PANDEMIA
EL ABUSO A LOS VIEJOS EN TIEMPOS DE CUARENTENA POR ANA LETICIA GUTIÉRREZ Médico especialista en Envejecimiento y Vejez El día 15 de junio fue designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. El maltrato es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona, es un problema social que afecta la salud física y emocional de miles de mayores en el mundo. Las estadísticas reportan que uno de cada diez adultos mayores ha sido víctima de malos tratos, violentándose con ello sus Derechos Humanos. Ante la emergencia sanitaria por el Covid-19, las medidas de aislamiento, las restricciones para evitar el contagio y los lineamientos para la atención en las instituciones hospitalarias, centros de salud y de cuidado a largo plazo, pueden contribuir al reforzamiento de los prejuicios y la estigmatización de los adultos mayores, incrementándose el riesgo de que sean víctimas de violencia o maltrato. El mantenerse en casa es una medida de prevención contra el contagio, sin embargo, no siempre es el lugar más seguro pues la tensión y el estrés que genera la falta de actividad, la inseguridad y la preocupación por la salud, el trabajo y el dinero, favorecen los comportamientos impulsivos, controladores y violentos, poniendo en riesgo a quienes son víctimas de violencia ya sea psicológica, física, económica o sexual. Los adultos mayores, sobre todo aquellos que son dependientes en algunas actividades como vestirse, alimentarse o movilizarse, son en quienes se ha reportado una prevalencia de abuso del 3 al 25%, y pueden estar expuestos al pasar más tiempo con sus agresores y padecer maltratos constantes o de mayor impacto. Los victimarios comúnmente son parte de la familia, pero la problemática involucra también a los cuidadores en casa y en centros de larga estancia como las residencias o asilos. El distanciamiento social, al limitar las visitas y la convivencia con amigos y familiares, puede favorecer el abandono, lo que 28 / CULTURA / Política
es considerado también como una forma de violencia. Especial atención se requiere hacia los mayores que viven solos, en situación de calle, abandono, hacinamiento o pobreza, quienes no cuentan con protección social, padecen enfermedades crónicas graves, dependencia, discapacidad física o cognitiva, se encuentran institucionalizados o desempleados. Otra realidad que se ha recrudecido con esta crisis de salud pública es la segregación o exclusión de grupos minoritarios como son los migrantes, indocumentados, indígenas y miembros de otros grupos étnicos, quienes se enfrentan no sólo a la ya recurrente falta de trabajo, asistencia, protección, servicios de salud y desvaloración de sus capacidades; ahora, además padecen de la falta de información en su lengua, de viviendas inseguras e inadecuadas para el aislamiento, escasez de alimentos. Dentro de estos grupos poco se considera a las personas de mayor edad, dejándolas doblemente en el olvido. La discriminación por razón de la edad o “edadismo” es otra forma de maltrato ya que se trata de toda actitud despectiva, prejuiciosa y estereotipada hacia los adultos mayores y la vejez, lo que significa el trato diferente a las personas basado directa o indirectamente en su edad, a través de cualquier tipo de distinción, restricción, exclusión o preferencia, con la intención o el resultado de negarles sus derechos en igualdad de condiciones con el resto de la sociedad. En el caso del “edadismo” se han distinguido tres componentes: 1) La discriminación por edad (trato despectivo o perjudicial), 2) Los estereotipos negativos sobre la vejez y el envejecimiento (creencias sobre los mayores) y 3) La autopercepción negativa (creencias negativas sobre el propio envejecimiento). Estos componentes pueden estar presentes en conjunto o de manera indivi-