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2021 esperanza de salud y de país

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LA FUENTE

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PORTADA de México 2021 Esperanza de salud y de país

Roberto Ruvalcaba Barba Ya nos andaba porque se terminara el año 2020, que resultó terrible por los estragos causados por la pandemia, y los daños que ha ocasionado al país un gobierno que se dedica más a hacer propaganda que a tener en orden la salud, la economía y la gobernabilidad.

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Primeramente, la pandemia del coronavirus ha sido un azote para la población, por la falta de un sector salud previsor y preparado, y un gobierno al que se le va en decir que todo está bien, que la pandemia está bajo control manejada por especialistas y científicos, y que por eso no tiene por qué cambiar la estrategia.

Nunca se quiso promover el uso del cubrebocas (hasta hace unas semanas) ni se optó por aplicar pruebas para lograr un mejor control de los contagios. Por la misma falta de planeación y previsión se falló en tener a tiempo los insumos adecuados y necesarios para que el personal médico estuviera debidamente protegido, por eso se ha convertido México en el país con más muertos en el mundo en cuanto a personal de salud. A estas alturas van alrededor de 2,000 fallecidos en ese sector.

Vienen ahora las vacunas. Según esto, el mil usos del gabinete, Marcelo Ebrard, contactó a no sé cuántas empresas farmacéuticas para surtir a México de

vacunas. Hay que reconocerle a Ebrard su disposición para sacar las chambas que le encomienda su jefe.

Y ya comenzaron a llegar las vacunas pero a cuenta gotas.

Lo que se vio exagerado, hasta ridículo, fue el montaje: sillas, funcionarios de varias secretarías de estado, empresarios de la farmacéutica Pfizer y discursos junto al avión carguero y con un frío de los mil demonios, para recibir apenas tres mil vacunas que si acaso alcanzaban para el personal del Hospital General de México.

Esas primeras en llegar son la de Pfizer-BioNTech, y las otras como Astra-Zeneca y Cansino, llegarán conforme avance el año, porque por ejemplo la de Astra-Zeneca está agendada para el segundo trimestre. En este mes de enero no llegarán ni siquiera 800 mil.

Y mientras, la pandemia creciendo gracias al Buenfin, a las compras navideñas, fiestas de fin de año y compras y fiestas de los Reyes Magos, que son las que más se estilan en la CDMX.

Menos mal que finalmente aceptaron que ya había un tsunami de contagios en el valle de México y eso obligó a Claudia Sheimbaun y a Alfredo del Mazo a poner el semáforo en rojo para aplicar restricciones de movilidad y de cierres parciales temporales.

Tendrán que empezar a bajar los contagios en esa región porque con las medidas tomadas y con las recomendaciones de usar el cubrebocas, la sana distancia y lavarse las manos continuamente, de lo que sí es adepta la jefa de gobierno, aparte de que ella sí aplica las pruebas para detectar contagios de Covid, es de esperar que para la segunda quincena de enero ya se note la disminución, aunque, eso sí, con hospitales al tope y todavía improvisando con el aumento de camas y con la importación de médicos y enfermeros cubanos.

Así pues, terminada la leve euforia del fin de año, que provocó que mucha gente anduviera en la calle, y con la llegada de las vacunas, aunque no con la velocidad y la cantidad que se quisiera, confiamos en que pronto mejoren las cosas, que la salud se vaya imponiendo para poder ver con más claridad, la verdadera nueva normalidad. Estamos impacientes por ver que la salud vaya ganando terreno.

¿Y EL PAIS?

Ya hablamos de la esperanza en la salud, ahora sigue la esperanza de país.

Ya estamos en el 2021, el ansiado año en el que millones de mexicanos hacen lo posible para que cambien las cosas, para que el autoritarismo gubernamental y el “borreguismo” (lealtad a ciegas) legislativo de Morena y sus satélites PT, PVEM y PS, termine en junio con las elecciones intermedias.

No será fácil, con todo y que se haya concretado la alianza de partidos opositores PAN-PRIPRD, para entrar en la contienda electoral con candidatos únicos, tanto para las gubernaturas como para las diputaciones federales.

Y no será fácil porque el Presidente López sigue con la repartidera de dinero a través de los bonos, apoyos, pensiones y becas que ha

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dispersado en todos los sectores, al grado de que en el año 2020 repartió más de 500 mil millones de pesos y se espera que la cantidad aumente para este 2021, sobre todo, por supuesto, en los tres a cuatro primeros meses del año para que los votantes lleguen “maiciados” a las elecciones.

El mismo López ha dicho que por lo menos en 70 de cada 100 familias habrá, por lo menos, un apoyo económico, y por lo mismo seguramente estará esperando el respaldo con el voto de entre el 40 y el 50 por ciento de los electores. Ya dependerá de los partidos de oposición, Alianza PAN-PRI-PRD y por su cuenta el MC, del tipo de campaña que realizarán para convencer a los electores de cambiar el sentido de su voto, para terminar con esa tendencia nefasta de destruir al país.

Y cómo no pensar en que México va hacia una dictadura; con sólo revisar las reformas legislativas que se han llevado a cabo en los últimos meses en materia judicial, energética, los ataques a la iniciativa privada para impedirles el acceso a los grandes proyectos y el énfasis que ha puesto en la militarización del país, no solo para tener presencia en las calles sino también en la actividad económica con la construcción de aeropuerto, refinería, tren maya, sucursales del banco del Bienestar y muchas otras impidiendo la inversión privada.

López Obrador está haciendo efectivo aquello de que “Es un peligro para México”.

El 6 de junio de este año se definirá el futuro de la nación. ¿Qué país queremos?

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