. Donde más conseguido está este logro expresivo es en sus escenas de interiores. Pequeñas historias de cotidianidad, protagonizadas casi siempre por mujeres solitarias que ocultan un profundo drama psicológico. Quizá el mejor ejemplo lo tengamos en la obra Hotel Room de 1931, en la cual el espectador observa como escondido detrás de una cortina o a través de los vidrios de la ventana protegido por la

oscuridad de la noche, pero con la sensación de que puede ser descubierto en cualquier instante. Una joven semidesnuda está sentada sobre la cama de una fría habitación de hotel mientras lee un papel doblado, posiblemente una carta, con las maletas sin deshacer a sus pies y en una actitud abatida e introspectiva, con la mente ubicada en un lugar muy distante del que físicamente se encuentra. Aunque parece que no exista comunicación, se establece un contacto misterioso, e instantáneamente surgen una serie de preguntas: ¿De dónde viene esa muchacha?, puesto que está claro que acaba de realizar un viaje, ¿qué pone en la carta que está leyendo?, ¿es acaso el mensaje de la carta el que la ha llevado hasta allí?, posiblemente, pero nunca lo sabremos. Lo único claro es que no se trata de buenas noticias. El logro del artista es invitar al espectador a contemplar el conflicto personal de individuos anónimos, solitarios, aislados, apesadumbrados y melancólicos. Con una presentación íntima y sencilla de la escena a la par que angustiosa, permite que vuele la imaginación del intruso, creando su propio thriller psicológico, inventando presente, pasado y futuro de una historia probablemente trágica. Son este tipo de escenas las que más han inspirado a algunos de los grandes directores del cine negro. Quizá la relación más fácil la encontremos en Alfred Hitchcock en su film La ventana indiscreta (1954). Pero, también, encontramos su huella en 39 escalones (1935) y la “casa del terror” de Norman Bates en Psicosis (1960), la cual es una trasposición fílmica de la pintura House by the Railroad. Más que la recreación de arquitecturas, PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 35


Síndrome de Stendhal

y toda la poética que conllevan: insomnio, sombras, oscuridad, ventanas iluminas en oscuros edificios, neones parpadeantes, heridas sin cerrar, misterios, marionetas sonámbulas y soledades nocturnas. ¿Fue Hopper el que realizó escenas de película, o son las películas las que representan imágenes de Hopper? No creo que sea trascendente encontrar una respuesta a esta cuestión.

Wenders, aunque la lista podría ser interminable. El caso de los ambientes hopperianos en Lynch es ciertamente cercano. Su formación en artes plásticas y su vocación de pintor crearon una sensibilidad especial que se hace visible en la pictoricidad de algunas de sus películas. Comparten temáticas comunes como la soledad, el deseo sexual o la falta de comunicación, también tienen el común el gusto por la mirada externa del desarrollo de los acontecimientos, la supresión de detalles narrativos que impliquen al espectador y, sobre todo, una mirada onírica y mágica de la tragedia personal. Ambos sienten un interés especial por los escenarios nocturnos

____ Bibliografía: LEVIN, Gail. “Edward Hopper y el cine”. Arte y parte, nº 28, 2000: 39-61. MUÑOZ MOLINA, Antonio. “Las ventanas de Hopper”. El realismo en el arte contemporáneo: 1900-1950. Madrid: MAPFRE, 1998: 241258. PABLOS PONS, Juan. “La pintura y su influencia en el cine: una aproximación pedagógica a la obra de Edward Hopper”. Enseñanza & teaching. Revista interuniversitaria de didáctica, nº 23, 2005: 103-114. ROSE, Bárbara. “Edward Hopper: el poeta de lo cotidiano”. Descubrir el arte, nº 64, 2004: 1420. VV.AA. Hopper. Barcelona: Lumen, 2008.

PERIPLO • Julieta Piaggio

paisajes, perspectivas, ambientes lumínicos o interiores de hotel como citas directas, lo que más influencia ha generado ha sido la creación de atmósferas introspectivas y melancólicas, generar sensaciones contradictorias en el espectador a través de un mensaje sencillo, pero abierto a múltiples interpretaciones. En este aspecto, destaca la influencia ejercida en directores como David Lynch o Win

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MICROTRAYECTOS

POR CLAUDIA SÁNCHEZ

INEVITABLE

PERIPLO • GONZALO AGUIRRE

Sigue teniendo esa cara de buena gente con la que me conquistó. No es que esté mal, pero a veces no se puede complacer a todos. Él no podía resistirse. Lo supe cuando, después de decirle que había leído su intercambio de correos con Alejandra, con su mejor cara de cordero degollado y muy convencido me dijo: “no lo pude evitar”. Estuve ensayando esa misma expresión para cuando la Policía baje de la terraza y me pregunte por qué se suicidó.

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Entrevista a Leonardo Oyola

mano a Mano

Fantasía negr a: la nueva estética del policial argentino POR TRINIDAD MOLITERNO

Un escritor de policiales que le guiña el ojo a lo fantástico. Así se define Leonardo Oyola, joven escritor argentino que lleva siete novelas publicadas: Siete y el tigre harapiento (2004), Hacé que la noche venga (2008), Santería (2008) Sacrificio (2010), Bolonqui (2010), Gólgota y Chamamé (2007). Esta última obtuvo el premio Dashiell Hammett al mejor policial en la XXI Semana Negra de Gijón. El universo Oyola mezcla elementos poco convencionales al género negro. Si bien crudas, entre fantasía, folklore y mística popular, sus novelas se transforman en pop art de periferia.

PERIPLO – Desde el vamos te considerás un escritor de novelas policiales ¿Cómo incursionás en el género? Leonardo Oyola – “Bueno, yo empecé a escribir en el taller de Alberto Laiseca. Trabajé con él el tema de consignas. Relato a relato me iba proponiendo incursionar en diferentes géneros. Ver si la consigna que él tiraba me servía para ciencia ficción, para terror. Me fui sintiendo cada vez más cómodo, y él lo notaba, con los policiales”.

P. - Dos de tus novelas están en la colección Negro Absoluto. Muchas novelas del género negro se han presentado en colecciones. Más allá de los lugares comunes que las hacen estar ahí, ¿qué finalidad persiguen? ¿Qué otra cosa más intrínseca las vincula? L.O. - “En cuanto a las novelas de Negro Absoluto, la colección dirigida por Juan Sasturain, la consigna era crear un detective que tenga continuidad a lo largo de varias novelas y que fuera bien reconocible. Ellos por ahí querían jugar más con el asunto porteño. Por P. - Una vez que hiciste eso, sentías que eso fue que a Fátima y a los personajes secundarios jugabas de local… los ubiqué acá en la Capital Federal, sino me hubiera L.O. - “Sí, totalmente. Esa es la expresión. Me sentía manejado con el conurbano que es de donde vengo seguro. Como plantar, siguiendo tu analogía, todos los y conozco más. La colección Negro Absoluto me jugadores en la cancha. Cuando hice la experiencia de parece que perseguía seguir esa tradición que estaba una primera novela (Siete y el tigre harapiento), ya sabía que ya instaurada en el país con colecciones como las que quería hacer eso. Me parece que a mí el género me da un habían dirigido en su momento Borges y Bioy Casares. escudo o incluso, si querés también llamarlo esqueleto, Todo ese asunto de Etiqueta Negra, Séptimo círculo. al que voy a ir dándole vida, metiéndole otras cosas”. También, perseguía emular otras colecciones que PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 39


PERIPLO • Diego Fermepin

mano a Mano

siguen vigentes en otros países. Esa es la idea que tenían ellos y yo me sentí muy honrado cuando me llamaron porque no me pesa el tema de ser escritor de policiales. Yo me considero escritor y estoy muy orgulloso de hacer eso porque es lo que me nace. No diría que es lo que me sale. Me nace, me siento cómodo, lo disfruto. Dejás muchas cosas de lado para escribir y lo lindo es que lo disfrutes. Creo que voy para ese lado por eso”.

híbrido que se va nutriendo de otros géneros, que coquetea con el fantástico, la ciencia ficción, pero de lo que se nutre y mucho es de la realidad, de los noticieros”.

P. - Vos coqueteás con lo fantástico, ¿a qué se debe? ¿Sirve para hacer una pintura de la realidad un poco más irónica o pasa por otro lado? L.O. - “Creo que las pocas veces que salió así como P. - ¿Podemos considerar al género negro como vos decís no lo tenía tan pensado y por eso salió un un subgénero dentro del policial que se aboca poco más genuino. El tema básico con una novela más al realismo y los problemas sociales? como Hacé que la noche venga, que fue el policial que L.O. - “Sí, creo que es la tendencia y lo que se empezó le siguió a Siete y el tigre harapiento, fue seguir una a hablar históricamente. Si vos lees los estudios ya línea histórica como la saga de La Víbora Blanca, parte de un fallido la división entre género policial y que hice para la colección Negro Absoluto. Eso género negro por el asunto de la escuela británica. El tenía que ver con las novelas anteriores que había mismo Poe era norteamericano y a él se le aduce ser el escrito, donde no estaba presente lo fantástico. padre de la escuela británica. En el negro lo que más Eran más duras y cuando las escribí quería ser más subsiste es el escenario social. El entorno para poder verosímil con la realidad. Entonces, con el tema de lo aprovecharlo en la historia y que sea un protagonista fantástico podés aflojar un poco. Te podés divertir”. excluyente. En la Semana Negra de Gijón escuché a mucha gente hablar. Decían que el género negro al P.- Claro, también le da un tinte humorístico… lado del policial tradicional de deducción es un gran L.O. - “Aparte de lo humorístico creo que es ese 40 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


mano a Mano

final de twin speed: qué te causa más alivio que haya P.- ¿El policial es siempre un relato que va sido un evento sobrenatural o real que haya pasado. desde la oscuridad hacia la luz, del crimen Entonces, jugar con eso de un lado y del otro” hacia la verdad? P.- ¿Quiénes son tus mentores? Tomás muchos hipotextos y en tus novelas mencionás a Poe, a Conan Doyle, etc. L.O.- “Los autores clásicos son los que uno lee cuando arranca. No tengo ningún reparo en mencionar la colección Robin Hood, haber leído Los tres mosqueteros de Dumas. Ese pulso del folletín a mí me sirvió, y mucho. Me encantó Poe, Conan Doyle que vos mencionaste. Más acá en el tiempo, Chandler, Hammett, Jim Thompson. Pero creo que, cuando empecé a abanderar el género policial y quise seguir leyendo y en la medida de mis posibilidades poder sentarme a tomar un café o una cerveza con estos tipos, fue cuando leí a Guillermo Orsi y a Ernesto Mallo. Dos grandes autores de policial argentino. La suerte que tuve fue leerlos a los dos, haber comprado esos mundos que proponían en sus obras y estar esperando siempre la nueva novela de Orsi, la nueva novela de Mallo. Esas creo que son mis referencias”. P.- En el género negro, la cuidad y sus espacios urbanos son protagonistas. Sin embargo, vos te movés en espacios más periféricos como las villas o zonas rurales, ¿cómo es eso? L.O.- “Tiene que ver porque yo conozco un poco esos espacios. Me crié en lugares como los que a veces escribo y uno siempre le pone cosas de las que vivió a lo que escribe. Por ahí la palabra es antipática: la mentira. El eufemismo de mentira es ficción, lo que hacemos nosotros. Para que alguien te crea vos le tenés que poner un asidero de verdad y ahí me parece que ese ancla, eso que te puede sonar a un eco, algo que vos decís: ‘Ah, parece que conoce esto’. De ahí en adelante metés los elementos fantásticos, la trama que necesite la historia. Ahí es netamente ficción, es netamente mentira. Es un chamuyo”.

L.O.- “El tema de los policiales es así: no sé si interesa tanto que se haga justicia, sino descubrir la verdad. En la realidad, la justicia vendría a dar un alivio si se llega a dar dentro de lo que son los términos legales, pero desde la ficción irremediablemente todos somos un poco más honestos y la justicia es como un placebo. Muchas veces descubrir la verdad es tan amargo como lo que generó ir a buscarla. Y ese es el material del que nos nutrimos nosotros para escribir”. P.- ¿El género negro es sustentable en Latinoamérica? L.O.- “Mirá, hay un asunto y eso me excede a mí”. P.- Porque en Argentina está dejado de lado. Es un género bastante outsider L.O.- “Y es mala palabra para los que manejan a veces la literatura en general, hacerlo así, tan pretencioso. Hacer género puede resultar mala palabra, yo entiendo que se necesite etiquetar ya sea desde el periodismo, estudiantes de literatura como para tirar referencias. Entiendo que al ser un escritor emergente, los lectores que haya tenido sean fanáticos talibanes del policial y estén buscando eso. Lo del género no sé en qué momento habrá pasado que empezó a verse como literatura menor, algo poco respetable. El policial goza de muy buena salud, al lado de cómo se bastardea a la gente que hace ciencia ficción o terror. Debe existir un gran exponente de ambos y que no encuentre su mercado para eso. El policial y el fantástico si lo tienen abierto. Ni hablar del trabajo que hizo Liliana Bodock que abrió puertas a otra gente con lo que es el fantasy. No sé si eso se va a revertir, es como la relación entre literatura y mercado. Se vive como si fuera un River/ Boca y me parece que no son equipos diferentes, sino un mismo espectáculo, un mismo show. Ahora en Mar del Plata van a hacer en mayo un festival dedicado solamente al policial. Habrá muchos escritores, vamos a ver la respuesta que hay. Cuando yo fui a la PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 41


mano a Mano

Semana Negra de Gijón, es impresionante la cantidad de gente que va y no tiene ningún rollo con eso”. P.- Bueno, pero España es justamente un país que cultiva mucho el género negro. Los autores Latinoamericanos coquetean con él, pero se van metiendo un poquito en uno, un poquito en otro… L.O.- “Eso tiene que ver con la capacidad que tiene cada uno de escribir. Yo no me veo ducho para la ciencia ficción ni para hacer una novela de terror hecha y derecha de la primera página a la última”. P.- Hacé que la noche venga tiene muchos condimentos de terror. L.O.- “Y yo te lo agradezco, lo tomo como un piropo, pero lo que te quiero decir es que yo no sé si muchos autores le tienen miedo a escribir género por esto, por ahí la historia que quieren contar no necesariamente se tiene que enmarcar. La otra vez me pidieron que escriba un cuento para Página 12. Yo no quería mandar algo que ya tenía publicado. Justo tenía algo en lo que venía pensando, era la relación con mi abuelo y la relación con mi papá. Fue ese relato y no tienen nada de policial. La intención que tuve al escribirlo no iba para ahí. También, me parece muy tonto cuando alguien agarra y dice: ‘Sólo hace policiales o sólo hace terror porque es lo único que le sale’. Y vos decís: ‘Y no, sabés que no… para escribir hay tantas cosas antes’. No sé si yo voy a poder ver o no esa aceptación de otro sector. Parece que es en definitiva: hacemos libros. Yo estoy orgulloso de escribir, de ser un escritor de policiales, de que esta gente que te mencioné Orsi o Mallo hayan leído mis libros y que me alienten a seguir escribiendo. Esas son mis botas, con eso voy a morir. No sé si tengo herramientas o no, pero con éstas por ahora, aparte de arreglarme, la paso bien”. P.- Sacrificio y Santería son novelas femeninas. ¿Cómo se construye en el género negro personajes femeninos tan fuertes como La Víbora Blanca y La Marabunta? L.O.- “Cuando nos llamaron para la colección teníamos que ver que los detectives que encaraban 42 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

los escritores convocados fueran diferentes. Noté que la manera de hacerlo distinto a lo que ellos estaban craneando era que fuera mujer. También, era un desafío hacer una voz femenina en primera persona, diferente a lo que había hecho en Hacé que la noche venga donde me inspiré un poco en como habla mi papá, incluso como habla mi abuelo. Diferente a la voz de Chamamé que es más cercana a una de cuando yo fui adolescente y Gólgota donde vuelvo a evocar a mi viejo. Dije: ‘Vamos a hacer eso, una voz femenina’. Creo que la voy logrando. Todavía es un work in progress la voz de Fátima. En Santería ella es muy camionera, pero bueno, ¿viste lo que soy yo? Hasta que no me puede sacar todo eso… En Sacrificio al estar ella embarazada la puede suavizar más”. P.- ¿Tenés en cuenta la estructura básica del policial? En Hacé que la noche venga nos encontramos con una línea tradicional/ deductiva, desde el comienzo hay un misterio que hay que resolver. L.O.- “En las dos primeras me pasó eso. En Siete y el tigre harapiento yo quería contar la historia de un asesino al que íbamos a desenmascarar en el último capítulo. En Hacé que la noche venga tal cual lo dijiste vos. Entonces, a la hora de encarar Chamamé, que era una novela que escribía en la actualidad, eso me daba una distancia. Podía jugar con la ficción mucho mejor. Las fugas históricas las hacen más maleables. Cuando escribí Chamamé quise escribir un sentimiento de odio, de venganza. La historia de dos tipos que se quisieron mucho, pero a raíz de la traición de uno, el otro genera un odio tal que lo lleva a perderlo todo con tal de matarlo. Ahí, de manera solapada quería trabajar con un tema propio de la literatura de terror: el nacimiento y la muerte del monstruo. Un personaje empieza siendo monstruoso y se termina humanizando. Al narrador le pasa el proceso contrario. Parece más humano que el otro, pero al dejarse consumir por la furia, al ensuciarse en la mugre que elige meterse, se termina volviendo un monstruo”. P.- En Hacé que la noche venga nos encontramos


PERIPLO • Diego Fermepin

con Tres, el atorrante. ¿Persigue valores parecidos a los del detective tradicional, como, por ejemplo, lealtad y cooperación? L.O.- “A Tres lo quise mucho. La base para crear personajes son ciertos estereotipos o ciertas funciones que tienen que tener dentro de la historia. Después los vas tuneando como si fuera un auto, determinando características para darle personalidad. Lo importante de Tres es que es un viejo que no sabemos si está loco o no, si de verdad vino de una clase acomodada y terminó como él dice Esas cosas que le daban impulso para no dejarse morir. Cuando muere su compañero, si se dejara caer por el frío y la tristeza, también pasa al otro barrio, también fallecería. Eso le da un motivo para seguir adelante. Me gusta escribir sobre esa especie de códigos y está patente en mis novelas: el código de camaradería. Hoy por vos, mañana por mí, nos vamos a cubrir lo que sea. Creo que eso le da mucha vida a Tres”.

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veía como un policial con patota y otras veces decía: ‘Flaco, ¿para qué ponés la otra mejilla? Andáte’. Eso fue lo que me hizo volar un poco. Volví a resignificar el tema de la religión. No voy a misa hace siglos, no lo justifico. Creo que es un ritual que está jurásico, pero lo que me parece increíble de la gente, sea común y corriente, sea lo más ordinaria, es la capacidad de tener fe. Y eso es lo que me gusta de Fátima y me gustó escribir el segundo capítulo de Santería. Ella dice que la fe es un arma. Porque me parece que es así. En algún momento uno elige una carrera, elige apostar a una vida, apostar a una pareja. Lo pueden llamar de la manera que quieran, pero ahí hay un acto de fe. Escribir es un acto de fe. Yo me siento enfrente de una computadora y me convenzo de que puedo crear un mundo, que puedo crear una historia y es porque tengo fe de que va a salir así”.

P.¿Qué papel cumple el diálogo en la novela negra? L.O.- “Para mí es fundamental para llegar a conocer a los personajes. Las formas P.- Tiene ciertas de hablar, por más que caracter íst icas se utilicen las mismas mesiánicas o expresiones coloquiales, heroicas… cuentan una historia. L.O. - “Bueno ese es Yo reconozco que es un mal que creo que una debilidad mía tengo con el tema de porque me encantan las la religión. Cuando sos chico es el primer elemento de ficción: creer o no digresiones. Cuando un personaje empieza a contar creer. Vas a misa, escuchás las historias de la Biblia, una historia dentro de otra y se va por las ramas es sos muy pibe y la flasheás. Por ahí, no en el sentido porque todos somos así. En esas historias uno está católico. A mí que Sansón peleara con un león y los contando quién es porque por algo las retiene y por haga cagar a los filisteos me encantaba. Lo de Jesús lo algo las está compartiendo. Los diálogos funcionan PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 43


mano a Mano

PERIPLO • JOAQUÍN GARCÍA PEDROMINGO

muy bien por el ritmo cuando es un ping pong. Ni los años 30 y 40. ¿Cómo trabajás el pasado? hablar cuando enfrentás protagonista con antagonista L.O.- “Lo básico para que funcione eso y que no sea y van subiendo la apuesta. Esta cosa tan cuadrada, un catálogo de enumeraciones es poder encontrar eso tan poronga que tenemos los varones de mostrarnos de lo que justamente charlábamos al comienzo de la en guardia constantemente. Eso me divierte mucho entrevista. Esos lugares que te van a servir de escenario en los diálogos cuando son cortos y cuando son y asidero de verdad. Hay que hacer una investigación, largos que sean en plan confesional. A veces pienso tomar esos lugares y verlos como aquél lugar donde que yo no sé si escribo gente mala o gente buena. vos vas a tomar una copa o encontrarte con tus seres Escribo momentos de esa gente. Hay momentos en queridos. También, te daban eso, algo palpable, algo la vida en los que estás más en paz y otros en los real. Uno como lector, el gran verbo es linkear. Cuando que estás más iracundo y te toca ser el villano de la te linkea a cosas que ya viviste, que son conocidas, historia en determinadas situaciones. Entonces, no me parece que el texto fluye más por el ese lado. Es

sé hasta que punto personajes como La Marabunta u otros son tipos realmente malos, sino que en ese momento están peleando por algo que creen y bueno les tocó eso, estar en la vereda de esos con los que uno tiene empatía, por los que uno quiere hinchar”. P.- En dos de tus novelas nos encontramos con la Buenos Aires del siglo XIX. En otra en

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el pacto del que hablábamos: te estoy mintiendo, te estoy chamuyando. Por más machista que suene es como las reglas tácitas del galanteo en una cita: te voy a pagar la cena, te voy a pagar el cine y si vemos que hay química pasamos la noche juntos, pero antes tenés que hacer todo el trabajo previo. Ahí hay una cosa latente. Bueno, vamos a amanecer, pero primero me hiciste una promesa y me la tenés que cumplir”.


PERIPLO • EUGENIA HER MIDA

PERIPLO LETR AS QUE NAVEGAN

Entrevistas en video y audio en: www.youtube.com/revistaperiplo

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CINE EN RAMA

Sin palabras

Sobre El hombre que nunca estuvo Por JOAQUÍN BILBAO 1..

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y muchos cigarrillos de una ciudad californiana a finales de los cuarenta. ““Trabajaba en una peluquería, pero jamás me consideré un peluquero. Me tropecé con la profesión, o, mejor, me casé con ella”, avisa Ed, que trabaja para el hermano de su mujer, Doris (Frances McDormand). El matrimonio ya vio pasar sus mejores años y sus salidas pasan por ir al bingo los martes por la noche. Tampoco ayuda que Doris se acuesta con su jefe, Big Dave ( James Gandolfini), aunque a Ed no le preocupa demasiado: “No es que iba a ponerme histérico por ello. Es un país libre”, dice. Sin embargo, la relación le presentará una oportunidad para dejar la peluquería y

PERIPLO •Julieta Piaggio

J

oel y Ethan Coen dirigieron, al menos, dos de las mejores películas estadounidenses de los últimos veintisiete años. El hombre que nunca estuvo, también de los hermanos, no se encuentra entre esas dos, pero merece más reconocimiento del que se le otorga. Estrenada en su país de origen dos meses después del ataque a las Torres Gemelas de 2001, la película era demasiado noir para su época. La fotografía de Roger Deakins, que lograba cuadros en blanco y negro en la mejor tradición del género, era una banalidad. La música de Carter Burwell, que junto a sonatas para piano de Beethoven conseguía una atmósfera de melancolía, era pura desolación. El protagonista Edward Crane, interpretado por un taciturno Billy Bob Thornton, no se “identificaba” con el público. En definitiva, Brian Wilson podría resumirlo mejor: “I Just Wasn’t Made for These Times”. Por suerte los tiempos cambiaron y El hombre que nunca estuvo revela ciertos temas dignos de analizar. Los Coen armaron la película con piezas que tomaron prestado de la novela negra, especialmente de los trabajos de James M. Cain, autor de obras como El cartero llama dos veces y Pacto de sangre. Pero si Cain no se atrevía a traspasar los límites del género, en El hombre que nunca estuvo los Coen intentan ir al infinito y más allá (literalmente). Cuando lo consiguen es gracias al humor cínico de su guión, que se burla a los clichés filosóficos de la modernidad, y de su capacidad para dar alguna vuelta de tuerca a las convenciones, habilidad que comparten con otro autor estadounidense: Paul Auster. El guión cuenta la historia en primera persona de Edward Crane, un peluquero de pocas palabras


empezar una nueva vida. O al menos ese era el plan. Ed conoce a un “emprendedor” que le propone invertir en el novedoso sistema de lavado en seco. El negocio parece seguro y Ed consigue el dinero necesario chantajeado anónimamente a Big Dave: si no entregaba la suma requerida su esposa sabría de su affair con Doris. Ed entrega la suma, pero como en las novelas de Cain, como en las películas de los Coen, las cosas no terminan saliendo como el protagonista había planeado. No diré más sobre la trama (salvo más adelante y porque realmente es necesario) para no arruinar la experiencia de aquellos que todavía no vieron la película. Por ahora quiero quedarme con Ed.

CINE EN RAMA

pos guerra: desde la liberalización de la mujer hasta el destape de la homosexualidad. Algo que Gilles Lipovetsky sintetizó en su ensayo “La seducción continua” de 1979 cuando señalaba: “La política personalizada corresponde a la emergencia de esos nuevos valores que son la cordialidad, las confidencias íntimas, la proximidad, la autenticidad, la personalidad, valores individualistas-democráticos por excelencia, desplegados a gran escala por el consumo de masas” (Lipovetsky, 1986: 25). Nada más lejano a la visión del mundo de Ed, que no demuestra emociones y ni tiene nada “importante” para decir. Y ese mutismo no sólo refiere a los valores del personaje, sino también al género literario del que proviene. Una pista que puede leerse en La ciudad de cristal de Paul Auster, donde su protagonista Daniel Las características de Edward Crane, Quinn es un devoto lector de novelas de misterio: callado, impasible y falto de emoción, contrastan “Lo que le gustaba de esos libros era la sensación con las de los otros protagonistas, todos cargados de plenitud y economía. La buena novela de misterio de una individualidad muy definida. Es que los no tiene desperdicio, no hay ninguna frase, ninguna Coen saben construir personajes fuertes y rodean a palabra que no sea significativa” (Auster, 1996: 14). Ed con ellos para señalar acá y allá los valores que El tributo de los Coen a esta clase de novelas iban surgiendo en la sociedad estadounidense de no es casual, sino funcional a los propósitos del guión. Diciendo sólo lo justo, Ed logra mantenerse al margen de los acontecimientos de su propia vida. Porque lo que en verdad desea Ed es no estar en ningún sitio. La película tiene muchas secuencias de Ed conduciendo su auto o caminando, mientras la cámara lo toma en cámara lenta como si él fuera un fantasma rozando a una multitud de gente que corre ocupada en sus asuntos. Él los observa inhalando la tranquilidad del tabaco y exhalando ansiedad por dar el próximo paso antes de que se den cuenta de su presencia. “El movimiento era lo esencial, el movimiento de poner un pie delante del otro y permitirse seguir el rumbo de su propio cuerpo. Mientras vagaba sin propósito, todos los lugares se volvían iguales y daba igual dónde estuviese. En sus mejores paseos conseguía sentir que no estaba en ningún sitio. Y esto, en última instancia, era lo único que pedía a las cosas: no estar en ningún sitio” (Auster, 1996: 10). Ed está en movimiento porque está confundido. Como él mismo admite hacia el final de la película,

II.

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no reconoce ninguna lógica en los eventos de los la pena disfrutar en la pantalla. Para quienes no que es protagonista. Es un hombre desorientado, sin deseen leer más spoilers, esta es la última advertencia. brújula. Cuando parece haber encontrado la luz y Con Big Dave y Doris ya muertos, Ed termina comienza a revelar una sensibilidad hasta entonces preso, acusado por el asesinato del negociante que le desconocida, otra vez las cosas le salen mal. Esta propuso el emprendimiento del lavado en seco. Los vía de escape es presentada apelando otra vez a cargos en realidad son falsos, pero sería también falso una de las bases de la novela negra: la femme fatale. decir que son injustos. Razón por la cual, si bien se En una fiesta del trabajo de Doris, Ed escucha defiende con el mejor abogado de la zona, Ed reconoce las notas en piano de una sonata de Beethoven y su responsabilidad en la muerte de estas personas. PERIPLO •Julieta Piaggio camina hasta la fuente A pesar del gran de su gratificación: alegato del abogado, que una rubia jovencita hace uso de una retórica pianista interpretada sofista y post-moderna por Scarlett Johansson maravillosa, la suerte de Ed en uno de sus primeros está echada. Lo encuentran papeles. El encuentro culpable y lo sentencian lleva a que Ed quiera a muerte. Ya no hay representarla para que escapatoria, hoy a dónde ella triunfe donde él ya ir. Llega el momento de la reconoce su fracaso: “No reflexión de la vida vivida y, nací con buenas cartas como espectadores, tenemos o quizá no supe jugárlas el privilegio de acceder a bien, no lo sé”, dice la intimidad de Edward mientras baja la mirada Crane. “Ahora que estoy como avergonzado. cerca del fin celebro que El desenlace de esta revista para hombres este episodio en la vida me pagara por escribir. de Ed será definitivo Escribirlo me ha ayudado a y fatal. Vinculará su entenderlo todo. Me pagan pasado con el presente, 5 centavos la palabra así que más allá de la verdad perdonen si conté más de lo que ello pueda tener querían saber”, narra Ed. o no, impidiendo Así, con ese humor que el personaje se cínico que predomina pueda seguir moviendo. Su futuro será escrito. toda la película, Ed comienza su meditación sobre los acontecimientos presenciados. El peluquero, apelando a otra figura que usa Auster, piensa que los III. eventos antes inconexos parecen coincidir, ahora que Sin querer revelar más que lo necesario, conoce el día va a morir: “Bueno, es como retirarse llegamos al momento en el que debo contar el final de de un laberinto. Cuando estás adentro lo aceptas la película. Relatar todo lo que pasa en el medio sería sin rechistar, girando donde crees que debes girar, un asunto poco feliz. Las idas y vueltas de la historia dándote de bruces en las paredes sin salida, una son parte de la genialidad de los directores que vale cosa después de la otra. Pero cuando lo ves desde 48 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


una distancia, todos esos giros y vueltas, verán, son la forma de tu vida. Es difícil explicarlo. Pero verla entera te proporciona un poco de paz”, dice. Que Ed hable de “paz” momentos antes de su muerte el comienzo de la transgresión de las fuentes que realizan los Coen. Es más, este último acto es prácticamente un calco del final de El cartero llama dos veces de Cain. La estructura (protagonista juzgado, condenado erróneamente y escribiendo mientras espera su ejecución) permanece igual. Lo que cambia es el tono y el contenido del texto. Por ejemplo, la revista de hombres es reemplazada por un cura al que el condenado entrega el relato para su corrección. Además, como es una confesión, sólo quiere que sea publicada si efectivamente es ejecutado. A diferencia de Ed, el protagonista de Caine guarda algo de esperanza y quiere permanecer con los vivos. Pero la diferencia radical está en que es lo que espera cada personaje del más allá. Las mujeres de ambos, Doris y Cora, están muertas e imaginan la posibilidad de verlas nuevamente. Ahí, en la descripción de esos encuentros, se produce una notable vuelta de tuerca, que de tan pequeña corre el riesgo de pasar desapercibida. Así termina Cain la novela: Siempre que puedo, me imagino estar con Cora, con el cielo sobre nosotros y el agua en derredor, hablando de lo felices que vamos a ser y cómo nuestra felicidad será eterna. Me parece estar en el cielo, cuando estoy allí con ella. Eso es lo que parece cierto, acerca de la otra vida, y no todo eso que dice el padre McConnell. Cuando estoy con ella creo en eso.(…) No hay suspensión de condena. Ahí vienen. El padre McConnell dice que las oraciones ayudan. Si habéis llegado hasta aquí, elevad una por mí y por Cora, para que estemos juntos, sea donde sea (Cain, 1990: 202). En Cain el más allá es una simple extensión de la vida en la tierra. Tanto es el amor por lo terrenal, que el protagonista pide al lector que ore por él. Es un intento desesperado por aferrarse al mundo conocido y cerrarse a la trascendencia. Y así terminan la película los Coen: “No sé a dónde me llevan. No sé qué

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hallaré más allá de la tierra y el cielo. Pero no tengo miedo de ir. Quizá las cosas que no entiendo estarán más claras ahí. Como cuando la niebla se disipa. Quizá Doris esté allí. Y ahí pueda decirle todas esas cosas que aquí no tienen palabras”. Ed menciona a Doris sólo una vez en su relato final, pero le reserva el lugar más especial de todos: la destinataria de sus palabras, siempre tan escasas. No sólo eso: su mayor deseo es encontrar esas palabras que no existen aquí en la tierra, aquellas que pueden definir esos sentimientos que Ed tiene pero no consigue expresar con nuestro pobre lenguaje. De alguna forma, Ed representa la crítica de los Coen a las limitaciones de la comunicación y su aspiración a encontrar un cielo libre de esas restricciones. Curiosamente, en La ciudad de cristal, Auster plantea la misma tesis, aunque invierte su orden: “La única tarea de Adán en el Edén había sido inventar el lenguaje, ponerle nombre a cada criatura y cada cosa. En aquel estado de inocencia, su lengua había ido derecha al corazón del mundo. Sus palabras no habían sido simplemente añadidas a las cosas que veía, sino que revelaban su esencia, literalmente les daban vida. Una cosa y su nombre eran intercambiables. Después de la caída, esto ya no era cierto. Los nombres se separaron de las cosas; las palabras degeneraron en una colección de signos arbitra¬rios; el lenguaje quedó apartado de Dios. La historia del Edén, por lo tanto, no sólo narra la caída del hombre, sino la caída del lenguaje” (Auster, 1996: 51). Puede que estas conclusiones no sean más que dignas invenciones de autores entusiasmados por su oficio. De otra forma, todos entenderíamos el dolor de mal gastar una palabra y la desesperación por encontrar la combinación de letras que describa ese estado mental particular. Sabríamos lo que significa ser Edward Crane. Y el mundo se quedaría sin palabras. ___ Recursos Auster, Paul. La trilogía de Nueva York. Barcelona: Anagrama, 1996. Cain, James M. El cartero llama dos veces. Buenos Aires: Emecé, 1990. Lipovetsky, Gilles. La era del vacío. Barcelona: Anagrama, 1986. PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 49


MICROTRAYECTOS

POR BELÉN LORENZO

PERIPLO • COR AL PORR AS

HOTEL ROOM

Hace rato que su mirada perdida no es capaz de distinguir las letras. Dirigida hacia algún punto impreciso situado más allá de la carta que sostiene entre las manos, observa los detalles de un lugar en el que fue feliz hace tiempo. Es allí donde vuela su mente, y donde su cuerpo arqueado quisiera precipitarse si pudiera. Atrapado entre cuatro paredes, espera inmóvil a que ella regrese.

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ET CETERA

MAD WOMEN POR NATALIO STECCONI

U

na de las series televisivas más sorprendentes de los últimos años es Mad Men. Producida por Lionsgate y difundida a través de las cadenas AMC y HBO entre 2007 y 2010. Este show de cuatro temporadas y cincuenta y dos capítulos lleva ganados, hasta el momento, nueve premios Emmy y tres Globos de Oro. Mad Men retrata la vida de un grupo de publicitarios de la ciudad de Nueva York en los primeros años de la década de 1960. El título proviene de una expresión lúdica que sólo es comprensible en su idioma original: Mad es la abreviatura de Madison Avenue (famosa calle neoyorkina que contiene a las agencias de publicidad más antiguas de los Estados Unidos), y, también, es un término que puede traducirse al español como “locura” o “demencia”. Por lo tanto, los Mad Men son algo así como “Los hombres dementes de la Av. Madison”, aunque en nuestro idioma no resulte tan impactante, atractivo ni gráficamente publicitario. Como su nombre y el contexto lo indican, Mad Men es un drama de época centrado en personajes masculinos. A lo largo de cuatro años estos señores han demostrado que son capaces de resumir y exponer un excitante racimo de vicios y pecados capitalistas. Los protagonistas de Mad Men son inescrupulosos, alcohólicos, infieles, fumadores, machistas, egocéntricos, materialistas, prejuiciosos, envidiosos, agresivos, codiciosos, arrogantes, pragmáticos, noctámbulos, fiesteros, ladinos, perezosos, traicioneros y maquiavélicos. Los Mad Men son gángsters de los años sesenta que desenfundan palabras, imágenes y spots en lugar de revólveres, rifles y pistolas. Con todas estas

cualidades oscuras más un excelente guión, una esplendorosa estética fílmica y un puñado de buenos e ignotos actores, el éxito debería estar asegurado. Hasta aquí lo que todos sabemos. Ahora vamos a lo nuevo. Mad Men es un admirable show que no trata de hombres, sino de mujeres. Mad Men sería poco menos que un aburrido picnic de testosterona si no fuera por las protagonistas femeninas que dan sentido, cohesión y coherencia tragicómica a toda la fábula televisiva de ocasión. Del mismo modo en que los personajes masculinos de Mad Men resumen y exponen sus vicios y pecados, las mujeres que los acompañan y sobrepasan son chismosas, sometidas, mojigatas, trepadoras, celosas, frívolas, promiscuas, consumistas, inoportunas, caprichosas, demandantes y ciclotímicas. El personaje principal es Donald “Don” Draper ( John Hamm). La sabiduría de los guionistas hizo que Don se erija en un protagonista atractivo no sólo porque es -obviamente- buen mozo, exitoso y carismático, sino porque su negrísimo pasado le otorga una incierta semántica a su presente y futuro personal. Don Draper es casado y engaña a su esposa desde el primer capítulo. Don sedujo y se acostó con tantas mujeres que ya perdimos la cuenta. Don, además de ser casado, es padre de dos niños a los que se sumará un tercero con el correr de las temporadas. Pero no voy a hablar más de Don Draper. Me importan más sus mujeres. Las damas oscuras han sido tratadas y retratadas históricamente como vampiresas, femmes fatales, cazadoras de hombres, fagocitadoras de la PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 51


ET CETERA

cachetazo a su hija, Betty se va con un político que le promete lo que nunca le dará, Betty está con otro hombre mientras su marido está con sus hijos, Betty no sabe qué diablos pasa a su alrededor y le echa la culpa a los demás de su incapacidad para entender el derredor, Betty critica a las mujeres que no son como ella mientras hace lo que esas mujeres jamás habrían

cualquier otra mujer, y mucho más encima de cualquier otro hombre. Esa mujer es Elizabeth “Betty” Draper ( January Jones), esposa de Don y madre de sus hijos. Betty Draper encarna el críptico ideal de lo negro. Betty es la imprevisión de la inocencia que estalla en el caldero de las brujas. Betty es joven, rubia, delgada, hermosa, esposa y amante fiel, madre de dos y de tres, dulce, hogareña, apasionada, sensible, paciente, anfitriona, amiga, compañera, obediente y hacendosa. Betty es todo eso hasta que se transforma en todo lo contrario. Betty muta y madura, Betty conoce, Betty aprende, Betty se enoja, Betty descree y desconfía, Betty seduce a otros, Betty queda embarazada y no quiere estar embarazada, Betty apaña con extraña perversión a un preadolescente que le dice que la quiere, Betty aprovecha que está recién embarazada para tener sexo con alguien a quien acaba de cruzar en un bar, Betty le pega un

hecho si fueran como ella. Betty hace y deshace, Betty juzga, Betty dictamina, Betty decide, Betty sentencia, Betty ejecuta, Betty se toma revancha.

PERIPLO • SAR AY GONZÁLAEZ

trilogía poder-sexo-dinero, sacerdotisas del destino macho, Liliths del deseo, sirenas de la perdición masculina. Caracterizaciones fáciles y previsibles desde un primer momento en la mayoría de las películas, series y narraciones de la cultura popular. Mad Men está repleto de hembras así, y todas son dignas de atención. Pero hay una que está por encima de

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Betty es rubia, joven, delgada, angelical, dulce y pictórica. La nuera ideal para cualquier suegra en sus básicos cabales. Betty es la mujer más negra de la historia de la TV. Sutil, superficial y compleja. Peligrosa, inexpugnable, imprevisible, hermosa, encantadora y peligrosa. Betty es la última y mejor creación parida por un Henrik Ibsen hecho polvo. Mad Men no es una serie sobre hombres dementes de la publicidad que trabajan en la calle Madison de Nueva York. Mad Men es la historia de esa mujer que es capaz de hacernos creer que el mundo puede desenvolverse perfecta y armoniosamente sin la carcajada inútil del macho cabrío que bien huele cuando se cuece al asador.


MICROTRAYECTOS

POR XIANA TEIMOY

DIAMANTES Count Basie emanaba de la trompa del gramófono y contaminaba de clarinetes las fragancias espesas de la sala de estar. Stella respiraba en horizontal. Reclinada en el diván marrón de escay, aspiraba nicotina en largas bocanadas hondas y rizadas mientras tediosa sacaba brillo a su Colt plateada y menuda, elegante y homicida. Infalible. Stella. Ondas al agua, sinuosas y pajizas, ambarinas. Bucles que se vertían en un cojín burdeos donde ayer compraba a la muerte por un puñado de favores. Stella. Su sonrisa magenta, deliciosa, carnívora, ávida de alquitrán y espirituosas incoloras, había resultado ser, unas horas atrás, su señuelo más certero, su visado hacia el goloso deleite de las artes suntuarias. El teléfono interrumpió a Basie en pleno Blue and Sentimental y de aquellas nieblas asomó, como un cisne negro de plumas plateadas, Stella envuelta en falaz mansedumbre. Concedió unos segundos a su boquilla dorada y una vez más su sonrisa embustera y templada recogía el testimonio sangriento que emitía el auricular.

PERIPLO • ELENA HONTANGAS

Cuánto regocijo, Stella, en cada ambiciosa faceta del carbón cristal.

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mano a Mano

ENTREVISTA A LUIS GARCÍA JAMBRINA

Manuscrito digital POR VÍCTOR BERMÚDEZ Nacido en Zamora en 1960, Luis Garcia Jambrina es escritor de dos novelas de enorme éxito: la primera, El manuscrito de piedra (2008) obtuvo al año siguiente el Premio Internacional de Novela Histórica de la ciudad de Zaragoza, otorgado a la mejor novela de dicho género. La misma novela fue también finalista en el Premio de Crítica de Castilla y León. Su segunda novela, El manuscrito de nieve, publicada en 2010, retoma las andanzas de Fernando de Rojas. Anteriormente, Luis García Jambrina había escrito también dos libros de relatos: Oposiciones a la Morgue y otros ajustes de cuentas en 1995 y Muertos S.A. en 2005, y recibido varios premios, de entre los cuales podríamos resaltar el Premio Fray Luis de León de Ensayo en 1999. Finalmente, es preciso señalar que Jambrina combina su faceta de escritor con la docente en la Universidad de Salamanca y la de crítico literario en el periódico ABC.

PERIPLO. El género negro. Este híbrido entre novela policial y novela histórica que podríamos denominar, quizás, “novela policial de época”, ¿Dónde coloca la obra de Luis García Jambrina? ¿En qué tradición literaria se inscribe? ¿Cuáles son sus referentes en el género? Luis García Jambrina- Yo prefiero llamarla novela negra de época, específicamente. Al menos lo que yo he intentado es no hacer una novela histórica de enigmas, que hay muchas, sino concretamente novela negra en el sentido de intentar ofrecer un retrato, más o menos críptico de la sociedad de finales del siglo XV. De determinados aspectos oscuros de esa sociedad que tienen que ver con conflictos sociales o religiosos, o relacionados con el mundo delictivo. Un poco la idea era, aunque no estuviera de forma muy consciente en mí, y sobretodo al principio de la primera novela. Siempre que los críticos hablan de mi novela, la mayoría repitiendo lo que ya han dicho otros, la ponen en relación con El nombre de la rosa. Yo 56 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

no renuncio a esa tradición, ni la rechazo, pero creo que no es toda la verdad. Sí es un referente de mis novelas, porque la leí cuando tenía veinte años y para mí fue muy importante. Era la época en la que yo leía mucha novela negra, sobretodo americana, luego ya la europea fue más tardío. Leía también novela negra española como Vázquez Montalbán. Todo esto alrededor de los años 1979 ó 1981. Entonces, El nombre de la rosa es un referente indudable, pero creo que lo que yo hago es distinto. Hay monjes, hay envenenamientos, al hablar de cualquier trama que se sitúe en aquella época monjes tienen que salir, la Inquisición tiene que salir, pero yo creo que mis novelas son más negras, las de Umberto Eco son más de enigma y más intelectuales o culturalistas y las mías pretenden ser novelas históricas negras y mostrar aquella época de conflictos, de tensiones, la época de los Reyes Católicos, que yo creo que es el origen de todo. Empieza a surgir el estado español, la unificación de los reinos, una sola religión, etc., y todavía, para bien o para mal, somos hijos de aquella época. Me interesaba mucho mostrarla en alguno de


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clásica española. Está presente de alguna forma a través de alguno de sus protagonistas. Fernando de Rojas como autor y como protagonista principal de las dos novelas, personajes literarios como La Celestina en el primero o Lázaro de Tormes en el segundo, además de muchas alusiones intertextuales a libros de la época. Está también Juan del Enzina en la segunda. Incluso (más en la segunda que en la novela) en el estilo hay una influencia de la literatura clásica española. Naturalidad expresiva, sencillez

que favorecen mucho ese aspecto de novela negra. Yo creo que El nombre de la rosa no se podría como una novela negra, sino más bien como una novela policiaca, detectivesca, de época, de enigma, pero en la mía la cosa está focalizada sobretodo en aspectos sociales y oscuros de una sociedad. No sólo cuestiones religiosas o teológicas, sino todo lo que es el mundo del delito o de los enfrentamientos entre bandas. Otro componente de mis novelas, a parte de mezclar novela histórica y novela negra, es la literatura

o precisión. En algún caso recreo episodios del Lazarillo, o cuento historias nuevas dando un cierto aire de época. Esto es un componente importante, es como la tercera pata del banco, es lo que les da la peculiaridad y lo que la distancia de El nombre de la Rosa que tiene otros componentes que las mías no tienen. Creo que tampoco tienen tanta carga erudita como tenían las de Umberto Eco, todas esas páginas que nos saltábamos cuando leíamos la novela y ya no hablemos de todos los “latines”. Pero bueno, es

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sus aspectos y por otra parte mostrar analogías entre aquella época y ésta, cómo muchas cosas permanecen, cómo hay elementos por ejemplo de la ciudad, el concejo y el fuero universitario con sus propias leyes, su propio sistema judicial y policial, que a veces entraban en conflictos con el propio sistema judicial y policial del concejo, un poco como vemos hoy en Estados Unidos cuando hay un conflicto de jurisdicción entre la policía federal y la policía local. Sin salirme de la historia de ese momento, yo busco esas analogías

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escribir esta novela no sólo es por mi fascinación por Fernando de Rojas, sino también por la época y por la ciudad, a la que enseguida quiero convertir en protagonista de la novela. Por otra parte, el escenario de la ciudad en este caso no es una gran ciudad, pero sí es una urbe muy poblada en su momento y llena de gente venida de todas partes, estudiantes y profesores. Eso generaba alrededor de los estudiantes la llegada de prostitutas, de rufianes, de mendigos, de ladronzuelos, luego toda una serie de oficios

nacionales, novelas históricas de Walter Scott, pero no soy lector asiduo. Sí lo soy de novela negra y novela policiaca, me gustan las dos: la tradición clásica detectivesca o de enigma y la novela negra pura y dura. Las dos me gustan por igual y las dos están presentes, pero sobretodo el aspecto de novela negra.

como los arrieros, que hacían que esto fuera un gran ciudad donde había muchos conflictos, muchas situaciones de todo tipo, por lo tanto equivalente a los escenarios habituales de muchas novelas negras. La única diferencia en este caso es que no es en la actualidad, sino en el pasado, pero en un pasado que tiene muchas similitudes con la actualidad. Yo quería darle mucho relieve, mucha importancia a la ciudad, que no fuera un mero telón de fondo en el que se desarrollan las acciones, sino hacer visible esa ciudad, mostrar su particular fisionomía, la topografía de la ciudad, el hecho de que estuviera dividida en tres partes, separadas por unos arroyos que ya no existen, pero sí las huellas del cauce e ir situando ahí una serie de lugares. Hubo un esfuerzo de reconstrucción, de conocer bien cómo era la ciudad

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un libro que está ahí de referencia. Hace poco una periodista daba otro referente de novela histórica, una obra maestra como Bomarzo de Mújica Láinez, y bueno, es verdad, es una novela que también leí por aquella época y que me impresionó mucho. No es que mi novela tengo directamente algo que ver con ella, pero bueno, para mí si fue importante como referente, más que otras. Pero bueno, yo no soy lector asiduo de novela histórica, sólo he leído los grandes clásicos del género, del siglo XIX he leído Episodios

P.- El espacio urbano, tan característico del género negro ¿Cómo fue reconstruir la Salamanca de finales del siglo XV y convertirla en un escenario verosímil para una trama policial? ¿Cómo se trabaja en el pasado desde el presente? L. G. J. - Efectivamente, la ciudad tiene mucha importancia por muchas razones. Si me decido a 58 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


y trata de hacerla visible a partir de los elementos que todavía se conserva de entonces, todavía hay muchos vestigios y muchos topónimos que aluden a eso. Por ejemplo, en este escenario en el que ahora estamos, supuestamente estaba el Colegio Mayor de San Bartolomé, en el mismo solar donde está el Palacio de Anaya. A partir de lo visible recuperar aquel espacio que ya no existe pero que estaba aquí mismo, en un lugar muy estratégico. La plaza de Anaya no existía, todo era un laberinto de callejuelas entre el colegio y la plaza del azogue, que estaba rodeando a la catedral vieja, ya que la nueva no existía. Fue un esfuerzo hecho a partir de la lectura de libros, la consulta de mapas (no de época porque no los hay), pero sí mapas y planos realizados por algunos historiadores de esta etapa.

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La novela es una investigación, sigue la estructura de la novela negra, y en toda investigación detectivesca hay un recorrido, que precisamente, eso es lo que me atraía del personaje del detective, del pesquisidor, que para resolver el caso tiene que desplazarse, interrogar a gente, buscar pistas, recorrer lugares, vas haciendo todo un periplo por la ciudad. Entre las dos novelas te da una imagen bastante amplia y completa de lo que era la ciudad, incluso de sus lugares invisibles o legendarios como era la cueva de Salamanca, de la que todavía tenemos un vestigio.

P.- La crisis social. La novela como una radiografía de la sociedad de la época, las disputas nobiliarias, la delincuencia, la impunidad, un sistema eclesiástico decadente P.- ¿No tenemos mapas de la época, y una ciudad, en gran parte, retrógrada, pero entonces? con personajes resilientes que se erigen como símbolos paradigmáticos, iconos. ¿Cómo se No, existe un dibujo de la ciudad hecho desde amalgama todo esto en la literatura? el otro lado del río Tormes, realizado por un holandés en la segunda mitad del siglo XVI que recorrió muchas L. G. J. - Eso es lo más complicado de estas ciudades españolas, que si que nos sirve para tener una novelas, quizá, que utilizas elementos muy diversos, visión de conjunto. De todas formas la ciudad no ha intentas meterlo todo, además tienes personajes de cambiado mucho en su fisionomía y sí hay un plano procedencia muy diversa, personajes históricos, –imaginario- de cómo era Salamanca a mediados del personajes totalmente inventados, personajes que a siglo XIX, donde se ve muy bien la traza que tenía su vez proceden de otros libros, como La Celestina, la ciudad, todavía están los arroyos. Esto me ayudó el Lazarillo. Amalgamar eso con esos escenarios, con mucho en la reconstrucción de la ciudad, los nombres toda una serie de hechos y de situaciones que tienen de las calles y sobretodo me interesaba mucho mostrar que ver con la historia de ese momento, pues se trataba cómo se vivía en esas calles, que el lector fuera de efectivamente de amalgamarlo todo y que fuera al la mano de Rojas y también viera las cosas, porque final, por un lado verosímil (es lo que hay que pedirle a aunque la novela está narrada en tercera persona, una novela, sea histórica o sea de pura ficción) para el está focalizada, excepto en el primer y en el último lector, si no fue así, que pudiera haber ocurrido así, que capítulo, desde los ojos de Rojas. El lector va viendo guarde coherencia lo inventado con lo que más o menos lo que él ve y sabiendo lo que él sabe, y hacer palpable se sabe y está contrastado. Verosimilitud y coherencia como eran esos lugares, los conventos, los mesones, es lo que creo que tiene que ofrecer toda buena la casa de la mancebía y las calles, que fuera algo novela. Como he partido de la historia, la leyenda, palpable para el lector y sobretodo cuando llovía como la literatura y cosas que me he inventado, pues ese las calles se volvían impracticables. Este es uno de los conjunto sea verosímil y guarde una cierta coherencia. aspectos, por lo menos en la primera novela, en los que más me esforcé, que esta ciudad tuviera verdadero 4. El ideal de Docere y Deleitaire. Se percibe protagonismo pero haciéndola visible y perceptible. también un cierto afán educativo en El PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 59


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manuscrito de piedra y El manuscrito de nieve: constantes referencias explicativas de Historia, Mitología, Latín, etc. ¿Subyace en esto un afán de entretener educando?¿Sale aquí el Jambrina más profesor?

obligatorios en la enseñanza secundaria: servir de puente hacia una época tan importante y su literatura.

P.- El detective Fernando de Rojas nos aparece como un personaje sumamente dinámico: lo mismo biólogo que estudioso de Leyes, L. G. J.- Supongo que podría tener que ver con mi médico, perito, teólogo, un detective total, condición de profesor, no obstante, tiene también casi un humanista en busca de la Verdad y que ver con mi concepción de la novela; yo soy muy del ideal renacentista de hombre de letras y clásico como escritor y para mí es muy importante de armas. Háblanos de la versatilidad de este que la novela cumplas “las tres e”: entretener, personaje complejo, ansioso de justicia. educar y emocionar. Podemos alterar el orden pero indudablemente atrapar al lector con una intriga L.G.J.- Ya lo has dicho tú todo de manera muy y unos personajes atractivos es fundamental y, a sintética. Yo me lo planteaba, efectivamente, como un partir de eso, ir entretejiendo otras cuestiones como humanista, como un hombre del renacimiento y por la Historia, o problemas y situaciones de la época, lo tanto interesado por todo tipo de saberes, de ahí mostrándo como funcionaba la sociedad, evitando que haya prolongado durante más tiempo los estudios las discreciones. Ver también las cosas que todavía en la Universidad. Le interesan las letras, las ciencias, siguen vigentes. No se trata tanto de educar como de las leyes y la teología y tiene una gran curiosidad enseñar; la novela también tiene como misión eso. por todo. Y eso yo también lo asocio a la figura del No es que yo piense que se puede aprender historia a detective, sobre todo de determinados detectives que través de la novela, la misión de la novela no es enseñar son modelos, como lo es Sherlock Holmes. Todo esto está historia, pero sí es cierto que es algo que, a mayores, amalgamado en esa figura de Rojas. Es coherente con le puedes dar al lector. Y por último, ese otro aspecto, el momento y es coherente también con el tipo de novela el de emocionar con los personajes y situaciones. que yo he querido hacer, vinculando ambas cuestiones: El aspecto de enseñar es posible que tenga el hombre del renacimiento y el detective o pequisidor, que ver con mi condición de profesor y de lector. por usar la palabra de la época. En la segunda está En mi vida la literatura siempre ha sido algo muy más presente esa cuestión de aunar hombre de letras importante, desde mi adolescencia: te consuela, te y hombre de acción, hombre de estudio pero también hace pasar el tiempo, da sentido a este caos, desorden aventurero, que no duda en coger un arma cuando y confusión que es la vida; te muestra modelos de es necesario, dando una imagen completa de un ser comportamiento, así que cuando yo me planteo hacer humano. Es un antihéroe pero, como es característico novelas busco darle al lector algo de eso que a mí me de la novela negra, también tiene un elemento heroico. ha dado. Y por eso son dos novelas son un homenaje Es un antihéroe heroico, así podríamos definirlo. a la gran literatura clásica española, a través de obras que son fundadores en nuestra cultura, pero en general a la literatura de cualquer época y cualquier signo. La literatura es un mundo para todo tipo de lugares y situaciones, así que yo, en ese sentido, me planteo las novelas como una especie de puente entre el presente y esas obras del pasado, para esos lectores que, aunque sepan quién es la Celestina y el Lazarillo, no se han acercado directamente a los textos aunque estos sean 60 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

P.- La dicotomía intelecto-pasión. Se percibe a Rojas como un detective tremendamente intelectual, deductivo, libresco, teórico, pero a la vez poseído por un ímpetu intrínseco por investigar, por encontrar la verdad y hacer justicia que lo apasiona, como si eso lo restaurara interiormente. ¿Cómo conviven intelecto e impulso en este héroe?


mano a Mano

directamente al servicio de la reina Isabel la Católica y por lo tanto su marco se ampliará mucho. Primero a toda la Península: tendrá que recorrer diversos lugares para resolver el caso; y luego en una cuarta novela tendrá que desplazarse a lo que luego será el Nuevo Mundo, concretamente a la isla La Española, para enfrentarse a una nueva situación y a un mundo nuevo y desconocido. A parte de conocer ese mundo tendrá que enfrentarse a la situación de la explotación de los indígenas e incluso, dentro de esa geografía, asistirá al

sí mismo. Lo que el protagonista vive en estas dos novelas a través de los dos casos a los que tiene que enfrentarse irá completando su formación, gracias a que el personaje tiene ese ímpetu, es gran curiosidad y ese deseo de investigar y conocer la verdad. En la primera novela es detective un poco contra su voluntad, por una deuda, pero a lo largo de la novela le irá cogiendo gusto al trabajo. En la segunda ya va a trabajar de una manera más profesional al servicio del maestre escuela de la Universidad y en las siguientes quiero que dé un paso más en esta profesionalización, convirtiéndolo en pesquisidor Real, que trabaja

nacimiento de la ciudad de Santo Domingo. Se trata de que el personaje vaya completando ese proceso de aprendizaje que se inicia en la primera novela. Por eso tendrá que ir aprendiendo cosas, el saber de la vida, el saber de la experiencia, enfrentarse a situaciones como el amor o la amistad, el tomar partido entre diferentes opciones, porque vemos que es un personaje que intenta ser ecuánime, estar impasible y contemplarlo todo con cierta equidad, pero inevitablemente llega el momento en que tiene que tomar partido. Y por eso te digo que concibo las novelas como ese género que es de tradición ya más culta. Hay elementos que proceden

PERIPLO • VÍCTOR BER MÚDEZ

L.G.J.- Bueno si me permite, hablaré de una cosa que no he mencionado antes, hablando del tipo de novela que es, que son estas dos obras. Tienen algo que se llama novela de formación o de aprendizaje. Vemos este personaje, a lo largo de las dos novelas y de cada una de ellas, con un gran saber, una gran cultura. Lo ha aprendido todo o casi todo de los libros y llega el momento de enfrentarse a la realidad, a determinadas situaciones, poniendo a prueba sus conocimientos y también poniéndose a prueba a

PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 61


mano a Mano

PERIPLO • VÍCTOR BER MÚDEZ

de la novela popular y hay elementos que proceden con la ayuda del amigo, de la amada, etc. Aproveché de la novela culta, como es la novela de aprendizaje esta leyenda de la cueva de Salamanca y la amplié un poco y la convertí en una ciudad sumergida, en un inframundo, el protagonista tenía que pasar

P.- Los enemigos y el descenso al averno. Diría que los enemigos ponen a prueba todas las facetas del héroe, ellos son intelectuales y místicos simultáneamente, y hacen reaccionar a Rojas, que llega a perder su título de familiar supernumerario del Santo Oficio o incluso baja a ese averno alegórico en su búsqueda. ¿Podemos interpretar esto como una degradación necesaria del héroe? ¿Hay que pasar por lo más oscuro antes de llegar a la luz, a la resolución? L.G.J.- Efectivamente, así es, dicho de manera muy sintética. Añadiré algo. Dentro de ese primer recorrido que vemos en la primera novela tiene que culminar con ese descenso a los infiernos, tiene que enfrentarse a sus fantasmas y a una serie de peligros reales o imaginarios, para luego volver a salir a la luz 62 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

necesariamente por allí. El motivo de la entrada es perseguir al asesino y descubrir su identidad, pero al mismo tiempo va a ir pasando por una serie de círculos que lo van enfrentando con cuestiones que tienen que ver con su pasado y tiene que ir tomando ciertas decisiones. Todo ello en un ambiente un tanto onírico, ese momento en que ha pasado por una galería, sufre alucinaciones con unos dibujos que hay pintados en las paredes, se encuentra con los judíos y conoce de cerca la intolerancia que anida en los perseguidos y el personaje tendrá que sufrirla en su propia carne y luego seguir su recorrido; se enfrenta a los que cree que son los culpables que no sólo no lo son, sino que además son las víctimas, los perseguidos. Se muestra cómo el humanismo tiene que estar en la oscuridad mientras que arriba está la Universidad oficial, decadente. Llegará así hasta su último obstáculo para resolver el caso y completar su aprendizaje y su verdad.


CINE EN RAMA

El festín de David Lynch: La carretera perdida Por Gonzalo Muñóz AgopiÁn

hijo al espectro taciturno de la sombra del cine negro y su osadía. La mano inconexa de los acontecimientos causales. Ha nacido un nuevo sueño en el cine. La continuidad de su estilo lógicamente incongruente dirige al visionario a descifrar los laberintos desiertos de Fred Madison y sus persecuciones mentales. Luego aparece Pete Dayton y la pornografía. Un arma, la poesía hipnótica de una Mujer Flor y la trama criminal. Y cuando parece que la clave críptica está por descifrarse, el fin de la historia, la resolución del relato, la develación de lo mágico, hay una espera radial. Y es entonces allí donde descubrimos la broma más macabra: Laurent ha muerto.

PERIPLO • GONZALO MUÑOZ AGOPIÁN

E

l misterio mismo del Hombre Circular, fruto prohibido de la bruma onírica, nutre con el espíritu del rebaño el silencio blanco de la paranoia. Aguda mente que sueña el sueño del extraño. ¿De quién es el encierro en la fiesta prohibida de los inocentes culpables? El aroma de la tentación, de lo doble femenino, conjura nuevamente con su perfume la llamada del pez macabro que cura sin curar. Y después hay una y hay dos y hay tres y los dobles danzan las odas en el asiento trasero de una carretera aún desconocida por el espectador. El tiempo avanza, riéndose de la razón y sus formas, de todas su formas, generando

PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 63


GAVIA

Lero, lero Lilliana Alemán Román

D

ebo confesar que soy admiradora de la serie Crime Scene Investigation (CSI). Los diálogos son cliché y las actuaciones artificiales. Sin embargo, una vez comienzo a ver un episodio, no me puedo desconectar hasta saber quién cometió el crimen. Lo peculiar de estos nuevos programas detectivescos y el éxito de ellos es que el espectador no se limita a ver la trama, sino que participa activamente de ella. En cada episodio, tratamos de resolver el caso y apostamos con nosotros mismos cómo se cometió el crimen y quién lo perpetró. A pesar de nuestra diligencia y cuán bien atemos los cabos, la trama está hecha, precisamente, para que nunca resolvamos por nosotros mismos el misterio. Los referentes más importantes están bien escondidos, o ni siquiera aparecen hasta el final de la historia. Cuando el caso está casi por resolverse nos decimos a nosotros mismo: “¡Y cómo es que no supe eso!” Y en nuestro tuétano escuchamos a esa voz que nos dice: “Tú ves, pero no observas”. “You see, but you do not observe” (Doyle, 1892:5). ¡Qué sentimiento de culpa nos provoca nuestro descuido! Esto no es nuestra culpa. Es culpa de la fórmula. Como bien dijo J.I.M. Stewart “el oficio del escritor [en las historias de detectives] está dirigido, predominantemente, en guiarnos a las presunciones falsas” (1983), en presentarnos con sutileza y fugacidad las claves más importantes y dirigir nuestra atención a lo que nos anonade; al cadáver, al modo que le llevó a su fin y a hacernos conscientes de lo ignorante que somos. A pocos minutos del diálogo, volvemos estar inmersos en la trama y ser presas de nuevos episodios. 64 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

Cada estreno nos invita a armar el rompecabezas dándonos las claves inútiles; al mismo tiempo, nos enseña nuevos datos y pensamos, “quizás sea útil después”. Claro, uno nunca debe menospreciar las probabilidades de necesitar saber que con la semilla de un albaricoque se puede hacer veneno o saber cuán peligrosa puede ser una adolescente con esquizofrenia y una mente fotográfica. Estos últimos

PERIPLO • Germán Dotta


dos ejemplos hipotéticos son los modus operandi de dos asesinos en serie en CSI: New York y CSI: Las Vegas, respectivamente, y las probabilidades de identificarlos son cerca de cero, ya que la principal característica del perfil de este tipo de asesino es que viven aislados. Enfrentemos la realidad, no somos detectives. Así que tendremos que conformarnos con jugar al gato y al ratón con nuestro televisor. Además, es más entretenido cuando no se corre peligro. Esto es otro axioma del paradigma de lo real versus ficción. La ficción está cuidadosamente codificada para nuestro disfrute. Inclusive, los detalles más morbosos son parte de una composición orquestada para que sean digeribles a través de nuestros sentidos. Hace 30 años Roland Barthes le llamó studium, que significa una lectura culturalmente informada de una imagen (Barthes, 1989; Rose, 2007). Nuestro grado de sociabilización nos ayuda a aceptar imágenes ficticias de violencia y la palabra “ficción” es un gran atenuante.

GAVIA

El punctum, por otro lado, no tiene atenuantes, es la realidad cruda, la falta de eufemismos en el lenguaje y un estímulo punzante a nuestros sentidos. Una manera bien sencilla en que Barthes explica su significado es con la incapacidad de apalabrar. “Lo que puedo nombrar no puede realmente punzarme. La incapacidad de nombrar es un buen síntoma de trastorno” (Barthes, 1989: 90). He ahí, el punctum es un trastorno en nuestras entretelas neurales. Y aunque tanto, el punctum como el studium tienen efecto en su lectura, la definición de ambos surge de la creación del mensaje. Recordemos que el mensaje no comienza cuando se lee y que hay mensajes que se hacen y hay mensajes que sólo son. Las novelas, las series de televisión e, incluso, los programas filmados en la sala de trauma de un hospital son montajes cuidadosos de signos. Por otro lado, los vídeos violentos aficionados, los hallazgos de un crimen en las noticias y las imágenes de la guerra son puntum en un encuadre. ¿Qué sería del mundo de lo real sin la ficción? Las historias de crímenes no serían lo mismo sin las travesuras de sus escritores, tanto al lector como a sus héroes. Los mejores episodios de CSI son en los que el criminal es un genio, la villana preferida en las historias de Sherlock Holmes es la elusiva Irene Adler y el yugo del lector es ese cosquilleo en el pecho que no podemos apalabrar, pero que sabemos que se irá una vez el autor nos diga “lero, lero la clave siempre estuvo bajo tus narices”.

____ Bibliografía: BARTHES, Roland. La cámara lúcida: Barcelona: Paidós, 1989. ROSE, Gillian. Visual Methodologies. Gran Bretaña, SAGE Publications, 2007. STEWART, J.I.M. “Clues”. The London Review of Books, vol. 5, núm. 8, 5 de mayo de 1983. Recuperado el 7 de marzo de 2011 de: http:// www.lrb.co.uk/v05/n08/jim-stewart/clues. PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 65


ET CETERA

HÉROES DE TINTA NEGRA Joaquín García Pedromingo “¿Pero qué te piensas que son los espías? ¿Sacerdotes, santos y mártires? Son una miserable procesión de necios engreídos, y sí, además, traidores; maricas, sádicos y borrachos, gente que juega a indios y vaqueros para iluminar sus asquerosas vidas”. -Jhon Le Carré El espía que surgió del frío

“L

as portadas negras, son como la misma mirada de la muerte”. Eso debió pensar el diseñador de Gallimard de la Série noire. Pero es que desde allí hasta nuestros días ha llovido mucho y el género negro ha sabido adaptarse a múltiples facetas; desde su origen en las novelas pulps, que se vendían en los kioscos de los Estados Unidos en los años veinte, pasando por el cine y llegando hasta el cómic o las también llamadas novelas gráficas. He ahí una de las primeras discusiones de este mundo tan complejo: ¿Qué es una novela gráfica? La cuestión radica en que los cómics son simples historietas en ediciones de mala calidad y sin ninguna pretensión de hacer literatura. En caso de duda, si usted está leyendo Les Aventures de Tintin et Milou o Spiderman, está ante un cómic. Si por el contrario las tramas de su historieta son algo complejas, es decir, utiliza un lenguaje y unos personajes alejados de ese mundo y más cercanos al de una novela, está frente a una novela gráfica. Mucha gente cree que el mundo del cómic, en general, es algo de segunda y cuando piensan en sus lectores, en sus cabezas se les aparece un tipo normalmente con algo de sobrepeso, un tanto asocial y con ligera adicción a Internet y al noble arte del onanismo. Pese a estos estereotipos, que muchas veces se cumplen, una novela gráfica es algo que está a caballo entre el cine y la narración. De hecho, leer una obra de estas características es lo más parecido a leer el story 66 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

board de una producción cinematográfica; a la vez que tiene una prosa capaz de enfrascarse más aún en esa historia. Este hecho de compartir ambas características de dos mundos, que muchas veces se unen, hace que a la hora de adaptar estas obras al séptimo arte sea una labor mucho más sencilla. En conclusión, no es algo marginal, todo lo contrario. Estas obras son capaces de compartir estantería con obras literarias de relevancia. No por el hecho de su poco volumen o por que tengan dibujos han de ser despreciadas. Bien aclarado el primer término y defendido su uso y lectura: ¿qué es el género negro? Hay una gran variedad de estudios sobre esta interrogante, pero todos suelen coincidir en: -Primero. Existe un crimen o muerto de por medio. -Segundo. El protagonista siempre es un detective o policía, que se encarga de desvelar un misterio o varios. Además, muestra una radiografía de la sociedad en la cual vive. Ya tenemos los dos paradigmas, tanto para la novela gráfica como para el género negro. Para dar un breve paseo por este extenso paraje de autores y personajes, se abordará a tres de los que podrían ser bastante significativos en el campo negro y gráfico: Jacques Tardi, adaptando novelas de Leo Malet; el estadounidense, Brian Michael Bendis, y, por último, el tándem argentino de Carlos Sampayo y José Muñoz.


ET CETERA

marcada no solo por la personalidad propia de cada autor, sino por una clara influencia de sus procedencias. En el caso de Torso: el descuartizador de Cleveland, obra de Brian Michael Bendis, se puede ver que exactamente tenemos un detective, el mismísimo Elliot Ness. Podemos comprobar que el claroscuro es más que palpable y el abusivo uso de las tintas negras; tanto es así, que en algunos momentos las caras y los rasgos desaparecen, dando énfasis al transcurso de la acción y acentuando aún más el aspecto sombrío y negro. Una ordenación demencial en la estr ucturación de las viñetas da un aspecto muy distinto del que estamos acostumbrados, le confiere más rapidez y consigue ahogar y ahondar, más si cabe, en el dolor y la muerte. Este autor, al igual que su colega Frank Miller, utiliza una técnica mixta, en la cual se alterna el dibujo con la fotografía, da así tal realismo a la novela, que a veces pareciese que se está viendo una película. En contraposición, encontramos las aventuras del detective Nestor Burma de Tardi. Es un estilo pictórico muy clásico: franco-belga. El cómic francobelga es uno de los más importantes en el ámbito mundial, junto con los dos grandes: Japón y Estados Unidos. Tiene una gran tradición en sus lugares de origen, aunque existe una diferencia clara frente a otros cómics: el formato del franco-belga suele ser entre 40 y PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 67

PERIPLO • ALEJANDR A FERNÁNDEZ

La fijación por lo estético será uno de los puntos claves a la hora de analizar y comparar a estos autores. Por otro lado, el guión siempre tiene que ser sólido como una roca. Una característica común en estas novelas es su estética de películas de los años cincuenta, como El halcón maltés, El cartero siempre llama dos veces o Cayo largo. Donde s i e m p r e aparece un detective con un aire de Humphrey Bogart; cara de pocos a m i g o s , gabardina con cuello alto y sombrero. Todo esto con aroma a nicotina de los innumerables cigarrillos consum idos. Además, este héroe o antihéroe, igual da, ha de tener un trauma bien relacionado con su familia o con anteriores casos. Ha de ir siempre en blanco y negro; el único color permitido es el rojo, como la sangre derramada. Esta estética monocroma, donde impera el claroscuro, parece que se dibuja sobre un folio negro y en otros más bien un grabado, bebe claramente del expresionismo alemán como en los cuadros de Egon Schiele. Otro autor que influenció mucho a este género fue Edward Hopper, en cuyas obras se ve y se palpa un ambiente autocrático propiciado por la soledad. Aunque los tres autores comparten estos aspectos, se puede ver una clara diferencia de estilos


60 páginas, más amplio que el de los estadounidenses. El contenido suele ser siempre algo más profundo y reflexivo; a parte que en algunos autores se da mayor importancia al texto que a la imagen. Pero una de las peculiaridades que más destacan es la total libertad artística. Es verdad que en el caso del inspector Burma el dibujo es uno más clásico y tradicional. En general, en estas historias no hay un canon fijo como es el caso del Manga o de los míticos súper héroes de la Marvel. Aquí, los dibujantes pasan a ser directamente artistas y poder expresar de forma libre todo lo que tienen en su cabeza. Es por ello que en los Estados Unidos muchas veces se considera al cómic franco-belga directamente novela gráfica. Una vez cerrada esta introducción, hablemos de Nestor Burma y su mundo. Estas historias, bastante conocidas en su Francia natal, han originado varias adaptaciones en televisión. Recientemente están entrando los libros originales de Leo Malet. Se puede saborear y palpar ese París de los años cuarenta y cincuenta. Puedes escuchar a Edith Piaf y su clásico Non, je ne regrette rien; saborear la pipa que siempre esta fumando el detective Burma o empaparnos de la cultura de los suburbios y del anarquismo de la época. Estas historias de Burma ciertamente son bastante clásicas en el mundo negro; un personaje con suficiente personalidad, que solamente con el protagonista parece que se escribiese solo el libro. El arquetipo es un hombre solitario, con afición a la bebida, que mezcla un carácter irónico y ácido. Realmente, estas historias son altamente recomendables, ya que gracias al formato típico, anteriormente mencionado, son lecturas muy ágiles; descubrir una Francia que parece bastante 68 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

un cliché, es siempre agradable. En contraposición a las historias de Bendis, más profundas y duras de leer, pero también sumamente recomendables. En cuanto al tema artístico, en lo anteriormente mencionado es un dibujo clásico francés, con la utilización de la acuarela a la hora de colorear y un entintado mas bien chinesco, ya que se usa también la aguada; este aspecto nos vuelve otra vez a los años dorados del género negro los cuarenta y los cincuenta.

PERIPLO • ALEJANDR A FERNÁNDEZ

ET CETERA

Desde aquí volaríamos destino Buenos Aires, Argentina. En este bello lugar nos encontramos con los autores de Alack Sinner, una historia narrada y dibujada por Muñoz y Sampayo. Estos argentinos afincados durante un tiempo en Europa, donde se les encargó la realización de esta historia, ahondan en el clásico mundo negro, detective, claroscuro, ambientado en los Estados Unidos. De manera muy rápida utilizaron esta plataforma como biopsia de este país. Pero quizás lo más reseñable, a parte de sus historias, sería el hecho de la utilización del jazz en sus cómics, por la influencia de Sampayo, gran conocedor de este género musical. ¿Qué podemos concluir? Se diría que en


ET CETERA

al mundo artístico, incluso si tenemos en cuenta que hemos llegado a la superación máxima en todas las artes, siendo capaces de deformar palabras, formas y figuras. Lo que nos hace quedarnos en esta postmodernidad, en la que todo vale y el arte es tolerante con todos. También, podríamos agregar a este razonamiento un mundo altamente interconectado que nos lleva a un periplo a bordo de un barco del que pocos saben su destino. Quizás sean los mercados los que sí lo sepan, haciendo con eso el arte en un esclavo más del consumismo, y esto sea como la moda, cíclico, y quienes elijan lo que se ha de llevar sean unos gurús, que pensarán qué es lo que más se va a vender. Pero eso ninguno lo sabemos; habrá que dejar que el navío navegue y navegue, surcando mares de tinta y papel, hasta dejarnos en el siguiente puerto.

a partir de Internet, creando así un estilo único. Pero lo que realmente diferencia a estos autores entre ellos es su estilo de dibujo no su estética o sus personajes. Base fundamental para que, en general, hablemos también del género negro. Estos autores han aguantado bien el paso del tiempo, son tipos peculiares, raros y, a la vez, genios. De ellos ha bebido mucho la televisión, sobre todo sus series. El resto de lo que hemos puesto como ejes fundamentales de todo el género negro, en estos cincuenta años de historia (incluso más puesto que algunos sitúan como primera novela negra Los crímenes de la rue morgue de Edgar Allan Poe en el siglo XIX), no han avanzado nada, no han dado una vuelta de tuerca más. Tal vez esto sería aún mucho más aplicable

_____ Bibliografía:

PERIPLO • ALEJANDR A FERNÁNDEZ

realidad hoy día, en el género negro, no existen diferencias reales entre los Estados Unidos y Europa. Ello se debe al hecho de que estamos cohabitando un mundo altamente globalizado. Esto hace que estemos todos influenciados por todos, y más aún

MC CLOUD, Scott. Entender el cómic: el arte invisible. ¿Ciudad?: Ediciones Astiberri, 2005. -------. Hacer cómics. ¿Ciudad?: Edicones Astiberri, 2007. MUÑOZ, José y SAMPAYO, Carlos. Viet Blues. ¿Ciudad?: Clásicos BD, 1986. TARDI, MALET, Léo. ¿Huele a muerto o qué? ¿Ciudad?: Norma Editorial, 2002. -------. Reyerta en la feria. ¿Ciudad?: Norma Editorial, 2003. BENDIS, Brian Michael. Torso, el descuartizador de Cleveland. ¿Ciudad?: Planeta de Agostini, 2003. -------. Fire: una historia de espías. ¿Ciudad?: Planeta de Agostini, 2005. PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 69


PAPELES NÁUFRAGOS

Iván Mazón Maraña OPORTUNIDAD Comienzo a liarme un cigarrillo. Estoy solo en el salón de mi casa. Oigo abrirse la puerta del cuarto de mi compañero de piso. Es un salón vacío, de gotelé y sin cortinas. La luz apagada, me gusta así. Mi compañero entra en el salón y se sienta junto a mí sin mirarme, la vista fija en la pared, perdida. No enciende la tele ni nada. Siempre suele encender la televisión cuando se sienta en el sofá, esté yo o no. La mira todo el día y se tumba y se duerme y no la apaga y me molesta. Pero esta vez se queda ahí, en silencio, mientras enciendo mi cigarro y lo fumo pensando en nada. - Está muerta. -dice al fin. - ¿Cómo? - Creo que la he matado. Sí. Sí. Está muerta. - ¿Quién? - Un chica, guapa. Sonrió y me saludó en un bar... ¿Me das un cigarro? - Tengo de liar. - Vaya. -silencio- Estoy muy tenso. -Sí. -Miro la pantalla del televisor, apagada. Y después miro la noche, a través de la ventana sin cortinas de detrás del televisor. Noche cerrada y sin luna, debe de hacer mucho frío. Suerte que yo no salgo mucho. - ¿La has matado tú? - No lo sé. - ¿No? - Ha sido un accidente muy rápido. Ahora está muerta, ella. - Entonces, tendremos que hacer algo -Digo, he intento recordar si quedan toallas limpias, no sé muy bien por qué. Lo que si hay es un martillo sobre la mesa del salón. - Vaya. - Hay que tener cuidado. - Creo que voy a llorar, creo que la he matado yo. - Algo haremos. -Susurro. Y nos quedamos en silencio. 70 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


PAPELES NÁUFRAGOS

PERIPLO • Germán Dotta

PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 71


mano a Mano

ENTREVISTA A JAVIER SCIERR A

De la cena al ángel POR JAVIER VOCES Javier Sierra (Teruel, España, 1971) ha logrado hacerse en los últimos años con un gran número de lectores, que buscan en sus novelas una diversión basada en la intriga. No en vano, hemos de buscar la génesis de sus textos en su fascinación por lo mistérico.licenció r El autor de La dama azul (1998), elabora un discurso ecléctico que toma elementos de diversos géneros. Así, la novela de intriga, el relato histórico o el género negro son algunos de los intertextos rastreables en su obra.Con su anterior novela, La cena secreta (2003) alcanzó los primeros puestos en las litas de ventas, tanto en España como en los Estados Unidos. Ahora, en El ángel perdido (2011) apuesta por una trama frenética en la que los personajes se ven envueltos en persecuciones, búsquedas de reliquias y hallazgos extraordinarios, con el fin de hacer frente a uno de los grandes enigmas de la Humanidad... ¿de dónde venimos?

PERIPLO. - A menudo, entre los críticos, se

sido y son sus influencias literarias a la hora

relaciona el fenómeno best-seller con una

de construir su discurso?

literatura que busca el éxito inmediato sin

J. S. – “Fundamentalmente lo que algunos críticos

reparar tanto en la calidad literaria del texto,

llaman libros de búsqueda. Son algunos de los textos

¿qué opina de esta afirmación?

fundamentales de la historia de la Humanidad. La Epopeya de Gilgamesh, que aparece referida en la novela,

Javier Sierra. – “Si tuviera que definir mis

para mi ha tenido mucha influencia porque es el viaje

libros, yo no los definiría como bests-sellers, no en el

de un rey en busca de la inmortalidad que cree que

sentido de que se produce rápido, se lee rápido y

le han robado los dioses, y lo hace a un territorio

también se olvida rápido. Mis libros tardan mucho

que, por naturaleza, nunca pudo hallar sin morir:

tiempo en elaborarse, tienen una estructura que

el Edén. Él hace ese viaje, regresa y nos lo cuenta.

es muy similar a la de un reloj suizo de precisión, y

También, el Libro de Enoc. Enoc es arrebatado a los

mi vocación es que sean libros que aborden temas

siete cielos sin morir, ve cómo es el más allá y regresa

fundamentales que perduren en el tiempo. En mi

por orden divina para contárnoslo. Incluso, por irnos

caso hablaría de long sellers, esa es mi aspiración”. a un territorio más cercano a la novela moderna, El cuento del Grial, de Chrétien de Troyes en el siglo XII, En El ángel perdido funde géneros o

donde, además, se aprende una gran lección: Parzival

subgéneros como la novela negra, la de

sale en busca del Grial y está a punto de hacerse

P. -

ciencia-ficción e incluso podrían verse ciertas con él, pero regresa a su punto de partida con las influencias de la novela de viajes. ¿Cuáles han 72 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

manos vacías con la sensación de que el camino era


mano a Mano

lo verdaderamente importante. El ángel perdido bebe donde se teoriza más en la novela y se explica qué es de todas esas influencias. Mi aspiración es escribir un

la Epopeya de Gilgamesh o el personaje de utnapishtim,

texto que perviva en el tiempo, así que me he fijado en que es el predecesor de Noé, etc. Todo eso yo quería los textos que han sobrevivido a la prueba de los siglos”.

contarlo de alguna manera, pero no quería introducirlo

P. - En El ángel perdido hay una extraordinaria en un simple diálogo, así que tuve que insertarlo labor de documentación sobre la que se en una subestructura, en esa especie de discurso construye la trama, ¿cómo se incorpora

en la iglesia mientras los protagonistas se casan”.

esa cantidad de datos al relato sin hacer didactismo?

P. - En esta línea, ¿hasta qué punto considera necesario que el lector se sienta arropado por

J. S. – “Esa es la parte más difícil. Integrar la

datos rastreable a lo largo de la historia?

información en una trama de acción ha sido lo más duro porque tienes que saber administrar la documentación

J. S. – “Lo considero imprescindible, sobre todo para

y no romper el ritmo del relato. Esta parte ha sido la el lector del siglo XXI. Un lector del siglo XIX, de más difícil de desarrollar, especialmente lo que me ha

las novelas de Salgari o de Julio Verne, nunca iba a

traído en jaque muchos meses, fue la parte de la boda,

tomarse la molestia de comprobar si la circunferencia de la Tierra equivale a 40.000 kilómetros o no, porque se fiaba de la palabra del autor. Pero

un

tiene

lector

una

moderno,

desconfianza

‘congénita’ hacia las cosas que lee habitualmente, las toma siempre con pinzas y, de vez en cuando, porque puede, lo somete

a

comprobaciones,

motivadas por el deseo de crítica o por la fascinación; ambos extremos me interesan. Si el lector introduce cualquier concepto en un buscador de Internet lo que me importa es que lo encuentre, que se documente

todavía

más,

PERIPLO • JAVIER VOCES

porque ese es el momento en el que yo sé que ya está definitivamente

atrapado

en la trama de la novela”. P. - Como ya se ha referido, nos un

encontramos relato

plagado

ante de

PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 73


mano a Mano

referencias

bíblico-

mitológicas.

Desde

los relatos del diluvio universal hasta los hopi, pasando por la mitología sumeria. tienen

¿Qué

para

valor

usted

los

relatos mitológicos en la sociedad actual? J. S. – “Me da la impresión de que la sociedad actual se está alejando mucho de los mitos. Crea nuevos, pero son mitos con una fecha de caducidad muy inmediata. Hoy los mitos son ciertos personajes cuya vida interesa pero que a la siguiente generación no le PERIPLO • JAVIER VOCES

importan en absoluto. No se buscan mitos con la intención de la durabilidad porque no se necesitan. En la Antigüedad los mitos explicaban el mundo; servían para saber por qué había tormentas o por qué la marea subía. Los mitos, en definitiva, eran una respuesta irracional a una pregunta racional, pero dentro de esos mitos, hay otros submitos, que a mí son los que me importan: los mitos del origen. Tratan de explicar qué hacemos aquí; de dónde venimos y, curiosamente, casi todos los mitos del origen coinciden. Esto es

por las catástrofes la tenemos también en la Biblia con el mito del diluvio, luego ¿qué hay ahí? ¿Qué clase de memoria colectiva compartimos en todo el mundo? Esto me parece fascinante. Es la meta más alta a la que yo me puedo dirigir como escritor. Explorar todos esos mitos y tratar de desgranar respuestas”.

algo muy raro, ya que todos hablan de que hubo

varias creaciones del ser humano que después fueron P. - J. S. – “,”P. - En la novela encontramos destruidas. Por ejemplo, el pol pol vuh, la biblia de los claras influencias cinematográficas; el

Quiché (mayas), habla de que antes de que el hombre tratamiento de la temporalidad y el recurso fuera de barro, hubo un hombre de maíz que no rezaba de la simultaneidad de historias son solo suficientemente a los dioses y por eso lo eliminaron. Antes de este hombre hubo uno de palo que también fue destruido por una catástrofe. Esta idea de las sucesivas construcciones y destrucciones del hombre 74 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII

algunos ejemplos. ¿Hasta qué punto influye el

lenguaje cinematográfico a la hora de contar sus historias?


PERIPLO • JAVIER VOCES

mano a Mano

J. S. – “Como autor del siglo XXI soy permeable a

P.-

Inmerso

en

esta

excepcional

gira

todas estas construcciones narrativas que tenemos a promocional de El ángel perdido, que le llevará nuestro alcance en la televisión o en el cine. Una de las

a ciudades repartidas por toda la geografía

cosas que más me ha influido a la hora de armar este española, ¿tiene tiempo para escribir? ¿Ya relato es la serie Lost. Me pareció fascinante la manera hay nuevas ideas rondándole por la cabeza? que tenían los guionistas de combinar los distintas temporalidades, descubrí que estaban haciendo una J. S. – “Hay ideas rondándome la cabeza como propuesta realmente nueva, difícil y muy arriesgada. moscones, pero todavía ninguno ha decidido detener Yo veía la serie con esos ojos, el de quien se dedica a su vuelo para que lo examine en condiciones. armar la carpintería de otros relatos. Eso influyó en

Todavía pasará un año, más o menos, hasta que

la creación de la novela. También, soy muy consciente llegue el momento de decidir cuál es el camino que de que hay que enganchar al lector moderno con una

trazo y, probablemente, un año más hasta que tenga

trama fuertemente adrenalínica desde la primera la siguiente novela lista. Yo no tengo prisa. Sé que página o lo pierde. Estamos muy acostumbrados a

esto va contra corriente. No le gusta escucharlo ni al

hacer zapping en la televisión si algo no nos interesa. lector, que ansía más, ni al editor o al librero, pero Con los libros, también, se hace, si no te interesa

yo lo que quiero hacer son buenas obras. Y quiero

un libro, te vas a otro porque hay mucha oferta. que, hasta que mi siguiente libro aparezca, todos Hay que ser muy consciente de que la competencia mis libros estén funcionando porque mi pretensión es muy dura y dar lo mejor de ti en cada página”.

es escribir libros que dejen un poso en sus lectores”.

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PERIPLO • CECILIA MURGEL

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PERIPLO • Jesica Ruth

tr as bambalinas

Alejandra Fernández Mingorance. Madrid. Ilustradora de sueños. Espíritu autodidacta y coleccionista de imágenes. Andalucía le mostró los colores, las texturas y los aromas a cuento y desde entonces desarrolla su faceta más creativa ilustrando palabras. alejandrafernandez@revistaperiplo.com

Anaïs Egea. Nacida en Venezuela y criada en Pamplona, es filóloga, neurótica, nómada y esdrújula. Le apasionan los palíndromos, el absurdo y las tocas de las monjas; ágil en poesía y prosa, colabora en diversas revistas y caza en esta casa los relatos náufragos. En sus ratos libres hace un máster de literatura y coordina el taller literario digital La Babucha.

anaisegea@revistaperiplo.com

Cecília Murgel. São Paulo. Arquitecta y urbanista por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo, ciudad en la que reside. Actualmente trabaja como freelance en el campo del dibujo y la ilustración, donde se distingue por trazos sumamente coloridos.

ceciliamurgel@revistaperiplo.com

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Carlos Martínez-Rivera. San Juan. Periodista puertorriqueño residente en España. Analista minucioso del presente, corrector, diseñador hispanista, politólogo y cómico a tiempo parcial, es un hombre orquesta. Cafetero empedernido que es sin duda el rigor de nuestro barco.

carlosmartinez@revistaperiplo.com

Carolina Arrieta. Zaragoza. Ella atraviesa las fronteras de la aduana y la locura con inusitada insistencia. Le obsesiona la fugacidad, el fútbol, la cocina y le inquietan como a nadie los rizadores de pestañas. Aprendió a mezclar vinagre e incertidumbre y aliña de interrogaciones las superficies blancas. La realidad se la come viva mientras duerme.

carolinaarrieta@revistaperiplo.com

Coral Porras. Salamanca. Cuando crea lo hace para dotar de vida a seres e ideas.Ideas y seres con un doble filo, híbridos, dicotómicos, en apariencia frágiles e inocentes, pero que no pretenden más que ser una representación de lo que somos y nos rodea..

coralporras@revistaperiplo.com

Daniel Ruiz. Mexicali. Comunicólogo y defensor de las causas perdidas. Pianista esporádico y lector de la línea sofisticada que frecuenta el coñac. Añora y reinventa el siglo XVIII y su iPod parece estar atrapado en los noventas. Escritor lento pero apasionado, atento siempre a los pequeños detalles que a menudo se olvidan.

danielruiz@revistaperiplo.com

Elena Hontangas. Valencia. El arte y la abstracción fluyen en todo su ser proporcionando calma, viveza y un sinfín de sentimientos agradables con cada uno de sus trabajos. Elena posee el don de conciliar abstracción y concreción en un solo producto visual.

elenahontangas@revistaperiplo.com

Eugenia Hermida. Buenos Aires. Con una mirada en blanco y negro en busca del color, EugeH capta momentos y los transforma a su antojo. Amante de los clásicos de rock y de los libros que parten la cabeza viene a poner un granito de sal de plata con lo que mejor sabe hacer: fotos.

eugeniahermida@revistaperiplo.com

Fernando Pittaro. Periodista argentino. Nació en Córdoba, sobrevive en Buenos Aires. Buscador incansable de historias callejeras. Nómada declarado. Escribe mucho, escribe de todo, escribe siempre. Sus escritos son un aporte más a la confusión general.

fernandopittaro@revistaperiplo.com PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII • 79


Germán Dotta. Montevideo. De pequeña estatura, cresta, queriendo ser Stefan Sagmeister, diseñador todo el día, ilustrador, creativo de agencia y docente, busca salirse de todos los parámetros y hacer lo que le gusta en busca de cuestionar y provocar al observador. germandotta@revistaperiplo.com

Gonzalo Aguirre Martínez. Pando, Uruguay. Artesano. Juega a ser fotógrafo y diseñador. Escondido detrás de su cámara, captura imágenes cotidianas llenas de ironía y acidez. Su particular sentido del humor llena sus fotos de un doble sentido donde lo trágico se vuelve cómico, lo cómico se vuelve trágico y viceversa se vuelve ambos.

eugeniahermida@revistaperiplo.com

Helena Pérez García. Ilustradora y diseñadora gráfica, a caballo entre Sevilla y Valencia. Encuentra la inspiración en la literatura, el cine y lo cotidiano.

helenaperez@revistaperiplo.com

Jorge Dallos. Bogotá. Publicista de profesión, con una gran pasión por la creación visual. A través de medios como la ilustración, el diseño gráfico y la fotografía busca hacer un registro y una interpretación de lo que encuentra en la cultura pop, la moda y la música.

jorgedallos@revistaperiplo.com

Jenny Castellanos. Salamanca. Vivaz en sus creaciones, combina a la perfección desde el diseño gráfico hasta la pintura al óleo. El poder de la imaginación al mando para darnos a conocear un universo de colores y formas donde realidad y sueño se funden para dar lugar a sus ilustraciones.

jennycastellanos@revistaperiplo.com

Julieta Piaggio. Buenos Aires. Curiosa, amante de la pintura, la música y lo cotidiano, pixela realidades por Buenos Aires. No teme buscar cielos a lo Magritte y caer a un pozo por eso: buscar lo bello y simple no es ridículo.

julietapiaggio@revistaperiplo.com

Laura Mariscal. Madrid. Espirales, plumas, gotas. Laura mezcla elementos con las formas más diversas en un ejercicio creativo que denota una profunda imaginación y una abstracción elegante.

lauramariscal@revistaperiplo.com

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Celeste Palacios. Argentina de origen, esta versatil ilustradora instalada en Alemania juega con una estética de lo infantil para reflejar los temas y personajes más variopintos. La clave pueril facilita para ella el tratamiento de lo trascendental y conecta con su diseño una fantasía añadida a su plasticidad e imaginación. celestepalacios@revistaperiplo.com Mar Ample i García. Valencia. Maga de los colores y las formas, Combina una femenina sensibilidad con una mirada vital de la realidad y deja relucir un estilo que roza lo mágico y el terreno de la irrealidad con gracia.

marample@revistaperiplo.com

Teresa Ramos. Girona, 1981. Desde que tiene memoria ha tenido un lápiz en la mano y ha querido dibujarlo todo. Creció y con ello las agendas de sus compañeros se llenaron de garabatos que se convirtieron en su vida. Como ilustradora ha realizado algunos proyectos como El árbol que no podía sonreír (editorial San Pablo) o La rosa de Sant Jordi (Alfaguara).

teresaramos@revistaperiplo.com

Saray González Valiente. Santander. La fortaleza hecha ilustración Saray deja ver una profunda reflexión a través del dibujo., que no respeta cánones ni fronteras.

saraygonzalez@revistaperiplo.com

Trinidad Moliterno. Buenos Aires. Literata torpe y extractora de quintaesencia. No necesita ser su propio hogar, su casa está en los libros: el más perfecto de los nomadismos. Devota del chocolate blanco. Cree en las salamandras de invierno y aspira a ser la Anaïs Nin argentina.

trinidadmoliterno@revistaperiplo.com

Víctor Bermúdez. Humanista breve, teórico del té, la convicción humana y otras vicisitudes similares. Ha crecido en Mexicali y se ilustra en Salamanca, donde el autor aprende sobre los vicios, la avaricia y el fervor vacacional. Entre las vehemencias impuestas por el invierno y el ejército femenino, el joven poeta encuentra tiempo para mirar el techo.

victorbermudez@revistaperiplo.com

Virginia Arigon Duarte. Entre Montevideo y ciudad de México. Licenciada en artes visuales, diseñadora, ilustradora y vegetariana. De sangre cmyk y rulos rgb. Headquarters: alguna playa, cualquier playa.

virginiaarigon@revistaperiplo.com

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Ilustr ación

A C C C E E G

Dirección de Ilustr ación

lejandr a Fernández

Virginia Arigón

eleste Palacios

ecilia Murgel

corrección gener al

or al Porr as

Carlos Martínez river a

lena Hontangas

Redacción

ugenia Hermida ermán Dotta

G H J J J L M M onzalo Aguirre

elena Pérez García enny Castellanos orge Dallos

ulieta Piaggio

Ángel Saiz Anaïs Egea Carolina Arrieta Daniel Ruíz Fernando Pittaro JOAQUÍN BILBAO Pablo Dor atti LUIS BAEZA Trinidad Moliterno Víctor Bermúdez

aur a Mariscal aría Zeta A R AMPLE

S S T

ar a Mor án

Consejo editorial Ángel Saiz Fernando pittaro Víctor Bermúdez

ar ay González eresa R amos

P dirección gener al Víctor Bermúdez Fernando pittaro

Periplo, revista bimestr al ISSN 1989-8924 Paseo san antonio 7-11, 4ºB Salamanca, España tel.: 923 26 57 99 info@revistaperiplo.com 82 • PERIPLO • ABRIL 2011 • Vol. VIII


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