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La decadencia en forma de esplendor, José Marrujo

La decadencia como forma de espledor José Marrujo

Quizá mi gusto por la decadencia comenzó cuando entré por primera vez al «Peor para el Sol»; entre el humo apenas y se podía divisar del lado izquierdo una simulación de escenario: una lona de Sabina mal colocada y una botella de cerveza con una rosa dentro que cada noche, una mujer que ofrece ores a las parejas cambia. Del lado derecho, una barra mal enjarrada se agrieta cada vez que Juantoca el MIde 19 días y 500 noches.Ahí dentro no hay ningún atisbo de ostentación, en la madera de las mesas aún quedan rastros de los golpes con botellas de vidrio provocados por las canciones de José Alfredo y estoy seguro de que algunas de las cuatro patas de todas las sillas nunca llegarán a tocar el suelo. En medio de una canción, dice el «Indio» Solari, «el lujo es vulgaridad», y como un ashazo viene a mi memoria la fachada del bar.

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Alejado de toda la vida nocturna de Culiacán, el lugar está ubicado entre casas bajas en el primer cuadro de la ciudad, sin ningún tipo de señal que lo delate. Es probablemente la peor zona para abrir un bar. Más de una vez caminé por esa calle y cómo un eco escuchaba las letras de Silvio Rodríguez, el country de Creedence, las baladas de José José y el rock argentino sin saber que justo pasaba por la puerta de entrada. Pero cómo pasa con las mejores cosas, la publicidad no era necesaria y el sitio se fue conociendo de boca en boca.

Recuerdo haber visto 2 aires acondicionados empotrados en la pared, de estos gigantes, difíciles de no ver, pero coneso que nunca supe si dentro hacía calor o frio. Era una impresión distinta, algo así como un escalofrió continuo. Ahora que lo pienso, es posible que cayera una lluvia ahí dentro y durante los siguientes días no dejara de pensar por qué había salido de ahí tan empapado.

Al salir de ahí percibí la liberación, ahora preero los pianos a los que les falta un LA Sostenido, las albercas vacías, las voces que desanan, los libros glosados, el azul que sale de la raya, lo perpendicular, lo abandonado; la decadencia como forma de esplendor.

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