Núm. 25
Director Benjamín Barajas Sánchez Director invitado Édgar Mena comité editorial José de Jesús Bazán Reyna Barrera Ysabel Gracida Consejo de Redacción Lourdes Martínez Lira Keshava Quintanar Cano Juan Carlos H. Vera Coordinador del número Alejandro Espinosa Dirección de Arte Reyna Iztlalzitlali Valencia López Diseño de Portada Isaac Hernández A partir de una obra de Gonzalo Torné Ilustraciones Gonzalo Torné
Ritmo. Imaginación y crítica es una publicación trimestral. El cuidado de la edición estuvo a cargo del Departamento de Comunicación del plantel Naucalpan. Ritmo, imaginación y crítica se imprime con el apoyo INFOCAB: PB 401415. Los contenidos de los textos publicados son responsabilidad de sus autores. Los comentarios o colaboraciones se reciben en: bbarajas45@yahoo.com.mx o langenau@hotmail.com
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[ÍNDICE] 8.Editorial, 9.Joan Payeras, Paisaje de luciérnagas; 13· Cristina Morano, Es un témpano el mundo; 17· Carlos Loreiro, Acerca de la crueldad de la vida; 19·Ana Pérez Cañamares, Generaciones; 21· Carlos Arranz Ballano, Dos poemas; 25· David Vegue, Suena un reloj en la casa; 29· Unai Velasco, El miedo a las avispas; 32· Eva Reiro, La mañana está llena de locos; 36· Inma Luna, Un relato de las cosas que he comido; 38· Isabel García Mellado, Amor es un lugar; 41· Pepe Ramos, Declaración del pagafantas; 43. Luis Llorente, Abrir una piedra; 46· María Eloy García, Domesticar el amor; Ritmo | Imaginación y crítica
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50· Arturo Sánchez, Los ojos de Rimbaud; 53· Berta García Feat, El lápiz se rompe por dentro como yo; 58· Jorge Molinero, Rimbombante; 59· Pedro Gomila, Pavorosa luciérnaga; 60· Javier Cánaves, Poemas del naranjo y la luz; 62· Alejandra Vanessa, Las Nashiri; 64· Joaquín Pérez Azaústre, Tres poemas; 68· Alicia Millán, La belleza de los puntos suspensivos. 72. Enrique Vila-Matas; 78. Andrés García Cerdán, A star is born, la poesía de Constantino Molina Moteagudo;86. Víctor Balceis Matas, Delorean; 92.
Alfonso Armada, Periódicos y políticos; 97. Javier Lorenzo Candel,
Caminos literarios de ida y vuelta; 102. Federico Volpini, De gusto de
la naturaleza por los héroes; 105. Aixa de la Cruz, Piece of me; 108. Keshava Quintanar Cano, En un libro exiliado de Federico García Lorca;
116. Benjamín Barajas, Jardín minado; 117. Gonzalo Torné.
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Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
Juegos sin tiempo, 2001
L I T E R A T U R A
D E L
M U N D O
Vocesde
ESPAÑA
La literatura española es un referente para Latinoamérica, nuestra mirada y lectura se reencuentra de forma cotidiana con la gran tradición literaria que representa España. Nos viene de allá el gusto por el verso de ocho sílabas, que después fue enriquecido con el verso italiano. Nos viene el teatro, el Quijote y, sobre todo, el lenguaje que compartimos y que es el más fiel testimonio de la herencia.
E
[editorial]
spaña nos heredó nuestro idioma y con ello una de las tradiciones literarias más ricas. El español y la literatura española se han nutrido de diferentes momentos de la historia, de otras tradiciones y culturas, incluso de otras voces. En nuestro continente el español se diversificó y acopló a los diferentes modos y formas, por ende, en cada país y región fue labrando una literatura americana, con las singulares características de cada país, aunque heredera de la tradición española. En Ritmo, imaginación y crítica decidimos mirar hacia otros países de algunos números a la fecha, en esta ocasión pensamos en la posibilidad de cruzar el océano y convocar a los escritores españoles; así, después de haber lanzado una convocatoria y tocar puertas por medio de las redes sociales, pudimos constatar la amabilidad y la ilusión de muchos de ellos de publicar sus textos en una revista universitaria mexicana. De esta manera, empezaron a llegar los textos con la facilidad que otorga la era del Internet y corroboramos nuestra premisa, la calidad de los trabajos que en nada demeritan la gran tradición literaria española. En este número tenemos diferentes voces, diversos autores que se sumaron a esta convocatoria y que nos prestaron algunos de sus textos para acompañar nuestras páginas. Escritores jóvenes o muy jóvenes y otros más con amplia trayectoria, Ritmo, voces de España se conformó con una solidez inusitada. Así, tenemos la poesía de Joan Payeras, Cristina Morano, Carlos Loreiro, Isabel García Mellado, Ana Pérez Cañamares, Carlos Arranz Ballano, David Vegue, Unai Velasco, Eva Reiro, Inma Luna, Javier Cánaves, Pepe Ramos, Luis Llorente, Maria Eloy García, Arturo Sánchez, Berta García Feat, Jorge Molinero, Javier Pérez Azaústre. En el ámbito de la narrativa tenemos las colaboraciones de: Enrique Vila-Matas, Víctor Balcetis Matas y Federico Volpini; en cuanto al ensayo, colaboran en este número: Alfonso Armada, Aixa de la Cruz, Javier Lorenzo Candel y Andrés García Cerdán.
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[Paisaje de luciérnagas] 1 J oan Payeras [Material de la noche] Hay calladas luciérnagas, en algún lugar, esperando el momento exacto en que la tierra necesite su luz, su canto. Una luna cansada que nosotros no vemos alumbra allí, apenas tenue brillo contenido entre sombras. El material del que la noche se forja sobrevive así lejos de las ciudades de los hombres, el sellado refugio donde éstas horas no son el constante presagio de la cita pendiente con la última noche. Desde aquí, la ciudad, el valle, los almendros, el grado exacto de la luz sobre la carretera, todo aquello que abarca la mirada en nada se distingue
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[PAISAJE] de este mismo paisaje en otra tarde de hace veinte años. Una tarde y una mirada conectada a ésta por un hilo invisible, un nexo único: la memoria convirtiendo el pasado en la mentira que más me conviene.
[ON THE ROAD] Apenas llueve. El rumor ligero del agua sobre las aceras es el verso adecuado, la música que, sin saberlo, necesitabas. Una esperanza antigua conquista de repente tu garganta. Reconoces, conteniendo el aliento, la promesa feroz de los días que aguardan, la íntima celebración de saberse vivo.
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Lluvia en la ciudad, 1961 Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
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Desfile sin sentido, 1989 Imaginación y crítica | Ritmo
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[Es un témpano el mundo] 1 C ristina M orano [ADIÓS A MARGARET THATCHER] Feliz tú, amiga mía, felices los que nunca dudan de estar haciendo lo correcto. Es un témpano el mundo para los de tu especie, es un tribunal dorado y justo donde la rectitud obtiene beneficio y el débil o el enfermo son conminados a sanar, a competir, a corregir sus vidas sin demora. Ah, mujer perfecta que ahora abandonas el Imperio, felices animales los que no habéis perdido ni un minuto en considerar si el Otro sufre o festeja cuando de la tierra oscura extrae el pan negro de sus hijos.
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[EL ANIMAL QUE NO ERES] No, tú no eres un animal. Tú no obedeces ciegamente, ni al dolor respondes con aullidos. No has nacido en el lugar previsto, ni has sido separado de tus juegos para la educación. Nadie te confina en recintos protegidos, ni vigila tu ocio, ni escancia tu comida a horas previstas en platos estándar. No entregas tus crías al sistema, ni tu placer a las normas. No. Tú no eres un animal. Estás seguro.
N A IMAL
En tu ataúd han puesto una bandera y encima una tarjeta donde dice “Beloved mother” entre rosas. Pero la letra y la tinta están perfectas, como el resto del funeral, ni el rastro de una lágrima se otea en el horizonte; no te preocupes, Maggi: nadie flaquea en tu cortejo. Pero ¡ay!, para tu gusto, les ha faltado en el responso desglosar la factura de tu entierro.
ANIMAL
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[Por qué los adultos nunca van al zoo, sólo acompañan a los niños]
N A IMAL Ritmo | Imaginación y crítica
Qué lástima, te mira. Detrás de la valla te mira y da una lástima... Parece sucio, no tiene lustre la piel, se tumba enseguida. Por un momento has encontrado una metáfora, algo relacionado con pertenecer a un amo. Incómodo, repasas las llaves del coche, el dinero para gasolina, tus críos que siguen enganchados mirando fijamente dentro de la jaula. También la carretera corre tras un vallado, y tu casa. Al sacarte la ropa te asombra tu propio cinturón: parece una correa. Por fin, encuentras la diferencia entre el animal y tú: Él no consiente su cárcel. Todavía aúlla y si pudiera saltaría.
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Ensayos, 1987 Imaginación y crítica | Ritmo
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[Acerca de la crueldad de la vida] 1 Carlos L oreiro Cuánto sufro con los cuerpos semidesnudos de las adolescentes, esos cuerpos amarillos redondos e inmorales como plazas de toros Las veo en verano camino de la playa haciendo embudos en recintos musicales con sus bolsos y sus cabelleras Formas precoitales bajo shorts en cuya piel la luz prospera sin estorbo Yo me arrastro entre las carpas con la mano en el bolsillo medio borracho, como una cucaracha asustada persiguiendo sus siluetas sobre el pavimento Refugiado en la sombra, la mirada gacha Alguna me intercepta, pega un grito y echan todas a correr, despavoridas (visión terrible de la carne en movimiento) Las veces que consigo no pensar en ellas vuelvo a ser feliz y asisto, en una parusía, a los estadios primarios del universo Millones de neutrinos perforan nuestras cabezas El corazón bombea, en su circuito, 8.000 litros de sangre cada día En las profundidades del océano, los caballitos solitarios se mueren de tristeza
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Deberíamos habitar espacios paralelos como los corderos y los lobos Confluir en las mismas coordenadas es una experiencia aterradora y destructiva Aguantaré tal vez, no sé hasta cuándo Igual que Edipo, me desgarraré los ojos En el camping, expuestas al sol con una incongruencia encantadora emiten carcajadas infantiles y se estiran cargadas de sexualidad, menstruando Como seres mitológicos mitad mujeres, mitad niñas Sus macarras impúdicos y flacos exhiben las costillas En las tiendas, les pasan porros y botellas Luego se las follan en los baños públicos o en los colchones hundidos de sus habitaciones mientras sus madres les preparan la merienda Siempre preferí la discreción de la vida privada Privada ya de todo, he de admitirlo En casa y a oscuras el recuerdo de ellas se vuelve un gruñido cavernoso del cuerpo desvalido Algo se desbarata y emana bajo la piel Hablan de paraísos. Sé que existen pero verlos es demasiado doloroso ¿Por qué la vida es tan cruel?
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[Generaciones] 1 A na P érez Cañamares Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven mientras me miraba sin verme; yo dije mamá, quédate abrazando su cuerpo diminuto envuelto en pañales y olor a talco; mi hija dijo mamá, no llores y me acarició la cabeza consolándome. Cuando mama murió, durante unos segundos no tuvimos muy claros los lazos que nos unían no supimos quién se había ido y quién se había quedado ni en qué momento de nuestras vidas estábamos viviendo o muriendo. Avanzáis y mi conciencia se estira hasta ser toda campo de batalla. Por tierra, mar y calles avanzáis y sé que no habrá exilio ni tregua que me libren de este cuerpo a cuerpo. Sois las decisiones del jarabe amargo del por tu bien lo hago aunque me duela: la conquista de las verdes praderas la ciencia moderna de la tortura el arte de la violación como arma la esclavitud de todos los distintos. Y ahora formáis para el paseíllo y la foto, escaláis las laderas de mis lumbares, dejándome la espalda Ritmo | Imaginación y crítica
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perdida de estandartes y deshechos. Yo esgrimo un lirio del valle, el lápiz que me adorna y ordena las heridas. Blando un amor que aún sería más grande si no temiera mirar al matarife y al cordero. Avanzáis engalanados con las plumas de firmar sentencias cheques al portador y nombramientos. Aprisa reúno mis huestes de niños bautizados por multinacionales y me esfuerzo en aprender sus apodos para ser una más entre los anónimos. Tengo que perder el miedo a encontrarlos en un callejón y que me pidan cuentas. Tengo que enarbolar la rabia rebuscada en las basuras y saliros al paso con un ejército de perros rotos. Estáis aquí, detrás de mis párpados. Pensáis que me tenéis por fin rodeada. Pero hasta aquí os traje porque esto es mío. Mi cuerpo. Mis delirios. Mis fiebres. Mis abuelos. Mis amantes. Mis hamacas. Tengo un nosotros que oponeros por sorpresa. La historia alternativa, la no dicha. Son otras nuestras sumas y oraciones. Tenemos portaaviones de papel. Ardemos como azules zeppelines. Yo no soy sólo yo. Os he engañado.
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[Dos poemas] 1 Carlos A rranz Ballano [Rome 2] La guerra es la madre de todas las cosas Heraclito
enterramos a nuestros muertos bajo tierra para no ver por qué se pudren las naranjas o esculpimos lápidas hermosas para no entender por que el cielo, lleno de fenómenos químicos de luz, no escucha. el imperio romano es una circunferencia girando en los textos del instituto y su órbita se repite mecánica a través de la memoria. mi padre parte en trozos un conejo completo sobre la tabla de cortar y el tajazo sobre la vertical de la cabeza del animal le hace sacar la lengua: ¿qué puedes esperar de una vida que nos premia por comernos los miembros de otros animales? los bárbaros salían de los límites de los bosques para arrasar las poblaciones les contamos a los niños y ellos, merendando, visualizan nuestra historia, mastican. cae el minutero, la noche sigue al día, las armaduras amarillean en los museos y el águila dorada asiente Ritmo | Imaginación y crítica
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mirando el cenagal de ruina: la sociedad es la madre de todas las cosas, la sociedad es la madre de todas y cada una de las cosas. recuérdalo cuando te enamores.
De «El conejo de madera» (2012-2013)
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[EL MOSQUITO Y EL TIEMPO] estaba cocinando esta mañana y necesitaba unos vasos grandes de la repisa así que me he subido a un taburete arriba he visto como la superficie de la lámpara estaba recubierta de casi un centímetro de aceite residual y varios mosquitos hundidos en la brea. he mirado fijamente cada uno de ellos y he pensado en Vietnam, he mirado fijamente cada uno de ellos y he pensado en cadáveres alemanes, he mirado fijamente cada uno de ellos y he pensado en hombres llorando por mujeres. una muerte lenta y triste y en el tiempo que he escrito este poema habría podido hacer de esa lámpara grasienta algo brillante y pulcro pero no lo he hecho así que estoy aquí y, supongo, que, por eso mismo, tú estás ahí. de Leer (2014)
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Del paso del tiempo, 2000 Imaginación y crítica | Ritmo
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[Suena un reloj en la casa] 1 David Vegue [CARTA DE AMOR MODIFICADA]
A Alberto Santamaría
Eran hijos de todo. Así que enseñaron a cada uno de sus descendientes a inventar el tiempo. Eran el recuerdo en la mano los cuerpos malditos que sólo entiende la aurora, tú, el amanecer que resbala por una sola sombra. Eran volver. Y la lucha en los pies de ruinas con derecho a estallar sobre una sola flor. Nadie entierra nombres salvo ellos su pureza derramada. Eran tus dedos ordenando tus ojos. Te daré un lugar para el placer y la derrota. Suena un reloj en la casa ¿qué casa, en qué destrucción del tiempo? Y yo sé que aún no es hora de ser igual que ellos. Aún no es hora de que una una sola palabra se invente por tu cuerpo. No es aún hora de que el mar deje animales perdidos en tu torso.
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Aún no. Aún no has visto a una espiga dominando el cielo. Aún no aquellos hombres que respiran como ciudad de una sola calle. Aún no has aprendido a sumar las cosas invisibles. Aún no son los libros de la noche. Tu nombre aún no es lo contrario a los números. Aún no sabes entender cómo la arena cómo descansas cómo deseas en lenguajes prohibidos. Aún no, no sabes mover los siglos como mueves los dedos. No te preocupes más por el lugar de todo. Todo acabará volviendo a su hermosura.
(Aún) + (no has) +
(aprendido) + (a sumar) las cosas invisibles. Imaginación y crítica | Ritmo
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[NO EXISTE AMANTE] No existe héroe que desconozca el cuerpo: por cuál de sus lugares se entra hasta el sueño, por cuál es la locura que describen los círculos, cuál de sus partes puede transformar la mañana, cómo debe moverse el orden de los músculos en la transfiguración de las horas. Vivimos en la misma ciudad, pero en dos mundos diferentes, afirma uno de los psicólogos que disecciona el sueño de Conan Doyle. Pero para nosotros estas palabras quedan lejos. Podemos comenzar –estamos preparadosa desmontar definiciones parecidas a esta. Las abrimos, separamos la piel de los abismos y nos comemos su ángel: mueves el mundo sobre mí y te tocas el pecho como quien se toca el tiempo. No distingues el día de la noche porque los dos se abrazan en tus ojos cuando yo te lo digo, cuando tú me lo dices. No existe amante que no sea una profecía.
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Del conocimiento, 2007 Imaginación y crítica | Ritmo
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[El miedo de las avispas] 1 Unai Velasco Para Jade, que trajo los ciervos también las fieras salvajes
Salmo 8
Tengo miedo de las avispas tengo miedo amarilla ictericia amarilla hueso de pollo alojado en la garganta de las bestias alojadas en la garganta. Caballos blancos cinchas azules ¿qué has de temer? de cincha amarilla y caballo ictericia temes las patas otorgadas de los ciervos que duermen sobre las hojas. Detente y escucha. Mientes cristal venido abajo. No no tendré no tengo miedo soy bueno y observé ciervos blancos ciervos traducidos de sol contra mi ventana. Mientes cristal venido abajo vienen a tu portal por la mañana. No temo al temor temo al portal temo tu anillo negro de los malhumores los camellos de adoración despacio su camino incierto soy muy bueno Ritmo | Imaginación y crítica
tengo el control sobre mi cuerpo y no temo que nada temo no temo amarilla ictericia. Que somos buenos. Detente y escucha. Caballos blancos de pezuñas buenas ofrecidas no tengas miedo de los ciervos de tendida pezuña hendida y ligera en su lugar tendido azul abierto manillar del pecho ¿quién oye el zumbar? también hizo a las fieras salvajes las avispas el amarillo pollo entretenido hizo tu garganta zumbaran porque enmendamos el temor aquí porque nos da la gana zumbaran alejándose de rica miel zumbando y sin miedo sin miedo tu voz arrebatada hollada ligeramente habla. Quiero hablar quiero decirte que no deseo que a nada aspiro que no temeré no temo a la avispa ictericia pero tengo un hueso de pollo alojado en la garganta tarasca de dientes por contar cervatillos blancos. Yo tengo el anillo azul de la ataraxia somos buenos sabemos que somos buenos que las avispas miden de un centímetro a centímetro y medio amarillo punzón blanco de ciervo que duerme en la ventana mentira que duerme en los árboles y baja de día al portal. Tengo miedo del miedo de las avispas del miedo de los ciervos no dejes no que somos buenos que ofrecemos nuestro cuerpo en pira de bondad detente y escucha sobre todo escucha y que así sea y que así sea.
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Introito Para Gema, que giró conmigo omnes in… Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte. Por eso queríamos crecer a salvo buscar un lugar mejor nos llamaban los cazatornados era la mayor serie de tormentas en doce años mejor permanecer juntos vivíamos para esto nos decíamos que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos ni idea teníamos a Dorothy I y a Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el torbellino buscar el eje cuál comer la carne de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión crecer como un perro que corretea junto al porche y no se aleja demasiado era la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como postes de pino en hilera poderosa al viento al viento distinto que nos reúne que no nos tumba y nos mantiene aquí porque gira sobre sí mismo. Hacia ese lugar crecíamos.
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cuál
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[La mañana está llena de locos] 1 Eva R eiro [ESTACIÓN CENTRAL DE BREMEN] La mañana está llena de locos, la noche de fuegos. Los locos hablan solos en la mañana, frescos y cubiertos de rocío como rosas, reproduciendo sonidos de loco, balbuceando y pidiendo cigarros, brillando, hijos de las horas nuevas. Ven la nieve nevar en la nieve observando los colores naturales de las cosas. Y les ponen nombres propios a los días: ayer era Barra de Pan, el jueves Metálico y hoy será Gris Alegre. Se reúnen en corrillos y se gritan amenazas y se quieren degollar, y luego juegan. Los locos hacen el amor a las diez de la mañana, y mientras follan se cuentan sus problemas y destinos e infancias mirándose a los ojos y hablando con voz suave como hacen los cuerdos y luego se corren.
mientras follan se cuentan sus problemas
y destinos e infancias mirándose a los ojos
y hablando con voz suave
como hacen los cuerdos
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[OCÉANO, PUPILA, CARNE BLANCA] Cuando me muera quiero reencarnarme en un pez. En un pez de agua salada, gris, común y corriente, no un gran depredador, algo parecido a un jurel o una caballa. Quiero ser una caballa hembra y no preocuparme de la maternidad o la afectividad, depositar fuera de mí cuarenta mil huevos y así haber cumplido plenamente mi función reproductiva. Quiero que mi única preocupación sea no ser devorada, quiero tener claro siempre quiénes son mis enemigos y saber que la solución es huir, y que no existe más moral o ética que ésa. Quiero perderme del banco de peces y estar desorientada, y que los rayos acuáticos del sol bailen conmigo y hagan brillar mis escamas. Quiero que, mientras baile, sea súbitamente feliz de que las palabras Adán, Zeus u Oppenheimer no signifiquen nada para mí. Quiero no tener mitología y respirar sola el agua oscura del océano. Quiero reencontrarme con mi banco de peces y funcionar como un órgano mecánico y pleno de sentido, colaborar y que todo sea sencillo. Y que entonces un día me pesquen y mis pupilas saladas reflejen por primera vez la cara de un hombre, mientras mis bránqueas se secan hasta la muerte.
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Quiero que después me transporten y me vendan en una lonja, quiero que me compre una madre soltera con problemas de circulación y dientes desordenados, quiero que me prepare al papillote y que su hijo abra mi cuerpo blanco con el tenedor y juguetee con mi carne y espinas mientras mira al televisor. Quiero que tiren mis restos a la basura. Y quiero, después de esta vida, reencarnarme de nuevo en una humana, lo más parecida a mí en proporción altura-peso pero con un carácter más natural y plácido, que refleje la sabiduría de un océano. Imaginación y crítica | Ritmo
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Ocテゥano, 2001 Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
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[Un relato de las cosas que he comido…] 1 I nma L una
[ANALÍTICA] Les doy mi brazo. Se me ha acabado el miedo a ver fluir mi propia sangre. Mientras extraen, suave y poderoso, el líquido, pienso que ahí, en lo rojo, en lo negro, están todos los verbos y todos los asuntos o puede que sea sólo química o una fotografía de virus y de vicios como una confesión como una indefensión un relato de cosas que he comido, besado y olvidado, un caliente chupito ya sin pálpito, unas gotas de savia o de veneno.
(De “Cosas extrañas que sin embargo ocurren”, Cangrejo pistolero Ed., 2013)
Les doy mi Imaginación y crítica | Ritmo
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[EXTRAVÍOS] Se me olvidó que teníamos fuerza se me olvidó desde el principio. Prestábamos sonido a las maderas a los satélites ajenos y redondos. Se me olvidó jugar con las hormigas, acariciar a la serpiente, improvisar canciones, meter el pie en los charcos, degustar el dulzor de las palabras. La tierra no se agrieta con la sed que se ignora pero el fruto se vuelve ácido y concentrado como el origen de todos los pesares. (De “Divina”, Baile del Sol 2014)
i brazo. Ritmo | Imaginación y crítica
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[Amor es un lugar] 1 I sabel García M ellado
no acertar el comienzo en los pies de los días que te ruja la nieve, insolente y palpable porque no has escuchado su ritmo en la caída –hablar de las mujeres y de sus precicipicios– dudar de cada labio que se acerque a besarte que llegue el hombre alto de zapatos enormes y suba de repente el precio de lo dado que sólo una sonrisa se convierta tan dulce en el trigal azul que estabas esperando y luego darte cuenta de tus miedos: de quién eres y dónde se sitúan los maullidos de gata de tu pecho de los documentales que corren por entre tu vajilla mientras friegas los platos o toda la esperanza luz de niña chica que duerme resguardada entre tus árboles amor, tienes derecho a ser distinta, a ser lo que tú eres- abrir boca con ojos así tanto apilar en las frases ecos bordados
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amor, puedes pedir lo que deseas: un hombre que a tu lado sepa construir futuros como tú los construyes: con calma y alegría, conjuro de lagartos como una mujer india que sabe lo que hace amor, llamar amor es confiar el costado reunir sobre la mesa las piedras más hermosas, enseñarles tu hogar a los feos corsarios- que comprendan: amor es un lugar que te está reservado.
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[Han borrado mujeres con sus manos] han borrado mujeres con sus manos con íntimo temblor de los castillos han nombrado la sal en cada casa y cubierto el amor de precipicios han creído en ciudades inventadas y creado argumentos imprecisos ya no hay aire después de esa mirada en sus rostros paisajes son vestigios era el círculo en cruz de la manada único lago cuyo reflejo mancha todo cobijo de lo que pudo haber sido suben corceles anegados de cordura histéricos y exhaustos, bañaditos de luna los gritos de pelea marinando las plazas a lo lejos mujeres que descalzas se desborran tímidamente primero, después con pericia un rubor ancestral recorre el último suspiro antes de desnudarse por completo: como un lunes que rechaza ya su nombre, su objetivo, desmembra la semana hace barcos con los hitos históricos que todos coreaban como himnos desnudas y risueñas aparecen, mujeres despeinadas haciendo del amor una bandera invisible que todo lo une. que todo lo cura que todo lo nombra
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[Declaración del pagafantas] 1 P epe R amos Voy a quererte por amor al arte de quererte. Voy a quererte a fondo perdido, en vano, en balde, en saco roto, incluso vestida. Voy a quererte apestando a Benedetti y a Platón, al modo de los que son tan buenos que parecen tontos. Voy a quererte hasta sin querer y voy a madrugar también para hacerlo adrede. Voy a quererte quieras o no quieras, a quererte muy a pesar tuyo, mucho más que tú a ti misma. Voy a quererte tan bien, tan bien que si un día, por lo que sea, me correspondes, me das un disgusto.
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Fluido y ondas, 2000. Imaginación y crítica | Ritmo
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[Abrir una piedra] 1 L uis L lorente
[LAS HERIDAS DE LA TIERRA] Al tiempo un nombre. Lluvia voraz que extraña significa. El aliento cuándo. ¿De quién es la hoja desprendida al azar? Por cada llave oscura he visto una niebla más espesa. Gesto que pervierte la sinrazón del mundo. En el instante cierto la alborada. Y las hojas vuelven en silencio, regresan por la turbia pesantez, delgada comunión, fibra de sangre. Y rompes cada ruido secreto con la ciega costumbre hacia el mar. Esta es la luz que lenta has buscado: prístina inocencia, cárcel de cristal, palabra pura de tu alma. Ah el inmenso corazón del aire. En el viento poseído esta flor, esta tierra, esta semilla. Lluvia del ser: signos a tu muerte. Metáfora oscura que en la luz acaricia y resplandece. El cuerpo se separa. Ah la aurora del ser insobornable. Eres tú, es la calma del tiempo tras los días profanados del azar.
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Al abrigo del aire, éxtasis sonoro, luminosa redondez completa, aluvión de ríos y de calles por la fértil palabra en desbandada. Alumbrada materia donde vas a ver la muerte. Y el entero sudario, la leve anunciación. Ámbito repleto, cubiertas voces por la niebla. De aquel caballo gira el mundo, tu vientre es una infancia poseída.
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[ENTRE MIS BRAZOS VACÍOS...]
Entre mis brazos vacíos, en un cansancio atroz, mi amor que emerge y despunta como una huella en el límite de nadie. Si ahora la luz se despuebla y convence de otra luna a los rincones de la sangre, qué paisaje apuntaría un rostro sin descenso, un pulso único y nocturno; con qué caer hacia los cuchillos del aire, viviendo y temblando. Abrir una piedra de muertes tatuada, hallar esa raíz y su intemperie. (Parpadeo de unas horas donde no encontré ceniza). Con qué laberinto comenzar lo que conozco, lo que separo de mis ojos cuando nace el tiempo. Un lugar antiguo que acepta lo sagrado, los regresos que me ocultan y hacia dónde dicen dónde. Y la lluvia que no late. Y esta fiebre que agiganta los oráculos de luz.
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[Domesticar el amor] 1 M aría E loy García
[El bien inmueble] la nostalgia vive en el sexto piso tira un papel por la ventana y por un segundo se confunde con el vuelo migratorio de un pájaro que quiere aparearse la mierda que lanza desde su arriba cae sobre la raya en medio de un preso en libertad condicional que no recuerda cómo se iba a su casa aquí el niño que lo ve todo crea en ese momento en la parte izquierda del cerebro un comienzo de neura que asociará a la placidez veinte años más tarde la bondad vive en el tercero
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tiene una casa confortable pero incómoda el odio tiene siempre un perro en la puerta del cuarto pero la decoración de su casa es impecable la timidez que vive en el quinto ve por la mirilla de su puerta blindada la cabeza distorsionada de un gordo que es el mundo en el noveno vive la veneración la soltera que comparte piso con la envidia el del octavo que es el tiempo se quedó justamente encerrado en el ascensor aquel día que viniste a mi casa y yo soy ese edificio pero nunca subo al décimo la casa de la perfección que es una déspota suelo sin embargo quedarme en el primero del que nunca sé salir allí vive el hastío que nunca pagó la comunidad la memoria que vive en el segundo tiene el síndrome de diógenes todo lo que sube a su casa es digno de ser guardado cualquier tontería tiene la dignidad de un tesoro pero nunca recuerda al que se olvidó de ella ese día subiré al séptimo porque es justo allí donde habita el olvido. (Poema extraído del libro, Cuánto dura cuanto)
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[lifting inverso] el tiempo ese liftin inverso que amontona pinzas en el patio domestica el amor te tutea en la tierra fue también cuando te quise pasó tan rápido trizaba las aceras se columpiaba en las uñas limaba nuestras costillas de tan cerca pero cuando miedo sustituyó a tiempo las ventanas eran de otra marca no sabía quién me había regalado aquella enciclopedia me gustaba el zumo de naranja y el hielo llenaba la nevera bajé los ojos con sus pliegues me eché la crema que no sabía que me echaba tomé el valor que me ardía en las pestañas noté todos los orificios del pelo batí una mayonesa recién cortada y busqué busqué en la espera una sala un estar en el cuarto y por un hilo que se descolgaba del mantel me vi tan del mundo que decidí hacer de figurante para siempre y como todos los platónicos Imaginación y crítica | Ritmo
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me dispuse a hacer el amor sólo de oído
y c o m s o o l s o d t o Ritmo | Imaginación y crítica
cos atóni
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[Los ojos de Rimbaud] 1 A rturo Sánchez Yo he visto cada historia dramática, cada gárgola, cada verdura masticada y escupida He aprendido cada conjuro, he entendido cada lengua, la plata del mundo, el cobre, el roble, el metal hundido en aguas trágicas de la historia He forjado cada cuento con cada príncipe y cada genio y cada sangre y cada entierro en crímenes del hombre y cada lira pausada de los mancos He cabalgado las montañas, ¡fulgor extraño! ¡Trae la brisa! ¡Trae el rayo y la antena telefónica, te espero con amor, te espero con tus amigos! El mundo se vierte sobre mí. Traigo guirlandas marchitas y una fiesta salvaje, sal a la calle de nuevo, lleno de gracia, lo dije, pero de nuevo, candidez escuálida, sobrevive a las paredes del asco y la angustia en urbes inquietas. Qué catalogo de horrores tras tus ojos, qué verdades divinas, qué visiones del Universo en su sentido íntimo inabarcable La Tierra sueña para ti. Arthur, je t’apporte ces fleurs, prends ce poème, toma mi alma, toma mis órganos, ángel, hombre ordinario, ángel terrible, hombre mezquino, amante polvoriento, sube a la nube de la codicia ¡Lo he visto! Yo sí sé – yo también sé – de conjuros y oráculos, de alquimia y gremios, de desiertos y retretes, de padres y esclavos, y tus ojos miran más allá, mucho más allá de los míos. Arthur, mon frère, mon père, mon ange, mon maître, j’ai tant marché, tanto he caminado que mi sendero se ha levantado contra mí como una serpiente. ¡El Príncipe! ¡El Genio! ¡El crimen! ¡Tus ojos transparentes de bondad y éxtasis y suplicio! Estás en el desierto bebiendo leche en botella con tu corbata mal anudada. Estás en la orilla con la camisa abierta y un parche en el ojo y las manos en los bolsillos observando a un barco perderse en el horizonte. Estás en la cima de la montaña comiendo patatas fritas bajo un sol tiránico y frío Estás en la ciudad envuelto en tu redingote masticando chicle y escupiendo en Imaginación y crítica | Ritmo
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las alcantarillas cerca de las farolas de bajo consumo Estás en mi cama en la noche naranja y te amo demasiado para tocarte Estás en la llanura trabado en combate con la babosa milenaria, roja y grande como un caballo, la oruga del Apocalipsis con la que peleas en un absurdo combate de sumo que decidirá el destino de nuestras vidas. ¡Rimbaud! ¡Mártir altivo, todo está perdido! Tienes los ojos del demonio, toma mi Mente ahora, la escarcha se posa sobre mi rostro y sobre mis ideas, la visión se apaga, la visión es tuya, salta a la gracia. La Tierra sueña para ti. ¡El mar mezclado con el sol! ¡La danza! ¡El genio y el príncipe! ¡El tiempo de los Asesinos! Soy tuyo, poesía y muerte son sinónimos, trágame y que me devore la avaricia humana. Rimbaud y la calle. Rimbaud y la angustia. Rimbaud y el sol. Rimbaud castigo de las hordas pestilentes. Rimbaud castizo. Rimbaud bastardo. Rimbaud categórico. Rimbaud y la estrella. Rimbaud en la noche. Rimbaud regresa risueño. Rimbaud viajante sin pausa en la ira espectral heredada de nuestros ancestros. Rimbaud vástago. Rimbaud y las lágrimas. Rimbaud en tu monte. He escuchado tu plegaria y he escuchado tu canción y esta noche me entregaré a los pozos transparentes del pánico Y la bondad eterna de los desvalidos bajo la lluvia. La bondad eterna de los lobos. La bondad eterna de los abismos con rostro de ángel.
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Quiebro, 2000
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[El lápiz se rompe por dentro como yo] 1 B erta García F eat El lápiz se rompe por dentro como yo Las rodajas del lápiz, polillas de enebro posadas para siempre en la tersa piel del inodoro sucio, mueren, como todos, metafóricamente: ahogados en el agua y en la orina (desamor, o sacapuntas, o redil, o meteorología), lo único que hacen es existir despacio
Luego coges el lápiz (tan afilado y erecto, para cazar cascadas) y lo guardas, temblando, en el cajón pluvial de la ruptura
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Más tarde, piensas en el lápiz como en una mujer: el lápiz se esfuerza por ser fácil, ser camino de rosas, pero hay que saber cómo cogerlo, cómo atrapar sus zanjas pero hay que saber qué no escribir mientras conduces: [POEMA GRIS PARA UNA SEPULTURA POEMA-ASPERSOR PARA UNA DESPEDIDA POEMA TIBIO PARA UN AULLIDO TIBIO] Pero para un momento, es peligroso sentir rosas y alondras y caminos de rosas mientras conduces; es peligroso sentir (inmaculado arcén, rodilla, panorama: apunta el casi-verso: es peligroso sentir): HISTORIA DEL DESEO DE SABER COSAS QUE DUELEN HISTORIA DEL DESEO EN GENERAL HISTORIA EN GENERAL DEL DESEO y un lápiz cualquiera subraya sobre una nalga beige entes etéreos (entes etéreos, lo contrario de un lápiz)
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(lo recuerdo: confesiones; confundes al yo lírico con el pobre taxista) (mezclas ideas; bostezas tú, taxista amable) Y a estas alturas, el lápiz, el paupérrimo lápiz, por dentro es lineal como la carretera del accidente, algún día tendremos coche y llegaremos a casa Lo recuerdo: tendremos una casa donde el mundo será diferente visto a través del orgasmo: ahora un lápiz precisamente un lápiz pincha tu hígado y el mundo se esponja, como un cereal norte-americano de ganas, de optimismo, de vitamina C Cabecita para atrás, sujeta el cuello El orgasmo es un pinchazo de lápiz Risas
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Tentáculos de mí es lo que el lápiz suda en todas las cartas que no envío porque antes antes, lo siento, debo coser desnudos y girar y perpetrar la maniobra de la luna
De viaje al aeropuerto zarandeo el lápiz Escribo en mi libreta este deslumbramiento La madera no se cose no se cose el recuerdo no se cose no se cose no se cose la muerte Tendréis que morir por mucho que os ame El lápiz se rompe por dentro como yo
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Geometrテュa ausente, 2000 Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
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[Rimbombante] 1
J orge M olinero
[Me obligaron a amar...]
Me obligaron a amar una casualidad, como si de los padres se tratase, como topar con un girasol en mitad de la acera, como encontrarse con un viejo amigo en un bar a las afueras de Atenas. Yo pensé que era solamente una rimbombante palabra llana pero aullaban las orugas de los tanques. Grité: mi tierra son los besos de mi hija. Grité: mi bandera, las bragas tendidas de mi esposa. Y me obligaron a querer una casualidad como otra cualquiera, como la madre que te toca aunque aquella nunca me ofreció sus pezones. Sé que pronto me cobrarán las tasas por poner en el balcón un tendedero y un impuesto revolucionario por las viejas risas, por los besos nuevos.
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[Pavorosa luciérnaga] 1
P edro G omila
Pavorosa, la luciérnaga de bronce cuando se entrega voluntariamente para arder en los altares del candil. Sacrificios silenciosos del verano en las horas de una noche de licores como gritos donde nadie me responde, salvo el viento de tu nombre a la deriva. Si pudieras devolverme mi futuro que has quemado con las llamas de otro fuego, si entendieras que sin ti soy como un ciego que camina hacia las piras encendidas, leña seca por los llantos despreciados, prodigados en regar la tierra estéril de los lechos que hace poco compartimos; savia lenta que no sabe coagularse para ser como la piedra que no siente cuando llueven las espinas lacerantes que amenazan desde el cielo de tu olvido.
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[Poemas del naranjo y la luz] 1 Javier Cánaves [Poema ] Este poema va a estrellarse en mitad del océano y pasarán muchos meses antes de que lo encuentren. Cuando den con él ya no será el poema del principio sino un amasijo irreconocible, fuselaje roto, hombres rotos, historias igualmente quebradas pero no concluidas porque seguirán en pie, siempre hay gente en la costa dispuesta a cargar con ellas, a repararlas con herramientas torpes, improvisadas, para después acomodarlas en aviones que se alejan en busca de aeropuertos o el fondo de los mares, que dejan en el cielo cicatrices pequeñas.
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[PALABRAS CORRIENTES] No hay más remedio: tengo que escribir algo, cualquier cosa. Por no anotarla en su momento, he perdido la frase, pero quedó el impulso. Se trataba, sin duda, de una frase genial, tal vez un primer verso inolvidable que, sin embargo, he olvidado y no me queda otra que escribir lo que sea, por ejemplo: perdí el verso más grande que inventé y nadie va a creerme ni comprender mi desamparo. Soy un hombre sin su verso más logrado que busca rellenar el hueco con frases sosas, necias, repetidas… Pensar en todo lo que pudo ser: este vacío inmenso que trato de tapiar con palabras corrientes.
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[Las Nashiri] 1 A lejandra Vanessa Aprendí a llorar en una tribu africana. Las mujeres nashiri expulsan lágrimas sin que sus rostros muestren un ápice de dolor o alegría, y así protegen al poblado. Estás lágrimas tienen mayor densidad que las habituales y carecen de componentes salinos. De modo que reservan este líquido en graciosas tinajas de barro para, si una sequía les acecha, presentarlas como ofrenda a los dioses. Si una niña nashiri, al llegar a la edad fértil, no ha vertido al menos diez litros de estas lágrimas, es sacrificada preventivamente sobre una gran piedra, bajo cuchillo, contra los malos augurios, como manda la tradición. El sino de la mujer nashiri es el sufrimiento, un llanto continuo sin expresiones que incomoden a hombres ni ancianos, sin ruidos que perturben el descanso de los dioses, ni quejas que interrumpan el día a día de la aldea: resignación, agrado y orgullo. Consecuencia de ello sea quizás la corta vida de estas mujeres, nacidas para llorar de alba a alba en sumo recogimiento. Al parecer padecen una lenta y terrible deshidratación que, poco a poco, destruye sus órganos vitales, secándolos, hasta que el cuerpo no les permite que expulsen ni una lágrima más. Como una niña nashiri vertí diez densos litros antes de los ocho, como una mujer nashiri me seco por dentro hoy, y se secan mis manos, y mi sexo, y mis tripas, y mi ombligo, de camino a las cuencas, de donde brotan densas gotas, que resbalan silenciosas hasta una graciosa vasija de cristal cuando me acerco, y respiro, y respondes que no. Imaginación y crítica | Ritmo
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Palabras, 2000 Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
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[Tres poemas] 1 J oaquín P érez A zaústre 10 quién os hizo creer que la hacienda era vuestra que era vuestro el jornal que el regadío era vuestro miedo verde la ley la pericia no es vuestra la finura el arreo ni la soga ya es vuestra ni tampoco el domingo la ternura no es vuestra y los hijos también morirán sin ser vuestros ni esperanza tendréis ni locura ni esperma vuestro páncreas también vuestra migraña es nuestra sacaréis el sofá la madera a la calle cobertura la red el titular es nuestro ni vecinos ni amigos vuestra familia es nuestra vuestras uñas la fe ni la alegría es la vuestra la negrura el mutismo la sumisión es vuestra cabellos dientes pies y vuestras manos nuestras cualquier ideología vuestro contrato es nuestro sólo la enfermedad que pagaréis es vuestra y nunca fue más nuestra cualquier poesía política
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13 tony ojos azules campeón de los juegos guarda el sobre sellado de su intacta tristeza has visto alguna vez una sonrisa igual escucha eres muy seria ya estaban entregados sólo con sonreír te hubieran aplaudido franco rusia españa en la universidad hubbell sólo es un símbolo y yo no puedo hacer personajes con símbolos ni siquiera inscribirlos en el vidrio empañado de nuestra graduación dame una identidad que salpique en el oro una incomodidad rubia en la jabalina las memorias del brillo las esquinas del hambre nuestro paseo en la playa no volverá a encenderse en una chimenea de malibú melancolía en octubre tras carnavales nómadas no prepararé el cóctel frances price ha muerto hoy nace katie morosky cómo vas a rendirte defiende tus derechos mientras te veo correr por la orilla del sol no existen los derechos no lo sabes aún katie sólo hay desolación tras la noche de baile pero jamás tendremos libertad de expresión si no luchas por ella no la habrá nunca katie la gente tiene miedo es peligroso y esos hombres y mujeres sufrirán para nada no importan los principios solamente tú y yo hubbell mírame yo soy esos principios las personas el mar somos nuestros principios incluso nuestra hija que no conocerás pero no hablemos tanto aún no me he presentado déjame que acaricie el pelo de tu frente llegaremos allí en un descapotable jugaremos al tenis aprenderé a reír y seré divertida igual que tus amigos una tarde lluviosa o nos encontraremos muchos años después y tocaré otra vez con mis dedos mojados tu promesa en el aire Ritmo | Imaginación y crítica
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14 no soy abraham polonsky y no lo seré nunca no nací en nueva york un cinco de diciembre ni guiones ni novelas ni trabajé en la paramount y tampoco luché en el frente de europa no leí a thomas mann ni escribí en cuerpo y alma no bebí con john garfield y nunca he dirigido el imperio del mal hoy mi nombre se borra lentamente en los créditos llega el hombre sin rostro con su paso invisible a veces voy al cine para ver la última de kazan otra obra maestra sobre la ambigüedad quién puede perdonar las ofensas de otros quién se atreve a decirlo la delación resulta ventajosa cincuenta años después me niego a contestar si pertenezco al partido comunista me niego a contestar ni he conocido a algún miembro del partido comunista sólo sé que soy abraham polonsky que mi nombre sin nombre su brigada homicida me pertenecerá en las líneas onduladas de atril cuando escriba el romance de un ladrón de caballos que escogió defender su derecho a callar De La vida del jinete eléctrico, Visor, 2013
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Al encuentro, 1999
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[La belleza de los puntos suspensivos] 1 A licia M illán
la verdad (hay un espejo roto si pienso en una verdad –no en la– en una) la mente no puede saber ¿cómo llegar? –ir hacia– dentro en unos pechos blancos –no– la pureza también miente (rebusco) como si hallara en un bolsillo buscar –no– es inútil hallar, callar en el silencio y en los movimientos de los animales –en lo que no está tapado– pero bajo la manta hay un bebé que es verdad aún no sabe el lenguaje –sin comunicación no hay mentira– la verdad
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es un plácido frío repetido ¿y el autoengaño? –no me hablaré– pero huír de la mentira no es hallar la verdad del blog “la belleza de los puntos suspensivos”
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zurcir pellizco un trozo de piel introduzco no la aguja, la palabra la palabra alivio pasando diciendo –no es tu culpa– mírala caída por todos lados casi, mendigando ser recogida la ilusión –no la visceral– la ilusión mental de oasis y ya no huele a ti algún día podrá oler a otro a otro sí vuelvo empujada a la orilla como por un extraño al bajar del tren –no creas que tropiezo– son muchos trompicones mucho tartamudeo de alma
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antes de caer a la boca –se me olvida– yo iba a zurcir no a desgarrar (unir) los pedazos como si encontrara colmillos de gatos bebés por el suelo antes de que les salieran pedazos de futuro –morder– para sobrevivir –no– amar yo sigo amamantada
(del poemario inédito: “A partir del blanco”)
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V I L A - M A T A S
TERCER dietario voluble* Cine y literatura son dos miradas, aunque cada una a su manera nos entrega una posibilidad del mundo, Vila-Matas lo sabe porque ha transitado ambos caminos. en estos fragmentos, que también son un viaje, caminaremos por diversos autores, sitios y libros. Estoy del lado de los artistas que andan perdidos por la vida. Pero eso no significa que vaya a recibirlos a todos en mi casa. No soy persona caritativa ni paciente. En cualquier caso, quede claro que sólo los que se pierden tienen mis plenas simpatías, mientras que me resultan insoportables muy especialmente los literatos que saben por dónde van o, dicho de otra forma, que se dedican al ‘arte elefante’, según el afortunado concepto acuñado por Manny Farber en los años sesenta. Para Farber, el factor elefante residía en esa manera que tienen algunos directores de cine, por ejemplo, de tratar cada centímetro de la pantalla y de su película como
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un espacio potencial para una creatividad digna de elogio y de premio, sobre todo de premio: “Ese esforzarse en ser grande, en tratar temas importantes, etc”. Me he pasado la vida detectando libros elefante, que suelo tomarme la molestia
Juegos Alegres, 2003
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de situar sistemáticamente en el tablero opuesto al de los libros termitas, siguiendo la clasificación que hiciera el propio Farber en un famoso ensayo en el que –voy ahora a recordar de memoria porque la edición de 1974 de Anagrama de Arte termita contra arte elefante blanco la perdí y hoy es un libro inencontrable incluso en internet– venía a decirnos que en su ciudad las salas de cine que exhibían películas termitas, unas salas que él denominaba “undergrounds” (pues parecían refugios antiaéreos no ventilados), proporcionaban una experiencia extrañamente satisfactoria a los espectadores, que salían de ellas extrañamente muy animados. Les animaba quizás lo termita, infiltrándose en una pequeña área sin sentido ni objetivo… En fin, el factor elefante es transportable al mundo de la literatura, un ámbito cargado de autores importantes, algunos tratando temas intachables y adquiriendo respetabilidad a base de ser ejemplarmente éticos, ese rasgo moral
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que consideran imprescindible para todo ejercicio literario, pero que en secreto ven también imprescindible para su gazmoña carrera: esos plomizos creadores esforzados, sin humor y cargados de valores morales que les hacen despreciar tentativas de arte distintas de las suyas (hay tantos en España), incapaces de dudar o de pasearse por la esquina perdida; siempre con sus argumentos rígidos mirando por encima del hombro a los errantes artistas termitas. Consuela saber que, aunque seguramente nunca lo supo, Truffaut se convirtió también en un defensor del arte termita acuñado por Farber cuando inventó el género de les grand films malades, las grandes películas enfermas. Lo inventó tras ver Marnie de Hitchcock, obra que dijo admirar por ciertos grandes defectos que acababan por convertirla en “misteriosamente apasionante, siempre más seductora que cualquier gran película importante”.
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Juegos sin tiempo, 2001
Sin duda, esa dialéctica entre lo serio e importante (lo serio moralmente hablando) y lo termita sigue vive hoy en día. Sólo es preciso mirar a nuestro alrededor. Nos rodean por todas partes monjas soviéticas y escritores elefante blanco que parecen querer clavar al lector a la pared y azotarle con las toallas húmedas de la calidad o de su compromiso social. Pero nada está perdido. Se sabe que algunos lectores termitas prefieren los lugares insondables y les gusta perderse en una bruma de suburbio o en la esquina olvidada y desde allí estrujarlo absolutamente todo para así poder mirar la vida de otra forma. ¡Ah, el mundo de las diminutas termitas que pacientemente corroen la tarima sobre
la que se apoya el voluminoso y admirado elefante blanco! ❈ Tras su muerte, dejó esposa, hijos, nietos, ninguna aventura fuera del matrimonio, ninguna carta de amor. A lo que con más intensidad dedicó Herman Melville su vida fue a viajar, huir, escribir, escribir y escribir, incluso durante el último periodo, conocido como la retirada de Melville (Melville´s withdrawal). Tiene mucha fama su relato Bartleby el escribiente, pero hay otro que nada tiene que envidiarle: Yo y mi chimenea (Barataria), buena traducción de Adrià Edo. En ese cuento tenemos a un viejo granjero, aficionado a fumar en pipa ante la descomunal y desproporcionada chimenea de su casa, y poco amigo de los cambios Imaginación y crítica | Ritmo
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y de las modernidades. Su mujer, hijos y Así que Yo y mi biblioteca podría ser tamvecindario le acosan para que derribe la inbién un buen título para las líneas de este mensa chimenea y remodele la casa con un fragmento si no fuera porque éste no nesentido práctico y económico. Pero él no cesita un título, pues ya cuentan con uno está por la labor: “A partir de esta habitual general: cae dentro de lo que denomino primacía de mi chimenea sobre mí, algunos Tercer dietario voluble… Dicho esto, prosigo. incluso piensan que he entrado en un triste Y lo hago para pedir que nadie se extrañe camino de retroceso; en resumen, que de si digo que, a pesar de tanta promoción tanto permanecer detrás de mí antigua del rancio kindle, algo en el ambiente está chimenea, me he acostumbrado pidiendo que nos decidamos de una a situarme también por detrás de vez por todas a apoyar a los viejos la actualidad, y que debo de andar granjeros que fuman en pipa al caatrasado en todo lo demás” lor de las historias que inventa el Supuestamente anticuado, se fuego: historias como Yo y mi chimenea, opone a la destrucción de lo más escrita por su autor en una atmósesencial de su finca, porque para él Se sabe que fera de desaliento parecida a la que sin ese gran fuego la casa perdería algunos lecactualmente sobrellevamos, sólo que su espíritu. Al final del relato, le tores termitas en este caso el desánimo que padeveremos montando guardia ante su prefieren cía Melville hacia 1855 –comenzó vieja chimenea cubierta de musgo: los lugares a escribir su relato poco después “Porque eso es algo decidido entre insondables de que le recomendaran acudir a yo y mi chimenea: que yo y ella y les gusta un psiquiatra- desembocó en un nunca nos rendiremos”. perderse en repentino quiebro a la resignación Para cuantos se sienten descon- una bruma de y a la fatalidad y en un guiño al hucertados ante quienes día tras día suburbio mor, presente hasta en el título. Hoy se obstinan en repetir y repetir que sabemos que le sobraban los motivos no cuajan entre nosotros los e-books pero para el desaliento. Porque entre otras cosas ya lo harán y nos cuentan que las ventas de ¿cómo comprender que historias como libros electrónicos tarde o temprano geneBartleby, Billy Bud, Benito Cereno y, sobre todo, rarán miles de millones de dólares al año, Moby Dick, pasaran inadvertidas cuando no el fuego del hogar del cuento de Melville rechazadas por el público y la crítica de tiene una carga metafórica muy actual y, es la época? más, abre un frente de guerra contra los En contrapartida, Yo y mi chimenea resurge que trabajan para el derribo de las viejas ahora con fuerza, a modo de inesperado chimeneas del espíritu. símbolo de la resistencia de los que deRitmo | Imaginación y crítica
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seamos seguir creyendo en un trastorno Oscurece, cierro el ordenador, salgo a ‘lampedusiano’ del mundo del libro. Porla calle, entro en un cine a ver una película que a veces algunos aún confiamos en que que resulta ser boba de solemnidad y en la todo esté cambiando para que a la larga que encima es difícil creerse algo de lo que las cosas vuelvan más o menos al punto allí se cuenta. Y, de pronto, justo a mi lado, de partida y un día ese potente invento de un hombre se cae de su butaca, de puro la humanidad que es el libro impreso sea aburrimiento. Ha sido el tedio, el propio valorado como merece y regrese al centro de vecino caído me lo confiesa. Bien pensado, la escena. Nunca nos vamos a rendir. Con no es tan sorprendente. A fin de cuentas, nuestras bibliotecas nunca podrán. no a todo el mundo le sienta bien Por eso en ocasiones aún se nos ve la obligación de divertirse, tener situarnos “detrás de la actualidad” que ser consumidor de películas y, en medio de la sombría indifeburras y supuestamente entretenidas. rencia del entorno, oponernos con Es posible que no estemos en la Salgo del cine una suave sonrisa a la revolución sociedad del espectáculo, más bien y, mientras del libro electrónico, plantar cara en la del tedio. a la “tremenda necesidad de me- cruzo las calles Miren a su alrededor, por favor. nocturnas, joras”, ese eufemismo con el que Hay gente cayéndose de mortal abume voy el retrógrado granjero comenta la rrimiento por todas partes. Impera concentrando destrucción que acecha al centro el lenguaje económico ininteligible, en el mundo de su mundo. en el fondo un torpe encubrimiende la verdad to del enlace hispano entre política que se ❈ Lectura de una entrevista de y altas finanzas. Me pregunto si no esconde en las Enric González a Juan Marsé en debería al menos narrar esa caída de ficciones. Jotdown. En un momento dado, hami vecino en el cine, pero sospecho blan de la verdad en literatura y de que no me creerían, quizás porque ese tipo de conflicto entre lo creíble, el incidente se parece al que, tras lo inverosímil y lo real que no acabas de la visita a un cabaret, describiera Kafka un creerte y que dice Marsé que no entienden 23 de mayo de 1912 y que no hace mucho esos “peliculeros” que parecen desconocer Karla Olvera comentó con agudeza en La que para hacer creíble algo que es falso se música en un tranvía checo. han de haber acumulado antes muchas Recordemos la entrada de Kafka en mentiras aparentes: “Me parece que Pío su diario: “Ayer: un hombre se cayó de Baroja decía que la única verdad de una su butaca detrás de nosotros, de puro novela es lo que se cree el lector”. aburrimiento”. Recuerdo que el suceso Imaginación y crítica | Ritmo
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le permitió hablar a favor del derecho al tedio en una época en la que, al igual que ahora, todo el mundo parecía obligado a reírse ante lo que programaba el general en jefe de las carteleras; “el banquero en jefe aguardiente”, podríamos también llamarlo, parafraseando un aforismo de Lichtenberg. También entonces pensar era mal visto. ¿Por qué caímos más bajo que la bolsa y la vida? A los pocos minutos, vuelvo a plantearme si he de narrar la caída de mi vecino, pues a fin de cuentas la curiosa coincidencia con un suceso de la Praga de hace cien años puede sacarme de mi propio tedio y hasta darme la oportunidad de clamar contra tantos años de rumbo errante, de marchar todos sonámbulos, anegados en una política general de ineptitud y desvarío, de una demencia como de orujo. Salgo del cine y, mientras cruzo las calles nocturnas, me voy concentrando en el mundo de la verdad que se esconde en las ficciones. Y ya en casa me ratifico en algo que cada día tengo más claro: a la hora de escribir, lo que cuenta para mí no es la realidad, sino la verdad. Quizás por eso me atraigan tanto los exploradores, los detectives, toda esa clase de husmeadores que se excitan en cuanto sienten que la huella de la presa se intensifica. De pronto, al mirar distraídamente por la ventana, contemplo cómo un transeúnte, tras unas leves vacilaciones, se estrella contra un árbol. Tras el tortazo, se levanta. No es nada, parece que diga a los que se Ritmo | Imaginación y crítica
están interesando por él. Quizás sea verdad y sólo se haya estrellado otro tipo aburrido. Pero sea como fuere, es impresionante el colosal fracaso de la industria del entretenimiento. ¿Quién me creerá cuando hable de los caídos y de Madrid y su millón de cadáveres? Bueno, siempre habrá honrados barojianos, gente sin temor a la verdad, humildes solitarios habituados a verificar que el caos y lo soporífero –encharcados en el aguardiente del banquero- llegaron con brutalidad hace tiempo y lo hicieron para quedarse.
*fragmentos pertenecientes a Tercer Dietario voluble, libro inédito y que ignoro si llegará a publicarse algún día. Segundo dietario voluble lo incluí dentro de la recopilación Una vida absolutamente maravillosa, pág. 311 (Debolsillo, sept. 2012). Y el primero de todos, Dietario voluble, fue editado por Anagrama en septiembre de 2008.
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G A R C Í A
C E R D Á N
A STAR IS BORN La poesía de Constantino Molina Monteagudo Andrés García Cerdán nos acerca a un autor español, nos da cuenta del asombro por Constantino Molina. El texto es también una invitación al descubrimiento de la poesía. LUCIÉRNAGAS Escribir en la noche y sin saber. Ir encendiendo palabras como luciérnagas en roca árida. Y sorprendernos y no saber para admirar, así, cada vez más su interrogante maravilla.
1. EL HIJO DE PERCY BYSSE SHELLEY
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irvan estos versos de Las ramas del azar (Premio Adonáis 2014, Rialp, 2015) para acercarnos a la figura poética de Constantino Molina Monteagudo, a su asombro y a sus certezas. Esta breve declaración de intenciones entraña las líneas fundamentales de su inquietud creativa: el no saber del que escribe, la sorpresa, la admiración por el lenguaje y la naturaleza, la poesía que es interrogante, la noche como dominio
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de lucidez y conocimiento. En “Luciérnagas” el poeta albaceteño condensa las aspiraciones de la mejor poesía contemporánea en nuestra lengua. La literatura es inmediatez emocional y conocimiento intuitivo de las cosas, ese “conocimiento haciéndose” del que hablaba José Angel Valente. Y responde a la pregunta que en nosotros y en la naturaleza palpita como un pequeño animal decisivo, como un limo germinal. Ante el lenguaje, el poeta asume la fascinación y la maravilla, el feraz extrañamiento poético y la enajenación que nos definen y construyen como seres humanos en expansión. Quizá la gran poesía sea grande por su capacidad de estirarnos hacia eso que somos más allá, más adentro, más fuerte. En este poema late esa inquisición y esa voluntad. Su desnudez es una forma
Noche en conil, 2005
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de ser en el lenguaje, hacia la verdad nuclear de las palabras y los días. Su aparente sencillez encarna la depuración sustancial del pensamiento y la mirada que hacen de Las ramas del azar un libro imprescindible. En realidad, Molina Monteagudo viene a cuestionar con elocuencia los valores éticos, plásticos, espirituales del lenguaje poético, huyendo de la afectación, del lirismo inservible, de la pedantería, de las servidumbres, de la impostación y la falsedad. Escribir un poema solo puede ser un acto decisivo: es su destino iluminar e incandescer la conciencia y la idea misma de vida. Escribir un poema es también un acto de redescubrimiento de lo olvidado y lo perdido. Si alguna vez callásemos como callan los árboles, las nubes
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y las piedras, podrían escucharse los árboles, las nubes y las piedras. También en estas cosas se escucha una canción. Y desde su silencio nos invitan a creer en la voz que sin verbo habla. (“Canción del mundo”) Ser poeta significa atreverse a callar para oír en sus principios y en sus atributos originales los secretos de la naturaleza, su lenguaje. Hablamos demasiado. Y estaría bien no hablar tanto y escuchar más. Aprender. Este es el punto de partida de su poesía: escuchar el latido salvaje, la melodía selvática, la verdad desnuda que las cosas tienen que decirnos. No pasar de puntillas por el mundo, no apagarlo, sino encenderlo en un acto de amor y respeto que nos lleva a prestarle toda la atención exquisita. Y a no hablar, a no manchar la hermosura de ese silencio preñado de lenguaje y de canción. En cada poema de este libro crece una vida nueva, hay un alumbramiento insospechado. Lo que la cultura, la banalidad y el ruido han enterrado sale de nuevo a la luz, se revela, se desacostumbra en sus versos. Porque es tan triste acostumbrarse al cuerpo
que nos espera como a la vida misma que nos cerca. (“No me acostumbro”) No acostumbrarse. Eso es. En su forma de hacer las cosas y decirlas vemos cómo el poeta otorga materialidad a lo que flotaba en el aire y así, ante nosotros, con nosotros, convierte la palabra en erupción, en carne desvelada, en signo recobrado. Iridiscencias de la naturaleza y el pensamiento. Intercesiones. Escribir un poema es mucho más que juntar un puñado de palabras sin orden ni concierto. Celebrar la existencia requiere toda la exquisitez y la sofisticación de una verdad desnuda y siempre en movimiento. Hay que aprender a escuchar. En el caso de Constantino Molina, tiene un doble sentido lo que P. B. Shelley se temía: Nos pierde el afán de novedades. En “La condición del vuelo” nos lo advierte: “Es a media altura donde el vuelo / toma su posición correspondida.” Parece que escuchásemos el “Moneor, Icare, medio in limite curras” de Ovidio. Refrena el vuelo el poeta, pero asume la rebeldía vital, poética y política del inglés, y ante las alaracas y las extravagancias se inclina por una palabra que sea esencial y que sepa responder a las inquietudes y las necesidades del mundo y el hombre de hoy, desde Imaginación y crítica | Ritmo
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una ingenuidad profunda y sostenida. Eso llamar “escuela poética” albaceteña. no se aprende, por supuesto. Para llegar Como francotiradores de los extremos ahí es necesario lo que Antonio Machado de la provincia, lejos de las metrópolis entreveía: “¡Presta atención!”. Y Molina poéticas aireadas por los medios de comupresta atención, delicada, intespestivanicación, se han ido haciendo un hueco mente al poema y a la voz desde la que nos innegable en la poesía contemporánea habla y nos dice. En su embriaguez y su en lengua española los poetas de Albaceiluminación resuenan los ecos poderote, hasta constituir hoy en día un frente sos de Claudio Rodríguez, Rainer unido por la calidad, el rigor de sus María Rilke y Arthur Rimbaud. propuestas, el exquisito cuidado del Sin duda, se ha embriagado en la lenguaje y la fusión de inteligencia, obra de estos poetas y ha frecuenemoción y naturaleza. Esta onda tado con entusiasmo y rigor los expansiva de la poesía albaceteña mundos poéticos de los principa- Escribir se puede rastrear en las voces de un poema les poetas de la modernidad con Antonio Martínez Sarrión y Arel afán del que, románticamente, es también turo Tendero, que ejercen como un acto de quiere conseguirlo todo, ir un patriarcas, y en la revista Barcarola redescubripaso más allá en la verdad, en su y en la obra reciente de Javier Lomiento de lo verdad. renzo Candel, Rubén Martín Díaz, olvidado y lo perdido Antonio Rodríguez Jiménez, Luis Martínez Falero, León Molina, Ju2. LA ESCUELA POÉTICA DE ALBACETE lián Cañizares, Matías Miguel Clemente, David Sarrión, Lucía Plaza, Mercedes Díaz No parte de la nada la obra de Constantino. Villarías o el benjamín Javier Temprado. A pesar de su juventud, se ha hecho dueño El Festival Fractal Poesía reúne las inde una hermosa amplitud de lecturas y quietudes de las nuevas tendencias desde conocimientos y ha sabido ir al poema con la independencia y la originalidad de sus toda la atención. Mucho ha leído, mucho propuestas interartísticas. Coinciden toha buscado, mucho se ha cuestionado a dos estos poetas en el tiempo y, sin dejar sí mismo estos últimos años para llegar a de atesorar una voz propia, han hecho este primer libro. Con claridad se pone suya una inteligente reflexión sobre el del lado de una poesía de búsqueda, sin lenguaje de la poesía y el mundo. Entre olvidar la lección de los grandes del siglo, todos ellos, con todos ellos, Constantino sin desdeñar tampoco lo que podemos Molina Monteagudo comparte inquietud Ritmo | Imaginación y crítica
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existencial, lectura inquisitiva y asombrada de la naturaleza y actitud crítica del poema ante el mundo. DE LA SERVIDUMBRE El pájaro doméstico, en su pequeña celda, nunca conocerá temblor de rama que sostenga el encanto de su trino. Canta, tan orgulloso como acostumbrado, la villanía de renovar su servidumbre. “Non serviam” nos dice en sus poemas Molina Monteagudo. Los poetas albaceteños subrayan esta misma necesidad de liberación de modas, autonomía creativa y sentido crítico en una brillante explosión creativa que será apreciada algún día. El lugar de nuestro poeta en esta descarga poética es central. 3. A STAR IS BORN No es en vano recordar aquí el título de aquella película protagonizada por Judy Garland. Ha nacido una estrella para la poesía en lengua española. En Las ramas del azar Constantino Molina se descubre y se revela ante los ojos extasiados del lector como un poeta delicado, inteligente, Imaginación y crítica | Ritmo
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Percibiendo el compás lúcido, sensual y con todo el futuro por de los pulmones. delante, a sus pies. Atesora su primera publicación los grandes valores que conAjustando latidos con oxígeno. vierten una obra en clásica: espontaneidad, universalidad, verdad. El jurado del PreTomar conciencia de ello mio Adonáis, integrado por Eloy Sánchez para dejar, después, que sea el aire Rosillo, Joaquín Benito de Lucas, Enrique quien te marque su ritmo, García Máiquez, Carmelo Guillén y Julio quien dibuje el poema de este día. Martínez Mesanza, reconoció la altura dejando que la paz y la hondura de una poesía que bebe de descubra un verso nuevo. fuentes atemporales, que es incisiva en su despliegue emocional y que ofrece una Las dimensiones del poema, el alienvoz sólida, prístina en su reflexión sobre to que extiende el verso, la amplitud de el tiempo, las cosas y las pasiones. Sin las cadencias líricas solo tienen un duda, un libro trenzado por la origen: la naturaleza. El verso es pulcritud, un libro que es un hauna extensión de nuestra imagillazgo en el gran circo de la poesía nación, nuestra memoria y nuestra y un libro que recoge el testigo sangre. La procedencia de un verso valiosísimo de poetas como Claues cualquier cosa menos artificial. dio Rodríguez, Francisco Brines, El verso es Se procura ajustar las palabras a José Ángel Valente, José Hierro una extenuna sinceridad biológica, esencial. o el propio Eloy Sánchez Rosillo. sión de nuestra imaginaEl verso es la sombra del hombre Las ramas del azar no deja de ser un ción, nuestra que escribe. Su respiración es el homenaje indirecto a estos poememoria y ancla que siembra las ideas en el tas por su forma de entender la nuestra sanaire incandescente de la Belleza. poesía y las responsabilidades del gre. En esto coincide con Allen Ginspoeta: acompasar su respiración a berg, con Claudio Rodríguez o con la respiración de la realidad. Alfred Tennyson. Disparmente, todos ellos predican la sublime identificación RESPIRACIÓN de poesía y vida, por lo que el poema no es un acto ajeno o desnaturalizado, sino Respirar como el ritmo una prolongación natural de nuestro ser respira en un poema. y nuestro tiempo. Ritmo | Imaginación y crítica
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No es Constantino Molina Monteagudo un escritor dado al espectáculo ni ofrecido a los devenires de la exposición pública. Considera este aspecto como superficial, superfluo. Antes bien, se reserva en la intimidad de su alto oficio, con sabiduría, convirtiendo esta posición en una forma de respeto por el poema y la creación. El lugar del poeta –parece decir en estos tiempos de exhibición ridícula y vanidad– es el recogimiento en las palabras, las ideas, la mirada, el mundo. Ante las distracciones de los eventos literarios, el poeta elige la excitación de la entrega erótica al poema, al libro. Es –como quiso Dylan Thomas– su oficio solitario, su secreto mejor guardado. O, mejor, aún, como en Fernando Pessoa, su manera de estar solo. Y, sin embargo, hay en Constantino Molina una salida hacia el otro y una sólida convicción humana. En esta dirección, el poema no es algo ajeno al mundo, mucho menos una pirueta intelectual o un baile de salón. El poema concilia la necesidad de pronunciarse sobre el hombre inmediato, y sobre las cosas para redescubrirlas en un perfil diferente, restituidas a su verdad original. Así, por ejemplo, en el poema que da título al libro.
LAS RAMAS DEL AZAR Qué bellos se mantienen viviendo sin cuidados, sin podar,
estos almendros que el olvido hay cargado de nuevas ramas. Van creciendo al azar, desatendidas de la mano del hombre. Crecen en el desorden armonioso de la naturaleza, en búsqueda perpetua tras la vida y nunca cesan. Crecen y crecen estas ramas sembradas como están de alados pájaros, y la hoja quiere ser ala que vuela con el aire metido entre sus pliegues, y con él se quiere ir en el otoño. Qué bellos se mantienen estos almendros. Y, sin embargo, qué inquietante saber que la belleza que ahora se les concede es también la condena de entregarse a una vida más efímera.
Es selvática la belleza, no se puede aprehender, no se puede aprender, no se debe dominar, es inasible. Igualmente, la belleza y la inteligencia de sus poemas, que piden ser sostenidos en la palma de la mano, no apresados. Sobre la belleza selvática y virginal escribe nuestro poeta, sobre el vivir sin cuidados, sobre el desorden armonioso de la naturaleza. Recordamos en su voz el desorden maravilloso de las palabras que amaba José Hierro y la lujosa cadencia ética de los poemas horacianos. Imaginación y crítica | Ritmo
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Da la sensación de que el poeta se propone como destino restituir a su origen aquello que la mano del hombre, peligrosa, banal, artificial, ha trastocado. Devolver lo robado a la panteísta capacidad de creación y aventura del mundo. Así ocurre, por ejemplo, en “Estalactitas”. Los fragmentos desgajados ya no son nada y nada significan. “Por no arrojarlas/ al cubo de la basura/ las he enterrado/ en el jardín.” Así también en “El corazón del mármol”, sobre El rapto de Proserpina de Bernini: Este trozo de mármol que ahora observo descansaba en el sueño soterrado de unas colinas próximas a Roma. Ya entonces, muchos siglos antes de que naciera su escultor, en la entraña del monte Plutón y Proserpina se enzarzaban en su lucha incesante. El poeta, el artista, intercede ante la naturaleza para mostrar sus prodigios. De igual forma, en este libro, Constantino Molina Monteagudo intercede ante nosotros para traer a nuestras vidas, con autenticidad, el éxtasis de la contemplación, la crítica de las vulgaridades y la sensualidad de un árbol cuyas ramas se vuelcan sobre nosotros cargadas de azar e inteligencia. Lo dicho: Ha nacido una estrella.
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V Í C T O R
B A L C E T I S
M A T A S
DELOREAN Un hombre al que le gusan las papas fritas, un despachador de gasolina que renuncia para ser un vagabundo, y un vagabundo con el signo de acuario que no tiene piscina coinciden en estas líneas.
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l día en que comenzó el verano no pude comer. Había dormido a ratos. Al final terminé por levantarme. Miré por la ventana y vi al hombre de la gasolinera fumando un pitillo detrás, entre los arbustos. Vi masas gelatinosas de caracoles subiendo por los troncos y babosas estrechándose en las barandillas. Había estado lloviendo y yo no me había dado ni cuenta. Teresa había preparado el desayuno pero no desayunó conmigo. Cuando llegué al salón su taza estaba vacía y su silla caliente. Se había marchado. Bebí mi parte, el café estaba frío. Imaginación y crítica | Ritmo
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La resistencia de los metales puesta en duda con el calor, los árboles otra vez quietos, ya no se pronunciarían hasta el invierno. Yo no tenía trabajo. Salí a la calle en bañador, dispuesto para la piscina. No había encontrado ninguna toalla, pero sí unos calcetines muy cómodos. La gente me miraba. Me fumé un pitillo junto a la gasolinera. El hombre apareció y me dijo que eso estaba prohibido. Pero yo he visto como usted fumaba antes, lo he visto desde la ventana, le dije. ¿Qué ventana?, dijo aterrorizado. Señalé la ventana de mi casa y entonces vi que en el balcón había una anciana que cosía un jersey. La anciana nos saludó desde el
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balcón de mi casa. No tenía noticias de que hubiera más inquilinos en mi piso. Sería mi suegra. Tendría que preguntar a Teresa. Fume un poco más lejos de la gasolinera, dijo el tipo empujándome hacia los arbustos. Los grillos se me subieron y una garrapata, y un perro quiso lamerme. Fume más lejos, dijo el hombre. Casi ya no se veía la gasolinera entre la maleza a la que me vi reducido. Terminé de fumar y apagué el cigarrillo contra la rama de un nogal. Hubo un grito. A lo lejos vi a Teresa. Venía del supermercado con unas bolsas que le colgaban como prótesis y el olor era insoportable. La fábrica había vuelto a descargar. Eso no eran nubes y olía a humedad también, los restos del terremoto habían desaparecido del suelo, las grietas se habían fundido. Ahora se notaban otras cosas en el aire:, partículas polinizantes, abejas en el trabajo mientras Teresa se acercaba con sus bolsas. Hola, me dijo. ¿Has comprado patatas?, le dije. Había sido una mala noche, tenía heridas por todo el cuerpo. Sí he comprado patatas, me dijo ella. Nos habíamos encontrado entre las malas hierbas que se nos pegaban y nos hacían preguntas y dolían. Todos los intentos de los insectos por fecundarnos fueron vanos. Gracias por las patatas, pude decirle. Ella pasó de largo. Nunca pretendí ayudarla con las bolsas y ella me miró con cara de detonación antes de desaparecer por la puerta. Ya me dirás quién es esa an-
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ciana que cose en nuestro balcón, le grité, darme un baño, gritó el hombre de la pero ella ya había entrado en el edificio. gasolinera. Se había puesto melancólico. Encendí un pitillo. Por favor, gritó el A lo lejos sonaba el claxon de los coches hombre de la gasolinera, fume más lejos. de la gasolinera. Había sido abandonada. Más lejos de qué, le dije. Simplemente Increpé a ese hombre destruido: tiene que más lejos, me gritó. Me aparté, el bosque regresar al trabajo, el país no va bien con creció. Encontré preservativos y botellas gente como usted. rotas espumeantes como pequeños mares. ¿Y usted a qué se dedica?, me preguntó Había lagos. Junto a los desperdicios vi a él. Yo soy vagabundo, como mi amigo, dije. un vagabundo que se levantó y se presentó. Mi amigo levantó la botella de mezcal que Soy acuario y esta es mi casa, bienvenido, sabía a barniz. Estaba borracho. Sin emme dijo. Veo que tiene un bañador, bargo, usted es un vagabundo con dijo, sin embargo yo no tengo piscicasa, notó el borracho, no es lo na, pero creo en Dios. Justo lo que mismo, eso lo cambia todo. Bueno, necesito, le dije, una conversación no tanto, dije: Suelo perderme teológica. Nos sentamos. A juzgar cuando camino por el pasillo y por su aspecto, me dijo, usted es entonces ya no sé dónde estoy y a ateo. Me gustan las patatas fritas, Yo también veces cuando voy a desayunar hay le dije. Me encanta la gente que quiero ser tres tazas en la mesa y no sé quién habla metafóricamente, dijo. Nos vagabundo, es el tercer inquilino ni con quién estrechamos la mano y comparti- dijo, aquí vivo ni a quién amo. mos una botella de Mezcal. uno puede Hace tres meses que duermo A veces yo levantaba la vista y fumar lisolo, sentencié. ¿Y la mujer que miraba hacia mi casa. En la ven- bremente y hay en la ventana?, preguntó el tana, de vez en cuando, aparecía cuando quievagabundo. Teresa colgaba la ropa, la cabeza de Teresa. De la anciana re llevaba minifalda, todas las cosas ni rastro. Hubo un movimiento le entraban y nada parecía intide arbustos y apareció el hombre de la midarla. La verdad es que no la conozco gasolinera. ¿Puedo acompañaros?, dijo. muy bien; ella miente, dije. ¿Por eso es Se sentó. Nos miramos los tres. Esa es usted ateo?, dijo el vagabundo. Sí, pero me mi casa, dije señalando hacia las ventanas gusta ir a la iglesia, dije. Yo, cuando era que había al fondo. ¿No piensa regresar joven, dijo el vagabundo, dormía en las nunca allí?, dijo el vagabundo. Pensabibliotecas. Entonces tenía intereses, me ba ir a la piscina, dije. Ojalá yo pudiera gustaban los faraones, Egipto, la manera Imaginación y crítica | Ritmo
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en la que murió Cleopatra. ¿Y ahora?, pregunté. Ahora sé demasiado, dijo inclinándose y cerrando los ojos y abriendo un brik de vino. ¿Me da un poco?, dijo el hombre de la gasolinera. ¿Quiere hacer el favor de volver al trabajo?, le dije. He dimitido, dijo. ¿Por qué?, pregunté. Yo también quiero ser vagabundo, dijo, aquí uno puede fumar libremente y cuando quiere, allí no, los coches lujosos acaban con la vida de cualquiera, tragan, tragan todo el tiempo y no hay propinas, así que he dimitido, y además, dijo, no sé por qué me habla usted de volver, su mujer lo está esperando en la ventana. Se llama Teresa, dije, nos conocimos un buen día en el metro. ¿De qué ciudad?, dijo el vagabundo. Eso no importa. Oiga, dijo el vagabundo abriendo los ojos, desde que existen las ciudades existe el amor, ¿no lo ha pensado nunca? Pues no, contesté. El amor está en las ciudades, no en nuestros corazones. Es importante saber en qué ciudad ocurrió eso. Pues vaya, dije, ahora entiendo muchas cosas. Beba un poco, anda, me pasó el brik. ¿Yo no puedo beber?, preguntó el hombre de la gasolinera. Sí, claro, por qué no. Pero no le pasamos el brik. Eso lo deprimió. Oiga, le dije al vagabundo. Qué. ¿La felicidad también está en las ciudades?, pregunté. Sin duda, dijo él. En las gasolineras no, sin embargo, dijo el otro. Me dirigí a él: usted no aporta nada a esta conversación. Ritmo | Imaginación y crítica
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Eso le dolió, pero no terminé: usted no ha aportado nada a este mundo desde que nació, ni siquiera antes de nacer, nadie de su familia ha aportado nada, ni las mascotas de su familia, ni sus posesiones ni sus gestos, nula aportación de su estirpe, ¿no se da cuenta? Quiso pegarme, se levantó, hizo el gesto. El vagabundo lo detuvo entregándole el brik. Sí que he aportado algo, dijo el hombre bebiendo del abrevadero. Pues hable, dije. Yo solía donar sangre y plasma y a veces esperma, dijo, pero ahora soy demasiado delgado para eso. Bueno, algo es algo, perdóneme, dije, y le puse la mano en la espalda. ¿Qué hay de su mujer?, dijo el vagabundo, ¿aún la ama? Me quedé pensativo. Ahora mismo los amo más a ustedes, dije. ¿Y eso cuánto va a durar?, preguntó el vagabundo. Sí, dijo el otro, cuánto va a durar, ¿Ya piensa en abandonarnos? Sea claro, por favor.
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Miré hacia mi casa. Ya no había nadie en la ventana y allí, desde el bosque, empecé a echar de menos la proliferación de puertas y ventanas, el cemento armado, los asuntos de la burocracia. Sí, tenéis razón, concluí, esto no va a durar mucho, pero podemos disfrutarlo mientras dura si no nos pasamos todo el rato hablando de lo poco que va a durar esto, ¿no creen?, dije. Yo no puedo dejar de pensar en que usted nos abandonará, dijo el hombre de la gasolinera. Se había acabado el brik. Lo tiró contra el suelo, enfurecido, se levantó y me miró con odio. Usted juega con nosotros, dijo señalándome. Por favor, dijo el vagabundo, cálmese, tome otro brik. Se lo entregó y empezó un discurso sacado de sus visitas a las bibliotecas: Hay que aceptar que nada dura; he aquí un hombre con bañador que buscaba una piscina, ¿lo ve?, dijo señalándome. El
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tipo de la gasolinera asintió. Este hombre no nos buscaba a nosotros, buscaba una piscina y la templada observación de los bikinis ajustados de las adolescentes, eso buscaba este hombre. Estoy de acuerdo, dije. Eso buscaba, dijo el vagabundo, y sin embargo por un designio extraño, ajeno a las leyes y las reglas que nuestro filósofos han dispuesto, este hombre no ha ido a la piscina, sino que nos ha encontrado a nosotros. Pues sí, dije. Y como no nos buscaba a nosotros es sabido que tarde o temprano nos abandonará, dijo. Eso es irrefutable, dije. Yo no sé si estoy preparado para soportarlo, dijo el vagabundo. Pues yo tampoco puedo con ese peso, dijo el hombre de la gasolinera. Le acaricié el brazo. En efecto, me voy, dije. No se martiricen, añadí dirigiéndome a los dos, vendrán otros mejores, se lo garantizo. Me levanté y quise despedirme. Ellos giraron la cabeza. No podían con tanto dolor y se negaron a saludarme. Preferí marcharme sin decir nada. Miré hacia la ventana de mi casa. Había una sombra. Di un paso hacia allí. Pero luego, cambiando de golpe mi movimiento, me giré y seguí caminando con mi bañador en busca de lo que realmente quería: la piscina y sus posesiones acuáticas, las siestas en la hierba y las brisas lentas que uno respira porque son suaves y no duelen cuando entran por la nariz.
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PERIÓDICOS y políticos Breves ensayos de un escritor y periodista que escribe de otro escritor y periodista; además está el mundo y su realidad apabullante en donde la palabra es un arma para hacerle frente.
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a noticia de la muerte de David Carr corrió como la pólvora entre quienes ya lo admirábamos antes de descubrir su talento para la autoironía en Page One, la estupenda película sobre el New York Times que al propio diario le pareció demasiado complaciente. David Carr conocía la calle porque padeció alguno de sus más crudos filos, y cuando se convirtió en cronista de la vida y miserias de la prensa demostró que no se casaba con nadie, que no se engañaba acerca de sí mismo, de la empresa para la que trabajaba, de la naturaleza de su profesión. Le gustaba hacer preguntas.
Le gustaba comprobar sus historias antes de darlas a la imprenta. Todos los años solemos proyectar Page One en el Máster de ABC para solaz y aprendizaje de nuestros alumnos. Pedro Rodríguez, ex compañero en Estados Unidos con ABC, ahora profesor del Máster, me llamó esta tarde para proponerme que adelantáramos la cita. La pasaremos el lunes como nuestro particular homenaje a Carr. Y luego la práctica consistirá en escribir un obituario sobre David Carr. El del propio Pedro se publicará mañana. La que fuera su jefa en el todavía admirable diario, Jill Abramson, pronunció Imaginación y crítica | Ritmo
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el jueves una conferencia en la Fundación Rafael del Pino, dentro de un ciclo llamado Conversaciones con, organizado por la Universidad de Navarra. La expectación era muy alta. El auditorio estaba lleno hasta la bandera. No dijo nada nuevo, nada que no supiéramos, pero reafirmó nuestra fe en el periodismo. Dijo algo fácil de enunciar, pero no tan sencillo de aplicar. Algo en lo que muchos directores y altos ejecutivos de prensa parecen estar de acuerdo, pero que luego no se traduce en lo que solemos leer en nuestros periódicos. Por ejemplo, que nuestro futuro reside sobre todo en la calidad, en la diferenciación, en las buenas historias, bien escritas, bien trabajadas, que hablen de lo que interesa y concierne a la gente. A última hora, Abramson canceló las entrevistas que tenía concertadas en Madrid. También la que le iba a hacer mi compañera Inés Martín Rodrigo. Fue una lástima. Seguro que le hubiera sacado más de un buen titular. Seguro que le habría preguntado lo que no le pude preguntar en la Fundación Rafael del Pino: si echaba de menos su pupitre en el Times, y, una vez más, de qué naturaleza eran las discrepancias con su editor, Arthur Sulzberger Jr., que llevaron a su despido en mayo del año pasado. Mi amigo Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en Washington, tuvo más suerte. La entrevistó antes de que volara a Madrid. Hoy la publicó. El título Ritmo | Imaginación y crítica
(en papel) no tiene desperdicio: «Estamos obsesionados con el clic». (Aunque en la versión web también tenía un título digno de ser atendido: «Lo único que tiene un medio es su credibilidad. Cuesta mucho crearla y es fácil destruirla»). Fue una idea que desarrolló en su conferencia, pero se concreta limpiamente en la entrevista de Pablo: «Lo importante es que el periodismo de calidad sobreviva. No importa si es en la forma de un periódico o lo que sea. La clave es cuánto periodismo de calidad va a haber en un mundo obsesionado por los clics». Es decir, por la cantidad, no por la calidad. Es decir, por el tráfico, no
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por las ideas. Es decir, por la curva, no por la verdad. Ah, en la misma entrevista, Jill Abramson dice algo que también da qué pensar: «Otra cosa que también me pasa es que recuerdo mejor lo que he leído en papel». Vida 1 Todos los grandes partidos políticos españoles están en crisis. Ninguno se salva. La gente no cree en sus dirigentes. Desconfía. Todos sus líderes suspenden en las encuestas. Se ha roto la confianza del público en sus élites. Se lo han ganado a pulso. Han mentido con descaro, contumacia y alevosía. Han arrimado con toda desfachatez el ascua a su sardina. Se han aprovechado de su situación de privilegio. Han sido feroces con los vicios de los otros,
y amables con los propios. Se han ensañado con los adversarios, y han buscado todas las excusas posibles para justificar lo injustificable cuando concernía a sus conmilitones. Hasta que los periódicos, la justicia, la realidad, les ha obligado, a regañadientes, a trancas y barrancas, a veces nunca, a rectificar. ¿Y los periódicos? Todos los grandes periódicos españoles están en crisis. Ninguno se salva. Llevamos años retorciendo las cifras de la OJD (Oficina de Justificación de la Difusión) para que siempre favorezcan a la cabecera que nos paga. Los otros siempre bajan, nosotros siempre subimos. Ahora que arrastramos un larguísimo tren de números rojos, porque mes tras mes los periódicos no dejamos de bajar en nuestras ventas, apenas hablamos de ello. Preferimos centrarnos en la web,
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en los clics: ahí no dejamos de crecer, ahí no dejamos de mejorar. El problema es que a pesar de los muchos (millonarios) clics las cuentas no salen. Porque la publicidad ya no es lo que era, no cubre los costes que solía. Y la venta de los ejemplares de papel no cesa de decrecer. ¿Por qué? Tal vez porque nos hemos dedicado, como suicidas, a regalar en internet lo que vendíamos en el quiosco. Como pésimos maestros, hemos acostumbrado a los lectores a la idea de que la información es gratis. Y con demasiada frecuencia pu- Marx es la blicamos historias banales, irre- forma más levantes, con su pizca de sexo, de reciente de morbo, porque generan muchos este sueño pinchazos. Lo sabemos. Funciona así. Forma parte de nuestra esquizofrenia. No queremos hacerlo, pero no nos queda
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más remedio. Cuando tengamos millones de pinchazos nos podremos dedicar a hacer verdadero periodismo de calidad. «Estamos obsesionados con el clic». Cuando se hacen encuestas, también los periodistas, los periódicos, no salimos bien librados. Mucha gente, muchos lectores (salvo los entregados, los fans, los hooligans, que quieren que el periódico confirme sus prejuicios, lo que ya saben, lo que piensan) han dejado de confiar en nosotros porque perciben que no somos ecuánimes, que nos puede nuestra querencia ideológica, no la búsqueda de la verdad. Y porque demasiado a menudo somos implacables con los pecados de los adversarios y comprensivos con los pecadillos de los afines. Porque somos vistos como aliados del poder, de algún poder: político, económico, religioso... Y porque nos hemos vuelto demasiado previsibles, poco fiables, aburridos. Y porque hemos dejado de cultivar la excelencia, venga de donde venga. Y nos hemos entregado a la pobre política, a la de declaraciones: sin pararnos a comprobar si lo que dice el tunante de turno es una majadería, si miente como un bellaco, si miente a sabiendas. Una forma muy triste de fomentar el cinismo. Nos mienten, nos mentimos. Y así tratamos la realidad, siempre tan molesta, según la bandería: Depende de si quien lo dice es
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amigo o enemigo, afín o de la otra orilla. De si nos satisface o nos incomoda. De si nos confirma nuestras sospechas o nos deja en entredicho. Vida 2 Es viernes. Ya no queda luz. Se termina la semana. En la repisa donde los compañeros del Cultural dejan los libros repetidos, o que no van a comentar por falta de espacio, encuentro una joya, uno de esos libros que valen una vida, que merecen una portada, un perfil, un ensayo, una Tercera de ABC: Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social, de Simone Weil, que acaba de publicar la editorial Trotta. Lo abro al azar, y leo: «Nada en el mundo, sin embargo, puede impedir al hombre sentir que ha nacido para la libertad. Jamás, suceda lo que suceda, puede aceptar la servidumbre; porque piensa. Jamás ha dejado de soñar una libertad sin límites, bien como felicidad pasada, de la que se habría visto privado por un castigo, bien como felicidad futura, debida a una suerte de pacto con una providencia misteriosa. El comunismo imaginado por Marx es la forma más reciente de este sueño; un sueño que, como todos los sueños, siempre ha resultado vano y, si ha podido consolar, lo ha hecho como el opio; es hora de renunciar a soñar la libertad y decidirse a concebirla».
Vida 3 El miércoles cortaron los álamos que se veían desde la ventana de la redacción. Estaban sanos, como la sierra eléctrica pudo comprobar. La muerte les llegó temprano. Por decreto ineluctable. Por designios que no conozco. Servían de amable biombo entre nuestros ojos y la carretera de Barcelona, entre la redacción y la velocidad de la autopista. Era una pequeña celosía, ramas como manos que el viento mecía. Eran el mejor diapasón de las estaciones. Bastaba con asomarse para darse cuenta de en qué momento del año nos encontrábamos. Ya no forman parte de este mundo. Es una lástima. Les dije adiós, como ahora se lo digo a David Carr. Tristeza não tem fim.
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CAMINOS LITERARIOS
de ida y vuelta (flujo, tradición e innovación en las literaturas de España e Hispanoamérica)
Javier Lorenzo Candel ensaya acerca de la relación estrecha entre el pensamiento y la literatura española y latinoamericana. La influencia es un diálogo en tanto que ambas regiones se nutren entre sí.
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ace unos años, concluimos un curso de verano en la Universidad Complutense de Madrid dedicado a lo que podríamos llamar un “flujo intelectual” entre España y América Latina, donde analizamos con detalle cómo las grandes figuras de la literatura española tomaron la determinación, en algunos casos huyendo de la guerra civil y el posterior régimen franquista, de desarrollar una obra muy fecunda en territorios como los mexicanos o argentinos, países que optaron por servir de acogida para nuestros intelectuales. Ritmo | Imaginación y crítica
La revisión de la literatura española en el exilio concluía con un buen número de propuestas que marcaron la obra de aquellos escritores y que, con el tiempo, han sido determinantes para entender el desarrollo de la literatura española desarrollado durante el pasado siglo. Esta paradoja, auspiciada por los propios acontecimientos históricos, evidencia que los países latinoamericanos constituían un espacio que ha dado lugar a ubicarlos en la tradición literaria reciente de España. Es normal pensar que la lengua, entre otras razones poderosas, suponía un ele-
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Torné, 1997 mento fundamental para ese desarrollo, así como la naturaleza hospitalaria de los países de acogida, una política propiciatoria para establecer vínculos entre los exilados y la acogida. Casos emblemáticos como los de Cernuda o Alberti, Ayala, Rosa Chacel o Max Aub han situado a la literatura en el exilio como uno de los exponentes más destacables de los procesos creativos durante los años del franquismo hasta los que se ha dado en llamar “transición política” hacia la democracia. Una obra, una vida, que, en la mayoría de los casos, dejó una huella indeleble, no solo en la tradición literaria española, sino también en los propios países de acogida. Recuerdo de qué manera casos tan singulares como los del poeta Vallejo u Octavio Paz activaron procesos de creación literaria en España que dieron lugar a una revisión de los viejos modelos en pos de los nuevos vientos que llegaban a la península.
Desde esta perspectiva, no es difícil pensar que, con el paso de los años, las nuevas generaciones de intelectuales asumieran los procesos de ese viaje de ida y vuelta como una necesidad vital que daba entidad definitiva a su escritura. De ahí que, durante la gestación de movimientos literarios como la generación del 50 español, buena parte de su difusión se produjera entre los países hispanoamericanos, receptivos sin lugar a duda a los nuevos movimientos intelectuales. Otro tanto tuvo que ver lo que se ha dado en llamar “guerra fría” que inoculó en las sociedades, por un lado, una necesidad de instauración de las conductas culturales americanas y, de otro, una lucha a cuartel por proclamar una cultura comunista enfrentada a la anterior. Lucha que activo de manera importante a los movimientos intelectuales en el exilio, pero quizá esto sea otro asunto. Imaginación y crítica | Ritmo
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De igual manera, el flujo se construía modo, llega a nuestros días con movitambién de manera inversa. Chile, Armientos representativos de las nuevas gentina, México, Cuba, Perú, estaban generaciones que, sin duda, heredan sedimentando movimientos literarios que la contribución intelectual de aquellos luego acabarían desarrollando puentes primeros representantes para, acercar entre las países y la madre patria, con una procesos de escritura que nacen desde su afinidad sanguínea que bombeapropia idiosincrasia, donde queda ba afinidades de orden natural. claro que la creación de continentes Algunos de los más destacados tiene un elemento fundamental representantes de boom estableque los identifica: la tradición y la cieron ese camino necesario que, necesidad de innovación. aunque pasando por París, acabaDesde la misma lengua, con ese El complejo ba inexorablemente en Barcelona poso de tradición al que aludía, con espacio o Madrid, donde desarrollaron su la posibilidad que brinda el desaeditorial obra más representativa. También rrollo de las nuevas tecnologías, la que abría sus el movimiento del boom propi- puertas al boom literatura de ida y vuelta se proclaera también hijo cio que los escritores españoles ma como un elemento destacadísimo de esta relación activaran sus procesos creativos en ambos continentes. España y necesaria ante la invasión de estos escritores México, y también Argentina, ementre España e que, entre otras cosas, sentaron piezan a volver a vivir experiencias Hispanolas bases de la profesionalización. américa. muy interesantes que, Cernuda o El complejo espacio editorial Paz mediantes, agilizan campos de que abría sus puertas al boom era también escritura muy similares en su conjunto, hijo de esta relación necesaria entre Espacon espacios abiertos donde se ven claraña e Hispanoamérica, lo que contribuyó mente voluntades muy similares, preocua desarrollar carreras literarias al mispaciones afines, estrategias iguales para mo tiempo con la separación geográfica encontrar puntos de vista muy parecidos. implícita en este asunto. No es necesario La literatura mexicana reciente, hablo recordar que la primera edición de “Cien de casos como los de José Emilio Pacheco, años de soledad” fue impresa por la ediEduardo Lizalde, Alí Calderón o Javier torial Sudamericana, regentada por un Gutiérrez Lozano, constituye el desarroespañol en Argentina. llo de la cultura mexicana, trufada con Todo este asunto que empieza a ser asuntos anglosajones que la redefinen, una tradición, como no podía ser de otro un desarrollo que está amparado, no solo Ritmo | Imaginación y crítica
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por su país, sino también por la actividad literaria de España. Hace un tiempo se ha venido gestando este proceso de asimilación de ambas culturas donde, de manera notoria, la empresa editorial se ha ido haciendo eco de la creación de poetas de ambos continentes para situarlas en el centro de sus países de origen, pero también en el centro de los de acogida. Un claro espacio editorial que, de la mano de grandes editoriales como Visor, han apostado por la difusión de la obra de poetas hispanoamericanos (Gelman, Benedetti, José Emilio Pacheco, Óscar Hahn, Claribel Alegría, Gioconda Belli, etc.), o las nuevas empresas que, como es el caso de Vaso Roto o Valparaíso, han abierto su catálogo con una clarísima contribución para propiciar los flujos creativos de los dos mundos. Este segundo boom ha servido para poner de manifiesto la trayectoria que han seguido muchos de los escritores hispanoamericanos, contribuyendo a dotar de empuje necesario sus literaturas en España, así como abriendo nuevos caminos a los de vuelta, activando la integración de nuevas voces en el panorama de la literatura hispanoamericana. Los casos emblemáticos de Luis García Montero o el cantautor Joaquín Sabina, han hecho que pensemos que los nuevos tiempos de la lírica pasaban, necesariamente, por una adecuación de
las culturas que se mueven desde la misma lengua. Así, hemos empezado a vivir un proceso de globalización literaria que ha sido tremendamente positivo para ampliar el ámbito de la tradición y para marcar los caminos del desarrollo posterior de la literatura de los dos continentes, sobre todo en lo que respecta a los jóvenes creadores. Los flujos también han servido para compartir intereses que movían el fondo referencial de la poesía, la integración de la lírica última anglosajona, por poner un ejemplo, o la centroeuropea, con los movimientos surgido después de Auschwitz, o el flujo necesario de la literatura mediterránea en países tan alejados como México
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o Argentina. Estos flujos que nacen de la toma de contacto de los poetas o escritores del viejo continente para ser trasladados rápidamente a la producción literaria de Hispanoamérica. Es, desde este punto de vista, necesaria cualquier revisión de la última literatura teniendo en cuenta antecedentes históricos como a los que hacía referencia, pero también destacando por encima de cualquier otra circunstancia, un acercamiento piel con piel, una integración total de las cul-
turas, un puente necesario que, bien por la puesta en marcha de los nuevos asuntos de la tecnología, bien por un interés más analógico, ha puesto de manifiesto que existe un bloque común de interrelación intelectual que ha dado y, posiblemente, dará nuevos flujos de asimilación de sus respectivas literaturas. El camino de las últimas generaciones ha quedado abierto ya, esperemos que el tiempo, las obras mayores o menores, los procesos intelectuales nos den la razón.
Torné, 2011 Ritmo | Imaginación y crítica
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M I C R O R R E L A T O
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F E D E R I C O
V O L P I N I
DEL GUSTO DE
la naturaleza por los héroes Una selección de piezas breves de este escritor y guionista español nacido en Colombia; autor de La noche de los lobos y el Enigma del caballero en el espejo.
H
arid ha muerto. Ha sido ajusticiado. El eterno rebelde ha rendido ante Alá el último suspiro. Su cuerpo, pisoteado y roto, se consume en la pira. Más tarde, encerrarán sus restos en una urna de plata y ésta será enterrada, de modo que la semilla de Jafasarún no fructifique. Para espanto de todos, en el momento de recoger las cenizas sopla el viento. SOLA EN CASA La tormenta se desató, aterradora, de improviso. Un temporal que impedía ver a un palmo de distancia. Ni tan siquiera los propios pies. Y Andrea, con la pala en la
mano, comprendió que era inútil tratar de abrirse camino por la nieve desde la puerta de la casa al coche. Apenas cinco metros. Así que dio la vuelta. Realmente no se veía nada. Tropezó. El mango de la pala le golpeó la barbilla con violencia. La pala cayó al suelo. Andrea, a cuatro patas, la buscó tanteando con las manos. La nieve se le metía en los ojos y tenía las puntas de los dedos heladas. Desistió de buscar la pala y se puso en pie. Dio seis o siete pasos. ¡Qué estupidez!: ahora tampoco encontraba la puerta. Debía haberse confundido de dirección. Buscó, con los brazos extendidos. Tropezó nuevamente. Se levantó. Giró sobre sí misma.
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El temporal duró hasta media tarde. Muchas personas quedaron atrapadas en coches y autobuses. Bomberos, policía, servicios de protección civil no daban abasto a ateder las llamadas: congelaciones, roturas, accidentes, personas desaparecidas. Ese año el invierno fue muy frío. El muñeco de nieve frente al porche de Andrea no empezó a disolverse, en un hilo de agua que entraba por debajo de su puerta, hasta pasado marzo. CERTEZA A MEDIAS Tengo la sensación, al mirarme al espejo, de que el del otro lado es el real. De que la habitación en la que creo estar es tan sólo un reflejo. De que todo sucede traspasado el cristal Cuando suena el teléfono y él responde también, me invade el miedo. QUIÉN DE NOSOTROS —¿Qué es lo que se te hace insoportable? — No ser. O, mejor dicho: acabar en no ser. —¿Y quién eres? Si me dieras tu cuerpo y yo te diera el mío. ¿Cuál de los dos serías? —¿Quieres decir, si «yo» entrara en tu cuerpo...? —Eso es. Y yo en el tuyo. —En ese caso, tú serías tú, con mi cuerRitmo | Imaginación y crítica
po; y yo seguiría siendo yo, aunque con el tuyo. —Luego el cuerpo no es lo que tú eres. Lo que tú eres más bien es lo que piensas... —Eso digo. —Pero yo pienso, también. —Sí; pero con tu pensamiento no sabría que soy yo. —Quieres decir, entonces, que lo que tú llamas “tú” no es sino tu memoria. —Es posible que eso quiera decir. —Si yo tuviera todos tus recuerdos y tú todos los míos, ¿quién de los dos serías tú? —Sería el que tuviera mis recuerdos y pudiera reconocerme en ellos, sí. —Entonces, si yo te quitara tus recuerdos, ¿morirías? Velo de esta manera. Si te dieses un golpe en la cabeza y ya no recordases nada, ¿te parece que en ese caso habrías muerto? —¿Si me quedase sin recuerdos? —Sí; pero para siempre. Sin remedio. ¿Te parecería eso tan terrible como morir? —No. Empezaría una nueva existencia. Volvería a vivir. No me parece tan definitivo. —¿Qué te asusta entonces de la muerte? NAUFR AGAÑOS Sopla el viento y apaga las velas de los barcos. Es el mar que viene a felicitarte. La tempestad del Tiempo.
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Nos lleva. Nos empuja contra los arrecifes, donde la piel se frota hasta la llaga. Nos arrastra. Nos abandona después a la deriva. Los años son las olas. Acaban por varar nuestro cuerpo en la arena, comido por los peces y las preocupaciones. Allí, la multitud se arremolina. Caracoles trepan por los cabellos en un bosque de anémonas floridas. Textura de cartón en los jirones donde el sol ha bebido el agua de la ropa. Sal. Sal. Sal. Minerales los ojos y las manos. Mineral la expresión: hoy hizo un día El de tu cumpleaños.
Noche en conil, 2005
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PIECE OF ME:
comentario del texto La joven escritora observa y escribe acerca de Britney Spears, ícono de la moda pop de la década pasada, con una mirada de admiración u “otra cosa”. (You want a piece of me.) n febrero de 2007 esta era la imagen de la decadencia: con el pelo rapado y la mirada psicótica, una teniente O’Neil desquiciada, Britney daba la vuelta al mundo con la instantánea que mejor resumía su caída en desgracia. (I’m miss American Dream since I was seventeen.) Su cráneo baldío no evidenciaba un simple corte de pelo; mostraba una ausencia simbólica. La reina del pop se había amputado las trenzas de colegiala que luciera en Baby one more time, cuando tenía 18 años y el sueño de llegar virgen al matrimonio. (I’m Mrs. Lifestyles of the rich and famous.) Pero los sueños se actualizan con
E
Ritmo | Imaginación y crítica
rapidez. Las modas cambian: el ceñidísimo traje de licra roja que inmortalizó en Oops I did it again nos parecía sexy en el 2000; la referencia intertextual a Titanic, apropiada. Todos queríamos ser Britney; todos nos queríamos follar a Britney. Sobre todo cuando lucía débil, heart-broken, lánguida: de paseo por un muelle sureño, con su maravillosa melena cobriza ondeando al viento en Sometimes; o años más tarde, cuando ya se encaminaba a la debacle y mandaba señales de alerta con aquel videoclip sobre un suicidio en la bañera de Everytime.
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alimentarlos hasta principios de 2008. Fue entonces cuando la controversia sobre Había olvidado esta última canción que su salud mental saltó de las revistas a los tanto nos hizo llorar en el instituto hasta tribunales y le retiraron la custodia de que Spring Breakers la trajo de vuelta al presus hijos tras haberse hecho público que sente. En la mejor escena de la película, acostumbraba a colocarse mientras los las tres narco-adolescentes, ataviadas con cuidaba. (Guess I can’t see no harm in working pasamontañas rosas y rifles de asalto, se and being a mamma.) La internaron bajo viacercan a un piano de cola blanco que se gilancia psiquiátrica a principios de año recorta contra el atardecer anaranjado de y muchos afirmaron que aquel era su fin: la costa. “Play something fucking inspiAmérica había vuelto a malograr a un niño ring”, le piden a James Franco, a prodigio antes de que cumpliera lo que él contesta: “I’m sure you all la treintena. (I’m Mrs. “You want a know about a pop singer na med piece of me?”.) Pero por fortuna, se Miss Britney Spears, one of the equivocaban. greatest singers of all times, and En diciembre de 2008, Britan angel if there ever was one on ney sacó Circus: testimonio del desthis earth.” El kitsch delirante, fes- Todos quecenso a los infiernos, prueba de tivo y autoconsciente de la escena ríamos ser vida. tiene mucho que ver con la propia Britney; to figura de Britney, cuya evolución a dos nos que(Now are you sure you want a piece of me?) lo largo de los años ha consistido ríamos follar en deconstruirse a sí misma, en a Britney. En las redes sociales comenzó a desmontar el producto con altas circular un meme que decía lo sidosis de ironía. (I’m miss bad media guiente: Si Britney fue capaz de karma, another day, another drama.) Ejemplo de sobrevivir al 2007, yo podré sobrevivir ello es la canción Piece of me que se convirtió al día de hoy. en la banda sonora de aquel 2007 de acoso mediático y decadencia. Sobre un ruido de (You want a piece of me.) tijeras que se abren y se cierran, Britney atacaba a los paparazzis que la seguían Varios locutores de radio quedaron en ridídía y noche como animales hambrientos culo al no ser capaces de descifrar el juego al acecho del siguiente escándalo. (I’m Mrs. de palabras que proponía el segundo senOh my God that Britney’s shameless!) No dejó de cillo del disco: If you seek Amy. (F.U.C.K. me).
(You want a piece of me.)
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(You want a piece of me.)
(You want a piece of me.)
También por aquellas fechas, un lúcido amigo me recomendó que archivara la última de mis novelas, en la que citaba los siguientes versos de la canción de que dio nombre al disco: there’s only two types of people in the world, the ones that entertain and the ones that observe. (You want a piece of me.)
(You want a piece of me.)
En 2012 llegué al concierto de en Donosti dentro de un coche en el que sonaba a todo volumen Scream and shout. Me gustan los contrastes. Además, llevaba meses fascinada por el hecho de que, en esta canción tardía, Britney se hiciera un guiño a sí misma, a la Britney del 2007, a la Britney de la locura, insertando un “copia y pega” de la famosa línea “It’s Britney, bitch!”, aparecida originalmente en el tema Gimme More del disc Blackout.
A veces, cuando me siento nostálgica, escucho Baby One More Time y, valga la redundancia, vuelvo a ser una niña. Tengo 11 años, estoy enamorada del futbolista Julen Guerrero, los pantalones de chándal son marca de estilo y hay algo en la admiración que me inspiran las piernas contorneadas de la cantante que tal vez no sea admiración, sino otra cosa. (You want a piece of me.)
Ritmo | Imaginación y crítica
En una cena del máster de teoría que cursaba por entonces, perdí los papeles y comencé a reivindicar a mi musa como exponente máximo de la intertextualidad, la autorreferencialidad, la metamúsica y el arte.
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K E S H A V A
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EN UN LIBRO EXILIADO DE FEDERICO GARCÍA LORCA,
“la nostalgia terrible de una vida perdida” Un libro es también un cuaderno de recuerdos que dice algo de aquellos momentos en que lo leímos; quizá algunas gotas de café o algunas marcas cuenten una historia. Imaginación y crítica | Ritmo
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A mi madre, “ fuego del que soy chispa”.
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urante la Guerra Civil, en la que se enfrentaron republicanos y nacionalistas, España se vio inmersa en una escisión que perdura hasta hoy en día. Las familias se encontraron enfrentadas: el sobrino fascista amagó con su rifle al tío republicano, por rojo, por demócrata. Estirpes rotas, acribilladas entre sí. Por ello, a partir de 1936, miles de españoles comenzaron a abandonar la península, los niños, los primeros. De inicio se creía que sólo por un tiempo, unos meses quizás. “Nos veremos pronto, regresáis en verano”, les prometían sus madres, limpiándoles el Ritmo | Imaginación y crítica
rostro y las lágrimas con pañuelos de tela al momento de abordar el barco, la mayoría nunca volvió. Después se les sumaron intelectuales, ingenieros, profesores, arquitectos, artistas, científicos, junto con sus devociones y libros. En la búsqueda por la libertad, muchos de los españoles desarraigados que llegaron a México se quedaron para siempre, se volvieron “mejicanos” y, con el pasar de los años, apoyados en algún bastón de madera, siguieron pronunciando perfectamente la “S”, la “C” y la “Z” por las calles de Veracruz. Este breve texto habla de un libro de Federico García Lorca, Poesía, teatro y artículos, editado por el extinto Círculo de lectores, que sufrió un proceso similar: dejó España huyendo del fascismo para quedarse a “vivir” en México. Y aún repatriado, siguiendo con la metáfora, mantuvo ocultos y vivos los afectos y esperanzas que trajo consigo desde Barcelona, en 1972, descubiertos cuarenta años después entre las marcas que dejó su primer lector, palabras clave que develan una ingente nostalgia por la madre patria y por un amor irresuelto, ambos mimetizados en cuatro poemas de García Lorca: “Lluvia”, “Si mis manos pudieran deshojar”, “Alba” y “Tarde”. De las páginas veteranas de este libro exiliado, a continuación se presentan estos poemas, por razones de espacio –ustedes disculparán–, de manera fragmentada.
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Lluvia
Enero de 1919 (Granada) […] La nostalgia terrible de una vida perdida, el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de una mañana imposible con la inquietud cercana del color de la carne. El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en tristeza al contemplar las gotas muertas en los cristales. Y son las gotas: ojos de infinito que miran al infinito blanco que les sirvió de madre. […] Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa irrealizable, tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarle. Si mis manos pudieran deshojar 10 de Noviembre de 1919 (Granada) […] Yo pronuncio tu nombre, en esta noche oscura, y tu nombre me suena más lejano que todas las estrellas y más doliente que la mansa lluvia. ¿Te querré como entonces alguna vez? ¿Qué culpa tiene mi corazón?
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Si la niebla se esfuma, ¿qué otra pasión me espera? Será tranquila y pura ¡¡Si mis dedos pudieran deshojar a la luna!!
Alba
Abril de 1919 (Granada) Mi corazón oprimido siente junto a la alborada el dolor de sus amores y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva semilleros de nostalgias y la tristeza sin ojos de la médula del alma. […] ¿Por qué te perdí por siempre en aquella tarde clara? Hoy mi pecho está reseco como una estrella apagada.
Tarde
Noviembre de 1919 […] Y me duele la carne del corazón y la carne del alma. Y al hablar se quedan mis palabras en el aire como corchos sobre agua. Solo por tus ojos sufro yo este mal, tristezas de antaño y las que vendrán. Tarde lluviosa en gris cansado, y sigue el caminar. Ritmo | Imaginación y crítica
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Si bien a casi cien años de su hechura, en su anhelada Granada, percibimos que estos poemas del joven García Lorca comparten su núcleo: la nostalgia; sólo que al leerse juntos, como la melodía de un cuarteto de cuerdas, descubrimos que esa nostalgia no sólo es “terrible” sino también infinita, claro, como dijo García Márquez, “mientras dure”; pues el tiempo pasa y va minando la vida, y el poeta, y el enamorado desarraigado, perciben esta “pequeña muerte” todos los días, cuantimás a la distancia con un océano de silencio de por medio.
Así, la voz lírica en estos poemas canta desde la ausencia, desde el recuerdo; y el lector, al experimentar esta misma carencia, evoca momentos, lugares y personas que nunca regresarán, latentes tan sólo en las memorias de la noche y la “mansa lluvia”, pero que gracias a la pluma melancólica del poeta, mientras los enunciamos, los amorosos momentos, cual afrodisiaco caldo marino, “vuelven a la vida”. Y si bien la nostalgia de Lorca es “la tristeza sin ojos de la médula del alma” oscura y vacía, como el hoyo en la tierra que abrazará al fusilado, el primer lector de este
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libro, evocó con el pecho “reseco como una Con estos comentarios termina este apagada estrella” al amado que se quedó ejercicio de aproximación al fenómeno en los balcones de Barcelona, perdido de la poesía y sus efectos, al legado de entre las capas de la luna catalana, y al que uno de los mejores poetas de la literatura llamaba “España” ocultando su verdadero universal, como un homenaje a este libro nombre en lo más oscuro de la beige, que ocultó celosamente por noche mejicana. cuarenta años, entre cuatro poemas A flor de piel se escriben los de Federico García Lorca, el amor primeros amores, son los que inconcluso y secreto de mi madre y laceran al corazón sin miserisu inminente “nostalgia terrible por La nostalgia cordia, los que lo curten, los una vida perdida”. Por ello, recorde Lorca es que lo obligan a escribir y a leer demos este libro, porque si los libros “la tristeza poemas. La resonancia con el pudieran hablar nos dirían santo y sin ojos de la corazón del joven poeta y sus seña de cuantos ojos se posaron en médula del jóvenes lectores, está ahí, en el ellos, y de las lágrimas vertidas en dolor compartido, en la nostal- alma” oscura su cuerpo de papel; a este que en y vacía, como gia de los primeros escarceos con la tristeza del éxodo, abandonó su el hoyo en la ausencia del antes amado. Y es tierra, y nostálgico perpetuo, aún la tierra que que indudablemente, el “Libro espera regresar a “España”. de poemas”, incluido en Poesía, abrazará al Finalmente, honremos la memofusilado” teatro y artículos, en su mayoría está ria de tantas y tantos anónimos que escrito en 1919, cuando Lorca perdieron su vida por la libertad, tenía alrededor de 21 años, y en él se por la poesía española, y que ahora yacen solidifican, se afianzan muchos de los sepultados en fosas comunes, primero elementos que habrá de retomar en sus convertidos en barro, luego en tierra, obras posteriores. Sin embargo, ese esluego en piedra: “Como tú, piedra pepíritu juvenil es lo que hace que muchos queña; como tú, que en días de tormenta de sus lectores encuentren en él una voz te hundes en el cieno de la tierra y luego que hable por y para ellos. centelleas, como tú.” León Felipe.
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4
NOTA S 1
Dedicatoria de Jorge Guillén a su padre en sus
Sobre los primeros poemas, Francisco García
Lorca, su hermano, señala que “es característica de Federico esta integración de color y música, la
Obras completas, Premio Cervantes, Universidad de
plastificación de sensaciones, y es curioso cómo
Alcalá, 1976.
incluso representaciones muy peculiares que po-
García Lorca, Federico. Poesía, teatro y artículos, Col.
drían suponer esfuerzos fallidos de principiante
Clásicos de la literatura universal, Círculo de
se afianzan en sucesivas etapas”. En Francisco
lectores, Barcelona, 1969.
García Lorca, Federico y su mundo. De Fuente Vaqueros a
2
3
Según la investigadora Judy B. McInnis, en su
Madrid. p. 231.
texto, “El mapa psicológico de la estética lorquia-
4
na: Granada como imagen universal”, Federico
muchos recuerdos de Omo (Jerónimo). Lo leí mu-
“Yo me llevé ese libro a México porque me daba
García Lorca es el poeta y dramaturgo español
chas veces por los recuerdos, y ponía ‘España’ para
más ampliamente conocido fuera de España en
no poner ‘Jerónimo’ porque lo vería mi esposo”.
la actualidad. Aunque la mitad de sus poemas y
Comentó en una entrevista que le hice a mi madre,
obras de teatro podrían ser situados en cualquier
vía Messenger, en noviembre de 2010. El poema
ciudad moderna occidental, sus obras más popu-
“Tarde” también presenta una anotación: “México,
lares son aquellas dotadas de un carácter andaluz:
23 de julio de 1972”. Al respecto, mi madre señaló:
la poesía del Poema del cante jondo y el Romancero gitano
“En julio de 1972, tenía tres meses de casada, y fue
y los dramas rurales –Bodas de sangre, Yerma y La casa
cuando marqué el poema. En este poema habla de
de Bernarda Alba-. El interés universal por Lorca es
los ojos, a mí me enamoró el color de ojos que tiene
atribuido usualmente a su éxito para extraer la
Jerónimo, de un verde que no lo he encontrado en
esencia de Andalucía, específicamente, el elixir
ningunos otros ojos, un verde muy especial… Sólo
de su ciudad nativa, ‘el granadismo más grana-
por tus ojos sufro yo este mal/ tristezas de antaño y las que vendrán/
dinamente granadino’. En Judy B. McInnis, “El
tarde lluviosa en gris cansando/ y sigue el caminar. Este poema
mapa psicológico de la estética lorquiana: Granada
me llegó muchísimo. Cuando leí estos poemas me
como imagen universal”. Estudios sobre García Lorca,
acordaba de él, aquí en México lo seguía queriendo,
Fernández Cifuentes, Luis (editor), Editores Itsmo,
hasta la fecha, ese primer amor de adolescente, se
Madrid, 2005. p.431.
quedó para siempre en mi corazón”. Imaginación y crítica | Ritmo
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Ritmo |窶!maginaciテウn y crテュtica
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Reseña Benjamín Barajas, Jardín Minado, México: Cuadrivio, 2015.
Benjamín Barajas es un aforista. Pero no es uno más. Pertenece a la legión de émulos que abrevan su inspiración en la riquísima tradición de Heródoto, Solón y Protágoras. Es, para decirlo sin eufemismos, un completo sofista. Apuntemos que un sofista es, en el más cabal de los sentidos, un sophías sophós, o sea: un filósofo sabio. Al prognato Platón, tan rico en ardides dialécticos, le debemos, sin embargo, la detractación del término. Sabemos que el autor de La República no los miraba con buenos ojos. Todo lo opuesto: les tenía una brutal ojeriza. Los acusaba, entre otras cosas, de mendaces, tramposos y de usar todo el tiempo artilugios retóricos. Y, en efecto, los empleaban, a la manera en que lo describen en la más alta usanza de la poesía lusitana: a vontade. Y es que, vistos a la distancia, los sofistas eran justo eso: puro y elevado stilus. Usaban juegos dialécticos y preciosísmos, plétoras de anáforas y retruécanos, para salirse con la suya. Su alquimia verbal no tiene parangón
en ninguna época anterior ni ulterior. Son los primeros maestros en emplear la alegoría, la hipérbole, el hipérbaton o la paradoja. Dicho en otros términos: eran unos alegóricos del lenguaje que pusieron su virtuosísmo retórico al servicio de dos finalidades esenciales: la persuasión y la estética. Ricardo Sevilla Imaginación y crítica | Ritmo
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I L U S T R A C I Ó N
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N Ú M E R O
Gonzalo
TORNÉ
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orné formó parte de los protagonistas del resurgir de la pintura durante la década prodigiosa de los 80. Entorno a 1983, la temática de su pintura, con un empleo vigoroso del color, se centra en los paisajes y fiestas del sur: sus orígenes se vuelven su fuente de inspiración. En 1985 viaja a Nueva York. Tras este viaje, su objeto de trabajo pasa de los orígenes de su propia experiencia, a los orígenes de la tradición pictórica española. Comienza un diálogo formal con Goya. Obtiene en 1983 la beca de creación artística con nuevos medios creativos del Ministerio de Cultura. En 1986 beca The PollockKrasner Foundation new York, y en 1998 beca para la creación artística con nuevas tecnologías The Pollock-Krasne Foundation New York. A partir de 1999, Torné encuentra en el arte digital, la traducción de la misma Ritmo | Imaginación y crítica
experiencia pictórica, es decir: la pulsión y el argumento, el color y el orden compositivo. Aplicando su obra pictórica a diferentes áreas de trabajo, desde las artes gráficas, a la arquitectura y urbanismo. Su obra forma parte de numerosas colecciones públicas y museos; como el Museo Reina Sofía, el Museo de la Real Academia de Bellas Artes, y la Calcografía Nacional, Colección de la Biblioteca Nacional, en Madrid. Musee de la Publicité, Palais du Louvre. Paris. Museo del Barrio, New York. Post Denmark Museum, Copenhagen. Worcester City Museum, Worcester. The Henry Moore Centre for Study of Sculpture, Leeds. Fredericksburg Center for Creative Arts, Virginia. The Custard Factory, Birmingham. Graphic House Collection, Liverpool. Modern Realisme Gallery and Archive, Dallas. Carnegie Library, Houston. Reading Room Art Collection, New York.
Ritmo, Voce s de Espa帽a, se termin贸 de imprimir en el mes de junio de 2015. La edici贸n consta de 500 ejemplares.
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