Ritmo 20, Voces del Perú

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[índice] Vo c e s Editorial Letrario [Cuatro poemas] Carlos Germán Belli

del

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[Los huesos de mi padre] Rodolfo Hinostroza [La lluvia siempre sube] Miguel Ángel Zapata [La-mer] José Antonio Mazzotti [Balada para niños índigo y otras escenas] Maurizio Medo [Título] Marco Martos [Cinco poemas] Carmen Ollé

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[Mi sangre...] Andrea Cabel

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[El legado de mi padre-Cuadro] Tulio Mora [Cinco poemas] Xavier Echarri [El cinema de Satán] Paul Guillén [Sumergida] Cecilia Podestá [Física] Jerónimo Pimentel [La hija del carnicero] Vanessa Martínez [Réquiem para un cuerpo sin órganos] Víctor Ruiz Polifonías [Paradoja de la Poesía] Entrevista con Carlos Germán Belli / Héctor Baca [Lenguaje y emoción] Entrevista con Miguel Ángel Zapata / Édgar Mena [El corazón atravesado] Muestra de poesía joven / Claudia Luna Fuentes

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P e rú [A] Giancarlo Huapaya Cárdenas 107 [Reconstrucción de algo que no existe] Tilsa Otta Vildoso 109 [Entrevista a Lesley Gore] José Carlos Yrigoyen 110 [Música para monstruos] Rafael García-Godos 113 [Pantalla de hojas...] Fiorella Terrazas 114 [Soliloquio i] Jim Alexander Achante 118 [Tanta lágrima] Jesús Delgado 119 [El sueño de la reina] Fernando Silva Guerrero 120 [Andrewnkees] Félix Méndez Méndez 121 [Mango ciruelo] Fernando Casanova Garcés 122 [Hay siempre una manera...] Luis Alvarado 123 [H.E.A.R.T] Katherine Zárate Zárate 124 Lo crudo y lo cocido El Canon de la poesía peruana Óscar Hahn Diálogo retórico literario Federico Corral

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Director

Benjamín Barajas Sánchez Director invitado

Édgar Mena Consejo Editorial

José de Jesús Bazán Reyna Barrera Evodio Escalante Felipe Garrido Ysabel Gracida Eugenia Revueltas Consejo de Redacción

Lourdes Martínez Lira Keshava Quintanar Cano José Miguel Góngora Izquierdo Juan Carlos H. Vera Alejandro Baca Editor

Héctor Baca Ilustraciones Andrea Zelaya Colaboración en Dirección de Arte Reyna Iztlalzitlali Valencia López

Ritmo. Imaginación y crítica es una publicación trimestral. El cuidado de la edición estuvo a cargo del Departamento de Comunicación del plantel Naucalpan. Los contenidos de los textos publicados son responsabilidad de sus autores. Los comentarios o colaboraciones se reciben en: bbarajas45@yahoo.com.mx o langenau@hotmail.com. Este ejemplar se imprimió en los talleres del CCH Naucalpan

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[editorial] lo dibuja, alberga sus colores, sus aromas. La poesía va de la mano con el hombre, canta con él desde el comienzo. En este sentido, expresa aspectos de su vida que le son apreciados o dolorosos. Por esto mismo, es necesario mirar hacia otros rumbos para conocer y escuchar las palabras con que nombran el mundo desde otras regiones. Por este motivo, en Ritmo imaginación y crítica, decidimos explorar la poesía peruana actual, ya que Perú es un país con una tradición literaria tan vasta que conserva su presencia vital en nuestro continente. Herederos de autores magistrales, los poetas contemporáneos que desarrollan este oficio, se nutren de sus autores primordiales. En nuestro número, presentamos una recopilación de poetas peruanos, todos ellos atendieron a nuestra convocatoria de forma alegre, motivados por el interés de conocer su trabajo desde México, y que se reconozca su talento y se escuche su palabra en nuestro país. En este sentido, nuestro número presenta dos entrevistas importantes, una con Miguel Ángel Zapata, poeta peruano que reside en EEUU y que mostró gran interés para que el número se conformara; además, contamos con la entrevista de Carlos Germán Belli; ambos también contribuyeron con poemas de reciente creación y dan cuenta de algunos aspectos relativos a la poesía peruana. Nuestro número contiene poemas de autores que libro a libro, verso a verso, conservan intacta la vitalidad de la tradición poética peruana: Rodolfo Hinostroza, José Antonio Mazzotti, Maurizio Medo, Marco Martos, Carmen Ollé, Tulio Mora, Cecilia Podestá, Víctor Ruiz, entre otros. Además, la poeta mexicana Claudia Luna fuentes, quien participó recientemente coordinando un taller de creación literaria en Perú, nos presenta una muestra de autores jóvenes. Con todo ello, deseamos que esta nueva mirada de Ritmo hacia América latina, sea el inicio de una convivencia que perdure para siempre, además, un intercambio de voces, en donde podamos conocer lo que se hace en otros países hermanos y ellos, a su vez, escuchen algo de la literatura que se produce en nuestra país. ritmo | Imaginación y crítica


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Voces p o e s í a

L a t i n o a m e r i c a n a

del Perú

El siglo xx para América Latina fue el territorio de las formas, de la reinvención y de la ruptura: César Vallejo, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, José Gorostiza, Oswald de Andrade, Lezama Lima, Westphalen, Octavio Paz, Nicanor Parra, Eliseo Diego, Martínez Rivas, Haroldo de Campos, por mencionar algunos. Ahora las voces que se entrecruzan en la centuria pasada y el siglo xxi buscan nuevas tonalidades y registros en el concierto mundial de la poesía.

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[Cuatro poemas] 1 Carlos Germán Belli

El arquitecto vitrubio, en el siglo xxi, pierde a dos discípulas suyas

He aquí el magno Vitrubio desolado, porque un par de discípulas dilectas el arte arquitectónico abandonan y dejan de admirar el bello frontis de templos, rascacielos y palacios, que para ellas en adelante son algo de poca monta, cuando una parte al más allá sin vuelta y la otra cambia su terrenal sino, pues tales circunstancias en cada cual imperan por entero, en donde ni una pizca de sus mientes ni a cimientos ni a techos se aproxima. Y sus padres por sobre todo ansiaban que las dos gocen desde sus albores de una resplandeciente vida única, mas nada fue así, sino lo contrario, ¡ay santos cielos!, lamentablemente, que enmudecidos para siempre yacen, mostrando de este modo más que sorpresa sepulcral silencio, fiel espejo de la una y otra pena, que a la tristeza se unen de Vitrubio por doble decepción, quien cierra por mil años su decálogo sobre cómo alzar casas y más casas. ritmo | Imaginación y crítica


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Fue repentinamente un vil domingo que partió hacia el encuentro con la parca, aunque bien jubilosa en plena vida, pues codo a codo con esposo y vástagos, en medio de proyectos para ampliar su morada entre cielo y suelo alzada, y pese a ello así los hados dispusieron que partiera, cuando menos pensara en realidad, dejando para siempre en mera ilusión su flamante nido, que en la eternidad estará allí, y de fijo mejor que el actual tiempo. La otra arquitecta cómo muda todo el personal destino un cierto día, en las inmediaciones del mar Báltico, cuando en vez de su oficio antiguo y chic opta sin dudas por algo más íntimo como edificar un hogar a pulso con un cónyuge e hijos por la fe en Adán y Eva unidos siempre, edificación terrenal impar infinita en el mundo, porque se multiplican los pilares en los tataranietos que mañana sigan viendo la luz entre los siglos. En suma por razones cuán diversas de Vitrubio se apartan dos discípulas, y ni un ni otra nunca más se encuentran dentro y fuera de sus tareas íntimas, que las espaldas cada cual le vuelven al hacedor de las supremas casas, quien resignadamente entre cuatro paredes queda mustio, pues con menos discípulos ahora

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sobre cada cimiento, aunque a perpetuidad estable allí, construyendo no solo en tierra firme, mas sí en el agua y en el aire leve.

Los diccionarios

He aquí ahorita mismo finalmente, vuelvo a la torre de marfil altiva, justo como la oveja a su rebaño, en donde entonces codo a codo allí, con mil folios guardados entre tapas, vecinos míos desde ayer lejano hasta ser uno solo e indiviso, aunque nunca rimero de unas cosas apenas desde el bajo suelo alzándose, pero sí edificada torre erecta no en mudas piedras tan inescrutables, sino estos diccionarios elocuentes.

Sentirse feliz con la mala suerte

Cuán resignado con la mala suerte, que obstinada corroe cada día hasta aproximar muy estrechamente los estados opuestos del espíritu, como que el triste tórnase en feliz. Mas he aquí de improviso, una voz al oído le susurra que tal hecho inusual no es por un enfermizo humano seso, sino que todo estriba en el propio designio de los hados. ritmo | Imaginación y crítica


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En pos de la vida intemporal

Que vida y tiempo -mal que bien lo piensonunca más una sola cosa sean, es decir de una misma esencia no, sino distintos como noche y día en el seno del mundo terrenal, desde la cuna a tumba de uno y otro fulano envejecido, quien se pregunta osadamente que va a hacer en suma con esta inextricable vida humana y el tiempo que en pesada mole tórnase. Y si fuera posible procedamos ahora a separar con celo máximo el puro existir de la edad gastada, sacando a esta con sus días y siglos de raíz por entero para siempre, que no consubstanciales finalmente, pues las de Villadiego cada cual toma, y aliviada a fondo todita la existencia, de tantísimo peso temporal, que feliz por primera vez se siente. ¡Ya basta de minutos, basta de horas! Que en adelante libre del vil lastre: volar, nadar y andar de norte a sur, y viceversa, que tales maneras pueden ser asimiladas justamente acá o en la muerte inédita, y si el pensar forzamos, en consecuencia grandes hechos hay, como que en nada queden el ayer, el hoy y el mañana en serie, que al fin hallarse más allá del tiempo. Imaginación y crítica | ritmo


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[Los huesos de mi padre] 1 Rodolfo Hinostroza

Serán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi padre? Todos completos, con su maxilar inferior, su frontal, sus falangetas, su astrágalo, su vómer, sus clavículas? No se habrán confundido en la Fosa Común con los de un vagabundo de esos que abundan en las calles de Lima, y mueren sin un grito? Cómo voy a confiar en que sean éstos los huesos de mi querido padre, don Octavio, Tachito, si en la Fosa Común donde lo echaron puede ocurrirle cualquier cosa a los huesos de uno? Su hermano, tío Reynaldo había jurado encontrar a mi padre, y recorrió toda esta Lima a pie durante un año, para hallar a mi padre, el poeta, que se había perdido en la ciudad, como suele ocurrirles a los ancianos y a los locos. Todos los días salía, después del desayuno, a buscar al hermano mayor, a aquel poeta provinciano, talentoso, desgraciado y perdido por los barrios de Lima. Llevaba una vieja foto de mi padre, amarillenta, donde aparecía con su pelo ya blanco, sus ojillos brillantes de inteligencia, sus mejillas fláccidas labradas por años de inútiles batallas contra lo que él llamaba su destino adverso cuando se hallaba de un ánimo blasfemo, ritmo | Imaginación y crítica


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dispuesto a enrostrarle a un Dios en el que no creía, sus continuos fracasos. La boca grande, elocuente. La frente alta y despejada. Con un terno marrón, creo, a rayitas. Esa imagen debió corresponder a una época feliz, tal vez la de Huaraz, cuando estábamos todos juntos, mi hermana mi madre y yo, mucho antes del divorcio. Reynaldo la mostraba a la gente, los interrogaba venciendo su enorme timidez: “¿Ha visto a este hombre?” indesmayablemente a pie, tío de a pie como un remoto soldado de una guerra perdida, raso, humilde, cumplido, indagando en los parques, en los hospitales, en las estaciones de autobús, en los mercados, pues quería encontrarlo, esa era la misión que se había impuesto antes que la muerte se lo lleve. Pero la muerte se llevó primero a tío Reynaldo de un cáncer al estómago, sin saber que mi padre lo había precedido en el último rumbo, y no fue sino mucho más tarde que mi hermana al fin encontró a mi padre en una Fosa Común del cementerio de Miraflores donde sus huesos misteriosamente habían venido a dar porque nadie había reclamado su cadáver. La muerte que con callado pie todo lo iguala lo había sorprendido en un asilo municipal donde llevan a los locos que vagan por las calles de Lima y había muerto, enloquecido y solo, él, Octavio, Tachito, el poeta, el hermano mayor

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que había nacido en cuna de oro. Siempre pensé que moriría rodeado como Maese Manrique de sus hijos, hermanos y criados reconciliado con su terco destino y cesaría la angustia la loca angustia que desorbitaba sus ojos porque no quería morir como un fracasado y su muerte le cerraría para siempre

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las puertas de La Gloria. No reposó un instante en vida acechando a la suerte en todos los caminos, en todos los concursos, esperando un cambio del destino un premio, algo definitivo que sacase su nombre del anonimato y le diese la paz. Ya no soñaba con el Premio Nobel, si no con la publicación de sus poemas que eran profundamente hermosos y cada día más bellos cuanto más desgraciada era su vida. Se sentía en deuda con nosotros sus hijos, y los recuerdos de nuestra infancia feliz lo atormentaban hasta hacerlo sangrar como un patriarca loco que ha perdido el paraíso inadvertidamente por una mala mano en el tresillo un mal consejo, o una debilidad de temple inconfesable. Entonces quería estar solo, huía de la familia, se confundía en Lima entre los vagabundos, le aterraba y le atraía como un destino escrito la mendicidad al final del camino. No aceptaba el rol que todos querían para él: el del abuelo sabio y respetado que mora y aconseja en el hogar de su hija: prefirió seguir en la batalla hasta el final, irse a la calle esperando un milagro. Sus despojos fueron a dar a la Fosa Común, hasta que el proceso de putrefacción termine, en cosa de tres años

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y sus huesos, mondos, nos fueron entregados en una caja de zapatos, con una etiqueta identificatoria. Ahora reposan en el Cementerio el Ángel en una de esas fúnebres bibliotecas de huesos a pocos bloques de donde mi madre duerme su sueño eterno. La muerte, piadosamente, ha acercado los huesos de dos seres que la vida separó, y sus nombres han vuelto a aproximarse en el silencio de este Camposanto como cuando se vieron por primera vez y se amaron. En ocasiones mi hermana y yo llevamos flores, a un sepulcro y el otro, y todavía sufrimos por su amor desgraciado, que sin embargo dio maravillosos frutos.

quería

Entonces

huía de la familia, ritmo | Imaginación y crítica

estar solo se confundía en Lima

entre los vagabundos


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[La lluvia siempre sube] 1 Miguel Ángel Zapata Ahora comprendo por qué la lluvia siempre sube por el corredor del cielo para encontrarte. Hoy quiero salir a caminar y volver cuando sea necesario. ¿Por qué siempre hay que volver? ¿Por qué no esperar a que la lluvia se suspenda como una acróbata en el malecón para que nosotros podamos contarle nuestras perlas al mar? ¿Y cuando la lluvia suba, por qué no retornar a la casa que te espera? Y allá arriba pareciera que todo ha muerto, hasta el faro de la playa que te llama con la neblina de la noche. Abajo los perros soñolientos beben agua de las calles, y los cuervos solitarios acampan temerosos en la pradera de la playa. Mi casa está sola: su luz amarilla se niega a desaparecer en el pasillo.

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La vela del cuervo

Nadia sabe por qué la ciudad esconde el lenguaje oscuro de las aves y los muertos. El cuervo permanece callado, no quiere abrir la bisagra y dejar salir su luz por la rendija de una bocacalle. Más allá del sueño de los cipreses está la sombra de una manzana verde, la puerta que nos lleva a la felicidad. Dicen que la soledad nos llega con la lluvia, y que la arena de las playas sube como un viejo reloj hacia las torres derrumbadas. El vino le habla al fuego, tu perro te mira escribir y presiente las nubes que lo distraen en el jardín.

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El sonido de una nube es como una campanada de agua. Nadie sabe por qué la puerta sigue cerrada, y los pájaros no han vuelto a suceder. Sólo hay una ventana, y desde ahí se ve a una mujer con su deslumbrante cabellera trotando sobre un caballo blanco.

Busco la noche de San Petersburgo en este ovillo que se desata sin parar, en estas flores que de repente vivas en su séptima noche cierran sus ojos a la mañana. La busco en la noche cuando mis amigos temerosos se alejan por la penumbra, y ella con su música se queda conmigo y canta como la primera lluvia sobre la tierra.

Busco la noche

Breve homenaje a Marina Tsvietáieva

de

San Petersburgo en este ovillo que se desata sin parar

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Uno se cansa de estar solo delirando con su ventana en medio de la calle, entre la nieve que arrastra su blancor por los callejones olvidados. Uno se cansa de salir a buscar la misma mujer con el cabello largo hasta los pies. Tal vez en eso consista el arte de la soledad: escribir repetidas veces la isla con su cielo lila y la esbeltez del faro que derrama su luz sobre nuestro cabello alborotado. Tal vez sea sólo eso: una brújula sin memoria para el tiempo que vendrá.

Uno se cansa

Uno se cansa de estar solo

de salir a buscar

la misma

mujer

con el cabello largo hasta los pies.

Amor de paso

Penetrarte como al agua la penetran los delfines sin herirla sin dejar evidencia que no he naufragado por buscarte por perseguirte entre los bares y las luces de la ciudad para llenarte de besos aunque siempre supe que te dejaría como se deja un país o una plaza sin flores que cortar.

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[La-mer] 1 José Antonio Mazzotti Cómo empezar siquiera a pensar en decirte los moluscos de fuego Que penetran tu memoria como chavetas deschavadas en la dicha De la fusión de tu sabor salado y mi sabor salado y del sabor salado De la conciencia perdida en el pozo verdusco de la infancia divina Te hundes hacia el centro de la tierra con la facilidad del diluvio Curvándote en ondas orondas que acarician los rayos hasta perder El brillo de su oro en la similitud de la cueva su calor en el hielo De redoma incognoscible donde nadan los mariscos invidentes El silencio absoluto y placentero del primer día de la creación Amanece en tu costilla asomando la cabeza del lejano anfibio Que llevará ese silencio en la espalda como el manto de la eternidad Dibujando su cola de esmeralda la imagen más oscura del deseo Brilla su saludo orgánico de inversa nube su exquisita catadura Irregular su timidez profunda que se moja de puro diamante Penco de posishon por la derecha y posishon por la izquierda A todos lados zumbando en el vaivén de los dióscuros esquivos De ese bailar y venir nacieron los estíos electrónicos los haikai Marinados risa franca de vino en las arenas turbias de la brisa De su tonsura refrescada en lino y aromas de lavanda esponjas Antediluvianas donde repta la lengua como una lula feliz Los barcos que recorren tus ramas como alcatraces abiertos Cuentan de tus playas donde el sol se pone tarde donde asoma La luna en su reflejo tendiendo el camino para subir a besarla Así acabe en sangre el intento de su mancha escandalosa

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Esa luna se hunde en tu fosa para significar muerte y resurrección Para esperar la hostia que purificará su rostro marcando su círculo Cerrado e imperfecto sus cabellos dejados al aire como una bandera Que agitará su cuerpo refinado de acróbata impertérrita y terrible Abre tu misericordia Señora de las Aguas para que se refresque Su trompa de roca de planeta en curso de colisión para que empiece Una vez más el caos en el que todo nace en el que se cocinan los Más exquisitos potajes las pociones inauditas las caricias perdidas Saltarán los voladores y los martilleros buscarán imitarlos comerán Su carne los escualos de afinados dedos los salmones del verano En un bailén de vides y brisa briseida de mamparas de cristalería Y tardes de fuego adorando al dios que se hunde en su alcancía Cantarán los corales de ventosas rosadas por donde hoza la luz A limpiarles los dientes a pulirlos para la fotografía para las eternas Amebas que reposan complacidas por el pecado original por la manzana Que excede su caída atravesando las estrías subterráneas y el abismo Bailarán los crustáceos crocantes su cuerno de la abundancia su corona Crónica de cantos simultáneos de primera eucaristía en el altar mayor Mitra que se conecta con la fuente eléctrica de la ambrosía su imán Potente de lava atemperada y pura donde muere la soledad del mundo Comeremos ricosamente frutas innombrables porque su miga delicada Hablará sola de las sonoridades que rasuran su sonrisa velluda su savia Dispuesta para el manjar predilecto donde comulgan las almas perdidas Redimidas ahora por el pacto sagrado de la música de la laguna esférica Saludaremos la transustanciación en los pies de la especie sorprendida De plata fundida en el fondo del bostezo umbrío de la parafernalia De sus afanes / de su andar / de sus trenzas de carabela portuguesa Pintando en las ondas el brillo de su espuma como un aerolito pálido

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Mama Qucha todopoderosa que tragas monedas ahora tus islas plásticas Se adueñan de las costas infantiles y enredan los cardúmenes ahítos Soplan el solideo con la panza eólica avisan a los titanes furiosos que Lloverán a adueñarse de los últimos recodos de la espuma amarilla Saltan rocas de fuego como lluvia de invasores perfectos / espaciales Alfan alfiles al fondo del funicular los buques tanques de tu partida Se abolsan tus arrugas con sorpresa adolescente y se solazan firmes En tus lamidas a la orilla que dejan su baba rojiza y sueños remendados Esa mantarraya de cola interminable encrespa la aguja y va clavando Su estirpe radioactiva ensartando los pez espada suavecito con la lengua Afuera gritando a la parrilla los ojos desorbitados de espanto y pus De botellas de oídos rayados por la cuchilla en la puerta del auto Adónde Mama Qucha te han llevado como la momia de Mama Waku Para activar los campos granados de barbas doradas bajo el equinoccio Y el paso tranquilo al mundo de abajo donde pululan las erinias Esas señoras que arpillan sus dedos para clavar la caricia imperceptible Hasta aquí te trajeron maestra de las profanidades donde se mezclan Los jugos las acequias los desagües exhaustos de residuos de la chicha Fermentada los esputos de rencor y los flujos virginales todos juntos Con tus piernas abiertas los recibes y lavas como a recién nacidos En ti se deposita el relámpago incondicional donde terminan sus vidas Esos ríos profundos de sangre hirviente esas quebradas indolentes De chorros turbios y de chorros claros que lavan sus chucherías en El absoluto inabarcable como el nombre de Dios tu vientre bendito Perdónanos nuestras deudas y vuelve a abrirte para que tu boca Reciba el aire enlutado de las turbinas las antenas cortaviento las Tardes de la melancolía por no verte desnuda en tu piel turquesa Donde acoderan sus sombras los adolescentes hechizados de amor

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Cada vena tuya cada tendón tuyo cada sudor de tus poros es la alegría De los delfines y los tritones y los monstruos de las profundidades Donde reposa el calor instantáneo en que el padre acudía infalible Rescatando al infante de la ola y la madre lo envolvía en la toalla plumada Como tu piel reposa así reposa el fin del mundo así reposa la mandrágora Que explosiona en tu fondo cerrado y llama a la resurrección de la carne La bendición de los diluvios donde el vidrio se transforma en la joya De tu camino de fuego en la tarde en la que Cristo se arroja a la hoguera

Muerte por fuego

Una aureola cicatriza por el cielo un flash cortante Descuelgas tu trenza Kalypso el prófugo de los humanos Encerraste el abanico refrescado siete años por la brisa Que creaste del Soplo Divino el duradero el que fecunda Las piedras en la playa y la espuma del pez espada Las plantas transparentes del sobaco de los puentes Los huevos de esmeralda de las aves legendarias Tu soledad de halo jubiloso que refrescaba la noche En Ogigia gustaban tus gotas bailar y asomabas la cabeza Buscando al peregrino abandonado en el cuaderno silente Tú lo escribiste pero ahora nada dices ahora desapareciste Secuestrado por los malignos elementos las mareas Solías cantar en las mañanas y el suelo relumbraba Tu risa dirigía las orquestas de abejorros tus delgados Labios pronunciaban discursos de chubasco el pueblo Te era devoto y ofrendaba coca y cuyes en tu santuario Amaste con la calma intensidad del cometa contemplaste Atardeceres simultáneos con tu Herida Abierta Porque el Reino del Señor se extiende de tus plantas Y crecen rosales rozando tus tobillos oh Aparecido

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Salve tu amor mi amor ausente Salven Tus manos las montañas horadadas las planicies Arrasadas las profundidades donde caen los moluscos Al vertedero insaciable Líbranos Apu Kalypso De amar todos los seres sin poder tocarlos Abrumado por los menesterosos desapareciste en el mar Abandonaste puro tus huestes por delito de insolencia Y ahora la miasma radiante la mancha de fuego se apodera De las caparazones de los boticarios de la piel de la arena Perdidos en su ignorancia rampan despampanantes Los corazones macerados en vinagre de ajenjo y miel Amenizando las almenas curioseando en los portones Donde abandonan las madres a sus recién nacidos Esta ladera de iglesia de orines radioactivos Esta cuchilla saliendo del mástil del aire perdido Este chillido de ave avezada enviada para comer vísceras Este revólver de sentidos indistintos y balas babosas Compiten ante ti y ante ti coleópteramente murmuran Tu fama curadora de cristales y de labios de aluminio Tu figura alargada que erecta los espíritus del valle Tu sombra soberana creciente mientras el Sol se oculta Y agitas tu fragancia de orquídeas tu chaleco espacial Vuelves para tatuarnos los olvidos bienintencionados Incurres en manías monetarias y en cálculos minuciosos Hablas poderoso por los ríos secos por los altoparlantes Inundas los temores con arrepentimiento y alcohol Oh Aparecido ya seas hombre / ya seas mujer permítenos Acariciar los pétalos de plata besar la espuma de felpa De bocas de los copos de sabiduría eterna y retornable Salve esa cresta de obsidiana de abultada penumbra Su amor caracolesco de chasquidos y troncos flotantes Su sangre insuflada de polen y de savia de dolores

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Infinitos por la ausencia de estrellas por la sombra De la lluvia ascendente como espina y su boca de rosa Salve grandísimo puto de los avernos insaciables Donde se pierde el niño acurrucado de bakelita En una masa insomne y en un bulto sin cabeza

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[Balada para niños índigo y otras escenas] 1 Maurizio Medo

Escena 1: Tacet El silencio es solamente el abandono de la intención de oír John Cage

para qué partituras meditaciones cartujas mantras bengalíes … y todo lo que se emprenda contra el ruido mientras la zzzzz fricativa de una mosca zumba en el prana cedámosle la voz desaprehensivos hasta que hoce convulso en el sentido eso hizo el viejo cage 4’33’’ (tacet tacet tacet) en lo absoluto pretendo poblar con blancos lo ya blanco o con preclaras cofradías de sopranos ni anteceder al eco, primigenio (ni sé bien cómo caí de cara aquí) salvo para situar el sonido de un motor – ford 93 como un grafema antepuesto a la palabra sor el sonido de un motor de 250 HP ante ninguna garita de control y contrapuesto a violín salvo, decía, para tildar mística con el disparo de una colt y tronar los dedos apurando toda vibración tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet tacet contra la muerte Imaginación y crítica | ritmo


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Escena 2: Influenza (o por el psicosocial)

Nos advertían de que no usáramos los lavabos públicos, ni bebiéramos de las fuentes públicas, ni tomáramos un trago de la botella de refresco de un compañero, ni nos resfriáramos, ni jugáramos con desconocidos, ni sacáramos libros en préstamo de la biblioteca pública, ni habláramos por teléfono público, ni compráramos comida en un tenderete callejero, ni comiéramos hasta habernos lavado a conciencia las manos con agua y jabón. Teníamos que lavar la fruta y la verdura antes de consumirlas, y mantenernos a distancia de cualquiera que pareciese enfermo o se quejase de alguno de los síntomas Phillip Roth

Basta de trepar a los aviones que emprenden vuelo en la deshora Basta de deshablar en trances celulares alelados ante el ruido Basta de enjundia y súbitas querellas por “quítame estas pajas” Basta de volver a marcar poseso digital tu código de acceso Basta de flyers posts emails… Basta de fingirse natural meditando la vida conyugal en una jaula Basta de ver por ahí al poema y susurrarle albur-azar por serendipia Arribo del transtierro (libre ya de alquilarme, abyecto ganapán por unos óbolos) Judas de mis cristos ábrome paso por el psicosocial temiendo sorprender en mi lugar a un doppelganger Temo que mi propia ausencia del poema me registre fuera de esa jaula: albur--azar –albur –azar - albur--azar –albur –azar, pájaro trino Temo que al verme el perro ladre no a mí sino a esa ausencia

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Ábrome paso entre cincuentonas con máscaras antigases Otras cholas esputan sus pañuelos Por el altavoces canta el locutor: -384, 485, 586,687… rueda la bolilla de la súper A(H1N1) Nuestro guión: toser y toser a pura cepa, sin vacuna infestando cerdos pollos reses, desconcertados ante un nuevo reporte de la CNN Arribo del transtierro Desde otra órbita Fuera de mí Con el pavor por tener que descifrar las claves de mi propia partitura En ella a mi amor exponencial -Por ello, señor- dije al chofer- probablemente esta gripe sea una manipulación para distraer la veleidad musulmana pero, en realidad, mi urgencia es la de volver sobre mí y dar la talla -¿Tío qué cosa es mu-sul-mán? –me recibió Fabricio ¡1000¡ -oímos a ritmo de primicia Y, ya alejándose, otra vez al chofer: Puta manipulación La escarcha helaba ígnea su piel, pero ni siquiera el frío con su vapor neumonal: en la radio A(H1N1) insistía con el tam tam de un éxito en el hit parade –Hablemos- dije a Medo- mejor de cómo escarcha el ande, lejos de la voz del locutor, sin un rating El rió: –La voz del fercho me hace escribir contra mí Imaginación y crítica | ritmo


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(aún dudo si esto constituya una praxis política o una estrategia musical Pero funciona En cuanto logra una realidad con nuevos sustantivos) ¿Qué entendería por “puta manipulación”? No lo sé Fue proverbial Hay algo sabio en la incertidumbre de la oralidad Algo que es cierto se tizna con las nuevas posibilidades de escritura y subjetividad (chats, MUDs posts flames spams) Sobre esto nada dice el locutor -¡Gripe pituca¡- gritó Fabricio al oír que la bolilla de la A(H1N1) rodaba ahora por la casilla 2010 Casi a tiro de año Siempre tan cool tan tamiflu tan made in isla caribeña Implicaba a un status Nunca he visto- escribió Aurora Bravo- en Nueva York, Suiza o Ámsterdam que la gente se muera por el friaje, aunque los inviernos registren temperaturas más bajas Hay una semejanza liminal entre helar el pulmón y escribir poesía Aunque esta sea puro cascajo para el orden social Una utopía

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Escena 3: Balada para niños índigo A Diego y Gabriela Villanueva La tecnología no es ni buena ni mala, tampoco neutral. Es un efecto, una fuerza, probablemente más que nunca bajo el paradigma tecnológico actual, que penetra en el núcleo de la vida y la mente. Pero su despliegue real en el ámbito de la acción social consciente y la compleja matriz de interacción de fuerzas tecnológicas desatadas por nuestra especie, y la misma especie, son una cuestión que ha de investigarse, más que una fatalidad por cumplirse. “The Information Age” , Kranzberg.

a) ¿viste cómo anoche los volcanes azulaban con el viso de una alucinación? (respuesta) & quot battlefield modern combat

b) ¿a toda su roca, ígnea, rutilando nimbada y cómo en la nieve, las estrellas espejeaban, como en otra constelación? (respuesta) & quot battlefield modern combat

c) ¿viste? (respuesta) & quot battlefield modern combat

Nivel 2 el francotirador de la coalición de medio oriente &quot dispara contra los marines del game spy &quot y, cuando se vuelve para mirarme fosco con sus flashbangs &quot observa fiero mi estúpida adultez &quot muda de atónita por tanto queriendo hablarle &quot fuera de esa realidad su mente bulla aún la sinfónica de tv multiestelardonde soy apenas un mudo comercial &quot -¿me oíste? Imaginación y crítica | ritmo


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&quot street fighter flash me grita mental y clinoforme …&quot de tu madre… de tu madre callo ametrallado por el &quot &quot como si en cóptico… sin poder descifrar ese lenguaje -30 años anhelando descifrar qué… 30 sin poder salir del poema mírome niño mesozoico entre los índigo pagando los arbitrios desde la inestabilidad social pero, ¿quién quiere salir mamá si lo que busco es volver? el cuco dice crisis carestías desempleo sedición estalla en krakatoa y chernobil y no hay más fábulas garantes de sueño ¿cómo se acuesta el pánico madre? óigome en monólogo alrededor compulsa febril la tos porcina el tic la coprolalia y los niños índigo bizcan 133 / 333/ 400/ 533/ 667 mbps &quot &quot &quot al unísono, y sin ningún rito iniciático como x ej. volver al poema aún cuando el lenguaje ha sucumbido con el gesto autista de un viejo escriba egipcio

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Escena 4: Stavismo ¿ves borroso en los bordes? y si destrozas la obra cromática aquélla de tus padres ¿reconocerías los colores? Alejandro Tarrab

Pero el escriba aquél sufre de autismo Ante las puertas -¿el poema las tiene? Susurra de paporreta pasimí pasemá Mi Judas abomina la quimera arquitectónica de este como casa, blanca y con jazmines, con una métrica antípoda de infancia Anhela más bien volver a él como a un estroma Y si no al estroma como lengua a beso O nombre a cosa Libre de arbitrios y tasas de interés Porque la crisis, mi amor porque la crisis (sin partituras y a ritmo de balada) política comunicacional jurídica social… (Cantan los trotskos) - ¿Cómo se escribe caviar viejo esturión del Volga?-preguntó Judas -Ese es un prejuicio burgués De derecha –replicó el coro de poetas indigentes, becados en Manhattan Y cuando yo no sabía más qué implicaba ser andino o tropical, Judas dijo: Ya no me jodas Medo, occidente es otra mar Porque la crisis mi amor porque la crisis Loncos y aimaras me miraron como a prosciutto di Carpena El paramédico cual presunto portador de la porcina y la dulce Rita preguntó: ¿Hello, bonjour ‫?مكيلع مالسلا‬ qillaysapa ¿Entender ud. el español? Imaginación y crítica | ritmo


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Solo queríamos volver Pero entre el poema y esto –costa yunga o duro altiplano había más que un simple soroche - Qillaysapa ¿Entender ud? Rita rió rata pícara de mi acento –vulgar según los esturiones Repetí -Volver al poema (Occidente es apenas una excusa para malmirarnos Sombra de Caín) Como a un estroma

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Escena 5: Arritmia

Polvo. Detrás de la cortina, entre los equipajes, tosió un Niño de diez años: -Qué tos más desgarradora e incoercible- comentó acto seguido con voz argentina. Gerardo Deniz A José Kozer

Jódeme y tanto el corazón arritmia fibrilante su coreografía vascular Cada que oye su ritmo diablo todo glauco ya… atina a escribir poema No le creas No le creas nunca al corazón podría ser un ronrón dicho en alcohol por la Guillot Una frase yerma (y sin embargo la única en donde vale hacerle una muesca a la razón) Mas no le creas p o e m a no farfulla resistencia u oposición Delata ausencia Entonces tenemos cada vez menos opción: (A) Hacerle un haendel al lenguaje y concebir un art poétique de la crise (B) Arrojarnos en bungy jumping sobre él o (C) Obviarlo y derivar zen apacible Pero en lo común está cada vez más lo inconcebible, e indigna reducirse de acuerdo a la opción múltiple por azar o puro automatismo: ¿occidente u oxidante?¿accidente?, ¿hembra o hambre? ¿padre o pared?

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Y mientras, los niños preguntan cómo produjo aquel sauce/ manzanas (Kozer, José. 1940- ) ¿Si la poesía antípoda de infancia qué bledo este oficio? ¿Desde qué estrella hacia Nunca Jamás? ¿Qué ave ala en Kensingston park? ¿Cómo se escribe Cheshire? ¿Importa? Si creyera que esto hoy páginas blancas desaparecería: El niño que las lee aún me sueña

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Escena 6: Instancia

Somewhere someone is traveling furiously toward you, At incredible speed, traveling day and night, Through blizzards and desert heat, Across torrents, through narrow passes. But will he know where to find you, Recognize you when he sees you, Give you the thing he has for you? John Ashbery

Y mientras más en el borde…La crisis como algo entrañable Tanto que sus límites franquean los del poema Es la salida Atrás: los reports de la CNN Ácaros dendritas Las ahora 3000 víctimas El fercho Un cuarto de hora en el reality Mi capisci Rita mi capisci? Vuelvo solo e instintivo (Tú siempre estás en el poema Sus aguas preciosas te reflejan) Lo vivo está en el viaje

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Escena 7: El centro errante

Y en la república, a la vanguardia el lenguaje, atrás los rescoldos del asombro La materia (y no el espíritu) negocia ladina sus pertrechos:

conjuros, parcos, ya pretéritos, en CDs coleccionables y exiguas ediciones de bolsillo

En otra altura, una voz rima presente con lírica, recordar con suvenir El lenguaje refalosa y se con trae Su mar novela tempestad y vírgenes preñadas No un legado simbólico, en deriva por las aguas del inconsciente colectivo Ella espantó (- ¿Es esdrújula o aguda?) La novela resultábale profusa (-¿Dijo usted?) - Sí, la realidad Poesía afuera, la piedra más dentro de la marea quen el espigón Saliente entraña, y, a la vez, hondura de caracol ritmo | Imaginación y crítica


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hasta re emerger, sismo de sonoridad Trópico y palabra De nadie

-A ella le dieron por ménade, una basáride Gato por liebre, si Ud. me entiende -En el bazar del lenguaje también se trafa (Poesía es cuando cierran los negocios) -Esto es la realidad y no una novela (Ella, otra vez, dónde la diéresis) -Es la realidad y duele (sin tildes) Y tanto que hay un edípico afán de proteger a la poesía (con paréntesis) Entre paréntesis va (Literatura)

La novela es una categoría social, y una acción intuitiva de la condición humana Eso que hondura kitsch el alma

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(En el reality, va el último galán por su pensión de viudez en la cola de inmortales Aquella fue su fiel, bellos tranvías Otrora ese el rival Como un plano simultáneo, oscura bizarrería con aliento kafkiano o el arranque del televisor en el prime time estelar -Oh sino trágico- gimió el productor Y atestiguamos las tandas comerciales Lo que sobra, fuera de escena Latinoamérica es una novela,(sin happy end en el capítulo “Visados”)

Poesía se está callada, en otra órbita, ahoga con el pago de alcabalas Los poetas huyen del fisco y le respiran boca a boca “Morosidad”, debió llamarse esta novela Hay deudas También un venéreo desliz En la vanguardia la salivita homosexual

El free pass, babel de carne ritmo | Imaginación y crítica


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Todo el laurel hecho cebolla. También manicomios y camales Traición donde el placer (- ¿Tradición o traición?)

La novelita es una sucesión infinita de traiciones. Dropofagia de epígonos y parras parricidas (Oh panteón de panteones ¿qué dice la novela sino repetir qué hiciste con tu hermano?) Anécdotas y chismes escritos en puro anacoluto, que, leídos con decoro e impostación, pasan por mártires a turbas de infames

La novela es también una jerarquía histórica, (la conversión de lo cotidiano en mito) Una construcción sociopolítica que

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transforma en mérito el delito

Poesía, afuera, la voz primera, luego el poema, el orfeón, el poema, el orf...

Y apenas el eco de los símbolos que pusimos en boca de los muertos, como ellos en las de quienes murieron antes, para poder engendrar esta ficción

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Escena 8: Torres

Qué será el poema sino un espejo de feria, Un espejismo lunar, una cáscara desmenuzable, La torre falsa más triste y despreciable. Emilio Adolfo Westphalen

Voces Un orfeón fluye barítono y rompe en staccato Entre la manzana y el hambre Todo el báratro canta en contralto La voz del niño susurra apenas “árbol” Ella lánguida escucha “triglicéridos” Yo repito “azules” Como el manzano hacia donde empina el niño para alcanzar el fruto Entre el follaje en bruma tacto espinos

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El niño bajo el manzano (si el manzano cerezo y a su orilla el estanque) urge la manufactura de un hermético haiku

Del melindre al balcón De la golondrina al légamo en miles de capas y superficies (casi hasta la altura del manzano) Soy el niño que empina susurrándole “árbol” (Hace cuarenta y pico años insisto en ello) Al mismo tiempo soy quien lo imagina

En bruma el sol escura magro Empino imaginado También yo Por el lenguaje Uno azumbrado Al cual un pito importa los trajines O reducirse apenas al abrojo O rose thou art sick Prosigue céfiro del ave huída por la rama del árbol A su sombra Levantamos castillos con el pasto

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Transtierro construyendo torrecitas Con las hojas de un fresno Grava Escombros Antes otros Demiurgos creímoslos Pero cuando sus torrecitas se alzaban ya en altura humana El gran derrumbe Simplemente torrecitas

Pobre poesía Arriba asola en azul fatuo El resto es ornamento Ya no es más la flor de musarañas Oír a Darío O tonta charada para dejar ascua el corazón Es o no Fuera de todo reloj y pentagrama Es un do de sí su sol Reverberantes Mientras la urbe cháchara sus ripios expirando en el último ay Apenas luego del auroral grito Entre uno y otro do una eternidad Como por una escala en órfico descenso

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Miserables torrecitas Sin quién vislumbre el fúlgido alboreo- que construyo (Calibán frente al espejo) cuando no hipo hambriento de frejol Alguien viene de pronto y… Poemas con la palabra “alqabála” Si ícaro ¿en qué cielo? Otros en anacoluto con “predio” Si orfeo ¿dónde infierno? Terrestres las torres Hasta el tuétano Y acrofóbicos los poetas Temen la cumbre Alguien viene de pronto y tala el árbol

Ya no habrá un solo pájaro en el poema No habrá candor Qué tiempo yerma apacible para empinar al niño hacia el cerezo o manzano Vuelan frías yescas de polvo y por ende No habrá tampoco epifánica hondura

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Cielos Sólo la bulla de las torres en derrumbe apenas levantadas Si el niño se situara –en la escritura– creería la poesía un burdo juego Dados: uno sobre otro Y si empinara sobre su engañosa simetría ¿Qué fruto?

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Escena 9: Contra los poetas Cuando por la ventana, humano, demasiado, se arrojó, creímos quebrarían los sueños tejidos en esa red pero, abajo ¿no era el lenguaje caído en diminutas sombras de porcelana? ¿Quién podía distinguir su cuerpo a tan oscura distancia y presagiar que iría a resistir? Cuando ya, aún preguntamos si un exceso en ascuas o en turbiones, y preguntamos qué frente al cristal dolido y qué, otra vez, a las palabras vueltas en contra de nosotros No se trata de condolernos su agonía o huir desenfrenados de su ergástula Sólo saber, camaradas –jamás les dijeque el lenguaje ha caído y, hecho añicos, amarga hiel y casi en trivial contrasentido Pero (nunca) compañeros no creamos sanarán sus hematomas si nos fingimos íntimos dioscuros y pactamos cesaciones y armisticios No creamos en el elán samaritano o en el poder restaurador de nuestro oficio la poesía no sirve para nada Ya, sin paltas, comámonos el roche Tomemos entre el tábano y el hueso lo que resta de su carne Y cada quien a su paradójico avatar, sin hados que nos favorezcan o demanden

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La poesía no sirve -sería mejor dios se suicide- a ningún fin ajeno a la poesía El poeta está fuera de su égida Éste es una coyuntura Un radioescucha quien, veterano apuesta su redención apóstata Aunque sólo capte la señal de una emisión Perdida entre las nubes La cabeza No busquemos bucear por el fondo del acerbo y soltarle el arpón a cuanta errata Si bien poeta es un estado que implica y sólo a quien está (oyente de la música exterior) atónito ante el mito de la página (en blanco un árbol es cadáver) y, aunque lo sepamos, no es su oficio la chiripa, dejémoslo abocado a su falsaria idea De trabajo Menos que nunca (nunca) compañeros De qué Exactamente La poesía befa contra el yo (la realidad) y sus sinergias Nosotros se sitúa poema afuera (salvo en loa o elegías) Yo (ese mezquino) queda afuera también con su milonga Toca la puerta Lo verás Nadie abre (un fantasma tal vez de los que fuimos) El poema (lo que en él) y, a pesar de los judíos, puede constituir la noción cristiana de un ulterior más allá

Algo de infierno hay en Spicer: what you did what you did solloza a un lenguaje que nada oye de Eliot, excepto cómo es ese infierno Imaginación y crítica | ritmo


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La rosa animal de su nudo borromeo En perpetua cerrazón No se abrirá a la voz de un rezo estólido Mantras A nada que no el símbolo abierto hacia dentro para darle una vuelta más al nudo Si lo abres caes La rosa nos devora La esencia de sus símbolos es la ausencia Como una pluma del ave huída en la república platónica Un destiempo Entonces convengamos: el poeta (y al acecho) sobrevive (nunca más) fuera de nosotros Nuestro su nudo borromeo –curvado límite del aquí con el dentro del poema Y el deseo (o el horror –salto al vacío) de estar (o no) del otro lado Acá se está A secas Si, p. e., un hombre rueda por el catre Un hombre rueda por el catre No importa Cómo Si aro, anillo, arandela en la cuesta de qué duna o sabana Río Si piensa (o no) Simplemente rueda

Allá si ala u ola al ras. El lenguaje es el sujeto de la lógica Del hecho ritmo | Imaginación y crítica


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Nunca del deseo (que miramos) girar libre (atrás del nudo) e incluso atroz en su albedrío Y nunca sin recordar Cómo Se rueda Y ya no hablemos mientras aberra berraca en su nonsense Ni milonga yorugua Ni rococó habanero Dejémosla curva loca ahí en el nudo Hay un exceso sibilino de bulín: de poeta y puta De orín en urbe oscura Compromisos: el peso plúmbeo de la fatua historia Patria y familia Y el civismo que la poesía estupra Mucha lleca ya En jam con sus sintaxis Ya no hablemos Que ella no está para otra cosa Bribona por ninguno espina Y nosotros, con la punta del óbice en la mano conjuramos Miente el tacto estambres y carpelos Con la mano en la nada (camaradas) soñamos febles una forma en la que es inconcebible la sustancia Y seguimos (mano en la nada) sublimando (a la nada) O parimos resignados emboscadas (el éxtasis, los hados) para eximirnos virtuosos de la abulia (en la nada, ya extraviados) Entonces señores menos bola A los acróbatas (en secreto amados por la mujer barbuda) Menos también al Hombre bala Y al de Goma Como al perro que salta por el aro Pues, los poetas (lo proclamó Platón en la república) Los poetas no sirven para nada Imaginación y crítica | ritmo


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Escena 10: Concierto para tos y puerta no 1

Un poco más de consideración, y el mantillo líquido, seis de la tarde DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES. CÉsar Vallejo

1. ¿Eso que tose cof cof cof es el poema? ¿Toda su melopea se ha reducido a la flema de un simple constipado? Mascarillas pañuelo gasas Las bocas granas y carmín Bermejas bocas Las rufas y arrebol Embozadas por la haute couture dejando a cada quién con su bacteria NO BESES NO ROCES ABLUCE El tacto delinque en esta cruzada contraerótica NO HABLES frente a frente o por asalto EL VIRUS CONTAGIA revelador de la natura de nuestra condición humana He vuelto ahí / acá había el poema caracol donde resuena… -escribió Paz (1986)- y no este pérfido cof cof de carrasperas Habían la errata agre y el casual bustrofedón errando sobre las nómades arenas del lenguaje Ahora cof cof Y sólo cof cof Quo vadis? Repican y repican la tos La puerta Ahí un parco rotario Evangélicos Heraldos de Corire o Cotahuasi en busca de un óbolo solidario Ahorro perro cigarro carro reducen al jeme el magro albedrío Mientras la tos La puerta

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Toda la función crítica reducida a una simple onomatopeya - Hey Medo ¿me trajiste al poema o…? Mi Judas recuerda: - Olvidé escribir a Arteca “en un blanco nuboso la nieve ciela” Y a Fabricio quién es Arteca Y al poema quién es Fabricio Hemos vuelto Judas No al poema Todo es ruido 2. Y con tanta bulla ya no basta con besar la placenta del lenguaje que va de trance autista O interrumpir su tesitura vascular a punta de puro pleonasmo Hay que rabiar, dos veces en ida y vuelta Alas arriba y en los sótanos del Hades El escriba -viejo agre enclaustrado en la idea del poema como casa- usura obstinado ante al azar Mi Judas azora Y el fercho inquiere -¿Qué manda mi buen? ¿Es otra tetra? Ya no basta la idea asada en el fuego de la estética Volver décadas para un prêt-à-porter con las prendas vanguardistas (l’écriture automatique- fluxus médiumnité- talk poetry- antipoesía) o con aquellas en las que deslumbra la ciencia Ya no Hay que rabiar sin hamartía arrastrando a hierros la sintaxis -y aún por serendipia – p. e. El pájaro de fuego de Stravinsky Gritar eureka¡ y vislumbrar nuevos cabos ínsulas estrechos Toda una nueva geografía

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-a la mierda con la casa predios y arancelespara poder reconstruir nuestro estadío Es cierto, hay cadáveres - ¡Arde arde¡ ¡a estribor o naufragamos¡ - grita Judas El drama desequilibra el curso del vehículo Prescindamos El poema se construye con umbrales y resuelto se entra y sale de ahí -ya mismo estoy afuera y aquél otro energúmeno naufraga en diversos niveles de conciencia-

3. Si vuelvo es para rabiar con hybris en el émbolo del poema y cantar assai vivace contra el ruido (El poema es furtivo Baladí cuando arde Luego cenizas) e incluso aún contra el sentido LA REALIDAD POR AHÍ - ENTRA EN ESCENA donde cof desafina el hammerklavier donde cf querella el telepronter donde c o o f f f A(H1N1) Hay cadáveres Volvía aquí para asirme y mira tú qué cosa en margen plena escribo hiriente Y mortal Contra la muerte Salgo excedido

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[Título] 1 Marco Martos

El lenguaje del universo La canción está en la caverna, en el más secreto recoveco del corazón. Afuera está la vida, la sigilosa raíz del canto: montes, aguas, árboles, monos que chillan, el tigre prudente entre las altas hierbas. El corazón busca el viento, el agua, los colores, la naturaleza lo conduce y la fuerza de las palabras. ¡Cómo cambia el mundo! El habla tiene sus cadenas, su cárcel dorada. A veces, sin embargo, la deidad ilumina al hombre y lo conduce a zonas misteriosas donde mora el lenguaje transparente del universo entero. Y no hay palabras.

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Mus cæcus He visto un murciélago/en los ojos de la noche/con las alas remendadas/por filamentos de tristeza./¿Qué hace solo entre las sombras/del respetable templo/ lejos de la garganta amada?/A lo lejos vislumbro /a la mujer que baña su rostro/con la lluvia tenue de luz/que cae de la luna/y le deja una sonrisa / que marca el tiempo /de los principios: /un clamor en lo oscuro, /un comienzo del día/ en las tinieblas,/mientras el murciélago duerme,/con las alas extendidas,/hierático, semejante a un muerto,/en lo más alto de la cornisa.

VIENTO DEL PERÚ Mi patria queda en los acantilados, /en esa parte que llaman La Punta, / frente al mar, en la bahía de Paita, / en las noches tranquilas del verano.// Mi patria queda en la blanca luna / que me asombraba en días de mi infancia. // En todos los lugares soy extranjero, / el ejemplo cabal de un desterrado. / Madrid y París han sido gentiles , / como Grenoble y Ayacucho. // Cuando arribo a numerosas ciudades, / soy un fantasma que firma en los hoteles, / solo un aroma que va caminando / un viento del Perú que sopla suave.//

Estaciones En lo más negro del bosque hay luz, aire fresco meciendo las copas de los árboles y pájaros insomnes cantando en el centro de la noche, palabras como puentes colgantes y ciegos resplandores. Vuelan las estaciones como águilas dando círculos. El presente es el pasado y el futuro es el águila longeva con mansedumbres y retazos de furia y luces de colores. ritmo | Imaginación y crítica


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[Cinco poemas] 1 Carmen Ollé

Amor me mueve y me hace responder

A Beatriz

Dejarme arrastrar por un flujo de sensaciones: realidad y fantasía combinan malévolamente hoy en mí. Todo nuevo amor refleja una carga eléctrica de un viejo y conocido circuito: felicidad, frustración. La imagen más bella sería tu desnudo cuerpo sin ofrecer mi cuerpo desnudo, de la misma manera como observo mi serenidad en Safo o en San Juan el deseo, pero al menos que te hable de Baudelaire no podría hablarte de la poesía. ¿Sabes qué es la poesía? Un muchacho que va en busca de la felicidad o la imagen perfecta del peligro es atraer como lo hace la poesía a la belleza sin riesgo de caer en la retórica. Y toda retórica es ridícula. Amar sólo el fruto de este instante llamado escritura es el resultado fatal conocido como poesía. Se es más infiel hablando el mismo idioma. Puesto que la imagen perfecta ha de amar el peligro no existe la perfección sino en la arbitrariedad, entonces combinación de serenidad y deseo en ausencia del poema: tu desnudo cuerpo con mi cuerpo desnudo, sin serenidad. Caída en este juego sólo para atraerte al fin.

Arrabal

Yo no iba a verlo porque admirara sus cualidades físicas ni sus atributos intelectuales. En realidad no lo amaba, pero eso no tenía importancia. Los tacones de mis botines resonaron en la acera, solo era un animal en celo, Imaginación y crítica | ritmo


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una yegua encabritada dispuesta a saltar el cerco. Me adelanté a una pareja de ancianas y las rocé con repulsión, olían a habitaciones cerradas. Una de ellas, la más baja, hizo un comentario al pasar sobre mi comportamiento, tuve ganas de volver sobre mis pasos y darle con el codo entre los pechos, pero aquel gesto me hubiera detenido y yo tenía prisa. Vi mis ojos centelleantes en el espejo de una tienda de disfraces, habría matado al primer mortal que se hubiera atrevido a atascar mi camino. Llegué al garaje donde dormía, cuando me abrió noté su vehemencia, también tenía prisa. Su camisa amarilla lucía sucia en los bordes, ese detalle me hizo retroceder, aunque su sonrisa era cordial, otro signo de su debilidad. Él ya no era nadie, vivía de prestado, lo había perdido todo. –Lávate la boca, huele a ajo. Corrió a cumplir la orden. Una vez desnudos volví a ver en él lo que me atrajo cuando lo conocí: su mansa sonrisa de portero en un bar nocturno a quien la policía acaba de interrogar sobre un crimen. Sucedió hace un año, ahora seguía sosteniéndola en el rostro para mantenerme a su lado. Terminado todo me vestí de nuevo y después de colocarme los botines di un salto para marcharme. –En la calle hace frío. Quédate, suplicó. La mancha había crecido en su camisa, colgada de un clavo en la pared. Los dedos de sus pies se agitaron, mi corazón palpitó. –Te odio– grité. –Siempre lo supe –dijo, esta vez sin asomo de debilidad–. Mayor razón para que te quedes esta noche.

Fastidio...

Fastidio: mi regla tarda un grano en la frente: síntomas: presión en la vulva / el corte que atraviesa mi vientre con la luna

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la casa duele muele este pensamiento pernocto en mi pijama/ bajo la luz yo escribo mi jornada. Un mercado arriba a 5’ suspendido en una isla ramos de alcachofas coronan un camino de asfalto un autobús desciende por la escalera geológica lagartijas en una pequeña cueva fluyen como monedas trueque 18 pesetas 110 gramos de jamonada collage: würst y deseo erleben y gasto oh wunderbares Republik: la cotidianidad es un gasto me afilio a mis olores sólo mi pijama es verdadera de nylon color melón

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hoy no tengo nada en el pensamiento Hoy esta copa de brandy sólo eructa hoy esta máquina suena hoy esta punta de bolígrafo sólo borra hoy me borro de estas líneas.

Frágil ante lo inmundo...

Frágil ante lo inmundo lo inmundo considerado como una débil respuesta del ser cotidiano ante sus mezquindades me sorprendo en una ciudad cuyo nombre ni la humedad pegada a los muros ancianos ni sus palomas tísicas me importan como estar en su imagen de plástico hundiéndome en La Defense o perdida en el ardor de su pasado

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ah pureza frescor de lo marchito toneladas de plumas nos cubren nos desnudan en tu presencia y tú ciudad donde hoy habito ¿naufragas o emerges de mi caleidoscopio? A pocos metros de la estación moderna me habita en pequeñas áreas mal ventiladas campiñas fantasmales donde uno (de pocos ingresos) atraviesa la tarde de un verano desolado desde sólo un ángulo –lo maravilloso de la tarde– su caricia en el sexo es la de un espectro y amo esa tarde como en un film. El ardor del pasado descansa en la infancia pero no puedo ocuparme largo rato de esta transparencia y no deseo edificar una infancia lo maravilloso es la rama torcida que se eterniza en un material innoble (chatarra) esta falta de flores lo es sobre la tarde gris. Apoyada en tus brazos: de las viejas Bastillas nace tu sonrisa más fresca y mis partes están irritadas con fluidos verduzcos como tonos impresionistas caminando para aprehender el rígido otoño en el Louvre el sentimiento de piedra de la Venus egipcia o el gesto de bronce de una pierna de gladiador –sótanos y galerías de tesoros robados– camino, palpo el tubérculo de los recuerdos mi cuerpo de niña el silencio rígido de la pureza nada de entonces puede penetrarme en el miedo

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como esta ciudad en la usura.

Un gesto mío o del otoño...

Un gesto mío o del otoño: andar empujando las hojas caídas de la calle borronear una carta y los celos! Lo único intacto en el presagio de la violencia las pestañas lo único veraz la cortadura del cuchillo de carne la grieta de la lejía el hada ha desaparecido con la espuma del detergente mi regla que se anunció toda la noche no ha descendido tengo un pliegue en la tez por 2 horas de sueño no miréis estas páginas pasarlas i n m e d i a t a m e n t e O comerse el pastel de coliflor frío en la nevera.

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[Mi sangre...] 1 Andrea Cabel mi sangre, de ojos grandes de mirada hacia el cielo. mi sangre, de ojos alta fugaz marea vértigo en las sumas santa materia dolida angustiado verbo golpe de vértice opaco, hermana. breve cavidad de grito nueve meses rompiendo tejidos tan triste furiosa, cayendo con la sonrisa oscura con los ojos idos con el cielo empinando despedidas, hermana. hermana. hermana.

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Después de todo...

después de todo, ¿qué saben del adormecimiento? nadie siente las piernas como las siento yo. llenas de ventanas, borradas de sueño, arrojadas en palabras a desteñirse sobre el océano. quién se hincha de distancia y brilla penitente esperando una escama, un nombre de muerte, una llama recién nacida, diaria, resuelta. quién desaparece buscando un lado igual, una antigua imperfección. quién deshace el incendio y se hace rectángulo, garganta, puerta.

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d

tus pasos los diste en volcanes de caucho, / en metros vítreos / y llenos de blancas coronas / madre isabel preguntaba diluyendo el tiempo / y contaba los pedestales para la tarde / reclutaba las espinas de los pescados y de las cenas,/ madre isabel resplandecía como diosa de la hija / y voz de terciopelo en madre viva de mil años amoldados a un beso irrespirable / tu descansabas/ hundida entre sus plumas y velos / salvador nacía / unísono, tras el sur de la veleta.

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Las raíces...

las raíces, el aroma suspendido, respira rajada de nostalgia las palabras de mi padre la voz cruzando el infierno el número, la distancia humedecida, la esperanza en el vacío en estos hoyos de fiebre en la dureza de mi olvido. repite un quejido concreto galopando fugaz y oscuro, repite tu cuerpo de vertical sustento y golpea la caída, y permanece, despavorido.

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“No me has traicionado, Señor: De todo dolor Soy el primer nacido.” S alvatore Quasimodo


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[El legado de mi padre - iii Cuadro] 1 Tulio Mora Entre tantos hijos y nietos, con los ojos asombrados del sendero por el que ya estaba ingresando, sé que me reconoció porque me llamó con la mano como cuando me reclamaba unas monedas para el trigo de sus palomas. Algo quiso salir del mudo nudo de su pecho rendido y no pude oírle o ya roncaba el adiós a penas porque él se estaba adentrando en una pampa donde miles de caballos galopaban atronando la tierra y dejando la imborrable sombra de una quieta velocidad. No podía ser eso todo -despedirme de mi padre sin saber qué consejo o secreto quería revelarme-, así que en ese momento le besé en la mejilla y acercándome al oído le dije en todo este tiempo no hemos hecho otra cosa que repetir, repetir, repetir tu apellido, en muy alta voz, hasta que Mora nos devuelva Amor en las olas que frotan las piedras con impetuoso rugir. ¿Alguien puede legarnos mejor regalo

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que la sonoridad del único sentimiento que anima al mundo? Y entonces cerró los ojos siguiendo el rastro de los caballos.

Luisa Reyes (1933-1973)*

Mis fiebres, mis fatigas, mis mudanzas. Mis 14 hermanos que no llegué a conocer. Mi madre lavandera vencida por el peso de sus sábanas tendidas. O la otra, la real, la cotidiana, mamá Clotilde, peinándome, peinándome tan dulcemente que siento una vihuela en los cabellos. Mis cuartos de estera, mis callejones, mis corralones. Mi rodar por las banquetas como grano de frijol: del Callao a Bravo Chico y luego al callejón del Buque. Mis primeros valses cuando hacía gorgoritos despatarrada como la estrellita de Cabrera Infante. Mi sueño frecuente de la cena infrecuente. Mi mal antiguo y pertinaz devorando mis pulmones mientras leo noticias como éstas: Elecciones anuladas golpe de estado guerrillas en el Cusco Javier Heraud muere asesinado en Puerto Maldonado pena de muerte para Hugo Blanco... Todas negras como mi maldito cansancio, como los aplausos en Radio Nacional. Mis ojos de sapo cantor y mis caderas de negra gorda. *Cantante peruana de música criolla.

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Ya no soy la tímida muchacha que concursa en la tv y canta en la Peña Ferrando imitando a Toña la Negra, a la mexicana que tiene mi mismo nombre, mi mismo apellido (coincidencia catastrófica, horrenda coincidencia) y es tan borracha y pobre como yo -y como yo da de beber agua al sol en un dedal. Pero tampoco soy la morena de oro del Perú, aún no comprendo noticias como éstas: golpe de estado nacionalizan Brea y Pariñas masacre en Huanta y Ayacucho reforma agraria decreta el general Velasco... Y cómo pretender la voz más pura sin traicionar a mis estrellas, sucias de moho y esputo. Y cómo pretender el vals eterno sin dejar en las ventanas sangre niebla smog y no morir.

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Mi temor a los incendios, mis maridos. Mi queja con su hedor a hierbabuena que se expande por las calles. Mi ciego y furibundo pájaro-volcán que picotea el duro mármol y deja sus plumas chamuscadas en mis manos. Esta vez ya canto con Pedro Vargas, grabo los versos de Juan Gonzalo Rose (Tu voz/ tu voz/ tu voz/ tu voz existe/ anida en el rincón de lo soñado), me presento en el Sky Room del hotel Crillón, hay helechos que me envuelven como chales. Pero en un micrófono presiento al ojo monstruoso de un insecto y antes que me digan que aún joven me encontró la muerte me arranco la voz y al cielo se la arrojo para vergüenza de todos los gorriones.

El ángel en las pelusas de la noche (M ario Santiago Papasquiaro)

Me voy a morir pero viviendo al máximo. ms

Echado entre sus libros, con una fractura en la clavícula, Mario se ve rodando por los escalones de mármol del palacio de Bellas Artes: ganosa, gansosa de un crimen de letras, la poesía mexicana se defiende. Una navaja reluce bajo el solemne faro de su fama y el agridulce autista es expulsado por su lengua de Pachuco saltando entre las mesas del Blanquita, como habría hecho Tin Tan o Marcos sin pasamontañas. Aspira pegamento en una bolsa bajo el consuelo de la luna cuernilarga, meciéndose en una cúpula ritmo | Imaginación y crítica


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radiante: el símbolo que estorba en esa arquitectura sin revés. Le aburre el entramado simétrico del techo, él hubiera preferido un caos de telaraña. Piensa en Euclides, según la venganza de Harry Martinson, midiendo las losetas cuadradas del infierno, “el país plano de la maldad”. ¿No existe acaso ese país, el padre que elige la coartada de la ausencia o del pasado para negar al poeta renacuajo –mezcla de perro venusino & caracol marciano–, su lengua de carnales y rascuaches? Estuches de casetes dispersos son vagones de un tren descarrilado, la liebre desinflada del colchón al centro de la sala, paredes enchapadas de madera y un pino raquítico creciendo en un barril de la azotea. ¿Morrison o Jagger?, husmean los lobos penitentes en las pelusas de la noche. No en el techo, sino en el vacío que arruma una guitarra, como una religión, Mario raspa el aire: al estallar el verso un lustrabotas cruza la amplia aduana de la divinidad. En esa danza travestida del albur gotean el mezcal y su gusano, hay hornacinas art nouveau de yeso –¿para poetas premiados, aplaudidos, becados por la revolución?– y ladra el perro de la Virgen Anaranjada antes de correr por las paredes como un motociclista de circo. La mansedumbre en una nube, esa concreta noche de Tepito: smog, escarcha, ríos de sandía. Vibra el piso de madera ante el paso de un avión, es el pequeño dije que se cuela por los trazos de su lapicero sobre un cuaderno de caligrafía: así

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emergen sus poemas hijas drogas del drogo de quien viene, las migajas-hoguera de su pan galáctico, rayando, subrayando a la pantera que de un salto desciende de un camión antes de cruzar el aro de la noche striptisera. El ojo –y la lengua– atrapados en esa trampa urbana no pasan por el adn ceremonial de la poesía mexicana. Ergo: alguien, sobra y sombra, histrión de hueso sobre hueso, en la lerda Enciclopedia de la Amnesia no registrará jamás el ácido semen de su nombre. Un patrullero brama en la ciudad donde el haikú se graba en la enyesada pierna, menos que luciérnagas afuera brillan el vidrio y la navaja. ¿Tiene caso despachar del alma otro sentido? El amoroso desmadrado recuerda a la muchacha que fue rastreando desde el metro de París hasta un kibutz de Hebrón, pero antes, y en su nombre, bajo las exactas campanas de Viena, escribió prolijos expedientes para una potencia de la Guerra Fría. Ángeles de pulquería, las moscas de su sueño se duplican, estorba el signo en la clavícula pagana, otro hueso, otra espina renuevan su belleza en esa playa donde la espuma es la escritura inútil que se lame de la misma nostalgia: un beso eterno. Cómo interpretar una poética de rasurar tunales, qué engranaje del discurso muerde el corazón de Wirikuta: la gorda madona mercantil (&), la cifra (1) que refunde el sexo del artículo, el verbo tromba en las ovejas ramoneando su lanuda suerte en el último arroyo de Tlalpan.

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Entras en su patria y es el zaguán de los milagros invertidos, maya trascribiendo el Ciclo Incierto de la Transa y la evasión masiva por las púas (/) de Tijuana, cuádruples puntos (::) en el lampiño coyote de la migra. El grado cero paradero en el pronóstico sin tiempo. Mario Santiago, hay veces que la tierra se sacude las escamas y las nuevas pirámides se caen, naipes de Tarot aplastados por la planta de un gigante, pasa el huracán con su antifaz de narco y en la luna calva de la Guadalumpen montas a pelo el cráter del volcán. Cero pues a la hora del incendio. El dolor ha rebrotado mientras la arquera Diana, en la azotea, oxida sus senos de forjado hierro en la puerta del inmóvil ascensor desde los tiempos de Zapata, salta el polvo tras el bote de una pelota de básket y zapatean los muchachos vigorosamente, cantando alrededor del pino: “en mi metro cuadrado no se mete nadie, estamos bailando mi tragedia y yo”. Y las hojas de afeitar (azules, descartables) reposan en el húmedo musgo de la ducha, chapas de cerveza ruedan como los dados ruidosos del Señor mientras el sobreviviente agradecido se faja lentamente el hombro chivo de las expiaciones, donde la poesía mexicana ha blandido el sonoro mazazo de la mafia. Agradecido de vivir, no de escribir, de no ser electroshockeado/como su carnal más chavo, se siente madre de su madre (el poeta abuela del venado), arrumando cuadernos de blasfemias, donde su mirada

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de alacrán o colibrí lava a la peña soledad de los ácidos chubascos. En esa azotea de un palacio colonial, maniquíes y puestos de comida al paso/al peso notarías, hay otra diosa en la escalera de piedra, sudada, renegrida, cables de luz son el tejido muscular en la botella de formol, otros casetes –más himnos de Lou Reed– y menudos conejos que olisquean lo que siempre dejas, Mario, hebras de tabaco en los bolsillos, una sonrisa invicta y escogidas frases de la burla. También la luna como bola de billar que traza una impecable curva en el paño del desierto. Y en ese corazón la muerte no entra.

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[Cinco poemas] 1 Xavier Echarri

Apartamento

El cajón del velador es un osario de ángeles, Del parquet brota pasto, Del caño salen lágrimas, La ducha sabe. La claraboya nos sostiene del cielo, y el cielo, raso, se comba. (Por ahí podría entrar un venado si es que simplificara su cabeza) El cuadro es un vacío sin marco, La televisión una médium de masa. La cortina revienta contra las rocas. Los muebles se sacuden el polvo y hacen turno ante la cola del baño. Las sillas, en cuclillas, meditan. La refrigeradora interrumpe su ronquido, y la nevera se calienta. Los parlantes tienen la lengua afuera. El tocadiscos se inyecta, el disco pide a gritos una camisa de fuerza. El teléfono entra al baño. El despertador siente que se le viene. El foco es pera triste: Dí.

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Tres lunas a lomo eterno

Quise mirar en torno y sólo vi las hondonadas de sus tumbas: Casitas de cartón, pobre paja de un verano, Montañas de basura, descuidados abejorros, Piel más lisa que el parquet, tu imagen se mixturaba con la tierra, Y la sangre, no lo entiendo, pero manaba realmente. Hay un camino enorme hasta tres lunas a lomo eterno, Es tan cierto como aquel bullicio de sol que nos arrebató entre sus ramas, salados, Tal vez tiernos, pero más sorprendidos y asustados, aterrorizados de haber visto realmente a Dios. Y así, amar era como cuando ni pensabas un deslumbramiento continuo, Era la pérdida camino de todos los movimientos Completamente quietos. Una pasión voluble girando sobre la punta de un pie: la tierra no olvidó del contacto necesario Entre todos los planetas. Te vi entonces derivando Por una vereda sin curso, sentada sobre un aerolito escarlata. Tu cabello era en llamas y bajamos a un subterráneo más bien chico, y alrededor de tu boca el universo se hundía. Tu corazón me sugirió un durazno todavía verde, su Suavísima pelusa en tu espalda iba directamente al punto: Gateabas. De poste a poste el número de pasos es finito. Finita espalda, el número de pasos es finito.

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Ozono

Ahora que corro como un venado con mis ruedas de jebe y que te escucho entre el ozono Ahora que veo el más allá con anteojos electrónicos desorbitados para estirar las manos y recoger los frutos acalambrados en mis párpados, ahora Subflotando para arriba al revés entre masajeantes estrellas de cristal líquido, con mi memoria USB al pecho como un escapulario para recordarme quien no soy o viceversa Ahora, conectado al color, y viajando a la velocidad de la luz O del grosor del cable y de la línea de crédito, me paro y miro Mis ropas de plástico y acero Y trato de mirarte, sin contarte, sin convencerte: Con cucurucho antiatómico y sin lengua.

Helicóptero

Pero aunque y por eso y además Y descontando lo previo Puedas imaginar que me conoces Imaginación y crítica | ritmo


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Me sigo preguntando Como no pude conocerte un poco más. Porque de hecho tenías un helicóptero de cabeza Y aterrizabas en cada loma a la distancia, Ocasionando no pocos accidentes.

Linchamiento

Ese largo coro de lamentos: El fin del arte, la destrucción de la alta cultura, de los grandes valores del espíritu humano, ahora casi exclusivamente supeditados al mercado (que es intocable mano “transparente” de dios) –cortocircuito: Alguien me saca la lengua Alguien tuerce mi lengua Alguien tira de mi lengua Se me hace un nudo en la garganta.

l fin del arte,

la destrucción de la alta cultura, de los grandes valores del espíritu humano

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[El cinema de Satán] 1 Paul Guillén A Julián Petrovick

Él ha venido a sentarse a tu costado. Sabe que debe retirar su pierna postiza. Su cojinillo guarda una tolvanera de balines anaranjados y rojos. Sus ojos secos miran el orvallo. Las miradas cruzadas, serradas las cabezas de todos los ángeles, en una salvilla llena de vasijas plateadas están servidas las cervices e iliacos. El cérvido se ufana de su potencia con la lengua para sanar sus heridas infestadas de gusanos azules. Sus patas posteriores han sido confeccionadas con varios cuerpos de perros de presa, mastines nevados, el perro de Pávlov, urogallos, ojos de manta rayas, sus patas anteriores son de cal, cinabrio, cáncamo y zinc. Sus ojos ahora están gelatinosos el magnetismo que irradian no me hace dudar de todos sus nombres. Todos sus nombres guardan su rostro. No puedes mirarlo de frente. La luz muerta que despide tiene el olor de la peste negra. Veo sus fauces, a lo lejos, llenas de sangre. Un andrógino desenrosca su miembro argénteo y lo hierve dentro de su estómago con algunos sábalos, róbalos y sabiolas. El festín empieza cuando el ángel de la S se enrosca en el bajo vientre del cabrón Y LO HACE DELIRAR. ÉL VE SU CONTINUO SERRALLO EN EBULLICIÓN DE LAS MÁS PROFUNDAS VERIJAS Y LO LAME. TODO ES ÉXTASIS EN ESE MUNDO SUBTERRÁNEO.

La historia prohibida del comunismo

Carne humana con gusanos rojos y azules: hay una pareja de rusos sentados junto a la calavera de su realpolitik e Isabel ya sabía de su apariencia cavernaria y de sus latidos debajo de la enagua. Los

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enanos sangrientos con los saxofones creando eones. Luces de oro líquido que se impregnan en tus pupilas. Todo silogismo es ilógico porque de lo que se trata es de un travelling continuo que gira y gira como una noria de agua (y nos mojamos todos). Isabel, la vecina de Ezequiel, apoya a los nazis de Oxapampa. Ahora, quién traerá la miel que chorrea por la carretera tal si fuera la sangre de un accidente a 3000 kilómetros por hora. Ahí no podríamos encontrar siquiera huesos que roer o pedazos de sesos pegados en el asfalto que lamer y qué sería de nosotros sólo ver pasar los ómnibus rumbo a la cordillera y sus llantas estropeadas harían el ruido propicio para una guerra silenciosa y étnica.

Después de escuchar “Steven Brown Reads John Keats”

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sobre todo haber nacido hace cinco décadas

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yo

Steven Brown lee poemas de John Keats con oscilaciones reverberaciones voces chirriantes loops yo también hubiera querido grabar algo parecido sobre todo haber nacido hace cinco décadas y ser parte del grupo TUXEDOMOON pararme en el escenario y ser ovacionado por miles de chiquillas ardientes y disparatadas y que cuando bajara me esperara una botella de vodka y un ácido para mi corazón


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[Sumergida] 1 Cecilia Podestá cuando el agua sumergió los nombres que inventó para sus muertos, la anciana supo que volvía a su frente la fiebre incendiaria que ya conocía. regresaba para castigarla por matar inventando nombres absurdos. sí, sabía que era el fin. junto al espejo observó cuidadosamente su figura: ese cuerpo cansado cuya piel había tragado los años hasta el punto de tocarlos con sus dedos deformes que tatuaban los muertos de los que había escrito tanto y sin derecho. sólo así la fiebre se hizo papel frío. bajo el agua mantuvo los ojos abiertos volviendo a escuchar el crujir de las maderas de la vieja casona de Temaó en los gritos de su locura de parque: esa historia de vidrio y demencia a la que temía callada cuando se repetía como eco minucioso en su cabeza. volvía también al escrito inútil de un umbral retirado: Dayo. podía leerlo en su piel áspera como la desesperación de quien se busca para deshacerse como arena o vidrio molido entre sus dedos cortados. y caía sobre sus ojos como un último vértigo el ave de Nago buscando rendida a su propio animal negado, lejos, intentado algún inicio irreversible. caía el ave como sol molesto sobre los ojos de la anciana, sobre su piel, sobre las letras en su cuerpo vencido que repetían tatuadas una oración, la oración al hombre padre: Maor. entonces rezó a su tos, a su voz ronca y a su cáncer estrepitoso de cama de hospital junto a ese olor a angustia o enfermedad. volvieron las imágenes de las fotografías viejas y en blanco y negro de Murata al nacer y en la vejez. ¿quién las pegaría ahora en los cuadernos dedicados a los pies de Calemo? o ¿a quién le diría que él también era el hombre padre? uno más viejo de pelo blanco y piel morena. ¿quién, quién escribiría una oración para él? sin respuestas la mujer encomendó sus errores a Yuo -su enemigo- resignándose a llegar a su morada de sal y culpa. y mordiendo sus labios secos para besar la boca de Calemo, se dio cuenta que moría, e inventó un último nombre: Táluma el último nombre del libro de los sumergidos.

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Intentaba alimentarse...

intentaba alimentarse de la única voz que me quedaba. quería que viva dentro de su piel gruesa y tierna envolviendo latidos equívocos. lo quería todo. fingía dormir cuando yo me abrigaba sobre ella y despertaba cuando ya no toleraba amarla. entonces tenía que arrancarle los ojos para que no me siguiera. un día ya no se los devolví, no pude, eran demasiado bellos en mi puño que golpeaba las rocas débiles. ahora dices que podía mirar. la bestia podía mirar… descubro en la palma su ojo inconciente y la veo muerta. imagino sus cuencas vacías en el cementerio de bestias dormidas y viejas, vencidas en el silencio que tragó el rugido por el que corría tropezando con mis propios huesos.

Un ojo, sólo un ojo...

un ojo, sólo un ojo hubiera bastado, el tuyo: ciego, loco e inútil de tanto tragar el suelo que me posee como a una cáscara seca. hubiera bastado tu ojo amargo tratando de ver todo lo que olvidé. si ahora pudiera mirar, sé que a pesar del silencio te escucharía hablarme sobre los cuadernos en los que escribiste que yo caminaría para convertirme en la niebla que desciende lentamente a cualquier vereda, sólo tu ojo, Táluma, hubiera bastado para salvarme. imprecación de Senúa.

Me ha tocado contar...

me ha tocado contar el paisaje de tu piel arrugada: una vejez cruda que no me recuerda. soy el que buscó tu suave seno y halló la muerte en un

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pezón morado y seco. soy el abandono sobre un suelo helado, el cuerpo que se hizo monstruo deforme abrigando odio tierno como cera en mi oído dañado y amando tu piel de camaleón por haber envuelto la mía.

Imprecación de Senua

me convertí en una hoja de lata que corta y expande el olvido, en una fina navaja que corta la desesperación en dos. dos. dos ojos volviéndose espacio vacío. cambiarías sus nombres y los convertirías en la tragedia que ahora devoras y te devora. no pronunciarías el mío como el ruido lejano que silva su histeria. lo escogí yo imitando el de los demás. cada uno equivocando su absurdo más que otro. me toca llevarte a la agua oscura y profunda para escribir tu final, ampararme bajo el sudor de tu frente que ya no distingue lo que dice la fiebre y derrama olvido en tu boca que delira. me ha tocado contarte en susurro la agonía. agonía sabe en mi a boca que bebe sangre de sus llagas en vez de seno amargo. me toca hablarte sin que me escuches, Táluma, de cómo el olvido convertido en un animal salvaje comerá de ti como fruta seca entregada a la sal que ya te espera. Te toca ir, anda que se cierra la herida, el portal.

No. tarde se deshizo...

no. tarde se deshizo tu nombre en mi boca de tanto nombrarlo. tarde tu culpa y tu silencio se hicieron ciudad pesada, dura como la sal. vuelve, Táluma, a buscar el silencio ajeno en el que yo era el inicio de una legión de ahogados en el agua púrpura de tu boca. quedan ahora quietos tus labios, queda quieto tu dibujo que se ahoga.

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[Física] 1 Jerónimo Pimentel Estoy sentado en una silla pero técnicamente estoy sentado en el vacío. Puedo ver el color. El color es el sol disolviéndose en el marco de mi ventana, la ventana misma, los edificios de fondo que permiten la puesta. Es extraño, como si unos pocos hitos clavados en tierra bastasen para dibujar la ruta y forrarla de asfalto. Si cierro los ojos me invade una constelación: negro sobre blanco, blanco ondeado, polvo espacial. Si hubiera nacido menos erguido sería un poeta de paisajes oscuros, invisibles, y podría describir con detalle el sentimiento exacto que embarga a un hombre cuando Dios tensa sus fibras en el aire. ¿Figura el abismo en una paleta? Lo que veo es una fracción de lo que creo. De lo que creo sólo veo octavos, y oigo un octavo más, y siento un último octavo que me permite tentar una imagen eléctrica. No hay puntos medios, sólo ceguera más o menos desperdigada en el camino. Pronto no habrá nada que podamos afirmar y cualquier cosa que escojas será el centro del mundo. No importará que le falte religión, ni que sea una tontera atea más, de esas que el planeta arroja, cada cierto tiempo, a los brazos de Caronte. Cuando escojas habrás encontrado lo más importante: una pista de despegue, un pétalo en la boca.

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Orión

a mi padre

Cliff Burton apareció como un náufrago en la Costa Verde el 28 de septiembre de 1996. Los pescadores se dieron cuenta pues sus ojos rivalizaban con el sol apagado del cielo y su pecho hundido recordaba al de Olaya ante la proeza. Vestía pantalones acampanados, un polo negro manga cero, y de sus dedos brillaba el metal de calaveras piratas forjadas al contraluz de una costa desierta. El pelo bajaba por su cintura confundiéndose con algas que luego dejaban sus pies a manera de huellas, mientras sus labios se abrían como el bostezo de una morsa del que emergen filudos dientes cariados, ahora enfrentándose a la lluvia multicolor de las piletas. Subió Burton la cuesta con pesadez. Retumbaba la ciudad histórica a sus pasos mientras la Escuela Militar se remecía bombardeada por la posma.

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La armada cobró vida a la voz de un sargento que gritó al cielo “¡el Llamado!”, provocando que un cadete apenas recluso que embellecía la academia con una camiseta en el que Margaret Thatcher era asesinada contestara con ahogo: “¡Clifford Lee Burton!”. Con sólo oír su nombre una manada de chacales le rodeó y siguió con la misma fidelidad que obtuvo Oberlus en la Isla de Carlos, dirigiéndose la improvisada tropa hacia el Centro de Lima por el camino central de la Vía Expresa donde su espontáneo orden y andar armónico llamó la atención de locos drogos y mendigos que vieron en la marcha fantasma la última oportunidad de salvar sus almas emprendiendo una revolución, fuera ésta la que fuera. Cerca de la Plaza San Martín viró Burton a la izquierda de un kiosko y llegó al Bar Yacana donde exigió una Rickenbacker 4001JG que hizo tronar de la misma forma en la que rugirán las cornetas de los jinetes cuando se abran las puertas del infierno. A esto el ejército desarrapado contestó con alaridos de satisfacción y solicitó de inmediato a quien era ya por entonces un ángel embravecido

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que por favor consuele a la ciudad y a sus habitantes con un solo de bajo a lo que él respondió meneando la cabeza y graduando la distorsión en el punto justo de Mesmer. Siguieron luego los gritos, chillaron las hienas, y hubo también quien optó por brindar ofrendándose desnudo mientras las notas invadían calles quintas y callejuelas y el sonido se hacía tan grave y en tan baja frecuencia fecundaba a las flores que de ellas empezaron a brotar trémolos húmedos y armónicos irreproducibles y fecundó también a las putas del jirón Camaná que empezaron a aullar el coro de una misa gótica. Y cuando el último acorde se desvaneció en el vaho con ese singular efecto sedante San Francisco 1983, Burton caminó hacia la costa donde se hizo uno con el mar y luego con la nada y luego fue sólo un hombre a punto de explotar desapareciendo en el abismo como un príncipe al filo de la noche cósmica.

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Arte poética: (rompecabezas)

Tenía las piezas a mano pero el cuadro incompleto. Las ponía arriba y abajo y el resultado era igual: sol como guía de piso, gato arañando caoba e incienso, sillones revestidos mostrando uñas a los paisajes de mi edad; cola de avión, alas parchadas con ecos y trazos. La estructura poseía verdad, por cierto: nada encajaba. En el papel brillaba un sueño que invadía los márgenes de una frase abierta, sentencia que no acaba nunca y no dice nada, pero siempre ahí, repitiéndose al paso de mi memoria, como un cuaderno deshojado a la sombra del colegio. Pruebo entonces la simetría, hija del caos: África amarilla, Europa roja, América blanda. El óxido dibujó sobre el mapa y de las manchas surgieron pistas falsas y bienvenidas de ciudades ocultas provocando una sed imposible de saciar. Pensé entonces en irme. En dejarlos a todos con sus voces de ogros y ninfas y desaparecer con el último profeta. Escribiría luego un poema. Los versos serían fichas para elaborar. Ramas como barrotes de una prisión donde no hay lugar para últimas palabras. Pero éstas son. La ilusión ha dejado un lecho de carbón propiciando que el terror persista. No hay ambigüedad en el rompecabezas, es sólo que no tiene solución. “Para quien ve el Absoluto la guerra sólo acaba cuando extermina”. Acabar entonces. La lógica nos trajo aquí. Puse una a la derecha, otra en diagonal izquierda, y cogí por fin dos. Puestas bocabajo eran puntos de silencio. Blanco, color del horror, te oí gritar. Desciende sobre nosotros ahora.

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[La hija del carnicero] 1 Vanessa Martínez

No he podido profesar, la luminaria y el silencio cómodo de habitar feliz y emplacebada en este piso machihembrado a pata calata, he caminado como ganadora del Nóbel, directo a la cocina, donde tantas veces te guisé besos y pedazos de senos. No he dejado de sonreír y apoyándome tambaleante he visualizado tu magnífica fisonomía, he localizado con mí índice trotamundos en este atlas de cuerpo moldeado por ti, el ancladero donde quisquillan efervescentes insectos. Y justo allí donde hallo el vértigo de tu amor, me he estacionado, he abierto la gaveta y me he clavado el cuchillo, para no olvidarme de esto.

Soy feo...

Soy feo y me haré una amputación para ti con frases para testamento, donde tú, niña, tendrás que percibirte agradecida por toda esta magra carne que huye en las tenebrosidades de mondongos, alcohol y olor a ceviche sazonado Imaginación y crítica | ritmo


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por hambrientos feligreses entre las piernas de las putas. Regresaré a casa todo macho pincho frío, en mi taciturna ebriedad, a darte las buenas noches. Qué cosa te queda: querías el título y, total, ahora eres la importante, la freak del músico y del Rock and Roll, baby, no te olvides el puto Rock and Roll.

Papiroflexia

Entonces subrayo con una línea imaginaria el espacio donde habitaste, desordeno el lado de la cama, pongo al poema y converso con él . El lecho se invade del pequeño momento, hago de mí casquillos de papel ataviando el área. Las nasales arden de husmear tantas veces tus polaridades. Me formo un hocico largo para penetrar en cada bacteria que olvidaste. Pescar con mi origami. El cadmio prefirió contraerse y formar un ancla.

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[Réquiem para un cuerpo sin órganos] 1 Víctor Ruiz Este canto hablará de las luces que remontan la ciudad en busca del mar. Fuera de este escenario el tiempo es sólo una posibilidad como descubrir tu mirada en uno de los balcones de un edificio de 15 pisos, después de haber puesto la pista perfecta en «un día perfecto», que ya hubiéramos querido nuestro, como decía B., intentando hacernos olvidar aquel miedo escénico que nos envolvía al abrirse el telón y nuestro vestuario improvisado era el mismo de la noche anterior desde la primera vez que decidimos representarnos en La Asunción del Amor. Yo me aferraba a ti entonces, como un náufrago se aferra a la idea del mar. Pero el miedo de no encontrarme un nombre, una pequeña máscara del héroe que vuelve al hogar, fue limitando mi papel al rol secundario de simple orador en un congreso de estatuas milenarias, erosionadas por la sal de mis palabras y mis órganos puestos a secar al sol. Después fui sólo un sonido estelar que te obligaba a volver, para asegurarte que no estaba allí, disparando a tu altar de cristal como tantas veces soñamos. Pero estaba, con una nueva carne, la misma piel —eso sí—, un único órgano como un espejo en el que pudiste verte presa en mí por vez primera

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y el mundo dejó de girar hasta hacerse una enorme y filuda bola de papel que devoramos con amor y paciencia como una hostia hostil y secreta. Y cuando bajamos la avenida drogados y locos, Nadie vino en sentido contrario, Nadie pensó en detenernos y hablarnos del retorno y la nostalgia, que entonces nos remitía a la eternidad, como un ciclo de cambios y encuentros fortuitos con los que habríamos de reconstruir cada momento desde aquí… Y nada importaba. Yo me aferraba a ti entonces, como un náufrago se aferra a la idea del mar. ¿De qué otra manera podría librarme de ti sino siendo una barca? Sin embargo yo sólo tenía el vacío y el sentido de toda barca es asolar el mar. Por eso es que vuelvo y volveré siempre a hablar de ti como una ola que se persigue a sí misma, cambiando a cada momento, siendo, a la vez, el mismo gran movimiento que produce su continuo fluir, su esencia imborrable de ciclos continuos, sin fiebre ni orillas…

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Ozymandias

Ozymandias era pobre y malicioso. Nadie lo detuvo y construyó un reino de la nada. Sobre el viento. (A orillas del Nilo, al sur de Assuán, en el alto Egipto). Shelley era joven y arrogante. Buscaba la verdad de las cosas. Amó profundamente el mar; y sabía poco de Historia. Ozymandias entregó su vida al desierto. Creó una ciudad imponente y divisó las ruinas de su gloria, desde una leyenda tatuada en mármol. Si Shelley hubiera conocido a Ozymandias, no habría perdido la vida en el mar. La habría perdido en medio de un sueño ─entre espejismos─ abrazado por el sol y las visiones de su futuro al lado de Byron. O tal vez, peleando con los hititas. Esperando que su cuerpo fuera encontrado por Johann Ludwig Burckhardt, en 1912. Treinta metros bajo el Nilo. Cerca, muy cerca de la muerte. Es verdad, Ozymandias supo de Shelley, antes que Mary descubriera su gran bestia interna. Vio su cuerpo flotando sobre el lago Násser, como una pregunta de la que no pudo escapar hasta el final de sus días. Ozymandyas era pobre y malicioso, ya lo dije. Pero justo con la vida, la muerte y las grandes pasiones que hacen libres a los hombres.

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Blue moon

Es ahora cuando lo único que no tengo a favor es la música. Cuando lo único que no tengo, además, son tus manos y el movimiento del vaso del cual bebe güisqui el fantasma me lleva a un lugar llamado Lobelia. El Señor de los espejos me llamaban, por nombrar el mal de ojo en casa del ciego. El Señor de los espejos me llamaban, tramando en la oscuridad mi caída. En casa de la madre las arañas tejen historias de viejos marinos que nunca encontraron el camino de vuelta. Yo les vendo el mapa para aguarles la fiesta a los muy cabrones. Y es entonces cuando confrontar lo oscuro se hace inminente. Cuando buscar la palabra correcta nos deja un vacío tan grande como la ausencia de aquello que aún no sabemos que existe pero que desde siempre nos duele.

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E n t r e v i s t a

c o n

c a r l o s

B e l l i

w

H é c t o r

B a c a

Paradoja

de la poesía

Una de las voces vivas de la poesía del Perú, de la llamada generación de los 50, comparte su percepción sobre el futuro y el presente del quehacer poético, no sólo en la tierra de César Vallejo, sino en toda Lationamérica. Confía que las nuevas tecnología hagana que la poesía recupere su “voz”.

E

l siglo X X para América Latina fue el territorio de las formas, de la reinvención y de la ruptura — César Vallejo, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, José Gorostiza, Salvador Novo, Gilberto Owen, Oswald de Andrade, Lezama Lima, Westphalen, Octavio Paz, Nicanor Parra, Eliseo Diego, Martínez R ivas, Décio Pignatari, Haroldo de Campos, por mencionar algunos—, después alcanza tonos altos en el concierto mundial poético con: Eielson, Lihn, Hahn, Teillier, Viel Temperley, Zurita, Maquieira, Bracho, Milán— y una lista más amplia. ¿Actualmente está en crisis la poesía? Gracias a su pregunta inicial, que es un verdadero preámbulo a su exhaustivo

cuestionario, se me ha aclarado el enfoque que he tenido acerca de la poesía del siglo XX, no solo la de América Latina. Porque en honor a la verdad siempre he achacado los actuales problemas del género poético al vanguardismo por haber contribuido a oscurecer el sentido del poema a niveles extremos, lo cual ha causado el alejamiento de los lectores. Ello es lo que ocurrió en realidad, y tal fue su magnitud que en mi caso personal hizo que soslayara lo positivo que trajo la revolución poética. Por otra parte, en lo que respecta a la poesía latinoamericana en particular, del siglo pasado, verla representada a través de la mención de sus figuras conspicuas, así en bloque,

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nos permite revalorizarla en relación a empalmarán con sus ancestros del siglo la de las centurias anteriores. Digámoslo XX, es decir Vallejo y Eguren –nuestros aquí, si bien someramente, por número entrañables fundadores-, el vanguardista y calidad, no va a la zaga. Pero volvamos Westphalen y el barroco Martín Adán. a la gravitación vanguardista, a su lado Los grandes grupos editoriales tratan a los libros positivo, que es sin duda la reinvención y de poesía como algo marginal. ¿Los poetas ya no son la ruptura, como usted destaca, lo que sin capaces de atraer lectores? ¿El mundo de la poesía se duda ha enriquecido a la lírica. debilita ante la novela y el best seller? Pues bien, vislumbro que la poesía Es esta la triste realidad de la poesía. en los cuatro puntos cardinales del A l parecer, los poetas actuales no son mundo está presente, con suma capaces de atrer nuevos lectores. puntualidad, no obstante sus Resulta una situación curiosa: la vicisitudes como género literapoesía por unanimidad constituye rio, porque es mucho más que el corazón de la literatura., y es esto, y resulta equiparable a un una actividad humana impereacto religioso, como nunca a he cedera, pero está opacada por la Sospecho dejado de creer. novela y el best seller. Es la más rara que la Comparando con otras épocas, hay de las paradojas. vitalidad del la percepción de que en el Perú se escribe Mucho se habla sobre la importancia pasado no mucha poesía, pero hay pocos poetas, ¿cuál de la poesía: sin embargo, en términos más interferirá es la causa? ¿El mercado es más importante terrenales, la pregunta no sería ¿cómo escribir en el que la creación? poesía?, sino ¿con qué? y ¿para qué? futuro de la Nunca lo he percibido así, Durante gran parte de mi vida poesía.” quizás por una falta de perspeche usado las tradicionales máquitiva. Sin embargo, creo que no nas de escribir, y en los últimos es correcta tal percepción porque años lo hago mediante el bolígrafo hay poetas peruanos distinguidos a nivel y la computadora. La antigua máquina de latinoamericano incluso con importanescribir me acompañó fielmente siempre, tes lauros internacionales. Allí, en las desde que empecé a cultivar mis borrones generaciones del 50, 60, 70, etc., están .Igualmente en las tareas que desempeñé presentes con voces diversas. como empleado público o como periodis¿Cuál es la vitalidad y el futuro de la poesía peta. Por todo ello no dejo de extrañarla. ruana actual? En fin, ¿para qué los borrones? Por una Sospecho que la vitalidad del panecesidad no solo espiritual sino hasta sado no se interrumpirá en el futuro. biológica. Seguramente los que vendrán mañana Usted ha transitado por el territorio

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poético peruano como una ínsula que siempre emerge entre las generaciones. ¿Considera que hay algo que a su lírica le permite ser constante? Acabo de cumplir 85 años, y me parece que ahora obra en mí el factor de la emulación. Mal que bien, sigo aferrado a la creación poética , pero hoy trato de emular, por ejemplo, a Tiziano y a Chagall, quienes siguieron pintando en plena vejez. Quiera Dios que pueda ser como ellos. Un poeta argentino decía que en épocas de crisis la gente lee más poesía… En el pasado la lírica atraía a un mayor número de personas por el admirable equilibrio entre la forma y el contenido, lo cual desapareció por la revolución estética moderna del siglo xx, cuya desmesura ahuyenta irremediablemente a los lectores, a los contempladores, a los oyentes. En el campo literario, el lector ideal es el que transita cómodamente por

el Siglo de Oro y no se espanta ante los experimentos fónicos del siglo XX. Las nuevas tecnologías… Los poetas escriben para Adán y Eva, e incluso seguramente hay algunos que quisieran que sus versos sean percibidos también por los árboles, las piedras, los canes. Digámoslo más sencillamente: escriben para todos. El futuro del libro digital… Ojalá que las nuevas tecnologías contribuyan a que la poesía recupere la voz. En el siglo pasado, primero los dadaístas y, más adelante, los letristas se concentraron en el puro sonido de la palabra. En el mundo globalizado…. La mayoría de los poetas viven en una torre marfil, y por ello constituyen la encarnación del individualismo. Sin embargo, me parece que son los más entusiastas en fortalecer al emergente mundo globalizado. En muchos –entre ellos yo– es la realidad soñada siempre. Imaginación y crítica | ritmo


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E n t r e v i s t a

c o n

m i g u e l

z a p a t a

w

é d g a r

m e n a

lenguaje

y emoción

Zapata es uno de los autores con mayor reconocimiento de la poesía latinoamericana y una de las voces que están presentes en el concierto de la escritura contemporánea del Perú, habla sobre la esencia humana de la poesía, que poco a poco se devanece en los avatares de las poses, las modas y los eruditos

E

n una entrevista mencionas que “…es importante que en la poesía no se pierda ese toque de humanidad”, ¿consideras que en la actualidad la poesía ha perdido esa esencia? La poesía va perdiendo esa esencia humana poco a poco y no podemos permitirlo. Góngora y Quevedo son toda humanidad, por ejemplo. Una mezcla de temáticas diversas pero atadas con esmero por un deseo de dejar plasmado en la página un alto pensamiento, un lenguaje bien cuidado, pero no carente del espíritu humano. Es un error considerar a Góngora solo como un poeta del lenguaje culterano. En la poesía no hay poses o agrupaciones que cautiven,

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sólo palabras maestras que son semblanza de nuestras vidas. Toda la poesía de altos vuelos siempre tiene una esencia humana, la cual traspasa los bordes del lenguaje. Así cuando releo Trilce de Vallejo me doy cuenta que el lenguaje es un complemento de la vida y no al contrario. Es un lenguaje que sabe equilibrar la emoción con los avatares y devenires de la existencia. Hay cierta poesía de hoy que funge de erudita y oscura, pero que al final no llega a cuajar ni con la vida ni con el lenguaje. Se queda en la mitad del camino, solo en la parte oscura, nunca ve la luz. Vuelvo a Borges: si el poema no me emociona no es poema. De nada me sirve que sea barroco, barroso, jactancioso o


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jacarandoso o exageradamente trans“Voy a construir una ventana en medio parente. El poema alcanza su verdadero de la calle para no sentirme solo”. vuelo en la plenitud del lenguaje y la vida. Actualmente vives y desarrollas tu oficio de escriGuiseppe Ungaretti escribe un libro titulado La tor en otro país, ¿de qué manera y en qué aspectos alegría, obra que tiene un contexto trágico y doestá presente Perú en tu poesía? loroso si atendemos al momento en que fue escrito; Resido en Nueva York. Aquí escribo sin embargo, el libro no es dolor ni sufrimiento, es la y doy mis clases de literatura. El Perú alegría de estar vivos, de seguir andando. Considero está presente cuando respiro y cuando que tu poesía sigue esta sentencia, es decir, la celebraabro la boca para decir una palabra. El ción del mundo a pesar del dolor y la tristeza, ¿cómo Perú está en mis huesos y en mi sangre, lo consideras tú? es el mar y las montañas, la foEs que al final de todos los desresta y la música que llevo en mi pliegues del dolor se revelan las corazón. estrellas, y se puede divisar el Siempre releo poesía peruana verdadero color del cielo. Todo de todos los tiempos, mi contaclo pulsas en tu corazón. La niebla to con amigos que viven en el Lo que trato no puede durar una eternidad. Perú es constante y fructífero. de hacer en A mi también me gusta (después Estoy al tanto de lo que ocurra mis poemas de vencer a la bestia) respirar el en el Perú, siempre. Desde lejos frescor del cielo, de ese cielo que aprendí a querer más al Perú y a es celebrar me escribe sin la lluvia. Lo que reconocerlo con todos sus errola alegría de trato de hacer en mis poemas es res y sueños. estar vivos y celebrar la alegría de estar vivos Siempre escucho música pegozar de la y de poder gozar del paraíso de la ruana de todas las regiones. Yo naturaleza.” naturaleza. El dolor es parte de la toco el cajón peruano y así vibro vida, es inherente a nuestros pasos entre guitarras, cumananas y y entusiasmos y fe. tonderos. Es una manera de querer al El poema le sale al encuentro al dolor Perú tocando el cajón y cantando valses y lo domina, desentraña y derrumba el antiguos y marineras. aviso de la muerte en todo sentido. La ¿Qué poemas de César Vallejo vuelves a leer de poesía es la más poderosa de todas las aleforma cotidiana? grías. La poesía es alegría, la señal de lo Siempre releo el poema LXXVII, “El que vendrá y lo que querríamos ver en el libro de la naturaleza”, “La araña”, “Los poema y en la vida. Por eso escribí un día pasos lejanos”, “Mayo”, “Voy a hablar de caminando alegremente con tristeza los la esperanza”, “París, Octubre, 1936”, primeros versos de mi poema La ventana: “Quisiera hoy ser feliz de buena gana”,

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“Oh botella sin vino”, “España, aparta de mi este cáliz”, entre otros. En tu poesía, los objetos cotidianos tienen una presencia fundamental, ¿es sólo la presencia del objeto como tal o tiene una intención detrás? Los objetos cotidianos se mezclan con la vida sin querer, con ese aire que uno reparte entre las cosas que va tocando, con ese temperamento que los objetos emiten cuando los miras. Cada objeto me lleva siempre al otro lado del jardín. Una ventana me trae la otredad del tiempo y la vida precaria del lenguaje. El darse cuenta que siempre hay que buscar y escarbar tras las cortinas y las velas. Al otro lado del objeto está la palabra deseada, el signo diluido, el enigma de la felicidad. Una puerta, sin amos ni cerrojos, me da la idea del espacio de un lugar oscuro que viaja hacia el blancor de una soledad rara y distinta. Cada objeto tiene su propio significado en mi poesía. Yo pienso en la idea de su representación en el marco del poema, y cada lector encontrará tal vez en mi mesa de trabajo, en un cuadro, una lámpara, unas velas, su propia voz, la anomalía de una entrañable textura cotidiana pero vital. Varios de tus libros han sido publicados en México, platícanos un poco de tu relación literaria con nuestro país, ¿qué te gusta, tus autores favoritos; qué opinas de la literatura que se hace en México actualmente? He tenido la suerte de publicar varios de mis libros de poemas en México, una antología de poesía peruana y otra de poesía latinoamericana. He viajado mu-

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chas veces a México donde siempre soy feliz y donde tengo muy buenos amigos, y donde siempre espero volver pronto. Cuando regreso me siento siempre como en mi casa, me gusta la buena poesía mexicana, de la cual he aprendido tanto, el arte mexicano y su música. También amo sus comidas (porque hay mucha variedad en todas sus regiones, así como en el Perú), sus paisajes, y sobre todo su gente tan hospitalaria. Me siento en mi salsa cuando estoy en México. En México se escribe una de las mejores literaturas de América Latina. Hay una intensidad maravillosa y reconfortante en la cultura que es fascinante. He andado mucho no sólo por la ciudad de México (que me la enseñó a caminar por primera vez Francisco Cervantes), sino también por San Luis Potosí, Mérida, Morelia, Pátzcuaro, Monterrey, Puebla, Oaxaca, Ciudad Juárez, Chihuahua, Tampico, Guadalajara, entre otros lugares especiales, y por muchas de sus playas infinitas. Leo poesía mexicana con mucha frecuencia, la enseño en mis clases de literatura y poesía latinoamericana, estoy al tanto de lo que ocurre política y culturalmente en México, siempre. Te repito, cuando voy, me encuentro en mi salsa. Acabas de volver de España donde has presentado tu libro: Fragmentos de una manzana y otros poemas (Sevilla: Sibila-Fundación BBVA, 2011). Cuéntanos, sé que lo presentaste en Madrid, Granada y Barcelona… ¿cómo te ha ido en este viaje y como has encontrado a España?


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Si, estuve en Madrid, Granada y Barcelona. Hay una galopante crisis económica, pero la poesía no está en crisis. Se sigue produciendo muy buena poesía y las librerías están siempre llenas. En Madrid leí en la librería Rafael Alberti en el barrio Arguelles. En Granada, auspiciado por la Cátedra García Lorca de la Universidad de Granada, en el palacio de la Madraza. Todo un lujo leer ahí. Era la primera vez que iba a esta hermosa ciudad. La verdad es que me sentí feliz caminando sus hermosas calles de día y de noche. Es una ciudad que tiene una luz diferente. A penas llegué me puse en movimiento. Vi Granada desde arriba, con unas hermosas vistas desde la casa de Álvaro Salvador y Pepa Merlo, su esposa, en un día de sol infinito y con su maravillosa hospitalidad. Cada ciudad tiene su propia luz. Granada produce una luz natural que deviene en poesía.

La poesía se respira en su aire delgado, en sus briznas que bajan de sus cuestas y de Albaicín. Después leí también en Barcelona, cerca a los vientos celestes del Mediterráneo, siempre reconfortante para la vista y el espíritu. ¿Qué planea actualmente Miguel Ángel Zapata en el ámbito literario y académico, cuáles son sus proyectos? En la actualidad están casi listas dos antologías que he editado: una de poesía peruana (que saldrá en México) y otra de poesía española actual (en Lima). También tengo terminada una nueva antología de mi poesía (que incluye poemas inéditos): Cancha de arcilla, Poesía 1997- 2012 que será publicada el próximo año. También trabajo ahora en un libro con Ilan Stavans: La voz deudora. Diálogos sobre poesía latinoamericana desde el Modernismo que publicará el fce del Perú en 2013. Eso por ahora.

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M u e s t r a

d e

p o e s í a

j o v e n

w

c l a u d i a

l u n a

f u e n t e s

el corazón

atravesado

En Perú se comen el corazón. El corazón de la res. Lo parten con cuidado, le quitan las partes duras, la grasa, las venas y lo filetean hasta obtener pedazos delgados que luego colocan, a manera de brocheta, en un madero delgado en grupos de tres.

E

ste corazón atravesado es como un semáforo que marca tres veces rojo por el rojo de la carne, por el ají panca y por la sangre que en él corría. Hay otros condimentos que se añaden a este platillo. Se llama anticucho, es tan popular allá, como decir tacos en México. Desde que llegué a Lima, Perú, me sedujo este comerse el corazón destazándolo con esmero, perfumándolo. Todo un poema. Estuve en Lima durante el verano del 2012 para materializar un taller de poemas objeto. El taller –del que realicé dos emisiones-, financiado por el conaculta en su fondo regional noreste, estaba dirigido tanto a poetas como a público en general. A partir de esa expe-

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riencia entré en contacto con creadores de distintas disciplinas y finalmente se concretó la muestra de 26 poemas objeto; la exhibición se llevo a cabo en la Casa de la Literatura Peruana (del primero al 26 de agosto) y posteriormente se trasladó a la Galería Dédalo con adiciones y variaciones en los elementos expuestos ( 27 de septiembre al 21 de octubre). El taller me permitió entrar en contacto con jóvenes escritores de la ciudad y también con escritores ya de amplia trayectoria. De estos contactos surge la actual selección escritores peruanos que tienes frente a tus ojos que no sería posible sin el apoyo de Tilsa Otta y Fernando Casanova.


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En Lima se gesta como poliedro luolores de los emolientes, esas infusiones minoso, diario y cambiante, un intenso peruanas magníficas, o ambientado por movimiento cultural, que si bien tiene cumbia selvática, ocurre la poesía. Así, arropo en instituciones públicas, debido en este espacio acercaré a ustedes algunos a una suerte de censura que se ejerce al escritores nacidos entre 1973 y 1988, azar, las expresiones culturales con maprocedentes de Lima, Piura y Callao. yor libertad y espíritu creativo ocurren Fue una grata sorpresa leer a Gianen esferas independientes, exhibiéndose carlo Huapaya Cárdenas con su río desesfuerzos en galerías privadas, en bocado de palabras: “partamos bares, en cafés, en plazas, calles y el verso con crueldad”, como él avenidas. Allí convive la literatura, mismo escribe, define su espírila música, la plástica, la actuación y tu literario. Por su parte, Víctor la danza. Hay híbridos interesantes Ruiz Velazco, como esfera de y una alta actividad en cuando a otro tiempo en Lima, trae el eco performances; también es evidente de poetas provenzales, de Dante, En Lima se que una considerable porción de la y de Eliot, en sus lecturas. Su gesta como literatura está fuertemente ligada tono melancólico se refleja aquí: poliedro a la crítica social, como es el caso “… escribí una historia que, a luminoso, del ya mítico grupo Cloaca que mi pesar, diario, incluye escritores como Domingo hablaba de la esperanza”. Tilde Ramos. En este escenario donde sa Otta, narradora y poeta, nos un intenso actrices como Soledad Piqueras, se comparte inesperadas combinamovimiento unen a la literatura para significar, ciones de imágenes, su desencultural.” o lingüistas como Marco Antonio canto femenino que muestra una Young son parte del movimiento pasión oscura a veces, infante a con sus propuestas sonoras. Y hay jóvenes veces: “desperté en una oscuridad nueva, creadores que enlazan poesía, música y distinguí un deseo fugaz y le pedí una toda suerte de eventos culturales, como es estrella”. el caso de Luis Alvarado, quien ha creaEntre la temática de José Carlos Yrido un sello donde reúne poesía sonora y goyen, esplende su mezcla que añade a diversos registros musicales. A través de natura en versos pulidos, donde suma un Cazar Truenos, un programa de radio fulgor de alas con escenas privadas: “Mi que también se puede seguir en la red, padre es la blanca / señal / que fragmenté cada miércoles a la media noche, es seesta noche de agosto / sobre la espalda guido por un nutrido público. de Santiago”. Y en contraste, desde una En este contexto, aderezado por los tonalidad de la poesía limeña más bien

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desenfadada, Rafael García-Godos Sadez Méndez, dispara líneas de una lúcilazar, expresa un estado de rebeldía: “No da locura: “¿Me permite hablar con el me digan qué hacer / he visto el futuro / rosal? / Sin que retire la mirada de mi he visto el polvo de mis huesos /reescribir hueso occipital, por favor / Da cortos todos los libros de la historia”. y bamboleantes pasos hacia atrás /Rosa Por su cuenta, Fío Loba es dueña de por favor dame mis documentos / Que una sensualidad corpórea que pareciera la autoridad me los pide”. Fernando respirar a través de sus cinco sentidos: Casanova Garcés, desde una voz poética “Usted sabe que lo que tengo por con una añoranza bíblica, narra corazón es una yaga / Fría / Que la brutalidad del mundo desde sus me late, que me respira en los oídisfraces corruptos: “He oído de dos”. Y Jim Alexander Anchante frutos que matan, de homicidas muestra su dominio al crear peces / de insectos prontuariados, paisajes de agudeza mental: “Sé reptiles de averno /pero a mí, me que pronto olvidaré mi nombre, han dicho judas, se me escupe /dar Desde una / pero no sin razón de madurez el alma y entregar dolor, ¿dejarte voz poética estalactita, / de ocaso venido a besar para ser cicuta?”. con una menos. / Pronto olvidaré las siOtro de los seleccionados para añoranza mientes / y mis raíces clavadas en esta entrega es Luis A lvarado biblica diademas / que eran los ojos de tu (quien en Lima aporta una poesía magma, Láudena:”. visual desde la que hace significar narra la El joven poeta Jesús Delgaa una hoja en blanco acotando al brutalidad do nos asombra con imágenes calce: “papel blanco con ningudel orbe.” imposibles mientras conserva na estrella blanca” por ejemplo), una escritura amorosa: “¿Que ahora en esta entrega recorre las hace que una lágrima se parezca tanto a calles desde una poesía urbana, que se mí? / Tanta lágrima y la facilidad de tus apoya en elementos físicos y astronómilabios / Tanta lagrima vertida sobre tus cos : “pero yo no quiero salir así como si senos / Tanta lagrima en el mundo y en fuera a caer astro tras astro encima, como el sol”. El piurense Fernando Silva Guesi el cielo ya no tuviera más sentido que rrero con golpes contundentes nos abre una superficie quebradiza que mis manos imágenes del desconsuelo, del amor y la ensangrentadas tocan”. soledad: “Esto es café –le mostré- / estos Finamente, Katherine Zárate, con son libros / estos son cuadros / Esto es, su poemario funda el territorio con la en resumen, vivir solo. bandera del desconsuelo, nos habla desde Por su parte el subversivo Félix Ménel desencanto, como en este texto dedi-

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cado a Janis Joplin: “Saqué un pañuelo de mi chaqueta, le acaricié la cabeza y le dije: Está bien, lo buscaremos allá. Y de angustia, fuimos a buscar su corazón en una carnicería”. Cierro con la escritora Katherine Zárate para que nos devuelva al inicio del

texto, y me permita decir que en Perú, esa Sudamérica de Eielson y Vallejo, la literatura se escribe con un paisaje diario de corazones que se devoran entre las manos. Hay muchas otras voces. Aquí solo una muestra para que den lectura los ojos de corazones sangrantes mexicanos. Imaginación y crítica | ritmo


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[A] 1 Giancarlo Huapaya Cárdenas Flexionen el abanico luminoso y mojen el pie que simula la arritmia. Víbrenlo y salpiquen, la tinta indeleble desinf lamará los coágulos. Vuelvan del lado más festivo de sus torsos y únanse sin escoger. Si el peso se los permite, podrán saltar así o voltear cuando les sacudan sustancias plateadas. Ahora canten y conviértanse en un embudo, inviertan los párpados cuando sientan el conocimiento en los vellos. Sus respuestas serán autorretratos, no desatiendan lo que les baja entre los muslos y gotea desde la luz. Toda construcción será sostenida por la delación de sus medios. Mientras mutan, ejerciten el ombligo (como una retina), no lo deben desaparecer porque la dimensión y la dinámica empiezan por mirarlo. Ahora mírame y pregúntate qué posibilidades soy. Si pueden definirlo, retiren sus inhalaciones y expulsen las vibraciones del sádico disfraz. Si no, deberán mantenerme como una extensión cruda e inerte y preguntar a cada animal su imperativo al colgarse de alguno de sus dioses. Disfrutarán sus contracturas. Tú y tú se conmoverán al comparar el poema con una película pornográfica, los demás los vestirán con la última representación que rechazaron en la intimidad. Enuncien la singularidad de lo flexible, de eso se trata el festival. Tú puedes llamarle de la forma en que lo sueñes, incluso de la forma onomatopéyica. Nuevamente, como coro litúrgico, compongan con un ordenador de acuerdo a sus metempsicosis y trasládenme sus características hereditarias. Yo quedaré encendido con leds de cabaret y ustedes rebanarán pepinillos encima de sus rostros. Recuéstense junto a un charco orgánico, sumerjan la lengua y escriban con ella: soy un trasplante, soy un traspaso, soy un traslado y equis. Alteren el ozono e inflamen el tubo, esa máscara les procurará labios y ojos sobresalientes. Alteren su aseo, toquen el poema antes que seque y ritmo | Imaginación y crítica


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negativísense en cada parpadeo, esta inversión contribuirá con la terapia de estilización. Dilaten y piensa por dónde sería mejor tu penetración. Los objetos sexualizados recogen nuestro activismo y se frotan contra el aprendizaje. A esta distancia ya sabes qué ropas interiores huelen a multiplicación.

B

En la parte bdsm del asunto amaremos máquinas diseñadas por los pezones heridos. Rojo es el invierno y la nieve roja ilumina los nudos que sujetan las succiones cuando les aplicamos el desfibrilador, el orden lo define la temperatura de los dedos. Los colgados bocabajo recibirán las descargas en las exageradas nalgas, latan el pie como al principio, los que están boca arriba nos servirán como columpios. El tránsito de las sondas resistirá y recordaremos el tramplin del siquiatra y al puto cura transmitiéndonos el epicureísmo del Cantar de los Cantares, luego nos daremos cuenta que el shibari es el diagnóstico y el refinamiento se notará en tu epidermis. Deberás decidir que glándula masticarás al donarle un músculo al otro. Yo prestaré mi perineo. Se trata de que cada destello se disfrute al elevarse o levitar es sus sacrificios. Es inútil negar las lesiones.

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[Reconstrucción de algo que no existe] 1 Tilsa Otta Vildoso a Conejo Blanco

se hace tarde y no corro, se abre la represa y la sangre se contiene entonces Conejo Blanco cubierta de arroz que se deshace mansamente en la boca. la sombra de la noche típico de mí. y masticarlo hasta que sus brincos son sólo agua de un río que he cruzado. del otro lado había un huerto de manzanos maduros. de un lado me encontraba yo, entonces hice el amor cubierta de candor que se deshace mansamente en la boca. reconstruir algo que no existe Cómo me gustaría conservar un poco de inocencia para que me la quitaras, y un corazón dentro del pecho para que lo rompieras. Pero ya no hay nada que puedas hacer por mí.

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[Entrevista a Lesley Gore] 1 José Carlos Yrigoyen Sobre esto no sé que decir: de pronto pienso que habría sido mejor no hacerle caso a esos tipos que decían que el mundo se mantiene precisamente en la mirada de quienes no creemos en él. Habría sido mejor aceptarles un trago o dejarse quebrar entre sus manos como el esqueleto de un pez, usted sabe, no pensar mientras paseo por calles y tiendas que en un párpado soporto toda la isla de Wallis y que cuando tenía quince años y cantaba en la escalera de emergencia de mi edificio, colgándome de las manos del viejo hierro, mantenía en equilibrio con mi nariz -respingada como la de toda inmigrante rusa- la ínsula completa de Pahoa. Cada parte del mundo está asignada a un descreído. Las ciudades santas están, por supuesto, fuera de este asunto. Rostros libertinos me distrajeron a los veinte años de estos persistentes pensamientos, cuando los vi recorrer mis piernas al son de la música del organillo en el curvado escenario de un club sensual, y luego sentía, de la misma forma a la que una se acostumbra a estos blancos zapatos de tacón alto, cómo iban sacándome la memoria como una víscera más de una copa de sangre. Cantaba porque me gustaba: porque cantar es describir a mi manera las sombras que a escondidas me hacían llorar encerrada en el baño luego de alguna llamada telefónica, llamadas telefónicas plagadas de partos clandestinos, de nombres echados de sus departamentos a la mitad de la noche. Al alba llegaba a mi azulado dormitorio con media lengua afuera por el cansancio; más allá el paisaje de avisos luminosos competía con mi brillante lengua. Entonces daban ganas de poner en práctica el consejo de mi madre, ese de dejarse caer Imaginación y crítica | ritmo


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sobre el sillón que daba a la ventana, y sentir el corazón pudriéndose en su rama como la manzana que nadie ha querido recoger. Permítame decir algunas palabras sobre mi madre. Ella tuvo unos cuantos hijos motivada por la creencia de que, cuando creciéramos, podría ver leyendas en nuestros ojos. Y aunque luego lo único que encontró en ellos fue a sí misma hurgando en los espejos de su primer rasgo de locura, a pesar de eso y de su comprensible decepción, a mí y a mis hermanos nos alejó del mal. Por eso le doy gracias. También quiero darle gracias por esa permanente oscuridad, que, como dicen por ahí, nos pertenece apenas la descubrimos brotando del cuerpo inmóvil que poseímos en un camastro pegando nuestra cabeza a su pecho y oyendo sólo un rumor de piedras, o en aquella que con poca habilidad nos arrojó al mundo, ensangrentados y viles, como una mala entraña. Pero sobre todo agradecerle por esta forma de escribir poesía: hablar siempre, siempre sobre uno mismo, hasta hacerse daño.

Lesley Gore en el infierno

A Carlos Torres Rotondo

Somos ahora parte de la oscuridad. En ella nos encontraremos en un paisaje que depende de nosotros, una playa donde vagábamos en silencio, por primera vez sin decir nada, tropezándonos de cuando en cuando con rebaños de maricas que a nuestro lado pasaban riendo, portando antorchas, dorados vestidos de noche. Sus cabezas brillaban intensamente como anémonas. Esta es mi fiesta y lloro si quiero, dijo una de ellas, mientras yo le demostraba mi desprecio, juzgándolos como hombres donde la duda había escarbado y hecho su dominio de la misma forma en que una rata

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destroza la pared acolchada del cuarto de un loco. Pero míralas ahora y dime si no son todavía dignas echadas en las camas del pabellón del hospital. Toman entre sus manos las plumas que se les han caído por el tiempo, y nos muestran los retratos de los que alguna vez entregaron la vida por el oficio. Uno de ellos en manos de un bruto en un garito. Otro colgado de un farol por un cinturón de cuero. Y ésta es la foto de Miguel, a quien le gustaba mirar en secreto postales de estudiantes japonesas. De él no sabemos nada. Pero era seguro que algo escondía. Sangre de los viejos hombres y de los hombres jóvenes caía de sus manos como si fuese dinero perdido. Y hasta aquí vinieron unas chicas delgadas y algo ebrias -de las que te despiertan el ánimo y a mí la rabiaafirmando haber visto a Lesley Gore caminando por las calles del balneario, cargada de pulseras, y con los anillos y las palabras sabias de la serpiente que en la tarde rebosa en mi plato y no puedo alcanzar. Las notas pasadas de su vieja canción resonaban en la memoria, y de pronto alguien habla de la sangre de los jóvenes y de los viejos y aquí no se entiende nada. Solo sé que cuando las aguas del despertar levantaron a esos hombres dudosos de sus camas, mareados, yo los vi decaer y los puse en un poema que hablaba de su rutina de animales, de la simple virtud del abandono. Ellos me rodearon y se lamentaron de esa triste posición y entonces les dije: esta es mi fiesta y lloro si quiero. Con estas palabras abandoné la rabia y pasé al lado de los gimientes.

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[Música para monstruos] 1 Rafael García-Godos Salazar No me interesa la literatura, los libros bien escritos. Me interesa que un buen libro bien escrito me alimente la dicha o la nostalgia no la mente; no lamente: me dé nuevos deseos de vivir. CC

No me digan qué hacer he visto el futuro he visto el polvo de mis huesos reescribir todos los libros de la historia con esas cenizas se reescribía el mismo poema se escribía de corrido sin correcciones como se desecha a los malos amigos con el silencio que traga las palabras a medida que avanzas en la lectura de sus ojos con el silencio que traga nuestros nombres y los oculta en una estrella o en algún planeta piedra Se reescribía el viaje el libro la patria sin solución las nuevas constelaciones que acabarán dentro de cada uno un camino que termina en el Jardín de la casa oculta No me digan qué hacer ninguna doctrina en los muros de nuestras calles ninguna doctrina de esa antigua revelación no en sus paredes mentales propaganda de máquinas

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no en sus muros físicos doctrina del mismo poema no al que con nadie baila no al SORDO/MUDO arrancándose el poema de la lengua No me digan qué hacer entonces si transfiero contagio enfermedad pop/marica/América pop porque vi mucha tevé para contestarme en una telenovela vi mucha tevé para ver que las estrellas también lloran Vi mucha tevé antes de conocer a los poetas marcianos con los que nadie conversa o sea nadie más que otros aburridos poetas marcianos mucha letra mucha letra con ellos olvidaron si el lugar al que querían llegar tenía una/ uno / millones ninguna voz Poetas marcianos que amé tanto hasta herirme y así de hiriente a hiriente un tiempo los amé hasta que sus libros me persiguieron a pedradas y los monstruos los únicos amigos de los poetas marcianos quisieron matarme Imaginación y crítica | ritmo


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Pero no es mi culpa si en el poema hay otras manos si mis huesos se hacen polvo y todavía no sé no encuentro dónde nace el río dónde la pierda no sé si todavía mi hijo/padre/madre/monstruo/anciano/maestro/shamán/perro me busca para bailar juntos mientras nada importa MUXO aunque no sepa qué significa bailar siempre bailar como un video musical infinito tevé Los huesos de la más contagiosa la más contagiosa la más contagiosa enferma y más sexy la más vanidosa la más cotizada la más iluminada estresha de la disco

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[Pantalla de hojas...] 1 Fiorella Terrazas “Levanto los brazos así y les digo: La Poesía es Invencible” (Raquel Jodorowsky vía videoconferencia en Homenaje – Agosto 2011)

Pantalla de hojas verdes transportadora de águilas, Traslada de hemisferio a hemisferio una pequeña reflexión de animal [colorado esa pulcra existencia del humano cometa, mas allá de lo mágico, Ese poema R comienza a hacer una aleación de los aventurados placeres el ojo que todo lo ve sale temprano de su guarida porta un maletín repleto de secretos asesinos cada uno de ellos con un collar de metal en el cuello señalan hacia la derecha, luego hacen ademan de sus blancas sonrisas yo con el yo en donde el planeta voltea los agitados brazos en busca de [un aire vivo este aparece de la nada al oír el cantico de las pisadas de metal de los cuellos [de los collares la dicotomía de lo real y lo irreal entre las hojas verdes se pasea, esta irrealidad floral atrae a las personas de un pueblo llamado Susto de toda edad padres se acercan a contemplar los ojos hemisféricos leer en el árbol de las águilas tempranas el análisis encaminado de manera fortuita del amor, es inevitable que el hada-mujer-pluma blanca R que antes era poema capullo toque los trasfondos toque los extramuros de la idealización de poética de la carne, “En la palpitación de la vida que se aprende y que se apaga, tratamos el poema del hombre mientras marcha hacia el delirio”, “Genero diferente- Animal extraño llamado poeta , especie que mueve tocando las puertas del futuro”,

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No te quejes de la sociedad vestida con papel celofán Has sonar su voz arrugando sus pliegues en tus manos

“No quiero abrir los cajones antiguos y que salga el espíritu “No creo mas en lo humano y sus enigmas” Coge de la mano al viento, olfatea las flores que ellos con mucha suavidad, a los seres llenos de luz que traspasan las habitaciones los disfrace de collar de metal y se los cuelgue en el cuello Si estamos solos frente a una hoja, al viento verde nos volvemos “Voy abriendo lo oculto del mineral profundo, me acuesto a soñar entre altos yernos, no saludan estatuas de sal” / “cuando el hombre-insecto producía luz en la gran oscuridad” Se oye el eco de los testimonios en donde se pone en tela de juicio la esencia poética de la verdad de las hojas verdes imaginarias que transportan águilas, Mi cuerpo que esta leyendo este poema esta esperando encontrar las respuestas de la realidad contundente. Me vuelvo faquir de escuela, yo vivo mientras el sol observa a la gente y se incendia de dolor como se incendia un poema de Raquel en mis manos y habita la luna en mis parpados. Transcribo estas soledades-palabras como cuando me convierto en pilar de ojos hemisféricos y los padres de los niños de la plaza central pasean olfateando mis flores que contemplan al hada-mujer-pluma blanca R que se desarma y sangra pero sonríe en la música de sus latidos, Esos ojos que sostienen mi mundo en sus lágrimas.

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[Soliloquio i] 1 Jim Alexander Anchante

El delicado desenvolvimiento de la ceniza antediluviana sonroja de pies a cabeza mis ratos de ocio. Avanzo, sin galope, hacia la noche perdida entre caudales y volutas, pequeños silencios que he ido coleccionando de a ratos, en la sombra, tardes de junio, desniveles oriundos que más de una vez vi venir sin perseverar en el lento olvido en que yace la paloma oblicua de tu cuerpo. Y brutal, furtiva, más de una vez acaricié sin nombre tu regazo los días floridos y los estúpidos desniveles en que a veces me veía envuelto, sendo fugaz, el de tu tierno espacio, y la tórrida maroma que bañaba, en ocasiones, sin sentido, el hondo y taciturno pleno de la noche… Esta noche, lluviosa, la de los últimos paseos y las salidas inesperadas… ratos espaciosos de presencia y olvido.

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[Tanta lágrima] 1 Jesús Delgado

Es tarde y no hay fantasmas sólo muslos de púas que caen y caen sobre una cama sentada llegas en el final de un minuto y te vas con la eternidad ¿Qué hace que una lágrima se parezca tanto a mí? Tanta lágrima y la facilidad de tus labios Tanta lágrima vertida sobre tus senos Tanta lágrima en el mundo y en el sol Los árboles han forzado tu pudor Mientras sola habites Mi gótica tristeza arderá En el desenfreno de la fiesta Un anónimo vals pernocta Entre la luna y las estrellas Es tu soledad que encontró refugio

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[El sueño de la reina] 1 Fernando Silva Guerrero Una densa niebla hicieron las bocanadas Y apareció, sorprendida, una mujer marrón. Preguntó si era el rey que todo lo sabía. Yo no le mentí, pero la invité a quedarse. Esto es café –le mostréestos son libros estos son cuadros Esto es, en resumen, vivir solo. Dejó que le de un beso. Luego se fue a despertar a su caravana del desierto Debía darle un hijo al rey que todo lo sabía.

Inodora

No podré morir lo suficiente Para perder la voz de esa mujer hecha tarántulas Ni el olor a vidrio de su sexo imaginado

Sabiduría

Una fragancia parecida me hizo insistir en este huerto. La palabra que llevo en la punta de la lengua ya la he clavado diez veces en tu cabeza. Tampoco te retiene el silencio.

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[Andrewnkees] 1 Félix Méndez Méndez Aserraba el muro Con la voluntad de la jirafa que atrapa nubes Con despistado salto ¡alto usted! Dijo la autoridad ¡Documentos! ¿Documentos? La de tres cuerpos ya se fue por allá y yo estoy aquí Con una foto de bolillo y la huella En el cuello ¿Me permite hablar con el rosal? Sin que retire la mirada de mi hueso occipital, por favor Da cortos y bamboleantes pasos hacia atrás Rosa por favor dame mis documentos Que la autoridad me los pide Qué autoridad ni ocho cuartos desliza tus dedos a la octava Qué Que estires tus pies, no mas, a la cómicacomisaría Que te pateen la espalda y la cachiporra pruebe tu próstata Perotodavía no cumplo 440 y ese dulce no espero Aunque el esmero lo sugiera con seducción de maní Dame por favor, aunque sea la de tres cuerpos ¿mecanizada? No dijo el rosal. Cachiporrazos y patadas redujeron al indocumentado Que inconsciente fue arrastrado a patear un penal Ya en el frontón y despierto la autoridad le ordenó Patear descalzo los restos de un muro del penal ¡Eso te pasa pro británico! le decían El se volvió goleador…

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[Mango ciruelo] 1 Fernando Casanova Garcés Hombres renegaron por mucho la indiferencia de insectos y ardillas me había develado los fundamentos de mi currículo No sé si vengo para ciegas bocas o si me aguardan lejanos seres está claro que mi dulce acidez a cubierto un corazón que condenado por sus aristas debe olvidar el apego He oído de frutos que matan, de homicidas peces de insectos prontuariados, reptiles de averno pero a mí, me han dicho judas, se me escupe dar el alma y entregar dolor, ¿dejarte besar para ser cicuta? Ramas suspiran extrañando los cuervos no hay mosca amiga que su intuición burle y hasta las hojas que rosaba, apuran el suicidio en verano qué fuerza punitiva insaciable habriame dado morbosa geometría de perder entre tersa piel y devota pulpa un meollo de astillas mutante pepa, que me recita cual duda suicida y acaso el pez acaso la rosa, acaso los cactus, acaso aquel cristo acaso los hombres!, acaso los versos, acaso los ojos… pero mi raíz se aferra y terca nutre con venganza mis ganglios y aunque los silencios entre latidos de mi arácnido hueso resuelven de bondad mi existencia en morse me ultraja la realidad de un sol esclavo que respira bostezando esa luz que destruye mi ilusión para ordenarme ser madurado odio y aunque eso, también vida.

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[Hay siempre una manera...] 1 Luis Alvarado Hay siempre una manera de volver a trazar una línea. No en la misma dirección Todo trazo debe hacerse desconociendo su punto de llegada. Si uno vuelve desde el mismo punto de partida cree que observa un horizonte familiar Pero no son los pasos ni las líneas, ni siquiera la dirección del viento, lo que hace ir Lo único que hace ir es volver a trazar una línea Ir al paradero, mirar las playas, subirse a esos autos pequeños Lo mismo da si hoy tomamos una taza de té o si encendemos la televisión o si hablamos un día entero en chat y luego cerramos para siempre una cuenta de correo y abrimos una nueva con otro nombre Todas las acciones del día no importan Volver a trazar una línea no es volver por el mismo trecho aunque a veces haya que caminarlo otra vez Siempre hay una manera de trazar una línea, con la punta de nuestros dedos Como quien cae de otro mundo sobre un suelo extraño.

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[H.E.A.R.T] 1 Katherine Zárate Zárate Have another little piece of my heart now, baby Janis Joplin

Deambulábamos descalzas con una cubeta de hielo y dos botellas de aguardiente. Eran las seis menos cuarto y, en la calle, solo transitaban nuestras reencarnaciones. ¿En la tuya o en la mía?, le pregunté. No hubo respuesta en ese momento. Solo pude percibir su boca moviéndose como media luna. —¿Un cigarro al menos? —¿Una barra de chocolate? —Vamos, te abrazo. No sabía cómo consolarla hasta que comprendí lo que debía hacer. Saqué un pañuelo de mi chaqueta, le acaricié la cabeza y le dije: Está bien, lo buscaremos allá. Y de angustia, fuimos a buscar su corazón en una carnicería.

Pérdida

Se levantó sin imaginar que al bostezar frente al espejo, nada saldría. Había perdido su lengua durante la noche. Su lengua rosada que cambiaba de color con el aguardiente, su lengua salvaje que empujaba a sus dientes cuando le tocaban la espalda, su lengua hecha flema que arrastraba de un lado a otro cada vez que no lo encontraba, su lengua fotocopiada en la pared de alguna habitación de hotel, su lengua arrugada al soplar la última vela de cumpleaños, su lengua bailando flamenco dentro de ti. Que alguien le alcance una hoja en blanco.

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Señorita rock and roll

Esa noche, la niña monstruo comprendió que la muerte no era más que una lección de terror que a solas aprendería. En su última habitación, no hubo pizarras ni tizas de colores. Bobby McGee se quedó dormido en su regazo y la media luna vomitó el último polvo blanco de su reloj de arena. Esta noche, los bichos y yo ladraremos. Mientras tanto, que llueva…que llueva contigo.

Corte

Podía asesinar al osito de felpa o la mosca que aterrizaba en su lámpara, pero no abandonaría la angustia de encerrarse en el clóset y arañarse el rostro. Algo en la atmósfera le esfumaba las pupilas hasta quedarse en blanco. Algo en sus manos había dejado de escribirse. Resignada, le hizo la señal de la cruz a su almohada antes de apuñalarse el brazo.

Golpe

Podía oír mis latidos en el suelo cuando nos quedábamos solos. Había sacrificado mi lengua para no ahogarme al hablar. Mis manos en las suyas eran como las hojas de mi diario: a ciegas leía en cada línea lo que me decía al oído. Busco su boca y me la esconde, cierro los ojos y me dibuja una nube en la frente. Angustiada, trato de secar el sudor de mis manos en su camisa; fastidiada, arranco uno de sus botones. Despierto. Se me hace costumbre golpearme al dormir y despertar debajo de la cama.

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r e s e ñ a s 1

Ó s c a r

h a h n

el canon

de la poesía peruana Miguel Ángel Zapata (Piura, 1955), publicó una antología poética, el resultado de 25 años de ejercicio con la palabra, Ensayo sobre la rosa. Poesía selecta: 1983-2008.

E

xiste una tradición del poema en prosa que atraviesa diversos espacios y tiempos. Se origina en el romanticismo alemán, continúa en el simbolismo francés, se prolonga en el surrealismo y desemboca en algunos autores posmodernos. Entre los rasgos que configuran esta tradición se cuentan: la creación de atmósferas encantadas, la invención de figuras afines a los personajes de los cuentos de hadas, las referencias a manifestaciones no convencionales de lo sagrado y las connotaciones o alusiones míticas. En Hispanoamérica pertenecen a este canon poetas como el venezolano José Antonio Ramos Sucre, la argentina Alejandra Pizarnik, y el colombiano Álvaro Mutis. Habría que agregar ahora un nombre más reciente: el del poeta peruano Miguel Ángel Zapata. Imaginación y crítica | ritmo


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Uno de los aciertos de su poesía es la invención del personaje llamado el cuervo anacoreta; curioso pájaro que es convocado en tercera persona o cuya voz escuchamos directamente a través de sus monólogos. Es una especie de alter ego del poeta y una materialización de su inconsciente (en ocasiones adquiere el carácter de símbolo fálico). No es extraño entonces que muchos de los rasgos definitorios de su poesía se concentren en torno a esta figura: la atmósfera feérica, la fundación de pequeños mitos, la sacralización de la realidad, el empleo de adjetivos cromáticos (lluvia lila, árboles morados), entre los que destaca el color azul, y la presencia de elementos naturales de gran brillo y pureza, como la nieve, el sol y el cielo, todos correlatos de esferas superiores. Agreguemos que el mundo fundado por los textos se mueve en esa zona que une la vigilia y el sueño. Son visiones que se gestan en la simbiosis entre la fantasía y la realidad contingente. Esto se aprecia con meridiana claridad en uno de sus mejores poemas; el titulado “La iguana de Casandra”. De acuerdo con la información biográfica que manejamos, todos los factores que Zapata pone en juego aquí provienen de ritmo | Imaginación y crítica

experiencias reales. Casandra, efectivamente, es una de sus hijas, y la iguana era su animalito regalón. Sin embargo, estos y otros elementos adquieren un aura de irrealidad, gracias a las connotaciones de las palabras Casandra e iguana. Sabemos que la Casandra mitológica está ligada a las artes adivinatorias y que la iguana, ese pequeño dragón, todavía carga con su pasado mítico. La irrealización de lo real es una de las técnicas más productivas de Miguel Ángel Zapata. He me nc ion ado antes a Ramos Sucre, Alejandra Pizarnik, y Á lvaro Mutis, como integrantes de la misma tradición a la que pe r te nece Z apat a; pero hay un punto esencial en el que el per uano corre con colores propios. En las prosas de Zapata no hay nada a lucinante ni perturbador ni funerario. Lo que hay en cambio es una actitud de exploración y reconocimiento de l a s m a r a v i l l a s de l mundo, que son también las maravillas de la escritura. La poesía de Zapata no es un diario de muerte. Es más bien un diario de la vida leve, como lo llama él mismo. Emblemático de esta filosofía es el poema “Los muslos sobre la grama”. El poeta está visitando un cementerio y de pronto divisa a una muchacha que


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viste shorts y que pasa corriendo entre las tumbas. Es una visión que lo induce a la siguiente reflexión: “Y volví a pensar que la muerte no era un tema de lágrimas sino más bien de gozo, cuando la vida continuaba vibrando con los muslos sobre la grama”.

Al invertir el orden cronológico, el desarrollo poético de Zapata culmina – por ahora- con el libro que inaugura esta antología, Ensayo sobre la rosa (Lima, 2010). . En Un pino me habla de la lluvia reaparecen los rasgos que ya hemos descrito, pero amplían su registro y lo intensifican, Imaginación y crítica | ritmo


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no sólo a través del poema en prosa, sino Los poemas de Ensayo sobre la rosa también del poema en verso. Lo cotidiason prácticamente “áfonos”. En vez de no y lo familiar siguen siendo la fuente pronunciar sonidos o producir ruido de su poesía: los hijos, los vecinos, el ambiental, emiten imágenes como en barrio, la bicicleta. Mención aparte mesordina; visiones silenciosas que tienen recen el perro y el loro regalones, a los la limpidez de un cielo sin nubes. Ellas que dedica dos hermosas elegías. A lo que son el registro de una forma de vida que habría que agregar el paisaje de Long Isno deja huellas de sangre en el texto, sino land, lugar donde reside el poeta. el rastro de un poeta singular Este estrato de realidad siempre que se interna con regocijo en está rodeado de una atmósfera el valle sagrado de las letras. La afín a los cuentos de hadas. Ni obra poética de Miguel Ángel siquiera en los textos sobre la Zapata se destaca entre las voces gran urbe Zapata es un “poeta en más originales de HispanoaméNueva York” a la manera de Gar- La poesía rica a partir de 1980. Esto se cía Lorca. Si la cosmovisión neo- de Miguel comprueba en la impecable anyorquina de Lorca se caracteriza Ángel Zapata tología que ahora se publica. Ya por el acromatismo, la asfixia y la lo había anticipado el mismo angustia, la de Zapata está llena de es una poesía Álvaro Mutis en una breve nota colores, de aire fresco, de cautelo- profundamente que ahora cito: “La poesía de sa felicidad, ya sea que pasee por el personal y en Miguel Á ngel Zapata es una Bronx o por el Central Park. En poesía profundamente personal este libro las ventanas son un sím- extremo rica en y en extremo rica en posibilidabolo recurrente: un vínculo con posibilidades” des e imaginación, un rigor y la magia del paisaje exterior, una una continuidad en su trabajo salida de cualquier encierro. “Los edifipoético, que no son comunes en nuestro cios sin ventanas son una cárcel cerca del continente tan poblado de talentos y tan cielo”, dice el poeta. En cambio García escaso en verdaderos artesanos de la poeLorca, incluso cuando transita al aire lisía”. Yo no hago más que corroborarlo. bre por las calles de Manhattan, se siente encerrado por los rascacielos y por la muchedumbre. Una actitud completamente opuesta tiene el personaje femenino que Zapata introduce en el poema “La cuerva en Nueva York” (feliz complemento del cuervo anacoreta). Cuando la cuerva se adentra en los barrios de la ciudad, lo hace para disfrutar de “los placeres de la vida dulce”. ritmo | Imaginación y crítica


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r e s e ñ a s 1

f e d e r i c o

c o r r a l

diálogo retórico literario Benjamín Barajas (México, 1965). El poeta y crítico en Tras la huella de la poesía nos agranda nuestra visión creativa, crítica y analítica en torno a la creación

¿Qué es un libro si no lo abrimos? Es simplemente un cubo de papel y cuero, con hojas; pero si lo leemos ocurre algo raro, creo que cambia cada vez... Cada vez que leemos un libro, el libro ha cambiado, la connotación de la palabra es otra. Además, los libros están cargados de pasado. jorge luis borges

R

obert Duncan hizo el pronuniamiento de que “Poeta y poema son parte de un orden cósmico incesante...” orden al cual habría que agregar a la poesía, triángulo que navega en la simbiosis literaria, donde los campos semánticos son deltas de la inspiración que nunca duerme… si a ellos les sumanos vocablos como palabra, escritura, verso, metáfora, lenguaje, tendremos elementos suficientes para enrolarnos en el numen literario y Tras la huella de la poesía, obra en la cual Benjamín Barajas se sumerje y nos invita a navegar río mar adentro de su propuesta ensayística cuyos deltas son el análisis, la lectura, la escritura y el ejercicio lírico. Es en torno a estos cuatros deltas que la corriente acuifera, sacia la sed de la sabiduría. Recordemos que el conocimiento da poder y gracias a Tras la huella de la poesía, el posible escritor, adquiere un bagaje ya teórico, ya práctico, si se atreve a nadar en las profundidades de tal mar de lecciones en torno a la retórica poética. Imaginación y crítica | ritmo


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La dirección temática en la que Barajas enrola al lector de Tras la huella de la poesía, es sin duda la orientación correcta para entrar de lleno al abc de la poesía, ya que el equilibrio se ajusta a la balanza oximorónica donde teoría y práctica, lectura y escritura, son los cuatro elementos primordiales para que el escritor avale su capacidad creativa, pues a través de ellos adquiere el conocimiento necesario para un mejor desarrollo literario, así como un alto nivel de gozo ante la obra ya creada, ya analizada. No olvidemos que escribir poesía es vestir de gala a las palabras. Por ello tomo prestado este racimo de letras de Octavio Paz y en el eco que pervive de ellas me atrevo a decir que: “Éstas son las piedras con que hice, torre de palabras ardientes y confusas, montón de letras desmoronadas…” La lectura y por qué no la releectura de Tras la huella de la poesía nos agranda nuestra visión creativa, crítica y analítica en torno a la poesía misma. Además de cultivarnos de manera general en varios planos de lo que a la retórica conlleva. Más allá incluso de un gusto personal, de una apreciación literaria o un ajuste constructivo de cualquier obra literaria sin importar autor, tiempo, escuela o corriente, Tras la huella de la poesía, es sin duda un volúmen de fácil acceso, un libro de cabecera para quienes empiezan a navegar en el mar de la palabra escrita.

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Recordemos que un libro es un fenómeno artificial que nace de la necesidad del lenguaje, y se hace realidad gracias a la magia del sonido hecho palabra, signo, o como dice Bachelard: “El libro es permanente, está bajo nuestros ojos como un objeto. Nos habla con una monótona autoridad que su propio autor no tendría.” Los conocimientos que el lector adquiere al termino no sólo de la lectura, sino del análisis y la ejecución de los ejercicios que Barajas propone a lo largo de los seis apartados que conforman esta obra. Son sin duda alguna, oro molido para el posible creador de versos. Tras la huella de la poesía, insisto, es una propuesta inicial para todos aquellos interesados en la temática literaria. La teoría recopilada en sus páginas es fundamental para el acercamiento a la lectura de poetas ya clásicos, ya contemporáneos. La manera en que Benjamín expresa y desarrolla lección a lección, es un desglose no de temas sino de experiencias previas a la elboración del volúmen aludido, ya que concepto a concepto va dialogando con nostros en dos tonos distintos, por un lado el retórico y por otro el literario, basta echar un ojo al libro para engancharse en la lectura de éste, así como en los ejercicios que atinadamente propone al término de cada tema.


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la cual generalmente es rebasada por el yo Enumeraré por mero gusto el temario poético. tal como lo dijo Gregory Corso: que se expone en Tras la huella de la poesía, para “En tanto poeta, yo soy la poesía que esque se tenga una idea de la importancia y la cribo…” amplia investigación que Barajas tuvo que El Tono de este diálogo retórico que realizar para llevar a cabo tal obra, cuyo fin es para mí Tras la huella de la poesía, es según primordial es el de educar. mi visión crítica, el replanteamiento i . Breve aproximación al fenómeno de mi relectura, ya que he utilizado literario. esta obra como texto base de mi taller ii. La métrica y el poema lírico. literario a lo largo de 10 años. iii. Las estrofas. Posiblemente cuando el lector iv. El verso libre. se enfrenta por vez primera a un v. La función poética y el lenlibro de esta magnitud, puede guaje literario. parecerle un monólogo retórico vi. Comentarios sobre el poema o tal vez un soliloquio literario, lírico. Cuando o simplemente una basta biblioPodría dentrarme y comentar grafía enfadosa, pero cuando uno uno se hace sobre los subtemas, que desde mi se hace adicto al libro y lo visita adicto al perspectiva son más interesantes, deje usted a diario, sino de vez en pero temo divagar sobre la genelibro, uno cuando, uno se da cuenta de que ralidad que me interesa sobre esta se da cuenta ha entrado a un diálogo más que obra que además posee un “Anexo retórico o literario… “creativo”, que entra a sobre el poeta, La función social pues de tanto discurrir en el un diálogo del mismo y El conocimiento”. No conocimimiento, acaba uno por menos importantes son el glosario, literario.” entender cada punto, cada idea, el retablo de autores y su basta bicada intuición poética o filosófica según bliografía, cimiente y aval de todo cuanto sea el caso… y muestras sobran dentro en Tras la huella de la poesía está escrito. de cada párrafo, pues de tanto leer le da Aún cuando no basta escribir para a uno por escribir… he aquí el arma de transmitir; Benjamín Barajas hace lo doble filo a la que nos enfrentamos como posible para que el interesado, oficiante lectores de Tras la huella de la poesía. o aprendiz de poeta desarrolle cualquier Una vez adentrado y sumerjido en el tema y desgrane cualquier temática del lenguaje que Barajas nos desglosa, una pensamiento, buscando un roce íntimo, en vez que entendemos de figuras retóricas lo que respecta al tipo de poesía vivencial, y conceptos literarios, entendemos que donde corazón y mente son las puntas que cada expresión hasta aquí planteada, cotejan la creación planteada en su sentir, poseen un acabado literario que nos da Imaginación y crítica | ritmo


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un plus no sólo sobre al análisis de un poema lírico sino sobre la invención de un simil, pues a partir del conocimiento adquirido en el ejercicio de la creación, el escritor escudriña, aprende y pone en práctica cada lección estudiada, dando fondo y forma, y con ellas intelecto y estética a sus nuevas creaciones líricas. Borges solía decir que no hay libro tan malo que no encierre algo bueno, al respecto Günter Grass analiza de manera profunda y filosófica en sus Ensayos sobre literatura, algunos libros de su maestro, al cual le dedica un capítulo completo donde desarrolla sus apreciaciones literarias, en el ensayo Sobre mi maestro Döblin y entrega al lector tanto el efecto como el afecto que le producen los libros: “¿Los frutos usuales de la lectura? Lo dudo. Más bien, el libro como detonador retardado: armado por el autor, explota en la cabeza del lector; podemos suponer que Döblin tuvo siempre dispuesto al detonador para el caso de que un día, como por casualidad, en medio de ritmo | Imaginación y crítica

la búsqueda de atlas y relaciones de viaje, y tan solitario como sólo es posible estarlo en la Biblioteca Nacional de París, se topara con Kierkegaard como iniciador, y con ello al menos se insinúa el efecto de un libro, que a menudo es retrasado por décadas. Sabemos poco del efecto de los libros. Aún menos idea tiene el autor de donde caerá su palabra.” Es en este plano de afecto y efecto donde situo hoy por hoy a Tras la huella de la poesía y a su autor Benjamín Barajas. Cabe acotar que Tras la huella de la poesía es un libro pensado en jóvenes bachilleres, sin embargo su tratamiento y presentación sirve de base a todos aquellos interesados en entablar un diálogo con la poesía, sin importar si es retórico o literario, si es teórico o práctico, lo interesante es llegar a ese intercambio de palabras ya dichas, ya escritas, ya vineciales, ya poéticas… recordemos que la veradera poesía no está escrita sino qu es un ente que flota a cielo abierto y alcance de cualquier ser pensante y sensitivo.


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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Dr. José Narro Robles Rector Dr. Eduardo Bárzana García Secretario General Ing. Leopoldo Silva Guitérrez Secretario Administrativo Dr. Francisco José Trigo Tavera Secretario de Desarrollo Institucional Enrique Balp Díaz Secretario de Servicios a la Comunidad Lic. Luis Raúl González Pérez Abogado General Renato Dávalos López Director General de Comunicación Social

COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES Lic. Lucía Laura Muñoz Corona Directora General Ing. Genaro Javier Gómez Rico Secretario General Lic. Graciela Díaz Peralta Secretaria Académica Lic. Juan A. Mosqueda Guitérrez Secretario Administrativo Lic. Araceli Fernández Martínez Secretaria de Servicios de Apoyo al Aprendizaje Lic. Laura S. Román Palacios Secretaria de Planeación Lic. Guadalupe Márquez Cárdenas Secretaria Estudiantil Mtro. Trinidad García Camacho Secretario de Programas institucionales Lic. Jesús Nolasco Nájera Secretario de Comunicación Institucional Ing. Juventino Ávila Ramos Secretario de Información Directores de los Planteles Lic. Sandra Aguilar Fonseca Azcapotzalco Dr. Benjamín Barajas Sánchez Naucalpan Dr. Roberto Ávila Antuna Vallejo Lic. Arturo Delgado González Oriente Lic. Jaime Flores Suaste Sur


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Núm.20

Que habla de poesía y de música que nace en las palabras del Perú,se terminó de imprimirel el mes de julio del 2013 en los talleres del CCH Naucalpan. La edición consta de 500 ejemplares

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